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Antonio José de Sucre: Héroe de Independencia

Antonio José de Sucre fue un militar y estadista venezolano que desempeñó un papel clave en la independencia de varios países sudamericanos. Sirvió bajo las órdenes de Simón Bolívar y lideró las victorias patriotas en Pichincha, Junín y Ayacucho, que condujeron a la independencia del Ecuador, Perú y Bolivia. Más tarde se desempeñó como presidente de Bolivia y diplomático de la Gran Colombia. Se le considera uno de los próceres más importantes de la independencia sudamericana
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Antonio José de Sucre: Héroe de Independencia

Antonio José de Sucre fue un militar y estadista venezolano que desempeñó un papel clave en la independencia de varios países sudamericanos. Sirvió bajo las órdenes de Simón Bolívar y lideró las victorias patriotas en Pichincha, Junín y Ayacucho, que condujeron a la independencia del Ecuador, Perú y Bolivia. Más tarde se desempeñó como presidente de Bolivia y diplomático de la Gran Colombia. Se le considera uno de los próceres más importantes de la independencia sudamericana
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Antonio José de Sucre

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Para otros usos de este término, véase Sucre (desambiguación).

Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá

Presidente de la República de Bolivia

29 de diciembre de 1825-18 de abril de1828

Predecesor Simón Bolívar

Sucesor José María Pérez de Urdininea

Jefe Supremo Militar del Perú


7 de junio de 1822-17 de julio de 1823

Predecesor José de la Riva Agüero

Sucesor José Bernardo de Torre Tagle

Jefe Superior del Distrito del Sur de la Gran Colombia

1822-1823

Presidente Francisco de Paula Santander

Predecesor Cargo Creado


Melchor de Aymerich
(Jefe Político Superior de la Provincia de Quito)

Sucesor Vicente Aguirre

Rango 1
Gran Mariscal de Ayacucho

Rango 2
General en Jefe del Ejército Unido Libertador

Rango 3
Comandante del Ejército del Sur

Información personal
Nacimiento 3 de febrero de 1795
Cumaná, Capitanía General de Venezuela, Imperio
español

Fallecimiento 4 de junio de 1830 (35 años)


Montaña de Berruecos, Gran Colombia

Causa de la
Herida por arma de fuego
muerte

Lugar de
Catedral Metropolitana de Quito (Ecuador)
sepultura

Nacionalidad Venezolana

Familia

Cónyuge Mariana Carcelén y Larrea, marquesa de Solanda

Hijos  Simona Sucre Bravo (1822-¿?)


 José María Sucre Cortés (1826-1882)
 Pedro César de Sucre Rojas (1828-¿?)
 María Teresa Sucre y Carcelén de Guevara (1829-1831)

Información profesional

Ocupación Militar, ingeniero, filósofo, político, diplomático, estadista

Rango  Generalísimo


Distinciones Orden El Sol del Perú

Firma

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Antonio José Francisco de Sucre y Alcalá: (Cumaná, 3 de febrero de 1795-Berruecos, 4 de


junio de 1830), Gran Mariscal de Ayacucho, fue un político, mariscal y militar de origen
venezolano, prócer de la independencia americana y principal héroe de la actual República del
Ecuador, así como un diplomático y estadista, presidente de Bolivia, Gobernador
del Perú, General en Jefe del Ejército de la Gran Colombia, Comandante del Ejército del Sur y
Gran Mariscal de Ayacucho. Era hijo de una familia acomodada de tradición militar, siendo su
padre coronel del Ejército Patriota. Es considerado como uno de los militares más completos
entre los próceres de la independencia sudamericana.12345
Índice

 1Primeros años de Sucre


 2El Armisticio de Santa Ana
 3Independencia de Ecuador, Perú y Bolivia
 4Campaña del Ecuador
 5La batalla del Pichincha
o 5.1La Capitulación de Pichincha
o 5.2Perú solicita ayuda a la Gran Colombia
 6Navidad negra. Masacre de civiles en Pasto
 7La batalla de Junín
o 7.1Sucre Jefe Militar Supremo
 8La batalla de Ayacucho
o 8.1La capitulación de Ayacucho
o 8.2Reconocimientos por la victoria de Ayacucho
 9El nacimiento de Bolivia
o 9.1Entrada del Mariscal Sucre a la Real Audiencia de Charcas
o 9.2Congreso de Chuquisaca
o 9.3Declaración de la independencia de Bolivia
 10Matrimonio y descendencia
 11Guerra de la Gran Colombia con Perú
 12La batalla de Tarqui
o 12.1El convenio de Girón y el tratado de Guayaquil
 13La Gran Colombia
 14Últimos días
o 14.1Última carta a Bolívar
 15Referencias
 16Bibliografía
 17Legado
 18Enlaces externos

Primeros años de Sucre[editar]


Artículo principal: Familia Sucre

Perdió a su madre a los siete años de edad. Aún adolescente fue enviado a Caracas al
cuidado de su padrino,el arcediano de la catedral, presbítero Antonio Patricio de Alcalá, para
iniciar estudios de ingeniería militar en la Escuela de José Mires. En 1809, con su hermano
Pedro y otros jóvenes, integró como cadete la compañía de Húsares Nobles de Fernando VII,
en Cumaná, unidad organizada por Juan Manuel Cajigal y Niño, gobernador de la provincia de
Nueva Andalucía.
Escudo de armas de la familia Sucre

En 1810, la Junta de Gobierno de Cumaná le confiere el empleo de subteniente de milicias


regladas de infantería. Este grado fue ratificado por la Junta Suprema de Caracas el 6 de
agosto de ese mismo año. En 1811 desempeña en Margarita el cargo de comandante de
ingenieros. El 31 de julio de ese año recibió el despacho de teniente. En 1812 se halla
en Barcelona, en calidad de comandante de la artillería. Allí, el 3 de julio del citado año, junto
con otros ciudadanos notables, firmó el acta de la junta de guerra que se reunió aquel día para
resolver lo conducente a la seguridad de la República, a raíz de los acontecimientos en
Caracas (ofensiva de Domingo de Monteverde) y la ocupación de Cúpira por un grupo de
partidarios de Fernando VII.
Tras la capitulación del general Francisco de Miranda, amnistiado por Monteverde regresó a
Cumaná, donde el nuevo gobernador realista Emeterio Ureña le extendió pasaporte para que
se trasladase a Trinidad; pero no consta que hiciera uso de dicho documento. En 1813, bajo
las órdenes del general Santiago Mariño, integra el grupo de republicanos conocido como
los libertadores de oriente y participa en las operaciones para la liberación de aquella parte de
Venezuela. Como edecán del general Mariño, en 1814, asiste a la conjunción de las fuerzas
de oriente con las de occidente en los valles de Aragua. Ese año, su hermano Pedro fue
fusilado en La Victoria por los realistas; y víctimas de José Tomás Boves mueren en Cumaná
sus hermanos Vicente y Magdalena. No menos de 14 parientes inmediatos perecerán en la
Guerra de Independencia. En 1815, tras combatir bajo las órdenes del general José Francisco
Bermúdez en Maturín, pasa a Margarita y escapando del general Pablo Morillo, sigue a las
Antillas y Cartagena. En esta plaza, con Lino de Pombo de jefe inmediato, dirige los trabajos
de fortificación para la defensa de la ciudad contra el asedio realista de Pablo Morillo. En
diciembre está en Haití. Cuando regresaba después a Venezuela naufraga en el golfo de
Paria. En 1816, Mariño lo nombra jefe de su Estado Mayor y lo asciende a coronel. Este
mismo jefe lo designa en 1817 comandante de la provincia de Cumaná. Ese año, después
del Congreso de Cariaco (8 de mayo) desconoce la actuación de dicho cuerpo colegiado y la
autoridad de Mariño y se traslada a Guayana, donde se pone bajo las órdenes de Simón
Bolívar. El 17 de septiembre de ese mismo año recibió de Bolívar la designación de
gobernador de la Antigua Guayana y comandante general del Bajo Orinoco, y también el
encargo de organizar un batallón con el nombre Orinoco.
Empezaba su carrera de gobierno en la cual desempeñaría todos los cargos de la
Administración civil hasta presidente de la República en Bolivia. El 7 de octubre de 1817
recibió el nombramiento de jefe de Estado Mayor de la división de la provincia de Cumaná,
bajo las órdenes del general Bermúdez, nombrado comandante de la citada gran unidad.
Estos nombramientos tenían, además la finalidad de reducir la disidencia que reinaba en
Cumaná. «El general Bermúdez y Vd. van a hacer cosas grandes en Cumaná y quizás algún
día serán llamados los salvadores de su país», dijo Bolívar a Sucre en aquella ocasión. En
agosto de 1819 fue ascendido a general de brigada por el vicepresidente de Venezuela,
Francisco Antonio Zea; grado que será ratificado por Bolívar el 16 de febrero de 1820. Viaja a
las Antillas comisionado para adquirir material de guerra; misión que cumple con éxito. Ese
mismo año desempeña, interinamente, la cartera de Guerra y Marina y es jefe titular del
Estado

El Armisticio de Santa Ana[editar]

Monumento de Mariscal Sucre ubicado en la Av. 6 de Agosto de Cochabamba en Bolivia

Tras la liberación de la Nueva Granada y creada la República de Colombia, Bolívar firma con
el general español Pablo Morillo, el 26 de noviembre de 1820, un Armisticio, así como un
Tratado de Regularización de la Guerra. Sucre redactó este Tratado de Armisticio y
Regularización de la Guerra, considerado por Bolívar como "el más bello monumento de la
piedad aplicada a la guerra". La importancia de los documentos redactados por Sucre, en lo
que significó su primera actuación diplomática, fue la paralización temporal de las luchas entre
los patriotas y los realistas, y el fin de la guerra a muerte iniciada en 1813. El Armisticio de
Santa Ana le permitió ganar tiempo a Bolívar para preparar la estrategia de la Batalla de
Carabobo, que aseguró la independencia venezolana. El documento, marcó un hito en
derecho internacional, pues Sucre, fijó mundialmente el trato humanitario que desde entonces
empezaron a recibir los vencidos por los vencedores en una guerra.6 De esta forma se
convirtió en pionero de los derechos humanos. Fue de tal magnitud la proyección del tratado
que Bolívar en una de sus cartas escribió: "este tratado es digno del alma de Sucre. El
Tratado de Armisticio tenía por objeto suspender las hostilidades para facilitar las
conversaciones entre los dos bandos, con miras a concertar la paz definitiva". El Armisticio se
firmó por seis meses y obligaba a ambos ejércitos a permanecer en las posiciones que
ocupaban en el momento de su firma "...Por el cual desde ahora en adelante se hará la guerra
entre España y Colombia como la hacen los pueblos civilizados".7

Independencia de Ecuador, Perú y Bolivia[editar]


Pampa de la Quinua.

Comenzó entonces la campaña de liberación de Ecuador, que tuvo su culminación en


la batalla de Pichincha librada el 24 de mayo de 1822. Con esta victoria de Sucre se consolidó
la independencia de la Gran Colombia, se consumó la de Ecuador y quedó el camino listo
para la batalla contra las últimas fuerzas realistas que quedaban en el Perú. Tras una reunión
en Guayaquil entre Simón Bolívar y San Martín, este último cede parte de su ejército al
primero, y se retira definitivamente de las batallas de la emancipación hispanoamericana. Así,
Sucre llegó y entró en Lima en 1823, precediendo a Bolívar. El 1 de diciembre de 1823 llegó
a Yungay, estableciéndose en él por ser el punto céntrico del acantonamiento. Acomodó en
sus inmediaciones a los batallones "Voltígeros de la Guardia" y "Pichincha" a los que la
población avitualló y pertrechó hasta ponerlos en condiciones de marchar el 25 de
febrero hacia Huánuco. Participó junto a Bolívar el 6 de agosto de 1824 en la batalla de
Junín y, el 9 de diciembre del mismo año, venció al virrey José de la Serna en Ayacucho,
acción que significó el fin del dominio español en el continente sudamericano. El Parlamento
peruano lo nombró Gran Mariscal y General en Jefe de los Ejércitos.8
Al frente de éstos se marchó al Alto Perú, donde, junto a los líderes libertarios, fundó la
República de Bolívar (después denominada República de Bolivia) en homenaje al Libertador, a
quien encargó la redacción de su Constitución, la cual fue promulgada en 1826 bajo la
premisa de ser "la Constitución más liberal del mundo." Al frente del Gobierno boliviano, Sucre
promulgó leyes progresistas; ejecutó la división política del país de acuerdo a la Constitución
propuesta por Simón Bolívar; impulsó la instrucción pública; organizó el aparato administrativo;
y, encaminó ambiciosos programas para la recuperación económica. El 18 de abril de 1828,
estalló un motín en Chuquisaca.9 El Mariscal Sucre fue herido de dos balazos. Este incidente
ocasionó que el Mariscal tomara la decisión de abandonar el cargo de Presidente de Bolivia
para evitar rencillas y contribuir a la pacificación de la República. La Asamblea local lo nombró
presidente vitalicio, pero dimitió en 1828 a raíz de los motines y la presión de los peruanos
opuestos a la independencia boliviana. Se retiró entonces a Ecuador acompañado de su hija
María Teresa y de su esposa, Mariana Carcelén de Guevara y Larrea, Marquesa de Solanda y
de Villarocha.

Campaña del Ecuador[editar]


El 11 de enero de 1821, en Bogotá, Sucre fue nombrado por Bolívar comandante del Ejército
del Sur, en reemplazo del general Manuel Valdés; era la fuerza que, desde 1820, operaba en
Popayán y Pasto. No recibió Sucre el cargo porque razones de índole estratégica y política
hicieron que Bolívar anulase tal designación y le diese comisión para marchar a Guayaquil,
donde reemplazaría al general José Mires y asumiría la misión que se le había encomendado:
la de hacer que la provincia (la cual se había independizado de los españoles en octubre de
1820) se incorporase a la República de la Gran Colombia y tomar el mando de las tropas que
hubiese en Guayaquil, como pasos previos para la liberación de Quito, que era el propósito
principal de las operaciones que se ejecutasen. El 6 de abril llegó Sucre a Guayaquil y al
presentarse ante la Junta de Gobierno, expuso la razón de su presencia allí y de la idea de
una unión de la provincia con Colombia. El 15 del mismo mes fue celebrado un tratado entre
Sucre (por Colombia) y José Joaquín de Olmedo, Francisco Roca y Rafael Jimena, miembros
de la Junta. El tratado estipulaba que Guayaquil mantendría su soberanía, pero bajo la
protección de Colombia. En aquella oportunidad Sucre quedó facultado para abrir la campaña
contra los realistas, y con tal motivo, Guayaquil le ofreció todos los recursos disponibles para
liberar a Quito. El 19 de agosto de 1821 se da la batalla de Yaguachi (o de Cone) entre tropas
independentistas guayaquileñas de la División Protectora de Quito y refuerzos
grancolombianos, liderados por Sucre contra las tropas realistas del coronel Francisco
González. Sucre vence a los españoles y aseguró la independencia definitiva de la Provincia
Libre de Guayaquil.
Las tropas de Sucre tras haber vencido en Yaguachi avanzan hacia Quito, los españoles al
mando del mariscal de campo Melchor de Aymerich los seguían de cerca y tomaron
posiciones en un terreno llamado Huachi donde ya habían derrotado a fuerzas guayaquileñas
un año atrás. El 12 de septiembre de 1821, tras un breve contacto entre ambas fuerzas, los
realistas intentaron huir. El general José Mires permitió a los batallones Albión y Guayaquil
perseguir a los realistas, pero estos fueron atacados por la caballería e infantería realista que
dio vuelta y cercó a los batallones patriotas. Con el ejército patriota en desorden y Sucre
herido, los patriotas se volvieron a Guayaquil, dejando en el campo de batalla a muchos
hombres y pertrechos. Los realistas lograron salvar así Quito del ataque de los
independentistas.

La batalla del Pichincha[editar]


Artículo principal: Batalla de Pichincha

La Batalla del Pichincha ocurrió el 24 de mayo de 1822, en las faldas del volcán Pichincha, a
más de 3000 metros sobre el nivel del mar, cerca de la ciudad de Quito, en el Ecuador actual.
El encuentro, que ocurrió en el contexto de las Guerras de Independencia Hispanoamericana,
enfrentó al ejército independentista bajo el mando del General venezolano Antonio José de
Sucre y al realista, comandado por el Mariscal de Campo Melchor de Aymerich. La derrota de
las fuerzas realistas leales a España condujo a la liberación de Quito y aseguró la
independencia de las provincias que pertenecían a la Real Audiencia de Quito, también
conocida como la Presidencia de Quito, la jurisdicción administrativa colonial española de la
que eventualmente emergió la República del Ecuador.10 Al amanecer, sin que Sucre lo
supiera, los centinelas apostados cerca de Quito avistaron a las tropas independentistas
ascendiendo por las laderas del Pichincha. Aymerich, entonces consciente de la intención de
Sucre de flanquearlo mediante el ascenso al volcán, ordenó a su ejército de 1894 hombres
subir por la montaña lo más pronto posible, para oponerse ahí a Sucre.11
Al haberse encontrado en un campo de batalla tan improbable, los dos comandantes no
tuvieron otra opción más que enviar gradualmente sus tropas a la batalla. Existía poco espacio
para maniobrar en las empinadas laderas del Pichincha, entre profundos barrancos y densos
matorrales. Los hombres del Paya, tras recuperarse de la conmoción inicial, se reposicionaron
bajo el fuego enemigo, esperando la llegada del batallón Trujillo. Sucre, que sólo esperaba
que los españoles estuviesen más cansados que sus propias tropas, envió al
batallón Yaguachi, conformado por ecuatorianos. El batallón Alto Magdalena trató de hacer un
movimiento de flanqueo, pero sin éxito, pues el terreno no se lo permitió. Pronto, los
batallones Paya, Trujillo y Yaguachi, sufriendo muchas bajas y con pocas municiones,
comenzaron a replegarse.12 Para entonces el destino de la batalla para los Patriotas parecía
depender del Albión, que transportaba las municiones tan necesarias; sin embargo, se
desconocía su paradero. A medida que pasaba el tiempo, los Realistas parecían ganar el
control de la batalla. El Trujillo fue obligado a retroceder, mientras que el batallón
peruano Piura huyó antes de enfrentarse al enemigo. En medio de la desesperación, a los
hombres de reserva del batallón Paya se les ordenó cargar contra el enemigo con sus
bayonetas. Ambos bandos sufrieron grandes bajas, pero la situación se estabilizó más o
menos para los Patriotas. A pesar de esto, Aymerich, como parte de su estrategia, durante el
ascenso al Pichincha separó de su fuerza principal al batallón Aragón, ordenándole avanzar
hasta la cúspide del volcán, para así luego atacar a los Patriotas por la retaguardia, rompiendo
sus líneas en el momento adecuado.13 El Aragón era el mejor batallón del ejército realista;
estaba formado por veteranos españoles que habían actuado tanto en la Guerra de la
Independencia Española como en otras batallas en América del Sur, y en ese momento
estaba más arriba de los Patriotas y listo para atacar. Afortunadamente para los Patriotas,
cuando el Aragón iba a cargar sobre la decaída línea Patriota, el Albión les detuvo en seco, al
entrar en la batalla de forma imprevista. Así, el Albión consiguió avanzar a una posición más
alta que la de los españoles. Pronto se unió a la batalla el Magdalena, y el Aragón, tras sufrir
fuertes bajas, se deshizo. Entonces el Magdalena avanzó hasta la línea Patriota para
reemplazar al Paya, y cargó contra la línea Realista, que acabó por romperse".14
Las consecuencias de la batalla fueron bastante significativas. El 25 de mayo de 1822 Sucre
entró con su ejército en la ciudad de Quito, donde aceptó la rendición de todas las tropas
españolas establecidas en el territorio que el gobierno de Colombia llamaba "Departamento de
Quito", al considerarlo como parte integral de la República de Colombia desde su creación
el 17 de diciembre de 1819.
Cuando Sucre recapturó Cuenca el 21 de febrero, obtuvo de su Consejo local un decreto en el
cual se proclamaba la integración de su ciudad y provincia a la República de Colombia.
Entonces, con la rendición de Quito, que a su vez puso fin a la resistencia Realista en la
provincia norteña de Pasto, Bolívar pudo entrar en la ciudad, cosa que finalmente hizo el 16 de
junio de 1822. Entre el entusiasmo general de la población, la antigua Provincia de Quito se
incorporó a la República de Colombia. Por su parte Guayaquil, que aún no había decido su
futuro, con la presencia tanto de Bolívar como del victorioso ejército Grancolombiano en su
territorio, proclamó la incorporación de Guayaquil a la Gran Colombia el 13 de julio de 1822.15
La Capitulación de Pichincha[editar]

La capitulación de la batalla de Pichincha, óleo sobre lienzo de Antonio Salas.

A las doce del día bajo un sol resplandeciente, los soldados de la libertad en la cima del
Pichincha, a más de 3.000 metros de altura, dieron el grito de victoria. La victoria fue de Sucre,
y se completó con la capitulación que la autoridad patriota concedió al Mariscal Aymerich el 25
de mayo del mismo año. Con las operaciones cuyas acciones finales se produjeron en las
faldas del Pichincha y en la ciudad de Quito, Sucre decidió a su favor la vacilante y delicada
situación de Guayaquil; dio libertad al territorio que conforma hoy la República de Ecuador, y
facilitó su incorporación a la Gran Colombia.16 El 18 de junio de ese año, Bolívar le asciende a
general de división y le nombra intendente del departamento de Quito. Al frente de los
destinos de Ecuador desarrolla una positiva obra de progreso: funda la Corte de Justicia
de Cuenca y en Quito el primer periódico republicano de la época: "El Monitor". Instala en esa
ciudad la Sociedad Económica. De su actividad personal es buena prueba que, el 6 de
septiembre de 1822 expidió y firmó en Quito 52 comunicaciones. Interesado por la educación
puede afirmar que halló en Cuenca 7 escuelas y dejó 20.1718
Perú solicita ayuda a la Gran Colombia[editar]
Tras la retirada de José de San Martín, el Congreso Constituyente nombró al presidente de la
Junta de Gobierno al general José de La Mar. Este comprometió buena parte del ejército en
campañas ambiciosas que fracasaron en las batallas de Tarata y Moquegua, dejando al
gobierno peruano en una delicada condición militar. Las derrotas militares y las pugnas
políticas entre los patriotas peruanos debilitaron las fuerzas independentistas peruanas. El
gobierno de Riva Agüero fue presionado por la opinión pública para que solicitara la
intervención de Bolívar. El Libertador, que se encontraba en Guayaquil vigilando los
acontecimientos en Perú, envió a las primeras solicitudes peruanas los 6000 hombres que ya
tenía preparados en Ecuador en dos expediciones sucesivas de 3000 hombres, con el general
Sucre al mando de las fuerzas y encargado de negociar con el Perú los términos en que
La Gran Colombia intervendría en la guerra.

Navidad negra. Masacre de civiles en Pasto[editar]


Durante la Campaña de Pasto, por orden de Simón Bolívar la ciudad de Pasto fue tomada por
las tropas comandadas por Antonio José de Sucre el 24 de diciembre de 1822. Durante tres
días los soldados patriotas del batallón Rifles saquearon la ciudad, destruyeron archivos
públicos, libros parroquiales y asesinaron a más de 400 civiles hombres, mujeres, ancianos y
niños, una cuarta parte de la población. La masacre es conocida en Colombia como
la Navidad Negra y recordada en el Carnaval de Blancos y Negros”.1920

La batalla de Junín[editar]

Batalla de Junín, óleo sobre lienzo.

La batalla de Junín, fue uno de los últimos enfrentamientos, que sostuvieron


los ejércitos realistas e independentistas, en el proceso de la independencia del Perú. La
batalla se desarrolló en la pampa de Junín en el actual departamento de Junín, el 6 de
agosto de 1824; la victoria de los independentistas, aumentó la moral de las tropas
independentistas. En 1824 los realistas mantenían en su poder la sierra central y el Alto Perú
(hoy Bolivia). Simón Bolívar, Libertador y Presidente de la Gran Colombia continuó la guerra
de emancipación con el Perú. Bolívar tenía un ejército de 8000 hombres, equivalente en
número al realista, pero las fuerzas realistas estaban dispersas entre el valle del
Mantaro y Alto Perú. Esto fue debido a la sublevación en el Alto Perú del General realista
Olañeta que fracturó la defensa del virreinato y obligó al virrey a mandar sobre el Alto
Perú parte importante de sus ejércitos, unos 5000 regulares, bajo el mando de Jerónimo
Valdez que tenían su base en Puno. Bolívar conocedor de esta ventaja aprovechó la
oportunidad para aislar a las solitarias fuerzas realistas situadas en el norte. En junio de 1824,
Bolívar enfila su ejército hacia la sierra central del Perú para enfrentarse con el general
realista José de Canterac.21
El Ejército Libertador contaba con 6000 grancolombianos y 4000 peruanos que tenían rumbo
hacia el sur del continente. En Junín, el 6 de agosto de 1824, chocan ambos ejércitos. No se
disparó un solo tiro. La lucha fue con espadas y lanzas. Junín se convirtió en una gran victoria
para el Libertador. Mientras las tropas grancolombianas desembarcaban en el puerto de El
Callao bajo el mando del general Antonio José de Sucre, el general Andrés de Santa Cruz,
que hasta poco tiempo antes había luchado en las filas realistas,fue enviado a engrosar las
tropas de Sucre, iniciando su marcha hacia el Alto Perú. En agosto de 1823 ingresó en la
ciudad de La Paz, y forzado a librar combate, Santa Cruz sale victorioso en la batalla de
Zepita contra una división del general Valdez, el 25 de agosto de 1823.22
El panorama no podía ser más sombrío para los patriotas. La independencia del Perú no
estaba consolidada, ya que el 29 de febrero de 1824 los realistas lograron ocupar nuevamente
Lima. Pero esta vez, las conmociones políticas que vivía España influyeron decididamente
para el fraccionamiento de las tropas españolas en América. El general Pedro Antonio
Olañeta, absolutista recalcitrante, se rebeló contra el virrey La Serna, que era de
tendencia liberal y constitucionalista, porque le atribuía a este el deseo de separarse de la
monarquía para liberar a Perú del absolutismo que quería imponer Olañeta. Bolívar, encontró
a los realistas divididos y organizó prontamente un ejército formado por colombianos. La
batalla de Junín del 6 de agosto de 1824 levantó la moral del ejército patriota, fue decisiva en
la siguiente batalla de Ayacucho. El general Sucre, que marchaba al frente de la infantería,
cuando llegó al campo de Junín escuchó los gritos de alegría por el triunfo. Todo el
enfrentamiento duró aproximadamente cuarenta y cinco minutos a una altura de 4100 metros
sobre el nivel del mar. El triunfo en la Pampa de Junín haría renacer la moral entre el ejército
unido. Gracias a las lanzas de los llaneros Grancolombianos (Colombianos y Venezolanos),
que brillaron en los nevados Andes peruanos.23
"General Sucre... Diga usted Libertador... La oportunidad que yo esperaba se ha presentado. El general
español Pedro Olañeta y su ejército de cuatro mil hombres desconoce la autoridad del Virrey. Por
mucho tiempo Olañeta ha gobernado el alto Perú y resiente la autoridad de la Serna. Ya el Virrey no
tiene doce mil soldados, como tenía antes, sino apenas ocho mil, que luchan ahora contra los otros
cuatro. ¡Llegó la hora!." (Diálogo de Bolívar con Sucre antes de la Batalla).

Sucre Jefe Militar Supremo[editar]


Al llegar la primera expedición Grancolombiana al puerto de El Callao, Santa Cruz y Gamarra
se encontraban en una ofensiva cerca de La Paz con casi todas las fuerzas
peruanas. Lima había sido dejada casi desguarnecida por el ejército peruano, situación que
aprovechó el Brigadier Canterac para organizar un ejército de 8000 hombres en Jauja con el
que marchó sobre la capital, entrando en Lima el 18 de junio. El congreso nombró a Sucre
general en jefe, quien contando el 18 de junio con solo 3700 hombres, evacuó la ciudad para
El Callao. En los días siguientes hubo varios encuentros entre las avanzadas de ambas
fuerzas, incluyendo un sangriento combate en el Carrizal y la Legua el 1 de julio. El 21 de
junio el congreso peruano proclamó a Sucre Jefe Supremo Militar.

La batalla de Ayacucho[editar]
Artículo principal: Batalla de Ayacucho
Batalla de Ayacucho, óleo sobre lienzo de Martín Tovar y Tovar.

La Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento dentro de las campañas terrestres
de las Guerras de Independencia Hispanoamericana (1809-1826). La batalla se desarrolló en
la Pampa de la Quinua en el departamento de Ayacucho, Perú, el 9 de diciembre de 1824. La
victoria de los independentistas, significó la desaparición del último virreinato que seguía en
pie, el del Perú, y puso fin al dominio colonial español en Sudamérica; se cerraba la
Independencia del Perú . Así finalizaban las batallas de la independencia del Perú, con una
capitulación militar que se transformaría años más tarde en tratado diplomático firmado
en París el 14 de agosto de 1879. Antes del inicio de la batalla, el general Antonio José de
Sucre arengaba a sus tropas:
"¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a
coronar vuestra admirable constancia. ¡Soldados!: ¡Viva el Libertador! ¡Viva Bolívar, Salvador del Perú!."
Antonio José de Sucre

El dispositivo organizado por Canterac preveía que la división de vanguardia rodease en


solitario la agrupación enemiga cruzando el río Pampas para sujetarla, mientras el resto del
ejército realista descendía frontalmente desde el cerro Condorcunca, abandonando sus
posiciones defensivas. Sucre se dio cuenta inmediatamente de la arriesgada maniobra, y con
la división de Córdova acometió directamente a la masa desorganizada de tropas realistas,
que sin poder formarse para la batalla descendían en hileras de las montañas. Los violentos
choques de las formaciones de línea empujaron a los dispersos tiradores de la división de
Villalobos, quienes arrastraron en su retirada a las masas de milicianos sin que tampoco el
grueso de la división de Monet ni la división de Reserva, que permanecían en la montaña,
tuvieran alguna oportunidad de participar en la batalla. En el otro extremo, la segunda división
de José de La Mar más la tercera división de Jacinto Lara detuvieron juntas la acometida de
los veteranos de la división de vanguardia de Valdés. La batalla estaba ganada para los
independentistas, el ejército Real del Perú destruido, y el Virrey herido, fue hecho prisionero. A
la una de la tarde, la batalla de Ayacucho había terminado con el rotundo triunfo del ejército de
la libertad. El telón colonial había caído para siempre en la pampa de la Quinua, escenario de
uno de los momentos estelares de la humanidad. Pero siguieron sucediéndose los duelos de
cortesía y de humanidad". Cuando el Virrey La Serna, herido y apresado entregó su espada,
el General Sucre la rechazó diciéndole: "Honor al vencido. Que continué en manos del
Valiente". Luego, los términos de la Capitulación no pudieron ser más generosos ni
caballerosos. Así se mostró que la nobleza y la hidalguía eran tan sudamericanas como
españolas.
Efigies de Sucre en el Panteón de los Próceres en Lima.

Bolívar convocaba desde Lima al Congreso de Panamá, el 7 de diciembre, para la unidad de


los nuevos países independientes. El proyecto fue ratificado únicamente por la Gran
Colombia. Cuatro años más tarde la Gran Colombia a causa de una escasa visión institucional
y del personalismo de Bolívar se desmembró siguiendo el proceso desintegrador del
movimiento independentista. A raíz de la victoria de Ayacucho, en la que participaron 5.780
soldados,24 el Mariscal Sucre entra triunfante en el Cuzco y liberta después las provincias del
Alto Perú. En 1825 convoca a los representantes de dichas provincias para reunirse en
asamblea, y con la aquiescencia de Bolívar ésta decide la creación de Bolivia. Es significativa
la obra cumplida por el mariscal Sucre en Bolivia, especialmente en la organización de la
Hacienda Pública y de la administración general. Se empeñó en promover la libertad de los
esclavos y el reparto de tierras a los indios, y sobre todo en beneficio de la educación y la
cultura. Ante el Congreso fue categórico al declarar que: "Persuadido de que un pueblo no
puede ser libre, si la sociedad que lo compone no conoce sus deberes y sus derechos, he
consagrado un cuidado especial a la educación pública". En el transcurso de las 13 semanas
que van del 3 de febrero al 5 de mayo de 1826, dio a Bolivia 13 decretos referentes a la
creación de colegios de ciencias y artes, más institutos para huérfanos y huérfanas en todos
los departamentos, y a establecer escuelas primarias en todos los cantones de la República.
La historia recoge la cuenta de su orgullo: "La educación pública es lo que ha hecho más
progresos. Los colegios quedan establecidos y marchan bien en todas las capitales de los
departamentos, donde también se han abierto escuelas de enseñanza mutua que adelantan
rápidamente. En 1829 la República requiere sus servicios para mandar el ejército que debe
enfrentar la ofensiva peruana en el sur del Ecuador. Triunfa en la batalla del Portete de
Tarqui y ofrece a los vencidos una capitulación que es modelo de generosa fraternidad
americanista, fiel a su lema que "Nuestra justicia era la misma antes y después de la batalla".
Su hija Teresita, que vivirá sólo 2 años, nació el 10 de julio de 1829. En La Paz había nacido
un hijo natural suyo y de Rosalía Cortés, José María, el 13 de enero de 1826. La provincia
de Cumaná, permanente afecto lo escogió como su representante al Congreso. En camino
a Bogotá tiene conocimiento de la agitación separatista que José Antonio Páez fomenta en
Venezuela. En la difícil circunstancia de 1830, se destaca en el quehacer político por su
consecuencia hacia la persona y la obra de Bolívar. El Congreso Admirable, reunido en
Bogotá, lo elige su presidente en enero de ese año; en febrero, el mismo cuerpo le encarga
una misión conciliadora ante el Gobierno de Venezuela que se reúne en Cúcuta.
La capitulación de Ayacucho[editar]

Capitulación de Ayacucho, óleo de Daniel Hernández.

Es el tratado firmado por el jefe de estado mayor José de Canterac y Sucre después de la
batalla de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824. Sus principales consecuencias fueron varias:

 1.º La Capitulación únicamente del Ejército bajo su mando.


 2.º La permanencia Realista en el Callao.
 3.º Perú, nace a la vida independiente, con una deuda económica a los países que
contribuyeron militarmente a su independencia.
"Don José Canterac, teniente general de los reales ejércitos de S. M. C., encargado del
mando superior del Perú por haber sido herido y prisionero en la batalla de este día el
excelentísimo señor virrey don José de La Serna, habiendo oído a los señores generales y
jefes que se reunieron después que, el ejército español, llenando en todos sentidos cuanto ha
exigido la reputación de sus armas en la sangrienta jornada de Ayacucho y en toda la guerra
del Perú, ha tenido que ceder el campo a las tropas independientes; y debiendo conciliar a un
tiempo el honor a los restos de estas fuerzas, con la disminución de los males del país, he
creído conveniente proponer y ajustar con el señor general de división de la República de
Colombia, Antonio José de Sucre, comandante en jefe del ejército unido libertador del Perú".
La Batalla de Ayacucho fue la última batalla del proceso emancipador. Bajo las órdenes de
Sucre combatió una efectiva representación de la unidad continental en oficiales provenientes
de Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Argentina, Perú,
Bolivia, Paraguay, Chile, Uruguay, Guatemala y México; además de otros procedentes de
distintas naciones de Europa.
Reconocimientos por la victoria de Ayacucho[editar]
El panteón de los héroes, óleo de Arturo Michelena.

Bolívar, quien redactó y publicó en 1825 su "Resumen Sucinto de la Vida del General Sucre",
único trabajo en su género realizado por el Padre de la Patria, no escatimó elogios ante la
hazaña culminante de su fiel lugarteniente:
"La batalla de Ayacucho es la cumbre de la gloria americana, y la obra del general Sucre. La disposición
de ella ha sido perfecta, y su ejecución divina". Las generaciones venideras esperan la victoria de
Ayacucho para bendecirla y contemplarla sentada en el trono de la libertad, dictando a los americanos el
ejercicio de sus derechos, y el imperio sagrado de la naturaleza".
"Usted está llamado a los más altos destinos, y yo preveo que usted es el rival de mi Gloria".

"El Congreso de Colombia hizo entonces a Sucre General en Jefe, y el Congreso de Perú le dio el grado
de Gran Mariscal de Ayacucho".

El nacimiento de Bolivia[editar]
Entrada del Mariscal Sucre a la Real Audiencia de Charcas[editar]

Vista del Palacio de Congresos de Bolivia.

Luego del triunfo de Ayacucho, y siguiendo precisas instrucciones de Bolívar, el general Sucre
entró en territorio boliviano el 25 de febrero de 1825.25Su papel se limitó a dar visos de
legalidad a un proceso que los mismos bolivianos ya habían puesto en marcha. El general
Olañeta permaneció en Potosí, en donde recibió al batallón "Unión" procedente de Puno al
mando del coronel José María Valdez, convocó a un Consejo de Guerra que acordó continuar
la resistencia. Olañeta distribuyó sus tropas entre la fortaleza de Cotagaita con el batallón
"Chichas" al mando de Medinacelli, Valdez con el "Unión" fue enviado a Chuquisaca y él
marchó a Vitichi, con 60 000 pesos de oro de la Casa de la Moneda de Potosí.
En Cochabamba se sublevó, con el Primer Batallón "Fernando VII" el coronel José Martínez;
seguido en Vallegrande, por el Segundo Batallón "Fernando VII", deponiendo al brigadier
Francisco Aguilera el 12 de febrero. El coronel José Manuel Mercado ocupó Santa Cruz el 14
de febrero, Chayanta quedó en manos del teniente coronel Pedro Arraya, con los escuadrones
"Santa Victoria" y "Dragones Americanos" y en Chuquisaca el batallón "Dragones de la
Frontera" del coronel Francisco López se pronunció por los independentistas el 22 de febrero.
El coronel Medinacelli con trescientos soldados se sublevó en contra de Olañeta y el 2 de abril
de 1825 se enfrentaron en la Batalla del Tumusla que culminó con la muerte de Olañeta. El 7
de abril, el general José María Valdez se rindió en Chequelte, ante el general Urdininea,
poniendo fin a la guerra en el Alto Perú.2627
Congreso de Chuquisaca[editar]

Fachada de la Casa de la Libertad en (Sucre), donde se reunió 1825, la asamblea de diputados de las
cinco provincias altoperuanas convocadas por el mariscal Antonio José de Sucre, para deliberar sobre el
destino del Alto Perú.

El 9 de febrero de 1825, el mariscal Antonio José de Sucre y Casimiro Olañeta, abogado


de Chuquisaca y sobrino del mencionado general, convocaron a todas las provincias
altoperuanas para reunirse en un congreso que debía decidir el destino de la nación.28
Abascal como resultado de la revolución del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca, o sostener
con decisión la independencia absoluta del Alto Perú, no sólo con relación a España, sino
también con referencia al Provincias Unidas del Río de la Plata y al Perú. Tanto como el
gobierno de Buenos Aires y el Perú admitían esta tercera alternativa, en cambio, Bolívar, si
bien no desautorizó públicamente a Sucre le reprochó en carta privada esta iniciativa, pues
entendía que alentar en ese momento un acto de soberanía de esa naturaleza, conspiraba
contra los intereses de la Gran Colombia, ya que el territorio de la Real Audiencia de
Quito podría pretender el mismo trato que la de Charcas. El Congreso General Constituyente
de Buenos Aires, por decreto de 9 de mayo de 1825, declaró que "aunque las cuatro
provincias del Alto Perú, han pertenecido siempre a este Estado, es la voluntad del congreso
general constituyente, que ellas queden en plena libertad para disponer de su suerte, según
crean convenir a sus intereses y a su felicidad", despejando el camino a la independencia
altoperuana.
Declaración de la independencia de Bolivia[editar]
Acta de la Independencia de Bolivia en la Casa de la Libertad, Sucre.

Convocada nuevamente la Asamblea Deliberante en Chuquisaca por el Mariscal Sucre, el 9


de julio de 1825, y concluida se determinó la completa independencia del Alto Perú, bajo la
forma republicana, por soberana de sus hijos. Finalmente, el presidente de la Asamblea José
Mariano Serrano, junto a una comisión, redactó el "Acta de la Independencia" que lleva fecha
del 6 de agosto de 1825, en honor a la Batalla de Junín ganada por Simón Bolívar.29 La
independencia fue declarada por 7 representantes de Charcas, 14 de Potosí, 12 por La Paz,
13 por Cochabamba y 2 por Santa Cruz. El acta de independencia, redactada por el
presidente del Congreso, José Mariano Serrano, en su parte expositiva dice en tono vibrante:
El mundo sabe que el Alto Perú ha sido en el continente de América, el ara donde vertió la primera
sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos. Los departamentos del
Alto Perú, añade en su parte resolutiva, protestan a la faz de la tierra entera, que sus resolución
irrevocable es gobernarse por sí mismos.30

El Mariscal Sucre es el redentor de los hijos del Sol.

Mediante un decreto se determinó que el nuevo estado llevaría el nombre de "Bolívar", en


homenaje al Libertador, quien a la vez fue designado "Padre de la República y Jefe Supremo
del Estado" y su capital Sucre en honor al Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre.
Bolívar agradeció estos honores, pero declinó la aceptación de la Presidencia de la República,
para cuyo cargo designó al Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. Pasado un tiempo
se volvió a debatir el nombre de la joven nación, y un diputado potosino llamado Manuel
Martín Cruz, dijo que al igual que Rómulo viene Roma de Bolívar vendrá Bolivia.
"Si de Rómulo, Roma; de Bolívar, Bolivia".
Bolívar al enterarse de esta noticia se sintió halagado con la joven nación. Bolívar hasta ese
momento no aceptaba de buen grado la independencia de Bolivia, debido a que le
preocupaba su futuro, debido a que la situación geográfica de Bolivia la sitúa en el centro
América del sur, y esto según Bolívar supondría que sería una nación acosada y que
afrontaría futuras guerras, cuestiones que curiosamente se cumplieron. Bolívar deseaba
que Bolivia formara parte de otra nación preferentemente Perú, pero lo que le convenció
profundamente fue la actitud de las masas populares. El 18 de agosto, a su llegada a La Paz
hubo una manifestación de regocijo popular. La misma escena se repitió cuando el Libertador
llegó a Oruro, después a Potosí y finalmente a Chuquisaca. Esta expresión tan ferviente de la
población, conmovió a Bolívar, quien llamó su "Hija Predilecta" a la nueva Nación.
El Mariscal Sucre fue quien le dio a Bolivia su primera Constitución Política en 1826, quien
organizó las instituciones estatales y adoptó como sistema administrativo el modelo francés de
los Departamentos en enero de 1826, que en ese tiempo eran solo cinco, y quien, en
resumen, trabajó afanosamente en el gobierno hasta el desespero cuando, en 1828, los
descontentos capitalinos atentaron contra su vida con móviles mezcla de desavenencias
ideológicas y administrativas, celos y resentimientos, y en el que estaban involucrados
algunos ilustres como Olañeta y Lemoine. El atentado fue fallido, pero dejó al Mariscal herido
en un brazo y convencido de que más valía marcharse de ese antro de ingratitud. Pese a
haber derramado su sangre por la independencia desde que era un adolescente de quince
años, de haber derrotado al último Virrey de América en Ayacucho, y al carácter vitalicio de la
presidencia que ejercía, cuando se marchaba de la capital fue abucheado por la población,
incidente en el cual, se cuenta, la Coronel Juana Azurduy de Padilla escupió en la cara a uno
de los conspiradores, Casimiro Olañeta, para significar su disgusto con el trato que le daban.

Matrimonio y descendencia[editar]

El mariscal Sucre y su esposa, la marquesa quiteña Mariana Carcelén de Guevara.

En carta que dirigió el 11 de octubre de 1825 a su amigo, el coronel Vicente Aguirre, el


Mariscal Sucre le solicitó que hiciera recoger y educar a la niña Simona de Sucre Bravo,
nacida el 16 de abril de 1822, quien era hija de Tomasa Bravo, una pareja sentimental de
Sucre, quien había muerto en esa época y del propio Mariscal, según afirmaba la madre. Los
gastos de crianza y educación de Simona correrían por cuenta del prócer. No se supo más del
destino posterior de esta hija de Sucre. 31También el prócer mantuvo una relación sentimental
con Rosalía Cortés Silva, de la cual nació en La Paz el 15 de enero de 1826 su primer hijo,
José María Sucre Cortés. 32
El 20 de abril de 1828, pocos días después del incidente que casi acaba con su vida en
Bolivia, el Mariscal se casó por poder con la quiteña Mariana Carcelén de Guevara y Larrea,
marquesa de Solanda y Villarocha.33 La ceremonia se llevó a cabo en la iglesia de El
Sagrario de la ciudad de Quito, siendo Sucre representado por su amigo el coronel Vicente
Aguirre, mientras que los padrinos de la boda fueron los marqueses de San José: Manuel de
Larrea y Jijón y su esposa Rosa de Carrión y Velasco, que resultaban además tíos maternos
de la novia.33Ese mismo año, el 7 de junio, en Chuquisaca, nació Pedro Ceśar de Sucre y
Rojas, fruto de otra relación de Sucre con María Manuela Rojas. 32
El primer encuentro de la pareja ya como matrimonio se dio el domingo 28 de septiembre en la
Hacienda Chisinche, propiedad rural de la Marquesa cerca de Machachi, al sur de la capital, y
que a futuro se convertiría en una de las favoritas del Gran Mariscal.34 Al día siguiente se
dirigieron a la ciudad de Quito, en donde Sucre había adquirido previamente la Mansión
Carcelén, que había pertenecido a su difunto suegro y a la que había ordenado varias
refacciones.34 Desde entonces la cotidianidad de la pareja transcurrió entre la mansión de
Quito y las estadías temporales en el Palacio de El Deán, en medio de un ambiente apacible y
al margen de las intrigas políticas.35
El 10 de junio nació la única hija de la pareja, bautizada al día siguiente en la iglesia de El
Sagrario con el nombre de Teresa en honor a sus dos abuelas, los padrinos de la pequeña
fueron el general Juan José Flores y su esposa Mercedes Jijón de Vivanco, esta última
resultaba además prima segunda de Mariana Carcelén.36 En una misiva posterior, Simón
Bolívar le expresó su descontento a Sucre por no haberlo escogido a él como padrino, por lo
que se disculpó alegando que se trataba de una promesa previa que le había hecho a Flores
en el campo de batalla de Tarqui.36 Lamentablemente la niña no alcanzaría la edad adulta,
pues dos años y medio más tarde, ya cuando Sucre había fallecido, la niña murió de
afecciones estomacales, una causa común entre los niños de la época, aunque existen
versiones en las que se culpa directamente de la muerte de la niña al General Isidoro Barriga
(segundo esposo de la Marquesa posterior al fallecimiento del Mariscal Sucre) quien jugando
un día con ella, la habría lanzado desde el primer piso de la casa ubicada en el hoy Centro
Histórico de Quito (Mansión Carcelén) , muriendo ella de un traumatismo craneal, aunque esta
versión ha sido desmentida por miembros de la familia Carcelén, siempre quedaron dudas del
comportamiento de Barriga posterior a la muerte de Sucre visitando continuamente a su viuda,
algo muy mal visto por la sociedad de la época y por el hecho de que al morir Teresa Sucre la
fortuna de la Marquesa quedaría en manos de él y sus descendientes. .3738

Guerra de la Gran Colombia con Perú[editar]


Véase también: Intervención peruana en Bolivia de 1828

La guerra grancolombo-peruana (1828–1829) fue un conflicto armado que enfrentó a la


República de Gran Colombia contra la República del Perú por el dominio
de Quito (hoy Ecuador) y otras zonas reclamadas por Perú. Se inició con la intervención
peruana de Bolivia y culminó con la batalla del Portete de Tarqui y el Tratado de Guayaquil.39
Las relaciones con el Perú habían sido tirantes desde principios de 1827 cuando una revuelta
en Lima derrocó al régimen establecido allí por Simón Bolívar antes de su regreso a casa.40
Tras la independencia definitiva del Perú, el país estaba en buena parte bajo el protectorado
de la Gran Colombia por órdenes de Simón Bolívar, que controlaba estrechamente sus
asuntos. Además, todavía estaba acantonada en Lima la 3ª División del ejército
grancolombiano que había colaborado en la independencia. Bolívar hubo de abandonar
el Perú en 1826, para intentar solucionar los graves problemas que se planteaban en la Gran
Colombia.41 Este hecho fue aprovechado por destacados miembros del gobierno y el ejército
peruano para liberarse de la influencia colombiana, y poder incluir dentro del territorio nacional
a la nueva República de Bolivia (el antiguo Alto Perú), así como el departamento colombiano
de Azuay (correspondiente a la actual parte meridional del Ecuador, con capital en Cuenca), y
la ciudad de Guayaquil, donde una parte influyente de la burguesía apoyaba su incorporación
al Perú. En junio de 1827 las elecciones legislativas proclamaron presidente del Perú al
general José de La Mar.42
Monumento a Antonio José de Sucre en el Panteón Nacional de Venezuela.

Mientras tanto, Simón Bolívar estaba convencido de que el Perú estaba dispuesto a promover
problemas, con el preciso objetivo de anexarse la República de Bolivia, Guayaquil y
posiblemente, más territorio grancolombiano. Existían también desacuerdos concretos en
cuanto a cuestiones fronterizas entre los dos países, el pago de 7 595 747 pesos, como deuda
por la guerra de la emancipación, y la entrega de los territorios peruanos de Tumbes, Jaén y
Maynas. Las negociaciones diplomáticas con Bolívar fracasaron, y el 3 de julio
de 1828 la Gran Colombia le declaró la guerra al Perú. El 28 de noviembre de 1828 La Mar
penetró en territorio grancolombiano y ocupó gran parte del departamento de Azuay, La Mar
ocupó también Guayaquil, evacuada por el almirante general grancolombiano Juan Illingworth
Hunt a la espera de refuerzos.43 Tras el bloqueo de Guayaquil, el Perú había ganado la guerra
en el mar.44
Ante la situación, el mariscal Sucre, entonces ya de vuelta a Quito tras renunciar a la
presidencia boliviana, concentró el ejército del Sur de la Gran Colombia cerca de Cuenca para
presionar a las tropas peruanas, que había sido ocupada el 10 de febrero de 1829. Después
de un breve encuentro cerca de la población de Saraguro, donde la vanguardia
grancolombiana derrotó a un destacamento peruano, el 27 de febrero tuvo lugar el encuentro
principal entre los dos ejércitos. Al ejército peruano lo integraban 5000 soldados45 y al
grancolombiano, 4200.46

La batalla de Tarqui[editar]
La batalla del Portete de Tarqui se libró el 27 de febrero de 1829 en el llamado Portete de
Tarqui, a pocos kilómetros de Cuenca, entre tropas de la Gran Colombia, comandadas por
Antonio José de Sucre, y tropas peruanas comandadas por José de La Mar. El combate duró
media hora, donde el ejército colombiano batió a las fuerzas peruanas.47 La victoria
grancolombiana se debió en buena parte al enfrentamiento por separado contra cada batallón
del ejército peruano, que en ningún momento actuó de forma unitaria y dejó sus batallones
aislados los unos de los otros. El resultado de la batalla hizo que el general La Mar dispusiera
el repliegue del ejército hacia Girón.
Sucre, no satisfecho con este resultado, envía a un oficial de Estado Mayor, con el objeto de
negociar con La Mar, siendo aceptado por el presidente peruano y el 1 de marzo, en el campo
de Girón, se firma el convenio de Girón que es ratificado por los generales Flores y O'Leary,
por parte de la Gran Colombia y Gamarra y Orbegoso, por parte del Perú.48
El convenio de Girón y el tratado de Guayaquil[editar]
De acuerdo al convenio de Girón, las fuerzas peruanas se habrían de retirar de la provincia del
Azuay y abandonar todas las plazas ocupadas. Si bien las fuerzas peruanas se retiraron La
Mar se negó a entregar Guayaquil y, de hecho, se preparaba para iniciar una nueva ofensiva.
Sin embargo, la guerra acabó inesperadamente con un golpe de estado por parte de Agustín
Gamarra y otros jefes peruanos en Lima que derrocó a La Mar. El nuevo gobierno cesó las
hostilidades y entregó Guayaquil el 20 de julio. El 22 de septiembre de 1829 se firmó un
tratado de paz en Guayaquil, donde se estableció:

 Se reconocen por límites los mismos que tenían antes de su independencia los antiguos
Virreinatos de Nueva Granada y el Perú, con las variaciones que juzguen convenientes
acordar entre sí.
 Se debería nombrar una Comisión de dos personas por cada República para que
recorrieran, rectificaran y fijasen la línea divisoria, trabajos que se debían iniciar 40 días
más tarde de haber sido ratificado el tratado por ambos países. El trazo de la línea
comenzaría en el río Tumbes.49
 El Perú pretendía apropiarse de Tumbes, Jaén y Maynas, que eran indiscutidamente de
la Gran Colombia, la cual conservaba Guayaquil.50

La Gran Colombia[editar]

Mapa de la Gran Colombia. El Mariscal Sucre compartía la visión política de Bolívar y la unidad de la
America Hispana.

Después de que Sucre acudiera en ayuda de la Gran Colombia, marchó a Bogotá en un


momento en que el país se encontraba ya en proceso de desintegración, fundamentalmente
por movimientos separatistas como el de la Cosiata en su natal Venezuela.51 En la reforma
constitucional de 1830 en la Gran Colombia, sus enemigos logran poner la norma que para ser
presidente o vicepresidente se debían tener 40 años (Sucre tenía 35). Y también es muy
probable que esto haya sido la causa de su asesinato. Con Sucre vivo, continuaría la visión
política de Bolívar y la unidad de la Gran Colombia. Simón Bolívar, el cual describió la
grandeza de Sucre con una biografía en la cual quedan plasmadas citas como ésta:
El General Sucre es el Padre de Ayacucho: es el redentor de los hijos del Sol; es el que ha roto las
cadenas con que envolvió Pizarro el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie
en el Pichincha y el otro en el Potosí, llevando en sus manos la cuna de Manco-Capac y contemplando
las cadenas del Perú rotas por su espada.52

Últimos días[editar]
La Muerte de Sucre en Berruecos (1895) obra de Arturo Michelena.

La quiteña Mariana Carcelén de Guevara, esposa del Mariscal Sucre.

Estatua de Sucre en la localidad bogotana de Chapinero, obra de Raoul Verlet.

Sucre era conocido en el ejército con los apodos de “Mulei” o “Mulengue”, alusión que hizo el
general Luis Urdaneta, cuando escribió a Juan José Flores desde Tocaima 19 días antes del
asesinato: “... A García, el diputado por Cuenca, le instruí de todo lo que debía decir a Ud. y
ahora le añado que es preciso que Ud. redoble su vigilancia con el M...”. Tres días antes de su
muerte, el periódico "El Demócrata" de Bogotá publicó un artículo en el que se expresaba:
“Acabamos de saber con asombro, por cartas que hemos recibido por el correo del Sur, que el
general Antonio José de Sucre ha salido de Bogotá... Las Cartas del Sur aseguran también
que ya este general marchaba sobre la provincia de Pasto para atacarla; pero el valeroso
general José María Obando, amigo y sostenedor firme del Gobierno y de la libertad, corría
igualmente al encuentro de aquel caudillo y en auxilio de los invencibles pastusos. Puede que
Obando haga con Sucre lo que no hicimos con Bolívar...”
De lo anterior, se deduce que el asesinato del Mariscal Sucre fue planificado y ejecutado en
las Montañas de Berruecos - Arboleda (Nariño) cerca de San Juan de Pasto. En el lugar del
crimen permaneció su cadáver por más de 24 horas hasta que los pobladores de las
localidades cercanas le dieron sepultura. Si el Mariscal Sucre se hubiese ido por
Buenaventura, allí lo esperaba el general Pedro Murgueitio para darle muerte; si optaba por la
vía de Panamá lo acechaba el general Tomás Herrera, y desde Neiva lo vigilaba el
general José Hilario López. El Libertador, Simón Bolívar, al saber del asesinato, expresó en
una carta: “...Yo pienso que la mira de este crimen ha sido privar a la patria de un sucesor
mío...¡Santo Dios! ¡Se ha derramado la sangre de Abel!... La bala cruel que le hirió el corazón,
mató a Colombia y me quitó la vida".
Durante mucho tiempo se corrió la noticia de que fue el general Juan José Flores, compatriota
y compañero de gestas independentistas, quien había ideado el crimen, debido a la simpatía
del pueblo quiteño al Mariscal y la posibilidad de este, al radicarse en Quito con su esposa y
su hija, de convertirse en el primer presidente del Ecuador –como ocupó las presidencias de
Bolivia y Perú–, cargo que ocupó Flores desde 1830. Simón Bolívar le escribió una carta a la
viuda de Sucre agradeciéndole el ofrecimiento de conservar la espada de su esposo, el 5 de
noviembre de 1830. De esta manera, ella cumplió con una de las cláusulas del testamento de
Sucre; sin embargo Bolívar, en el suyo, ordenó que la espada del prócer le fuese devuelta a
ella. Los restos del Mariscal Sucre fueron llevados a Quito por su esposa y mantenidos en
secreto en el Palacio de El Deán, una propiedad familiar ubicada en el Valle de los Chillos, en
las afueras de Quito. En 1832 y cumpliendo la voluntad de Sucre, que deseaba ser enterrado
en la capital ecuatoriana, fueron depositados en secreto en el Convento del Carmen Bajo.
En 1900, durante la presidencia del general Eloy Alfaro, fueron llevados a la Catedral
Metropolitana de Quito, donde ocupan una capilla. Una anciana religiosa, que había
escuchado de sus antecesoras la historia, relató al arzobispo de Quito, Federico González
Suárez, que la Marquesa de Solanda visitaba siempre el altar en donde fueron colocados los
restos. Alertado el Gobierno de esto, solicitó a la Facultad de Ciencias Médicas de la
Universidad Central del Ecuador se nombre una junta médica forense la misma que reconoció
el esqueleto encontrado, y lo identificó por las heridas de bala en el cráneo y en brazo,
producto del crimen de Berruecos y la revuelta en Bolivia. Sin embargo no existe consenso
respecto al paradero de los restos del Gran Mariscal ya que a inicios del siglo XX, la primera
mujer que ingresó a la Academia de Historia de Venezuela, Lucila Luciani afirmó en su texto
"Maravillosa historia de unos restos" la imposibilidad de que los restos del gran mariscal
Antonio José Sucre estuvieran en Ecuador y desglosó una serie de argumentos para afirmar
que los restos aún estarían en Colombia, aunque esto no pasa de ser simples elucubraciones.
El catafalco que contiene los restos del Gran Mariscal, está hecho de andesita del volcán
Pichincha, y el mausoleo está decorado con alegorías de la Independencia, La Libertad y la
Victoria. El Gobierno venezolano donó una réplica de la espada del Libertador, que se
encuentra en la pared del mausoleo. Periódicamente, la Guardia de Granaderos de Tarqui,
que custodia el cercano Palacio de Gobierno, rinde honores a los héroes.
Tumba del Mariscal Antonio José de Sucre en la Catedral Metropolitana de Quito

En su honor fue bautizada la capital de Bolivia, el estado donde nació y varios municipios en
Venezuela, un departamento de Colombia, el aeropuerto internacional y varios barrios de la
ciudad de Quito y la moneda antigua del Ecuador. La Escuela Militar de Ingeniería de Bolivia,
que forma ingenieros civiles y militares a nivel universitario, porta su nombre igualmente.
Última carta a Bolívar[editar]
El día 8 de mayo de 1830, el Mariscal Sucre envió desde Bogotá a Simón Bolívar, una misiva
con este texto:
Cuando he ido a casa de Ud. para acompañarlo, ya se había marchado. Acaso es esto un bien, pues
me ha evitado el dolor de la más penosa despedida. No son palabras las que pueden fácilmente explicar
los sentimientos de mi alma respecto a Ud.; Ud. los conoce, pues me conoce mucho tiempo y sabe que
no es su poder, sino su amistad la que me ha inspirado el más tierno afecto a su persona. Lo
conservaré, cualquiera que sea la suerte que nos quepa, y me lisonjeo que Ud. me conservará siempre
el aprecio que me ha dispensado. Sabré en todas circunstancias merecerlo. Adiós, mi general, reciba
Ud. por gaje de mi amistad las lágrimas que en este momento me hace verter la ausencia de Ud. Sea
Ud. feliz en todas partes y en todas partes cuente con los servicios y con la gratitud de su más fiel y
apasionado amigo.
A.J. de Sucre

Varios años después, el investigador Jorge López Falcón encontró en la Biblioteca Nacional
de Venezuela, un documento manuscrito escrito en Bogotá el día 25 de mayo de 183031 que
es otra carta que, en apariencia, dirigió a modo de despedida el Mariscal Sucre a Simón
Bolívar, cuyo texto es el siguiente:
Bogotá, Mayo 25 de 1830
Mi querido Bolívar:
De pronto partir para Quito donde está el reposo tan deseado y al alejarme de todas las luchas políticas,
quiero antes avisarle mi adiós y mi eterno cariño. Dios bien sabe cuánto hemos luchado por la libertad
de todas estas tierras y cuán mal nos han pagado. Sé que al alejarme no me guía ningún síntoma de
cobardía y de traición, sólo el gran amor y cariño a mi esposa e hija, las cuales hace mucho tiempo que
no abrazo, me obligan a ello y también para dejar el puesto a todos nuestros enemigos, que con sus
apetitos y sus falacias llevan la República al caos y a la ruina.
Allá, en el remanso de [palabra rota] da pu [palabra rota] la, en la belleza de mi [ilegible]. Sie[mpre roto]
[ten]drá usted, noble y viejo amigo un puesto de honor, y [palabra rota] no de quien lo quiere de veras.
A.J. de Sucre

Sin embargo, el historiador Tomás Straka llamó la atención sobre tres aspectos de esta
misiva: en primer lugar, la confianza con que Sucre trató a Simón Bolívar a quien siempre
llamó "Su Excelencia"; en segundo, el estilo de redacción inusual y en tercero, la propia fecha
del documento ya que, de haber sido escrito en la fecha declarada, no hubiera podido llegar el
4 de junio al sitio donde el prócer fue asesinado, ya que solo se contaba con traslado a
caballo, como único medio de transporte en esa época.
Sucesor:
Predecesor:
José María Pérez de
Simón Bolívar
Urdininea
Presidente de Bolivia
1825 - 1828

Sucesor:
Predecesor:
José Bernardo de Torre
José de la Riva Agüero
Tagle
Presidente de la República
Presidente de la República
del Perú Jefe Supremo Militar del Perú del Perú
1822 - 1823
Sucesor:
Predecesor: Gran Mariscal de Ayacucho
Mariana Carcelén de
Cargo creado 1825 - 1830
Guevara y Larrea53
Ezequiel Zamora
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Para otros usos, véase Zamora (desambiguación).

Ezequiel Zamora

Jefe de Operaciones de Occidente

1856-1860

Sucesor Juan Crisóstomo Falcón

Información personal

Apodo General del Pueblo Soberano

Nacimiento 1 de febrero de 1817


Cúa, estado Miranda, Venezuela

Fallecimiento 10 de enero de 1860 (42 años)


San Carlos estado Cojedes, Venezuela
Causa de la
Herida por arma de fuego
muerte

Lugar de
Panteón Nacional de Venezuela (Venezuela)
sepultura

Nacionalidad Venezolana

Partido
Liberal
político

Familia

Cónyuge Estefanía Falcón Zavarce

Pareja Bibiana González

Hijos Nicolás Zamora Gonzáles


Bibiana González

Información profesional

Ocupación Militar, político

Rango General (1846)


Primer Comandante de Milicias (1849)
Comandante de Armas de la provincia de
Coro (1851)

Jefe de Operaciones del Ejército Federal de


Occidente (1856-1860)

Conflictos Insurrección Campesina de 1846


Guerra Federal

[editar datos en Wikidata]

Ezequiel Zamora (Cúa, Miranda, 1 de febrero de 1817-San Carlos, Cojedes, 10 de


enero de 1860)1 fue un político y militar venezolano, uno de los principales protagonistas de
la Guerra Federal que venció al ejército conservador en la batalla de Santa Inés.2

Índice

 1Biografía
o 1.1Familiares
o 1.2Carrera política
o 1.3Guerra Federal
o 1.4Fallecimiento
 2Vida sentimental
 3Legado
 4Referencias
 5Bibliografía
 6Enlaces externos

Biografía[editar]
Familiares[editar]
Zamora era descendiente de inmigrantes españoles de las Islas Canarias, donde se
caracterizaban por la actividad comercial, que era visto por la clase acomodada como un oficio
vil. Sus hermanos fueron Antonio, Carlota, Genoveva, Raquel y Gabriel. Fue hijo de José
Alejandro Zamora Pereira, quien luchó y murió en la Guerra de Independencia, y de Paula
Correa Rodríguez. El bisabuelo de Zamora fue Francisco León Zamora, un canario dedicado a
la venta de ganado en los llanos. Su abuelo, Juan Zamora de León, también canario, se radicó
en Villa de Cura en 1761 con Margarita Pereira, de cuya unión nace el padre de Zamora,
Alejandro Zamora Pereira.3.
Carrera política[editar]
La madre de Zamora decide trasladarse con sus hijos de Cúa hacia Villa de Cura, donde
Ezequiel se dedica al comercio e inicia una pulpería. Al ver el descontento popular durante el
gobierno del general José Antonio Páez, producto de la crisis económica en la década de
1840 por la caída internacional de los precios del café, Zamora se une al partido Liberal.
Decide participar en las elecciones de 1846 junto a Antonio Leocadio Gúzman, pero
imposibilitado de votar y ante el boicot del gobierno conservador, se alza con los campesinos
en armas en los valles de Aragua el 7 de septiembre en la insurrección campesina de 1846, la
cual se extendió a nivel nacional, se le atribuye a Zamora la arenga: ¡Tierra y hombres
libres! en la revuelta en Guambra.4 La falta de organización del alzamiento, así como la
derrota y fusilamiento del Indio Rangel y el apresamiento de Zamora, culmina la rebelión. El
alzamiento le ganó el nombre a Zamora de «General del Pueblo Soberano».5
Escultura de Ezequiel Zamora en ocasión de la inauguración del tren de Cúa.

En 1848 Zamora es liberado por la amnistía del presidente electo José Tadeo Monagas, quien
rompió con el paecismo, y lo incorporó a sus filas con el rango de primer comandante de las
milicias para enfrentar el levantamiento de José Antonio Páez y Carlos Soublette en los llanos
centrales, en respuesta al Asalto al Congreso ese año. En 1849, los caudillos regionales
apoyan a Monagas y derrotan a Páez en la Batalla de los Araguatos, poniendo fin a la guerra
civil de 1848-1849. En 1851 el presidente José Gregorio Monagas nombró a Zamora
comandante de armas de la provincia de Coro.
El académico y antiguo rector de la Universidad de Los Llanos, Adolfo Rodríguez Rodríguez,
describe en su libro de la Academia Nacional de Historia La llamada del fuego que para 1853
Zamora era propietario de esclavos en Ciudad Bolívar, aunque según el historiador José Sant
Roz no existen pruebas que lo demuestren.6 En 1854 Zamora participó en los debates y
discusiones sobre la ley de abolición de la esclavitud, donde propuso la entrega de tierras
productivas a los esclavos, solicitud rechazada por la mayoría del Congreso que
contrariamente aprobó el pago de una indemnización por cada esclavo liberado.7 El 24 de
noviembre, ocho meses después del decreto de abolición de la esclavitud el 24 de marzo, le
pidió a la Junta de Abolición en Ciudad Bolívar que se le pagaran «los valores que me
corresponden como propietario que fui de los esclavos».8
En 1858 Julián Castro, quien tenía el cargo de comandante en jefe del ejército, se alza contra
el gobierno de los Monagas y lo derroca en la Revolución de Marzo. Zamora y muchos líderes
del partido liberal, junto con los Monagas, son expulsados del país. Julián Castro le cede el
poder al partido conservador liderado por José Antonio Paéz, quién regresa al país.9
Por otro lado, Ángel Capelletti y Carlos Rama describen que el pensamiento del socialista
libertario Pierre-Joseph Proudhon influyó en Ezequiel Zamora.10 Igualmente, de acuerdo
con Laureano Villanueva, Zamora tenía ideas socialistas11 y «no estaba haciendo guerras
para imponer gobernantes a los pueblos, sino al revés, para que los pueblos se gobernaran
por sí, pues era de este modo como él entendía el liberalismo y la Federación».12
Guerra Federal[editar]
Artículo principal: Guerra Federal

Monumento a la Federación Venezolana. En la derecha Ezequiel Zamora y en la izquierda Juan


Crisostomo Falcón.
En las Antillas y en Nueva Granada muchos exiliados y otros desterrados se reorganizan bajo
la dirigencia de Juan Crisóstomo Falcón. Zamora desembarca en Coro en febrero de 1859
como jefe de operaciones de occidente y el 20 de febrero de 1859, con el Grito de la
Federación, comienza la Guerra Federal, alzándose en armas las provincias de
Coro, Barinas y Apure. Zamora organiza un gobierno provisional de Venezuela el 26 de
febrero de 1859 y dirige al ejército federal. El 23 de marzo de 1859 triunfa en la batalla de el
Palito, a partir de la cual planifica sus movimientos hacia los llanos occidentales, toma San
Felipe el 28 de marzo, y se reorganiza la provincia como entidad federal con el nombre
de estado Yaracuy. El 14 de junio de 1859 toma la plaza de Barinas, donde recibe el título
de Valiente Ciudadano. Mientras las fuerzas del gobierno conservador retrocedían a San
Carlos, Zamora invadió Guanare y Barquisimeto, aunque rápidamente se refugió
en Portuguesa tras hacerse de un considerable botín.13 El 10 de diciembre de 1859 empieza
la batalla de Santa Inés, en la cual derrota al ejército conservador; victoria decisiva en el
proceso de la Guerra Federal. Después de Santa Inés, Zamora se dirige hacia el centro del
país con 3.000 soldados de infantería y 300 jinetes a través de Barinas y Portuguesa, pero
antes de aproximarse a Caracas decide atacar San Carlos, cuya plaza principal estaba
defendida por el comandante Benito Figueredo con 700 hombres.14
Fallecimiento[editar]
Véase también: Asedio de San Carlos

Durante las acciones preliminares para la toma de la plaza el 10 de enero de 1860, Ezequiel
Zamora recibe un balazo en la cabeza, causándole la muerte a los 42 años. Algunos creen
que debido a rivalidades dentro del mismo partido liberal, los responsables del asesinato
fueron Juan Crisostomo Falcón o Antonio Guzmán Blanco, quienes veían a Zamora como un
rival para la toma del poder en Caracas; sin embargo las verdaderas causas siempre
quedaran en el misterio.15 Según las crónicas, Zamora se disponía a supervisar la
construcción de una trinchera. Según un testigo presencial, cuando se detuvo a inspeccionar
los trabajos, quedó «dando el frente precisamente al enemigo que se encontraba en las torres
de la Concepción, como de dos o tres cuadras de distancia por elevación». En ese momento,
«improvisamente, fue herido, cayendo su cuerpo en este lugar, de donde lo recogieron sus
edecanes, y pasándolo por el agujero abierto lo llevaron a la casa de la familia Acuña…»16 De
acuerdo con el testigo, Zamora era un blanco obvio al ser conocido, estar al descubierto y ser
el único con uniforme. En su testimonio afirma que el balazo penetró por la parte inferior del
ojo derecho con orificio de salida en la base del cráneo. Fue sepultado en la madrugada del
día siguiente en el solar o patio trasero de la casa.17 Para evitar la desmovilizacion en el
avance sobre los godos se ocultó la muerte, pero la información se difundió. Tras la muerte de
Zamora, Juan Crisóstomo Falcón comenzó el avance hacia la ciudad de Valencia con la
intención de tomarla. Sin embargo las tropas rebeldes estaban muy debilitadas tras el asedio
de San Carlos a la vez que los conservadores comenzaban a recibir refuerzos, por lo que
Falcón tuvo que evitar en varias ocasiones el combate con las tropas gubernamentales y
desviarse a Apure. Finalmente, en febrero de 1860 se produjo un enfrentamiento conocido
como batalla de Coplé, resultando en una victoria conservadora.18 La Guerra Federal culminó
con el Tratado de Coche entre los conservadores y los federales.19
Lápida de Ezequiel Zamora en el Panteón Nacional.

Antonio Guzmán Blanco dejó asentado en su memoria durante su retiro en París que se
realizara el traslado de los restos de Ezequiel Zamora al Panteón Nacional.20 Existen dos
versiones más de su entierro: el historiador Manuel Landaeta Rosales indica que el cuerpo de
Zamora fue enterrado en Los Teques después de que el presidente Guillermo Tell
Villegas exhumó sus restos en San Carlos para darles sepultura trasladándolos en una
comitiva a Caracas. Se pierde el rastro en La Victoria, por lo cual hace presumir que los restos
no son los que están en el Panteón y están en la Iglesia de San Felipe de Neri de Los Teques.
Otra versión apunta a que durante la Revolución Azul, donde José Tadeo Monagas retorna al
poder y su sustituto José Ruperto Monagas toma la ciudad de San Carlos, dos de sus
generales, Desiderio Escobar y Ramón García, compañeros de Zamora en la toma de la
ciudad años antes, deciden ubicar y exhumar los restos con la intención de llevarlos a Caracas
y rendirle honores póstumos.21

Vida sentimental[editar]
Zamora tuvo una relación con Biviana González de la cual nació Nicolás Zamora González.
Tiempo después se casa el 4 de julio de 1856 con Estefanía Falcón Zavarce, hermana del
militar y político Crisóstomo Falcón. Se residenciaron en Coro, estado Falcón, junto con sus
hijos adoptivos.22

Legado[editar]
En Caracas, se renombró la plaza del Calvario como Ezequiel Zamora.23
En 2009, se estrenó la película Zamora, tierra y hombres libres dirigida por Román Chalbaud,
producido por la Villa del Cine y protagonizada por Alexander Solórzano como Ezequiel
Zamora.24

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