Educación Emocional en Educación
Primaria
                 Silvia C. Benito-Moreno,
  Psicóloga y orientadora educativa en la
     práctica privada. Especialista en
      Educación Emocional (Madrid)
                               25/06/2014
Compartir
Excelente
1. Importancia de la Educación Emocional en Educación Infantil y
Primaria
El desarrollo socioemocional surge a partir del primer vínculo que establece el
bebé con su cuidador principal, el vínculo del Apego (Bolwby, 1958). A partir de
ahí el niño, tendrá que adquirir los distintos hitos evolutivos a nivel motor,
lingüístico, cognitivo… y también socioemocional completando su desarrollo; en
éste caso, la interacción con el otro no sólo es una condición, sino también un
contenido a aprender.
En los niveles tempranos de escolarización, los alumnos descubren
y estrenan sus habilidades recién adquiridas en distintos ámbitos y resulta
patente la influencia de los elementos emocionales y sociales en el aprendizaje
de contenidos curriculares. Un maestro podrá responder sin dudar: ¿cómo
adquiere autonomía (por ejemplo, coger su baby, dejar su bolsita del desayuno
en su casillero….) un niño que no siente incondicionalidad por parte de sus
padres?; o ¿cómo aprende a leer y escribir un niño que no es capaz de
relacionarse con sus compañeros?. Así, la competencia
socioemocional (Pérez-González, 2008) va a condicionar su desarrollo
posterior, pues los aspectos emocionales influyen tremendamente sobre el
aprendizaje.
Se reclama entonces una escuela que fomente aspectos como el
reconocimiento de sus emociones y las de los demás, empatía, estrategias de
regulación alternativas a la agresividad o la impulsividad…. factores protectores
con los que el niño podrá contar a lo largo de su vida. Asimismo, se consolida
el papel de la escuela como agente compensador de desigualdades de diversa
índole, contribuyendo a una igualdad de oportunidades real.
La Educación Emocional se presenta como cauce para lograr estos objetivos.
Encontramos programas diseñados para Educación Infantil (Cobos Nuñez,
2006, López, 2003;) y para Primaria (Renom, 2003; Vallés y Vallés, 1998).
Además, aumenta progresivamente la evidencia empírica acerca de la
modificabilidad de la competencia socioemocional (Muñoz de Morales y
Bisquerra, 2013; Ambrona et al, 2012; Agulló Morera, M.J., Filella Guiu, G.,
Soldevila Benet, A., Ribes Castells, 2011).
2. Importancia de la fundamentación teórica
Se suceden dos modelos principales sobre IE. El primero se basa en el
procesamiento de información emocional, defendido por Mayer y Salovey
(1990). El término se populariza a partir del del best seller de Goleman
(Inteligencia Emocional, 1995), que define sus dimensiones:
      El conocimiento de las propias emociones
      La capacidad de controlar las emociones
      La capacidad de motivarse a sí mismo
      El reconocimiento de las emociones ajenas
      Capacidad para controlar las relaciones
Los autores mencionados redefinen el constrcuto en los siguientes términos "la
inteligencia emocional relaciona la habilidad para percibir con precisión, valorar
y expresar emociones, relaciona también la habilidad para acceder y/o generar
sentimientos cuando facilitan el pensamiento, también la habilidad para
entender la emoción y conocimiento emocional y la habilidad para regular que
promuevan el crecimiento emocional e intelectual" (Mayer y Salovey, 1997).
Este modelo ha sido defendido y avalado empíricamente (Fernández-Berrocal y
Extremera, 2002) y las conclusiones apuntan hacia una concepción de la IE
como "la capacidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias
emociones y la de los demás promoviendo un crecimiento emocional e
intelectual (Mayer y Salovey, 1997; pp.7).
Esta conceptualización es entendida como Inteligencia Emocional Capacidad
(o capacidad cognitivo-emocional) por los autores del segundo modelo, que
defienden la existencia de una Inteligencia Emocional Rasgo o "autoeficacia
emocional rasgo"(Petrides, Mavroveli, y Furnham, 2007; Petrides, 2010), y que
haría referencia a disposiciones de personalidad o tendencias de
comportamiento. Aunque incipiente aún, la investigación que ha surgido al
respecto está resultado muy reveladora y promete vías efectivas de
intervención en cuanto a la modificabilidad de la IE. Se identifican 15 facetas
socioemocionales como constituyentes de la IE-Rasgo (Petrides y Furnham,
2001; Petrides, Mavroveli, y Furnham, 2007; Petrides, Pérez-González y
Furnham, 2007):
   Adaptabilidad.
   Asertividad.
   Valoración o percepción emocional de uno mismo y de los demás.
   Expresión emocional.
   Gestión emocional de los demás.
   Regulación emocional.
   Baja impulsividad.
   Habilidades de relación.
   Autoestima.
   Automotivación.
   Competencia social.
   Manejo del estrés.
   Empatía rasgo.
   Felicidad rasgo.
   Optimismo rasgo
La IE-Rasgo (o Trait EI Theory) es objeto de investigaciones y trabajos que
van en aumento (Mavroveli y Sánchez-Ruiz, 2010; Petrides, 2010); más
recientemente el estudio de Pérez-González y Sánchez-Ruiz (2014) supone
importantes implicaciones para su delimitación en el marco de la psicología de
la personalidad al encontrar correlaciones entre la IE-Rasgo y los Cinco
Grandes Factores ("Big Five ", modelo ampliamente aceptado en la
comprensión de la personalidad humana).
3. Programa de Educación Emocional para Primaria "VERA" ¡Vamos a
Emocionarnos, Reforzarnos y Aprender!
En base al modelo de la IE-Rasgo, se diseña el Programa de Educación
emocional VERA destinado a alumnos de primaria. El objetivo general es el del
conocimiento y fomento de habilidades socioemocionales de expresión y
comprensión emocional y de autorregulación emocional.
Según Mavroveli et al. (2008), la IE, como rasgo de personalidad en adultos no
sería lo mismo que en niños, en cuyo caso la define como un conjunto inferior a
15 facetas:
      Valoración o percepción emocional de uno mismo y de los demás.
      Expresión emocional
      Baja impulsividad
      Regulación emocional
      Disposición afectiva
      Habilidades de relación (relaciones con iguales)
      Adaptabilidad
      Automotivación
      Autoestima
Considerando la adquisición evolutiva de estas dimensiones, seleccionamos
las seis primeras como contendidos del Programa.
El desarrollo del programa gira en torno a una actividad central: el trabajo de
las 6 SESIONES (una por dimensión seleccionada). Se proponen dos
actividades complementarias: la AGENDA DE EMOCIONES (a modo de diario
emocional y que precisa la implicación de los padres) y el RINCÓN DE LA PAZ
(vía alternativa de expresión de sus emociones en el aula; presente durante el
tiempo que los alumnos permanecen en su aula ordinaria); rescatamos algunos
de los comentarios registrados sobre su utilidad:
      "cuando te pasa algo y no quieres que te digan nada porque estás
       enfadado o lo que pasa, pues te sientas en el Rincón de la Paz para que
       nadie te moleste y todo el mundo lo sepa"
      "cuando un niño se mete contigo, te vas allí para que se dé cuenta que
       se ha pasado y no lo vuelva a hacer y hagáis las paces"
      "y puede ser firmando o sin firmar, y si nos firmas y dices que no quieres
       que te molesten, pues entonces, el otro niño que lo lee tiene que no
       meterse con ninguno de la clase ¡porque no sabe quién lo ha escrito!"
Las sesiones se basan en un cuadernillo de actividades. Las actividades giran
en torno a las vivencias de una niña, VERA. Con el objetivo de constatar la
efectividad del Programa, se incluye un registro al que responden los
profesores y, una actividad de evaluación que mide satisfacción y utilidad
(autoeficacia percibida) de los alumnos; algunos de los comentarios
encontrados:
      "me ha gustado pintar la caritas de VERA"; "me gusta la tabla de los
       consejos para no pegar"…
      "me ayuda a no ponerme nervioso en la fila"; "…para yo estar mejor y
       con los amigos"; "me vale porque si pongo las caras que son, los otros
       niños ya saben qué me pasa y me ayudan"…
El Programa VERA supone una herramienta de Educación Emocional sencilla,
que fácilmente se integra en la dinámica del aula y con capacidad de
proyección en los distintos entornos del alumnado.
Referencias bibliográficas
Agulló Morera, M.J., Filella Guiu, G., Soldevila Benet, A., Ribes Castells, R.
(2011). Evaluación de la educación emocional en el ciclo medio de Educación
Primaria. Revista de Educación, 354, 765-783.
Ambrona, T., López-Pérez, B., & Márquez-González, M. (2012). Eficacia de un
programa de educación emocional breve para incrementar la competencia
emocional de niños de eduación primaria. Revista Española de Orientación y
Psicopedagogía (REOP), 23(1), 39-49.
Cobos Nuñez (2006) Emociónate. Programa de desarrollo infantil en
competencias emocionales. Madrid: Ed. ICCE.
Goleman, D. (1995). Inteligencia Emocional. Barcelona: Kairós.
López, E. (2003). Educación emocional. Programa para 3-6 años. Barcelona:
Praxis.
Mavroveli, S., Petrides, K. V., Shove, C., y Whitehead, A. (2008) Investigation
of the construct of trait emotional intelligence in children. European Child &
Adolescent Psychiatry, 17, 516–526
Mayer, J. D. & Salovey, P. (1997). What is emotional intelligence? In P. Salovey
& D. Sluyter (Eds.), Emotional Development and Emotional Intelligence:
Implications for Educators (pp. 3-31). New York: Basic Books.
Muñoz de Morales, M y Bisquerra, R. (2013) eduPsykhé. Universidad Camilo
José Cela. Vol. 12, No. 1, 3-21.
Pérez-González, J.C., & Sanchez-Ruiz, Mª J. (2014). Trait emotional
intelligence anchored within the big five, big two and big one
frameworks. Personality and Individual Differences, 65, 53-58.
Pérez-González, J.C., Petrides, K.V., y Furnham, A. (2007). La medida de la
inteligencia emocional rasgo. En J. M. Mestre y P. Fernández-Berrocal, Manual
de Inteligencia Emocional (pp. 81-97). Madrid: Pirámide]
Renom, A. (2003). Educación emocional. Programa para la educación primaria.
Barcelona: Praxis.
Salovey, P. y Mayer, J.D. (1990). Emotional Intelligence. Imagination, Cognition
and Personality, 9; pp.185-211
Vallés, A. y Vallés, A. (1998) DIE _Desarrollando la Inteligencia Emocional. Ed.
EOS. Madrid