Flensburg, el último reducto nazi
Por Adrián de Blas Ruiz - noviembre 17, 2017
Estamos en mayo del año 1945. Toda Alemania está ocupada por los aliados… ¿Toda? ¡No! Una
aldea poblada por irreductibles nazis resiste todavía (y por 21 días) al invasor. Bienvenidos a
Flensburg, la última capital de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, donde el
almirante Karl Dönitz intentará eludir el destino de Hitler y otros muchos nazis en Berlín.
Introducción
La historia de este gobierno comienza a gestarse a comienzos de abril de 1945, cuando la situación
alemana en la Segunda Guerra Mundial estaba en un punto de no retorno. En esas fechas, Adolf
Hitler, Reichsführer de la Alemania nazi, encarga a Heinrich Himmler, jefe de las SS, la búsqueda
de una capital alternativa a Berlín donde poder trasladar el gobierno nazi ante la inminente llegada
de los aliados. A los pocos días, Himmler presentó a Hilter la única posibilidad factible: la ciudad
de Flensburg. Situada en el norte de Alemania, en la frontera con Dinamarca, Flensburg era sede de
la Escuela de Marina de Guerra (Kriegsmarineschule), contaba con un puerto militar importante y
no estaba muy lejos del gran puerto nazi en el Báltico: Kiel. Por tanto, su valor militar y su posición
norteña, alejada del frente de combate, pues los aliados habían pasado de largo, la convertían en la
capital ideal.
El 20 de abril, día del cumpleaños de Hitler, éste aprueba la orden de evacuación del gobierno a la
ciudad de Flensburg. Solamente el propio Hilter, Joseph Goebbels (Ministro de Propaganda) y
Martin Bormann (Ministro de la Cancillería) permanecieron en Berlín. El resto de ministros
lograron escapar de los aliados y se reunieron, por primera vez, en Eutin, a unos 130 Km al sur de
Flensburg. En estas primeras sesiones, el almirante Karl Dönitz actuó como Presidente del Consejo
de Ministros. Himmler, mientras tanto, había viajado a Lübeck y estaba intentado que los daneses
mediaran entre los aliados y el gobierno nazi para lograr una amnistía, algo que tanto Hitler como
Dönitz vieron como una traición. Días después, el 30 de abril de 1945, Adolf Hitler se suicida en su
búnker de Berlín ante la desesperada situación en la todavía capital germana. La noticia llega a
Eutin a las 18:35 horas. Al día siguiente, Dönitz recibió un telegrama: había sido nombrado
Reichspräsident (y Comandante en Jefe de la Wehrmacht) en sustitución de Hitler, siguiendo la
Orden Ministerial del 13 de diciembre de 1934 que permitía a Hitler designar libremente a su
sucesor al frente del Reich en caso de muerte o incapacidad permanente.
Es importante mencionar que Dönitz no fue nombrado Reichsführer, título que sólo podía ostentar
Hitler a pesar de su muerte, sino Reichspräsident (Presidente del Reich), cargo que en su momento
perteneció a Paul von Hindenburg y que fue abolido en 1934. La noticia se hizo pública a través de
un discurso por radio dado por el propio almirante.
Dönitz convocó una sesión de urgencia a primera hora del día 2 de mayo de 1945. En ella, el
veterano almirante fue reconocido como sucesor de Hitler, se aprobó el traslado inmediato de la
sede del gobierno a Flensburg (pues británicos y soviéticos estaban avanzando ya hacia su posición
en Eutin) y se dieron las directrices que el gobierno de Dönitz iba a seguir: la guerra estaba perdida,
la capitulación era inminente, el objetivo, por tanto, era salvar de la muerte o la detención a tantos
soldados alemanes como fuera posible, evacuándoles desde Flensburg en barco, mientras se
intentaba negociar unas condiciones de paz mínimamente favorables para la Alemania nazi.
Gobierno de Flensburg
El gobierno de Dönitz estableció su sede en el edificio de la Kriegsmarineschule, situado en
Mürwik, a las afueras de Flensburg. Para situarnos mejor, Flensburg se encuentra en el extremo
interior del conocido como “Fiordo de Flensburg”, una lengua de mar de unos 40 km de longitud
que además sirve como frontera natural entre Alemania y Dinamarca. A unos cinco kilómetros del
centro de Flensburg se sitúa el barrio de Mürwik, donde se encuentra el edificio que Dönitz y el
resto de los miembros del gobierno de la Alemania nazi ocuparán. Decir que el Dönitz realizó el
viaje entre Eutin y Flensburg en la limusina Mercedes de Hitler.
Edificio de la Kriegsmarineschule en Mürwik-Flensburg
El día 3 de mayo de 1945 se estableció el Sonderbereich Mürwik, o “Territorio Especial de
Mürwik”, que ocupaba unos 14 km2, como zona de actuación del gobierno, y que contaba con una
fuerte defensa militar. Torres de defensa antiaérea, lanzaderas de torpedos, barracones, varios
arsenales e incluso un pequeño campo de trabajos forzados, formaban parte del último dominio
efectivo de Dönitz y su gobierno.
Sonderbereich Mürwik
Conociendo la posición de su enemigo, los aliados ordenaron una serie de bombardeos aéreos sobre
el Sonderbereich Mürwik. El primero de ellos, la noche del 3 al 4 de mayo, el centro de Flensburg
se vio afectado. Cayeron unas 250 bombas matando a un total de 56 personas, todas ellas civiles, de
las cuales 20 eran niños. La mayoría de ellos fueron enterrados en una fosa común, ya que a la
ciudad habían huido varios miles de alemanes y era imposible su identificación. El suministro de
electricidad de la ciudad quedó cortado y algunos vecinos, al amanecer, colgaron sábanas blancas
de las ventanas y balcones, en señal de rendición. Al día siguiente, el día 4, se produjeron nuevos
bombardeos, esta vez sí sobre Mürwik, afectando a varios barcos y submarinos y muriendo dos
soldados.
La situación forzó a Dönitz a solicitar al Almirante Mayor Hans-Georg von Friedeburg,
Comandante en Jefe de la Marina de Guerra alemana, que entablara negociaciones con los aliados.
Von Friedeburg viajó, junto con una delegación, a Wendisch Evern, un pequeño pueblo cerca de
Lüneburg, a unos 220 Km al sur de Flensburg. Allí, von Friedeburg se reunió con el Mariscal
británico Montgomery y a la caída del sol firmaron un alto el fuego territorial, es decir, en el norte
de Alemania, Dinamarca y Holanda cesarían las hostilidades, no así en el resto de frentes. El alto el
fuego entró en vigor el día 5 de mayo de 1945 a las 8:00 de la mañana. En Holanda ese día es fiesta
nacional aún en la actualidad.
Durante los siguientes dos días, Dönitz y el resto del gobierno entablaron negociaciones con los
aliados. Dönitz intentaba por todos los medios, lograr una salida airosa del conflicto, pero la
postura del General estadounidense Eisenhower era clara: o se producía una rendición inmediata,
simultánea e incondicional de todos los frentes, o se reanudarían las hostilidades. Esta idea de la
rendición incondicional alemana ya era manejada por los aliados desde la Conferencia de
Casablanca en 1943. Dönitz no tuvo más remedio que aceptar. El General Alfred Jodl, Ministro de
Guerra, viajó a Reims, sede del Cuartel General de las Fuerzas Aéreas Expedicionarias y donde von
Friedeburg estaba intentando negociar, con la orden de Dönitz de firmar la capitulación de la
Alemania nazi, aunque pedía un margen de 48 horas para poder avisar a todos los soldados. El 7 de
mayo de 1945 a las 02:41 de la madrugada se producía la firma. Así lo anunció por radio Ludwig
von Krosigk, Ministro de Finanzas y Asuntos Exteriores del gobierno de Flensburg, al mediodía del
día 7. La guerra en Europa había concluido… por 6 horas.
Mayor Wilhelm Oxenius, General Alfred Jodl y Hans-Georg von
Friedeburg (izq. a der.) firmando la capitulación en Reims
Los soviéticos calificaron el acuerdo de capitulación de inaceptable. Aunque el General Susloparov
estuvo presente y firmó, no tenía ni el permiso ni la confirmación oficial del Comandante en Jefe de
las Fuerzas Soviéticas, el General Antonov, por lo que los soviéticos no reconocieron la validez de
la capitulación firmada en Reims y los combates en Berlín y alrededores continuaron durante el día
7 y 8 de mayo. Esto forzó a Eisenhower a viajar con la delegación alemana a Berlín y firmar una
nueva y definitiva capitulación, que entraría en vigor a las 23:01 del día 8 de mayo de 1945. A la
mañana siguiente, la radio de Flensburg anunciaba a los ciudadanos el “silencio de las armas” en
todos los frentes.
Hans-Jürgen Stumpff, Wilhelm Keitel y Hans-Georg von
Friedeburg (izq. a der.) firmando la capitulación en
Berlin
Sin oposición alguna, las tropas británicas avanzaron durante los días siguientes hasta Flensburg,
ocupando la ciudad pero no el Sonderbereich Mürwik, donde el gobierno de Dönitz seguía siendo
efectivo. Llama la atención que el territorio especial no estaba vallado ni protegido de manera
alguna. Sin embargo, tanto los aliados como los alemanes contaban con un mapa donde se
marcaban claramente las líneas que lo delimitaban y dicho territorio fue respetado. El día 10
llegaron los primeros carros de combate y a los tres días llegó la 159º Brigada británica al mando
del Comandante Jack Churcher. Churcher estableció su cuartel general el día 14 en el centro de
Flensburg, e izó en el tejado del edificio ocupado la bandera de guerra británica. Desde allí podía
contemplar la Kriegsmarineschule, sede del gobierno de Dönitz y en cuyo tejado hondeaba aún la
bandera de guerra alemana. A penas 3 Km en línea recta separaban un edificio de otro.
Con el conflicto, ahora sí, concluido en Europa, Dönitz puso su esfuerzo en intentar negociar con
los aliados una reconstrucción de Alemania. Pero su propuesta sería una utopía, pues los aliados no
reconocían al gobierno de Dönitz como un gobierno civil legítimo y, por tanto, carecía de autoridad
una vez firmada la paz. Por ello, los siguientes días fueron una auténtica pantomima. Dönitz y su
gabinete de gobierno se reunían cada día a las 10 de la mañana y continuaban tratando asuntos de
Estado. Se creó un Ministerio de Posguerra, se aprobó un plan para reparar las autovías más
importantes en las siguientes 6 semanas o se abolió el saludo nazi entre otras medidas.
Sin embargo, todo carecía de sentido si los aliados no les reconocían. El 18 de mayo, Dönitz
ofreció a su gabinete la posibilidad de dimitir. Ningún miembro del gobierno dimitió, pero todos se
dieron cuenta de lo absurdo que resultaba continuar. Además, más de 2000 miembros de la Gestapo
y las SS habían sido detenidos en Flensburg en los últimos cinco días por los británicos. Un barco
de guerra soviético atracó en el Fiordo de Flensburg el día 20, haciendo imposible la evacuación de
más gente. Al día siguiente, el 21 de mayo, Dönitz recibió un telegrama estadounidense donde se
informaba que los aliados disolverían el gobierno de Dönitz en las siguientes 48 horas y todos sus
miembros serían detenidos como prisioneros de guerra. En un último acto como Reichspräsident,
Dönitz ordenó la retirada de todos los retratos de Hitler y que todo el personal se preparara para
entregarse a los británicos de manera pacífica. En total había en el Sonderbereich Mürwik unas 420
personas: 350 burócratas y 70 soldados.
El martes 22 de mayo sería el último día que Dönitz y su gabinete disfrutaran de la “libertad”, pues,
al fin y al cabo, no podían salir de los 14 Km2 de Mürwik. Era Pascua, y el tiempo fue soleado, por
lo que celebraron una última comida en los jardines de la Escuela de Marina.
A las 9:45 de la mañana del 23 de mayo de 1945, en un apacible día de primavera, soldados
británicos entraron en el Sonderbereich Mürwik, deteniendo a toda persona que en él se encontrara.
Todos fueron obligados a desvestirse, registrados en busca de posibles cápsulas de veneno y luego
vestidos de nuevo. Completamente desarmados y con las manos detrás de la cabeza, comenzaron a
cubrir a pie los pocos kilómetros que separaban Mürwik del cuartel general británico en la ciudad.
Algunos, los menos, cantaban “Wir fahren gegen England” (Marchamos contra Inglaterra) mientras
“desfilaban” por Flensburg. Dönitz fue el último en salir, junto con Albert Speer, Ministro de
Economía y, en su momento, Arquitecto del Reich; Alfred Jodl, Ministro de Guerra; y el Almirante
Mayor Hans-Georg von Friedeburg. Para el anecdotario quedará plasmado que Dönitz, al
marcharse de su habitación, preguntó a los soldados cuantas maletas de equipaje podía llevarse
consigo, pues tenía un total de 12 preparadas. Los británicos sólo le autorizaron a llevarse una.
Hans-Georg von Friedeburg y Karl Dönitz rumbo al «Patria»
Los cuatro fueron conducidos a bordo del “Vaterland” (“Patria”), un barco de pasajeros alemán que
tras la firma de la capitulación había quedado bajo jurisdicción aliada. Allí, se les informó
personalmente de la disolución del gobierno, firmando una nueva acta de rendición, para von
Friedeburg la cuarta en veinte días. Quizá por ello, al acabar la firma, se quitó la vida
envenenándose en el cuarto de la lavandería.
Dönitz, Speer y Jodl fueron escoltados entonces hasta el cuartel general británico, donde una nube
de periodistas esperaba su llegada. Tal era la cantidad de periodistas, que los soldados obligaron a
Dönitz, Speer y Jodl a pasearse varias veces por delante de los fotógrafos para que todos pudieran
obtener una instantánea. Incluso, los periodistas pudieron realizar una pregunta a cada uno. Dönitz,
omitiendo la suya, respondió que quería la maleta con su ropa interior. Y así acabó el Tercer Reich.
Karl Dönitz, Albert Speer y Alfred Jodl, detenidos por los británicos.
Conclusiones
Dönitz nunca deseó el puesto de Reichspräsident, y, de hecho, liberó a sus ministros del Juramento
de Lealtad al Führer. Tampoco fue nunca miembro del NSDAP (Hitler le nombró como miembro
honorario, pero no fue militante de facto). Pero sí tenía un amplio sentido del deber y la
responsabilidad, y por ello asumió el cargo.
En un intento por frenar a los aliados y evitar que jugaran con Alemania, como finalmente sucedió,
Dönitz mantuvo la esperanza de servir como un gobierno de transición, pero no fue posible. Los
vencedores tenían clara la idea comenzar todo de nuevo, por lo que su esperanza quedó vacía.
De los nueve miembros del gobierno de Flensburg, cuatro nunca fueron juzgados. Franz Seldte
(Ministro de Educación) y Julius Dorpmüller (Ministro de Transporte) murieron por enfermedad.
Herbert Backe (Ministro de Agricultura y Alimentación) y Otto Georg Thierack (Ministro de
Justicia) se suicidaron. De los que sí llegaron a recibir su condena, Ludwig von Krosigk (Ministro
de Finanzas y Asuntos Exteriores y único no miembro del NSDAP) y Wilhelm Stuckart (Ministro
de Interior) fueron condenados a 2 años de cárcel y a su “desnazificación”. Karl Dönitz y Albert
Speer (Ministro de Economía), fueron condenados a 10 y 20 años respectivamente. Alfred Jodl
(Ministro de Guerra) fue el único condenado a muerte.
Actualmente, el gobierno de Flensburg es un hecho enormemente olvidado en la Historia, a pesar de
ser el responsable del final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Su actuación se sigue
encuadrando, a pesar de sus fallidos intentos de desmarcarse de él, dentro del nazismo, aunque
Dönitz, Speer y von Krosigk hicieron vida normal tras su paso por la cárcel (Stuckart murió en
1953 en un misterioso accidente de tráfico). Flensburg sigue siendo recordada en Alemania como el
último refugio nazi y, quizá por ello, es una de las pocas ciudades alemanas que no cuenta con un
museo de historia local. La Escuela de Marina, por cierto, sigue en funcionamiento.
Bibliografía
Miguel DEL REY y Carlos CANALES. Polvo y terror. Las Waffen SS. Ed.: Edaf, 2013. Madrid
(ESP)
Mark MAZOWER. El Imperio de Hitler. Ed.: Crítica, 2013. Barcelona (ESP)
Gerhard PAUL. Der Untergang 1945 in Flensburg. Ed.: Landeszentrale für politische Bildung
Schleswig-Holstein, 2012. Flensburg (ALE)
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doenitz-wurde-ein-medienereignis-id9781376.html
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und-ein-vergilbtes-stueck-geschichte-id9628161.html
http://www.spiegel.de/einestages/hitlers-nachfolger-a-947566.html
http://www.zeit.de/1951/45/die-21-tage-der-regierung-doenitz