El origen de la jarana
EL ORIGEN DE LA                                                              su antiguo esplendor imperial, es-
                                                                                 pecialmente en niveles aristocráti-
        JARANA                                                                   cos. Los primeros conquistadores
          Juan José Vega                                                         alcanzaron a ver en su apogeo las
J
                                                                                 grandes festividades incaicas, en
    arana era o es la fiesta bailable                                            varias de las cuales se adoraba la
    muy alegre, de esencia criolla o                                             vida a plenitud de todas sus ma-
    afro costeña. Solía prolongarse                                              nifestaciones, dentro de un ex-
varios días y se bebía y comía muy                                               celso y desbordante paganismo.
abundantemente y podía acabar                                                    Música, danza, bebidas, viandas y
en juerga y hasta en tambarria.                                                  sexo abundaron, y una revisión de
Pero ¿de dónde procede la palabra                                                textos de la cerámica prehispáni-
jarana? La más antigua versión                                                   ca nos revela un culto a todas las
está en la obra “Testimonio del         chuistas españoles de la primera         exquisiteces especialmente en el
Perú” del eminente sabio suizo J.J.     etapa colonial. Y verificamos que,       seno de las aristocracias.
von Tschudi (p.292), quien apren-       en efecto, la raíz quechua “kara-           Sin duda, esa alegría ancestral
dió a la perfección quechua, idio-      ni” –jaranearse- está vinculada a        se retrajo bastante luego de la
ma sobre el que escribió varias         fiestas corrientes, a reuniones de       conquista. Las diversas naciones
obras y quien anota que escuchó         gentes amigas (ágapes). Así en el        indias perdieron mucho de su an-
la palabra “jarana” en la sierra        Diccionario de Gonzales Holguín          tigua vitalidad, aplastadas por la
hacia 1838, para denominar una          recogido a fines del siglo XVI, ha-      violencia del conquistador y por
reunión alegre. Cabe dejar cons-        llamos que Karani es dar de co-          el catolicismo que impuso una
tancia de que Tschudi pasó varios       mer a personas, que karanacuni           ética diferente. Pero habrían de
años en el Perú y en dos ocasiones.     es convidarse unos a otros, siem-        mantenerse algunos elementos
Dejó muchas publicaciones sobre         pre pronunciados los vocablos            de lo viejo, y el vocablo quechua
nuestra patria. También habría          con “k” o “q” guturales, según lo        jarana pudo así haberse deslizado
que considerar que el área geo-         casos, tirando a jota. Ahora bien,       de un grupo a otro en convites de
gráfica de jarana es quechua, pues      en el Diccionario Anónimo, im-           múltiples componentes sociales,
se usaba desde un principio en la       preso en 1586, figura también el         que posiblemente continuaron
sierra del Perú, de Bolivia y de Ar-    verbo, caranacuni, que se tradu-         llamándose “karanas” o “jara-
gentina.                                ce como “servir a la mesa, dar de        nas”. Las fiestas indias coloniales
  Conviene apuntar que aun-             comer”. La idea de festín está pre-      y republicanas convocaron paula-
que Tschudi, en otras partes de         sente con claridad. Algo parecido        tinamente la presencia de criollos,
su obra, se explaya largamente          se registra en el Lexicón de 1560.       y pronto el término jarana debió
en costumbres y fiestas costeñas          Pero ¿cómo pasaría esa palabra         desplazarse hacia este sector, qui-
y muy criollas, no usa el término       del quechua al castellano? La lite-      zá a través de los mestizos.
jarana. Sólo surge en sus páginas       ratura hispánica, colonial y luego         Aparte de lo dicho, existe la op-
al referirse a la fiesta de los blan-   lrepublicana nos legó una versión        ción árabe, que es la más antigua,
cos y mestizos en la sierra, donde      triste del carácter del indio: la ver-   pero fue eliminada por el crio-
abundan y abundaban los brindis         dad fue que lo entristeció la bár-       llista César Miró en 1999 porque
alcohólicos, danzas de la costa y       bara explotación y desprecio a que       encuentra absurdo que provenga
de los Andes y giros idiomáticos        estuvo sujeto. Además, tal imagen        del árabe “jakara”, que signifi-
andinos. En otros informes alude        respondía a la manera como los           ca “hacer rabiar”. También la su-
a las cantidades muy generosas          blancos y mestizos veían a los in-       primió Joan Corominas, el gran
de viandas y bebidas propias de         dígenas y, a la vez, a la forma como     etimologista español. Por último,
toda jarana. El limeñísimo Ricar-       éstos se presentaban ante los gru-       los musulmanes no beben y los
do Palma no incluye jarana en sus       pos dominantes del país, ocultan-        continuos brindis son consustan-
relaciones de peruanismos; quizá        do sus escasas alegrías. Casi inac-      ciales a toda jarana. Finalmente,
la palabra no se usaba en su Lima.      cesible, el mundo espiritual de los      hay una referencia etimológica
  Atraídos por la posibilidad de        nativos era no sólo distinto sino        que pretende ligar jarana al Áfri-
que la jarana fuese en verdad un        incomprensible para los conquis-         ca Negra. Pertenece a un cultor de
vocablo indio (y no un término          tadores y sus descendientes. Aún         la negritud, Fernando Romero, y
criollo creado en Bajo el Puente o      más, los indios habrían de adoptar       resulta poco viable. Según él ven-
en los Barrios Altos), recurrimos       a menudo una doble personalidad          dría del vocablo háram, del idio-
a los diccionarios del quechua          como medio de defensa social             ma haussa y significa “prohibido”,
clásico a fin de comprobar si la        ante el agresor colonial y republi-      por lo que de pecaminoso tenía la
jarana fue registrada por los que-      cano. Pero el indio era alegre en        jarana.
                                                                                               Revista Cáceres 65