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Acerca de Los Olores

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ACERCA DE LOS OLORES todo el cuerpo con cierta droga olorosa que había en su

1. Cuéntase de algunos hombres, como de Alejandro Magno, territorio; pero luego, cuando se acercaban a los hombres,
que su sudor esparcía un olor suave, por virtud de una despojábanse de tal afeite y se encontraban pulidas y
complexión rara y extraordinaria. Plutarco y otros escritores perfumadas.
buscaron la causa de semejante singularidad; pero la 5. Sea cual fuere el aroma que me rodee, es maravilla cómo
general constitución del cuerpo humano demuestra lo se me pega; mi cutis es de los más aptos para impregnarse.
contrario, y la cualidad más ventajosa que éstos puedan El que se quejaba de nuestra constitución orgánica porque
poseer, es la de estar exentos de todo aroma. La dulzura la naturaleza no dotó al hombre de instrumento hábil para
misma del aliento más puro, nunca es más perfecta que llevar los olores al olfato, incurría en error grande, pues los
cuando no tiene olor alguno que nos sorprenda, como ocurre olores mismos se encargan de encontrar el camino; a mí, en
con los niños sanos. He aquí por qué dice Plauto particular, me sirve el bigote de vehículo; como lo tengo
Mulier tum bene olet, ubi nihil olet; áspero, cuando aproximo a él los guantes o el pañuelo,
guarda el aroma todo un día; mi bigote declara el sitio donde
2. «el olor más exquisito que puede tener una mujer, es he estado. Los besos apretados de la juventud, sabrosos,
carecer en absoluto de aroma». En cuanto a los buenos glotones y pegajosos, permanecían en él allá en otro tiempo,
olores, hay razón para considerar como sospechosa a la y persistían dos o tres horas después de estampados. Y, sin
persona que los usa, y puede juzgarse que los emplea para embargo, tan poco sujeto estoy a las enfermedades
disimular algún defecto natural. De aquí nace la opinión, en infecciosas que se propagan por la frecuentación y a que
que los poetas antiguos convienen, de que es oler mal el sirve de instrumento el aire, que he salido ileso de las de mi
exhalar buen olor: tiempo, pues las ha habido de diversas suertes en nuestros
Rides nos, Coracine, nil olentes. ejércitos y en nuestras ciudades. Dícese de Sócrates que
Malo, quam bene olere, nil olere.1 habiendo permanecido en Atenas durante tantas epidemias
Y en otro pasaje: como afligieron a su ciudad, nunca fue atacado por el mal.
Postume, non bene olet, qui bene semper olet.2 6. Los médicos podrían alcanzar de los olores mayor partido
del que sacan, pues por lo que a mi toca, he advertido con
3. Yo gusto, sin embargo, mucho encontrarme rodeado de frecuencia que mi organismo se modifica según la esencia
olores exquisitos, y por cima de todo detesto los mefíticos, de los mismos, por lo cual apruebo el uso del incienso y
que atraigo hacia mí más que ningún otro otros perfumes en las iglesias, tan antiguo y tan extendido
Namque sagacius untis odoror, en todas las naciones y en todos los cultos. Esos aromas
Polypus, an gravis hirsutis cubet hircus in alis, purifican y despiertan nuestros sentidos y nos hacen más
quam canis acer, ubit lateat sus.3 aptos para la contemplación.
4. Los más simples y naturales, me parecen los más 7. Hubiera querido gustar, para juzgar con fundamento de
agradables. Este cuidado toca principalmente a las damas: ella, la labor de las cocineras que saben aliñar las carnes
en medio de la barbarie más completa, las mujeres escitas 4, con olores penetrantes; condimentadas así se le sirvieron al
después del baño, se espolvoreaban embadurnaban la cara y rey de Túnez, que en nuestra época desembarcó en Nápoles
para parlamentar con Carlos V. Se aderezaron las aves con
1
Te burlas de mí, Coracino, porque no estoy perfumado; prefiero drogas odoríferas de suntuosidad tanta, que el coste de un
no oler a nada que oler bien
2
Póstumo, quien huele siempre bien, huele mal 4
Pueblo bárbaro nómada del Asia central, el nombre de su país
3
Mi olfato percibe los malos olores con sutileza mayor que un era Escitia. Los escitas se introdujeron en Europa del Este
perro de nariz excelente reconoce la guarida del jabalí alrededor del año 7000 a.C.
pavo real y dos faisanes llegó a la suma de cien ducados,
después de preparados para el paladar del soberano de
África; y cuando se trincharon, no solamente en la sala, en
todas las habitaciones del palacio y en las casas
circunvecinas había un vapor suavísimo, que tardó bastante
en disiparse.
8. Lo primero que yo procuro al establecerme en cualquier
lugar, es huir de la atmósfera densa y mal oliente. Esas dos
hermosas ciudades de Venecia y París pierden mucho de la
estimación en que las tengo a causa de las emanaciones
acres que se desprenden de los canales de la primera, y de
las fangosas calles de la segunda.
Montaigne, Michel de. Viajes, ensayos completos
RESPONDE Sea cual fuere el aroma que me rodee, es maravilla cómo
1. Identifica los números en los párrafos del texto y se me pega; mi cutis es de los más aptos para
desarrolla la siguiente actividad. impregnarse. El que se quejaba de nuestra constitución A
orgánica porque la naturaleza no dotó al hombre de
a. Identifica a qué párrafo corresponde cada uno de los instrumento hábil para llevar los olores al olfato, incurría
enunciados, para ello anota en frente a la columna B, B
en error grande, pues los olores mismos se encargan de
el número del párrafo. encontrar el camino; a mí, en particular, me sirve el
Columna A Columna B bigote de vehículo; como lo tengo áspero, cuando
El mejor olor es no oler nada aproximo a él los guantes o el pañuelo, guarda el aroma
todo un día; mi bigote declara el sitio donde he estado.
Son mejores los buenos aromas que Los besos apretados de la juventud, sabrosos, glotones y
los hedores pegajosos, permanecían en él allá en otro tiempo, y
La sensibilidad a los olores. persistían dos o tres horas después de estampados. Y, sin
Efecto de los olores en el organismo. embargo, tan poco sujeto estoy a las enfermedades
infecciosas que se propagan por la frecuentación y a que
Los olores en la comida. sirve de instrumento el aire, que he salido ileso de las de
Los olores en las ciudades mi tiempo, pues las ha habido de diversas suertes en
nuestros ejércitos y en nuestras ciudades. Dícese de
Sócrates que habiendo permanecido en Atenas durante
b. ¿Qué tienen en común los párrafos 2 a 7? tantas epidemias como afligieron a su ciudad, nunca fue
atacado por el mal.
a. ¿De qué se habla en el segmento A y B,
c. ¿Cuál es el punto de vista que tiene el autor respecto respectivamente?
de los olores, de acuerdo al párrafo 3?

d. ¿Cuál es la opinión del autor, respecto de los olores, b. ¿Cuál es la relación entre ambos segmentos?
en el párrafo 4?, ¿Cómo se relaciona con lo del
párrafo 3?

c. ¿Qué función cumple el párrafo subrayado?


e. ¿Cuál es el tema central del párrafo 5?, ¿A qué otro
tema deriva el autor al final del párrafo?

3. Explica por qué el texto que acabas de leer se


2. Relee atentamente el siguiente párrafo; luego,
clasifica como argumentativo.
responde las preguntas:

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