"AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD"
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS.
ESCUELA PROFECIONAL DE DERECHO
CENTRO ULADECH: AYACUCHO
ASIGNATURA:
FORMACIÓN BÁSICA PARA LA MAGISTRATURA
TEMA DEL TRABAJO:
LA FUNCIÓN JUDICIAL Y SU TRANSCENDENCIA ÉTICA
DOCENTE:
BLADIMIRO RIVEROS CARPIO
ESTUDIANTE:
HUARCAYA VARGAS, Carlos Elí.
CICLO: “X”
AYACUCHO-PERU
2019
LA FUNCION JUDICIAL Y SU TRASENDENCIA EN LA ETICA
La función Judicial es un organismo autónomo de la República del Perú constituido por
una estructura jerárquica de estamentos, que ejercen la potestad de administrar justicia,
que en teoría emana del pueblo, no obstante no es elegido directa ni indirectamente,
tampoco da cuenta de sus resultados, ni se les juzga a sus operadores directos.
Está encabezado por un presidente electo entre los vocales supremos y por la Corte
Suprema de Justicia de la República del Perú que tiene en todo el territorio. El segundo
nivel jerárquico lo forman las Cortes Superiores de Justicia con competencia en todo un
Distrito Judicial. El tercer nivel es formado por los Juzgados de Primera Instancia cuya
competencia es, aproximadamente, provincial. Luego, se encuentran los Juzgados de
Paz Letrados, con competencia distrital .Y finalmente los Juzgados de Paz (no letrados),
encargados de resolver asuntos judiciales sencillos.
El Código de Ética busca dotar a los Jueces del Poder Judicial peruano de un conjunto
ordenado de reglas que orienten su comportamiento ético, tanto en el ejercicio de sus
funciones públicas como privadas.
La sociedad espera de los Jueces un comportamiento de excelencia en todos los ámbitos
de su vida. Por lo tanto, es posible exigirles altos estándares de buena conducta con la
finalidad de que contribuyan a crear, mantener y acrecentar la confianza ciudadana en la
judicatura.
Las normas contenidas en el Código son de naturaleza ética. En tal sentido, sus
prescripciones y acciones de corrección son independientes de las medidas
disciplinarias y de cualquier sanción legal.
La norma ética, en el Poder Judicial, sólo tiene legitimidad en la medida en que
constituye un medio de autorregulación creado y hecho suyo – como pauta de conducta
– por los propios jueces, sus autores y destinatarios.
En concordancia con lo anterior, el Código tiene su vocación preventiva y de auxilio
frente a los dilemas éticos que a menudo se plantean a los magistrados tanto en el
desempeño de las funciones como en el desarrollo de sus actividades privadas.
Las normas éticas, no sancionadoras o punitivas, son pautas que orientan a los
magistrados, servidores y colaboradores de la justicia-respecto de hechos que pueden
ser objeto de reproche moral-permitiendo, inclusive, la consulta preventiva en
condiciones de reserva a un Comité de Ética Judicial.
Se consagran como los valores más elevados del modelo de conducta de los jueces –
tanto en la esfera individual como institucional – los de independencia, imparcialidad,
integridad y transparencia. Los jueces deben contribuir, decididamente, a su
establecimiento y conservación.