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Adrián Escudero. Itinerario de Ser y Tiempo

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PRELUDIO EL ITINERARIO DE SER Y TIEMPO 1. RADIOGRAF{A DEL PRESENTE: SER Y TIEMPO Y EL ESP{RITU DE SU EPOCA Todavia hoy en dia, Ser y tiempo sigue siendo un titulo magico, com- puesto de dos palabras intrigantes que, en su compleja sencillez, intenta repensar la cuestién fundamental de la historia de la filosofia: la pregun- ta por el sentido del ser. El secreto de Ser y tiempo y de su constante pre- sencia cultural y filoséfica radica en su particular estatuto. Ser y tiempo no elabora una teorfa filoséfica entre otras, sino que afronta el reto de pensar a fondo la crisis en que se halla la filosofia. ;Cémo acomete Hei- degger semejante empresa? Principalmente retomando el problema fun- damental que ha caracterizado el pensamiento occidental: el problema del ser. Pero lo lleva a cabo de una manera peculiar, haciendo confluir en él las inquietudes fundamentales de la época contempordnea: el desencan- tamiento del mundo moderno, la crisis de los valores tradicionales, el declive de la metafisica, la huida de los dioses, el dominio de la técnica, la hegemonia de la racionalidad instrumental y la busqueda de nuevos recursos simbé- licos para el hombre. En este sentido, Ser y tiempo se convierte en un preciso sismégrafo capaz de detectar con sorprendente precisién los corrimientos y las fallas de 1a era contempordnea, oftecién- donos una radiografia exacta de la conciencia ética y moral de nuestro tiempo. De ahi su perenne actualidad, incluso en pleno siglo XxI. eg Preludio — El itinerario de Sex y tiempo Ser y tiempo tiene la capacidad, como comenta Susan Sontag a pro- posito de la fotografia, de arrancar las escamas secas de la visién habitual y, con ello, de crear una nueva forma de ver la realidad.’ En un tono in- tenso y apasionado, solicito y distante a la vez, alerta ante el detalle, pero sin perder de vista el enfoque general, Ser y tiempo nos permite aprehen- der el mundo social tal cual es, incluidas sus miserias. La filosofia puede ser benigna, pero también es experta en crueldad a la hora de retratar los sintomas de una sociedad enferma, ociosa y decadente. Un crudo diag- néstico de la realidad, que, a su manera, ya habia avanzado Nietzsche en las Consideraciones intempestivas al retratar la sociedad cultural alemana como una época dominada por profesores y tecnécratas, militares y fun- cionarios. Desde este punto de vista, Ser y tiempo participa plenamente del clima de desasosiego intelectual, de inhospitalidad existencial y de desa- z6n espiritual de un periodo dominado por el ocaso de los héroes. En- contramos multiples retratos de una sociedad fragmentada y falta de idolos en obras coeténeas como El hombre sin atributos, de Robert Musil, La montaha mdgica, de Thomas Mann, Ulises, de James Joyce, La meta- morfosis, de Franz Kafka, y, de una manera muy gréfica, en El grito, de Edvard Munch, asi como en la pelicula E/ Gabinete del Doctor Caligari, dirigida por Robert Wiene.* Asi pues, no es de extrafiar que ante el panorama tan desolador de la sociedad alemana surjan esponténeamente preguntas relacionadas de una u otra manera con el sentido de la existencia humana. ;Qué hacer ante una civilizacién a la deriva? ;Cémo escapar a una racionalidad téc- nica que calcula todas las variables de la vida de los individuos, que eli- mina cualquier huella de individualidad, que somete la voluntad perso- nal al orden causal de las ciencias? El espiritu se siente aprisionado y desconfia de un discurso positivista que pretende construir una sociedad ideal y gobernar racionalmente el curso de la historia. La vida necesita abrirse paso y romper con las falsas concepciones del mundo. Hay que volver la mirada hacia la realidad y hacer frente a la compleja cuestién 1 Sontag, 1981: 109ss. 2 Para més deralles sobre la atmésfera intelectual en que transcurtié esta productiva etapa de la vida de Heidegger véanse Nolte, 1998: 67-102; Ort, 1992: 117-132; Safranski, 1997: 101-137, Para el contexto politico, social y econémico de la época: Fergusson, 1984; Gay, 1984; Watson, 2002. Y sobre el marco especificamente filoséfico del perfodo véanse Bambach, 1995: 21-56; Barash, 1988: 17-89; Gadamer, 2000: 189-217. Aqui se ofrece un resumen del contexto intelectual del pensamiento del joven Heidegger esbozado en Adrién, 2010a: 49-55. —6— Radiografia del presente... de cémo captar de nuevo la inmediatez de la experiencia vivida. Eso significa llevar a cabo un enorme esfuerzo de destruccién y creacién de un nuevo lenguaje filoséfico que rompa los encorsetamientos concep- tuales de la ciencia y la metafisica. Heidegger entiende los conceptos de la filosofia como un ataque a toda clase de certeza y confianza en el mundo. En algunos momentos uno no puede dejar de ofr en el joven Heidegger la voz del yo transgresor del protagonista de la novela de Dos- toievski, Memorias del subsuelo, que reclama un yo independiente y auténomo. Ese yo del subsuelo, como la vida ateorética de la que habla Heidegger en sus primeros cursos de Friburgo, rechaza el mundo eucli- diano del racionalismo positivo que pretende resolver la complejidad de los problemas humanos con el procedimiento exacto de la légica y la arit- mética. Se trata simplemente de reivindicar la singularidad de cada individuo, sin conformarse con ser una tecla del piano. En definitiva, hay que practicar una constante hermenéutica de la sospecha para de- volver al individuo la capacidad de pensamiento y accién. Se precisa de hombres con carisma capaces de renovar las viejas es- tructuras de pensamiento y comportamiento. La filosofia debe respon- der a las cuestiones fundamentales de la existencia humana, aunque ello implique transgredir el orden establecido. Vivir filoséficamente equiva- le a vivir de manera arriesgada y pensar contra las normas prefijadas. El joven profesor se hace eco de esta llamada, asumiendo ya en sus prime- ras lecciones de 1919 el reto de elaborar una nueva idea de la filosofia. Nos hallamos, como comenta Heidegger con cierto tono dramitico, ante la encrucijada que decide sobre «la vida o la muerte de la filosofia en general, ante un abismo: o bien nos precipitamos en la nada [...], 0 bien logramos dar el salto a otro mundo» (GA 56/57: 63). Estamos ante uno de los momentos filoséfica y personalmente més decisivos de la vida de Heidegger. Por una parte, se consuman su ruptura con el sistema del catolicismo y su matrimonio protestante con Elfride Petri y, por la otra, se detectan claros sintomas de distanciamiento con respecto a su sélida formacién teoldégica y neokantiana que apuntan hacia la elaboracién de una hermenéutica de la vida factica. Karl Léwith retrata con agudeza la peculiar personalidad del joven Heidegger: «Jesuita por educacién, se 3 Tanto para las abreviaturas como para las referencias completas de los textos hei- deggerianos citados en este trabajo, véase el listado de abreviaturas y la bibliografia (pags. 3575s). Las cursivas y los entrecomillados son siempre de Heidegger, al menos que se indique lo contrario. -7R- Preludio — El itinerario de Sex y tiempo volvié protestante por reaccién, dogmatico escoldstico por formacién, pragmatico existencial por experiencia, tedlogo por tradicién y ateo como investigador».* Son los diferentes rostros de una persona que in- tenta aprehender un fenémeno tan misterioso, resbaladizo y nebuloso como el de la existencia humana en su desnuda facticidad. La vida se presenta al joven Heidegger como un enigma que pide ser comprendido. El desciframiento de dicho enigma marca el rumbo de un temprano iti- nerario filoséfico, que habr4 de desembocar gloriosamente en su gran libro, Ser y tiempo (1927). En este sentido, esta obra magna puede leerse en clave de una nove- la filosdfica de formacién que, al igual que otras novelas de la época, re- flexiona sobre el significado del ser humano en una era dominada por la ciencia. En ella se pone de relieve el sometimiento del individuo a fuer- zas mds poderosas que lo anulan, empequefecen y manipulan al punto de perder de vista el sentido de su propia existencia. A este respecto, Zim- mermann observa que Heidegger era bien consciente de la importancia que los filésofos alemanes concedian al «mito del héroe». La Fenome- nologia del espiritu, de Hegel, y el Asi hablé Zaratustra, de Nietzsche, representan quizd los ejemplos més claros. Ello explica en parte que la nocién heideggeriana del «Dasein propio y auténtico» comparta algunos elementos de ese mito: de la huida de la caida en la impropiedad, la afir- macién radical del individuo y el reconocimiento de la finitud humana, alaconfrontacién y la transformacién de uno mismo.’ En Ser y tiempo, nos encontramos con el Dasein como protagonista de una trama que se estructura en tres actos: en un primer momento, hallamos a un Dasein cémodamente instalado en las certezas de la vida cotidiana, que sabe desenvolverse prctica y eficazmente con las normas de comportamiento reconocidas por la colectividad, que comparte un mismo horizonte de valores y expectativas con quienes lo rodean, que se siente protegido por la sociedad a la que pertenece; en un segundo mo- mento, este mundo familiar donde el Dasein se siente como en casa en- tra inesperada y repentinamente en crisis, provocando la desorientacién y la perplejidad de un Dasein que, por primera vez en su vida, se encuen- tra ante el mundo sin capacidad de respuesta, sin asideros donde aga- rrarse, flotando en un océano ignoto y sin rumbo, suspendido en la nada Swith, 1986: 45. 5 Cf Zimmermann 1981: 84-99. —18— Ser y tiempo y la tradicién del cuidado de st mas absoluta y preso de la angustia; y en un tercer momento, ese Dasein cobra conciencia de su situacién errdtica, asume su condicién de arrojado y decide retomar las riendas de su existencia proyectando un modelo de vida propio que lucha contra la fatal inercia a ser presa de nuevo de las anénimas redes de la cotidianidad. Heidegger quiere que sus lectores se precipiten en el gran vacfo, que escuchen el susurro fundamental de la vida y combatan el aburrimiento existencial de la época.* Heidegger responde a este problema desde una perspectiva totalmente nueva: un anilisis de la vida humana y su peculiar capacidad de hacer frente a su inherente tendencia a la caida. El andlisis de la existencia hu- mana que se lleva a cabo en Ser y tiempo y, por ende, en las lecciones pre- vias, es en el fondo un andlisis que se vuelve contra la tendencia a caer una y otra vez que la vida muestra, presa de las redes de la opinién publi- ca, con el 4nimo de imprimirle una forma exitosa, como si la vida fuera una obra de arte a la que Ser y tiempo intentara dar una forma bella.” 2. SER Y TIEMPO ¥ LA TRADICION DEL CUIDADO DE sf Heidegger huye de la definicién cldsica del hombre entendido como ani- mal racional. La existencia humana es fundamentalmente cuidado (Sorge). Esta concepcién de la naturaleza humana puede que sorprenda al lector de Ser y tiempo, pero en ningiin caso es nueva, sino que se remonta a la tradicion antigua del cuidado de si (epimeleia heautou) y del cuidado del 6 Ese serd uno de los hilos conductores de las interesantisimas lecciones del semestre de invierno de 1929/30 Los conceptos fundamentales de la metafisica, Mundo, Finitud, Sole- dad. En estas lecciones, consideradas por algunos como la gran obra secreta de Heidegger (of Safranski 1997: 241), el aburtimiento se convierte en todo un evento, en el que el mundo no tienen ningin contenido, en el que nos colocamos ante el abismo, en el que por lo general se apodera de nosotros e! horror del vacio: «;Al final llegamos a la situacién de que un profundo aburrimiento nos lleva de aqui para alld, a manera de una niebla silen- ciosa, en los abismos del Dasein?» (GA 29/30: 119). Llegados a ese punto, no hay mas que tuna salida: despertar y tomar conciencia de que no existe nada de importancia, a ne: ser que lo haga uno mismo. Paradéjicamente, el instante de esta resolucién brota del aburti- miento mismo y le pone fin. Para las sugestivas interpretaciones fenomenoldgicas en torno a las tres modalidades del aburrimiento —a saber, el aburrirse con algo, el aburrirse con ocasién de algo y el aburrirse anénimo sin mds—, véase GA 29/30: 117-249. 7 —Hemos abordado esta cuestion mds ampliamente en Adridn 2010a y 2013b. eens Preludio — El itinerario de Sex y tiempo un viaje que siempre tiene algo de una odisea plagada de obstaculos y peligros, unos desconocidos y otros conocidos, que debemos sortear con éxito para conducir nuestra vida a buen puerto. 3. BREVE CRONICA DE SER Y TIEMPO Els de agosto de 1925, la Facultad de Filosofia de la Universidad de Mar- burgo envia al ministro de Asuntos Culturales de Prusia la propuesta encabezada por Heidegger para suceder a Nicolai Hartmann. El 27 de enero de 1926 llega la carta del ministro Becker, en la que se requie- ren publicaciones de Heidegger para otorgarle la plaza que Hartmann, dejaba vacante con su partida a Colonia: «Aunque sean muy apreciados los resultados de la ensefianza del profesor Heidegger, no parece, sin em- bargo, posible conferirle un puesto de profesor titular en una universi- dad de la importancia histérica para la filosofia como Marburgo antes de que importantes producciones literarias hayan sido apreciadas por sus colegas, como lo exige un nombramiento de este tipo» (H-J: 190). Pocas semanas después, el Ministerio rechaza el nombramiento. En una carta del 17 de febrero, Heidegger relata lo sucedido a Jaspers: «Hace unos dias, el gobierno devolvié la lista haciendo constar que no estoy a la altura de la importancia de la cdtedra y pide nuevas propuestas» (HJ: 50). A renglén seguido, Heidegger se lanza a la redaccién de Ser y tiempo echando mano del abundante material elaborado para la prepa- racién de sus lecciones. Tras unos meses de trabajo frenético, el 1 de abril de 1926 se inicia el proceso de impresién de Ser y tiempo,” lo que da pie a que el 18 de 26 Enel recortido autobiogréfico oftecide en Mi camino en la fenomenologia, Heideg- get recuerda que un dia del semestre de invierno de 1925/26 el decano de la Facultad de Filosofia de Marburgo entré en su despacho y le pregunt6 si tenfa a punto un manuscrito, pues el Ministerio reclamaba una publicacién de peso pata dar el visto bueno a su can- didatura a la cétedra vacante de Haremann (of MWPh: 100ss). Para una cronologia fi- dedigna elaborada a partir de epistolarios y consulta de archivos, cabe remitirse al exce- lente trabajo de documentacién realizado por Xolocotzi, 201 1a: 106-118 y Xolocovai 201 1b: 163-174, 27° Véasc la carta del 24 de abril de 1926 dirigida a Jaspers (H-J: 51). Asimismo, Husserl recuerda que Heidegger le entregé una parte importante del manuscrito el 8 de —30— Breve crinica de Set y tiempo junio de 1926 la Facultad de Filosofia y Letras de Marburgo escriba nue- vamente al Ministerio en Berlin para insistir en el nombramiento de Heidegger: «La universidad se cree autorizada a realizar esta peticién Puesto que en el intervalo Heidegger ha dado a la imprenta su obra Ser J tiempo» (H-J: 190). Mientras tanto Heidegger trabaja afanosamente en las pruebas de impresién de su tratado. Como recuerda en una carta del 4 de octubre dirigida a su amigo Jaspers: «En mitad del semestre de verano detuve la impresién y, al volver al trabajo, después de un breve reposo, me puse a la tarea de reescribirlo. El trabajo se ha hecho mayor de lo que yo pensé, de modo que ahora tengo que dividirlo en veinticinco pliegos. Debo entregar lo que queda del primer volumen antes del pri- mero de noviembre» (H-J: 54). Sin embargo, el Ministerio de Berlin vuelve a rechazar la peticién del nombramiento de Heidegger, quien rememora este episodio de la siguiente manera: «El editor Max Niemeyer se mostré dispuesto, por mediacién de Husserl, a imprimir enseguida los primeros quince pliegos de un trabajo que debia aparecer en el Anuario de Husserl. Al punto se enviaron al Ministerio, a través de la Facultad, dos ejemplares de las ga- leradas. Pero pasado un tiempo fueron devueltos los pliegos a la Facultad con la observacién: “Insuficiente”» (MWPh: 99-100). Heidegger transmi- tid a Jaspers este nuevo rechazo en un tono francamente lacénico en otra carta, fechada el 2 de diciembre de 1926: «Ayer el decano me informé de que el sefior Ministro ha rechazado por segunda vez la propuesta de la Facultad. Lo que prevefa ha ocurrido. El asunto me es totalmente indi- ferente» (H-J: 56). A pesar de este nuevo desencanto, Heidegger no se desanima y sigue revisando su manuscrito. El 22 y el 26 de diciembre, informa a Jaspers sobre el estado de Ser y tiempo (cf: H-J: 19 y 58, respectivamente). Du- rante una estancia en Heidelberg a finales del mismo mes en casa de su amigo, este tiene la oportunidad de estudiar a fondo el escrito de Hei- degger. La tercera seccién de la primera parte, «Tiempo y sep», se eviden- cia todavia insuficiente, razén por la cual Heidegger toma la decisién de abril acompafiado de una célida dedicatoria durante una breve estancia en Todtnauberg (cf carta de Husserl a Ingarden fechada el 16 de abril de 1926, en Schuhmann 1977: 303). Ambos revisarin los pliegos de Ser y tiempo en las siguientes dos semanas. 28 A titulo anecdético cabe seftalar que la redaccién final de Ser y tiempo no se llevé a cabo en la cabafta de Todtnauberg, sino en un estudio instalado en la finca de la familia Brender, al pie de la cabatia (of Biemel 1977: 13). gre Preludio — El itinerario de Ser y tiempo interrumpir la publicacién. Pero tras una nueva revisin de los pliegos en febrero y marzo, decide enviar todo el material existente para su im- presidn final. En abril de 1927 aparece Ser y tiempo. Primera mitad como el volumen Vill de la revista Phinomenologisches Jahrbuch, dirigida por Husserl, y a la vez en tirada aparte en la editorial Max Niemeyer (of. MwWPh, 101). El Ministerio otorgard el nombramiento como profesor titu- lar a Heidegger a partir de octubre de 1927 para cubrir la plaza del recién jubilado Husserl. 4. UNA OBRA MAESTRA INACABADA Y¥ LOS MOTIVOS DEL VIRAJE Prescindiendo de su cardcter inconcluso, 0 quiz precisamente por ello, Sery tiempo se ha convertido, junto con las Investigaciones filosdficas de Ludwig Wittgenstein, en uno de los libros de referencia del pensamiento contempordneo. Nos hallamos ante una obra que revolucioné el modo de pensar de la cultura occidental. Desde Samuel Beckett, Paul Celan y Jean-Paul Sartre hasta Michel Foucault y Jacques Derrida, pasando por Hans-Georg Gadamer y Gianni Vattimo, innumerables escritores y pensadores han encontrado en este texto un punto de partida para sus propias aventuras intelectuales. Su innovador acceso al mundo, su nueva concepcién de la existencia humana, su original entendimiento del tiempo y la historia, sus agudas interpretaciones fenomenoldgi- * cas de la angustia y la muerte, de la comprensién y la cotidianidad, asi como su implacable destruccién de la historia de la metafisica y su cri- tica a la filosofia de la conciencia han sido fuente inagotable de inspi- racién para literatos, artistas, mtisicos, escritores y filésofos proceden- tes de las mds diversas tradiciones y corrientes de pensamiento. Tanto sus seguidores como sus detractores han acabado por hacer de Ser y tiempo uno de los hitos intelectuales del siglo Xx. Al igual que sucede con los grandes terremotos, la obra ha sufrido diferentes réplicas: pri- mero llegé la lectura existencialista de entreguerras, la fenomenologia y la teologfa, después se sumaron la hermenéutica, la teoria critica y el posmodernismo. El atractivo Unico de esta obra todavia se deja sentir con fuerza en pleno siglo Xx1. gCémo se explica si no la proliferacién de traducciones y comentarios en los ultimos afios? Las recientes tra- —32— Una obra maestra inacabada y los morivos del viraje ducciones y revisiones dan fe de la actualidad, el significado y la rele- vancia de Ser y tiempo.” No obstante, algunos criticos consideran el cardcter inconcluso de Ser y tiempo como un fracaso.” De ser asi, no deja de constituir uno de los fracasos filoséficamente més relevantes y fecundos de la historia de la filo- sofia. De hecho, el propio Heidegger consideré durante algtin tiempo terminar la redaccién de Ser y tiempo. La segunda edicién de 1929, la ter- cera de 1931 y la cuarta de 1935 todavia llevan el subtitulo «Primera par- te», sin duda, porque el fildsofo tenia la intencién de acabar la obra. In- cluso unos afios més tarde, al solicitar el 17 de julio de 1943 un semestre sabatico, se esgrime como motivo la necesidad de finalizar un trabajo iniciado tiempo atrds, el cual concierne a «la pregunta fundamental del pensamiento metafisico, cuya exposicién esta prevista para el segundo volumen de Ser y tiempo»." El hecho de que Heidegger no hubiese aban- donado atin la esperanza de concluir la obra se confirma, porque el sub- titulo «Primera parte», omitido por un error tipografico en la quinta edicién de 1941, fue restablecido después de la guerra en la sexta edicién de 1949. Dicho subtitulo fue definitivamente suprimido solo a partir de la séptima edicién de 1953, y en su lugar se remitia al curso del semestre de verano de 1935 Introduccién a la metafisica. En una carta del 15 de septiembre de 1953, publicada en el semanal Die Zeit, Heidegger justifi- ca la decisién en los siguientes términos: 29. Véase, por ejemplo, la nueva edicién revisada de Jorge Eduardo Rivera (Ser y tiempo, Trotta, Madrid, 2003 [22009]). Esta traduccién fue inicialmente publicada por la Editorial Universitaria en Santiago de Chile (1997 (21998]). Y muy especialmente la revi- sién de Franco Volpi de la vieja traduccién italiana de Pietro Chiodi (Essere ¢ tempo, Lon- ganesi, Milén, 2005) y la nueva traduccién de Alfredo Marini (Evsere ¢ tempo, Arnoldo Mondadori, Milin, 2006 [22008]), asi como la segunda edicién revisada por Dennis Schmidt de la traduccién inglesa de Joan Stambaugh (Being and Time, State University Press of New York Press, Albany (NY), 2010) y la séptima traduccién al japonés de Jiro Watanabe y Tasuku Hara (Sonzai to Jikan, Chuokoron-shinsha, Tokio, 2003). En el apartado 1.2 del apéndice suplementario, ofrecemos més detalles sobre algunas de las pe- culiaridades de estas nuevas traducciones. 30. Gf Figal 1992: 51-52. Para una réplica a la linea de interpretacién de Giinther Figal remitimos a Adridn 2010a: 31-31, 56-59 y Xolocoti 2004: 26-32. Courtine, por su parte, oftece una reconstruccién interna de ese «fracaso» (Courtine 2008: 25-48). ¥ para una explicacién del inacabamiento de Ser y tempo y una reconstruccién interna de los mo- tivos que llevan al viraje, véase Kisiel, 2005: 189-214. 31 Este documento de archivo fue publicado por Victor Farias en la edicién alemana de Heidegger und der Nationalsozialismus (cf, Farias 1989: 357). = Preludio — El itinerario de Sex y tiempo La Introduccién a la metafisica del semestre de verano de 1935 ha sido esco- gida entre las lecciones de las que desde hace tiempo he progtamado la publicacién porque la considero particularmente adecuada, por su tem4- tica, para hacer visible una parte del camino desde Ser y tiempo (1927) hasta las iltimas obras publicadas. Por esta razén, la séptima edicién de Ser y tiempo, aparecida contempordneamente en la misma editorial, contiene una referencia a esta Introduccion.” Ahora bien, gpor qué no se concluyé Ser y tiempo? Por una parte, tene- mos las explicaciones ofrecidas por su autor y, por la otra, existen razo- nes filosdficas que explican el conocido viraje (Kehre) de su pensamiento a principios de los afios treinta. El propio Heidegger cayé bien pronto en la cuenta de algunas de las aporias a que podia conducir Ser y tiempo, en particular los riesgos de acabar prisionero de un incémodo subjetivismo con respecto al papel del Dasein y la posibilidad de una lectura en clave existencialista y an- tropoldgica.® En una nota marginal de su ejemplar personal, Heidegger comenta que en la analitica existenciaria «no se trata de una filosofia existencial» (SuZ: 576, nota a/SyT: 449, nota a) y, posteriormente, en la larga autointerpretacién que abre las lecciones del primer trimestre de 1941, vuelve a insistirse en la necesidad de deslindar Ser y tiempo de la filosofia de la existencia de Kierkegaard (GA 49: 26-74). En ese afio, Heidegger informa al auditorio de su curso de las circunstancias que le condujeron a interrumpir la publicacién de la tercera parte de la primera seccién. La decisién se tomé el 29 de diciembre de 1926, justo el dia en que se anun- cié la muerte de Rainer Maria Rilke: Latercera seccién de la primera parte, «Tiempo y ser, se revelé insuficiente durante el proceso de imprenta. La decisién de interrumpir [la tercera sec- cién, J.A.] fue tomada en los ultimos dias de diciembre de 1926 durante una estancia en Heidelberg con Jaspers, en la que, gracias a amistosas y animadas confrontaciones con las pruebas de Ser y tiempo en mano, vi claro que la elaboracién alcanzada hasta entonces de esta importantisima 32. Esta carta ha sido reproducida en el epilogo del curso Introduccién a la metafisica (of. GA 40: 232). 33. Para una valoracién de la autointerpretacién y la autocrftica heideggerianas de Ser.y tiempo, véanse Greisch 2003: 423-425, Kisiel 2005: 189-214, Thom 2001: 281-298 y Volpi 2010: 18-31. —34— Una obra maestra inacabada y los motivos del viraje parte ([.3) iba a resultar necesariamente incomprensible. La decisién de interrumpir la publicacién fue tomada el mismo dia en que nos llegé la no- ticia de la muerte de R.M. Rilke. (GA 49: 39-40) EI distanciamiento definitivo quedé documentado en Ia famosa Carta sobre el «humanismo» (1946), donde se apunta a la necesidad de un viraje en su pensamiento para dar razén del paso de la ontologfa fundamental de Ser y tiempo al pensamiento del ser entendido como acontecimiento apropiador (Ereignis). Concebir y compartir de un modo suficiente ese otro pensar que abando- na la subjetividad se ha vuelto més dificil por el hecho de que a la hora de publicar Ser y tiempo no se dio a la imprenta la tercera seccién de la pri- mera parte, «Tiempo y ser». Ahi se produce un giro que lo cambia todo. Dicha seccién no se dio a la imprenta porque el pensar no fue capaz de expresar ese giro con un decir de suficiente alcance y tampoco consiguié superar esa dificultad con ayuda del lenguaje de la metafisica. (BH: 326) Algunos afios mds tarde, cuando tras la guerra retome el contacto con Hannah Arendt y le cuente el camino recorrido entretanto, dejard otro va- lioso testimonio autocritico. En una carta del 6 de mayo de 1950 se dice: Me di cuenta de que la analitica del Dasein todavia constituye un conti- nuo andar por una cresta, donde existe tanto la amenaza de caer hacia el lado de un subjetivismo modificado como hacia el otro lado de la alétheia atin impensada, la cual sigue siendo del todo inaccesible desde el pen- samiento metafisico. Solo lo consegui en 1935, después de que me liberara internamente del afio del rectorado y recuperara poco a poco las fuerzas. Luego hubo otro empuje en 1937/38 [afios de intenso trabajo en los Apor- tes a la filosofia), cuando vi claramente la catéstrofe de Alemania y de esa carga irradiaba una presién que me hizo pensar con més libertad y tena- cidad a partir de las cosas mismas. (H-A 1998: 104) Sin embargo, independientemente de la autointerpretacién del propio Heidegger, la razén del giro se encuentra de alguna manera en Ser y tiem- po.* El punto critico se alcanza a la hora de abordar el problema de la 34 Para una relacién completa de las autointerpretaciones heideggerianas de Ser y tiempo temitimos al apartado 3.4.1 del anexo suplementario publicado en la pagina web —35— Preludio — El itinerario de Set y tiempo finitud y la facticidad del Dasein, un problema que por su propia dina- mica rebasa la analitica existenciaria. Heidegger se pregunta si la tema- tizacién del Dasein, entendido como un ente que se proyecta hacia el futuro y su limite irrebasable de la muerte, no deberfa incluir también la cuestién de su procedencia para ofrecer un andlisis completo. Es posible que el cuestionamiento relativo a la integridad del Dasein haya alcanzado una auténtica claridad ontolégica. Es posible que la pregunta haya encontrado incluso su respuesta en virtud de la orientacién al estar wuelto hacia el fin, Pero la muerte no es sino el «término» del Dasein o, dicho formalmente, uno de los términos que encierra la integridad del Da- sein. El otro «término» es el «comienzo», el «nacimiento». El todo lo que buscamos no es otra cosa que el ente que se desplicga «entre» el nacimiento y la muerte. De esta manera, la orientacién tomada por la analitica, a pe- sar de su tendencia al estar-entero existente, y de la genuina explicacién del modo propio ¢ impropio del estar vuelto hacia la muerte, ha sido hasta este momento «unilateral». El Dasein fue tematizado tan solo en cuanto existe, por decitlo asi, chacia delante» y deja «tras de si» todo lo sido. No solo quedé sin consideracién el estar vuelto hacia el comienzo, sino, ade- més y sobre todo, el extenderse del Dasein enzre el nacimiento y la muerte. (SuZ: 493/SyT: 389-390). La cuestién de la procedencia del Dasein pone en entredicho que este pueda alumbrar la dimensién que precisamente lo posibilita y condi- ciona. gCémo es posible tematizar el ser sin hacer del Dasein, aunque sea un ente privilegiado, el punto arquimédico que se absolutiza a si mismo y posibilita toda apertura? Se plantea aqui el problema de la histori- cidad y la historia del Dasein. Poco a poco, Heidegger abandona la pretensién de ofrecer una ex- plicacién sistematica del sentido del ser en general a favor de un anilisis retrospectivo de la historia de la metafisica, o lo que el propio autor llama de la editorial Herder. Mas alld de las conocidas observaciones realizadas en la «Carta sobre el “humanismo”» (GA 9: 301-306) y en la conferencia «Tiempo y ser» (GA 14: 3-30), cabe mencionar la larga autointerpretacién que encontramos en las lecciones de 1940 dedicadas a Schelling (GA 49: 26-74), la breve recapiculacién de su pensamiento oftecida en 1937/38 (GA 66: 411-428), los comentarios autocriticos desperdigados en Metafisica y nibilismo (GA 67: 123-139) y Sobre ef inicio (GA 70: 191-195). El volumen 82 de las Obras completas, cuya publicacién esta prevista para el afo 2014, contiene una extensa valoracién critica de Ser y tiempo elaborada desde la perspectiva del acontecimiento apropiador (Ereignis). — 36 — Una obra maestra inacabada y los motives del viraje la chistoria del ser» (Seinsgeschichte). Esto se expresa en un desmontaje critico de la historia de las interpretaciones que han dominado y guiado el pensamiento occidental desde la Antigiiedad griega. La cuestién del ser ya no responde tanto a la pregunta por su sentido como a una expe- riencia (Erfabrung), a un estado de 4nimo fundamental (Grundstim- mung) como el asombro, el sobrecogimiento, incluso a un vago sentido de temor y estremecimiento. El viraje aqui en ciernes empieza a cristalizar en las lecciones de los comienzos de la década de 1930: «La conferencia De la esencia de la ver- dad, que fue pensada en 1930 pero no se publicé hasta 1943, permite ob- tener cierta visién del pensar del giro que se produce en Ser y tiempo a “Tiempo y ser”» (BH: 326).* Por una parte, Heidegger sigue trabajando con los conceptos de Ser y tiempo, pero, por otra, en especial tras el inter- medio del rectorado, se abre la nueva visidn de la historia del ser como acontecimiento apropiador (Ereignis). El transito de la perspectiva onto- légico-transcendental de Ser y tiempo a la onto-histérico se consuma en el curso de verano de 1935, Introduccién a la metafisica, y se articula en toda su complejidad terminoldgica y tematica en las Contribuciones a la Jilosofia (1936/38). En una nota autobiografica de 1937, Heidegger se re- monta precisamente a principios de 1932 y es muy explicito con tespecto a que «estos “comienzos” no quieren “poner término a” Ser y tiempo, sino que todo el planteamiento es fijado de un modo mucho més originario» (GA 66: 424). Desde la soledad de la cabaia de Todtnauberg en septiembre de 1932, Heidegger escribe a su amiga Elisabeth Blochmann que «ya se estén ha- ciendo especulaciones y discursos sobre el hecho de que estarfa escribiendo Ser y tiempo II. Esta bien asi. De todos modos, dado que Ser y tiempo Iha sido para mi un camino, que me ha Ilevado a alguna parte pero que ahora no esti siendo recorrido y se encuentra ya recubierto de maleza, no puedo 35 En una nota al margen de la copia personal de la mencionada conferencia, Hei- degger esctibe: «Entre los parrafos 5 y 6 se produce el salto al viraje (que se presenta en el acontecimiento apropiador)» (VWW: 193). Esta conferencia refleja muy claramente el in- tento heideggeriano de establecer un puente entre la pregunta por la eemporalidad del Da- sein y la pregunta por la verdad. El propio autor reconocié este hecho en Contribuciones a Ja filosofia, redactadas entte 1936 y 1938 (of GA 65: 85-86 y 351), en una breve recapitu- lacién de 1937/38 sobre el camino tecorride por Ser y tiempo (of: GA 66: 300) y en un ma- nuscrito de los escritos péstumos de 1938-1940 editado con el titulo Die Geschichve des Seyns (cf. GA 69: 94), Para més informacién sobre este asunto, véase Grondin 1987: 32ss. -37- Preludio — El itinerario de Sex y tiempo de ninguna manera escribir Ser y tiempo II» (H-B: 54)2° Sin duda, todo un manifiesto que explica bien a las claras la necesidad de superar el plantea- miento inicial de Ser y tempo para alcanzar una comprensién mas primor- dial del anénimo acontecimiento del ser. En una nueva carta a Blochmann del 20 de diciembre de 1935, se confirma el arranque de un nuevo inicio: Se multiplican las paginas en una carpeta titulada: «Critica a Ser y tiempo». Poco a poco, comprendo este libro, del que concibo ahora el problema con mayor claridad; veo la gran imprudencia que en él se esconde, pero quizd sea necesario realizar «saltos» semejantes para llegar al gran salto. Ahora se trata tan solo de plantear de nuevo la misma pregunta, de un modo mucho més originario y mucho mis libre de todo lo contemporé- neo, académico y erudito. (H-B 1989: 87-88) Durante los afios siguientes, como sabemos, se ocupard de la redaccién de las Contribuciones a la filosofia, que pueden considerarse como un nuevo intento de culminar el replanteamiento de la pregunta por el sentido del ser emprendido en Ser y tiempo. La clasica division de la filosofia heideg- geriana en dos etapas desfigura el sentido mismo de la trayectoria de su pensamiento. El peligro de reducir el primer Heidegger a Ser y tiempo y a su proyecto de una analitica existenciaria supone olvidar que esta obra se pensé como un proyecto filosdfico del que la mencionada analitica era solo una parte. El planteamiento mismo de la pregunta por el sen- tido del ser va mds alld de Ser y tiempo. La pregunta por el ser (Seinsfrage) es la pregunta fundamental (Grundfrage) en que se enmatca toda la obra heideggeriana. La mistificada Kehre («viraje», «vuelta», «giro») debe entenderse como una vuelta de tuerca y no como un cambio de direccién que diera entrada a la poesia, a la critica de la técnica, a la mistica y al arte. Esa vuelta ya est4 de alguna manera articulada en el desarrollo de Ser y tiempo. El cambio determinante consiste en el abandono de la perspectiva hori- zontal-transcendental en que se mueve la ontologfa fundamental, pero el planteamiento central sigue en pie en la perspectiva ontohistérica de un modo més originatio y radical.” Por ello, quiz resulte més adecuado 36 Yaen una carta previa del 12 de septiembre de 1929, Heidegger manifesté que «es totalmente indiferente para mi si alguien sigue Ser y tiempo. (...] Con mi leccién de me- tafisica en invierno quiero lograr un inicio completamente nuevo» (H-B: 33). 37 Of Herrmann, 1994: 5-26. — 38 — Historia de una génesis compleja hablar de un Heidegger que no cesé de reiterar la cuestién filoséfica fun- damental, es decir, la cuestién del ser en su doble juego de ocultamiento y desocultamiento, de donacién y retraccién. En una breve retrospectiva acerca de su propio camino filoséfico, redactada entre 1937 y 1938 con el titulo Mi camino hasta ahora, el mismo autor reconoce que Ser y tiempo es el primer intento de pensar a fondo la pregunta por el sentido del ser desde la perspectiva de una ontologia de la vida humana: Esta ontologia no se concibié como un tratado «regional» de la pregunta por el hombre, sino como fundamentacién de la pregunta por el ente en cuanto tal, como una confrontacién al mismo tiempo con el inicio de la metafisica occidental que arranca con los griegos. (GA 66: 413) Los esfuerzos de la década posterior a la publicacién de Ser y tiempo tan solo muestran la dificultad de pensar la verdad del ser y su relacién con el Dasein de una manera totalmente nueva desde Ja perspectiva de la historia del ser. 5. HIsTorRIa DE UNA GENESIS COMPLEJA 5.1 ANOS PREVIOS DE ARDUO TRABAJO Ser y tiempo aparecié en la primavera de 1927, en un primer momento como volumen VIII de la revista Jahrbuch fiir Philosophie und phinome- nologische Forschung, fundada y editada por Edmund Husserl en colabo- racién con Max Scheler, Moritz Geiger, Adolf Reinach y Alexander Pfinder.* Se trata de la primera gran publicacién de un profesor de treinta y siete afios que ya contaba con una reconocida fama entre sus estudiantes, lo que pronto hizo que circulara el rumor de la existencia 38 En ese mismo afio, Ser y tiempo también se publicé como volumen separado en Ia editorial Max Niemeyer de Halle an der Saale con la siguiente dedicatoria a Edmund Husserl: «A Edmund Hussel en sefial de veneracién y de amistad. Todtnauberg, en la Selva Negra, 8 de abril de 1926». aaa

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