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Proceso enfermero
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El proceso enfermero agiliza el diagnóstico y tratamiento de los problemas de salud reales y potenciales,
y evita que se pierda de vista el factor humano.
Una chatelaina de enfermera compuesta por un lápiz, una libretita de notas, una cajita de píldoras, una
tijera, una medida, y un silbato.
El proceso enfermero,[1] también denominado proceso de enfermería (PE) o proceso de atención de
enfermería (PAE), es un método sistemático que brindar cuidados humanistas eficientes centrados en el
logro de resultados esperados, apoyándose en un modelo científico realizado por un profesional de
enfermería. Es un método sistemático y organizado para administrar cuidados individualizados, de
acuerdo con el enfoque básico de que cada persona o grupo de ellas responde de forma distinta ante
una alteración real o potencial de la salud.[2] Originalmente fue una forma adaptada de resolución de
problemas, y está clasificado como una teoría deductiva en sí misma.
El uso del proceso enfermero permite crear un plan de cuidados centrado en las respuestas humanas. El
proceso enfermero trata a la persona como un todo; el paciente es un individuo único, que necesita
atenciones de enfermería enfocadas específicamente a él y no solo a su enfermedad.
Lydia Hall describió el proceso de cuidado de manera imprecisa en 1950 y, posteriormente, la teórica Ida
Jean Orlando lo describió concretamente (teoría del proceso de enfermería)[3] en el libro The dynamic
nurse-patient relationship: function, process and principles of professional nursing practice (1961).[4] En
1967, las estadounidenses Helen Yura y Mary B. Walsh publicaron el primer modelo integral sobre el
proceso de enfermería: The nursing process: assessing, planning, implementing, evaluating. Sus estudios
teóricos se basaron en aproximaciones teóricas del cuidado e información obtenida de la teoría de
sistemas, cibernética y teoría de la decisión. En 1974, la Organización Mundial de la Salud definió al
proceso de atención de enfermería como componente de la profesión (el cuidado)[5] y actualmente es
una de las pocas técnicas establecidas a nivel mundial en el cuidado profesional.[6][7]
El proceso enfermero es la aplicación del método científico en la práctica asistencial de la disciplina,[8]
de modo que se pueda ofrecer, desde una perspectiva enfermera, unos cuidados sistematizados, lógicos
y racionales. El proceso enfermero le da a la profesión la categoría de ciencia.
Niveles de actuación    Editar
La labor de enfermería está orientada no solamente hacia la atención del individuo enfermo, que
requiere unas actividades concretas para el alivio de sus padecimientos y recuperación de la salud, sino
también hacia el individuo sano, en el área de promoción de la salud. Simplificadamente, se acepta que
la labor de enfermería comprende tres niveles:
Nivel primario: encaminado al mantenimiento y promoción de la salud y la prevención de la
enfermedad. Este nivel de prevención básica implica una actividad de enfermería tanto asistencial como
pedagógica y se centra en la concientización acerca de la importancia de la salud y sobre la
responsabilidad individual, familiar o comunitaria para mantenerla, así como en la oportuna información
sobre los eventuales peligros que puedan amenazar la salud y los medios que puedan emplearse para
conservar un estado óptimo de bienestar físico, psicológico y social.
Nivel secundario: corresponde a las intervenciones asistenciales o curativas que tienen por objeto tratar
los problemas de salud ya establecidos o potenciales y prevenir su eventual agravamiento, mediante la
elaboración e instauración de un plan de actuaciones de enfermería destinado también a evitar o reducir
el riesgo de posibles complicaciones.
Nivel terciario: dirigido a la rehabilitación y correspondiente a las intervenciones de enfermería
orientadas al apoyo del paciente en su adaptación a determinadas dificultades ocasionadas por un
problema de salud y la superación de los efectos de eventuales secuelas. El objetivo de este nivel
consiste en la consecución de un grado de satisfacción óptima de las necesidades personales básicas a
pesar de las limitaciones temporales o permanentes impuestas por el estado de salud.
En cualquiera de los niveles definidos, toda labor de enfermería debe basarse en un conjunto de pautas
elementales que constituyen un auténtico proceso, más o menos complejo según a las características de
cada caso, pero siempre sometido a las reglas de un método concreto que posibilite la adecuada
formación de los cuidados requeridos y su correcta instauración.
Propiedades del proceso          Editar
Resuelto, porque va dirigido a un objetivo.
Sistemático, por utilizar un enfoque organizado para lograr su propósito.
Dinámico, porque implica un cambio continuo centrado en las respuestas humanas.
Interactivo, por centrarse en las respuestas cambiantes del paciente, identificadas durante la relación
enfermero/paciente.
Flexible, por ser adaptable a la práctica de enfermería en cualquier situación o área de especialización
que se ocupe de individuos o comunidades.
Posee una base teórica sustentada en una amplia variedad de conocimientos científicos y humanos
aplicables a cualquier modelo teórico de enfermería.
Beneficios en el individuo       Editar
Favorece la flexibilidad necesaria para brindar cuidados de enfermería individualizados.
Estimula la participación de quien recibe los cuidados.
Aumenta la satisfacción de los enfermeros ante la consecución del resultado.
El sistema —al contar con una etapa de evaluación— permite su retroalimentación y mejora en función
del tiempo.
Objetivos del proceso    Editar
El objetivo principal del proceso enfermero es constituir una estructura que pueda cubrir e individualizar
las necesidades del paciente, de la familia y de la comunidad. Otros objetivos son:
Identificar las necesidades reales y potenciales del paciente, familia y comunidad.
Establecer planes de cuidados individuales, familiares o comunitarios.
Actuar para cubrir y resolver los problemas, prevenir o curar la enfermedad.
Habilidades necesarias Editar
El proceso enfermero implica habilidades que un profesional de enfermería debe poseer cuando tenga
que comenzar la fase inicial del proceso. Tener estas habilidades contribuye a la mejora de la atención
del profesional de enfermería al cuidado de la salud del paciente, incluyendo el nivel de salud del mismo,
o su estado de salud.
Habilidades cognitivas o intelectuales, tales como el análisis del problema, resolución de problemas,
pensamiento crítico y realizar juicios concernientes a las necesidades del cliente.[9] Incluidas entre estas
habilidades están las de identificar y diferenciar los problemas de salud actuales y potenciales a través de
la observación y la toma de decisiones, al sintetizar el conocimiento de enfermería previamente
adquirido.
Habilidades interpersonales, que incluyen la comunicación terapéutica, la escucha activa, el compartir
conocimiento e información, el desarrollo de confianza o la creación de lazos de buena comunicación
con el cliente, así como la obtención ética de información necesaria y relevante del cliente la cual será
luego empleada en la formulación de problemas de salud y su análisis.
Habilidades técnicas, que incluyen el conocimiento y las habilidades necesarias para manipular y
maniobrar con propiedad y seguridad el equipo apropiado necesitado por el cliente al realizar
procedimientos médicos o diagnósticos, tales como la valoración de los signos vitales, y la administración
de medicamentos.
Fases del proceso enfermero       Editar
Modelo de cinco fases que incorpora los diagnósticos de la NANDA al modelo de la OMS (1979).[10]
Los siguientes son los pasos o fases del proceso enfermero:
Valoración de las necesidades del paciente: recogida de datos, valoración, organización y registro de
dichos datos.
Diagnóstico de las necesidades humanas que la enfermería puede asistir: puede ser de autonomía
(diagnóstico de autonomía) o de independencia (diagnóstico de independencia). No se incluyen en este
apartado los problemas de colaboración, ya que éstos se derivan de un análisis de datos desde la
perspectiva de un modelo médico.
Planificación del cuidado del paciente: fijación de objetivos y prioridades
Ejecución del cuidado: intervención y actividades.
Evaluación del éxito del cuidado implementado y retroalimentación para procesos futuros.
Fase de valoración       Editar
La valoración consiste en recolectar y organizar los datos que conciernen a la persona, familia y entorno
con el fin de identificar las respuestas humanas y fisiopatológicas. Son la base para las decisiones y
actuaciones posteriores.
El profesional debe llevar a cabo una valoración de enfermería completa y holística de cada una de las
necesidades del paciente, sin tener en cuenta la razón del encuentro. Usualmente, se emplea un marco
de valoración basado en una teoría de enfermería o en la escala de Glasgow. En dicha valoración se
contemplan problemas que pueden ser tanto reales como potenciales (de riesgo).
Modelos para la recolección de datos     Editar
Los siguientes modelos de enfermería son utilizados para reunir la información necesaria y relevante del
paciente para brindar efectivamente calidad en el cuidado de enfermería.
Patrones funcionales de salud de Gordon
Modelo de adaptación de Roy
Modelos de sistemas corporales
Jerarquía de necesidades de Maslow
Tipos de datos significativos     Editar
Los datos significativos pueden ser objetivos o subjetivos, históricos o actuales.
Fuentes de datos         Editar
Fuentes primarias: observación, exploración física, interrogatorio (directo o indirecto), estudios de
laboratorio y gabinete.
Fuentes secundarias: expediente clínico, referencias bibliográficas (artículos, revistas, guías de práctica
clínica, etc.)
Anamnesis o entrevista Editar
La anamnesis es una conversación o entrevista planificada con el paciente para conocer su historia
sanitaria. Por otra parte, es un proceso diseñado para permitir que tanto el enfermero como el paciente
den y reciban información; además exige capacidades de comunicación e interacción; va enfocada a la
identificación de las respuestas.
Objetivos de la entrevista
Permite adquirir la información específica necesaria para el diagnóstico.
Facilita la relación enfermero/paciente creando una oportunidad para el diálogo.
Permite el paciente recibir información y participar en la identificación de problemas y establecer los
objetivos.
Ayuda a determinar áreas de investigación concretas durante los otros componentes del proceso de
valoración.
Fases de la entrevista
A) Introducción (orientación): fase en que el enfermero desarrolla una relación terapéutica; su actitud
profesional es el factor más significativo; su enfoque debe transmitir respeto por el paciente.
B) Cuerpo (trabajo): fase diseñada para reunir información relacionada con el estado de salud del
paciente; esto deberá conducirse de forma metódica y lenta; aquí se investiga la enfermería actual y la
historia sanitaria de forma sistemática; consta de 7 componentes básicos:
Información bibliográfica.
Razones para solicitar.
Enfermedad actual.
Historia sanitaria pasada.
Historia familiar.
Historia medioambiental.
Historia psicosocial y cultural.
C) Cierre (finalización): dar al paciente un indicio de que la entrevista está finalizando; este enfoque
ofrece al paciente la oportunidad de formular algunas preguntas.
Tipos de valoraciones     Editar
Global: se utiliza una cédula de valoración. Por ejemplo: los 11 patrones funcionales de salud (Marjory
Gordon), los 9 patrones de respuesta humana (Callista Roy), etc.
Focalizada: centrada en puntos o cuestiones concretas (dolor, sueño, estado respiratorio).
Fase de diagnóstico       Editar
Artículo principal: Diagnóstico enfermero
Los diagnósticos de enfermería son parte de un movimiento en enfermería para estandarizar la
terminología que incluye descripciones estándar de diagnósticos, intervenciones y resultados. Aquellos
que apoyan la terminología estandarizada creen que será de ayuda a la enfermería en tener más rango
científico y basado en evidencias. El propósito de esta fase es identificar los problemas de enfermería del
paciente. Los diagnósticos de enfermería están siempre referidos a respuestas humanas que originan
déficits de autocuidado en la persona y que son responsabilidad del enfermero, aunque es necesario
tener en cuenta que el que el enfermero sea el profesional de referencia en un diagnóstico de
enfermería, no quiere decir que no puedan intervenir otros profesionales de la salud en el proceso.
Existen 5 tipos de diagnósticos de enfermería: enfocados en el problema (reales), potenciales (de riesgo,
posibles), de bienestar (promoción de la salud) y de síndrome.
Fase de planificación    Editar
Jerarquía de las necesidades de Maslow, utilizada para priorizar los problemas de salud encontrados en
el paciente.
La planificación consiste en la elaboración de estrategias diseñadas para reforzar las respuestas del
cliente sano o para evitar, reducir o corregir las respuestas del cliente enfermo, identificadas en el
diagnóstico de enfermería. Esta fase comienza después de la formulación del diagnóstico y concluye con
la documentación real del plan de cuidados. Consta de cuatro etapas:[11]
Establecimiento de prioridades, con base en la jerarquía de Kalish o la de Maslow.
Elaboración de objetivos.
Desarrollo de intervenciones de enfermería.
Documentación del plan.
Plan de cuidados de enfermería Editar
“Es un instrumento para documentar y comunicar la situación del paciente/cliente, los resultados que se
esperan, las estrategias, indicaciones, intervenciones y la evaluación de todo ello”.[12] Existen diferentes
tipos de planes de cuidados, entre ellos destacan los siguientes:
Individualizado: permite documentar los problemas del paciente, los objetivos del plan de cuidados y las
acciones de enfermería para un paciente concreto. Se tarda más tiempo en elaborar.
Estandarizado: según Mayers, “es un protocolo específico de cuidados, apropiado para aquellos
pacientes que padecen los problemas normales o previsibles relacionados con el diagnóstico concreto o
una enfermedad”.
Estandarizado con modificaciones: permite la individualización al dejar abiertas opciones en los
problemas del paciente, los objetivos del plan de cuidados y las acciones de enfermería.
Computarizado: requieren la captura previa en un sistema informático de los diferentes tipos de planes
de cuidados estandarizados, son útiles si permiten la individualización a un paciente concreto.
Planes de cuidados estandarizados        Editar
Para que las estrategias de complementación sean efectivas deben impactar a diferentes niveles en el
personal de enfermería: conocimiento científico, actitud, comportamiento y actuar profesional. La
tecnología afecta a la enfermería en 2 aspectos: modificando el tipo de cuidado brindado y sobre la
persona a la que se le aplica; la tecnología ayuda pero también provoca cambios en su comportamiento
pudiendo dejar de lado la visión integral de la persona; entre los cuidados humanos y la ciencia
tecnológica se encuentra el enfermero adoptando el papel de nexo.
La necesidad de integrar un marco conceptual con los Lenguajes Estandarizados Enfermeros se hace
inminente en el quehacer diario del enfermero; así como el desarrollo de habilidades en el juicio
diagnóstico y terapéutico para la planificación de cuidados con distintas formas y estrategias. Con las
guías estandarizadas se ofrece una propuesta destinada al uso clínico, con un enfoque basado en el
razonamiento a partir de los elementos del diagnóstico conjugándolo con la NIC-NOC, generados con las
propuestas de enfermeros y sometidos a validación de contenido por consenso de expertos dentro de la
Institución.
El cuidar es una actividad inherente al ser humano desde que ésta existe, es un factor relevante que con
el paso del tiempo ha sido convertida en una actividad exclusiva de un gremio, que al principio llamaron
“oficio” pero que se ahora conoce como “profesión de enfermería”.
Para Colliére, “… cuidar es mantener la vida asegurando la satisfacción de un conjunto de necesidades”.
[13] “Una de las funciones de la tecnología es optimizar el tiempo-respuesta profesional”;[14] la
tecnología ayuda a acelerar el proceso de toma de decisiones clínicas, ya sea a la hora de diagnosticar,
cuidar, resolver problemas y cubrir las necesidades de salud de la persona. De esta manera las
respuestas de los profesionales ante determinados problemas están configuradas y protocolizadas, ya
sea como los medios o como herramientas a emplear. “Los planes de cuidados estandarizados por
patologías, protocolos, guías clínicas y algoritmos son un ejemplo de ello”. [15]
Cuidados a la vanguardia        Editar
La calidad de los servicios de enfermería se define como: “...la atención oportuna, personalizada,
humanizada, continua y eficiente que brindan los enfermeros de acuerdo a estándares definidos para
una práctica profesional competente y responsable con el propósito de lograr la satisfacción de usuario y
la del prestador del servicio.”[16][17] A lo largo de su historia el enfermero ha desarrollado habilidades
para valorar las necesidades de salud de la persona, familia y comunidad, por lo que negociar, comunicar,
trabajar, enseñar y resolver dudas son actividades básicas que deben dominar para asegurar unos
cuidados de calidad.
Algoritmos en la intervención de enfermería      Editar
La institucionalización de los algoritmos de Intervención de enfermería permitirá orientar la práctica del
personal de enfermería durante su desempeño laboral para mejorar la calidad del cuidado y los servicios
de salud prestados. La elaboración del algoritmo de intervención es un aporte encaminado a la
formación de una cultura de calidad, sustentado en la gestión de los cuidados enfermeros; en este
sentido, para su construcción es fundamental analizar el rol del enfermero, la naturaleza de los cuidados
y su significado. “Los diagramas de flujo son usados para representar algoritmos pequeños, evita muchas
ambigüedades del lenguaje natural.”[18] La elaboración de procesos hipotético-deductivos sobre los
fenómenos que el enfermero se encuentra en su práctica diaria, más allá de la mera asignación intuitiva
de etiquetas diagnósticas, es uno de los ejes cruciales para la toma de decisiones a la hora de establecer
un plan de cuidados que ofrezca suficiente capacidad de resolución. “La construcción cultural, el
paradigma científico por el que el enfermero ha sido educado y el significado que adquiere la tecnología
en su trabajo diario es lo que determina su utilización como un medio o como un fin, traduciéndose en
cuidar a la persona como un sujeto con un papel activo o como un objeto pasivo al que se le aplican
procedimientos.”[19] “En estas condiciones, nunca se podrá sustituir el contacto del enfermero y debe
prevalecer el juicio y la valoración (PE) sobre la tecnología aplicada.”[20]
Por encima de la habilidad para la construcción de algoritmos está la habilidad para su uso clínico. El
instrumento está pensado para asistir en el juicio diagnóstico y terapéutico a los enfermeros, pero ofrece
unas enormes posibilidades de investigación no solo para el perfeccionamiento del mismo sino para un
conocimiento más extenso de los fenómenos de enfermería. En la actualidad existe referencia
electrónica y bibliográfica extensa de las guías clínicas y algoritmos encaminados a orientar el
diagnóstico oportuno y tratamiento médico de las enfermedades más comunes, no así de la gestión de
cuidado de enfermería, lo cual constituye un retroceso en su práctica profesional al no contar con un
instrumento en el cual plasmar la evidencia de la calidad de sus decisiones. Surge así la necesidad de
elaborar orientaciones gráficas que permitan organizar el proceso de atención de enfermería y aplicarlo
a las personas que presentan necesidades de salud reales o potenciales.
Tomando en cuenta esto último afirmamos que el enfermero ha sido uno de los profesionales que más
ha abogado por la calidad en los cuidados; por tanto, la visión futura de protocolizar sus cuidados por
medio de planes, algoritmos y diagramas de flujo no es lejano dada la demanda de una sociedad cada
vez más crítica y exigente con referencia a la calidad de atención en los servicios de salud.
La aparición de la Clasificación de Resultados de Enfermería ha abierto nuevas fronteras inimaginables
hace escasos años, y probablemente, impredecibles cuando se gestó. Un uso ampliado de sus
componentes, desde el marco conceptual de Henderson, en combinación con la NANDA, aporta
elementos racionales y reproducibles a la hora de la toma de decisiones.
Por tanto estos instrumentos sugeridos deben tener un formato atractivo visualmente y fácilmente
comprensible que permita apreciar la progresión de la persona hasta alcanzar el objetivo planteado.
Hace más de una década que funcionan como método para controlar las costes y la calidad;
originalmente estaban diseñados por los departamentos de enfermería y recogían los pasos críticos en
los cuidados de los pacientes, los primeros estaban focalizados solo en los cuidados de los enfermeros.
“…Posteriormente se han efectuado adaptaciones en un formato más multidisciplinario denominados
con diferentes formas como trayectorias clínicas, mapas de cuidados, algoritmos de cuidados, árboles de
decisiones, etc.”[21] Sin embargo el gestionar el cuidado en forma oportuna, segura y satisfactoria lleva
implícito el imperativo ético de responder frente a la sociedad con la mejor evidencia disponible para
tomar las mejores decisiones sobre el cuidado de las personas, a este proceso le llamamos enfermería
basada en evidencias. “Se debe impulsar una EBE que privilegie lo plural, lo diverso, la singularidad del
ser, pero también la riqueza cohesionadora de lo colectivo, donde se expresa la identidad y la autonomía
del sujeto social”.[22]
Fase de ejecución       Editar
Es la cuarta etapa del proceso enfermero que comienza una vez que se han elaborado los planes de
cuidados y está enfocada al inicio de aquellas intervenciones de enfermería que ayudan al cliente a
conseguir los objetivos deseados.[23]
En esta fase se ejecuta el plan de enfermería descrito anteriormente, realizando las intervenciones
definidas en el proceso de diagnóstico. Los métodos de implementación deben ser registrados en un
formato explícito y tangible de una forma que el paciente pueda entender si deseara leerlo.
La claridad es esencial ya que ayudará a la comunicación entre aquellos que se les asigna llevar a cabo
los cuidados de enfermería.
Sistema de clasificación de la práctica de enfermería en urgencias       Editar
La clasificación determina una toma de decisiones en cuanto a la asistencia del paciente con relación a
su estado de salud, adecuando esa toma de decisiones a las capacidades del servicio y de respuesta
material y humana que presenta cada unidad asistencial. La clasificación se hará en función de los
síntomas y manifestaciones subjetivas del paciente, o acompañante, en áreas de una priorización en la
atención médica y de cuidados enfermeros.
En la RAC (sistema hospitalario de recepción, acogida y clasificación de pacientes) se iniciará la
prestación de cuidados inmediatos ofreciendo un abordaje integral de la persona en cuanto a
manifestaciones físicas, emocionales y cognitivas.
En cuanto a la escala empleada para clasificar asignando una prioridad en la atención, la bibliografía
recomienda expresamente que se utilice un sistema con solvencia acreditada, citando como ejemplo el
canadiense, australiano o Manchester, desaconsejando la utilización de aquellos que sean desarrollados
localmente sin haber sido validados correctamente. La mayoría de estas escalas de clasificación hacen
mención de 4 o 5 niveles de prioridad en los que prima la atención médica.
Ejemplo de escala de prioridad:
Nivel 1.- Resucitación.
Nivel 2.- Emergencia.
Nivel 3.- Urgente.
Nivel 4.- Semiurgente.
Nivel 5.- No urgente.
Fase de evaluación        Editar
En la fase de evaluación se compara los resultados obtenidos con los objetivos planteados para verificar
si se ha realizado un buen plan de cuidados para con el paciente. El propósito de esta etapa es evaluar el
progreso hacia las metas identificadas en los estadios previos. Si el progreso hacia la meta es lento, o si
ha ocurrido regresión, el profesional de enfermería deberá cambiar el plan de cuidados de acuerdo a
ello. En cambio, si la meta ha sido alcanzada, entonces el cuidado puede cesar. Se pueden identificar
nuevos problemas en esta etapa, y así el proceso se reiniciará otra vez. Es parte de esta etapa el que se
deba establecer metas mensurables —el fallo al establecer metas mensurables resultará en evaluaciones
pobres.
El proceso entero es registrado o documentado en un formato acordado en el plan de cuidados de
enfermería para así permitir a todos los miembros del equipo de enfermería llevar a cabo el cuidado
acordado y realizar adiciones o cambios.
Véase también Editar
Episodio de atención
Ley de cuidados inversos
Proceso de atención en medicina
Resultado sanitario
Cora Mayers
Prescripción enfermera
Bibliografía    Editar
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Enlaces externos        Editar
Sistemática para la protocolización de los cuidados de enfermería
Modernidad, positivismo y tecnología: Influencia en la enfermería y en pacientes que necesitan
equipamiento tecnológico
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