Motivación - Capitulo 5 DOSIL PDF
Motivación - Capitulo 5 DOSIL PDF
Motivación - Capitulo 5 DOSIL PDF
i. INTRODUCCIÓN
La motivación tiene un papel fundamental en todos los ámbitos de la vida, pues actúa
como un auténtico motor para que los individuos realicen cualquier actividad. En el
deporte, es uno de los elementos principales desde el punto de vista psicológico, pues
explica la iniciación, la orientación, el mantenimiento y el abandono de una actividad
físico-deportiva. En el ámbito de la actividad física, los comportamientos no se podrían
comprender sin hacer mención al término motivación. Situaciones de extrema dureza
física y mental, en las que el deportista se obliga a estar al límite, son frecuentes en el
deporte competitivo, donde, sin lugar a dudas, la motivación es el elemento que permi
te seguir adelante. H ill (2001) hace alusión de forma indirecta a esta faceta de motor
cuando menciona que el deportista se compromete y persiste en el deporte gracias a la
motivación, ayudándole a superar todas las consecuencias negativas de la actividad.
El control de la motivación es una de las metas de la PAFD. Tanto en el deporte de
recreación como en el de competición tener una motivación adecuada permite predecir
la continuidad en la actividad y la persistencia en la consecución de objetivos. Por ello,
los entrenadores y directivos intentan que los deportistas estén motivados y éstos sen
tirse motivados para poder hacer frente a las exigencias de la actividad. Sin embargo,
la variabilidad de la motivación se hace patente en cualquier ámbito, observándose que
dentro de un grupo deportivo existe una diversidad palpable: a unos deportistas les m o
tiva un tipo de entrenamiento, a otros un ambiente o unos ejercicios determinados, etc.
Entre las funciones del psicólogo del deporte está el conseguir regular la motivación y
que todos los participantes gocen de un estado óptimo a lo largo de la temporada. La
tarea es complicada por el carácter individual de la misma, pero se pueden encontrar
139
140 PSICOLOGÍA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y DEL DEPORTE
elem entos que den estabilidad y que sirvan de base para que la actividad presente un
carácter motivante (por ejemplo» crear un clima de diálogo con los deportistas, tener un
espacio adecuado para el entrenamiento, etc.).
Este objetivo, como es obvio, no le corresponde únicamente al psicólogo, sino que
también a los entrenadores y demás personas del contexto deportivo, que deben procurar
entender los condicionantes que hacen que una actividad sea más atrayente, los motivos
que llevan a los niños a iniciarse y mantenerse, el porqué del abandono, hasta dónde
puede llegar el esfuerzo de un deportista motivado, etc., lo que proporcionará mayor
control sobre la actividad física o deporte que se practica. El psicólogo del deporte ac
tuará, en unas ocasiones, como observador y transmisor de aquellos aspectos que pueden
estar afectando, positiva o negativamente, a la motivación de los deportistas (y demás
personas del contexto deportivo); en otras, interviniendo de forma individual o grupal.
A lo largo de este capítulo se describen los elementos que giran en tomo a la mo
tivación en el ámbito de la actividad física y del deporte. Se intenta explicar lo que se
entiende por motivación recopilando las definiciones clásicas del término y ofreciendo
una propuesta integradora que permita establecer una base conceptual para entender los
diferentes supuestos teóricos que se han desarrollado a lo largo del tiempo. A partir de
estos modelos y de la distinción de los tipos de motivación, se presentan las perspectivas
actuales que la estudian, proponiendo un nuevo modelo que, desde el deporte, es adapta
ble a cualquier situación de la vida. Los motivos que más influencia tienen en el inicio,
mantenimiento y abandono de una actividad físico-deportiva se desarrollan en la segun
da mitad del capítulo con la intención de que actúen como factores de prevención en los
programas de preparación de los clubes o equipos. Finalmente, se identifican las claves
de la motivación en los entrenamientos y las competiciones, así cuino los déficit más
frecuentes de motivación en deportistas y algunas posibles soluciones a los mismos.
2. DEFINICIÓN DE MOTIVACIÓN
El concepto motivación proviene del verbo latino movere, que significa «mover», por
lo que un estado de alta motivación se relaciona con términos com o excitación, ener
gía, intensidad o activación (Escartí y Cervelló, 1994; Roberts, 1995). Este significado
etim ológico permite entender, en cierta medida, el por qué relacionar motivación con
motor, pues lo que mueve a un individuo para la realización de prácticas deportivas está
basado en la motivación, es decir, se convierte en un auténtico motor para la práctica.
Cashmore (2002) y W oolfolk (1996) se refieren a ello apuntando que la motivación es
un estado o proceso intemo que activa, dirige y mantiene la conducta hacia un objetivo,
En esta línea, Vallerand y Thill (1993) la entienden como un constructo hipotético que
describe las fuerzas internas y/o extemas que producen la iniciación, dirección, intensi
dad y persistencia de la conducta.
La interpretación de lo que es la motivación viene de los trabajos clásicos de psico
logía social y de psicología de la educación. Desde hace tiempo, tanto en el ámbito de
la organización y de la empresa como en el educativo, se ha venido tratando el concepto
com o algo fundamental para que el rendimiento de los trabajadores-alumnos fuera el
más adecuado. De esta forma, por ejemplo, en un estudio clásico, Campbell y Pritchard
(1971) se referían al aspecto motivacional en la psicología de la organización e indus
trial tomándolo como un factor que induce a tomar decisiones para el inicio de una
MOTIVACIÓN: «MOTOR» DEL DEPORTE 141
Escartí y Brustad (2002) o Weinberg y Gould (2007) hacen referencia a las dimen
siones dirección e intensidad por las que un individuo puede explicar su motivación.
A estas dimensiones, otros autores han añadido tres patrones de comportamiento rela
cionados con la motivación en la actividad física y el deporte: persistencia, motivación
continuada y resultados (Biddle, 1995; D osil y Caracuel, 2003; Maehr y Braskamp,
1986; Rodríguez Allén, 2000). Basándose en estos planteamientos, se definen:
Igualmente, Weinberg y Gould (2007) señalan que cada ve 2 son más los psicólogos
del deporte que aceptan una perspectiva interaccional de la motivación por la cual la
motivación no depende únicamente de rasgos del individuo (perspectiva centrada en
el participante) o de la situación (perspectiva centrada en la situación), sino de una in
teracción entre ambas. Este tipo de planteamiento promueve la formulación de teorías
necesarias para entender la motivación en el ámbito de la actividad física y del deporte
(se desarrollarán en el Apartado 4 de este capítulo).
3. TIPOS DE MOTIVACIÓN
La motivación ante una misma situación varía de unas personas a otras, por lo que una
característica importante es su carácter individual. La motivación del deportista, como
la de cualquier persona, se puede modificar, por lo que es necesario conocer los diferen
tes tipos para poder utilizar las estrategias adecuadas para la intervención.
La clasificación de los tipos de m otivación se realiza desde las tendencias mo-
tivacionales de los deportistas con la intención de explicar los elem entos que confi
guran la iniciación, la orientación, el mantenimiento y el abandono de la actividad
físico-deportiva:
Gutiérrez (2000) hace una reflexión sobre los estudios de la motivación en los
últimos años, concluyendo que los diferentes tipos de m otivación (extrínseca, intrínse
ca, de logro, orientación de metas, de competencia...) han servido a los investigadores
para tener mejor conocim iento de la forma en que los participantes en actividades
físicas y deportivas pueden desarrollar, mantener e incrementar sus niveles de m o
tivación personal. A sí, se puede llegar a la conclusión de que cierto tipo de motiva
ciones, com o la orientada al resultado, la de «ego» o la extrínseca, pueden, en algún
caso, resultar perjudiciales en cuanto a la participación en la actividad, puesto que
el deportista le otorga a elem entos extem os, que se escapan de su control, un valor
determinante en el mantenimiento. Este tipo de motivaciones suele tener más peso al
iniciar la actividad pero para que el deportista se mantenga, es conveniente que exista
un equilibro con la m otivación intrínseca/motivación para la tarea o que sean éstas las
que pasen a ocupar un papel dominante. Los trabajos de Ntoumanís (2001) y X iang
y Lee (2002) son ejem plos de cóm o la orientación hacia la tarea y las determinantes
motivaciones intrínsecas determinan la continuidad en una actividad y la reducción
de las tasas de abandono.
144 PSICOLOGÍA DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y D E L D E PO R T E
4. TEORÍAS DE LA MOTIVACIÓN
A p re n d iz a je
C o n d u c tu a l H u m a n is ta C o g n o sc itiv a
so cial
A partir de la distinción de los tres tipos de motivación y los niveles en los que se
presentan, la teoría postula que la m otivación facilita que se alcancen tres consecuen
cias: afectivas, cognitivas y conductuales (Vallerand y Perrault, 1999). Es decir, la teo
ría identifica los mecanismos que subyacen a los cambios motivacionales del deportista
teniendo en cuenta diferentes factores que están presentes y predice las consecuencias
en la actividad: positivas o negativas.
Según esta propuesta, las explicaciones que dan los deportistas a los resultados de sus
actuaciones (de éxito o fracaso) suelen ser cuatro: habilidad o capacidad, esfuerzo, difi
cultad de la tarea y suerte. Fonseca y Paula-Brito (2001) hacen referencia a que esta teo
ría establece que las atribuciones se producen por causas internas y externas (locus de
control) y que no es hasta años más adelante (con la obra de Weiner) cuando se añaden
otras dimensiones que influyen en la atribución de éxito o fracaso: estabilidad/inestabi-
lidad y controlables/mcontrolables. En el Cuadro 5.3 se plasma esta relación.
En esta teoría se le otorga al deportista un papel activo en el proceso atribucional.
Según atribuya el resultado de su actuación a una u otra causa, sus expectativas de éxito
o fracaso para entrenamientos o com peticiones futuras se verán afectadas, así como
el esfuerzo que necesitará para la ejecución. Por tanto, si un deportista que obtiene un
resultado positivo atribuye el éxito a factores internos, aumenta su motivación, produ
ciendo un efecto inverso a si el resultado hubiese sido negativo. Igualmente, cuando
el resultado positivo se atribuye a factores estables, com o puede ser la habilidad del
deportista, se asocia con el éxito en futuras actuaciones (lo contrario sucedería en el
caso de que se atribuyera el éxito a factores no estables, com o la suerte). Sin embargo,
una de las limitaciones de la teoría está en el hecho de que lo que para algunos depor
tistas es algo inestable e incontrolable (por ejemplo, azar), para otros es algo estable e
incontrolable, por lo que debe primar la percepción del deportista sobre la clasificación
dentro de un estilo atribucional u otro. Igualmente, trabajos recientes como los de Rees,
Ingledew y Hardy (2005) apuntan a que en un futuro se deberá atender más al contexto
social en el que se forman las atribuciones.
En el ámbito de la actividad física y del deporte, los deportistas, cuando finalizan
una competición o mcluso después de los entrenamientos, suelen buscar los motivos
por los que se ha producido un determinado resultado, atribuyendo el éxito o el fracaso
a unos factores u otros. El psicólogo del deporte deberá ayudar a que este «análisis» lo
hagan de forma adecuada, es decir, que el deportista realice una valoración realista de lo
que ha acontecido. Educar en las atribuciones será otra de las funciones de entrenadores
y psicólogos del deporte.
Las teorías cognitivas han sido las que han dominado las investigaciones sobre la m o
tivación en los últimos años. W einer (1972) marca el inicio de una nueva era en los
estudios sobre la motivación en el deporte: los individuos que tenían una alta o baja
motivación percibían de forma diferente el éxito y el fracaso en una competición o ac
tividad deportiva. Con este autor, la noción de que los pensamientos, y más en concre
to las atribuciones, eran variables fundamentales en el proceso de la motivación toma
un cariz importante contribuyendo a que surgiera interés por el estudio de los pensa
mientos, y cómo éstos cambian cuando el contexto social se modifica. Como apunta
Moran (2004), supuso la ruptura con las teorías que se centraban en la personalidad,
ocupándose de entender los pensamientos y percepciones que guían el comportamiento
del deportista.
Partiendo de las teorías cognitivas y teniendo en cuenta las aportaciones que pro
ponen la interacción ambiente-individuo (Bandura, 1986; W einberg y Gould, 1996),
se presenta el modelo de la Figura 5.2, en el que se considera que la motivación es
el producto de la interacción entre el deportista y el ambiente. Am bos elem entos se
conciben importantes, pero se le da más peso al primero, pues tiene la posibilidad
de minimizar o controlar la influencia del ambiente. El m odelo está desarrollado
para el ámbito de la actividad física y del deporte, pero se puede extrapolar a otras
situaciones de la vida, por lo que pretende dar una explicación de la motivación de
cualquier individuo añadiendo una serie de aspectos que pasan inadvertidos en otros
planteamientos teóricos.
El modelo teórico se basa, fundamentalmente, en que el individuo (deportista)
ante cualquier situación realiza una serie de asociaciones cognitivas que dependen de
varios factores (individuales, sociales, culturales o ambientales), que hacen que una
situación se perciba com o positiva o negativa (cuando es conocida) o neutra (cuando
es nueva). Aquellas situaciones en las que tienen más peso los aspectos positivos
serán más motivantes para el individuo, aquellas donde tengan más peso los aspectos
negativos le resultarán m enos motivantes. Cuando una determinada situación apenas
MOTIVACIÓN: «MOTOR» DEL D EPO RTE 151
am biente-contexto (por ejem plo, que lo s am igos se reúnan para realizar una actividad
deportiva im plique tomar algo posteriorm ente).
D esde e l m odelo se tiene en cuenta que la motivación es alterable y varía según las
asociaciones cognitivas que realiza e l sujeto. E s en este sentido en el que el m odelo
cobra su mayor aplicación, pues el deportista puede valorar las diferentes situaciones
mediante la escala de motivación personal (EMP) y el entrenador/psicólogo intervenir
sobre ellas. Encontrar el equilibro entre aquellas situaciones que puntúan bajo en la
escala y aquellas otras en las que las puntuaciones son altas permitirá un control de
la m otivación a lo largo del tiempo. D e esta forma, actividades tediosas para algunos
deportistas, com o puede ser el trabajo de gim nasio (por ejemplo, puntuación de 3 en la
EMP), se pueden contrarrestar con otras com o la utilización de música en el gimnasio
(p.e., puntuación 9 en la EMP) o bromas por parte del entrenador mientras se hacen los
ejercicios (por ejemplo, puntuación 7 en la EMP).
U n ejem plo de tres sujetos ante la m ism a situación puede resultar ilustrativo
(Cuadro 5.4).
La novedad de este enfoque radica en que el sujeto puede controlar su motivación,
algo fundamental en el ámbito de la actividad física y del deporte (por ejemplo, en oca
siones hay que entrenar aunque se esté «desmotivado», hay que dar una clase de aerobio
aunque no apetezca, etc.). Por esta circunstancia, aunque una situación sea desmotivan
te o neutra para un deportista, puede realizar un «autodiálogo positivo» que le ayude a
transformarla en motivante asociándola a otros factores que son agradables (lo positivo
de la situación). D e esta forma, se llegaría al objetivo último de la psicología: el control
del comportamiento por parte del sujeto.
Sin embargo, hay muchos deportistas que no poseen esta capacidad. Estas personas
tendrán más dificultades para realizar las asociaciones cognitivas adecuadas (realistas,
con una descripción detallada de los elementos positivos y negativos) y dependerán más
S itu a c ió n J u g a r sd g o lf e n la p la y a
de la situación que de sí m ism os. Por ello, es importante que el deportista se asesore
con un psicólogo del deporte para potenciar esta habilidad y conseguir un mayor control
sobre las situaciones.
La motivación varía tanto a nivel interpersonal com o intrapersonal, es decir, difiere
de unas personas a otras y puede alterarse en la misma persona siempre dependiendo
del momento concreto en el que se encuentre, de las circunstancias ambientales, etc.
Por esa razón, en el m odelo propuesto, existe reciprocidad entre los tres grados de
motivación (alta, media y baja), puesto que el sujeto puede pasar de uno a otro en poco
tiempo, y son los que explican que la probabilidad de que un deportista realice un com
portamiento sea alta, m edia o baja.
En e l futuro, se deberá profundizar en el desarrollo de este modelo realizando listas
de situaciones concretas en las distintas modalidades deportivas que se podrán evaluar
desde las escalas de motivación personal (EMP). Las asociaciones cognitivas de los
deportistas se podrán cuantificar (puntuaciones de cada situación), lo que permitirá
configurar los contextos motivacionales apropiados para la práctica.
sión de lo s elem entos que pueden estar afectando a la m otivación de los deportistas.
A l respecto, un trabajo pionero fue el de Klint y W eiss (1987), que presentan un cues
tionario específico para determinar los m otivos que llevan a las gimnastas a participar
en esa modalidad.
Los motivos que llevan al inicio de la práctica de un deporte o de una actividad física
son variopintos. Como indican Cantón, Mayor y Pallarés (1995), para que una persona
comience a practicar una actividad física o un deporte y se mantenga hace falta que ésta
tenga algún atractivo o la virtualidad de satisfacer alguna de sus necesidades. Por esta
razón, es necesario conocer los motivos por los que los sujetos comienzan una actividad,
MOTIVACIÓN: «MOTOR» DEL D EPORTE 157
Motivos paría la práctica deportiva 2005 (%) 2000 (% ) ÍM 5(% ) Í9 9 Ó(%) Í985(9¿) 1980(%)
P o r h a c e r e je rc ic io fís ic o 60 58 52 58 65 58
P o r d iv e rs ió n y p asar e l tie m p o 47 44 44 46 52 51
P o rq u e le g u s ta e l d e p o rte 34 34 37 40 53 47
P o r m a n te n e r y /o m e jo ra r la salu d 32 27 26 — — —
P o r e n c o n tra rs e c o n a m ig o s 23 24 21 28 28 25
P o r m a n te n e r la lín e a 16 13 14 15 28 15
P o rq u e le g u s ta c o m p e tir 3 4 4 4 7 —
O tro s m o tiv o s 3 2 3 4 5 2
Com o se puede observar en el Cuadro 5.6, se enuncia una serie de motivos y los
porcentajes de la población que los indican. Podría decirse que el motivo que tiene más
peso para los españoles al comenzar la práctica de una actividad deportiva es «por hacer
ejercicio físico», que ha permanecido com o el más elegido con el paso del tiempo. Otros
com o «por diversión y pasar el tiempo», «porque le gusta el deporte», «por mantener la
salud» y «por encontrarse con amigos» alcanzan unos porcentajes altos, manteniéndose
con porcentajes similares a los de otros años. En general, no se aprecia un cambio sus*
tancioso en el peso que la población da a los motivos de práctica deportiva.
Asimismo, es conveniente hacer una distinción según el género, puesto que los
motivos que indican hombres y mujeres suelen ser diferentes. De esta forma, siguiendo
los trabajos de García Ferrando (2006), se aprecia que tienen más peso entre los hom
bres motivos com o «por diversión y pasar el tiempo», «porque le gusta el deporte»,
«por mantener y mejorar la salud» y «por evasión»; frente a otros en las mujeres: «por
encontrarse con amigos» o «por mantener la línea».
Cuadro 5.7. Motivos por los que no se hace deporte en la población no practicante
en los últimos años
F alta de tiem po 43 45 53 54 58 42
N o le gusta 36 39 35 26 29 23
P o r la edad 27 32 26 30 28 41
P o r perez a y desgana 23 21 20 19 — —
N o le enseñaron en la escuela 6 8 13 11 17 14
P or la salud 14 15 12 11 12 14
N o le ve utilidad o beneficios 5 8 8 5 2 3
O tras razones 5 3 5 2 4 2
desánimo ha sido el primer español en ganar el Rally Dakar; com enzó su partici
pación en la carrera en 1996, fue líder y una caída le hizo abandonar en la cuar
ta etapa; en 1997 abandonó, igualmente, por caída; en 1998 fue una avería lo
que le ob ligó a abandonar cuando había sido líder durante cuatro días e iba en
segunda posición; en 1999 un golpe con una piedra fue la causa de la retirada;
en 2 0 0 0 rom pió el motor y volvió a abandonar, al igual que en las ediciones de
2001 y 2002. En 2003 consigue la victoria. La persistencia, creer en uno mismo,
tener fe... son los ingredientes del deportista de alto nivel que continúa im plica
do en la actividad ante la adversidad y el desánimo.
— A g otam ien to p sicológico; es com ún que lo experim enten los deportistas a
m edida que avanza la temporada. El agotam iento p sicológico su ele coincidir
co n la etapa final de un m acrociclo cuando ya se han realizado algunas o
todas las co m p eticion es para las que se ha preparado el deportista. Puede ir
acom pañado de agotam iento físic o o surgir independientem ente de éste. L os
deportistas de m odalidades con com p eticion es periódicas (todas las sem anas)
tienen m ayor probabilidad de padecer este déficit. El problema fundamental
radica en e l h echo de que se produzca antes de llegar a las com p eticion es
im portantes o, en com p eticion es periódicas, durante.las m ism as. S u ele ser el
resultado de la exigen cia de los entrenamientos y las com peticiones (por ejem
p lo , la ev alu ación del entrenador, la necesidad de autosuperarse, e l procurar
dem ostrar el estado d e forma en lo s entrenam ientos, e l e x ceso de viajes, etc.),
que p o co a p o co van «cargando la m ente» del deportista. Las repercusiones se
pueden hacer notar a nivel físic o , m ostrándose desid ia en lo s entrenam ientos ■
y p ocas ganas de com petir. S u ele ser e l m om ento que esco g en entrenadores y
deportistas para descansar. A n iv el p sico ló g ico , el objetivo fundam ental será
recuperar la energía, por lo que se recom ienda realizar una p ausa tem poral de
entrenam ientos y /o com p eticion es para «recargar las p ilas y vaciar la carga
m en tal». S in em bargo, en o ca sio n e s, esto resulta im p osib le y el p sic ó lo g o
d el deporte d eb e procurar m inim izar e l estrés que están produciendo las s i
tuaciones que agotan p sicológicam en te al deportista. Para e llo , puede utilizar
técn ica s d e reducción de estrés, que se verán en el próxim o cap ítulo. Tam bién
es im portante no confundir el can san cio p sic o ló g ic o con lo s d éficit de m oti
v a ció n d escritos con anterioridad, p u es estrategias com o e l increm ento del
interés por la actividad o el aum ento d e la confianza en sus habilidades no son
ad ecu ad as en este con texto.
— Alteraciones psicopatológicas: pueden estar relacionadas con la actividad depor
tiva y afectar notablemente a la motivación del deportista. El deporte de compe-
tición actual tiene elementos potencialmente dañinos para los participantes, que
deben controlar los psicólogos y/o los entrenadores, En los últimos meses, dos
noticias conmocionaron el deporte por este tipo de problemas. El fallecimiento
de las estrellas del ciclismo José María («Chava») Jiménez y Marco Pantani,
asociadas a problemas psicopatológicos, son dos casos extremos que se pueden
evitar mediante la prevención y/o detección precoz de los síntomas asociados a
psicopatologías específicas. Tanto el entrenador como el psicólogo del deporte,
ante la sospecha de que un deportista puede padecer algún tipo de psicopatolo-
gía, deben derivarlo a un especialista, pues una intervención inadecuada podría
tener consecuencias nefastas.
MOTIVACIÓN: «MOTOR» DEL DEPORTE 165
Desde un punto de vista más global, son muchas las estrategias psicológicas que se
emplean en el control de la motivación. D e entre ellas, dos de las más utilizadas son el
modelo y el establecimiento de objetivos, que se desarrollarán en los Capítulos 10 y 13,
respectivamente.
8 . CONCLUSIONES