"BIENAVENTURADOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ,
PORQUE ELLOS SERAN LLAMADOS HIJOS DE DIOS"
                        Mateo 5, 9
 Esta bienaventuranza no habla de los hombres "pacíficos" en
 el sentido que tiene esta palabra entre nosotros: personas
 que se dedican a vivir en paz, en buena armonía con todo el
 mundo. Esta clase de paz está destinada ante todo a ellos
 mismos. No es ciertamente nada malo, y la catequesis
 primitiva recomienda con frecuencia esta actitud: Romanos
 12, 18; 14,19; 2 Cor. 13, 11; 2 tim. 2,22; Heb. 12,14. Pero la
 palabra que se emplea en esta bienaventuranza no se refiere
 en primer lugar a esta actitud. No se trata de vivir solamente
 en buenas relaciones ("no me meto con nadie") con los
 demás. "Pacífico" dice demasiado poco. Otra traducción que
 a veces se ha propuesto es "pacificadores".
 Los "pacificadores" son personas que disponen de un poder,
 gracias al cual imponen a los demás el vivir en paz,
 reprimiendo si es necesario a los que se empeñan en
 perturbar esa paz. Pero aquí no se trata ni de pacíficos ni de
 pacificadores, sino de una categoría intermedia que podemos
 traducir por los "que trabajan por la paz". Sólo se puede
 apelar en este sentido a sólo un texto del Antiguo
 Testamento: Proverbios 10,10..
 LOS OBREROS DE LA PAZ.
 La "paz" (en hebreo Shalom), es para la Biblia el equivalente
 de una vida feliz basada en la buena convivencia, lo que
 supone el desarme (ver Isaías 2,4; 9,4; Za. 9,4), y la
 prosperidad material en la que no hay espacio para la
 injusticia social (ver Amós 9, 13-14; Os. 2,20.23-24).
                                                              1
  La paz es siempre un don de Dios (ver Jeremías 33,6;
Isaías 45,7), pero que les exige a los hombres al mismo
tiempo que hagan todo lo posible por adquirirla y mantenerla.
Siendo así, está relacionada con la justicia, con la correcta
relación:
      - Con Dios, quien bendice con este don;
      - Con los hermanos, con quienes hay que construirla.
      - Con los bienes, que frecuentemente son la causa
        de la violencia y el quebrantamiento de la situación
        de paz.
 ¿Cuál es el espacio donde se construye la paz?
 En el Evangelio de San Mateo la paz está asociada con la
 armonía de las relaciones en un mundo conflictivo:
      - Dentro de la familia: 5, 28.32; 10,34-36.
      - En la Comunidad (5,22-24; 7, 1-5.15; 18, 15-18.21-
        22).
      - Con los de "fuera" (5,1.39-42.43-45; 10, 16-23; 23,
        34; 24,9).
      - Con los "antivalores de la sociedad" (13,37-41).
 La cuestión no es el hecho de no tener conflictos. Un obrero
 de la paz es aquel que:
      - Ha pacificado su propio corazón: liberándose de
        todos aquellos impulsos que tienen como causa la
        susceptibilidad, el orgullo, el egoísmo, la vanidad.
      - Hace todo lo posible por evitar o superar
        rápidamente la enemistad cuando es ofendido, no
        permaneciendo en el rencor y haciendo crecer sus
        relaciones.
                                                            2
     - Se esfuerza por restablecer el diálogo y el
       entendimiento,      allí  donde      hace  falta,
       especialmente en situaciones de conflicto.
     - Preventivamente, lucha contra todo lo que la
       pueda amenazar.
     - Se empeña activamente en hacer crecer la
       fraterna convivencia entre todos los que lo
       rodean, particularmente dentro de su familia y
       comunidad.
Puesto que la paz está siempre amenazada y puesto que la
convivencia humana está siempre por construir, ser obrero
de la paz es tarea permanente.
     Jesús es el obrero de la paz.
      Una de las características del Mesías anunciado por
Isaías es : "príncipe de la paz" (9,5), generador de una paz
que no tendrá fin (9,6). De hecho con el nacimiento de
Jesús se anuncia la paz en la tierra a los hombres amados
en quienes (Dios) se complace (Lucas 2,14).
                                                           3
     PREGUNTAS PARA EL TRABAJO EN GRUPOS:
      1.- ¿Cómo vivimos las "relaciones humanas" al interior
de nuestras familias? ¿Somos constructores de paz o más
bien somos conflictivos?
    2.- ¿Cuáles son las principales dificultades que existen
en nuestras comunidades que no nos permiten vivir en
armonía y en paz?
     3.- En los conflictos, ¿somos dados más bien a
colaborar con el diálogo y el entendimiento?
     4.- ¿Qué nos falta como cristianos para poder ser
"hombres y mujeres" constructores de paz en nuestra
sociedad?