Trabajo Filosofía Antigua
Prof.: Jorge Mittelmann Fecha: 28 de junio de 2013
Alumno: Clemente Cox
Tema: Comentario sobre el “salto mortal parmenídeo”.
En primer lugar, quiero aclarar cuál es el tema del que trataremos en este
acotado escrito. Los fragmentos del poema de Parménides hablan en varios casos de
bi-condicionales en el orden de la posibilidad, como mostraremos más adelante. El
“salto mortal parmenídeo”, al cual nos referimos en clases, viene a ser una afirmación
absoluta de tipo ontológico en donde, luego de ciertos análisis de premisas, se
concluye que el carácter concebible de un objeto da condiciones para afirmar la
existencia efectiva de ese objeto. Es decir, no se trata ahora de una posibilidad que
implica otra posibilidad, sino de una posibilidad que implica existencia del objeto de
investigación.
Expondré a continuación las premisas implicadas en el caso (numeradas según
el orden dado en clases):
(4) Si A puede pensar en O, O puede existir.
(10) Si A puede mencionar O, O puede existir.
(12) Si O no existe, O no puede existir.
[“¬Q implica ¬P”, equivalente a “P implica Q”; por contraposición:
(12)’ Si O puede existir, O existe]
Por lo tanto:
(6) Si A puede mencionar O, o A puede pensar O, entonces O existe.
En clases mencionamos la existencia de dos lecturas de la premisa (12), una de
las cuales permite entender a cabalidad la premisa (6).
Aunque parezca obvio, hemos de mencionar que Parménides parte de la base
de que todos admitimos que lo que no existe no existe. La primera acepción, más
intuitiva, la podemos formular así: “necesariamente, si O no existe, no existe”. Lo
anterior es confirmar, sin ir más lejos, que lo que no existe no existe.
La segunda lectura es mucho más radical y contra-intuitiva, aunque de lógica
implacable en el esquema del eléata. La enunciamos de la siguiente manera: “si O no
existe, necesariamente O no existe”. Aquí, se dice que si una cosa no existe, no es
posible que ella exista.
La lectura que permite llegar a (6) es la segunda. En esta acepción, inexistencia
e imposibilidad se funden, lo cual, en la contraposición, significa que posibilidad y
existencia son lo mismo. Y este pensamiento es el que permite (6), en el que se da una
completa identificación con aquel fragmento representativo de Parménides, que en
cierta manera es la frase síntesis de su pensamiento: “Pues lo mismo es (para) pensar
y (para) ser”. (B3, en traducción de Gómez Lobos) Como indica este académico
chileno, la correcta interpretación de B3 es que aquello sobre lo cual recae el
pensar es lo mismo sobre lo que recae la existencia. Con una comprensión
correcta de lo anterior, vemos la relación directa y consistente con (6). La diosa no
quiere decir que “si A piensa O, O existe”. Esta sería una interpretación simplista de
Parménides como idealista “puro”, lo cual, a mi parecer es falso. Sobre esto me referiré
un poco más adelante. La diosa quiere decir, más bien, que “lo que no es, es
impensable”. Y esto es precisamente lo que entendemos según el análisis de las
premisas enunciadas al comienzo.
Pero aún queda un tema por aclarar. Aunque el valor de verdad de la premisa
(6) no aparece con claridad, debemos entender otro aspecto del pensamiento de
Parménides; aspecto que tratamos en clases al hablar sobre los atributos de “lo que
es”, y que, en mi opinión, clarifica su concepción sobre la existencia y el pensamiento.
En el poema, se menciona que “lo que es” no puede haberse generado, no comenzó a
ser. Aquello es absurdo según Parménides, y lo argumentamos en detalle aludiendo al
principio de razón suficiente: no hay razón para que comenzara a existir en un
momento o en otro; por lo tanto, existe desde siempre o no existe y no se generará. Al
pensamiento anterior, quiero añadir una consideración de la colección de Los
Filósofos Presocráticos de la Biblioteca Gredos, en Obras I, al referirse a Parménides:
“Y el caso es que Parménides considera el Todo, antes que una pluralidad organizada
en “cosmos” o lo que fuera, debe ser una unidad íntegra, sin fisuras, sin un momento
que lo suceda, algo presente, no sólo en el sentido de que no tenga presente o futuro,
sino en el de ser pura presencia: vida eterna, ser”. (pág. 263)
Con lo anterior, podemos entender que Parménides afirma que las cosas
existentes son la que poseen “entidad”, “lo que es”; aunque no lo formula de esta
manera, vemos en él una admiración a la existencia de las cosas, cosas que son desde
antes de que las pudiéramos pensar, y que por lo tanto son lo único pensable: si es que
yo, investigador A, puedo pensar y reconocer O, es porque este existe necesariamente,
debe existir, porque es un objeto que es, por lo cual posee el atributo de ser ingénito.