La santificación progresiva y la consejería
Teologías Sistemáticas
Grudem
Definición. La santificación es una obra progresiva de Dios y del hombre que nos lleva a
estar cada vez más libres del pecado y que seamos más semejantes a Cristo en nuestra
vida real.
Características. Es una condición interna, continúa durante toda la vida, nosotros
cooperamos, no es perfecta en esta vida y se ve más en unos que en otros.
Comienza inicialmente con la regeneración, pues la nueva vida que se nos ha
otorgado en Cristo ha proporcionado un cambio moral en nuestra mente y corazón. El
creyente ya odia el pecado y no quiere cometerlo. Ve las cosas de manera diferente y
comienza a actuar de manera diferente; ha sido librado de ese poder y por la tanto
tiene el poder para vencerlo (es un poder que viene de quién es ahora).
2 implicaciones: 1. El creyente no podrá decir que está completamente libre de
pecado. 2. Tampoco podrá decir que nunca pudo dejar un pecado por 40 años.
Aumenta a lo largo de la vida. Romanos 6:19 (hay pecado remanente a pesar de
haber sido librados de él)
La expectativa de todos los autores del Nuevo Testamento es que nuestra santificación
aumente a lo largo de nuestra vida cristiana.
Se culmina en la muerte y venida del Señor. Allí es donde recibiremos perfección y
seremos transformados completamente a su imagen.
Dura toda la vida. No hay pasaje que sugiera que la perfección se alcance
completamente en la tierra. Más el creyente día a día debe procurar crecer en santidad
y para ellos necesita constantemente de la gracia y el perdón provenientes de Jesús.
Generalmente este es un proceso que pasa de dejación de actos externos a actitudes
pecaminosas internas (motivaciones, deseos).
II. Dios coopera con el hombre
Cada quién aunque no sea en partes iguales tiene su parte en este proceso. Dado
nuestros roles: Dios porque es el que obra la santificación y el hombre por ser
creatura responde a ella.
El papel Dios opera llevándola a cabo.
El Padre es quién nos santifica, a través de la disciplina y dándonos el querer y el
hacer. Pero lo hace a a través de Jesús, quién fue el que ganó nuestra santificación y se
convierte en nuestro ejemplo a seguir por medio de su Espíritu Santo, que es el
Espíritu de Santidad que produce en nosotros su fruto y todo buen deseo agradar a
Dios y caminar con Él.
El hombre coopera con Dios de dos maneras, pasiva y activa.
Pasiva reconociendo su dependencia del Espíritu Santo. Presentándose ante Dios
como sacrificio vivo y siendo renovado para llevar a cabo la clase de vida que Dios
desea.
Activamente, responderá de manera vehemente y esforzada en llevarlo a cabo. No es
el simple hecho de decir: “Cuando Dios ponga en mi el querer lo haré”. Deberá
esforzarse y negarse a sí mismo.
Muchos pasajes específicos del Nuevo Testamento nos animan a que prestemos
detallada atención a los varios aspectos de la santidad y de la piedad en la vida (vea Ro
12:1-13:14; Ef 4:17-6:20;Fíl4:4-9; Col 3:5-4:6; 1 P 2:11-5:11; et al.). Debemos edificar
continuamente pautas y hábitos de santidad, porque una medida de madurez es que
los cristianos maduros «tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo,
pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual» (He 5:14). El Nuevo
Testamento no sugiere ningún atajo mediante el cual podamos crecer en santificación,
sino solo nos anima repetidas veces a damos a nosotros mismos a los medios antiguos
y reconocidos de la lectura de la Biblia y la meditación (Sal 1:2; Mt 4:4;Jn 17:17), la
oración (Ef 6:18; Fil4:6), la adoración (Ef 5:18-20), al testimonio (Mt 28:19-20), al
compañerismo cristiano (He 10:24-25), a la autodisciplina y al dominio propio (Gá
5:23; Tit 1:8).
Se debe mantener un balance entre nuestro papel activo y pasivo. Si se deja el papel
activo caeremos en pasividad perezosa pero si por el contrario dejamos el papel de
dependencia seremos legalistas, orgullosos.
Un aspecto más en la santificación, es que esta es de carácter comunitario. No se
puede vivir ajena a una comunidad de creyentes. Es ahí donde se pone en práctica y se
vive.
Afectará nuestra mente, emociones, voluntad y cuerpos. En cada parte de nuestras
vidas.
La santificación no producirá otra cosa más en el creyente que gozo y belleza.
Le hará ver que en Dios haya la verdadera felicidad, la plenitud y cada día estará más
preparado para el cielo que nunca.
Berkhof
4) H agios.
No obstante la palabra que en realidad es característica del Nuevo Testamento,es
hagios. Su significado principal es el de separación en consagración y devoción al
servicio de Dios. Con esta palabra está relacionada la idea de que aquello que se pone
aparte del mundo y se dedica a Dios debe separarse también de la corrupción del
mundo y participar ele la pureza de Dios.
Santidad
AT. Se relaciona mejor con “majestad”. No es solo un atributo de Dios es lo que Él es:
todo su carácter divino. Completamente trascendente a toda la creación. Un ser
pecador tiene una aguda consciencia de Èl pues ante Su presencia se descubre
claramente nuestra condición profana y pecadora.
Dios revela toda su santidad en todo lo que hace.
“La idea de santidad nunca es la de una bondad moral considerada en sí misma, sino la
de una bondad ética vista en su relación con Dios”.
Un hombre puede ser exaltado por sus alto comportamiento moral y aun asì ser un
extranjero en el ámbito de la santidad.
“La Biblia no exige pura y simplemente un mejoramiento moral, pero sí, un mejoramiento moral en
relación con Dios, por causa de Dios y con el propósito de servir a Dios”
“La santificación puede definirse como aquella operación bondadosa y continua del Espíritu Santo)
mediante la cual El) al pecador justificado lo liberta de la corrupción del pecado) renueva toda su
naturaleza a la imagen de Dios y lo capacita para hacer buenas obras”.
Es una obra sobre natural de Dios sobre la vida del creyente, Èl es quién la facilita y brinda los medios al
hombre para la cooperación de este en ella.
Consiste en la mortificación del pecado, es decir el removimiento y despojo gradual de este Rom.6:6 –
Gal. 5:24 y La vivificación del nuevo hombre, creado en Cristo Jesús para buenas obras.
Berkhof coincide con grudem en que la santificación afecta todas las áreas de la vida del hombre y que
este coopera con Dios en esta.
Beeke
El AT enfatiza la santidad ritual y moral pero el NT la santidad interior y transformante
La santidad está íntimamente ligada a Dios, solo percibe en relación con este. Es su esencia.
Si lo vemos como atributo es más enfatizado que los demás los califica. De hecho se le atribuye a Dios
el nombre de Santo.
2 verdades acerca de la Santidad: solo Dios es Santo, distinto y trascendente de todo lo existente,
completamente y absolutamente puro y perfecto.
el hombre es pecador y no puede habitar con un Dios Santo.
La santidad de corazón debe ser cultivada en todas las áreas de la vida, privada, pública, laboral, familiar
y en todos los escenario de nuestra vida.
“en resumen, la santidad es el compromiso de la vida entera a vivir para Dios, bajo el señorío de
Jesucristo”.
Debe ser interna, llenando nuestro corazón y también externa, involucrando nuestra vida 1Tes 5:23
Es algo que se cultiva y se busca, Hebreos 12:14, Ef 1:, Fil 3:12.
Se deben imitar 3 cosas:
El carácter de Dios 1Pedro 1:16
La conformidad a la imagen de Cristo.
Sumisión a la mente del E.S. Rom. 8
Cómo se cultivan?
1. Conocer y amar la Escritura – Es el medio principal, implica leerla, orarla, meditarla,
estudiarla y memorizarla. Pasar tiempo con ella. No mirarla como un collar de perlas
sino como eslabones.
Mediante ella es que el creyente obtiene la dirección y el alimento necesario para
conocer a Dios como el realmente es.
2. Los sacramentos, bautismo y santa cena. Tomarlos con diligencia.
Es decir considerar que son mandamientos y medios visibles de la palabra de Dios y
participar de ellos adecuadamente.
En el caso de quienes están bautizados pues no hay q rebautizarse.
En la santa cena ser consciente de sus implicaciones de la comunión qu tenemos con
Cristo.
3. Considerarse muerto al pecado. Crecer y cultivar un odio al pecado cada vez mayor.
“Reconozca que Dios es digno de obediencia no solo como Juez sino especialmente
como el Padre amoroso”.
Haz una realidad en tu vida que el poder que mora en ti es más fuerte que el mismo
pecado y de la esperanza de que el final es victorioso.
4. Ore y actue en dependencia de Dios.
5. Huir de la mundanalidad Fil 4:8 ; Rom 12:1-2
6. Compañerismo en la iglesia y rendición de cuentas
7. Viva un compromiso total de tiempo presente para con Dios. No posponga sus
decisiones, genera hábitos de disciplina, haga resoluciones. Estabñezca tiempo
sagrado de devoción. Exáminese constantemente