Los 5 ministerios cristianos en la Iglesia
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Los ministros son hombres que Dios ha capacitado para realizar una tarea
específica de edificación dentro de la iglesia. Dios ha establecido 5
ministerios, (Ef. 4:11)
1. Apóstoles
2. profetas
3. evangelistas
4. pastores
5. maestros.
El propósito de los ministerios es edificar el cuerpo de Cristo y capacitar a
otros para que ejerzan el ministerio.
Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
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evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al
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pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.
“(Ef. 4:11-12)
Los 5 Ministerios Cristianos en la
Iglesia evangélica
El Apóstol
El apóstol es el hombre que ha sido enviado a predicar el evangelio y como fruto de
su labor funda nuevas congregaciones a la vez que forja nuevos pastores que
cuidarán de ellas.
Una evidencia del verdadero apostolado enviado por Dios es su respaldo.
“ Las marcas distintivas de un apóstol, tales como señales, prodigios y
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milagros, se dieron constantemente entre ustedes.” (2 Co. 12:12)
No todos los que fundan iglesias son apóstoles, ni todos los que dicen serlo; sino
únicamente los que Dios en su misericordia ha llamado y ha enviado.
En la actualidad, muchos dicen ser “apóstoles” pero no viven de acuerdo
al carácter de Dios.
Naturalmente es fácil reconocer a un verdadero siervo de Dios y distinguirlo de
aquellos que solo quieren hacerse de fama y dinero.
El llamamiento al ministerio
El profeta
El ministerio profético es el que posee dones de revelación verdaderos a
través de los cuales Dios revela distintos hechos.
“ Ese misterio, que en otras generaciones no se les dio a conocer a los
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seres humanos, ahora se les ha revelado por el Espíritu a los santos
apóstoles y profetas de Dios…” (Ef. 3:5)
El ministerio de profeta es distinto a “don de profecía”.
El profeta es un ministro que enseña a las congregaciones, en tanto que el
don de profecía no está ligado a la enseñanza.
El ministerio de profeta se manifiesta en la forma del profeta antiguo
testamentario
Llevábamos allí varios días cuando bajó de Judea un profeta llamado
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Ágabo. Este vino a vernos y, tomando el cinturón de Pablo, se ató con él
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de pies y manos, y dijo:…” (Hch. 21: 10-11)
Las evidencias del verdadero ministerio profético es que es bíblico tanto en sus
revelaciones como en sus enseñanzas doctrinales y cuando anuncia hechos
futuros, éstos se cumplen detalladamente y sin falta pues es Dios que ha hablado a
través de él.
Si los hechos no se cumplen, se trata tan solamente de un charlatán, si se cumplen
algunas veces y otras no, igual; se trata de un charlatán que se burla de la fé
cristiana. No ha sido enviado por Dios.
Dios no miente y las revelaciones que de verdad vengan de Dios tienen
que cumplirse.
El evangelista
Es el que anuncia las buenas nuevas de salvación. Su mensaje por ser para
las personas no creyentes, carece de complicaciones y se limita a presentar el plan
de salvación de Cristo.
Sus predicaciones son respaldadas sobrenaturalmente con muchas señales,
éstas llevan como fin mover las conciencias de los incrédulos.
Los que se habían dispersado predicaban la palabra por dondequiera
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que iban. Felipe bajó a una ciudad de Samaria y les anunciaba al
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Mesías. Al oír a Felipe y ver las señales milagrosas que realizaba, mucha
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gente se reunía y todos prestaban atención a su mensaje. De muchos
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endemoniados los espíritus malignos salían dando alaridos, y un gran
número de paralíticos y cojos quedaban sanos.” (Hch. 8)
Las evidencias del verdadero evangelista se manifiestan en el respaldo que
Dios da, concediéndole conversiones masivas y respaldo sobrenatural especial.
El pastor
Es un ministerio de múltiples aspectos, pues el pastor evangeliza, enseña,
orienta, aconseja y persevera en la salud espiritual de las almas.
El pastor es el responsable ante Dios por la salud espiritual de la congregación que
le ha sido encomendada.
(He. 13:17; Ap. 2:1, 8, 12, 18)
Un verdadero pastor se preocupa por sus miembros, no persigue el dinero ni la
fama, predica a Cristo de buena gana, es líder, tiene buen testimonio y cuida de su
familia.
El Maestro
Como su nombre lo indica es el ministerio que capacita no solamente para
comprender las verdades escriturales sino también para darlas a entender.
Conclusión
Los ministerios que Cristo dio a su iglesia no son con fines lucrativos, se debe
tener un auténtico llamado de parte de Dios y se debe ser responsable para poder
ejercerlo de la mejor manera.
No es bueno autoproclamarse “ministro de Dios” es mejor aceptar su
auténtico llamado cuando ocurra y dejarlo fluir sin impedimentos.
