LA IMPORTANCIA DEL MINISTERIO PASTORAL.
Introducción: Esta enseñanza es de suma importancia
para la Iglesia de Cristo, sobre todo para cada Iglesia
Local, sea esta una Iglesia Nueva, de pocos años, o
tenga varios años de fundación, no importando la
cantidad de miembros que ella tenga, bíblicamente e
históricamente cada Iglesia necesita tener uno o varios
pastores, los cuales tienen una función principal, que es enseñar la Palabra de Dios y guiar a la congregación.
Es necesario tomar conciencia sobre la importancia que tiene este Ministerio, cuya elección es exclusiva de Dios,
pero la confirmación de éste, es de la congregación, por lo mismo este proceso espiritual es muy serio y requiere de
mucha oración y dirección de parte de Dios.
EL MINISTERIO PASTORAL.
Es muy importante dentro de la Iglesia de Jesucristo, ya que es:
1. Un Llamado Santo
2. Una Elección exclusiva de Dios
3. Un Diseño o Plan de Dios para su Iglesia.
4. Un ministerio fundado por Jesucristo (Efesios 4:11).
Este ministerio requiere un compromiso y una responsabilidad muy grande,
por eso, quién anhela este cargo, debe estar primeramente seguro que está
siendo llamado por Dios y debe estar consciente del peso que significa este
ministerio, el cual requiere una vida de renuncia en todo sentido y entrega
hacia el prójimo.
¿Qué significa la palabra “Pastor”?
En el Nuevo Testamento (NT) esta palabra viene del griego: “poimén” y significa “cuidador de ovejas”.
El diccionario Vine lo explica así:
1. En su sentido natural, es alguien que cuida rebaños (Mateo 9:36; Lucas 2:8, 15, 20; Juan 10:2).
2. Metafóricamente, se refiere a Cristo (Mateo 26:31; Juan 10:11, 14, 16; Hebreos 13:20).
3. También en forma metáforica se refiere a aquellos que ejercen el pastorado en la iglesia de Cristo (Efesios
4:11). Los pastores conducen y apacientan la grey (Hechos 20:28), este servicio era encomendado a los
varones maduros espiritualmente, el pastoreo involucra un cuidado tierno y una supervisión llena de
atención (1ra Pedro 5:1-3).
En el NT los términos “obispos” y “ancianos” son usados como sinónimos de “pastores”.
Obispo = “episkopé” Inspección (para alivio); por implicación superintendencia; específicamente «episcopado»,
obispado, oficio, visitación.
Que viene de “episképtomai” Inspeccionar, ir a ver, relevar: – buscar, visitar.
Anciano = “presbúteros” Más anciano; específicamente miembro del sanhedrín israelita (también figurativamente
miembro del concilio celestial) o «presbítero».
¿Cuáles son las funciones más importantes del Pastor?
1. Orar y Enseñar la Palabra de Dios (1ra Pedro 5:2; Hechos 6:2-4).
2. Dirigir y representar ESPIRITUALMENTE a la Iglesia de Cristo.
3. Organizar el trabajo espiritual de la Iglesia nombrando diáconos,
equipos de trabajo, dirigentes de departamentos, colaboradores y
encargados de funciones específicas.
4. Defender la fe (Judas 1:3).
5. Cuidar al rebaño de las falsas doctrinas (1ra Timoteo 1:3; 2da
Timoteo 2:17-18; Tito 1:9-11; Mateo 7:15; Hechos 20:29).
6. Disciplinar bíblicamente a la Iglesia y a sus miembros cuando sea necesario (Mateo 18:15-18; 1ra Corintios 5:1-
4, 13; 2da Tesalonicenses 3:6-15; Tito 3:10).
7. Ayudar espiritualmente a los hermanos: aconsejando, orando, consolando, visitando, etc…
8. Celebrar los sacramentos Bíblicos: Bautismo por inmersión y Santa Cena.
9. Celebrar las ceremonias espirituales: Matrimonios, Dedicación de niños, entre otras.
10. Coordinar y fomentar actividades formativas, evangelísticas y espirituales.
¿CUÁLES SON LOS REQUISITOS BÍBLICOS PARA OCUPAR EL MINISTERIO PASTORAL?
Teniendo una idea general del significado del Ministerio Pastoral y sus principales funciones, se presentan a
continuación los requisitos más importantes que debe tener un pastor, estos deberes son excluyentes y es
necesario que quienes quieran ocupar el cargo de pastor los cumpla, porque la Palabra de Dios lo manda en 1ra
Timoteo 3:1-7 y en Tito 1:5-9.
REQUISITOS DE LOS OBISPOS (PASTORES, ANCIANOS).
“Fiel es la palabra: Si alguno anhela obispado (pastorado), buena obra desea.
Es necesario, pues, que el obispo sea irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso,
hospitalario, apto para enseñar, no adicto al vino, ni pendenciero, sino amable, apacible, no avaro, que gobierne
bien su propia casa, que tenga a sus hijos en sumisión con toda dignidad (pues si alguno no sabe gobernar su
propia casa, ¿cómo cuidará de la Iglesia de Dios?); no un neófito, no sea que, lleno de orgullo, caiga en acusación
del diablo; debiendo tener también buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito o en trampa
del diablo.”
1. ANHELAR EL OBISPADO: Se debe tener el deseo de servir en tal ministerio.
2. QUE EL OBISPO SEA IRREPRENSIBLE: Debe ser un hombre al cual el adversario no pueda acusarlo con
fundamento; ya que vive una vida ordenada y por ende, no se le puede acusar de ningún mal con
fundamento.
3. MARIDO DE UNA SOLA MUJER: Aquí sin duda alguna no permite a un hombre que practica la poligamia
que sea un anciano. Un obispo debe tener solamente una sola mujer. Además, el pasaje implica que el
celibato descalifica a una persona en tal capacidad. Hay quienes defienden el hecho de que el celibato no
descalifica puesto que el celibato no es un mal en sí. Dicen que dos de las figuras más eminentes en la
iglesia primitiva no eran casadas, Pablo siendo una de ellas. Sin embargo, en ningún lugar de las Escrituras
se nos dice de que Pablo fue anciano de la iglesia; y más aún, se sabe que Pedro sí fue un anciano (1
Pedro 5:1) y Pedro era casado.
4. SOBRIO: Debe ser un hombre con la cabeza bien sentada; que conozca bien los problemas comunes y
apto para razonar con juicio en cuanto a ellos.
5. PRUDENTE: Debe tener buen juicio y discernimiento, no impulsivo ni arrebatado, debe tener dominio
propio.
6. DECOROSO: Debe ser un hombre con buenos modales y cortés en todo su ser. Un hombre brusco y sin
educación no debe ser puesto como un anciano del redil del Señor.
7. HOSPEDADOR: Debe ser un hombre con el espíritu del bueno samaritano; siempre listo para ayudar o
servir a quien sea y en especial en los ámbitos espirituales.
8. APTO PARA ENSEÑAR: Debe tener un concepto claro de lo que es el Plan de Redención y apto para
enseñarlo a otros. Es necesario que cada anciano tenga esta cualidad importantísima; un anciano es
oficialmente un maestro en la iglesia del señor y por lo tanto, debe estar bien preparado para desempeñar
esta noble tarea.
9. NO DADO AL VINO: Que no sea un borracho.
10. NO PENDENCIERO: No debe ser un hombre contencioso sino que sea pacífico en todo sentido.
11. NO CODICIOSO DE GANANCIAS DESHONESTAS: No debe ser un hombre que gana su dinero en forma
ilegal o deshonesta.
12. AMABLE: El anciano debe distinguirse en su amabilidad y paciencia al enseñar a aquellos que se oponen
con la esperanza de que se arrepientan y reconozcan la verdad.
13. APACIBLE: No debe ser dado a la contienda, no debe ser uno que siempre esta peleando verbalmente;
sino que pacífico y, en el espíritu del gran apóstol Pablo que aunque contendía por la fe lo hacía con el
espíritu de humildad y táctica, con el fin de ganar a todos los que fueran posible para el señor.
14. NO AVARO: No debe ser un amante del dinero, pues “el amor al dinero es la raíz de todos los males.”
15. QUE GOBIERNE BIEN SU CASA, QUE TENGA A SUS HIJOS EN SUJECION CON TODA HONESTIDAD:
El obispo no solamente debe ser casado sino debe tener hijos fieles, hijos que hayan sido criados conforme
a las enseñanzas de Dios; he aquí uno de los requisitos que descalifica a muchos que pretenden ser
pastores pero que ni siquiera son casados y mucho menos tienen hijos fieles (1 Timoteo 3:5).
16. NO UN NEOFITO: No debe ser una persona que hace poco se convirtió, pues, “no sea que envaneciéndose
caiga en la condenación del diablo”.
17. BUENA FAMA: “También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera; es decir, debe tener un
buen testimonio entre los que no son cristianos, “para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo.”
LA FUNCIÓN SACERDOTAL DEL PASTOR
A modo de analogía se compara a continuación algunos aspectos del sacerdocio levítico, con las exigencias que se
hacen a los pastores del evangelio de Cristo en el NT.
El Sacerdocio del Pastor y su familia.
Cuando Moisés expone las exigencias divinas para los sacerdotes, resulta significativamente enfático el perfil
familiar de este servidor de Dios. Por ejemplo, no podía casarse con una mujer común (Levítico 21:7) o que tuviera
algún tipo de falta. Menos el Sumosacerdote (Levítico 21:13-15) quién debía contraer matrimonio con una mujer
intachable y por supuesto, virgen. Los hijos de estos ministros debían participar activamente en el ministerio de su
padre y ser el reflejo moral de la gestión de su padre. Esto se ilustra con la disposición que ordenaba que la hija
fornicaria de un sacerdote fuera quemada (Levítico 21:9), tan drásticas eras las medidas, que ni luto pudo guardar
Aarón, cuando sus hijos fueron incinerados por Dios, al comportarse de manera irreverente durante su servicio en el
santuario (Levítico 10:6). Es por eso que en el NT el Apóstol Pablo es tajante en el tema de la familia, indicando que
quién no sabe gobernar su propia casa, no podría gobernar una iglesia (Tito 1:6 y 1ra Timoteo 3:5).
Si el ministro es el portavoz de una verdad divina, ésta debe manifestarse concretamente en su propia vida y familia,
siendo un ejemplo a seguir, lo cuál le dará peso y respaldo a su predicación.
El Sacerdocio del Pastor y su conducta.
Uno de los hechos más tristes de la historia de ministerio sacerdotal, aconteció al comienzo de su ejercicio: “La
muerte de Nadab y Abiú”. Sin embargo, esta catástrofe ha servido mucho para reconocer una verdad primordial del
sacerdocio levítico; en lo que a conducta se refiere. Dios estableció una directriz: “En los que a mí se acercan me
santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado” (Levítico 10:3). Además de estar obligado a ser santo,
como todo israelita (Levítico 11:44; 19:2; 20:26), el sacerdote tenía que reflejar en su comportamiento la santidad de
Dios que representaba, a la vista de todo el pueblo. Es por esta razón que el apóstol Pablo recomienda a Tito ser
irreprensible, como administrador de Dios (Tito 1:6) y a Timoteo le recuerda que el candidato al obispado
(pastorado) debe tener un buen testimonio de los de afuera (1ra Timoteo 3:7).
El Sacerdocio del Pastor y su vocación.
En el primer día de la consagración de Aarón y sus hijos, Moisés hizo algo significativo. Llamó a toda la
congregación y dijo: “Esto es lo que Dios me ha mandado a hacer” (Levítico 8:4-5). Posteriormente, en el octavo día
de la consagración, también en un acto público, Moisés da instrucciones divinas a su hermano, con la siguiente
admonición: “…hacedlo, y la gloria de Dios se os aparecerá” (Levítico 9:6). Una vez realizado todos los rituales
respectivos, La Biblia dice que la gloria de Dios se apareció a todo el pueblo (Levítico 9:23).
El carácter público de todo el ceremonial tenía como propósito mostrar al pueblo que la designación de Aarón y su
familia, era de origen divino. La vocación ministerial de esta familia era servir a Dios.
La motivación de un candidato al ministerio pastoral debe ser una vocación santa (Efesios 4:1), y de la misma
manera que la eficacia del ministerio de Aarón y sus hijos fue puesta a prueba, el pastor también deberá rendir
algunos exámenes. Es lo que da a entender 1ra Timoteo 3:10 “Y estos también sean sometidos a prueba primero, y
entonces ejerzan el diaconado…”.
El Sacerdocio del Pastor y su mantenimiento.
Quienes nacían en la tribu de Leví no recibían herencia territorial, no podían ejercer labores semejantes a las que
realizaban el resto de sus hermanos, ya que estaban dedicados al ministerio del tabernáculo de reunión, ellos
debían confiar en Dios. Cada sacerdote del AT vivía de los diezmos de Israel, los cuáles consistían en alimentos,
esto era su remuneración por su servicio a Dios (Números 18:20-32), como podemos ver, este pago era para
sostener sus necesidades básicas y no para acumular riquezas ni propiedades, porque Dios mismo era su herencia
y su vocación y su llamado era estar ministrando en el tabernáculo.
En el NT no hay una enseñanza explícita respecto a los diezmos. Ni Jesús, ni los evangelistas, ni los apóstoles lo
exigen, no lo obligan y tampoco escriben acerca de este tema, lo que nos da a entender que no es un tema
primordial ni un mandamiento, lo que si podemos afirmar es que recurrentemente se nos enseña e invita a ser
dadivosos, entregando Ofrendas generosas para quién lo necesite, principalmente ayudando a los pobres,
sosteniendo a quienes predicaban la palabra, entre otros, se puede decir que, no es malo diezmar, pero ni la
ofrenda ni el diezmo es algo obligatorio, sino voluntario y debe realizarse con alegría, ya que es un acto de
adoración y gratitud a Dios, sin embargo, el principio de mantenimiento de los que ministran sigue vigente en el NT,
prueba de ello es que el Apóstol Pablo en 1ra Corintios 9:12-13 enseña que quienes anuncian el evangelio
deben “vivir” del evangelio, relacionándolo con Levítico, el mismo apóstol aconseja a Timoteo indicándole que “Los
ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y
enseñar.” En 1ra Timoteo 5:17-18, es significativo el concepto de trabajo, ya que el mismo Dios los “contrata” para
trabajar en su viña, por lo mismo requiere de un mantenimiento justo por parte de la congregación a la que este
sirve, sabemos que el trabajo del pastor se ha visto desvalorizado por la culpa de muchos falsos maestros que se
aprovechan del rebaño y solo se preocupan de la “lana”, pero no por esto, debemos desconocer los principios
Bíblicos, ya que el mismo Jesucristo afirma que el obrero es digno de su salario en Lucas 10:7. Todos estos
argumentos bíblicos nos enseñan que el siervo del Señor debe ser sustentado por la congregación, y si fuera
posible, estar dedicado a tiempo al ministerio, aunque también existen pastores bi-vocacionales, que equilibran el
ministerio con su trabajo secular, un ejemplo Bíblico de esto lo podemos ver en Hechos 18:1-3. El pastor beberá
manifestar reverencia, fidelidad, compromiso y austeridad en sus finanzas.
El Sacerdocio del Pastor y su mensaje.
Probablemente uno de los ministerios más trascendentes del sacerdote (además de sus funciones evidentes), es su
labor docente. En el ya citado incidente de Nadab y Abiú, Dios impuso la prohibición a los sacerdotes de ingerir
bebidas alcohólicas cuando entrasen en el tabernáculo de reunión (Levítico 10:9). Esta disposición obedecía a dos
propósitos fundamentales: que los ministros pudieran discernir entre lo santo y lo profano, lo inmundo y lo limpio y
en segundo lugar, para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les había dicho por medio de
Moisés (Levítico 10:10-11). Este encargo de perpetuar los estatutos divinos entre el pueblo requería evitar cualquier
posible distorsión de la percepción, aun el vino y la sidra.
Los pastores deben reconocer la monumental tarea que Dios les encomienda. El apóstol de los gentiles une dos
requisitos para los ministros en 1ra Timoteo 3:2-3 “…apto para enseñar, no dado al vino…” (otras versión dice: no
dados a mucho vino), se entiende que no está totalmente prohibido ingerir vino , ya que si así fuere el Apóstol Pablo
no hubiera escrito lo siguiente en 1ra Timoteo 5:23 “ya no bebas agua, sino usa un poco de vino…”. Hoy más que
nunca se requiere que los ministros del Dios Altísimo agudicen su capacidad para discernir entre lo santo y lo
inmundo, sobre todo al momento de enseñar o predicar las verdades eternas. Pablo insiste en esto a Tito
exigiéndole que el verdadero líder de la grey de Dios debe ser “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido
enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen…” (Tito 1:9).