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Balance Energético de La Tierra

La Tierra recibe una cantidad constante de radiación solar de alrededor de 342 W/m2. Parte de esta radiación es absorbida y reflejada por la atmósfera, superficie y océanos de la Tierra. El efecto invernadero retiene parte de la radiación infrarroja emitida por la Tierra, lo que mantiene las temperaturas globales en niveles templados. Actualmente, la absorción neta global de calor de la Tierra es de aproximadamente 1 W/m2, lo que está provocando el calentamiento del planeta.

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Balance Energético de La Tierra

La Tierra recibe una cantidad constante de radiación solar de alrededor de 342 W/m2. Parte de esta radiación es absorbida y reflejada por la atmósfera, superficie y océanos de la Tierra. El efecto invernadero retiene parte de la radiación infrarroja emitida por la Tierra, lo que mantiene las temperaturas globales en niveles templados. Actualmente, la absorción neta global de calor de la Tierra es de aproximadamente 1 W/m2, lo que está provocando el calentamiento del planeta.

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Balance energético de la tierra

La Tierra, como todo cuerpo caliente, superior al cero absoluto, emite radiación térmica, pero al ser
su temperatura mucho menor que la solar, emite radiación infrarroja por ser un cuerpo negro. La
radiación emitida depende de la temperatura del cuerpo. En el estudio del NCAR han concluido
una oscilación anual media entre 15.9°C en Julio y 12.2°C en enero compensando los dos
hemisferios, que se encuentran en estaciones distintas y la parte terrestre que es de día con la que
es de noche. Esta oscilación de temperatura supone una radiación media anual emitida por la
Tierra de 396 W/m2.

La energía infrarroja emitida por la Tierra es atrapada en su mayor parte en la atmósfera y


reenviada de nuevo a la Tierra. Este fenómeno se llama Efecto Invernadero y garantiza las
temperaturas templadas del planeta. Según el estudio anterior de la NCAR, el Efecto Invernadero
de la atmósfera hace retornar nuevamente a la Tierra 333 W/m2.

Globalmente la superficie de la Tierra absorbe energía solar por valor de 161 w/m2 y del Efecto
Invernadero de la Atmósfera recibe 333 w/m2, lo que suma 494 w/m2, como la superficie de la
Tierra emite (o dicho de otra manera pierde) un total de 493 w/m2 (que se desglosan en 17 w/m2
de calor sensible, 80 w/m2 de calor latente de la evaporación del agua y 396 w/m2 de energía
infrarroja), supone una absorción neta de calor de 0,9 w/m2, que en el tiempo actual está
provocando el calentamiento de la Tierra. (CRI)

Hasta la Tierra llega radiación procedente del Sol. No toda ella llega a la superficie, ni es devuelta
después de la misma forma. Ocurren múltiples procesos y se pueden seguir “distintos caminos”. En
algunos de ellos la radiación no sufre transformaciones y mantiene sus mismas características
(longitud de onda). Por ejemplo, la luz reflejada por las nubes. En otros la radiación es
transformada en longitudes de onda mayores (menos energéticas).

Balance global de radiación


El balance global de radiación es la diferencia entre la energía solar que llega a la atmósfera y la
pérdida de energía hacia el espacio. En condiciones estables las pérdidas son iguales a las
salidas.

Esta estabilidad es de carácter global, de forma local se observa que en las latitudes altas la
energía irradiada es mayor que la “entrante”, y, al contrario, en las latitudes más bajas es menor.
Esto es así porque hay unos mecanismos que transfieren el calor desde las latitudes bajas a las
altas. Estos mecanismos son la circulación atmosférica (vientos) y la circulación oceánica.

Los movimientos de aire en la atmósfera y las corrientes de agua en el océano transfieren calor de
unas partes a otras. Generalmente de latitudes más bajas a más altas.

La Tierra en el límite superior de la atmósfera recibe una cantidad bastante constante de radiación
(2 calorías/cm2 por minuto), cantidad que se conoce como constante solar.

La radiación saliente se divide en:

1-Radiación de onda corta. Corresponde a la radiación incidente reflejada. Los elementos que
intervienen en la reflexión son: océano, suelo, nubes o partículas dispersas en el aire. Dicha
radiación reflejada se conoce como albedo, y representa el 30% de la radiación total, aunque su
valor real puede variar.

2-Radiación de onda larga. Corresponde a la radiación absorbida por la atmósfera, biosfera y el


suelo y después emitida hacia el exterior en forma de radiación de onda larga. Representa el 70%
de la radiación total.

Esta radiación de onda larga emitida por la superficie puede ser absorbida por gases de efecto
invernadero (CO2, H2O) y emitida de nuevo en una radiación de longitud aún más larga, es lo que
se conoce como contra radiación atmosférica, responsable del aumento de temperatura en la
troposfera.

Energía radiante del Sol. Constante solar

La mayor parte de la energía que llega a nuestro planeta procede del Sol. Viene en forma de
radiación electromagnética.
El flujo de energía solar que llega al exterior de la atmósfera es una cantidad fija, llamada
constante solar. Su valor es de alrededor de 1,4 · 103 W/m2 (1354 Watios por metro cuadrado
según unos autores, 1370 W·m-2 según otros), lo que significa que a 1 m2 situado en la parte
externa de la atmósfera, perpendicular a la línea que une la Tierra al Sol, le llegan algo menos que
1,4 · 103 J cada segundo.

Para calcular la cantidad media de energía solar que llega a nuestro planeta por metro cuadrado de
superficie, hay que multiplicar la anterior por toda el área del círculo de la Tierra y dividirlo por toda
la superficie de la Tierra lo que da un valor de 342 W·m-2 que es lo que se suele llamar constante
solar media.

Se entiende por energía solar térmica, a la transformación de la energía radiante solar en calor o
energía térmica. El sistema más utilizado para el aprovechamiento térmico activo de la energía
solar lo constituyen los colectores. Un colector térmico es un dispositivo capaz de absorber la
radiación solar y transmitirla a un fluido, de modo que éste aumente sensiblemente su temperatura.

Según el grado de temperatura alcanzado la conversión térmica puede ser de tres tipos diferentes:
de baja, media y alta temperatura.

1. Conversión térmica de baja temperatura: Se lleva a cabo mediante colectores planos.

Consisten en una caja metálica, dentro de la cual hay una lámina metálica pintada en negro que
absorbe la radiación solar.

Sobre la lámina se apoya un sistema de tubos, por los que circula agua. La parte superior de la
caja está recubierta por una placa de vidrio o plástico transparente.

De esta forma el agua que circula por los tubos que están en contacto con el captador se calienta,
pudiendo alcanzar temperaturas del orden de los 60- 80ºC. El calor recogido se transfiere a un
sistema de almacenaje (acumuladores) donde se guarda hasta su posterior consumo:
calentamiento de agua sanitaria, calefacción, calentamiento de piscinas, secaderos, usos
industriales, etc.

2. Conversión térmica de media temperatura: Se lleva a cabo mediante colectores de


concentración. Tienen forma parabólica. Los rayos solares que inciden en la superficie del colector
(reflector) son reflejados hacia un mismo punto y se concentran en un receptor que contiene un
fluido que se calienta (agua generalmente).
Los colectores pueden estar dotados de dispositivos que los orientan constantemente hacia el Sol.
Estas instalaciones alcanzan los 300ºC y se dedican a la producción de vapor para generar
energía eléctrica. Existen distintos tipos de colectores

3. Conversión térmica de alta temperatura

Estos sistemas permiten alcanzar temperaturas superiores a los 2000ºC. Es el caso de las
centrales o parques solares. Las centrales solares aprovechan la energía luminosa procedente del
sol del siguiente modo:

1. La luz se refleja en un conjunto de espejos orientables llamados helióstatos que la


concentran, una vez reflejada, sobre una caldera situada en lo alto de una torre.
2. En la caldera se calienta agua hasta convertirse en vapor, que se dirige hacia unas
turbinas.
3. Un generador conectado a las turbinas convierte la energía mecánica en energía eléctrica.
La energía solar fotovoltaica se basa en la captación de energía solar y su transformación
en energía eléctrica.

La luz solar se transforma directamente en energía eléctrica en las llamadas células


solares o fotovoltaicas, constituidas por un material semiconductor, como, por ejemplo,
silicio. Al incidir la luz sobre estas células se origina una corriente eléctrica (efecto
fotovoltaico).

Cuando la célula recibe la radiación solar, se genera una pequeña corriente eléctrica.
Como el voltaje producido por una sola célula es muy pequeño (0,5 V), se han de conectar
varias células en serie para obtener una tensión aceptable. De esta forma se obtienen
paneles o módulos solares capaces de captar la energía solar transformándola
directamente en eléctrica en forma de corriente continua, que se almacena en
acumuladores, para que pueda ser utilizada fuera de las horas de luz.

Comercialmente se construyen módulos o paneles fotovoltaicos que produzcan tensiones


de 6, 12, o 24 V y una potencia entre 3 y 45 W.

Estos módulos fotovoltaicos admiten tanto radiación directa como difusa, pudiendo generar
energía eléctrica incluso en días nublados.

La energía solar fotovoltaica se basa en la captación de energía solar y su transformación en


energía eléctrica.

La luz solar se transforma directamente en energía eléctrica en las llamadas células solares


o fotovoltaicas, constituidas por un material semiconductor, como, por ejemplo, silicio. Al
incidir la luz sobre estas células se origina una corriente eléctrica (efecto fotovoltaico). 

Cuando la célula recibe la radiación solar, se genera una pequeña corriente eléctrica. Como el
voltaje producido por una sola célula es muy pequeño (0,5 V), se han de conectar varias
células en serie para obtener una tensión aceptable. De esta forma se obtienen paneles o
módulos solares capaces de captar la energía solar transformándola directamente en eléctrica
en forma de corriente continua, que se almacena en acumuladores, para que pueda ser
utilizada fuera de las horas de luz.

Comercialmente se construyen módulos o paneles fotovoltaicos que produzcan tensiones de


6, 12, o 24 V y una potencia entre 3 y 45 W.
Estos módulos fotovoltaicos admiten tanto radiación directa como difusa, pudiendo generar
energía eléctrica incluso en días nublados.

La energía fotovoltaica tiene muchísimas aplicaciones, en sectores como las


telecomunicaciones, automoción, náuticos, parquímetros. También podemos encontrar
instalaciones fotovoltaicas en lugares como carreteras, ferrocarriles, plataformas
petrolíferas o incluso en puentes, gaseoductos y oleoductos. Realmente tiene tantas
aplicaciones como pueda tener la electricidad.
fuerza del viento

Como ya hemos visto, la radiación solar, al incidir sobre la Tierra genera distintos
gradientes de temperatura que, al calentarlos, ponen en movimiento a los gases
atmosféricos ocasionando los vientos.

En ocasiones su fuerza es destructora pudiendo causar efectos devastadores, aunque esta


fuerza también nos proporciona un valioso recurso.

Desde la antigüedad, el hombre ha aprovechado la fuerza del viento. Tanto para la


propulsión de vehículos en la navegación a vela, con la que se recorrió el mundo hasta el
siglo XVII, como para convertirla en energía mecánica en los molinos de viento,
tradicionales en la geografía española.

En la actualidad la demanda de energías no contaminantes ha impulsado el desarrollo de


la producción de energía a través de aerogeneradores.

Un aerogenerador consiste en una torre sobre la cual se sitúan unas palas que giran por la
acción del viento en un eje horizontal conectado a un generador y que son orientables
automáticamente para un mejor rendimiento.
Los parques eólicos
Existen aerogeneradores de baja, media, y alta potencia. Estos últimos son los empleados
para su instalación en parques eólicos.

Un parque eólico es una agrupación de aerogeneradores que transforman la energía


eólica en energía eléctrica.
Los más habituales se instalan en tierra, aunque cada vez experimentan más auge los que
se instalan en el mar, ya que logran minimizar algunos de sus inconvenientes.
El número de aerogeneradores de un parque es variable, según las características del
viento en el emplazamiento y la superficie disponible. Constituyen un recurso autóctono.
Para su instalación en una zona es necesario un estudio previo de los vientos del lugar y su
potencial rendimiento.

Continuamente se están desarrollando nuevas turbinas y tecnologías que permiten una


mayor eficiencia en la captación del viento, como automatizarlas para que se oriente en la
dirección adecuada.

Ventajas e inconvenientes de la energía eólica

La energía procedente del viento se considera una de las más adecuadas entre las energías
renovables, sin embargo, su instalación genera ciertos impactos que también han de ser
considerados.
VENTAJAS DE LA ENERGÍA EÓLICA:

Se trata de una fuente de energía segura y renovable, ya que no produce emisiones a la atmósfera
ni genera residuos, salvo los propios de la fabricación e instalación de los equipos.

Son instalaciones de rápida construcción y móviles, que se pueden desmantelar recuperando


totalmente la zona.

Supone un beneficio económico para los municipios afectados (que perciben un canon anual por
ocupación del suelo), genera puestos de trabajo y su instalación es compatible con otros muchos
usos del suelo.

DESVENTAJAS DE LA ENERGÍA EÓLICA:

Es intermitente y aleatoria, siempre hay que contar con otra fuente de energía alternativa.

Produce un alto impacto visual pues genera una gran modificación del paisaje, así como
contaminación acústica por el ruido constante de las palas (la casa más cercana deberá estar al
menos a 200 m).

Preocupante impacto sobre la avifauna: principalmente por el choque de las aves contra las palas,
y también efectos desconocidos sobre modificación de los comportamientos habituales de
migración y anidación, ya que los parques eólicos se sitúan aprovechando las corrientes de viento
que utilizan estas aves en sus migraciones.

Composición de la energía solar

a) Antes de atravesar la atmósfera

La energía que llega a la parte alta de la atmósfera es una mezcla de radiaciones de longitudes de
onda (l) entre 200 y 4000 nm. Se distingue entre radiación ultravioleta, luz visible y radiación
infrarroja.

b) En la superficie de la Tierra

La atmósfera absorbe parte de la radiación solar.

En unas condiciones óptimas con un día perfectamente claro y con los rayos del sol cayendo casi
perpendiculares, como mucho las tres cuartas partes de la energía que llega del exterior alcanza la
superficie. Casi toda la radiación ultravioleta y gran parte de la infrarroja son absorbidas por el
ozono y otros gases en la parte alta de la atmósfera. El vapor de agua y otros componentes
atmosféricos absorben en mayor o menor medida la luz visible e infrarroja. La energía que llega al
nivel del mar suele ser radiación infrarroja un 49%, luz visible un 42% y radiación ultravioleta un
9%. En un día nublado se absorbe un porcentaje mucho más alto de energía, especialmente en la
zona del infrarrojo.
La vegetación absorbe en todo el espectro, pero especialmente en la zona del visible. Parte de la
energía absorbida por la vegetación es la que se emplea para hacer la fotosíntesis.

Radiación reflejada y absorbida por la Tierra

El albedo de la Tierra, es decir su brillo: su capacidad de reflejar la energía es de alrededor de un


0.3. Esto significa que alrededor de un 30% de los 342 W·m-2 que se reciben (es decir algo más de
100 W·m-2) son devueltos al espacio por la reflexión de la Tierra. Se calcula que alrededor de la
mitad de este albedo es causado por las nubes, aunque este valor es, lógicamente, muy variable,
dependiendo del lugar y de otros factores.

El 70% de la energía que llega, es decir uno 240 W·m-2 es absorbido. La absorción es mayor en las
zonas ecuatoriales que en los polos y es mayor en la superficie de la Tierra que en la parte alta de
la atmósfera. Estas diferencias originan fenómenos de convección y se equilibran gracias a
transportes de calor por las corrientes atmosféricas y a fenómenos de vaporación y condensación.
En definitiva, son responsables de la marcha del clima.

Los diferentes gases y otros componentes de la atmósfera no absorben de igual forma los distintos
tipos de radiaciones. Algunos gases, como el oxígeno y el nitrógeno son transparentes a casi todas
las radiaciones, mientras que otros como el vapor de agua, dióxido de carbono, metano y óxidos
de nitrógeno son transparentes a las radiaciones de corta longitud de onda (ultravioletas y
visibles), mientras que absorben las radiaciones largas (infrarrojas). Esta diferencia es decisiva en
la producción del efecto invernadero. Subir al comienzo de la página

Efecto invernadero natural

El tipo de radiación que emite un cuerpo depende de la temperatura a la que se encuentre.


Apoyándose en este hecho físico las observaciones desde satélites de la radiación infrarroja
emitida por el planeta indican que la temperatura de la Tierra debería ser de unos -18ºC. A esta
temperatura se emiten unos 240 W·m-2, que es justo la cantidad que equilibra la radiación solar
absorbida.

La realidad es que la temperatura media de la superficie de la Tierra es de 15ºC, a la que


corresponde una emisión de 390 W·m-2. Los 150 W·m-2 de diferencia entre este valor y los 240
W·m-2 realmente emitidos son los que son atrapados por los gases con efecto invernadero y por
las nubes. Esta energía es la responsable de los 33ºC de diferencia.

Figura 10-14 > Radiación emitida por el Sol y por la Tierra La radiación de un cuerpo a elevadas
temperaturas está formada por ondas de frecuencias altas. Este es el caso de la radiación
procedente del sol y en una elevada proporción traspasa la atmósfera con facilidad. La energía
remitida hacia el exterior, desde la Tierra, al proceder de un cuerpo mucho más frío, está en forma
de ondas de frecuencias más bajas, y es absorbida en parte por los gases con efecto invernadero.

Bajo un cielo claro, alrededor del 60 al 70% del efecto invernadero es producido por el vapor de
agua. Después de él son importantes, por este orden, el dióxido de carbono, el metano, ozono y
óxidos de nitrógeno. No se citan los gases originados por la actividad humana que no afectan,
lógicamente, al efecto invernadero que hemos llamado natural.

El papel de las nubes (gotitas de agua suspendidas en la atmósfera) es doble. Por una parte, el
efecto invernadero es mayor que en un cielo despejado, pero, por otra parte, reflejan la luz que
viene del sol. De media, para el conjunto de la Tierra, se calcula que su acción de calentamiento
por efecto del aumento invernadero supone unos 30 W·m-2, mientras que su acción de
enfriamiento por el reflejo de parte de la radiación es del orden de 50 W·m-2, lo que supone un
efecto neto de enfriamiento de unos 20 W·m-2.

En la búsqueda de fuentes de energía limpias, la utilización de Hidrógeno como combustible


aparece como la mejor opción al no producir residuos contaminantes. En la actualidad se trata de
tecnologías en desarrollo ya que todavía se necesita un mayor aporte de energía para su
obtención que el rendimiento obtenido con su uso.

Aunque no se trata de un recurso de la atmósfera, la energía del hidrógeno está directamente


relacionada con las energías eólica y solar ya que la tendencia es utilizar estas energías para
obtener hidrógeno. Esto, y el hecho de que no emita gases a la atmósfera, lo convierten en un
recurso con un enorme potencial.

El hidrógeno como fuente de energía:

El Hidrógeno es el elemento más común del Universo. En la Tierra se encuentra en forma de H2 o


en otras moléculas y para su utilización como fuente de energía ha de ser separado de otros
compuestos. Actualmente se utilizan como fuente de Hidrógeno agua, biomasa y gas natural,
aunque es a través de la electrólisis del agua como se podrá conseguir una mayor eficiencia sin
generar ningún residuo.

La electrólisis es un proceso donde se rompe la molécula de agua (H2O) para extraer el hidrógeno
mediante la electricidad. Todavía se trata de un sistema muy caro. La producción de hidrógeno es
uno de los temas que ocupan la investigación científica y tecnológica actual.

Ya existen algunos vehículos que usan hidrógeno como combustible y no contaminan, ya que sólo
emiten vapor de agua. Aunque todavía no es posible su producción comercial a precios asequibles
y además no existe aún un método de fabricación y distribución barato de hidrógeno.

Aunque actualmente dependemos del aporte de energía proveniente de otras fuentes para
obtener hidrógeno, la propulsión de vehículos que no emitan residuos contaminantes se perfila
como una opción cada vez más extendida entre los fabricantes de automóviles.

Mazda RX8 hydrogen Rotary car 2.jpg

La situación actual
España, dentro de la Unión Europea, es uno de los países con mayor potencial para el aprovechamiento
tanto de la energía solar como la eólica, al gozar de una climatología y una orografía que permite la
instalación de grandes parques tanto solares como eólicos. En 2009 las energías renovables han generado
un 26% de la energía eléctrica en nuestro país. El gobierno español se ha comprometido a producir el 12%
de la energía primaria mediante energías renovables para 2010.
España es uno de los países más avanzados en el desarrollo de la energía solar, puesto que es uno de los
países de Europa con mayor cantidad de horas de sol y el cuarto país del mundo en tecnologías de energía
solar.

Además, a nivel local, la energía solar también ha experimentado un auge en los últimos años, y son cada
vez más los hogares que recurren a ella como un sistema de ahorro y reducción de emisiones
contaminantes.

En cuanto a la producción de energía eólica, son habituales los titulares informando de nuevos récords de
producción, ya que se está implantando como uno de los modelos de producción de energía con más futuro.

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