Universidad Nacional de Colombia
Maestría en Psicoanálisis Subjetividad y Cultura.
Seminario Real simbólico e imaginario
Textos: Desmontaje de la pulsión, la pulsión parcial y su circuito.
Christiam André Bautista Gutiérrez
31/05/18
El desmontaje de la pulsión – La pulsión parcial y su circuito.
Lacan toma como base para especificar su teoría sobre la pulsión, el acto de amor en la
experiencia analítica, a través del cual ejemplificará las características de ese ir y venir de la pulsión
dentro del circuito, el cual, a su vez, representa de igual manera, el punto culminante de la
sexualidad en el hic et nunc de la transferencia.
Estas pulsiones, señala, son de carácter sexual, y como tal, la finalidad desde lo biológico se
encontraría en la reproducción, pero ya, en tanto dinámico, se constituye como pulsiones parciales
cargadas de tensión, que buscan una descarga para reducir el displacer que esta les genera, a modo
finalmente de conseguir el equilibrio, la homeóstasis. Por lo tanto, dice Lacan, que es la pulsión, “el
montaje a través del cual la pulsión participa en la vida psíquica, de una manera que tiene que
conformarse con la estructura de hiancia característica del inconsciente” (Lacan 1964, p. 183).
Movimiento de la pulsión
Lacan señala que lo relevante o esencial de cada pulsión radica en el vaivén en el que se
estructura, es decir, en el circuito. Así mismo, añade, modifica, señala y especifica algunos aspectos
de la postura de este moviente de la pulsión en cuanto a Freud.
Este movimiento propuesto por Freud, el de la pulsión, es de carácter circular y lo
especifica con el acoplamiento de dos términos, el sado-masoquismo, en el que existe tres tiempos:
El regreso en circuito de la pulsión, lo que aparece, y lo nuevo (que es ver aparecer al sujeto).
Deteniéndose un poco en el sujeto, indica que este “es propiamente el otro, el cuál aparece si la
pulsión llega a su trayecto circular y por lo tanto, sólo con su aparición en el otro puede ser
realizada la función de la pulsión” (Lacan 1964, p. 186), completando de tal manera el circuito.
Frente al acoplamiento de los dos términos mencionados, sado-masoquista, en especial del
masoquismo (Término que retomará a profundidad posteriormente), se podría decir que se
relacionan en tanto a aquella tensión acumulada en el sujeto, que genera displacer y que busca una
forma de descargue, según las imagos registradas en las huellas mnémicas. De ser así, se estaría
hablando entonces, que esta fuerza, esta pulsión, obedece a una representación psíquica de aquello
que se elige como descarga. Ahora, frente a este circuito desde Freud, mencionado anteriormente, el
otro, es quien lo completa ya que no basta solo con la descarga que se realice, sino con la respuesta
dada por ese otro.
Lacan describe este circuito como una flecha ascendente y descendente, que atraviesa el
borde que constituye la fuente, el Quelle, la zona erógena de la pulsión y describe así mismo la
tensión como un lazo que vuelve al borde, es decir, a esa zona erógena. Se podría decir entonces,
que la pulsión emerge y retorna en el mismo circuito.
Partiendo de la forma que asume la tensión (lazo), se podría decir que hay una satisfacción
en la pulsión, sin alcanzar la meta, misma que desde lo biológico y mencionado anteriormente, se
constituye en la reproducción. Entonces, si se afirma que, para la pulsión, la satisfacción se puede
lograr sin alcanzar o llegar a la meta, valdría la pena preguntarse sobre ¿Cuál es la meta de la
pulsión parcial?, y ¿Existe una como tal? Para llegar a la respuesta de estas preguntas, se hace
necesario primero hablar sobre la meta y los dos sentidos que esta puede tomar.
Lacan señala como meta este Aim el cual consiste no en un punto de llegada sino en el
recorrido de la misma, en su trayecto. El Goal , el tiro al blanco, no es otra forma de la meta, sino
aquello que podría indicarla.
Entonces, para comprender un poco más la dinámica de la satisfacción de la pulsión, Lacan
señala la metáfora empleada por Freud en cuanto al autoerotismo, cuya figura es la boca, la cual, no
puede besarse a sí misma. Ya, en relación con esta metáfora y la pulsión, se hace necesario,
distinguir entre aquello que es puramente erotismo de la zona erógena, con aquello que cierra la
pulsión. Este punto de distinción sería el objeto perdido a, aquél que para Freud es la representación
de un hueco, un vacío, que cualquier objeto puede ocupar.
Ahora, frente a la fuente de la pulsión, cabe preguntarse, Y si este tiene características de
espiral, entonces, ¿se estaría hablando de la continuidad de una pulsión a partir de una que le
antecede? Cuestionamientos ante los cuales se reitera que la relación de las pulsiones no obedece a
un engendramiento entre una pulsión parcial y la siguiente, no se trata de una metamorfosis de la
pulsión, o un proceso consecutivo en el que sea necesario el desarrollo de una, para alcanzar la otra,
ni mucho menos consiste en la una continuidad de la pulsión (Por ejemplo, entre la fase anal a la
fase fálica). Lacan señala, contrario a esto, que el paso de una pulsión a la otra, “es producto de la
intervención de algo que pertenece al campo de la pulsión, la inversión de la demanda del Otro”
(Lacan 1964, p. 187).
Bibliografía
Lacan, J. La pulsión parcial y su circuito (1964), en “Seminario de Jacques Lacan: libro 11,
Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”, (Buenos Aires: Paidos, 2010).