Analogía – Constitucional
Analogía emana del latín analogĭa aunque con origen más remoto en un
vocablo griego que puede traducirse como “semejanza” o “proporción”. Ese
término griego, se encontraba conformado por tres partes claramente
diferenciadas:
• El prefijo “ana-“, que es equivalente a “sobre o contra”.
• El vocablo “logos”, que puede traducirse como “palabra o razón”.
• El sufijo “-ia”, que se usa para indicar “cualidad”.
Analogía, por tanto, es un término que indica
una relación de semejanza entre cosas distintas. El concepto permite
referirse al razonamiento que se basa en la detección de atributos
semejantes en seres o cosas diferentes.
Por ejemplo: “Creo que el público no entendió mi analogía entre el revolver
y el micrófono”, “El intendente sorprendió al trazar una analogía entre la
situación que se vive en el pueblo y la registrada en los principales centros
económicos del mundo”, “No me gustó la analogía que hiciste entre mi
carrera y la trayectoria de Gómez”.
Una analogía, por lo tanto, es una comparación entre objetos, conceptos o
experiencias. Al establecer una analogía, se indican características
particulares y generales y se establecen las semejanzas y diferencias entre
los elementos contrastados.
El Derecho por último, sostiene que la analogía es el método que permite
que una norma jurídica se extienda, por identidad de razón, a casos que no
se hallan comprendidos en ella.
I) La analogía: naturaleza, función y clases.-
1. - Analogía es una palabra que deriva del griego analogon cuyo significado
literal es semejanza, proporción. La analogía es la semejanza en los
elementos esenciales de dos [o más] hechos o cosas que permiten a una
decisión jurídica imponer la misma consecuencia. La analogía no supone
identidad o igualdad plena, sino simplemente semejanza en los
elementos esenciales; de allí que se hable de igualdad parcial o
situaciones parcialmente iguales.
Según una conocida opinión la analogía “Es el traslado de una regla,
dada en la ley para el supuesto de hecho [A], o para varios supuestos de
hechos similares, a otro supuesto de hecho [B], no regulado en la ley,
“similar” a aquél” . Asimismo, se apunta que la analogía significa “la
comprobación de una igualdad normativa entre dos casos que no son
completamente iguales, pero que lo son en grado suficiente para que el
régimen jurídico de uno deba ser igualmente al del otro” . Ella es muy
útil y fecunda en el desarrollo del pensamiento tópico que partiendo de
la solución del caso conocido se dirige a la solución de supuestos
semejantes. Antes que un principio se haga consciente, es captado
intuitivamente en la “semejanza”. Ella se dirige a obtener un determinado
resultado y su esencia es más valorativa que lógico – sistemática.
La analogía no crea un derecho nuevo, descubre uno ya existente, integra
una norma establecida para un caso previsto por el legislador a otro
patentado por la vida social. Asimismo, no presupone la falta absoluta
de una norma, sino la no previsión por la misma de un supuesto
determinado.
2. - La analogía constituye un método de auto integración del Derecho, el
cual se emplea para colmar lagunas jurídicas y se contrapone al método
de heterointegración. Sin la existencia de lagunas en el Derecho no puede
plantearse ningún método o procedimiento de integración. Mientras los
procedimientos de auto integración más importantes son la analogía y
los principios generales del derecho, la heterointegración se produce en
virtud a la apelación a ordenamientos diversos o apelando a fuentes
distintas a la dominante. Se apunta que la analogía es un procedimiento
de integración del Derecho, o de complementación jurídica, desde el
momento que sirve como un mecanismo para integrar o cubrir las
lagunas del derecho positivo [derecho legal o consuetudinario], cuestión
que supone la ausencia de una regulación normativa para el caso que se
pretende resolver. En estos casos, no se puede obtener de la ley una
respuesta para una cuestión jurídica. Se afirma con acierto que la
analogía comienza donde la interpretación del texto de la ley termina, al
haberse rebasado su sentido literal posible. La auto integración se
caracteriza según Bobbio, en virtud a que la integración de las lagunas
del derecho se produce aprovechando los recursos del mismo
ordenamiento, en el ámbito de la fuente dominante, sin recurrir a otros
ordenamientos o recurriendo mínimamente a fuentes distintas de la
dominante.
3. - Se apunta que la analogía en un sentido tradicional es oriunda de las
matemáticas que se caracteriza por plantear la semejanza de dos
relaciones. También se sostiene que es una forma de razonamiento lógico
a simile, que tiene una amplia incidencia en el campo del pensamiento
en general y del jurídico en particular. Con razón afirma Urquizo que:
“La analogía no es un problema estrictamente jurídico, sino que se trata
de una cuestión lógica con repercusiones en el razonamiento jurídico
cotidiano”.
Desde un punto de vista lógico, la analogía: “Es una clase de
razonamiento jurídico mediato en donde la conclusión se infiere de por
lo menos dos premisas, y no sólo de una, que va de lo especial a lo
general, diferenciándose de los razonamientos deductivos o inductivos”.
La analogía sería un razonamiento a nivel que se mantiene siempre en
un mismo plano, ya sea en lo particular o lo universal. De manera
frecuente se afirma que el razonamiento por analogía es un razonamiento
desde lo “particular a lo particular coordinado”, mientras el
razonamiento deductivo va de lo general a lo particular y el inductivo de
lo particular a lo general.
Ha de quedar claro que la analogía no puede terminar creando un
principio general del derecho, como a veces suele afirmarse, ni constituye
una suerte de razonamiento deductivo abstracto caracterizado “por la
creación o formulación analógica de una norma nueva, cuya disposición
es idéntica a la de aquel precepto, pero cuyos supuestos son sólo
semejantes”. Ello se debe a que los principios generales deben
encontrarse apriorísticamente, siendo aplicados por vía deductiva y
porque la analogía no supone la creación de una norma nueva [aunque
sea hipotética], sino la aplicación extensiva de una norma que existe
previamente. No es correcto tampoco confundir la identidad de razón que
debe concurrir en toda analogía con la supuesta formulación de una
norma nueva.
4. - La doctrina se pregunta si puede identificarse sin mayor inconveniente
la analogía lógica y la analogía jurídica; o en términos más sencillos, si
basta comprobar que existe una analogía en sentido lógico o puramente
formal para admitir automáticamente la concurrencia de una analogía
en sentido jurídico. Para algunos la analogía que interesa al Derecho sólo
sería expresión de un raciocinio lógico, siendo la analogía jurídica una
especie o clase de analogía lógica.
Sin embargo, otro sector doctrinal – al cual nos adherirnos – considera
que es posible distinguir entre la analogía jurídica y la analogía lógica.
Este criterio parte por reconocer que la columna vertebral de la analogía
jurídica lo da el cumplimiento, como presupuesto, de la analogía en
sentido lógico, de la cual depende. Sería inconcebible pretender fundar
una analogía en un sentido normativo excluyendo al razonamiento lógico
del argumentum ad simile. La analogía sólo es justa en tanto es lógica.
Sin este razonamiento no puede plantearse la analogía jurídica, pues
sería como pretender construir un edificio sin base, sosteniéndolo en el
aire.
Con todo, la particularidad que caracteriza a la analogía jurídica de la
analogía lógica es la presencia de un juicio de valor, de una estimación o
de una razón que justifique el tratamiento igual a las dos situaciones que
se comparan. La consecuencia del precepto se aplica a otro caso no
regulado; no por el hecho que sean situaciones análogas o porque tienen
notas comunes que la hacen partir de una misma base ontológica, sino
porque existe la misma razón, el mismo fundamento jurídico para
resolverlos del mismo modo. La esencia de la analogía jurídica no es el
encontrarse frente a dos situaciones parecidas, ni relacionarse con la
aplicación de leyes lógicas, sino que se funda en respetar un mismo
fundamento jurídico o lo que se conoce como una misma ratio legis . Al
Derecho no le interesa saber si dos hechos o casos son iguales o tienen
semejanzas esenciales, desde un punto de vista fenomenológico, porque
el Derecho no compara hechos, sino valora conductas, estimando si
participan de la misma razón jurídica y deben, por tanto, ser tratadas
igualmente.
Como bien apunta García Maynez: “El descubrimiento de esa razón
jurídica o, en otras palabras, el de la igualdad jurídicamente esencial de
los casos no es un problema lógico, sino axiológico, ya que supone un
juicio de valor sobre aquéllos” . En sentido parecido se pronuncia el
filósofo argentino Carlos Cossio cuando, al referirse a la analogía
jurídica, señala que: “Es un juicio estimativo sobre la analogía lógica que
consiste en calificar como justo el proceder lógico que nos lleva a lo
lógicamente consecuente, sin perjuicio que sea injusto en sí el resultado,
cuando es injusto el término de comparación analógico” , para terminar
sosteniendo que: “La analogía es una verdad de una igualdad; la analogía
jurídica es la justicia de una igualdad”. En los mismos términos se
pronuncia Legaz y Lacambra cuando sostiene que: “La analogía jurídica
sería un juicio de valor emitido por el Derecho sobre la analogía lógica” ,
y Karl Larenz al señalar que: “En la analogía jurídica se trata siempre de
un proceso valorativo y no únicamente de una operación mental lógico –
formal ”.
La analogía no sólo se compone de elementos vinculados a la lógica pura,
a manera de un frío silogismo, sino que tiene que ver con profundos
principios de carácter valorativo y que pueden resumirse en la apelación
a las “razones teleológicas” o de “semejanza axiológica”, más que
ontológica. En ella también se encuentran las intuiciones judiciales o los
particulares puntos de vista del intérprete, pues como sostiene Josef
Eser “La formación analógica sigue siendo siempre una decisión del juez,
es decir, un acto valorativo y volitivo como ha dicho Zitelmann”
Consecuencias de la analogía
Se ha entendido que esta restricción a la aplicación de sanciones penales
por analogía, proviene del principio Nullum crimen, nullapoena sine
praevialege. Esto implica que la prohibición de analogía busca dotar de
certeza jurídica a los ciudadanos ante el poder penal del Estado.
El lenguaje común “analogía” es casi sinónimo de semejanza. En el lenguaje
jurídico suele llamarse aplicación analogía a la aplicación de una norma a
un supuesto de hecho o no contemplado por ella, pero semejante al previsto
por la misma.
Se usa Argumento analógico o argumento a simili al procedimiento
discursivo que se emplea para justificar o motivar la aplicación analógica.
El argumento analógico es un argumento productor de derecho que se usa
para fundamentar no ya una decisión interpretativa, es decir, una decisión
acerca del significado de una determinada disposición, sino más bien la
creación jurisprudencial de una norma nueva, una norma que no constituye
el significado de ninguna disposición preexistente.
En cualquier caso si se acepta que el ordenamiento presenta una laguna,
no es obligatoria la decisión de colmarla. En efecto, cualquier controversia
puede resolverse simplemente argumentando a contrario.
A decir verdad, también que el argumento a contrario, al igual que el
argumento analógico, es una técnica de integración del derecho que, como
tal, presupone la existencia de lagunas. Por lo general sin embargo, el
argumento a contrario se considera (sin razón) un argumento puramente
interpretativo, no creador de normas nuevas.
Es suma, colmar una laguna argumentando a contrario no es absoluto una
operación neutra, puramente interpretativa. No obstante, en nuestra
cultura jurídica, llenar una laguna argumentando a contrario no se siente
como un hecho dramático como una intervención creadora del intérprete.
En la jurisprudencia se ha sostenido que el fundamento de la analogía es el
principio según el cual los casos iguales deben ser tratados de la misma
manera. Pero eso no resuelve el problema, puesto que el procedimiento
analógico consiste en aplicar una misma norma a dos supuestos de hecho
que se consideran precisamente, semejantes y por lo tanto, distintos, no
iguale. Si los dos supuestos de hecho fueren iguales se resolverían con una
misma norma sin necesidad de aplicación analógica
La semejanza entre dos supuestos de hecho en cuestión opinable. Puede
mantenerse que los supuestos de hecho en cuestión no son en absoluto
semejantes o que la semejanza entre ellos es irrelevante o no esencial y que,
por consiguiente, la aplicación analógica no esta justificada.
Como se ha indicado la aplicación analógica es una técnica de integración
del derecho en presencia de lagunas. Se dice que el derecho presenta una
laguna o no es incompleto cuando el intérprete considere que un
determinado supuesto de hecho no esta regulado por ninguna norma
expresa.