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Manlio Argueta

Este documento proporciona información biográfica y sobre las obras de cuatro escritores salvadoreños: Manlio Argueta, Alfredo Espino, Roberto Armijo y Francisco Gavidia. Resume sus lugares de nacimiento, educación, afiliaciones literarias, obras publicadas, temas abordados y reconocimientos. Se enfoca principalmente en su trayectoria literaria y compromiso social.
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Manlio Argueta

Este documento proporciona información biográfica y sobre las obras de cuatro escritores salvadoreños: Manlio Argueta, Alfredo Espino, Roberto Armijo y Francisco Gavidia. Resume sus lugares de nacimiento, educación, afiliaciones literarias, obras publicadas, temas abordados y reconocimientos. Se enfoca principalmente en su trayectoria literaria y compromiso social.
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Manlio Argueta

Mario Argueta (n. San Miguel, El Salvador; 24 de noviembre de 1935), es un poeta y


novelista salvadoreño.12 Perteneció a la Generación comprometida, un grupo literario
creado por Italo López Vallecillos (1932-1986), junto con Roque Dalton (1935-1975),
Álvaro Menen Desleal (1931-2000), Waldo Chávez Velasco (1932), Irma Lanzas (1933),
Orlando Fresedo (1932), Mercedes Durand (1932-1998), Ricardo Bogrand (1930),
Mauricio de la Selva y otros.

Biografía
Manlio Argueta estudió derecho en la Universidad de El Salvador, si bien su compromiso
social y su amor por la literatura posteriormente le llevaron por el camino de esta.3 Debido
a la situación política y la guerra civil de su país entre los años 1972 y 1993 se exilió en
Costa Rica. Actualmente reside de nuevo en El Salvador y es el director de su Biblioteca
Nacional.

Obras
2. Caperucita en la zona roja, ganó el Premio Latinoamericano de novela, Casa de Las
Américas, La Habana, Cuba, 1978,. Otras publicaciones de esta novela: Editorial Costa
Rica, San José, C. R., UCA, Editores, San Salvador. Hay varias ediciones en UCA,
Editores, San Salvador. Fue publicada en inglés como Little red riding hood in the red light
district, Curbstone Press, Connecticut, USA, 1999.

3. Un día en la vida y, publicada al inglés por Vintage Book de Random House, 1983,
Nueva York, y por Chatto & Windus, de Londres, logró reconocimiento internacional.
Posteriormente ambas novelas fueron publicadas en idioma alemán. Posteriormente ha sido
traducida a quince idiomas, una de las novelas latinoamericanas más conocidas en Estados
Unidos e Inglaterra, al escribirse varios libros críticos sobre ella y recibir reseñas elogiosas
de los más importantes periódicos de habla inglesa.
Se constituye así en una de las obras contemporáneas de procedencia hispana más
estudiadas y leídas por la academia universitaria internacional: libro de texto en Ciencias
Sociales, Ciencias Políticas y Literatura. Reseñas y artículos en el New York Times,
Newsweek, The Independence en Inglaterra, Le Monde Diplomatique en Francia, y
periódicos de Holanda, Dinamarca, Suecia y Noruega

Esta novela, así como otras posteriormente traducidas al inglés y alemán, le ha valido
convertirse en conferenciante en varias universidades del mundo y fue calificada como la
quinta novela más importantes del Siglo XX, escritas en español.

Un Día en la Vida, ha sido adaptada al teatro por su autor, con presentaciones en Holanda,
Estados Unidos, Costa Rica, Nicaragua, Cuba y El Salvador.

4. Cuzcatlán donde bate la Mar del Sur publicada al inglés por Vintage Book de Random
House, 1983, Nueva York, y por Chatto & Windus, de Londres. Traducida en Alemania.
Fue publicada por primera vez en Honduras y Costa Rica. Hay tres ediciones en El
Salvador. De esta obra se hizo una película documental con el nombre de Cuzcatlán Stories
en 1989, Londres, Inglaterra, habiendo pasado por la Tv europea (traducida a varios
idiomas).. Directora: Jane Ryder. El autor elabora el guion de esa película (writer) y asesora
la trabajo de edición fílmica en Londres.

5. Milagro de la Paz, publicada por Adelina Editores, San Salvador, cuatro ediciones.
Publicada en inglés por Curbstone Press, USA, con el nombre de A Place Called Milagro,
2000.

6. Siglo de O(g)ro, Depto. de Publicaciones de CONCULTURA, San Salvador, 2000. Dos


ediciones. Traducida y publicada en inglés con el nombre de Once upon a time (Bomb),
aun sin publicar.

7. Poesía Completa de Manlio Argueta, Editorial Hispamérica, Universidad de Maryland.


Estudio e investigación del Dr. Atsvaldur Asvaldsson de la Universidad de Liverpool.

8. Los Poetas del Mal, novela inédita, 2002, aun sin publicar.

9. El Sexto Muro, novela inédita (Premio fundación Guggenheim de Nueva York). El tema
de la emigración y la violencia.

10. Franciscana, novela inédita ubicada en los Estados Unidos

11. Operation Möwe mit blauen Augen (Operación Gaviota de ojos azules), en: Carlos
Rincón (ed.): Erkundungen. 50 Erzähler aus Mittelamerika, Berlín (Verlag Volk und Welt)
1988, p. 322-325.
Alfredo Espino
Edgardo Alfredo Espino Najarro (Ahuachapán; 8 de enero de 1900-San Salvador; 24 de
mayo de 1928),1 conocido como Alfredo Espino, fue un poeta salvadoreño.

Biografía
Nació en el Departamento de Ahuachapán, zona occidental de El Salvador, el 8 de enero de
1900. Hijo de Enriqueta Najarro de Espino y Alfonso Espino, ambos profesores y poetas,2
creció en un hogar que respiraba poesía y amor al arte.3

En 1920 ingresó a la Universidad de El Salvador, inscribiéndose en la Facultad de


Jurisprudencia.2 Durante su instancia en la Ciudad Universitaria, fue parte de tantas
actividades dentro de la misma, inclusive de manifestaciones hechas por estudiantes para
evitar el alza de los precios de pasaje en tranvía.4

Los últimos años de su vida se volvieron muy adversos; la negativa de sus padres para
consentir su casamiento con ciertas jóvenes lo condujo a constantes desequilibrios
emocionales y amorosos.4 Para mitigarlos, se entregó a largos ratos de bohemia, en bares y
burdeles de la capital del país.4

Fue durante una de estas crisis alcohólicas que él mismo puso fin a su vida, en la
madrugada del 24 de mayo de 1928 en la ciudad de San Salvador.14

Sepultado primero en el Cementerio General capitalino —donde los discursos de estilo


corrieron a cargo del doctor y escritor Julio Enrique Ávila y los entonces bachilleres
Manuel F. Chavarría y Rafael Vásquez—, desde hace unos años los restos de Espino fueron
trasladados a la Cripta de los Poetas, en el camposanto privado Jardines del Recuerdo, al
sur de la ciudad de San Salvador.

Su único libro, Jícaras tristes,2 una recopilación de 96 poemas —publicado póstumamente


con la colaboración de varios amigos y prologada con un texto esclarecedor de Alberto
Masferrer—, es considerado como un poemario nacional por sus contemporáneos;56 su
autor es de los más leídos y comentados, pero no estudiado o analizado en su expresión.7

Tiene una poética delicada; buscó plasmar su terruño con una visión lírica; la que presentó
con un estilo sencillo, fácil de captar, por lo tanto, sin complicaciones formales;8 escribió
sonetos, romances y versos libres.5

Obras
 ESPINO, Alfredo (2001) [1932, póstumo]. Jícaras tristes (13.ª edición). San Salvador:
UCA Editores. ISBN 8-484-05042-4.
Roberto Armijo
Roberto Armijo (Chalatenango (El Salvador), 13 de diciembre de 1937-París, Francia 23
de marzo de 1997) fue un poeta salvadoreño. Armijo es la voz lírica de su generación,
bautizada como «Generación Comprometida» por Ítalo López Vallecillos.

Biografía
A los diez años, se trasladó a la capital para proseguir sus estudios. Siendo un joven, se
vinculó a los intelectuales del Círculo Literario Universitario (Roque Dalton, Manlio
Argueta, Tirso Canales, José Roberto Cea, entre otros).

Como muchos de sus colegas de generación, Armijo fue exilado reiteradas veces por los
gobiernos militares. En 1972, se encontraba en París disfrutando de una beca otorgada por
la Universidad de El Salvador, entidad en la que se encontraba trabajando, cuando fue el
golpe militar de ese año. No pudo regresar a su país, sino hasta veinte años después, cuando
el FMLN y el gobierno de Alfredo Cristiani firmaron los acuerdos de paz. Durante esas dos
décadas, Armijo se vinculó al mundo académico francés, gracias a su amigo, el escritor
guatemalteco Miguel Ángel Asturias. En Francia desplegó una importante actividad
intelectual y política, sobre todo en la década de los 80, cuando fungió como representante
del FMLN en Francia.

Falleció el 23 de marzo de 1997, como resultado de un cáncer. Su obra incluye poesía (El
libro de los sonetos, Cuando se enciendan las lámparas, La noche ciega al corazón que
canta), teatro (Jugando a la gallina ciega) y novela (El asma de Leviatán), aunque el
género por el que fue más reconocido es el ensayo (Rubén Darío y su intuición de mundo,
Francisco Gavidia y la odisea de su genio, o T. S. Eliot, el poeta más solitario del mundo).

Publicó desde 1956; su obra está marcada por un lirismo íntimo; en otras disciplinas del
pensamiento sí se complica con la inmediata realidad. Ahí están sus ensayos literarios como
uno realizado sobre Rubén Darío y otro que realizó junto a Napoleón Rodríguez Ruiz sobre
Francisco Gavidia. También escribió teatro. Apareció en "De aquí en adelante" (muestra
poética de cinco poetas salvadoreños). Fue profesor de la Universidad de París en literatura
latinoamericana.

Algunas de sus obras son:

 La noche ciega al corazón que canta, (poesía) 1959.


 Seis elegías y un poema, (poesía) 1965.
 Jugando a la gallina ciega, (teatro) 1970.
 Poesía contemporánea de Centroamérica, en coautoría con Rigoberto Paredes,
antología publicada en Barcelona, 1983.
 Trilogía de teatro de Roberto Armijo, (teatro) 1990.
 El asma de Leviatán (narrativa).
 Los parajes de la luna y la sangre (poesía) 1996.
 Cuando se enciendan las lámparas, (poesías) en prensa 1996.

Murió en 1997, en París, víctima de un cáncer.


Francisco Gavidia
Francisco Antonio Gavidia Guandique (San Miguel, 29 de diciembre de 1863 - San
Salvador, 22 de septiembre de 1955) fue un escritor, educador, historiador, politólogo,
orador, traductor y periodista salvadoreño. Su vasta obra alcanzó dimensiones
enciclopédicas, y se le conoce por ser el orientador de Rubén Darío para adaptar el verso
alejandrino a la métrica castellana además de incursionar en el cuento, poesía, teatro, y
ensayos.1

Biografía
Hijo de Francisco Antonio Gavidia y de Eloisa Guandique de Gavidia, nació en el
municipio de Cacahuatique, hoy Ciudad Barrios, departamento de San Miguel, El Salvador.
Debido al extravío de la partida de nacimiento original, hubo un debate sobre el año de su
nacimiento. De acuerdo a Hugo Lindo, el año de 1865 se eligió debido a que existían
indicios que soportaban esta teoría, pero existen otros datos que acercan el año a 1863.2De
hecho, de acuerdo a un Decreto de la Asamblea Legislativa de El Salvador, se reconoce
esta última como la fecha de su nacimiento.

Debido a la muerte de su madre, cuando contaba con 8 años de edad, Francisco Gavidia se
trasladó a la finca de su padre ubicada en el norte del departamento de San Miguel, en el
actual municipio de Ciudad Barrios.3 En 1880 obtuvo el grado de Bachiller en Ciencias y
Letras, y luego se trasladó a San Salvador donde ingresó a la Facultad de Jurisprudencia de
la Universidad de El Salvador. Sin embargo, dejó la carrera después de un año, para
convertirse en un autodidacta.4Para 1882, era miembro del grupo literario La Juventud, y ya
entonces mostraba un fuerte interés por los versos franceses. Fue en ese mismo año, de
acuerdo a numerosas fuentes, que conoció a Rubén Darío. Ambos desarrollaron una fuerte
amistad hasta el punto que en 1890, Gavidia fue padrino de bodas de Darío.5

Un sinnúmero de libros en español y francés pasaron por sus manos. A fin de recuperarse
de la enfermedad provocada por el exceso de trabajo y el cansancio mental producto de su
intensa actividad intelectual, fue enviado a París por orden del presidente Rafael Zaldívar.64
Gavidia poseía un amplio acervo cultural y se menciona que dominaba a la perfección el
alemán, francés, inglés, italiano, portugués, hebreo, latín y el griego, además del maya-
quiché, lengua para la que llegó a desarrollar una gramática con el objeto de popularizar el
idioma. Desarrolló también un idioma, llamado «Salvador», que buscaba se universalizara,
pero recibió muy poco apoyo por parte de los intelectuales de su época, a pesar de todo,
Gavidia publicó algunos poemas en «Idioma Salvador», entre los que se destacan Los
Argonautas y A Marconi.7

El año 1887 contrajo matrimonio con la hija del periodista Carlos Bonilla. Un año después,
fundó el periódico El semanario noticioso, que salía cada jueves, así como la Academia de
Ciencias y Bellas Artes de San Salvador. Tras el derrocamiento del general Francisco
Menéndez, Gavidia se exiló del país, y continuó su actividad periodística en Costa Rica,
donde fue director de La Prensa Libre entre 1891 y 1892; y posteriormente en Guatemala
trabajó como coredactor de El bien público de la ciudad de Quetzaltenango.

Cuando retornó a El Salvador, fungió como redactor del Diario Oficial (1894), Director de
Educación Pública Primaria (1896), y Ministro de Instrucción Pública (1898). En 1895
fundó el Partido Parlamentarista, y también se desempeñó como catedrático de la Escuela
Normal de Señoritas, del Instituto Nacional de Varones, y la Universidad de El Salvador.
En 1904 fundó la revista Los Andes, de la que sólo llegaron a verse cuatro números.8De
1906 a 1919, ocupó el cargo de Director titular de la Biblioteca Nacional. En 1912, se
convirtió en miembro del Ateneo de El Salvador.

El gobierno salvadoreño declaró a Francisco Gavidia como «salvadoreño meritísimo» en


1933, y en 1939 la ciudad de San Miguel le rindió un homenaje que incluyó el bautizo con
su nombre del teatro de la ciudad.9 El año 1937, Gavidia fue miembro de la Comisión de
Cooperación Intelectual de El Salvador, dependencia de la Sociedad de Naciones, y en
1941 la Universidad de El Salvador le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Al final de su
vida le fue otorgada la máxima condecoración nacional de El Salvador, la orden "José
Matías Delgado", la que recibió de manos del presidente de la República Oscar Osorio en
su lecho de enfermo en el Hospital Rosales, pocos días antes de morir.

Obra
La obra de Gavidia alcanza proporciones enciclopédicas. Trabajó en la poesía, teatro,
historia, música, ensayo, pedagogía, filosofía, política, periodismo, crítica literaria, y la
traducción. Su vasto conocimiento se nutrió de la literatura clásica, el siglo de oro español,
la cultura francesa y su lengua, y la lectura de autores alemanes, italianos y orientales.10
Llegó a crear un nuevo idioma para ser entendido universalmente, el cual tenía por nombre
«Idioma Salvador».10Además, fue precursor en el tratamiento de los temas indígenas, e
ideólogo del unionismo centroamericano.11

En un país cuyo arte recibía una fuerte influencia europea, Gavidia honró la identidad y
valores étnicos salvadoreños, rompió con ese patrón y a partir de él, otros escritores
decidieron seguir esa línea literaria; se puede observar su influencia en artistas como
Salarrué, Claudia Lars y Arturo Ambrogi. Introdujo el cuento con una identidad literatura
propia de su realidad, una amalgama de temas indigenistas precolombinos como leyendas y
mitos, también se le considera el precursor del teatro salvadoreño. Entre su dramaturgia se
destaca Ursino, La torre de marfil y Júpiter. El anhelo de identidad, de libertad y justicia
también está plasmado en su poesía, que en su momento muchos no lograron asimilar pues
el anhelo de universalizar la idiosincrasia salvadoreña era un hecho poco comprensible para
su época y para su coetáneos.12

Es también conocido por ser el orientador del poeta Rubén Darío, alumno que compartió
penas y alegrías con el maestro salvadoreño,11y quien conoció el experimento de Gavidia
para adaptar el verso alejandrino a la métrica castellana,13 que dio origen a la renovación
modernista de la poesía hispanoamericana. Darío escribió en su autobiografía:

Fue con Gavidia, la primera vez que estuve en aquella tierra salvadoreña, con quien
penetran en iniciación ferviente, en la armoniosa floresta de Víctor Hugo; y de la lectura
mutua de los alejandrinos del gran francés, que Gavidia, el primero seguramente, ensayara
en castellano a la manera francesa, surgió en mí la idea de renovación métrica, que debía
ampliar y realizar más tarde.

La vida de Rubén Darío: XVIII

Ya en su obra Versos, se sirve de algunas de las principales características léxicas, rítmicas


y métricas que, poco tiempo después, habría de codificar y consagrar magistralmente
Rubén Darío. Posteriormente, Gavidia fue evolucionando en la particular modulación de su
propia voz poética, hasta llegar al cultivo de una reflexión conceptual que alcanza su
máximo esplendor en el poemario titulado Sóteer o Tierra de preseas (1949), un moderno
canto épico que, en buena medida, constituye su obra maestra y su gran legado literario.
Pero entre aquella etapa romántica inicial y esta honda introspección lírica de su edad
provecta cabe una copiosa producción creativa y ensayística que pasó por muy diversas
etapas y se contagió de múltiples tendencias estéticas.

En efecto, también en su condición de dramaturgo supo Gavidia evolucionar desde un


romanticismo tardío (o un atisbo premodernista) presente en dramas como Júpiter (1885) o
Ursino (1889), hasta una épica conceptual manifiesta en el poema dramático titulado La
princesa Citalá (1944). En media, quedan algunas obras teatrales tan diferentes entre sí
como Conde de San Salvador o El Dios de las Cosas (1901), Lucía Lasso o Los piratas
(1914), La torre de marfil (1920) o Héspero (1931).14

Algunas de sus obras son:


 Poesía (cuadernillo poético, 1877).
 Versos (poesía, 1884).
 Ursino (teatro, 1887).
 Júpiter (teatro, 1895).
 El encomendero' y otros cuentos (1901)
 Estudio y resumen del Discurso sobre el método de Descartes, (1901).
 Tradiciones (sobre la obra homónima de Ricardo Palma, 1901).
 Conde de San Salvador o el Dios de Las Casas (novela, 1901).
 1814 (ensayo, 1905).
 Obras (tomo I, 1913).
 Historia moderna de El Salvador (dos tomos, 1917 y 1918).
 Cancionero del Siglo XIX (¿1929-1930?).
 Cuentos y narraciones (1931).
 Héspero (teatro, 1931).
 Discursos, estudios y conferencias (1941).
 La princesa Citalá (teatro, 1946).
 Cuento de marinos (1947).
 Sóteer o Tierra de preseas (1949).
José Roberto Cea
José Roberto Cea (Izalco, Sonsonate, 10 de abril de 1939) es un poeta y novelista
salvadoreño. Director de la revista “La Universidad”, codirector de la revista “La Pájara
Pinta”, secretario de Relaciones Públicas y Promoción Universitaria de la UES, miembro
del Consejo Editorial del Consejo Superior Universitario (CSUCA) y jefe de Relaciones
Públicas de la UES y ha ocupado diversos cargos relacionados con la Universidad de El
Salvador.

Uno de sus cuentos, titulado "El ausente no sale", sirvió para que la estatal Television
Educativa realizara una breve producción fílmica (1983), que contó con un guión del
escritor Ricardo Guevara y la actuación de Francisco Andrés Escobar.

Obras.
 Letras I, II y III (Para estudios de Bachillerato).
 Antología General de la poesía en El Salvador, (antología poética), 1971.
 Mester de Picardía (poesía erótica), 1977.
 Los Herederos de Farabundo (poesía); Premio Latinoamericano de Poesía Rubén
Darío, Nicaragua, 1981.
 Ninel se fue a la Guerra (novela); Premio Froylán Turcios de Novela, Honduras,
1984.
 Los Pies Sobre la Tierra de Preseas..., (poesía) Premio Único de Poesía Certamen
Latinoamericano de EDUCA, Costa Rica, 1984.
 Dime con Quien Andas y... (novela).
 En este Paisíto nos toco y no me corro (novela); Premio Guatemalteco de Novela,
1989.
 De la Pintura en El Salvador (Ensayo- Histórico-Crítico) 1986.
 De la Guanaxia Irredenta (Cuentos); Premio General Omar Torrijos Herrera en
Cuento, del Certamen del Instituto Nacional de Cultura, 1987.
 Pocas i Buenas (Antología Poética).
 La Guerra Nacional (narrativa).
 El Cantar de los Cantares y Otros Boleros, (poesía), 1993
 Teatro en y de una Comarca Centroamericana; (Ensayo- Histórico-Crítico) 1993.
 Sihuapil Tatquetsali, (novela), 1997.
 La Generación Comprometida, (narrativa), 2002.
 El Cantantar de los Cantares y otros boleros, (poesía), 2003.
Alberto Masferrer
Vicente Alberto Masferrer Mónico (Alegría, antes Tecapa, 24 de julio de 1868-San
Salvador, 4 de septiembre de 19323) fue un maestro, profesor, filósofo, periodista,
ensayista, poeta y político salvadoreño. Como escritor marcó con sus letras toda una época
de la literatura salvadoreña a través de la definición de su pensamiento inclinado a la
defensa de los más desposeídos y de denuncia social.2

Alberto Masferrer nació en una población del oriente de El Salvador, de origen pipil y
dominado posteriormente por los lencas. Su educación fue autodidáctica en combinación
con educación formal. Su gusto por la lectura le llevó a escoger la docencia como carrera.
Al respecto, Arturo Ambrogi expresaba: «Pocas veces he visto un lector tan tremendo como
Alberto».2

Carrera
Como periodista y político

Entre 1928 y 1930 fundó y dirigió el periódico Patria,2 en el cual hacía denuncia social y
abogaba por la justicia para con los más necesitados en el marco de la pobreza generalizada
del país. Trabajó en periódicos y revistas nacionales e internacionales, fue redactor de los
diarios El Chileno y El Mercurio, de Santiago de Chile; el semanario La Reforma, diario
Los obreros unidos; en las revistas La República de Centroamérica, Actualidades,
Bibliográfica Científico-Literaria, El Simiente y otros.4

Inició su carrera política al ser nombrado cónsul de El Salvador en Argentina (1901), Chile
(1902), Costa Rica (1907) y Bélgica (1910),5 así como en la Corte Internacional de Justicia
en 1912;4 además se desempeñó como archivero de la contaduría mayor de la nación,
redactor y director del Diario Oficial (1892),6 Secretario del Instituto Nacional (1890) y
Asesor del Ministerio de Instrucción Pública (1916).4 Bajo la premisa fundamental de la
lucha pacífica por los derechos de cada individuo, se convirtió en el ideólogo y director de
la campaña política que en 1930 llevó a la presidencia al ingeniero Arturo Araujo. Ese
mismo año fue electo como diputado nacional, y se separó políticamente del presidente y
de sus posturas.2

Pese a su oposición a la llegada a la presidencia del general Maximiliano Hernández


Martínez, la toma del poder del militar fue inevitable. Desde ese momento, Masferrer trató
de contener la violencia que se desataría meses después, en el levantamiento campesino de
1932, que dejaría como saldo la muerte de miles de indígenas y el exilio de Masferrer a
Honduras. Su relación con el Partido Comunista Salvadoreño es poco clara, aunque sí hay
referencias de la influencia pacifista que el escritor, de manera fallida, intentó ejercer.2

Como maestro y escritor

Ejerció la docencia en Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Chile y Argentina,


siendo bautizado como «maestro y director de multitudes» por Claudia Lars.2

Como escritor, su obra se caracterizó fundamentalmente por tratar temas sociales,7


exigiendo un mínimo de derechos para cada persona, dignificando al ser humano a través
del uso de palabras fundamentalmente duras, polemizando sobre las costumbres
socialmente aceptadas.8 Utilizó ocasionalmente el seudónimo "Lutrin".4

Muerte

Tumba de Masferrer.

Tras su derrota política y moral por el estallido de la violencia que trató de contener, se
exilió en Honduras, pero falleció víctima de su endeble salud y por parada
cardiorrespiratoria en San Salvador. Durante toda su vida adoleció de diversas
enfermedades como severas neumonías y una serie de serios accidentes cardiovasculares
los cuales lo dejaron postrado en una silla de ruedas por periodos cortos en más que
numerosas ocasiones, pasando casi la mitad de su vida en una de ellas. Los detalles de su
muerte son desconocidos puesto que falleció en soledad.9 Por este mismo motivo, se ha
levantado un debate acerca del sitio de su muerte, pudiendo encontrar minoritariamente
fuentes que afirman que falleció en San Salvador.4 Carlos Cañas Dinarte, escritor,
licenciado en Letras y miembro de número de la Academia Salvadoreña de la Historia, en
su libro Diccionario de autoras y autores de El Salvador, afirma, en la página 320 de dicha
obra: «Aquejado por la parálisis y por cierto nivel de lagunas mentales, su vida estuvo en
peligro al retornar a El Salvador, cuando el avión que lo conducía tuvo que realizar un
aterrizaje de emergencia en la hacienda La Carrera (Usulután), el 24 de agosto de 1932». Y
más adelante, dice el mismo autor: «Falleció en la ciudad de San Salvador, en la noche del
domingo 4 de septiembre de 1932. Considerado una verdadera manifestación nacional de
duelo, su sepelio tuvo lugar en la tarde del día siguiente, en el Cementerio General
capitalino».

Partida de defunción de Alberto Masferrer.

En homenaje a Masferrer, existen diversas escuelas, universidades, plazas y monumentos


que llevan su nombre, honrándole a nivel oficial y reconociendo su fuerte influencia sobre
las generaciones de educandos y literatos nacionales. Además, por decreto legislativo del
30 de agosto de 1949, la tumba de Masferrer se considera monumento nacional.4

Obras publicadas
Pese a la prolifera publicación de ensayos y escritos aislados, las obras completas
publicadas por Masferrer son:10

 Páginas (1893)
 Niñerías (1900)
 Las Nuevas Ideas (1910)
 ¿Qué debemos saber? (ensayo epistolar, 1913)
 Leer y escribir (ensayo sociológico, 1915)
 Una vida en el cine (1922)
 Ensayo sobre el destino (1925)
 Las siete cuerdas de la lira (ensayo filosófico, 1926)
 El dinero maldito ( ensayo moral, 1927)
 Helios (ensayo, 1928)
 La religión universal (ensayo, 1928)
 El minimum vital (ensayo político-social, 1929)
 Estudios y figuraciones de la vida de Jesús (ensayo filosófico, 1930)
 El rkibri el nalbuto dineroosal desholiljado (versos publicados póstumamente en 1935)
 Prosas escogidas (prosas publicadas póstumamente en 1968)
Pedro Geoffroy Rivas
Pedro Geoffroy Rivas (Santa Ana, 16 de septiembre de 1908 - San Salvador, 10 de
noviembre de 1979) fue un poeta, antropólogo y lingüista salvadoreño.

Biografía
Su primera publicación apareció en el Diario de Santa Ana en el mes de noviembre de
1927, con el verso titulado La búsqueda.1También participó en la Revista Crisol. En la
ciudad de San Salvador estudió Medicina, pero en 1931 se trasladó a México para estudiar
Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México. El año 1939 obtuvo su diploma,
y el tema de su tesis de graduación era la Teoría marxista del Estado. Precisamente, en
México empezó a publicar sus primeros poemarios en los que se esbozaba una “vertiente de
denuncia política”, y también realizó traducciones de obras de autores como B. Traven.2

Para ese tiempo ocurrió en El Salvador el Levantamiento campesino en la zona occidental


del país, y Geoffroy Rivas, junto a Gilberto González y Contreras, se convirtieron en los
primeros en denunciar con su poesía el aniquilamiento en las poblaciones indígenas por
parte de las fuerzas gubernamentales.2 Su trabajo de protesta influiría en las siguientes
generaciones de poetas.

A su regreso a El Salvador en el año 1944, y tras la caída del dictador Maximiliano


Hernández Martínez, colaboró en los estribillos que acompañaban a la caricatura de Juan
Pueblo en el periódico La Tribuna, que satirizaba la política nacional con el lenguaje
popular.3De hecho, con Hernández Martínez mantuvo correspondencia privada en la que
afirmaba no pertenecer al Partido Comunista, y también plasmaba su opinión con respecto a
los trágicos hechos de 1932: «la represión sin precedente de que hizo objeto a la masa
campesina en 1932...el Gobierno presidido por Usted...el anticomunismo significó el
baluarte de una identidad nacional sin más valor positivo que la contraposición a un
enemigo fantasma».4

Sin embargo, tras el golpe militar de Osmín Aguirre y Salinas, fue vapuleado y expulsado a
Honduras donde estuvo confinado junto a otras personalidades que se hicieron acreedoras
de una carta de protesta en la que se exigía su libertad, y la cual fue firmada, entre otros,
por Miguel Ángel Asturias, Claudia Lars y Serafín Quiteño el 15 de noviembre de 1944.5
Puesto en libertad, fundó en Guatemala el Comité Salvadoreño de Liberación Nacional,
opuesto al gobierno de Salvador Castaneda Castro, y posteriormente terminó radicándose
en México. Para ese tiempo comenzaba a convertirse en modelo de los jóvenes poetas
salvadoreños, especialmente la denominada Generación Comprometida debido a sus
“convicciones poéticas y políticas de vanguardia”.4

Tumba de Geoffroy Rivas en el Cementerio Santa Isabel, Santa Ana.

No obstante, Geoffroy Rivas terminó distanciado con los poetas que le habían admirado, ya
que no compartía el autoritarismo del Partido Comunista Salvadoreño, del que se dice que
tuvo una relación intermitente, así como la tuvo con el Partido Comunista Mexicano del
cual fue expulsado. Uno de sus detractores fue Roque Dalton, quien le profirió un insulto
en uno de sus poemas.4

Cuando retornó a El Salvador, se dedicó a elaborar estudios de antropología y lingüística,


entre los que destacan sus trabajos sobre poesía náhuatl y léxicos y diccionarios de la
lengua coloquial salvadoreña. También publicó diversos artículos en las revistas Cultura,
Estudios Centroamericanos y La Universidad; además trabajó en el Departamento del
Patrimonio Cultural, fungió como director del Museo Nacional de Antropología Dr. David
J. Guzmán, y fue docente en la Universidad de El Salvador y la Universidad
Centroamericana José Simeón Cañas. Recibió el Premio Nacional de Cultura en 1977, y
falleció dos años después a la edad de setenta y un años.

Obras
Parte de la extensa obra de Pedro Geoffroy Rivas comprende:6

 Estupideces, manuscrito (1927).


 Canciones en el viento, poesía (1933).
 Rumbo, poesía (1935).
 Para cantar mañana, poesía (1935).
 Patria, poesía (1944).
 Esperanzada geografía del dolor, poesía (1946).
 Sin muerte ya, poesía (1947).
 Trenos del exiliado, poesía (1949).
 Juan Pueblo vuelve a cantar, poesía (1950).
 Usulután en México, ensayo (1956).
 Cartas sin fecha para ti, poesía (1957).
 Toponimia nahuat de Cuscatlán, lingüística (1961).
 Yucuilcat, poesía (1965).
 El nawat de Cuscatlán. Apuntes para una gramática tentativa, lingüística (1969).
 El español que hablamos en El Salvador, lingüística (1975).
 Los nietos del jaguar, poesía (1977).
Salvador Salazar Arrué
Salvador Efraín Salazar Arrué,1 más conocido por su seudónimo Salarrué (Sonzacate,
22 de octubre de 1899 - Los Planes de Renderos, San Salvador, 27 de noviembre de 1975)
fue un artista salvadoreño. Trabajó en el campo de la literatura y las artes plásticas, pero ha
sido su obra narrativa la más conocida de sus creaciones, entre las que destacan Cuentos de
barro y Cuentos de cipotes.

Sus dotes artísticas se revelaron desde muy joven. Estudió pintura en los Estados Unidos,
donde conoció el libro costumbrista El libro del trópico de Arturo Ambrogi, que le animó a
retornar a su país para dedicarse por entero al arte. A partir de los años 1930, y aunque
prefería mantenerse alejado de la política, trabajó cercano a los regímenes militares en
turno para promover las políticas culturales de la época. Desde el año 1946 fungió como
agregado cultural de El Salvador en los Estados Unidos.

Retornó a El Salvador en 1958, y poco después terminó su producción literaria, aunque los
libros publicados en años anteriores continuaron reimprimiéndose. En sus años postreros
ganó reconocimientos por su obra, pese a que subsistía modestamente en su casa ubicada en
Los Planes de Renderos. Falleció de cáncer, sumido en la pobreza.

Salarrué fue creyente de la Teosofía, una doctrina que influenció su producción artística.
Ha sido considerado uno de los precursores de la nueva narrativa latinoamericana,2 y el
narrador más importante en la historia de El Salvador.3

Biografía
Infancia y juventud

En el siglo XIX, el pedagogo de origen vasco, Alejandro de Arrué y Jiménez, quien había
trabajado en varios países hispanoamericanos, desposó en Guatemala a la señorita Lucía
Gómez, oriunda de Sensuntepeque, El Salvador. El matrimonio procreó varios hijos, entre
ellos Luz y María Teresa. Ambas tenían vocación literaria, pero fue Luz, luego de Miranda,
ya cuando la familia residía en El Salvador, quien logró que el periodista Román Mayorga
Rivas le incluyera en la antología de poesía Guirnalda salvadoreña.4

Por su parte, María Teresa contrajo matrimonio con Joaquín Salazar Angulo, un incipiente
músico de honorable familia. Sin embargo, la relación no prosperó por diversas
circunstancias, por lo que la joven madre debió sostener sola a sus hijos Joaquín y Luis
Salvador Efraín, quien nació en una finca familiar ubicada en el cantón El Mojón que se
convertiría en parte de la zona urbana del municipio de Sonzacate, en Sonsonate.5 En los
años siguientes, los Salazar vivieron con apuros económicos, aunque recibían el apoyo de
familiares cercanos, ya que su respetable ascendencia les favorecía.4

La infancia de Luis Salvador transcurrió en medio del esplendor de la naturaleza tropical de


Sonsonate. Aunque tímido y alejado de los juegos bruscos, se distinguía por su habilidad
para inventar historias.4Cuando tenía ocho años, los problemas de dinero obligaron a su
madre a mudarse, por lo que el jovencito alternó su domicilio entre San Salvador y Santa
Tecla donde vivió en la residencia de sus primos Núñez Arrué, entre los que se encontraba
Toño Salazar, futuro caricaturista de renombre. Por su parte, la madre trabajaba como
costurera y llegó a tener una academia de corte y confección.4Toño dejó una descripción de
su primo en esos años:

«Efraín era largo, alto, con un cabello ondulante color de naranja y miel...A Salazar Arrué
le miraba algo de arcángel, un aura rara lo ponía en soledad...Tenía algo del aire de la
palma de Sonsonate y algo de infancia retenida».4

Luis Salvador cursó la primaria en la institución de abolengo Liceo Salvadoreño. La


secundaria la realizó en el Instituto Nacional de Varones y posteriormente en la Academia
de Comercio, donde no concluyó los estudios, pero logró buenas calificaciones.4

Su vocación artística ya se manifestaba a los once años cuando una de sus composiciones
se publicó en el Diario del Salvador de Román Mayorga Rivas. El logro no fue fortuito,
puesto que en la casa de los Núñez Arrué debió relacionarse con personajes de la
intelectualidad local que visitaban la vivienda.4

Primeros pasos como artista

Luis Salvador se interesó en la pintura, y junto a su primo Toño se inscribió en la escuela


de Spiro Rossolimo de San Salvador.5 A pesar que no pudo continuar costeándose los
estudios,5 gracias a la influencia política de su familiar César Virgilio Miranda logró una
beca del presidente Carlos Meléndez para formarse en los Estados Unidos, donde partió en
1916.

En dicho país estudió en la escuela jesuita Rock Hill College, cerca de Baltimore, pero el
ambiente religioso del centro de estudios no era de su agrado. Posteriormente, y con ayuda
del embajador salvadoreño en Washington, D.C., ingresó en una escuela de Danville,
Virginia, donde mejoró el aprendizaje del idioma inglés. En 1917 se matriculó en la
Corcoran School of Arts de la capital estadounidense, en la que recibió una educación
formal, pero alejada de las tendencias del arte moderno. En ese tiempo su obra era
influenciada por Ignacio Zuloaga y logró exponer sus cuadros en la galería de un
negociante japonés de apellido Hisada.4

Sin embargo, fue en Nueva York donde sucedió un hecho trascendental en su vida artística,
ya que tuvo un «encuentro» con la literatura de su país en la librería Brentano. En ese lugar
conoció la obra costumbrista El libro del trópico de Arturo Ambrogi, la cual le llenó de
nostalgia por su tierra.6Años después, afirmaría que llegó a memorizar el índice del libro
como si fuera un poema.7

Por tanto, decidió retornar a El Salvador en 1919. Allí el joven se propuso vivir de la
pintura, pero debió enfrentar la realidad del inexistente mercado artístico y algunos de sus
cuadros los terminó regalando. Pese a todo, en el país se vivía el auge del periodismo de los
años 1920, por lo que se dedicó a colaborar con ilustraciones y artículos en diversos
periódicos para ganarse el sustento. Sus artículos los firmaba con el seudónimo «Salarrué».6

En 1923, contrajo matrimonio con Zélie Lardé, también dedicada a la pintura. La pareja
procreó tres hijas: Olga Teresa, María Teresa y Aída Estela. En esos años Salvador
trabajaba como oficial de la Cruz Roja en San Marcos, departamento de San Salvador,
población que había sido afectada por inundaciones en 1922.8 Allí decidió montar su
estudio de pintura, y residía en un galerón prestado por esa misma organización.7También
comenzó a rodearse de artistas e intelectuales de la época, como Serafín Quiteño, Claudia
Lars y Alberto Guerra Trigueros, quien se convertiría en su mejor amigo.6

En medio de la estrechez económica, pero reconocido dentro del ambiente cultural


salvadoreño, publicó su primer libro en 1926: El Cristo negro, el cual recibió buenas
críticas. También realizó una exposición pictórica en la Sociedad de Empleados de
Comercio de San Salvador.9El año siguiente recibió el premio regional de narrativa por
parte del diario El Salvadoreño con la obra El señor de la burbuja, celebrada por varios
intelectuales, entre ellos el guatemalteco Rafael Arévalo Martínez.10

Obras literarias
Literatos como Hugo Lindo y Sergio Ramírez, dividen la obra de Salarrué en dos ámbitos:
la costumbrista y la esotérica. La primera de ellas es la que ha tenido más difusión, gracias
a los libros Trasmallo, Cuentos de cipotes, y especialmente Cuentos de barro de trama
folclórica o reflejo de las duras condiciones del campesino, según el juicio que se haga de
la obra. La otra temática comprende una «cosmópolis teosofal», expuesta en textos como El
señor de la burbuja, Eso y Más y O-Yarkandal, en las que se plasman la relación del bien y
el mal, y de cómo éste desempeña el papel de «redentor» para librar a otros caigan en el
pecado, así como la existencia de experiencias astrales y mundos míticos.7

Sin embargo, el editor Ricardo Roque Baldovinos hace dos importantes valoraciones de la
obra de Salarrué. Una tiene que ver con la diferencia existente entre el costumbrismo
«clásico»,34y el salarrueriano. En aquel, se distingue el lenguaje literario del popular, que
pertenece al pueblo y se caracteriza por ser descuidado, aunque a veces simpático.16
Salarrué, por el contrario, realiza una síntesis de ambos estilos y experimenta con un «juego
estilístico» que toma indistintamente lo culto y lo popular, que termina en una forma de
«dignificar a la gente humilde, de revelarlos dotados de sensibilidad, de capacidad
artística».35

En la otra valoración, Baldovinos señala que las dimensiones costumbristas y esotéricas de


Salarrué, son complementarias. Ambas rechazan tanto el proceso de modernización de la
sociedad salvadoreña derivado del proyecto liberal iniciado en la segunda mitad del siglo
XIX; así como cualquier doctrina política, llámese capitalista o comunista, cuyos intereses
giran alrededor del dinero,36y acaban desintegrando a la comunidad ancestral representada
en la comunidad campesina.37

Por ello, Salarrué se acogió a la Teosofía, como lo hicieron otras figuras latinoamericanas
de la época como Francisco I. Madero o Augusto César Sandino, junto a otras doctrinas
orientales para hacer frente a la «crisis de la sociedad moderna»,38y encontrar en otras
creencias un sentido de la vida diferente al materialista que dominaba la clase política
salvadoreña.39Por eso, también se afirma que para el escritor salvadoreño el arte tenía un
profundo sentido religioso,40que le servía para restablecer el vínculo con el mundo, roto por
el estancamiento impuesto por la cultura occidental.41

Salarrué trabajó en varios campos de la literatura, como el verso, la prosa, y el ensayo; y


especialmente la narrativa en la que abarcó relatos fantásticos, de aventuras y novelas.42Por
los años de publicación de los títulos más reconocidos, parece que dejó de escribir a
principios de los años 1960.43Sin embargo, existe una cantidad no determinada de textos
inéditos, especialmente de su obra lírica y también de ensayos dispersos en periódicos y
revistas, algunos de ellos ya desaparecidos.44Los títulos de Salarrué que abarcan su creación
narrativa más importante comprenden (entre paréntesis el año de publicación definitiva): El
Cristo negro (1926), El señor de la Burbuja (1927), O-Yarkandal (1929), Remontando el
Uluán (1932), Cuentos de barro (1934), Eso y más (1940), Trasmallo (1954), Cuentos de
cipotes (1945/61), La espada y otras narraciones (1962), Íngrimo (1970), La sombra y
otros motivos literarios (1970), La sed de Sling Bader (1971), y Catleya luna (1974).44
Otras publicaciones: Conjeturas en la penumbra (ensayo, 1934); Algunos poemas de
Salarrué (poesía, 1971); y Mundo nomasito: una isla en el cielo (poesía, 1975).

En El Salvador se le considera el narrador más importante entre los escritores de dicho


país;3así como uno de los precursores de la nueva narrativa latinoamericana.24546Su trabajo
no pasó desapercibido en la América Latina, ya que constan cartas intercambiadas y
dedicatorias de libros con personajes de la talla de Juan Rulfo, Claribel Alegría, Miguel
Ángel Asturias, Rogelio Sinán y Mario Monteforte Toledo.47

«No me preocupa que mi obra sea reconocida universalmente. Me interesa que la conozcan
mis paisanos».27

Salarrué.
Obra pictórica
Se afirma que Salarrué se consideraba más un artista plástico que un literato.4143Para el
caso, su regreso de Estados Unidos coincidió con la interrupción de su trabajo literario, y la
razón era que había un ambiente más propicio para exhibir y vender sus pinturas en El
Salvador.43 Para los expertos, las pinturas de Salarrué, a pesar de abarcar una temática
vernácula, lo que ocupa sus trabajos es fundamentalmente la fantasía, un reflejo del mundo
mítico creado en O-Yarkandal y Remontando el Uluán.41De esta manera, existen «puntos
de encuentro» entre su prosa lírica, suntuosa y tropical, y su obra pictórica. 48 Para la crítica
de arte Astrid de Bahamon, Salarrué podría ser «el primer artista latinoamericano cuya
abstracción no es influenciada por las corrientes europeas».41También se dice que antecedió
a la pintura psicodélica de los años 1960.49 Para Camilo Minero, Salarrué era el «más
revolucionario del color».50

Para Ricardo Lindo, quien fue curador de una exposición de la obra de Salarrué en el 2006,
sus creaciones superan cualquier influencia y corresponden más a su propio «mundo
onírico» que de hecho tenía una estructura política, paisajes, costumbres y lenguas.51

«Creo que no hay pintor que no tenga una percepción consciente del mundo astral, porque
el ojo se va haciendo a medida que uno trabaja en la pintura; se va tornando capaz de
percibir el color como lo ve uno directamente en el mundo astral».52

Salarrué.

Legado
El Museo de la Palabra y la Imagen de El Salvador ha resguardado el archivo personal y artístico de
Salarrué desde el año 2005. El acervo del artista comprende 108 piezas de pinturas, bocetos,
dibujos y esculturas; 300 piezas pertenecientes a su esposa Zelié Lardé y sus hijas; registro
fotográfico; y biblioteca personal de 2 000 títulos. Todo el legado fue entregado al Registro
Memoria del Mundo de El Salvador, auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el día 6 de junio de 2013 en un acto que tuvo lugar en
el Palacio Nacional de dicho país,5354para su incorporación oficial el día 25 de noviembre de 2016
durante la decimoséptima reunión anual del Comité Regional para América Latina y el Caribe del
Programa Memoria del Mundo de la Unesco.55
Roque Dalton
Roque Antonio Dalton García (San Salvador, 14 de mayo de 1935-ibíd., 10 de mayo de
1975), nacido Roque Antonio García y mejor conocido como Roque Dalton, fue un
poeta, ensayista, periodista, activista político e intelectual salvadoreño. Aunque no recibió
un título académico, realizó sus estudios superiores en la Universidad de Chile y la
Universidad de El Salvador, en las que estudió Derecho, y también pasó por las aulas de la
Universidad Nacional Autónoma de México. En Chile comenzó a estudiar marxismo y
cuando retornó a su país se convirtió en un inquieto protagonista de la política local.
También se inició en la poesía al integrarse al Círculo Literario Universitario. Para el año
1957 viajó a la Unión Soviética, lo que marcó su militancia política y además se unió al
Partido Comunista Salvadoreño. Su intensa actividad sediciosa provocó que cayera preso
durante el periodo presidencial de José María Lemus.

Para el año 1961, fue expulsado de El Salvador, por lo que inició su exilio en México,
Checoslovaquia, y principalmente en Cuba, donde terminó de forjarse como escritor. Se
involucró en la vida cultural de este país y también recibió instrucción militar tras la
invasión de Bahía Cochinos. Pese a que logró retornar a El Salvador en 1964, terminó preso
y fue sometido a interrogatorio por un agente estadounidense de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA). En 1969, regresó a Cuba y ganó el Premio de Poesía Casa de las
Américas por el libro Taberna y otros lugares.

Tras partir de Cuba, Dalton decidió involucrarse en la lucha armada en El Salvador, por lo
que se integró al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en 1973. En dicha organización,
fue protagonista de una seria polémica interna con el líder Alejandro Rivas Mira, quien se
erigía como un influyente caudillo del grupo armado. Dalton terminó calificado como
«revisionista» y la dirección del ERP decidió su ejecución junto a José Armando Arteaga.1

Recordado por su vida bohemia y una personalidad jovial e irreverente, reflejada en su obra
literaria, tenía como preocupación principal el destino de su propio país, El Salvador; y
pese a que era un conocedor de la teoría marxista, su obra se caracteriza por ser
heterogénea. Se le considera el máximo exponente de la poesía revolucionaria en El
Salvador y uno de los literatos más influyentes de este país; además, se encuentra entre los
mejores representantes de la poesía latinoamericana. De forma póstuma, ha recibido los
reconocimientos de «Hijo Meritísimo» y «Poeta Meritísimo» por parte del estado
salvadoreño, y el doctorado honoris causa de la Universidad de El Salvador.
Biografía
Infancia y juventud

El padre de Roque Dalton fue Winnal Dalton jr., nacido en Tucson, Arizona, Estados
Unidos, en 1894.2 Él provenía de una familia que había caído en la ruina económica, y
abandonó su país probablemente en 1916 con rumbo a la América Central.3 Vivió en
Honduras y posteriormente se trasladó a El Salvador, donde contrajo matrimonio con Aída
Ulloa. En este país se convirtió en un terrateniente y logró relacionarse con la élite local.4

El temperamento irascible era una de las características de Winnal. Precisamente, un


altercado con el banquero Benjamín Bloom por disputas de un préstamo, le mandó al
hospital con heridas de bala por parte de los guardaespaldas del empresario. Mientras
estaba ingresado, conoció a la enfermera María García, con quien acabó en un romance del
que nacería Roque Antonio el 14 de mayo de 1935.56

Roque creció en la casa materna ubicada en la calle 5 de Noviembre de la capital del país,
San Salvador, en la que también había una tienda de nombre «La Royal». Su padre, de
quien se dice no lo reconocería legalmente hasta los diecisiete años,5 le inscribió en el
kindergarten Santa Teresita de Jesús, ubicado en una casa antigua del centro de San
Salvador. Dicha casa de estudios era de educación católica y reservada para familias
pudientes.7 Posteriormente estudió en el colegio Bautista y desde 1946 en el Externado de
San José, otra institución exclusiva y tradicional.8

Ya desde su juventud, Dalton realizaba sus primeros trabajos de poesía y uno de sus
profesores, el sacerdote jesuita Alfonso de María Landarech,9 le animaba para seguirse
educando en la literatura. Por otra parte, no era ajeno a las peleas estudiantiles o
discusiones en partidos de fútbol; de hecho, terminó con su nariz fracturada al recibir un
golpe con un ladrillo de parte de un jugador costarricense por discutir un tiro de penalti. Ese
percance lo dejó plasmado en el poema «No, no siempre fui tan feo».10

Obtuvo el título de Bachiller en 1952, y por su destacado rendimiento académico fue


elegido para dar el discurso en nombre de los estudiantes. Según Claribel Alegría,
aprovechó la ocasión para criticar a las autoridades de la institución por la discriminación a
los hijos naturales y su sumisión ante las familias de los estudiantes de grandes recursos
económicos.11

Viaje a Chile

Al terminar sus estudios de secundaria, Roque se decidió a estudiar Leyes. Su padre le


brindó el apoyo para dirigirse a Chile, y hacia allá viajó en 1953 junto a su madre de quien
se despidió en Panamá. Ya en Santiago, pretendía ingresar a la Universidad Católica, pero
el decano de la facultad de Teología de esa institución le recomendó inscribirse en la
Universidad de Chile que podría venirle mejor para alejarse de la educación católica que
había conocido desde su infancia.12
En la Universidad de Chile, Dalton entró en conocimiento de diversas ideologías,
especialmente la comunista. La experiencia fue muy importante para su vida:

Me puse en contacto con los comunistas, tuve amigos comunistas, y al principio sin saber
que lo eran, luego con un poco más de conciencia, por lo menos di un paso de avance en
Chile y de católico conservador que era pasé a ser un católico progresista, un
socialcristiano; en ese momento, esa corriente de pensamiento en Chile me pareció
sumamente atractiva.13

Además el joven empezó a colaborar en una revista universitaria, y como parte de su


trabajo sostuvo una memorable entrevista con el muralista mexicano Diego Rivera. Sucedió
que en dicho encuentro el artista le preguntó por su filiación política, si había leído sobre
marxismo, así como por su edad, a lo que el salvadoreño respondió que era social cristiano
con dieciocho años de vida y que nunca había leído de esa doctrina. Rivera, sin ambages, le
espetó que tenía dieciocho años «de ser un imbécil» y le echó del lugar. Se dice que pese a
sentirse contrariado por el incidente en un primer momento, Dalton, movido por la
curiosidad, empezó a adentrarse tanto en el marxismo como en la obra del mexicano. 12 Se
sabe también que en este periodo viajó a Buenos Aires y Montevideo.14

Retorno a El Salvador

Tras once meses de estadía en Chile, retornó a El Salvador. Con nuevos instrumentos
ideológicos para conocer la realidad del país, se incorporó a la Universidad de El Salvador
donde ingresó a la Asociación General de Estudiantes Universitarios (AGEUS) en 1954.15
Su padrino político en ese entonces era el historiador Jorge Arias Gómez, dirigente del
Partido Comunista Salvadoreño (PCS).16

En ese tiempo el país era gobernado por el general Óscar Osorio, quien, a pesar de otorgar
cierta apertura democrática, conformaba el estamento militar que había regido al país desde
Maximiliano Hernández Martínez. Por su parte, Dalton comenzó a destacar como activista
estudiantil y articulista defensor de los principios de la AGEUS. Para 1955 colaboraba con
el periódico El Independiente que se convirtió en una tribuna crítica de la realidad del país.
Para el mes de marzo de ese año, y con 19 años de edad, contrajo matrimonio con Aída
Cañas con quien procrearía tres hijos: Roque Antonio, Juan José y Jorge.17

En 1956 se integró al grupo conformado por los literatos Manlio Argueta, José Roberto
Cea, Roberto Armijo y Tirso Canales, entre otros, que tomó por nombre Círculo Literario
Universitario.18 Los trabajos de este grupo aparecerían de forma asidua en el suplemento
Sábados de Diario Latino de Juan Felipe Toruño. Ellos también formaron parte de los
desfiles bufos que ridiculizaban al régimen en turno.19

Ese mismo año Dalton ganó el Premio Centroamericano de Poesía de la universidad con el
trabajo Mía junto a los pájaros, y en el mes de mayo salió publicado el cuento «La espera»
en la revista Letras de Cuscatlán.20 También escribió, junto al guatemalteco Otto René
Castillo, refugiado en El Salvador tras el derrocamiento de Jacobo Árbenz, el poemario Dos
puños por la tierra que ganó el premio Francisco Gavidia.21 Ambos cultivaron una amistad
mutua y se dice que fue Castillo quien le animó a abrazar la militancia comunista.16

En esos años, el poeta hondureño Rafael Paz Paredes dejó una descripción del joven
estudiante:

Roque Dalton tiene 22 años, es delgado, de mediana estatura, ágil, nervioso, de músculos
casi elásticos que vibran y se encrespan continuamente bajo las descargas de su corazón de
poeta [...] escribe poesía, cuentos y crítica literaria. Distribuye el tiempo entre sus estudios
universitarios y su indeclinable vocación de escritor que lo lleva de un lado a otro de la
ciudad, con juvenil y generoso entusiasmo, siempre en busca de alguna tarea que cumplir.22

Viaje a la Unión Soviética

Fotografía del día inaugural del VI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.

A Óscar Osorio le sucedió en la presidencia el teniente coronel José María Lemus. Bajo su
mandato las críticas tanto a su persona como a la cultura tradicional del país arreciaron por
parte de la oposición y los estudiantes. Un medio que representó esta actividad contestataria
fue el periódico La Jodarria en el que Dalton comenzó a redactar sus escritos políticos,
junto a otros personajes del Círculo Universitario.20

Para el año 1957, Roque supo de la celebración en la Unión Soviética (URSS) del VI
Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes por la Paz y la Libertad, por medio de
boletines de la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD) y de la Unión
Internacional de Estudiantes (UIE); por lo que se decidió a realizar el viaje junto a cuatro
acompañantes. Aparte de las dificultades de conseguir el dinero para costear la aventura,
todos ellos sabían las consecuencias por el hecho de visitar al país comunista, tanto en sus
respectivos trabajos como en las mismas relaciones familiares.23

El periplo hacia la Unión Soviética fue dificultoso entre las numerosas escalas y cambios de
trenes. En Checoslovaquia lograron reunirse con otras delegaciones y por fin arribaron al
país de destino el 21 de julio y a Moscú dos días después.
Los salvadoreños tuvieron una intensa participación en el festival. El mismo Dalton dirigió
las palabras de agradecimiento por la calurosa acogida a la delegación, que fueron
transmitidas por Radio Moscú a la América Latina. El grupo asistió a todo tipo de
reuniones científicas y culturales, así como conocieron la vida diaria de la Unión Soviética.
Mientras sus acompañantes partieron a Checoslovaquia una vez concluido el festival,
Dalton permaneció en el país por invitación de la Unión de Escritores de la URSS junto a
otros literatos como Miguel Ángel Asturias —a quien los integrantes del Círculo tenían en
alta estima—19 así como Graham Green. Además tuvo la oportunidad de conocer a Nazim
Hikmet y al argentino Juan Gelman, de quien escuchó un poema que representaba la nueva
corriente latinoamericana. También hizo amistad con el nicaragüense Carlos Fonseca con
quien conversó sobre la unión centroamericana «al nivel popular».24

El viaje a la Unión Soviética determinó que Dalton se incorporase a la militancia política


por entero. Empero, como se había previsto, el retorno a El Salvador terminó siendo
accidentado entre detenciones e interrogatorios en España, Venezuela y Panamá. Ya en su
patria decidió ingresar al PCS ese mismo año de 1957 por intermedio de su amigo Otto
René Castillo, a quien el poeta consideraba un modelo de militante revolucionario.24
Ambos eran de la opinión que no era suficiente ser un «marxista individual para ser
revolucionario», sino «comprometerse organizadamente, ingresar al Partido».24

Se dice que Dalton y otros militantes le dieron vida al PCS en el sentido que lo sacaron del
aislamiento de la vida política salvadoreña, y también enaltecieron el Levantamiento
campesino de 1932 al que algunos comunistas consideraban como un error por su escaso
fundamento en la teoría marxista.24 En cuanto a su actividad literaria, para 1958 ganó el
segundo lugar de los Juegos Florales de San Salvador con la obra Doce poemas.

Actividad política y literaria en El Salvador. Exilio en México

Pese al compromiso político, Dalton, como otros poetas y escritores salvadoreños, hizo de
la actividad política, la poesía y la bohemia una sola cosa. Él mismo destacaba en las
reuniones como un gran conversador, aparte que se distinguía por su buen humor y
comentarios jocosos.25 No era extraño que funcionarios públicos, pintores y artistas se
reunieran todos en un mismo lugar, tal como sucedía en la casa de la poetisa hondureña
Clementina Suárez.24 Además, Dalton frecuentaba al grupo que se reunía alrededor de la
figura de Oswaldo Escobar Velado, de gran actividad intelectual durante el régimen del
general Maximiliano Hernández Martínez; y recibió también el elogio por parte de Pedro
Geoffroy Rivas, otra personalidad admirada de la época y quien le tenía como el mejor de
los poetas que frecuentaban a Escobar Velado.26

En medio de un ambiente político agitado, se unió a la asociación juvenil 5 de Noviembre e


incrementó su colaboración en diferentes medios escritos como Abril y Mayo, Opinión
Estudiantil y Vida Universitaria. Ejerció además como redactor para noticieros de
televisión a cargo de su amigo Álvaro Menen Desleal, con quien compartió travesuras,
borracheras, bromas y riñas, aunque trataban de llevar su trabajo en buen rumbo.27
Esos años eran también de agitación política mundial. En El Salvador se incrementaron las
protestas contra el régimen de José María Lemus, que ya se habían ido gestando desde
1955.28 Pero lo que particularmente ejerció una influencia decisiva en los movimientos
populares fue la Revolución cubana que culminó el 1 de enero de 1959. De hecho, ese
mismo año viajó junto a Menen Desleal a la quinta reunión de consulta cancilleres de la
Organización de Estados Americanos (OEA) que tuvo lugar en Chile, donde fue testigo de
la incomodidad que generaba entre los estados americanos el nuevo estado cubano.29

En tanto, los alzamientos no armados en El Salvador llegaron a un punto álgido tanto en


San Salvador como en Santa Ana y desembocaron en el derrocamiento de Lemus el 26 de
octubre de 1960. Dalton estuvo involucrado en los incidentes. El 14 de diciembre de 1959
había caído preso, tras ser capturado por la policía al participar en el abucheo colectivo de
un desfile oficial de Lemus.25 Su esposa interpuso un recurso de exhibición personal ante la
Corte Suprema de Justicia. De los once que fueron atrapados por la policía junto a Dalton
quedaron liberados nueve, y los dos que se mantuvieron tras las rejas fueron el poeta y el
obrero Carlos Hidalgo. Ambos sostuvieron una huelga de hambre por su libertad. Tras el
proceso legal, Dalton quedó libre el 7 de enero de 1960. Posteriormente decidió avocarse a
la defensa en los tribunales de otros apresados, al darse cuenta que carecían recursos
económicos para hacerse de un abogado. Él mismo llamó a otros estudiantes a través de la
Asociación de Estudiantes de Derecho para que se anotaran en la iniciativa.30

Para marzo de 1960, y mientras se encontraba en Guatemala por invitación de los


estudiantes de la Universidad San Carlos a una semana cultural, volvió a ser apresado esta
vez junto a Roberto Armijo.30 Mientras este fue liberado en el territorio, Dalton terminó
expulsado del país debido a sus antecedentes políticos según comunicado de la secretaría de
comunicación de la presidencia guatemalteca.21 Cuando retornó a El Salvador cayó
capturado nuevamente el 13 de octubre en el departamento de La Paz en presencia de su
esposa. Su paradero permaneció desconocido por varios días e incluso se temió por su
vida.31 Al fin, y tras la presión pública, el gobierno aceptó su arresto, pero también se le
inculpó de varios cargos sin fundamento como un viaje a Chile para preparar un sabotaje, o
el involucramiento en el asesinato del poeta Armando López Muñoz. De hecho, se le
imputaron los delitos de rebelión y sedición por los que podía haber enfrentado la pena de
muerte. Sin embargo, tras el derrocamiento de Lemus en octubre los presos políticos fueron
liberados, entre los que estaba Roque, quien al salir de la cárcel fue recibido con algarabía y
alzado en hombros por el público que le esperaba afuera del recinto.32

Pese a esto, Dalton salió expulsado del país en febrero de 1961, pues sucedió que la
gobernante Junta Cívico Militar había sido depuesta por un Directorio Cívico-Militar de
tendencia conservadora y represiva.33 Gracias a las gestiones del embajador mexicano en El
Salvador, Emilio Calderón Puig, logró asentarse en México29 donde viajó junto a Alejandro
Castrorrivas que se convirtió en su secretario personal. En este país publicó el libro La
ventana en el rostro con prólogo de Mauricio de la Selva en el que se hace mención de la
afirmación de Asturias que consideraba a Dalton entre los tres mejores poetas jóvenes con
que contaba Centroamérica.34 Inició además estudios de Antropología en la Universidad
Nacional Autónoma, y este conocimiento académico aportaría a una parte prehispánica del
poemario Los testimonios (1964). Asimismo, en México conoció a personalidades como
León Felipe, Salomón de la Selva, Efraín Huerta, Margarita Paz Paredes y Eraclio
Zepeda;3536 aunque su estadía era seguida de cerca por la Dirección Federal de Seguridad.37

Exilio en Cuba

Roque Dalton como representante del país en la Conferencia de los Pueblos en La Habana, 1962.

En los primeros años de su exilio el poeta viajó a Cuba por breve tiempo. En 1962 se
trasladó nuevamente para asistir a la Conferencia de los Pueblos como delegado
salvadoreño, y se quedó viviendo en La Habana por un año. En este país terminó de
formarse como escritor:

Como poeta, fue en Cuba donde adquirí conciencia de lo que significa escribir en serio, de
ser (para emplear una palabra ya vieja) un escritor profesional, alguien que escoge la
literatura como oficio.35

En el país caribeño trabajó además en la Radio Habana Cuba, Casa de las Américas y en la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Por su amistad con Fayad Jamís, colaboró en el
periódico Hoy y también publicó la obra El mar en la editorial La Tertulia. También se dio
tiempo para relacionarse con los trabajadores de la zafra cubana. El mexicano Eraclio
Zepeda, quien le conoció en ese tiempo, le describía de esta forma:

Esta primera larga estancia en Cuba [...] fue para Roque Dalton una viva academia.
Aprendió e inventó muy diferentes áreas del interés humano. Es sin duda el hombre más
vital que yo haya conocido: gran poeta y excelente centro delantero en el fútbol, serio
estudioso de materias militares y excelente bailarín de mambos, cuidadoso investigador de
historia y bebedor de trago largo y risa pronta en los sitios más inauditos de La Habana;
comentarista de muy serios asuntos en la radio y dueño de la más amplia colección de
cuentos para reír que yo recuerde...35

Otra de las actividades que había ocupado el tiempo de Dalton en Cuba, junto a
Castrorrivas, fue el adiestramiento militar en 1961. Esa era una labor que formaba parte de
la estrategia del PCS para la lucha armada, aparte de apoyar a la isla contra cualquier
invasión desde los Estados Unidos como la ocurrida en Bahía de Cochinos. Sin embargo, el
mismo Castrorrivas fue testigo de la ineptitud del poeta para dichas tareas.38 Por el
contrario, existe la versión que debido a su aplicación durante la instrucción logró ser
entrenado para convertirse en agente de la Dirección General de Inteligencia cubana
(DGI).39 Por otra parte, su trabajo literario se volvía infatigable: en 1963 ganó una mención
honorífica por parte de Casa de las Américas con el poemario El turno del ofendido35 y
salió a la luz su monografía El Salvador. Además conoció en Cuba a su hermana por parte
de padre, Margarita Dalton.

El año 1964 retornó a El Salvador, pero cayó capturado por la policía. En ese lapso no
reportó ninguna actividad a la DGI y acabó expulsado del territorio.39 Retornó en junio y
volvió a caer preso el 4 de septiembre mientras departía en un bar con otros amigos.39 Fue
trasladado a Cojutepeque y sometido a interrogatorio en el que intervino el agente de la
CIA Harold F. Swenson, quien le cuestionó sobre sus vínculos con Cuba y de paso le
propuso trabajar como espía para la agencia, pero el poeta se negó.39

Las largas jornadas se extendieron incluso en la casa de un militar salvadoreño en un


ambiente más relajado pero sin provecho alguno para Swenson, pese a que Dalton fue
careado con un desertor cubano de la DGI. El poeta, quizás alargando el tiempo para que
afuera de la cárcel se pidiera por su liberación, negaba cualquier vínculo con el gobierno
cubano. Se envió nuevamente a Cojutepeque, de donde, según contó a la prensa
salvadoreña, el 25 de octubre se escapó «aprovechando una debilidad en la pared de mi
celda ocasionada por temblores y trabajos de construcción en las cercanías», después llegó
por su cuenta a San Salvador.39 La versión de Castrorrivas, muy por el contrario, aseguraba
que salió por intermediación del antropólogo Geoffroy Rivas.394041

Pese a que pudo escabullirse a Guatemala fue atrapado por los agentes de seguridad de este
país quienes le trasladaron a la frontera con México, donde, casi en harapos, también fue
sometido a interrogatorio.41 Al lograr retornar a Cuba, fungió como parte de consejo de
colaboración de Casa de las Américas.

En Checoslovaquia

El año 1965 se trasladó a Checoslovaquia. Allí ejerció como representante del PCS ante el
Consejo de Redacción de la Revista Internacional, órgano de difusión de los partidos
comunistas a nivel mundial; y también se instalaría en Praga junto a su esposa y sus tres
hijos. De acuerdo a Jorge Arias Gómez, quien le visitó en ese tiempo, la familia vivía en
estrechez económica por el modesto salario que recibía Dalton. Aparte de esto, el poeta fue
vapuleado tras ser objeto de un asalto que le dejó con graves lesiones.41

En Checoslovaquia conoció al sindicalista salvadoreño Miguel Mármol, y fruto de sus


conversaciones surgió el libro Miguel Mármol. Los sucesos de 1932 en El Salvador. En
1967 se enteró de la muerte de Ernesto Guevara, de quien escribió:

Su desaparición física es un hecho irreparable para el cual no debemos escatimar lágrimas


de hombres y revolucionarios; la actitud fundamental a que nos obliga su actual
inmortalidad histórica es la de hacernos verdaderamente dignos de su ejemplar
revolucionario.42
De vuelta en Cuba

Roque Dalton (derecha) junto a Heberto Padilla en La Habana.

Mientras se encontraba en México en el año 1968, a Roque le indignó la invasión del


ejército soviético a Checoslovaquia; por lo que esperaba una condena de parte del
Secretario General del Partido Comunista de Cuba, Fidel Castro, lo que no ocurrió.43 Ese
año regresó a Cuba donde pidió su separación del PCS, partido que se encontraba en crisis
interna por la deserción de militantes que posteriormente se sumarían a la lucha armada.44
También dedicó su tiempo a las actividades literarias: publicó una selección de cuentos de
Salarrué y la Editorial Universitaria de la Universidad de El Salvador, dirigida por Ítalo
López Vallecillos, imprimió la antología Poemas lo que se considera la primera
consagración de su obra en el país.45 Además escribió junto a Nina Serrano la obra
producida para la televisión cubana Dalton y cía donde tienen protagonismo los «hermanos
Dalton», personajes que engendraron varios mitos sobre los ancestros del poeta.46

Para 1969 su libro Taberna y otros lugares, el más celebrado por los críticos de su obra,47
ganó el Premio de Poesía de Casa de las Américas. Para este tiempo había cambiado su
admiración por Miguel Ángel Asturias, al acusarlo de traición junto a otros intelectuales de
izquierda por haber aceptado el cargo de embajador durante el gobierno de Julio César
Méndez Montenegro.48

La vida intelectual en la isla se volvió intensa. Vivía en el barrio El Vedado de la ciudad de


La Habana, cerca de la sede de Casa de las Américas. En esos años logró terminar su obra
Un libro rojo para Lenin y Las historias prohibidas del pulgarcito. Sin embargo, crecía el
dilema personal de incorporarse al proceso revolucionario en su país o dedicarse a su
trabajo literario.49
Obra

Imagen tomada en Praga por el fotógrafo cubano Salvador Corratgé.

Para Luis Melgar Brizuela, el estudio de la poesía de Roque Dalton es un «reto mayúsculo
[...] por lo amplio y desigual de su obra».73 Pese a todo, y como conocedor de su obra,
distingue tres grandes periodos: El primer Dalton de los años 1956-1964, donde resalta la
influencia de Pablo Neruda, y los temas que rondan «el indigenismo, lo lírico-social, lo
erótico autobiográfico, lo político, la melancolía y la muerte...»74 En esa etapa, recibió
también influencia de Pedro Geoffroy Rivas y César Vallejo, y para Rafael Lara Martínez
«el contenido ético de su poesía lo justifica en nombre de Miguel Ángel Asturias». 75 Los
trabajos representativos son La ventana en el rostro, El turno del ofendido y Los
testimonios.

El segundo Dalton (1965-1971) es el periodo de plenitud poética con versos libres más
«desbordados y un mayor prosaísmo». Hay un predominio de «la ironía, la metonimia y la
antítesis», y se caracteriza por el «humor, la autoburla, la irreverencia rayana en blasfemia,
la crítica dura, el erotismo, y el sentido sacrificial que el poeta prevé para sí mismo», así
como el conflicto interno entre cristianismo y marxismo. Coincide con su etapa más intensa
de militante y escritor, con la ruptura con el Partido Comunista Salvadoreño y Casa de las
Américas. Aquí sus ideas son más radicales, pues la lucha armada es la única opción «para
hacer realidad el proyecto socialista en Latinoamérica». Obras de estos años son Taberna y
otros lugares, El amor me cae más mal que la primavera, Un libro levemente odioso y Los
hongos.74 Para Lara Martínez, ya con El turno del ofendido, Dalton había renegado de su
«pasado nerudiano» y se hace parte del «credo poético del peruano César Vallejo».7476
En el tercer Dalton (1971-1975) existió mayor radicalidad política, un retorno al «verso
libre convencional», de «mayor narratividad, y de dialogía y teatralidad media», y una
«preocupación mayor por el testimonialismo, con cierto énfasis en la cultura nacional
popular», aunque pierde sus «valores estéticos por exceso de ideología y de pragmatismo
político».77 De esta época son los poemarios: Un libro rojo para Lenin, Las historias
prohibidas del pulgarcito y Poemas clandestinos.74

Toda esa complejidad demuestra, por tanto, que pese a estar alineado con el marxismo,
hasta el punto que Regis Debray afirmó que era «uno de los mejores conocedores de la
historia del marxismo internacional y, en particular, latinoamericano»,78 la obra de Dalton
se considera heterodoxa; de hecho se afirma que nunca se apartó del cristianismo. Su
temática, por tanto, abarca «la muerte, la figura de Cristo, lo indígena, el amor, la bohemia,
la metapoética, la risa», y su «obsesión central» es la búsqueda de la transformación de su
país, El Salvador.77

Tras la consecución del Premio Casa de las Américas en 1969, el escritor y poeta uruguayo
Mario Benedetti realizó una esclarecedora entrevista a Roque Dalton que apareció en la
revista Marcha, en la que dejó plasmada los principios ideológicos y políticos que guiaron
su obra. Especialmente, se destaca un fragmento acerca de su compromiso político y su
trabajo literario:65

Mario Benedetti: Por los fragmentos que conozco de tu libro, y por lo que ahora me
cuentas, veo que podría ser considerado como poesía comprometida. Ahora bien, ¿qué
sentido le das al compromiso?
Roque Dalton: Me parece que para nosotros latinoamericanos ha llegado el momento de
estructurar lo mejor posible el problema del compromiso. En mi caso particular, considero
que todo lo que escribo está comprometido con una manera de ver la literatura y la vida a
partir de nuestra más importante labor como hombres: la lucha por la liberación de nuestros
pueblos. Sin embargo, no debemos dejar que este concepto se convierta en algo abstracto.
Yo creo que está ligado con una vía concreta de la revolución, y que esa vía es la lucha
armada. A este nivel, entiendo que nuestro compromiso es irreductible, y que todos los
otros niveles del compromiso teórico y metodológico de la literatura con el marxismo, con
el humanismo, con el futuro, con la dignidad del hombre, etc., deben discutirse y ampliarse,
a fin de aclararlos para quienes van a realizar prácticamente ese compromiso en su obra y
en su vida; pero en nosotros, escritores latinoamericanos que pretendemos ser
revolucionarios, el problema del compromiso de nuestra literatura debe concretarse hacia
una determinada forma de lucha.

En ese encuentro, también dejó constancia de los literatos que habían ejercido una
importante influencia en su obra, entre ellos destacó a César Vallejo, Henri Michaux,
Jacques Prevert, Saint-John Perse, T. S. Eliot, y Ezra Pound, y dio crédito además a otros
géneros como el cuento, el cine y novela, entre cuyos autores mencionó a William Faulkner
y Ernest Hemingway.65

Desde su exilio en México, Dalton se convirtió en el autor más conocido de El Salvador, y


era considerado el líder de su generación: el «más audaz en términos estéticos y políticos»,
y por tanto muy polémico.79 Dalton se ha considerado el máximo exponente de la poesía
social revolucionaria en El Salvador,80 el autor de una de las producciones literarias más
influyentes en la segunda mitad del siglo XX en este mismo país;81 y una figura entre los
mejores representantes de la poesía en Latinoamérica.8283

Desde los años setenta, años previos al estallido de la guerra civil salvadoreña, la leyenda
alrededor de la vida de Dalton comenzó a gestarse, pero al mismo tiempo su obra también
fue proscrita del país. Una vez finalizada la Guerra Fría, sus creaciones vieron nuevamente
la luz y no escapó de convertirse en un «producto más de consumo».81 Sin embargo, no han
faltado las investigaciones y reimpresiones de sus trabajos, entre los que se destacan la
antología En la humedad del secreto de Rafael Lara Martínez de 1994; el primer esbozo
biográfico: El ciervo perseguido de Luis Alvarenga, de 2002, y la recopilación de la poesía
completa en tres tomos No pronuncies mi nombre, que fueron editados por el Consejo
Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura) en el 2005.

Libros publicados:

 Mía junto a los pájaros, plaquette, San Salvador, 1957.


 La ventana en el rostro, poesía, Ediciones de Andrea, México, 1962.
 El turno del ofendido, poésía Casa de las Américas, La Habana, 1962.
 El mar. Variaciones, poesía, Ediciones La Tertulia, La Habana, 1962.
 El Salvador, monografía, Casa de las Américas, La Habana, 1963.
 César Vallejo, Cuadernos de la Casa de las Américas, La Habana, 1963.
 Los testimonios, poesía, Ediciones Unión, La Habana, 1964.
 Taberna y otros lugares, Casa de las Américas, La Habana, 1969.
 Miguel Mármol. Los sucesos de 1932 en El Salvador, testimonio, Editorial Universitaria
Centroamericana, Costa Rica, 1972.
 Pobrecito poeta que era yo..., novela, Editorial Universitaria Centroamericana, Costa Rica,
1975.
 Poemas clandestinos, El Salvador, 1975 (Universidad Autónoma de Puebla, México, 1980).
 Las historias prohibidas del Pulgarcito, Siglo XXI, México, 1974.
 Un libro levemente odioso, con prólogo de Elena Poniatowska, La Letra Editores, México
D.F., 1988.
 Un libro rojo para Lenin, Editorial Nueva Nicaragua, Managua, 1986.
 Últimos poemas, Nuestra América, Buenos Aires, 2005.
Claudia Lars
Margarita del Carmen Brannon Vega, conocida por su seudónimo Claudia Lars
(Armenia, 20 de diciembre de 1889-San Salvador, 22 de julio de 1974), fue una poetisa
salvadoreña. Su obra es considerada de un depurado lirismo y destaca por su dominio de la
métrica.1

Primeros años
Sus padres fueron el ingeniero estadounidense de origen irlandés Peter Patrick Brannon y la
salvadoreña Manuela Vega Zelayandía. Durante su infancia fue amiga de Consuelo Suncín,
quien se casaría con Antoine de Saint-Exupéry. Inició su educación en su propio hogar, a
cargo de la educadora Mercedes Mendoza, y posteriormente estudió en el Colegio de La
Asunción de la ciudad de Santa Ana. En su adolescencia, y gracias al general Juan José
Cañas, logró que un cuadernillo de poemas de su autoría fuera publicado con el nombre
Tristes mirajes. No se conserva ninguna copia del mismo.2 Asimismo, inició una relación
sentimental con el poeta nicaragüense Salomón de la Selva en 1919, pero sus padres
rompieron la relación3 y enviaron a la joven a Estados Unidos, donde conoció a Le Roy
Beers, su primer esposo. En el país enseñó castellano en la Escuela Berlitz de Brooklyn.

Viajes y publicaciones
Claudia Lars regresó a El Salvador junto a su esposo en 1927 al haber sido nombrado el
señor Beers cónsul de Estados Unidos, y ese mismo año la escritora dio a luz a su único
hijo, Leroy Beers Brannon. Al mismo tiempo, departió con los intelectuales de la época,
entre ellos Salarrué, Alberto Guerra Trigueros, Serafín Quiteño y Alberto Masferrer. En
1933 comenzó a usar el seudónimo Claudia Lars.5 Publicó el libro Estrellas en el Pozo en
1934 y también participó en programas líricos radiofónicos para público infantil. De igual
manera, colaboró en la Página de los niños de El Diario de Hoy.
A inicios de la siguiente década, Claudia Lars obtuvo el segundo lugar de los Juegos
Florales de la Feria Novembrina en Guatemala, realizado en 1941, gracias a su obra
Sonetos del arcángel. También serían publicadas algunas de sus creaciones como La casa
de vidrio (Santiago de Chile, 1942), Romances de Norte y Sur (1946), Sonetos y Ciudad
bajo mi voz (1947), ganadora del certamen conmemorativo del IV Centenario del título de
Ciudad de San Salvador. En estos años, Lars, como agregada cultural de la embajada de El
Salvador, partió hacia Guatemala en 1948, donde conoció a su segundo esposo, Carlos
Samayoa Chinchilla, de quien se divorciaría en 1967. Antes de contraer nupcias, trabajó
empacando duraznos en Estados Unidos, traduciendo historietas para Walt Disney y
colaborando para periódicos antifascistas salvadoreños.y era una vendedora de tamales de 5
centavos

Últimos años
De regreso a El Salvador, trabajó en el Departamento Editorial del Ministerio de Cultura
(actual Dirección de Publicaciones e Impresos) donde dirigió la revista Cultura.
Publicaciones de esta época fueron: Donde llegan los pasos (1953), Escuela de pájaros
(1955), Fábula de una verdad (1959) y las memorias Tierra de infancia.

Otras obras suyas resultaron galardonadas en los años siguientes, tales como Sobre el ángel
y el hombre, segundo lugar del Certamen Nacional de cultura de 1962, y Del fino
amanecer, primer premio compartido de los Juegos Florales de Quezaltenango en 1965.
Asimismo, una recopilación de su obra fue elaborada por Matilde Elena López con el
nombre Obras escogidas. Antes de su muerte obtuvo un doctorado Honoris Causa de la
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, siendo además distinguida con la Orden
José Matías Delgado.5

De manera póstuma sería divulgada Poesía última, impresa por la Editorial Universitaria, y
también David Escobar Galindo elaboró Sus mejores poemas, editada por la Dirección de
Publicaciones en 1976. En 1999, en conmemoración del centenario de su nacimiento, el
Consejo Nacional para la Cultura y el Arte publicó dos volúmenes de su Poesía Completa,
recopilada por Carmen González Huguet.Y se dieron cuenta que era un hombre

Algunas obras

Tumba de Claudia Lars en el cementerio de los Ilustres en San Salvador.


 Estrellas en el Pozo (1934).
 Canción redonda (1937).
 La casa de vidrio (1942).
 Romances de Norte y Sur (1946).
 Sonetos (1946).
 Ciudad bajo mi voz (1946).
 Donde llegan los pasos (1953).
 Escuela de pájaros (1955).
 Fábula de una Verdad (1959).
 Tierra de Infancia (1959).
 Presencia en el Tiempo (1960).
 Girasol (1962).
 Sobre el ángel y el hombre (1962).
 Del fino amanecer (1964).
 Nuestro pulsante mundo (apuntes sobre una nueva edad) (1969).
 Obras escogidas (1973).
 Poesía última (1975).

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