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Entrevista Daniel Moyano

Literatura

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Sergio Frugoni
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Daniel Moyano 1. {Cémo comenzé a escribir? 2C6- mo se publicé su primer libro? 2C6 mo recuerda usted hoy eseperiodo? En La Falda, sierras de Cordoba, donde terminé la escuela primaria, habia dos estimalos para escribir: la biblioteca de la escuela (“Mateo J. Molina”, me acuerdo), y mi abue- 1 mateo, José Bellini, que impro- visaba versos circunstanciales. imi- tando el estilo gauchesco en su me- dialengua, mezelando italiano y cas- tellano. La distraccién de todas las noches era leerle algo al nonno, que era corto de vista. A mi me tocé Cervantes, Zorrilla y todos los gau- chescos. Se burlaba con alguna cruel- dad de la locura de don Quijote, pe- xo cuando Ie lef el capitulo donde muere se le saltaron las lgrimas y dijo poverino il vechiotto. La macs- tra de 6° me puso en contacto con Dickens y Dumss, En la biblioteca del pueblo no habia gran cosa, pero estaban Lugones, Fernindez More- no (el viejo, claro) y una coleccion al dia de Selecciones, que gracias a Dios nunea lei. En los quioscos uno podia echar mano de Amado Nervo, ‘Vargas Vila, el Baron Biza y Pitigri= li. En fin, una mescolanza. ‘Ya entonces escribia poesia, cada vez que me enamoraba de alguna compatiera del colegio. ‘También les escribia las cartas de amor a mis tfos, y las novias quedaban enean- tadas. Para escribir bien entonces habfa que ser purista; ahi estaban vigilando y poniendo el grito en el cielo Enrique Larreta y Arturo Cap- devila, précticamente ios duefios del idioma. Les tenia terror. Para colmo en el pueblo los chicos de mi edad se burlaban cuando yo usaba sin darme cuenta giros italianos en la conversacion, Temiendo que pasara Jo mismo con mis versos me compré la Gramatica de la Real Academia, ya era hora de tomarse las cosas mas fen serio, Empecé a publicar en el periodico del pueblo, Reflejos de 169 Daniel Moyano junto a Garcia Marquez y su mujer Mercedes ‘Irma Capellino, esposa de ‘Moyano, y Lita Vifials, en 170 predicador Luis Roberts y su esposa, Gentileza D. Moyano. Buenos Aires, 1967, afio del premio “Primera Plana- Sudamericana” por El oscuro. Gentileza D. Moyano. Punilla, Los duefios tenian también tuna propaladora (un altoparlante en cada poste, o sea en cada esquina), y una vez, por semana lefan mis poe- thas imitando a Berta Singerman ‘Me eneantaba caminar por 1a aveni- da Eden un dia lluvioso y oft mis ‘versos que salian por los altoparlan- tes, En el 57 la libreria Assandri de Cordoba me dio el segundo premio Ge un coneurso por mi libro de cuen- tos Artistas de variedades. Lo publi ‘caron tres afios después, cuando yo ya me habia ido a vivir a La Rioja. 2, ,Cual fue el clima intelectual de su casa y su infancia? ;Se apoyé © se desalent6 su inclinacion literaria? Escuela, educacion formal ¢ infor- ‘mal en la adolescencia, los grupos ¥ Tas amistades literarias; autores de- qisivos en su formacion literaria. GRecuerda algo que pudiera deno- fainarse ‘ep'sodio de iniciacion lite- aria’. La de mi abuelo fue la mas intelec ‘tual de las casas donde vivi. Porque tanto Blanca, mi hermana, como ‘yo, nos criamos con diversos parien- Yes antes de ir a vivir con los abue- los. Fue una etapa dolorosa, de mi- seria fisica y espiritual, entre los 7 ¥ 18 afios. De esa epoca recuerdo 21 estimulo de mi maestro de cuarto grado en Alta Gracia: Enrique Mon. famat. Me pasaba libros, que en ca- sa tenfa que leer a escondidas. Mi tio queria sacarme de la escuela pa: ra que trabajase. El maestro lo con- yencid de lo contrario y se hizo car go de mis itiles y textos. Al ano si guiente nos fuimos a La Palda avi vir con los abuelos. ¥ bueno, aque lo era el Paraiso, del que conserve esta imagen: cuando haciamos el pan, en el horno de ladrillos pont mos también a asar batatas. Con las ‘brasas del horno, en invierno, llent- bamos un gran fuenton para calen- tar la casa. Y a la noche leiamos el Quijote alrededor del fuego, comien- do batatas calentitas. 'A los 16 aftos me fui a Cordoba, pax a estudiar y trabajar. Sélo pude hax er lo segundo, Menos mal, porque esto me permitid hacer el bachille- rato como adulto, en La Rioja, te- iendo como condisefpulo al poeta Fiojano José Paredes, o sea que me i cl lujo de postergar mi adolescen- tia, En Cordoba estudié un poco de aleman y de francés, empecé a leer fa Kafka (decisivo) ya Pavese en su Tengua, asistia como oyente a las clases de la facultad de Filosofia y Letras y les hacia las monografias a mis compaiieras. Ah, y estudiaba violin, Fueron diez afios decisivos fen mi evolucion como eseritor. El apoyo intelectual més importante, junto a una hermosa amistad, fue Emilio Sosa Lopez, que ley y cr fico inteligentemente mis iltimos poemas y los primeros cuentos, sin perdonarme nada. Emilio ademas me puso en contacto con el enton- ces exiliado espafiol Juan Larrea, que durante afios repartio generosa mente su cultura y su enbusiasmo nize los jovenes dle Cordoba. Elepi- Sodio de iniciacion literaria es esa propaladora de La Falda, los alto- parlantes con mis poemas bajo la lovizna. 3. {Como trabaja? {Hace planes, esquemas? zLee a otros autores en Jos perfodos en que estd trabajando en una obra propia? {Cuando y co- mo corrige? zLee alguien sus textos antes de que ingresen en el proceso de publicacion? ;Escribe de manera regular o por épocas? ‘Cuando hago planes o esquemas ge- neralmente me fallan, porque nunca he podido respetarlos. Ademas es aburrido. Prefiero la técnica de la hebulosa. Consiste en poder “ver” tina neblosa y después meterse en lla para averiguar qué tiene aden- zo. so divierte y en consecuencia Givertiré al lector. Pero eso de saber Gx el capitulo cuatro que un perso: ajo se morira en el doce no tiene ninguna gracia. Para eso lo mato en el cuatro y se acabé. Hard un par de afios vi en la calle Goya, de Madrid, a una pareja que Hevaba una bafadera. Serian las dos de 1a mafana, eran los Gnicos en la alle, Los of hablar. Eran argenti- nos, de Cardoba, Contaron que 1a hallaron en la basura. Vivian’ en un filtimo piso, con terraza grande, y qa querfan para plantar un sauce, co- mo el que tenian en la casitade Cos quin. B] edificio no tenia ascensor, Ih subieron siete pisos. Esto fue la nebulosa de una novela que iba a tratar de un grupo de exiliados en Madrid. Dentro de Ia nebulosa esta- ba el barco que los trajo de Argen- fina, Pensé: bueno, un capitulo pe ya contar que vinieron en un bareo y enseguida entro de eno en el te- ma, Trabajé la novela durante 14 meses, escribiendo 3 horas diarias 2 la silida del trabajo, con el apoyo eritico de mi hijo Ricardo, que hur- tga todos mis papeles y es un lector hhedonico. “z¥ la baiiadera?”, me dijo cuando leyé el dltimo capitu- Jo. “Mira, eso va a quedar para otra novela”, Paso que Ia travesia del Darquito por el Atiintico ocupé 300 paginas y la novela acaba cuan- do Mega a Barcelona. La estoy corr: ddiendo, es decir, reescribiendo los primeros capitulos para vincularlos 2 un final que no estaba previsto, donde no pude meter la bafiadera. Durante esos 14 meses mis tinicas Tecturas han sido sobre navegacion especialmente los relatos de naufra- fgios de los navegantes portugueses del siglo XVI. ¥ el sauce de mis amigos cordobe- ses ha crecido una barbaridad. 4, Se dice que todo eseritor tiene sus temas, constantes que definen su obra, zeomo definiria usted los suyos? Lo que he hecho hasta ahora en mis libros ha sido confrontar la realidad Daniel Moyano con su familia a bordo del “Guillermo Marconi” en elviaje a Lisboa, 1976, Gentileza D. Moyano

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