Piano
Piano
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Dirección General de Investigación, USAC
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Música guatemalteca para piano
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Música guatemalteca para piano
Igor de Gandarias
Editor
Guatemala, 2008
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Dirección General de Investigación, USAC
786.43
De278 De Gandarias, Igor
Música guatemalteca para piano (antología siglos XIX-XXI) , --
Guatemala : USAC, DIGI, CEFOL, Cultura, 2008
250 p. : il.
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ÍNDICE
Pág.
RECONOCIMIENTOS ……………………………………………………………. 11
INTRODUCCIÓN …………………………………………………………………. 13
I. COMPOSICIONES CONTEMPLADAS
III. ANTOLOGÍA
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Impulso Romántico
4. Polonesa (1899) ………………........................ Manuel E. Moraga (1860-1924) 102
5. Electra. Vals de Salón (1909) .......…............ Herculano Alvarado (1879 -1921) 106
6. Primer Nocturno ………………….......……….… Raúl Paniagua (1897-1953) 111
7. Pequeña Balada (1954) ……………................. Felipe de Jesús Ortega (1936) 117
Música de baile
8. [Tres Contradanzas] ..………………...........….... Anselmo Sáenz (fl. ca. 1860) 119
I La Tórtola, II Venus, III Ceres
9. La Españolita. Mazurca ..……….............……... Lorenzo Morales (1833-1896) 122
Impresionismo
19. Preludio en Re (1948) ……………................... Enrique Solares (1910- 1995) 159
20. Pensamiento fugitivo No. 2 (1936) ... Oscar Castellanos Degert (1911-1972) 161
21. Mazurka No. 3 (1954) ……............ Porfirio González Alcántara (1926-1992) 165
22. La mansión del colibrí (1953) ….................….... Héctor Dávila (1927-1965) 167
(I de la Suite Mansiones)
23. Seis Preludios Op. 8 (1953) [dos números] ............ Jorge Sarmientos (1931) 170
I Allegro, II Andante cantabile
24. Corpus (1962) ....................…...……….................... Juan José Sánchez (1938) 174
(II de la Suite Motivos)
25. Sonatine Op. 10 (1968) ………….......…...…….. Enrique Anleu Díaz (1940) 177
I Modere, II Lent et triestment, III Finale
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29. Dos Ámbitos desde un Claustro ..........….............. Joaquín Orellana (1930) 193
I Violante en el claustro (1960), II Antepar (1980)
30. Fiesta (2004) .......................….........……... Juan de Dios Montenegro (1934) 196
(IV de la Sonata Op. 15)
Atonalidad y Postmodernismo
31. Rondo (1984) ........................................................... David de Gandarias (1951) 202
(III de la Sonata El Oscuro de Éfeso) [cinco secciones]
A, A1, A2, Gestual, Minimal, Postales y Nostalgias, Bagatela a la Vienesa
32. Abstracción. Sonata (1984) …...……......………..... Igor de Gandarias (1953) 208
33. Preludio 3. La Marcha de las teclas blancas (1986) Paulo Alvarado (1962) 214
34. Sonatina (2004) ………….....……….……....….............. Xavier Beteta (1980) 219
35. Estudio (2005) ………….....………....….…......…… José Juan Oliveros (1981) 226
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RECONOCIMIENTOS
El Editor
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INTRODUCCIÓN
El disco compacto que acompaña el libro, donde participan los pianistas Alma Rosa
Gaytán, Vinicio Quezada y Carlos Soto, contiene 21 piezas todas ellas nunca antes
grabadas en su versión originaria, las que al momento de ser citadas en el texto se
identifican con el número de pista correspondiente.
El estudio que antecede a las partituras, incluye el catálogo, organizado por autor, de las
1029 obras contempladas para realizar el trabajo y una introducción que reúne y organiza
principalmente nueva información histórica sobre el desarrollo del piano en Guatemala.
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I. COMPOSICIONES CONTEMPLADAS
1. Descripción general
La muestra abarca el trabajo realizado por autores nacionales en el lapso de dos siglos de
actividad creadora, iniciándose a principios del siglo XIX. También incluye el trabajo de
algunos compositores extranjeros que dieron aportes al desarrollo de la música para piano
en Guatemala. La mayor parte de esta producción se encuentra en forma impresa. Por su
importancia histórica, se complementa la lista citando obras incluidas en inventarios del
archivo musical de la Sección de Historia y Bellas Artes del extinto Museo Nacional (1945-
46) y su derivado, el Museo Nacional de Historia (1963), que no fueron localizadas en los
archivos visitados.
Una revisión preliminar del catálogo permite constatar que la mayor parte de la
producción encontrada corresponde a música ligera, donde predominan como formas
predilectas el vals y el fox-trot. Dentro del mismo género le siguen en orden decreciente la
mazurka, el paso doble y luego el son. Con menor frecuencia aparecen piezas en forma de
marcha, polka, blues, tango, chotis y danza. En cuanto a la producción académica (de
concierto), se observa la ausencia de adscripción predominante a una forma determinada
por parte de los compositores, no obstante, las formas más practicadas, cuando explícitas,
son: danza, sonata y nocturno, siguiendo en orden de frecuencia la suite, la fantasía y el
concierto.
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2. Catálogo
Abreviaturas:
Publicaciones
Colecciones
ACP = Álbum de las Composiciones Premiadas en los concursos de la radiodifusora
nacional La Voz de Guatemala. 1939. Guatemala: La Voz de Guatemala. Tipografía
Nacional.
APLJ = Álbum para la Juventud. 2004. Guatemala: Universidad Rafael Landívar. Instituto
de Musicología.
CEG = Canciones Escolares Guatemaltecas. 1962. Guatemala: Editorial José de Pineda
Ibarra.
ERNM = El Repertorio Nacional de Música. 2002. Universidad de San Carlos de
Guatemala. Dirección General de Investigación.
MDG 81 = Música de Guatemala. 1981. Universidad de San Carlos de Guatemala.
MDG 99 (1 al 4) = Música de Guatemala (4 Vol.). 1999. Guatemala: ADESCA.
PMRAO = Producción Musical de Rafael Álvarez Ovalle. 2005. Guatemala: ADESCA.
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*ERNM = El Repertorio Nacional de Música. 2002. Alma Rosa Gaytán: piano. Guatemala:
NUFU, USAC, UNA.
*FS = Furia Sentimental. Gabriel Yela. 2005. Milton Baldizón: piano. Guatemala:
Producción del compositor.
*GV3 = Guatemala Volume 3. Manuel Martínez-Sobral (1879-1946). 1999. Suzanne Husson:
piano. EC: Marco Polo 8.225104.
*GV4= Guatemala Volume 4. Ricardo Castillo. 2000. Maximiliano Damerini: piano. EC:
Marco Polo 8.225077
*GV5 = Guatemala Volume 5. Manuel Martínez -Sobral. 2003. Suzanne Husson: piano.
Michel Bourdoncle, piano. EC: Marco Polo 8.225188
LFF = La Feria Fantástica. Música Contemporánea. Guatemala. 1997. Danilo Sandoval:
piano. Guatemala: Ministerio de Cultura y Deportes.
LMBM = La Música de Benigno Mejía. 2003. Alma Rosa Gaytán: piano. Guatemala:
Producción familiar del compositor.
*MGAT = Música de Guatemala a través de los tiempos. 1999. Alma Rosa Gaytán: piano.
Guatemala: Gesdisa.
ULMEP = Un Lustro de Música Escrita para Piano. Guatemala – París – Guatemala. 1952-
1957. 2006. Kumi Miyagawa: piano. Jorge Sarmientos: compositor. Guatemala: Fundación
Soros, Centro Dental de Especialistas, Club Rotario.
Editores
A = Arcángel, Guatemala
AJB = Ant. J. Benjamín, Hamburgo
B&H = Breitkopf & Härtel en Leipzig
CFP = C.F. Peters, New York
CJP = C. J. Proap & Co., Washington D.C.
CP = Cantilena y Pierre, Guatemala
D&G = Dorner & Gnerlich en Guatemala y San Salvador, Impresas en Leipzig por
Breitkopf & Härtel
DGBA = Dirección General de Bellas Artes, Guatemala
DPCD = Dirección de Promoción Cultural y Deportiva, Guatemala
EBMMC = Edward B. Marks Music Corporation, New Cork
EC = Edición Castillo, [Guatemala]
EG = E. Gallet, Paris, Francia
EGA = (Sin datos), Guatemala
EJPI = Editorial [del Ministerio de Educación Pública] José de Pineda Ibarra, Guatemala
EME = Èditions Max Eschig, Paris
ERI = Edizione R. Izzo, Napoli
EU = Editorial Universitaria, Universidad de San Carlos de Guatemala
EV = Elkan-Vogel Co. Inc. Philadelphia, Pennsylvania, United States of America
GA = G. Asturias & Cia. ,Guatemala
GIC = Grav. Imp. Cavel, Paris
GRM = Gran Repertorio de Música y Almacén de pianos e Instrumentos, Axel C. F. Holm
(Editor), Tipografía Sánchez y de Guisse, Guatemala
GS = G. Schirmer. Inc., New York
G&F = Gallet & Fils. Paris, Francia
FHG = F. H. Gilson Company, Music Printers, Boston, USA
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Periódicos
EI = El Imparcial
EM = El Mundo
Revistas
ADM = Álbum de Minerva
AFG = Álbum (Ph)Filarmónico Guatemalteco
LJM = La Juventud Musical
E = Electra
RM = Revista Militar
Archivos estatales
(CNM) = Conservatorio Nacional de Música
(MAM) = Museo de Arte Moderno
(MCD) = Ministerio de Cultura y Deportes (Unidad de Música)
(MCCDRAO) = Museo del Centro Cultural y Deportivo “Rafael Álvarez Ovalle”
(MNH) = Museo Nacional de Historia
(OSN) = Orquesta Sinfónica Nacional
Archivos particulares
(ADC) = Archivo del compositor
(AARG) = Archivo de Alma Rosa Gaytán
(AEB) = Archivo de Edgar Berrios
(AEBH) = Archivo de Edgar Barrios Heredia
(AFSC) = Archivo de Félix Santa Cruz
(AJDDM) = Archivo de Juan de Dios Montenegro
(AIG) = Archivo de Igor de Gandarias
(AOM) = Archivo de Omar Morales
(APA) = Archivo de Paulo Alvarado
Colecciones
CPRA = Composiciones por Rafael Álvarez (en el Museo Nacional de Historia)
RNM (I) = Repertorio Nacional de Música Tomo I. Música de Baile (en el Conservatorio
Nacional de Música)
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3. Anotaciones al catálogo
Una revisión del catálogo anterior permite constatar que la publicación de partituras para
piano en Guatemala alcanzó su cúspide a fines del siglo XIX, cuando más de una docena
de casas editoras de música, entre locales y extranjeras, trabajaron en el propósito de
publicar piezas para piano de compositores locales. Este fenómeno obedeció a la creciente
demanda de música de salón del momento, (valses, chotis, polkas, mazurcas y otras de su
género), minimizando la atención a la música académica de concierto. Luego de las dos
décadas iniciales del siglo XX la actividad editorial decrece gradualmente hasta el
presente, en el cual Guatemala no cuenta con ninguna editora musical establecida.
Los antecedentes y surgimiento del explosivo trabajo editorial a principios del siglo XX
tienen que ver con iniciativas de extranjeros. En primer término, en 1867 el empresario de
ópera, profesor de canto y piano, el italiano Domingo Speranza buscó instalar la primera
imprenta de tipos musicales en Guatemala, empresa en la cual fracasó (Vázquez, Op. cit.:
316). En 1868 aparece la primera pieza para piano publicada en Guatemala siendo el
modesto vals Ramillete de Alfredo Lowental, con la cual iniciaba la publicación de su
Álbum Philarmonico Guatemalteco (Catálogo No. 455). Lowental había trabajado como
director de la Banda de los Supremos poderes en San Salvador en 1860 fundando y
dirigiendo en 1870 la primera Revista Musical publicada en San Salvador (González, 1940:
11 y 17). Luego de veinte años de su primera iniciativa editorial en Guatemala, retoma su
impulso empleando, a partir de 1888, diferentes talleres tipográficos capaces de publicar
música entre los que se encontraban la Tipografía La Estrella, la Imprenta de Silva, la
Litografía Central, la Litografía Feusier, y la Tipografía la Unión. En el Álbum
Philarmonico se publicaban al principio solo partituras, posteriormente se incorporaron
textos alusivos a la música, y una sección de anuncios. En 1887 Lowental publicó la polka
La Felicidad de su alumna Jesús Gálvez, siendo la primera composición realizada por una
mujer, publicada en Guatemala. El mismo año imprime Conchita de su autoría. Al año
siguiente publica obras de Rafael Álvarez, Julián González, Manuel Moraga y Tomás Valle
(Catálogo Nos. 58, 357, 549 y 936, respectivamente)
Por esos años el maestro italiano Juan Aberle radicado en Guatemala desde 1872 había
fundado un Conservatorio que permaneció como iniciativa independiente del estado hasta
1875. En esos momentos publica su mazurka Julia, única pieza salida de la Litografía del
Conservatorio (Catálogo No. 5). Por lo efímero de la producción y su conexión al maestro
Aberle se deduce que esta Litografía fue un esfuerzo personal del propio autor que no
tuvo eco en las autoridades del momento. Al maestro Aberle se debe también la presencia
de custodios extranjeros a los derechos de autor en Centroamérica a afines del siglo XIX.
Se trataba de la compañía Dorner & Cromeyer que representaba los derechos de las
editoras Hermann de Paris y Breitkofp & Härtel de Leipzig, en la región, para las obras de
Juan Aberle por ellos publicadas (Catálogo Nos. 3 y 4).
Una década después, en 1888, surge la revista La Juventud Musical, dirigida por los
filarmónicos Rafael Álvarez, German Alcántara, Manuel E. Moraga, Fabián Rodríguez y
Ángel López, quienes llegaron a publicar cuatro números, donde dieron a la luz la
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Otras editoras europeas que participan en la edición de música para piano antes de cerrar
el siglo son Fr. Gutsch Karlsruhe que publica en 1897 el vals En el Mar de Rafael Castillo
(Catálogo No. 244) y la casa Oscar Brandstetter de Leipzig imprime el famoso vals La Flor
del Café de Germán Alcántara (Catálogo No. 30). No obstante, el trabajo más importante
en dimensión y variedad lo realizó la editora Cantilena y Pierri, quienes imprimieron, en
Barcelona (Castellanos, 1955: 5), setenta y cuatro composiciones de baile de ocho
compositores: Julián González, Manuel Moraga, Fabián Rodríguez, Lucas Paniagua, Víctor
Manuel Figueroa, Leopoldo Cantilena, Lorenzo Morales y Andrés Andreotti. La carátula
litografiada con vividos colores y fino acabado, enunciaba los títulos de las piezas en
español, francés o alemán (Rodríguez, s/f: carátula).
Durante las dos primeras décadas del siglo XX, en respuesta a la creciente demanda de
música e instrumentos que hacía efervescencia en la capital guatemalteca, se instalaron
varios almacenes comerciales donde se vendían partituras de compositores guatemaltecos
y extranjeros y en algunos casos pianos y diversos instrumentos musicales. Entre estos
almacenes, conocidos como Repertorios, se encontraban el de Axel C. G. Holm, Los Tres
Bemoles de Jorge Vázquez Larrazabal, el de Mónico de León y el de los Hermanos
Vásquez. La importancia de estos almacenes era que, motivados por la venta de música
reproducían, ya en forma manuscrita o impresa, música de compositores locales. Para ello
empleaban varias tipografías que trabajaban bajo modernos procedimientos de cincografía
1 Las obras publicadas fueron: 1. Himno a Minerva de Luis Felipe Arias con letra de Máximo Soto Hall; 2.
Minerva, marcha por Fabián Rodríguez; 3. A Minerva, paso doble del compositor salvadoreño Ernesto W.
Luna; 4. Minerva, vals por Pedro Morales Pino; 5. Marte, paso doble por Manuel de J. Valle (primer premio); 6.
Minerva, vals de Julián Paniagua; 7. Pro-Patria, paso doble por Pablo Ponce (segundo premio); 8. La fiesta de
los niños, paso doble por Marcial Prem; 9. Festival de Minerva, paso doble por Felipe Echigoyen (tercer
premio); 10. El canto de Minerva, chotis por José María Muñoz; 11. Batallón Infantil, paso doble de Cornelio
Cospín; 12. El Pabellón Federal, paso doble por Adrián Vásquez; 13. Minerva, polka por Pablo Paniagua; 14. El
Día de la Infancia, paso doble por Santiago Coronado; 15. Niñez y Juventud, paso doble por Eugenio Beteta
(Revista Minerva, 1903).
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Por su parte la Imprenta Musical de Mónico de León publicó obras de Jorge de León
Paniagua, Mariano Valverde, Jorge Vásquez Larrazabal y Miguel Zaltrón, dentro de los
más importantes. Apoyó también a otros autores cuyas obras no perduraron. El Repertorio
de Axel Holm publicó, entre otras, la polka Ángela de Juan Cáceres, el vals Primavera de
Rafael Castillo y de Ángel López, el famoso vals Entre Selvas (Catálogo Nos. 177, 259 y
449). En Quetzaltenango, la segunda ciudad en importancia, estuvieron activas la
Litografía Gómez, la Tipografía Musical los Ecos y la Tipografía Occidental que publicaron
trabajos de Mariano Valverde, Celso Hurtado y Wotzbelí Aguilar, entre otros.
No se debe olvidar en modo alguno el aporte que en algunas de sus páginas hacían
publicaciones periódicas como la revista Electra, la Revista Musical de Guatemala, La
Revista Militar, La Revista de Educación y El Amigo del Soldado (Castellanos, 1955 op.
cit). La revista Electra, fundada en 1908 por el artista de la plástica Justo de Gandarias,
publicó un Nocturno de Buenaventura Montiel, quien estaba a cargo de las impresiones
musicales: el vals lento Adiós a la Novia de Manuel Martínez-Sobral, quien también
publicaba cuentos en la revista2, la marcha triunfal Saludo al Pabellón de Guatemala de
Víctor Manuel Figueroa y el Vals de Salón Electra de Herculano Alvarado, dedicado a la
revista. Esta última práctica fue común recurso de los compositores para dar a conocer sus
piezas, así Rafael Álvarez dedica al periódico La Estrella de Guatemala su Danza La
Estrella y Fabián Rodríguez escribe su paso doble El Mundo para el periódico del mismo
nombre (Catálogo Nos. 51 y 777). Existieron también esfuerzos editoriales de vida efímera;
se trataba de empresas que eran contratadas para la publicación de una obra en particular,
entre ellas: el Repertorio Musical de Juan Blanco, Litografía de Castro, Litografía de
2Los cuentos publicados por Martínez-Sobral fueron El Milagro (Junio, 1908, No. 4: pp. 58-59); Miseria de
Coleta (Julio, 1908, No. 6, pp. 84-85); Las bodas de oro del artista (Septiembre 1908, No. 8, pp. 137-38) y Del
Diario de un Maestro (Diciembre 1908, No. 13, pp. 210-211).
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En 1925 Marcial Prem publica Flor Querida en Washington por C. J. Proap & Cia., en tanto
que Two Pieces (Dos Piezas) de Miguel Sandoval son publicadas en Nueva York por la
famosa G. Schirmer en 1938. En continuidad temporal aparecen en 1936 las piezas
Caravana y Tristesse de Alfredo Wyld editadas en Francia por la imprenta Laroche y
posteriormente en 1955 las Series de Valses y Hojas de Álbum de Manuel Martínez-Sobral
impresas por la casa Gallet &. fills.
En 1938, la Tipografía Nacional de Guatemala vuelve a publicar obras para piano, esta vez
el Álbum de las composiciones Premiadas en los Concursos de la Radiodifusora Nacional
La Voz de Guatemala, que incluye los sones: El Brujo de Oscar Peralta, Los Carboneros de
Mario Bolaños García, Oxipec de Adrián Vásquez y TGW de Jorge Vásquez Larrazabal.
En secuencia cronológica y por gestión del virtuoso pianista Salvador Ley, la editora
norteamericana Elkan Vogel publica en 1952, Six Modern Guatemalan composers
conteniendo composiciones de Enrique Solares (Copok), Ricardo Castillo (Canción del
Pescador), José Arévalo Guerra (Scherzino), Manuel Herrarte (Andante), Jesús Castillo
(Scherzo) y del mismo Ley (Danza Fantástica). La misma editora publica al año siguiente
Six Sketches de Herrarte. Finalmente en 1957 la editora Pan American Union en
Washington, publica Tres danzas de Manuel Herrarte y Suite en Re de Ricardo Castillo.
Estas publicaciones permitieron la difusión internacional de la música guatemalteca de
mediados del siglo XX posibilitando su inclusión en ulteriores estudios críticos y
grabaciones como la tesis doctoral de Ronald Sider The Art of Music of Central America its
development and present State presentada a la Eastman School of Music en Rochester,
Estados Unidos, en 1967 y las grabaciones de Beatriz Balzi en Uruguay y Silvia Navarrete
en México en 1999. Además permitió que se introdujera este repertorio en el Conservatorio
Nacional desde la década del 60 siendo las piezas preferidas las danzas de Manuel
Herrarte y el Estudio en Forma de Marcha de Enrique Solares publicado en Nueva York
por Edward B. Marks Music Corporation en 1947.
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vocal e instrumental incluyendo piezas para piano en su mayor parte de carácter popular.
Veinte años más tarde, la colección fue compilada y reimpresa en un solo volumen por la
Universidad de San Carlos a iniciativa del Doctor Raúl Osegueda Palala. Luego en 1987 la
Dirección General de Bellas Artes reproduce una selección de esta colección,
principalmente para piano, con una breve introducción crítica, realizada por Joaquín
Orellana.
Durante el periodo de trabajo del maestro Mendoza se publicaron además las obras
ganadoras del Certamen Nacional Permanente de Ciencias, Letras y Bellas Artes “15 de
Septiembre” de 1957, siendo el primer premio el Concierto para piano y Orquesta No. 1 de
Jorge Sarmientos (Catálogo No. 866), el segundo 5 Ricercare para piano de Enrique Solares
(Catálogo No. 885) y el tercer el Ensayo para orquesta No. 1 de Humberto Ayestas.
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Las últimas grabaciones conteniendo música para piano, publicadas en Guatemala (año
2005), corresponden a pequeñas piezas del joven flautista Gabriel Yela, grabadas en vivo y
reproducidas en dos discos titulados Expresionismo Guatemalteco (2004) y Furia
Sentimental (2005) donde intervienen los pianistas Pedro Velásquez y Milton Baldizón.
Finalmente aparece el disco Un Lustro de Música Escrita para piano 1952-1957 (2006),
grabado por la pianista japonesa Kumi Miyagawa con obras Jorge Sarmientos.
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3 En 1537 el Licenciado Francisco Marroquín, primer obispo de la diócesis de Guatemala, instituye entre otras
plazas de la iglesia, la de organista, para la cual señala un salario de doce pesos (Estrada, 1972, I: 150). Con ello
da cumplimiento a la Bula emitida por Pablo III en 1534, por la cual la villa de Santiago de Guatemala era
elevada al rango de ciudad y su iglesia a Catedral, y, donde se establecían las bases de la práctica musical
oficial en Guatemala. De la misma manera se había practicado anteriormente en la fundación de los primeros
arzobispados del Nuevo Mundo desde 1513 en bulas que contemplaban las mismas provisiones en cuanto a
chantre y organista (Stevenson, 1980: 31). La presencia de órganos en la Catedral de Guatemala está
documentada ya en 1542, en el primer inventario de los bienes de la misma (Ibíd.: 32).
4 En los estatutos del Colegio y Seminario Conciliar de Guatemala, emitidos en el decreto de su erección en
1597 por el obispo Fray Gómez Fernández de Córdoba, se preveía contar con clavicordios y otros
instrumentos para la recreación de los niños que asistieran a la institución a quienes se les permitiría en horas
específicas “…tocar algún instrumento de música y cantar algunas canciones honestas”… utilizando instrumentos
prescritos como “…viguelas, clavicordios, flautas y cornetas y no guitarras ni bandurrias…” (Estrada, op. cit., I:
191).
5 Son pocas las obras del repertorio musical del siglo XVIII, empleado en la Catedral de Guatemala, que
consignan explícitamente el uso del clave para la realización del bajo continuo. A principios del siglo destaca
numéricamente el arpa en el desempeño de este rol y en muchos otros casos solo se indica esta parte como
“Ac” o “Acompto (acompañamiento), sin indicación de instrumento. El clave aparece expresamente en
algunas obras de Juan Bautista Oliver, como el Miserere a 5 (CIRMA microfilm Rollo 5, No. 70), los trabajos
Divino Atlante (1765) y En esdrújulos claros (1783) de Rafael Antonio Castellanos, (Estrada, s/f. Fichas 63,
150) y en el villancico ¡Hola! Antón! (1786), de Mariano Estrada (Ídem. Ficha 277).
6 El más temprano testimonio de la presencia del monacordio en Guatemala data de 1784 y se encuentra en el
testamento de Rafael Antonio Castellanos, donde otorga, como su final deseo, dos monacordios: uno
fabricado en México a su albacea y luego sucesor interino en el trabajo al frente de la Capilla musical de
Catedral, el maestro Miguel Pontaza y el otro al joven Miguel Trujillo (AGCA A1.20 Leg. 927, exp. 9420 Fols.
34 y 36).
7 La entrada “Clavichord”, en The New Grove Dictionary of Music and Musicians indica que la denominación
del clavicordio en español corresponde a la palabra monacordio. (Ripin, 1998/4: 458). Se ha documentado la
existencia de monacordios en el Convento de Santa Mónica en Potosí, Bolivia (Godoy, s/f :
www.galeon.com/santamonicapotosi/cvtae302521.html); en la capital del Virreinato de Río de la Plata, en el
Convento Grande de San Ramón, de la orden de los Mercedarios, actual iglesia de la Merced, en Buenos Aires
(Godoy, s/f: http://galeon.hispavista.com/nolime/aficiones456940.html) y en el Convento Viejo de la
Recoleta Dominica en Santiago de Chile (Rendón, 1999: 68) .
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La función primigenia de esta música fue la misma en todos los territorios conquistados:
coadyuvar a fijar y consolidar los valores y el respeto hacia la cultura impuesta, dando
realce y señorío a sus ceremonias religiosas, contribuyendo finalmente a centralizar el
poder en territorios y personas determinadas (Aharonián: 1994: 190).
El clavicordio, por su parte era apreciado como un instrumento propicio para la recreación
de los adolescentes estudiantes en el Colegio y Seminario Conciliar a fines del siglo XVI
(ver nota 2), lo cual anticipa la función didáctica del monacordio de fines del siglo XVIII.
La naturaleza de su sonido intimo, expresivo, pero de menor volumen que el clave, lo
hacia propicio para la ejercitación personal y privada del teclado9. Además, lo pequeño de
sus dimensiones permitían transportarlo fácilmente10.
A fines del siglo XVIII, Rafael Antonio Castellanos, maestro de la capilla de la Catedral
entre 1765-1791, poseía violines y monacordios que prestaba a miembros de la capilla, lo
cual permitía la práctica musical privada de los mismos. De acuerdo al codicilo de su
testamento dictado en 1791 ante el notario Miguel González, uno de los monacordios ha
de haber servido también para facilitar el trabajo creativo del compositor Lorenzo Gómez
(fl. ca. 1784-1791), quien tenía uno de estos instrumentos, prestado por el maestro en 1791
(AGCA A 1.20. Leg. 931, fol. 56).
8 Las dos funciones que jugó el órgano en la Guatemala colonial, como recurso de dominación y aprendizaje
musical para facilitar la penetración ideológica al servicio de la Corona Española, han sido ampliamente
documentadas por Fernando Urquizú. Ver (Urquizú, 1991: 27 y 47).
9 Refiriéndose al clavicordio, Marcia Hadjimarkos expresa: “...el monacordio, como se conocía dicho instrumento,
fue importante para la práctica y la composición y para un acompañamiento sosegado, por no hablar de la ejecución de
formas profanas, como los movimientos de danza. (…) Tenía unas posibilidades, como la capacidad de tocar fuerte y suave
con infinitas gradaciones dinámicas, que el órgano sólo lograba recurriendo a medios técnicos complicados". Ver artículo
que revisa el disco Musique Ibérique Au Clavicorde en www.goldbergweb.com/en/discography/1995/
4129.php.
10 El monacordio del siglo XVIII conservado en el Convento de Santa Mónica en Potosí, Bolivia, referido en la
nota 5 anterior, consiste en una pequeña caja rectangular oblonga, sin base propia (se colocaba encima de un
soporte independiente), con la tapa superior ricamente ornamentada. El teclado al lado izquierdo y las cuerdas
tendidas perpendiculares hacia el clavijero en el lado derecho. Ver foto en: www.galeon.com/
santamonicapotosi/cvtae30252
11 En 1801 el Maestro de Capilla de Catedral y Fiscal Mayor Pedro Nolasco Estrada, recibe de la Audiencia de
Sacatepéquez el siguiente pedido: “El gobernador Alcalde Mayor y demás principales del pueblo de San Juan
Zacatepequez ante V.S. (vuestra señoría) parecemos suplicando y rogando qe. V.S. mande del dinero que tenemos en
comunión depositado en la Arcas, con el Sr Al. Mayor mande V.S. que se nos de el dinero que se necesita pra comprar un
monacordio, un violón, un violín, una flauta y un clarín…” (AGCA A.1 Leg. 2769 Exp. 24058).
52
Música guatemalteca para piano
fabricantes locales, José María Quiroz, quien construía monacordios alrededor de 1877
(Sáenz, 1997: 74). Este escenario formó parte del contexto musical común en Latinoamérica
colonial e independiente.
Las tres danzas de autor anónimo, que inician la presente compilación, forman parte de
una colección para monacordio fechada en 1803, que contiene 49 piezas cortas de fácil
ejecución, principalmente aires de danza, destinadas a la práctica musical de la niña María
Josefa Micheo14, personaje, sin duda, perteneciente a la aristocracia social del momento. La
colección constituye la muestra más antigua hasta ahora encontrada de música profana
para teclado y documenta la vigencia del gusto por las danzas de estilo barroco y su
adecuación a la enseñanza en Guatemala a principios del siglo XIX, como se practicaba
similarmente en México con danzas en estilo clásico como lo muestran las piezas
contenidas en el “Quaderno Mayner”15. Las características de su estilo apuntan a una
etapa de transición entre el sentir barroco y el naciente clasicismo evidente en la textura
homófona, la limpieza de su construcción armónica, la arquitectura melódica de sus frases
y el empleo frecuente de modulaciones directas. Algunas de las piezas delatan la fuerza
del mestizaje al presentar particularidades rítmicas (reiterado empleo de hemiola y
contratiempo), o giros melódicos que evocan el carácter criollo de obras de compositores
guatemaltecos posteriores, como Juan de Jesús Fernández.
La colección contiene minuetos, sones y otros aires de danza que se han de haber bailado
en reuniones intimas o familiares en casas de aristócratas, pero que transcritos para el
teclado presentaban una gran riqueza de procedimientos constructivos de utilidad
didáctica. La primera pieza, que inicia la colección, es un Fandango (Antología No. 1; CD
No. 1). De origen español, escrito originalmente como dos cortas piezas, una seguida de
otra, sugiriendo su ejecución continua, se considera aquí como una sola entidad. Se trata
de un ejercicio en modo menor basado en un esquema armónico rítmico repetitivo que
alterna tónica y dominante con un acompañamiento en ostinato que permitía ejercitar la
independencia de las manos, confrontando al alumno a procedimientos de hemiola y
polirritmo (derecha a 3 e izquierda a 2).
12 Enrique Alejandro Godoy informa que en los libros de gastos del Convento Grande de San Ramón en
Buenos Aires, reportan el 22 de febrero de 1791: “Ym. dos Ps. quatro reales al Mtro. Asurica para papel para los
motetes que está trabajando y querdas del monacordio...” (Godoy, op. cit. http://galeon.hispavista.com
/nolime/aficiones456940.html).
13 Documentos de la práctica musical en el Convento Viejo de la Recoleta Dominica en Santiago de Chile
informan que en agosto de 1820 se adquiere un nuevo monacordio para el convento en 25 pesos. (Rendón,
1999: 68).
14 Quaderno de varias piesesitas de Monacordio/ Para el uso de la niña Maria Josefa Micheo/ 1803. Archivo
del editor.
15 Ver el estudio sobre el Quaderno de lecciones i varias piezas para clave o forte piano para el uso de Da.
Maria Guadalupe Mayner, realizado por Jesús Herrera en Heterofonía No. 125 (51-62).
53
Dirección General de Investigación, USAC
La primera parte tiene una estructura periódica conformada por ocho bloques de cuatro
compases, cada uno de los cuales presenta un diseño melódico particular repetido dos
veces. La segunda sección inicia con cuatro bloques similares a partir de lo cual modula en
forma directa de la tónica (re menor) a la relativa mayor (Fa) retornando luego a la
tonalidad inicial.
El motórico ritmo cesa hasta el final, descansando en una cadencia frigia. A este fin,
armónicamente inconcluso, se suma un calderón sobre la barra final indicando una pausa
que invitaba y refería el retorno al inicio en un anillo sin fin, posibilitando repetir el
ejercicio ad libitum hasta que se hubiera practicado lo suficiente para desarrollar la destreza
buscada.
La segunda pieza de la misma colección, titulada Sonesito (Antología No. 1; CD No. 2), es
el antecedente más temprano del son guatemalteco en estilo galante localizado al
momento, y muestra el inicio de la apropiación del son de raigambre popular por la clase
dominante, constituyéndose en una expresión musical de danza mestiza de influencia
indígena ligada a la aristocracia y que llegó a convertirse en la contraparte local, más
popular, a la música de salón importada a fines del siglo XIX. Este son anticipa y delinea
los rasgos del son galante como lo son su carácter refinado, estructura clásica, el ritmo
ternario en 3/8, y, en este caso, en su segunda sección, el aparecimiento del cliché rítmico
de acompañamiento en contratiempo del son local. Está escrito en la tonalidad de Do
mayor presentando una estructura binaria de factura armónica clásica. La primera sección
en la tónica. La segunda abre en la tonalidad relativa menor y luego regresa a la tónica a
través de la dominante.
El aire de la última pieza se asemeja al del Bourrée (Antología No. 1; CD No. 3); es una
danza elegante construida bajo una estructura binaria circular, con repetición de cada
sección. La primera parte es un periodo paralelo que, sin modular, conduce a la segunda
sección, una cadena de frases donde al final se reexpone el primer tema. La melodía está
construida principalmente sobre notas constitutivas de los acordes dispuestas en arpegio.
Es posible que piezas como estas hayan sido ejecutadas también en el piano, pues el
instrumento empezaba a tomar preponderancia en Guatemala en la misma época. Ya en
1802 se manifiesta la aceptación de este instrumento por parte de la iglesia y la
disponibilidad comercial de pianos en ese momento. Esto lo confirma el hecho de que el
chantre de la Catedral pide permiso para comprar un piano mientras se reparaba el órgano
(Stevenson, 1980: 68). Un factor decisivo para este desarrollo se debió, sin duda, a la
llegada a Guatemala de peritos de teclado a fines del siglo anterior. Alrededor del año
1790, sacerdotes organistas y maestros, como el padre José María Eulasia, llegaron a
Guatemala con el objeto de mejorar la enseñanza del teclado “generalizándose este ramo
de enseñanza en personas de educación” (García, 1968-III: 196).
El primer músico guatemalteco en destacarse como ejecutante del piano fue el maestro
Benedicto Sáenz (1782 – 1831), quien había recibido clases con el padre Eulasia y lecciones
de monacordio con el organista Esteban de León Garrido (Díaz, 1928: 44). Sáenz fue electo
organista de la catedral de Guatemala en 1803. El 21 de septiembre de 1812 ofreció un
concierto de piano en la “Sala de la Sociedad” de la capital luego de una serie de discursos
54
Música guatemalteca para piano
Con el arribo a Guatemala de Juan Gualberto Gonzáles Bravo, cuyo nombramiento como
Fiscal del Concejo de Indias fue celebrado con orquesta el 10 de noviembre de 1814 (Ídem.
Fol. 32), se inicia la afición de jóvenes señoritas cantantes por los dúos, arias y demás
piezas del repertorio operístico italiano, traídas por dicho funcionario, las que eran
acompañadas por el fortepiano. Contribuyó a esta afición la llegada del profesor de piano,
el español Gil Ramos (Samayoa, 1843: Fol. 4), fortaleciéndose de esa manera la práctica del
piano como instrumento acompañante y por ende la demanda de estos instrumentos por
parte de la clase acomodada, al punto de llegar a estimular la construcción local de los
mismos. De acuerdo a García Peláez, luego de la venida del profesor Ramos y
posteriormente otros músicos prominentes como el organista de la orden de los
dominicos, fraile Manuel Codina: “tomó impulso la ampliación de los órganos como lo había
obtenido la construcción de los pianos” (García, op. cit. p. 194). Esta práctica, anticipada en la
vecina ciudad de Oaxaca16, floreció en Guatemala a fines del siglo XIX, tanto así que
alrededor de 1876 solo la capital contaba con 1500 pianos (Sáenz, op. cit. p. 74) y trabajaban
como constructores los señores Fernando Montealegre y Manuel Marroquín (ídem).
Un paso adelante en el camino que consolida la ruptura con el estilo barroco hacia el
clasicismo en música para teclado en Guatemala se encuentra ejemplificado por dos
pequeñas piezas para ser tocadas en la iglesia, del maestro José Eulalio Samayoa
(10/12/1780 - 5/7/1855) (Antología No. 2)17. Estos trabajos no indican el instrumento para
el que fueron escritos, aparentando ser reducciones para teclado de composiciones para
violines, bajo y otros instrumentos que estaban destinadas a “llenar el día” durante la
celebración del Jubileo de 40 horas en las Iglesias (Samayoa 1843 [a]: Fol. 5). El primero de
ellos muestra un diseño en dos partes cuya característica más sobresaliente es la
construcción de temas por desarrollo motívico. Así el primer periodo se levanta en su
totalidad sobre el motivo rítmico de su primer compás y la parte central de la segunda
sección esta construida por una secuencia de un motivo de dos compases.
La segunda pieza, también de estructura binaria, es más extensa, con introducción, pasajes
de transición entre temas y coda. Aquí Samayoa confirma en forma más amplia y compleja
su predilección por el desarrollo motívico y el empleo de secuencias armónico melódicas
para la construcción de sus piezas. Si se atiende a las ligaduras originarias es posible
afirmar que esta obra es una reducción a teclado de una tocata para cuerdas.
16 Noticias remitidas de Oaxaca ofrecidas en La Gaceta de Guatemala consignan que en ese lugar la
producción de pianos ya había iniciado en 1801: “Por carta de 30 de Octubre se nos da noticia de haberse trabajado
un Forte piano con sus correspondientes misturas, en nada inferior á los Ingleses, a ecepcion del precio, pues costó
trescientos pesos, siendo asi que otros existentes en esa ciudad han costado de quinientos a seiscientos, bien que estos
tienen la enorme ventaja de ser estrangeros…” (Gaceta de Guatemala 26 enero de 1801 p. 393)
17 Las piezas forman parte de una colección de composiciones del mismo género escritas por varios
compositores, la mayoría de ellos no indicados, entre los cuales hay obras de Juan de Jesús Fernández y
Escolástico Andrino. Archivo del autor.
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Las primeras obras para teclado que señalan al piano como el instrumento para ser
ejecutadas, se encuentran en el tomo VII de la colección de manuscritos conocida como
Repertorio Nacional de Música, compilada entre 1893 y 1895, resguardada en archivo del
Conservatorio Nacional de Música. Se trata de una serie de sesenta y dos Tocatas de
Iglesia compuestas por Juan de Jesús Fernández (29/5/1795 - 3/11/1846) en la primera
mitad del siglo XIX19. La colección, la más grande de este tipo, que se ha encontrado al
momento, presenta un lenguaje en estilo predominantemente clásico en el cual se adscribe,
en algunos casos, un definitivo sabor “chapín”. Estas piezas muestran la importancia que
el piano había alcanzado en la primera mitad del siglo XIX en Guatemala, algunas de ellas
son reducciones a teclado de trabajos para grupos de cámara, tomadas de sus numerosas
tocatas para grupos de cuerda con dúos de instrumentos de aliento (de Gandarias 2002:
76).
Aquí se transcribe la Tocata No. 33 (Antología No. 3; CD No. 4), cuya factura es más
ambiciosa que las piezas de Samayoa aquí reproducidas. Esta tocata está construida dentro
del esquema de allegro de sonata clásico. La exposición presenta tres temas sucesivos sin
transiciones: el primero en la tonalidad principal Re mayor y los otros en su región
dominante. El desarrollo arranca con el primer tema de vuelta en la tonalidad principal
pero iniciando en la dominante para luego utilizar su motivo final en pasajes modulantes
que conducen el discurso a otras regiones tonales donde introduce un nuevo tema de
carácter lírico que contrasta con el material de la exposición.
18 Ver catálogo y discusión de obras de Samayoa en Igor de Gandarias. Música vocal e Instrumental de
Guatemala en el siglo XIX. 2006. pp. 9-21)
19 Ver catálogo de las obras de Fernández en Igor de Gandarias El Repertorio Nacional de Música (Antología).
Música Guatemalteca de los siglos XVIII y XIX 2002. pp. 26-31. Aquí también están publicadas cinco tocatas de
Fernández. La pianista Alma Rosa Gaytán grabó en órgano cuatro de estas obras (Nos. 11, 18, 28 y 32) en el
disco que acompaña la citada antología. Ver discografía al final.
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Música guatemalteca para piano
con una coda que reafirma en arpegios la tonalidad principal, presentando brevemente el
motivo modulante como una despedida. Este tipo de piezas fortalecieron la presencia de la
música instrumental en la iglesia de manera similar a los trabajos de Samayoa
contemplados anteriormente.
3. El impulso romántico
Antes de que se creara el Conservatorio Nacional, a fines del siglo XIX, se dejaron sentir
impulsos clásico-románticos en la música académica guatemalteca. El pianista, director y
compositor Francisco Isaac Sáenz (1816-1880), maestro de capilla de la Catedral a partir de
1857 (Sáenz, 1997: 33), inicia el trabajo concertante del piano en Guatemala con su
Concierto para forte Piano con acompañamiento de orquesta (Catálogo No. 832). La obra,
en tres movimientos (Adagio - Allegro Moderato, Adagio cantabile y Minueto), muestra
un estilo clásico que anticipa el impulso romántico en la parte de piano con pasajes
cromáticos de tipo virtuoso.
Moraga, junto a Lorenzo Morales, es uno de los artistas privilegiados por las editoriales
musicales del momento. La editora Cantilena y Pierri imprimió diez y seis de sus piezas
para piano (Catálogo Nos. 527-50). El repertorio publicado correspondía exclusivamente a
música del género bailable. Su música de concierto como su Sonatina o sus Estudios para
piano nunca vieron la luz en prensa y aún no han podido ser localizados. Esta
circunstancia informa del poco valor que, ya desde ese momento, representaba la música
académica de concierto, de mayor elaboración y complejidad, en relación a la música
ligera de consumo popular, tendencia que se ha mantenido en nuestro medio,
fortaleciéndose crecientemente en el momento actual.
La Polonesa de Moraga, pieza brillante de concierto con ritmo marcial evoca el estilo de
Federico Chopín (1/3/1810 – 17/10/1849). Su estructura ternaria sigue el esquema ABA
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Con la creación del Conservatorio Nacional de Música en 1880 se inicia una renovación
radical del ambiente musical en Guatemala. Por una parte, se abandona el estilo antiguo
de transmisión de conocimientos de corte medieval, mejorando la orquesta y
profesionalizando a músicos y maestros; por la otra, se traslada y consolida el sistema y
repertorio europeo contemporáneo a través del trabajo docente de los pianistas y
compositores Miguel Espinosa (n. Huehuetenango 13/3/1858- ?), Julián González
(17/8/1864-15/5/1898), Luis Felipe Arias (23/8/1870-23/3/1908), Víctor Manuel Figueroa
(19/7/1871- ?) y Herculano Alvarado (Totonicapán, 7/11/1873 -29/9/1921). Estos artistas
habían hecho estudios de perfeccionamiento musical en Europa (Vásquez, op. cit. 27).
Tanto González como Arias y Alvarado fueron sucesivamente directores del
Conservatorio en 1896, 1901 y 1911.
De acuerdo a Rafael Vázquez que, como estudiante del Conservatorio, fue testigo
presencial de este impulso, durante el régimen de Arias los estudios pianísticos fueron
expuestos a un repertorio, que abarcaba desde autores del siglo XVI como Scarlatti y Juan
Sebastián Bach, hasta V. Alkan e Ingnaz Philip, y “.....en lo que respecta a la revolución de
ideas, innovación de estilos, invención de fórmulas y orientación de escuelas, sabíamos de los
intentos –éxitos y fracasos- desde Monteverde y Pórpora hasta Widor y Gabriel Fauré” (Vásquez,
op. cit. 33). Ello posibilitó la evolución del estilo musical hacia las formas románticas y
modernas impulsando a los compositores a seguir la factura, el nivel y la estética
europeos.
En esos momentos algunas de las formas del género bailable que gozaban de gran
popularidad como el paso doble y principalmente el vals, se proyectan también como
piezas de concierto, transformadas y depuradas en manos autores guatemaltecos,
desarrolladas como composiciones brillantes de gran virtuosismo para el piano. Así en
1895, Julián González, quien recién regresaba de culminar sus estudios en Italia, presenta
su Vals de Salón en un concierto de obras suyas dado en el Teatro Colón.
Por su parte Luis Felipe Arias gana medalla de plata en el Certamen de la Exposición
Nacional de 1904 con un Vals de concierto, mientras que Rafael Vásquez (1885–1941),
58
Música guatemalteca para piano
El vals Electra (Antología No. 5) dibuja con un lenguaje virtuoso a la vez expresivo y
romántico, una estructura ternaria compuesta, del tipo ABA, con introducción y coda. El
diseño corresponde al plan tonal: la primera parte y su reexposición se encuentran en la
tonalidad de mi menor en tanto que el Cantabile central en su paralela mayor. Al contraste
tonal de las partes aúna la diferenciación en estructura y diseño de los temas, así, la
primera parte, formada a su vez por tres secciones que remedan el plan general, contrasta
con un único tema de carácter más liviano y alegre, señalado scherzante con grazia en la
sección central (c. 34-61).
El tratamiento de los temas distingue la pieza por su carácter brillante con carga armónica
cromática, manipulación del tiempo y profusión de adornos aprovechando
magistralmente el mecanismo del piano en sus diferentes recursos de color e intensidad en
una manera que sugiere la influencia de Federico Chopín y Franz Liszt (1811 -1886). El
pomposo vals de la sección central conduce un clímax de sonoridad en el medio del
pulsante discurso de la pieza.
20Ver notas introductorias de Rodrigo Asturias a la edición de estas obras por la casa francesa Max Eschig.
Por iniciativa del mismo Asturias, (nieto del compositor), la productora discográfica Marco Polo la ha
grabado recientemente en Europa la obra completa de Martínez-Sobral y Ricardo Castillo en los volúmenes
1al 5 de la Serie Guatemala.
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Dirección General de Investigación, USAC
los registros extremos del instrumento como lo muestra la introducción, que desplaza
linealmente una serie de arpegios desde la sección grave al agudo. Es clara también la
intención de romper la cuadratura rítmica en busca de flexibilidad y expresión, como
ocurre en los pasajes en estilo improvisatorio marcados a capriccio (c. 15) y velocisimo (c.
158) donde amplía el número de valores posibles en el compás, ó, como ocurre en la
segunda sección, al final de la primera presentación del tema (c. 102), donde introduce
ocho corcheas en el espacio de las seis posibles, continuando con un trino que suspende el
movimiento, con lo que prepara la repetición del tema. Finalmente puede observarse el
profuso empleo de cromatismo en líneas melódicas intermedias como en la introducción
(c. 6-11), en la codetta de la primera parte (c. 80-88) y también en cada una de las
conclusiones del tema inicial y sus repeticiones. Características similares pueden
encontrarse en su Vals brillante Tardes de Abril.
La continuidad del espíritu lírico romántico libre del virtuosismo teatral lo encontramos en
múltiples obras y compositores de la primera mitad del siglo XX. Entre ellas se destacan
los inspirados valses canción de Ignacio Cruz (1876 – 1919), especialmente el titulado A mi
Amada21, y el trabajo de Rafael Castillo en su Sonata22, publicada en Estados Unidos en
1925, pieza en cuyos atrevimientos armónicos y solidez formal, Rafael Vásquez evocara el
trabajo de Johannes Brahms (1833-1897) (Vásquez, op cit. 37).
21 Grabada por Alma Rosa Gaytán en el disco Música de Guatemala a través de los Tiempos. 1999. Guatemala:
GESDISA.
22 Grabación de la pieza por Zoila Luz García Salas está incluida en el disco compacto Ecos de Antaño. 1997.
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Música guatemalteca para piano
que resuelve con delicados pasajes cromáticos sincopados sobre acordes mayores
paralelos. El diseño del tema se traslada en su segunda parte a la tonalidad de Solb mayor
(c. 39 y ss.) luego de lo cual retorna el puente de la primera sección que prepara su
recapitulación. Una coda que inicia pausadamente en acordes con valores largos, retoma el
flujo de arpegios al final confirmando la tonalidad originaria.
Desde mediados de siglo XIX se había hecho sentir dentro de la burguesía acomodada
guatemalteca, una creciente aceptación de los bailes de salón. La música instrumental y
con ella el repertorio pianístico se dirigió cada vez más a satisfacer los requerimientos de
diversos salones de baile que se prodigaron al final del siglo. El violinista y compositor
Anselmo Sáenz (fl. ca. 1840-60) pionero en este cauce, abre una Academia de Baile en abril
de 1854 en el café Las Variedades, la cual, tenía por objeto “... que la juventud Guatemalteca
tenga una honesta diversión, que le sirva para ejercitar con la debida moderación y maestría los
hermosos bailes que por desgracia son desfigurados y estropeados por decirlo así, por aquellos que
primeramente no han aprendido las reglas de comedimiento y finura que por su complicación y
elegancia así exigen” (AGCA, 1854: B78.49. Leg. 1513, Exp. 36253). A esta academia seguiría
luego la de José Sevilla inaugurada en 1862 (de León, 2003: 58).
El repertorio de esos bailes de acuerdo al anuncio de la última academia citada eran : “Los
Zuavos, Los Lanceros, Los Rigodones o Cuadrillas, Contradanzas españolas y habaneras, La fiesta
de Gondoleros en Londres, Dos schotish nuevos, la Migueleña, La Imperial, La Varsoviana, La
Polka Nacional, la Redowa, la Siciliana y Napoleón III”, entre otros (Ídem, p. 59). Resalta en la
lista la Polka Nacional, nombre con el que fueron conocidas las polkas de compositores
locales como las de Lorenzo Morales (Vásquez op. cit: 51). El subtitulo de nacional
apuntaba al particular sabor de sus melodías que al igual que los trabajos de Anselmo
Sáenz (fl. ca. 1850-70) planteaban consistentemente la valoración del carácter y color
particular de música criolla, lo que las distinguía del repertorio internacional impersonal
de música popular de salón que venían practicando los compositores desde Benedicto
Sáenz23. Las polkas Las Circunstancias, Las Muchachas Alegres y La Presidenta de
Morales gozaron de gran popularidad y disputaban primacía con el repertorio importado.
23Vásquez cita entre estos compositores a Juan Ruiz, Prudencio España, Leandro Andrino, Francisco Gutiérrez
y Ricardo Beteta (Vásquez, 1950: 51).
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Dirección General de Investigación, USAC
A fines del siglo XIX Guatemala gozaba de una frondosa actividad artística apoyada
oficialmente en subvenciones que permitían la continua presencia de compañías de opera
y danza provenientes de diferentes lugares de Europa, principalmente de Italia y España.
Músicos y directores como Juan Aberle, José Cayano, Leopoldo Cantilena y Luis Roche,
entre otros, vinieron dirigiendo esos grupos y se quedaron en Centroamérica para
convertirse en líderes del movimiento musical local ya como organizadores, directores,
intérpretes, educadores o compositores.
Por su parte el director y compositor alemán Emilio Dressner vino a Guatemala en 1875
procedente de San Salvador, donde había trabajado como Director de la Banda de los
Supremos Poderes desde 1870 (González, 1940: 11). Dressner fue llamado por el nuevo
gobierno liberal de Guatemala para dirigir la Banda Marcial y luego el Conservatorio
Nacional de Música en 1884. Desde su llegada desarrolló un amplio trabajo como profesor
de armonía y orquestación, formación que recibieron, entre otros, Rafael Álvarez, German
Alcántara, Manuel E. Moraga, Fabián Rodríguez y Ángel López (Álvarez et al., 1889: 1),
jóvenes miembros de la Banda Marcial, que posteriormente serían músicos prominentes
del país. Otro de los aportes de Dressner fue dar a conocer obras del romanticismo alemán,
renovando el gusto estético guatemalense que estaba impregnado del sabor a opera
italiana (Vásquez, 1950: 147). Compuso piezas para piano como la galopa El tranvía
Guatemalteco publicada en el cuarto número de la revista La Juventud Musical en 1888
62
Música guatemalteca para piano
(Álvarez et. al. 1888: 4-5) y realizó arreglos de piezas operísticas como su Trascripción
Brillante de la mazurka Hamburgo de Dionisio Granado, las cuales fueron modelos de
comportamiento musical para sus alumnos. En San Salvador había dado a conocer su
obertura para banda Mi Salutación a El Salvador, la marcha Independencia y sus
Canciones sobre melodías del Norte (González, op cit.:12).
Por su parte el compositor colombiano Pedro Morales Pino quien llega con la estudiantina
Lira Colombiana a principios del siglo XX, adquiere prominencia en el medio artístico
guatemalteco, participando exitosamente en diversos certámenes musicales organizados
por el estado guatemalteco. En 1903 su vals Minerva, dedicado al dictador Manuel Estrada
Cabrera, es publicado en el Álbum de Minerva. En 1904 Morales Pino obtiene medalla de
bronce y diploma en el Certamen de música de la Exposición Nacional de ese año y en
1909 aparece junto a Herculano Alvarado y Rafael Álvarez como jurado en el concurso
promovido para conmemorar el Centenario de Miguel García Granados (Vásquez, op. cit.
67-69).
Por otro lado, el Repertorio y gran Agencia Musical Vásquez A. Hermanos, activa en la
segunda década del siglo XX, publicó el paso doble flamenco El Machaquito, (Catálogo
No. 340) del filarmónico español Rafael Gascón, quien dirigía la banda del Batallón Móvil
llamada Banda Alegría alrededor de 1892 (Zamora, 1972: 440).
Música para piano de compositores mexicanos fue popular en Guatemala a fines del siglo
XIX. En 1897 el almacén de instrumentos de Juan Blanco, establecido en la ciudad capital,
importaba y anunciaba la llegada de lotes de música mexicana de salón25. Destaca aquí la
figura de Francisco Navarro cuyos trabajos circularon principalmente en la región
occidental del país. En Quetzaltenango y San Marcos se realizaron respectivamente copias
manuscritas de sus piezas Horas de Amor y la mazurka Maria en 1896 (Catálogo Nos. 657
y 660). Escribió piezas inspiradas en motivos guatemaltecos como el chotis Las
Guatemaltecas.
Navarro vio publicados algunos de sus trabajos por la famosa editora musical mexicana,
distribuidora de pianos, H. Ángel Sucesores, quien daba impulso tanto a sus compatriotas
63
Dirección General de Investigación, USAC
A principios del siglo XX la marimba, que venia siendo empleada tradicionalmente por el
sector indígena de la población, crece en atención por parte de la clase mestiza dominante,
debido por una parte, al apoyo oficial del gobierno (Taracena, 1995: 57) y por otra, a la
evolución que el instrumento había tenido en manos de los marimbistas y compositores
mestizos, de su forma diatónica sencilla a la actual marimba doble cromática, cambio
ocurrido a fines del siglo anterior por múltiples caminos en Guatemala y México
(Arrivillaga, 1995: 92 y Godínez, 2002: 133).
Dentro del repertorio para piano de música de salón popularizado por la marimba, fue el
vals la forma predilecta. A fines del siglo XIX se estableció en Guatemala la práctica de
“grandes valses” de corte vienés, como era popular en Europa. Estas composiciones
26 Rafael Álvarez (1858-1946) y Germán Alcántara (1863-1910), entre otros autores nacionales, realizaron
arreglos para banda y estudiantina, de estas piezas del repertorio pianístico Ver catálogo de los arreglos de
piezas de autores extranjeros realizados por Rafael Álvarez en (de Gandarias, 2005: 18).
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Música guatemalteca para piano
constaban de una introducción que daba paso a la sucesión de cuatro valses estructurados
individualmente en forma ternaria con trío, finalizando con una coda que rememoraba
temas presentados concluyendo con un alegre final (Alvarado, 1984: 195).
En esta línea Julián Paniagua Martínez (5/11/1856 – 27/5/1946), escribe su vals Tecún
Umán (Antología No. 13), que gana medalla de bronce en el certamen de la Exposición
Nacional de 1904. Esta pieza ha sido calificada por Rafael Vásquez como “la más genuina
expresión de nuestra música vernácula”, pues presenta, de forma híbrida, la sustitución
del primer vals por un son tradicional indígena proveniente de la danza llamada Baile de
la Conquista27, que se practica en el altiplano occidental del país, y luego, primorosamente
acabada, la serie de los tres valses restantes cuya elaboración y elegancia dejan atrás la
simple exploración de la música regional en el género bailable. La estructura de la coda
ofrece en orden inverso la presentación de los temas, de primero el segundo vals, luego el
primer vals íntegro, cerrando con la reexposición del tema indígena y su conclusión con
los trémolos de la introducción, con lo cual da forma de arco a la composición.
Julián Paniagua, recibió clases de armonía con Emilio Dressner durante el tiempo que
trabajó como ejecutante de barítono en la Banda Marcial, distinguiéndose luego como
director y compositor. Contribuyó al desarrollo de la marimba cromática orientando a los
marimbistas Hurtado quienes construyeron la primera marimba de doble teclado en
Quetzaltenango. Escribió principalmente música de salón que fue premiada en múltiples
concursos, tales los casos de La Democracia, marcha premiada en 1899 en la Exposición de
París, el vals Murmullo de besos que obtuvo medalla de bronce en Exposición de San Luis
en 1904 y el vals Ojitos Negros, medalla de bronce en la Exposición de Chicago también
premiada en la Exposición de Guatemala (Díaz, 1929 I: 127).
El chotis Amistad y Cariño (Antología No. 14) del violinista Agustín Ruano (5/5/1869-
23/12/1900) y el vals Noche de Luna en las Ruinas (Antología No. 15), compuesto, luego
de los terremotos de 1917-18, por el guitarrista y marimbista quezalteco, Mariano Valverde
(20/11/1884 - 27/12/1956) resultaron muestras bailables muy adecuadas al sentir popular
gracias a la difusión que obtuvieron en sus versiones para marimba, luego de lo cual
fueron objeto de múltiples arreglos corales y orquestales posteriores. El chotis de Ruano
fue utilizado en 1950 como fondo de la película El Sombrerón, primera producción fílmica
de ambiente colonial realizada en Guatemala. El vals de Valverde es una pieza de gran
expresividad melódica y riqueza armónica, escrita en formato ternario, cuya carga de
nostalgia y alegría impregnada de sentir regional resultan su mejor sello.
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Música guatemalteca para piano
El éxito que tuvo en Guatemala la ópera Carmen del compositor francés Georges Bizet
(1838 – 1875), estrenada en 1894 por la compañía de Augusto Azzali, (Díaz, op. cit. I: 61),
contribuyó a popularizar la música de danza española ya que la obra magnífica, el sabor
gitano y las danzas españolas. Compositores como Rafael Álvarez y German Alcántara
realizaron arreglos para guitarra, estudiantina y banda de números seleccionados de esta
ópera. En el mismo espíritu se encuentran además los valses España de Emile Waldteufel,
los que a la sazón gozaban de gran popularidad.
Múltiples compositores crearon obras para piano utilizando o evocando ritmos y colores
de la música española. Uno de los ejemplos tempranos lo ofrece Manuel Martínez-Sobral,
quien compuso entre 1903 y 1905 sus Cuatro Piezas en el Modo Español, de las que se
conserva el paso doble Volapié, pieza virtuosa de influencia beetoveniana que maneja
eficazmente el color, la densidad de los recursos del piano. Otro compositor igualmente
importante es Jesús Castillo (9/9/1877–23/4/1946) de quien se ha mencionado ya el Vals
Capricho Español Fiesta de Pájaros en conexión al repertorio de piano popularizado por
la marimba. Otras de sus obras como las Oberturas Indígenas, siguieron la misma suerte,
lo que favoreció la ligazón de su producción creativa a la expresión nacionalista, campo en
el que surge como la personalidad más influyente en la primera mitad del siglo XX, por su
doble trabajo de investigador y compositor. Esta situación ha tornado impalpable una
faceta importante de la producción de Castillo, como lo es su creación pianística de ámbito
más amplio que, aun cuando valora lo nacional, no se refiere a las esencias indígenas de su
país sino a las particularidades de la música popular española y latinoamericana. En este
sentido su papel pionero en la reivindicación de las esencias propias ante lo importado se
magnifica. El interés del compositor quetzalteco por la música española se descubre por la
presencia de varios trabajos en lo que llamaba Cultura de la música Española para
diferenciarla de la Cultura de la música vernácula, nombres bajo los cuales agrupaba sus
trabajos. Dentro del espacio que rinde homenaje a España escribe el Vals Español Alma y
una Selección de aires Españoles que incluye cuatro números: Sevillana, Jota Navarra,
Tango Español y Bolero Madrileño (Catálogo No. 233). Forma parte de esta serie la
Segunda Suite Española, compuesta de cuatro movimientos: 1 Seguidilla, 2. Bolero, 3.
Aragonesa y 4. Serenata Ibera, de los cuales se reproducen aquí los dos primeros
(Antología No. 16).
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La primera sección (A) del Bolero presenta el tema en la tonalidad de La menor (la tónica)
en versión de inicio anacrúsico, adornando la nota final con pasajes agudos en corcheas
sobre la versión ascendente de la escala menor melódica (c. 16-24), recurso que reaparece
al final de la pieza. La segunda aparición del tema (c. 25-33), ocurre en la región de la
subdominante y agrega las figuraciones ornamentales señaladas empleando ahora
semicorcheas. En el cierre, afirma la tónica mayor seguido de una codetta que retarda el
tiempo al final. La sección B, inicia a tempo variando el tema al eliminar la anacrusa inicial
y cambiar la dirección en la parte central y el final (c. 37-43). Completa el discurso con un
segundo tema que concluye con una breve codetta (c. 44- 54). La repetición del tema
conduce una ampliación de la codetta transformada en una sección modulante (c. 69-81)
para concluir en la tónica. La reexposición (A’) recupera el diseño originario del tema
ahora en la tonalidad paralela mayor haciéndose acompañar por deslizamientos
cromáticos de acordes, agregando pasajes escalísticos, arpegios y pasajes por cuartas y
quintas de sabor impresionista, que desembocan en un nuevo pasaje de carácter virtuoso
en semicorcheas ejecutado alternado las dos manos en tiempo rápido, cuyo diseño se basa
en la parte central del tema principal.
Los dos artistas tuvieron éxito internacional como intérpretes: Paniagua formó el trío
Paniagua ejecutando en 1929 su Serie Sinfónica al estilo de los viejos maestros que fue
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Música guatemalteca para piano
positivamente criticada por R. D. Turbull quien expresa “... aunque las formas son antiguas,
el pensamiento es evidentemente nuevo y original...” (Narváez, 1929: 3). Trabajó acompañando
renombrados artistas en el “Orpheum Theatre” y llegó a estrenar su obra orquestal
Leyenda Maya en el Aeolian Hall en Nueva York. Sandoval fue acompañante de múltiples
estrellas internacionales del canto como la diva Carmen Ponselle y el famoso tenor Gigli,
se distinguió también como director (Cheves, 2000: 44).
Estas últimas experiencias les estimularon a escribir piezas para piano basadas en los
ritmos de danza de los países que visitaron, de esta suerte surgen Recuerdos Panameños
(Antología No. 17; CD No. 12) donde Raúl Paniagua recrea libremente el ritmo de pasillo,
danza tradicional colombiana practicada también en Ecuador y Panamá (Gómez, 1995:
114). La pieza, construida en un formato ternario del tipo ABA con coda, ostenta un estilo
romántico nacionalista afín a las Danzas Cubanas de Ignacio Cervantes (1847-1905) y el
trabajo de Manuel M. Ponce (1882-1948) en México.
La Danza de Miguel Sandoval editada por G. Schirmer en Nueva York en 1938, constituye,
al igual que el Danzón de Belarmino Molina (Catálogo No. 507), muestra tardía de la
influencia de la habanera cubana en la música latinoamericana. Construida en un formato
ternario, la pieza reproduce los clisés de esta danza sin modificación alguna. La práctica de
especies populares hispanoamericanas en Guatemala, entre ellas la habanera se ha
documentado desde el siglo XIX, en la academia de danza de José Sevilla (1862), según se
ha señalado anteriormente. Dieron continuidad a esta práctica las danzas La Estrella de
Rafael Álvarez, Una Flor de Julián González, Flora de Manuel Moraga y las Tres Danzas
Cubanas de Jesús Castillo, obras compuestas entre fines del siglo XIX e inicios del XX.
Aquí se ilustra el trabajo de Carlos Soto con su pieza Tormentoso (Antología No. 18; CD
No. 21) escrita con motivo de la tormenta Stan que azotó el territorio guatemalteco en
2005. Se trata de una adaptación para piano de una pieza para trío de Jazz (piano, bajo y
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6. La impronta impresionista
28 Ver notas de Rodrigo Asturias sobre la producción pianística de Ricardo Castillo en el disco compacto
correspondiente al Volumen V de la Serie Guatemala, Marco Polo 8.225077.
29 Grabada por Zoila Luz García Salas en Ecos de Antaño. 1997. Fundación para la Cultura y el Desarrollo.
Cantabile HGG50497.
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Música guatemalteca para piano
Solares inicia sus estudios de piano en Guatemala bajo la guía de Leonor Arroyave,
Georgette Contoux, Raúl Paniagua y Salvador Ley, y de composición con José Castañeda.
Su abandono de las raíces locales es congruente con una vida continuada de contacto con
el viejo continente, primero en Checoslovaquia e Italia, como estudiante entre 1936 y 1942
y luego como diplomático entre 1948 y 1982 en Italia, Bélgica, Francia y España. En Praga
estudió piano con Vilém Kurz y composición con Jaroslav Kricka en Praga y en Italia,
piano y composición con Alfredo Casella en la Academia Chigiana en Siena. No obstante,
antes de marchar a Europa por segunda vez, enseñó piano en el Conservatorio Nacional
de Música por espacio de cinco años, escribió artículos sobre temas musicales en el diario
El Imparcial y trabajó como director musical de la radio oficial TGW. Seis de sus piezas
para piano fueron publicadas por editoriales de Bélgica, Estados Unidos y Guatemala (Ver
Catálogo Nos. 882-84, 887 y 890).
Dentro de su amplia y sólida producción para piano que comprende una treintena de
obras, se destacan, por su número, los preludios y los estudios. En 1948 escribe en
Guatemala su Preludio en Re (Antología No. 19), con claro tinte impresionista ya
mostrado en piezas anteriores como su Canción de Cuna, publicada en 1944 en Bélgica por
la editora Uitgave Metropolis Antwerpen. El Preludio en Re, es una pieza de gran
delicadeza escrita en dos partes, la segunda una repetición variada y de menor extensión
que la primera. La obra es definidamente tonal (Fa mayor) matizada armónicamente con
acordes de séptima mayor o de novena, a menudo invertidos. La segunda parte del tema
emplea un poli-acorde extendido en un pasaje climático (c. 23-32), que aunque
armónicamente estático, (Fa menor en mano derecha y Sib en mano izquierda), reporta
gran dinamismo gracias a la aplicación de una modulación rítmica, primero en
disminución de valores y luego en ampliación, para dar paso a la reexposición del tema.
En Copok, publicada cuatro años más tarde, Solares muestra una tendencia más moderna
con el uso de técnicas politonales, diversos modos, mayor complejidad armónica y rítmica
(Sider, op. cit.: 55-58). En la misma dirección se encuentra el segundo de sus Dos Valses
Cómicos y Sentimentales (1968) (CD No. 18)31, composición no tonal basada en un grupo
de seis notas cuyas relaciones interválicas básicas generan los principales aspectos
30 Ver notas del disco Antología de Música Guatemalteca para piano. 1990. Ministerio de Cultura y Deportes,
donde la obra se encuentra grabada, ejecutada por el pianista Joaquín Marroquín.
31 El título parodia el de los "Valses Nobles et Sentimentales" de Maurice Ravel compuestos en 1911. Este
trabajo escrito en Paris en 1968 fue publicado por el Departamento de Apoyo a la Creación del Ministerio de
Cultura y Deportes en 1990.
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Como compositor fue conocido por su poema sinfónico La Luz Negra (1936), pieza de
carácter descriptivo, escribiendo diez composiciones para piano entre 1934 y 1950
(Catálogo Nos. 184-93). La mayor parte de estas piezas conservan un sentido tonal de
espíritu romántico, como su vals Bella Genoveva (1950) o el Romance Voces del Alma
(1936). Dos de sus trabajos, la Danza Morisca (1934), que se conoció también en versión
orquestal, y Carmen, Serenata Morisca, recogen su aprecio hacia la música andaluza.
Su Pensamiento Fugitivo No. 2 (Antología No. 20; CD No. 13), compuesto en 1936, ofrece
una muestra temprana del empleo de recursos impresionistas en el medio guatemalteco.
La pieza estructurada en forma ternaria del tipo ABA presenta en su primera sección un
delicado tema lírico, en dos partes, en modo Dórico sobre un acompañamiento politonal
compuesto de tonalidades en relación de mediante cromática (Do, Mib). El ambiente
logrado sugiere una atmósfera similar al de la primera Gimnopedia del compositor francés
Erik Satie (1866-1925).
Otro de los discípulos de Ricardo Castillo, en cuya producción se encuentra con mayor
ímpetu el trazo nacionalista de corte romántico, es Porfirio González Alcántara (2/4/1926-
1992). Entre 1942 y 1947 estudia becado en el Conservatorio Nacional de Música contando
entre sus maestros a Georgette Contoux de Castillo (piano) y Augusto Ardenois, José
Castañeda y Raúl Paniagua (armonía y composición). Compuso en diferentes géneros
abarcando la música académica, popular, religiosa y escolar. Entre sus obras de
reelaboración folklórica se encuentran sus cuatro Suites Indígenas compuestas en 1950,
1954, 1962 y 1978, respectivamente, así como sus ballets Ixquic (1953), Juguetes de Feria
(1964) y El Nahual (1964).
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Música guatemalteca para piano
Por su parte, Héctor Dávila (28/7/1927 - 25/12/1965), quien se desempeñó como flautista
principal de la Orquesta Sinfónica Nacional hasta el año de su fallecimiento, ocurrido en
Estados Unidos, se descubre también como compositor a mediados del siglo XX. Dávila
estudió en el Conservatorio Nacional de Música graduándose de flautista en 1947 y de
pianista en 1954. Fue discípulo del flautista German Arturo Paniagua. Entre sus obras
queda memoria de sus dos Cuartetos de Aliento y Tres Romances para viola (Anleu, 1991:
155).
32 El primero de estos Caprichos fue publicado en 1990 por el Departamento de Apoyo a la Creación del
Ministerio de Cultura y Deportes.
33 Grabada por Alma Rosa Gaytán, sobrina del artista, en el disco Música de Guatemala a través de los
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Su trabajo para piano comprende catorce composiciones (Catálogo Nos. 864-78) entre las
que destacan tres conciertos para piano y orquesta, el primero de los cuales, dedicado al
pianista José Arévalo Guerra, obtuvo el primer premio en Certamen Nacional Permanente
de Ciencias, Letras y Bellas Artes “15 de Septiembre” de 1957. La mayor parte de esta
producción la realiza en la década de 1950 que abarca su primer periodo compositivo,
caracterizado por la influencia impresionista de intención folklorizante señalada, y parte
de una segunda etapa de tendencia neoclásica. Una modernización de su estilo se observa
en su tercer concierto para piano finalizado en 1968 donde se vuelca al manejo de recursos
seriales.
Los dos preludios aquí reproducidos (Antología No. 23) son parte de sus Seis Preludios
Op. 8, obra de juventud dedicada al pianista José Arévalo Guerra quien fue una de sus
principales influencias en ese momento34. El primero es una pieza de carácter festivo que
dibuja un diseño binario del tipo AA de gran regularidad y simetría, siendo cada una de
las partes binaria y las secciones que las conforman también, empleando como recurso
constructivo la sucesión de bloques contrastantes con figuras rítmicas iterativas. La unidad
del conjunto se define rotundamente al emplear el mismo motivo rítmico del inicio del
primer tema, al principio las demás secciones. Aun cuando el tejido armónico contiene
triadas y acordes de séptima y la pieza inicia y finaliza en un acorde de Do mayor, el
sentido tonal queda desvanecido por el frecuente empleo de acordes aumentados, la
inclusión de cromatismo en escalas y fundamentalmente por el empleo de sucesiones no
funcionales de acordes, principalmente en reiteradas alternancias y ostinatos en el
acompañamiento.
Juan José Sánchez Castillo (25/1/1936) es otro de los compositores que bajo la influencia
de Ricardo Castillo explora los recursos impresionistas desde sus tiempos de estudiante en
el Conservatorio Nacional de Música donde escribe su Tocata en 1955. Sánchez ha
centrado su esfuerzo compositivo en la realización principalmente de piezas para piano,
donde ha experimentado con técnicas diversas incluyendo el serialismo, en su pieza
Tres de los preludios (Nos. 1, 2 y 4) fueron grabados por la pianista Alma Rosa Gaytán en el disco Música de
34
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Música guatemalteca para piano
Tristeza (1995) y el empleo de sonidos alternativos generados por ejecuciones con la mano
o con baquetas sobre la caja y las cuerdas del instrumento como en las obras Romance
Tétrico y el Vals dedicado a su alumna Carolina Macá.
El primer movimiento de la última suite, titulado Corpus (Antología No. 24; CD No. 14),
es una pieza vivaz edificada bajo una estructura ternaria del tipo ABA con coda, en un
lenguaje armónico tonal con predominio de acordes de séptima y acordes con notas
agregadas de definitivo gusto impresionista. Se observa la relación e influencia de la suite
Guatemala Serie de Impresiones de Ricardo Castillo no solo en el sentido descriptivo, que
recrea libremente una celebración tradicional, en este caso la fiesta del Corpus Christi de la
ciudad de Sololá, lugar de nacimiento de Sánchez, sino en el diseño del tema principal que
recuerda al de la Canción del Pescador de la suite de Castillo.
La Sonatine Op. 1035 (Antología No. 25) del multifacético artista Enrique Anleu Díaz (n.
1940), quien se ha desarrollado a la vez como pintor, violinista, director, compositor y
musicólogo, es una muestra de la fuerza y pervivencia de la impronta impresionista en los
compositores guatemaltecos entrada ya la segunda mitad del siglo XX. Escrita en 1968, la
Sonatine, dedicada al virtuoso pianista Manuel Herrarte, consta de tres movimientos:
Moderé, Lent et Triestment y Festivo. La obra junto a sus Preludios compuestos en entre 1963
y 1969 corresponden a su etapa inicial de producción creativa (finales de 1950 y década del
60) cuando el universo de sus intereses estéticos se centraba alrededor de figuras como
Claude Debussy, Maurice Ravel, Igor Stravinsky y Alberto Ginastera, cuya música
orquestal conocía a través de su trabajo como violinista de la Orquesta Sinfónica
Nacional36. En este momento escribe también música de sentido nacionalista empleando
recursos técnicos del impresionismo, como la habían realizado anteriormente Ricardo
Castillo y su discípulo Jorge Sarmientos de quien Anleu recibió cursos.
35 Grabada por Alma Rosa Gaytán en el disco Música de Guatemala a través de los Tiempos (ver discografía
al final)
36 Entrevista con el compositor el 17 de mayo de 2003.
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Entre ellas destacan su Suite orquestal Ciudades Mayas (1967), Dos Parábolas Sinfónicas
(1967) y el Esbozo sinfónico Kaprakán (1968).
La Sonatine presenta una construcción tonal velada por el tejido armónico. El primer
movimiento, Moderé, emplea una mezcla de acordes de séptima invertidos, acordes con
notas agregadas y acordes aumentados. Las relaciones tonales de mediante entre el primer
tema en la tónica (la menor) y su repetición variada (en Do# menor), en tiempo más lento,
que funciona como segundo tema, así como el énfasis en grados secundarios invertidos, en
ondulaciones volátiles de semicorcheas en el acompañamiento del inicio, contribuyen a
establecer el oscurecimiento de las relaciones tonales tradicionales dentro de una
atmósfera delicada. Con el mismo propósito, el tema conclusivo de la exposición (c. 17-24)
retoma la tonalidad principal iniciando, no con el primero, sino con el III grado.
Finalmente la cabeza del tema aparece en una corta reexposición en la tonalidad paralela
mayor (La mayor) incorporando en forma conclusiva acordes aumentados y un acorde de
séptima mayor con sexta agregada al final.
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Música guatemalteca para piano
José Castañeda se distinguió como promotor del arte y la cultura guatemalteca. Luego de
su regreso de París, en 1929, donde había estudiado en La Schola cantorum y L’Ecole
Normale de Musique con Charles Koechlin y Paul Dukas, fundó la Orquesta Ars Nova,
para la que logró el patrocinio oficial del Gobierno en 1936, durante el régimen de Jorge
Ubico, llamándose Orquesta Progresista. Luego de la revolución de octubre de 1944, la
agrupación pasó a llamarse Orquesta Sinfónica Nacional. El mérito de Castañeda al
conseguir la subvención estatal y oficializar el grupo orquestal es de incalculable valor,
sobre todo si consideramos el escaso aprecio y convencimiento de inversión en el arte que
ha padecido Guatemala. La dignificación del músico como trabajador profesional fue la
mejor manera de reconocer la dedicación, el esfuerzo y la disciplina que requiere el trabajo
de los intérpretes.
Publicó en 1967 su denso tratado titulado “Polaridades del Ritmo y del sonido”, donde
expone nuevos y prácticos sistemas de notación musical y de la danza, que causaron
interés internacional. En 1922 compuso la música de la Chalana, himno universitario con
letra de Miguel Ángel Asturias cuya alegría sigue invadiendo el espíritu estudiantil al
presente.
De su producción creativa para piano se han conservado dos piezas: La Doncella ante el
espejo Cóncavo y el Nocturno Melancólico. De sabor impresionista, ambas emplean
técnicas neoclásicas centradas en la valoración de las funciones tonales y la claridad en las
frases, contraponiendo a ello recursos como la politonalidad, el continuo cambio de centro
tonal o el empleo de acordes incompletos e invertidos.
La Doncella ante el espejo cóncavo (Antología No. 26 [I]; CD No. 15) sugiere la visión
deformada de una doncella en un espejo cóncavo a través del empleo de la politonalidad.
La melodía inicial, construida sobre la escala de mi bemol menor natural, se desfigura,
merced de la tensión armónica provocada por el choque del acompañamiento sobre un
acorde Re séptima, (distancia de segunda menor). La pieza se erige sobre la base de tres
conformaciones acórdicas sin tercera a partir de la notas Mi y Mib, ejecutadas por la mano
derecha y distribuidas en las tres secciones de que consta la pieza. El acompañamiento es
un arpegio continuo en corcheas sobre un “acorde pedal” con pocas variantes situado
medio tono más grave. La unidad estructural se produce por el uso de diseños melódicos
de la primera sección en las dos restantes.
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La segunda sección se construye medio tono arriba, en tres frases de tres compases,
retomando el diseño de la cabeza del tema al principio y el acorde disminuido al final. La
tercera sección reexpone la parte central del tema medio tono arriba, presentando en su
ultima parte una síntesis de los materiales empleados, utilizando sucesivamente la escala
de mi menor, la de Mi bemol menor y el acorde disminuido sobre Mi, para finalizar con el
intervalo Mi-Si, todos acompañados medio tono bajo con el ostinato correspondiente.
37Ver catálogo de las obras de Salvador Ley en la tesis de German Rafael Lobos Mendoza “Ciclo de Vida”
Canciones de Salvador Ley, Análisis musical y breve biografía del autor. Guatemala: Universidad del Valle
1999. pp. 25-28.
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Música guatemalteca para piano
El pequeño estudio Trills (Antología No. 27), compuesto tres años más tarde, es una pieza
escrita en estilo contrapuntístico que busca desarrollar la destreza en la ejecución de trinos
tanto de semitono, como de tono completo o su combinación, con inicios en nota aguda o
en nota grave. La estructura describe un diseño circular con introducción y coda. La
introducción establece la tonalidad de La menor alternado en las dos manos, a octava, una
bordadura superior sobre la tónica (La) y luego sobre la tercera menor (Do). Las
bordaduras inician separadas por silencios, que luego de cuatro compases pasan a ser
trinos, imprimiendo una aceleración que da paso a la parte central. Ahora, aun cuando las
notas constitutivas de la triada sobre la tónica siguen siendo priorizadas, el sentido tonal
es incierto gracias a la muda constante de la tercera de menor a mayor y viceversa. Esta
sección contiene varios motivos en corcheas y sus imitaciones, conectados por pasajes de
trinos en semicorcheas bajo diferentes formas (alternados, paralelos, en movimiento
paralelo o contrario algunas veces en secuencias cromáticas) que funcionan
episódicamente entre la presentación de los motivos en corcheas a la manera de una
invención a dos voces. Los procedimientos imitativos en el tratamiento de los motivos
incluyen imitación a la octava en contrapunto invertible (c. 8-9 y 27-28) e imitación en
espejo también en contrapunto invertible (19-22). El caleidoscópico tratamiento de
combinaciones de los trinos constituye un reto a la atención y la memoria del intérprete.
La pequeña coda con que concluye la pieza, retoma la estabilidad tonal inicial combinando
ahora bordaduras superiores e inferiores a medio tono sobre las notas constitutivas de la
triada sobre la tónica, en continua deceleración rítmica (tresillos, corcheas, negras, blanca)
en forma inversa a la introducción.
Otro pianista notable que escribió piezas virtuosas para su instrumento en un estilo
neoclásico es Manuel Herrarte (28/12/1923-2/2/1974), quien recibió cursos de armonía
con Ricardo Castillo y de piano con Georgette Contoux en el Conservatorio Nacional de
Música en Guatemala, graduándose de pianista y director de orquesta en 1944. Al año
siguiente fue becado para estudiar en Eastman School of Music en Rochester, Estados
Unidos, bajo la tutela de Howard Hanson (composición), Paul White (dirección de
orquesta) y Bernard Rogers (orquestación), tomando un curso con Robert Casadesus. Es en
Rochester, en 1945, durante la época de su mayor producción, donde escribe sus Tres
piezas para piano de las cuales se reproduce aquí la tercera, titulada Toccata (Antología
No. 28; CD No. 17).
Esta obra presenta una forma binaria compuesta del tipo A A’, unificada por el empleo de
un incisivo motivo rítmico en semicorcheas en diferentes zonas tonales y modales a lo
largo de toda la pieza. En un estilo virtuoso de gran brillo pianístico Herrarte explota no
solo recursos de destreza técnica, como pasajes escalares, empleo de terceras en la melodía
y ritmos complejos compartidos en las dos manos en tiempo rápido, sino los colores del
piano en sus regiones aguda y grave. Algunas de estas características se vuelven a plantear
posteriormente en piezas de menor dimensión, donde recurre principalmente a la forma
binaria simple, como el tercero de sus Six Sketches for piano, publicados 195338 por Elkan
Vogel o la primera de sus Tres Danzas, publicada en 1957 por Peer International en New
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York, una de sus composiciones más aceptadas por los pianistas guatemaltecos.
Con la llegada del segundo tema (c. 38-53) en terceras paralelas, separadas dos octavas,
con pedal sobre Do y acompañamiento en clusters, teniendo como centro tonal la región
dominante de Fa Mayor, cesa el movimiento motórico de las semicorcheas. Se presenta
aquí una estructura acórdica homorrítmica y pandiatónica que recuerda la parte de piano
solista en Petrushka de Igor Stranvinsky (1882-1971). Fragmento de este tema reaparece al
final concluyendo la obra sobre un tejido armónico pentatónico. Para cerrar la primera
sección, Herrarte presenta pasajes de ritmo aditivo del tipo 6 + 2 (c. 54-57 y 62-65), dentro
del compás binario (2/4) que rige la pieza, alternándolos con el tema principal que se
presenta sucesivamente en los modos dórico (sobre Sol) y Lidio (sobre Re). Como
conclusión de la sección concurre otro pasaje polirrítmico (c. 70-73), donde combina
divisiones regulares e irregulares de los tiempos (4 contra 5) y un descenso final de
segundas que concluye en la nota principal (Re), luego de lo cual inicia la segunda parte
que reelabora los materiales ya presentados.
Las piezas que constituyen Dos Ámbitos desde un claustro (Antología No. 29) son
versiones para piano de extractos de obras corales que recrean un ambiente monástico a
través de la remembranza de los modos antiguos y de su esencia musical, resaltando
juegos armónicos entre lo modal y lo diatónico sin llegar resolver tonalmente40. La primera
proviene del oratorio Violante en el Claustro para coro, orquesta y declamadores escrita
en 1960, y está construida contrapuntísticamente con cambios frecuentes de compás, en un
39 Fecha de nacimiento según cédula de vecindad del compositor. El año de 1937 como año de nacimiento de
Orellana que se consigna en diversas publicaciones donde aparece su nombre deriva de datos proporcionados
por el mismo artista, teniendo en cuenta una fe de edad levantada en el Jícaro, municipio del Progreso que
dice haber visto cuando era niño.
40 Notas relativas a la grabación de estas piezas en la contra carátula del disco LP Antología de música
Guatemalteca para piano 1990. Ministerio de Cultura y Deportes. Departamento de Apoyo a la Creación.
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Música guatemalteca para piano
esquema binario del tipo A, A’. La primera sección presenta a dos voces un diseño
melódico reiterado en diferentes regiones modales iniciando en el modo eolio en Mi, con
énfasis melódico en el V grado lo que provoca una ambivalencia modal. Este juego lo
mantiene trasladado a otras regiones cerrando con una sugerencia de cadencia imperfecta
sobre Si b (c. 11-12). La transición al segundo tema (c. 15-18) se levanta en el modo dorio
en Fa, para concluir en el eólico sobre Do introduciendo octavas en el bajo e intervalos de
quinta paralelos en la melodía.
El segundo tema emplea cuartas y quintas paralelas con ritmo sincopado. Se presenta dos
veces, concluyendo la primera con una sugerencia de cadencia perfecta en Sol (c. 22-23) y
la segunda en Si (acorde sin tercera) (c. 27-28) lo cual afirma la ambivalencia modal y tonal
en creciente densidad. La segunda sección reexpone los materiales de la primera, ahora
sobre notas pedales, ampliando la textura a tres voces, finalizando con un triada menor
sobre Sol (c. 44). Una pequeña coda, que resume las características mostradas, aumenta la
densidad al máximo empleando acordes paralelos con indicación fortísimo, para finalizar
tenuemente en una triada sobre La mayor en región grave.
La segunda pieza, Antepar III, proviene de la parte central de la obra del mismo nombre
para coro orquesta y soprano solista, compuesta en 1980, en la cual el autor evoca
retrospectivamente un pasado musical a través del empleo de los modos eclesiásticos que
representan el espíritu religioso. El título es una contracción que significa “antes del
paraíso” expresando un ideal presentido. Aquí Orellana despliega una melodía modal de
amplio vuelo lírico dividida en dos partes contrastantes. La primera elabora la melodía en
un estilo casi monódico en tres secciones relacionadas motívicamente, presentándola al
inicio desnuda a doble octava, luego acompañada por un bajo en octavas que concluye en
un intervalo abierto de quinta sobre Sol (c. 12), que se constituye como centro modal de la
pieza. La melodía aparece finalmente en el bajo con subsiguiente apoyo a octavas en la
mano derecha.
La segunda parte presenta un tema complementario del mismo carácter, ahora en forma
homófona acompañado por arpegios de acordes por cuartas trasladando el centro tonal a
Do, finalizando con una semicadencia sobre un acorde sugerido de séptima sobre la
dominante (c. 52). Orellana no llega a enunciar abiertamente este acorde suprimiendo su
tercera. En su repetición la melodía concluye, al igual que la primera parte, en un intervalo
abierto de quinta pero ahora sobre Do.
Uno de los pianistas y profesores de piano más productivos que ha contado Guatemala en
los últimos cuarenta años es Juan de Dios Montenegro Paniagua (29/3/1934). Forma parte
de una de las familias de músicos de mayor abolengo en Guatemala: la familia Paniagua, a
la que pertenecieron Lucas, Albino y Pablo, hijos de Lucas Paniagua y María del Carmen
Monterroso, quienes proyectaron su trabajo en la segunda mitad del siglo XIX. Les
sucedieron en la siguiente generación Miguel (organista), Pedro de Jesús (organista y
violinista) y Santos (contrabajista) continuando otras dos generaciones más donde se
encuentra Germán Arturo (flautista), Julián (compositor y director) y los hermanos Emilio
Arturo (pianista) y Raúl (pianista y compositor), hasta el presente con el hijo de este último
el pianista Raúl, radicado en México y los virtuosos hermanos José Santos (violinista) y
Juan Carlos (violoncelista).
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Dirección General de Investigación, USAC
Fiesta (Antología No. 30) es el tercer movimiento de su Sonata Op. 15 finalizada en 2004.
En esta pieza, estructurada en forma binaria (A A’), en la que cada sección se compone de
dos partes bien diferenciadas, el autor describe una festividad de un pueblo imaginario de
Guatemala a mediados del siglo XX, visto desde el ángulo de un niño, como un retrato
autobiográfico. Montenegro introduce esa atmósfera iniciando con rápidos arpegios que
descansan en un intervalo de segunda mayor desplazados en diferentes octavas,
simbolizando los cachinflines y fuegos pirotécnicos que acompañan las fiestas
tradicionales, idea similar a la planteada en 1934 por Ricardo Castillo en el inicio de La
Entrada de la Cofradía (La Parranda), cuarta pieza de la suite Guatemala Serie de
Impresiones.
En seguida presenta en sucesión los temas principales de la primera parte que son
citaciones de dos de las rondas infantiles más populares de Guatemala: Vamos a la huerta
del toro torongil (c. 3-11) y Matatero terolá (c. 19-23), asociándolos a una interpretación
imaginaria de una marimba de tecomates, cuya indeterminada afinación pinta,
introduciendo simultaneidades de modo (mayor–menor) en la exposición del primer tema
(c. 8-11) y posteriormente un discurso politonal en su reexposición (Fa mayor con el tema
en la mano derecha y Re mayor con el acompañamiento en ostinato rítmico) (c. 83-87). En
la segunda parte de la pieza intervienen dos valses criollos. Al primero sigue la
reexposición de la primera ronda infantil y al segundo la segunda ronda. Estos valses
evocan a los que tomaban parte de un día de fiesta en la primera mitad del siglo XX.
Como se observa, las fiestas populares como tema han tenido un atractivo permanente
para los compositores guatemaltecos y han sido incluidas recurrentemente en la música
para piano, con la intención de expresar las esencias populares vividas por los autores,
tales los casos de Guatemala Serie de Impresiones (1934) de Ricardo Castillo, ya citada,
Parranda de los Preludios Op. 7 (1953) de Jorge Sarmientos y Suite Motivos (1962) de Juan
José Sánchez. De la misma manera, el tema de la ronda infantil Matatero ha sido citado
por Manuel Martínez-Sobral en Berceruse de sus Hojas de Álbum (1910) publicada por
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Música guatemalteca para piano
editora francesa Gallet & Fills en 1955 y Paulo Alvarado lo ha empleado en El Matatero
como tema para realizar variaciones en formato para dos pianos (1998).
8. Atonalidad e indeterminismo
David de Gandarias (n. 1951) estructura su sonata para piano El Oscuro de Éfeso, en tres
movimientos que muestran un manejo múltiple de estilos. El título alude al filósofo griego
Heráclito y su reflexión en torno al sentido dialéctico y dinámico del fluir existencial que,
como el río, cambia constantemente pero sigue siendo el mismo. Esta idea inspira el
primer movimiento donde, bajo una estructura de allegro de sonata clásica, el autor
maneja una serie dodecafónica basada en el intervalo de tritono, que cambia y juega entre
los extremos de la tonalidad y la atonalidad. El tercer movimiento de la Sonata es el Rondo
(Antología No. 31). El movimiento consiste en una interpretación abierta de la estructura
cíclica del rondo del tipo A, B, A', C, A''… concebida como una rueda en la cual el
intérprete, partiendo de un tema central, que consta de dos variaciones (A, A', A''),
continúa aleatoriamente con una de las cinco secciones restantes, (Gestual, Minimal,
Postales y Nostalgias, Vienesa y Alea), escogiéndola él mismo y retornando luego al tema
principal o una de sus variaciones. Este procedimiento lo repite ad libitum o hasta
completar la exposición de las secciones contrastantes. Adicionalmente el autor pide
disponer las partes ante el intérprete en forma circular, colocando, sobre un soporte rígido,
cada una de las páginas que contienen las secciones contrastantes, alrededor de la página
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que contiene el tema principal y sus variantes con el objeto de tener a la vista todas las
secciones sin dar vuelta a páginas.
El interés de este movimiento reside en que reúne en un solo conjunto una serie de
técnicas y estilos en forma ecléctica y flexible sin apegarse a ninguna de ellas en particular.
Aquí se reproduce el tema principal, sus dos variantes y cuatro de sus secciones (Postales
y nostalgias, Gestual, Minimal y Bagatela a la Vienesa). El tema se construye sobre una
serie basada en una sucesión de seis intervalos de trítono que se expone al inicio en valores
regulares de triple corchea sin indicación de compás, cortando luego el flujo con valores
más largos y silencios. La segunda parte del tema delinea, con la mano derecha, un diseño
anguloso ascendente sobre un ritmo continuo de fusas sin constricciones métricas,
mientras la mano izquierda ejecuta una textura puntual de creciente densidad que finaliza
en una sincronía de ambas líneas en las últimas cuatro notas. La primera variante del tema
presenta bloques constituidos por adición sucesiva de las doce notas de la serie. Los
bloques se mueven en los extremos de la intensidad en forma contrastante. La segunda
variante presenta una sucesión discontinua de figuras rítmicas, en un esquema métrico
binario tradicional, desplazadas en diferentes tiempos y subdivisiones de tiempo del
compás, con un cambio de matiz para cada aparición.
El segundo ejemplo del trabajo con procedimientos aleatorios y seriales, aquí considerado,
es la sonata Abstracción (Antología No. 32)41 de Igor de Gandarias (1953), compuesta en
1984. La pieza, en un solo movimiento, sigue el formato ternario de allegro de sonata
clásico. Los sonidos elegidos se organizan dialécticamente entre los límites del
esquematismo serial y el indeterminismo aleatorio, resultando en un juego de
posibilidades aleatorias con referencia a un esquema serial abierto que presenta un vaivén
sucesivo entre la instalación de la norma serial, su disolución y su reestablecimiento a lo
largo de toda la pieza. En el aspecto rítmico la composición se mueve igualmente entre los
límites de los valores fijos, sincrónicos y la libertad aleatoria. Las figuras y los motivos
rítmicos transcurren sin patrón métrico alguno (no utiliza indicación de compás) no
Grabada por Danilo Sandoval en La Feria Fantástica. Música Contemporánea. Guatemala (1997) y por
41
Alma Rosa Gaytán en Música de Guatemala a través de los Tiempos (1999). Ver discografía.
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Música guatemalteca para piano
El primer tema, en tempo Allegro, distribuye la serie originaria en cuatro motivos que
constituyen el material básico de la composición, y que con sus apariciones modificadas a
lo largo de la pieza buscan la cohesión del conjunto. Se trata de una figura angulosa de
corcheas con punto, una nota repetida tres veces, una nota sostenida antecedida de una
rúbrica, y un juego de resonancia producido por combinaciones de cortas figuras sobre
notas tenidas. Predominan los intervalos disonantes de séptima y novena y la oposición de
los extremos de la tesitura. La transición al segundo tema, en tiempo más animado (Piu
Mosso), se basa en el juego de resonancias señalado, buscando la inflexión de glisado al
oponer inclusiones relampagueantes de intervalos o acordes en cortos valores sobre
intervalos o acordes tenidos.
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Por su parte David de Gandarias emplea los recursos del piano preparado en su obra
Poliedro en 1978, en tanto que en el segundo movimiento de su Sonata El Oscuro de Éfeso
(1984), titulado Prisma, centra su atención en la exploración de las posibilidades tímbricas
del piano a partir de la presentación sucesiva y casi exclusiva de una sola nota, tocada de
múltiples maneras convencionales y no convencionales. Así la nota se toca con distintas
dinámicas y ataques en diferentes regiones del teclado, se pulsa la cuerda correspondiente
con la uña, con púa plástica, con metal, con los dedos e incluso con un arco
específicamente fabricado por el autor para frotar la cuerda.
10. Postmodernismo
Los caminos seguidos por los compositores nacidos en la década del 60 en adelante,
activos en la escena artística, durante su juventud, desde los años 80, son múltiples y
coinciden con el desmoronamiento de los valores del modernismo que privaron durante el
siglo XX, proliferando en el mundo globalizado del siglo XXI, hacia una tolerancia estética
que, rompiendo la sincronía cronológica de la época anterior, se complace en crear sin
restricciones estéticas y sin compromisos dentro de un eclecticismo de recursos y estilos.
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Música guatemalteca para piano
Los últimos tres ejemplos que se incluyen en esta antología corresponden al grupo de
creadores apuntado. El primero es el Preludio No. 3 La Marcha de las Teclas Blancas
(Antología No. 33) de Paulo Alvarado, compuesto en 1986 como el primero de sus 13
Preludios Románticos. De acuerdo al autor el título hace alusión a su aire de desfile y a
que no se emplean en él las teclas negras del instrumento. Su espíritu es el de una tocata
percusiva e implica en algunos pasajes una tímbrica orquestal. La Marcha está construida
en forma tripartita (A B A’) La primera sección (A) está organizada en cuatro bloques,
basados en un ostinato ondulante sobre triadas paralelas en el ámbito tonal de La menor.
El diseño rítmico de los mismos es regular con predominio de valores regulares que
acompañan diseños motívicos basados principalmente en escalas ascendentes o
descendentes de manera esquemática, privilegiando la secuencia como recurso
constructivo. Como elementos de contraste Alvarado emplea el traslado del ostinato a
región aguda en el segundo bloque; aumento de la densidad de la textura con adiciones de
octavas en los extremos de la tesitura, ampliando la sonoridad en el tercer bloque y
ataques sincopados en el cuarto que dejan sentir una influencia del rock progresivo.
La parte central (B) en tiempo lento marcado Calmo, introducida por un arpegio
ascendente por cuartas, contrasta con el Allegro del inicio y su reexposición, en razón de
carácter, tempo y la densidad armónica de su inicio que incluye acordes de séptima. En
cuanto al diseño permanece la presencia del ostinato ondulante en valores regulares de
negra y la síncopa de rompimiento como base constructiva. La reexposición conduce al
final una nueva sección contrastante que rompe el equilibrio alcanzado introduciendo
clusters diatónicos como color tonal y un nuevo ostinato escalar de orden acumulativo que
concluye en la nota Do en su región más grave.
La Sonatina de Xavier Beteta (Antología No. 34), terminada en 2004 nace como un
experimento de poli-estilismo dentro de sus estudios de postgrado de teoría musical en la
Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos. La primera parte, Adagio, es abstracta y
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está basada en un serialismo libre. En ella el autor experimenta por primera vez en el
piano con prácticas instrumentales no tradicionales como pulsar las cuerdas con las manos
y ejecutar arpegios sobre las cuerdas en la caja de resonancia. La segunda parte de la
Sonatina, Moderato, es una alusión al estilo de Arnold Schoenberg empleando una serie
dodecafónica con “notas falsas”, es decir notas intencionalmente erróneas según el
sistema. La tercera parte marcada Allegro libero, emplea, como materiales básicos, una serie
de doce sonidos y una escala árabe, sobre ritmos sincopados que sugieren esencias de
música popular latinoamericana, complementada con clusters tocados con los brazos y
codos.
Cerrando esta antología, se encuentra el Estudio de José Juan Oliveros (Antología No. 35),
favorecido con el primer premio del Certamen Centroamericano “15 de Septiembre” 2005.
La pieza emplea una combinación de cromatismo libre y serialismo dentro de un formato
de sonata tratado con un lenguaje principalmente contrapuntístico. Inicia con un pasaje
ascendente predominantemente cromático con ritmo motórico en semicorcheas sobre el
cual se levanta, homófonamente, el primer tema, empleando armonías donde predomina
el intervalo de segunda.
La siguiente parte del tema conduce un juego alternativo de figuras en las dos manos que
se diluye gradualmente hasta ligar con el segundo tema de carácter más lírico y pausado
en compás de 7/8, que se levanta sobre la serie dodecafónica. El tema es reiterado
variando su tesitura en diferentes transposiciones, ampliando y reduciendo rítmicamente
sus valores y compactando sus notas en acordes. La segunda parte de este tema es una
variante del mismo que trata la serie con valores, diseños y procedimientos que emulan el
estilo barroco. El desarrollo combina los materiales cromáticos y seriales de los dos temas
así como sus diseños. La reexposición presenta el primer tema sin variantes en forma
integra sumándole al final una pequeña coda.
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III ANTOLOGÍA
NOTAS:
1. Las casas editoras y los lugares (archivos musicales) donde se localizaron las obras
impresas y partituras manuscritas que generaron esta antología se identifican en el
margen superior izquierdo con las siguientes abreviaturas:
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SUMARIO
En este estudio se han tratado diferentes circunstancias históricas y estéticas del desarrollo
de la música para piano en Guatemala, entre las que cabe destacar las siguientes:
Aspectos generales
4. Las formas predilectas de la música ligera para piano, principalmente de salón, están
representadas por el vals y el fox-trot. Le siguen en orden decreciente la mazurka, el
paso doble y luego el son. Con menor frecuencia aparecen piezas en forma marcha,
polka, blues, tango, chotis y danza.
5. Dentro de los formas de la música popular hispana y latinoamericana que han tenido
el mayor impacto en la producción local para piano se encuentran el bolero, la
habanera y el tango.
6. La publicación del rico acervo de música guatemalteca para piano ha decaído desde su
pináculo, a principios del siglo XX, hasta el momento actual, en que no se cuenta con
ninguna editora musical. Esta situación ha afectado negativamente la difusión de
composiciones escritas a partir de mediados del siglo pasado.
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Aspectos históricos
6. Múltiples compositores extranjeros que visitaron Guatemala desde finales del siglo
XIX aportaron, con sus enseñanzas y obras para piano, modelos y estímulo musical a
los artistas locales. Entre ellos se destacan Juan Aberle (italiano), Emilio Dressner
(alemán), Pedro Morales Pino (colombiano), Rafael Gascón (español) y Francisco
Navarro (mexicano).
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13. La influencia del serialismo en conexión con recursos aleatorios y no tonales, persiste
en la producción para piano de compositores nacidos a partir de la década del 50 hasta
la época actual entre ellos David de Gandarias, Xavier Beteta y José Juan Oliveros.
14. A fin de la década del sesenta Joaquín Orellana introduce en Guatemala el manejo de
técnicas experimentales y electroacústica asociadas al piano.
15. La proliferación de recursos compositivos a fines del siglo XX satura el sentir creativo
desbordando hacia el eclecticismo, rompiendo con la rigidez estética anterior
produciendo, en algunos casos, muestras intemporales de expresión musical. Son
recientes ejemplos los trabajos de Vinicio Quezada, Paulo Alvarado, José Arroyo y
Gabriel Yela.
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FUENTES CONSULTADAS
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Artículos
Documentos en archivos
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• 1854. B78.49 Legajo 1513, Expediente 36253. [Anselmo Sáenz es autorizado a abrir
una Academia de Baile]
Periódicos
ANONIMO. 1801. [Remitido de] Oaxaca. Gaceta de Guatemala. Tomo IV del lunes 26
enero de 1801 p. 393
CASTELLANOS, Humberto. 1955. Historia de una recopilación. Música de
Guatemala. El Imparcial. 10 de junio de 1955. p. 5.
Discos
2 Obras para Piano y Orquesta. Vinicio Quezada (LP) 1985. Piano: Vinicio Quezada.
Orquesta Sinfónica Centroamericana de Estudiantes y Orquesta Sinfónica del
Conservatorio. Guatemala: Alton.
Contiene: Obra para piano y orquesta No. 1 (grabada en vivo en 1976) y Obra para piano y
orquesta No. 2 (grabada en 1978).
Antología de Música Guatemalteca para Piano (LP) 1991. Piano: Joaquín Marroquín y Juan
de Dios Montenegro. Producción y notas: Igor de Gandarias. Guatemala: Departamento de
Apoyo a la Creación del Ministerio de Cultura y Deportes.
Contiene: Jesús Castillo: Scherzo; Ricardo Castillo: Guatemala Serie de Impresiones; Joaquín
Marroquín: Despedida Patética, Enrique Solares: Preludio en Re y Estudio en Forma de Marcha;
Salvador Ley: Danza Fantástica; Manuel Herrarte: Tres bocetos (de los Seis Bocetos para
piano: No. 2 Melancólico, No. 3 Vivace, No. 5 Sombrío; Joaquín Orellana: Dos Ámbitos desde
un claustro.
Ecos de Antaño. Composiciones selectas de la primera mitad del Siglo XX. Música
Histórica de Guatemala. Vol. 5. 1997. Piano: Zoila Luz García Salas. Nueva Orquesta
Filarmónica, Banda Marcial, Marimba INGUAT. Producción y notas: Dieter Lehnhoff.
Guatemala: Fundación para la Cultura y el Desarrollo. Cantabile HGG50497.
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Contiene: Herculano Alvarado: Electra, Vals de Salón y Pensiero Melodico; Ricardo Castillo:
Suite en Re; Rafael Castillo: Andante (de la Sonata para piano)
El Repertorio Nacional de Música. Música Guatemalteca de los Siglos XVIII y XIX. 2002.
Piano y órgano: Alma Rosa Gaytán. Camerata Nacional de Guatemala. Ars Nova de
Guatemala. Producción y notas: Igor de Gandarias. Guatemala: NUFU, USAC, UNA.
Contiene: Juan de Jesús Fernández: Tocatas de Iglesia Nos. 11, 18, 28 y 31; Anselmo Sáenz: La
Victoria (contradanza); Lorenzo Morales: La Vida en Guatemala (polca).
Expresionismo Guatemalteco. Gabriel Yela. 2004. Piano: Milton Baldizón y Pedro
Velásquez. Orquesta de Cámara Rapsodia. Guatemala: Producción y notas del autor.
Contiene: Gabriel Yela: Tres Preludios Op. 12 (Allegro Moderato, Andante Pacífico, Allegro
Moderato), Sonatina Op. 7 (Allegro Moderato, Affetuoso, Allegro)
Furia Sentimental. Gabriel Yela. 2005. Piano: Milton Baldizón. Dúo Tzutuhá, Orquesta
Sinfónica Rapsodia. Guatemala: Producción y notas del autor.
Contiene: Sonata “Della Distruzione” Op. 6 (Andante, Vivace)
Guatemala Volume 3. Manuel Martínez Sobral (1879-1946). 1999. Piano: Suzanne Husson.
Notas: Rodrigo Asturias. EC: Marco Polo 8.225104.
Contiene: Manuel Martínez-Sobral: Sonata (Allegro, Andante quiasi adagio, Scherzo, Allegro
Vivace), Hojas de Álbum (Danza, Tiempo de vals lento, Intermezzo, Scherzando, Duetto, Mazurka,
Tonada, Danse des Marionnettes, Berceuse, La Baignoire des Ondines), Three Pieces (Preludio,
Nocturno, Alla Marcia), Evocaciones (Marcha Fúnebre, Atardecer, Elegía), Volapié y Vals
Brillante de Concierto.
Guatemala Volume 4. Ricardo Castillo Piano Works. 2000. Piano: Massimiliano Damerini.
Notas: Rodrigo Asturias. EC: Marco Polo 8.225077.
Contiene: Ricardo Castillo: Berceuse, Barcarolle No. 1, Barcarolle No. 2, Nocturne, L’eau qui
court..., Scene pastorale, Poeme Pastoral, Guatemala Serie de impresiones, San Andrés Xecul, Suite
en Re, Un petit rien, Three Nocturnes, Danza de los Seres Misteriosos, Eight Preludes, Seven
Pieces.
Guatemala Volume 5. Manuel Martínez Sobral. 2003. Piano: Suzanne Husson y Michel
Bourdoncle. Notas: Rodrigo Asturias. EC: Marco Polo 8.225188.
Contiene: Manuel Martínez-Sobral: Cinco piezas características y una Romanza, Sonata para
dos pianos (Acuarelas Chapinas versión 1922) y Cuatro Series de valses autobiográficos.
La Música de Benigno Mejía. 2003. Piano: Alma Rosa Gaytán. Guatemala: Producción
familiar del compositor.
Contiene: Benigno Mejía: Sombra
Música de Guatemala a través de los Tiempos. 1999. Piano: Alma Rosa Gaytán. Notas:
Rubén Darío Flores. Guatemala: Gesdisa
Contiene: Jesús Castillo: Remembranza, Scherzo y Vals Capricho Español Fiesta de Pájaros;
Ricardo Castillo: Canción del Pescador y Patitos de Amatitlán; Ignacio Cruz: Vals A Mi Amada
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y Vals Mercedes; Herculano Alvarado: Vals de Salón Electra; Enrique Anleu: Sonatina Op. 10
(Moderato, Lento y tristemente, Festivo); Héctor Dávila: La Mansión de los colibríes; Jorge
Sarmientos: Tres preludios (No. 1 Allegro, No. 2 Andante Cantabile, No. 4 Allegro); Felipe de
Jesús Ortega: Pequeña Balada; Manuel Herrarte: Danza No. 3; Joaquín Orellana: Vals María
Adela; Igor de Gandarias: Sonata Abstracción.
Música Latinoamericana para piano II. 1999. Piano: Silvia Navarrete. Notas: Lázaro Azar
Boldo. México: CONCACULTA.
Contiene: Jesús Castillo: Fiesta de Pájaros; Mariano Valverde: Noche de luna en las Ruinas.
Un Lustro de Música Escrita para Piano 1952-1957. 2006. Piano: Kumi Miyagawa. Notas:
Jorge Sarmientos. Guatemala: Fundación Soros, Centro Dental de Especialistas, Club
Rotario.
Contiene: Jorge Sarmientos: Tocata para piano, Op. 3; Seis Preludios para piano, Op. 6 (I.
Introducción, II. Pastoral, III. Giocosso, IV. Danza Sagrada Indígena, V. La Parranda, VI. Festivo);
Dos Bocetos para piano, Op. 7 (I. Caprichoso, II. Caprichoso); Tres Melodías en un Recuerdo, Op.
14 (I. Preludio, II. Romanza Evocada, III. Despedida); Sonatina para piano, Op. 15 (I. Allegro
Moderato, II. Allegreto. Canción Danzante, III. Rondo); Cinco expresiones para piano, Op. 16 (I.
Tocatita, II. Pastoral campesina, III. Danza, IV. Con nostalgia, V. Festivo); Cuatro estados de
ánimo, Op. 18 (I. El Espontáneo, II. El Romántico, III. El Nostálgico, IV. El Optimista); Nocturno
para piano, Op. 24.
Partituras
Ver catálogo de las composiciones contempladas en este estudio
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Dirección General de Investigación, USAC
240
Música guatemalteca para piano
ÍNDICE DE MATERIAS
Academias de baile, 61
Aleatorio, 13, 80, 84, 85 Instituto Torcuato di Tella, 73, 80, 86
Archivos musicales, 15, 89 Ministerio de Cultura y Deportes, 11, 16, 17, 19,
Atonalidad, 7, 9, 70, 83 49, 50, 71, 73, 75, 77
Museo de Arte Moderno, 11, 19, 64, 89
Balada, 8, 13, 61, 117
Banda Alegría, 63 Museo Nacional, 15
Banda de los Supremos Poderes, 45, 62 Orquesta Sinfónica Nacional, 11, 19, 73, 75, 77
Banda Marcial, 46, 62 Unidad de Música del Ministerio de Cultura y
Barroco, 7, 13, 51, 53, 55, 231 Deportes, 11
Universidad de San Carlos11, 16, 17, 49
Blues, 15, 70, 231
Bolero, 8, 13, 66-68, 149, 232 Universidad Rafael Landívar, 16
Bourrée, 54 Instrumentos
Clasicismo, 7, 13, 53, 56, 57, 59, 77, 84, 87, 232, Arpa, 51
Concierto, 11, 13, 15, 45, 49, 50, 54, 57-59, 67, Clavicordio, 11, 51, 52
Marimba, 7, 8, 13, 64-66, 82, 232
72, 73, 74, 82, 84, 231
Contradanza, 61, 62, 119 Monacordio, 7, 13, 51-54, 232
Chotis, 8, 15, 45, 46, 61, 63, 65, 141, 231 Órgano, 51, 52, 54, 55, 86
Divertimento, 56 Jazz, 13, 69, 74, 87, 156
Estudio, 186, 226 Marcha, 8, 13, 15, 47, 48, 55, 63, 65, 71, 87, 232
Mazurca, 8, 15, 45, 46, 62, 63, 72, 122, 165, 231
Certamen Centroamericano “15 de
Septiembre”, 74, 83, 88 Minimalismo, 13, 84
Cursos Latinoamericanos de Música Minueto, 53, 57, 232
Contemporánea, 83 Modalismo, 78-81
Danza, 13, 15, 47-49, 53, 54, 62, 64-67, 69, 72, Música comercial, 87
77, 78, 79, 81, 91, 231 Música de baile, 8, 13, 19, 232
Editoras musicales, 15, 17, 18, 45, 46, 63, 69, 78, Música electroacústica, 7, 80, 83, 86
89, 231 Música experimental, 7, 86
Fandango, 7, 53, 91, 232 Neoclasicismo, 13, 78-80, 233
Fox trot, 15, 66, 231 Nocturno, 13
Guarimba, 49, 66, 79 Opera, 45, 55, 62, 66, 67, 69
Habanera, 61, 69, 231 Pasillo, 13, 69, 154
Impresionismo, 8, 13, 70, 75, 78, 231, 233 Paso doble, 15, 46, 47, 49, 58, 63, 66, 67
Indeterminismo, 7, 81, 84 Piano
Instituciones Construcción, 53, 55
ADESCA, 16, 49 Grabaciones, 11, 60, 80
Centro Cultural Rafael Álvarez, 11 Piezas de Iglesia, 7, 94
Colegio Seminario, 51 Polka nacional, 61
Conservatorio Nacional de Música, 11, Polonesa, 8, 13, 57, 102
45, 48, 56-60, 62, 64, 70-75, 77-79, 81, 83, 87 Postmodernismo, 7, 9, 86
Convento de Santa Mónica (Bolivia), 51, Profesores, 45, 46, 55, 62, 68, 69, 70, 72, 75, 77, 78
52 Quaderno Mayner, 53
Convento Grande de San Ramón Repertorio Nacional de Música, 16, 17, 19, 49, 56,
(Argentina), 51 62, 89
Convento Viejo de la Recoleta Revistas
Dominica (Chile), 51, 53 Álbum de Minerva, 46, 63
Departamento de Apoyo a la Creación, 11, Álbum Philarmónico, 45
16, 49, 50, 71, 73, 80 La Juventud Musical, 45, 62.
Dirección General de Bellas Artes, 17, 48, Electra, 47
49, 89 Romanticismo, 57, 61, 62, 68
Dirección General de Investigación, 11, 16 Rondo, 84, 202
241
Dirección General de Investigación, USAC
Salsa, 87
Samba, 87
Seguidilla, 8, 13, 67, 146
Serialismo, 13, 83, 84
Son, 13, 54, 93, 131
Sonata, 9, 15, 56, 59, 60, 62, 83, 84, 86, 88, 196,
208, 231
Sonatina, 9, 15, 57, 87, 88, 177, 219
Suite, 15, 48, 67, 70, 72, 73, 75, 82, 167, 174, 231
Tango, 15, 231
Teatro musical, 13, 84
Tocata, 7, 13, 49, 55, 56, 74, 87, 97, 188, 232
Vals, 8, 13, 15, 45-49, 57, 59, 61, 63-67, 71-73,
82, 231
Boston, 66
Gran, 65, 133
de Salón, 136, 58, 59, 106
Romántico, 65, 143
242
Música guatemalteca para piano
ÍNDICE DE NOMBRES
A
Abascal, Valentín, 20
Aberle, Juan, 20, 45, 62, 124, 232 Beteta, Xavier, 11, 23, 87, 219
Abularach, Salvador, 20 Bethancourt, Domingo, 23, 66, 232
Aguilar, Víctor Wotzbelí, 20, 47, 49, 66, 232 Bethancourt, Enio, 23, 49
Alcántara, Germán, 20, 45-47, 62, 64, 65, 67, 232 Bethancourt, Luis Delfino, 23, 47
Alvarado, Herculano, 20, 47, 50, 58, 59,, 63, 68, Bethancourt M., Rodolfo, 23
106, 232 Berríos, Edgar, 11
Alvarado, Jesús Maria, 20 Bolaños García, Mario, 23
Alvarado, Paulo, 11, 20, 82, 87, 214, 233 Bourdoncle, Michel, 50
Álvarez, Rafael, 21, 45, 47, 49, 62, 63, 64, 67, 69,
232, 233 C
Álvarez, Santiago, 21 Cabarrús, Carlos, 23
Alvizúrez, Tito Cabrera, Benjamín, 24, 47
Andrade G., Rafael, 21 Cabrera, Manuel Estrada
Andreotti, Andrés, 21 Cáceres, Juan J., 24, 47
Andreu C., Guillermo, 21 Cage, John, 84, 86
Andrino, Máximo, 64 Cantilena, Leopoldo, 24, 46, 62
Anleu Díaz, Enrique, 11, 21, 50, 70, 75, 177 Casadesus, Robert, 79
Anónimo, 21 Casella, Alfredo, 71
Aragón, Juan Francisco, 22 Castañeda, José, 24, 71, 76, 184, 233
Aragón. Rafael, 22 Castellanos Degert, Óscar, 24, 61, 64, 70, 72, 161,
Ardenois, Augusto, 83 232, 233
Arenas, Hugo, 82, 87 Castellanos, Rafael, 24
Arévalo Guerra, José, 22, 48, 74 Castellanos, Rafael Antonio, 51, 52
Arias, Luis Felipe, 22, 46, 58 Castellanos, Romualdo, 24
Arriaga, Mariano Jesús, 22 Castillo, Jesús, 24, 25, 47, 48, 50, 67, 68, 69, 146
Arroyo Vázquez, José Isaías, 11, 22, 87, 233 Castillo, Juan, 25
Arzú, Oscar, 22, 83 Castillo L. Leopoldo, 25
Asturias, Rodrigo, 22, 49, 50, 59, 70, 83 Castillo R., Eliseo, 25, 66
Ávila, Silverio, 22 Castillo, Rafael, 25, 26, 46, 47, 50, 60
Ayestas, Humberto, 49 Castillo, Ricardo, 26, 48-50, 59, 70, 71, 74, 79, 82,
Azurdia, German, 22 Cayano, José, 62
Ciudad-Real, M. Isabel, 26
B Cividanes, José, 26
Baldizón, Alejandro, 22 Cobos, M. A., 26
Baldizón, Milton, 22, 50, 82 Codina, Manuel, 55
Balzi, Beatriz, 48 Contoux, Georgette, 70, 71
Bazán, Oscar , 84 Coronado Aguilar, Manuel, 26
Barrios Heredia, Edgar, 11, 22 Coronado, Santiago, 26, 46
Barrios, José G., 23 Cosenza, Antonio, 26
Barrios, Marco Antonio, 23 Cospín, Cornelio, 26, 46
Batres Pinetta, Luis, 23 Cowel, Henry, 86
Beguerisse, Genoveva, 23 Cruz, Ignacio, 26, 47, 50, 60
Beltranena, Rafael, 23 Cruz Sáenz, Jorge, 27
Berdúo, Nery, 23
Bermúdez, Salvador, 23 CH
Beteta, Eugenio, 23, 46 Chopín, Fréderic, 59, 70, 82, 87, 232
243
Dirección General de Investigación, USAC
D González, Nicolás, 28
Dávila Castellanos, Fernando Héctor, 27, 50, 70, González Obregón, Raúl, 29
73, 167, 233 González, Ramón, 29
Dávila, Jesús, 64 Gosalvo, Alfredo, 29
Damerini, Maximiliano, 50 Guerra, Juan, 29
Debussy, Claude, 70, 75 Gutiérrez, Francisco, 29
De Gandarias, David, 11, 27, 83, 84, 86, 202 Guzmán, Rafael. 29
De Gandarias, Igor, 27, 50, 83-86, 208
De Gandarias, Justo, 47 H
De León Garrido, Esteban, 54 Hall, Eduardo, 29
De León, Mónico, 27, 47 Hall, Ricardo, 29
De León Paniagua, Jorge, 27 Hanson, Howard., 79
De León Rubio, Gustavo, 27 Herbruger, Emilio, 29
Del Valle, Joaquín, 27 Hernández, Manuel José, 29, 66
Díaz, Mariano, 27 Herrarte, Manuel, 29, 48, 75, 79, 188
Díaz Pineda, Rigoberto, 27 Holm, Axel, 46, 47
Donizetti, Gaetano, 63 Hurtado, Arnulfo, 29
Dressner, Emilio, 27, 46, 62, 232 Hurtado, Celso, 47
Hurtado, Gabriel, 29, 47
E Hurtado, Jesús, 29
Echigoyen, Felipe, 27, 46 Hurtado, Luis, 29
Escobar, Fernando, 27 Hurtado, M. , 29
Escobar, M. J., 27 Husson, Suzanne, 50
Espinosa, Alejandro, 59
Espinosa, Miguel, 58 I
Estrada, Luis, 69 Ipisch, Franz, 29
Estrada, Manuel, 64 Iriarte M, Salvador A., 30, 64, 131
Estrada, Mariano, 51 Izquierdo, Nicolás M., 30
Estrada, Pedro Nolasco, 52
Eulasia, José María, 54 J
Juárez, José Luis, 30
F
Fernández, Juan de Jesús, 27, 28, 49, 53, 56, 97, L
232 La Fuente, José, 30
Figueroa, Víctor Manuel, 28, 46, 47, 58 Leal, Gilberto, 30, 66
Flores, Paulino G., 28 Leal, José Luis, 30
Forno Alberto, 28 Lehnhoff, Dieter, 30, 49
Fuentes, Joaquín, 28 Lehnhoff, Sebastián, 30, 49
Ley, Salvador, 30, 31, 50, 71, 76, 78, 79, 186, 233
G Linares M. Justo, 31
Gage, Thomas, 52 Liszt, Franz, 59, 82, 232
Galindo, Jaime, 28 Lobos, Humberto, 31
Gálvez, Jesús, 28, 45 López, Ángel E. , 31, 45, 47, 62, 65
Gálvez, Martín, 28 López R. Adolfo, 31
Gálvez Valle, Rogelio, 28 López, Rogelio, 31
García C., Enrique Nery, 28 Lowental, Alfredo, 31, 45
García Peláez, Francisco de Paula, 55 Luna, Ernesto, W. , 31, 46
García Reynolds, Rafael, 28 Luna, Maximiliano, 31
García Salas, Zoila Luz, 11, 50, 60, 70
Gascón, Rafael, 28, 63, 232 M
Gaytán, Alma Rosa, 11, 13, 50. 56, 60, 73-75, 87 Madariaga, Indalecio, 31
Ginastera, Alberto, 73, 75 Madrid S., Efraín, 31
Gómez, Lorenzo, 52, Marroquín, Francisco, 51
González Alcántara, José Porfirio, 28, 49, 61, 72, Marroquín, Joaquín, 31, 49, 50, 71
73, 165, 232, 233 Marroquín, Manuel, 55
González Bravo, Juan Gualberto, 55 Martínez, Abundio, 31
González, Julián, 28, 45, 46, 58, 65, 69, 233 Martínez, Leopoldo, 31
González, Manuel, 28
244
Música guatemalteca para piano
P
Padilla, Joaquín, 36
245
Dirección General de Investigación, USAC
S
Sáenz, Anselmo, 39, 49, 61, 64, 119, 232 Z
Sáenz, Benedicto, 54, 61 Zaltrón, Miguel, 44, 47, 61
Sáenz, Francisco Isaac, 39, 57
Sáenz, Pablo, 39
Sáenz Poggio, José, 39
Samayoa, José Eulalio, 39, 40, 49, 55-57, 94, 96,
232
Sánchez, Abel, 66
Sánchez, Juan José, 11, 40, 70, 74, 75, 82, 174, 233
Sandoval B., Luis, 40
Sandoval, Danilo, 84
Sandoval, Miguel, 40, 48, 68, 69, 233
Santa María, Joaquín, 40
Sarmientos, Igor , 40
Sarmientos, Jorge Álvaro, 11, 40, 41, 49, 59, 70,
74, 74, 82, 83, 170
Satie, Erik, 72
Schoenberg, Arnold, 88
Schwartz, Olga Vilma, 48
Sider, Ronald, 48
Sierra, Osberto, 41
Silva, Alfredo, 41
Solares, Enrique, 41, 42, 48-50, 71, 159
Solares, Rafael, 42
Sosa, Francisco R. , 42, 66
Soto, Carlos, 11, 13, 42, 69, 156
Speranza, Domingo, 45
Stravinsky, Igor, 75, 80
T
Tánchez, Jesús, 42, 66
Tánchez, Pedro, 42
Tello, Jorge, 42
Tercero Paz, Alfonso, 42
Tobar, Federico, 42
Tuit, Enrique, 42
V
Valle, Manuel de J. , 42, 46
Valle, Tomás, 42, 45, 64
Valverde, Mariano, 42, 43, 47, 65, 143, 232
Vásquez, Adrián, 43, 46, 48
Vásquez Alvarez, Rafael, 47, 58, 65
Vásquez Larrazabal, Jorge , 44, 46, 47, 48
Vega Ordóñez, José, 44
Velázquez, Pedro, 44, 50
Verdi, Giussepe, 63
Vollstedt, R. 63
W
Wunderlich, M. J. , 44
Wyld Viteri, Alfredo, 44, 48
Y
Yela G., M. M., 44
Yela, Gabriel, 44, 50, 87, 233
246
Música guatemalteca para piano
Pianistas
Alma Rosa Gaytán: 4, 5, 6, 11, 14, 15 y 16
Vinicio Quezada: 18, 19 y 20
Carlos Soto: 1, 2, 3, 7, 8, 9, 10, 12, 13, 17 y 21
Productor
Igor de Gandarias
Ingenieros de sonido
Luis Blanco y Miguel Morales
© USAC 2008
Agradecimientos: Jorge Pellecer, Conservatorio Nacional de Música
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