Proceso de Ejecución - Renzo Cavani PDF
Proceso de Ejecución - Renzo Cavani PDF
CIVIL
ANÁLISIS JURÍDICO
Renzo CAVANI**
TEMA RELEVANTE
El autor formula algunas críticas a la estructura del proceso de ejecución nacional,
advirtiendo que no favorece a ninguna de las partes el esquema actual, basado en la
restricción de la defensa del ejecutado y la alta probabilidad de suspensión de la ejecu-
ción por la admisión de la contradicción. Frente a ello, a la luz del derecho comparado
y teniendo en cuenta criterios de efectividad, adecuación y tempestividad, afirma que la
defensa del ejecutado puede ser ampliada en la medida que no entorpezca la ejecución,
eliminándose con ello dilaciones indebidas.
* Quiero agradecer a mis queridos amigos Paulo Mendes de Oliveira y Vitor de Paula Ramos, y a Lenora Chiden Bengochêa,
con quienes discutí los objetivos de este ensayo y, también, porque gracias a ellos las ideas aquí plasmadas tomaron forma.
Agradezco también –y especialmente– a David Ibarra Delgado, quien, con gran entusiasmo, leyó este trabajo y contribuyó
con diversas correcciones y sugerencias.
** Magíster en Derecho con énfasis en proceso civil por la Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS) - Porto Ale-
gre, Brasil. Abogado por la Universidad de Lima.
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Ello nos lleva a cuestionar nuestra realidad que la legislación peruana no tutela idónea-
y, concretamente, uno de los aspectos más mente al ejecutado ni al ejecutante.
discutibles regulados por el Código Procesal
Civil peruano de 1993: el proceso de ejecu- Evidenciados esos problemas, y con la ayuda
ción. Muchas críticas ha recibido esa regu- de la experiencia brasileña, acto seguido
lación1 las cuales, en gran medida, se man- intentaré dar una tentativa de solución para
tienen, dado que la reforma de 2008 no trajo que la defensa del ejecutado y la satisfacción
mayor innovación respecto de la regulación del derecho del ejecutante sean conjugados
original2. No es mi intención aquí analizar de la mejor forma posible.
todas, sino apenas dos de ellas: (i) las causa-
I. CONSTITUCIÓN, DERECHO MATE-
les de contradicción (rectius: oposición) del
RIAL Y PROCESO: EL DERECHO
ejecutado y (ii) la suspensión de la ejecución A LA TUTELA EFECTIVA, ADE-
cuando la decisión que declara la infunda- CUADA Y TEMPESTIVA
bilidad de la contradicción es apelada, todo
ello únicamente en el ámbito de la ejecución Cuando el ordenamiento jurídico mate-
de título extrajudicial. rial consagra una situación jurídica subje-
tiva de ventaja, simultáneamente consagra
Sin embargo, más allá de desbrozar las com- su posibilidad de tutela, es decir, que su titu-
plejas hipótesis que estos dos temas ofre- lar obtenga su protección, sea o no a través
cen, pretendo analizar cada uno de ellos a del empleo de la fuerza física, recurriendo a
través del parámetro ofrecido por el dere- un proceso o, inclusive, a la jurisdicción. No
cho a la tutela efectiva, adecuada y tempes- obstante, todo aquel que ingrese a un pro-
tiva, que, como derecho fundamental, tiene ceso (estatal o no) para obtener la satisfac-
al ejecutante y al ejecutado como sus titu- ción de su posición jurídica le es garantizado
lares. Se trata, por lo tanto, de un triple aná- el derecho fundamental a una tutela efectiva,
lisis: en primer lugar, discernir si la restric- adecuada y tempestiva, el cual es posible de
ción de defensa del ejecutado contribuye a ser entendido en tres dimensiones diferentes:
la efectividad del derecho material discutido, (i) efectividad (fin), (ii) adecuación (medio)
si resulta ser una técnica procesal adecuada y (iii) tempestividad (tiempo)3.
y si existe tempestividad en la duración del
proceso frente a la situación material a ser El proceso civil contemporáneo, visto a par-
tutelada. Exactamente lo mismo se hará, en tir de la tutela de los derechos y, por lo tanto,
segundo lugar, con la suspensión de la ejecu- de los derechos fundamentales, debe ser un
ción tras la apelación, presentada por el eje- proceso civil de resultados. Esto quiere
cutado, de la decisión que declara infundada decir que el proceso debe ser capaz de otor-
la contradicción (que en nuestro sistema es gar una tutela lo más próximo posible a las
absoluta siempre que el ejecutado alegue exigencias del derecho material. Existe, por
una de las causales del art. 690-D). A par- lo tanto, un derecho que toda parte tiene a
tir de ese análisis crítico, se busca evidenciar que el proceso satisfaga su necesidad de
1 Principalmente a cargo de Eugenia Ariano. ARIANO, Eugenia. Problemas del proceso civil. p. 327 ss.
2 En efecto, la introducción del llamado “proceso único de ejecución” (Decreto Legislativo Nº 1069, de julio de 2008) poco
de positivo trajo: aún se mantienen los problemas sobre la defensa del ejecutado, la incertidumbre respecto del título eje-
cutivo en la ejecución de garantías, la (im)posibilidad de acumulación de ejecuciones, la sobrecarga de trabajo del Judicial
por asumir toda la responsabilidad de la ejecución forzada. En una palabra: no se aprecia que la ejecución civil en el Perú
sea más célere ni mucho menos efectiva.
3 Se trata, por lo tanto, de una tentativa sistemática de entender mejor el derecho fundamental a la tutela jurisdiccional reco-
nocido expresamente en el artículo 139, inciso 3, de nuestra Constitución.
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4 Cfr. SARLET, Ingo Wolfgang; MARINONI, Luiz Guilherme y MITIDIERO, Daniel. Curso de direito constitucional.
pp. 637-639; MARINONI, Luiz Guilherme. Técnica processual e tutela dos direitos, pp. 165-247; MARINONI, Luiz
Guilherme. Curso de processo civil. Vol. 1, 5ª edición, pp. 221-232 (aunque en esta obra, posterior a la anterior, resulta par-
ticularmente dudosa la distinción conceptual entre derecho fundamental de acción y derecho fundamental a la tutela
jurisdiccional efectiva). No obstante, es bueno dejar claro que para MARINONI. Técnica processual e tutela dos direitos.
p. 185, la adecuación, es decir, los medios de los que se vale la tutela jurisdiccional para lograr su resultado también inte-
gran el concepto de derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva, tal como se desprende del siguiente pasaje: “el
derecho a la prestación jurisdiccional efectiva no puede ser considerado un derecho a una prestación fáctica. Pero tampoco
puede ser visto apenas como: (i) el derecho a la técnica procesal adecuada, (ii) el derecho a participar mediante el proce-
dimiento adecuado, o (iii) el derecho a la respuesta del juez. En realidad, el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva eng-
loba esos tres derechos, pues exige la técnica procesal adecuada (normas procesales), la institución de un procedimiento
capaz de viabilizar la participación (p. ej., acciones colectivas) y, finalmente, la propia respuesta jurisdiccional”. No obs-
tante, en mi opinión, estamos ante un error conceptual pues resultado y medios deben ser diferenciados.
5 Es este el entendimiento de MARINONI, Luiz Guilherme (Ibídem, pp. 187-188): “Sin embargo, el derecho fundamental
a la tutela jurisdiccional efectiva, cuando se dirige contra el juez, no exige solamente la efectividad de la protección de
los derechos fundamentales, sino que la tutela jurisdiccional sea prestada de manera efectiva para todos los derechos.
Semejante derecho fundamental, por eso mismo, no requiere apenas de técnicas y procedimientos adecuados para la
tutela de los derechos fundamentales, sino de técnicas procesales idóneas para la efectiva tutela de cualquier dere-
cho (…). Como se ve, aunque la respuesta del juez siempre atienda al derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efec-
tiva, solamente en algunos casos el objeto de la decisión es otro derecho fundamental, en cuya ocasión, en realidad, existe
el derecho fundamental a la tutela jurisdiccional al lado del derecho fundamental puesto a la decisión del juez. Cuando este
otro derecho fundamental requiere de prestación de protección, no hay duda que la decisión configura una evidente protec-
ción jurisdiccional de protección. ¿Y en el caso en que la decisión no tratase sobre un derecho fundamental? Nótese que,
aunque el juez, en ese caso, no decida sobre un derecho fundamental, obviamente responde al derecho fundamental a la
efectiva tutela jurisdiccional”.
6 DINAMARCO, Cândido Rangel. A instrumentalidade do processo. 12ª edición, p. 275.
7 Ibídem, p. 386.
8 SARLET, Ingo Wolfgang; MARINONI, Luiz Guilherme y MITIDIERO, Daniel. Curso de direito constitucional. p. 630 ss.
9 ALVARO DE OLIVEIRA, Carlos Alberto. Teoria e prática da tutela jurisdicional. p. 92, en su concepción de la tutela
jurisdiccional, advierte la distinción entre esta y la técnica. Afirma que la tutela jurisdiccional se encuentra en un ámbito
valorativo, mientras que la técnica no. En efecto, “la técnica nada tiene que ver con el valor de las finalidades a las
que sirve, pues, como medio e instrumento, concierne exclusivamente a los procedimientos que permiten realizarlas, sin
preocuparse por esclarecer si son buenas o malas. Apreciar el mérito de los fines del individuo constituye un problema ético
y no técnico”. Como ejemplo, el autor coloca las cámaras de gas utilizadas en el Holocausto: en sí, estas no son buenas o
malas, lícitas o ilícitas; en todo caso, lo que puede ser moralmente calificado es el uso que el hombre le dio a dicha técnica.
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10 Como bien señala CANOTILHO. Direito constitucional. 6ª edición, p. 652, “al demandante de una protección jurídica
debe ser reconocida la posibilidad de obtener, en tiempo útil (‘adecuación temporal’, ‘justicia temporalmente adecuada’),
una sentencia ejecutoria con fuerza de cosa juzgada –‘la justicia tardía equivale a una denegación de la justicia’ (…).
Nótese que la exigencia de un derecho sin dilaciones indebidas, o sea, de una protección judicial en tiempo adecuado,
no significa necesariamente ‘justicia acelerada’. La ‘aceleración’ de la protección jurídica que se traduzca en disminución
de garantías procesales y materiales (plazos del recurso, supresión de instancias) puede conducir a una justicia pronta pero
materialmente injusta”. Además, bajo una perspectiva que se conecta con los derechos a organización y la duración del
proceso, es importante advertir que la organización del material humano y la adecuada asignación de recursos por parte del
Poder Judicial son fundamentales para otorgar una tutela jurisdiccional más idónea. Cfr. ALVARO DE OLIVEIRA, Carlos
Alberto. Do formalismo no processo civil. 4ª edición, pp. 89-90.
11 SARLET, Ingo Wolfgang; MARINONI, Luiz Guilherme y MITIDIERO, Daniel. Curso de direito constitucional. p. 678.
12 La lección de estos autores al respecto (Ibídem, pp. 678-679) es muy importante: “El derecho a la duración razonable del
proceso no constituye ni implica un derecho a un proceso rápido o célere. Las expresiones no son sinónimas. La propia
idea de proceso ya repele la instantaneidad y remite al tiempo como algo inherente a la fisiología procesal. La naturaleza
necesariamente temporal del proceso constituye una imposición democrática, proveniente del derecho de las partes de par-
ticipar en él de forma adecuada, donde el derecho al contradictorio y los demás derechos que confluyen para la organiza-
ción del proceso justo excluye cualquier posibilidad de comprensión del derecho al proceso con duración razonable sim-
plemente como derecho a un proceso célere. Lo que la Constitución determina es la eliminación del tiempo patológico, la
desproporcionalidad entre duración del proceso y la complejidad del debate de la causa que tiene lugar en él. En ese sen-
tido, la expresión proceso sin dilaciones indebidas, utilizada por la Constitución española (art. 24, segunda parte), es asaz
expresiva. El derecho al proceso justo implica su duración en “tiempo justo”.
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13 BAPTISTA DA SILVA, Ovídio. Jurisdição e execução na tradição romano-canônica. pp. 163-165; MARINONI, Luiz
Guilherme. Técnica processual e tutela dos direitos, pp. 51 ss.; BAPTISTA DA SILVA, Ovídio. Processo e ideologia.
2ª edición, pp. 131-150; MITIDIERO, Daniel. “O processualismo e a formação do Código Buzaid”. In: Revista de pro-
cesso. p. 178.
14 Como lo entiende, entre muchos otros, MONROY GÁLVEZ, Juan. Introducción al proceso civil. Tomo I, p. 271. No obs-
tante, hablar de “derecho público subjetivo” se remonta a la doctrina de Jellinek del siglo XIX la cual, a su vez, influenció
a Muther en su clásica discusión con Windscheid. Para una sucinta exposición de la teoría de los derechos públicos subje-
tivos, cfr. ALVARO DE OLIVEIRA, Carlos Alberto. “El derecho fundamental a la tutela jurisdiccional efectiva desde la
perspectiva de los derechos fundamentales”. En: Revista Jurídica del Perú. Gaceta Jurídica, Lima, pp. 380-382. Para una
vinculación entre dicha teoría y el debate entre Windscheid y Muther, así como los cambios en el rumbo de la procesalís-
tica alemana, cfr. TARELLO, Giovanni. “La riforma processuale in Italia nel primo quarto del secolo...”. En: Dottrine del
processo civile. p. 34 ss.
15 MARINONI, Luiz Guilherme. Tutela inibitória. 4ª edición, pp. 180 ss., 211 ss.; MITIDIERO, Daniel. Antecipação da
tutela. p. 107 ss. (tiene traducción al castellano realizada por mí: Anticipación de tutela. p. 96 ss.).
16 Para un extenso estudio histórico, cfr. LIEBMAN, Enrico Tullio. Embargos do executado. p. 10 ss.; LUCON, Paulo Henri-
que dos Santos. Embargos à execução. p. 1 ss.; ARIANO, Eugenia. El proceso de ejecución. Al respecto, dice BAPTISTA
DA SILVA, Ovídio. Curso de processo civil. Vol. 2, pp. 19-20, que “el Derecho Romano –a no ser en su fase terminal– no
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conoció un verdadero proceso jurisdiccional ejecutivo, tal como el Derecho moderno lo concibe, y la formación del con-
cepto de proceso de conocimiento se vincula históricamente a la formación del concepto de proceso de ejecución, con-
cebido como instrumento jurisdiccional exclusivo para la tramitación de todas las pretensiones ejecutivas. En realidad, la
construcción del concepto se debió más a la necesidad de dar fundamento al principio de la unidad y autonomía de los ins-
trumentos ejecutorios no sentenciales que propiamente a una exigencia lógica que tenga en sí misma su justificación final”.
17 O, en famosa expresión de CARNELUTTI. Diritto e processo, pp. 282-284, mientras que el proceso de cognición “trans-
forma el hecho en derecho; el proceso ejecutivo, al contrario, transforma el derecho en hecho”.
18 Advierten MARINONI y ARENHART. Curso de processo civil. Vol. 3, 2ª edición, p. 70, que “la ejecución, en el Estado
Constitucional, no puede ser reducida a un acto de transferencia de riquezas de un patrimonio a otro, debiendo ser vista
como la forma o el acto que, practicado bajo la luz de la jurisdicción, es imprescindible para la realización concreta de la
tutela jurisdiccional del Derecho, y así para la propia tutela prometida por la Constitución y por el derecho material”. Ya
DIDIER Jr., Fredie; CARNEIRO DA CUNHA, Leonardo; BRAGA, Paula Sarno y OLIVEIRA, Rafael. Curso de direito-
processual civil. Vol. 5, 2ª edición, p. 28, identifican ejecución con prestación.
19 Eso no quiere decir que comparta la tesis clásica de que, siendo que actividad cognitiva y ejecutiva no pueden ser confun-
didos, ellas necesariamente deben estar en procesos diferenciados a fin de que mantengan “pureza”. Cfr. CHIOVENDA,
Giuseppe. Principii di diritto processuale civile. 3ª edición, pp. 58 ss., 235 ss.; CHIOVENDA, Giuseppe. Instituições de
direito processual civil. Vol. I, 3ª edición, pp. 25 ss., 285 ss.; CARNELUTTI, Francesco. Istituzioni del processo civile ita-
liano. 5ª edición, volume primo, p. 28 ss.; LIEBMAN, Enrico Tullio. Processo de execução. 5ª edición, p. 43 ss.; DENTI,
Vittorio. L’esecuzione forzata in forma specifica. p. 9 ss., CARNELUTTI, Francesco. Diritto e processo. p. 45 ss., con
fuerte influencia en la doctrina brasileña, cfr. DE ARAÚJO CINTRA, António Carlos; GRINOVER, Ada Pellegrini y
DINAMARCO, Cândido Rangel. Teoria geral do processo. 27ª edición, pp. 287 ss., 326 ss.; DINAMARCO, Cândido
Rangel. Instituições de direito processual civil. Vol. IV, p. 62 ss.; GUERRA, Marcelo Lima. Execução forcada. 2ª edición,
p. 17 ss. Por el contrario, conforme la doctrina crítica de la posición anterior (cfr. BAPTISTA DA SILVA, Ovídio. Juris-
dição e execução na tradição romano-canônica. 2ª edición, p. 146 ss.) sostengo, entre otras cosas, que: (i) en el proceso de
conocimiento existe la posibilidad de obtener proveimientos provisorios (anticipación de tutela satisfactiva) y ejecutivos
(para efectivizar las parcelas de mérito que son discutidas), lo cual se debe directamente a una forma distinta de entender
la tutela cautelar (cfr. CAVANI, Renzo. “¿Veinte años no es nada?...”. En: Gaceta Civil & Procesal Civil. Gaceta Jurídica,
Lima); (ii) que el proceso de conocimiento no necesariamente se limita a dar una sentencia de condena (que posee efica-
cia ejecutiva por autorizar apenas el requerimiento de los medios ejecutivos), sino que existen sentencias que poseen eje-
cutividad intrínseca, como las sentencias ejecutivas lato sensu y mandamentales, que encierran en sí mismas los medios
ejecutivos para su realización (cfr. BAPTISTA DA SILVA, Ovídio. Curso de processo civil. Vol. 2, 5ª edición, pp. 183 ss.,
335 ss.; MARINONI, Luiz Guilherme; ARENHART, Sérgio Cruz. Curso de processo civil. Vol. 3, 2ª edición, p. 114 ss.).
Las razones de esas divergencias con la doctrina tradicional es porque solo así es posible tutelar con mayor efectividad los
derechos.
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20 Cfr. ARIANO, Eugenia. “La tutela jurisdiccional del crédito cambiario en la Nueva Ley de Títulos Valores”. En: Proble-
mas del proceso civil. pp. 401-402. En palabras de GUERRA, Marcelo Lima. Execução indireta. p. 55, recurriendo al tér-
mino “postulado de la máxima coincidencia posible” acuñado por BARBOSA MOREIRA. “Tendências na execução de
sentenças e ordens judiciais”. In: Temas de direitoprocessual - quartasérie. p. 215 ss., expresa: “En el ámbito del proceso
de ejecución, el postulado de mayor coincidencia posible impone, fundamentalmente, que el ordenamiento jurídica ofrezca
un sistema de tutela ejecutiva tendencialmente completo y pleno. Ello quiere decir que el ordenamiento debe prever y colo-
car a disposición de los justiciables medios ejecutivos adecuados y suficientes para proporcionar, dentro de lo que fuere
práctica y jurídicamente posible, la exacta satisfacción de todos los derechos discutidos merecedores de tutela ejecutiva
y, por eso mismo, consagrados en títulos ejecutivos”. En una obra posterior, GUERRA, Marcelo. Direitos fundamentais e
a proteção do credor na execução civil. p. 102 ss., recurre a la expresión derecho fundamental a la tutela ejecutiva, en
sentido bastante similar al que uso para referirme a derecho a la tutela efectiva, adecuada y tempestiva (Guerra trabaja
con la expresión derecho fundamental a la duración razonable, ibídem, p. 105 ss.).
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duración del proceso no sea lo suficiente- prueba documental y pericia (art. 690-D,
mente corta ni larga de modo a perjudicar su párrafo segundo, CPC). También existe el
posición jurídica. empleo de la técnica de la cognición parcial,
porque limita al juez horizontalmente, esto
A continuación –siempre analíticamente– es, no le permite conocer materias diferentes
veremos si la necesaria suspensión de la eje- a la alegada (que en este caso sería la obliga-
cución tras la apelación de la decisión res- ción entre ejecutante y ejecutado).
pecto de la contradicción del ejecutado y la
reducción de defensas en la contradicción No obstante, salta a la vista la estrechez de
responden al derecho fundamental a la tutela la defensa que el ejecutado puede ejercer. El
efectiva, adecuada y tempestiva del ejecu- problema aquí es la sumarización de la cog-
tante y del ejecutado. nición vertical. ¿Es que acaso el deudor solo
puede disponer de ese tipo de ataques con-
1. Causales de contradicción tra la ejecución? Siendo que una gran can-
Tras la orden de pago realizada por el juez, tidad de relaciones jurídicas (y no solo obli-
el ejecutado, además de deducir excepciones gacionales) contenidas en títulos que pueden
procesales y defensas previas, puede contra- ser tramitados vía proceso de ejecución, ¿qué
decir; esto es, oponerse al mérito de la ejecu- acaso no se debería otorgar la posibilidad de
ción. Si lo hiciere, entonces debe encuadrar una mayor defensa al ejecutado? El Código
Procesal Civil silencia, por ejemplo, respecto
su defensa en las hipótesis del artículo 690-D
de la pluspetición21 y de las diversas excep-
del Código Procesal Civil: “La contradicción
ciones sustanciales del Derecho Civil (v. gr.,
solo podrá fundarse según la naturaleza del
vicios del consentimiento). ¿Por qué el eje-
título en: 1. Inexigibilidad o iliquidez de la
cutado no puede defenderse con amplitud?
obligación contenida en el título; 2. Nulidad
¿Acaso la ley material lo impide? Y si ella no
formal o falsedad del título; o, cuando siendo
lo impidiese, ¿por qué la ley procesal toma
este un título valor emitido en forma incom-
cartas en el asunto? Y lo peor de todo es que,
pleta, hubiere sido completado en forma con-
al menos legislativamente, el corte efectuado
traria a los acuerdos adoptados, debiendo
en la cognición vertical, que genera una drás-
en este caso observarse la ley de la materia;
tica reducción de defensa, no es compensada
3. La extinción de la obligación exigida”.
(como se hace en cualquier otro lugar) con
Lo que el Código Procesal Civil está un proceso posterior que busque obtener una
haciendo aquí, es emplear la técnica proce- cognición completa. La violación al derecho
sal de la cognición sumaria, esto es, limitar de defensa queda totalmente consumada.
verticalmente el conocimiento del juez sobre
De las variadas hipótesis que ofrecen los
cierta materia concreta. Así, en este caso el
títulos ejecutivos, veamos rápidamente dos
juez no podrá conocer diversas alegaciones
casos que pueden ser de utilidad para eviden-
que tienen que ver con la materia discutida
ciar esta regulación defectuosa: (i) los títu-
(por ejemplo, nulidad de negocio jurídico)
los valores, y (ii) la transacción extrajudicial.
y, además, el ejecutado enfrentará una limi-
tación probatoria, restringiendo la prueba de (i) Al leer la Ley de Títulos Valores (LTV)
sus alegaciones a la declaración de parte, salta a la vista que el Código Procesal
21 Cfr. ARIANO, Eugenia. “Consideraciones sobre el título ejecutivo, la contradicción y la plus petición”. En: Problemas del
proceso civil. p. 513 ss.
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Civil resulta ser más mezquino que las obrado a sabiendas del daño de aquel”
posibilidades de defensa que la propia (el resaltado agregado). Aquí, el dere-
ley material ofrece. En efecto, ya había cho otorgado al deudor en el artículo 19.2
indicado Eugenia Ariano, al tratar de las frente al tenedor queda limitado apenas
defensas otorgadas por la LTV (la autora a la hipótesis de que este sea también la
habla de excepciones personales y excep- misma persona contra quien mantiene la
ciones reales), que ellas son difícilmente relación causal. Si el título ya fue transfe-
encuadrables en los estrechos márgenes rido, el deudor no puede oponer las rela-
del antiguo artículo 700 del CPC (hoy ciones personales ostentadas con el pri-
690-D). Así, en primer lugar, al enume- mer acreedor. La pregunta, por lo tanto,
rar las defensas a que el obligado con el es la siguiente: ¿por qué el legislador pro-
título valor tiene derecho, el artículo 19.1 cesal, ante la regulación de la LTV, no
de la LTV, no hace diferencia entre la amplió las causales de contradicción por
acción causal y la acción cambiaria22: las lo menos a esta hipótesis? Se trata de no
defensas son indistintas para uno y para otra cosa que una grave inadecuación del
otro. Y si bien que sobre este aspecto la proceso al derecho material, traicionando
LTV fue (infelizmente) condicionada por las promesas de este.
la regulación del Código Procesal Civil, (ii) La transacción extrajudicial (que se eje-
el artículo 19.2 dice: “El deudor también cuta en un proceso de ejecución por título
puede contradecir al tenedor del título extrajudicial - art. 1312 del CC) limita,
valor, proponiendo las defensas que se como es evidente, cualquier tipo de dere-
deriven de sus relaciones personales y cho que las partes puedan tener sobre el
las que resulten procedentes, según la objeto de la transacción (art. 1303 del
ley procesal”. En mi opinión, cuando la CC) más allá de las prestaciones recípro-
ley dice que el “deudor puede” está otor- cas que fueron realizadas. Sin embargo,
gando un derecho, el cual puede ser ejer- como contrato que es, puede ser resuelto
citado dentro o fuera del proceso, sea de por incumplimiento de una parte de eje-
cognición o ejecución. Ese derecho con- cutarsu prestación, puede ser rescindido,
siste en oponerse al ejercicio de la acción puede alegarse la nulidad de una estipula-
cambiaria o causal (formas de referirse al ción (lo cual quiebra la indivisibilidad de
derecho del tenedor) con todas las defen- la transacción - art. 1310 del CC), puede
sas posibles. La única limitación de esta argüirse un vicio del consentimiento o
hipótesis viene consagrada en el artículo la nulidad del negocio jurídico. La ley
19.3 de la LTV: “El demandado no puede material no limita esas excepciones sus-
ejercer los medios de defensa funda- tanciales ni mucho menos restringe la
dos en sus relaciones personales con los defensa de una de las partes en el marco
otros obligados del título valor, ni con- del proceso judicial. Cabe preguntarse,
tra quienes no mantenga relación cau- por lo tanto, por qué la ley procesal limitó
sal vinculada al título valor, a menos la defensa del ejecutado si la ley material
que al adquirirlo, el demandante hubiese no lo hace.
22 Correctamente indica ARIANO, Eugenia. “La tutela jurisdiccional del crédito cambiario en la Nueva Ley de Títulos Valo-
res”. En: Problemas del proceso civil. p. 403, que cuando la LTV habla de “acción cambiaria” (directa, de regreso o ulte-
rior regreso) o “acción causal” no hace alusión a un fenómeno procesal, sino, de forma convencional, al propio derecho
material. No vale, por lo tanto, equiparar “acción cambiaria” con “proceso de ejecución” y “acción causal” con “proceso
de conocimiento”.
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El hecho que en los dos casos menciona- que el juez tome en cuenta toda aque-
dos el derecho material no determine que el lla alegación que no se encuadre en las
legislador procesal deba limitar la defensa causales de contradicción, se encuen-
del ejecutado –tal como, de hecho, lo hace– tra plenamente injustificada. La canti-
es un punto de enorme importancia: queda dad y complejidad de defensas que el
sin justificación la limitación de la cogni- derecho material ofrece no se corres-
ción vertical en este aspecto. No obstante, ponde con aquella limitación. De igual
aquí alguien podría contra-argumentar lo manera, el proceso de ejecución no tiene
siguiente: que no es posible flexibilizar de “por naturaleza” suprimir las defensas
esa manera la defensa del ejecutado por- del ejecutado, sino promover la rápida
que si las causales de contradicción fuesen satisfacción del demandante, lo cual no
demasiadas, el proceso de ejecución perde- está lógicamente vinculado a perjudicar
ría todo sentido, convirtiéndose en uno de la defensa que el ejecutado puede de-
conocimiento. Sin embargo, esa constata- sempeñar. Al final, siempre debe existir
ción parte de la equivocada premisa de que la posibilidad de que el ejecutado pueda
la defensa del ejecutado se debe enmarcar defenderse en un proceso de conoci-
en el proceso de ejecución. En efecto, ¿qué miento posterior, esta vez con cogni-
ocurre si con el objetivo de construir un pro- ción completa. Existe, por lo tanto, una
ceso de ejecución donde realmente predo- deficiente estructuración del proceso
mine actividad ejecutiva, esa amplitud de peruano para tutelar al ejecutado.
defensa estuviese fuera del proceso? Ahora
iii) Desde el punto de vista de la tempesti-
hablamos de hipótesis diferentes: que el eje-
vidad, la estrechez de la defensa no hace
cutado se defienda, pero que lo haga, desde
más que demandar al ejecutado mayor
un aspecto procedimental, de forma sepa-
tiempo y esfuerzo para demostrar que
rada (mas conexa) a la ejecución. Esto será
tiene razón, debiendo recurrir, después
analizado en el próximo ítem, luego de dis-
de ejecutada la deuda, a un nuevo pro-
currir sobre el sistema brasileño.
ceso de cognición completa para obte-
Tenemos, entonces, que: ner algún tipo de tutela. Aunque nuestra
legislación infraconstitucional mezqui-
i) Desde el punto de vista de la efectivi- namente no lo prevea, queda claro que
dad, el ejecutado no puede defenderse la jurisdicción no puede conformarse
ampliamente lo cual ya es un graví- con ofrecer una respuesta con cognición
simo problema que vulnera la Consti- sumaria (técnica absolutamente nece-
tución. La situación es aún peor porque saria, por cierto), sino también debe
la legislación de derecho material, que dar una tutela con cognición completa.
distribuye y otorga posiciones jurídi- Y ello no es un “resquicio histórico”,
cas de ventaja y desventaja, permite un sino una auténtica necesidad derivada
número mayor de defensas que la propia del derecho fundamental a la amplia
legislación procesal. De ello resulta que defensa.
esta última está construida a espaldas de
la primera, cuando en realidad debería 2. Suspensión de la ejecución
reflejarla.
Ya vimos que el ejecutado, además de dedu-
ii) Desde el punto de vista de la adecua- cir excepciones procesales y defensas pre-
ción, el uso de la técnica procesal de la vias, puede oponerse al mérito de la ejecu-
limitación de la cognición vertical, en ción. Si lo hiciere, entonces debe encuadrar
lo que respecta a la imposibilidad de su defensa en las hipótesis del artículo 690-D
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23 Si no se formula contradicción, el juez expedirá un auto sin más trámite, ordenando llevar adelante la ejecución”. Aquí
es interesante constatar qué ocurriría si se deducen excepciones y/o defensas previas pero no se contradice. ¿Será que el
legislador pensó en la hipótesis de una no manifestación total del ejecutado? De cualquier manera, si una excepción o una
defensa previa está pendiente de ser resuelta, siendo que ella puede dificultar la propia viabilidad de la ejecución, todo
parece indicar que el juez tendría que resolverlas mediante auto antes de “ordenar llevar adelante la ejecución”. Tal auto
–déjese claro– sería apelable con efecto suspensivo, ya que el artículo 691 otorga efecto suspensivo únicamente al “auto
que resuelve la contradicción.
24 La contradicción que se sustente en otras causales será rechazada liminarmente por el juez, siendo esta decisión apelable
sin efecto suspensivo.
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25 El CPC brasileño aún vigente es de 1973 y en la parte de ejecución sufrió diversas reformas. En 1994, por ejemplo, se
modificó el artículo 461 y se introdujo el 461-A, consagrando técnicas ejecutivas abiertas para que el juez sea el respon-
sable de adecuar el medio ejecutivo al caso concreto. Ya en el 2005 y 2006 se modificó el propio proceso de ejecución, y,
entre otras modificaciones, se consagró la fase de cumplimiento de sentencia (quebrando, por lo tanto, la tradición de la
doctrina italiana plasmada en el CPC original, de separación entre proceso de cognición y proceso de ejecución). Para un
estudio de estas últimas reformas, cfr. ALVARO DE OLIVEIRA, Carlos Alberto (org.) A nova execução de títulos extraju-
diciais; NEVES, Daniel Amorim Assumpção; RAMOS, Glauco Gumerato; LIMA FREIRE, Rodrigo da Cunha; MAZZEI,
Rodrigo. Reforma do CPC; NEVES, Daniel Amorim Assumpção; RAMOS, Glauco Gumerato; LIMA FREIRE, Rodrigo
da Cunha; MAZZEI, Rodrigo. Reforma do CPC 2. De otro lado, en estos meses el proyecto de nuevo CPC está siendo
revisado por el Senado Federal después de haber sido aprobado hace poco por la Cámara de Diputados. Se espera que sea
aprobado a finales de este año, con una vacatio legis de un año. Por motivos de extensión del presente texto, el análisis del
sistema brasileño será respecto de la legislación vigente.
26 Ampliamente, cfr. MARINONI, Luiz Guilherme; ARENHART, Sérgio. Curso de processo civil. Vol. 3, 2ª edición, p. 445
ss. DIDIER Jr., Fredie; CUNHA, Leonardo Carneiro Da; BRAGA, Paula Sarno; OLIVEIRA, Rafael. Curso de direito pro-
cessual civil. Vol. 5, p. 487 ss.; ASSIS, Araken de. Manual da execução. 13ª edición, p. 595 ss. Específicamente sobre los
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PROCESAL CIVIL | PROCESOS CAUTELARES Y EJECUTIVOS
la ação executiva por medio de una petição o demandante en los embargos), y (ii) cómo
inicial (demanda), el juez, calificando positiva- los embargos pueden suspender la ejecución.
mente el título y la demanda,
fija los honorarios de abo- Sobre el punto (i), el artículo
gado, emplaza al ejecutado 745 es bastante claro, ya
Es necesario que se consagre que determina que el ejecu-
para que pague en tres días la amplitud de la defensa en la
útiles, indicando que si el tado puede alegar: “I - nuli-
oposición del ejecutado, y que
pago es realizado integral- esta sea incidental; es decir, dad de la ejecución, por no
mente, el monto de los hono- que procedimentalmente no ser ejecutivo el título pre-
rarios a ser desembolsado perjudique el trámite de la sentado; II - embargo eje-
se reducirá hasta la mitad ejecución. cutivo [penhora] incorrecto
(antes de 2006, el deudor o tasación [avaliação] erró-
podía escoger entre pagar o nea; III - exceso de ejecu-
indicar bienes para la penhora o embargo eje- ción o acumulación indebida de ejecucio-
cutivo). Si no pagase el íntegro del valor, se nes; IV - retención por mejorar necesarias
procede directamente a la penhora. La forma o útiles, en los casos de título para entrega
típica de defenderse contra la ejecución se da de cosa cierta; V - cualquier materia que
a través de los embargos à execução (embar- le sería lícito deducir como defensa en el
gos = defensa) , que pueden ser presentados
27 proceso de conocimiento” (las cursivas son
en quince días útiles a partir de la citación .28 nuestras).
He aquí el punto: los embargos constitu- Respecto del punto (ii), se verifican cuatro
yen una auténtica demanda, que da inicio a condiciones que deben concurrir para que
un nuevo proceso de conocimiento, solo que los embargos puedan suspender la ejecu-
incidental al proceso de ejecución. De esa ción: (a) que el embargante lo pida; (b) que
manera, queda estructuralmente protegida la los fundamentos alegados tengan aparien-
naturaleza de la ejecución: un proceso que se cia de fundabilidad; (c) que exista un peligro
dirige con exclusividad a la satisfacción del manifiesto de daño grave, difícil o incierta
ejecutante29. reparación por causa de la continuación de
Dos puntos interesan aquí: (i) la amplitud de la ejecución30; y (d) que se ofrezca garantía o
la defensa del ejecutado (ahora embargante depósito o que la penhora (para ese momento
embargos de execução, cfr. CUNHA, Leonardo Carneiro da. “As defesas do executado”. En: SANTOS, Ernane Fidélis
dos; WAMBIER, Luiz Rodrigues; NERY JR., Nelson y WAMBIER, Teresa Arruda Alvim (coord.). Execução civil - Estu-
dos em homenagem ao Professor Humberto Theodoro Júnior. p. 653 ss.; BASTOS, Antonio Adonias. A defesa do execu-
tado de acordo com os novos regimes da execução. 2ª edición, p. 19 ss.; ASSIS, Araken de. Manual da execução. 13ª edi-
ción, p. 1239 ss.
27 Muy propios de la tradición lusitana y presentes en las Ordenanzas Manuelinas, Filipinas y Alfonsinas, tal como demues-
tra PONTES DE MIRANDA. Comentários ao Código de Processo Civil. Tomo XI, p. 3 ss.
28 Antes de 2006 era necesario, para la proposición de los embargos, la existencia de penhora o el ofrecimiento de depósito
o caución. Nótese que, como se verá luego en el texto, la existe de penhora suficiente, depósito o caución será necesario
para suspender la ejecución mediante los embargos.
29 Un punto muy importante que, en realidad, existen varios embargos porque el ejecutado puede defenderse de diversas
maneras a lo largo del proceso de ejecución. Así, además de los embargos à execução (que serían los principales), están
también los embargos por retención de mejoras, los embargos contra el remate, la adjudicación o la alienación. Todos los
embargos se discuten en procesos separados.
30 Bien indican MARINONI y ARENHART. Curso de processo civil. Vol. 3, 2ª edición, p. 461, que “obviamente, este peligro
no se caracteriza tan solo por el hecho de que bienes del deudor podrán ser vendidos en el curso de la ejecución o porque el
dinero del deudor puede ser entregado al acreedor. Si fuese suficiente este riesgo, toda ejecución debería ser paralizada
por los embargos, ya que la ejecución que continuase siempre conduciría a la práctica de estos actos expropiatorios
y satisfactivos. El peligro al que la ley alude es otro, distinto de las consecuencias ‘naturales’ de la ejecución, aunque
pueda tener en ellas su origen”.
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ya efectivizada) abarque los bienes sufi- ejecutado, de forma inmediata y sin tener que
cientes para satisfacer la deuda ejecutada. hacer uso de los embargos, pueda: (i) plan-
Inclusive, según el artículo 739-A, párrafo tear cualquier tipo de objeção (o sea, defensa
sexto, la suspensión de la ejecución no obsta procesal que lleva a la extinción del proceso
para posteriores actos de penhora o tasa- sin decisión sobre el mérito, entendido como
ción, siempre que garanticen la ejecución sin materia de orden público); (ii) plantear la
generar perjuicio al ejecutado31. prescripción y caducidad (defensas sobre el
mérito y no procesales, ambas declarables
No obstante, la práctica jurisprudencial bra-
de oficio); y (iii) aquellas defensas materia-
sileña hizo que surja una figura que permitía
les (hechos modificativos, extintivos o impe-
al ejecutado atacar la ejecución en el mismo
ditivos del crédito ejecutado) que puedan ser
proceso de ejecución: se trata de la así lla-
probadas sin dilación probatoria (solo prueba
mada exceção de pré-executividade32 ¿Cuál
documental), o sea, que la prueba pueda ser
era el problema? Que muchas veces era posi-
apreciable inmediatamente por el juez34. Asi-
ble verificar una manifiesta injustica en la
prosecución de la ejecución que el juez debía mismo, esta defensa puede ser ofrecida en
detectar pero no lo hacía, siendo irrazona- cualquier momento, no debe versar sobre
ble exigir tantos requisitos formales al eje- materia ya resuelta y también puede suspen-
cutado, a través de los embargos, para que der la ejecución, haciendo una analogía con
pueda atacarla y, además, una necesidad de el artículo 475-M, que versa sobre la defensa
que el ejecutado pueda ejercitar su derecho del ejecutado en el proceso de ejecución de
al contradictorio33. Había, por lo tanto, un título judicial (impugnação o embargos do
problema de orden público que el juez debía executado, con tramitación muy similar a la
atender y que, por ello, no podía redundar en de los embargos à execução) si los funda-
perjuicio del ejecutado. mentos de la defensa fuesen relevantes y la
prosecución de la ejecución cause al ejecu-
Hoy, a pesar de no haber previsión legislativa tado grave daño de difícil o incierta repara-
expresa, la práctica brasileña acepta que el ción. Como puede verse, a diferencia de los
31 Ello no siempre fue así, ya que el artículo 739, párrafo 1 decía “los embargos serán siempre recibidos con efecto suspen-
sivo”. Cfr. ASSIS, Araken de y MALACHINI, Edson Ribas. Comentários ao Código de Processo Civil. Vol. 10, p. 466 ss.
32 En el derecho brasileño, una exceção es una defensa procesal dilatoria y, por lo tanto, solo puede tener como consecuen-
cia dilatar el examen de la causa (v. gr., incompetencia relativa, impedimento del juez, sospecha del juez). Ellas no tienen
la posibilidad de extinguir el proceso. Así, ellas no se corresponden con las excepciones procesales del CPC peruano. Ya
la contestação implica una defensa amplia y allí se encuentran las llamadas objeções, que son defensas procesales (y por
ello no de mérito) que tienen que ver con el orden público por estar vinculadas a la deficiente formación del proceso o a la
irregularidad de su tramitación (v. gr., “presupuestos procesales”, “condiciones de la acción”, nulidad del emplazamiento),
lo cual puede llegar a extinguir la causa sin resolución sobre el mérito (ampliamente, cfr. MARINONI, Luiz Guilherme;
ARENHART, Sérgio Cruz. Curso de processo civil. Vol. 2, 9ª edición, p. 135 ss.). Esta constatación es importante porque
la exceção de pré-executividade no es una exceção sino una objeção (cfr. MARINONI, Luiz Guilherme; ARENHART,
Sérgio Cruz. Curso de processo civil. Vol. 3, 2ª edición, p. 315; TALAMINI, Eduardo. “A objeção na execução (“exceção
de pré-executividade”)”. En SANTOS, Ernane Fidélis dos; WAMBIER, Luiz Rodrigues; NERY JR., Nelson y WAM-
BIER, Teresa Arruda Alvim (coord.). Execução civil - Estudos em homenagem ao Professor Humberto Theodoro Júnior.
p. 584 ss.). Las materias que el ejecutado podría presentar como exceção se ventilan por su tramitación normal (inciden-
tal), como cualquier otro proceso, y la ejecución, como es evidente, no podrá resolverse sin que esas defensas dilatorias
sean resueltas. Asimismo, el sufijo “pre” tampoco es correcto porque, en realidad, se busca una no-ejecutividad. Cfr. BAR-
BOSA MOREIRA, José Carlos. “Exceção de pré-executividade: uma denominação infeliz”. En: Temas de direito proces-
sual - sétima série, pp. 119-121.
33 Cfr. TALAMINI, Eduardo. “A objeção na execução (‘exceção de pré-executividade’)...”. En: SANTOS, Ernane Fidélis
dos; WAMBIER, Luiz Rodrigues; NERY JR., Nelson y WAMBIER, Teresa Arruda Alvim (coord.). Execução civil - Estu-
dos em homenagem ao Professor Humberto Theodoro Júnior. p. 576 ss.
34 Ibídem, pp. 316-316, 454. Vale la pena indicar que la doctrina brasileña se muestra favorable a la solución dada por la
jurisprudencia.
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De esta manera, en correspondencia con los ii) Quizá al estudioso peruano, tan acos-
puntos analizados en el ítem anterior, la expo- tumbrado (y resignado) a que el ejecu-
sición que sigue versará sobre los siguientes tado tenga enormes restricciones para
tópicos: (i) necesidad de que proceso de eje- defenderse, le sorprenda que en el dere-
cución se reestructure para que se oriente a cho brasileño pueda ser tan amplia la
satisfacer al ejecutante y conveniencia de defensa del ejecutado (demandante en
que la defensa del ejecutado sea en un pro- los embargos). Pero, esto no es ninguna
ceso autónomo incidental al de ejecución; extrañeza para la doctrina brasileña,
(ii) amplitud de dicha defensa; (iii) en qué básicamente por dos razones: (1) dado
circunstancias es posible la suspensión de que se trata de una nueva demanda, el
la ejecución; y (iv) si, a pesar de lo anterior, ataque del ejecutado equivale en ampli-
aún sería necesario permitir que el ejecutado tud a una contestación en un proceso
pueda defenderse, por causales muy especí- de conocimiento 35; (2) la Constitu-
ficas, en el propio proceso de ejecución. A ción Federal brasileña garantiza expre-
medida que se vaya estudiando dichos pun- samente el derecho fundamental a la
tos, iré proponiendo una solución específica amplia defensa (art. 5, LV). Los embar-
para cada uno de ellos. gos à execução, característicos por la
amplitud de la defensa del ejecutado,
i) Este punto es de la más alta importan- demandante, conforman un proceso de
cia y no es casualidad que sea abordado conocimiento incidental a la ejecución
en primer lugar: es absolutamente nece- y está bien que así sea. De lo contrario,
sario que nuestro proceso de ejecución el proceso de ejecución dejaría de serlo.
35 Se trata de la llamada embargabilidad e ampla, cfr. ASSIS, Araken de y MALACHINI, Edson Ribas. Comentariosao
Código de Processo Civil. Vol. 10, p. 580.
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36 Vale la pena reconocer que el tema de la demanda incidental y la función del proceso de ejecución ya había sido entre-
visto por atenta doctrina nacional. En efecto, según ARIANO, Eugenia. “La tutela jurisdiccional del crédito cambiario en
la Nueva Ley de Títulos Valores”. En: Problemas del proceso civil. p. 406, nota 23, “sobre la posibilidad de oponer hechos
impeditivos, modificativos o extintivos (en síntesis: excepciones) en un proceso de ejecución hay que tener en cuenta que
no teniendo el proceso de ejecución como objeto una pretensión declarativa (de condena), los hechos impeditivos, modi-
ficativos y extintivos pueden ser alegados a través de lo que nuestro Código llama “contradicción”, que es una demanda
incidental, por lo cual, no se produce esa suerte de expansión de la questio facti a que sí da lugar la proposición de excep-
ciones (sustanciales) en el proceso declarativo”.
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PROCESAL CIVIL | PROCESOS CAUTELARES Y EJECUTIVOS
debatió arduamente, no es algo que deba ser hecho modificativo, impeditivo o extintivo
de nuestra preocupación. de la obligación (aquí entran, por lo tanto, las
causales 1 y 3 del art. 690-D, CPC) demos-
El tema radica en lo siguiente: ¿es correcto trables únicamente mediante prueba docu-
que el ejecutado pueda tener un margen de mental; y (ii.c) cualquier alegación cuestio-
defensa material en el marco del proceso de nando la formalidad del título que implique
ejecución? Y de ser afirmativa esa respuesta, únicamente prueba documental.
¿qué tipo de defensa podría ser? En mi opi-
nión, en primer lugar, me parece bastante Se parte de la premisa que la actividad pro-
razonable que el ejecutado pueda defenderse batoria (v. gr., declaración de parte o peri-
también en el proceso de ejecución (podría cia), además de ser ajena a la ejecución, la
llamársele, inclusive, “impugnación a la eje- retardaría en demasía. De ahí que cualquiera
cución”, para diferenciarla de la “oposición a de las tres defensas mencionadas que requie-
la ejecución”). No toda defensa puede remi- ran prueba de otro tipo, que no sea documen-
tirse al proceso de oposición a la ejecución tal deberá ser canalizada mediante oposición
dado que, en primer lugar, no hay proceso sin a la ejecución y no mediante impugnación
contradictorio, entendido este como derecho a la ejecución. He ahí la imposibilidad de
de influenciar en la decisión del juez (acep- dilación probatoria del modelo brasileño y,
ción fuerte)37. Si técnicamente la oposición también, en lo que respecta al aspecto pro-
a la ejecución es un proceso diferente al de cedimental, el hecho de no necesitarse de
ejecución, el ejecutado debe tener participa- audiencia en el incidente de impugnación a
ción en este. En segundo lugar, debido a las la ejecución.
formalidades que presupone la oposición a la
ejecución, resulta ser poco práctico el hecho Finalmente, nótese que se emplea de manera
de que el ejecutado no pueda participar en el diferente la técnica de limitación a la cogni-
proceso de ejecución cuestionando, desde el ción vertical del juez. Ella aún sigue exis-
inicio, su viabilidad. tiendo y, además, se le suma la técnica del
contradictorio eventual, en donde se pos-
Al respecto, pienso que esta impugnación a
terga el contradictorio para un proceso dife-
la ejecución debe consistir en lo siguiente:
rente. Lo que se trata aquí es dar todas las
(i) desde un aspecto procedimental, se debe
oportunidades para que el ejecutado se
presentar como un pedido simple, el cual
defienda sin que ello importe en un grave
dará inicio a la formación de un incidente,
sacrificio de la efectividad del proceso de
con réplica del ejecutante, sin que haya
ejecución a que el ejecutante tiene derecho.
audiencia, decisión del juez y apelación, en
donde es posible suspender la ejecución muy
CONCLUSIONES
excepcionalmente, atendiendo a los funda-
mentos de la impugnación, sin necesidad de Llegando al final del trabajo, se buscó
caución; (ii) desde un aspecto material, la demostrar que, de un lado, la restricción de
defensa: (ii.a) puede ser cuestionando la vali- la defensa del ejecutado debido a la estrechez
dez de la relación procesal que no se encua- de las causales de contradicción y, de otro,
dre en las excepciones procesales (art. 427, la absoluta suspensión de la ejecución tan
CPC); y (ii.b) puede consistir en cualquier solo por encuadrar la contradicción en una
37 Cfr. CAVANI, Renzo. “Combatiendo las ‘nulidades-sorpresa’: el derecho fundamental del contradictorio en la perspectiva
de la nulidad procesal”. En: Gaceta Constitucional. Gaceta Jurídica, Lima, p. 288 ss., y la bibliografía allí citada.
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GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 12 • JUNIO 2014
de las causales permitidas, vulneran el dere- (org.). A nova execução de títulos extrajudi-
cho fundamental a la tutela efectiva, ade- ciais - Comentários à Lei n. 11.382, de 6 de
cuada y tempestiva tanto del ejecutado como dezembro de 2006. Forense, Rio de Janeiro,
del ejecutado, respectivamente. Ello redunda 2007.
en una gravísima incoherencia de nuestro
proceso de ejecución por título extrajudicial, Teoria e prática da tutela jurisdicional.
dado que, al final, se desprotege a ambas par- Forense, Río de Janeiro, 2008.
tes de la ejecución. “El derecho fundamental a la tutela jurisdic-
Por ello, en gran medida con base en el dere- cional efectiva desde la perspectiva de los
cho brasileño, aquí se intentó ofrecer una derechos fundamentales”. En: Revista Jurí-
solución en donde el derecho a la tutela efec- dica del Perú. Nº 96, Normas Legales, Lima,
tiva, adecuada y tempestiva del ejecutado febrero 2009.
y del ejecutante estén armónicamente con- ARIANO, Eugenia. El proceso de ejecución.
jugados. De ahí que, tras exponer en deta- Rhodas, Lima, 1996.
lle las propuestas, sea posible concluir lo
siguiente: (i) hay efectividad porque el pro- “La tutela jurisdiccional del crédito cam-
ceso de ejecución queda diseñado como biario en la Nueva Ley de Títulos Valores”.
una herramienta que claramente se orienta En: Problemas del proceso civil. Jurista,
a la satisfacción del derecho del ejecutante, Lima, 2003.
permitiendo la defensa del ejecutado en la “Consideraciones sobre el título ejecutivo, la
medida que no entorpezca gravemente la contradicción y la plus petición”. In: Proble-
ejecución; (ii) hay adecuación porque se mas del proceso civil. Jurista, Lima, 2003.
emplean técnicas procesales que guardan
correspondencia con el fin deseado (protec- ASSIS, Araken de. Manual da execução
ción del ejecutado y del ejecutante), tales [1987]. 13ª edición, revisada, actualizada y
como la limitación de la cognición vertical, ampliada, Revista dos Tribunais, São Paulo,
limitación a la prueba documental, contra- 2010.
dictorio eventual, la caución para suspen-
ASSIS, Araken de y MALACHINI, Edson
der la ejecución una vez planteada la opo-
Ribas. Comentários ao Código de Processo
sición y, también, la propia estructuración
Civil. Volume 10. Do processo de execução,
de la oposición a la ejecución como proceso
arts. 736-795. Revista dos Tribunais, São
autónomo y la impugnación a la ejecución
Paulo, 2001.
como incidente; (iii) hay tempestividad por-
que se eliminan dilaciones indebidas que BAPTISTA DA SILVA, Ovídio. Curso de
puedan existir para la satisfacción del eje- processo civil. Vol. 2. Execução obrigacio-
cutante y se toma en cuenta la posición jurí- nal, execução real, ações mandamentais
dica del ejecutado frente a la carga de sopor- [1990]. 5ª edición, revista. Revista dos Tri-
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PROCESAL CIVIL | PROCESOS CAUTELARES Y EJECUTIVOS
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