Riflet-Lemaire A. El Enfoque de Lacan en Linguistica
Riflet-Lemaire A. El Enfoque de Lacan en Linguistica
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                                       Edhasa, 1971
            Conviene distinguir, no obstante, al inicio de
        esta segunda parte, entre las referencias de J. Lacan
        a la ciencia lingüística propiamente dicha y una
                                                                       ■
        filosofía de Lacan acerca de la ontogenia humana         i -
        que es posible forjar a la luz de una determinada
        concepción de los efectos que el lenguaje opera en
        el hombre.
                                                                fc -
CAPITULO I
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                                                             Además, estos descubrimientos de « éijio'Hin.ii >
de correspondencia son mínimos. Esta compara
ción se aplica naturalmente a la cadena hablada,         diseminados en el tiempo, son transmitidos de boca
pero atañe también a la dimensión del código.            en boca, bajo forma de opinión (la « 5ó e a »). Es
                                                         tos trayectos forzados de discurso vienen a dete
         «En la cadena del significante es en lo que     riorar el saber un poco más a cada paso. De ello
     el sentido insiste sin que ninguno de sus ele      resulta que el lenguaje es un engaño o trampa res
     mentos consista en la significación» (J. Lacan).    pecto a la comprensión interhumana y principal
    No quiere decir esto que no hay posibilidad al      mente en relación con la verdad.
guna de delimitar en algún modo la significación             Esta filosofía general de la relación verdad-len
de las frases.                                           guaje y de la relación Sóea-éT¡iot7¡tL7] se refleja
    Por el contrario, la espiral recurrente por me      o repercute naturalmente al nivel del discurso en
dio de la cual se aprehende la significación de la       su dimensión restringida. Y la significación, a par
frase recibe en los Écrits el nombre de «point de        tir de entonces, temporalmente circunscrita al nivel
capitón» («em baste»).                                   de la frase, se distiende sin cesar en enigma; engen
                                                         dra nuevas frases que, sobreañadidas unas a otras
         «Este "point de capitón", localíceselo en la    en una carrera en el sentido verdad mítica, dan la
     función diacrónica de la frase, mientras no         impresión de una irreductible distorsión entre el
     clausure su significación sino con su último tér   significante y el significado.
     mino, pues cada término se anticipa en la cons
                                                             A esto hay que añadir que la revelación de la
     trucción de los otros, e inversamente sella
                                                          función separadora de la divisoria del algoritmo
     su sentido por su propio efecto retroactivo»
                                                          de Saussure opera igualmente para J. Lacan en el
     ( Écrits, p. 805).
                                                          nivel local de la palabra. Ciertamente, en la frase
    Ahora bien, lo que hace desconfiar a J. Lacan         cada palabra cobra un sentido por el juego inter-
de un enfoque puramente científico del lenguaje,          relacional de los elementos de la . frase, pero al
como pretende serlo el de la lingüística, es una          mismo tiempo este sentido nunca se fija de modo
percepción filosófica del fenómeno de la «compren        estable. La palabra sola implica una serie de refe
sión» inter-humana, de la aprehensión «im posible»        rencias a las otras palabras del código, de tal suer
por el hombre de la Verdad.                               te que a través de sinónimos y antónimos se podría
    Puesto que muchas veces habremos de aludir            reconstruir en su totalidad el circuito del dicciona
en nuestra exposición a estas referencias de Lacan a      rio sin llegar a otra cosa que a una tautología.
lo humano, resumiremos muy brevemente de lo                  También aquí, en la estructura sincrónica del
que se trata.                                            lenguaje, el «point de capitón» es mítico. El signi
    Según J. Lacan, en cuya obra ocupa un lugar          ficado final perseguido está radicalmente excluido
capital la reflexión ilustrada sobre la historia de      del pensamiento, ya que depende de una dimensión
la ciencia y de la filosofía, es un hecho evidente el    inconmensurable, es decir, de lo «real».
de que la Verdad se sustrae al lenguaje. La historia
                                                             A fin de respaldar su tesis de una autonomía
de la humanidad está puntuada por descubrimien
                                                         del significante con respecto al significado, J. La-
tos de valor en el campo de las «ciencias hipotéti
                                                         can cita dos versos de Paul Valizy. Demuestra con
cas», de acuerdo con la formulación de J. Lacan,
                                                         ello que el significante no puede servir a nuestro
pero estos «points de capitón» en dirección de la
                                                         pensamiento sino en su conjunto, gracias a las co
verdad nunca aciertan en lo esencial, esto es, en lo
                                                         nexiones de los términos de la frase entre sí y gra-
imposible: la verdad, lo real.
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                                                          6.   LACAN
cías a los contextos corroborados verticalmente            ejemplo, la palabra «bras» (brazo) puede designar
sobre cada punto discreto de la frase.                     metafóricamente los afluentes de un río.
    «N onl dit l'arbre, il dit non dans l ’étincellemeñt       Esta posibilidad que posee el lenguaje de signi
de sa téte superbe» («¡N o ! dice el árbol, dice no en     ficar otra cosa distinta de lo que concretamente
el fulgor de su cima soberana»).                           dice determina su autonomía con respecto al sen
                                                           tido. Dentro de esta perspectiva, nos vemos obliga
     La significación que de estos versos se despren
                                                           dos a reconocer en la intuición de J. Lacan una
 de es la de una majestad personificada en un ár
                                                           cierta evidencia. Por otro lado, ¿no convenía de
 bol. Ahora bien, ninguna de las partes de la frase
                                                           acuerdo con N. Chomsky el actualizar los distintos
goza del privilegio de centrar en ella sola esta sig
                                                           niveles de la frase aparente para extraer de ellos la
nificación. N o son ni «arbre» ni «étincellement»,
                                                           sustancia conceptual? Quiere esto decir que la es
 por ejemplo, los que exclusivamente fundan la
significación. De hecho, se desprende esta última,         tructura superficial goza de una cierta autonomía
un poco por encantamiento, de un arreglo acertado          respecto al pensamiento.
                                                                La metáfora constituye el principal agente de
de términos que traen suspendido en su vertical
todo un contexto cultural y lingüístico de asocia          esta autonomía relativa, aun cuando otra figura de
ciones entre significantes y significados.                  estilo igualmente importante se ejercite en los mis
                                                            mos efectos. Se trata de la metonimia . Ésta reem
    En efecto, si la asociación de estos escasos tér       plaza un término por otro sobre la base de un lazo
minos reviste al árbol de una majestad humana,              de proximidad, de conexión del sentido de estos
ello se debe a que «arbre» evoca por asociación el
                                                            dos términos. Así, por ejemplo, la expresión «je
plátano y metafóricamente evoca la fuerza y la ma          bois un verre» («y o bebo un vaso») constituye una
jestad. Se debe también al hecho de que la pala            metonimia, y nos percatamos de su sentido correc
bra «téte» sugiere a la memoria los conceptos de            to con independencia de la inexactitud de los sig
autoridad y de reflexión, que remitidos al «non»            nificantes empleados. Bien evidente es que yo no
inicial del verso transforman al árbol en una per
                                                            bebo el vaso sino lo que éste contiene. Sin embar
sona.
                                                            go, la significación de la fórmula es inmediata gra
   En resumen, la significación se origina progre          cias a la conexión que une al vaso con su contenido.
sivamente de un arreglo o disposición equilibrado               Los ejemplos de tales figuras de estilo podrían
y meditado de términos, que excluyen de sí otros            multiplicarse al infinito. Daremos sólo algunas de
inadecuados y evocan otros comparables.                     ellas para corroborar su frecuencia en el lenguaje
   Estos versos, prosigue J. Lacan, también nos per        de uso más corriente.
mite tomar conciencia del hecho bien evidente de
                                                                Treinta velas en lugar de treinta navios
que la lengua se utiliza para decir algo del todo
                                                                          (la parte por el todo)
distinto de lo que en realidad se dice, si nos atene
                                                                  La ciudad en lugar de los habitantes
mos al sentido literal. XJn poco al estilo de la agu
                                                                    (el continente por el contenido)
deza en la que se sugiere entre líneas una verdad
                                                           Vive de su trabajo en lugar de vive del fruto de su
gracias a las acrobacias posibles que con las pala
                                                                                  trabajo
bras pueden llevarse a término. Estas últimas, de
                                                                         (la causa por el efecto)
bido al poder metafórico de que está dotado el
hombre, sirven de vehículo de múltiples sentidos               De H. Wald (Métaphore et concept., «Rev. de
y nosotros las utilizamos para significar algo bien         métaph. et morale», n.° 2, abril, 1966) tomaremos
distinto de lo que realmente quieren decir. Así, por        algunos ejemplos de metáforas. La palabra «bou-
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          che» («b o c a ») empleada respecto a una caverna o      fundo de la lingüística de N. Chomsky. La insisten
          un río; el término anatómico «langue» («lengua»)         cia que pone Lacan en la autonomía del significan
          utilizado para designar el vehículo del habla, o         te, en la resistencia de la divisoria del algoritmo
          bien representado en la expresión «langue de terre»      de Saussure, recibe la influencia procedente de su
          («lengua de tierra»); el término «coeur» (corazón)       formación de analista. De una manera que a noso
          aplicado a un bosque, a la vida, al amor... El autor     tros nos parece justificada, J. Lacan extrae de la
          hace notar asimismo que gran número de expre             enseñanza de la lingüística todo cuanto puede pro
          siones aparentemente triviales se han forjado por        porcionarle unos instrumentos más prácticos para
          metáfora (así, «phénoméne» — fenómeno— se deri           la explicación de los fenómenos estrictamente hu
          va de «visible», y «essence» se origina de «invisi       manos que él analiza.
          ble»).                                                        De esta suerte, J. Lacan asimila los procedimien
              En nuestro primer capítulo acerca de la lingüís      tos metafóricos y metonímicos del lenguaje a la
          tica censurábamos a los lingüistas, en el estadio         condensación y al desplazamiento respectivamente:
          contemporáneo de madurez de esta ciencia, el ha          éstos son los dos mecanismos característicos del
          ber descuidado este aspecto creador de la lengua          funcionamiento del inconsciente en sus formacio
          en beneficio del empleo, en análisis, de frases des      nes.
          tinadas a la mera comunicación, Al hablar de Noam             Las formaciones del inconsciente en el aspecto
          Chomsky, el más original de los lingüistas actuales,      que brindan a la conciencia son literalmente incom
          subrayábamos la fecundidad posible de esta fuen           prensibles como el lenguaje. Al igual que los je
          te de cara al progreso de la ciencia lingüística en        roglíficos se analizan por referencia a los contextos
          sus relaciones con el funcionamiento del pensa            subyacentes al enunciado. Contextos que desplie
          miento.                                                    gan las metáforas y las metonimias, o sea tam
              Fácilmente cabe advertir que la insistencia que        bién, las condensaciones y los desplazamientos.
          J. Lacan pone sobre los procedimientos de estilo,
          preferentemente a las leyes que presiden la orga                «E l síntoma p si coanalizable se halla soste
m         nización sintáctica de la frase superficial, le ha           nido por una estructura idéntica a la estructura
V,í : í
          franqueado con mayor celeridad el acceso a los               del lenguaje. Ello se refiere al fundamento de
          mecanismos del pensamiento. Las formaciones del              esta estructura, esto es, la duplicidad que su
          inconsciente — «sueños, lapsus, chistes, sínto              bordina a unas distintas leyes los dos registros
          m as...»— rebosan de tales procedimientos estilís           que a ella se destinan: del significante y del sig
          ticos. Por consiguiente, el análisis psicoanalítico          nificado. La palabra «registro» designa en este
          debe proceder a una verdadera hermenéutica para              caso dos encadenamientos considerados en su
          extraer su sentido inconsciente (obsérvese la insis         carácter global, dejando a priori en suspenso
          tencia de la divisoria resistente a la significación).       para examen la posición primera de su distin
              La hermenéutica es el arte de los rodeos, el arte        ción cualquier eventualidad encaminada a equi
          destinado a revelar los conceptos subyacentes al             parar estos registros término a término» (J, La-
          enunciado, a la estructura aparente de las forma            can, p. 444).
          ciones del inconsciente. De estos encadenamientos
          verticales inconscientes extrae la técnica analítica         Señalemos además que el propio lenguaje ocul
          de la «asociación libre» todo su valor y su razón         ta numerosas metáforas y metonimias que han sido
          de ser. Se pueden conjeturar así los beneficios que       configuradas sobre la base de experiencias de psi
          el psicoanálisis podría reportar de un análisis pro      cología profunda comunes a todos: las experien-
          84                                                                                                            85
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 cías sexuales corresponden a esta categoría y son             represente por varios detalles de lo manifiesto. Fi
 a menudo éstas las que el humor utiliza. De ella              nalmente, entre lo manifiesto y lo latente se forma
 forman también parte las experiencias artísticas              una red compleja de hilos entrecruzados.
y a la poesía incumbe referirlas en un simbolismo                   Aquí la significación, como en el algoritmo de
 accesible a la generalidad, aunque por el sesgo de            Saussure, depende de las articulaciones de los ele
unos rodeos o circunloquios en los que se deja                 mentos de la frase y de las adyacencias verticales
sentir esta divisoria resistente a la significación.           de cada término elemental.
Tratemos de no buscar ante todo lo que distancia                    En términos analíticos, la significación del sue
las ciencias.                                                  ño se extrae de una dialéctica de lo manifiesto y de
    El doctor J. Lacan no ha tenido que hacer un               lo latente y cada estadio o fase engloba los prece
gran rodeo para aplicar al psicoanálisis los hallaz           dentes en una síntesis más vasta.
gos de la lingüística, le ha sido suficiente «huma                 Una técnica de análisis idéntica puede aplicarse
nizarla». Y puede decirse con razón que el enfermo             a todas las formaciones del inconsciente. El analis
juega con las palabras igual que lo hace el poeta,             ta alcanza su objetivo gracias a las asociaciones li
pero con la particularidad de que las asimilaciones,           bres del analizado sobre cada elemento discreto
las comparaciones o las operaciones que entre los              del fenómeno aparente.
significantes opera son a veces nuevas y estricta                  Observemos, por otro lado, que con frecuencia
mente privadas, y si existen ya en la lengua, aún en           se aplica una misma hermanéutica cuando se trata
tal caso las subraya un toque de motivación psí                de extraer la sustancia de un poema.
quica interna. De esta forma, podríamos asimilar                    J. Lacan considera que las ligazones que existen
por nuestra parte el Citroen DS a una mujer, pero               en el interior de esta red de hilos entrecruzados
el enfermo lo hará así fundándose en una experien              operan mediante los procedimientos metafóricos y
cia personal incomunicable y de todos incompren                metonímicos y sin que el sujeto mismo lo sepa.
sible.                                                              Notemos que el artista tiene a menudo la sensa
    Así pues, en J. Lacan las teorías lingüísticas se           ción de que otro actúa en su lugar en el proceso
matizan inevitablemente por su contacto con los                 de la creación. La patología, no obstante, como ya
entresijos del alma humana.                                     lo hemos señalado, acentúa el carácter privado de
    El algoritmo de Saussure S/s se comprenderá                 las asociaciones en detrimento a menudo de su ca
en el psicoanálisis en el eje del símbolo, de la me            rácter universal, introduciendo un determinismo
táfora inconsciente, más bien que como signo res               de « motivación » secreta.
tringido a sus contornos racionales.                                 La interferencia de los datos del psicoanálisis en
    Para entrar en lo vivo del tema, resumamos el               las interpretaciones lacanianas de la lingüística ten
modo de elaboración del sueño.                                  drá otra consecuencia que es fundamental bosque
    El material latente del sueño determina casi en             jar en estas páginas. Insisteremos sobre ello más
sus mínimos detalles el contenido manifiesto. Cada              exhaustivamente cuando se hayan plantado ya los
uno de estos pormenores no se deriva de una idea                primeros jalones de la teoría global de Lacan.
latente aislada, sino de varias de ellas, tomadas en                 Efectivamente, J. Lacan desarrolla largamente
préstamo de un fondo común.                                     lo que él denomina «autonomía de la cadena sig
    Al lado de estos hilos divergentes que parten de             nificante en relación con el significado, deslizamien
pensamientos latentes, otros existen que, como                   to incesante de la cadena significante sobre el flujo
ideas latentes, se encaminan divergiendo hacia lo                del significado».
manifiesto de suerte que una sola idea latente se                    La noción del «point de capitón», que ya adelan
86 87
                                                        iS\.
tamos a propósito de ello, no resuelve (com o se ha     cial y sujeto del discurso inconsciente. La separa
visto) sino muy parcialmente el problema de la          ción se reproduce aquí en cada fase de la cura ana
trabazón terminal del significante con el significado   lítica y permanece siempre aparente en el movi
y la ausencia de vínculo o nexo se revela tanto en lo   miento originario en el cual los iniciales balbuceos
concerniente a las relaciones de lo real con el pen    de lenguaje infantiles se escinden o separan de los
samiento como en lo que se refiere al vínculo del       primeros significantes elementales del inconsciente.
pensamiento con el significante simbólico.                    Para un m ejor entendimiento de estos enuncia
    En el registro psicoanalítico ocurrirá otro tan    dos, remitimos al lector a la parte IV de este libro.
to. En efecto, si se analizan, en el transcurso de la         En la obra de E. Benveniste Problemas de lin-
cura analítica, los retornos disociativos del incons    guistique genérale (Gallimard, 1966) puede encon
ciente en el circuito del discurso consciente, nos       trarse una comparación crítica de los simbolismos
encontraremos con fenómenos paralelos a los que          lingüístico y psicoanalítico. Emprendamos la dis
caracterizan el discurso consciente. Así, en psicoa     cusión con este autor al objeto de profundizar en
nálisis, el significado nunca se alcanza sino al tér    los puntos de acercamiento posibles.
mino del tratamiento analítico. Cada capa del in             El simbolismo del lenguaje — afirma éste— es
consciente revelado, restablecido en circuito de con    un simbolismo adquirido, coextensivo al aprendi
ciencia, de habla o palabra, se replantea en cuanto      zaje del mundo; el símbolo y la sintaxis están pró
«m isterio».                                             ximos a la experiencia de las cosas.
    Si a partir de aquí nos remontamos, en el trans          En cambio, el simbolismo psicoanalítico se ca
curso del tiempo analítico, de capa en capa, de          racteriza por su universalidad: los símbolos que
cadena en cadena, se tropieza finalmente con el           traducen los deseos de los sueños y los complejos
texto originario del inconsciente.                        de las neurosis son comunes a todos los pueblos,
    Este texto constituye un conjunto de articuli,        y en este sentido no son adquiridos por quienes los
de sílabas opuestas, de imágenes acústicas, de letras     producen.
elementales.                                                   Por otra parte, el simbolismo psicoanalítico ma
    Sin embargo, así como en el lenguaje consciente       nifiesta una multiplicidad de los significantes en re
es imposible salvar a contrapelo el salto inicial que     lación con la unicidad del significado reprimido.
separa lo real del pensamiento, lo real real del          Ello se origina del hecho de que el significado, al
símbolo, también en psicoanálisis se excluirá la lo      ser reprimido, sólo puede comunicarse bajo la figu
calización del nexo que míticamente liga el texto         ra de imágenes. Además, los significantes múltiples
originario del inconsciente con lo imaginario del          están unidos al significado único a través de víncu
sujeto.                                                    los o lazos de motivación.
    Con mayor motivo resultará inconcebible ope               Para concluir, el autor declarará que el simbo
rar «realmente» la ligazón del significante y de lo        lismo inconsciente es a un mismo tiempo supra e
biológico.                                                 infr a-lingüístico.
    Advirtamos igualmente que el sentido de la di             «Supra»: en cuanto utiliza signos muy conden-
visoria o trazo de separación, operante según J. La-       sados que en el lenguaje organizado corresponde
can en todos los niveles estructurales de ligazón          rían a grandes unidades del discurso, y por cuanto
posible, desempeña también una función (la de ma           entre estos signos existe una dinámica de intencio
yor importancia) en la form a de concebir el nexo          nalidad, de motivación — el deseo reprimido— que
entre lenguaje consciente y lenguaje inconsciente,          emplea para manifestarse los más singulares rodeos
entre sujeto del pensamiento y del simbolismo so           o circunloquios.
88                                                                                                           89
    Por otro lado, es « infr a-lingüístico» porque tiene       El primer nivel del signo, descrito por Peirce,
su origen en una región más profunda que aquélla           vuelve a encontrarse a menudo en psicoanálisis, en
en la cual la educación instala el lenguaje, porque        donde las imágenes del sueño o de la fantasía, por
puede recurrir a lo personal y a lo cultural.              ejemplo, son la reproducción de imágenes idénticas
    A causa de estas divergencias, anticipa el autor       del inconsciente. Sin embargo, no aluden a menudo
que fuera más razonable hacer recaer la analogía           más que a las capas más superficiales del incons
entre lenguaje consciente e inconsciente sobre el          ciente, en el límite de lo preconsciente, y la «trans
estilo, m ejor que sobre el propio simbolismo. Efec       posición» es en ellas muy débil. Estas imágenes
tivamente, la retórica del inconsciente podría asi        recubren entonces por regla general otros signifi
milarse en su opinión al estilo del lenguaje: eufe        cantes en los cuales la relación con el significado es
mismos, metáforas, metonimias, sinécdoques, elip          más ambigua.
sis, alusiones.                                                 El lenguaje mismo no funciona nunca en la prác
    Para iniciar la discusión sobre bases más sóli        tica con meras imágenes. Las palabras onomatopé-
das que la de una presuposición de conocimiento            yicas, en las que el significante en su sustancia fó 
sobre la naturaleza exacta del simbolismo lingüís         nica constituye casi la imagen auditiva del signifi
tico, recordemos brevemente la excelente clasifica        cado acompañado de sus cualidades sonoras, de
ción que de los signos dio Peirce. Peirce distinguía       penden en mayor grado del símbolo que de la ima
tres tendencias en las relaciones que el significado       gen.
puede sostener con su significante, añadiendo que               En cambio, el diagrama es más frecuente en la
estas tendencias pueden adicionarse dentro de un           lengua y por lo mismo se tropieza más a menudo
mismo signo.                                                con él en psicoanálisis.
    En primer lugar, el «icono», en cuanto diagra              R. Jakobson citaba como ejemplo de diagrama
ma, refleja en el significante las relaciones internas      en el lenguaje el orden de las proposiciones u ora
del significado; en calidad de imagen, reproduce en         ciones que refleja el orden de prioridad de los es
el significante las cualidades de hecho del signi          quemas de pensamiento. Igualmente en lo manifies
ficado.                                                     to de los sueños la disposición de los elementos no
    El «índice», en segundo lugar, deduce o infiere         es en absoluto arbitraria y refleja la disposición de
la presencia del significado a través de una relación       los contenidos, los unos en relación con los otros.
de conexión entre el significante y el significado.             En tercer lugar, el «índice» es muy frecuente en
    El «sím bolo», finalmente, constituye antes que         el lenguaje poético y en el lenguaje habitual. El «ín
nada una regla impuesta y adquirida según la cual           dice» no es distinto de la metonimia y J. Lacan se
tal significante se vincula a tal significado. N o obs     ha ocupado en comparar esta figura de estilo con
tante, un matiz permite asimilar a los símbolos los         el desplazamiento característico de las formaciones
significantes que tienen, con su significado, una se       del inconsciente.
mejanza metafórica.                                             Del sueño al síntoma, pasando por el chiste, to
    Es evidente que nunca existirá una similitud             das las formaciones del inconsciente utilizan estos
perfecta entre el símbolo neurótico de un complejo           procedimientos para burlar la censura aunque es
o de un deseo y el símbolo de un significado con            tén marcados por ella.
ceptual del lenguaje clásico o incluso del lenguaje              Una paciente histérica de Freud se veía ator
poético. En la linde del parecido, la incidencia de la       mentada por sensaciones olfativas recurrentes. En
«motivación personal» representará siempre el lu            efecto, creía haber experimentado en otro tiempo
gar de escisión entre los dos simbolismos.                   un olor «como a harina quemada» y el retorno de
90                                                                                                             91
esta sensación la perseguía de un modo extraño. El       entreverse si se conoce el sentido del término ale
olor a harina quemada fue identificado por medio         mán «vógeln», que vulgarmente sirve para desig
del análisis como el indicio de un drama: el de un       nar el ayuntamiento carnal.
plato de cocina que se había echado a perder,                 Puede verse en nuestro ejemplo que el signifi
drama insignificante de no reemplazar en la memo        cante sólo presenta respecto al significado una re
ria aquél otro infinitamente más doloroso de una         lación de necesidad, pero que en sí mismo el nexo
carta de ruptura que la paciente leía y releía a la      es arbitrario. Sin embargo, se halla justificado por
hora del almuerzo.                                       el sentido del término «vogeln», a través de ciertos
    El olor a harina quemada constituye finalmen        rodeos mentales. En la lengua, la mayor parte de
te el indicio de un drama sentimental con el cual        las palabras no tienen con su significado sino una
está ligada por vía de metonimia.                        relación de costumbre.
    Desde luego, el caso de desplazamiento en este            La palabra «peral» no designa el árbol portador
síntoma es algo más que una metonimia, incluso si        de este fruto sino porque una regla o norma así lo
se recuerda que ésta última opera muchas veces           ha decidido. Sin embargo, esta relación se justifica
por medio de la sustitución del efecto por la cau       por el radical «pera», que a su vez es del todo ar
sa. En este caso, la relación del significante con el    bitrario.
significado está motivada — como lo hace notar                En lo que atañe ahora a los símbolos metafóri
E. Benveniste— , determinada por una dinámica de          cos, vamos a puntualizar antes que nada que son
intencionalidad. Debido al carácter privado de la         términos de lenguaje como resultado de un conve
experiencia traumática vivida por la paciente, una        nio social cultural, respaldada por la semejanza de
alusión pública a un olor «com o a harina quema          hecho entre el significante y el significado.
da» a nadie podría serle accesible.                           La estrella de cine no debe su sobrenombre más
    En este punto divisorio se escinde el signo psi-      que a una operación metafórica de pensamiento
coanalítico del signo lingüístico.                        que traspone la significación «destello, fulgor» del
    Para concluir nuestra comparación, considere         término «estrella» a la actriz de talento, en virtud
mos por último la categoría del «sím bolo» propia        de una comparación subentendida entre los signi
mente llamado.                                            ficados.
    El símbolo puede ser ya un significante cuya na           Lo mismo sucede respecto al símbolo de la jus
turaleza y caracteres no tengan relación con el sig      ticia: la balanza; y podríamos proporcionar innu
nificado — en tal caso, es adquirido— , ya un signi      merables ejemplos de ello.
ficante cuya naturaleza sea distinta de la del signi          En psicoanálisis, los símbolos operan del mismo
ficado en tanto que sus caracteres presenten algu        modo. La desnudez significa la vergüenza moral;
na semejanza de hecho: éste es el caso de las me         la escalera, la tarea difícil y el esfuerzo; la salida
táforas.                                                   de un tren al que se llega tarde, el fracaso o el de
    A nuestro juicio, el psicoanálisis tropieza igual     seo de quedarse en donde uno se encuentra.
mente con entrambas formas de símbolos.                        Estos símbolos de contenido psicológico se han
    En uno de sus sueños, Freud ve a su madre di          incorporado, de otro lado, a la tradición, y todo
funta arrebatada por unos seres humanos provis            individuo puede intuirlos sin necesidad de ser por
tos de un pico de ave.                                     ello una enciclopedia de las artes y las letras.
    El sueño es una alegoría del coito, que como               Otros símbolos del lenguaje señalan un présta
hijo de Edipo hubiera querido practicar con su             mo directo tomado de la cultura nacional o uni
madre. El sentido oculto de este sueño sólo puede          versal. La cruz es el símbolo del sacrificio, del su-
92                                                                                                           93
 frimiento. La expresión «vom ir quelqu'un ou quel-       significado, inaccesible sin el auxilio de los proce
 que chose» (abominar de alguien o de algo, vomi         dimientos analíticos.
tarlo) es una metáfora del verbo «ne pas pouvoir               En definitiva, de las críticas de E. Benveniste
tolérer» (no poder tolerar o sufrir). Tener un pie        sólo podemos retener aquéllas en las que hace re
en la sepultura evoca la idea de la muerte. Descen       saltar el carácter de intencionalidad, de motiva
der a los infiernos significa vivir una pesadilla, te    ción, del simbolismo psicoanalítico, y aquéllas otras
ner un mal sueño, etc.                                    en las que subraya su fuente en una región más
    No hace falta subrayar hasta qué punto son            profunda que aquélla en donde la educación ins
moneda corriente en psicoanálisis estos símbolos.         tala el lenguaje. Convendría puntualizar aún que
Las formaciones del inconsciente, el sueño y los          la educación y las experiencias psicológicas insta
chistes están llenos de ellos.                            lan entrambas el lenguaje. Nosotros asimilamos al
    Estas asimilaciones culturales se incorporan al       lenguaje todas las expresiones que traducen las ex
lenguaje corriente y se instalan en él bajo el título     periencias psíquicas u otras muy profundas y que
dn significantes como los otros. Por otra parte, el       a todos cabe percibir.
diccionario siempre tiene en cuenta los usos figura           La enseñanza de la lingüística pone de relieve su
dos de los términos o palabras: lo cual constituye        fecundidad en la práctica y en la teoría del psicoa
una prueba de su adscripción al lenguaje.                 nálisis. Estimamos justificados y razonables los
                                                          préstamos de ella extraídos. Es cierto que J. Lacan
    En estos casos de simbolismo psicoanalítico
como en los que más arriba hemos mencionado, la           no da pruebas de un purismo absoluto, pero como
                                                          ya dijimos al comienzo del capítulo una ciencia no
única particularidad digna de ser notada, en fin de
cuentas, es la incidencia en la utilización del sím      es como otra e integrar perfectamente la lingüís
bolo de una motivación secreta. El ser humano en         tica en el psicoanálisis es tarea irrealizable.
riquece su léxico con notas psicológicas personales,           A nuestro juicio, el lingüista sacará provecho
el enfermo hace lo mismo aunque ignorándolo.              introduciéndose en el espíritu del psicoanálisis y
                                                          percibiendo del interior la luz que éste pueda apor
    Los casos de lapsus son típicos. Una palabra in
                                                           tar a la lingüística, en lugar de intentar desmentir
congruente surge de pronto pese al contexto glo
                                                           el valor de las interferencias.
bal de la frase que la repudia, otra palabra en vano
                                                               J. Lacan no ha forjado de pies a cabeza un psi
invocada se rehúsa a presentarse en la memoria,
                                                           coanálisis nuevo, esto es, un psicoanálisis lingüís
aquella otra se utiliza deformada. Son otras tantas
                                                           tico; ha utilizado más bien una terminología que
fallas en el discurso consciente que su autor no
                                                           lo enriquecía. Ha ensayado cotejos con los fenóme
puede llegar a interpretar sin un análisis pro
                                                           nos de lenguaje. Y por entre esta terminología, tro
fundo.
                                                           pezamos de nuevo con la sustancia misma de las
    El enfermo pierde la referencia significada por        doctrinas de Freud,
el símbolo, determinados cortocircuitos se operan               Que no se nos vengan a reprochar estas reser
en su discurso sin que él mismo pueda dar razón            vas diciendo que no hemos percibido la originali
de ellos.                                                  dad de J. Lacan. É l mismo se declara partidario de
    De ahí la razón de que J. Lacan haya venido in        un «retorno a Freud», y por otra parte, las referen
sistiendo en la divisoria resistente a la significación    cias a la lingüística han sido en J. Lacan el origen
en el algoritmo de Saussure. En la lengua, simbo          de una profundización de los conocimientos sobre
liza el rodeo que la mente opera en la búsqueda del         la psicosis en primer lugar, sobre la represión ori
sentido; en psicoanálisis, simboliza la represión del       ginaria y, sobre las razones de la alienación del in-
94                                                                                                            95
diyiduo neurótico y sobre muchas otras cuestiones
de las teorías de Freud.
    Por otro lado, la teoría de Lacan se basa en una
filosofía de la ontogénesis humana que procede en
línea directa de los conocimientos actuales acerca
del lenguaje.
    Vamos a intentar poner los primeros jalones de
esta teoría en un capítulo más filosófico que nos
servirá para comprender los conceptos clave del
lacanismo expuestos en los capítulos siguientes.                                 CAPITULO II
Lenguaje y subjetividad
96                                                                                                            97
                                                            7.   lacan
-L