RELACIÓN MÉDICO- PACIENTE
La relación óptima consiste en el ejercicio de cuatro actividades esenciales
que se traducen en:
· LA BENEVOLENCIA: Se es amigo queriendo el bien del otro.
· LA BENEDICENCIA: Se es amigo hablando bien del otro, en la medida en
que puede hacerse sin mentir.
· LA BENEFICENCIA: Se es amigo haciendo el bien a otro. Aceptándolo
realmente como lo que es o ayudándole delicadamente y sutilmente a que
sea lo que debe ser, coadyuvar a ser persona no sólo en la enfermedad sino
en la terminalidad (muerte digna).
· LA BENEFIDENCIA: Compartir con él algo que me pertenece íntimamente a
mí, en cuanto se convierte en “confidencia”.
DEFINICIÓN:
Se podría decir que es la piedra angular de la práctica médica junto con la
exploración física de un paciente. Esto es, la capacidad que tiene el paciente,
el familiar del paciente, de exponer detalladamente la causa que motivara la
consulta y, por otra parte, el arte del médico de poder obtener la información
necesaria para poder llegar junto con la exploración física a un diagnóstico
de certeza para posteriormente iniciar un tratamiento adecuado.
Por relación médico-paciente se entiende aquella interacción que se establece
entre el médico y el paciente con el fin de devolverle a éste la salud, aliviar
su padecimiento y prevenir la enfermedad.
PRINCIPIOS BÁSICOS EN LA RELACIÓN MEDICO-PACIENTE
Como fuera postulado por Beauchamp y Childress, la relación entre médico y
paciente en cualquiera de sus modelos, se basa en cuatro principios
fundamentales, cuyo respeto permite transformar este encuentro en un
puente ético que une el querer, o poder hacer, con el deber.
los cuatro principios éticos fundamentales son la autonomía, la beneficencia,
la no maleficencia y la justicia. Íntimamente ligados a ellos existen otros
principios, como el respeto a la intimidad, la confidencialidad (secreto
médico) y la veracidad, también básicos en la relación con el enfermo.
Se puede señalar que los tres últimos principios postulados por Beauchamp
y Childress, ya existían y se respetaban desde la época de la medicina
hipocrática y están contenidos en el Juramento Hipocrático, siendo por
consiguiente la autonomía, la que en los últimos treinta años ha introducido
la variedad, desde una relación vertical y paternalista, hacia una más
horizontal y autonomista.
Mediante esta autonomía el enfermo busca ayuda para su enfermedad, desea
ser beneficiado (beneficencia), no ser dañado (no maleficencia), que se le
trate con equidad (justicia), se respete su intimidad, se resguarde la
información que nos proporciona y se le comunique la verdad.
En conclusión, desea que se le informe de su enfermedad y de las alternativas
a seguir, para poder tener la opción de asentir, modificar o rechazar lo
propuesto por el médico. Se constituye así lo que conocemos como
consentimiento informado.
CARACTERÍSTICAS DE LA RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE
Participante
Los participantes son el medico y el enfermo. El enfermo con sus
características específicas según su personalidad, nivel cultural y tipo
de enfermedad que presenta. Para la parte medica idealmente, debe
ser maduro y preocuparse por su prestigio profesional ya que ambos
desempeñan papeles de extraordinaria importancia en la relación que
nos ocupa.
Objetivos Perseguidos
El paciente es movido, en primer lugar por el deseo de curarse y
aliviarse, y en segundo termino, por saber que tiene y cual será su
pronostico y su meta esencial es buscar ayuda medica; mientras que
el medico persigue establecer una buena relación que le permita recibir
la información adecuada para diagnosticar y curar, aunque otras veces
persiguen prevenir, investigar y rehabilitar. Su objetivo principal, por
lo tanto, es ofrecer su ayuda médica de forma adecuada.
Estado Afectivo Y Mecanismos Psicológicos En Los Participantes
Por norma, la enfermedad es una importante generadora de
inseguridad, ansiedad y tristeza, y muchas veces determina en los
pacientes comportamientos que corresponderían a etapas ya
superadas de la vida.
Al medico, por lo general, tienen un buen estado afectivo, sobre todo
si aprende a dejar sus problemas fuera del consultorio
Posición En La Relación
En la mayoría de los casos, el paciente, ubica al medico en un plano de
superioridad, producto del desarrollo técnico y del papel que le toca
desempeñar al facultativo en la relación, por lo que el primero se
coloca, de forma automática en el nivel de inferioridad, lo que
determina, en ocasiones, dificultades importante, ya que al sentir
inferioridad equivale a reaccionar con hostilidad.
Resistencias O Defensas De La Autoestima
Estos mecanismos voluntarios orientados a proteger el prestigio del
paciente y que impiden la comunicación de elementos que afecten sus
valores como persona, constituyen, en la mayoría de los casos
obstáculos importantes para lograrlos objetivos médicos ya que
imposibilitan la transmisión de los datos fundamentales para el
diagnóstico y el tratamiento.
Comunicación
La comunicación sigue tres vías fundamentales en esta relación: la ve
dad, a través de la palabra escrita o hablada; la extra verbal, mediante
la expresión facial, gestos y modulaciones de la voz; y la instrumental,
mediante la exploración con equipos médicos.
NATURALEZA DE LA RELACIÓN: MODELOS DE LA RELACIÓN MÉDICO-
PACIENTE
Para que un modelo de relación médico-paciente se acerque más a una
relación de equilibrio entre la confianza que el paciente otorga al médico
tratante y su capacidad de tomar decisiones tras haber sido informado, ha de
proveer las bases para que se establezca un diálogo entre el médico y el
paciente y una relación de mutua confianza, desinteresada.
En circunstancias ordinarias, el tomar decisiones es tarea de ambos, médico
y paciente, respetando siempre la integridad de la persona. El médico toma
decisiones por y con el paciente, no en lugar del paciente.
Sin embargo, lo que sucede en la mayoría de los modelos de actuación en la
relación médico-paciente es precisamente lo contrario.
Son varios los modelos que encontramos hoy en la literatura sobre la relación
médico-paciente. Pero solo hablaremos de los más relevantes:
MODELO HIPOCRÁTICO
Se cree que es Hipócrates el fundador de este modelo de carácter
paternalista, seguramente el más antiguo, pero todavía vigente en la relación
que mantienen muchos médicos con sus pacientes. En este modelo, el médico
se esfuerza en determinar lo que es lo mejor para el paciente, prescindiendo
del paciente mismo, esto es, sin que este intervenga en la decisión. El médico,
presuponiendo que es quien más sabe sobre la enfermedad del paciente,
entabla con él una relación paternalista, en la que implícitamente retiene que
lo mejor para el paciente es que no intervenga en la toma de decisiones,
debido a la ignorancia sobre su caso. Se supone que el paciente estará
agradecido por las decisiones tomadas por el médico aun cuando no esté de
acuerdo en el momento de la decisión. El médico, por otro lado, y aquí está
el carácter paternalista, determinará las mejores pruebas y tratamientos que
restaurarán la salud del paciente o aliviarán su dolor e, incluso, le informará
para que acepte, pero prescindiendo de su consentimiento.
En este modelo de relación, desaparece el principio de autonomía del
paciente. Al paciente se le trata como a alguien que no tiene capacidad de
autonomía en lo que se refiere al uso de su razón para tomar decisiones. Se
tiene en cuenta la vulnerabilidad del paciente en sentido equivocado; en vez
de ayudarle para qué tome decisiones se prescinde de él por creer que en
medicina quien más sabe es el médico y que la opinión del paciente es
superflua. Sus opiniones no cuentan y, peor aún, no cuenta lo que está detrás
de esas opiniones: sus motivaciones, lo que es importante para él, sus
temores y frustraciones.
MODELO TECNOLÓGICO
Este modelo surge del poder tecnológico de la biología y medicina modernas.
Se ve al paciente solo desde el punto de vista de su carne, como si fuera solo
un conjunto de órganos, tejidos, huesos, nervios, etc. y no una persona, un
ser espiritual. Se confía todo al poder de la técnica y se deja a un lado a la
persona.
El médico se enfoca más en la enfermedad o psicopatología que en la persona
que la tiene.
En este modelo tecnológico, se miran solo los aspectos fisiológicos del
problema y se ignoran las personas con todos sus valores psicológicos y
espirituales.
MODELO LEGAL
Este modelo se caracteriza porque el médico y el paciente firman un contrato
legal de común acuerdo, que limita la naturaleza de la relación.
Cuando no hay confianza, la relación médico-paciente queda circunscrita al
campo de lo jurídico: cumplir un contrato y protegerse de conflictos legales,
dejando a un lado la relación de persona a persona. Se podría llegar a la
situación absurda de no intervenir en una situación de urgencia y gravedad
por no tener conocimiento cierto de la póliza de aseguración del paciente a
efecto del contrato legal para dicha intervención.
La falta de confianza entre el médico y el paciente es mutua. La pérdida de
confianza en el médico y el distanciamiento de este con el paciente
constituyen la razón fundamental por la que se habla hoy día de
deshumanización de la medicina.
MODELO COMERCIAL
En este modelo, el médico es un agente comercial, el paciente es un
consumista de la medicina cuya autonomía en esta relación es absoluta, y la
medicina, como consecuencia, queda sujeta a la economía de mercado.
El médico es solo un asistente técnico que proporciona todos los detalles
posibles de las alternativas de tratamiento, pero es el paciente el que con sus
valores y sus juicios toma las decisiones, sin que importe el juicio del médico.
La competencia del médico se asegura, porque se trata de un buen negocio.
Una medicina que se guía por la economía de mercado difícilmente se sujeta
a las reglas de la ética, sino más bien a las fuerzas que regulan la economía.
Se asume que el paciente siempre sabe exactamente lo que siente y lo que
quiere.
MODELO DE ALIANZA
Bajo el modelo de alianza, la relación médico-paciente consiste
fundamentalmente en la confianza que el paciente deposita en la conciencia
del médico. El médico elucida los valores del paciente y lo que realmente
quiere y le ayudar a seleccionar la intervención médica que esté en
consonancia con los valores del paciente, que tienen relación con su cuerpo,
su alma y su espíritu. No se trata de una relación de igual a igual. La relación
se basa en el voto de confianza que el paciente le da al médico. El médico
actúa por beneficencia buscando el bien del paciente.
El principio arquitectónico de la medicina es el bien del paciente. El médico
tiene la obligación de proveer al paciente de la información sobre la
naturaleza de su condición y de los riesgos y beneficios de posibles
intervenciones y de asistir al paciente en la elucidación y articulación de sus
valores y en determinar la intervención médica que se adecue a esos valores.
El médico actúa como consejero, el paciente es el que toma la decisión. Se
valúa la autonomía del paciente.
El médico no puede manipular, forzar o engañar al paciente en la toma de
decisiones. Hay que entender tanto el problema médico como la persona que
se halla detrás de los síntomas, con su carácter, su tipo de educación y sus
características familiares.
COMUNICACIÓN EN LA RELACIÓN MÉDICO - PACIENTE:
La comunicación es primordial en cualquier comunidad porque todos
tenemos necesidad de compartir lo que sabemos, pensamos o sentimos.
Una comunicación deficiente es la causa más citada de conflicto
interpersonal. La práctica médica, desde sus orígenes, ha estado muy
estrechamente vinculada con la comunicación interpersonal y el desarrollo
de habilidades clínicas. En la base de la atención a la salud se encuentra la
interacción humana entre un paciente, una familia o una comunidad, y su
médico y/o enfermera como representantes del equipo de salud. El objetivo
que nos hemos propuesto con el presente trabajo es actualizar el
conocimiento acerca de la importancia del dominio de la comunicación como
requisito indispensable para lograr un desempeño exitoso en la práctica de
la medicina, mediante la revisión de la literatura y trabajos científicos
relacionados con esta temática. La orientación y tendencia de las
investigaciones en la bibliografía consultada destacan como uno de los
principales factores que favorece la relación médico-paciente, el
establecimiento de una adecuada empatía