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03 Berkhof, 2007

El documento discute diferentes conceptos de la iglesia. Los católicos romanos ven a la iglesia como una organización externa visible gobernada por una jerarquía de obispos con el Papa a la cabeza. Los ortodoxos griegos también enfatizan la organización externa pero rechazan el papado. Los protestantes ven a la iglesia como la comunión de los santos unidos a Cristo por la fe, no definida por su estructura externa.

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El documento discute diferentes conceptos de la iglesia. Los católicos romanos ven a la iglesia como una organización externa visible gobernada por una jerarquía de obispos con el Papa a la cabeza. Los ortodoxos griegos también enfatizan la organización externa pero rechazan el papado. Los protestantes ven a la iglesia como la comunión de los santos unidos a Cristo por la fe, no definida por su estructura externa.

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1

LUIS
BERKHOF:
TEOLOGÍA
SISTEMÁTICA
709

5. ¿Cómo explica usted el énfasis católico romano sobre la iglesia como organización
externa?
6. ¿Por qué no insistieron los Reformadores en la libertad completa de la iglesia,
separada del estado?
7. ¿Cuál fue la diferencia en cuanto a este punto entre Lutero y Calvino?
8. ¿Qué controversias se levantaron en Escocia con respecto a la iglesia?
9. ¿Cómo se explican los diferentes conceptos de la iglesia en Inglaterra y en Escocia?
10. ¿Cómo afectó el racionalismo a la doctrina de la iglesia?
11. ¿Cuáles son los grandes peligros que amenazan a la iglesia en la actualidad?

LITERATURA PARA CONSULTA

1. Bavinck, Geref. . Dogm. IV, pp. 302.319;


2. Cunningham, Historical Theology, two vol. Umes, comp. the Index;
3. Hauck, Real-Encyclopaedie, Art. Kirche by
4. Innes, Church and State;
5. Koestlin; Histories of Dogma, especialmente las de Harnack, Seeberg, Sheldon y
Otten, compárense los Índices.

CAPITULO 54: LA NATURALEZA DE LA IGLESIA

LA ESENCIA DE LA IGLESIA

EL CONCEPTO CATOLICORROMANO

Los cristianos primitivos hablaron de la iglesia como la communio sanctorum, y desde


luego de este modo, aunque sin haber pensado el asunto por completo, le dieron expresión a
la esencia de la iglesia. Pero como resultado del surgimiento de las herejías, y aun siendo
apenas el final del Siglo II, se impuso sobre todos ellos la discusión acerca de la verdadera
iglesia, haciéndoles que pusieran su atención sobre determinadas características de ella
considerada como una institución externa. Desde los días de Cipriano hasta llegar a los de
la Reforma la esencia de la iglesia se buscó cada vez en su organización visible y externa.
Los Padres de la iglesia la concibieron en su carácter católico romano que, como tal, abarca
a todas las verdaderas ramas de la iglesia de Cristo, enlazadas en conjunto en una unidad
visible y externa, cuyo lazo unificador era el colegio de obispos. El concepto de la iglesia
710

como una organización externa cobraba mayor prominencia a medida que transcurría el
tiempo. Había un énfasis cada vez más creciente sobre su organización jerárquica, y se le
añadió la cúspide con la institución del papado. Los católicos romanos en la actualidad
definen a la iglesia como: "La congregación de todos los fieles, habiendo sido bautizados,
profesan la misma fe, participan, de los mismos sacramentos, y son gobernados por sus
legítimos pastores, bajo una cabeza visible en toda la tierra". Hacen una distinción entre la
ecclesia doten y la ecclesia audies, es decir. "entre la iglesia que consiste de aquellos que
gobiernan, enseñan y edifican, y la iglesia que recibe la enseñanza, el gobierno y los
sacramentos". En el sentido más estricto de la palabra no es la ecclesia audiens sino la
ecclesia docens la que constituye la iglesia. Esta participa directamente en los gloriosos
atributos de la iglesia, pero la primera está adornada con ellos sólo en forma indirecta. Los
católicos admiten de buena gana que hay un lado invisible de la iglesia, pero prefieren
reservar el nombre "iglesia" para la comunión visible de los creyentes. Con frecuencia
hablan del "alma de la iglesia" pero parece que no están por completo de acuerdo en cuanto
a la connotación exacta del término. Devine define el alma de la iglesia como "la sociedad
de aquellos que son llamados a la fe en Cristo, y que están unidos a Cristo mediante dones
y gracias sobrenaturales".313 Sin embargo, Wilmers la encuentra en "todas aquellas gracias
espirituales y sobrenaturales que constituyen la iglesia de Cristo, y que capacitan a sus
miembros para alcanzar su última finalidad". Dice "Lo que en general llamamos alma es
aquel principio que empapa y da vida al cuerpo, capacitando a sus miembros para cumplir
sus funciones particulares. Al alma de la iglesia pertenecen la fe, la aspiración común de
todos hacia el mismo fin, la autoridad invisible de los superiores, la gracia interior de la
santificación, las virtudes sobrenaturales y otros dones de gracia". 314 El primer escritor
encuentra el alma de la iglesia en ciertas personas calificadas, en tanto que el segundo
reconoce que es un principio que empapa a todo el cuerpo, algo que guarda con la iglesia la
misma relación que el alma del hombre guarda con su cuerpo. Pero sea lo que sea aquello
que los católico romanos concedan de buena gana, no admitirán que lo que puede llamarse
"la iglesia invisible" preceda lógicamente a la visible. Dice Moehler: "Los católicos
enseñan: Primero es la iglesia visible, luego sigue la invisible: La primera da nacimiento
a la segunda". Esto quiere decir que la iglesia es la maten fide lium (madre de los creyentes)
desde antes de ser una communio fidelium (comunidad de creyentes). Sin embargo,
Moehler concede que hay un sentido en el que "la iglesia interna" es primero que "la
externa", es decir, en el sentido de que no somos miembros vivos de la segunda sino hasta
que pertenecemos a la primera. Discute todo el asunto de la relación de aquellas dos entre

313
The Creed Explained, p. 259.
314
Handbook of the Christian Religion, p. 103.
711

sí, en su Symbolism of Doctrinal Differences. 315 Acentúa la identidad de la iglesia visible


con Cristo: "De esta manera, la iglesia visible, desde el punto de vista en que aquí se le
toma, es el Hijo de Dios, que se manifiesta permanentemente entre los hombres en una
forma humana, perpetuamente renovada y eternamente joven la encarnación permanente
del mismo, de la manera que en los escritos sagrados, aun a los fieles se les llama "el
cuerpo de Cristo' ".316

EL CONCEPTO GRIEGO ORTODOXO

El concepto griego ortodoxo acerca de la iglesia está relacionado estrechamente con el del
católico romano, y sin embargo, difiere del de estos en algunos puntos importantes. La
griega ortodoxa no reconoce a la católico romana como la verdadera iglesia, sino que
demanda ese honor para sí misma. No hay sino una iglesia verdadera, y esa es la griega
ortodoxa. Aunque con mayor franqueza que los católico romanos reconoce los dos
diferentes aspectos de la iglesia, visible e invisible, a pesar de todo, coloca el énfasis de la
iglesia en su organización externa. No encuentra la esencia de la iglesia en que sea ella una
comunión de los santos, sino en la jerarquía episcopal que ha retenido, no obstante, de que
rechaza el papado. La infalibilidad de la iglesia se sostiene, pero su infalibilidad reside en
los obispos, y por tanto en los Concilios y Sínodos Eclesiásticos. Dice Gavin: "En su
carácter invisible (la iglesia) es la portadora de los dones y poderes divinos, y está
comprometida en hacer que la humanidad se transforme en el Reino de Dios. Como visible,
ella está constituida por hombres que profesan una fe común, observan costumbres
comunes, y usan medios visibles de gracia". Al mismo tiempo se rechaza la idea de "una
iglesia invisible e ideal, de la cual los diferentes cuerpos de cristianos integrados en
distintas organizaciones, y que a sí mismas se llaman 'iglesias' sean organizaciones
parciales o incompletas". La iglesia es "una entidad actual, tangible y visible, no un ideal
irrealizado e irrealizable".317

EL CONCEPTO PROTESTANTE

La Reforma, en general, fue una reacción en contra del externalismo de Roma, y en


particular también lo fue en contra de su concepto externo de la iglesia. Trajo una vez más a
primer plano la verdad acerca de que la esencia de la iglesia no se encuentra en su

315
Chap. V, especialmente los párrafos XLVI - XLVIII
316
Pág. 59.
317
Greek Orthodox Thought pp. 241,242.
712

organización externa, sino en la iglesia considerada como la communio sanctorurn. Para


Lutero como para Calvino la iglesia fue nada más la comunidad de los santos, es decir, la
comunidad de aquellos que creen y que son santificados en Cristo y que están unidos con El
cómo su Jefe y Cabeza. Esta es también la posición tomada en las Confesiones Reformadas.
La Confesión Belga dice: "Creemos y profesamos que hay una iglesia católica o universal,
que es una congregación santa de verdaderos creyentes cristianos, que esperan todos su
salvación en Jesucristo, estando lavados por su sangre y santificados y sellados por el
Espíritu Santo". 318 La Segunda Confesión Helvética expresa la misma verdad diciendo que
la iglesia es "una compañía de los fieles, llamados y reunidos de entre todo el mundo; una
comunión de todos los santos, es decir, de aquellos que verdaderamente conocen y
rectamente adoran y sirven al verdadero Dios, en Jesucristo el Salvador, mediante la
palabra del Espíritu Santo, y los cuales por medio de la fe son participantes de todas
aquellas buenas gracias que son ofrecidas gratuitamente mediante Cristo". 319 Y la Confesión
de Westminster define a la iglesia desde el punto de vista de la elección, y dice: "La iglesia
católica o universal que es invisible, consiste de todo el número completo de los elegidos,
que han sido, son y serán reunidos en uno, bajo Cristo como su Cabeza; y es la esposa, el
cuerpo, la plenitud de Aquel que lo llena todo en todo". 320 La iglesia universal, es decir, la
iglesia tal como existe en el plan de Dios y tal como se va incorporando en el curso de los
siglos, fue concebida para ser formada de todo el conjunto de los elegidos que en el
transcurso de los tiempos serán llamados a la vida eterna. Pero la iglesia tal como existe en
la actualidad sobre la tierra fue considerada como la comunidad de los santos. Y no fue sólo
a la iglesia invisible a la que así se consideraba, sino también a la iglesia visible. No hay
pues dos iglesias, sino una sola, y por tanto, las dos tienen una sola esencia. La una tanto
como la otra son esencialmente la communio sanctorum, pero la iglesia invisible es aquella
que Dios ve; una iglesia, en donde están nada más los creyentes, en tanto que la iglesia
visible es la iglesia que el hombre ve, y que consiste de aquellos que juntamente con sus
hijos profesan la fe en Jesucristo y por tanto se adjudican el título de comunidad de los
santos. Esta iglesia, así considerada, puede contener, y siempre contiene, algunos que no
están regenerados todavía serán el tamo entre el trigo pero no puede tolerar a las
personas que públicamente son incrédulas y malvadas. Pablo dirige sus epístolas a iglesias
empíricas, y no duda de dirigirse a ellas como "santos", pero también insiste en la
necesidad de echar fuera a los malvados y a aquellos que dan escándalo entre los creyentes,
I Cor. 5; II Tes. 3: 6, 14; Tito 3: 10. La iglesia forma una unidad espiritual de la cual Cristo
es Cabeza divina. Está animada por un Espíritu, el Espíritu de Cristo; profesa una fe,

318
Art. XXVII.
319
Cap. XVII.
320
Cap. XXV.
713

participa de una esperanza y sirve a un solo Rey. Es la ciudadela de la verdad y la agencia


de Dios para comunicar a los creyentes todas las bendiciones espirituales. En su carácter de
cuerpo de Cristo está destinada a reflejar la gloria de Dios tal como se manifiesta en la obra
de redención. La iglesia en su sentido ideal, la iglesia tal como Dios intentó que fuera y que
tenga que ser, es un objeto de fe más bien que de conocimiento. De aquí la Confesión:
"Creo una iglesia católica santa".

EL CARÁCTER MULTIFORME DE LA IGLESIA

Al hablar de la iglesia vienen a la consideración varias distinciones.

LA IGLESIA CONSIDERADA COMO MILITANTE Y TRIUNFANTE

La iglesia en la dispensación actual es militante, es decir, está llamada y comprometida en


una guerra santa. De consiguiente, esto no significa que deba gastar su fuerza en luchas
mortales destructoras de ella misma, sino que está compro-metida a mantener una guerra
incesante en contra del mundo hostil, en todas las formas en que éste se presente, sea dentro
de la iglesia o fuera de ella, y en contra de todas las fuerzas espirituales de las tinieblas. La
iglesia no puede gastar todo su tiempo en oración y meditación, no obstante lo necesario e
importante que esto sea; ni puede interrumpir su trabajo para gozar plácida-mente de su
herencia espiritual. Debe estar empeñada con todas sus fuerzas en las batallas de su Señor,
luchando en una guerra que es a la vez ofensiva y defensiva. Si la iglesia de la tierra es la
militante, la del cielo es la triunfante. Allí la espada se cambia por la palma de victoria, los
gritos de batalla se tornan en cánticos de triunfo, y la cruz de ja su lugar a la corona. La
batalla ha terminado; ha sido ganada la guerra, y los santos reinan con Cristo para siempre
jamás. En estas dos etapas de su existencia la iglesia refleja la humillación y la exaltación
de su Señor celestial. Los católicos romanos hablan no sólo de una iglesia militante y
triunfante sino también de una iglesia sufriente. Esta iglesia, según ellos, incluye a todos
aquellos creyentes que ya no están sobre la tierra, pero que todavía no han entrado a los
goces celestiales, y que están siendo purificados, en el purgatorio, de los restos
pecaminosos que les quedan.

EL CARÁCTER VISIBLE E INVISIBLE DE LA IGLESIA

Esto quiere decir que la iglesia de Dios es visible por una parte, y por la otra invisible. Se
dice que Lutero fue el primero que hizo esta distinción, pero los otros Reformadores la
714

reconocieron y también la aplicaron a la iglesia. Esta distinción no siempre ha sido


correctamente entendida. Los oponentes de los Reformadores con frecuencia los acusaron
de enseñar que hay dos iglesias separadas. Quizá Lutero dio alguna ocasión para este cargo
al hablar de una ecclesiolch invisible dentro de la ecelesia visible. Pero tanto él como
Calvino acentúan el hecho de que, cuando hablaron de una iglesia visible e invisible, no se
refieren a dos clases diferentes, sino a dos aspectos de una iglesia de Jesucristo.

1. El término "invisible" ha sido interpretado de diversas maneras como que se aplica


a la iglesia triunfante

2. A la iglesia ideal y completa tal como será al fin de los siglos

3. A la iglesia de todos los países y de todos los lugares, que el hombre posiblemente
no ve

4. A la iglesia tal como se desarrolla escondida en los días de persecución, y privada


de la Palabra y de los sacramentos.

Ahora bien, es indudablemente cierto que la iglesia triunfante es invisible para aquellos que
están sobre la tierra, y que Calvino en sus Institutos también la concibe como incluida en la
iglesia invisible, pero la distinción, principalmente y sin duda, intentaba aplicarse a la
iglesia militante. Como regla se aplica de esta manera en la teología Reformada. Acentúa el
hecho de que la iglesia tal como existe sobre la tierra es, tanto visible como invisible. Se
dice que esta iglesia es invisible, porque su esencia es espiritual y esa esencia no puede ser
discernida por el ojo físico; y también porque es imposible determinar infaliblemente
quienes pertenecen a ella y quiénes no. La unión de los creyentes con Cristo es unión
mística; el Espíritu que los une constituye un lazo invisible; y las bendiciones de salvación,
tales como la regeneración, la conversión genuina, la fe verdadera y la comunión espiritual
con Cristo son todas invisibles para el ojo natural; y sin embargo, estas cosas
constituyen la forma real (carácter ideal) de la iglesia. Que el término "invisible" tenga que
entenderse en ese sentido se hace evidente por el origen histórico de la distinción entre la
iglesia visible y la invisible en los días de la Reforma. La Biblia atribuye ciertos atributos
gloriosos a la iglesia y la representa como el medio para recibir bendiciones eternas y
salvadoras. Roma aplica esto a la iglesia como institución externa, más particularmente a la
ecclesia representativa o a la jerarquía como la distribuidora de las bendiciones de
salvación, y de esta manera ignora y prácticamente niega la comunión inmediata y directa
de Dios con sus hijos, colocando un mediador sacerdotal humano entre Él y ellos. Este es el
715

error que los Reformadores procuraron erradicar, acentuando el hecho de que la iglesia de
la cual dice la Biblia cosas tan gloriosas no es la iglesia considerada como institución
externa, sino la iglesia considerada como el cuerpo espiritual de Jesucristo, la cual en
esencia es invisible al presente, aunque tiene una organización relativa e imperfecta en la
iglesia visible y está destinada a gozar de un cuerpo perfecto visible en el fin de los siglos.

La iglesia invisible como es natural toma una forma visible. De la manera precisa que el
alma se adapta al cuerpo y se expresa por medio de él, así la iglesia invisible que consiste
no de meras almas sino de seres humanos que tienen alma y cuerpo, necesariamente asume
una forma visible en una organización externa por medio de la cual se expresa. La iglesia se
hace visible en la profesión y en la conducta cristiana, en el ministerio de la palabra y de los
sacramentos, y en una organización externa y su gobierno. Al hacer esta distinción entre la
iglesia invisible y la visible, McPherson dice, "el protestantismo procuró encontrar el justo
medio entre el externalismo mágico y sobrenatural de la idea romanista y la extravagante
depreciación de los ritos externos que caracteriza el espiritualismo fanático y sectario". 321
Es muy importante recordar que, aunque tanto la iglesia invisible como la visible pueden
considerarse universales, las dos no son conmensurables en cada uno de sus aspectos ; es
posible que algunos que pertenecen a la iglesia invisible nunca lleguen a ser miembros de la
organización visible, como acontece con personas del campo misionero que se convierten
en su lecho de muerte, y que otros sean excluidos temporalmente de la iglesia en su carácter
de creyentes extraviados que por algún tiempo quedan fuera de la comunión de la iglesia
visible. Por otra parte, en la iglesia como institución externa puede haber niños y adultos no
regenerados que aunque profesan ser de Cristo, no tienen fe verdadera en El; y estos, en
tanto que permanezcan en esa condición, no pertenecen a la iglesia invisible. En la
Confesión de Westminster se encontrarán buenas definiciones de la iglesia visible y de la
invisible.

DISTINCIÓN ENTRE LA IGLESIA COMO ORGANISMO Y COMO


INSTITUCIÓN

Esta distinción no debe identificarse con la que precede, como algunas veces se ha hecho.
Es una distinción que se aplica a la iglesia visible y que dirige la atención a dos diferentes
aspectos de la iglesia considerada como un cuerpo visible 322 Es un error pensar que la
iglesia se hace visible solamente en los oficios propios, en la administración de la palabra y

321
Chr. Dogmatics, p. 417.
322
Compárese Kuyper, Enc. III, p. 204: Bavinck, Geref. Dogm. IV., p. 331; Ten Hoor, Afscheiding of
Doleantic, pp. 88 y sig.; Doeges, De Moeder den Geloovigen, pp. 10 y sig.; Steen, De Kerk, pp. 51 y sigts.
716

los sacramentos y en ciertas formas del gobierno de la iglesia. Aun cuando todas esas cosas
estuvieran ausentes, la iglesia todavía sería visible en la vida comunal de los creyentes y en
su profesión, así como también en su posición conjunta en contra del mundo. Pero en tanto
que se enfatiza el hecho de que la distinción que estamos considerando es una diferencia
dentro de la iglesia visible no debemos olvidar que tanto la iglesia como organismo y como
institución (llamadas también apparitio e institutio) tienen su trasfondo espiritual en la
iglesia invisible. No obstante, aunque es verdad que se trata de dos aspectos diferentes de
una sola iglesia visible, representan diferencias importantes. La iglesia como un organismo
es la coetus fidelium, la comunión de los creyentes que están unidos en la atadura del
espíritu, en tanto que la iglesia como una institución es la maten fidelium, la madre de los
creyentes, un Heilsanstalt, un medio de salvación, una agencia para la conversión de los
pecadores y el perfeccionamiento de los santos. La iglesia como un organismo existe
carismáticamente; En ella se manifiestan toda clase de dones y talentos, y se utilizan en la
obra del Señor. Por otra parte, la iglesia como una institución existe en forma institucional
y funciona mediante los oficios y medios que Dios ha instituido. Las dos están coordinadas
en cierto sentido, y sin embargo hay una determinada subordinación de la una hacia la otra.
La iglesia como una institución u organización (mater fidelium) es un medio para una
finalidad, y ésta se encuentra en la iglesia como un organismo, la comunidad de los
creyentes (coetus fidelium).

VARIAS DEFINICIONES DE LA IGLESIA

La iglesia en su carácter de entidad multifacética, naturalmente, ha sido definida desde más


de un punto de vista.

DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA ELECCIÓN

De acuerdo con algunos teólogos la iglesia es la comunidad de los elegidos, la coetus


electorum. Esta definición, no obstante, puede prestarse a extravío. Se aplica sólo a la
iglesia considerada idealmente, la iglesia tal como existe en la idea de Dios y como será
completada en el fin de los siglos, y no a la iglesia como una presente realidad empírica. La
elección incluye a todos aquellos que pertenecen al cuerpo de Cristo, sin tomar en cuenta su
relación actual con ella. Pero los elegidos que todavía no han nacido, o que todavía son
extraños a Cristo y que están fuera de los límites de la iglesia, no puede decirse que
pertenezcan a la iglesia rcaliter.
717

DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL LLAMAMIENTO EFICAZ

Para escapar a la objeción que surge de la anterior definición, poco a poco se vino haciendo
costumbre definir a la iglesia desde el punto de vista de alguna característica espiritual
subjetiva de aquellos que pertenecen a ella, especialmente el llamamiento eficaz o la fe, ya
sea nombrando esa determinada característica además de la elección, o sustituyéndola por
la elección. De esta manera la iglesia se definió como la compañía de los elegidos que son
llamados por el Espíritu de Dios (coetus electorum vocatorum), como el cuerpo de aquellos
que son eficazmente llamados (coetus vocatorum) o todavía más comunmente, como la
comunidad de los fieles o creyentes (coetus fidelium). En estas definiciones las primeras
dos sirven para designar a la iglesia con referencia a su esencia invisible, pero no dan
indicación alguna del hecho de que también tenga un lado visible. Sin embargo, esto se ha
hecho en la última de las definiciones mencionadas, porque la fe se revela en la confesión y
en la conducta.

DESDE EL PUNTO DE VISTA DEL BAUTISMO Y LA PROFESIÓN

Desde el punto de vista del bautismo y de la profesión, la iglesia está definida como la
comunidad de aquellos que están bautizados y que profesan la fe verdadera: o como la
comunidad de aquellos que profesan la religión verdadera junta-mente con sus niños. Se
verá de inmediato que esto define a la iglesia de acuerdo con su manifestación externa.
Calvino define a la Iglesia como "la multitud de hombres dispersos por el mundo, que
profesan la adoración de un solo Dios en Cristo; que están iniciados en esta fe por medio
del bautismo; que testifican su unidad en doctrina y caridad por medio de la participación
en la Santa Cena; que están de acuerdo en la Palabra de Dios, y que para la predicación de
esa Palabra sostienen el ministerio ordenado por Cristo". 323

LA IGLESIA Y EL REINO DE DIOS

LA IDEA DEL REINO DE DIOS

El reino de Dios es, principalmente, un concepto escatológico. La idea fundamental del


reino en la Escritura no es el de un reino teocrático de Dios restaurado en Cristo que

323
Institutos IV, 1, 7.
718

esencialmente sería el reino de Israel , según pretenden los premilenaristas; ni es una


condición social nueva, saturada por el Espíritu de Cristo, idealizada por el hombre con
medios tan externos como leyes, civilización, educación, reformas sociales, etc., según los
modernistas quisieran que lo creyéramos. La idea principal del reino de Dios en la Escritura
es que se trata del gobierno de Dios establecido y reconocido en los corazones de los
pecadores mediante la influencia regeneradora poderosa del Espíritu Santo, la cual les
asegura las bendiciones inestimables de la salvación, un gobierno que en principio se
realiza sobre la tierra, pero que no alcanzará su culminación hasta el retorno visible y
glorioso de Jesucristo. La realización actual de él tiene el carácter espiritual e invisible.
Jesús se posesionó de este concepto escatológico y lo hizo prominente en sus enseñanzas.
Enseñó con claridad la presente realización espiritual y el carácter universal del reino.
Además, El mismo efectuó esa realización en una medida nunca antes conocida y aumentó
en gran manera las bendiciones presentes del reino. Al mismo tiempo descubrió la
esperanza bendita de la futura manifestación de aquel reino en gloria externa y con las
bendiciones perfectas de la salvación.

LOS CONCEPTOS HISTÓRICOS DEL REINO

En los Padres de la iglesia primitiva el reino de Dios, el más grande bien, se considera,
principalmente, como una entidad futura, la meta hacia la que se dirige el actual desarrollo
de la iglesia. Algunos de ellos lo consideran como el reino por venir, milenario, del Mesías,
aunque la historia no sostiene las exageradas pretensiones de algunos escritores
premilenarios en cuanto a su número. Agustín contempló el reino como una realidad
presente y lo identificó con la iglesia. Para él era principalmente idéntico con los piadosos y
santos, es decir, con la iglesia considerada como una comunidad de creyentes; pero usó
algunas expresiones que parecen indicar que también lo veía incorporado en la
organización episcopal de la iglesia. La iglesia católico romana identificó francamente el
reino de Dios con sus institución jerárquica, pero los Reformados volvieron al concepto de
que el reino en esta dispensación es idéntico con la iglesia invisible. Bajo la influencia de
Kant y especialmente de Ritschl fue despojado de su carácter religioso y llegó a ser
considerado como un reino de finalidades éticas. Con frecuencia se define en la actualidad
como un nuevo principio introducido en la sociedad y destinado a transformarla en todas
sus relaciones, o como la organización moral de la humanidad por medio de la acción
motivada por el amor, el fin último de la creación.

EL REINO DE DIOS Y LA IGLESIA INVISIBLE


719

Aunque el reino de Dios y la iglesia invisible son hasta cierto punto idénticos, sin embargo,
deben distinguirse con cuidado. La ciudadanía en el uno y la feligresía en la otra están
determinadas por igual mediante la regeneración. Es imposible estar en el reino de Dios sin
estar en la iglesia, considerada como el cuerpo místico de Jesucristo. Al mismo tiempo es
posible hacer una diferencia entre el punto de vista desde el cual los creyentes son
considerados el reino y aquel otro del cual se deduce su nombre de iglesia. Constituyen el
reino, en su relación con Dios en Cristo como su gobernante, y una iglesia, en
consideración a su sepa-ración del mundo en devoción a Dios, y en su unión orgánica entre
unos y otros. Como una iglesia, están llamados a ser los instrumentos de Dios para preparar
el camino y para introducir el orden ideal de las cosas; y considerados como reino,
representan la realización inicial de ese orden ideal, entre ellos mismos.

EL REINO DE Dios Y LA IGLESIA VISIBLE

Los católicos romanos insisten en no hacer diferencia, identificando al reino de Dios con la
iglesia, y su iglesia pretende tener poder y jurisdicción sobre todos los dominios de la vida,
tales como la ciencia y el arte, el comercio y la industria, y también las organizaciones
sociales y políticas. Este es un concepto del todo equivocado. También es un error sostener,
como lo hacen algunos cristianos Reformados, en virtud de un concepto erróneo de la
iglesia considerada como organismo, que las sociedades educativas cristianas, las
organizaciones voluntarias de gente joven o adulta para el estudio de los principios
cristianos y su aplicación en la vida, las un iones de trabajadores cristianos, y las
organizaciones políticas cristianas, son manifestaciones de la iglesia como un organismo,
porque esto nos trae otra vez bajo el dominio de la iglesia visible y bajo el control directo
de sus oficiales. Como es natural, esto no significa que la iglesia no tenga responsabilidad
con respecto a tales organizaciones. Sin embargo, significa que son manifestaciones del
reino de Dios, en el cual diversos grupos de cristianos tratan de aplicar los principios del
reino a cada dominio de la vida. La iglesia visible y también el reino, pueden identificarse
hasta cierta medida. La iglesia visible puede en verdad decir que pertenece al reino, que es
una parte del reino, y aun ser la parte organizada visible más importante de las fue rzas del
reino. Participa del carácter de la iglesia invisible (siendo las dos una misma) como medio
para la realización del reino de Dios. De manera semejante a la iglesia visible, el reino
participa también de las imperfecciones a las que lo expone un mundo pecador. Esto se
hace muy evidente según la parábola del trigo y la cizaña, y también la de la red. Hasta
donde la iglesia visible sirve de instrumento para el establecimiento y extensión del reino,
está, de consiguiente, subordinada a éste como un medio para un fin. Puede decirse que el
reino es un concepto más amplio que la iglesia, porque aspira a nada menos que al control
720

completo de todas las manifestaciones de la vida. Representa el dominio de Dios en todas


las esferas del esfuerzo humano.

LA IGLESIA EN SUS DIFERENTES DISPENSACIONES.

EN EL PERIODO PATRIARCAL

En el período patriarcal las familias de los creyentes constituían las congregaciones


religiosas; la iglesia estaba mejor representada en las familias piadosas, en donde los padres
de familia servían como sacerdotes. No había cultos regulares, aunque Génesis 4: 26 parece
implicar una invocación aplica al nombre del Señor. Había una distinción entre los hijos de
Dios y los hijos de los hombres, esta gradualmente, fue ganando el poderío. Al tiempo del
diluvio la iglesia se salvo en la familia de Noé, y continúo de manera particular en la Línea
de Sem. Y cuando la verdadera religión de nuevo llego al punto de desaparecer, Dios hizo
un pacto con Abraham, le dio la serial de la circuncisión, y lo separo a el y a sus
descendientes de entre el mundo, para ser su pueblo propio y peculiar. Hasta el tiempo de
Moisés las familias de los patriarcas eran los verdaderos depositarios de la fe verdadera, en
la cual el temor del Señor y su servicio se conservaron vivos.

EN EL PERIODO MOSAICO

Después del Éxodo el pueblo de Israel no solo estuvo organizado en nación, sino que
también constituyó la iglesia de Dios. Fueron enriquecidos con instituciones en las que no
solamente la devoción familiar o la fe de la tribu, sino la religión de toda la nación encontró
expresión. La iglesia todavía no obtenía una organización independiente, pero tenia su
existencia institucional en la vida nacional de Israel. La forma particular que asumió fue la
de un estado-iglesia. No podemos decir que los dos se coaligaron por completo. Había
funcionarios e instituciones civiles y religiosas dentro de los límites de la nación. Pero al
mismo tiempo, toda la nación constituía la iglesia; y la iglesia se limitaba a una nación, la
de Israel, aunque los extranjeros también podían entrar en ella siendo incorporados a la
nación. En este periodo hubo un marcado desarrollo de la doctrina, un crecimiento en la
cantidad de verdad religiosa conocida, y mayor claridad en la aprehensión de la verdad. La
adoración de Dios se regularice hasta los menores detalles, siendo en gran parte ritual y
ceremonial, y se estableció en un santuario céntrico.
721

EN EL NUEVO TESTAMENTO

La iglesia del Nuevo Testamento es esencialmente una con la iglesia de la antigua


dispensación. Hasta donde tiene que ver con su naturaleza esencial, las dos están
constituidas por creyentes verdaderos, y nada más por verdaderos creyentes. En cuanto
tiene que ver con su organización externa ambas representan una mezcla de bien y mal. Sin
embargo, varios cambios importantes resultaron de la obra ejecutada en forma completa por
Jesucristo. La iglesia quedo divorciada de la vida nacional de Israel y obtuvo una
organización independiente. En relación con esto los límites nacionales de la iglesia
quedaron borrados. Lo que hasta aquel tiempo había sido una iglesia nacional ahora tome el
carácter de iglesia universal. Y para realizar el ideal en extensión mundial, tuvo que
convertirse en iglesia misionera, llevando el evangelio de salvación a todas las naciones del
mundo.

Además, la adoración ritual del pasado dejo su lugar a una adoración más espiritual, en
armonía con los grandes privilegios del Nuevo Testamento.

La explicación dada en los párrafos anteriores se funda sobre la hipótesis de que la iglesia
existió en la dispensación antigua tanto como en la nueva, y que fue esencialmente la
misma en ambas, a pesar de las diferencias reconocidas en su carácter institucional y
administrativo. Esto esta en armonía con las enseñanzas de nuestros Símbolos
Confesionales. La Confesión Belga dice en el Articulo XXVII: "Esta iglesia ha sido desde
el principio del mundo, y será hasta el fin de el; lo que se hace evidente por hecho de que
Cristo es un Rey eterno, y que no lo seria si no tuviera súbditos". En completo acuerdo con
esto el Catecismo de Heidelberg dice en lo correspondiente al Día del Señor, XXI: "Que el
Hijo de Dios desde el principio del mundo recoge de entre toda la raza humana, defiende, y
preserva para si mismo, mediante su Espíritu y Palabra, en la unidad de la fe verdadera, una
iglesia elegida para la vida eterna". La iglesia es, esencialmente, tal como quedo indicado
en lo anterior, la comunidad de los creyentes, y esta comunidad existe desde el principio de
la dispensación antigua hasta el tiempo presente y continuara existiendo sobre la tierra
hasta el fin del mundo. Sobre este punto no podemos convenir con aquellos premilenarios
que, bajo la influencia de un dispensacionalismo divisivo, pretenden que la iglesia es una
institución exclusivamente del Nuevo Testamento, y que no tuvo existencia sino hasta el
derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés y que será removida de la tierra
antes de que comience el milenio. A esos les gusta definir la iglesia como "el cuerpo de
Cristo", que es un nombre característicamente del Nuevo Testamento, y parecen olvidar
que también se le llama "el tiempo de Dios" y "Jerusalén", que son nombres decididamente
722

con sabor de Antiguo Testamento, compárese I Cor. 3: 16, 17; II Cor. 6: 16; Ef. 2: 21; Gal
4: 26; Heb. 12: 22. No debemos cerrar nuestros ojos al hecho patente de que el nombre
"iglesia" (qahal en el hebreo, y que se traduce ekklesia en la Septuaginta) se aplica a Israel
en el Antiguo Testamento repetidas veces, Josué 8: 35; Esdras 2: 65; Joel 2: 16. El hecho de
que en nuestras traducciones bíblicas del Antiguo Testamento la traducción del original es
"reunión", "asamblea", o "congregación", en tanto que en el Nuevo Testamento se le
traduce "iglesia", puede haber dado lugar a que surgiera un mal entendimiento respecto a
este punto ; pero permanece el hecho de que en el Antiguo Testamento tanto como en el
Nuevo la palabra original denota una congregación o asamblea del pueblo de Dios, y como
tal sirve para designar la esencia de la iglesia. Jesús, po r otra parte, dijo que El fundaría la
iglesia en el futuro, Mat. 16: 18, pero también la reconoció como una institución ya
existente, Mat. 18: 17. Esteban habla de "la iglesia en el desierto", Hech. 7: 38; y Pablo
testifica con claridad la unidad espiritual de Israel y de la iglesia en Rom. 11: 17-21 y en Ef.
2: 11- 16. En esencia, Israel constituye la iglesia de Dios en el Antiguo Testamento, aunque
su institución externa difiera mucho de la iglesia del Nuevo Testamento.

LOS ATRIBUTOS DE LA IGLESIA

Según los protestantes los atributos de la iglesia se atribuyen principalmente a la iglesia en


su carácter de organismo invisible, y nada más en forma secundaria a la iglesia en su
carácter de una institución externa. Sin embargo, los catolicorromanos los atribuyen a su
organización jerárquica. Los primeros hablan de tres atributos pero a estos los segundos
añaden un cuarto atributo.

LA UNIDAD DE LA IGLESIA

1. El concepto catolicorromano. Ordinariamente los catolicorromanos re-conocen nada


más la ekklesia como la iglesia considerada en su organización jerárquica. La
unidad de esta iglesia se manifiesta en su organización mundial imponente, que
aspira a incluir la iglesia de todas las naciones. Su centro verdadero no se encuentra
en los creyentes, sino en la jerarquía con sus círculos concéntricos. Primero que
todo, esta el amplio circulo del bajo clero, los sacerdotes y otros funcionarios
inferiores; luego un circulo más pequeño constituido por los obispos; en seguida
uno todavía más estrecho constituido por los arzobispos; y por Ultimo, el circulo
más estrecho formado por los cardenales; teniendo toda esta pirámide su cúspide
en el papa, la cabeza visible de toda la organización, siendo el que posee absoluto
723

control de todo lo que queda debajo de el. De esta manera la iglesia catolicorromana
presenta a los ojos una estructura verdaderamente imponente.

2. El concepto protestante. Los protestantes afirman que la unidad de la iglesia no es


principalmente de carácter externo, sino de carácter interno y espiritual. Es la
unidad del cuerpo místico de Jesucristo, del cual todos los creyentes son miembros.
Este cuerpo esta controlado por una Cabeza, Jesucristo, quien también es el Rey de
la iglesia, la cual esta animada por un Espíritu, el Espíritu de Cristo. Esta unidad
implica que todos aquellos que pertenecen a la iglesia participan de la misma fe,
están unidos juntamente por un lazo común de amor, y tienen la misma perspectiva
gloriosa sobre el futuro. Esta unidad interna procura y también logra, hablando
relativamente, una expresión externa en la profesión y en la conducta cristiana de
los creyentes, en su adoración publica al mismo Dios en Cristo, y en su
participación en los mismos sacramentos. No puede haber duda acerca del hecho de
que la Biblia afirma la unidad, no solo de la iglesia invisible, sino también de la
visible. La figura del cuerpo, tal como se encuentra en I Cor. 12: 12-31 implica esta
unidad. Además, en Ef. 4: 4-16, en donde Pablo afirma la unidad de la Iglesia,
también tiene en la mente a la iglesia visible, porque habla de la designación de
oficiales en la iglesia y de sus trabajos en favor de la unidad ideal de ella. Debido a
la unidad de la iglesia, una iglesia local fue amonestada a suplir las necesidades de
otra, y el Concilio de Jerusalén procedió a la resolución de un problema que habla
surgido en Antioquia. La iglesia de Roma acentúa fuertemente la unidad de la
iglesia visible y la expresa en su organización jerárquica. Y cuando los
Reformadores se separaron de Roma, no negaron la unidad de la iglesia visible, sino
que la sostuvieron. No obstante, no encontraron el lazo de unión en la organización
eclesiástica, sino en la predicación verdadera de la Palabra de Dios, y en la recta
administración de los sacramentos. Este es también el caso en la Confesión
Belga".324 Copiamos nada mas la afirmación siguiente de dicha Confesión:
"Creemos y profesamos una iglesia católica o universal, la cual es una santa
congregación de verdaderos creyentes, que esperan todos su salvación en Jesucristo,
siendo lavados mediante su sangre, santificados y sellados por el Espíritu Santo". 325
Las señales por las que la iglesia verdadera se conoce son estas: "Si la doctrina pura
del evangelio se predica en ella; si mantiene la administración pura de los
sacramentos tal como fueron instituidos por Cristo; y si la disciplina eclesiástica se
ejercita en el castigo del pecado; en resumen, si todas estas cosas se manejan de

324
Articulos XXVII - XXIX.
325
Art. XXVII.
724

acuerdo con la pura Palabra de Dios; todas las cosas contrarias, por lo tanto, quedan
rechazadas y Jesucristo reconocido como la misma Cabeza de la iglesia. De
consiguiente la iglesia verdadera puede con toda certeza ser conocida, y de ella
ningún hombre, tiene derecho de separarse". 326 La unidad de la iglesia visible
también fue enseñada por los teólogos Reformados del periodo de la post-Reforma
y también fue acentuada fuertemente en la teología escocesa. Hasta dice Walker :
"Las iglesias verdaderas de Cristo, lado a lado una de la otra, que forman
organizaciones separadas, con gobiernos separados, les parecen (a los teólogos
escoceses) por completo inadmisibles, a menos que se les tolere en forma muy
limitada, y por razones de conveniencia temporal" 327 En los Países Bajos esta
doctrina se eclipso en recientes años en la proporción en la que una multi, o
pluriformidad de iglesias se acentuó atendiendo a los hechos históricos y a las
condiciones existentes. Al presente de nuevo se acentúa en algunas de las
discusiones corrientes. En atención a las divisiones actuales de la iglesia es muy
natural que surja el problema respecto a saber si estas divisiones no van en contra de
la doctrina de la unidad de la iglesia visible. En respuesta a esto debe decirse que
algunas divisiones, tales como aquellas que se deben a diferencias de localidad o de
lenguaje, son perfectamente compatibles con la unidad de la iglesia ; pero otras,
tales como las que se originan en perversiones doctrinales o en abusos
sacramentales, en realidad estorban esa unidad. Las primeras resultan de la
dirección providencial de Dios, pero las Últimas se deben a la influencia del pecado:
al oscurecimiento del entendimiento, al poder del error, o a los caprichos del
hombre; y por tanto la iglesia tendrá que luchar por el ideal, derrotando esos
obstáculos. La pregunta todavía surgirá, de si una iglesia invisible no debe encontrar
expresión en una sola organización. Difícilmente se podrá decir que la Palabra de
Dios requiera esto con toda claridad, y la historia ha demostrado que esto no puede
sostenerse y que tampoco merece consideración. El único intento que se ha hecho
de mayor alcance para unir a toda la iglesia en una gran organización externa no
demostró producir buenos resultados, sino que condujo a la internalización, al
ritualismo y al legalismo. Además, la multiformidad de iglesias, tan característica
del protestantismo, hasta donde resulta de la dirección providencial de Dios y de un
proceder legítimo, surgió de la manera más natural, y esta en completa armonía con
la ley de diferenciación, según la cual un organismo en su desarrollo evoluciona de
lo homogéneo a lo heterogéneo. Es muy posible que las riquezas inherentes del
organismo de la iglesia encuentren mejor y más completa expresión en la variedad

326
Art. XXIX.
327
Scottish Theology and Theologians, pp. 97 y sig.
725

actual de iglesias que la que producirían en una sola organización externa. Esto no
quiere decir, de consiguiente, que la iglesia no deba luchar por una mayor medida
de unidad externa. El ideal seria siempre dar la mayor expresión adecuada a la
unidad de la iglesia. En la actualidad hay un movimiento de unión de iglesias muy
fuerte, pero este movimiento, hasta donde se ha desarrollado en nuestro día, aunque
indudablemente nace de motivos dignos de alabanza, de parte de algunos, todavía es
de muy dudoso valor. Cualquiera unión externa que se efectúa debe ser la expresión
natural de una unión interna, pero el movimiento actual busca en forma parcial
fabricar una unión externa no fundada en una unidad interna, olvidando que
"ninguna agregación artificial que procure unificar lo que naturalmente es dispar
puede proporcionar una garantía en contra de las luchas de partido dentro de aquella
agregación". Tal agregación es anti bíblica hasta donde se procura la unidad a
expensas de la verdad y ha estado marchando sobre las oscilaciones de subjetivismo
en religión. A menos que cambie de color y que luche por una mayor unidad en la
verdad, no producirá verdadera unidad sino nada mas uniformidad, y aunque logre
que la iglesia s a mas eficiente desde el punto de vista de los negocios, no lograr
aumentar la verdadera eficiencia espiritual propia de la iglesia. Barth da la nota
correcta cuando dice: "La búsqueda de la unidad de la iglesia debe ser idéntica de
hecho con la búsqueda de Jesucristo como la Cabeza concreta y Señor de la iglesia.
Las bendiciones de la unidad no pueden separarse de Aquel que bendice; en El la
iglesia tiene su fuente y realidad; por medio de su Palabra y Espíritu se nos revela y
sólo en la fe puede convertirse en realidad entre nosotros". 328

LA SANTIDAD DE LA IGLESIA

1. El concepto católico romano. El concepto católico romano de la santidad de la


iglesia también se refiere, principalmente, a su carácter externo. No se trata de la
santidad interior de los miembros de la iglesia por medio de la obra santificante del
Espíritu Santo, sino de la santidad ceremonial externa que se coloca en primer lugar.
Según el padre Devine la iglesia es santa primero que todo "en sus dogmas, en sus
preceptos morales, en su adoración, en su disciplina", en las cuales "todo es puro e
irreprochable, todo es de una naturaleza tal como se necesita para remover el mal y
la maldad, y para promover las más exaltadas virtudes". 329 Sólo en forma secundaria
se concibe que la santidad de la iglesia sea de carácter moral. El padre Deharbe dice

328
The Church and the Churches, p. 28.
329
The Creed Explained, p. 285.
726

que la iglesia es santa también, "porque hubo santos en ella, en todos los tiempos,
cuya santidad Dios ha confirmado también por medio de milagros y de gracias
extraordinarias". 330

2. El concepto protestante. Sin embargo, los protestantes tienen un concepto por


completo diferente acerca de la santidad de la iglesia. Sostienen que la iglesia es
santa en sentido absoluto en cuanto al aspecto objetivo, es decir tal como se
considera en Jesucristo. En virtud de la justicia medianera de Cristo, la iglesia se
cuenta como santa delante de Dios. En un sentido relativo también consideran a la
iglesia como santa en forma subjetiva, es decir, como que en verdad es santa en el
principio íntimo de su vida y destinada a perfecta santidad. De aquí que ella puede
llamarse en verdad una comunidad de santos. Esa santidad es, primero que todo, una
santidad del hombre interior, pero una santidad que también encuentra expresión en
la vida externa. En consecuencia, la santidad se atribuye también, en sentido
secundario, a la iglesia visible. Esa iglesia es santa en el sentido de que está
separada del mundo para consagrarse a Dios, y también en el sentido ético de
aspirar a, y conseguir en principio, una santa conducta en Cristo. Puesto que las
iglesias locales visibles se componen de los creyentes y de sus hijos, se supone que
excluyen a todos los que abiertamente son incrédulos o malvados. Pablo no duda de
dirigirse a las iglesias considerándolas como integradas por santos.

LA CATOLICIDAD DE LA IGLESIA

1. El concepto católico romano. El atributo de catolicidad se lo apropia la iglesia


católica romana, como si ella sólo tuviera el derecho de llamarse católica. De
manera semejante a los otros atributos de la iglesia, este se aplica a ella en su
organización visible. Pretende el derecho de ser considerada como la única iglesia
verdaderamente católica, porque está esparcida sobre toda la tierra y se adapta a
todos los países y a todas las formas de gobierno ; porque ha existido desde el
principio y ha tenido siempre vasallos y niños fieles, en tanto que las sectas vienen y
van ; porque está en posesión de la plenitud de la gracia y la verdad, destinadas a ser
distribuidas entre los hombres ; y porque ella sobrepasa el número de miembros de
todas las sectas disidentes tomadas en conjunto.

330
Catechism of the Catholic Religion, p. 140.
727

2. El concepto protestante. Una vez más, los protestantes aplican este atributo, en
primer lugar, a la iglesia invisible, que puede también llamarse católica en un
sentido mucho más verdadero que cualquiera de las organizaciones existentes, ni
siquiera exceptuando a la iglesia de Roma. Con justicia se resienten de la arrogancia
del católico romano que se apropian este atributo para su organización jerárquica,
excluyendo a todas las otras iglesias. Los protestantes insisten en que la iglesia
invisible es, ante todo, la verdadera iglesia católica, porque incluye a todos los
creyentes sobre la tierra, en cualquier tiempo particular, sin excepción de alguno;
porque, en consecuencia, también ella tiene sus miembros entre todas las naciones
del mundo que han sido evangelizadas; y porque ejercita una influencia dirigente
sobre la vida entera del hombre en todas sus fases. En segundo lugar, también los
protestantes atribuyen la catolicidad a la iglesia visible. En nuestra discusión acerca
de la unidad de la iglesia visible, ya se hizo notorio que los Reformadores y las
Confesiones Reformadas expresan su creencia en una iglesia católica visible, y esta
opinión ha sido repetida por teólogos Reformados, holandeses, escoceses y
americanos hasta el día presente, aunque en recientes años algunos de los
holandeses expresaron duda acerca de ella. Se debe admitir que esta doctrina
presenta muchos problemas difíciles, que todavía están pidiendo solución. No es
fácil señalar con precisión en qué consiste justamente esta iglesia católica visible.
Además, surgen problemas como estos :
a. ¿Lleva consigo esta doctrina una completa condenación del
denominacionalismo, según el Dr. Henry Van Dyke parece pensarlo?
b. ¿Significa esto que alguna denominación es la iglesia verdadera, en tanto
que otras son falsas, o es mejor distinguir entre iglesias de mayor o menor
pureza en su formación?
c. ¿En qué punto una iglesia local o denominacional deja de ser parte
integrante de aquella única iglesia visible?
d. ¿Es esencial para la unidad de la iglesia visible una sola institución u
organización externa o no? Estos son algunos de los problemas que todavía
demandan un estudio más amplio.

LAS SEÑALES DE LA IGLESIA

LAS SEÑALES DE LA IGLESIA EN GENERAL.


728

1. La necesidad de estas señales. Mientras la iglesia fue notoria y claramente una, se


sintió poca necesidad de tales señales. Pero cuando surgieron las herejías, se
hicieron necesarias determinadas señales por medio de las cuales se pudiera
reconocer a la iglesia verdadera. La conciencia de esta necesidad ya estaba presente
en la iglesia primitiva. Fue menos aparente como es natural en la Edad Media, pero
se convirtió en muy fuerte al tiempo de la Reforma. En aquel tiempo la única iglesia
que existía no fue sólo dividida en dos grandes sectores, sino que el protestantismo
mismo se dividió en varias iglesias y sectas. Como resultado se sintió, cada vez
más, que era necesario señalar algunas características por las que la verdadera
iglesia pudiera distinguirse de las falsas. El hecho preciso de la Reforma demuestra
que los Reformadores, sin negar que Dios mantiene a su iglesia, conocieron, no
obstante, muy profundamente, el hecho de que un organismo empírico de la iglesia
puede estar sujeto al error, puede apartarse de la verdad y puede degenerar
totalmente. Dieron por hecho la existencia de un modelo de verdad al cual la iglesia
debe corresponder, y reconocieron que tal modelo es la Palabra de Dios.

2. Las señales de la iglesia en la teología Reformada. Los teólogos Reformados


difieren en cuanto al número de las señales de la iglesia. Algunos hablaron nada
más de una, la predicación de la doctrina pura del evangelio (Beza, Alsted,
Amesius, Heidanus, Maresius); otros: de dos, la predicación pura de la Palabra y la
recta administración de los sacramentos (Calvino, Bullinger, Zanchius, Junius,
Gomarus, Mastricht, á Marck), y todavía otros añadieron a estas una tercera, el fiel
ejercicio de la disciplina (Hyperius, Martyr, Ursino, Trelcatius, Heidegeer,
Wendelinus). Estas tres también se nombran en nuestra Confesión; 331 Pero después
de hacer mención de ellas, la Confesión las combina en una sola, diciendo: "En
resumen, si todas las cosas se manejan según la Palabra pura de Dios". En el curso
del tiempo se hizo una distinción, de manera especial en Escocia, entre aquellos
hechos que son absolutamente necesarios para el ser de la iglesia, y aquellos que
nada más son necesarios para su bienestar. No obstante, algunos comenzaron a
sentir que por muy necesaria que fuera la disciplina para el bien de la iglesia, sería
un error decir que una iglesia sin disciplina no fuera para nada iglesia. Algunos
hasta sintieron lo mismo acerca de la correcta administración de los sacramentos,
puesto que no se sentían con libertad para rechazar de la iglesia a los bautistas o a
los cuáqueros. El resultado de esto se ve en la Confesión de Westminster, que
menciona como la única cosa indispensable para el ser de la iglesia "la profesión de
la verdadera religión", y habla de otras cosas, tales como la pureza de la doctrina o

331
Art. XXIX.
729

del culto, y de la disciplina como cualidades excelentes de iglesias particulares,


mediante las cuales el grado de su pureza puede medirse. 332 El Dr. Kuyper reconoce
nada más la praedicatio verbi y la administratio sacramenti como las verdaderas
señales de la iglesia, puesto que ellas nada más :
a. Son específicas, es decir son características de la iglesia y de ningún otro
cuerpo
b. Son instrumentos mediante los cuales Cristo obra con su gracia y espíritu en
la iglesia
c. Son elementos formativos que entran en la construcción de la iglesia. La
disciplina se encuentra también en otras partes y no puede coordinarse con
las dos anteriores. Teniendo esto en cuenta, no tiene objeción el Dr. Kuyper,
a pesar de todo, en considerar el ejercicio fiel de la disciplina como una de
las señales de la iglesia. Ahora bien, es indudablemente cierto que las tres
señales que se acostumbra nombrar no están coordinadas ve rdaderamente.
Hablando en forma estricta, puede decirse que la predicación verdadera de la
palabra y su reconocimiento, como el modelo de la doctrina y de la vida, es
la única marca de la iglesia. Sin ella no hay iglesia, y ella determina la recta
administración de los sacramentos y el ejercicio fiel de la disciplina
eclesiástica. No obstante, la correcta administración de los sacramentos es
también una señal verdadera de la iglesia. Y aunque el ejercicio de la
disciplina no sea peculiar a la iglesia, es decir, no se encuentra en ella
exclusivamente, sin embargo, es en absoluto esencial para su pureza.

LAS SEÑALES DE LA IGLESIA EN PARTICULAR

1. La predicación verdadera de la palabra. Esta es la más importante señal de la iglesia.


Aunque es independiente de los sacramentos, éstos no son independientes de ella.
La predicación verdadera de la Palabra es el gran medio para mantener la iglesia y
para capacitarla a fin de que sea madre de los fieles. Que esta es una de las
características de la iglesia verdadera, resulta evidente de pasajes como Juan 8: 31,
32, 47; 14: 23; I Juan 4: 1-3; II Juan 9. Atribuir esta señal a la iglesia no quiere decir
que la predicación de la palabra en una iglesia deba ser perfecta para que se
considere una iglesia verdadera. Semejante ideal es inalcanzable en la tierra; sólo se
le puede atribuir a cual-quiera iglesia una pureza relativa de doctrina. Una iglesia
puede ser comparativamente impura en su presentación de la verdad sin dejar por

332
Cap. XXV, párrafos 2, 4, 5.
730

eso de ser una verdadera iglesia. Pero hay un límite más allá del cual una iglesia no
puede continuar representando mal a la verdad o negándola sin perder su carácter
verdadero y convirtiéndose en una iglesia falsa. Esto es lo que acontece cuando se
niegan los artículos fundamentales de la fe, y la doctrina y la vida no quedan ya bajo
el control de la Palabra de Dios.

2. La correcta administración de los sacramentos. Los sacramentos nunca deben


divorciarse de la Palabra de Dios, porque no tienen contenido propio, sino que lo
derivan de la Palabra de Dios; son de hecho una predicación visible de la palabra.
Como tales deben ser administrados por ministros de la palabra, legítimamente
ordenados, de acuerdo con la institución divina, y sólo administrados a sujetos
debidamente calificados, es decir los creyentes y sus hijos. Le negación de las
verdades centrales del evangelio afectará la debida administración de los
sacramentos; y. la iglesia de Roma en verdad se aparta del modo correcto, cuando
divorcia los sacramentos de la Palabra, atribuyéndoles una suerte de eficacia
mágica, y cuando permite que las parteras administren el bautismo en caso de
necesidad. Que la correcta administración de los sacramentos es una de las
características de la iglesia verdadera, se deduce de su inseparable relación con la
predicación de la Palabra y de pasajes como Mat. 28: 19; Mar. 16: 15, 16; Hech. 2:
42; I Cor. 11: 23-30.

3. El ejercicio fiel de la disciplina. Este es muy esencial para el mantenimiento de la


pureza de la doctrina y para conservar la santidad de los sacramentos. Las iglesias
que son flojas en disciplina están expuestas a des-cubrir más pronto o más tarde
dentro de su círculo un eclipse de la luz de la verdad y el consecuente abuso de lo
que es santo. De aquí que una iglesia que quiera permanecer fiel a su ideal en la
medida en que es posible lograr esto sobre la tierra, debe ser diligente y consciente
en el ejercicio de la disciplina cristiana. La Palabra de Dios insiste en la disciplina
adecuada en la iglesia de Cristo, Mat. 18: 18; I Cor. 5: 1-5, 13; 14: 33, 40; Apoc. 2:
14, 15, 20.

PREGUNTAS PARA AMPLIAR EL ESTUDIO

1. ¿Qué significa la palabra ekklesia en Mat. 16: 18; 18: 17?


2. ¿Cuándo y cómo llegó a usarse por la iglesia el término kuriake?
3. ¿En qué difieren las palabras holandesas "kerk' y 'gemeente' y cómo se relacion an
con el término griego?
731

4. ¿Hay pasajes en la Escritura en los que la palabra ekklesia se usa, sin sombra de
duda, para designar como una unidad al cuerpo completo de aquellos que por todo
el mundo abiertamente profesan a Cristo?
5. ¿Se usa siempre esta palabra como la designación para un grupo de iglesias bajo un
gobierno común, tal como el que llamamos una denominación?
6. ¿La visibilidad de la iglesia (iglesia visible) consiste únicamente en la visibilidad de
sus miembros?
7. Si no, ¿en qué sentido se convierte en visible?
8. ¿Permanece la iglesia visible en alguna otra relación con Cristo que no sea nada más
la externa, y goza de alguna otra cosa que no sean solamente promesas y privilegios
externos?
9. ¿Difiere la esencia de la iglesia visible de la esencia de la iglesia invisible?
10. ¿Qué objeciones se han levantado en contra de la distinción entre la iglesia como
una institución y la iglesia como un organismo?
11. ¿Cuál es la diferencia fundamental entre el concepto católico romano y el
Reformado acerca de la iglesia?

LITERATURA PARA CONSULTA

1. Bannerman, The Church of Christ, I, pp. 1.67; Ten Hoor, Afscheiding en Doleantie
and Afscheiding of Doleantie
2. Bavinck, Geref. Dogm. IV, pp. 295.354
3. Devine, The Creed. Explained, pp. 256.295
4. Doekes, De Moeder der Geloovigen, pp. 7.64; Steen, De Kcrk, pp. 30.131
5. Hort, The Christian Ecclesia, especialmente pp 1.21, 107.122;
6. Kuyper, Dict. Dogm., De Ecclesia, pp. 3,267; id., Tractaat Van de Reformatie cler
Kerken, ibid., E. Voto II, pp. 108.151
7. Litton, Introd. to Dogm. Theol., pp. 357.378
8. McPherson, The Doctrine of the Church in Scottish Theology, pp. 54,128
9. Moehler, Symbolism, pp. 310.362;
10. Morris, Ecclesiology, pp. 13.41;
11. Pieper, Christl. Dogm. III, pp. 458.492
12. Pope, Chr. Theol. III, pp. 259.287;
13. Schaff, Our Father's Faith and Ours, 213.239;
14. Strong, Syst. Theol., pp. 887.894;
15. Valentina, Chr. Dogm. II, pp. 362.377
16. Van Dyke, The Church, Iler Ministry and Sacraments, pp. 1.74

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