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Comentario de Colosenss

Este documento presenta un análisis detallado del pasaje bíblico de Colosenses 1:1-14. Explica el contexto histórico y social de la iglesia en Colosas, así como los posibles problemas teológicos a los que se enfrentaban. Resume la estrategia de Pablo de enraizar a los creyentes en las enseñanzas fundamentales sobre Cristo antes de abordar las herejías.
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Comentario de Colosenss

Este documento presenta un análisis detallado del pasaje bíblico de Colosenses 1:1-14. Explica el contexto histórico y social de la iglesia en Colosas, así como los posibles problemas teológicos a los que se enfrentaban. Resume la estrategia de Pablo de enraizar a los creyentes en las enseñanzas fundamentales sobre Cristo antes de abordar las herejías.
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PASAJE BÍBLICO
Colosenses 1:1-14
RECURSOS PARA PREDICAR

Por Richard Niell Donovan


Traducción por Ángeles Aller

PASAJE BÍBLICO: Colosenses 1:1-14

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:
El apóstol Pablo escribió esta carta (epístola) a la iglesia en Colosas, una ciudad
pequeña situada en el Río Lycos en Asia Menor (hoy Turquía), conocida por su
producción de lana y productos de lana.

Al escribir esta carta, seguramente durante los años 50 d.C., Laodicea había
eclipsado a Colosas, convirtiéndose en la ciudad más importante de la región. En
los años 60-61 d.C., un gran terremoto destruyó prácticamente toda la ciudad de
Colosas; esto fue un golpe del que nunca se pudo recuperar.

Aunque existía una población judía bastante grande en la región, los cristianos
colosenses eran, en su mayoría, gentiles (véanse 1:21, 27; 2:13). Es probable que
los vicios mencionados en versículos 3:5-7 fueran más problemáticos para los
gentiles que para los judíos.

Epafras (versión acortada del nombre Epafrodito) seguramente fue el pastor


fundador de la iglesia en Colosas (y de las iglesias cercanas en Laodicea e
Hierápolis también). Pablo nunca había visitado la iglesia colosense en persona.

Pablo habla bien de Epafras, llamándole, “nuestro consiervo amado, el cual es un


fiel ministro de Cristo á favor vuestro” (v. 7). Dice que Epafras está “siempre solícito
por vosotros (los cristianos colosenses) en oraciones” (4:12). En su carta a Filemón,
Pablo habla de Epafras como “mi compañero en la prisión por Cristo Jesús”
(Filemón 23).

La carta empieza designando a Pablo “y el hermano Timoteo” como su autor (v. 1;


véase también 4:18). No sabemos si Timoteo contribuyó de manera importante a la
redacción de la carta. Lo más probable es que hiciera de amanuense (secretario)
para Pablo, escribiendo lo que Pablo dictaba.

Esta carta incluye varias palabras que no aparecen en ningún otro lugar en las
escrituras de Pablo – y algunas diferencias estilísticas también. Por eso hay eruditos
modernos que cuestionan la autoría de Pablo. No obstante, las diferencias de
vocablo y estilo son lo suficientemente pequeñas para decir que Pablo es su autor y
que Timoteo es su coautor y secretario.

Pablo habla bien de la fe, el amor, y la esperanza de los cristianos colosenses (1:4-
5) y reconoce que las Buenas Noticias están rindiendo fruto y creciendo entre ellos
(1:6). A pesar de esto, parece que Epafras le trae noticia de graves problemas en
Colosas – problemas con falsas enseñanzas que algunos eruditos llaman “la herejía
colosense.” Pablo escribe esta carta para ayudar a los colosenses a solucionar esos
problemas:

• Expresa preocupación que alguien “os engañe con palabras persuasivas” (2:4).

• Les advierte: “Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sutilezas, según
las tradiciones de los hombres, conforme á los elementos del mundo, y no según
Cristo” (2:8).

• Les recuerda que antes estaban “muertos en pecados y en la incircuncisión de


vuestra carne,” pero que Cristo “os vivificó juntamente con él, perdonándoos todos
los pecados, rayendo la cédula de los ritos que nos era contraria, que era contra
nosotros, quitándola de en medio y enclavándola en la cruz; Y despojando los
principados y las potestades, sacólos á la vergüenza en público, triunfando de ellos
en sí mismo” (2:13-15).

• Les dice que no dejen que nadie les juzgue “en comida, ó en bebida, ó en parte de
día de fiesta, ó de nueva luna, ó de sábados” (2:16). Les dice que no se sometan “á
ordenanzas, tales como, no manejes, ni gustes, ni aun toques” (2:20-21). Esto
sugiere que los cristianos colosenses sentían presión de adoptar las leyes dietéticas
judías, junto con su fe cristiana – un problema común en aquel momento en la
historia de la iglesia – un problema al que Pablo se dirigió particularmente en su
carta a Gálatas. También podría reflejar el ascetismo que los gnósticos
promulgaban.

• Les advierte que no permitan que nadie, “os prive de vuestro premio, afectando
humildad y culto á los ángeles” (2:18).

• Les ruega “Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra:
fornicación, inmundicia, molicie, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría”
(3:5). Les dice “dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,
maledicencia, torpes palabras de vuestra boca” (3:8).

• Les da consejo en cuanto a sus relaciones con los demás, en particular, esposas,
maridos, hijos, siervos, y maestros (3:18 – 4:1).
Aunque Pablo va a tratar estos problemas uno por uno, primero quiere enraizar a los
cristianos colosenses en los puntos básicos de la fe – y en Cristo como centro de
esa fe (véase 1:15-20 en particular). Si estos cristianos colosenses pudieran
entender mejor la naturaleza y misión de Cristo – quién era y es y lo que Cristo ha
venido a hacer para ellos – ese entendimiento les daría la fundación necesaria para
tratar los problemas que Epafras ha identificado.

Podemos comparar la estrategia de Pablo – llenar a estos cristianos colosenses de


buenas creencias, para que malas creencias no encuentren donde asentar – con la
manera en que un propietario se preocupa por el crecer de su hierba y por evitar
que malas hierbas encuentren donde crecer.

También podríamos usar como metáfora la Estrella del Norte. Gente que navega
según las estrellas encuentra la Estrella del Norte particularmente útil. Si la
encuentran, les puede ayudar a orientarse y saber dónde están y en qué dirección
se mueven. Pueden usar este conocimiento para alejarse del peligro de las rocas o
de bancos de peces – y para guiar su barco en la dirección correcta. En esta carta a
los colosenses, Pablo establece a Cristo como su Estrella del Norte – el lugar fijo en
el cielo por el cual pueden navegar sin peligro – la verdad que les ayudará a evitar
las muchas falsedades que amenazan con descarrilarles.

COLOSENSES 1:1-2: GRACIA Y PAZ Á VOSOTROS


1PABLO, apóstol (griego: apostolos) de Jesucristo por la
voluntad (griego: thelematos – de thelema) de Dios, y el hermano Timoteo, 2A los
santos (griego: hagios) y hermanos (griego: adelphoi – de adelphos)fieles en Cristo
que están en Colosas: Gracia(griego: charis) y paz (griego: eirene) á vosotros de
Dios Padre nuestro, y del Señor Jesucristo.

En aquel tiempo y lugar, las cartas empezaban con el nombre de quien escribe, el
nombre del destinatario, y un saludo. Pablo sigue este esquema y extiende la carta
para cumplir sus propósitos.

“PABLO, apóstol (apostolos) de Jesucristo” (v. 1a). Pablo primero declara su


nombre y después su oficio. Es apóstol (apostolos). Un apostolos es alguien
enviado con un mensaje. En el caso de Pablo, el que envía es Jesucristo y el
mensaje es el Evangelio de Jesucristo.

Pablo, claro, no era uno de los doce apóstoles originales. Era un judío que
perseguía con celo a los cristianos durante los primeros años de la iglesia. Pero
entonces Cristo le escogió para ser apóstol cristiano. Cristo confrontó a Saúl (el
nombre de Pablo antes de ser cristiano) mientras se dirigía a Damasco para
perseguir a los cristianos allí (Hechos 9:1ff) – esta confrontación terminó con Saúl
convirtiéndose en Pablo, apóstol cristiano – escogido y comisionado personalmente
por Cristo – apóstol cuyo testimonio de Cristo aumentó después de ver Pablo al
Cristo resucitado.

Pablo no ha visitado la iglesia colosense, pero ella conoce a Pablo por su


reputación. El estatus de Pablo como apóstol le concede la autoridad que necesita
para dirigirse a sus problemas – y para ofrecer remedios.
“por la voluntad (thelema) de Dios” (v. 1b). La llamada de Saúl para convertirse
en apóstol comenzó con la voluntad (thelema) de Dios. Fue parte del plan de Dios
que Pablo se hiciera apóstol.

Dios tiene un thelema – una voluntad – un plan – para cada persona. Tiene un
espacio particular para cada uno de nosotros en su universo espiritual. Es su
voluntad que ocupemos ese espacio. Podemos cumplir la voluntad de Dios para
nosotros solo si tratamos de llenar ese espacio – y si nos esforzamos para que
nuestra voluntad concuerde con la voluntad de Dios.

Debemos tener cuidado cuando pensamos de la voluntad de Dios para nuestras


vidas. Hoy los falsos maestros abundan – nos dicen que Dios quiere que seamos
ricos – que conduzcamos un Mercedes y llevemos un Rolex. Gente responde bien a
estas enseñanzas porque estos falsos maestros dicen lo que quiere oír. Sin
embargo, Cristo no nos dice que nos hagamos ricos ni que acumulemos juguetes
caros.

• Cristo nos llama a tomar nuestra cruz y seguirle (Mateo 10:38; 16:24; Marcos 8:34;
Lucas 9:23; 14:27).

• Nos llama hacia un ministerio servicial – alimentar al hambriento – dar de beber al


sediento – extender la bienvenida al extraño y visitar al enfermo o encarcelado
(Mateo 25:31ff).

• Nos enseña que “Más bienaventurada cosa es dar que recibir” (Hechos 20:35).

• Nos enseña que “un rico difícilmente entrará en el reino de los cielos” y


que “más liviano trabajo es pasar un camello por el ojo de una aguja, que
entrar un rico en el reino de Dios” (Mateo 19:23-24; véase también Marcos 10:13-
16; Lucas 18:18-30).

• No obstante, el Evangelio – las Buenas Noticias – dicen que “Para con los


hombres imposible es esto; mas para con Dios todo es posible” (Mateo 19:26;
Marcos 10:27; Lucas 18:27).

Considere como la llamada de Dios se adentró en la vida de Pablo. ¿Se hizo Pablo
rico y famoso? La verdad es que sí se hizo famoso – mucho más que la mayoría de
cristianos. ¿Pero se hizo rico? ¿Estaba cómodo? ¿Económicamente seguro?
¿Tenía una casa de veraneo en un lago? ¿Se esforzaba la gente para honrarle y
aliviarle el camino? ¡No! ¡Ninguno de estos! En su segunda carta a los corintios,
Pablo relató los sacrificios que había hecho como apóstol de Cristo. Les recordó que
a menudo había estado encarcelado. Dijo:

“De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.

Tres veces he sido azotado con varas;

una vez apedreado;


tres veces he padecido naufragio;

una noche y un día he estado en lo profundo de la mar;

En caminos muchas veces,

peligros de ríos, peligros de ladrones,

peligros de los de mi nación, peligros de los Gentiles,

peligros en la ciudad, peligros en el desierto,

peligros en la mar, peligros entre falsos hermanos;

En trabajo y fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed,

en muchos ayunos, en frío y en desnudez” (2 Corintios 11:24-27).

Entonces, no responda a la llamada de Cristo pensando que su fe le traerá riquezas.


Busque hacer la voluntad de Dios, sabiendo que Dios le pedirá cosas difíciles. La
bendición será una vida bien vivida – una vida llena de propósito – una vida en que
se le guardarán tesoros en el cielo, pero seguramente no en la tierra (Mateo 6:19-
21).

“y el hermano Timoteo” (v. 1c). Timoteo es el leal compañero de Pablo. Pablo


primero conoció al joven Timoteo en Listra, donde vivía Timoteo (Hechos 16:1-5).
Timoteo acompañó a Pablo en sus viajes, haciéndose su fiel compañero (1 Corintios
4:17; 16:10-11; Filipenses 2:19-22; 1 Tesalónicos 3:1-6).

Al final de la carta Pablo menciona a otros cristianos y amigos que le apoyaban –


Tichîco, Aristarchô, Marcos, Jesús – llamado Justo, Epafras, Lucas, Demas (4:7-14).
Por eso, la decisión de Pablo de incluir a Timoteo como coautor en el primer
versículo nos dice que Timoteo ocupa un lugar especial en el universo de Pablo.

Pablo escribió dos cartas a Timoteo (Timoteo Primero y Segundo) – cartas de


aliento y dirección por parte de un misionero experimentado y mayor a un hombre
más joven y sin experiencia.

En este caso habla de Timoteo como “adelphos” – “el hermano.” Timoteo no es


apóstol, pero vale la pena anotar su designación como hermano. Jesús dijo que sus
seguidores debían considerarse parte de una familia – la familia de Dios: “todo
aquel que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi
hermano, y hermana, y madre” (Mateo 12:50). Los cristianos del Nuevo
Testamento pensaban de sí mismos como hermano y hermana (Romanos 16:23; 1
Corintios 1:1; 16:12; Efesios 6:23; 1 Timoteo 6:2; Apocalipsis 1:9; 12:10) – y usaban
estas palabras para hablarse uno a otro.

Esta tradición cristiana de llamarse “hermano” o “hermana” continúa hoy entre


muchos cristianos conservadores. Desafortunadamente, el uso de esta tradición ha
decaído en gran parte de las grandes denominaciones actuales. Es una tradición
que nos vendría bien resucitar.

“A los santos (hagioi – de hagios) y hermanos (adelphoi) fieles en Cristo que


están en Colosas” (v. 2a). Pablo les hace dos grandes halagos a estos cristianos
colosenses – les llama “santos” y “hermanos (y hermanas) fieles.”

Pablo habla a menudo de hagioi – palabra que significa “uno santo” pero que se
suele traducir como “santos” en las Biblias en inglés. Pablo escribe “A todos los que
estáis en Roma, amados de Dios, llamados santos” (Romanos 1:7; véanse también
1 Corintios 1:2; Filipenses 1:1). Está claro por la manera que Pablo usa esta palabra
que su intención con la palabra hagioi – “santos” – es referirse al pueblo de Dios.

La idea de “santos” tiene raíces en el Antiguo Testamento y su entendimiento de la


santidad:

• Ahí aprendemos que Dios es santo.

• Personas y cosas se hacen santas por su asociación con Dios.

• La tierra en que anduvo Moisés era santa, porque Dios estaba allí presente (Éxodo
3:5).

• El Monte de Sinaí era santo, porque allí Dios le dio a Moisés la ley (Éxodo 19:23).

• El sábado es un día santo, porque conmemora el día que Dios descansó (Éxodo
20:8).

• El tabernáculo y su amueblado eran santos, porque el tabernáculo era la morada


de Dios (Éxodo 26:33-34; 30:29).

• Sacrificios quemados eran santos, porque eran sacrificios ofrecidos a Dios (Éxodo
29:34). La lista continúa y continúa.

• Pero, aún más especial, el pueblo de Dios es santo, porque le pertenece a Dios
(Deuteronomio 28:9; Isaías 62:12).

Santos son aquéllos “santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo” (Hebreos
10:10). No solemos usar la palabra santificados muy a menudo, pero está
relacionada a la palabra hagios. Santificado quiere decir “hecho santo.” Cuando el
autor de Hebreos dice que hemos sido “santificados por la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo,” quiere decir que Jesucristo nos ha hecho santos. Esto no significa que
Jesús nos haya hecho perfectos. Lo que significa es que Cristo nos ha hecho santos
– nos ha apartado para cumplir los propósitos de Dios – nos ha llamado a llevar
vidas santas.

Como santos, estamos ligados uno a otro por nuestra fe en Cristo. El Nuevo
Testamento habla de Cristianos como hermanos y hermanas, por eso somos familia
en Cristo. Somos parientes sanguíneos del pueblo de Dios de otras razas y otras
naciones (conectados por la sangre de Cristo). Somos parientes sanguíneos del
pueblo de Dios que vivió hace mucho – y de todos aquéllos que nos seguirán.

“Gracia (charis)” (v. 2b). Gracia (charis) es una palabra importante en el Nuevo


Testamento, especialmente en las epístolas de Pablo. El uso de charis en el Nuevo
Testamento tiene raíces en la palabra hebrea hesed, que se usa en el Antiguo
Testamento para hablar del amor caritativo, la merced, y la lealtad de Dios.

Los griegos a menudo usaban la palabra charis para hablar de patrocinio (el apoyo


de un patrón, económico y político). Para los griegos, la palabra charis connotaba
generosidad – una generosidad que exigía lealtad por parte de quien la recibía.

Por eso, es fácil entender porque Pablo adapta charis al Evangelio.


El charis cristiano es la salvación de Dios para todos aquéllos que aceptan el
Señorío de Jesucristo. Dios, entonces, es el patrón – el benefactor. Nosotros somos
los beneficiarios – los que reciben su gracia.

De la misma manera que nunca podríamos repagarle a una persona que nos deja
una herencia de riqueza inimaginable, jamás podremos repagarle a Dios por la
salvación que nos da. Sin embargo, si un patrón nos concediera una riqueza de
gran tamaño, le seríamos fieles y usaríamos ese dinero según sus deseos y valores.
Así también podemos serle fieles al Dios que nos da la salvación, viviendo según su
voluntad.

“y paz (eirene) á vosotros” (v. 2c). Paz (eirene) es una palabra importante que


aparece casi cien veces en el Nuevo Testamento. Viene de la palabra
griega shalom, que se usaba con frecuencia en el Antiguo Testamento. El LXX (el
Septuagésimo – la traducción griega del Antiguo Testamento) usa la palabra
griega eirene para traducir la palabra hebrea shalom casi doscientas veces.

Ambos eirene (griego) y shalom (hebreo) pueden referirse a una paz interna – el


bienestar que acompaña una relación profunda con Dios – la totalidad que viene de
tener la imagen de Dios, una vez quebrantada por el pecado, pero que es
restaurada en el creyente.

En otro lugar Pablo Dice, “Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos
8:31) – es decir, “si Dios está con nosotros, ¿qué importa que alguien esté en
nuestra contra?” El punto de Pablo es que una relación íntima con Dios le confiere al
creyente una confianza que ningún oponente ni peligro puede quebrantar. Sería
apropiado llamar ese estado de gracia “paz” – eirene (griego) – shalom (hebreo).

Pero eirene y shalom también se pueden referir a una paz externa – ausencia de


rencor o violencia entre individuos o naciones. En el medio de este versículo dice, “a
lo que también fuisteis llamados en un solo cuerpo.” Esto sugiere que aquí la paz
externa es el significado principal. Pablo les pide a estos cristianos colosenses que
vivan en harmonía y tranquilidad uno con otro.

Eirene es uno de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22). Está enraizado en la paz que
tenemos con Dios, quien nos ha concedido la gracia a través de Jesucristo
(Romanos 5:1-2a). Habiendo recibido la gracia de Dios, es de esperar que nosotros
extendamos la misma gracia a otros. En una comunidad que recibe y extiende
gracia libremente, por seguro que eireneprevalecerá.

“de Dios Padre nuestro, y del Señor Jesucristo” (v. 2d). La fuente de gracia y
paz es “Dios Padre nuestro, y el Señor Jesucristo.”

COLOSENSES 1:3-8: DAMOS GRACIAS POR TI


3Damos gracias (griego: eucharistoumen – de eucharisteo) al Dios y Padre del
Señor nuestro Jesucristo, siempre orando por vosotros: 4Habiendo oído vuestra
fe (griego: pistis) en Cristo Jesús, y el amor(griego: ágape) que tenéis á todos los
santos, 5A causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual
habéis oído ya por la palabra verdadera del evangelio (griego: euangelion): 6El cual
ha llegado hasta vosotros, como por todo el mundo; y fructifica y crece, como
también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en
verdad, 7Como habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, el cual es
un fiel ministro de Cristo á favor vuestro; 8El cual también nos ha declarado vuestro
amor (griego: ágape) en el Espíritu.

“Damos gracias (eucharisteo) al Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo” (v.


3a). Los cristianos de hoy – por lo menos en ciertas denominaciones – verán la
palabra Eucaristía, que usan para hablar de la Cena del Señor, en esta palabra
griega eucharisteo. La palabra eucharisteo significa dar gracias o expresar gratitud –
y la Cena del Señor es el mejor lugar para hacerlo.

En versículo 1, Pablo incluyó a Timoteo en sus saludos. Ahora dice, “damos


gracias,” seguramente incluyendo a Timoteo de nuevo – y, quizá, a otros cristianos
que Pablo menciona en capítulo 4.

Pablo escribe esta carta para dirigirse a los problemas que los cristianos están
experimentando en Colosas. Pero primero toma un momento para mencionar las
cosas buenas de los cristianos colosenses. Son “hermanos fieles” (v. 1). Da gracias
por ellos (v. 3). Ha oído hablar de su fe y amor por los santos (v. 4). Tienen
esperanza (v. 5). El Evangelio de Cristo “fructifica y crece” entre ellos (v. 6). Antes
de hablar de sus problemas, Pablo quiere que sepan que está muy al tanto de todo
lo positivo que está ocurriendo entre ellos y que es digno de celebrar.

Este es un buen modelo. Una vez asistí un taller de Ken Blanchard donde el bien
conocido gurú de liderazgo enfatizó la importancia de hacerle a la gente
comentarios positivos – palmadas en la espalda. Blanchard aconsejó hacer diez
comentarios positivos para cada comentario negativo – una proporción de diez-por-
uno a favor de comentarios positivos. Dio este consejo, no para hacer a la gente
sentirse mejor, sino porque este método resulta en líderes más efectivos. La
explicación es que por lo general se acepta crítica más fácilmente si se sabe que
alguien aprecia lo bueno que hemos hecho. Muchos en la iglesia hacen cosas
positivas. Asegurémonos de mencionar estas cosas buenas – y de expresar nuestro
agradecimiento siempre que sea posible.
“siempre orando por vosotros” (v. 3b). Aunque Pablo no ha tenido oportunidad de
visitar la iglesia en Colosas, sí ha tenido y tiene muchas oportunidades de rezar por
ella. “Siempre orando” no significa que Pablo pasa cada momento del día orando
por ellos. Significa que la oración por los cristianos colosenses es parte regular de la
vida de Pablo.

“Habiendo oído vuestra fe (pistis) en Cristo Jesús” (v. 4a). ¿Habiendo oído de


quién? Seguramente de Epafras (véase versículo 8).

En versículos 4-5, Pablo menciona tres virtudes – fe, amor, y esperanza – que en
otro lugar también agrupa (1 Corintios 13:13; Romanos 5:1-5; Gálatas 5:5-6; 1
Tesalónicos 1:3).

Pablo ha oído buenas cosas de su “fe (pistis) en Cristo Jesús.” En el Nuevo


Testamento, pistis tiene que ver con la manera que una persona responde
a kerygma – la proclamación del Evangelio de Jesucristo.

“y el amor (ágape) que tenéis á todos los santos” (v. 4b). La palabra que Pablo


usa para amor (ágape) es una de cuatro palabras griegas que significan amor, las
otras tres son philos, storge, y eros.Storge es amor familiar, como el amor que uno
siente por un hijo o un padre. Eros es amor romántico o sexual.
Solo ágape y philos aparecen en el Nuevo Testamento.

La distinción clásica entre ágape y philos es que ágape tiene que ver con la


preocupación por el bienestar de otra persona, mientras que philos tiene que ver
con amor entre hermanos – amor entre amigos – compañerismo – el tipo de amor
que uno recibe y da. Aunque se cuestiona dónde está la línea entre esta distinción,
eruditos tienden a pensar que “philos” contiene una mutualidad que no se encuentra
en ágape” (Melick). Es decir, philos tiene que ver con dar y recibir, mientras
que ágape solo con dar – una preocupación pura por el bienestar de otra persona.

Amor ágape es más que una palabra de “hacer” o “sentir.” No requiere que


aprobemos de las acciones de quien amamos – ni siquiera que disfrutemos de su
compañía. Pero sí requiere actuar a favor de esa persona – que mostremos nuestro
amor de manera práctica. Una persona ágape hará lo posible para alimentar al
hambriento – dar de beber al sediento – darle la bienvenida al extraño – vestir al
desnudo – y visitar al enfermo y encarcelado (Mateo 25:31-46). La
persona ágape tiene poco o nada que ganar cuando ayuda a personas hambrientas,
sedientas, extrañas, desnudas, y encarceladas. El impulso de su amor ágape es
dar, no recibir.

Amor es el primer fruto del Espíritu (Gálatas 5:22) – y es la virtud cristiana más
grande (1 Corintios 13:13).

“A causa de la esperanza que os está guardada en los cielos” (v. 5a). En


versículo 4, Pablo mencionó la fe de los cristianos colosenses – y en este versículo
habla de su esperanza. Ambos fe y esperanza miran hacia el futuro – a la
recompensa futura – al cumplimiento futuro de las promesas de ahora. El autor de
Hebreos dice, “ES pues la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la
demostración de las cosas que no se ven” (Hebreos 11:1).

La esperanza es vital (de la palabra latina vita – vida) en todo el sentido de la


palabra. La esperanza da vida. Una vida sin esperanza es apagada y sin sentido.
Como ejemplo, prisioneros que sirven una pena que no tiene un fin determinado
(que no tiene fecha de vencimiento específica) tienden a llevar su pena mucho peor
que los que pueden calcular los días que les faltan para salir de la cárcel. Lo llevan
peor porque su destino no está claro – porque no tienen nada definitivo que esperar
– ninguna fecha determinada contra la que medir su progreso.

Gente pone esperanza en todo tipo de cosas: Fuerza o apariencia personal, títulos
académicos, pensiones, figuras políticas, etcétera, etcétera.

Pero Pablo les dice a estos cristianos colosenses que su esperanza nace en su “fe
en Cristo Jesús” y “el amor que tenéis á todos los santos” (v. 4). Es una esperanza
“que os está guardada en los cielos” (v. 5a) – una esperanza que les muestra un
futuro bendecido, y por lo tanto les da fuerza para vivir hoy.

“de la cual habéis oído ya por la palabra verdadera del evangelio” (euangelion)


(v. 5b). Es a través de “la verdadera palabra del evangelio” que estos cristianos
colosenses han recibido la bendición de “la esperanza que os (les) está guardada
en los cielos.”

La palabra griega euangelion combina las palabras eu (bueno) y angelos (ángel o


mensajero) y significa “buenas noticias.” En el uso secular se utilizaba para hablar
de una victoria en batalla – o la recompensa entregada a un mensajero que traía
palabra de esa victoria. En el Nuevo Testamento, euangelion se usa para proclamar
las Buenas Noticias de Jesucristo. Pablo usa diferentes formas de esta palabra casi
cincuenta veces en referencia a la muerte, el entierro, y la resurrección de
Jesucristo.

“El cual ha llegado hasta vosotros, como por todo el mundo; y fructifica y
crece, como también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la
gracia de Dios en verdad” (v. 6). Las Buenas Noticias de Jesucristo no han llegado
solo a estos cristianos colosenses, pero también está por llegar a “todo el mundo.”
En ese momento, el Evangelio solo había penetrado algunas ciudades en la región
mediterránea – no “todo el mundo” como lo conocemos hoy – pero un comienzo sin
embargo. Hoy, hemos visto el cumplimiento de esta promesa de “todo el mundo.” El
Evangelio “fructifica y crece” alrededor del mundo, a pesar de persecución, fuego, y
espada.

De nuevo, Pablo halaga a los cristianos colosenses, en quienes el Evangelio


fructifica y crece – como lo ha hecho desde que primero oyeron el Evangelio.

“Como habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, el cual es un


fiel ministro de Cristo á favor vuestro” (v. 7). Este es el versículo que nos hace
pensar que Epafras fue el pastor fundador de la iglesia en Colosas. Pablo halaga a
Epafras con dos grandes complementos, llamándole “nuestro consiervo amado” y
“un fiel ministro de Cristo á favor vuestro.”

“El cual también nos ha declarado vuestro amor (ágape) en el Espíritu” (v. 8).


Epafras le ha dado a Pablo un reporte bien equilibrado. Sí, la iglesia colosense tiene
problemas, pero también tiene amor – amor por Dios y por “todos los santos” (v. 4) –
amor que ha sido plantado en sus corazones por el Espíritu Santo.

COLOSENSES 1:9-14: NO CESAMOS DE ORAR POR VOSOTROS


9Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por
vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento (griego: epignosis) de su
voluntad (griego: thelema), en toda sabiduría(griego: sunesis) y espiritual
inteligencia(griego: sophia); 10Para que andéis como es digno (griego:axios) del
Señor, agradándole en todo, fructificando (griego: karpophoreo) en toda buena obra,
y creciendo en el conocimiento de Dios: 11Corroborados de toda
fortaleza (griego: dunamoo), conforme á la potencia de su gloria (griego: doxa), para
toda tolerancia (griego: hypermone) y largura de ánimo(griego: makrothumia) con
gozo (griego: charas); 12Dando gracias (griego: eucharisteo) al Padre que nos hizo
aptos (griego: ikanoo) para participar de la suerte (griego: kleros) de los santos en
luz: 13Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas (griego: skotos), y
trasladado (griego: methistemi) al reino de su amado Hijo; 14En el cual tenemos
redención (griego: apolutrosis) por su sangre, la remisión (griego:apahesis) de
pecados .

“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar
por vosotros” (v. 9a). Antes, Pablo dijo que él y Timoteo estaban “siempre orando
por vosotros” – una oración de gracias (v. 3). Ahora vuelve a mencionar sus
oraciones por los colosenses – esta vez detallando sus peticiones a favor de ellos.

Pablo oraba a menudo a través de la intercesión (oraciones a favor de otros)


(Romanos 1:9; 10:1-2; 2 Corintios 13:7, 9; Efesios 1:16-18; Filipenses 1:4, 9, 1
Tesalónicos 1:2; 2 Tesalónicos 1:11; Filemón 1:4, 6).

Pablo también pedía que otros orasen por su bien (Romanos 15:30; 2 Corintios
1:11; Efesios 6:19-20; Colosenses 4:3; 1 Tesalónicos 5:17; 2 Tesalónicos 3:1).
Pablo era apóstol, y ellos cristianos comunes y corrientes – pero sabía que sus
oraciones eran eficaces – y que contenían el poder de Dios. Pablo era lo
suficientemente humilde para entender que necesitaba oraciones de estos cristianos
comunes y corrientes tanto como ellos las necesitaban de él.

“y de pedir que seáis llenos del conocimiento (epignosis) de su


voluntad (thelema), en toda sabiduría (sunesis) y espiritual inteligencia” (v. 9b).
La palabra común griega para conocimiento esgnosis, que tiene que ver con
sabiduría en general. La palabra compuesta epi-gnosis “se refiere a conocimiento
moral y a valores éticos tanto como al pecado. También se refiere a una relación
íntima con Dios” (Renn, 569).

“de su voluntad” (thelema) (v. 9b). Dios tiene un thelema – una voluntad – un plan
– para cada persona. Tiene un lugar particular para cada uno de nosotros en su
universo espiritual. Es su voluntad que ocupemos ese espacio en particular.
Podemos cumplir con el propósito que Dios tiene para nosotros mientras tratamos
de entender y llenar ese espacio – y mientras intentamos acercar nuestra voluntad a
la de Dios.

En el centro de la voluntad de Dios está la cruz de Jesús – puesto que “todo aquel


que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios á su
Hijo al mundo, para que condene al mundo, más para que el mundo sea salvo
por él”(Juan 3:16-17).

También en el centro de la voluntad de Dios está nuestra cruz. Jesús dijo, “Si


alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz cada
día, y sígame” (Lucas 9:23). También dijo, “Y el que no toma su cruz, y sigue en
pos de mí, no es digno de mí” (Mateo 10:38).

“en toda sabiduría y espiritual inteligencia” (sophia) (v. 9b). La fuente de la


verdadera inteligencia es entender nuestro lugar en relación con Dios. “El principio
de sabiduría es el temor de Jehová” (Salmo 111:10; Proverbios 9:10).

Los griegos premian la inteligencia (sophia), pero en otro lugar Pablo contrasta la
sabiduría de Dios con la insensatez del mundo. Dios escogió la cruz de Cristo para
salvar al mundo – un plan que al mundo le parecía insensato. Pero “lo loco de Dios
es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres” (1
Corintios 1:25). Por eso, Pablo reza que estos cristianos colosenses puedan ganar,
no solo sophia, sino una sophia de naturaleza espiritual (pneumatikos) – la
inteligencia de Dios.

“en toda sabiduría” (sunesis – de sunieme). Estas palabras griegas se refieren a


cosas que se juntan en la mente – que se aclaran. Hablamos de experiencias que
nos hacen decir ¡aja! cuando de repente vemos claramente las cosas que antes
habían sido misteriosas o borrosas.

Cuando el erudito griego, Arquímedes, entraba en la bañera, veía que el nivel del
agua subía. De repente entendió que el volumen del agua desplazada debe ser
igual al volumen del cuerpo sumergido. Se emocionó tanto con este descubrimiento
que corrió desnudo por las calles gritando ¡Eureka!’ (“¡Lo he encontrado!”).

Pablo no espera que estos cristianos colosenses corran desnudos por la calle, pero
sí reza para que experimenten el tipo de claridad espiritual que Arquímedes
experimentó con los principios físicos.

“Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo” (v. 10a).
¿Qué tipo de cosas serían dignas del Señor? ¿Qué podríamos hacer para
complacerle a Dios en todos los sentidos?

• Dios proveyó consejos detallados en las 613 leyes del Torá. Aunque estas leyes
no eran obligatorias para los cristianos como lo eran para los judíos del Antiguo
Testamento, hoy nos siguen ayudando a discernir la voluntad de Dios.
• Sin embargo, los profetas se dieron cuenta de que hasta quienes trataban de
seguir la ley del Torá quedaban cortos, particularmente en el tratamiento de las
viudas, huérfanos, y otras personas vulnerables. Las escrituras de los profetas se
dirigían a este problema – y hoy nos ayudan a determinar cómo complacer a Dios
tanto como cuando fueron escritas.

• Jesús volvió a enfatizar la necesidad de cuidar al hambriento, el sediento, el


extraño, el desnudo, el enfermo, y el encarcelado, estableciendo este
comportamiento como algo central para complacer a Dios (Mateo 25:31-46).

• Cuando le preguntaron, “Maestro, ¿cuál es el mandamiento grande en la ley?”


Jesús contestó,“Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma,
y de toda tu mente. Este es el primero y el grande mandamiento. Y el segundo
es semejante á éste: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. De estos dos
mandamientos depende toda la ley y los profetas”(Mateo 36-40).
Definitivamente, la observación de estos dos mandamientos es lo más importante
para complacer a Dios.

• Gran variedad de prácticas de alabanza, patrocinio, proclamación, caridad,


hospitalidad, etcétera, nacen directamente de estos mandamientos que proclaman
amar a Dios y al prójimo.

Pero ninguno de nosotros hace estas cosas perfectamente. Para complacer a Dios
de verdad en todos los respetos hay que aprovechar la gracia y el perdón que
tenemos disponibles por medio de una buena relación con Cristo (Romanos 12:1-2;
2 Corintios 5:8; 1 Tesalónicos 4:1).

“fructificando (karpophoreo) en toda buena obra” (v. 10b). El fructificar se usa de


manera metafórica en el Nuevo Testamento para hablar de gente que obra bien
(Mateo 3:8; 7:16; 12:33; 13:23; Marcos 4:20; Lucas 3:8; 6:43; 8:15; 13:6-9; Romanos
7:4; Filipenses 1:22; Efesios 5:9; Hebreos 13:15; Santiago 3:17). Fructificar, por lo
tanto, significa una vida disciplinada – vivir como hizo Cristo de manera que glorifica
al Padre Celestial.

Pablo definió los frutos del Espíritu como: “caridad, gozo, paz, tolerancia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23). Estas
actitudes y virtudes no son buenas obras en sí solas, pero sí constituyen tierra fértil
que produce buenas obras en abundancia.

“y creciendo en el conocimiento de Dios” (v. 10c). Cuando Pablo habla de crecer


en conocimiento de Dios, se refiere a algo más que un mero entendimiento
académico. El tipo de conocimiento de Dios que Pablo premia significa una relación
con Dios – una relación que crece y profundiza según uno conoce a Dios mejor y
mejor – una relación en que el amor es ambos recibido y dado (anote el orden –
primero recibimos el amor de Dios, que nos capacita para amarle de vuelta).

¿Cómo puede una persona crecer en conocimiento de Dios? Vienen a la mente las
disciplinas espirituales tradicionales, como la alabanza, el estudio de las Escrituras,
la oración, y el servicio. Pero hay otras maneras de hacerlo también. Mirar una bella
puesta de sol nos puede recordar del Creador que la hizo posible. El estudio de
física o biología o astronomía – mirar por un microscopio o telescopio – esto puede
aumentar la maravilla que uno siente hacia la creación de Dios. Las posibilidades
para aumentar nuestro conocimiento de Dios son interminables.

“Corroborados de toda fortaleza” (dunamoo – de dunamis) (v. 11a). Dios es


poderoso, y dispensa poder a los que creen en él y le sirven. El tipo de poder que
implica dunamis incluye el poder de cumplir cosas – poder activo – poder positivo.
También incluye el valor que tenían los primeros discípulos ante la tremenda
persecución que sufrían en manos de ambos judíos y romanos – el poder de
endurar – el valor para confrontarse con la oposición sin inmutarse.

“conforme á la potencia (kratos) de su gloria” (doxa) (v. 11b). Las


palabras dunamis (v. 11a) y kratos(v. 11b) tienen que ver con fuerza y
poder. Dunamis es más activa. Kratos tiene más que ver con fuerza interna. Creo
que Pablo usa las dos palabras para enfatizar que cristianos necesitan fuerza – y
que Dios es la fuente de esa fuerza.

La palabra “gloria” se usa en la Biblia para relatar varias cosas maravillosas – pero
se usa especialmente para hablar de la gloria de Dios – el aura asociada con la
apariencia de Dios que revela su majestad a los humanos. Escritores bíblicos,
intentando describir la gloria de Dios con palabras humanas, la describen como “un
fuego abrasador” (Éxodo 24:17). Cuando Moisés pidió ver la gloria de Dios, Dios
respondió, “No podrás ver mi rostro: porque no me verá hombre, y vivirá” (Éxodo
33:20) – pero Dios continuó, “He aquí lugar junto á mí, y tú estarás sobre la peña: Y
será que, cuando pasare mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te
cubriré con mi mano hasta que haya pasado: Después apartaré mi mano, y verás
mis espaldas; mas no se verá mi rostro” (Éxodo 33:21-23). La gloria de Dios es tan
poderosa que el ser humano no es capaz de experimentarla directamente. Una
analogía podría ser entrar en contacto con un cable eléctrico de alto voltaje. Sería
demasiado, no lo podríamos soportar.

“para toda tolerancia (hypermone) y largura de ánimo (makrothumia) con


gozo” (charas) (v. 11c). Las palabras hypermone y makrothumia tienen un
significado parecido. Ambas tienen que ver con tolerancia. Hypermone se asocia
más con la tolerancia de las cosas o circunstancias, pero makrothumiatiene más
que ver con tolerar problemas con la gente.

Sospecho que Pablo incluyó las dos palabras (hypermone y makrothumia) para


enfatizar la importancia de tolerar ante la adversidad. Él lo entendía bien. Había
tolerado encarcelación, palizas, cuarenta latigazos menos uno, golpes con varas,
fue apedreado, vivió naufragios, etcétera, etcétera (2 Corintios 11:23-28). Algunos
de los cristianos colosenses seguramente pasaron por adversidades parecidas.
Necesitaban aprender a sobrevivir.

“con gozo” (charas) (v. 11c). Pero Pablo quiere que estos cristianos colosenses
tengan más que una fuerte tolerancia. Quiere que toleren los problemas con gozo.
El gozo es un tema común en ambos el Antiguo y el Nuevo Testamento. Gente da
gracias por haber experimentado salvación en manos de Dios (Isaías 25:9) – o
regocija en el amor fiel de Dios (Salmo 90:14), o la presencia de Dios (Salmo 16:9-
11). El nacimiento del Salvador es ocasión para sentir gozo (Lucas 2:10-11). De la
misma manera que una persona normal y corriente puede regocijar al encontrar una
oveja perdida, o una moneda o un hijo. Así también “habrá más gozo en el cielo
de un pecador que se arrepiente, que de noventa y nueve justos, que no
necesitan arrepentimiento” (Lucas 15:7). Debe quedar claro por estas citas que el
gozo de las escrituras viene del amor y la lealtad de Dios.

“Dando gracias (eucharisteo) al Padre” (v. 12). En inglés, hemos traducido esta


palabra eucharisteocomo Eucharist (Eucaristía), palabra que muchos cristianos
usan para hablar de la Última Cena – un rito que enfatiza dar gracias por la gracia
de Dios en Jesucristo nuestro Señor.

Dar gracias tiene raíces en el Antiguo Testamento. Los israelitas hacían ofrendas
para dar gracias (Levítico 7:12-15). El salmista, en particular, daba gracias e invitaba
a otros a dar gracias también (Salmo 7:17; 28:7; 30:4; 69:30; 86:12; 97:12; 100:1-5;
111:1, etcétera, etcétera, etcétera).

Jesús dio gracias (Marcos 8:6; 14:23; Lucas 22:17; 1 Corintios 11:24) y enfatizó la
importancia de hacer lo mismo (Lucas 17:11-19) – pero nos relató la Parábola del
Fariseo y el Escribano para demostrar la futilidad de un agradecimiento equivocado
(Lucas 18:9-14).

Pablo enfatizó dar gracias (Filipenses 4:6; Efesios 5:4, 20; Colosenses 4:2; 1
Timoteo 2:1).

En el Nuevo Jerusalén los ángeles alabarán a Dios con canciones de gracias


(Apocalipsis 7:11-12).

“que nos hizo aptos (ikanoo) para participar de la suerte (kleros) de los


santos (hagios) en luz” (v. 12). La ley del Torá especifica quien se debía considerar
heredero – y cuánto uno debía heredar. El hijo mayor recibía dos partes, y cada hijo
adicional recibía una parte (Deuteronomio 21:17). Si había cuatro hijos, la herencia
se dividía en cinco, y el hijo mayor se quedaba con dos de las cinco partes. Todo
estaba claro. No había estipulaciones que permitían añadir a alguien en la herencia
que no fuera hijo. Padres no podían alterar esta fórmula para favorecer a un hijo o
castigar a otro (Deuteronomio 21:16).

Pero Pablo les dice a los cristianos colosenses que Dios les ha insertado en su
herencia para que puedan compartir en la herencia de los santos – los que Dios ha
contado santos.

¿Cómo podía ser? Los miembros de la iglesia corintia eran en su mayoría gentiles,
entonces, no calificaban para una herencia santa por virtud de su antepasado
Abraham. Tampoco, siendo pecadores, calificaban por su conducta u obediencia a
Dios.
La única explicación por encontrarse en esta herencia santa es que el Padre les ha
hecho enteros – dignos. Porque han aceptado el don de gracia que ofrece la cruz de
Cristo, ya no son contados como pecadores, sino como herederos.

“Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas” (v. 13a). Anote el contraste


entre “luz” (v. 12b) y “tinieblas” (13a). Dios ha librado a estos cristianos colosenses
de las tinieblas, y los ha llevado hacia el reino de la luz.

Luz y tinieblas se usan en el Antiguo y el Nuevo Testamento como metáforas para el


bien y el mal – el orden y el caos – la seguridad y el peligro – la tristeza y el gozo –
la falsedad y la verdad – la muerte y la vida – la condenación y la salvación. Satanás
es el príncipe de las tinieblas, pero Jesús es “la luz del mundo.” Quien le siga “no
andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la vida” (Juan 8:12. Véanse
también 9:5; 12:46).

“y trasladado (methistemi) al reino de su amado Hijo” (v. 13b). Esta palabra


griega methistemi es una combinación de meta(entre) e histemi (poner o situar).
Marca un cambio de condición – en este caso un cambio de “la potestad de las
tinieblas” (v. 13a) al “reino de su amado Hijo” (v. 13b).

Este tema de liberación nos recuerda al Éxodo, cuando Yahvé liberó a Israel de la
oscuridad de Egipto, donde los israelitas eran esclavos de Faraón, que les
despreciaba y temía. Yahvé entonces llevó a los israelitas a la Tierra Prometida,
tierra de leche y miel, donde estaban sujetos solo a Yahvé, quien les amaba.

“En el cual tenemos redención” (apolutrosis) (v. 14a). Redención es liberar al


cautivo, generalmente pagando un precio. Una persona podía liberar a un esclavo
pagando un precio a su dueño. En algunos casos, gente empobrecida se vendía a la
esclavitud – o vendía la tierra que había heredado de sus antepasados. Cuando
fuera posible, otros miembros de la familia redimían a otro o a la tierra para
restaurar las cosas a la manera que debía ser.

Yahvé salvó a Israel en varias ocasiones, pero el acto redentor que más ocupaba
las mentes israelitas era la liberación de su esclavitud en Egipto.

Las palabras “rescate” y “redimir” o “redención” aparecen a menudo en las


escrituras. El rescate es el precio pagado para efectuar la redención.

El Nuevo Testamento presenta la muerte de Jesús en la cruz como un hecho


redentor para la humanidad, como un “rescate por muchos” (Marcos 10:45). Pablo
habla de “la redención que es en Cristo Jesús” (Romanos 3:24). Dice que Jesucristo
se hizo para nosotros “por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y
redención” (1 Corintios 1:30). Nos dice que “tenemos redención por su sangre, la
remisión de pecados por las riquezas de su gracia” (Efesios 1:7).

“la remisión (aphesis) de pecados” (v. 14b). Cuando una persona hace algo para
ofender a otra se necesita remisión (perdón). Esto es necesario para restaurar una
relación harmoniosa. Podemos pensar de la ofensa como el pecado y de quien la
comete como el pecador.
Pecamos uno contra otro en muchas maneras – y Cristo nos pide perdonar a
quienes pecan contra nosotros (Mateo 6:12-15; 18:21ff; Marcos 11:25; Lucas 6:37;
17:3-4). Jesús dice que debemos perdonarnos si queremos que Dios nos perdone a
nosotros (Mateo 6:12, 14-15).

La palabra griega aphesis tiene dos significados, perdón y liberación. Puede


referirse al perdón de una deuda económica, lo cual resulta en la liberación de esa
obligación.

En este caso, Pablo habla de recibir de Dios perdón por nuestros pecados – la
liberación de un gran peso y una terrible amenaza. Esto tiene raíces en el Antiguo
Testamento. Dios dijo, “perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su
pecado” (Jeremías 31:34). Dijo, “esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis
limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré”
(Ezequiel 36:25).

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada
enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de
dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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Copyright 2014, Richard Niell Donovan

PASAJE BÍBLICO
Colosenses 1:15-28
RECURSOS PARA PREDICAR

Por Richard Niell Donovan


Traducción por Ángeles Aller
PASAJE BÍBLICO: Colosenses 1:15-28

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:
El apóstol Pablo y su compañero Timoteo escribieron esta carta a la iglesia en
Colosas (v. 1), una pequeña ciudad en Asia Menor (actualmente Turquía). Pablo no
había visitado Colosas, pero había recibido noticias de Epafra, el misionero que
seguramente fundó allí la iglesia (1:7).

Pablo habla favorablemente de la fe, el amor, y la esperanza de los cristianos


colosenses (1:4-5) y reconoce que el Evangelio fructifica y crece en ellos (1:6). Sin
embargo, parece que Epafra le ha comunicado a Pablo que hay problemas graves
en Colosas – problemas con falsas enseñanzas que algunos eruditos han llamado
“la herejía colosense.” Pablo escribe esta carta para ayudar a los colosenses a
solucionar estos problemas (en particular, véanse 2:4, 8, 13-16, 18; 3:5, 8, 18 – 4:1).

Aunque Pablo va a dirigirse a esos problemas uno por uno, primero quiere estar
seguro de que los cristianos colosenses están bien enraizados en los puntos
básicos de la fe – y en Cristo como el centro de esa fe (véase 1:15-20 en particular).
Si estos cristianos colosenses pudieran entender mejor la naturaleza y la misión de
Cristo – quién era y es y lo que Cristo vino a hacer por ellos – ese entendimiento les
daría la fundación necesaria para solucionar los problemas que preocupan a Pablo.

Podemos pensar de la estrategia de Pablo – llenar a estos cristianos colosenses de


creencias verdaderas, para que las falsas creencias no encuentren donde asentar –
como pensamos de un granjero que se preocupa por el crecer de su hierba y por
evitar que malas hierbas encuentren donde asentarse.

También podríamos usar como metáfora la Estrella Polar. Los que navegan por las
estrellas encuentran la Estrella Polar particularmente útil. Una vez que la ubican,
pueden orientarse y discernir dónde están y saber en qué dirección se mueven.
Pueden usar este conocimiento para alejarse de las rocas o de bancos de peces – y
para navegar en dirección correcta. En esta carta a los colosenses, Pablo describe a
Cristo como su Estrella Polar – el lugar fijo en el cielo por el cual pueden navegar sin
peligro – la verdad que les ayudará a evitar las múltiples falsedades que amenazan
con descarrilarles.
En versículos 15-20 Pablo incluye doce maneras en las que Cristo es superior a las
cosas (cosas como los ángeles) que pueden atraer a los cristianos colosenses.
Cristo es:

• La imagen del Dios invisible (v. 15a).

• El primogénito de la Creación (v. 15b).

• El creador de todas las cosas (v. 16).

• El que está antes de todas las cosas (v. 17a).

• El que hizo (y hace) subsistir todas las cosas (v. 17b).

• La cabeza del cuerpo que es la iglesia (v. 18a).

• El principio (v. 18b).

• El primogénito de los muertos (v. 18c).

• El primado (v. 18d).

• El que agrada al Padre porque en él habita toda plenitud (v. 19).

• Por medio de quien Dios eligió reconciliar todas las cosas (v. 20a).

• El que reconcilió todas las cosas con la sangre de su cruz (v. 20b).

COLOSENSES 1:15-20: UN HIMNO A CRISTO, CREADOR Y


RECONCILIADOR
15El cual es la imagen (griego: eikon) del Dios invisible, el primogénito de toda
criatura. 16Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y
que están en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos (griego: thronoi), sean
dominios (griego: kuriotes), sean principados (griego: archai), sean
potestades (griego: exousia); todo fué criado por él y para él. 17Y él es antes de
todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten: 18Y él es la cabeza del cuerpo
que es la iglesia (griego: ekklesia); él que es el principio, el primogénito de los
muertos, para que en todo tenga el primado. 19Por cuanto agradó al Padre que en
él habitase toda plenitud (griego: pleroma), 20Y por él
reconciliar (griego: apokatallasso)todas las cosas á sí,
pacificando (griego: eirenopoieo) por la sangre de su cruz, así lo que está en la
tierra como lo que está en los cielos.

Eruditos que estudian la Biblia describen estos versículos como un himno – un canto
de alabanza a Cristo. Basan esta creencia en su estilo, vocablo, y contenido, que
difieren del texto que los rodea. Filipenses 2:5-11 y Juan 1:1-18 también son
ejemplos de himnos en el Nuevo Testamento.
No está claro si estos versículos son originalmente de esta epístola. Es posible que
Pablo citara un himno que estos cristianos colosenses ya conocían.

En cualquier caso, Pablo enfatiza la deidad de Cristo a una gente tentada a


hincharse “vanamente.” (2:18) y que no se atiene a “la cabeza” (2:19). Les pedirá:
“todo lo que hacéis, sea de palabra, ó de hecho, hacedlo todo en el nombre del
Señor” (3:17) – pero primero les debe ayudar a entender que Cristo es preeminente.

“El cual es la imagen (eikon) del Dios invisible” (v. 15a). Hay una buena razón
por la que Dios es invisible. Cuando Moisés pidió ver la gloria de Dios, Dios le dijo,
“No podrás ver mi rostro: porque no me verá hombre, y vivirá” (Éxodo 33:20). Ver a
Dios sería como tocar una línea de alto voltaje. No estamos diseñados para
sobrevivir ese impacto.

“El cual” en este versículo se refiere al Hijo querido (v. 13). Es el Hijo de Dios que es
el eikon del Dios invisible.

Un eikon es una imagen o similitud – como la imagen del emperador en una


moneda o un niño que es la imagen de su padre. Esta palabra eikon también
aparece en 2 Corintios 4:4, donde dice que Cristo es la imagen (eikon) de Dios.
Hebreos 1:3 usa una palabra parecida, charakter, para hablar de Cristo como
imagen de la substancia del Padre. Las dos palabras (eikon y charakter)
representan algo real (Dios) – y por lo tanto no se parecen a las imágenes grabadas
prohibidas por la ley del Tora (Levítico 19:4; 26:1) – imágenes de dioses falsos.

Es increíblemente útil tener un eikon “del Dios invisible” – para hacer visible y


comprensible lo que de otro modo quedaría sin conocer. Cristo es este eikon.
Cuando Felipe dijo, “Señor, muéstranos el Padre” (Juan 14:8), Jesús contestó, “El
que me ha visto, ha visto al Padre” (Juan 14:9). Continuó, diciendo que él ha
hablado las palabras del Padre y que ha cumplido las obras del Padre (Juan 14:10).
Es decir, la vida de Jesús representa al Padre con integridad y exactitud.

Algo parecido aparece en el Prólogo del Evangelio de Juan, donde Juan habla de
Jesús como “el Verbo” – que “fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14).
Cuando le pregunté a mi profesor de teología por qué Juan llamó a Jesús el Verbo
(griego: logos), me dijo que le explicara cómo usamos palabras. Dije, “usamos
palabras para comunicar algo de una persona a otra.” Él contestó, “Así es – y eso es
lo que Cristo vino a hacer. Vino a comunicar algo entre el Padre y nosotros. Eso es
por qué Juan le llama “el Verbo.”

“el primogénito de toda criatura” (v. 15b). En la ley judía y su práctica, el


primogénito recibía un puesto especial.

• Dios dijo, “mío es todo primogénito” (Números 3:13) – incluyendo al primer hijo
nacido humano (Éxodo 13:2) – “los machos serán de Jehová” (Éxodo 13:12).

• El primogénito de las vacas, las ovejas, y las cabras, debía ser sacrificado a Dios
(Éxodo 13:12-15).
• El primer nacido de otros animales (animales impuros) debían ser redimidos por
medio del sacrificio de un cordero (Éxodo 34:20). Hijos primogénitos también debían
ser redimidos (Éxodo 13:13).

• El hijo primogénito debía recibir doble porción de la herencia (Deuteronomio


21:17).

• Esaú, el primogénito de Isaac, debía haber recibido la herencia, pero su hermano


Jacobo le convenció para que se la vendiera a cambio de un plato de potaje
(Génesis 25:29ff). Esaú también debía haber recibido la bendición de su padre, pero
Jacobo engañó a su padre para que se la diera a él en vez (Génesis 27).

Está claro que la costumbre y la ley judía otorgaba grandes privilegios sobre el
primogénito. Es así que Jesús es el primer nacido de toda creación. Pablo no
sugiere que Jesús fuera primogénito dentro del orden establecido – de la raza
humana. En vez, que Jesús era preeminente – regidor sobre todos regidores – Rey
de todos los reyes. Es así que el Salmista, cuando habla de David dice, “Yo también
le pondré por primogénito, alto sobre los reyes de la tierra” (Salmo 89:27).

El siguiente versículo (v. 16) deja aún más clara esta interpretación.

“Porque por él (en auto – en él o por él) fueron criadas todas las cosas que
están en los cielos, y que están en la tierra, visibles é invisibles” (v. 16a).
Vemos algo parecido en el Prólogo del Evangelio de Juan, donde dice:

“En el principio era el Verbo,

y el Verbo era con Dios,

y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas;

y sin él nada de lo que es hecho, fue hecho” (Juan 1:1-3).

Los cristianos colosenses han sentido la tentación de alabar a los ángeles (2:18).
Por eso, ahora Pablo hace un gran esfuerzo para mostrarles que Cristo actuó en la
creación de “todas las cosas” – “en los cielos, y que están en la tierra, visibles e
invisibles” – es decir, en todo. Si Cristo tomó parte en la creación de todas las
cosas, entonces debe ser superior a ellas. Los cristianos colosenses deben reservar
su alabanza para Cristo – no para los ángeles ni ninguna otra parte del orden
creado.

“sean tronos (thronoi), sean dominios (kuriotes), sean principados (archai), sean


potestades(exousia); todo fue criado por él y para él” (v. 16b). Tronos, dominios,
principados, y potestades son cuatro facetas del poder:
• Tronos (thronoi) representan la sede de majestad y poder.

• Dominios (kuriotes) tienen que ver con la autoridad y el poder de dirigentes civiles.

• Principados (archai) representan la preeminencia – lo que está antes y sobre todas


las cosas.

• Potestades (exousia) tienen la autoridad y la capacidad de cumplir y tomar acción.

Desde nuestra perspectiva cada uno de éstos parece maravilloso. He visto el avión
del Presidente – Air Force One – grande e increíblemente grandioso. He leído de
sitios majestuosos, propiedades de príncipes árabes. Por televisión, he visto la
coronación de la Reina Isabel y la boda de Carlos y Diana. Todas estas cosas son
tan grandiosas que casi no se pueden comprender. ¿Cómo sería vivir así?

Pero todos esos tronos, dominios, principados, y potestades fueron criados “por él
(Cristo) y para él.” Esto lo pone en perspectiva. El creador es superior a la creación.
El alfarero es superior a la arcilla – y a su cerámica. Cristo es superior a todos estos
tipos de poder humano.

“Y él es antes de todas las cosas” (v. 17a). De nuevo oímos el eco del Prólogo
del Evangelio de Juan: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el
Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios” (Juan 1:1-2). En este contexto, la
palabra “antes” sugiere dos cosas: (1) cronológicamente, Cristo existió antes del
orden creado – por lo tanto (2) Cristo es superior al orden creado.

En los siglos tercero y cuarto, Arias promulgó la Herejía Ariana – que Cristo no
existía antes sino que fue creado por el Padre y, por eso, era subordinado al Padre.
El Concejo de Nicea declaró esto una herejía en 325 d.C.

“y por él todas las cosas subsisten” (sunesteken – de sunistemi) (v. 17b). El


verbo sunesteken está en el presente perfecto, esto sugiere una acción ya
completada. Este es otro argumento que Pablo hace a favor de la primacía de Cristo
sobre el orden creado. No solo estaba presente durante la creación, pero desde ese
momento todas las cosas han subsistido por él.

“Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia” (ekklesia – iglesia o asamblea) (v.


18a). Pablo usa esta misma imagen un poco más adelante cuando habla del cuerpo
de Cristo, “que es la iglesia” (1:24). La palabra griega ekklesia está relacionada a la
palabra kaleo, que significa “llamar.” La palabra ekklesia, en la vida secular, se usa
para hablar de gente reunida en una asamblea pública.

Los primeros cristianos adoptaron la palabra ekklesia para referirse a cristianos


reunidos en alabanza – lo que hoy llamamos “la iglesia.” Traducciones modernas
traducen ekklesia como “iglesia” en lugar de “asamblea.”

Aquí Pablo presenta una buena metáfora para la iglesia. Es el cuerpo cuya cabeza
es Cristo. Como Pablo anota en otro lugar, cuerpos tienen muchas partes – pies,
oídos, ojos, manos, etcétera – todas importantes (1 Corintios 12:12-26). Lo mismo
es verdad para la iglesia. Hay muchos miembros, unos distinguidos y otros humildes
– pero todos son importantes.

Ahora Pablo dice que Cristo es la cabeza de la iglesia. La cabeza, como la


conocemos, es el maestro a cargo de todos los miembros del cuerpo. Un maestro
de orquesta guía los movimientos de sus músicos – les ayuda a funcionar en
concierto – les da dirección – hace posible que todos logren cosas maravillosas. Así
es con la iglesia y con Cristo, su cabeza.

“él que es el principio” (v. 18b). Cristo es el principio porque fue “antes de todas
las cosas” (v. 17) y “por él fueron criadas todas las cosas” (v. 16). También es el
principio en que su encarnación, muerte, y resurrección comenzaron un nuevo
capítulo en la historia de la salvación de Dios.

“el primogénito de los muertos” (v. 18c; véase también Apocalipsis 1:5). En otro
lugar Pablo usa una frase parecida pero diferente: Cristo “primicias de los que
durmieron es hecho” (1 Corintios 15:20). Ambas frases (primogénito y primicias) nos
dicen que la resurrección de Cristo sería la primera de muchas – “Cristo las
primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (1 Corintios 15:23).

“para que en todo tenga el primado” (v. 18d). En su carta a los filipenses, Pablo
habla de Cristo, “El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual
á Dios: Sin embargo, se anonadó á sí mismo, …hecho obediente hasta la muerte, y
muerte de cruz. Por lo cual Dios también le ensalzó á lo sumo, y dióle un nombre
que es sobre todo nombre; Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de
los que están en los cielos, y de los que en la tierra, y de los que debajo de la tierra;
Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, á la gloria de Dios Padre”
(Filipenses 2:6-11).

Es decir, Cristo fue primero en servicio y sacrificio. Ahora es el primero en ser


honrado.

“Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud” (pleroma) (v. 19).
Esta palabrapleroma tiene que ver con plenitud o abundancia.

Aunque este versículo no mencione a Dios, más adelante Pablo dice, “Porque en él
habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente: Y en él estáis cumplidos” (2:9-
10a). Esto deja claro que versículo 1:9 se debe entender como “Porque a Dios le
agradaba que toda plenitud habitara en Cristo.”

Un siglo después, la iglesia tuvo problemas con el gnosticismo, que proponía que lo
espiritual es bueno y lo físico es malo. Como resultado, los gnósticos no creían en la
Encarnación – que Dios se convirtiera en carne humana y viviera entre nosotros.
Decían que solo podíamos llegar a la plenitud (pleroma) de Dios por medio de los
ángeles u otras difusiones – que iban vaciándose de su pleroma a medida que se
acercaban a nuestra existencia terrenal.

Algunos eruditos creen que la iglesia en Colosas estaba infectada por este punto de
vista dualista. Por ejemplo, Pablo criticó a los cristianos colosenses por mantener
ciertas reglas como “No manejes, ni gustes, ni aun toques” (2:21) – y por buscar
iluminación espiritual a través de “el duro trato del cuerpo” (2:23) – practicas
ascéticas que se aproximaban al Gnosticismo. Ahora, en los versículos que abren
esta epístola, Pablo quiere corregir este error presentándoles a Cristo, en quien la
plenitud de la deidad se agradaba de habitar.

“Y por él reconciliar (apokatallasso) todas las cosas á sí, pacificando por la


sangre de su cruz, así lo que está en la tierra como lo que está en los
cielos” (v. 20a). La reconciliación requiere un cambio dentro de una relación – del
mal al bien – de enemistad a amistad. Cuando las naciones practican reconciliación
se establece paz entre naciones que previamente habían estado en guerra.

Hay otra palabra griega para reconciliación – kataallasso. Añadiendo apo (de) como


prefijo, como hace Pablo, se refuerza el poder de la reconciliación. Es decir, cuando
Dios (a través de Cristo) reconcilió todas las cosas, tomó una situación muy hostil y
la transformó en una situación pacífica.

Esta reconciliación no es algo que podríamos haber logrado solos. Requería la


iniciativa de Dios, ya que nuestra falta de santidad es incompatible con la santidad
de Dios. Pablo dice que Dios logró esta reconciliación “por él” (Cristo). Lo hizo a
través de la Encarnación, la Crucifixión, y la Resurrección.

La reconciliación está relacionada a varios otros conceptos del Nuevo Testamento –


el perdón, la gracia, la justificación, y la redención – pero aun así se diferencia de
éstos:

• El perdón es el primer paso hacia reconciliación, justificación, o redención.


Necesitamos ser perdonados, y después debemos aprender a perdonar.

• La gracia (griego: charis) es el favor de Dios no merecido.

• La justificación significa un veredicto de “inocente.”

• La redención significa traer libertad al cautivo, generalmente por medio de un


pago.

Pablo describe la amplitud de esta reconciliación. Incluye “todas las cosas… lo que
está en la tierra como lo que está en los cielos.” Esta reconciliación incluye todas las
cosas.

No obstante, por las otras epístolas de Pablo queda claro, que aunque esta
reconciliación está disponible a los judíos tanto como a los gentiles, necesitamos
aceptarla – y no todos lo hacen. Algunos “detienen la verdad con injusticia”
(Romanos 1:18). “Por lo cual también Dios los entregó á inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de suerte que contaminaron sus cuerpos entre
sí mismos: Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo
á las criaturas antes que al Criador” (Romanos 1:24-25; véase también Romanos
2:1-16; 2 Corintios 5:10; 2 Tesalónicos 1:5-10).
“pacificando (eirenopoieo) por la sangre de su cruz” (v. 20b). Esta palabra
griega eirenopoieo tiene dos partes: eirene (paz) y poeio (haciendo).

Paz (eirene) es una palabra importante que aparece casi cien veces en el Nuevo
Testamento. Tiene raíces en la palabra griega shalom, que se usaba
frecuentemente en el Antiguo Testamento. El LXX (el Septuagésimo – la traducción
griega del Antiguo Testamento) usa la palabra griega eirene para traducir la palabra
hebrea shalom casi doscientas veces.

Ambos eirene (griego) y shalom (hebreo) se pueden referir a una paz interna – el


bienestar que acompaña una relación profunda con Dios – la plenitud que viene de
tener la imagen de Dios, una vez quebrada por el pecado, restaurada en el
creyente.

Pero ambos eirene y shalom también se pueden referir a una paz externa – la


ausencia de rencor o violencia entre individuos o naciones. Esto es lo que aparece
en este versículo. Cristo, a través de su sangre – su cruz – ha establecido la paz
entre Dios y los humanos.

Eirene es uno de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22). Tiene raíces en la paz que
tenemos con Dios, que nos ha extendido gracia a través de su hijo Jesucristo
(Romanos 5:1-2a). Habiendo recibido la gracia de Dios, es de esperar que nosotros
también extendamos la misma gracia a los demás. En una comunidad donde gracia
es recibida y entregada libremente, eirene (paz) ciertamente prevalecerá.

Cristo ha establecido paz entre Dios y los humanos – ha eliminado la mancha de


culpabilidad que hacía imposible a los humanos acercarse al trono divino.

COLOSENSES 1:21-23: LOS COLOSENSES, UNA VEZ


EXTRAÑOS, AHORA RECONCILIADOS
21A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños (griego: apallotrioo) y
enemigos de ánimo en malas obras, ahora empero os ha
reconciliado (griego: apokatallasso) 22en el cuerpo de su carne por medio de
muerte, para haceros santos (griego: hagios), y sin mancha, é
irreprensibles (griego:anegkletos) delante de él: 23Si empero permanecéis fundados
y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído; el
cual es predicado á toda criatura que está debajo del cielo; del cual yo Pablo soy
hecho ministro.

En versículos 15-20, Pablo declaró doce principios teológicos que mostraban que
era Cristo en quien debían poner su fe. Ahora, en versículos 21-23 les recuerda lo
que Cristo ha hecho personalmente por ellos – aún más prueba de que deben
reservar su alabanza para él – y no para los ángeles.

“A vosotros también, que erais en otro tiempo extraños” (apallotrioo) (v. 21a).


Nuestras palabras “extraños” o “enajenados” son excelentes para transmitir el
significado de apallotrioo. Mi diccionario dice que enajenar se refiere a una buena
relación que se ha estropeado. Eso es exactamente lo que ha pasado con la raza
humana. Hemos sido creados en la imagen de Dios y hemos disfrutado de su favor,
pero nuestro pecado nos ha enajenado de él.

Es probable que muchos de estos cristianos colosenses fueran gentiles (véase 1:27,
2:13), entonces, lo siguiente del libro de Efesios aplica: “Que en aquel tiempo
estabais sin Cristo, alejados de la república de Israel, y extranjeros á los pactos de
la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Mas ahora en Cristo Jesús,
vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la
sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz” (Efesios 2:12-14a; véase también
Efesios 4:17-24).

“y enemigos de ánimo en malas obras” (v. 21b). No solo fueron malas obras que
les alejaron de Dios en el pasado, pero también sus mentes. Obras malas resultan
de malos pensamientos – todo empieza en el pensamiento. En su carta a los
romanos, Pablo explica cómo funciona esto (véase Romanos 1:18-32).

“ahora empero os ha reconciliado (apokatallasso) en el cuerpo de su carne por


medio de muerte”(v. 22a). Véanse los comentarios de versículo 20a acerca del
“reconciliado.”

En la encarnación Cristo tomó cuerpo humano – cuerpo de carne como los nuestros
(Juan 1:14; Filipenses 2:6-11). Entonces tomó el papel de cordero sacrificado para
morir en la cruz por los pecados de toda la humanidad, para que de nuevo
pudiéramos ser reconciliados con Dios. Cristo “se entregó á sí mismo por nosotros,
ofrenda y sacrificio á Dios en olor suave” (Efesios 5:2). La crucifixión de Cristo era la
base de la predicación de Pablo. Dijo, “no me propuse saber algo entre vosotros,
sino á Jesucristo, y á éste crucificado” (1 Corintios 2:2).

Es significante anotar que Pablo no dice, “sino á Jesucristo, y á éste crucificado y


resucitado” (1 Corintios 2:2) – o “pacificandopor la sangre de su cruz y su tumba
abierta” (v. 20b) – o “en el cuerpo de su carne por medio de muerte y resurrección”
(v. 22a). Pablo cree en la resurrección de Cristo (Romanos 1:4; 4:24-25; 6:4-9,
etcétera), pero su enfoque en estos versículos está en la muerte de Cristo en la cruz
– su papel de cordero sacrificado – “nuestra pascua, que es Cristo, fue sacrificada
por nosotros” (1 Corintios 5:7).

“para haceros santos” (hagios) (v. 22b). La palabra hagios a menudo se traduce


“santos,” pero en este contexto significa “sin pecado o recto.” El pueblo de Dios es
llamado a ser santo, porque Dios es santo (Levítico 19:2). La santidad es siempre
derivativa – derivada de una relación con Dios. Ser santo es ser llamado fuera del
mundo pecador para entrar en una relación profunda y obediente con Dios para
hacerse más como Dios – más santo – menos pecador como el mundo en general.

Nuestra santidad no es algo que atenemos a través de disciplina espiritual. Todos


somos pecadores (Romanos 3:23), pero el sacrificio de Cristo en la cruz tiene el
mismo efecto para nosotros que los sacrificios del pueblo judío tenían para ellos –
perdona nuestra culpabilidad y nos hace santos en los ojos de Dios – sin pecado y
rectos.
“y sin mancha” (v. 22c). Está claro que este lenguaje proviene de la ley judía en
cuanto al sacrificio de animales.

• Un sacerdote que tenía cualquier tipo de deformidad física (ceguera, cojera,


etcétera) no podía hacer sacrificios en el altar (Levítico 21:16-21). Podía comer el
pan santo, pero no se le permitía “ni se allegará al altar” (Levítico 21:22-23).

• Las ofrendas de los sacrificios debían ser “macho sin defecto…Ninguna cosa en
que haya falta ofreceréis, porque no será acepto por vosotros” (Levítico 22:19-20).

• Cristo en la cruz fue una ofrenda sin falta (Hebreos 9:14; 1 Pedro 1:19).

“é irreprensibles (anegkletos) delante de él” (v. 22d). Esta


palabra anegkletos tiene dos partes: an (no) y egkaleo (acusado). Una persona
irreprensible (anegkletos), entonces, es alguien contra quien no se ha levantado
ninguna acusación.

De nuevo, debemos enfatizar que nuestra falta de culpabilidad no se debe a nuestro


excelente carácter, sino a la obra de Cristo en su cruz. Hemos pecado (Romanos
3:23) – y seguimos haciéndolo a pesar de nuestro mejor esfuerzo (Romanos 7:15-
20) – pero somos “justificados gratuitamente por su gracia por la redención que es
en Cristo Jesús” (Romanos 3:24).

“Si empero permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la


esperanza del evangelio (euangelion) que habéis oído” (v. 23a). A Cristo le
agrada “hacernossantos y sin mancha, é irreprensibles” (v. 22), pero requiere
nuestra constante lealtad. Aunque hay unos que dicen, “una vez en la gracia,
siempre en la gracia” (es decir, una persona, una vez salvada, nunca puede perder
esa salvación) este versículo deja claro que a Pablo le preocupa que esta gente,
que está en estado de gracia, se aleje “de la esperanza del evangelio que habéis
oído.”

Más adelante en esta epístola (3:12), Pablo les pedirá a estos cristianos colosenses
que perseveren – que enduren. Se necesita resolución para que cristianos puedan
permanecer “fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del
evangelio que habéis oído” (v. 23).

“evangelio” (euangelion). Pablo usa esta palabra euangelion casi cincuenta veces


en sus epístolas para hablar de (1) la salvación que Cristo nos hace posible a
cambio de su muerte, entierro, y resurrección o (2) la proclamación de ese mensaje.
El euangelion es “potencia de Dios para salud á todo aquel que cree” (Romanos
1:16).

“el cual es predicado á toda criatura que está debajo del cielo” (v. 23b). Lo que
se proclama es el Evangelio (v. 23a).

Pablo no dice que cada criatura bajo el cielo ya haya oído proclamar el Evangelio –
sus esfuerzos misioneros acaban de empezar a rascar la superficie.
• Quizá quiere decir que Dios, de alguna manera, ha hecho el Evangelio accesible
hasta para aquéllos que no lo han oído predicar. Vemos un indicio de esto en
Romanos 2:13-16, donde reconoce que algunos gentiles, sin el beneficio de la ley
judía, aún muestran tener la ley escrita en sus corazones.

• Pero podía estar mirando al futuro – confiando que Dios se asegurará de que el
evangelio sea proclamado por toda la tierra.

En el Evangelio de Mateo, las últimas palabras de Jesús a sus discípulos eran lo


que llamamos la Gran Comisión:

“Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles,

Bautizándolos en el nombre del Padre,

y del Hijo, y del Espíritu Santo:

Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado:

y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días,

hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20).

A Pablo se le conoce como el apóstol de los gentiles, porque enfatizaba la


universalidad del evangelio. Sí, primero era para los judíos, pero ahora el resto de la
humanidad también es invitada a ser parte del pueblo de Dios – el pueblo elegido de
Dios.

“del cual yo Pablo soy hecho ministro” (diakonos) (v. 23c). Diakonos (siervo) es


la palabra griega de donde viene nuestra palabra “diacono.” El Nuevo Testamento
deja claro que ser diakonos (diacono) significa servicio humilde. “El que quisiere
entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor” (diakonos) (Mateo 20:26;
véase también Mateo 23:11).

Es interesante que Pablo mencione que se le ha hecho diakonos (siervo) del


evangelio en lugar de unapostolos (apóstol – “enviado”) del evangelio. Pablo es
apóstol – el puesto eclesiástico más alto. Sin embargo, entiende que ser llamado
por Cristo para cumplir un puesto apostólico significa cumplir un ministerio servicial.

La historia de la transformación de Pablo, quien antes perseguía la iglesia, a un


siervo del Evangelio se encuentra en Hechos 9:1-20.

COLOSENSES 1:24-28: PABLO GOZA EN LO QUE PADECE POR


ELLOS
24Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que
falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la
iglesia (griego: ekklesia); 25De la cual soy hecho ministro, según la
dispensación (griego: oikonomia) de Dios que me fue dada en orden á vosotros,
para que cumpla la palabra de Dios; 26A saber, el misterio (griego: mysterion) que
había estado oculto desde los siglos y edades, mas ahora ha sido manifestado á
sus santos (griego: hagios): 27A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas
de la gloria (griego: doxa) de este misterio entre los Gentiles; que es Cristo en
vosotros la esperanza de gloria: 28El cual nosotros anunciamos, amonestando á
todo hombre (griego:panta anthropon), y enseñando en toda sabiduría, para que
presentemos á todo hombre perfecto en Cristo Jesús.

“Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros” (v. 24a). Cuando Pablo
habla del sufrimiento, sabe lo que dice:

“De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.

Tres veces he sido azotado con varas;

una vez apedreado;

tres veces he padecido naufragio;

una noche y un día he estado en lo profundo de la mar;

En caminos muchas veces,

peligros de ríos, peligros de ladrones,

peligros de los de mi nación, peligros de los Gentiles,

peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en la mar,

peligros entre falsos hermanos;

En trabajo y fatiga, en muchas vigilias,

en hambre y sed, en muchos ayunos,

en frío y en desnudez;

Sin otras cosas además,

Lo que sobre mí se agolpa cada día,

la solicitud de todas las iglesias” (2 Corintios 11:24-28).

Esto puede sonar como si Pablo es masoquista – que deriva alguna gratificación
perversa del dolor físico o la humillación. Sin embargo no es así. Pablo no goza del
sufrimiento común y corriente, pero sí del sufrimiento que resulta de estar en la línea
del fuego – de sufrir con propósito – un sufrir con significado eterno. Por eso Pablo
puede decir, “Estando atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no
desesperamos; Perseguidos, mas no desamparados; abatidos, mas no perecemos”
(2 Corintios 4:8-9).

Conocemos bien este tipo de sufrimiento con propósito. A lo largo de los siglos,
cristianos se han arriesgado la vida para llevar el Evangelio a lugares primitivos – y
todavía lo hacen hoy. Admiramos su voluntad de hacer sacrificios por una gran
causa. Aunque estemos tranquilos porque Dios no nos ha llamado hacia este tipo de
sacrificio, parte de nosotros envidia a estas personas por el gran propósito que
tienen sus vidas.

“y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo,


que es la iglesia”(ekklesia) (v. 24b). Pablo no sugiere que el sufrimiento de Cristo
en la cruz carecía de eficacia. En vez, dice que Cristo, habiendo ascendido de
nuevo a su reino celestial, ya no está disponible para absorber la ira de los
enemigos de Dios. Pablo y otros siervos cristianos ahora son los que están en la
línea del fuego. Están sufriendo, pero su sufrimiento tiene propósito. Sufren por el
bien del cuerpo (la iglesia).

Véanse los comentarios anteriores de versículo 18a para ver el significado


de ekklesia.

“De la cual soy hecho ministro” (diakonos) (v. 25a). En versículo 23, Pablo habló
de ser siervo de las Buenas Noticias – el Evangelio. Véanse los comentarios de
versículo 23 acerca de diakonos.

Ahora Pablo habla de ser siervo de la iglesia – la ekklesia – la comunidad de fe


reunida (v. 24b-25a).

“según la dispensación (oikonomia) de Dios que me fue dada en orden á


vosotros, para que cumpla la palabra de Dios” (v. 25b). La
palabra oikonomia generalmente se refiere a la administración (nomos –
distribución, ley) de un hogar (oikos – casa).

En este versículo Pablo habla de la oikonomia de Dios – la administración de Dios –


los arreglos que Dios ha hecho para el funcionamiento de la iglesia. Dios le ha
delegado a Pablo varias responsabilidades por el bien de la iglesia – para que se
cumpla la palabra de Dios – para que la palabra de Dios se conozca plenamente –
para que la palabra de Dios cumpla su propósito.

“A saber, el misterio (mysterion) que había estado oculto desde los siglos y


edades” (v. 26a). Un misterio, como usa Pablo la palabra aquí, es la sabiduría
espiritual que Dios ocultó por un tiempo y que después reveló a quienes se le
acercaban con fe (Romanos 16:25; Efesios 3:9). El Evangelio es un misterio
(Efesios 6:19), como lo es Cristo (Colosenses 2:2).

En el libro de Efesios, el escritor (que se identifica como Pablo, v. 3:1) dice:

“por revelación me fue declarado el misterio…


Que los Gentiles sean juntamente herederos, é incorporados,

y consortes de su promesa en Cristo por el evangelio” (Efesios 3:3-6).

Es decir, Dios escogió a los judíos para ser su pueblo desde el tiempo de Abraham,
pero mantuvo secreto el hecho que un día Cristo abriría la puerta a los gentiles. Esto
es un misterio – sabiduría espiritual que se mantiene oculta por un tiempo y después
es revelada por Dios.

“mas ahora ha sido manifestado á sus santos” (hagios) (v. 26b). El misterio, que
Dios mantuvo secreto tanto tiempo, ahora es revelado a los santos (hagios). Como
se anota en los comentarios de versículo 22b, hagios puede significar santo – sin
pecado o recto. Eso es lo que significa en versículo 22. Ahora, en versículo
26 hagios tiene un significado relacionado – santos – un pueblo santo – un pueblo
sin pecado. No podemos llegar a esta santidad – esta falta de pecado – por medio
de disciplina espiritual. El sacrificio de Cristo en la cruz es esencial. Tiene el mismo
efecto para nosotros que los sacrificios del pueblo judío tenían para ellos – nos alivia
de la culpabilidad de nuestro pecado y nos hace santos.

Dios ha escogido revelar misterios a algunos, pero no a todos. Como Jesús les dijo
a sus discípulos, “A vosotros es dado saber el misterio del reino de Dios; mas á los
que están fuera, por parábolas todas las cosas; Para que viendo, vean y no echen
de ver; y oyendo, oigan y no entiendan: porque no se conviertan, y les sean
perdonados los pecados” (Marcos 4:11-12; véase también Mateo 11:25; Lucas
10:21).

Pero durante la Segunda Venida de Jesús, la revelación será más amplia. Jesús
dice, “Porque nada hay encubierto, que no haya de ser descubierto; ni oculto, que
no haya de ser sabido” (Lucas 12:2; véase también Mateo 10:26; Lucas 17:30).

“A los cuales quiso Dios hacer notorias las riquezas de la gloria (doxa) de este
misterio entre los Gentiles; que es Cristo en vosotros la esperanza de
gloria” (v. 27). A Dios le agradaba revelar el misterio a los santos –
los hagios (véase v. 26b).

El misterio revelado es “las riquezas de la gloria de este misterio entre los


Gentiles” (v. 27b). Dios pactó una relación con Israel, diciéndole a Abraham (mucho
antes de que los israelitas existieran como nación):

“Vete de tu tierra y de tu parentela,

y de la casa de tu padre,

á la tierra que te mostraré;

Y haré de ti una nación grande,

y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre,


y serás bendición:

Y bendeciré á los que te bendijeren,

y á los que te maldijeren maldeciré:

y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:1-3).

Anote que la promesa de Dios a Abraham tiene dos facetas:

• Dios prometió hacer de Abraham una gran nación. Dios cumplió esta promesa
creando la nación de Israel.

• Dios también prometió, “serán benditas en ti todas las familias de la tierra” – un


indicio no muy sutil de que llegará el día en que la relación exclusiva que Israel
disfruta con Dios será ampliada para incluir a toda la gente – a los gentiles. Aunque
el pueblo judío no solía entender esto, en muchos lugares del Antiguo Testamento
hay indicios de la eventual inclusión de los gentiles (Génesis 22:18; Salmo 22:27;
46:10; 65:2, 5; 66:4; 72:11, 17, 19; 86:9; 102:15; Isaías 2:2-4; 9:1; 11:9-10; 24:16;
40:5; 42:1, 6; 45:22-24; 49:1, 6, 22; 55:5; 56:3-8; 60:3; 65:1; 66:18-23; Jeremías
3:17; 4:2; 16:19-21; Daniel 7:13-14; Joel 2:28-32; Zacarías 2:11; 8:22-23; Malaquías
1:11).

Para ver el significado de “misterio,” véanse arriba los comentarios de versículo 26a.

“que es Cristo en vosotros la esperanza de gloria” (v. 27). Recuerde que la


mayor parte de estos cristianos colosenses seguramente son gentiles. Eso ya no es
un impedimento para su salvación. Cristo en ellos es “la esperanza de la gloria” – la
esperanza de experimentar la resurrección de los muertos y ver a Cristo en su
gloria.

“El cual nosotros anunciamos” (v. 28a). Es Cristo a quien Pablo proclama –


“Cristo crucificado” (1 Corintios 1:23) – “Jesucristo” (2 Corintios 1:19) – “Jesucristo,
el Señor” (2 Corintios 4:5).

Nos da una pequeña descripción de su proclamación en su primera carta a la iglesia


corintia, diciendo:

“Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí:

Que Cristo fue muerto por nuestros pecados conforme á las Escrituras;

Y que fue sepultado,

Y que resucitó al tercer día, conforme á las Escrituras;

Y que apareció á Cefas, y después á los doce.”

Y nombra varios otros a quienes Jesús se les apareció).


(1 Corintios 15:3-8).

“amonestando (noutheteo) á todo hombre” (panta anthropon) (v. 28b). La palabra


griega noutheteosignifica advertir, amonestar, urgir. Es una palabra fuerte que
sugiere que Pablo pone mucho esfuerzo y urgencia en su advertencia. Para Pablo,
la relación de una persona con Cristo es cosa de vida o muerte, y podemos estar
seguros de que Pablo puso todo su ser en proclamarlo.

“á todo hombre” es una traducción literal de panta (cada o


todos) anthropon (hombre). Hoy, la mayoría de las traducciones utilizan una palabra
neutral como “todos,” que capta bien el sentido del griego original.

Pablo usa “todo hombre” tres veces en este versículo – enfatizando la


disponibilidad del Evangelio a cada persona (hombre o mujer). Ya no hay
exclusividad – nadie que no sea bienvenido.

“y enseñando en toda sabiduría” (v. 28b). ¿Qué constituye sabiduría? Los griegos


premian la filosofía como el conocimiento más alto, pero el Salmista dice, “El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (Salmo 111:10a). Pablo estaría de
acuerdo con el Salmista, claro, pero tiene mucho que añadir:

• Pablo no enseña sabiduría que viene de los grandes pensadores, “porque no sea
hecha vana la cruz de Cristo” (1 Corintios 1:17). Si Pablo enfatizara la sabiduría
humana en su predicación, esto distraería de la verdadera sabiduría de “la cruz de
Cristo.”

• Pablo contrasta la sabiduría humana con la de Dios, que parece una locura, pero
de hecho que es infinitamente más sabia que la sabiduría humana (1 Corintios 1:25-
27).

• Pablo proclama, “Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría” (1
Corintios 1:30).

Todo esto es importante. La sabiduría de Dios encarnada en Cristo parece una


locura, pero la verdad es que es infinitamente sabia. La cruz de Cristo es la máxima
expresión de “por Dios sabiduría.” Pablo predica “á Cristo crucificado” que aparece
ser “una locura para los griegos” que premian la sabiduría humana. No obstante,
Cristo es “potencia de Dios, y sabiduría de Dios” (1 Corintios 1:23-29).

“para que presentemos á todo hombre perfecto (teleios) en Cristo Jesús” (v.


28c). Esta palabrateleios tiene varios significados que incluyen “completo” o “entero”
o “maduro” o “sin mancha” o “perfecto.” Solos, no somos ninguna de estas cosas.
Sin embargo, Cristo vino a hacernos enteros de nuevo – a tomar nuestra inmadurez
y hacernos maduros – a tomar nuestros pecados y dejarnos sin mancha y perfectos
ante Dios.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada
enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de
dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).
BIBLIOGRAFÍA:
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Vol. 10 (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 1986)

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Copyright 2014, Richard Niell Donovan

PASAJE BÍBLICO
Colosenses 2:6-19
RECURSOS PARA PREDICAR

Por Richard Niell Donovan


Traducción por Ángeles Aller

PASAJE BÍBLICO: Colosenses 2:6-19

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:
El apóstol Pablo y su compañero Timoteo escribieron esta carta a la iglesia en
Colosas (v. 1), una ciudad pequeña en Asia Menor (actualmente Turquía). Pablo no
había visitado Colosas, pero había recibido noticias de Epafra, el misionero que
seguramente fundó allí la iglesia (1:7).

Pablo habla favorablemente de la fe, el amor, y la esperanza de los cristianos


colosenses (1:4-5) y reconoce que el Evangelio fructifica y crece en ellos (1:6). Sin
embargo, parece que Epafra le ha dicho a Pablo que hay problemas graves en
Colosas – problemas con falsas enseñanzas que algunos eruditos han llamado “la
Herejía Colosense.” Pablo escribe esta carta para ayudar a los colosenses a
solucionar estos problemas (en particular, véanse 2:4, 8, 13-16, 18; 3:5, 8, 18 – 4:1).

Aunque Pablo se va a dirigir a esos problemas uno por uno, primero quiere estar
seguro de que los cristianos colosenses están bien enraizados en los puntos
básicos de la fe – y en Cristo como el centro de esa fe (véase 1:15-20 en particular y
2:6-7, 9, 13b-19). Si estos cristianos colosenses entendieran mejor la naturaleza y la
misión de Cristo – quién era y es y lo que Cristo vino a hacer por ellos – ese
entendimiento les daría la fundación necesaria para solucionar los problemas que
preocupan a Pablo.

Este pasaje trata varios de esos problemas:

• Ser engañados por “por filosofías y vanas sutilezas” (v. 8).

• Seguir “las tradiciones de los hombres” y “los elementos del mundo” en lugar de
seguir a Cristo (v. 8).

• Requisitos de seguir las leyes dietéticas, de días festivos, o de los sábados (v. 16).

• El “culto á los ángeles” (v. 18).

• Estar “vanamente hinchado en el sentido de su propia carne” (v. 18).

• “no teniendo la Cabeza” (v. 19).

COLOSENSES 2:6-7: DE LA MANERA QUE HABÉIS RECIBIDO AL


SEÑOR JESUCRISTO
6Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo,
andad (griego: peripateite de peripateo)en él: 7Arraigados y sobreedificados en él, y
confirmados en la fe, así como habéis aprendido, creciendo en ella con hacimiento
de gracias.

“Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo” (v. 6a).


Rabinos judíos hablaban de Moisés, quien había recibido el Tora de las manos de
Dios. El Tora, claro, era lo que Dios había proveído para guiar y dirigir la vida de
Israel según su voluntad – para que Israel disfrutara del favor de Dios – para que
experimentara la salvación en manos de Dios.

En su carta a los gálatas, Pablo describió el Tora como un pedagogo


(griego: paidagogos) (Gálatas 3:24-25). Podemos pensar de paidagogos no solo
como un profesor, pero también como alguien que tiene la responsabilidad de criar a
los niños – un líder – un disciplinario – un entrenador. Pablo dijo que Dios le dio el
Tora al pueblo judío como paidagogos “para llevarnos á Cristo, para que fuésemos
justificados por la fe” en lugar de por nuestra adherencia a la ley judía (Gálatas 2:24-
25).
Ahora Pablo dice que estos cristianos colosenses han recibido a Cristo – igual que
Moisés había recibido el Tora. Cristo también es instrumento de Dios para la
salvación – pero un instrumento perfecto. Habiendo recibido a Cristo, los cristianos
colosenses son “hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:26). Usando una
metáfora de la ciencia moderna, podríamos decir que llevan los genes de Cristo en
lo más profundo de su ser. Han recibido el ADN de Cristo. Son como Cristo en
maneras que van mucho más allá de mero comportamiento o apariencia.

“andad (peripateo) en él” (v. 6b). Literalmente, la palabra griega peripateo significa


“andar o caminar alrededor” (peri significa “alrededor” – como en la palabra
“perímetro”).

Desde los primeros tiempos, los judíos han usado la palabra “caminar” o “andar”
para referirse a la manera que uno lleva su vida:

• Henoch y Noé caminaban con Dios (Génesis 5:22, 24; 6:9).

• Dios le retó a Abraham, “anda delante de mí, y sé perfecto” (Génesis 17:1).

• El Salmista dijo, “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni


estuvo en camino de pecadores” (Salmo 1:1; véase también Salmo 119:3).

• Dios juzgó a los israelitas por no caminar según sus estatutos – por no guardar sus
leyes (Ezequiel 5:6-8).

Ahora Pablo les dice a estos cristianos colosenses que caminen en Cristo – que se
unan a Cristo – que vivan como Cristo quisiera que vivan – que sigan sus
mandamientos igual que los judíos (en su mejor momento) trataron de seguir el
Tora. Es correcto que lo hagan, porque han “nacido otra vez” o “nacido de arriba”
(Juan 3:3) por su sepultura y resurrección en el bautizo (Romanos 6:3-14;
Colosenses 2:12). Les dice, habiendo “resucitado con Cristo, buscad las cosas de
arriba, donde está Cristo sentado á la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de
arriba, no en las de la tierra. Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con
Cristo en Dios” (3:1-3).

“Arraigados y sobreedificados en él” (v. 7a). Pablo utiliza dos metáforas muy


diferentes aquí – arraigados y sobreedificados – ambas metáforas apoyan su
declaración de que estos cristianos colosenses han ganado todo por medio de su
conexión con Cristo – y que deben toda su naturaleza y ser y fuerza a esa conexión.

Primero, estos cristianos colosenses están “arraigados” en Cristo. Como todo


jardinero sabe, plantas dependen de sus raíces para su nutrición y sostenimiento.
Las raíces pueden estar bajo tierra – invisibles para el simple observador – pero son
esenciales para el bienestar de la planta.

Pero mucho también depende de la tierra en que las raíces están plantadas. Si la
tierra tiene humedad y nutrientes, las raíces los extraen para alimentar la planta –
para que la planta pueda prosperar. Sin embargo, si la tierra no contiene humedad o
nutrientes, las raíces quedan desamparadas – incapaces de sostener la vida de la
planta – y la planta muere.

Pablo les dice a estos cristianos colosenses que no deben preocuparse por la tierra
espiritual en la que sus raíces están plantadas. Están arraigados a Cristo, cuyos
recursos espirituales son literalmente infinitos. Pasen tiempos buenos o malos,
siempre se pueden apoyar en sus raíces – porque están firmemente plantadas en
Cristo.

Segundo, están “sobreedificados” en Cristo. La palabra griega que se usa


aquí, oikodomeo, generalmente se asocia con el trabajo de construcción – la
construcción de una casa o una torre o un granero. Pablo les dice a estos cristianos
colosenses que son la obra de un maestro constructor – el que aprendió carpintería
de su padre terrenal, José – pero cuyos verdaderos dones vienen de la conexión
que comparte con su Padre celestial. Pablo les dice a estos cristianos colosenses
que pueden depender de sus fuertes cimientos – y de sus paredes fuertes – y de un
tejado sólido. Si me permite prestar de una historia de niños, Pablo les asegura que
el lobo grande y malo puede soplar todo el día, pero ellos no tienen nada que temer.
Cristo les ha diseñado para sobrevivir momentos buenos y malos (recuerde que la
prosperidad arruina tanto a la gente como la adversidad).

“y confirmados (bebaioo) en la fe, así como habéis aprendido” (v. 7b). Esta


palabra griega bebaiootiene que ver con la construcción para que sea fuerte y de
fiar – por lo tanto es apropiado usarla con
ambos “arraigados” y “sobreedificados” (v. 7a). Estos cristianos colosenses
están arraigados en Cristo, por eso son tan fuertes como lo puede ser cualquier
criatura viviente. También son producto del maestro constructor – el gran arquitecto
– el carpintero perfecto – y por eso están preparados para cualquier adversidad que
la vida les pueda traer.

Estos cristianos colosenses están bien establecidos porque “habéis


aprendido” bien. En las últimas décadas, el mentiroso (Satanás) ha convencido a
mucha gente de que no importa lo que creamos siempre que seamos sinceros. Eso
va contracorriente ambos al Evangelio y a nuestra experiencia diaria.

• Las Escrituras (de el Antiguo y el Nuevo Testamento) nos dicen que nuestras
creencias son imprescindibles para nuestro bienestar, aquí y en el más allá.

• Esto lo confirma nuestra propia experiencia. Personas tienden a actuar según sus
creencias. Si creen cosas que realmente no son verdad, actúan según sus falsas
creencias y sufren las consecuencias. Si han aprendido bien a creer en la verdad,
benefician en gran manera de esta enseñanza – y de creer en la verdad.

Debemos tener cuidado no sea que hagamos excusas por aquéllos que toman
malas decisiones – decisiones basadas en falsas creencias – decisiones que sin
duda terminan con malos resultados. No queremos juzgarles, queremos decir que
no es su culpa – que son víctimas de esto o aquello. Aunque es verdad que hay
víctimas de esto o aquello, por lo general gente es víctima de su propio pensar – o
de creencias estúpidas que resultan en comportamiento estúpido y gran sufrimiento.
Jesús dijo, “la verdad os libertará” (Juan 8:32). Lo contrario también es verdad.
Vivir según falsos principios puede robar a la gente de su libertad.

Por eso, los que estamos en la iglesia debemos estar seguros de enseñar la verdad.
La verdad que se nos ha encargado enseñar es la que Cristo nos enseñó a observar
(Mateo 20:20). Para aprender lo que Cristo enseñó, debemos mirar primero a las
escrituras, especialmente al Nuevo Testamento, y no dejarnos llevar por psicología
popular o hacer siempre lo que se cree políticamente correcto – ni siquiera
enfocarnos en lo que pronuncian las autoridades de diversas denominaciones.

Los reformadores dijeron “sola scriptura” – solo escritura:

• Si esto se practica de manera estricta, esto significa que todas las demás
autoridades quedan subordinadas a la escritura – que deben ser medidas según su
adhesión a lo que enseña la escritura.

• Si esto se practica correctamente, significa que a veces lo que enseñamos no será


popular – no tendrá mucho en común con la cultura popular – porque Cristo nos
pide decir la verdad, pero la cultura popular a menudo basa sus creencias en
ficciones atractivas. Jesús nos ha dicho que no podemos servir ambos a Dios y a
mamón (Mateo 6:24). Si lo intentamos, pronto nos encontramos sirviendo solo a
mamón.

Pero Pablo les dice a estos cristianos colosenses que no tienen nada que temer.
Han sido establecidos – hechos fuertes en la fe – por las enseñanzas correctas que
han aprendido.

“creciendo (perisseuo) en ella con hacimiento de gracias” (v. 7c). La palabra


griega perisseuo tiene que ver con exceso – sobreabundancia – lo que el Salmista
quiso decir cuando dijo, “mi copa está rebosando” (Salmo 23:5) – lo que Jesús
describió cuando dijo, “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y
rebosando darán en vuestro seno” (Lucas 6:38). Pablo les pide a los cristianos
colosenses dar gracias con ese tipo de fe y agradecimiento sobreabundante.

¿Por qué deben rebosar en agradecimiento? ¿Está Pablo simplemente pidiéndoles


que pongan buena cara? ¡No! Tienen razón para estar agradecidos. Al fin y al cabo,
están arraigados a Cristo. Cristo es el maestro constructor que les ha edificado. Les
ha establecido en la fe – la fe que les garantiza su salvación. Agradecimiento
abundante es solo la respuesta natural a lo que han recibido.

COLOSENSES 2:8-10: QUE NINGUNO OS ENGAÑE


8Mirad que ninguno os engañe por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones
de los hombres, conforme á los elementos del mundo, y no según Cristo: 9Porque
en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente: 10Y en él estáis
cumplidos, el cual es la cabeza de todo principado y potestad:

“Mirad (blepo) que ninguno os engañe” (v. 8a). Esta palabra griega blepo significa


“ver” o, por extensión, “discernir.” Pablo les advierte a estos cristianos colosenses
que mantengan los ojos bien abiertos y la mano en la cartera. Les dice que
mantengan la cabeza clara para poder reconocer falsedades que vienen en un
paquete atractivo y se venden agresivamente. Les recuerda que hay unos entre
ellos que no simpatizan con la fe cristiana – gente cuyas creencias van en contra de
la fe cristiana. Esa gente – o por lo menos parte de ella – no estará satisfecha hasta
que logre descarrilar la fe de una persona cristiana.

Hace algunos años trabajaba en un centro de rehabilitación para personas adictas a


la heroína. Allí aprendí que un adicto odia ver a otra persona adicta pedir ayuda.
Hacen un gran esfuerzo para meter drogas en el centro de rehabilitación para
socavar el proceso. Regalan drogas a quienes están tratando de poner fin a su
adicción. Hacen todo lo posible para mantener la cohesión de su grupo – o para
reclutar a más personas a su grupo. Son muy evangelistas, porque ven a la gente
“recta” como una amenaza.

Desafortunadamente, muchos cristianos no sienten mucha pasión por su fe. Tienen


miedo de ofender a alguien si mencionan a Jesús. Drogadictos y falsos profetas no
tienen esos escrúpulos. Ellos “(aman) más las tinieblas que la luz; porque sus
obras (son) malas” (Juan 3:19-20). Ya que aman las tinieblas, hacen lo posible
para apagar la luz donde sea que la encuentren.

En este versículo, Pablo les advierte a los cristianos colosenses que no permitan
que los enemigos de Jesús apaguen la luz de su fe.

“por filosofías y vanas sutilezas, según las tradiciones de los hombres,


conforme á los elementos del mundo, y no según Cristo” (v. 8b). Esto llega al
fondo de los problemas que afectan a la iglesia colosense. Algunos de sus
miembros han sido seducidos por filosofías – y vanas sutilezas – y tradiciones de los
hombres – y cosas de este mundo.

La palabra “filosofía” viene de dos palabras griegas – philos (amor)


y sophia (sabiduría). No hay, claro, ningún conflicto entre la fe cristiana y el amor de
la sabiduría. Debemos amar la sabiduría – la verdadera sabiduría – pero no
debemos amar filosofías que son incompatibles con la fe cristiana. Ese es el
problema que Pablo tiene aquí – filosofías y vanas sutilezas incompatibles con la fe
cristiana y que se dedican a subvertirla.

¿Qué son “vanas sutilezas”? Las palabras griegas son kenes (vacío, en vano)


y apates (engaño o delirio). La palabra kenes(vacío) no se necesita, porque engaño
o delirio, por su naturaleza, ya expresan el concepto de vacío – vano – una segura
decepción. Jesús prometió “la verdad os libertará” (Juan 8:32). Lo contrario
también es verdad, pero su atracción es como el cebo de una trampa – diseñado
para atrapar al que no sospecha.

“según las tradiciones (paradosis) de los hombres.” Los fariseos premiaban lo


que llamaban “las tradiciones de los ancianos” – enseñanzas que se pasaban de
una generación a otra para ayudar a la gente a entender los requisitos de la ley
judía. Conocemos estas tradiciones, porque los fariseos las trataban como si fueran
autoritarias, a menudo causando conflicto con Jesús como resultado.
Como ejemplo, los fariseos criticaban a Jesús porque sus discípulos no guardaban
“la tradición de los ancianos” en cuanto a lavarse las manos antes de comer pan
(Marcos 7:5). Esto no tenía nada que ver con la higiene, pero era un rito religioso
requerido, no por el Tora, sino por la tradición farisaica.

Jesús les dijo a los fariseos que Isaías se refería a ellos al decir “Este pueblo con
los labios me honra, mas su corazón lejos está de mí. Y en vano me honra,
enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el
mandamiento de Dios, tenéis la tradición de los hombres” (Marcos 7:6-7).

Jesús prosiguió con un ejemplo de los fariseos, que usaban las tradiciones para
evitar los requisitos del Tora – “invalidáis el mandamiento de Dios para guardar
vuestra tradición.” Aunque la ley del Tora requería honrar a sus padres y madres –
inclusive con asistencia económica en su vejez – los fariseos anunciaban que su
dinero estaba dedicado a Dios y, por eso, no podían apoyar a sus padres. Jesús
dijo, “muchas cosas hacéis semejantes á éstas” (Marcos 7:13).

Ahora Pablo les pide a los cristianos colosenses que no cometan el mismo error.
Les pide rechazar la tentación de poner las tradiciones rabínicas (o cualquier otra
tradición) al mismo nivel que la ley del Tora – que no conviertan las tradiciones de
los ancianos en algo autoritario en la fe y su práctica.

La tentación de poner tradiciones y decretos humanos al mismo nivel (o aún más


alto) que la escritura no ha desaparecido. Es un problema grave en gran parte de
las denominaciones cristianas hoy día. Cada denominación tiene tradiciones y
decretos que se parecen mucho a las tradiciones de estos ancianos.

• Las tradiciones y los decretos de las diferentes denominaciones fueron creadas


con buenas intenciones – para clarificar lo que el cristiano debe creer y practicar en
situaciones diferentes. Pero debemos anotar que las tradiciones farisaicas fueron
creadas por esa misma razón. Buenas intenciones no garantizan los resultados que
Dios quiere.

• Además, estas tradiciones y decretos pronto se convierten en dogma – cosas que


los miembros de la denominación (particularmente la clerecía) debe creer y
practicar. Esto también se parece mucho a la manera en que los fariseos pensaban
de las tradiciones de los ancianos.

Tradiciones (creencias estandarizadas, reglas, prácticas) pueden ayudar, porque


nos simplifican la vida. Sin ellas tendríamos que empezar desde cero cada vez que
necesitamos tomar una decisión. Pero surgen problemas cuando nos adherimos
demasiado a las tradiciones – cuando empezamos a depender de ellas para
determinar nuestra fe en vez de depender de la escritura – especialmente cuando
las usamos para socavar doctrina bíblica relacionada con la fe y su práctica.

Para corregir este problema véanse arriba los comentarios de versículo 7b acerca
de sola scriptura (solo escritura).
“Porque en él habita toda la plenitud (pleroma) de la divinidad
corporalmente” (v. 9). En este versículo Pablo afirma la encarnación – Dios
viviendo entre nosotros en forma humana.

Un siglo después, la iglesia tuvo problemas con el Gnosticismo, que proponía que lo
espiritual es bueno y lo físico es malo. Como resultado, los gnósticos no creían en la
Encarnación – que Dios se había convertido en carne humana y había vivido entre
nosotros. Decían que solo podíamos llegar a la plenitud (pleroma) de Dios a través
de los ángeles u otras emanaciones – emanaciones que se iban vaciando de
su pleroma a medida que se acercaban a nuestra existencia terrenal.

Algunos eruditos creen que la iglesia en Colosas se encontraba infectada por este
punto de vista gnóstico y dualista. Por ejemplo, Pablo criticó los cristianos
colosenses por observar ciertas reglas como “No manejes, ni gustes, ni aun toques”
(2:21) – y por buscar iluminación espiritual a través de “el duro trato del cuerpo”
(2:23) – prácticas ascéticas que se aproximaban al Gnosticismo. Ahora, en los
versículos que comienzan esta epístola, Pablo quiere corregir este error
presentándoles a Cristo, en quien la plenitud de la deidad se agrada de habitar.

“Y en él estáis cumplidos (pepleromenoi), el cual es la cabeza de todo


principado y potestad” (v. 10). Anote el paralelo entre “la plenitud de la divinidad”
(v. 9) y “estáis cumplidos” (pepleromenoi) (v. 10). El Cristo que encarna la plenitud
de la divinidad también llena a sus discípulos – nos completa – nos restaura en la
imagen de Dios que había quedado desfigurada por el pecado.

Cristo, que hace esto posible, es “la cabeza de todo principado y


potestad.” Principados (archai) representan preeminencia – lo que está sobre todas
las cosas. Potestad (exousia) significa autoridad y es capaz de hacer cosas. Sin
embargo, a pesar de lo impresionantes que puedan parecer los principados y las
potestades, Cristo es aún más impresionante. No está sujeto a principados ni
potestades, pero es, en vez, su cabeza. Véanse abajo los comentarios de versículo
15.

COLOSENSES 2:11-12: CIRCUNCISIÓN CON HECHA CON


MANOS
11En el cual también sois circuncidados de circuncisión no hecha con manos, con el
despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne, en la circuncisión de
Cristo; 12Sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también
resucitasteis con él, por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos.

“En el cual también sois circuncidados de circuncisión no hecha con


manos” (v. 11a). Cuando Pablo habló de “filosofías y vanas sutilezas” (v. 8), se
refería a un problema que tenía raíces en la herencia griega de los colosenses.
Ahora, hablando de la circuncisión, se dirige a un problema que proviene de su
herencia judía.

La ley del Tora requería que los judíos circuncidaran a todo varón recién nacido el
octavo día de vida como marca de su pertenencia a la nación pactada de Israel
(Levítico 12:2-3).
Como cristianos, sin embargo, no necesitamos la circuncisión porque hemos
recibido una circuncisión “no hecha con manos” – una obra de Dios en lugar del
hombre – una circuncisión espiritual en lugar de física – una circuncisión del corazón
(Deuteronomio 10:16; Jeremías 4:4; Romanos 2:29; véase también Hechos 15:1-29;
Gálatas 2:1-10). Como Pablo anota en versículo 12, esto tiene que ver con nuestro
bautizo – con ser sepultados con Cristo en las aguas del bautizo y resucitados a una
nueva vida – una vida en presencia de Cristo.

“con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne” (sarkos –


de sarx) (v. 11b). “De los pecados” no aparece en los mejores manuscritos,
entonces debe decir, “con el despojamiento del cuerpo de la carne.”

La palabra sarx (carne) aparece bastante en el Nuevo Testamento para referirse a


lo que no es espiritual – lo mundano – lo pecaminoso. Pablo dice que “las obras de
la carne (sarx) son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución, idolatría,
hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
envidias, homicidios, borracheras, banqueteos, y cosas semejantes á éstas”
(Gálatas 5:19-21a). Avisa que “los que hacen tales cosas no heredarán el reino de
Dios” (Gálatas 5:21b).

“en la circuncisión de Cristo” (v. 11c). En nuestro bautizo – siendo sepultados en


Cristo por el agua del bautizo y de nuevo resucitados en él – Cristo nos despojó
de sarx – de preocupaciones carnales que forman costras alrededor de nuestros
corazones y amenazan con deshacernos. Nos marcó como miembros de la
comunidad del pacto, del pueblo de Dios – de la misma manera que la circuncisión
antes había marcado a los judíos como pueblo de Dios.

“Sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también resucitasteis


con él, por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos” (v. 12).
Este versículo se acerca mucho a Romanos 6:3-5, donde Pablo dice que fuimos
sepultados por el bautizo en la muerte de Cristo “para que como Cristo resucitó de
los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de
vida. Porque si fuimos plantados juntamente en él á la semejanza de su muerte, así
también lo seremos á la de su resurrección.”

Este versículo y Romanos 6:3-5 describen el bautizo como un enterrar y resucitar


con Cristo – imágenes que solo se pueden entender como un bautizo por inmersión.
Hoy muchas iglesias requieren bautizo por inmersión, y el número está creciendo.
Muchos – casi la mayoría – de eruditos del Nuevo Testamento reconocen que el
bautizo por inmersión era la costumbre de la iglesia del Nuevo Testamento. La
palabra griega baptizo significa sumergir o abrumar. Que yo sepa, todas iglesias
aceptan inmersión como bautizo válido, pero muchas iglesias no aceptan el rocío
del agua como bautizo válido.

COLOSENSES 2:13-15: CRISTO OS VIVIFICÓ


13Y á vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra
carne, os vivificó juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14rayendo la
cédula de los ritos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en
medio y enclavándola en la cruz; 15Y despojando los principados y las potestades,
sacólos á la vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo.

“Y á vosotros, estando muertos en pecados (peraptoma) y en la incircuncisión


de vuestra carne, os vivificó juntamente con él, perdonándoos todos los
pecados” (v. 13). Pablo contrasta nuestra condición antes de hacernos cristianos
(muertos) con la transformación que Cristo ha hecho en nosotros (vivificados y
perdonados).

De las dos palabras para pecado, peraptoma y parabasis, peraptoma es la más


suave de las dos.Peraptoma indica algún tipo de equivocación o mal hacer que no
es ni terrible ni voluntario. Parabasis se refiere a pecado intencionado y voluntario.

El punto es que hasta pecados que no son tan malos son suficiente para causar una
muerte espiritual. Pero Cristo, por su muerte en la cruz, “nos ha perdonado todos los
pecados,” y así, nos ha vivificado de nuevo.

“rayendo la cédula (cheirographon) de los ritos que nos era contraria, que era
contra nosotros”(v. 14a). La palabra cheirographon es una combinación
de cheir (mano) y grapho (escribir). “Cédula” (documento escrito a mano) es una
traducción literal.

En su contexto original, esta palabra indicaba un documento escrito a mano, como


la cédula de una deuda que obliga pagar a la persona que debe. Pablo sugiere que
cada uno de nosotros tiene una cédula así escrita a mano en algún lugar del cielo –
un record de nuestra culpabilidad – nuestra deuda con Dios. Ese documento
persiste a pesar de nuestros mejores esfuerzos, porque nunca podremos, por
nosotros mismos, borrar lo que Dios ha escrito. Aunque seamos mejores en el futuro
de lo que fuimos en el pasado, nunca seremos perfectos – ni tampoco podría una
futura perfección borrar nuestra culpabilidad pasada.

Pero ahora Cristo ha borrado la cédula que una vez nos condenaba. Nuestro lienzo
está limpio. Nuestros pecados han sido perdonados y olvidados.

“quitándola (Cristo) de en medio y enclavándola en la cruz” (v. 14). Esto se


refiere a la acusación que Pilato puso en la cruz de Jesús, “Jesús Nazareno, Rey de
los Judíos” (Juan 19:19).

La muerte de un prisionero cancelaba su deuda con la sociedad, porque la muerte


era el máximo castigo. La muerte de Jesús también cancela la deuda de quienes
vienen después. Lo que no podemos hacer por nosotros mismos, Cristo ha hecho
por nosotros. Ha clavado la cédula de nuestra deuda a su cruz.

Hace tiempo me obsesionaba la posibilidad de que al llegar al cielo Dios me hiciera


sentar y mirar un video de mi vida. Eso sería muy doloroso, porque tendría que
revivir todo mi mal comportamiento – todas las veces que lastimé a los demás con
palabras u obras desagradables – todas las veces que podía haber hecho bien pero
escogí hacer mal – todas las veces que me comporté como un idiota.
Pero recientemente me reconforta la promesa que Cristo ha clavado mi culpabilidad
a su cruz – ha cancelado mi deuda. Ahora estoy convencido que si Dios me requiere
revivir mi vida, solo veré lo bueno. Las partes malas han desaparecido – se han
hundido en el océano más profundo. Si yo le preguntara a Dios acerca de alguna de
ellas, respondería, “No me acuerdo de eso.”

“Y despojando los principados y las potestades, sacólos á la vergüenza en


público, triunfando de ellos en sí mismo” (v. 15). Como se anota arriba,
principados (archai) representan preeminencia – lo que está antes y sobre todo.
Potestades (exousia) tienen autoridad y la capacidad de lograr cosas.

Sabemos lo que son principados y potestades. Nuestras vidas están sujetas a ellas.
Nos desafían. Establecen reglas a las que estamos sujetos. Nos castigan cuando no
vivimos según sus estándares. A veces estos principados y potestades son
benignos. Al fin y al cabo, necesitamos gente para gobernar las muchas
instituciones que afectan nuestra vida. Pero en la historia del mundo, principados y
potestades frecuentemente han sido egoístas y brutales. Lord Acton dijo, “El poder
tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente” – y no tenemos
que ir muy lejos para confirmar que tenía razón.

Cristo permitió que principados y potestades controlaran completamente su vida


cuando fue a la cruz. Le golpearon, le humillaron en público, le torturaron y le
mataron. Pero esta victoria sobre él fue temporaria. Volvió con estruendo en la
resurrección, cambiando la marea y derrotando principados y potestades – esta vez
para siempre.

“sacólos á la vergüenza en público, triunfando de ellos en sí mismo” (v. 15b).


Cuando los generales romanos ganaban una victoria sobre sus enemigos, volvían a
Roma con ellos a cuestas – celebrando su victoria y humillándoles. Pablo dice que
Jesús ha hecho lo mismo con los principados y potestades. Les ha avergonzado con
su triunfo sobre ellos para demostrar que él, no ellos, tiene la última palabra.
Principados y potestades ahora quedan indefensos, y Cristo es el soberano real.

COLOSENSES 2:16-17: POR TANTO, NADIE OS JUZGUE


16Por tanto, nadie os juzgue en comida, ó en bebida, ó en parte de día de fiesta, ó
de nueva luna, ó de sábados: 17Lo cual es la sombra de lo por venir; mas el cuerpo
es de Cristo.

En versículos 16-18, Pablo se dirige a varios temas que forman parte de lo que
eruditos más tardíos llamarían la Herejía Colosense:

• La observación (o falta de observación) de las leyes dietéticas (v. 16a).

• La observación (o falta de observación) de ciertos días festivos (v. 16b).

• El culto a los ángeles, etcétera (v. 18).

• No atenerse a la Cabeza (la Cabeza siendo Cristo) (v. 19).


“Por tanto, nadie os juzgue (krino) en comida, ó en bebida” (v. 16a). La palabra
griega krino (juzgar) distingue entre lo bueno y lo malo. Como aparece aquí,
seguramente conlleva una opinión negativa.

Pablo dice que estos cristianos colosenses no deben permitir que otros les juzguen
– que expresen una opinión negativa de ellos. Nadie puede evitar que otra persona
le juzgue, claro. Seguramente, lo que Pablo quiere decir es que estos cristianos
colosenses no deben permitir que las opiniones de otros afecten sus decisiones, su
auto-estima, y sus vidas.

Pablo se dirige a varios temas en concreto que han tentado a los cristianos
colosenses. El primero tiene que ver con las leyes de la comida y la bebida.

Levítico 11 y Deuteronomio 14 incluyen las comidas limpias (las que la religión


aprueba para consumo humano) y las impuras. La observación de estas leyes
dietéticas era importante para los judíos porque mostraba su obediencia a Yahvé.
Estas leyes también eran importantes porque mantenían al pueblo de Israel
apartado de las culturas paganas que lo rodeaban.

Los primeros cristianos eran judíos que observaban las leyes dietéticas judías. No
obstante, ese requisito pronto desapareció. La historia de la visión de Pedro en
Hechos 10 habla de la conversión de Pedro, un hombre que se adhería con celo a
las leyes dietéticas. En esa visión, el Señor le enseñó a Pedro todo tipo de
animales, y le mandó levantarse y comer. Pedro se asombró, diciendo, “Señor, no;
porque ninguna cosa común é inmunda he comido jamás.” El Señor respondió, “Lo
que Dios limpió, no lo llames tú común” (Hechos 10:13-15).  Esto mostraba que Dios
pensaba abrir la iglesia a gentiles tanto como a judíos – y no requería que los
gentiles tuvieran que convertirse al judaísmo para poder pertenecer a la iglesia.

Es importante que, en el libro de Hechos, Pedro (muy judío) fuera el discípulo


principal a lo largo de capítulo 12, pero Pablo (el apóstol de los gentiles) asumió ese
papel de capítulo 13 en adelante.

En 1 Corintios 8; 10:23-33 Pablo describe la respuesta cristiana al tema de las leyes


dietéticas judías. Explicó que cristianos no están sujetos a esas leyes, pero sí
necesitan respetar aquéllos menos sofisticados cuya fe puede sufrir si ven a otros
cristianos comiendo carne sacrificada a ídolos – o haciendo cualquier otra cosa que
gente menos sofisticada pudiera considerar mal comportamiento – comportamiento
que no concuerda con la fe.

Claro, comer y beber, tal como aparecen en este versículo, podrían representar
todas las leyes judías. La carta de Pablo a Gálatas habla en detalle de si cristianos
deben o no deben ser obligados a observar las leyes judías – específicamente, la
circuncisión. Enfatiza que cristianos no están sujetos a tales leyes. De hecho, es
todo lo contrario. Dice, “He aquí yo Pablo os digo, que si os circuncidareis, Cristo no
os aprovechará nada” (Gálatas 5:2).

“ó en bebida” (v. 16a). Quitando la prohibición contra comer o beber sangre


(Levítico 17:14; véase también Hechos 15:29), la ley judía no regulaba la bebida –
excepto en que a los sacerdotes les estaba prohibido tomar bebidas alcohólicas
mientras estaban trabajando en el santuario (Levítico 10:9) – y a los Nazaritas se les
prohibía tomar cualquier tipo de bebida alcohólica (Números 6:2-4). Hoy, gente que
insiste que Cristo requiere total abstinencia del alcohol debe tomar nota. Esa
creencia no es bíblica. El requisito de abstinencia de alcohol le debe más a Carrie
Nation que al Nuevo Testamento.

“ó en parte de día de fiesta” (v. 16b). Ley judía requería la observación de varios


días festivos (como la Celebración de Pentecostés o la Celebración del
Tabernáculo). En su carta a los romanos, Pablo dijo, “Uno hace diferencia entre día
y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté asegurado en su ánimo. El
que hace caso del día, hácelo para el Señor: y el que no hace caso del día, no lo
hace para el Señor” (Romanos 14:5-6a).

“ó de nueva luna” (v. 16c). Hoy, astrónomos describen la nueva luna como la


primera fase de la luna – cuando la luna está completamente apagada.
Históricamente, la nueva luna llegaba un poco más tarde, cuando se empezaba a
ver el borde de un cuarto creciente.

El calendario judío se basaba en los ciclos lunares, y la gente observaba una nueva
luna de manera muy parecida a como observaba el sábado (Números 29:6; 1
Samuel 20:5, 18, 24, 27; 2 Reyes 4:23; Esdras 3:5; Salmo 81:3; Isaías 1:13; 66:23;
Ezequiel 46:1, 6; Amos 8:5).

Los cristianos tienen la libertad de observar o no observar las festividades de la


nueva luna. No tenemos la libertad de requerir tales observaciones.

“ó de sábados” (v. 16d). Uno de los Diez Mandamientos requería que el pueblo


judío observara el sábado y lo mantuviera santo. Debían abstenerse de trabajar el
sábado, porque Dios descansó el séptimo día de la creación (Éxodo 20:8-11;
Génesis 2:2-3).

La temprana iglesia empezó a observar “el primer día de la semana” o “el Día del
Señor” en lugar del sábado – domingo en lugar de sábado (véase Hechos 20:7; 1
Corintios 16:2; Apocalipsis 1:10). Ese cambio ocurrió de forma gradual – pero sí
tomó lugar. Es por eso que hoy observamos el domingo.

“Lo cual es la sombra de lo por venir” (v. 17b). Pablo dice que las observaciones
judías que aparecen en versículo 16 solo son una sombra de lo que está por venir.

“mas el cuerpo (soma) es de Cristo” (v. 17b). Cuando se usa como se hace aquí


– contrastando lo que es una sombra de lo que es soma – la palabra
griega soma significa cuerpo, sustancia, o realidad.

Entonces, lo que Pablo dice en este versículo es que las observaciones de versículo
16 eran solo una sombra de lo que los cristianos colosenses ya disfrutan –
el soma (el cuerpo, la sustancia, la realidad) de Cristo.

COLOSENSES 2:18-19: NADIE OS PRIVE


18Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto á los ángeles,
metiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado en el sentido de su propia
carne, 19Y no teniendo la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y conjunto
por las ligaduras y coyunturas, crece en aumento de Dios.

En estos dos versículos, Pablo traza cinco problemas relacionados con líderes que
amenazan con engañar a los cristianos colosenses:

• Practican humildad voluntaria (pero falsa).

• Animan el culto a los ángeles.

• Claman autoridad basada en visiones que no han tenido.

• Están vanamente hinchados por su mentalidad carnal.

• No se atienen a la Cabeza, que es Cristo.

“Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto á los


ángeles” (v. 18a). Pablo cree que algunos de los cristianos colosenses están en
peligro de perder el premio de la salvación de Cristo. Están sujetos a las influencias
de quienes hacen un espectáculo de su humildad – y de los que les persuaden
hacia el culto a los ángeles.

Siempre debemos estar al tanto de falsa piedad, sea nuestra o de otros. En general,
falsa piedad es para impresionar a los demás – para que la persona “piadosa”
pueda manipular a otros.

Los ángeles son los mensajeros de Dios (Hebreos 1:14; Apocalipsis 1:1), pero no
son Dios. Son parte del orden creado, y no el creador (1:16). Están sujetos al juicio
por sus ofensas (2 Pedro 2:4; Judas 1:6). Pablo dice que los humanos juzgarán a
los ángeles (1 Corintios 6:3). Los ángeles merecen respeto (1 Corintios 11:10; 1
Timoteo 5:21; Hebreos 2:7, 9) – pero Cristo es muy superior a los ángeles (Hebreos
1:4-6, 13; 1 Pedro 3:22). Entonces, debemos alabar a Dios en lugar de los ángeles.
Alabar a los ángeles está en conflicto con el Primer Mandamiento, “No tendrás
dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3; véase también Mateo 4:10).

Los gnósticos alababan a los ángeles como intermediarios entre Dios y los humanos
– pero Pablo dice que el culto a los ángeles puede causar la pérdida del premio de
Cristo.

Hoy, el culto a los ángeles sigue siendo problemático. Ángeles aparecen en la


televisión y en las películas. Son imágenes populares en tarjetas. Hay ángeles que
se coleccionan. Aunque esto puede parecer inocuo, también tiene la capacidad de
fluir lentamente hacia la idolatría.

La prensa popular hoy representa a los ángeles como algo bonito, delicado, y
femenino, pero los ángeles bíblicos tenían nombre de varón o no había ningún
indicio de su género. A menudo eran algo que temer.
Como es verdad con todo, debemos tener cuidado de no dejarnos seducir por la
cultura popular. Debemos estar seguros de que alabamos a Dios y no a los ángeles
– el creador y no la creación.

“metiéndose en lo que no ha visto” (v. 18b). Los falsos maestros en Colosas


claman tener autoridad basada en visiones que han tenido – visiones que Pablo dice
no han tenido de verdad.

Debemos tener cuidado con gente que clama tener visiones o haber recibido algún
tipo de autoridad personal de Dios. Demasiadas veces esta gente muestra ser de
poca confianza – a veces con resultados trágicos. Jamestown, por ejemplo, donde
más de 900 seguidores de Jim Jones se suicidaron o fueron asesinados. David
Koresh de la Rama de los Davídicos es otro ejemplo.

No necesitamos visiones especiales. En el pasado, Dios nos habló a través de los


profetas. Hoy nos habla a través de su Hijo (Hebreos 1:1-2).

“vanamente hinchado en el sentido de su propia carne” (sarx) (v. 18c). Estos


falsos líderes están hinchados – son soberbios y engreídos – a causa de su mente
carnal (sarx).

Como se anota en los comentarios de versículo 11b arriba, la palabra sarx (carne)


se usa más en el Nuevo Testamento para referirse a lo que no es espiritual – lo
mundano – pecaminoso.

“Y no teniendo la cabeza, de la cual todo el cuerpo, alimentado y conjunto por


las ligaduras y coyunturas, crece en aumento de Dios” (v. 19). La Cabeza que
han ignorado estos falsos líderes es Cristo – la cabeza de la iglesia (su cuerpo)
(Efesios 1:22; 4.15; 5:23; Colosenses 1:18; 2:10). Cristo también es la fuente de
nuestra plenitud (2:10).

Pablo anota la relación entre cuerpo y cabeza. Igual que nuestro cuerpo físico
depende de las señales que vienen de la cabeza, también la iglesia depende de
Cristo y las instrucciones que nos ha dado. Nuestro crecimiento como cristianos y
como iglesia depende de una fuerte conexión con Cristo.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada
enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de
dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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