23 31 000 2007 00555 01 (48061)
23 31 000 2007 00555 01 (48061)
CONSEJO DE ESTADO
SUBSECCIÓN C
Bogotá D.C., veintidós (22) de octubre del dos mil quince (2015).
Actor: ECOPETROL S. A.
Decide la Sala los recursos de apelación interpuestos por Gran Tierra Energy Colombia
Ltda1 y Solana Petroleum Exploration Colombia Limited 2 contra la sentencia del 28 de
febrero de 20133 proferida por el Tribunal Administrativo del Cauca que resolvió:
1
Fls.1360-1433 C.P
2
Fls.1434-1458 C.P
3
Fls.1311-1358 C.P
I. ANTECEDENTES
1. Lo pretendido
1.- Que se declare la existencia y validez del contrato celebrado entre Ecopetrol S.A y la
sociedad demandada el día 2 de agosto de 2002 y de la cláusula 3.5 del anexo B del
mencionado negocio jurídico.
2.- Que se declare que Gran Tierra Energy Colombia Ltda. incumplió el contrato de
asociación “Guayuyaco” por cuanto “sólo dedujo los ingresos correspondientes al treinta
por ciento (30%) de la producción de petróleo obtenida durante las pruebas extensas de
producción de los costos directos de exploración (después de descontar lo establecido en
el contrato), hasta un máximo del treinta por ciento (30%) de tales costos, tomándose
para sí el restante setenta por ciento (70%) de la producción de petróleo obtenida
durante las pruebas extensas de producción”.
3.- Que se declare que como consecuencia del anterior incumplimiento, Ecopetrol S.A
tiene derecho a recibir el treinta por ciento (30%) del crudo producido durante las pruebas
extensas de producción con posterioridad al logro de la recuperación o reembolso.
4.- Que se declare que durante las pruebas extensas, se produjeron 227.586 barriles, los
cuales le corresponden a Ecopetrol S.A., 68.276 barriles y a la sociedad demandada
159.310.
5.- Que se declare que la Asociada le entregó a Ecopetrol S.A., 23.337 barriles de la
producción de pruebas extensas y que le debe 44.939 barriles de crudo.
6.- Que se condene a Gran Tierra a pagar a Ecopetrol S.A, 44.939 barriles de crudo.
2. Como fundamento de sus pretensiones, la parte actora expuso los hechos que la
Sala sintetiza así6:
4
Fls.1-45 C.1
5
Fls.46 C.1
6
Fls.3-10 C.1
El día 2 de agosto de 2002, Ecopetrol S.A y Argosy Energy International (hoy Gran Tierra
Energy Colombia Ltda.) celebraron el contrato de asociación para el sector Guayuyaco, el
cual tenía por objeto la exploración y explotación de petróleo.
“(…) 11.- De acuerdo con lo estipulado en la cláusula 3.5 del anexo B del contrato
de asociación Guayuyaco, la valorización de la producción obtenida durante el
desarrollo de pruebas extensas, después de descontado el porcentaje
correspondiente a regalías, fue suficiente para que la Asociada se reembolsara al
final del periodo pre comercial la suma de tres millones ochocientos tres mil
trescientos sesenta dólares (US$3.803.360), es decir, el 30% de los costos
directos de exploración que ascienden a la suma de doce millones seiscientos
setenta y siete mil ochocientos sesenta y siete dólares (US$12.677.867). La
producción valorizada de pruebas extensas requerida para alcanzar tres millones
ochocientos tres mil trescientos sesenta dólares (US $3.803.360) al finalizar el
periodo pre – comercial, fue de ochenta y seis mil cuatrocientos sesenta y seis
(86.466) barriles. Una vez que la Asociada recuperó el 30% de los costos directos
de exploración (tres millones ochocientos tres mil trescientos sesenta dólares –
US$3.803.360), la producción proveniente de las pruebas extensas se debió
distribuir entre las partes en proporción del treinta por ciento (30%) para Ecopetrol
S.A y setenta por ciento (70%) para la asociada.
14.- La producción bruta total obtenida durante pruebas extensas hasta diciembre
28 de 2005 fue de trescientos cuarenta y cuatro mil ochocientos ochenta y tres
(344.883) barriles. Después de efectuados los descuentos establecidos en la
cláusula 3.5 del contrato (por regalías, etc.), la producción restante ascendió a
trescientos catorce mil cincuenta y tres (314.053) barriles. Por lo tanto, trescientos
catorce mil cincuenta y tres (314.053) barriles debieron imputarse al reembolso.
La producción valorizada de pruebas extensas requeridas para alcanzar tres
millones sesenta dólares US$3.803.360 (30% de los costos directos de
exploración), fue de ochenta y seis mil cuatrocientos sesenta y seis (86.466)
barriles. Por lo tanto doscientos veintisiete mil quinientos ochenta y siete
(227.587) barriles han debido distribuirse setenta por ciento (70%) para la
Asociada y treinta por ciento (30%) para Ecopetrol. Por consiguiente, la
producción que Ecopetrol debió recibir por su participación en la producción
obtenida de pruebas extensas asciende a sesenta y ocho mil doscientos setenta y
seis (68.276) barriles.
15.- Teniendo en cuenta que la Asociada no llevó a cabo esta distribución a partir
del 1 de junio de 2005 para el pozo Guayuyaco I (fecha en que la Asociada se
terminó de reembolsar el 30% de los costos directos de exploración) ni a partir del
1 de noviembre de 2005 para el Pozo Guayuyaco II (fecha en que la Asociada se
terminó de reembolsar el 30% de los costos directos de exploración) sino a partir
del 29 de septiembre de 2005 (fecha en que de acuerdo, con la interpretación de
la Asociada, ésta se terminó de reembolsar el 30% de los costos directos de
exploración (sic) (para el caso del Pozo Guayuyaco I) y a partir del 28 de
diciembre de 2005 (para el caso del Pozo Guayuyaco II) a la fecha la Asociada le
adeuda a Ecopetrol la diferencia entre: la producción que debió recibir por su
participación en la producción obtenida de pruebas extensas (sesenta y ocho mil
doscientos setenta y seis (68.276) barriles), y los volúmenes entregados por la
Asociada (veintitrés mil trescientos treinta y siete (23.337) barriles), es decir
cuarenta y cuatro mil novecientos treinta y nueve (44.939) barriles.
(…)”.
3. El trámite procesal
3.1- Admitida la demanda7 y notificada Gran Tierra Energy Colombia Ltda.8, el asunto se
fijó en lista.
3.2.- Gran Tierra Energy Colombia Ltda. contestó la demanda9, oponiéndose a las
pretensiones por carecer de sustento normativo y propuso como excepciones:
“(…) Los hechos que dieron origen a la demanda, y que se encuentran plasmadas
claramente en la misma ocurrieron en el año 2005, en desarrollo de las pruebas
extensas de producción de los pozos de Guayuyaco 1 y 2. En efecto, para
Ecopetrol el reembolso de Guayuyaco I terminó en 1 de junio de 2005, mientras
que para la Asociada dicho reembolso acaeció en septiembre de 2005. Así las
cosas, desde que la asociada se reembolsó de conformidad con su entendimiento
de la cláusula 3.5 del anexo B del contrato, a lo cual se oponía Ecopetrol por
considerar que el reembolso había ocurrido con anterioridad, transcurrieron más
de dos años entre la fecha en que el eventual y pretendido derecho de Ecopetrol
a unos barriles provenientes del pozo Guayuyaco I se originó, y la fecha de
presentación de la demanda.
La forma como se encuentra redactada la cláusula 3.5 del anexo B del contrato, es
abusiva y contraría a la buena fe y los usos y buenas prácticas de la industria petrolera y
7
Fls.307 C. 2
8
Fl. 325 C.2
9
Fls.330-362 C.2
rompe el equilibrio económico contractual del contrato principal, toda vez que de
conformidad con la mencionada estipulación, “la asociada asume toda la responsabilidad
por las operaciones de las pruebas extensas de producción, la totalidad de los
desembolsos incluido el transporte de las regalías desde el pozo productor hasta un
punto de entrega acordado con Ecopetrol, los cuales por abuso en que incurrió Ecopetrol
al imponer el contrato y su anexo B, en ejercicio de la posición dominante que tenía como
administrador de los hidrocarburos de propiedad de la Nación, según voces del Decreto
2310 de 1974, no podía jamás recuperar o reembolsar ni siquiera el 30%”.
La cláusula 3.5 del anexo B es ambigua y contradictoria con el resto del texto contractual
en la forma de hacer el reembolso y en la distribución de los hidrocarburos producidos
toda vez que si bien la prueba extensa de producción es previa a la comercialidad, y por
tanto con arreglo al contrato pertenece al periodo de exploración, el hidrocarburo
producido durante ellas es producción “y no existe razón o motivo valedero para
desnaturalizar el contrato estableciendo reglas extrañas y ajenas a su naturaleza única y
exclusivamente en beneficio de Ecopetrol pero trasladando todos los riesgos y
responsabilidad por las operaciones de donde resulta la producción a la Asociada, sin
que se obtenga beneficio alguno”.
3.2.- Una vez decretadas10 y practicadas las pruebas, Solana Petroleum Exploration
Colombia Limited solicitó intervenir en el proceso en calidad de litisconsorte necesario de
la sociedad demandada en virtud de la cesión realizada por parte de Gran Tierra Energy
Colombia Ltda. del 50% de sus intereses, derechos y obligaciones en el contrato de
asociación suscrito con Ecopetrol S.A1112; intervención que fue aceptada por el A quo
mediante auto de 24 de octubre de 200813.
3.3.- Posteriormente, se corrió traslado a las partes y al Ministerio Público para que
alegaran de conclusión14, oportunidad que fue aprovechada por la parte demandante15 y
la parte demandada16.
10
Fls.771-774 C.4
11
Por medio de la Resolución No. 389 del 20 de diciembre de 2007, la Agencia Nacional de Hidrocarburos
aprobó “la la cesión parcial a favor de la Compañía Solana Petroleum Exploration Colombia Limited, de los
intereses, derechos y obligaciones, que posee la compañía Gran Tierra Energy Colombia Ltda., en el contrato
de asociación Guayuyaco (…)”. (Fls.577-578 C.3)
12
Fls.811-820 C.5
13
Fls.824 - 827 C.5
14
Fl.1126 C.6
15
Fls.1129-1156 C.6
16
Fls.1158 C.6 – 1216 C.7 y 1218-1306 C.7
Como se anotó ad initio de esta providencia, el 28 de febrero de 2013 el Tribunal
Administrativo del Cauca accedió a las súplicas de la demanda.
(I) Con relación a la excepción de caducidad consideró que contrario a lo manifestado por
la parte demandada no puede contarse el mencionado término a partir del 1 de
noviembre de 2005, toda vez que en primer lugar el periodo de pruebas extensas de
producción se amplió hasta el 1 de enero de 2006; y en segundo lugar, el desacuerdo
sobre la aplicación de la cláusula 3.5 del anexo B del contrato de asociación Guayuyaco
se delimitó al 28 de diciembre de 2005, fecha en que se concedió la comercialidad del
yacimiento y a partir de la cual se distribuyó la producción en los porcentajes pactados.
(II) Se encuentra demostrado que Gran Tierra Energy Colombia Ltda. incumplió
parcialmente el contrato de asociación de Guayuyaco, al no deducir el 30% de los costos
directos de exploración sobre la producción total de las pruebas extensas luego de
regalías y consumo y además por imputar parte de esa deducción a “recuperación” de
costos, figura que sólo tiene lugar cuando se niega la comercialidad.
1.1.- Errónea aplicación de las reglas de interpretación del contrato por parte del Tribunal
Administrativo del Cauca:
(i) La comunicación ASO – 000672 del 6 de septiembre de 2000 proferida por Ecopetrol
S.A mediante la cual se “reconoce que la producción de la distribución en pruebas
extensas se debe realizar de acuerdo con lo dispuesto en la cláusula 14 del contrato de
asociación, debiéndose reembolsar los costos directos de exploración causados durante
las pruebas extensas de producción con el porcentaje de la producción que le
corresponde, que para el caso que aquí nos ocupa es del 30%”.
(ii) El Acta de la Junta Directiva de Ecopetrol No. 2246 del 10 de noviembre de 2000
mediante la cual se estableció que la Asociada podía disponer del 100% de la producción,
después de regalías, para efectos del reembolso de los costos directos de exploración.
1.3.- Errónea interpretación de la cláusula 3.5 del anexo B del contrato de asociación por
parte del Tribunal de Primera Instancia: La correcta interpretación de la cláusula 3.5 es la
siguiente:
2.2.- El Tribunal cometió un error esencial toda vez que al momento de decidir sobre el
fondo de la cuestión, omitió analizar la intención original de las partes y el desvío que
18
Fls.1434-1458 C.P
respecto de la misma conllevaba la cláusula 3.5 del anexo B del contrato de asociación,
para su interpretación y en general para la interpretación del contrato a favor de la parte
actora.
2.3.- De conformidad con la decisión tomada por el Tribunal, se rompió por completo el
equilibrio de la relación contractual, por cuanto se favoreció a quien tenía el poder en el
contrato, esto es, a Ecopetrol S.A.
2.4.- La conclusión a la que llegó el Tribunal en la resolución del sub judice es falsa y
contraria a las reglas de interpretación de los contratos toda vez que:
d. La conclusión del Tribunal omite considerar que la oferta enviada por Ecopetrol
y aceptada en su momento por Argosy, ofrecía sin condicionamiento o exclusión
un sistema de distribución 70-30.
e. La conclusión del Tribunal desconoce que el objeto explicito fue mejorar el ritmo
de recuperación para el asociado, pero no el de Ecopetrol, es decir, que se
buscaba mejorar la rentabilidad y el flujo de caja del asociado, objetivo que
desdibuja con la interpretación del Tribunal.
El señor Agente del Ministerio Público mediante concepto No. 333 del 28 de octubre de
201319 consideró que la sentencia apelada debía confirmarse por los siguientes motivos:
19
Fls.1559-1573 C.P
“(…) Del análisis en conjunto de las cláusulas contractuales se concluye que la
cláusula 3.5 del anexo B no es contradictoria con alguna de las cláusulas del
contrato.
Para arribar a esa conclusión se debe tener en cuenta que las cláusulas 9 y 14 –
de distribución de costos y de producción respectivamente – se refieren a la etapa
de explotación, esto es, cuando se ha declarado comercial un yacimiento.
Momento en el que igualmente se habla de cuenta conjunta cláusula 22. Aunque
en estas cláusulas se estipuló que Ecopetrol reembolsaría costos directos de
exploración a la Asociada y que después de regalías se distribuye 30/70, es una
disposición referida a cuando ya se ha declarado la comercialidad.
Por su parte, la cláusula 3.5 del anexo B regula una situación específica y
concreta: pruebas de exploración, sencillamente, sin referirse a la declaratoria de
comercialidad de yacimiento: por ende, la producción de hidrocarburos que se
logra en ese periodo del contrato se distribuye de manera diferente a como se
distribuye cuando se declara la comercialidad, esto es, descontadas las regalías y
el 30% de costos directos, se distribuye 30/70.
(…)
Finalmente se debe indicar que aunque se trata de un contrato de adhesión y que
la demandada es deudora, so pretexto de la controversia no puede aplicarse de
manera diferente a su sentido claro y obvio como pretenden las apelantes.
Aunado a que no se evidencia tampoco que la demandante hubiere faltado a la
buena fe imperativa en la contratación.
(…)”.
V. CONSIDERACIONES.
Para resolver lo pertinente la Sala, retomando la problemática jurídica propuesta por las
partes, precisará el alcance de los conceptos adoptados como ratio decidendi para
sustentar su decisión:
1. Propiedad del Petróleo - Todas las minas (yacimientos), salvo contadas excepciones,
son propiedad de la República
2. Régimen Jurídico en materia petrolera - Modalidades del contrato de petróleos en
Colombia
2.1 Típico contrato de concesión en el Código de Petróleos de 1953
2.2 Los llamados contratos de asociación
2.2.1 Especificaciones básicas de los contratos de asociación (1974)
2.3 Sistema de contratación de la ANH (2003)
2.3.1 Contratación Misional
2.3.2 Contratos de asignación de áreas para la exploración y explotación de hidrocarburos
propiedad de la Nación.
2.3.3 Contratación administrativa - Resolución 046 del 25 de enero de 2013
2.4 Conclusiones
3. El principio de buena fe contractual
4. Interpretación, calificación e integración de los contratos
5. La nulidad absoluta de los actos o de los negocios jurídicos;
5.1. De la nulidad parcial de los actos o negocios jurídicos;
6. El incumplimiento contractual;
6.1. Consecuencias del incumplimiento contractual en los contratos estatales y en
contratos celebrados por entidades estatales que se rigen por el Derecho privado;
7. Caducidad de la acción de controversias contractuales
8. Análisis del caso concreto.
8.1. Caducidad de la acción de controversias contractuales en el caso concreto;
8.2. Nulidad de la cláusula 3.5 del anexo B del contrato de Asociación “Guayuyaco”;
8.3. Interpretación del contrato de asociación petrolera, especialmente, de la cláusula 3.5
del Anexo B – Acuerdo de Operaciones.
8.3.1 Texto de la cláusula discutida – 3.5 del Anexo B – Acuerdo de Operaciones
8.3.2. Valoración probatoria frente al desacuerdo en el alcance y contenido de la cláusula
3.5 del Anexo B – Acuerdo de Operaciones
8.3.3 Conclusiones de la Sala con relación al alcance de la cláusula 3.5 del Anexo B –
Acuerdo de Operaciones del Contrato de Asociación.
8.3.4 Conclusiones de la Sala con relación a otras disposiciones contenidas en el
Contrato de Asociación.
8.3.5 Conclusiones de la Sala con relación al conocimiento de las partes del contenido del
contrato.
8.4. Incumplimiento de la cláusula 3.5 del anexo B del contrato de Asociación
“Guayuyaco”.
20
http://www.banrepcultural.org/sites/default/files/91928/brblaa277339.pdf, consultado 02 de octubre de
2015, 2:32 p.m.
21
http://www.banrepcultural.org/sites/default/files/91928/brblaa277339.pdf, consultado 02 de octubre de
2015, 2:32 p.m.
22
Este sistema no ha podido conservase sino con muchas restricciones que conducen a los otros sistemas,
como es el caso de Inglaterra, algunos Estados de USA, Rusia, Prusia Oriental, Galicia, Bukovina, etc.
fundamenta en el principio del Derecho romano antiguo “qui dominus est soli, dominus est
coeli et inferarum”, esto es, el que es dueño del suelo lo es también del espacio (cielo) y
del subsuelo.
Es de anotar que esta conclusión debería fundarse en la larga tradición jurídica del País,
pues, en lo que corresponde a la historia de Colombia, las leyes españolas sobre minas,
desde la primera expedida en Birsbiezca por Don Juan lI en el año de 1387, hasta las
contenidas en la Novísima Recopilación terminada en 1804, estaban basadas en el
principio filosófico de que el subsuelo y con él todas las minas pertenecen al soberano,
variando tan solo el modo de permitir su beneficio a los particulares y la cuantía de lo que,
de su producto, había de satisfacerse al Real Tesoro. Al verificarse la independencia estas
leyes regían en todas las colonias.
Bajo esta justificación se expidió el mencionado cuerpo normativo que contaba con sólo 4
artículos en los que se regulaba “el arrendamiento de las minas pertenecientes en
propiedad á (sic) la República”. En donde, básicamente, “se autoriza al Poder Ejecutivo
para que dé, en arrendamiento, del modo que le parezca mas (sic) ventajoso, las minas
pertenecientes en propiedad a la República, (…), pero fijando la extensión que tenga por
conveniente”.
Al respecto debe anotarse que la concesión de propiedad de la que aquí se habla no hace
relación a un título traslaticio de dominio sino a un título que le permite usufructuar la mina
27
https://books.google.com.co/books?id=2SVFAAAAYAAJ&pg=PA187&dq=LEY+COLOMBIANA
+SOBRE+MINAS+DE+1823&hl=es-419&sa=X&ved=0CCAQ6AEwAWoVChMIxbOV46yky
AIVhVYeCh1BVgx2#v=onepage&q=LEY%20COLOMBIANA%20SOBRE%20MINAS%20DE
%201823&f=false, consultado el 2 de octubre de 2015, a las 2:47 p.m.
28
http://escritoriodocentes.educ.ar/datos/recursos/libros/discurso_sobre_minas.pdf consultado el 2 de octubre
de 2015, a las 3:47 p.m.
bajo el pago de unos derechos de arancel a favor de la tesorería de la provincia, que se
destinaría a “formar un fondo con que pagar el establecimiento de una cátedra de minería
y mecánica” 29.
Asimismo, es de resaltar que las leyes y ordenanzas de minas a que este decreto alude,
no son otras que las proferidas por la corona Española, afirmación que se constata en su
artículo final, esto es el 38, que expresamente señaló “mientras se forma una ordenanza
propia para las minas y mineros de Colombia, se observara provisionalmente la
ordenanza de minas de Nueva España, dada el 22 de mayo de 1803” en donde, como
antes se dijo, España conservaba el dominio sobre el subsuelo y en las que se lee:
“1º Las minas son propiedad de mi Real Corona, así por su naturaleza y origen,
como por su reunión dispuesta en la ley 4, título 13, libro 6º de la Nueva
Recopilación. 2º Sin separarlas de mi real patrimonio, las concedo a mis vasallos
en propiedad y posesión (…) 3º Esta concesión se entiende bajo dos condiciones:
la primera, que hayan de contribuir a mi Real Hacienda la parte de metales
señaladas y la segunda, que han de laborar y disfrutar las minas cumpliendo lo
prevenido en estas ordenanzas, de tal suerte que se entiendan perdidas siempre
que se falte al cumplimiento de aquellas en que así se previniese”30
Sin embargo, en 1873 se profirió el código fiscal donde las normas relativas a las minas
de carbón se hicieron aplicables al petróleo y se dispuso que ningún contrato que el
gobierno realizara con el objeto de enajenar u otorgar la explotación de las minas de
carbón o petróleo, fuera válido sin la previa autorización del Congreso de la República.
29
Artículo 2º.
30
https://books.google.com.co/books?id=7rczAQAAMAAJ&pg=PA334&dq=ordenanza+del+
22+de+mayo+de+1803+nueva+espa%C3%B1a&hl=es-419&sa=X&ved=0CBsQ6AEwAGoV
ChMIjYuh5fWkyAIVwaceCh3u9AwX#v=onepage&q=ordenanza%20del%2022%20de%20mayo%20de
%201803%20nueva%20espa%C3%B1a&f=false consultado 2 de octubre de 2015 6:26 p.m.
31
Palabra en desuso que significa la mezcla de líquidos orgánicos compuesta por hidrocarburos.
32
Artículo 6. Bienes de la Confederación.
33
Ejemplo de esto se encuentra en el artículo 1º de la Ley 59 de 1873, donde previas excepciones “todas las
minas o minerales son de propiedad del dueño del terreno en que estén”.
Seguidamente, se dio la Constitución Política de 1886 en donde “[l]a Nación Colombiana
se reconstituye en forma de República unitaria” y en cuyo artículo 202 dispuso:
Aquí se comienza un nuevo periodo, donde la Nación recobró para el Estado el dominio
de las minas y los yacimientos de hidrocarburos, o lo que es igual, supuso restaurar el
régimen de propiedad del subsuelo minero vigente antes del 22 de mayo de 185834.
Sin embargo, hay quienes afirman que la República de Colombia jamás se desligó de la
propiedad del subsuelo. Esta fue la ponencia presentada por el Senador Vicente Olarte
Camacho en la exposición de motivos y discurso sustentando “el proyecto de ley sobre
depósitos de petróleo, hidrocarburos en general y minas de carbón en las sesiones de
1918”38, en donde consideró que:
Tanto es así que, incluso, la Constitución de 1886, únicamente alude a que la Nación
recobra el dominio de las minas, sin referir expresamente la propiedad sobre el subsuelo
ni el suelo. De manera que fue solo hasta 1991 cuando los artículos 101 y 332 de la
nueva Constitución Política especificaron que el subsuelo colombiano forma parte del
territorio y su propiedad está en cabeza del Estado.
De otra parte se dio la Ley 30 de 1903 que trataba sobre asuntos fiscales y de minas, y en
la cual se establecieron impuestos sobre las minas de oro, plata y platino, originados en la
denuncia de las minas o la concesión.
Seguidamente, con la Ley 6 de 1905 se dio origen a las concesiones conocidas como De
Mares y Barco. Estas concesiones fueron la base de la industria petrolera colombiana y,
40
OLARTE Camacho Vicente, Propiedad de las Minas de Petróleo, Carbón e Hidrocarburos, Bogotá,
imprenta de “la Luz” – 1916, Pág. 8-9.
de hecho, fueron la única producción de hidrocarburos que tuvo Colombia en el período
comprendido entre 1921 y 1941.
Posteriormente, en 1912 se profirió la Ley 110 – por la cual se sustituyó el código fiscal y
las demás leyes que lo adicionaban o reformaban, en cuyo artículo 4º estableció como
bienes fiscales del Estado, entre otras, las minas de petróleo,
En 1936 se expide la Ley 160 que fija un nuevo marco normativo para la propiedad
particular del petróleo. Esta ley tuvo avances muy importantes en cuanto a la definición y
reglamentación de la actividad de exploración, explotación y sobre los contratos de
concesión celebrados entre el Estado y los particulares.
Al año siguiente, el Decreto 1056 de 1953 – por medio del cual se expidió el Código de
Petróleos, dispuso, igualmente, que el petróleo es propiedad de la Nación y su
exploración y explotación sólo es posible mediante contratos de concesión cuya
reglamentación se incluyó en los capítulos III, IV y VI. Asimismo reiteró la utilidad pública
la industria del petróleo y el respeto de los derechos de los particulares sobre el petróleo
de propiedad privada.
Estas normas fueron modificadas por la Ley 10 de 1961, en el sentido de reducir la fase
exploratoria, acelerar el retorno de la extensión de terreno concesionada y aumentar la
participación del gobierno en la producción, entre otros.
Finalmente, con la ya mencionada Ley 20 de 1969 se regularon los derechos de
propiedad prerepublicanos, se abolió definitivamente el régimen de la accesión y se
estableció el principio de propiedad absoluta de la Nación sobre las minas y yacimientos
de hidrocarburos, aunque, respetando los derechos preestablecidos en favor de terceros
particulares con algunas condiciones para su ejercicio.
Luego, no cabe ninguna discusión respecto de la titularidad del Estado Colombiano del
subsuelo y de todos los recursos que de él emergen, como claramente quedó consignado
en el artículo 332 constitucional:
Ahora bien, es igualmente importante anotar que el juez constitucional ha ido más allá y
ha dicho que “[e]l artículo 332 de la Constitución declara sin rodeos que el Estado es
propietario de los recursos naturales no renovables, sin distinguir entre aquellos que se
encuentran en el suelo y los que provienen del subsuelo y sin discriminar tampoco entre
los que se hallan en suelo de propiedad privada respecto de los que se localicen en
terrenos públicos. El Estado no es propietario del suelo, salvo el caso de los bienes
fiscales, no es acertado a la luz de la Constitución afirmar que estén excluidos del dominio
estatal todos los recursos naturales que se encuentren en el suelo por esa sola
circunstancia, pues los no renovables son de propiedad pública. Lo propio ocurre con los
materiales que componen el suelo o los elementos que de ellos se extraen y con los que
se encuentren en terrenos de propiedad privada. En este último caso, la Constitución
garantiza el derecho de propiedad sobre la tierra, pero ello no implica que el Estado
renuncie a favor del propietario el derecho público que se tiene sobre los recursos
naturales no renovables. Distinción similar debe hacerse, al considerar los cargos contra
los artículos 3°, 4° y 27, en lo atinente a los recursos naturales no renovables que se
encuentren en bienes de uso público, pues aunque tales bienes, de conformidad con el
artículo 63 de la Constitución, son inalienables, imprescriptibles e inembargables, ello no
quiere decir que esté prohibido al Estado ejercer la propiedad que le corresponde sobre
los recursos naturales no renovables que allí se encuentran”41.
Hechas las precisiones que anteceden, solo resta ratificar la propiedad de los
hidrocarburos y petróleo que produce el subsuelo colombiano, en cabeza del Estado,
salvo las excepciones que bajo los Estados Federados quedaron consolidadas y a las que
alude la Ley 20 de 1969 que, a la postre, fue reglamentada por el Decreto 1994 de 1989,
que confirmo dicha excepción a favor de terceros “siempre que tales actos conserven su
validez jurídica y que al 22 de diciembre de 1969 esas situaciones estuvieran vinculadas a
uno o varios yacimientos descubiertos.”; y asimismo la Ley 97 de 1993, por la cual se
interpreta con autoridad la Ley 20 de 1969 42 y “al regular el reconocimiento excepcional de
propiedad privada sobre hidrocarburos dejó en claro que para efectos de la excepción
prevista en los artículos 1 y 13 de la Ley 20 de 1969, se entiende por derechos
constituidos a favor de terceros las situaciones jurídicas subjetivas y concretas, adquiridas
y perfeccionadas por un título específico de adjudicación de hidrocarburos como mina o
por una sentencia definitiva y en ejercicio de los cuales se hayan descubierto uno o varios
yacimientos de hidrocarburos, a más tardar el 22 de diciembre de 196943”44.
Así las cosas, en tanto que Colombia posee una gran riqueza representada en sus
recursos naturales renovables y no renovables, los cuales pertenecen al Estado,
corresponde a sus entidades públicas la administración de dichos recursos mediante
medidas planificadas que garanticen su desarrollo, pero, sobre todo, que procuren su
conservación. Por esto el Estado, en ocasiones, se ve en la necesidad de otorgar
derechos a los particulares para que los exploten, de tal manera que se haga en forma
eficiente.
Sin embargo, no se debe olvidar que, aún en estos casos, la titularidad de los recursos
sigue en cabeza del Estado, y por eso la exploración y explotación, específicamente de
recursos naturales no renovables como el petróleo, genera a favor de la Nación el pago
de regalías y porcentajes de participación en la producción de crudo, lo cual se traduce en
una contraprestación a cargo de las personas que realizan la exploración o explotación.
41
Corte Constitucional, sentencia de Constitucionalidad 216 del 9 de junio de 1993.
42
De acuerdo con el artículo 3º de dicha ley: “Las disposiciones contenidas en los artículos 1o y 2o de la
presente Ley, constituyen la única interpretación autorizada de la Ley 20 de 1969, artículos 1o y 13”.
43
Por su parte, el artículo 2º de la misma ley, dispuso que se entiende que existe yacimiento descubierto de
hidrocarburos cuando mediante perforación con taladro o con equipo asimilable y las correspondientes
pruebas de fluidos, se logra el hallazgo de la roca en la cual se encuentran acumulados los hidrocarburos y
que se comporta como unidad independiente en cuanto a mecanismos de producción, propiedades petrofísicas
y propiedades de fluidos.
44
Consejo de Estado, Sección Tercera – Subsección B, sentencia del 29 de marzo de 2012, Exp. 19.269, M.P.
Ruth Stella Correa Palacio.
Entonces, la causa jurídica de las regalías45 y los porcentajes de participación en la
producción que de los yacimientos se obtiene reside, básicamente, en la propiedad del
subsuelo y de los recursos naturales no renovables, reconocida al Estado por el artículo
332 de la actual Constitución.
Con este propósito, mediante la Ley 165 de 1948 se autorizó la creación de la Empresa
Colombiana de Petróleos, la cual pese a preverse la participación de capital privado,
mediante el Decreto 30 de 1951 fue constituida como una empresa netamente oficial, que
en agosto de 1951 se hizo cargo de la concesión petrolera “De Mares” 48, con los
45
Consejo de Estado – Sección Tercera, sentencia de 15 de octubre de 2008, Exp. 16.542, M.P. Enrique Gil
Botero. “Es importante destacar que la Constitución de 1991 elevó a rango constitucional las regalías -en los
artículos 360 y 361-, dejando su desarrollo a la Ley. En tal sentido disponen los artículos citados que: -
“Artículo 360: La ley determinará las condiciones para la explotación de los recursos naturales así como los
derechos de las entidades territoriales sobre los mismos. La explotación de un recurso natural no renovable
causará a favor del Estado, una contraprestación económica a título de regalía, sin perjuicio de cualquier
derecho o compensación que se pacte. Los departamentos y municipios en cuyo territorio se adelantan
explotaciones de recursos naturales no renovables, así como los puertos marítimos y fluviales por donde se
transporten dichos recursos o productos derivados de los mismos, tendrán derecho a participar en las regalías
y compensaciones.” “Artículo 361: Con los dineros provenientes de las regalías que no sean asignados a los
departamentos y municipios, se creará un fondo nacional de regalías cuyos recursos se destinarán a las
entidades territoriales en los términos que señale la ley. Estos fondos se aplicarán a la promoción de la
minería, a la preservación del ambiente y a financiar proyectos regionales de inversión definidos como
prioritarios en los planes de desarrollo de las respectivas entidades territoriales.”
46
Artículos 334 y 360 de la Constitución Política.
47
Artículo 80 de la Constitución Política.
48
Como desarrollo de la legislación vigente a principios de este siglo, en 1905 Don Roberto De Mares y el
General Virgilio Barco obtuvieron del Gobierno Nacional las concesiones localizadas en Santander – Área de
Barrancabermeja – y en Norte de Santander – Área de Tibú – en cercanías de Cúcuta. Por problemas
tecnológicos y financieros, se efectuaron los traspasos de estas concesiones a empresas extranjeras, y
comenzó efectivamente la explotación y refinación de petróleo de la concesión De Mares a partir del 25 de
agosto de 1921, por parte del Tropical Oil Company, y para la concesión barco, la explotación comercial se
inició a partir del 20 de junio de 1931 por parte de la Colombian Petroleum Company (COLPET) y South
American Gas Oil Company (SAGOC). En los contratos de concesión así negociados se determinó una
política de precios de crudos con destino a la refinación interna referidos a los mercados de Nueva York, el
primero, y de Puerto Arturo (Texas), el segundo, para crudos de características físico-químicas similares.
Desde la suscripción de estos contratos hasta la reversión de De Mares, que condujo a la creación de la
Empresa Colombiana de Petróleos (ECOPETROL), se otorgaron otras varias concesiones de las cuales sólo
resultaron comercialmente explotables la concesión dada a la Shell Cóndor S.A. en las áreas de Casabe y
Yondó en Antioquia, y la concesión. El difícil en el Departamento del Magdalena, que inicialmente fue
respectivos oleoductos y demás instalaciones referentes a la explotación, refinación y
transporte de petróleo y derivados que revertieron a la Nación. Así comenzó su
intervención directa en la cadena de producción de petróleo, por cuanto, hasta ese
entonces la exploración y explotación de crudo había estado a cargo de compañías
extranjeras, debido a la política estatal y a los altos costos y complejidad técnica
inherentes a esta actividad49.
El funcionamiento de Ecopetrol fue reorganizado por el Decreto 3211 de 1959 como una
empresa de carácter industrial y comercial, con personería jurídica propia, autonomía
administrativa y patrimonial y con el objeto de a) administrar, explotar y manejar los
campos petroleros, oleoductos, refinerías, estaciones de abastecimientos, y en general
todos aquellos bienes muebles e inmuebles que constituyen su patrimonio; b). Constituir y
organizar, cuando la Junta de Directores lo estime conveniente, con la participación del
capital privado, sociedades comerciales que tengan por objeto el transporte y distribución
de combustibles en el país, o cualquier otra actividad que se relacione con el
aprovechamiento de los hidrocarburos y sus derivados; sociedades estas que quedaban
sometidas al derecho común sin que pudieran gozar de exención o privilegio alguno; y c).
Ejecutar todas las actividades relacionadas con la industria del petróleo en cualquiera de
sus ramas y celebrar toda clase de negocios en conexión con tales actividades o todos los
actos, operaciones y contratos que convengan a tales fines.
Para efectos del caso sub judice debe preverse que para la fecha de celebración del
contrato la naturaleza jurídica de la Empresa Colombiana de Petróleos era la de una
Empresa Industrial y Comercial del Estado.
Ahora bien, como se viene diciendo, el esquema negocial adoptado por el Estado para
adelantar la actividad petrolera fue siempre la de Concesión y así se presentó desde 1905
cuando mediante la Ley 6 se dio origen a las concesiones conocidas como De Mares y
Barco.
productora de crudo y hoy es solamente de gas natural. Los contratos de concesión antes relacionados
revirtieron a la Nación y produjeron hasta el momento de la reversión un total de 852 millones de barriles de
petróleo y 923 giga pies cúbicos de gas.
49
En 1948 fue expedida la Ley 165 mediante la cual se facultó al Gobierno para la creación de una empresa
con la participación de la Nación y del capital privado, colombiano y extranjero. Dicha Ley previó,
igualmente que la empresa fuese netamente oficial, en caso de no ser posible la cooperación del capital
privado. A raíz de la reversión de la concesión De Mares, se expidió el Decreto 030 del 9 de enero de 1951,
organizando la Empresa Colombiana de Petróleos –Ecopetrol -, con capital totalmente estatal. Ecopetrol ha
tenido y tiene objetivos muy claros: exploración y explotación de las reservas nacionales de hidrocarburos y
suministro oportuno a la sociedad colombiana de la energía derivada del petróleo.
Después se profirió la Ley 110 de 1912 que estableció que las minas de petróleo podían
ser exploradas y explotadas por los particulares mediante el contrato de concesión sin la
autorización previa de congreso, siempre que se cumplieran los siguientes requisitos
“a).Que la duración del contrato no exceda de treinta años. b). Que a su expiración
queden de propiedad del Estado, a título gratuito, las carreteras, ferrocarriles, tranvías,
cables aéreos, máquinas, aparatos y en general, todos los medios de transporte y
elementos de explotación empleados por el empresario o empresarios; y c). Que el
beneficio que el Estado reporte de la explotación no baje del 15 por 100 del producto
bruto de la empresa.”
Se marcan así las tres etapas de desarrollo contractual acogido por la Nación, las cuales
se pasan a desarrollar:
Como antes se ha dicho, El Estado colombiano, ante las dificultades financieras y el alto
riesgo que representa la búsqueda de hidrocarburos, realizaba la explotación y
exploración de hidrocarburos mediante la celebración de contratos de concesión, pero
siempre ejerciendo la autoridad e imponiendo las condiciones según las normas legales,
dentro de los siguientes parámetros: pago de un canon o bono superficiario en proporción
a la extensión del terreno; suministro de la información de carácter técnico, científico y
estadístico que el Gobierno solicite; mínimo de perforaciones; plazos de exploración de 3
o 4 años según la localización del área, prorrogables, en otro tanto, año por año; y de
exploración de 30 a 40 años dependiendo también de la ubicación de la zona, sea
occidental u oriental, pago de regalías que fluctuaba entre 7.5% y 14.5%; devolución de
áreas y destino del crudo para refinación interna.
Cabe recordar aquí que el sistema de concesiones no era exclusivo para el campo de los
hidrocarburos, sino que también se usaba para el desarrollo de otras muy importantes
actividades, como por ejemplo la construcción y explotación de los ferrocarriles, o la
explotación de las comunicaciones.
El sistema de contratación por concesión fue estudiado en Colombia entre 1927 y 1931
con la colaboración de un grupo técnico integrado por cuatro expertos (de México,
Inglaterra, Rumania y Estados Unidos) y fue formalmente consagrado y reglamentado
mediante la Ley 37 de 1931, que en la práctica vino a ser el primer Código de Petróleos
diseñado en Colombia con el objetivo de regir la industria de los hidrocarburos.
Como también antes se ha señalado, el marco jurídico que gobernó la celebración de los
contratos de concesión en materia petrolera fueron, principalmente, la Ley 37 de 1931
mediante el cual se profirió el primer código de petróleos y se reglamentó el contrato de
concesión administrativa de petróleos como un contrato estandarizado con cláusulas
inmodificables.
Asimismo, son partes dentro del contrato: el Estado en condición de concedente como
propietario del petróleo y del subsuelo colombiano y el particular (persona natural o
jurídica) en condición de concesionario, dentro de cuyas obligaciones se encontraba,
principalmente, pagar el canon superficiario establecido en el Decreto 1056 de 1953,
suministrar los datos científicos, técnicos, estadísticos y económicos que el Gobierno le
solicitara, efectuar las perforaciones pactadas en el contrato con el equipo adecuado y sin
dilación y, por supuesto, revertir los bienes a favor de la Nación.
Al respecto, la premisa inicial es que el “modelo democrático del ejercicio del poder,
conforme lo anterior, determina una especial dirección a la actividad prestacional de
servicios a cargo del Estado, esto es, le introduce al mecanismo de la concesión
administrativa, en cuanto forma constitucional adecuada y posible para la prestación de
servicios públicos en actividades de titularidad pública, por fuera de los marcos de la
autocracia, la arbitrariedad, el favoritismo, la exclusión, etc., en fin por fuera de senderos,
discriminatorios en todos los aspectos”51.
50
Corte Constitucional, sentencia de constitucionalidad 250 de 6 de junio de 1996, M.P. Hernando Herrera
Vergara.
51
SANTOFIMIO GAMBOA Jaime Orlando, El Contrato de Concesión de Servicios Públicos. Coherencia con
los Postulados del Estado Social y Democrático de Derecho en aras de su estructuración, en función de los
Intereses Públicos - Tesis Doctoral, Universidad Carlos Tercero de Madrid, Departamento de Derecho Público
del Estado. Getafe febrero 2010, p.238.
consideraciones de interés para la comunidad o que atañen a derechos propiamente
colectivos, a las relaciones con los usuarios, y en especial, a la demarcación del régimen
jurídico que habrá de regir la prestación del servicio cuando se trate de este tipo de
concesiones”52.
52
SANTOFIMIO GAMBOA Jaime Orlando, El Contrato de Concesión de Servicios Públicos. Coherencia con
los Postulados del Estado Social y Democrático de Derecho en aras de su estructuración, en función de los
Intereses Públicos - Tesis Doctoral, Universidad Carlos Tercero de Madrid, Departamento de Derecho Público
del Estado. Getafe febrero 2010, pp.239 y 240.
53
JOSÉ LUIS VILLAR PALASÍ. Concesiones administrativas, Nueva Enciclopedia Jurídica, tomo IV,
Barcelona, Seix, 1981, pp. 687 y 696.
54
JOSÉ LUIS VILLAR EZCURRA. “La construcción y financiación de las infraestructuras públicas”,
en Revista del Derecho de las Telecomunicaciones e Infraestructuras en Red (Redeti), No. 10, 2001, p. 79.
55
LUIS ARROYO JIMÉNEZ. Libre empresa y títulos habilitantes, Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, 2004, pp. 307 y ss.
56
VILLAR PALASÍ. Concesiones administrativas, cit., p. 699. Véase el interesante enfoque del autor en
relación con las concesiones constitutivas y las traslaticias de funciones y poderes a los concesionarios. Puede
consultarse así mismo JUAN ALFONSO SANTAMARÍA PASTOR. Fundamentos de derecho administrativo I,
Madrid, Centro de Estudios Ramón Areces, 1991, pp. 954 y 955.
57
Constitución Política de Colombia, art. 210.
58
FERNANDO GARRIDO FALLA. Tratado de derecho administrativo, tomo II, Madrid, Tecnos, 1992, p.
358.
59
LUCIANO PAREJO ALFONSO. Derecho administrativo. Instituciones generales, Barcelona, Ariel,2003,
pp. 1053 y ss.
60
Es necesario tener en cuenta que el concepto moderno del contrato de concesión, en cuanto fenómeno
negocial vinculado a la actividad de la administración pública y de la colaboración de los privados en la
gestión de grandes proyectos de interés público, como la mayoría de las instituciones desarrolladas por el
derecho administrativo, después de la institucionalización del poder (PAREJO ALFONSO. El concepto del
derecho administrativo, Caracas, Editorial Jurídica Venezolana, 1984, pp. 27 y ss.; ÍD. Derecho administrativo,
cit., p. 1053), obtiene sus raíces y sustentos remotos en las experiencias administrativas romanas, que dieron
manera exclusiva y restrictiva respecto de bienes, servicios y obras de titularidad o
monopolio público y de claro contenido económico, en los eventos en que la
administración decide bajo parámetros discrecionales61 y de conformidad con los marcos
materiales definidos en el artículo 365 constitucional62, no asumir directamente su
explotación económica, la prestación del servicio o la ejecución de la obra, trasladando la
misma a particulares, esto es, escindiendo de sus facultades como titular de bienes,
servicios, o ejecutor de obras, las de explotación o gestión económica de los mismos,
desprendiéndose de ellas en favor de terceros, pero manteniendo su titularidad, control y
vigilancia63-64.
La concesión administrativa se torna entonces dentro del contexto del Estado social y
democrático de derecho en una adecuada fórmula de explotación de los bienes, servicios
y ejecución de obras de titularidad pública con trascendencia económica, esto es,
rentables65, y que mediante su explotación puedan implicar no solo la recepción de
lugar al desarrollo de instituciones que guardan armonía con muchas de las figuras implementadas por las
instituciones actuales de nuestra disciplina (SANTIAGO CASTÁN PÉREZ-GÓMEZ. Régimen jurídico de las
concesiones administrativas en el derecho romano, Madrid, Dykinson, 1996). Si bien es cierto que no
pretendemos sostener la presencia propiamente de un derecho administrativo romano, ante la inexistencia, en
la época, del concepto de división de poderes, propio del modelo del Estado constitucional (MASSIMO
SEVERO GIANNINI. Premisas sociológicas e históricas del derecho administrativo, Madrid, INAP, 1987, pp.
9 a 12. Del mismo autor puede consultarse Derecho administrativo, Madrid, Ministerio para las
Administraciones Públicas, 1991, pp. 37 a 40; “L’amministrazione pubblica dello Stato contemporaneo”, en
Trattato di diritto amministrativo, vol. I, Padova, CEDAM, 1988), de todas maneras las investigaciones sobre
las instituciones públicas romanas nos demuestran que esta cultura desarrolló, para enfrentar la creciente
problemática de lo público, una compleja sistemática que podríamos catalogar de administrativa, a través de la
cual se plantearon y resolvieron satisfactoriamente grandes cuestiones teóricas y prácticas que aún hoy se
plantean en nuestras instituciones administrativas y son objeto de profundos debates, dentro del que
denominamos derecho administrativo (ANTONIO FERNÁNDEZ DE BUJÁN. Derecho público romano, Cizur
Menor (Navarra), Thomson-Civitas, 2005, pp. 213 a 336).
61
VILLAR PALASÍ. Concesiones administrativas, cit., p. 695. La elección de la concesión administrativa en
relación con la ejecución directa es una de las decisiones más importantes y trascendentes para la
administración pública. “(…) En definitiva, la elección entre el sistema concesional y la gestión directa, entre
el quantum de individualismo y el quantum de colectivismo, depende en primer término de la afirmación que
el Estado haga en cuanto a entrar en el campo de sus responsabilidades esa concreta función, y una vez sentado
este punto, de criterios continentes, de índole técnica (mejor prestación en este sentido por el Estado),
económica (ahorro estatal), política (fuerza de cohesión y persistencia del grupo político, grado de
participación de los asociados y concreta eficiencia de tal participación) y educativos (…)”.
62
El asunto en nuestro derecho es de carácter constitucional. Con fundamento en el artículo 365 de la Carta
Política, los servicios públicos podrán ser prestados por el Estado, directa o indirectamente, al igual que por
las comunidades organizadas para estos efectos, o por particulares en los términos y condiciones que
establezca la ley. En todo caso, el Estado mantendrá la regulación, el control y la vigilancia de dichos
servicios. Al ocuparse la Constitución Política en definir de la formas de prestación de los servicios públicos
por parte del Estado, incorporando la modalidad de indirecta le abrió de manera clara e indiscutible las
puertas a la figura de la concesión administrativa, por lo menos en cuanto a las actividades de obras, servicios
públicos o la mixtura de estas dos, destacando, para estos efectos, la imposibilidad de pérdida de la titularidad
pública de estas actividades, por el solo hecho de la prestación indirecta, debiendo en todos los casos el
Estado preservar en relación con el concesionario la regulación, el control y la vigilancia de dichos servicios
públicos.
63
GARRIDO FALLA. Tratado de derecho administrativo, tomo II, cit., p. 359.
64
MIRIAM MABEL IVANEGA. Acerca de los servicios públicos y sus controles administrativos, Caracas,
Sherwood, 2006, pp. 49 y ss.
65
CHAPMAN. “La devolution de pouvoirs aux institutions autonomes”, ponencia general presentada al XI
Congreso Internacional de Ciencias Administrativas, Wiesbaden, 1959, p. 11, citado por GARRIDO FALLA.
Tratado de derecho administrativo, tomo II, cit., p. 359. “[…] Si el servicio necesita ser subvencionado, es
preferible que esté en manos públicas […]”.
respuestas de satisfacción para las necesidades de la comunidad sino también la
posibilidad de remuneración para los particulares que se involucren con el Estado,
mediante la retribución de su actividad66 de conformidad con los modelos y fórmulas
económicos previamente definidos de manera técnica, adecuada, proporcional, racional y
ponderada67.
Entonces, una vez terminado el contrato de concesión operaba la reversión de los bienes
a favor del Estado, de conformidad con los artículos 33 71, 17172 y 17273 del Código de
Petróleos, artículo 1274 de la Ley 10 de 1961 y artículos 9 75 y 2676 del Decreto 1348 de
1961.
70
Corte Constitucional, sentencia de constitucionalidad 250 de 6 de junio de 1996, M.P. Hernando Herrera
Vergara.
71
ARTICULO 33. Terminado el contrato por cualquier causa, salvo lo dispuesto en el artículo anterior, el
contratista dejará en perfecto estado la producción de los pozos que en tal época sean productivos y en buen
estado las construcciones y otras propiedades inmuebles ubicadas en el terreno contratado, todo lo cual pasará
gratuitamente a poder de la Nación con las servidumbres y bienes expropiados en beneficio de la empresa.
Respecto, de la propiedad mueble, su precio se fijará por peritos, y el contratista tendrá la obligación de
vendérselas al Gobierno, si así se lo exigiere dentro de los noventa (90) días siguientes a la terminación del
contrato.
La determinación del carácter de mueble o inmueble, en caso de desacuerdo, lo harán los peritos, teniendo en
cuenta la naturaleza y destinación de tales bienes, según lo dispone el Código Civil. Los peritos serán
nombrados y procederán como se indica en el Artículo 11.
Es entendido que en caso de prórroga del contrato, la reversión de las mejoras a favor de la Nación no se
producirá sino al vencimiento de dicha prórroga.
La Nación podrá, en cualquier tiempo, impetrar las providencias conservatorias que le convengan para
impedir que se perjudiquen o inutilicen, por culpa del contratista, el campo petrolífero o sus instalaciones y,
dependencias.
72
Artículo 171. Dentro de los noventa (90) días siguientes a la terminación del contrato, el Gobierno declarará
al contratista su voluntad de comprarle la propiedad mueble o parte de ella, la que debe determinarse con
precisión, y se procederá previamente al avalúo pericial de los objetos de la compraventa.
73
Artículo 172. En todos los contratos se estipulará que todos los elementos muebles que no comprare el
Gobierno y que durante el año siguiente a la terminación del contrato no fueren retirados por el contratista, de
las zonas o inmuebles que hacen parte de la empresa, pasarán ipso facto a propiedad de la Nación como
accesorios de la dicha empresa y al mismo título de reversión, sin pago de indemnización alguna a favor del
contratista.
74
Artículo 12. Cuando se renuncie o declare caducado un contrato de exploración y explotación de petróleo de
propiedad nacional antes de vencerse los primeros veinte años del período de explotación, los estudios y
documentos correspondientes pasarán a ser propiedad del Gobierno Nacional, y las zonas respectivas serán
contratadas en las condiciones del artículo anterior. (Decreto 1348 de 1961, artículo 26).
75
Artículo 9º. A partir de los 20 años del período de explotación el concesionario deberá incluir, dentro de las
inversiones previstas por el Código de Petróleos, las partidas necesarias para el mantenimiento de las
instalaciones, equipos, bienes muebles e inmuebles, etc., objeto de reversión al Estado.
76
Artículo 26. Las concesiones de petróleo que terminen por cualquier causa, durante los primeros veinte (20)
años del período de explotación, revertirán al Estado en la forma prevista en los artículos 32 y 33 del Código
de Petróleos, y su administración podrá ser contratada por el Estado con la Empresa Colombiana de Petróleos
como lo previene el artículo 5º de la Ley 165 de 1948, o sacadas a licitación en los términos del artículo 12 de
la Ley 10 de 1961 y disposiciones de este Decreto que lo reglamentan.
“técnicamente puede definirse la asociación, como un contrato de riesgo en la fase
exploratoria y una operación conjunta en su etapa de desarrollo”77.
Del contrato de asociación también puede decirse que dentro del ordenamiento
colombiano encuentra su antecedente más próximo en la Ley 20 de 1969 que en su
artículo 12 facultaba a ECOPETROL para que explorara, explotara y administrara los
recursos petroleros de la nación, de forma directa o a través de la asociación con el
capital público o privado, nacional o extranjero.
Asimismo, debe tenerse en cuenta que esta modalidad contractual encuentra su origen en
el “joint venture” con el objeto de ejecutar conjuntamente actividades propias de la
industria petrolera, bajo la consecuente repartición de costes y riesgos de los mismos en
la proporción pactada por las partes contratantes. Así mismo, en virtud de este contrato
las partes pueden convenir que los hidrocarburos producidos pertenecerán a cada parte
contratante en las proporciones estipuladas en el mismo.
77
José Fernando Isaza, presidente de Ecopetrol entre 1980 y 1982, tomado de - La Política Petrolera
Colombiana – Intervención de la Ministra de Minas y Energía de Colombia, Doctora Margarita Mena de
Quevedo en el Foro Petrolero realizado en el Congreso Nacional. Bogotá D.E. 7 y 8 de septiembre de 1989.
Pág. 10-11 y 18-21
Los contratos que celebre la empresa en virtud de lo dispuesto en este artículo,
requerirán para su validez ser aprobados mediante resolución del Ministerio de
Minas y Energía”.
Artículo 4º: Los contratos a que se refiere el artículo anterior quedarán sujetos al
derecho privado, salvo que tuvieren cláusula sobre caducidad, y en uno y otro
caso requerirán, para su validez, la aprobación del Ministerio de Minas y Energía.
(...)”
Entonces, el Decreto 2310 de 1.974, cuyo objetivo era proferir “normas [para la] abolición
del régimen de concesiones en materia de hidrocarburos, en su artículo 1° trasladó a la
Empresa Colombiana de Petróleos la función de realizar las actividades de exploración y
explotación de hidrocarburos de propiedad nacional directamente o, entre otros, a través
de los contratos de asociación celebrados con personas naturales o jurídicas, nacionales
o extranjeras.
Y es que en últimas, del espíritu del artículo 1° del Decreto 2310 de 1.974 consistía en
hacer más flexible la contratación en materia de exploración y explotación de petróleo, en
forma tal que su clausurado reflejara mejores condiciones contractuales para, a su vez,
incentivar la inversión en materia de hidrocarburos.
Por lo mismo, la Ley 80 de 1993 pese a incluir a las Empresas Industriales y Comerciales
del Estado dentro de las entidades a las que se aplica el Estatuto General de
Contratación, estableció en el artículo 76 que “los contratos de exploración y explotación
de recursos naturales renovables y no renovables, así como los concernientes a la
comercialización y demás actividades comerciales e industriales propias de las entidades
estatales a las que correspondan las competencias sobre estos asuntos, continuarán
rigiéndose por la legislación especial que les sea aplicable”78.
Asimismo, el artículo 16 del Decreto Ley 222 de 1983 (Régimen contractual anterior)
clasificaba los contratos de explotación de bienes del Estado como contratos
administrativos, aunque ellos se regían por “las normas especiales de la materia”, es
decir, la normatividad contemplada en las leyes y Códigos de Petróleos, de Minas y de
Recursos Naturales, antes mencionados.
“Artículo 68.- Las normas especiales que regulan los contratos de exploración y
explotación de recursos naturales renovables y no renovables, se entenderán
vigentes en todo aquello que no contravengan lo dispuesto en la presente ley”79.
Es claro que los contratos de asociación, por las características especiales de los
mismos no deben estar sujetos al régimen general de contratación, razón por la
cual el honorable Congreso de la República, en el parágrafo 33 del proyecto
mantuvo la vigencia del régimen de asociación consagrado por la ley 37 de 1993
para el sector de telecomunicaciones.
De otra parte, los demás contratos que se celebran en relación con minas e
hidrocarburos actualmente se someten también a reglas especiales en razón de
las características peculiares que revisten este tipo de actividades, las cuales no
es conveniente modificar por este estatuto.
En relación con este tema es pertinente señalar que el Código de Minas consagra
a favor de quien es titular de una licencia de explotación de pequeña minería o del
título de una licencia de explotación el derecho a suscribir el respectivo contrato de
concesión, cuando haya cumplido con sus obligaciones. Este derecho busca
permitir que pueda continuar explotando un yacimiento quien ha hecho la
exploración o la explotación (en pequeña minería) en condiciones adecuadas.
Dicha preferencia no podría operar en el nuevo estatuto de contratación”.
“El artículo 24 del proyecto de ley establece que la escogencia del contratista se
efectuará siempre a través de licitación o concurso públicos, los cuales se
adelantarán de conformidad con el procedimiento previsto en el artículo 30, salvo
en los casos que el mismo estatuto establece, en los cuales se puede contratar
directamente.
80
Gaceta del Congreso No. 296 de 1993.
“Fue de tal alcance la decisión jurídica y política adoptada, que el artículo 1 o del
Decreto 2310 de 1.974 no estableció restricción a tal capacidad contractual, ni
determinó parámetro alguno para su ejercicio, diferentes de aquellos que podían
emanar del mismo artículo del Decreto, de normas superiores de derecho, o de las
disposiciones que regulaban en general el funcionamiento y régimen de
contratación de las empresas industriales y comerciales del estado. Se reservó
solamente el ejecutivo la facultad de aprobar los contratos celebrados, aprobación
que constituye requisito de validez de los mismos, y cuyo ejercicio reglamentó
posteriormente el Ministerio de Minas y Energía mediante Resolución 2543 de
1.984
Ahora, pese al pre-diseño del texto contractual por parte de ECOPETROL, como el
régimen contractual aplicable es el derecho privado, y especialmente al principio de la
autonomía de la voluntad, las partes están facultadas legalmente para: modificar o ajustar
algunos términos o elementos del contrato, cuando en su criterio las condiciones fácticas,
técnicas y económicas así lo aconsejan, y en todo caso con aprobación del Ministerio de
Minas y Energía.
Así se adoptó un contrato de asociación que a su vez, fue sufriendo diferentes cambios
que se justifican en la búsqueda de una mayor inversión privada y mayores resultados en
la exploración y explotación del recurso no renovable y que, a la final, se proyectan en
mayores ingresos para la nación.
81
Consejo de Estado – Sección Tercera, sentencia de 8 de noviembre de 1990, Exp. 6326, M.P. Julio Cesar
Uribe Acosta.
ECOPETROL que como se dijo fue facultado por el Decreto 743 de 1975 para adoptar el
texto contractual, ha presentado diferentes modelos, entre estos el del año 1974 que
sufrió reformas en 1989, 1994 y 1995, entre otras.
Entre las reformas se observa, por ejemplo, que en 1995 se incluyó dentro de los costos
directos, la adquisición de sísmica, la perforación de pozos estratigráficos y la perforación
de pozos de exploración, de manera que ECOPETROL asumió costos que antes asumía
la Asociada.
Por el contrario, teniendo en cuenta que una vez declarada la comercialidad del
yacimiento la operación se vuelve conjunta, Ecopetrol debe participar en el 50% del
capital de riesgo o en el porcentaje contractualmente pactado.
Dentro de las características específicas del contrato de asociación debe preverse que se
trata de un contrato que, como ya se dijo que rige por el régimen de Derecho privado y en
particular por el Decreto 743 de 1975, es de carácter bilateral, donde son partes
ECOPETROL, como empresa que administra los recursos petroleros del Estado, y el
asociado, quien representa el capital de inversión privada, el cual puede ser una persona
natural o jurídica, nacional o extranjera.
El contrato empieza a regir desde la fecha efectiva que allí se estipule y fue previsto
inicialmente para una duración máxima de 28 años distribuidos así: un periodo inicial de
exploración de 3 años que puede ser prorrogado hasta 6 años, y 22 años como periodo
de explotación, contados a partir de la fecha de terminación del periodo de exploración.
Sin embargo estos términos han sido contractualmente ampliados.
Ecopetrol suministra a la Asociada toda la información que tenga sobre el área contratada
y a su vez, la Asociada hace lo propio con Ecopetrol, es decir, le debe entregar a la
empresa estatal a medida que la vaya obteniendo, toda la información geológica y
geofísica y la relativa a la perforación, al igual que todos los estudios o interpretaciones
técnicas que realice.
Una vez la Asociada termina los trabajos del periodo de exploración debe devolver la
totalidad del área contratada a menos que haya logrado el descubrimiento de un campo
reconocido por Ecopetrol como comercial. En este caso devuelve la mitad del área por su
cuenta y riesgo. Dos años más tarde el área del contrato se reduce al 25% del área inicial,
y dos años después, el área queda limitada a la de los campos de explotación más una
franja de protección de 5 kilómetros de ancho.
Con la puesta en producción del campo comercial se inicia el periodo de explotación del
contrato cuyas principales características son las siguientes:
Por regla general, si Ecopetrol acepta la existencia del campo comercial entra a
reembolsar los costos de los pozos exploratorios productores y a participar en el
desarrollo y producción del campo, Ecopetrol reembolsa a la Asociada el 50% de los
costos de perforación y terminación de los pozos comerciales perforados por la Asociada,
o el porcentaje contractualmente pactado. Este pago lo efectúa Ecopetrol a la Asociada
con el monto total de su participación en la producción de dichos pozos, deduciendo las
regalías.
Ecopetrol participa con el 50% de las inversiones y gastos de producción y con el 60% de
los gastos de transporte de petróleo producido a menos que el contrato contenga una
estipulación diferente.
Asimismo, a menos que el contrato de asociación petrolera disponga otra cosa, por regla
general, la participación de Ecopetrol en la producción total era del 60% incluyendo el
20% de regalías. El 40% restante era de propiedad de la Asociada. Considerando la
situación impositiva sobre este 40% la Asociada debía pagar los impuestos de renta y
complementarios y además lo correspondiente al impuesto por remesa de utilidades, lo
que significa que los beneficios para el país y para la Asociada se repartían,
aproximadamente, en 60% y 20% en su orden.
En los contratos de concesión, la Ley ordena que una vez terminado el contrato, el
contratista dejará en perfecto estado de producción los pozos que en tal época sean
productivos y en buen estado las construcciones y otras propiedades inmuebles, todo lo
cual pasará gratuitamente a poder de la Nación con las servidumbres o bienes
expropiados en beneficio de la Empresa. A su turno, en los contratos de asociación
cuando una de las partes del contrato decide retirarse antes del vencimiento de los
primeros 17 años de explotación, se obliga a vender a la otra parte los muebles adquiridos
por el operador para la ejecución del contrato a un precio comercial razonable o a su valor
en libros, el que sea más bajo. Con la excepción de la circunstancia que se acaba de
señalar, en todo caso de terminación del contrato (por haber transcurrido el tiempo de
duración del contrato, por voluntad de la Asociada después de los primeros 17 años del
periodo de explotación y por las causales de terminación unilateral), todos los bienes
registrados en la cuenta conjunta y que pertenezcan a las partes, pasan gratuitamente a
poder de Ecopetrol con las servidumbres y todos los demás bienes adquiridos en
beneficio del contrato, aun cuando se encuentren fuera del área contratada. Dentro de
estos bienes, por tanto, se encuentran los oleoductos que se construyan de acuerdo con
lo previsto en el mismo contrato. Al terminar éste, entonces, la principal obligación que
queda a cargo de la Asociada es la de entregar a Ecopetrol todos los bienes que hacen
parte de la cuenta conjunta82.
82
Comparativamente con el contrato de concesión, se ha dicho que el de asociación presenta las siguientes
ventajas (a)- Incremento notorio del porcentaje de beneficios para el país, al pasar de una regalía sobre la
producción bruta que fluctuaba entre el 7.5 y el 14.5% en el sistema de concesión, a una participación por
2.3 Sistema de contratación de la ANH (2003)
Asimismo, pese a que el objetivo inicial de la ANH fue la administración integral de las
reservas de hidrocarburos de propiedad de la Nación, con el mencionado decreto de 2011
su objetivo se amplió, además, a promover el aprovechamiento óptimo y sostenible de los
recursos hidrocarburíferos y contribuir a la seguridad energética nacional.
Del mismo modo, es de anotar que las funciones iniciales de la ANH fueron modificadas
mediante el Decreto 4137 de 2011, que a su vez fue subrogado por el Decreto 714 de
2012, en cuyo artículo 3º establece como funciones de la ANH, las siguientes:
4. Asignar las áreas para exploración y/o explotación con sujeción a las
modalidades y tipos de contratación que la Agencia Nacional de Hidrocarburos,
ANH, adopte para tal fin.
concepto de regalías y producción del 60%. Adicionalmente, este beneficio se incrementa incluyendo
impuestos y otros a un 80% para el país y un 20% para la Asociada. (b) - Mayor injerencia por parte de los
organismos estatales en la programación, ejecución y control de las actividades propias de la industria,
especialmente en el periodo de explotación. (c)- Mejor conocimiento del potencial petrolífero del país, como
consecuencia del mayor cubrimiento exploratorio logrado bajo el sistema de asociación, tanto en las cuencas
sedimentarias tradicionales, como en otras que han cobrado importancia reciente.
miras a planear y optimizar el aprovechamiento del recurso hidrocarburífero y
generar interés exploratorio y de inversión.
12. Efectuar las retenciones de las sumas que por concepto de participaciones y
regalías correspondan a las entidades partícipes con destino a los Fondos
previstos en la Constitución Política y la ley, y hacer los giros y reintegros en los
términos establecidos en ellas.
15. Fijar el precio al cual se debe vender el petróleo crudo de concesión destinado
a la refinación interna para el procesamiento o utilización en el país, y el gas
natural que se utilice efectivamente como materia prima en procesos industriales
petroquímicos cuando sea del caso.
18. Fijar los precios de exportación de petróleo crudo para efectos fiscales y
cambiarios.
19. Dirigir y coordinar lo relacionado con las liquidaciones por concepto del canon
superficiario correspondiente a los contratos de concesión.
23. Las demás que le sean asignadas y que le delegue el Ministerio de Minas y
Energía, de conformidad con las normas vigentes.”
Entonces, como puede verse la ANH fue creada, entre otras, con la función de celebrar
contratos de exploración y explotación petrolera, función esta que inicialmente se
desprendió del artículo 5.9 del Decreto 1760 de 2003, el cual la facultaba para
“administrar y disponer de los bienes muebles e inmuebles que pasen al Estado por
finalización de los contratos de exploración y explotación de hidrocarburos, o por
reversión de concesiones vigentes”.
De manera que, si bien en un primer momento era el Gobierno Nacional a través del
Ministerio de Minas a quien correspondía la suscripción de los contratos de concesión
petrolera, y posteriormente correspondió a ECOPETROL la suscripción de los contratos
de asociación, a partir de 2003 está facultad pertenece a la ANH; de manera que
ECOPETROL S.A. funciona únicamente como empresario que no representante ni
administrador del recurso petrolero.
Por lo anterior, el artículo 5.3 del Decreto 1760 dispuso como función de la ANH el
“diseñar, promover, negociar, celebrar, hacer seguimiento, y administrar los nuevos
contratos de exploración y explotación de hidrocarburos de propiedad de la Nación, en los
términos del artículo 76 de la Ley 80 de 1993 y las normas que la sustituyan, modifiquen o
adicionen”.
Asimismo, cuando el objeto del contrato comprenda actividades tanto de gestión del
conocimiento como de promoción de áreas y a la administración integral de las reservas
83
Los consorcios o uniones temporales no pueden ceder o transferir su participación y/o modificar sus
integrantes, salvo autorización previa y escrita de la ANH.
de hidrocarburos se aplicará la modalidad de selección que corresponda a la finalidad
principal del contrato.
De otro lado, debe anotarse que el Acuerdo 01 de 2009 también previo como modalidad
de selección la que denominó “selección de mercado”, que como su nombre lo indica
faculta a la ANH para seleccionar, de acuerdo con las condiciones del mercado, al
proveedor que este en capacidad de ejecutar el objeto del contrato requerido. Tales
condiciones son el precio del mercado, el tiempo de entrega, celeridad en el cumplimiento
de las obligaciones a contratar, plazos, calidad de los bienes y servicios ofrecidos y, en
general, todos los factores que permitan determinar las condiciones corrientes en que son
ofrecidos los bienes y servicios a contratar.
Esta modalidad de selección sólo tiene lugar, previa justificación, cuando se trata de
contrataciones cuyo valor es inferior a 300 SMLMV; cuando se celebra un contrato
interadministrativo; cuando el bien o servicio requerido es ofertado por un único
proveedor; cuando se trata de contratos cuyo objeto es un inmueble requerido para el
desarrollo de las actividades misionales; cuando se está en situación de apremio; cuando
se trata de un contrato de prestación de servicios profesionales; cuando el objeto del
contrato es la capacitación del personal en materias de la gestión misional; cuando el
objeto del contrato pueda ser ejecutado por instituciones universitarias; cuando el contrato
pueda ser ejecutado por instituciones sin ánimo de lucro; cuando se trata de contrato que
deban ejecutarse en el exterior, en los cuales podrá aplicarse la ley extranjera; y,
finalmente, cuando los requerimiento técnicos del contrato exijan conocimientos,
experiencia, equipos, procedimientos, información o cualesquiera otra condición o
circunstancia especial que hagan aconsejable contratar con determinada persona.
Ahora bien, la ANH se encuentra facultada para incluir en los contratos a que se refiere el
Acuerdo 1 de 2009, a título de cláusulas excepcionales, la de sometimiento a las leyes
nacionales, las de interpretación, modificación y terminación unilateral del contrato y las
de caducidad y reversión, cuyo alcance se haya determinado por los artículo 14 a 19 de la
Ley 80 de 1993. Asimismo se encuentra prevista la posibilidad de pactar multas y
clausulas penales.
Y, una vez celebrado cualquiera de los contratos misionales, corresponde a la ANH ejercer
las actividades de inspección y seguimiento contractual, conforme al Manual de
Contratación Administrativa e Inspección y Seguimiento Contractual adoptado por la
Agencia Nacional de Hidrocarburos mediante Resolución 481 de 2008.
Finalmente, es de anotar que los contratos misionales pueden ser adicionados en du valor
hasta el 100% y adicionados en el plazo sin ningún límite; en materia de garantías ellas
serán las que frente a cada contrato la ANH estimen adecuadas y la liquidación del
contrato se llevara a cabo de común acuerdo o de manera unilateral de conformidad con
los informes de interventoría, sin perjuicio de que las situaciones sobrevinientes,
relacionadas con la calidad o durabilidad de los bienes o servicios contratados, sean
reclamados por la ANH aun después de la suscripción del acta de liquidación.
El Consejo Directivo de la ANH expidió el Acuerdo 004 de 2012 - Por el cual se establecen
criterios de administración y asignación de áreas para exploración y explotación de los
hidrocarburos propiedad de la Nación; se expide el Reglamento de Contratación
correspondiente, y se fijan reglas para la gestión y el seguimiento de los respectivos
contratos.
Fue mediante este reglamento que la ANH adoptó los criterios para contratar la
explotación y explotación de los hidrocarburos propiedad de la Nación y fijó las reglas
para la selección objetiva de contratistas y la adjudicación, celebración, gestión,
ejecución, seguimiento, control y vigilancia de los correspondientes contratos84, con un
alcance de aplicación que él mismo señaló, abarca las distintas etapas de contrato, y que
se rigen por los principios de igualdad, moralidad, economía, celeridad, transparencia,
responsabilidad, debido proceso, selección objetiva, imparcialidad, publicidad,
contradicción, legalidad y calidad y planeación.
Asimismo para la suscripción de los contratos que se rigen por el Acuerdo 04 de 2012,
deben seguirse los términos establecidos en el proceso de selección o en el curso de la
asignación directa y su contenido serán las estipulaciones aprobadas por el Consejo
Directivo de la ANH sin perjuicio de las negociaciones que se hubieren llevado a cabo en
los aspectos que así lo permitan, frente a lo cual también vale señalar la posibilidad de
pactar cláusulas excepcionales o multas, cláusula penal pecuniaria o de indemnidad y
reversión.
Durante la ejecución del contrato la ANH es quien tiene la dirección general, control y
vigilancia de la gestión contractual y la ejerce mediante la supervisión y/o interventoría,
esto es directamente o a través de terceros.
Finalmente, además del régimen de transición, el reglamento prevé que una vez
terminado el contrato su liquidación se realice de común acuerdo o de manera unilateral,
dentro del término contractualmente fijado o dentro de los 9 meses siguientes.
La Resolución 046 del 25 de enero de 2013, por medio de la cual se adopta el Manual de
Contratación de la ANH, expresamente manifestó regular “las actividades de contratación
diferentes a las regladas por el Acuerdo 004 de 2012 del Consejo Directivo de la ANH y
las previstas en el Manual de Contratación Misional”.
Por su parte la selección abreviada se encuentra prevista para aquellos casos en que por
las características del objeto que se desea contratar, las circunstancias de la contratación
o la cuantía o destinación del bien, obra o servicio, puedan adelantarse procesos
simplificados para garantizar la eficiencia de la gestión contractual.
Dado lo anterior y una vez suscrito el contrato estatal la entidad, a través de su oficina
asesora jurídica, debe verificar los requisitos de ejecución del contrato, dentro de los
cuales se encuentran la constitución y aprobación de la garantía de cumplimiento y la
expedición del correspondiente registro presupuestal.
Finalmente, una vez culminado el plazo de ejecución del contrato inicia la etapa post-
contractual, dentro de la cual le corresponde al supervisor o al interventor del contrato
impulsar su liquidación, la cual podrá realizarse por mutuo acuerdo de los contratantes
dentro del plazo acordado o dentro de los 4 meses siguientes a su terminación. Cuando
dentro de estos 4 meses no se alcance la liquidación bilateral del contrato, la entidad está
facultada para liquidar unilateralmente el contrato dentro de los 2 meses siguientes.
Cuando la liquidación del contrato no se realiza en los términos antes señalados las
partes están en libertad de realizar dicha liquidación (de común acuerdo o
unilateralmente) o de acudir a la jurisdicción para que ella realice la liquidación judicial del
contrato, en cuyo evento cuentan con un término máximo de 2 años.
2.4 Conclusiones
Es por ello que se busca atraer inversionistas de largo plazo con suficiente capacidad
financiera que desarrollen la actividad petrolera bajo una política de distribución de
riesgos que son asignados contractualmente a quien tiene mejor capacidad financiera y
científica para administrarlos y gestionarlos, aunque con un compromiso de recuperación
o reembolso.
85
SANTOFIMIO Gamboa Jaime Orlando, Tesis Doctoral – Contrato de Concesión de Servicio Públicos.
Coherencia con los postulados del Estado Social y Democrático de Derecho, en aras de su estructuración en
función de los intereses públicos – Universidad Carlos Tercero de Madrid – Getafe, 2010.
que éste la desarrolle bajo su cuenta y riesgo y pague a la administración la regalía y el
porcentaje de participación correspondientes.
Por su parte, el contrato de asociación del Decreto 2310 de 1974 entrega la etapa de
exploración para que el particular la ejecute bajo su cuenta y riesgo, aunque le ofrece la
posibilidad de recuperación y reembolso del capital allí invertido en el modo y porcentaje
estipulado en cada contrato. Mientras que para la etapa de exploración se plantea una
operación conjunta de la actividad.
En efecto, aquel precepto prevé que los contratos deben “celebrarse y ejecutarse
de buena fe, y en consecuencia, obligarán no sólo a lo pactado expresamente en
ellos, sino a todo lo que corresponda a la naturaleza de los mismos, según la ley,
la costumbre o la equidad natural.”
Empero nada más lejano de la realidad que esa suposición porque la buena fe
contractual no consiste en creencias o convicciones de haber actuado o estar
actuando bien, es decir no es una buena fe subjetiva, sino que estriba en un
comportamiento real y efectivamente ajustado al ordenamiento y al contrato y por
consiguiente ella, tal como lo ha señalado ésta Subsección, “consiste
fundamentalmente en respetar en su esencia lo pactado, en cumplir las
obligaciones derivadas del acuerdo, en perseverar en la ejecución de lo
convenido, en observar cabalmente el deber de informar a la otra parte, y, en fin,
en desplegar un comportamiento que convenga a la realización y ejecución del
contrato sin olvidar que el interés del otro contratante también debe cumplirse y
cuya satisfacción depende en buena medida de la lealtad y corrección de la
conducta propia”,90 es decir, se trata aquí de una buena fe objetiva y “por lo tanto,
en sede contractual no interesa la convicción o creencia de las partes de estar
actuando conforme a derecho”91 o conforme al contrato, pues tales
convencimientos son irrelevantes porque, habida cuenta de la función social y
económica del contrato, lo que en verdad cuenta son todos los actos reales y
efectivos que procuran la cabal realización de estas funciones dentro del ámbito
de la legalidad y de la lealtad y corrección, esto es, ajustados en un todo al
ordenamiento jurídico y a lo convenido.”92
establecer los precios reales del mercado de aquellas cosas o servicios que serán objeto del contrato que
pretende celebrar la administración de tal suerte que pueda tener un marco de referencia que le permita
evaluar objetivamente las propuestas que se presenten durante el respectivo proceso de escogencia del
contratista.” Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C,
sentencia del 28 de marzo de 2012, expediente 22471. (La cita es del texto citado).
90
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, sentencia del 22
de junio de 2011, expediente 18836. (La cita es del texto citado).
91
Ibídem. (La cita es del texto citado).
92
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, sentencia del 19
de noviembre de 2012, expediente 22043. (La cita es del texto citado).
93
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, sentencia del 22
de junio de 2011, expediente 18836. (La cita es del texto citado).
permiten que una de las partes, en el momento en que espera el cumplimiento de la
obligación debida, sea sorprendida por su contratista con circunstancias que no alegó en
el tiempo adecuado, de manera que cualquier reclamación o pretensión ulterior es
extemporánea, improcedente e impróspera por vulnerar el principio de la buena fe
contractual94.
Asimismo, tampoco es admisible que una de las partes interprete de forma unilateral las
cláusulas inicialmente convenidas en el contrato o negocio jurídico estatal con el objeto
de satisfacer sus intereses personales, pues aceptar dicha posibilidad no sólo vulneraría
los principios que rigen la actividad contractual del estado sino el principio de buena fe
objetiva que según los dictados de los artículos 871 del Código de Comercio y 1603 del
Código Civil debe regir toda relación negocial.
Sobre éste punto es necesario precisar que si bien, por regla general, las partes en un
determinado contrato o negocio jurídico de carácter estatal pueden de común acuerdo
interpretar las cláusulas allí convenidas con sujeción a las reglas de interpretación
previstas en los artículos 1618 a 1624 del Código Civil 95 en aras de procurar la adecuada
y oportuna ejecución del objeto contractual así como la satisfacción de los intereses
94
Esta postura se encuentra consolidada de vieja data en la Sección Tercera del Consejo de Estado. Al
respecto ver: sentencia del 23 de junio de 1992, Exp. 6032; Subsección B, sentencia del 31 de agosto de 2011,
Expediente 18080; Subsección C, sentencia del 9 de mayo de 2012, Expediente 22087. y sentencia del 10 de
septiembre de 2014, Expediente 27648.
95
ARTICULO 1618. Prevalencia de la intención. Conocida claramente la intención de los contratantes, debe
estarse a ella más que a lo literal de las palabras.
ARTCULO 1619. Limitaciones del contrato a su materia. Por generales que sean los términos de un contrato,
solo se aplicarán a la materia sobre que se ha contratado.
ARTICULO 1620. Preferencia del sentido que produce efectos. El sentido en que una cláusula puede producir
algún efecto, deberá preferirse a aquel en que no sea capaz de producir efecto alguno.
ARTICULO 1621. Interpretación por la naturaleza del contrato. En aquellos casos en que no apareciere
voluntad contraria, deberá estarse a la interpretación que mejor cuadre con la naturaleza del contrato. Las
cláusulas de uso común se presumen aunque no se expresen.
ARTICULO 1622. Interpretación sistemática, por comparación y por aplicación práctica. Las cláusulas de un
contrato se interpretarán unas por otras, dándosele a cada una el sentido que mejor convenga al contrato en su
totalidad.
Podrán también interpretarse por las de otro contrato entre las mismas partes y sobre la misma materia. O por
la aplicación práctica que hayan hecho de ellas ambas partes, o una de las partes con aprobación de la otra
parte.
ARTICULO 1623. Interpretación de la inclusión de casos dentro del contrato Cuando en un contrato se ha
expresado un caso para explicar la obligación, no se entenderá por solo eso haberse querido restringir la
convención a ese caso, excluyendo los otros a que naturalmente se extienda.
ARTICULO 1624. Interpretación a favor del deudor. No pudiendo aplicarse ninguna de las reglas precedentes
de interpretación, se interpretarán las cláusulas ambiguas a favor del deudor. Pero las cláusulas ambiguas que
hayan sido extendidas o dictadas por una de las partes, sea acreedora o deudora, se interpretarán contra ella,
siempre que la ambigüedad provenga de la falta de una explicación que haya debido darse por ella.
generales, dicha facultad no puede ser ejercida por el contratista de forma unilateral y
arbitraria.
Cuando se trata de establecer los derechos y las obligaciones que surgen en favor y a
cargo de las partes en razón de un negocio jurídico, hay tres grandes labores que debe
emprender el juzgador para la verificación correspondiente.
La primera es la interpretación del negocio jurídico celebrado que tiene por objeto
fundamental constatar el acuerdo al que llegaron las partes, verificar los efectos que estos
le señalaron a su convenio y la incorporación de estas comprobaciones al negocio.
La tercera es la integración del negocio jurídico que consiste en incorporarle toda aquella
regulación que no tiene su fuente en el acuerdo de las partes sino en la ley y en general
en las restantes fuentes del derecho externas al contrato, tales como los principios
generales del derecho, la equidad y los usos normativos o costumbres como también se
les llama.
En lo que atañe a la integración de la ley al contrato debe decirse que han de incorporarse
no sólo las normas legales imperativas sino también las dispositivas, teniendo en cuenta
que las primeras tienen que anidarse de manera ineludible e inmediata en el contrato,
independientemente del querer de las partes, mientras que las segundas han de
integrarse a falta de estipulación o de acuerdo en contrario de los contratantes, razón por
la que en este último caso se dice que estas normas supletivas colman los vacíos dejados
por los disponentes pero sólo aquellos que no puedan ni deban ser llenados con los
criterios de la hermenéutica negocial, pues en este evento se estaría entonces frente a
una labor de interpretación y no a una de integración contractual.
96
Consejo de Estado, Sección Tercera – Subsección C, sentencia del 13 de junio de 2013, Exp. 23.730, M.P.
Jaime Orlando Santofimio Gamboa.
Con otras palabras, el juez debe empezar por enterarse de qué fue lo que convinieron las
partes (interpretar), proseguir con la valoración jurídica de lo pactado (calificando el acto,
constatando los efectos jurídicos que de él se derivan e incorporando estas
consecuencias jurídicas al acuerdo), para finalmente concluir con la integración de las
disposiciones externas al contrato que le correspondan (normas imperativas, normas
supletivas, principios generales del derecho, la equidad y los usos normativos).
Ahora, estas labores cobran mayor trascendencia en la actividad del juzgador cuando hay
discrepancias entre las partes sobre el verdadero esquema negocial por ellos empleado
puesto que ante tales divergencias es aquel quien está llamado a puntualizarlo con
autoridad y de manera vinculante y definitiva para los contendientes.
De ésta forma, tanto el negocio jurídico como el vicio existen, pero la nulidad no se
configura mientras que el juez no la decrete.
Ahora, si bien la nulidad puede ser absoluta o relativa, tanto la una como la otra son
susceptibles de saneamiento, bien por ratificación o bien por el término de prescripción,
aclarando que si la nulidad proviene de un objeto o de una causa ilícitos, no puede
sanearse por ratificación98.
(…)
La nulidad absoluta se produce por alguno de los siguientes vicios a saber: I) Por objeto
ilícito; II) Por causa ilícita; III) Por la Incapacidad absoluta de alguna de las partes y; IV)
97
ALARCÓN ROJAS Fernando, “La ineficacia de pleno derecho en los negocios jurídicos”, Ed. Universidad
Externado de Colombia, año 2011, Pág. 250
98
Ibídem. Pág. 249.
Por la omisión de alguna de las “solemnidades que la ley pida para la validez del acto en
consideración a su naturaleza y no a la calidad o estado de las partes que lo celebran”99.
Teniendo en cuenta que por medio de la nulidad absoluta se “protege el orden público, las
normas imperativas, las buenas costumbres, a los absolutamente incapaces y,
ocasionalmente, el negocio en los eventos de nulidad parcial” 100, ésta puede ser alegada
por las partes, por todo aquel que conozca el vicio y aún por el Ministerio Público en
salvaguarda del interés de la “moral o de la ley”101.
También puede ser declarada de oficio por el juez cuando aparezca de manifiesto en el
acto o contrato, siempre y cuando estén presentes en el proceso todas las partes del
negocio cuya nulidad se pretende decretar oficiosamente, según lo disponen los artículos
1742 del Código Civil, 306 del C.P.C. y 282 del C. G. P”102.
Ahora, cualquiera que sea la causa que da origen a la nulidad absoluta una vez ha
operado la prescripción extraordinaria ya no podrá ser declarada ni a solicitud de parte, ni
de oficio, pues así lo impone el orden jurídico, que en aras de garantizar la paz social y la
seguridad jurídica, “estima que es conveniente poner un límite temporal a la posibilidad de
cuestionar los negocios jurídicos”.
(…)
Cuando el vicio de nulidad que aqueja al contrato no comprende sus elementos
estructurales sino otros que se podrían llamar accidentales es evidente que el decreto de
nulidad no destruye por entero el contrato sino la parte viciosa, cuestión esta que se
desprende del principio de conservación del negocio jurídico.
99
Ibídem. Pág. 249.
100
Ibídem. Pág. 251
101
Artículo 1742 del Código Civil.
102
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, Laudo arbitral
del 13 de abril de 2015, Expediente. 52.556, EMGESA S.A. vs. Sociedad Hotelera Tequendama S.A.
103
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia del 24 de abril de
2013, Expediente 23.042.
En los términos referidos, la nulidad del negocio jurídico puede ser total o parcial, ésta
última se produce cuando del determinado contrato suscrito se logra evidenciar que aún
sin la parte viciada de nulidad, las partes de todos modos lo hubiesen celebrado104.
Así las cosas, se entiende que si en un determinado contrato lo que se encuentra viciado
de nulidad absoluta es una de las cláusulas contenidas en éste y el juez se percata de
ése vicio pero se reúnen los requisitos previstos en la ley para que no se deba declarar la
nulidad de la totalidad del negocio jurídico por haber reunido éste todos sus elementos
estructurales, así como también los requisitos exigidos para su valor, puede entonces en
ésta hipótesis proceder a declarar únicamente la nulidad de la cláusula viciosa.
6. El incumplimiento contractual.
En lo que tiene que ver con el incumplimiento contractual ésta Subsección ha señalado
con precisión:
“Los contratos, amén de regular o extinguir una relación jurídica de contenido económico,
también pueden crear relaciones obligacionales y como quiera que en las relaciones
jurídicas de esta estirpe una de las partes (el deudor) debe desplegar una conducta (la
prestación) en favor de la otra (el acreedor), se sigue que el comportamiento desplegado
por el deudor en favor del acreedor sólo puede ser tenido como satisfacción de la
prestación (pago) en la medida en que se ajuste plenamente a lo convenido.
No otra cosa se deduce de lo preceptuado en los artículos 1626, 1627 y 1649 del Código
Civil al disponer, respectivamente, que el “pago efectivo es la prestación de lo que se
debe”, que “el pago se hará bajo todos los respectos en conformidad al tenor de la
obligación; sin perjuicio de lo que en los casos especiales dispongan las leyes” y que “el
deudor no puede obligar al acreedor a que reciba por partes lo que se le deba, salvo el
caso de convención contraria, y sin perjuicio de lo que dispongan las leyes en casos
especiales.”
104
ALARCÓN ROJAS Fernando, ob., cit., Pág. 255.
105
ALARCÓN ROJAS Fernando, ob., cit., Pág. 256.
En consecuencia, se estará en presencia de un incumplimiento si la prestación no se
satisface en la forma y en la oportunidad debida y si además esa insatisfacción es
imputable al deudor.
(…) El incumplimiento, entendido como la inejecución por parte del deudor de las
prestaciones a su cargo por causas que le son imputables a él, puede dar lugar al deber
de indemnizar perjuicios si es que esa inejecución le ha causado un daño al acreedor.
En efecto, como toda responsabilidad civil persigue la reparación del daño y este puede
consistir en una merma patrimonial, en ventajas que se dejan de percibir o en la congoja
o pena que se sufre, es evidente que en sede de responsabilidad contractual un
incumplimiento puede causar, o no, una lesión de ésta naturaleza y es por esto que no
puede afirmarse que todo incumplimiento irremediablemente produce una merma
patrimonial, impide la consecución de una ventaja o produce un daño moral, máxime si se
tiene en cuenta que dos cosas diferentes son el daño y la prestación como objeto de la
obligación”109.
106
F. HINESTROSA. Tratado de las obligaciones. Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 2004, p. 237
107
Se exceptúa el caso, por ejemplo, en el que el deudor conviene en responder aún en el evento de fuerza
mayor o caso fortuito, tal como se desprende de los incisos finales de los artículos 1604 y 1616 del Código
Civil
108
Artículos 1604, inc. 2º, y 1616, inc. 2º, ibidem.
109
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C, Sentencia del
24 de julio de 2013, Expediente 25131; Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección
Tercera, Subsección C, Sentencia del 26 de marzo de 2014, Expediente 22831, Sentencia del 16 de octubre de
2014, Expediente 24.809, entre otras.
110
J. O. Santofimio Gamboa, “Tratado de Derecho Administrativo”, Tomo III, Primera Edición Noviembre de
2004, Editorial Universidad Externado de Colombia, Pág. 235.
Así, la declaratoria de incumplimiento supone un juicio de responsabilidad con el
consecuente reconocimiento de los perjuicios causados a la parte cumplida con ocasión
de éste, conforme a lo alegado y probado en el respectivo proceso111.
En éste orden de ideas, en tratándose de contratos que se rigen por el derecho privado,
cuando una de las partes ha incumplido, la parte cumplida podrá solicitar que se declare
el incumplimiento y exigir las garantías constituidas.
Sobre la caducidad de la acción se sabe que éste es un fenómeno jurídico que implica la
imposibilidad de formular ante la jurisdicción unas determinadas pretensiones habida
cuenta de que ha transcurrido el término que perentoriamente ha señalado la ley para
ejercitar la correspondiente acción.
La seguridad jurídica y la paz social son las razones que fundamentalmente justifican que
el legislador limite desde el punto de vista temporal la posibilidad de aducir ante el juez
111
Ibídem, Pág. 236
112
Ibídem. Pág. 236.
unas concretas pretensiones y por ello se dice que la caducidad protege intereses de
orden general.
Los términos para que opere la caducidad están siempre señalados en la ley y las normas
que los contienen son de orden público, razones por las cuales son taxativos y las partes
no pueden crear término alguno de caducidad.
La caducidad opera de pleno derecho, es decir que se estructura con el solo hecho de
transcurrir el tiempo prefijado para ello, y por lo tanto el juez puede y debe decretarla aún
de oficio cuando aparezca que ella ha operado.
La caducidad produce sus efectos frente a todas las personas sin que sea admisible
ninguna consideración sobre determinada calidad o condición de alguno de los sujetos
que interviene en la relación jurídica o que es titular del interés que se persigue proteger
mediante la respectiva acción.
Pues bien, de todas estas características que se han mencionado emerge que una vez
que se da el supuesto de hecho que el legislador ha señalado como comienzo del término
de caducidad, él indefectiblemente empieza a correr y en ningún caso queda en manos de
alguna de las partes la posibilidad de variar el término prefijado en la ley.
Ahora, desde la entrada en vigor del Decreto 1 de 1984, vigente para la época de los
hechos, el término de caducidad de la acción contractual del artículo 87 del Código
Contencioso Administrativo siempre ha sido de 2 años contados a partir del día siguiente
a la ocurrencia de los motivos de hecho o de derecho que les sirvan de fundamento.
a) En los de ejecución instantánea, a más tardar dentro de los dos (2) años
siguientes a cuando se cumplió o debió cumplirse el objeto del contrato;
b) En los que no requieran de liquidación, a más tardar dentro de los dos (2) años
siguientes contados desde la terminación del contrato por cualquier causa;
c) En los que requieran de liquidación y ésta sea efectuada de común acuerdo por
las partes, a más tardar dentro de los dos (2) años contados desde la firma del
acta;
e) La nulidad absoluta del contrato podrá ser alegada por las partes contratantes,
por el Ministerio Público o cualquier persona interesada, dentro de los dos (2) años
siguientes a su perfeccionamiento. Si el término de vigencia del contrato fuere
superior a dos (2) años, el término de caducidad será igual al de su vigencia, sin
que en ningún caso exceda de cinco (5) años contados a partir de su
perfeccionamiento. En ejercicio de esta acción se dará estricto cumplimiento al
artículo 22 de la ley "por la cual se adoptan como legislación permanente algunas
normas del Decreto 2651 de 1991, se modifican algunas del Código de
Procedimiento Civil, se derogan otras de la Ley 23 de 1991 y del Decreto 2279 de
1989, se modifican y expiden normas del Código Contencioso Administrativo y se
dictan otras disposiciones sobre descongestión, eficiencia y acceso a la justicia", y
f) La nulidad relativa del contrato, deberá ser alegada por las partes dentro de los
dos (2) años, contados a partir de su perfeccionamiento.”
En el asunto que aquí se revisa por vía de apelación se tiene que el 2 de agosto de 2002
se celebró entre la Empresa Colombiana de Petróleos - Ecopetrol E.I.C.E. y la sociedad
Argosy Energy International Ltda (hoy Gran Tierra Energy Colombia Ltda) 113 el contrato de
asociación “Guayuyaco” para desarrollar el siguiente objeto contractual:
113
Fls.322-323 y 363-364 C.2: Certificado de Cámara de Comercio de Bogotá de fecha 28 de marzo de 2008
en el que consta: (i) Que mediante escritura pública No. 5323 de 25 de octubre de 1983 se constituyó la
Sociedad Argosy Energy International; y (ii) que por medio de escritura pública No. 0002088 del 20 de
diciembre de 2006, está cambió su nombre por el de Gran Tierra Energy Colombia Ltda
1.3.- Sin perjuicio de lo estipulado en este contrato, se entiende que LA
ASOCIADA tendrá en los hidrocarburos que se produzcan en el área contratada y
en la parte que le corresponda, los mismos derechos y obligaciones que tengan
ante la ley colombiana quienes exploten hidrocarburos de propiedad nacional
dentro del país.
Ahora, con relación al área contratada, ésta fue denominada “Guayuyaco”, corresponde a
21.191 hectáreas con 5.800 metros cuadrados ubicados en jurisdicciones municipales de
Villa Garzón, Puerto Guzmán y Mocoa en el Departamento del Putumayo y Piamonte en
el departamento de Cauca, y dentro de ella se encontraban los pozos “Guayuyaco I” y
“Gayuyaco II”, sobre los cuales se planteó el incumplimiento de las obligaciones
económicas puesto a consideración de esta Sala de Subsección.
Es así que, con relación a los pozos Guayuyaco I y Gayuyaco II, la demandante consideró
que Gran Tierra Energy Colombia Ltda incumplió el contrato de asociación porque de la
producción de crudo que se obtuvo en la etapa de pruebas extensas de producción 116
llevadas a cabo en el periodo de exploración, no entregó a ECOPETROL el 30% que de
dicha producción le correspondía, con fundamento en la cláusula 3.5 del Anexo B,
denominado “acuerdo de operación” del contrato de asociación “Guayuyaco”, cuyo tenor
literal es el siguiente117:
114
Cláusula 4.- definiciones. (…) 4.27.- Periodo de explotación: El tiempo que transcurra desde cuando
finalice el periodo de exploración, o el de retención cuando haya lugar a este, hasta el término de este
contrato.
115
Capitulo iv – duración del contrato - cláusula 23.- duración máxima.
116
Cláusula 4.- definiciones. (…) 4.34.- Pruebas extensas de producción: Son las operaciones que se ejecutan
en uno o varios pozos de exploración productores con el fin de evaluar las condiciones de producción y
comportamiento del o los yacimientos, con instalaciones temporales de producción.
117
Fls.126-174 C.1
El siguiente es el procedimiento establecido para la ejecución de pruebas extensas
de producción en pozos de exploración y para el manejo de los hidrocarburos
provenientes de tales pruebas, previas a la aceptación o no de la existencia de un
campo comercial por parte de ECOPETROL, de conformidad con la cláusula 9 de
el (sic) contrato:
(…)
3.5.- Los volúmenes producidos en las pruebas extensas de producción serán los
recuperados del respectivo pozo de exploración en el tiempo máximo de prueba
aprobado por el Ministerio de Minas y Energía en el permiso correspondiente,
descontando cualquier volumen de los hidrocarburos usado como consumo en las
operaciones de las pruebas. La producción restante, después de descontado el
porcentaje correspondiente a las regalías, las cuales serán pagadas directamente
por ECOPETROL será tomada por LA ASOCIADA y los ingresos provenientes de
la valorización de tales hidrocarburos, al precio de referencia acordado por las
partes, serán deducidos de los costos directos de exploración del respectivo pozo
de exploración hasta un máximo del treinta por ciento (30%) de tales costos, para
efectos de su recuperación o reembolso en el siguiente orden: i) Costos Directos
de Exploración de las Pruebas Extensas de Producción; ii) Costos Directos de
Exploración de la perforación y completamiento del respectivo pozo de exploración
y iii) Costos Directos de Exploración de los Trabajos de Exploración anteriores a la
perforación del respectivo pozo de exploración. Una vez recuperado el treinta
(30%) de los costos directos de exploración, la producción proveniente de las
pruebas extensas de producción se distribuirá entre las partes en la proporción de
treinta por ciento (30%) para ECOPETROL y de setenta por ciento (70%) para LA
ASOCIADA.
(…)”.
Por su parte, el A quo encontró probado que Gran Tierra Energy Colombia Ltda. incumplió
parcialmente el contrato de asociación de Guayuyaco, al no deducir el 30% de los costos
directos de exploración sobre la producción total de las pruebas extensas y condenó a la
demandada a entregar a Ecopetrol S.A, 44.025 barriles de crudo.
La pregunta que al respecto debe hacerse la Sala para determinar a partir de cuándo se
cuenta el término de caducidad de la acción en el caso concreto es ¿en qué momento se
hizo exigible el cumplimiento de dicha obligación?
Sin embargo, en el caso de autos se trata de una obligación de trato sucesivo que debio
ejecutarse durante el periodo de exploración y, específicamente, durante la realización de
las pruebas extensas en cada uno de los pozos.
Del mismo modo, con relación al pozo Guayuyaco II, obra el oficio GG-155 de 13 de
octubre de 2005, por medio del cual LA ASOCIADA le solicitó al Ministerio de Minas y
Energía la aprobación para realizar las pruebas extensas en dicho yacimiento, hasta el 31
de enero de 2006119.
Ahora bien, pese a las fechas de culminación de las pruebas extensas llevadas a cabo en
el periodo de exploración, la Sala observa que mediante oficio VEX No. 1113 del 28 de
diciembre de 2005 Ecopetrol S.A le comunicó a LA ASOCIADA121 que “basada en los
resultados de la perforación de los pozos exploratorios Guayuyaco-1 y Guayuyaco-2, nos
permitimos manifestarles que de conformidad con la autorización emitida por la Junta
Directiva de la Empresa en su sesión No. 044 del 15 de diciembre de 2005, ECOPETROL
S.A., aceptó la comercialidad para el campo de la referencia en un área de 130 acres
para la estructura definida por las formaciones Villeta y Caballos (…)”.
118
Fls.392-393 C.2 y 21 C.1 (pruebas)
119
Fls.546 C.3
120
Fls.512-529 C.3
121
Fls.274 C.2
Asimismo, en Acta de Comité No. 1 del 31 d enero de 2006 122, luego de establecer la
aceptación de comercialidad de los yacimientos, LA ASOCIADA presentó el resumen de
las operaciones desarrolladas durante el año 2005 (punto 3.5). Aquí cada una de las
partes defendió su posición con relación a la producción durante las pruebas extensas de
ambos pozos y LA ASOCIADA “manifestó que ésta trabajando sobre el tema y en los
próximos días presentará a la Vicepresidencia de Exploración de ECOPETROL S.A la
respuesta a la comunicación de noviembre con una propuesta ajustada al contrato de
asociación y que permita llegar a un acuerdo sobre el manejo de la producción durante
las pruebas extensas”.
En atención a lo anterior, “El Comité Ejecutivo acordó que hasta tanto se defina
oficialmente el tema de reembolso, la distribución de la producción contada a partir del 28
de diciembre de 2005, fecha de aceptación de la comercialidad, sea después de regalías
70% para la Asociada y 30% para ECOPETROL S.A de acuerdo con lo estipulado en la
cláusula 3.5 del anexo B del contrato de asociación Guayuyaco. En todo caso, el Comité
solicitó al operador el envío de las cifras definitivas de ingresos y egresos con corte al 28
de diciembre de 2005 (fecha en la cual se otorgó la comercialidad) para establecer el
balance final de reembolso”
Visto lo anterior, la Sala observa que en Comité Ejecutivo que se encuentra compuesto
por un miembro principal y dos suplentes de cada una de las co-contratantes 123 y cuyas
decisiones son obligatorias y definitivas para las partes124, ante el desacuerdo presentado
en la distribución de la producción obtenida en la etapa de pruebas extensas de la
exploración, LA ASOCIADA y ECOPETROL acordaron iniciar un nuevo computo de la
producción a partir del 28 de diciembre de 2005, fecha en la cual fue aceptada la
comercialidad de los yacimientos, y pactaron dar inicio a la distribución de dicha
producción, directamente después de regalías, esto es, sin descontar el porcentaje de
recuperación o reembolso dispuesto en la cláusula 3.5 del Anexo B cuya aplicación es el
eje central de la discusión presentada en sede judicial.
Entonces, en consideración a que las mismas partes adoptaron como fecha de corte para
zanjar la discusión, el 28 de diciembre de 2005, la Sala también considera adecuada
122
Fls.186-192 C.1, 209-211 C.2 y 1777-1782 C.9 (pruebas)
123
Cláusula 18.1: Dentro de los treinta (30) días calendario siguientes a la aceptación de la existencia del
primer Yacimiento Comercial, cada parte debe nombrar un representantes y sus correspondientes primero y
segundo suplente, para integrar el Comité Ejecutivo (…) 18.2 El Comité Ejecutivo celebrar{a reuniones
ordinarias durantes los meses de marzo, julio y noviembre (…) 18.3 Las partes y el operador podrán solicitar
que se convoque a reuniones especiales del Comité Ejecutivo para analizar condiciones específicas de la
operación (…) 18.4 El representante de cada una de las Partes tendrá en todos los asuntos discutidos en el
Comité Ejecutivo, un voto equivalente al porcentaje de sus intereses totales en la operación conjunta. (…)
124
Inciso 2º de la cláusula 18.4 “Todas las decisiones adoptadas por el Comité Ejecutivo, de acuerdo con el
procedimiento enunciado en esta cláusula, serán obligatorias y definitivas tanto para las partes como para el
operador.”
dicha fecha para iniciar el computo del término de caducidad, y teniendo en cuenta que la
demanda fue presentada el 13 de diciembre de 2007, es decir antes del vencimiento de
los 2 años legalmente dispuestos para el efecto, la Sala negará la excepción de
caducidad de la Acción presentada por la demandada.
8.2 Nulidad absoluta de la cláusula 3.5 del anexo B del contrato de Asociación
“Guayuyaco”
La Sala observa que, de una parte, la demandante solicitó la declaratoria de la validez del
contrato celebrado entre Ecopetrol S.A y la sociedad demandada, especialmente, de la
cláusula 3.5 del anexo B del mencionado negocio jurídico.
Por la omisión de solemnidades pedidas por la Ley para la validez del acto en atención a
su naturaleza.
Asimismo, se itera que la nulidad absoluta se produce por objeto ilícito, causa ilícita, por
incapacidad absoluta de alguna de las partes y por la omisión de alguna de las
solemnidades que la ley pida para la validez del acto en consideración a su naturaleza y
no a la calidad o estado de las partes que lo celebran.
En el caso de autos se prevé que la excepcionante, aunque dice formular el cargo por
nulidad de la cláusula 3.5 del Acuerdo de Operaciones del Contrato de Asociación por ella
suscrito, expone como argumentos de su excepción razones que no se identifican con las
causales de nulidad antes señaladas.
En efecto, no especifica, ni la Sala advierte, una norma de carácter imperativo que resulte
vulnerada con el acuerdo de voluntades y, aunque sostiene que la cláusula es abusiva y
contraria a las buenas costumbres, tampoco trae al proceso la prueba de la costumbre,
los usos o las buenas prácticas de la industria petrolera que resultan afectadas y, mucho
menos, demuestra la existencia de un objeto o causa ilícita, una incapacidad absoluta en
alguna de las partes o la ausencia de un requisito para la validez de la cláusula.
Sobre los requisitos para la validez de las cláusulas del contrato de asociación suscrito
por ECOPETROL para la exploración y explotación de hidrocarburos, debe preverse,
como antes se dijo, que el artículo 1º, inciso 2º del Decreto 2310 de 1974 – Código de
Petróleos requiere la aprobación mediante resolución del Ministerio de Minas y Energía
del clausulado contractual.
Así las cosas, la Sala no encuentra configurado vicio alguno de nulidad que invalide la
cláusula 3.5 del Anexo B – Acuerdo de Operaciones del Contrato de Asociación suscrito
entre ECOPETROL y LA ASOCIADA, en razón a lo cual declarará la validez de la misma
y revisara los cargos expuestos en sede de interpretación del contrato.
En cuanto se trata de precisar los derechos y las obligaciones que surgen en favor y a
cargo de cada una de las partes en razón del contrato de asociación petrolera entre ellas
celebrado, específicamente, en lo que respecta a las obligaciones derivadas de la
cláusula 3.5 del Anexo B – Acuerdo de Operaciones, la Sala procederá a interpretar su
contenido a fin de constatar el acuerdo al que llegaron las partes y verificar los efectos
que ellas mismas le señalaron.
Entonces, como en este escenario la primera pregunta que debe plantearse el juzgador
es ¿qué fue lo que convinieron las partes?, en primer lugar se acudirá a texto de la
misma:
Resulta también importante verificar qué fue lo que entendieron las partes frente al texto
de la cláusula, para a la final vislumbrar el verdadero alcance y resolver las discrepancias
presentadas. Al efecto, obra dentro del plenario el siguiente material probatorio:
- Oficio No. 000501 del 24 de mayo de 2005 mediante el cual Ecopetrol S.A le puso de
presente a LA ASOCIADA lo siguiente125:
- Oficio GG-89 de 8 de julio de 2005 por medio del cual LA ASOCIADA dio respuesta al
oficio de 24 de mayo de 2005 proferido por Ecopetrol en los siguientes términos126:
125
Fls.302-303 C.2 y 1813-1814 C.10 (pruebas)
126
Fls.276-284 C.2 y 1815-1823 C.10 (pruebas)
“(…) Lo expresado por ustedes conduciría a que debiera imputarse al reembolso
del 30% de los costos de las pruebas extensas de producción de dicho pozo el
100% de la producción obtenida en tales pruebas, como si esa producción fuera
en su totalidad propiedad de Ecopetrol S.A.
- Acta del Comité Ejecutivo No.1 suscrita el 31 de enero de 2006, de la cual se extrae130:
“3.- EXPLOTACIÓN
127
Fls.417-424 C.3 y 2349-2362 C.12 (pruebas)
128
Fls.296-301 C.2 y 2357-2362 C.12 (pruebas)
129
Fls.270-273 C.2, 499-502 C.3 y 2343-2348 C.12 (pruebas)
130
Fls.186-192 C.1, 209-211 C.2 y 1777-1782 C.9 (pruebas)
la Asociada, después de cumplido el reembolso del 30% de los costos directos de
exploración del campo Guayuyaco.
ARGOSY manifestó que ésta trabajando sobre el tema y en los próximos días
presentará a la Vicepresidencia de Exploración de ECOPETROL S.A la respuesta
a la comunicación de noviembre con una propuesta ajustada al contrato de
asociación y que permita llegar a un acuerdo sobre el manejo de la producción
durante las pruebas extensas.
131
Fls.287-291 C.2, 614-617 C.4 y 1824-1827 C.10 (pruebas)
máximo del treinta por ciento (30%) de tales costos…” está atribuyendo a este
30% el carácter de tope o limite en el cual dichos ingresos pueden ser deducidos
de los costos directos de exploración. Este límite constituye el máximo hasta
donde pueden llegar la recuperación y el reembolso de tales costos con la
producción obtenida durante las pruebas extensas, por lo cual a ninguna de las
partes le está permitido deducir de los costos directos de exploración la totalidad
de los ingresos originados en la producción puesto que con ello se excedería el
tope hasta el cual está contractualmente autorizada la deducción.
- Acta del Comité Ejecutivo No. 3 de fecha 17 de agosto de 2006, mediante la cual se
aprobó el Acta No. 2 del 31 de enero del mismo año y además se dijo132:
“(…)
5.0 DESACUERDO REEMBOLSO COSTOS DIRECTOS DE EXPLORACIÓN.
- Acta del Comité Ejecutivo No. 4 del 20 de noviembre de 2006, de la cual se extrae133:
Una vez que la asociada recuperó el 30% de los costos directos de exploración
(US$3.803.360), la producción proveniente de las pruebas extensas se debe
distribuir entre las partes en la proporción del treinta por ciento (30%)
ECOPETROL S.A y setenta por ciento (70%) para la Asociada, como lo presenta
el cuadro 1.
133
Fls.264-269 C.2, 670-672 C.4 y 1790-1795 C.9 (pruebas)
Menos: Inventario final 2.789
Subtotal producción bombeada a 314.053
Santana
Menos: 30% equivalente a los 86.466
costos directos de exploración
Saldo producción a distribuir 227.587
ECOPETROL S.A. (30%) 68.276
ARGOSY (70%) 159.310
Por su parte, ARGOSY manifiesta que de acuerdo con la cláusula 3.5 del anexo B
del contrato de asociación Guayuyaco, cuando la producción acumulada obtenida
durante las pruebas extensas alcanzó US$3.803.360 (equivalentes a 86.466
barriles, según anexo 2), la Asociada recibió US$2.662.352 a título de
recuperación de la inversión y US$1.141.008 por concepto de reembolso, es decir
que del 30% de los costos directos de exploración de las pruebas extensas de
producción y de los costos directos de perforación y completamiento de los pozos
Guayuyaco-1 y Guayuyaco-2 (US$3.803.360) a que la Asociada tiene derecho por
concepto de reembolso durante la etapa pre- comercial, ECOPETROL ha pagado
solamente el 30% (US$3.803.360 X 30% = US$1.141.008).
De otra parte la Sala, en aras de los argumentos expuestos por el apelante frente a la
valoración de las pruebas testimoniales, quiere citar los apartes de los testimonios que
pueden aportar luces a la discusión planteada, a saber:
“(…) Básicamente yo como gerente financiero de Gran Tierra apliqué las cláusulas
del contrato en cuanto al reembolso de costos exploratorios por parte de
ECOPETROL y a la distribución de las pruebas extensas aprobadas. La
distribución en cuanto al reembolso fue: ECOPETROL está obligada a reembolsar
el 30% de los costos exploratorios una vez aprobada la comercialidad y la
distribución de los ingresos de las pruebas extensas, también se reconoció el 30%
a ECOPETROL. ECOPETROL no está de acuerdo con la distribución de los
ingresos de las pruebas extensas. Yo todo el tiempo apliqué el 30% para
ECOPETROL y el 70% para Gran Tierra, hay una cláusula del contrato que dice
que todos los costos y riesgos y los hidrocarburos producidos en el área
contratada se repartirá en los porcentajes acordados en el contrato y esa es la
matemática simple que yo apliqué 70-30 todo el tiempo, vale aclarar que fue la
compañía Gran Tierra la que tomó la decisiones de aplicar 70-30. (…) Yo he leído
la cláusula 3.5 y la posición de la Compañía es que ECOPETROL está tomando el
100% de las pruebas extensas para cubrir su reembolso obligatorio. (…)
Preguntado: Sírvase indicar si cuanto (sic) entró al cargo pudo revisar los registros
de los años anteriores y si encontró o no alguna anomalía en los reembolsos.
Contestó: No encontré porque la comercialidad fue decretada en diciembre 28 de
2005 fecha de corte de los proyectos para determinar los costos finales y se
encontraron los costos de los proyectos de perforación de los pozos Guayuyaco-1
y 2, programas de sísmica y una línea de flujo que sirve para conducir el petróleo,
en esa fecha fue enviada una factura a Ecopetrol presentando cada proyecto y su
valor, indicándole que debía reembolsar el 30% de dichos costos, Ecopetrol dentro
del contrato ejerció su derecho de auditoria de los costos presentados y
rechazando del total de los costos presentando 52 mil dólares”.
134
Fls.293-295 C.2 y 1811- 1812 C.10 (pruebas)
135
Fls.329-330 C.2 (pruebas)
relación al espíritu de la cláusula 3.5 del anexo “B” del contrato de asociación
“Guayuyaco”136:
- Declaración rendida por Álvaro Eliecer Rocha, quien afirmó haber estado vinculado con
la hoy demandante hasta el año 2003 y manifestó con relación a la cláusula 3.5 del anexo
B del contrato de asociación suscrito entre esas partes lo siguiente137:
“(…) Es que todo debe tener una lógica, la lógica es si yo por ejemplo, venía en la
tradición de un 50-50 y lo que estoy buscando es incentivar a la asociada para que
traiga la inversión al país y le doy la posibilidad, le doy no (sic), le dieron la
posibilidad de que se manejara con un 30 disminuido ECOPETROL y un 70
incrementado al asociado, no entiendo porque al final yo voy a cobrar el 100% de
la producción para la parte más favorecida perjudicando a la otra, o sea, yo no
encuentro es la lógica en este sentido, entonces dentro de este punto de vista
pues pienso (…) de pronto quedo (…) escueta el 100% de la producción, entonces
cuando uno dice producción se está refiriendo a todo, al total de la producción
como tal, entonces en ese sentido pienso yo que de pronto hay una discrepancia
con lo que se quería en su momento con lo quedó definitivamente plasmado,
entonces no sé, es un concepto muy personal y es mi opinión en ese sentido”.
- Declaración rendida por Gustavo Suarez Camacho, quien afirmó haber sido apoderado
de LA ASOCIADA y manifestó con relación a la cláusula 3.5 del anexo B del contrato de
asociación, que es necesario ver el caso concreto de cada contrato de asociación, puesto
que muchas veces Ecopetrol negoció o modificó la aplicación de la mencionada
cláusula138.
- Testimonio de Víctor Hugo Franco Tamayo rendido el 23 de febrero de 2009 quien afirmó
haber participado como Gerente de LA ASOCIADA en la negociación del contrato de
asociación “Guayuyaco” con Ecopetrol y manifestó139:
“(…) Personalmente participé en la revisión de las minutas del contrato con los
funcionarios de Ecopetrol que fue un proceso largo precisamente por ser una
modalidad nueva de contrato y se trató al máximo de dejar definido los términos
de esta nueva modalidad que Ecopetrol había definido. Preguntado: Encontró
dentro de ese proceso de análisis y estudio alguna contradicción en los términos
del contrato y si fue así la manifestó oportunamente de alguna manera. Contestó:
Los términos generales y su filosofía fueron definidos por Ecopetrol en una
comunicación que envió la presidencia a Argosy. En la redacción de las minutas
del contrato el objetivo fue plasmar la filosofía definida por Ecopetrol. Es por eso
que en la interpretación de las cláusulas se debe ver el contrato integralmente y no
las cláusulas aisladas. Preguntado: Usted contestó en respuesta anterior que la
cláusula 3.5 del anexo B se aplica cuando se realizan pruebas extensas de
136
Fls.333-336 C.2 (pruebas)
137
Fls.340-351 C.2 (pruebas) prueba allegada por la demandada.
138
Fls.352-383 C.2 (pruebas)
139
Fls.384-392 C.2 (pruebas)
producción, esto significa según su respuesta anterior, que de esa forma quedó
plasmada la filosofía de Ecopetrol al respecto. (…) Contestó: En mi concepto y en
el de Argosy la cláusula mantiene una distribución de producción del 70% para la
asociada y 30% para Ecopetrol y como tal esa es la filosofía del contrato. (…)
Preguntado: La Asociada tiene oportunidad de redactar o modificar alguna o
algunas de las cláusulas del contrato de asociación, en caso positivo podría decir
cuáles. Contestó: En el caso particular de Guayuyaco por el ser el primer contrato
que se firmó de este tipo tuvimos la oportunidad de interactuar con Ecopetrol en la
redacción de la minuta. Sin embargo las modificaciones o revisiones se hicieron
manteniendo la filosofía definida por Ecopetrol en la comunicación en la que le
anunció a Argosy esta nueva modalidad del contrato. (…) Preguntado: Podría
usted informarle al Despacho si tiene conocimiento acerca de cuál es la posición
de Ecopetrol sobre la forma de distribución de producción en las pruebas extensas
de producción y el reembolso de los costos directos de exploración (…). Contestó:
(…) En concepto de Ecopetrol la producción inicial durante las pruebas extensas le
corresponde a Ecopetrol en un 100% hasta reembolsar el 30% de los costos de
exploración que le correspondan. En esta interpretación la asociada a pesar de
haber realizado el 100% de las inversiones no estaría recibiendo su participación
en la producción del 70%. (…) Preguntado: Teniendo en cuenta su respuesta
anterior podría manifestarle al Despacho si dentro de esas alternativas planteadas
por Ecopetrol y Gran Tierra. En caso positivo podría explicar cuál fue esa
alternativa. Contestó: Si surgió una alternativa mediante la cual se mantiene todo
el tiempo una distribución del 70% para la Asociada y 30% para Ecopetrol pero en
la cual se permitía en la fase inicial de producción durante las pruebas extensas el
reembolso (Ecopetrol) y recuperación (Asociada) del 30% de los costos directos
de exploración. El saldo restante por reembolsar o recuperar se realizaría después
de declarada la comercialidad del campo. Preguntado: Podría usted manifestarle
al Despacho si Gran Tierra tomó para sí los ingresos correspondientes al 70% de
la producción obtenida durante la pruebas extensas (sic) de producción, en caso
positivo podría señalarle al Despacho porque razón. Contestó: Sí tomó el 70%
porque es la participación que en interpretación de Gran Tierra le corresponde y el
30% restante fue acreditados al reembolso correspondiente a Ecopetrol. (…)”.
- Testimonio rendido por Vivian Jean Cuck Ordoñez el 24 de febrero de 2009 quien afirmó
haber trabajado desde 1999 hasta el 2001 en Ecopetrol S.A y, actualmente, ser Asesora
de Gran Tierra Energy Colombia (LA ASOCIADA), y quien manifestó que la interpretación
que Ecopetrol S.A le ha dado a la cláusula 3.5 del anexo “B” del contrato de Asociación
“Guayuyaco” le ha generado a su favor un beneficio injustificado141:
140
Fls.400-410 C.3 (pruebas)
141
Fls.411-418 C.3 (pruebas)
- Interrogatorio de parte rendido el 21 de abril de 2009 por Álvaro Camacho Rodríguez,
representante legal de Gran Tierra Energy Colombia (LA ASOCIADA), quien manifestó142:
- Interrogatorio de parte rendido el 13 de febrero de 2009 por Camilo Ernesto Villota, Jefe
de la Unidad de Asesoría Legal de Exploración y Producción y apoderado general de
Ecopetrol, quien manifestó con relación a la aplicación de la cláusula 3.5 del anexo “B” y
el conocimiento previo a la firma del contrato de asociación “Guayuyaco” lo siguiente143:
142
Fls.127-128 C.3 (pruebas)
143
Fls.732-735 C.4 (pruebas)
más de lo necesario, ejecutando la prueba extensa, y solicite la comercialidad a
Ecopetrol y en segundo lugar, que la Asociada disponga de recursos del Estado
para que los invierta en gastos exploratorios, que de acuerdo con la filosofía del
contrato, deben ser asumidos a costo y riesgo de la Asociada. (…) 7) Diga cómo
es cierto sí o no, y yo afirmo que es cierto, que quien preparó, elaboró y redactó el
contrato de asociación Guayuyaco fue Ecopetrol y no la Asociada?
INTERROGADO.- Es cierto. Es Ecopetrol quien prepara los modelos contractuales
del contrato de asociación y que solamente discute con la Asociada algunos
aspectos tales como las actividades y el monto de la inversión que debe ejecutar
la Asociada en la etapa exploratoria. El resto de las disposiciones las elabora
Ecopetrol, pero también es cierto, que en este caso en particular del contrato de
asociación Guayuyaco, Ecopetrol le entregó a la empresa Argosy Energy
International, la minuta alrededor de noviembre del año 2001, para que dicha
empresa la llevara a los EE.UU a hacerla revisar de su casa matriz y de abogados
especializados en derecho petrolero, y después de casi un año, firmaron el
contrato sin hacer ninguna observación a su contenido. (…) Cuando la Asociada lo
suscribe, como en este caso lo suscribió, no obstante el largo tiempo para su
revisión, aceptó claramente la redacción del contrato, es decir se adhirió a la
voluntad de Ecopetrol. (…)”.
8.3.3 Conclusiones de la Sala con relación al alcance de la cláusula 3.5 del Anexo B
– Acuerdo de Operaciones del Contrato de Asociación.
La Sala prevé que, ya con el oficio del 24 de mayo de 2005, ECOPETROL entendía que
una vez LA ASOCIADA obtuviera el reembolso o recuperación del 30% de la inversión
efectuada en los costos directos de operación, ECOPETROL debería comenzar a “recibir
su correspondiente porcentaje de participación en la producción”.
En este sentido debe preverse que a los términos “recuperar” o “reembolsar”, bien puede
otorgárseles un uso diferente, como lo hace la ASOCIADA para sostener que
“ECOPETROL participará con el 30% a título de reembolso y la Asociada con el 70% a
título de recuperación”, o también puede otorgarse a dichos términos el uso de sinónimos,
aunque en este último caso de manera impropia, porque como bien pudo verse sus
significados son diferentes.
Sin embargo, para efectos de lo que aquí le interesa a la Sala, debe preverse cuál fue el
uso que el texto de la cláusula 3.5 B, le otorgó a dichos términos, frente a lo cual se lee:
“serán deducidos de los costos directos de exploración del respectivo pozo de exploración
hasta un máximo del treinta por ciento (30%) de tales costos, para efectos de su
recuperación o reembolso”.
Distinto sería si la estipulación hubiera optado por el uso de la conjunción copulativa “y”,
esto es, si se hubiera dicho “recuperar y reembolsar” evento en el cual, evidentemente, se
estaría indicando una especie de adición o suma de conceptos, en donde podría
encontrar asidero la deducción hecha por LA ASOCIADA.
Sin embargo, ello no es así, claramente la cláusula contractual usa los términos en
calidad de sinónimos o equivalentes atribuyéndoles el mismo sentido y los mismos
145
http://lema.rae.es/drae/?val=recuperar (consultado el 24 de septiembre de 2015, a la 1:29 p.m.)
146
http://lema.rae.es/drae/?val=reembolso (consultado el 24 de septiembre de 2015, a la 1:31 p.m.)
efectos. De modo que la cláusula determina que La ASOCIADA, luego de descontar el
porcentaje de regalías (8%), podía descontar de la producción obtenida en las pruebas
extensas, hasta el 30% del valor de los costos directos para “recuperar o reembolsarse”
las erogaciones monetarias en que ella incurrió.
Justamente, teniendo en cuenta que los “[c]ostos directos de exploración: [s]on aquellas
erogaciones monetarias en que incurre razonablemente LA ASOCIADA” 147, en el periodo
de exploración, el contrato previó que LA ASOCIADA tuviera la posibilidad de recuperar o
reembolsarse hasta el 30% de tal inversión durante la misma etapa de exploración.
Sin embargo, aunque la ASOCIADA asume que ella tiene derecho a recuperar el 30% de
los costos directos en que incurrió durante la etapa de exploración, el desacuerdo está en
que la ASOCIADA considera que ese 30% se toma del 30% de producción que le
corresponde a ECOPETROL, en razón a lo cual en el Comité Ejecutivo llevado a cabo el
31 de enero de 2006 manifestó haber “realizado una distribución 70% para la Asociada y
30% para ECOPETROL [pero] La participación de ECOPETROL se ha acreditado al
reembolso”.
Visto de esta manera, la ASOCIADA entiende que corresponde a ECOPETROL pagar con
su porcentaje de participación el 30% correspondiente a la recuperación de los costos
directos, cuando en realidad, ello no es así, por lo menos durante el periodo de
exploración.
Otro aspecto importante a tener en cuenta es que la discusión nunca versó sobre el
porcentaje que corresponde a cada una de las partes contratantes, pues es claro que
tanto en la etapa de exploración como en la etapa de explotación, la distribución se
encontraba pactada en 30% para ECOPETROL y 70% para LA ASOCIADA; sin embargo,
el desacuerdo se presentó frente a la forma en que debió efectuarse dicha distribución,
esto es, si se debió realizar previa deducción del porcentaje de regalías (8%) y del 30%
147
Cláusula 4.- definiciones. (…) 4.6 Costos directos de exploración: Son aquellas erogaciones monetarias en
que incurre razonablemente LA ASOCIADA por la adquisición sísmica y la perforación de pozo de
exploración, por localizaciones, terminación, equipamiento y pruebas de tales pozos, así como los costos por
los trabajos de reacondicionamiento en que incurra LA ASOCIADA por la exploración de nuevos objetivos
que se ubiquen en pozos de los campos actualmente en explotación dentro del CPR Santana. Los costos
directos de exploración no incluyen soporte administrativo ni técnico de la casa matriz, ni oficinas centrales
de la Compañía.
de gastos directos o, por el contrario, se debió efectuar, directamente, luego de regalías, y
atribuir el 30% correspondiente a ECOPETROL al pago de costos directos, como quiso
aplicarlo la ASOCIADA bajo un concepto de reembolso que no se corresponde con la
intensión inmersa en la estipulación contractual.
Tanto es así, que el Comité Ejecutivo No. 1 reunido el 31 de enero de 2006 pudo acordar
que la distribución de la producción contada a partir del 28 de diciembre de 2005, fecha
de aceptación de la comercialidad, se hiciera en las proporciones de 70% para la
Asociada y 30% para ECOPETROL S.A, después de regalías; sin que ello conllevara un
desconocimiento de la estipulación contenida en la cláusula 3.5 del Anexo B del contrato
de asociación Guayuyaco, porque para esta fecha ya se había declarado la comercialidad
del bien y LA ASOCIADA ya había descontado el 30% de los costos directos a cuyo
reembolso o recuperación tenía derecho en la etapa de exploración.
Un ejemplo de la distribución propuesta por cada una de las partes se elabora con los
datos suministrados por LA ASOCIADA en oficio del 21 de febrero de 2006, frente a la
producción, ingresos y costos, a 31 de diciembre de 2005, en el pozo Guayuyaco I, así:
Concepto US$
Ingresos después de regalías 9.020.679
Total costos directos de exploración 6.411.261
30% de los costos directos 1.923.378
70% de los costos directos a 4.487.883
recuperar en etapa de explotación
Al respecto, y como pudo verse, la Sala coincide con la fórmula propuesta por
ECOPETROL en cuanto considera que ella se encuentra claramente definida en la
cláusula 3.5 del Anexo B – Acuerdo de Operaciones del Contrato de Asociación, donde se
dispone que la ASOCIADA toma el 100% de la producción obtenida en las pruebas
extensas durante el periodo de exploración y descuenta los hidrocarburos que se
requieren para la operación misma; luego descuenta el porcentaje correspondiente a
regalías (8%); seguidamente descuenta hasta el 30% de los costos directos de
producción para reembolsarse a sí misma, esto es, recuperar las erogaciones monetarias
en que ella incurrió durante la etapa de exploración; y finalmente debe distribuir el saldo
de dicha producción entre las partes contractuales y en las proporciones contractualmente
señaladas, esto es, 70 % para LA ASOCIADA y 30% para ECOPETROL.
Así también lo explica el testigo Camilo Ernesto Villota, con quien coincidimos, por
encontrar, además, que dicha fórmula no genera un rompimiento del equilibrio financiero
del contrato que vulnere los intereses de LA ASOCIADA, por el contrario, como antes se
dijo, es evidente que ella está pactada para proteger la recuperación de los gastos
efectuados por LA ASOCIADA, así como la ejecución de la etapa de exploración.
Tiene razón la apreciación del testigo Álvaro Eliecer Rocha, quien afirma que, en tanto la
modalidad contractual de ECOPETROL antes de suscribir el contrato de asociación que
hoy ocupa la atención de la Sala, era distribuir la producción en porcentajes de 50% para
cada una de las partes, y luego, para incentivar la inversión, amplió el porcentaje del
ASOCIADO al 70% y disminuyó el suyo al 30%, ¿cómo puede en este escenario
afirmarse que se rompe el equilibrio económico del contrato en contra del ASOCIADO, si
es finalmente su inversión la que resulta protegida con las estipulaciones contractuales?
Con relación a las estipulaciones contenidas en otros apartes del contrato, dada su
estructura, la Sala considera evidente que el diseño establecido por ECOPETROL
buscaba determinar una reglamentación específica para cada etapa o periodo contractual,
de modo que sólo podría variarse la regulación estatuida en cada una de ellas para suplir
posibles vacíos.
Entonces, frente a la estructura del contrato la Sala observa que el capítulo 1 establece
las disposiciones generales (cláusula 1-4); el capítulo 2 señala las disposiciones
generales sobre el periodo de exploración (cláusula 5-8); el capítulo 3 señala las
disposiciones generales sobre el periodo de explotación (cláusula 9-17); el capítulo 4,
establece lo correspondiente al comité ejecutivo (cláusula 18-21); el capítulo 5 prevé el
manejo de una cuenta conjunta (cláusula 22); el capítulo 6 señala la duración del contrato
y los aspectos correspondientes a su terminación (cláusula 23-26) y, finalmente, el
capítulo 7 establece dentro de las disposiciones varias lo concerniente a los derechos de
cesión, desacuerdos, personal, seguros, aplicación de las leyes colombianas, precios
para los hidrocarburos, entre otros.
En último lugar, la Sala debe señalar que la recuperación de los costos directos de
exploración se estableció en dos etapas, la primera, dispuesta dentro del mismo periodo
de exploración en hasta el 30% del valor total de dichos costos, y la segunda, es decir la
recuperación o reembolso del 70% restante, se reservó para el periodo de explotación, y
en cada una de ellas se determinó el método a través del cual se efectuaría dicha
recuperación.
148
14.2 Distribución de producción. (…) 14.2.1 Después de deducido el porcentaje correspondiente a las
regalías, el resto de los hidrocarburos producidos provenientes de cada yacimiento comercial es de propiedad
de las partes en la proporción del treinta por ciento (30%) para ECOPETROL y de setenta por ciento (70%)
para LA ASOCIADA hasta cuando la producción fiscalizada acumulada del respectivo yacimiento comercial
llegue a la cantidad de cinco (5) millones de barriles de hidrocarburos líquidos o a la cantidad de setenta y
cinco (75) giga pies cúbicos de hidrocarburos gaseosos o condiciones estándar, lo primero que ocurra (1 giga
pie cúbico = 1 X 10 9 pies cúbicos). Para los yacimientos explotados bajo la modalidad de sólo riesgo, la
distribución de la producción una vez deducido el porcentaje de regalías es de propiedad de las partes en la
proporción de ciento por ciento (100%) para LA ASOCIADA y cero por ciento (0%) para ECOPETROL hasta
cuando la producción fiscalizada acumulada del respectivo yacimiento alcance primero alguno de los límites
de producción acumulada antes señalados.
aquí señalada certificada por la Superintendencia Bancaria o la entidad que haga
sus veces.
Declaración esta última que coincide con lo afirmado por Camilo Ernesto Villota, Jefe de la
Unidad de Asesoría Legal de Exploración y Producción y apoderado general de Ecopetrol,
149
Cláusula 9.- Términos y condiciones. 9.1. Para iniciar la operación conjunta bajo los términos de este
contrato, se considera que los trabajos de explotación se empezaran en la fecha en que las partes reconozcan
la existencia del primer yacimiento comercial (…).
quien afirmó que, aunque es cierto que Ecopetrol prepara los modelos contractuales del
contrato de asociación, “también es cierto, que en este caso en particular del contrato de
asociación Guayuyaco, Ecopetrol le entregó a [LA ASOCIADA), la minuta alrededor de
noviembre del año 2001, para que dicha empresa la llevara a los EE.UU a hacerla revisar
de su casa matriz y de abogados especializados en derecho petrolero, y después de casi
un año, firmaron el contrato sin hacer ninguna observación a su contenido].
A su turno también el testimonio anterior se ratifica con las declaraciones de Víctor Hugo
Franco Tamayo, Gerente de LA ASOCIADA para la época de celebración del contrato,
quien como antes se vio sostuvo haber participado personalmente “en la revisión de las
minutas del contrato con los funcionarios de Ecopetrol que fue un proceso largo
precisamente por ser una modalidad nueva de contrato y se trató al máximo de dejar
definido los términos de esta nueva modalidad que Ecopetrol había definido”.
Así las cosas, es claro para la Sala que LA ASOCIADA, además de ser una sociedad
profesional en el tema de petróleos, al momento de suscribir el contrato tuvo pleno
conocimiento del clausulado contractual y de las obligaciones y derechos que de él
derivan, en consideración a lo cual la Sala estima que LA ASOCIADA debió informar a
ECOPETROL todas sus inconformidades, solicitar aclaraciones y hacer las salvedades
que encontrara pertinentes, a más tardar, al momento de la suscripción del contrato, de
manera que se diera aplicación al principio de buena fe contractual, información y
oportunidad, y se permitiera, en su momento, el planteamiento de nuevas fórmulas o el
rediseño del contrato o de la oferta misma, donde se equilibrara la situación por ella
prevista.
Sin embargo ello no fue así, LA ASOCIADA guardó silencio y sólo hasta cuando
ECOPETROL le exigió dar inicio al cumplimiento de la obligación puso de presente su
inconformidad y se sustrajo de entregar a ECOPETROL el porcentaje que le correspondía
dentro de la producción obtenida en las pruebas extensas del periodo de exploración.
1. Con la producción obtenida en las pruebas extensas llevadas a cabo durante la etapa
de producción, La asociada tenía derecho a recuperar o reembolsarse hasta el 30% de
los costos directos de operación en que ella había incurrido.
2. Previas las deducciones del porcentaje correspondiente a las regalías (8%) y del
porcentaje correspondiente a la recuperación o reembolso del 30% de los costos directos
de operación, LA ASOCIADA tenía derecho a percibir el 70% del saldo de la producción
obtenida en las pruebas extensas llevadas a cabo durante la exploración.
3. Previas las deducciones del porcentaje correspondiente a las regalías (8%) y del
porcentaje correspondiente a la recuperación o reembolso del 30% de los costos directos
de operación, ECOPETROL tenía derecho a recibir el 30% del saldo de la producción
obtenida en las pruebas extensas llevadas a cabo durante la exploración.
Del mismo modo, es por esta razón que el Comité Ejecutivo reunido por primera vez el 31
de enero de 2006, además de acordar la aplicación del esquema de distribución
establecido para la etapa de explotación, solicitó el envío “de las cifras definitivas de
ingresos y egresos con corte al 28 de diciembre de 2005 (fecha en la cual se otorgó la
comercialidad) para establecer el balance final de reembolso”.
Dicho ajuste de cifras fue allegado mediante anexo al oficio del 21 de febrero de 2006, en
el que constan los costos a diciembre 31 de 2005 de los pozos Guayuyaco-1 y 2150:
De otra parte se observa que el Comité Ejecutivo No. 2 llevado a cabo el 28 de abril de
2006, frente a la producción y cumplimiento del pronóstico en la etapa de exploración,
plasmó:
El operador informó que la producción del campo Guayuyaco durante el año 2005
fue de 344.884 Bls con un promedio diario de 945 BOPD, lo que representa un
cumplimiento del 97% como se presenta en la Tabla No. 1 (…).
150
Fls.291 y 292 C.2
Tabla No. 1. Producción Guayuyaco 2005
Producción Pronostico CUMPLIMIENT
Pozo O
BBL BOPD BBL BOPD %
Guayuyaco 1 220.52 602 231.41 634 95
0 1
Guayuyaco 2 124.36 341 124.00 340 100
4 0
GUAYUYACO 344.88 945 355.41 974 97
4 1
Asimismo obra el informe de auditoría rendido por JAHV MC Gregor S.A. el 27 de julio de
2006, en el que una vez revisadas las bases de datos de la Asociada, los reportes y
documentos contables, los “well-files” que permitieron realizar una evaluación con relación
a las operaciones de exploración y la facturación por concepto de venta de crudo, se llegó
a las siguientes conclusiones151:
Cargos
Costos acumulados a Dic -31-2005 Total Rechazos Total costos
de Auditoria
Perforación Pozo Guayuyaco-1 3.902.003 37.932 9.864.071
Locación y carreteras Guayuyaco-1 344.830 344.830
Total Pozo Guayuyaco-1 4.246.833 37.932 4.208.901
Perforación Pozo Guayuyaco-2 5.065.160 18.888 5.046.272
Costos prueba extensa Guayuyaco-1 2.164.428 324 2.164.104
Costos prueba extensa Guayuyaco-2 597.119 324 596.795
Total pruebas extensas 2.761.547 648 2.760.899
Construcción Línea de flujo 6¨ 661.795 661.795
Guayuyaco – Mary
Programa de sísmica 2D y 3D 1.232.484 1.232.484
Guayuyaco
Inventarios bodega de exploración 116.839 116.839 0
Total costos directos de exploración 14.084.658 174.307 13.910.351
151
Fls.661-668 C.2
Descriptor Producido Bls. Producido en
USD$
Total producido 344.883
Perdida BLS. 450
Total BLS/USD$ antes de regalías 344.433 15.664.543
Valor de regalías. (8%) 27.591 1.263.392
Entregas Ecopetrol (antes de regalías) 341.644
Total Bls/ USD$ netos 316.842 14.401.151
Finalmente, sobre este punto puede observarse el contenido del Acta del Comité Ejecutivo
No. 4, llevado a cabo el 20 de noviembre de 2006 152, oportunidad en la cual las partes
fijaron los puntos en los que se encuentran de acuerdo:
I. ACUERDOS
“(…)
4.- La producción total obtenida durante pruebas extensas hasta diciembre 28 de
2005, fue de 344.883 barriles, de los cuales 27.591 barriles corresponden a
regalías.
152
Fls.264-269 C.2, 670-672 C.4 y 1790-1795 C.9 (pruebas)
10.- La producción continuará distribuyéndose 30% ECOPETROL y 70%
ARGOSY, dando alcance a lo establecido en el Comité Ejecutivo No. 1 de enero
31 de 2006, mientras no sea resuelto el desacuerdo.
Asimismo en esta oportunidad las partes fijaron los puntos sobre los cuales subsiste el
desacuerdo, sintetizados en:
Visto el material probatorio que antecede la Sala concluye acreditados los siguientes datos:
Concepto No. de Valor del Valor total
Barriles barril153
Total de la producción obtenida durante 344.883 US$ US$ 15.684.589,074
las pruebas extensas del periodo de 45,478
exploración
Total de pérdidas en el proceso de 450 US$ US$ 20.465,1
operación 45,478
Total correspondiente al porcentaje de 27.591 US$ US$ 1.254.783,498
regalías (8%) 45,478
Total de los costos directos de 305.869,9 US$ US$ 13.910.351
exploración 45,478
Total porcentaje a recuperar o 91.760,9 US$ US$ 4.173.105,3
reembolsar en la etapa de exploración 45,478
(30%)
Porcentaje a Distribuir entre las partes, 225.081,1 US$ US$
luego de descontar el valor 45,478 10.236.238,2658
correspondiente a regalías (8%) y el
valor correspondiente a recuperación o
reembolso del 30% de los costos
directos
Total a distribuir como porcentaje de 157.556,7 US$ US$ 7.165.366,7860
participación a LA ASOCIADA (70%) 7 45,478
Total a distribuir como porcentaje de 67.524,33 US$ US$ 3.070.871,4797
participación a ECOPETROL (30%) 45,478
153
Tomado del informe de auditoría rendido por JAHV MC Gregor S.A. el 27 de julio de 2006, según el cual
los resultados de las pruebas extensas de producción a corte diciembre de 2005, luego de descontar las
pérdidas de la operación y antes de descontar el porcentaje de regalías, arrojaron una producción de 344.433
barriles de petróleo cuyo valor fue de US$ 15.664.543. De manera que para establecer el valor de cada barril
se tomó el costo total de los barriles de petróleo y se dividió en el número de barriles, así: 15.664.543 /
344.433 = US$ 45,478.
En este orden de ideas, ECOPETROL tenía derecho a recibir por concepto de
participación en la producción obtenida dentro de las pruebas extensas de exploración un
total de 67.524,33 barriles de petróleo que equivalen a US$ 3.070.871,4797; a la vez que
LA ASOCIADA estaba obligada a entregar este número de barriles.
Así las cosas, para la Sala es claro que en la ejecución de un determinado contrato o
negocio jurídico de carácter estatal, es totalmente inaceptable que el contratista en su
calidad de colaborador interprete unilateralmente las cláusulas inicialmente convenidas
en perjuicio de los intereses de la administración, pues en ésa hipótesis estaría
incumpliendo en esencia lo acordado y con ello estaría vulnerando el principio de buena
fe objetiva que debe regir todo contrato o negocio jurídico de carácter estatal.
154
Artículo 178. Ajuste de valor. La liquidación de las condenas que se resuelvan mediante sentencias de la
jurisdicción en lo contencioso administrativo deberá efectuarse en todos los casos, mediante sumas líquidas de
moneda de curso legal en Colombia y cualquier ajuste de dichas condenas sólo podrá determinarse tomando
como base el índice de precios al consumidor, o al por mayor.
De conformidad con el informe de auditoría rendido por JAHV MC Gregor S.A. el 27 de
julio de 2006 el valor del barril de petróleo era de US$ 45,478 que multiplicado por el
número de barriles arroja un valor de US$ 2.002.168,95 y que, a su vez, al multiplicarlo
por el precio del dólar vigente para la fecha de esta providencia, esto es, $ 3.135,17 155
arroja un valor total de $6.277.140.026,97.
RESUELVE
155
http://www.banrep.gov.co/es/trm consultada (VERIFICARSE EN LA FECHA DE LA PROVIDENCIA EL
VALOR DEL DÓLAR PARA TASAR LA LIQUIDADIÓN FINAL)
156
Fls.1311-1358 C.P
QUINTO: RECONOCER personería a CLAUDIA FONSECA JARAMILLO como
apoderada judicial de GRAN TIERRA ENERGY COLOMBIA – demandada.
SEXTO. REMITIR, una vez en firme esta decisión, el expediente al tribunal de origen.