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Calilaydimnafabu00bdpsuoft BW

El documento presenta una edición de 'Calila y Dimna', una colección de fábulas de origen antiguo que ha sido traducida y adaptada a lo largo de los siglos. Se discute la historia de su transmisión, sus influencias culturales y la importancia de sus enseñanzas morales, que reflejan la sabiduría popular. La obra se caracteriza por el uso de animales como protagonistas y la inclusión de consejos prácticos para la vida, destacando su relevancia en la literatura medieval.
Derechos de autor
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Calilaydimnafabu00bdpsuoft BW

El documento presenta una edición de 'Calila y Dimna', una colección de fábulas de origen antiguo que ha sido traducida y adaptada a lo largo de los siglos. Se discute la historia de su transmisión, sus influencias culturales y la importancia de sus enseñanzas morales, que reflejan la sabiduría popular. La obra se caracteriza por el uso de animales como protagonistas y la inclusión de consejos prácticos para la vida, destacando su relevancia en la literatura medieval.
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BIBLIOTECA CALLEJA

SEGUNDA SERIE

CALILA
Y D I M
N A
FÁBULAS
- CALILA Y DIMNA
FÁBULAS

ANTIGUA VERSIÓN CASTELLANA

PRÓLOGO Y VOCABULARIO
DE ANTONIO G. SOLALINDB

M CM X V I I

CASA EDITORIAL CALLEJA


MADRID
FUNDADA EN 1876
>'^Of<'.

PROPIEDAD
DERECHOS RESERVADOS
COPYRIGHT I9I7 BY CASA EDITORIAL CALLEJA

Imprenta Gráfica Excelsior, Campomanes, 6, Madrid.


PROLOGO
manifestación oral de la eterna tradición
LA popular ha cristalizado, de tiempo en tiem-
po, en esas colecciones más o menos erudi-
tas, que se traducen a todas las lenguas y que tna-
nejan todos los pueblos. Así nacieron las famo-
sas recopilaciones de cuentos, que los budistas
efisartaban al predicar la nueva moral religiosa
para hacer más plástica y educativa su misión.
Así se llegó al "Panchatantra", al "Mahabara-
ta", a otros compendios del tesoro folklórico de
la India; y Calila y Dimna no es sino el más ex-
tenso de todos estos libros recopilatorios, ya que
los aprovecha total o parcialmente.
La complicada genealogía del Calila ha ve-
nido precisándose con lentitud y paciencia a
través de un siglo entero de criticeos investiga-
ciones, inauguradas en 1816 por Sacy, editor del
texto árabe.
Baste saber, como resumen de tantos desvelos,
que a quien parece debérsele la reunión de las
distintas fuentes sánscritas antes aludidas, es a
Bersebuey, filósofo y médico del siglo VI de
nuestra era, que las tradujo al pehlvi, dialecto
persa reconocido como lengua oficial del impe-
rio.
CALILA Y DIMNA

El libro se difundió extraordinariamente mer-


ced a las muchas traducciones que de él se hi^
cieron en lenguas orientales y europeas. Para
nosotros tiene una especial importancia la ver-
sión árabe que Abdalla ben Almocafa realizó a
mediados del siglo VIII, pues de ella deriva la
antigua versión castellana que publicamos.
En la nota final de nuestro texto se afirma
también esta procedencia, aunque añadiendo que
se hizo por intermedio del latín. Podríamps dar-
le crédito, aunque sea difícil admitir esta sur-
puesta versión intermedia, si aquella nota no
fuese en todas sus partes inexacta-, lo que nos
lleva a declararla apócrifa, pues también atribu-
ye la traducción a Alfonso X. No es este el úni-
co caso de atribuciones semejantes. La enorme
fama alcanzada por el sabio monarca, impulsor
de la poesía, de la legislación, de la historia, de
las ciencias, moldeador del idioma, al que dio
una flexibilidad capaz de expresar con épicos
acentos los instantes jnás inspirados de nuestras
gestas, capaz de traducir a Ovidio con elegancia
y emoción, capaz de dar nuevo calor a las pági-
nas bíblicas, esa fama bien merecida atrajo hor-
cia él la atribución de obras anónimas, ya por el
solo antojo del copista firmante del códice, ya
por el más inteligente deseo de dar autoridad a
las obras salidas de manos ignoradas. Pero Al-
fonso X no aprovecha esa traducción en su "Ge-
neral Estoria" o historia universal, redactada
hacia 12^0, donde da a conocer otro texto dis-J
tinto del capítulo I del Calila, y de existir aque-
lla sin ningún género de duda la hubiera aprove-
CALILA Y DIMNA

chado, sin tener que recurrir a otra nueva. Qui-


zá por esta misma razón haya que rectificar
también la fecha de 1251 que da la nota final'
que discutimos, y adelantarla en unos treinta
años más.
Claro es que en la complicada transmisión de
la obra fué ésta modificándose con adiciones,
amplificaciones y retoques. Aparte de la trans-
formación de detalles, alterando y suprimiendo
iodo aquello que podía chocar a hombres de
otras latitudes para ir acomodando el libro a las
distintas civilizaciones, los traductores, aunque
no todos ni con mucha frecuencia, superpusie-
ron algo propio. Y así el libro, que comenzó por
estar constituido por doce capítulos, llega en la
versión castellana a tener diez y ocho.
El título proviene de los nombres dados a los

protagonistas dos lobos cervales de una lar- —
ga historia de infidelidad y ambición, compren-
dida en nuestros capítulos III y IV. Las demás
narraciones no se relacionan con esta primera, y
sólo sustentan la unidad de ser, como ella, rime-
ros de fábulas y consejos. Este título, al parecer,
tiene tan larga vida como el libro mismo.
La ficticia unidad hállase asegurada por las
palabras que Berzebuey y los sucesivos interpo-
ladores han puesto en boca de un rey que inquie-
re y da a su interlocutor, el filósofo, como pie
forzado, el tema del apólogo siguiente, que éste
desarrolla desprendiendo los consejos propios
para el rey. Del nombre siriaco de este filósofo,
Bidzvag, nació el de Bidbai. Pilpai o Bidpai, al
que se le supuso escritor indio.
.

CALILA Y DIMNA

Ya dentro de aquella fábula principal, los per-


sonajes mismos relatan nuevos cuentos; poco a
poco se pierde el hilo de la primitiva historia,
hasta que un personaje lo recoge para volver a dar
vida a otras nuevas moralisaciones. Bsta concate-
nación produce alguna fatiga, y no es ni lo más
claro ni lo más apropiado a nuestro sistematiza-
do modelo de una narración única; pero el pro-
cedimiento ha sido eterno, y aunque nunca llegó
a los extremos de los fabulistas indios, ha pro-
ducido, sin remontarnos mucho en nuestro re-
cuerdo, la interpolación dentro del "Quijote" , de
novelas tan deliciosas como la del cautivo capi-
tán o la del "Curioso impertinente"
Los protagonistas de todos estos cuentos son

animales, pues las personas rey, filósofo, brach-

manes tienen un carácter secundario, y si al-
guna fábula está sólo representada por persona-
jes humanos, es — con las excepciones consiguien-
tes— porque procede de las interpolaciones suce-
sivas, y más generalmente del traductor árabe,
como se puede comprobar con todos los cuentos
comprendidos en nuestro capitulo IV, que fué
añadido para éste. Las fábulas indias no hacen,
pues, sino dar la pauta, que ha de ser seguida
con religiosa aquiescencia por todos los fabulis-
tas, hasta llegar a un La Fontaine o un Iriarte.

He aquí, pues, en vuestras manos un libro de


fama antiquísima y universal, un libro cuyo esen-
cial valor reside en presentarnos recubierta de la
pátina literaria la tradición inagotable del pueblo.
Cada uno de estos apólogos ha recorrido el nuin-
CALILA Y DIMNA

do por extraños caminos, y ha surgido aquí y allá


como flor imperecedera. Muchos no tendrán no-
vedad alguna para un lector moderno; en mil li-
bros, en boca de los maravillosos narradores rús-
ticos que aún quedan, surgen con la viva espon-
taneidad de la fuente siempre rumorosa. Y así
reconoceréis, aunque sea otro el protagonista, la
fábula de "La lechera" en el cuento de "El reli-
gioso que vertió la miel y la manteca sobre su ca-
beza" Lo exótico de estos apólogos y su mismo
.

recargamiento de máximas y moralizaciones no


empaña en nada lo popular de ellos; se cuentan
casi todos con gracia y ligereza, y no hay que eno-
jarse porque la uniforme repetición de la fórmula
para intercalar los cuentos dé cierta pesadez a la
lectura. A un lector moderno y presuroso no se
le podrá pedir que lea este libro de seguido; por
ello he procurado singularizar cada cuento, escon-
dido en los largos relatos, a fin de facilitar su
lectura aislada.
Bien definida está la moralidad relativa del li-
bro por Gastón Paris, el admirado erudito fran-
cés que estudió en la "Histoire Littéraire de la
France" {París, igo6, tomo XXXIH) con su cer-
tero criterio las versiones del Calila, a propósi-
to de una de Raimond de Béziers — del siglo XIV —

hecha sobre la castellana. "Sus enseñanzas dice —
son poco elevadas y bastante vanas; se refieren,
casi en su totalidad, a estos preceptos hay que
:

ser prudentes, ceder a la fuerza, saber aprovechar


las ocasiones, y ante todo y sobre todo, hay que
desconfiar de todo y de todos. Reconozcamos, sin
embargo, que la honestidad se recomienda fre-
.

CALILA Y DIMNA

cnentemente y señalemos un rasgo simpático que


reaparece a través de toda la colección, y que es
tan propio del carácter indio la preciada amis-
:

tad:'
Y otro crítico francés, Derenbourg, el editor
de una versión latina del Calila, escribe que "las
ideas religiosas profesadas en nuestro libro han

permanecido a través de las distintas naciona-
lidades y de religiones diferentes por que ha pa-

sado sin ningún cambio notable. Dios es uno y
todo poderoso, recompensa el bien y castiga el
mal; la retribución está reservada ciertamente a
un mundo futuro; el hombre no sabrá evitar ios
decisiones del destino, y debe, sin embargo, con-
ducirse como si fuera libre. La contradicción en-
tre la presciencia de Dios y el libre albedrío está
planteada en el Calila 3; tan imperfectamente re-
suelta como en toda la teología medieval. Al
lado de esta uniformidad, poco importa que se
hable por acaso de un religioso o de un con-
fesor, que se cite un versículo del Nuevo Testan
mentó o que se añada un cuento cuyo asunto sea
el descanso dominical"
La Edad Media vio en este libro una colección
de consejos saludables para su rey y para su pue-
blo, y no vaciló en traducirlo y asimilarlo a la li-
teratura más afortunada del tiempo, la de conse-
jos y castigos. "El Conde Lucanor", del infante
Don Juan Manuel; los "Castigos y Documentos",
atribuidos a Sancho IV; el "Libro de los gatos",
o de los cuentos; el "Libro de ejemplos por a.
b. c." y otros muchos, entre ellos el "De los en-
gaños e los asayamientos de las mugeres" y tam-
CALILA Y DIMNA

bien el del Arcipreste de Hita, son muestras ra-


riadas y eminentes de la predilección medieval por
esta literatura mor alijadora, y aún encontraría-
mos en estos libros y en mayor o menor cantidad
el recuerdo directo o vago de los cuentos del Ca-
ula Y DiMNA.
Esta edición se ha hecho sobre las dos anterio-
res del erudito americano Alien (Macón, ipoó) y
del académico Alemany {Madrid, ipi¿). El pri-
mero copió exactamente los dos manuscritos con-
servados en El Escorial (ñus. A = h. iii. p y ms.

B = X. III. 4) ; el segundo avaloró su nueva edi-


ción con el cotejo del texto árabe y decidió las
divergencias de los dos manuscritos casi siempre
a favor del más extenso, B. Hay otra edición an-
terior, de Gayangos {Madrid, 1860), que ha sido
anulada por estas dos. Procuro en esta mía dar
un texto único, combinando las lecturas de am-
bos manuscritos, pero decidiéndome a no alte-
rar el texto de A que me sirve de base, sino cuan-
do el sentido quede incompleto o esté manifiesta-
mente estropeado por el copista. No me aventuro
por mi cuenta a hacer sino las correcciones más
evidentes, pues todas las restantes están fundada:
en las ediciones anteriores. Los eruditos harán
bien en seguir consultando las citadas ediciovies,
y en ésta encontrarán un texto modernizado en la
ortografía, y en el que se destacan unos de otros
los diversos cuentos de la colección, a fin de dar
facilidad al público a que se dirige esta Bibliote-
ca y para el que también damos un sencillo vo-
cabulario.
ANTONIO G. fiOLAUNDE
:

FÁBULAS

CALILA E DIMNA
ESTE LIBRO ES LLAMADO DE CALILA E DIMNA, ES- CUAL
DEPARTE POR EJEMPLOS DE HOMNES, E AVES, E ANIMALIAS

INTRODUCCIÓN DE ABDALLA BEN ALMOCAFA

entendidos de cualquier
filósofos ley e de
LOScualquier lengua siempre punaron e se tra-
bajaron de buscar el saber, e de representar
e ordenar la filosofía; et eran tenudos de facer
esto. Et acordaron e disputaron sobre ello unos
con otros, e amábanlo más que todas las otras co-
sas de que los homes trabajan, et placíales más
de aquello que de ninguna juglería nin de otro pla-
cer; ca tenien que non era ninguna cosa de las
que ellos se trabajaban, de mejor premia nin de
mejor galardón que aquello de que las sus áni-
mas trabajaban e enseñaban. Et posieron ejem-
plos e semejanzas en la arte que alcanzaron e
llegaron por alongamiento de nuestras vidas e
por largos pensamientos e por largo estudio; e
demandaron cosas para sacar de aquí lo que qui-
sieron con palabras apuestas e con razones sanas
e firmes et posieron e compararon los más des-
;

tos ejemplos a las bestias salvajes e a las aves.


E ayuntáronseles para esto tres cosas buenas
I 3
CALILA Y DIMNA

la primera, que los fallaran usados en razonar,


c trobáronlos, según lo que se usaban, para decir
encobiertamente lo que querían, et por afirmar
buenas razones e la segunda es, que lo fallaron
;

por buena manera con los entendidos por que les


crezca el sabor en aquello que les mostraron de
la filosofía cuando en ella pensaban e conocían
su entender; la tercera es, que los fallaron por
juglaría a los discípulos e a los niños. Et por esto
lo amaron e lo tovieron por extraña cosa, et qui-
sieron estudiar en ello e saberlo; que cuando el
mozo hobiere edat e su entendimiento complido,
e pensare en lo que dello hobiere decorado en
los días que en ello estudió, e asmare lo que ende
ha notado en su corazón, sabrá ende que habrá
alcanzado cosa que es más prov'Cchosa que los
tesoros del haber et sería atal como el home que
llega a edat e falla que su padre le ha dejado
gran tesoro de oro e de plata e de piedras pre-
ciosas, por donde le excusaría de demandar ayu-
da en vida.
Pues el que este libro leyere sepa la manera
•en que fué compuesto, et cual fué la entención
de los filósofos e de los entendidos en sus
ejemplos de las cosas que son ahí dichas. Ca
aquel que esto non sopiere non sabrá que será
su fin en este libro. Et sepas que la primera cosa
que conviene al que este libro leyere, es que se
quiera guiar por sus antecesores que son los
filósofos e los sabios, e que lo lea, e que lo en-
tienda bien, et que non sea su intento de leerlo
fasta el cabo sin saber lo que ende leyere. Ca
aquel que la su intención será de leerlo fasta en

I 4
CALILA Y DIMNA

cabo, e non lo entendiere nin obrare por él, non


fará pro el leer, nin habrá del cosa de que se
pueda ayudar.
Et aquel que se trabajare de demandar el sa-
ber perfetamente, leyendo los libros estudiosa-
mente si non se trabajase en facer derecho, e
seguir la verdat, non habrá del fruto que co-
giere si non el trabajo e el lacerio.

E será atal como el home que


SnSr5n%esoro°y dijerou los sabios quc pasara por
es encañado por los ,^|¡j campo. 6 le aparcció un teso-
cargadores :::::: ,
^ ,
, i,
ro, et después que lo hubo, vuio un
tal tesoro cual home non viera, et dijo en su
corazón: "Si yo me tomare a levar esto que he
fallado, e lo levare poco a poco, facérseme ha
perder el gran sabor que he dello. ^las llegaré
peones que me lo lleven a mi posada, et desi iré
en pos dellos." E fizólo asi, e levó cada uno
dellos lo que pudo levar a su posada, e fecié-
ronlo desta guisa fasta que hobieron levado todo
el tesoro. Et desi esto fecho, fuese el home para
su posada e non falló nada, mas falló que cada
uno de aquéllos había apartado para sí lo que
levara, et así non hubo dende salvo el lacerio de
sacarlo. Et esto por cuanto se acuitó, e non sopo
facer bien su facienda por non ser enviso.

Et por ende, si el entendido algima cosa leyere


deste libro, es menester que lo afirme bien e que
lentienda lo que leyere, o que sepa que ha otro
seso encobierto. Ca si non lo sopiere, non le ter-
na pro lo que leyere, así como si home levase

I 5
CALILA Y DIMNA

nueces sanas con sus cascas, e non se puede


dellas aprovechar fasta que las parta e saque
dellas lo que en ellas yace.

^, .

El Ignoranteque
^ E non
sea
,
atal como
,
el horri'e
quiere pasarpor que dccia que qucria leer grama-
sabio :: :: ::
:: ::
^^^^^ ^^^ ^^ ^^^ p^^.^ ^^ ^^ amigO
que era sabio, et escribióle una carta en que
eran las partes de fablar, e el escolar fuese con
ella a su posada, e leyóla mucho pero non cono-
;

ció nin entendió el entendimiento que era en


aquella carta, e la decoró, e súpola bien leer. Et
acertóse con unos sabios cuidando que sabía
tanto como ellos, 'et dijo una palabra en que
yerro. E
dijo uno de aquellos sabios: "Tú ye-
rraste en lo que decías, ca debías decir así". Et
dijo él: "¿Cómo yerre? Ca yo he decorado lo
que era en una carta." Et ellos burlaron del por
que non la sabía entender, et los sabios tovié-
ronlo por muy gran necio.

Et por esto cualquier home que este libro le-


yere le de su enten-
lo entendiere, llegará a la fin
ción, e se puede del aprovechar bien, e lo tenga
por ejemplo, et que lo guarde bien. Ca dicen
que el home entendido non tiene en mucho lo
que sabe nin lo que aprendió dello, maguer que
mucho sea. Ca el saber esclarece mucho el en-
tendimiento, así bien como el olio que alumbra
la tiniebla, ca es la escuridat de la noche. Ca el
enseñamiento mejora su -estado de aquel que
quiere aprender. Et aquel que sopiere la cosa e
non usare de su saber, non le aprovechará.

I 6
CALILA Y DIMNA

El que se duerme Et cs atal como el homc quc


mientras le roban (jiceii quc entfó
ladrón en su
el
casa de noche e sopo el lugar donde estaba el
ladrón, et dijo: "Quiero callar fasta ver lo que
fará, e de que hobiere acabado de tomar lo que
quisiere, levantarme he para gelo quitar." Et el
ladrón andudo por casa, e tomó lo que falló, et
entre tanto el dueño dormióse e el ladrón fuese
;

con todo cuanto falló en su casa, et después


despertó et falló que había el ladrón levado
cuanto tenía. Et entonce comenzó el home bue-
no a culparse e maltraerse, e entendió que el
su saber non le tenía pro, pues que non usara del.

Ca
dicen que el saber non se acaba si non con
la obra. Et el saber es como el árbol, e la obra
es la fruta e el sabio non demanda el saber si
;

non por aprovecharse del. Ca si non usare de lo


que sabe, non le tendrá pro. Et si un home
dijese que otro home sabía otra carrera prove-
chosa, e andodiera por ella diciendo que tal era,
«' non fuese ansí, haberlo hían por simple, et
atal como el home que sabe cuál es la vianda
buena e mala, e desí véncele la golosina e el
sabor de comer, e come la vianda mala, e deja
de usar de la buena. Et el home que más cul-
pado es en facer las malas obras e dejar las bue-
nas, así como si dos homes fuesen que serviese el
uno al otro, e fuese el uno ciego, e cayesen amos
a dos en un foyo que más culpa habría el que
;

tenía ojos que non el ciego en caer.


Et el sabio debe castigar primero a sí, e des-
pués enseñar a los otros. Ca sería en esto atal

I 7
Calila y Di nina Z
CALILA Y DIMNA

como la fuente que beben todos della e aprove-


cha a todos, et ella non ha de aquel provecho
cosa ninguna ca el sabio, después que adereza
;

bien su facienda, mejor adereza a los otros con


su saber. Ca dicen que tres maneras de cosas
debe el seglar ganar e dar: la primera es ciencia,
la segunda riquezas, e la tercera codiciar de
facer bien. Et non conviene a ningún sabio pro-
fazar de ninguna cosa, faciendo él lo semejante,
ca será atal como el ciego que profazaba al
tuerto.
Nin debe trabajar provecho para sí por dañar
a otro, ca este atal que esto feciese seria derecho
que le aconteciese lo que aconteció a un home.

El que queriendo
Et diceu quc un espcciero tenía
sísamo, él C UU SU COmpañcrO, 6
robar a su compañe-
ro, resultó robado j i n ^ ' i. •

cada uno dellos tema una bujeta i.

dello, e non lo había en toda esa tierra más de


lo que ellos tenían. Et el uno dellos pensó en su
corazón que furtase lo de su compañero, et puso
una señal sobre una bujeta, en que estaba el
sísamo de su compañero, por que, de que viniese
de noche a lo furtar, que la conociese por la
señal. Et puso una sábana blanca encima dello
por señal. Et descobrió esto que quería facer a
un su amigo, por que fuese con él de noche a lo
furtar. Et el otro non quiso ir con él fasta que
le prometió de darle la meatad dello.
Et después su compañero vino, e falló la sá-
bana cubierta sobre su sísamo, et dijo: "Veres
qué ha fecho mi compañero por guardar mi
sísamo de polvo; púsole esta sábana, et dejó lo
;

CALILA Y DIMNA

suyo descobierto." E dijo: "Mas razón es que


esté lo suyo guardado que non lo mío. " Et quitó
la sábana e púsola sobre el sísamo de su com-
pañero. E después que fue de noche venieron su
compañero e el otro a furtar el sísamo. Et an-
dudo catando e atentando fasta que topó en la
señal que tenía puesta et entonce tomó el sísa-
;

mo que estaba debajo, pensando que era lo de


su compañero, e era lo suyo, e dio la meatad
dello a aquel amigo que entró con él a lo furtar.
Et luego, cuando fue de día, venieron él et su
compañero amos a dos a la botica. Et cuando
vio que el sísamo que levara era lo suyo, calló
e non osó decir nada, ca tovo que en saberlo su
compañero era mayor pérdida que el sísamo.

Et pues el que alguna cosa demanda, debe de


demandar cosa que haya fin et término que fe-
nezca; ca dicen que el que corre sin fin, aína le
puede fallecer su bestia. Et es derecho que non
se trabaje en demandar lo que término non ha,
nin lo que otro non hubo ante que él, nin se
desespere de lo que puede ser e puede haber.
E que ame más el otro siglo que a este mundo
ca quien ama a este mundo poca mancilla ha
cuando se parte del. Et dicen que dos cosas es-
tán bien a cada un home la una es religión e
:

la otra es riqueza. Et esto semeja al fuego ar-


diente que toda leña que le echan arde mejor.
Et el entendido non se debe desesperar nin
desfiuzarse ca por aventura será acorrido cuan-
;

do non pensare.

I 9
CALILA Y DIMNA

El pobre que se ^^ ^^^^ Semeja a lo que dicen


quc era uii home muv Dobre, e
aprovecha de !o que
le robaban ::::::• , \ i
ninguno de sus parientes non le
acorrien a le dar ninguna cosa. Et seyendo así
una noche en su posada vio un ladrón. Et dijo
entre sí: "En verdat non hay en mi casa cosa
que este ladrón tome, nin pueda levar. Pues tra-
bájese cuanto podiere." Et buscando por casa
qué tomase, vio una tinaja en que había un
poco de trigo. Et dijo entre sí: "¡Par Dios!,
non quiero yo que mi trabajo vaya de balde."
Et tomó una sábana que traía cobierta, e ten-
dióla en el suelo, e vació el trigo que estaba en
la tinaja en ella para lo levar. Et cuando el home
vio que el ladrón había vaciado t\ trigo en la
sábana para se ir con ello, dijo: "A esta tosa
non hay sufrimiento. Ca si se me va este ladrón
con el trigo, allegar se me ha mayor pobreza e
fambre que nunca estas dos cosas se allegaron
;

a home que non lo llegasen a punto de muerte."


Et desí dio voces al ladrón, et tomó una vara que
tenía a la cabecera del lecho, e arremetió para
el ladrón. Et el ladrón, cuando lo vio, comenzó
a fuir, e po.r fuir cayósele la sábana en que le-
vaba el trigo, et tomóla el home e tornó el trigo
a su lugar.

Mas
el home entendido non debe allegarse a
tal ejemplo como aqueste, et dejar de buscar
e facer lo que debe para demandar su vida; nin
se debe guiar por aquellos a quien vienen las
aventuras sin albedrío de sí o trabajo ca pocos
;

son los homes que trabajan en demandar las


;

CALILA Y DIMNA

cosas en que alleg-uen grandes faciendás. Ca


todo home que entendimiento haya, e pune que
su ganancia sea de las mejores e de las más lea-
les, que esquive todas las que probó trabajosas
e le fecieron haber cuidado e tristeza. Et non sea
tal como la paloma que le toman sus palominos
e gelos degüellan e por eso non deja de facer
otros luego. Ca dicen que Dios, cuyo nombre
sea bendicho, puso a toda cosa término a que
home llegue. Et el que pasa dellas es atal como
el que non llegó a ca dicen que quien se
ellas,
trabaja deste siglo es la su vida contra sí, et al
que se trabaja deste siglo e del otro es su vida
a par de si o contra sí.
E dicen que en tres cosas debe el seglar emen-
dar en la su vida: et afiar la su ánima por ella,
la segunda es por la facienda deste siglo, e por
la facienda de su vida e vivir entre los homes.
Et dicen que algunas cosas hay en que nunca
se endereza buena obra la una es gran vagar
:

la otra es menospreciar los mandamientos de


Dios; la otra es creer a todo home lisonjero; la
otra es desmentir a otro sabio. Et el home en-
tendido debe siempre sospechar en su asma-
miento e non creer a ninguno, maguer verda-
dero sea, e de buena fama, salvo de cosa que le
semeje verdat et cuando alguna cosa dudare,
;

porfíe e non otorgue fasta que sepa bien la ver-


dat. Et non sea atal como el home que deja la
carrera e la ha perdido, e cuanto más se trabaja
en andar, tanto más se aluenga del lugar donde
quería llegar et es atal como el home que le
;

cae alguna cosa en el ojo, e non queda de le


CALILA y DIMNA

rascar fasta que le pierde; ca debe el home


entendido creer la aventura, et estar apercebido,
e non querer para los otros lo que non querría
para sí.
Pues el que este libro leyere piense en este
ejemplo, et comience en él. Ca quien sopiere
'lo que en él está, escusará con él otros, si Dios

quisiere.
Et nos, pues leemos en este libro, trabajamos
de le trasladar del lenguaje de Persia al len-
guaje arábigo, e quisimos e tovimos por bien de
atraer en él un capítulo de arábigo en que se
mostrase el escolar dicípulo en la facienda deste
libro ; et es esto el capítulo.

CAPITULO I

CÓMO EL REY SIRECHUEL ENVIÓ A BERZEBUEY

A TIERRA DE INDIA

DICEN que
gentiles,
en tiempo de los reyes de los
reinando el rey Sirechuel, que
fue fijo de Cades, fue un homne a que
decían Berzebuey, que era físico e príncipe de
los físicos del regno e había con el rey grant
;

dignidad e honra, e cátedra conoscida. Et como


quier que era físico conoscido, era sabio e filó-
sofo, et dio al rey de India una petición, la cual
decía que fallaba en escripturas de los filóso-
fos que en tierra de India había unos montes

a a
CALILA Y DIMNA

en que había tantas yerbas de muchas maneras,


e que si conoscidas fuesen e sacadas e confacio-
nadas, que se sacarían dellas melecinas con que
resucitasen los muertos e fizo al rey que le diese
;

licencia para ir buscarlas, et que le ayudase para


la despensa, e que le diese sus cartas para todos
los reyes de India, que le ayudasen por que él
pudiese recabdar aquello por que iba.
Et el rey otorgógeio e aguciólo; et envió con
él sus presentes para los reyes donde iba, se-
gunt que era costumbre de los reyes cuando
unos enviaban a otros sus mandaderos con sus
cartas por lo que habían menester. Et fuese
Berzebuey por su mandado, et andudo tanto
fasta que llegó a tierra de India. Desí dio las
cartas e los presentes que traía a cada uno de
aquellos reyes, et demandóles licencia para ir
buscar aquello por que era venido. Et ellos dié-
ronle todos licencia e ayuda. Et duró en coger
estas yerbas e plantas grand tiempo, más de un
año, et volviéndolas con las melecinas que de-
cían sus libros, et faciendo esto con grand dili-
gencia. Desí probólas en los finados, e non resu-
citaron ningunos e entonces dubdó en sus es-
;

cripturas, e cayó en grand escándalo, et tovo


por cosa vergonzosa de tornar a su señor el -rey
con tan mal recabdo.
E quejóse desto a los filósofos de los reyes de
India. Et ellos dijéronle que eso mismo fallaron
ellos en sus escripturas que él había fallado, e
propiamente el entendimiento de los libros de
la su filosofía et el saber que Dios puso en ellos
son las yerbas, et que la melecina que en ellos

2 3
CAULA Y DIMNA
decía son los buenos castigos e el saber, et los
muertos que resucitasen con aquellas yerbas
son los homnes nescios que non saben cuándo
son melecinados en el saber, .e les facen entender
las cosas, e esplanándolas aprenden de aquellas
cosas que son tomadas de los sabios, et luego,
en leyendo aprenden el saber et alumbran sus
entendimientos.
Et cuando esto sopo Berzebuey buscó aque-
llasescripturas e fallólas en lenguaje de India e
trasladólas en lenguaje de Persia, et concertólas.
Desí tornóse al rey su señor. Et este rey era
muy acucioso en allegar el saber, e en amar los
filósofos más que a otri, e trabajábase en apren-
der el saber, et amábalo más que a muchos de-
leites en que los reyes se entremeten. Et cuando
fue Berzebuey en su tierra, mandó a todo el
pueblo que tomase aquellos escriptos e que los
leyesen, et rogasen a Dios que les diese gracia
con que los entendiesen, e dioles aquellos que
eran más privados en la casa del rey. Et el uno
de aquellos escriptos es aqueste libro de Calila
e Dimna.
Desí puso en este libro lo que trasladó de los
libros de India, unas cuestiones que fizo un rey
de India que había nombre Dicelem, et al su
aguacil decían Burduben et era filósofo a quien
;

él más amaba. Et mandóle que respondiese a


ellas capítulo por capítulo, et respuesta verda-
idera e apuesta, et que le diese ejemplos e seme-
janzas et por tal que viese la certedumbre de su
respuesta, et que lo ayuntase en un libro entero,
por que lo él tomase por castigo para sí, et que

24
CALILA Y DIMNA

lo dejase después de su vida a los que del des-


cendiesen.
Et era el primero capítulo del león et del buey,
que es después de la estoria de Berzebuey el
m^enge.

CAPITULO II

HISTORIA DEL MEDICO BERZEBUEY

M 10 padre fue de Mercecilia, e mi madre


fue de las fijasdalgo de Azemosuna et de
los legistas. Et una de las cosas en que
Dios me fizo merced, es que fui yo el mejor de sus
fijos. Et ellos criáronme lo mejor que pudieron,
gobernándome de la mejores viandas que pudie-
ron fasta que hube nueve años complidos et desí
;

pusieron me con los maestros. Et yo non cesé


de continuar en aprender la gramática et de
meter la mi cara a sotileza e a buen entendi-
miento, a tanto que vencí a mis compañeros et
a mis iguales et valí más que ellos, e leí libros
e conoscí e sope sus entendimientos, e afirmóse
en el mi corazón lo que leí de las escripturas
de los filósofos. Et decoré las palabras de los
sabios, e las cuestiones que facían unos a otros,
e las disputaciones que facían entre sí.
E mantove esto con mi entendimiento e con-
certélo con la opinión que yo tenía, et sope que
eran acordados en los cursos del año e de los
meses e de los días, e en las naturas de los cuer-

2 5
CAULA Y DIMNA
pos e en las cosas de las enfermedades e en las
maneras de su,s melecinamientos e de su salud.
Et pusiéronlo por escripto e plúgome de lo saber.
Et comencé a leer sus libros fasta que los en-
tendí et vi las maneras de los cuerpos, las cosas
;

de las maletías e las maneras del melecinamien-


to. Et sope en ello a tanto que me metí a mele-
cinar enfermos. Et después que lo comencé, di
a mi alma a escoger en estas cuatro cosas que
los homnes demandan en este siglo e se tralDa-
jan de las haber e las cobdician. Et dije: "¿Cuál
destas cuatro cosas debo demandar segunt la
cuantidad del mi saber, e cuál es la que me fará
alcanzar lo que he menester, et si lo pudiere
haber, deleites o fama o riqueza o galardón del
otro siglo?"
Et vi que demandando ayuntado todas cuatro
cosas, el que demanda llega a cualquier dellas
que quisiere. Et fallé que la m-elecina era cosa
loada cerca de los entendidos, e non denostada
de los sabios e de las leyes ^e de las setas. Et
fallé que el más santo de los físicos es aquel que
non quiere haber por su física salvo el galar-
dón del otro siglo. Et comedí en mi corazón, et
fallé que todas ¡as cosas en que los homnes se
trabajan son fallecederas. Et yo non vi a nin-
guno de mis antecesores que su allegar lo ficiese
durable en este mundo, nin que lo librase de la
muerte e de lo que aviene después della. Et
fallé en los libros de la física quel más piadoso
físico es aquel que primeramente comienza a
melecinar su alma e sus enfermedades et el que
;

-es en mejor estado es aquel que con su física

26
CALILA Y DIMNA

trabaja en enmendar su estado para el otro úglo,


et que non toma el arte de la física por merca-
duría et por ganar la riqueza deste mundo.
Et el que quiere por su física haber el galar-
dón en el otro siglo,, non le menguaba riqueza
en este mundo. Et es en aquesto atal como el
'labrador que siembra las legumbres en la tierra
por haber mieses et ha de aquesto cuanto quiere.
Con todo aquesto non le mengua y de haber
algunas yerbas de que se ayude e se aproveche.
Et tove por bien de perseverar en esto por haber
galardón en el otro siglo e merescimiento de
Dios. Et non quise por esto haber el apostura
deste mundo; que sería tal como el mercader
perdidoso que vendió sus piedras preciosas por
vedrio que non valía nada, e pudiera haber del
precio dellas grand riqueza para en toda su
vida.
Et comencé a melecinar los enfermos so espe-
ranza del galardón del otro siglo así que non
;

dejé enfermo que yo hobiese esperanza de lo


guarescer e de lo sanar de su enfermedad con
mi melecinamiento, que non metiese mi poder
en lo guarescer. Et al que yo por mí mesmo
pude sanar, fícelo e non le metí en mano de
otri et al que non pude esto facer dejé'e su me-
;

lecinamiento e déjele las melecinas que había


menester, et non quise haber galardón n'n me-
rescimiento de aquellos a quien esto fice. Et non
había envidia de mis iguales nin de los que
habían más haber que yo, nin del bien que Dios
les había dado. Mas era el mío mayor cuidado e
a lo que más me inclinaba e de lo que más me

2 7
CALILA Y DIMNA

trabajaba, que pugnase más quél en saber, e en


me trabajar en haber galardón de Dios.
Et estude en esto un tiempo fasta que vencí
al saber deste mundo, et contendí comigo por
el algo que veía haber a los otros. Et yo non
quise al salvo contender con mi alma e defen-
derla de non se apartar de las cosas que nunca
hubo ninguno que por ellas non apocase su algo
e que non acresciese su lacerio. Et remembra-
ron me las penas que había de sofrir después
que deste mundo partiese por la facer olvidar
aquellas cosas de que había sabor. Et díjele:
"¡Ay alma!, que non has vergüenza de facer
comunidad con los perezosos, nescios, en amar
este mundo fallescedero ; ca aquel que alguna
cosa ha del non es suyo nin finca con él, et non
lo aman salvo los engañados negligentes. Con-
viértete desta nescedat e desta locura, et métete
con toda tu fuerza a facer algún bien para el otro
siglo, et guárdate de lo llevar en traspaso, e non
te asegures en él.
Et miémbrate en cómo en este cuerpo ha mu-
chas ocasiones et cómo es lleno de malas cosas
lijosas e son, por todas, cuatro humores que
;

sostienen la vida mezquina que ha de fallescer,


así como el ídolo descoyuntado que cuando sus
miembros son compuestos e puestos cada uno
en su lugar, ayuntan los con engrudo, que los
face tener unos con otros, e cuando es quebran-
tado el plegó cáensele las juntaduras e desfácese
todo : ay alma !, non te engañes en la compañía
i

de tus amigos e de tus bien querientes e non


hayas desto grand cobdicia pues que a la fin la
;

38
CALILA Y DIMNA

tu compañíase ha de partir. Et esto es atal como


la cuchara de palo que es siempre usada en la
calentura e en cabo quiébrase sirviendo e encí-
mase su facíenda a ser quemada en fuego.
¡Ay alma!, no tomes placer en ser ayuntada
con tus querientes e con tus amados en ayuntar
haberes, ayuntándolos por haber amor et gracia
de ellos, que serías en esto atal como el safu-
merio que quema a sí e han folgura los homnes
con su olor. ¡Ay alma!, non te fíes en las rique-
zas e en las dignidades en que se alegran los
mundanos ca éstos non saben en cuan pequeñas
;

cosas están fasta que las pierden. Et acaesce así


como a los cabellos, que cuando los homne tiene
en la cabeza peínalos e úntalos con las mejores
unturas que puede, et después que son fuera de
la cabeza, halos homne asco de ver.
¡Ay alma!, persevera en melecinar los enfer-
mos e non te tire dello el afán de la física porque
los homnes non lo saben. Mas asma de un
homne que librase a otro de algunt mal o lo es-
capase de alguna cuita fasta que lo tornase a
la paz e a la forgura en que era, si este atal
debe haber galardón segund Dios: pues ¿cuán-
to debe haber de galardón el físico que por
galardón de Dios melecina muchos e los saca
de grant peligro con la ayuda de Dios ? Ay ¡

alma!, non se te aluengue el otro siglo por que


hayas a enclinar a éste ca serías en tomar lo
;

poco e dar por él lo mucho, así como el merca-


der que había una casa llena de oro e de plata,
et dijo en sí: "Si la vendiere a peso alongarse
me ha", e vendióla a ojo por mal precio.
2 9
CALILA Y DIMNA

Et habiendo esta contienda con mi alma, non


falló carrera ninguna para me vencer, e confe-
sóse e conosció el menosprecio de aquellas co-
sas a que se acostaba, e perseveró en bien por
ganar el otro siglo. Et non me estorbó esto de
haber buena parte de este mundo e de la pri-
vanza de los reyes ante que fuese a India e des-
;

pués que torné hube más de lo que queria. Et


estudié en la física, et fallé que el físico non
puede melecinar a ninguno con melecina que le
segure de enfermedat toda su vida; e non sope
cómo el guarescer toviese pro, non seyendo el
homne seguro de non tornar a la enfermedat,
-ede acrescentar en otra cosa más fuerte.
Et por ende fallé que las obras del otro siglo
son las cosas que libran a los homes de sus enfer-
medades. Et fallé que la enfermedad del anima
es la mayor enfermedad. Et por eso desprecié
la física e trabájeme de la ley, et hube ende sa-
bor; e dubdé en la física e non fallé en sus es-
crituras mejoría de nenguna ley. Et fallé las leyes
mucho alongadas, et las setas muchas, e aque-
llos que las tenían habíanlas heredado de sus
padres, et otros que las tenían habidas por fuer-
za, e otros que querían haber por ellas este
mundo e que se trabajaban a ganar con ellas
en sus vidas, et otros entendidos de simples vo-
luntades que non dubdan que tienen la verdat,
et non tienen buena razón a quien les ficiese
cuestión sobre ello. Et todos se enfingien que
tenien derecho et que los que contra ellos eran
que yacían en yerro e en perdimiento. Et vi
entre ellos gran contrariedad en el criador et
;

CALILA Y DUINA

en las criaturas, e en el comienzo e en la fin del


mundo. ,
-

Et tove por bien de otorgar a los sabios de


cada una ley, sus comenzamientos e ver qué
dirían, por razón de saber departir la verdat de
la mentira e escoger e amparar la una de la otra
et, conoscida la verdat, obligarme a ella verda-
deramente, le non creer lo que non cumpliese
e nin seguir lo que non entendiese. Et fize esto,
et pregunté e pensé .e non fallé ninguno dellos
que me diese más que alabar a si e a su ley e
denostar al agena. Et vi manifiestamente que
se enclinaban a sus sabores, e que por su sabor
trabajaban et non por derecho; et nin fallé en
ninguno dellos razón que fuese verdadera nin
derecha, nin tal que la creyese homne entendi-
do e non la contradijese con razón. Et después
que esto vi non fallé carrera por donde siguiese
a ninguno dellos et sope que si yo creyese a
;

alguno dellos lo que non sopiese, que seria atal


como el ladrón engañado que fabla en un ejemplo.

Et fué así que andaba una no-


S^cei^creerVie"!" che un ladrón sobre una casa de
ia"a —
"''^•^•^• •"• ^^ homne rico, e facía luna, e
andaban algunos compañeros con
él. Et en aquesta casa había una finiestra por

donde entraba la luz de la luna al homne bueno.


Et despertó el dueño de la casa e sintiólos e pensó
que tal hora non andarían por sus tejados salvo
ladrones. Et despertó a su muger et díjole: "Fabla
quedo, que yo he sentido ladrones que andan en-
cima de nuestro tejado et d!me cuando los sin-
;

3 I
CALILA Y DIMNA

tieres cerca de aquí : ¡ Ay marido !


¿ Non me dirás
de qué llegaste tantas riquezas como habernos? Et
cuando yo non te quisiere lesponder, sigue me
preguntando fasta que te lo diga '. Et fizólo así
como le mandó el marido, et oyó el ladrón lo
que ella dijo. Et entonces recudió el home a
su muger: "Tú, ¿por qué lo demandas? Ca la
ventura te trajo grand algo; come, bebe et alé-
grate, et non me demandes tal cosa, ca si te lo
yo non so seguro que lo non oya alguno,
dijere,
e podría acaescer cosa por ello que pesara a mí
et a ti." Et dijo la mujer: "Por la fe que me
debes que me lo digas, ca non oirá ninguno lo
que dijéremos a tal hora". Dijo el marido: "Yo
te lo diré, pues que tanto lo quieres saber. Se-
pas que yo non ayunté todas estas riquezas, sal-
vo de ladronía. " Et dijo la muger: "¿Cómo
puede eso ser, ca las gentes te tenían por homne
bueno?"
Et dijo él : "Esto fue por una sabiduría que yo
cosa muy encubierta et sotil
fallé al furtar, et es
de guisa que ninguno non sospechaba de mí tal
cosa". Et dijo la mujer: "¿Cómo fue eso?"
Respondió él "Yo andaba la noche que
e dijo:
facía luna e mis compañeros conmigo, fasta que
sobía en somo de la casa do quería entrar, e
llegaba a alguna finiestra por donde entraba la
luna e decía siete veces: "saulan, saulan." Desí
abrazábame con la luna e entraba por la finies-
tra e descendía por ella a la casa, et non me sen-
tía ninguno cuando caía; e iba de aquella casa
a todas las otras casas. Et después que tomaba
lo que fallaba, tornaba al logar onde descendía,

3 2
;

CALILA y DIMNA

et abrazábame con la luna e subía a la finiesti^


e en este estado gané todo esto que tú vees".
Et cuando esto oyero:^! los ladrones plógoles
mucho dello et dijeron: "Más habernos ganado
desta casa que nos non queríamos, et deste sa-
ber que nos.dende habernos, nos debemos más
preciar que de todo cuanto ende ganaremos".
Desí estodieron grande hora quedos, fasta que
cuidaron que el dueño de la casa era adormeci-
do .et su muger otrosí, et después que cuidaron
ser ciertos desto, levantóse el cabdiello dellos
et fuese para la finiestra, que e,staba en somo
de casa, por do entraba la luz de la luna, et
dijo siete veces-: "saulan, saulan", et abrazóse
con la lu? por descender por ella a la casa, et
cayó cabeza ayuso, Et levantóse el dueño de la
casa et dióle tantos de golpes fasta que le quedó,
diciendo el ladrón: "Yo merezco cuanto mal me
has fecho, porque creí lo que me dijiste et me
engañé con vanidat."

Et yo, después que m.e guardé de non creer


las cosas de que non era seguro de non caer en
peligro de muerte, déjeme de todas las cosas
dubdosas et metíme en facer pesquisas de las .

leyes et en buscar las más derechas. Et non


fallé en ninguno de aquellos con quien yo fablé
esto, buena respuesta quel yo debiese creer.' Et
dije en mi corazón: "Tengo por seso, pues así
es, de me obligar a, la ley de míos padres."
Pero fué buscando si habería a esto alguna es-
Gusación e non la fallé. Et mémbrome el dicho
de un homne que comía feo e era tragón, e di-

3 3
CAULA Y DIMNA
jéronle que comía mal e feo, et él dijo "Así :

comían mis padres e mis abuelos." E non fallé


ninguna escusación porque non debiese fincar
en la ley del padre, et quíseme dejar de todo e
meterme a facer pesquisas de las leyes e estu-
diar en ellas. Et estorbóme la fin que es cerca e
la muerte que acaesce tan aína como cerrar el
ojo e abrirlo. Et había fechas algunas obras que
non sabría si eran buenas, onde por aventura
mientra me trabajase de pesquerir las leyes de-
tenerme hía de facer algunt bien, et morría ante
que viese lo que quería.

_,
El ,
amante que cae
Et por ventura, en dubdando,
'^
^ > , i-
en manos del ma- acaesccrme hia lo que -dicen que
acaesció a un homne que amaba
una muger casada. Et ella había cavado para
él un caño de su casa fasta la calle, et el caño
era del pozo cerca ; e fizo una puerta al caño
porque si su marido viniese asoras que pusiese
ahí su amigo e lo cerrase dentro. Et acaesció así
que un día estando él dentro con ella dijéronle
que su marido estaba a la puerta. Et dijo la mu-
jer al amigo: "Vete aína por el caño que está
cerca del pozo." Et él detóvose de ir a aquel
logar. Et acaesció que el pozo era derrundiado.
Et él tornóse a ella e díio!e: "Ya llegué fasta
el caño e fallé el pozo caído." Et dijo la muger:
"Non te dije yo del pozo salvo por te guiar al
caño. Aguija e vete." Et dijo él: "Non debieras
tú decir cerca del pozo, pues yo había de ir al
caño." Dijo ella: "Ve e deja la locura de ir e
de venir," Dijo él: "¿Cómo iré, habiéndome tú
CALILA Y DIMNA

conturbado?" Et non oesó de decir fasta que


entró el marido e prendiólos, e firiólos muy mal,
e llevólos a la justicia.

Así yo temíme de ir acá e allá e después ser


preso por mi culpa, et hube por bien de non
me temer de aquello de que me temía, et tove
me por pagado de toda obra que solamente las
almas testiguan que es buena en que se acuer-
dan las almas de las leyes. Et detove mi mano
de de aviltar, e de robar, et de furtar, e
ferir, e
falsar. Et guardé el mi cuerpo de las mugeres,
e mi lengua de mentir e de toda razón que daño
fuese a alguno. Et detóveme de facer mal a los
homnes nin de burlar e escarnecer de ninguno,
et de cuantas malas costumbres pude. Et trabá-
jeme con mi razón de non querer mal a nin-
guno e de non desmentir la resurrección nin el
día del juicio, et el galardón e la pena.
Et con esto asosegué e aseguré mi corazón.
E vi que non hay ningund amigo tal como facer
buena vida, et vi que era ligera de ganar cuando
Dios quiere ayudar, et vi que es grand bien a
quien la face, e que es mejor cosa que el teso-
ro que el padre e la madre le dejan, et que non
mengua por la despender, ante se face más fer-
mosa e más nueva. E fallé que el homne que
desprecia la bondad e la fin della, que le non
destorba della salvo el flaco entendimiento.
CALILA Y DIMNA

El que desea hacer ^^


^'s tal 611 pcrdcr e despender

tallar una piedra y suvo como un mercador que


lo
se le va el tiempo
en oir cantar al
,. ,,,-.,
diccn quc habla picdfas preseip-
jornalero :: :: ::
g^g^ gj. ^Iqyiló y^ homiie qUe ge-
las foradase e adobase por cient maravedís, e
llevólo para su casa. E entrando por casa vido,
un salterio e atoleólo, e díjole el señor de la p07-
sada si lo, sabía tañer. Dijo él: "Más que tú
non. piensas." Et era gran maestro de le tañer.
Et díjole el mercador: "Toma e táñelo." Et
tomó icl homne el salterio e comenzó a lo tañer
muy bien fasta la noche. Et dejó el mercador
la caja de las piedras abierta et comenzó de
folgar e de reír oyendo aquel tañer. Et desque
fué noche dijo el homme: "Págame mi jornal."
Dijo el mercador: "Non feciste cosa por que
merezcas jornal." Dijo el homne: "Yo fize lo
que tú me mandaste facer." E por razón hubo
le a dar los cient maravedís e quedaron sus pie-
dras por adobar.

E cuanto más pensé en las cosas deste mun-


do e en sus sabores, tanto más lo desprescié; e
tov.e por bien de me amparar con la re'ligión
e despreciar este mundo. Et vi que la religión
enderesza carrera para el otro siglo, así como
endereszan los buenos padres a sus fijos para
veyir. Et vi que en la religión pensar es bien;
por que el que en ella pensare homíllase e tiéne-
se por pagado con lo que ha. e enriquece e plá-
cele con lo que Dios face, e pierde cuidado e
despójase deste mundo e estuerce del daño que
desecha sus sabores, e fácese manso ; e es libra-

36
CALILA Y DIMNA

do de sus doÍ9fes e menosprecia la envidia e


muéstrasele el amor e la caridát,;e es su alma
tendimiento" e vee lá paz; e es ''seguro de ser
non tentado. Et cuanto más pensé en la religión
tanto más me pagué della, tanto. que" cuidé ser
dellos. Desí temí me que non
podría sofrir la
su vida, e que me tornaría a
la costumbre en
que fuera criado, e non fue seguro que si me
dejase del mundo e tomase feligión que lo non
pudiese complir, e dejaría algunas cosas que te-
nía comenzadas, de que habría provecho. '

El can engañado
Et sería en esto atal como un
. ,
.

por el reflejo cau que diccu que iba por un no


del
agua :: :: :: :: ::
^ Hevaba uua picza de Carne en.
la boca, e vido la sombra que facía. Et por
abarzar la sombra abrió la boca e cayósele la
que llevaba, e llevógela el agua e non falló cosa
ninguna.

Onde hube muy grant pavor de la religión.


Temí me de la non poder sofrir e non osé fincar
en el estado en que estaba. Desí pensé en asmar
cuál era más fuerte cosa en me temer de non:

poder sofrir la religión e la vida que le perte-


nesce por el desabor e por él angostura que en
ella ha, e en lo que contesce al seglar de tribula-
ciones. E vi que non es ningunt sabor nin de-
leite en este mundo que se non torne en desabor
et que non sea con dolor. Onde el mundo tal es
como el agua salada, que cuanto más el homne
bebe della, tanto más sed mete. Et es tal como
el hueso en que el can falla que se le quebran-

3 7
;

CALILA Y DIMNA

tan las encías et revienta la sangre, e cuanto más


roe tanto más sangre le sale. Et es tal como el
milano que busca la carne, et después que la
tiene, ayúntanse las aves a él e non cesa de
fuir e de trabajar fasta que gela facen echar des-
pués qae la falla con trabajo. Et es atal como
la jarra de la miel, que yace en ella en su fon-
dón muerte supitaña. Et es tal como los sueños
del que duerme, que le facen alegría en soñan-
do, e cuando despierta pierde el sabor por que
non falla nada. Et es tal como el relámpago
que alumbra un poco e vasa luego, e queda el
que lo atiende en tiniebla. Et es atal como el
gusano del sirgo, que cuanto más teje sobre sí,
tanto más se aluenga de la vida.
Et cuando pensé en estas cosas et torné en mi
escoger la religión e me enclinar a ella, contra-
dije me, et dije: "Esto non vale cosa, fuir del
siglo a ia religión e de la religión al siglo." Et
si yo pensare en la estrechura de la religión,

seré cada día movedizo. Et sería en esto tal


como un alcalde de Marne, que oyó a un aboga-
do que llegó antél, e libróle lo que pidió luego
et después oyó al otro e libró contra el prime-
ro. Et pensé en la laceria e en la angostura de
la religión e dije así :
"¡ Oh, qué pequeña es esta
laceria para haber por ella la folgura perdura-
ble!" Et pensé en los deleites deste mundo de
que ha sabor el ánima e dije: "¡Oh, cómo esto
es agora más fuerte de que lleva al ánima a la
pena perdurable!" Et dije: "Non debe homne
tener por dulce una poca de dulzor que trae grant
amargura". Et dije: "Si algunt homne me mos-

38
CALILA y DIMNA

trase que veviría ciento años e que non pasase


ningunt día que me non despadazasen todo e
después recucitase, et fuese así penado cada día,
en pero con tal postura que complidos los cien-
to años que fuese librado de toda pena .e que
tornase alegría e folgura perdurable, lo debía
facer. Pues ¿cómo non puedo sofrir unos pocos
de días que viva en religión e sufra un poco de
desabor?"
Ca non es este mundo lleno salvo de tribula-
ciones e de pena, et non se envuelve el homne
con todo esto salvo en mal desque es concebido
en el vientre de su madre fasta que cumple sus
días. Ca nos fallamos en la escritura de la física
que la esperma de que es engendrado el fijo,
que es complido de sus miembros cuando cae
en la madre de la muger, e se vuelve con la
esperma della e con su sangre, e espésase e
mézclase, e desí el aire masa aquel esperma e
aquella sangre fasta que lo torna tal como el
suero desí tórnalo tal como la cuajada espesa.
;

e desí de parte e devisa sus miembros a sus


tiempos. Et si es macho tiene la cara con el
espinazo de su madre, e cúmplese la su forma
le la su criazón en cuarenta días; et si es muger
tiene la cara con el vientre de su madre, e cúm-
plese la su criazón a sesenta días, e tiene las
manos sobre las mejillas e la barba sobre los
hinojos, et está encogido en su mantillo así como
si fuese envuelto en un bolsa e respira por un

sospirón con muy grand pena, e non ha -en él


miembro que non semeja atado, e está ligado
de su ombligo fasta el ombligo de su madre,

3 9
CAULA Y DIMNA
e Con él chupa e bebe de la vianda que toma su
madre. Et en esta guisa está en la tiniebla e an-
gostura fasta él día que nasce.
Et cuando viene a sazón del parto, apodera
Dios a la criatura en la madriz de su madre; e
esfuérzase a mover e enderes¿a su cabeza con-
tra la salida.Et siente en la salida lo que siente
el que tiene deviesos cuando gelos abren. Et
después que cae en tierra e le tañe el aire e la
mano, siente dolor, lo que siente el que 'Cs des-
ollado de su cuero, Desí vive en muchas mane-
ras de pena, así como si ha fambre e non le dan
a comer, e si ha sed e non le díin a beber, o si
ha dolor e non le acorren. E non se puede am-
parar de lo que siente cuando lo alzan o lo en-
vuelven o lo desenvuelven o lo' untan o lo sal-
van, ét cuando ha sed e le dan a comer e ha
fambre et le dan a beber, o cuando quiere yacer
de costado e ló eclian de vientre, t otras muchas
maneras de penas que ha mientra mama. Et
después que es librado de. la pena del mamar
mátenlo a la pena^del aprender a leer e a estar
apremiado de su' maestro, e siempre ha ende
muchas maneras d'e penas.
Et cuando llega a edad de casar, casa, e entra
en el cuidado de lá muger e de los fijos e de lle-
gar Haber, e en la malicia en la cobdicia'et
is

en los peligros de ganar algo para man'tener su.


casa e en todo esto lidian con él cuatro enemi-
;

gos, es á saber: la colora, e la sangre, e la flema,


e la malenconía, que son tósigo mortal e víboras
mordederas ; et el miedo de los homnes e de ías
bestias fieras, e la calentura, e el frío, e el viento,

4 o
;

CALILA Y DlMNA

e la lluvia, e ostras muchas maneras de penas, *e


la vejez a los que a ella llegan. De más, si todos
aquestos peligros non hobiese e fuese seguro
de estorcer dellos e le asegurasen dellos en guisa
que dello non hobiese miedo, si non de la hora en
que viene lamuerte, et se parte del mundo e se
miembrá de lo que ha en ella e en apartarse
de sus amigos e de sus fijos, e de todas aquellas
cosas de que era escaso en este mundo, et de
como es la grant pavor después de la muerte,
debía ser contado por desacordado e por homne
que ama dolor el que alguna arte non ficiese
con que lo non estorciese, e se non dejase de las
sabores deste mundo por ello. Et cuando ha an-
dado en este mundo, torna viejo et ha escosa e
e desabrida vida.
Ca el rey, maguer sea bien mesurado, e enviso,
e apercebido, e de gran poder, e de noble cora-
zón, et pesqueridor de derecho, et de buena vida,
e verdadero, e acucioso, e esforzado, e de buen
recabdo, e requeridor de las cosas que debe, et
entendido, e cierto, e agradecedero, e agudo, e
piadoso, e misericordioso, e manso, e conocedor
de los homes e de las cosas, e amador del sa-
ber e de los sabios e de los buenos, e bravo con-
tra los malfechores, non envidioso nin reí ez de
engañar, facedor dalgo a sus pueblos, aun ha-
biendo todo esto, veemos que el tiempo va atrás
en todo lugar; así que semeja que las cosas ver-
daderas son espendidas e amanecieron perdidas
e semeja que el bien amaneció perdido e el
mal fresco; e semeja que la mala vida amane-
ció reyendo e la buena llorando; e semeja que

4 I
CALILA Y DIMMA

la justicia amaneció estropezando et la injusti-


cia ensalzándose; et semeja que el saber ama-
neció soterrado e la necedad esparcida et se-
;

meja que el amor amaneció caído et la malque-


rencia avivada et semeja que la honra es ro-
;

bada a los buenos et es dada a sabiendas a los


malos; e semeja que la traición amaneció des-
pierta e la lealtad adormida; e semeja que la
mentira nació frutuosa e la veradad seca; e
semeja que la franqueza amaneció estragada et
la escaseza mejorándose; et semeja que la ver-
da't es ida tropezando et la falsedat retozando e
trobejando et semeja que amaneció menospre-
;

ciar el juicio e seguir las voluntades; et semeja


que amaneció el tuerto e el que fizo el mal de-
tardándose de facer la emienda; et semeja que
la cobdicia amaneció tragando de todas par^tes
e la gracia desconocida; et semeja que los males
amanecieron pujando al cielo e los bienes decen-
diendo a los abismos et amaneció la grandez
;

derribada de lo más alto al fondón de lo más


bajo; et amaneció la menudez honrada et amá-
neselo el poder mudado de los virtuosos a los
viciosos.

Después que hube pensiado en las cosas deste


mundo, et que el home es la más noble criatura
et la mejor que en este mundo sea; desí como
está en tal estado et non se convuelve sinon en
mal, nin es conocido en ál, et sope que non es
ninguno que algún poco de entendimiento haya
que es'to non entienda, et que non busque arte
para se guardar, et maravílleme ende, et pensé
CALILA Y DIMNA

e vi que los non detiene de facerlo sinon un poco


de deleite de comer, et de beber, e de ver, e de
oír e por aventura non han desto asaz empero
; ;

lo que los destorba de pensar de sí e de traba-


jarse de estorcer, poca cosa es.

El que pasa de «n Et busqué ejemplo e compa-


peiigro a otro :: :: cllo, et vi que seme-
ración para
jan en esto a un home que con cuita e miedo
llegó a un pozo e colgóse del, e trabóse a dos
ramas que nacieran a la orilla del pozo e puso
sus pies en dos cosas a que se afirmó e eran
cuatro culebras que sacaban sus cabeza de sus
cuevas et en catando al fondón del pozo vio una
;

serpienta la boca abierta para le tragar cuando


cayese, et alzó los ojos contra las dos ramas, e
vio estar en las raízes dellas dos mures, el uno
blanco e el otro negro, royendo siempre que non
quedaban; et él pensando en su facienda e bus-
cando arte por do escapase, miró a suso sobre
sí, e vio una colmena llena de abejas en que

había una poca de miel et comenzó a comer


della, e comiendo olvidósele el pensar en el peli-
gro en que estaba, et olvidó de como tenía los
pies sobre las culebras e que non sabía cuándo
se le ensañarían, nin se le membró de los dos
mures que pesaban de tajar las ramas, et cuando
las hobiesen tajadas que caería en la garganta
de la serpien'ta. Et seyendo así descuidado e ne-
gligente acabaron los mures de tajar las ramas,
et cayó en la garganta del dragón et pereció. Et
yo fice semejanza del pozo a este mundo que es
lleno de ocasiones e de miedos e de las cuatro
;

43
CALILA Y DIMNA

culebras a los cuatro humores que son soste-


nimiento del home ; et cuando se le mueve al-
guna dellas es le atal como elvenino de las
víboras o el tósigo mortal. Et fice semejanza
de los dos ramos a la vida flaca deste mundo,
et de los mures negro y blanco a la noche e al
día, que nunca cesan de gastar la vida del
home; e fice semejanza de la serpienta a la
muerte, que ninguno non puede escusar; e fice
semejanza de la miel a esta poca de dulzor que
home ha en este mundo, que es ver, e oír, e
sentir, e gostar, e oler, e esto le face descuidar
de de su facienda, e fácele olvidar aquello en
si e

que está et fácele dejar la carrera por que se ha


de salvar.
E tornóse mi facienda a querer ser religioso,
e emendar mis obras cuanto podiese por que
fallase ante mí anchura sin fin en la casa de
Dios adonde non mueren los que ahí son, nin
acaecen ahí tribulaciones et así habría guar-
;

dado mi parte para folgar, et sería seguro de


mi alma ante que moriese; et saber esto es muy
noble cosa. Et perseveré en este estado atal et
tornóme de las tierras de India a mi tierra, des-
pués que hube trasladado este libro, et tove que
traía algo en él para quien le entendiese, et
rogué a Dios por los oidores del que fuesen
entendedores de las sus sentencias et del meollo
que yace en ellas.
Et Dios nos deje acabar en su servicio.

4 4
:

CALILA Y DIMNA

CAPITULO III

DEL LEÓN E DEL BUEY E DÉLA PESQUISA DE DIMNA

E DE CALILA

DIJOdamereyagorasu ejemplo
el a "Esto oído lo he;
filósofo:
de los dos que se
aman, e los departe el mesturero, falso,
mentiroso, que debe ser aborrecido como la
vigambre, et los face querer mal, e los trae
a aquello que querrían ser muertos antes, et
han de perder sus cuerpos e sus almas." Dijo
el filósofo: "Señor, cuando acaesce a dos hom-
nes que se aman que el falso mesturero anda
entre ellos, van atrás, e depártase € corrómpese
el amiganza que es entre ellos. Et esto semeja
lo que acaesció al león e al buey." Dijo el rey
"¿Cómo fué eso?"

Dijo 'ó. filósofo: "Señor, dicen


Icotiséja quc eu tierra de Gurguen había
a'"su"hl'

^ródi'^os
^" ^^^° mercader e había tres
"° -^^'^-

fijos. Et después que fueron de


edad, metiéronse a gastar el haber de su padre,
e malbaratallo, e non se entremetían de ganar.
Et el padre, con dolor del amor que les había,
castigólos e dijoles: "Fijos, sabed que el seglar
demanda tres cosas que non puede alcanzar si
non con otras cuatro; e las tres que demanda
son, éstas ahondada vida, e alguna dignidad
:

entre los homnes, e ante poner buenas abras ^

4 5
CALILA Y DIMNA

para el otro siglo. Et las cuatro que ha de me-


nester para alcanzar estas tres, son éstas ganar
:

haber de buena parte, e mantenello bien e facer


le facer fruto, e despendello en las cosas que
emiendan la vida, e vevir a placer de los pa-
rientes e de los amigos, e que torne con alguna
pro para el otro mundo. E quien menosprecia
alguna déstas non alcanza lo que desea; ca si
non ganare non habrá haber en que viva; et
si hobiere haber, e non le ficiere facer fruto,

aína se debe acabar por poco que despienda;


así como el conlirio de que non toman si non
un poco dello, et con todo eso acábase. Et si le
ficiere facer fruto e non lo diere en los lugares
que debe, será contado por pobre que non ha
haber et esto non lo quitará que lo non pierda,
;

así como la tina de agua en que caen las aguas


que si non fallan salida fínchese, e hase de ver-
ter por muchas partes, et con todo esto podresce
e vase el agua que está en ella a perdición".
Comienza la histo- Desí los fijos del mercader cas-
ria de Senceba::
tigáronsc c ficicron mandamiento
de su padre. Et fuese el mayor dellos con su
mercaduría a una tierra, e traía consigo una
carreta con dos bueyes et al uno decían Sence-
;

ba e al otro Bendeba. Et cayó Senceba en un


silo que había en aquel lugar. E sacáronlo, e
fue tan maltrecho de la caída, que llegó a muer-
te. Et el mercader dejólo con uno de sus hom-

nes, e mandóle que lo pensase bien, e si guares-


cíese que gelo llevase. Et el otro enojóse de lo
guardar e dejólo, e fuese para do iba su amo,
e díjole que el buey era muerto.

46
CALILA Y DIMNA

Et desí salió Senceba de aquel lugar, e au-


dudo tanto que llegó a un piado verde e vicioso,
que por su ventura le había de contescer de
llegar ahí.

_, u
El que por huir
j
de
Et dicen que

^ en el prado que
^ i
.

un peligro cae en primeramente andaba, que un


el
otro :: :: :: :: ::
}^Qj^j^,g, cogía yerbaS C vínO UU

lobo por detrás a él por le morder. E él, cuando


lo sintió, comenzó a fuir. Et vido que en un río
que estaba que había una puente quebrada, e
dijo: "Si aquí esto, recelo del lobo, e si paso el

río, lieva mucha agua Et acor-


e non sé nadar."
dó de se echar al agua, e fizo lo así. Et él yendo
por el río que se quería afogar, vieronlo unos
homnes de un aldea que estaba cerca e co-
rriéronle e sacáronlo, e leváronlo al lugar. E
arrimóse a una pared después que fue sano
; et
del peligro del agua, cayó la pared sobrél et
matólo, e non pudo fallescer a la ventura, bien
así como Senceba.

E a poco de tiempo engordó Senceba, e em-


braveció. Et cerca de aquel piado había un león.
que era rey de todas las alimanias e en aquel ;

tiempo estaban con el león muchas dellas. Et


este león era muy lozano. E cuando oía la voz
de como el buey bramaba, en que non tal cosa
había oído, espantábase mucho mas non que- ;

ría que gelo sopiesen sus vasallos, et estovo


quedo en su lugar. Et entre los otros vasallos
que él allí tenía, había dos lobos cervales, et al
uno decían Dimna e al otro Calila, e eran muy
4 7
CALILA Y DIMNA

ardides e agudos, e era Dimna de más noble


corazón e de mayor facienda, e el que menos se
tenía por pagado del estado en que era et el ;

león non los había conoscido nin eran de la pri-


vanza fasta allí.

CALILA Y DIMNA

Manuscrito del Escorial, h. iii. 9, folio 15 v.°

Dijo Dimna a Calila: "Ya vees cómo está el


león en su lugar pecachado, que non se mueve
nin se solaza como solía facer." Dijo Calila:
"E tú, hermano, ¿qué has que preguntas lo que
non has menester, nin te tiene pro en lo pre-
guntar? Nos estamos en buen estado, e estamos
a la puerta de nuestro rey, e tomamos lo que
queremos, e non nos fallece nada de lo que habe-
rnos menester, e non somos de los que fablan
rey sus fechos. E déjate desto, e sabe que
cori el
elque se entremete de decir e de facer lo que
non es para él, que le acaesce lo que acaesció a
un simio artero que se entremetió de lo que
non era suyo, nin le pertenescía." Dijo Dimng.;
"¿Cómo fué esto?"

48
CALILA Y DIMNA

Dijo Calila: "Dicen que un si-


Del simio y la cuña . •' . / .

mío vido unos carpmteros ase-


,

rrar una viga, e estaba el uno encima e como ;

iban aserrando metían una cuña e sacaban otra


por aserrar mejor, Et el simio vídolos, e en tanto
que ellos fueron comer, subió el simio encima
de la viga e asentóse encima e sacó la cuña.
E como le colgaban los compañones en la serra-
dura de la viga, al sacar de la cuña apretó la
viga e tomóle dentro los compañones, et ma-
chucógelos, e cayó amortecido. Desí vino el car-
pintero a él, e lo que le fizo fué peor que lo que
le acaesció."

E dijo Dimna: "Entendido te he lo que me


dejiste e oí el ejemplo que me dejiste; mas
todos los que a los reyes se llegan non lo facen
tan solamente por fenchir sus vientres, que los
vientres en cada lugar se pueden fenchir mas ;

trabaja el homne en mejorar su facienda, por


que haya lugar de facer placer a sus amigos, e
el contrario a sus enemigos. Et los homnes viles
son aquellos que se tienen por ahondados con
poca cosa, e alégranse con ella así como con el can
que falla el hueso seco e se alegra con él. Et los
homnes de grant corazón non se tienen por paga-
dos de lo poco; ante trabajan que sus corazo-
nes lleguen a lo que quieren, así como el león
que prende la liebre, e cuando vee al cabrón
déjala e va en pos del. Et ¿non vees que el can
non quiere mover su cola, fasta que le echan el
pan? ¿Et el elefante joven desque conosce su
fuerza, e le lievan la vianda, es tanto sañoso, e

4 9
Calila y Dimna 4
CALILA Y DIMNA

non come fasta que lo falagan e


la quiere nin la
lo alimpian? Onde quien vive en grand medida
a honra de sí e de sus amigos, maguer poco
viva, de luenga vida es et el que vive en an-
;

gostura faciendo poco algo a sí e a sus amigos,


aunque mucho viva, de poca vida es. Que dicen
en algunos ejemplos que al que es mal andante
dura toda su vida en pobredat, e que non ha
cuidado si non de su vientre, aquel es contado
con las bestias nescias."
Dijo Calila: "Entendido he lo que me dejiste,
mas torna en tu entendimiento, e sabe que cada
un homne ha su medida e ha su prez et cuando ;

se quiere tener con ella, débese tener por pa-


gado con ella. E nos non habemos por que nos
quejar deste estado en que estamos, ca cúm-
plenos." Dijo Dimna: "Las dignidades e las
medidas de los homnes son comunas e son con-
trarias así como el homne de grant corazón
;

puja de la vil medida a la noble, e el homne di


vil corazón abaja del a!ta medida a la vil. Et
pujar a la nobleza es muy noble cosa e grave;
ca abajarse della es vil cosa e rafez. Et es así
como la piedra pesada que es muy grave de
alzar et de la tener e es muy rafez de la derri-
;

bar e dejar caer." Et dijo "Por esto nos habemos


:

de trabajar mucho por habír de las mayores


dignidades con nuestros grandes corazones, e
non estar en este estado, pudiéndolo guisar."
Dijo Calila: "Pues ¿en qué acuerdas?" Diz
Dimna: "Quiérome mostrar al león en tal sa-
zón, ca él es de flaco consejo e de flaco corazón
e es escandalizado en su facienda con sus vasa-
CALILA Y DIMNA

líos, epor aventura en llegándome a él en este


punto habré del alguna dignidat o alguna hon-
ra e habré del lo que he menester." Dijo Ca-
lila: "¿Onde sabes que el león está así como
tú dices?" Et dijo Dimna: "Cuidol, e tengo que
es así, que el homne agudo, de buen entendi-
miento, a las veces sabe el estado de sus amigos
e su poridat, por lo que le semeja e por lo que
vee de su estado e de su facienda, e poniendo
se en ello sábelo cierto." Dijo Calila: "¿Cómo
esperas tú haber dignidat del león non habiendo
tú nunca habido compañia nin privanza de
ningunt rey nin sabiendo lo servir nin sabiendo
lo que le place de sí nin de los otros?" Dijo
Dimna: "Él homne valiente so la grant carga,
maguer que le apesgue, levántase, e la grant
carga non alza al honme valiente nin al pesa-
do nin en el homne vil non ha obra nin cui-
;

dado. Et el homne homildoso e b'ando, non ha


qu'en lo reprenda. Et ante pruebe homne las
cosas que se ponga a ellas et yo quiero probar
;

ésta para mejorar la mi facienda e la tuya."


Dijo Calila: "El rey non honrará al atrevido
por su atrevencia, mas honra al verdadero e al
cercano del. Ca dicen los sabios que el que es de
la compañia del rey e de la muger, que non lo
allegan a sí por mayor bondat, mas por que
está más cercano que otro bien así como la
;

vid que se non traba al mayor árbol, mas al


que más acerca le está. ¿Qué te semeja? Si el
león non te llegare así, nin pudieres fablar
cuando quisieres con él, ¿qué será de ti?" Dijo
Dimna: "Así es como tú dices; mas sepas que
CALILA Y DIMNA

los que son con el rey non fueron con él siem-


pre, mas con su femencia alcanzaron las digni-
dades del rey; e son con él e lléganse a él dc-s-
pués que son Ilueñe del. Eí yo trabajar me he
de facer otro tal, e guisaré cómo llegue a ello;
ca dicen que non es ninguno que llegue a la
puerta del rey e dure y mucho consentido a ser
mal traído e empujado, e sufra mucho pesar, e
encubra su facienda, e traiga su facienda man-
samente, que non llegue a lo que quiere."
Dijo Calila: "Pongamos que has llegado al
león, ¿cómo trairás tu facienda con él o con
los que has esperanza de haber dignidat?" Dijo
Dimna: "Si me yo hobiese llegado al león, e
conosciese sus costumbres, guisaría como si-
guiese su voluntad, e que non fuese contra él,
así que cuando quisiese facer alguna cosa dere-
chamente afincárgela hía fasta que la ficiese e
que acresciese su placer en ella e la cumpliese;
et cuando quisiese facer alguna cosa que yo
entendiese que le podría traer daño, facer lo hía
entender el mal que hobiese, lo más manso que
yo pudiese. E yo he esperanza quél será mejor
servido que de otros algunos, ca el homne fal-
drido e sabio e manso, si quisiese desfacer la
verdat et averiguar la mentira, a las veces facer
lo hía, así como
buen pintor que pinta las
el

imágenes en la pared que semejan a homne que


sale della, et pintan otras que semejan eso mes-
mo e non es así."
Dijo Cali'a: "Pues esto tienes así a corazón,
quiero te facer temer servicio del rey por el
grant peligro que y ha. Ca dicen los sabios que

5 ^
CALILA y DIMNA

tres cosas son a que se non atreve si non homne


loco, nin estuerce dellas sinon el sabio: la una
es servir rey, la otra es meter las mugeres en
su poridat, la tercera beber vidigambre a prue-
ba. Et los sabios facían semejanza del rey e de
su privanza al monte muy agro en que ha las
sabrosas frutas, et es manida de las bestias
fieras;onde subir a él es muy fuerte cosa; et
estar sin el bien que en él ha es más amargo
e más fuerte."
Dijo Dimna: "Entendido he lo que dejiste.
Dices verdad en cuanto dices mas sepas que
;

quien non se entremete a los grandes peligros


non ha las cosas que cobdicia, et quien non
anda las luengas carreras non ha las granadas
cosas. Et quien deja las cosas onde habría por
aventura lo que quiere, e con que allegaría a lo
que le fuese menester, con miedo e con pavor,
non habrá granada cosa, nin pujará a nobleza.
Et dicen que tres cosas son que non puede
facer ninguno si non con ayuda de noble cora-
zón, e a gran peligro: la una es oficio del rey, la
otra mercaduría sobre mar, e la otra lidiar con
enemigo. Et dicen los sabios otrosí, que el
homne de noble corazón non debe ser visto si
non en dos lugares, quel non pertenesce ser en
otros o ser con los reyes muy honrado, o ser
:

con los religiosos muy apartado ;así como el


elefante que solamente su beldat e su fermo-
sura es en dos lugares o en el campo seyendo
:

salvage. o seyendo cabalgadura de los reyes."


Dijo Calila: "Hermano, Dios te lo encime en
bien esto que tú quieres facer.

5 3
CALILA Y DIMNA

Desí fuese ende Dimna, e salvó al león. Dijo


el león a los que estaban cerca del: "Quién es
éste?" Et ellos dijeron: "Éste es fulán, fijo de
fulán." Díjoles el león: "Yo conoscí a su padre."
E llególo a sí, e demandol e díjol: "¿Dónde
eres?" Dijo Dimna: "Nunca me quité de tu
puerta, a esperanza que acaescería alguna cosa
en que te ayudases de mi por tuyo consejo. Ca
a las veces acaescen algunas cosas a los reyes
en que han menester por ventura a los flacos e
a los menospreciados. Et el tal homne non es
menospreciado, poT haber en él alguna pro ca ;

el fuste que yace en tierra, ayuda se homne del


a las veces para rascar su oreja, e álzalo de
tierra, e ráscala con él, o para ál cuanto más :

el animal que es sabidor de las cosas." Cuando


el león oyó lo que decía Dimna, pagóse del, e
plogóle, et hubo esperanza que habería en él
buen consejo e buen castigo. Et dijo a los qut
estaban con él: "El homne sabio, e de noble
corazón, e bueno, e agudo, maguer sea de me-
nor guisa e de baja dignidat, la nobleza de su
corazón non quiere fueras parescer et mostrar-
se así como la centella del fuego que homne
;

asconde, e ella non quiere si non acenderse."


Pues que entendió Dimna que el león se pa-
gara del, e le pluguiera lo quéí decía, dijo: "Los
pueblos de los reyes e los de su corte, tenudos
son de le facer entender las noblezas de sus
corazones, e su saber, e de le dar leal consejo, e
amarlo. Ca él non los porná en las dignidades
que deben e que merescen si non por esto, así
como la simiente soterrada, que ninguno non
5 4
;

CALILA y DIMNA

sabe su bondat fasta que sale e paresce sobre la


tierra. Et el rey debe pujar a cada uno a su
dignidat segunt su consejo, e segunt el prove-
cho e la nobleza del corazón, e la lealtad que
en él hobiere.
"Ca dicen que dos cosas non debe ninguno
poner ninguna dellas fuera de su lugar, nin to-
llerla de su lugar; e son los homnes e los orna-
mientos. Ca es contado por nescio quien pone
en su cabeza el ornamiento de sus pies, e en
los pies el de la cabeza, et quien dagastona las
gigonzas en el plomo. Ca esto non es menos-
preciamiento de estas cosas sobre dichas, mas
es nescedat del que lo face. Et otrosí non ponga
al bienfechor en la medida del malfechor. Et
dicen otrosí: non fagas compañía con liomne
que non sepa cuál es su diestra e su siniestra
ca non sosaca lo que los entendidos saben si
non sus mayores, e lo que los caballeros si non
los reyes, nin lo que ha en la ley e en su enten-
dimiento, si non los teólogos e los divinos.
"Et dicen otrosí de unas cosas que son muy
alongadas, como la mejoría que ha el un lidiador
del otro, et lo poco de lo poco, e lo mucho de lo
mucho, e el sabio del sabio. Et los muchos vasa-
llos, si probados non fueren, traen daño al fecho

ca non se cumple la cosa con muchos vasallos,


mas con los buenos dellos, maguer sean pocos,
así como el homne que lieva la grant carga e
se embarga della e non falla por ella prescio.
Et las girgonzas non afruentan al que las lleva
et puede las vender por grant haber en el fecho
:

que ha homne menester engaño, non cumple

5 5
CALILA Y DIMNA

la ira, maguer sea mucha. Et el rey non debe


menospreciar la nobleza del corazón que fallare
en alguno que sea de menor guisa; que la pe-
queña cosa por ventura engrandesce mucho, así
como el nervio que es tomado de la cosa muer-
ta, e facen del cuerda de la ballesta e dobla se
con él, et ha la menester el rey para tirar et
para jugar."
Et Dimna en todo esto queria haber honra
del león, e todos sabían que non gela faría por
quél hobiese conoscido a su padre, mas porque
era de noble corazón e de buen consejo. Onde
dijo al león: "El rey non apriva a los homnes
por la privanza de sus padres, nin los desprecia
por non conoscer a sus padres, mas cada que
sabe en que los ha menester. Desí face lo que tie-
ne por bien en ponerlos en la medida que debe.
Et a las veces acaesce al rey alguna enfermedat
que le face grant mal, e non gela tuelle si non la
melecina que le aducen de lueñe. E el mur mora
con el homne en su casa, et porque le face mal,
échalo fuera et el azor, que es muy bravo, críalo
;

e quiérelo aun tanto que ha sabor de lo levar en


la mano."
pues que hubo acabado Dimna, pagóse
Et
más león del, e plógole más con él, e respon-
el

dióle siempre mejor. Et dijo a los que seían


con él: "Non debe el rey porfiar en facer per-
der su derecho al que ha derecho en bien, et
es bueno e de noble corazón mas débele refacer
;

lo que le non fizo. Et aquel a quien lo ficiere


debel facer gracias e conoscerlo. Ca los homnes
son en dos guisas : el uno es de mala natura, e

56
CALILA Y DIMNA

es así como
la culebra que, si alguno la pisa
e non muerde, non debe tornar a ella de cabo,
le
et el otro es de buena natura e de blandas cos-
tumbres, e es tal como el sándalo frío, que si
mucho es fregado tórnase caliente e quema."
Et pues que se hubo solazado Dimna con el
león, dijo: "Veo, señor, que ha tiempo que
estás en un lugar, que non te mudas. Esto, ¿por
qué es?" Et el león non quería que sóplese
Dimna que lo facía con cobardez, et dijo: "Non
es por miedo." Et estando amos así, bramó
Senceba muy fuerte, e tamaño fué el miedo que
hubo, que le fizo decir: "Esta voz me tovo aquí
en este lugar, e non sé qué es empero veo que
;

la persona que la face debe ser tan grande como


la voz, e su fuerza tan grande como la persona.
Et si esto así es, non moremos en este lugar."
Dijo Dimna al león: "Escandalizástete de otra
cosa fuera desta, ca si non te fizo ál pavor si
non esto, non debes dejar tu posada. Ca la fla-
queza es ocasión de la beudez, et la desver-
güenza es ocasión de la peea, et la mezcla es
ocasión del amor, et la grant voz es ocasión del
flaco corazón. Et esto se departe en un prover-
bio que dice: "Non se debe homne temer de
todas voces." Dijo el león: "¿Cómo fué eso?"

La vulpeja Díjo Dimna: "Dicen que una


y el
tambor ::
gulpeja fambrícnta pasó por un
:. :: ::

árbol, et estaba un atambor colgado del árbol,


e movióse el viento, et firienronlo los ramos, e
sonaba muy fuerte. Et la gulpeja oyó aquella
voz, e fuese contra ella fasta que llegó a ella, et

S 7
CAULA y DIMNA
en que vio que era finchado, cuidóse que era
de mucha carne, que había de mucha gordez,
e fendiólo e vio que era hueco, e dijo: "Non sé;
por ventura las más flacas cosas han mayores
personas e más altas voces." Et fuese dende. "Et
yo, señor, non te di este ejemplo si non por que
he esperanza que sea esta cosa, cuya voz te es-
pantó, atal como el atambor, e si a ella te llega-
ses, más ligera te semejaría que tú non cuidas.
Et, señor, si fuere la tu merced, envíame a ella,
e está tú en tu lugar fasta que yo torne a tí con
lo que ¿opiere de su facienda." Et desto que dijo
Dlmna plugo al león, et díjole: "Pues vete."
Et fuese Dimna, e pensó el león en su fa-
cienda, e dijo en su corazón: "Non fice bien
en fiarme en éste, para enviarlo al lugar do lo
envío; ca el home, si es de la casa del rey, et
es poT luengo tiempo desdeñado non lo mere-
ciendo, e mezclado a tuerto, o si es conocido
por cobdicioso o por malicioso, o si es muy
pobre, o si ha fecho algún gran pecado e se
teme de la pena, o si es envidioso e ma'o que
a ninguno non quiere bien, o si es testiguado
por atrevido, o si le han fecho perder lo que
tenía del rey, o si era oficial e gelo tollieron,
o si a alguno fizo falsedat e sospecharon del,
o cayó en alguna cu'pa, o si sus iguales fueron
probados por buenos et hobieron mijoría del
en dinidat e en honra, o si es de mala fe en su
ley, o si ha esperanza de haber algún pro a
daño de sus señores, o si se teme ende, o si es
contrario a los privados de los señores, a todos
éstos non debe el rey meter su facienda en
CALILA Y DIMNA

sus manos, nin fiar en ellos, nin signrarse. Et


Dimna es discreto et sabidor, e tanto fue des-
preciado et desdeñado a mi puerta, e olvidado;
et seméjame que tenía mala voluntad, et esto
fizo para engañarme e meterme en mal et si ;

ipor aventura fallare acpel animal que brama,


que es más fuerte que yo o de mayor poder,
e éste le prometiere de su algo, será con él
contra mí, et descubrir le ha mi vergüenza e
mi cobardez."
Et non cesó el león de fablar consigo mismo
et de se maltraer, tanto que se levantó del lu-
gar donde estaba, et arrufábase de mala ma-
nera. Et desque vino Dimna entró a él. Dijo
el león: "¿Qué viste o qué feciste?" Dijo Dim-
na: "Vi un buey que fizo la voz que oíste."
Dijo el león: "¿Qué fuerza ha?" Dijo Dimna:
"Non ha fuerza nin valentía, ca yo me alle-
gué a él, et estude en par del, así como está
home con su igual, e non me pudo facer nada."
Dijo el león a Dimna: "Non te engañe eso,
nin lo tengas por flaco por eso, ca el fuerte
viento non quebranta las chicas pajas, mas des-
raiga los grandes árboles; otrosí las armadijas
unas a otras non se prenden." Dijo Dimna:
"Non hayas miedo del, nin lo tengas en co-
razón; et si quisieres, yo te lo traeré, que sea
tu siervo e obediente." Et cuando el león oyó
esto alegróse e dijo: "Sabe qtie me place dello,
e vete."
Et fuese Dimna a Senceba, et díjole atrevi-
damente e sin miedo: "Mi señor el león me
envía a ti que te Heve, et di jome que si tú
CALILA Y DIMNA

fueses a él luego obediente, que te atreguaría


del pecado que has fecho en osar entrar sin su
mandado en su señorío et sin lo ir ver, et si
tú tetardares et non quisieres, que me torne
a él, et que gelo faga saber." Dijo Senceba:
"Si tú me fecieres homenaje por él, que non
reciban mal nin daño, yo iré contigo." Et él
fizóle el homenaje que le demandó, et desí fué-
ronse amos en uno, e entraron al león, et pre-
guntó el león a Senceba buenamente, et dijole:
"¿Cuándo llegaste a esta tierra et qué cosa te
fizo acá venir?" Et él contóle toda su facien-
da. Et dijo el león : "Vive comigo, e facerte
he honra." Et el buey gradeciógelo mucho et
homillósele. Desí el león aprivóle e allególe a
sí, et tomó consejo del, et metiólo en sus po-
ridades e en sus cosas. Et duró así el buey un
tiempo, et íbale todavía queriendo más et pa-
gándose más dél, atanto que fue el más priva-
do de su compaña, et el que más él amaba e
preciaba.
Et cuando vio Dimna que el león se aparta-
ba con Senceba sin él e sin la otra compaña,
pesóle et hubo ende grande envidia, et quere-
llóse a su hermano Calila, et dijole: "Herma-
no, ;non te maravillas de mi mal seso et de
mi locura, et de cómo pensé en pro del león,
e trabajé en le traer el buey que me ha echado
de mi dinidat?" Dijo Calila: "Pues acaeció a
ti lo que acaesció al religioso." Dijo Dimna:
"¿Et cómo fue eso?"

6 o
CAULA y DIMNA
un re-
Dijo Calila: "Dicen
que
El religioso robado ,..-',, '
,
hubo de un rey unos pa-
ligioso
ños muy nobles, et viólos un ladrón et hubo
envidia dellos, et guisó arte como gelos fuña-
se; et entró ai religioso, et dijole: "Quiérote
facer compañía e aprender de ti." Et el reli-
gioso otorgógelo, et fizo vida con él, e servicie
bien atanto que se aseguró el religioso en él e
fió del, e puso su facienda en su mano. E el la-
drón cató hoTa que el religioso fuese desvia-
do, et tomó los paños, et fuese con ellos. Et
cuando el religioso falló los paños menos, lue-
go supo que aquél gelos furtara, et fuese en
busca del.
. , •

La vulpeja aplas
, "Et yendo para una cibdat a
-
< aí . r ii' i
tada por dos ca quc dccian Mayat, fallo en el ca-
-

brones :: ::::::
j^Jj^q ¿q^ cabroues moutescs pe-
leando et empujándose con los cuernos, et sa-
lióles mucha sangre, et vino una gulpeja et co-
menzó de lamer aquella sangre entre ellos, et
estando ella lamiendo la sangre, cogiéronla
amos los cabrones en medio e matáronla; et
esto a ojo del religioso.
La alcahueta y "Dcsí fuese para la cibdat a
el
amante :: buSCar al homC, Ct pOSÓ COU UUa
:: :: ::

muger mala, alcahueta; et la muger había una


manceba que se había enamorado de un home,
et non quería a otro ninguno, et en esto facía
daño a su ama, porque perdía la soldada que le
daba, por aquel home; e trabajóse de matarlo
aquella noche que hospedaba al religioso, et dio
a beber a la manceba e al home tanto de vino
puro, fasta que se embeodaron et se dormieron.

6 I
CALILA Y DIMNA

Entonce tomó ella vegambre que había puesto


en una caña por lo echar al home por las nari-
ces, e puso la boca en la caña por soplar. Et
por facer ella esto, dio un estornudo ante que
huyase soplar, et cayó a ella la vegambre en la
garganta, e cayó muerta; et todo esto a ojo del
religioso.

V
El1 r^rninf.rn
carpintero, ,1
el
"Dcsí amane'cíó, et fuese el re-
. ,
t ^
barbero y sus mu- ligioso a buscar el ladron a otro
jeres
J^g^j-^ gj- hospedóle UU homC buc-
:: :: :: :: ::

no carpentero, et dijo a su muger: "Honra a


este home bueno, et piensa bien del, ca me lla-
maron unos mis amigos a beber, et non me tor-
"
naré si non bien tarde
"Et esta muger habia un amigo, et era alca-
hueta entre ellos una muger de un su vecino et ;

mandóle que fuese a su amigo et que le feciese


saber que su marido era convidado, e que non
tornaría si non beudo e a grant noche. Et vino
el amigo et asentóse a la puerta atendiendo
mandado. Et en esto vino el carpintero su ma-
rido della, de aquel lugar do fuera, e vio el
amigo de su muger a la puerta, et habíalo ante
sospechado. Et ensañóse contra su muger, e en-
tró a ella e firióla muy mal, e atóla a un pilar
del palacio. Pues quél fué adormido e dormie-
ron todos, tornó a ella la muger del alhageme,
€ di jóle: "Mucho he estado a la puerta. ¿Qué
me mandas?" Dijo la muger del carpintero:
"Tú vees cómo esto, e si tú quisieres, facer me
has bien, e desatar me has, e atarte yo en mi
lugar un poco. Et ir me he para él, e tornarme
he luego para ti."

6 2
CALILA y DIMNA

"E fizólo así la mug-er del alhageme, e des-


atóla, e atóse a sí en su lugar. E desper-
mesma
tó el carpentero ante que tornase su muger e
llamóla muchas veces por su nombre e la mu-
ger del alhageme non le respondió por miedo
que non conosciese su voz. Desi llamóla mu-
chas veces, e non le respondió. Et ensañóse e
levantóse con un cuchillo en la mano, e cortóle
las narices, e díjole: "Toma tus narices e pre-
séntalas a tu amigo." Et pues que fue tornada
la muger del carpentero, e vio a su compañera
de aquella guisa, desatóla e atóse en su lugar.
Et tomó la muger del alhageme sus narices e
fuese,veyendo esto el religioso.
"Et pensó la muger del carpintero de aquello
en que era caída, e de que era sospechada, e
alzó su voz, e dijo: "¡Ay Dios, Señor!; ya vees
mi flaqueza, et mi poco poder, et cuanto mal
me ha fecho mi marido a tuerto, seyendo yo
sin cu'pa. Ati ruego e pido por merced que si

yo só sin culpa, e salva de lo que me apone mi


mar. do, que tú tornes mis narices sanas así como
ante eran, e demuestra y tu miraglo." Desí
llamó a su marido e dijo: "Levántate, traidor,
falso, e verás el miraglo de Dios en tornarme
mis narices sanas así como ante eran." Et el
marido dubdó, e díjole: "¿Qué es esto que di-
ces, fechicera mala?" Et levantóse e encendió
lumbre, e fuela a ver. Et cuando le vio sus na-
rices sanas, pidióle pardón, e repentióse, e es-
cusósele de su pecado.
"Et pues que llegó la muger del alhageme
a su casa, pensó en arte por do saliese de aque-

63
CALILA Y DIMNA

lio en que era caída. Et cuando era cerca del


día pensando e diciendo en su corazón: "¿Cómo
escusaré a mi marido e a mis parientes, de mis
narices cortas?" Et en esto despertó su marido,
et dijo a la muger: "Dame mi ferramienta toda,
ca me quiero ir de mañana a un noble homne."
Et ella non le dio si non la navaja. E él díjole:
"Dame mi ferramienta toda." E dióle de cabo
la navaja. E él ensañóse, e echóla en pos de ella
a lóbregas. E dejóse ella caer en tierra, e dio
grandes voces, e dijo: "¡ Ay mi nariz, mi nariz!"
Vinieron sus parientes, e prisieron al marido, e
leváronlo al alcalld, e mandó el alcalld justi-
ciarlo. Et en levándolo a justiciar encontrólos el
religioso, e llegóse al alcalld,"Sofrid-
et dijo:
vos un poco por amor de Dios e decir vos he
todo lo que contesció. Sabed quel ladrón non
furto a mí los paños, nin la gulpeja non la ma-
taron los cabrones, nin el alcahueta non la mató
la vedegambre, nin la muger del alhageme non
le tajó su marido las narices, mas nos mismos
le facimos " Rogóle el alcdlld que gelo departie-
se todo como era, e díjole toda la hestoria fasta
en cabo."

Dijo Dimna: "Entendido he lo que dejiste,


e semeja a mi facienda, e por buena fe non me
mata a mí si non yo mesmo empero, ¿ qué faré
;

agora?" Dijo Calila: "Dime tú: ¿qué es el tu


consejo?" A esto dijo D!mna: "Dígote de mí.
que yo non quiero demandar mayor honra de
la que había, nin mayor lugar del que tenía;
mas quiero buscar arte para tornar en mi dig-
64
;
:

CALILA Y DIMNA

nidat. Ca tres cosas son en que debe homne


parar mientes en el daño e en el pro, en el tiem-
:

po que es pasado, por tal que se guarde de ha-


ber daño e pugnar de obrar el pro; et catar
otrosí las cosas en el tiempo en que está, por
atener a las que le placen, e fuir de las que se
despaga. Otrosí en el tiempo que es po'r venir
debe parar mientes, por esperar la pro, e fuir
el daño e el mal. Et yo, parando mientes en mi

facienda, non fallé cosa que mejor me sea que


guisar como pierda la vida Senceba, et que si
yo lo pudiere guisar, que cobre mi estado en
que era con el rey. E quizá será esto bien para
el león, ca este sobejano amor quél ha con Sen^
ceba, es cosa que le está mal, e que le traban en
ella mucho, et ha le de ser despreciado."'
Dijo Calila: "Yo non veo que por Senceba
venga al león pro nin daño." Dijo Dimna
"Acaesce al rey por razón de la mala andancia
perder los leales vasallos e los buenos defenso-
res et acaesce por razón de la guerra, contien-
;

da e discordia entre los homnes et acaesce por


;

razón del vicio amar las mugeres, e las fablas,


e beber, e cazar, et tales cosas e acaescel por
;

razón de la crueldad denostar et ferir sin mesu-


ra; et acaescel por razón del tiempo sequedat,
€ mortandat, e pestilencia, e perderse los frutos
et acaescel por razón de la sandez usar braveza
en lugar de mansedumbre e mansedumbre en
lugar de braveza e el león es muy ayuntado
;

a Senceba atanto que lo face su egual." Dijo


Calila: "¿Cómo puedes tú matar a Senceba, e
€S más valiente que tú, e más fuerte, e ha más

6S
CALILA Y DIMNA

mando, e ha más vasallos e más amigos?" Dijo


Dimna : "Non
cates a eso, ca todas las cosas
non se facen por fuerza, et algunt flaco llegó
con su faldrimiento, e con sus arles, e con su
enseñamiento, a lo que non pueden facer mu-
chos fuertes e muchos valientes. ¿Non te dije-
ron de cómo mató un cuervo a una culebra
con su arte e con su ensañamiento e con su
suavidat?" Dijo Calila. "E cómo fué eso?"

El cuervo y la cu- Díjo Dimna: "Dicen que un


lebra :: :: :: :: ::
cUCrvO había SU uido CU UU árbol
en el monte, et había cerca dé' una cueva de
una culebra. Et cada que sa^^aba los pollos co-
míagelos la culebra. Et después que gelo hubo
fecho muchas de veces, hubo el cuervo muy
grant cuita, e querellóse a un su amigo de los
lobos cervales, et dijo: "Quiero ir a la culebra
e picarle he los ojos, e por ventura quebran-
tárgelos he; e si tú meló consejares, habré es-
peranza de folgar." Díjole su amigo: "¡Ay qué
mala arte es esa que tú cuidas facer! Trabá-
jate de ál, porque hayas lo que quieres, e que
non faga ella mal. Et guárdate que non seas tal
como la garza que quiso matar al cangrejo e ma-
tó a sí se." Dijo el cuervo: "¿Cómo fué eso?"
La garza, las tru- "Dijo cl lobo ccrval "Diceii:

chas y el cangrejo
q^g gj-^ y^a garza, 6 había fecho
su nido en una ribera muy viciosa, do había
muchas truchas. E envejeció e non podía pes-
car, e hubo fambre, e trabajóse de engañar
aquellas truchas e aquel pescado, e demostró
muy grant tristeza e cuidado. E viola un can-
6 5
:

CALILA Y DIMNA

grejo de a lueñe. Vínose para ella, et di jóle


"¿Qué has que estás triste e cuidosa?" Dijo
ella: "Más mal que bien solía vevir de las tru-
chas, e acaesció hoy que vi dos pescadores ve-
nir a este nuestro luj^ar, et dijo el uno al otro:
"¿Por qué non echamos alguna vez red la
aquestas truchas que son en aqueste lugar?"
Dijo el otro: "Más vayamos a un lugar que
yo sé, do hay muchas truchas, e comencemos
y, e desí vengamos acá
abarrer las hemos."
e
E yo sé que si ellos hobiesen ya acabado de pes-
car aquellas a que fueron, que ya tornados se-
rían e non fincaria aquí ninguna que las non
;

pe=auen, e en esto es mi muerte, e mi desfalle-


cimiento."
"Et fuese el cangrejo a todas las truchas e
pescados, e fízogelo saber. E viniéronse todas
para ella, e dijéronle: "Venimos nos para ti
que nos consejes, ca el homne entendido non
deja de consejar con su enemigo seyendo de
buen consejo en las cosas que se puede del
ayudar. Et en vevir nos, has tú pro e bien ;

puedes consejarnos." Díjoles: "Nos non le pode-


mos contrastar mas yo sé un lugar de un pié-
;

lago muy grande, do ha mucha agua e mucho


bien. Et, si vos quisierdes. vayamos nos allá,
ca en esto vos yace pro e salud." Dijeron ella;:
"¿E quién nos fará este bien si non tú?" Dijo
ella: "Facerlo hé a honra de vos." Comenzó
a levar dellas dos a dos cada día. e levábalas
a una ribera e comíalas. E vínose a ella el can-
grejo e díjole: "Yo miedo he en este lugar.
e si tú me levares f arias bien." Llevólo fasta
CALILA y DIMNA

que llegó al lugar do las comía, et vido el can-


grejo las espinas de las truchas ayuntadas. En-
tendió que ella las comía e que otro tal quería
facer a él, et dijo en su corazón: "Cuando el
homne se falla con su enemigo en los lugares
do sabe que lo matará, debe lidiar con él por
honra o por guarda de sí, quél pueda vencer o
non e non sele homille nin sele meta en po-
;

der." Et trabó con sus tenazas al cuello de la


garza, e apretóla tanto que la mató. Desí tor-
nóse el cangrejo a las truchas, et díjoles las
nuevas de la garza e de las truchas que llevaba
cada día e las comía, e que la había muerta et
;

moraron se en su lugar."
"Et yo non te di este ejemplo si non por que
sepas que algunas artes son que matan al que
las face mas vete volando por el aire e busca
;

algunas sartas, et pues que las vieres, rebátalas


a ojos de los homnes. Desí vuela con ellas, e
non traspongas de la vista, ca te seguirán. Et
cuando llegares a la cueva de la culebra, écha-
gelas de suso, e los homnes tomarlas han, et
matarán a la culebra." Et fizo el cuervo lo que
le aconsejó el lobo cerval, e tomó las sartas, e
echólas a la puerta de la culebra que dormía,
viéndolo los homnes. Et pues que hobieron to-
mado las sartas e vieron la culebra, matáronla,
e folgo el cuervo della."

Dijo Dimna a Calila: "Et non te di este ejem-


plo non por que sepas que las artes facen por
si

ventura algunas cosas que la fuerza non puede


facer."

6 8
CALILA Y DIMNA

Dijo Calila: "Si Senceba, como es fuerte e


valiente, non fuese de buen seso, sería así mas ;

aun de más de la valentía que te dije que ha


en sí, es muy bueno e sabio e de buen consejo."
Dijo Dimna: "Verdaderamente tal es Senceba
como tú dices empero es engañado en mí e fía
;

por mí, et por esto lo puedo yo engañar e ate-


rrar sin falla, así como fizo la liebre al león."
Dijo Calila: "¿E cómo fué eso?"

^ ,. . ,, ,
Dijo Dimna: "Dicen que un
La liebre y el león , .
, ,
. . .

león estaba en una tierra viciosa,


do había muchas bestias salvajes, e agua, e
pasto. Et las bestias que estaban en esa tierra
estaban muy viciosas fueras por el miedo que
habían del león. Et ayuntáronse todas las bes-
tias, e tomaron consejo. Et viniéronse para el
león, e dijéronle así: "Tú non puedes comer de
nos lo que tú quieres, a menos de lazrar; et
nos vimos un consejo que es bueno para ti e
folganza para nos de la laceria en que estamos,
si tú nos quieres segurar de tu miedo." Dijo

el león: "¿Qué es ese consejo?" Dijeron las


bestias: "Paremos contigo pleito, que te demos
cada día una bestia de nos, que comas sin la-
ceria e sin trabajo, et que nos asegures que,
non te hayamos miedo de noche nin de día."
Et plogo al león desto, e asegurólas e fizo les pleito.
"Et acaesció un día a una liebre que la leva-
sen al león. Et queriendo la levar, dijo a las
otras: "Si me quisiéredes escuchar, decir vos
he cosa que vos non sería daño e vos será pro.
Cuidar vos hía sacar desta premia deste león e

69
;

CALILA Y DIMNA

estorcería yo de muerte." Et dijéronle: "¿Qué


es lo que quieres que fagamos?" Dijo la liebre:
"Mandad me levare para él, que me lleve
a quien
muy paso que non me lleve apriesa, e que tarde
e
tanto fasta ([ue pase la hora del comer del león."
Et ficiéronlo así. Et cuando fueron cerca del león
fué la liebre señera muy paso, et el león estaba
sollón e muy sañudo ; comenzó de
e levantóse e
andar e de catar a diestro e a siniestro, fasta que
vido la liebre venir. Et díjole: "¿Dónde venís e
dó son las bestias, et por qué me mintieron el
pleito que habían comigo puesto?"
"Et dijo la liebre: "Non mande Dios, se-
ñor; yo só mandadero de las bestias para vos,
et traía vos una liebre que vos enviaban que yan-
tásedes. Et ya que venía cerca falló me un león
e tómemela, et dijo: "Mayor derecho he yo de
comer esta liebre que el otro a quien la leva-
des." Et díjele yo: "Mal facedes, que este con-
ducho es del león, que es rey de las bestias, que
gelo envían para yantar; pues consejo vos que
non me lo tomedes nin fagades ensañar al león
si non habredes ende mal." Et él non lo dejó

de tomar por eso. e denostó vos cuanto pudo, e


dijo que quería lidiar convusco, maguer sodes
rey. Et cuando yo vi esto, v.ne para vos cuanto
pude por vos lo querellar." Et el león cuando lo
oyó asañóse, e dijo a la liebre: "Ve comigo e
muéstrame ese león que dices."
"Et la liebre fuese a un pozo en que había muy
clara agua et era muy fondo que podría bien co-
brir al león. Et dijole: "Este es el lugar que vos
dije, mas tomadme so vuestro sobaco, e mostrar

7 o
CALILA Y DIMNA

VOS lo he." E fizólo así. Et él cató al fondo del


pozo, e vio su sombra e la de la liebre en el agua.
Et puso la liebre en tierra e saltó en el pozo por
lidiar con el león, non dubdando quél era el
león, e afogóse en el pozo. Et tornóse la liebre,
e cstorcieron las bestias del miedo en que eran, e
fincaron seguras por siempre."
Dijo Calila: "¿i tú pudieres matar a Senceba
sin daño del león, fazlo ca la su privanza nos ha
;

fecho mal a nos e a los otros vasallos. E si lo


non pudieres matar si non quebrantando la fe del
león, non lo fagas ca seria traición de nos e de
;

ti, e deslealtad e maldad."

Desi dejóse Dimna de entrar al león unos días ;

e después vínose para él, estando en su cabo, e


entró triste e marrido. Dijo el león: "¿Qué te
tovo desque te non vi; acaescióte al si bien non?"
Dijo Dimna: "Dios vos dé vida, señor; acaesció
cosa que non qucrríades vos nin nos." Dijo el
león: "¿E qué fué?" Dijo Dimna: "Razón es
que se ha de decir aparte." Dijo e! león: "Pues
este lugar es apirtado e retirado, decirme has lo
que sei)as." Dijo Dimna: "Todo dicho que se re-
cela del el que lo o}'e e atrévese a él el decidor es
grant locura, si non es seguro de su seso de aquel
a quien lo dice; ca si fuere sesudo sofrir lo ha e
honrar lo ha por ello, ca la pro suya es, et el de-
cidor non ha y pro ninguna, e a las veces viene
dello daño. Et vos, rey, señor, sodes de grant seso
e de buen consejo, et yo vos diré cosa que vos
pesará. Et fío por vuestro saber en vos yo conse-
jar e vos amar maguer me dice mi alma que non
me creeredes. Mas cuando yo me remiembre que

7 I
CALILA y dimnA

las nuestras almas de todas las bestias son colga-


das de la vuestra, non puede ser que non faga lo
que debo, maguer non me lo pregunicdcs et ma-
guer me yo tema que non me lo creades. Ca dicen
que el que non desengaña al rey de su daño, e el
que encubre a los fisicos su enfermedat e a los
am gos su la: enda, a si mismo engaña."
Dijo el león: "¿Qué es eso?" Dijo Dimna:
"Dijome el fiel verdadero que Senceba se apar-
tó con los cabdillos de tus vasallos, e que les
dijo: "Yo he estado en compañía del león, e pro-
bé su consejo e su valentía, e vi que era flaco,
et ya hobimos entre él e yo palabras." Et pues
que esto me dijeron, entendí que era traidor e
falso ca lo honraste tú, e lo privaste, e lo fe-
;

ciste tu egual. E
si a tí tollere de tu lugar, a él

darán reinado; onde non debes dejar esto; ca


el
dicen que cuando el rey sabe que algunos de sus
pueblos se quieren facer sus iguales en consejo,
e en dignidat, e haber compaña, mátelos, o sin
non, ellos matarán a él.
"Et yo tengo por bien que guises de escar-
mentar éste ante que se apodere, e non lo detar-
des, ca después non podrás acorrer nin podríes
vedar lo que es ende ya fecho. E dicen que los
homnes son de tres guisas el uno es enviso, e
:

el otro es delibre, e el otro es perezoso. E el de-


libre es aquel que si le acaesce alguna tribula-
ción non desmaya, nin pierde el corazón, mas
entremétese en arte e seso e buen engeño con
que espere de salir e de estorcer de aquello en
que es caído; et el enviso es mejor, e de mejor
consejo que se apercibe de las cosas ante que le

7 2
CALILA Y DIMNA

acaescan, e escoge dallas lo que debe con buen


consejo, e quebranta la malicia ante que le ven-
ga, e taja el miedo ante que él acaesca et el pe- ;

rezoso es aquel que es tardinero en su fazienda,


que siempre está en seguranzas mintrosas fasta
que le acaesce la tribulación e peresce. Et el ejem-
plo déste es tal como de las tres truchas." Dijo
el león: "E ¿cómo fué eso?"
Dijo Dimna: "Dicen que ha-
Las tres truchas :: , , . ., '
. ,

bia en un piélago tres truchas, e


la una había nombre Anvisa, e la otra Delibre, e
la otra Perezosa, et vevian en un piélago muy
apartado que ninguno non lo sabía.
"Et acaesció que pasaron por allí un día dos
pescadores, e aplazaron de tornar a ellas ^e echar
allí sus redes, et ellas vieronlos. El anvisa cuan-
do los vio, sospechólos, et hóboles grant miedo,
e trabajóse de usar de su envisidat, e sallóse
luego del lugar por do entraba el agua al piéla-
go. E la delibre estúdose en su lugar fasta que se
ellos tornaron. Et cuando vio que eran torna-
dos, e que habían cercado la entrada del píélagov
entendió lo que querían facer. Et dijo en su co-
razón: "Non fiz lo que debía. Esta es la cima del
que non faz lo que debe. ¿Cómo me delibra-
ré agora estando desta guisa? Et pocas veces
estuerce por arte el que está en peligro de
muerte; empero el entendido non se desespere
en ninguna guisa, nin deje de facer su seso e
trabajarse en estorcer". Et fizóse muerta, e co-
menzó de nadar sobre el agua el papo arriba, e
ellos tomáranla en cuenta de muerta, e pusié-

7 3
CALILA Y DIMNA

ronla en tierra non muy lueñe del agua, e ella


saltó, e metióse y, e estorció dellos. Et la pere-
zosa non quedó de ir delante e atrás fasta que la
pescaron. Et yo, señor, dote por consejo de ser
anviso'".

Dijo el león: "Entendido he lo que dejiste.


mas non cuido que Senceba me buscase mal, co-
nosciendome por leal, e faciéndole yo bien, et
honrándolo". Dijo Dimna "Non gelo fará fa-
:

cer si non el grant bien que le tú feciste, e por


que non dejaste bien que le non ficieses, ni grant
dignidat a que le non pujases, así que le non fin-
có cosa a que ya puje, nin que espere haber, si
non tu lugar. Ca el homne vil, desconocido,
siempre es leal e provechoso, fasta que le alcen
a la medida que non meresce et cuando esto ha
;

fecho, busca más alto lugar con engaño e con fal-


sedat. Ca el homne falso, vil, non sirve al rey,
nin le es leal siervo si non por miedo que ha del
o por que lo ha menester. Et pues que es ya en-
riquecido e seguro, torna a su raíz o a su sustan-
cia; así como la cola del can, que mientra que
está atado tienela derecha, e cuando lo desatan
tórnase como era, corva e tuerta. Et sepas, se-
ñor, que que non cree a sus leales vasallos, e
el
ficiese más delo que ellos tienen por bien, non
llegará a cima de su consejo, et será tal como
el enfermo que deja lo que le dice el físico, e
toma lo que ha sabor..
"Et el privado del rey debe consejarle, lo más
lealmente que pudiere, lo que le estará bien, e lo
que fará pro, e débele redrar su mal ca el mejor;

7 4
CALILA Y DIMNA

de los amigos es el que más lealmente conseja


a su amigo, et el mejor de los fechos es aquel
que ha mejor cima, et la mejor de las mugeres
es la que es avenida con su marido, e la mejor
fama es la que se dice por boca de los buenos,
et el más noble rey es aquel que non es rabinoso
nin acedado, et el mejor de los ricos es el que
non es siervo de la cobdicia, et el mejor com-
pañero es aquel que non contradice, et la mejor
de las costumbres es aquella que más ayuda a
temer a Dios. Et dicen que si algunt homne ficie-
se cama de las víboras, por mayor folgura lo
haberla que non temerse del enemigo que ama-
nesce e anochesce con él. Et el más perezoso rey
es aquel que se da a vagares cuando le viene la
cuita; et el que más semeja al elefante joven es
aquel que non torna cabeza por ninguna cosa
que haya de pesar, nin la tiene en nada e se
deja de facer su pro, e echa la culpa a su pri-
vado".
Dijo el león: "Broznamente me has fablado,
et esto debe ser sofrido al leal consejero. Et si
Senceba fuese mi enemigo como tú dices, non
me podría mal facer; e ¿cómo lo podria facer?
Ca él come yerba e yo como carne, et él es mi
comer e yo non só suyo. Et non me semeja qué
daño nin pesar me venga del, nin fallo carrera
a facerle traición después que le he atreguado
e honrado, e he del dicho muy grant bien a los
mayorales de mi corte. Et si esto yo mudare',
será grant vergüenza e grand torpedad de mí
et faría grant traición." Dijo Dimna: "Non seas
engañado en decir mi comer es ca Senceba, si
;

7 5
CALILA Y DIMNA

te non pudiere facer mal por sí, gui-


traición e
Et dicen: "Si posa-
saría de te lo facer por otri.
re contigo algunt huésped una hora del día, e
tú non conoscieres sus costumbres, non te se-
gures del et guárdate, non te venga por él lo
;

que avino al piojo por hospedar a la pulga."


Dijo el león: "¿Cómo fué eso?"

^ Dijo Dimna: "Dicen que un


El piojo y la pulga . . ^
. . .

muy vicioso en un
piojo estaba
lecho de un rico homne, et había de su sangre
cada día cuanta quería, et andaba sobre él muy
suavemente, que lo non sentía él. Desí fue así
fasta que le demandó una pulga una noche hos-
pedadgo, e él hospedóla, et díjole: "Albergad co-
migo esta noche en sabrosa sangre e mollido
lecho." Et la pulga fizo lo así, e albergóse con
él. Et en echándose el homne en su lecho mor-

dióle la pulga muy mal, et él sentiólo e levan-


tóse del lecho e mandó sacodir su sábana, e ca-
tar si había alguna cosa e saltó la pulga, e es-
;

torció a una parte, et fallaron al piojo mal an-


dante, e tomáronlo e matáronlo.

Et yo non te di este ejemplo si non por que


sepas e entiendas que el mal homne siempre

está aparejado para facer mal, así como el ala-


crán que siempre está aparejado para ferir. Et si
non temas de Senceba, téfnete de sus vasallos,
que ha fecho atrevidos contra ti, e te ha homi-
ciado contra ellos. Empero bien yo sé quél non
lidiará contigo, mas facer lo ha por otros."
Et al león cayóle esta palabra en el corazón,

76
CALILA Y DIMNA

et dijo a Dimna: "¿Pues qué tienes por bien


que faga?" Dijo Dimna: "El que ha el diente
podrido, que le face doler, nunca fuelga fasta
que lo saca et la vianda maLa que face fastidio,
;

non fuelga el homne della fasta que la eche; et


el enemigo cuyo daño es temido, non ha otra me-
lecina si non en lo matar." Dijo el león: "Mu-
cho me has fecho aborrecer la privanza de Sen-
ceba, et yo enviar le hé decir lo que tengo en el
corazón, e mandarle hé que se vaya do quisiere;
ca non lo quiero matar por guisa del mundo,
después que le di seguranza e juré que le non
faria mal." Et a Dimna pesóle desto et sopo
que si el león fablase con Senceba, e oyese su
respuesta e su escusanza, que lo non culparía e
que lo creería, e que entendería que Dimna le
mentiera, et que se non podría encobrir este
fecho.
Dijo Dimna: "En enviar tú al buey mandado
a decirle en qué pecó, non lo tengo, señor, por
consejo; ca si él entendiere que esto tienes a co-
razón, temóme que lidiará contigo, o que te con-
trastará, o guisará como estuerza de ti. Et si
lidiare contigo, lidiará muy apercebido, e si se
partiere partir se ha a su mejoría, e tú finca-
rás escarnido. Et el apercebido de los reyes non
debe decir la justicia que debe facer del homne
culpado, e cada culpa ha su justicia; a la culpa
de poridad facer justicia de poridad, et a la que
es fecha concejeramente, debe facer la justicia
concejeramente." Dijo el león: "El rey, cuando
justicia a alguno o lo deshonra por cosas que
sospecha del de que non es bien cierto, desí
CALILA Y DIMNA

falla que non es así como lo dijeron, así mesmo


lo Et yo non só bien cierto del pecado de
faz.
Senceba. nin se ende si non lo que tú me dejiste."
Dijo Dimna: "Pues que así tienes por bien, non
entre Senceba si non seyendo tú apercebido, nin
busque sazón en que te engañe. Et yo teng-o que
si tú lo hobieses visto, entenderías e sabrías que

grant cesa cuida cometer; e algunas de las se-


ñales desto son éstas: que verás temblar sus
'

miembros, e catando a diestro e a siniestrc', e


endereszando sus cuernos así como que cuida
pujar." Dijo el león: "Yo tomaré tu consejo,
et si yo viere en él lo que tú dices, non dubdaré
en ello."
Et pues que hubo Dimna acabado de decir al
león lo que le diio. e le metió en el corazón lo
que quiso, pensó de irse para Senceba, por en-
risarlo contra el león. Et quiso que fuese la ida
por mandado del león, porque si por ventura el
león sopiese como él hobiese fablado con Sen-
ceba, que non sospechase, en manera que se non
descobriese la crande enemiga que él guisaba.
Et dijo así: "Señor, ten por bien que yo vaya
a Senceba por ver cómo está, et oír lo que dice,
et por aventura sabré algo de su facienda. et de
lo que ha en coraron, et facértelo he saber, por-
que seas apercebido." Dijo el león: "Bien es;
vete e fazlo." Et el falso fuese, et cuando lleeó
a la posada del buev, recibióle muy bien. Et
dijo Dimna: "¿Cuándo fué nunca bien a aquel
que su tálente non manda, et su facienda es en
mano ajena et en poder de otro, por quien non
debe confiar, e de que siempre se teme, atante
;

CALILA Y DIMNA

que una hora sola nos es home seguro dél?"


Dijo Senceba: " iQwt es eso, amigo?" Dijo
Dinina: "Acaesció lo que había de ser; ¿et
quién es aquel que puede contrastar a lo que ha
en aventura, o quién es aquel que sube en gran
lugar o en gran dinidat, que fuese seguro que
malamente non lo matasen, o quién aseguró su
saber que non pereciese, o quién pidió a los vi-
les algo que sin ello non tornase, o quién fizo
compañía con los malos que bien escapase, o
quién sirvió bien al rey que su bien facer le du-
rase? Et qué grand verdal escribió el que dijo:
"Tales son los reyes en tener lealtad a sus
vasallos como la mala mujer, que desque se par-
te homne della e le viene otro, olvida el primero
e nunca quien sirviese al rey que su estadb le du-
rase. " Et dijo Senceba: "Yo te oyó decir tales
palabras, que tengo que algunas cosas malas
entendiste del león." Dijo Dimna: "Asi es. em-
pero non es por mí e tú sabes que verdad te debo
;

decir, e qué fe e qué amor ha entre nos, e qué


promisión te fiz cuando me envió el león a ti.
Et yo non puedo estar que te non guarde, e que
lealmente non te conseje, e que te non descu-
bra lo que sope de las cosas, porque temo que
morras." Dijo Senceba: "¿E qué es eso?"
Dijo Dimna: "Denuncióme el mandadero fiel

e verdadero quel león dijo a algunos de su com-


paña "Mucho só pagado de la grandez de
:

Senceba e cobdíciolo mucho comer e partir con


vosotros." E pues que esto me diieron, entendí
que era que esdesconocido e traidor, e víneme
para ti por te lo facer saber, e complir el dere-
CALILA Y DIMNA

cho que debo, et que guises tu facienda por tu


vagar. Et pues que hubo Senceba esto oído, e se
nembró del homenaje quel fiziera en su facienda
del león, e cuidó que le había dicho verdat e que
le consejara lealmente, entristeció, e dijo a Dim-
na: "Non me debe el león facer traición, non le
habiendo yo nunca errado a él nin a ninguno de
sus vasallos, mas bien cuido que alguno me ha
mezclado con él a tuerto e le han metido en mi
facienda ca se acompañan con él muchos ma-
;

los de que yo probé cosas que él cree más que


lo que le dijeron otros. Ca la compaña de los
malos face al homne dubdar en los buenos; et
él, escogiendo por buenos a los malos, face ser

sospechados a los leales consejeros, e fácelo su


mal recabdo errar,
segunt erró el ánade que vio en
El ánade y la luna , j i i ii_ _
el agua la luz de una estrella, e
i

cuidó que era trucha, e entremetióse de la pescar,


et cuando vio que non era nada, dejóla; e otro
día vio un pece en el agua, e cuidó que era como
de ante viera, e dejóse de la buscar.

"Et si al león dijeron de mí alguna mentira e


tovo por verdat, e creó lo que le dijeron de
él 'lo
mí, es con guisa e si non le acaesció por ende
;

mal, e me quiere matar sin culpa, desto me


maravillo. E maravillóme más en yo querer
haber su gracia e ser a su placer, e él non lo
querer. Et maravillóme otrosí de le yo querer
obedecer, e estorbarme siempre de lo non con-
trallar, le ensañarse él e ayrarse contra mí. Et
cuando la mezcla es por algunt achaque o por

8o
CALILA Y DIMNA

alguna razón, ha el homne esperanza de perdón.


E yo esto pensando e non sé qué culpa fuese
de mí al león, nin pequeña nin grande. Et por
buena fe non sabe el homne qué vida faga con
otro de quien se haya de guardar en todas cosas,
así que non fallesaa en alguna cosa. Mas el
homne de buen seso e leal, piensa e cata cua-
maño es el yerro, querer sea a sabiendas querer
non, et si le estará mal o si le fará daño perdo-
nándolo, e non le comprender luego por el pe-
cado que falla carrera de lo perdonar t de lo
presciar. Onde si yo yago en alguna culpa al
león a sabiendas, non sé por ventura si es por
que fue contra él en algunas cosas de su consejo
por guarda del e por le ser leal, ca por ventura
dirá home non, cuando querría el señor dijese
home sí et dirá home sí, cuando querría que
;

dijese non; e non me siento en esto vencido, ca


non lo facía yo esto si non por su pro e a buena
estancia del, e non gelo decía yo concejeramente
delante sus caballeros nin delante sus privados,
mas apartábame con él así como quien lo mete
en culpa sosiega e lo amansa.
et lo
"E si cualquier de los vasallos al señor, o de
los físicos al enfermo, o de los teólogos de la
ley al que se conseja con ellos, si consienten a
sus sabores et non les dicen la verdat de lo que
les podría venir, non lo aciertan bien et métanse
a gran carga. Et si esto non es por alguna de las
beodeces de los reyes, non sé por qué sea, ca
una de las sandeces de los reye^ es ésta recebir :

en su gracia al que non lo merece, et airarse


contra el que meresce gracia sin razón mani-

8 I

Calila y Di nina t
CALILA Y DIMNA

fiesta.E por ende dicen que a peligro se mete


el que mucho entra en la mar, et mayor, el que
ha af acimiento con el rey; ca maguer que lo
sirva bien e leal e derechamente e con amor, en
logar le da salto que nunca más alza cabeza, e
con todo esto está a peligro de muerte maguer
que lo honre. E por aventura por la verdat que
yo debo al león e porque le sirvo lealmente me
han algunos vuelto con él, e esto lo trae a que-
rerme matar; ca muchas veces acaesce que el
buen árbol tanto carga de su buen fruto que se
pierde con ello; et el pavón que es la cola lo
mejor que ha en él, pesgale alguna cosa tanto
que cuando lo buscan tómanlo más aína; et el
buen caballo por ventura tanto lo cabalgan e lo
afruentan, porque es fuerte, fasta que se que-
branta e revaenta. Et el homne de noble corazón,
por ventura tanto pasan contra él los malos con
su envidia, fasta que lo matan, et su bondat es
causa por que perezca ca los malos son más
;

que los buenos en cada lugar. Et pues que lo


quieren mal e se facen contra él, con guisa es
que lo maten; et si por esto non es, puede ser
por la ventura de que se ninguno non puede
amparar. Ca ella tuelle al león su fuerza fasta
que lo toman e lo meten en el arca, et ella face
al homne flaco cabalgar sobre el elefante, e apo-
dera al encantador sobre las víboras así que les
saca los dientes e juega con ellas, et trae a homne
entendido fasta la muerte, et ella face al sabio
mal andante, e alegra al cobdicioso, e festina al
tardinero, et face al muy escaso rico e ahondado,
et empobrece al irico, et esfuerza al cobarde e
CALILA Y DIMNA

encobarda al esforzado, et face otra tales cosas


que corren con las aventuras todavía por su sa-
zón en que fué aventurado."
Dijo Dimna "Lo que te el león tiene en co-
:

razón de facer non es por ninguna cosa de cuan-


tas dejiste, mas es por su traición e por su fal-
sedat; ca es falso eengañoso, e es dulce al
comienzo en la fin amargo e tósigo mortal."
e
Dijo Senceba: "Bien dices verdad, e por buena
fe yo hube gostado la dulzor, e hube sabor della,
e veo que soy llegado a la amargor en que yace
la muerte, et por la tribulación que había en
parte de haber. Ca ¿ quién me metió en compa-
ñía con el león, él comedor de carne e yo come-
dor de yerba, si non entremetiéndome yo con
cobdicia e con gula? Ca éstas me ech^iron en
esta tribulación. Et só en esto como la abeja
que se asienta en la flor del nenúfar e págase
della, e olvida la hora en que se debe volar, e
cierra sobre ella la flor, e muere, ca se abre
cuando nasce el sol, e se cierra cuando se pone.
Et el que non se paga en este mundo con lo que
le ahonda, e tiene todavía ojo a las cosas sobe-
janas, e non se teme que cima fará, es tal como
la mosca que non se tiene por pagada de los
árboles e de las flores fasta que va buscar el
agua que corre del oreja del elefante, e él fiérela
e mátala.
"Et quien ofrece su lealtad et su femencia a
quien gelo non gradesce, es tal como el que
siembra su simiente en los gamonales e en los
tremedales, et como el que da consejo al que se
tiene por de acabado consejo, o como el que pre-

83
CALILA Y DIMNA

dica al sordo, que ge non oirá." Dijo Dimna:


"Déjate desto e guisa cómo estuerzas." Dijo
Senceba "¿Qué cosa faré si el león me quisiere
:

matar? Ca yo bien conosco al león e a sus cos-


tumbres, e entiendo muy bien que non se ca-
miaría contra mi si non por malos consejeros
que me buscaron mal con él. Et sé que si me
quisiere matar que lo puede facer maguer él
fuese fuerte et ellos flacos, así como ficieron el
león e el cuervo e el lobo cervalcamello, cuan-
al
do lo engañaron e se ayuntaron contra él." Dijo
Dimna: "¿Cómo fué eso?"

De lo que pasó al
^'^'^ Seuccba :
"Diceu que un
león cstaba en uu valle, cerca del
camello con eiieón
y sus companeros
(^^jjjjj^q^ g|- había tres vasallos el :

lobo, e el abnue, e el cuervo. Et pasaron por y


unos mercadores, e dejaron y un camello, e el
camello entró al valle fasta que llegó al león.
Dijo el león: "¿Quién te metió aquí? Dijo el
camello su facienda. Dijo el león: "¿Pues qué
quieres?" Dijo el camello: "Lo que tú manda-
res." Dijo el león: "Si me quisieres servir e
vevir comigo mucho me place, et dote segu-
iranza por mí e por mi compaña, que vivas muy
vicioso e muy seguro." Et vivió el camello con
él un tiempo, fasta que acaesció que fue el león
un día a cazar que comiese, e fallóse con un
elefante, e hubo con él grand lid, et llagólo el
elefante con sus colmillos muy mal. Et tornóse
el león su sangre corriendo e rastrando, fasta
que llegó a su lugar, e cayó como muerto, que
se non podía mover para cazar para él et para

84
CALILA Y DIMNA

sus vasallos. Et ellos hobieron fambre; et en-


tendiólos el león et di joles: "Mucho sodes laz-
drados, e menester habedes de comer." Dijeron
ellos: "Non habemos cuidado de nos, veyéndote
desta guisa estar, e querriamos nos buscar algu-
na cosa que te toviese pro, aunque nos hobiése-
mos un poco de lacerio." Di joles el león: "Non he
dubda en vuestra lealtad, e en vuestro amor, e
en vuestro buen consejo, e buen galardón haya-
des ende. Derramadvos aquí en derredor, e por
ventura fallaredes alguna cosa, e venir meló
hedes decir, e quizá haberé algo para mí e
para vos."
"E salieron ende e apartáronse y cerca, e
aconsejáronse entre sí, e dijeron: "Qué pro ha-
bemos deste camello que come yerba, e que non
es de nuestro talle, nin de nuestra natura, nin
de nuestro seso? ¿Por qué non afeitamos al rey
que lo coma, et pongamos gelo en rahez?" Dijo
el lobo: "Non hay guisa por que se esto diga,
por la seguridat e pleito homenaje que le fizo el
león," Dijo el cuervo: "Sed vos aquí, e dejad
me con el león." Et fuese e entró al león. Cuan-
do lo vio el león dijole: "¿Qué has? ¿Sentistes
algo?" Dijo el cuervo: "Non falla si non quien
busca, nin vee si non quien ha ojos, nin piensa
si non quien ha entendimiento ; e nos perdi-
do habemos esto con la fambre que había-
mos, e la cuita que éramos. Mas habemos
pensado una cosa, que si tu atorgares con-
nusco, habremos algunt vito tú e nos." Dijo
el león: "¿E qué es?" Dijo: "Comamos este
camello que anda entre nos delicioso sin pro,

85
CALILA Y DIMNA

que nin es de nuestra natura nin de nuestro


talle."
E ensañóse el "\ Confóndate Dios,
león et dijo :

cómo eres de mal qué poca piadad has,


seso, e
e qué alongado eres de lealtad Et tú non debes
!

parar ante mí con tal dicho. ¿Non sabes tú que


yo he atreguado al camello, e que le he añado,
e que non ha ninguno que faga algún limosna
de alguna cosa, maguer muy grande sea, que
mayor gualardón haya que dejar a vida algunt
alma medrosa, et reposar la sangre que era de
verter? Et yo atregüé al camello, e non faré
traición nin aleve." Dijo el cuervo: "Verdat es,
señor; mas con un alma se redime una casa, et
con una casa se redime un linaje, et con un
linaje se redime una cibdat, et con una cibdat se
redime un Tey. Et veemos que estás en grant
cuita, que eres rey, c yo te daré carrera como
salgas del pleito e homenaje que feciste al ca-
mello sin rebto alguno que yo faré al camello
;

que te ruegue que lo comas por sí, e tú saldrás


poT muy leal, e haberás lo que quisieres tú
et nos."
"Et el león calló, e el cuervo tornó para sus
compañeros, e dijéronle: "¿Qué feciste?" E él
díjoles lo que al león dijera, e qué respuesta le
diera, e preguntóles cómo e en cuál guisa lo
faría, que el león non entraría en la traición, nin
la mandaría facer. Dijéronle: "Por tu artería
•cuidamos vevir." Dijo: "Tengo por bien que
nos ayuntemos nos et el camello, e fablemos de
su estado del león, e de cómo está lazrado e
cuidado, por mostrar que nos dolemos del, et

8 6
"

CALILA Y DIMNA

que habernos cobdicia de le facer alguna pro,


por tal que non nos tenga por mal et por des-
conocimiento et lleguemos nos a él, et grades-
;

camos le su bien facer, et aun que lo habernos


por muy bueno, e como vevimos en su sombra,
e de como ha de menester que gelo agradesca-
mos e que le seamos leales e que si le pudiése-
;

mos traer alguna pro que non fincaría por nos,


nin gelo callaríamos e que si gelo non pudié-
;

remos facer, que le ofrezcamos nuestras almas,


et que nos le mostremos delante, e digan cada
uno de nos: coma a mí el rey, e non muera de
fambre. E cada que lo dijere alguno de nos,
recúdale el otro con alguna razón tal, que sea
escusación por que estuerza, et en esto faremos
nuestro derecho.
"Et ficieron lo así, e el camello otorgó con
ellos, Et viniéronse para el león, e ayuntáronse
antél; e comenzó el cuervo a fablar, e dijo:
"Señor, tú eres lazrado e enflaquecido, e has
menester algunt cobro por que te mantengamos.
Et nos debemos te mantener con nos mismos,
e ofrecernos te por el bien e por la merced que
nos feciste, ca por ti vevimos nos, e por ti espe-
ramos que vivan los que fincaren de nos, et los
que vinieren de nos. Et si tú murieres a ninguno
de nos non le ha pro después de ti en vevir. Et
yo ofrézcote mi cuerpo, e cómeme e non mueras
de fambre." Recudieron el lobo e el abnue, e
dijeron: "Calla, non te há pro en te desampa-
rar a muerte, e non habiendo el rey en ti far-
tura." Dijo el lobo: "Mas coma a mí, e fartar
se ha, e ahondar le ha mi carne." Dijeron el

87
:

CALILA Y DIMNA

cuervo e el abnue: "Calla, astroso; ¿non oíste


decir que el que se quiere matar que coma carne
de lobo, e le tomará postema a la garganta, e
morra luego?" Dijo el abnue: "Mas coma a
mí, e será mejor que a tí." Et dijeron el lobo e
el cuervo: "¿E cómo combrá a ti? Ca tú sabes
que hueles muy mal, e has el vientre lijoso." Et
en esto cuidó el camello mezquino que cuando
él dijese como dijeron los otros, que lo escu-
sarían por que estorciese como ellos, e que sería
pagado el león como se pagó dellos otros, et dijo
"En mí has fartura cuanto quieras, ca mi carne
es muy buena e alba e sana, e el mi vientre es
muy limpio, e non ha en mí tacha ninguna."
Et ellos todos dijeron: "Verdat dejiste, e fe-
ciste lealtad contra el león, e Dios te dé buen
galardón por ello, ca fecho has lo que debías."
E saltaron en él todos, e matáronlo e comié-
ronlo.

"Et yo non te di este ejemplo si non porque


sé que si el león e sus compañeros acordaron en
mi muerte, maguer contra su voluntad e contra
su voluntad del sea, que lo podrán facer e aca-
bar lo que quisieren en mí. Et dicen que el que
mejor rey es semeja al bueitre, que tiene en de-
rredor de sí las bestias vivas e non cura dellas,
e búscalas muertas, por que se paga dellas más
que de otra cosa; ca los bueitres siempre se
ayuntan a las bestias muertas. Et puesto quel
león non me pensase mal, usando con él los
malos consejeros, habíalos de escuchar e facer
por ellos. Tú vees que el agua es más blanda
CALILA y DIMNA

que la piedra, e si mucho atura corres por ella,


a poco tiempo face en ella rastro."
Dijo Dimna: "¿Qué es lo que quieres facer?"
Dijo Senceba: "Non me semeja qué he de facer,
si non convidar al león a lit; ca nin el religioso

por sus oraciones, nin el limosnero por sus li-


mosnas, nin el que teme a Dios por su simpleza,
non ha tanto galardón como aquel que se am-
para si quiera una hora del dia, manteniendo la
verdat, e su enemigo mentira. Ca qui manifies-
tamente tiene la verdat, si lo matan vase a
paraíso, e simata, vence e sale por bueno."
él

E dijo Dimna: "Non se debe ninguno meter a


peligro, podiendo estorcer ca si muere pierde
;

su alma e peca, e si vence es ventura. Mas el


homne de buen entendimiento pone 'la lid en
fin de todas sus artes. Et dicen: "Non despre-
cies al enemigo flaco e deshonrado, e más si
fuere artero"; cuanto más el león, que es tan
atrevido e tan fuerte como tú sabes." Ca qui
menosprecia facienda de su enemigo e lo tiene
en nada, acaéscele lo que acaesció al mayordomo
de la mar con la ave que decían tittuy." Dijo
Senceba: "¿Cómo fue eso?"

Dijo Dimna: "Dicen que una


Los tittuy y el ma-
yordomo del mar ^vc de las avcs dc la mar, que k
decían tittuy, estaba él e su fembra en una ri-
bera de la mar; e cuando vino el tiempo del
poner de sus huevos, fizólo saber la fembra al
maslo, e díjole: "Busca un lugar apartado en
que pongamos nuestros huevos," Díjole el mas-
lo: "Pon los aquí en este nuestro lugar, ca el

89
CALILA Y DIMNA

agua e la yerba son cerca de nos, e es nos mejor


que otro." Di jóle ella: "Piensa bien en esto que
dices, ca a peligro estamos en este lugar. Si se
la mar tendiere en este lugar, levar nos ha nues-
tros pollos." Dijo el maslo "Non cuido que se
:

tienda la mar sobre nos, ca sé que se teme el


mayordomo de la mar que gelo vedaríamos."
Díjole la fembra "¡Cómo eres loco en esto!
:

Non has vergüenza nin conosces el bien en ame-


nazar aquel con quien non puedes ca dicen que
;

non es ninguna cosa que mayor daño faga a nin-


guno nin a sí mismo que el homne. Oye lo que
te digo e fazlo." Et él non se quiso otorgar en
aquello a que lo ella convidaba. Cuando ella
vido que la non quiso creer, dijo: "El que non
quiere creer a su amigo cuando lo desengaña,
acaescer le ha lo que acaesció al galápago."
Dijo el maslo: "¿Cómo fue eso?"
Los dos ánades y "Díjo ella: "Díceu que en una
el galápago ::
::
fuente había dos ánades e un ga-
lápago, et eran amigos por la vecindat que era
entre ellos. Desí vino el tiempo que les menguó
el agua e secóse la fuente. Cuando esto vieron
las ánades acordaron de mudar se de aquella
fuente a otra do había mucha agua e a do serían
viciosas. E vinieron para el galápago e despi-
dieron se del e dijéronle: "Queremos nos ir
deste lugar, por que nos falleció el agua." Dijo
el galápago "A vos non falleció el agua, que
:

podedes irdonde quisierdes, mas a mí mezquino


falleció, que non puedo ir convusco nin puedo
guarecer sin agua. Ende vos ruego que catedes
algunt consejo cómo me podades levar convus-

9 o
CALILA Y DIMNA

co." Dijeron ellas: "Nos non le podemos facer


si non nos ficieses tal convenencia que cuando
te leváremos e te viere alguno e fablare, que
non le respondas." Dijo él: "Así lo faré. Pues
¿en cuál guisa podría ser que me levásedes?"
Dijeron lellas "Morderás tú en medio de un
:

fuste, e travaremos nos de los cabos del, et le-


varte hemos." Asi plogo desto al galápago, et
leváronlo volando por el aire; et viéronlo los
homnes e maravilláronse, e dijeron "Ved qué :

maravilla un galápago entre dos ánades que lo


:

lievan en el aire." Cuando el galápago esto oyó


dijo: "Que vos pese." Et en abriendo la boca
para fablar, cayó en tierra et murió."
"Dijo el tittuy a la fembra "Entendido he lo
:

que dejiste; mas non temas de la mar nin le


hayas pavor." Et ella puso sus huevos e sacó
sus pollos. Cuando lo vio el mayordomo de la
mar, quiso saber cuánto se podría guardar del
el tittuy, o qué arte faría, e diole lugar fasta que
se finchó la mar e levó los pollos e su nido.
Cuando vino lafembra a requerirlos e non los
falló, dijo al marido "Bien sabía yo al comienzo
:

deste nuestro fecho que esto acaescería, e que


se nos tornaría en nada a mí e a ti, que non
sabíamos cuánto valíamos cata cuanto daño
;

nos vino por esto." Dijo el maslo "Tú verás :

lo que faré e en qué encimaré mi facienda." Et


fuese para sus amigos e querellóse desto e díjo-
les :"Vos sodes mis hermanos e mis amigos
para demandar el tuerto que yo rescebí pues ;

ayudadme a guisad como haya derecho, ca bien


podría acaescer a vos lo que a mí acaesció."

9 I
CALILA Y DIMNA

Dijeron ellos: "Si así es como tú dices, derecho


esque rescibamos tu ruego mas ¿qué es esto que
;

podríamos facer de daño a la mar e a su mayor-


domo?" Dijo: "Ayuntemos nos e vayamos nos
a las otras aves, e digamos gelo. " E toviéronlo
por bien, et fuéronse a las otras aves e dijéron-
les lo que acaesciera, e apercibieron las, por que
les acaescería otro tal como a él acaesciera.
"Dijéronles "Así es como vos decides, mas,
:

¿qué mal podemos nos facer a la mar e al su


mayordomo?" Dijéronles: "El rey de todas
nos las aves es el falcón oriol llamemos lo fasta
;

que se nos muestre." E ficiéronlo así e mostró-


seles e díjoles : "¿Qué
cosa vos ayuntó, e por
qué me llamastes?" Dijéronle ellas lo que les
acaesciera por la mar e por su mayordomo.
Dijéronle: "Tú eres nuestro señor e nuestro
rey, e elpoder que tú has, creemos que es más
fuerte que el mayordomo de la mar pues vete ;

para él e ruégale que nos emiende el tuerto que


nos fizo; e si lo ficiere, e si non, aparejar nos
hemos a lidiar con él." Cuando lo sopo el ma-
yordomo de la mar, entendió su flaqueza apos
la fortaleza del falcón oriol, e tornó los pollos
del tittuy.

"Et yo non te di este ejemplo si non por que


sepas que non tengo que es consejo que lidies
con el león, nin que contiendas con él por ti
mismo." Dijo Senceba: "Dígote que yo non
mostraré al león enemistad, nin me camiaré de
como estaba con él nin en celado, nin en paladi-
nas, fasta que vea de lo que me yo temo." Et

92
CALILA Y DIMNA

esto pesó a Dimna, ca sopo que si el león non


viese las señales en Senceba que él dijera,
que lo sospecharía. Et dijo a Senceba: "Vete,
ca manifiestamente verás cuando entrares al
león la fortedumbre de lo que te yo dije del."
Dijo Senceba: "¿Et cómo conosceré eso? Dijo
Dimna: "Si tú vieres al león, cuando a él entra-
res e lo vieres, acachado contra ti, moviendo los
pechos e catándote muy firme, e firiendo con la
cola en tierra, et abriendo la boca e bostezando
e relamiendo, e aguzando las orejas, sepas que
te quiere matar, e apercíbete, e non te engañe.''
Dijo Senceba: "Si yo viere con el león lo que
tú dices, non haberé y dubda."

Et pues que Dimna acabó de enlizár al león


contra Senceba e Senceba contra el león, fuese
para su hermano Calila. Et dijo Calila: "¿En
qué has puesto tu obra en que trabajabas?" Dijo
Dimna: "Ya cerca es de se encimar segunt que
yo quería. Non dubdes nin cuides que dure la
amistad entre dos amigos, si el sabio artero e
tercero se entremetiere en el departir." Et fue-
ronse amos fasta que llegaron al león. Et vieron
a Senceba que había entrado al león, e violo de
la guisa que le dijo Dimna, acachado contra él,
e las orejas agudas, e la boca abierta e firiendo
con la cola en tierra, e non dubdó Senceba que
quería saltar en él, e fué cierto de morir. Et dijo
en su corazón: "Non es el que sirve al rey en
cuanto se teme que lo matará rabiosamente, e
que se le mudará el corazón por las mezclas de
los malos, si non como quien mora con la cule-

9 3
CALILA Y DIMNA

bra en su cueva e en su cama, o con el león en su


lugar, o como quien nada en el agua do son los
cocodrillos, que non sabe cuándo se ensañará
alguno dellos e lo matará." Et pensó el toro en
lesto e aparejó se a lidiar con el león. Et católo eí
león e vio lo que le dijera Dimna et non dubdó
que se viniera si non por lidiar con él. Et saltó
el león a él, e lidiaron muy fuertemente atanto
que corrían amos sangre. E mató el león a Sen-
ceba, e paró se aparte muy triste e con grant
pesar pensando.
Cuando esto vio Calila dijo a Dimna: "¡Ay
falso, vil, tu artecuan mala es, et qué vil cima
fizo! Ca has metido al león en afruenta e en
vergüenza, e has muerto a Senceba e has derra-
mado los corazones de los caballeros. Desi veo
con tu grand locura en que te alabaste que lo fa-
rias con terrería. Et ¿non sabes quel peor con-
sejo es aquel que face al homne lidiar podiéndolo
escusar, nin sabes que el homne por ventura
apoderarse ha de su enemigo do lo pudiere ma-
tar, e déjalo por miedo de non ser en ello mal
andante, o entrar a peligro, habiendo esperanza
qué se vengará del de otra guisa? Et cuando el
privado del rey lo conseja a lidiar en las cosas
de que se puede vengar en paz, mayor enemis-
tad le ha e mayor daño le face que su enemigo.
Ca así como alcanza a la lengua flaqueza en non
decir ciertamente el pensamiento del corazón,
otrosí alcanza al esfuerzo la cobardez, por el
mal consejo. Ca cuando el homne se echa a la
una de estas dos cosas, non le ha la otra que
facer a la ora de la lid, nin ha el consejo ninguna

9 4
CALILA Y DIMNA

mejoría del esfuerzo ca en muchas cosas cum-


;

ple el consejo sin la fuerza, et non cumple la


fuerza sin el consejo. Et quien quiere facer en-
gaño, e non sabe la manera de lo que acaescerá
por loar su cima, será su fecho tal como el tuyo.
Et yo sabía bien tu malvestad e tu lozanía e
nunca fue razón que esto non atendiese de ti,
et vi que tu golosía e tu cobdicia alguna traición
traería a tí e a mí.
"Ca el homne bueno
e entendido piensa en las
cosas ante que las faga e se meta a ellas, e las
que ha esperanza que se acabarán segunt él
quiere, atrévese a ellas, et las que sabe que se
le agraviarán, déjalas. Et yo non te dejé de facer
entender tu yerro e tus aleves al comienzo desta
cosa si non por que era cosa que non podía
mostrar, nin quería facer testigos sobre ti, e
sope que lo que yo te decía non te defendería
nin te tornaría de la cosa que tú querías más.
Et pues que agora he visto manifiestamente tu
mal consejo e mala cima de tu facienda, et
quiero te departir en qué estás e cuál eres, e
por esto se engañó el león en ti et non ha pro
;

el decir si non con el facer, nin la castidat si non


con el temor de Dios, nin en ser homne verda-
dero si non con lealtad, nin en ser artero si non
sale ende sano e salvo e seguro. Et tú has fecho
tal cosa que la non melecinará si non el enten-
dido, endereszado, sabio, así como el enfermo
en que se corrompe la colora e la sangre e la
flema, que gelo non puede toller si non el buen
físico.
"Et sepas quel saber tuelle al homne agudo

9 5
CALILA Y DIMNA

e acabado su beudez, etanda en la beudez del


loco, así como el día que es claro a todas las
cosas que veen et ciega el murciélago. Et el
homne de buen seso non cata a la dignidat que
ha ganado nin a la nobleza a que es pujado, así
como el monte que se non mueve maguer el

viento se enfuerze. Et el homne


de liviano seso
muévese por la más ligera dignidat que haya,
así como las pajas que se mueven con el más
flaco viento, Et remiembro me agora por tu
facienda a una cosa que oí decir, que cuando el
rey es derechero e sus privados fueren malos,
apoca su bien facer en los homnes, e non se
atreve ninguno a él nin se llega a él así como;

el agua clara en que yazen los cocodrilos, en


que ninguno non osa entrar maguer nadar sepa
e lo ha de menester. Et el engaño de los reyes
solamente es en su consejo, et tal es el rey con
los buenos vasallos así como el mar con sus
ondas. Et una de las locuras e de las sandeces
deste mundo es querer haber amigos sin lealtad,
e haber el otro mundo con adulterio, e haber el
amor de las mugeres con broznedat, et querer
pro de sí a daño de otri, et querer ser sabio c
estar folgando et non estudiando. Mas ¿ qué pro
ha esto que te yo digo tan broznamente? Ca yo
sé que tan poco pro fará, así como lo que dijo
el homne a la ave: "Non te entremetas de ende-
rezar lo qué se non enderesza, nin de avivar lo
que se non aviva, nin de castigar nin de enseñar
al que se non castiga." Dijo Dimna: "¿Cómo
fue eso?"

96
CALILA Y DIMNA

Los simios, la lu- Dijo Calila: "Dicen que una


ciérnaga y el ave compaña de símios estaban en
un monte, e vieron en una noche una luciérnega,
et cuidaron que era fuego, e ayuntaron mucha
leña desí comenzaron a sollar con sus bocas, e
;

a ventar con sus manos, estando cerca de un


árbol en que estaba una ave. Et aquella ave dí-
joles "Non lazredes, ca lo que vos vistes non
:

es tal como cuidades." Et non la quisieron creer


nin tornaron cabeza a lo que les dijo. Et pues
que g-elo hubo dicho muchas veces, descendió a
ellos por los castigar. Et pasó por y un homne
et dijo al ave: "Non te entremetas de enderes-
zar nin de avivar lo que se non aviva, nin de
castigar nin de enseñar al que se non, castiga;
ca la piedra que se non puede tajar, non la prue-
ban con las espadas, et el fuste que se non puede
dolar, non se entremete ninguno de lo encorvar,
ca quien esto faz que yo dije repiéntese." Et
los simios non tornaron cabeza en lo que les el
ave dijo. Et ella llegó a ellos por los castigar, e
tomóla uno dellos, e dio con ella en tierra e
matóla.
Et tú tal eres e más que te ha vencido el en-
gaño e la lozanía, e son muy malos dos com-
paños, et es derecho que te acaesca por esto que
fec''?te lo que acaesc'ó al falso nue era compañe-
ro del torpe." Dijo Dimna "¿E cómo fue eso?"
:

El hombre falso e DíJo Calila: "Diccn que un


el torpe :: :: :: homns artero hubo conmañía con
un nescio. Et yendo amos por un camino falla-
ron una bolsa en que había mil maravedís, e to-

9 7
:

CALILA Y DIMNA

riláronla e tovieron por bien de tornarse a la


cibdat. Et cuando fueron cerca de
cibdat dijola
el torpe al falso: "Toma la meitad de los mara-
vedis, e dame la otra meitad." Dijo el falso,
pensando en los levar todos: "Non lo fagas así,
ca los amigos que meten sus faciendas uno en
mano de otro, face más durar el puro am.or;
mas tome cada uno de nosotros cuanto despien-
da, e soterremos los que y fincaren en algunt
lugar apartado, et cuando hobiéremos menester
algunos dellos tomarlos hemos." Et acordóse
con él el torpe, e soterraron los so un árbol muy
grande, desí fuéronse; et vino el falso para el
lugar, e tomó los maravedís. Et cuando fue a
días dijo el falso al torpe: "Vayamos al nuestro
condesijo, et tomaremos los maravedís, ca yo
he menester que despienda." Et fuéronse al lu-
gar do los pusieran, e cavaron e non los falla-
ron. E comenzóse el falso a mesar, e a ferir a
sus pechos, e decir: "Non se fíe homne en nin-
guno."
Desí dijo al torpe: "Tú tornaste acá e los to-
maste." E comenzó el torpe a jurar e confon-
derse que lo non feciera, e el falso deciendo
"Non supo ninguno de los maravadís salvo yo e
tú, e tú los tomaste." E sobre esto fuéronse para
la cibdat e para el alcalde, e el falso querellóse
al alcalde cómo el torpe le había tomado los
maravedís, e dijo el alcalde: "¿Aquí tú has tes-
tigos?" Dijo el falso: "Sí, que fío por Dios que
el árbol me será testigo, e me afirmará en lo
que yo digo." Et sobre esto mandó el alcalde
que se diesen fiadores, et díjoles "Venid vos
:

98
CALILA Y DIMNA

para mí e iremos al árbol que decides." E fuese


el falso a su padre e fizo gelo saber, e contóle
toda su facienda, et díjole: "Yo non dije al
alcalld esto que te he contado, salvo por una
cosa que pensé ; si tú acordares comigo, habe-
remos ganado el haber." Dijo el padre: "¿Qué
es?" Dijo el falso: "Yo busqué el más hueco
árbol que pude fallar, e quiero que te vayas
esta noche allá e que te metas dentro, que lugar
hay donde puedas caber, et cuando el alcalld
fuere ende, e preguntare quién tomó los mara-
vedís, responde tú dentro e di que el torpe los
tomó." Dijo el padre: "Fijo, algunas cosas hay
que echan al hombre con su artería e con su
engaño en muy gran peligro e en tribulación,
así como acaeció a la garza." Dijo el fijo "Cómo :

fué eso?"
La garza, la Díjo el padre "Dicen que una
cuie- :

bra y el cangrejo
garza Criaba cerca de una cueva
de una culebra, e esta culebra comíale cuantos
pollos sacaba. Et la garza, pagándose mucho de
aquella morada, entristeció e hubo muy gran
pesar, e entendiógelo un cangrejo e preguntóle
que qué había, et ella dijo gelo, e dijo el can-
grejo: "¿Quieres que te conseje una cosa que
te librará de la culebra?" Dijo ella: "Placer-
mehía mucho." Et fué e mostróle una cueva de
un lirón, e contóle que tamaña enemistad había
entre la culebra e el lirón, et dijo: "Ayunta
muchos peces, e ponlos desde la puerta de la
cueva de la culebra fasta la cueva del lirón, e el
lirón comerlos ha. e fallará a la culebra e ma-
tarla ha." Et ella fizólo así como le consejó el

9 9
CAULA Y DIMNA
cangrejo, et el lirón siguió el rastro fasta que
falló a la culebra, e la mató. Et andando así el
lirón buscando lo peces, falló el nido de la gar-
za, e comió a ella e a sus pollos.
"Et ya non te di este ejemplo si non por que
sepas que el que non cata primero la cosa que
la faz, échalo la suerte por ventura en lugar
onde nunca estorcerá, e tú sabrás qué facer."
Dijo el falso a su padre: "Bien entiendo lo que
dices, mas non hayas miedo, ca más cosa ligera
es e más presta que tú non cuidas." Et non qu€-
dó de lo falagar fasta que gelo otorgó e seguró
por su consejo e yogo en el árbol. Et cuando
fué otro día de mañana, llegó el alcalld al árbol,
él e los que eran con él, e preguntóle por los
maravedís, e respondióle el padre del falso de
dentro del árbol, et dijo: "El torpe tomó los
maravedís." Et maravillóse ende el alcalld et
cuantos con él eran, et andudo enderredor del
árbol, e non vio nada en que dubdase. Et mandó
ayuntar leña e poner cerca del árbol enderredor
e encendióse fuego e cuando llegó el fumo al
;

viejo € le dio el calor e la flama, sufrióse una


hora, desí dio voces e dem^.ndó acorro, e sa-
cáronlo cerca de muerto. Et mandó el alcalld
justiciar a él e a su fijo, et tomó el torpe los ma-
ravedís, et tornóse el falso con su padre a cues-
tas. El padre perdió e los maravedís.

"Et yo non te di este ejemplo sino por


quel engaño e la falsedat quien la face cae en el
mal e pierde su derecho. Et tú, Dimna, has
ayuntado todas estas malas mañas que yo dije.
CALILA Y DIMNA

Et esto que tú vees es fruto que tú vendimiaste


de tu mal fecho, et con todo esto non creo que
tú estorcerás del león; ca tú eres de dos faces
e de dos lenguas, et la casa está siempre en paz
mientra que non entra dañoso, et la amistad
dura entre los amigos mientra que non entra
entrellos tal como tú ca non es cosa que más
;

semeja que tú a la culebra que le corre de la


lengua tósigo. Et cuamaño miedo había yo del
tósigo de tu lengua, el cual me face aborrecer
tu compaña; ca los entendidos dicen: "Esquiva
es la compañía de los falsos maguer sean tus
parientes, et quien tal es, non es si non como
la culebra que cría el homne e la falaga. desí
non ha della si non morderlo e facerle mal."
"Et dicen los filósofos: "Acuéstate 'al homne
entendido et honrado, et guíate por su consejo
e guárdate que te non quites del, et non quieras
haber amistad del que non ha amor maguer sea
de buen consejo e de honestas maneras, et guár-
date cuanto pudieres de sus costumbres, et apro-
véchate de lo que sopiere et non dejes de haber
;

amor de los largos, maguer que non te den nada,


mas allégate a su largueza e tenlo pro con tu
seso et fuye cuanto pudieres del vil loco." Et yo,
;

¿dó fuiré de ti, o dó me apartaré? Et debíate es-


quivar. Et yo, cómo haberé esperanza e tus ami-
:

gos en tu lealtad, habiendo tu fecho esto a tu rey,


que te honrara cuanto yo vi? Et eres en esto tal
como el mercader que dijo que en la tierra donde
comían los mures ciento quintales de fierro non
es esquiva cosa que los azores roben los infan-
tes." Dijo Dimna: "¿E cómo fué eso?"
CALILA Y DIMNA

Los mures que co- Díjo "Diccn que en


Calila:
mían hierro :: ::
había un mercader po-
m-,^ tierra
bre, e quísose ir en su camino, et había ciento
quintales de fierro, et dejólos en encomienda a
un homne que él conoscía, et fuese para lo que
había menester, e pues que fué venido demando
gelo. Et aquel homne habíalo vendido e des-
pendido el prescio dello, et díjole: "Yo le tenía
al rencón de mi casa, e comieron de los mures."
Dijo el mercador: "Ya oí decir muchas veces
que non es ninguna cosa que más roya el fierro
que ellos, et non daría nada por esto pues tu
estorciste bien dellos." Et el otro pagóse des-
to que le oyó decir et díjole: "Come e bebe hoy
comigo. " Et prometióle que tornaría a él, e sa-
lióse ende, e guisó cómo
le tomó un su fijo pe-

queño que había levólo para su casa e escon-


e
diólo. Desí tornóse para él, et el otro preguntó-
le: "¿Viste mío fijo?" Díjole: "Vi cuando fué
cerca de allí un azor que arrebató un niño ; qui-
zá tu fijo era." Et el otro dio grandes voces e
quejóse e dijo: "¿Vistes nunca tal, un azor arre-
batar un niño?" Dijo el mercador: "En la tie-
rra do los mures comen ciento quintales de fie-
rro, non es maravilla que sus azores arrebaten
los infantes." Et entonces dijo el homne bueno:
"Yo comí tu fierro e tósigo comí e metí en mi
vientre." Dijo el mercador: "Pues yo tomé tu
fijo." Et díjole el homne: "Pues dame mi fijo
e yo darte he lo que me diste en encomienda."
E fué fecho así.

"Et yo non te di este ejemplo si non porque

I o 2
CALILA Y DIMNA

sepas que feciste a tu señor traición al que tú


probaras por muy bueno, et non hay dubda que
otro tal fagas a otri ca el amor non ha en ti
;

do more nin lugar do esté; ca non es cosa que


peor empleada sea que el amor en quien non ha
lealtad, e el bien en quien non lo agradesce, e el
saber en quien non lo entiende, et la poridad
en quien non la cela. Et yo desfuciado só
que tu natura se mude nin tus costumbres se
cambien et sé quel árbol amargj, maguer lo
unten con miel, non se muda de su sustancia.
Et yo temíame de tu compaña ca facer compa-
;

ña con los buenos nasce ende bien e buena an-


danza, e en facer compañía con los malos face
al homne venir a repentencia. Et tal es el mal
como el viento, que si pasa por fedor jleva ende
fedor, e si pasa por buen olor lleva ende otrosí.
Et yo sé cuánto te agravia lo que te digo, ca
los homnes nescios siempre se agravian de los
entendidos, e los viles de los honestos, e los
desmesurados de los mesurados, e los torticeros
de los derecheros. " Et en este lugar se acabó
la razón de Calila e Dimna.
Et acabó el león de matar al buey. Et pues
que lo hubo muerto, repintióse e pensó de su
facienda, e lo que ficiera. Et después que se
amansó la saña que había, dijo: "¡Oh!, cuánto
me ha mancillado Senceba en sí mismo, ca era
de buen consejo e agudo, e non sé por ventura
si fué acusado a tuerto."

E estovo muy triste et muy repentido e que-


joso mucho por lo que ficiera. Et violo Dimna,
e levantóse de cerca de Calila e llegóse a él e

I o 3
CALILA Y DIMNA

díjole: "Señor, Dios te metió en poder, a ti e a


los tuyos, tuenemigo; pues ¿por qué estás tris-
te?" Dijo el león: "Prisióme piadat por que
maté a Senceba, por que era entendido e hones-
to e de buen amor e leal, et he duelo del." Dijo
Dimna "Non digas asi, señor, nin hayas pia-
:

dat del que temieres ca el rey anviso a las ve-


;

ces aborrece a algunt homne e aluéngalo de si.


Desi fuérzalo su talante e aprivalo e metel sus
cosas en mano por que sabe que es bueno e agu-
cioso, asi como el que fuerza su tálente a tomar
la melecina desaborida con esperanza que fará
pro; et a las veces ama a alguno homne e apri-
valo, desi mátalo e derraígalo por miedo que le
non faga daño, así como aquel que le muerde
la culebra en el dedo e lo taja por miedo que se
non espanda el tésico en su cuerpo e muera."
Et cuando esto oyó el león, creólo, e aprivólo,
e púsolo en mayor dignidat.

Dijo rey al filósofo: "Ya oí lo que fizo


el
Dimna, por ser tan pequeño e el más vil de
todas las bestias salvages, al león e al buey, e
de cómo enrizó a cada uno dellos contra el otro
fasta que desató su amor e su compañía, et en
esto he oído a tan maravillosas e tantas faza-
ñas que es asaz complimiento para se guardar
homne e de se apercebir de los mezcladores e
de los terreros, e de los falsos en las sus false-
dades et sus engaños que facen. Et los homnes
entendidos deben perseguir las mentiras e false-
dades, e perseguir los mezcladores - tscodriñar
tales cosas; desi non facer, por iiingunt dicho

I o 4
CALILA Y DIMNA

que les ellus digan, nada si non con asosega-


miento e con recabdo, e desechar a todos aque-
llos que conosciese por tales."

CAPITULO IV
de;la pesquisa de dimxa; e ES el capitulo del
QUE QUIERE PRO DE SI E DAÑO DE OTRO, E a QUE
TORNA SU fací EX DA

rey al filósofo: "Ya he entendido lo


Edijo
que
el

me dejiste del mesturero e mezclador,


e cómo metió enemistad e aborrencia con
su lengua entre aquellos que mucho se amaban.
Pues dime agora cuál fué su escusaciórí de Dim-
na e qué cima hubo por este fecho." Dijo el filó-
sofo "Fallamos en los libros de las historias
:

quel león, pues que hubo muerto al buey, a po-


cos días pasados, repentióse por que lo matara
rabiosamente, et membróse como era enviso et
leal contra él, e velaba mucho con sus compañe-
ros por tal de olvidar el cuidado que había. Et
un león pardo que era de su mesnada, e de sus
privados, e de los más honrados de su corte et
con el que más se apartaba, salió una noche por
dem^andar un tizón de la casa de Calila, e era
maestro del león; e cuando llegó a la puerta,
oyólo rebtando e maltrayendo a Dimna por su
traición e por su mezcla, e demostrándole su
mal consejo por lo que había fecho a Senceba
sin pecado quél fiziese, e faciéndol entender que
non estorcería del león, e que non podía ser que

I o 5
;

CALILA y DIMNA

su mezcla non fuese descubierta, e que non ha-


bría quien gelo escusase nin quien lo amparase e
que mataría.
lo justiciaría e lo
E decial Dimna "Ya
: acaesció lo que se non
puede emendar, pues non acuites a mí e a ti,
et guisa como esta cosa non le caya al león en
corazón, ca a mí pesa mucho de lo que fize, mas
la cobdicia e la envidia me forzaron a ello."
Cuando esto oyó al león pardo que ellos amos
decían, tornóse e entró a la madre del león en su
casa, et contól todo cuanto oyera, después quel
fizo pleito e con venencia que non lo dijiese a
ninguno. Et fuese la madre del león cuando
amáneselo, e entró a su fijo, e violo estar triste
e cuidoso, e entendió que non era si non por la
muerte de Senceba. Díjole: "El cuidar e el
pensar e la tristeza non facen cobrar nada, mas
desgastan el cuerpo, e derraman el seso e la fuer-
za e enflaquécenlo pues dime lo que has, et si
;

fuere por cosa que debamos haber tristeza, yo


nin ninguno de tus vasallos non estaremos sin
cuidado, e si non es si non por que mataste a
Senceba, manifiesta cosa es que lo feciste a tuer-
to e sin pecado que te él ficiese, nin culpa nin
falsedat, nin te fue contrario en cosa et si tú
;

te hobieses refrenado cuando te dijeron del, e


hobieses pensado en su facienda, o vieras en esto
alguna presunción, estonces era razón de lo facer
que dicen que non es ninguno que mal quiera a
otro o lo aborrezca, que otro tal non sienta en su
corazón. E dicen los sabios: "Cuando quisieres
saber el corazón de tu amigo, de amar o desa-
mar que cates al tuyo et así lo judga." Pues
I o 6
CALILA Y DIMNA

cata tú, rey, por tu seso e por tu voluntad verás


lo que feciste al buey, si fue por enemistad o por
achaque alguno que le tenias en el corazón, si
merecía él esto et tu voluntad te mostrará la
;

verdat. Pues si tú lo feciste por derecho, por


merescimiento quél fizo, non debes ser triste nin
pesante por ello, ca derecho es justiciar a todo
aquel que quiere ser atrevido contra ti por es-
carmentar los otros. Et tú, rey, sabes las cosas e
entiendes las por tu seso e por tu sapiencia, e así
lo vees como el homne vee su figura en el espe-
jo claro. Pues dime: ¿cuál corazón lo tenías an-
tes que lo matases?"
Dijo el león: "Madre, mucho he pensado en
facienda de Senceba, e con cobdicia de lo fallar
en algunt pecado por esforzar la sospecha que
le había, e non lo fallo ca yo siempre tove a
;

Senceba por de sano corazón, e fiaba por él, e pa-


gábame de su consejo e aprendía del, e feuciá-
bame por él, e non desconocí ninguna cosa de
cuantas le tenía en el corazón ante que lo mata-
se nin después. Et soy mucho repentido por lo
que fiz, e soy muy pesante e he grand dolor, et
non dubdo que salvo era de lo que le apusieron
e sin sospecha mas f ízomelo facer el falso trai-
;

dor de Dimna con su mestura, diciéndome lo que


Senceba non faría nin osaría. Mas dime si oíste
alguna cosa o te fabló alguno deste fecho".
Dijo la madre del león: "Dijeron me que era
sospechado que lo que fizo Dimna en te enri-
zar contra Senceba, non fué si non por envidia
que le había en su dignidad e en su privanza."
Díjole el león: "¿Quién te lo dijo, madre?" Dijo

I o 7
CALILA Y DIMNA

ella: "El que me lo dijo rogóme que fuese po-


ridat, e yo así gelo prometí, et el que es rogado
por poridad debe ser fiel, e quien descubre la po-
ridat falsa su fieldat, et quien esto ficiere habrá
mal paso en otro siglo, et ninguno non le que-
el

rrá descubrir más


poridat." Dijo el león: "Por
Dios, asi es, e verdat dices, mas esto non debe
ser poridat, ca non se debe celar nin dubdar nin-
guna cosa de la verdat mas el que la sabe debe
;

la descobrir, e testigüela e haberá perfecto ga-


lardón por ello. Nin debe desfacer la verdat
quien la sabe, cuanto más en la sangre del que
murió a tuerto ca quien encubre la culpa del
;

malfechor es su aparcero en el pecado. Et el rey


non debe justiciar por sospecha nin en dubda
fasta que claramente vea la cosa, ca la sangre de
grand prez es. Et yo, maguera que a ciegas an-
dude en Senceba, non quiero facer otro mal en
Dimna sin prueba e sin certedumbre et aquel que
;

te lo fizo saber echado lo ha sobre tu alma".


Dijo la madre del león: "Verdat dices, mas yo
tenía que compliría asaz lo que te yo contaría, e
me creerías." Dijo el león: "Non digo yo que non
es como tú dices, mas quiero que me digas qué
es e folgará más mío corazón." Dijo ella: "Si
por tal me tienes, justicia aqueste falso como
meresce tal como él." Dijo el león: "Debes me
decir quién te lo dijo, ca non es esto ningunt
daño." Dijo la madre: "¿Sabes qué es el daño
que yo ende haberé?; que me menospreciará
aquel que me lo encomendó e se fió por mí,
quel falliré en ello, et, cuando yo ficiere esto,
que fiará ninguno por mí." Cuando esto oyó el

I o 8
CALILA Y DIMNA

león entendió que non le diría el nombre de


quien gelo dijera. Díjol: "Vete." Et ella fuese.
Et pues que amanesció envió el león por los
mejores de su mesnada, e fueron y presentes,
e envió por su miadre, e vino y. Desí mandó
llamar a Dimna e dujeron gelo. Desi abajó el
león la cabeza con vergüenza de la muerte de
Senceba. Cuando esto vio Dimna. fué cierto de
morir, et dijo a uno de los que estaban cerca
del: "¿Por qué está el león triste e cuidando?
¿Acaesció alguna cosa que le fizo tristecer por
que vos hubo de ayuntar?" Dijo la madre del
león: "Esto que tú vees estar al león triste e
cuidoso, non es si non por que te ha dejado
sano e salvo fasta hoy, faciéndole tú engaño c
enridándole con tu mestura e con tii falsedad
para matar a Senceba."

DIMNA EN PRESENCIA DEL LEÓN


Manuscrito del Escor¡<l, h iii í», fol. 33. v.»

Dijo Dimna: "Tengo que es verdad lo que


dices; que el que se trabaja en buscar bien, más

aina le viene el mal que a otri, et non pertenesce

09
CALILA Y DIMNA

al rey nin a sus mesnadas si non los malos. Ca


dicen que quien face vida con los malos e non
faz sus obras, non estuerce de su maldat por
se aguardar ca non galardona bien por el bien
;

si non Dios et por ende se apartan los re-


sólo ;

ligiosos en losmontes e se dejan de vevir con


los homnes e de fablar con ellos, et aman más
de facer las obras de Dios que las de los hom-
nes. Mas la lealtanza e el amor que yo había
al me le ficieron descobrir la falsedat del
rey
que quería facer traición, et quería saltar en
le
él, e fícele entender aquello que sospechaba e

las señales que viera, e él violas manifiestamen-


te, e non acayó nada de quél non fué bien cier-
to et si él pesquiriere esta cosa, e preguntare
;

por ella, e pensare en ella, sabrá la verdat quel


fice entender; ca el fuego que yace en la piedra
e en el fierro, non se saca si non con artes et :

esto non es cosa celada, ca el cuerpo del hom-


ne, después que es pesquerido e buscado, pares-
ce más quél es así como toda cosa fedrosa quier
lodo, quier ál, que cuanto más movida es tanto
más fiede.
"Et yo si culpado fuese, fuiría por la tierra, e
haberla anchura, e non aturaría a la puerta del
rey mas fiándome que era salvo non me quité
;

ende nin me partí ende. Et non le ruego ál si non,


maguer que esté en duda de mi facienda, que la
mande pesquerir e catar, et aquel a quien este
poder diere que sea fiel, et non haya ninguno en
que le travar, nin faga engaño a ninguno, e que
le muestre yo mi escusación e lo que oyere decir
a los otros, e cátelo, e non quiera facer que los di-
CALILA Y DIMNA

chos de los que me acusaron e me hobieron en-


vidia. Ca lo que el rey sopo, de como le ficieron
dubdar en lo quél vio de la enemistad de Sen-
ceba, que meresció por ende morir, le debe tener
de se non atrever así a matarme; ca ya hube yo
del rey tal dignidad que me habían envidia por
ella, e tal privanza. Et si él non me catare esta
merced e fuere mal consejado en mi facienda.
non he otro acorro nin otro refugio si non Dios,
que sabe las poridades de los homnes e lo que
tienen en corazones e en sus voluntades. E dicen
quel que hace por dubda, que non es cierto,
es tal como la muger que se dio a su siervo
dubdando, e la aforzó". Dijo el león a las mes-
nadas: "¿Cómo fué eso?"
La mujer y el Dijo Dimua "DiceVi que en
:

siervo :: :: :: ::
^na cíbdat quc decíau Qucrtir,
que es en tierra de Yabret, había un rico mer-
cador e había su muger muy fermosa, e había
un vecino pintor, e era diudo della. Et dijol ella
un día: "Si podrías facer algima cosa por que
te yo conosciese cuando vinieses a mí de no-
che, saldría a ti sin que me llamases tú, por
tal que nos non sospechasen nin te oyesen."
Díjol su amigo "Yo te faré una sábana tan
:

blanca como la luz de la luna, et faré en ella


unas pinturas e cuando las tú vieres saldrás
;

a mí, et ésta será señal entre mí e ti." Et pló-


guela a ella desto quél dijo Et oyólo un su
:

siervo della. e aprísolo, e encubriólo en su cora-


zón. Et venía a ella su amigo con aquella señal,
e veíalo ella, et salía a él.
"E duró así un tiempo. Et después fuese su
CALILA Y DIMNA

amig-o para el rey a pintarle unas casas que ha-


bía de menester; et fuese luego el siervo della
a una manceba que tenía el pintor, en cuyo po-
der estaba la sabana, et era su conosciente, e
demandól aquella sábana, e ella diógela. Et él
fuese para su señora de noche, e luego que ella
vio la sábana de suso del, cuidó que era su ami-
go e salió luego a él, e yugóse con ella. E tor-
nóse el siervo e dio la sábana a la manceba del
pintor. E vino el amigo esa noche del palacio
del rey para su posada, et cubrióse la sábana;
desí vínose para ella. Et díjole ella: "¿Qué has
esta noche que tornaste luego una vez en pos
otra, habiendo fecho a tu guisa?" Et él en-
tendió que era engañado, e tornóse para su po-
sada, e priso su manceba, e firióla muy mal fasta
que le dijo la verdat como le conteció e tomó
;

la sábana e quemóla en el fuego.

"Et yo non te dó este ejemplo si non por


quel rey non se acuite en mi pleito quel fué
mostrado en dubda, e poma sobre sí grant car-
go de pecado. E non digo esto que vos oídes
con miedo de la muerte ca maguer aborrida
;

cosa sea, ninguno non la puede fuir, nin ha otro


refugio, e todas las cosas del mundo han de
finar. Et si yo ciento almas toviese, e sopiese
que rey tenía por bien que se perdiesen, yo
el

le franco dellas." Dijo uno de los de la


sería
mesnada "Tú non dices esta escusación al rey
:

por lo honrar; mas a ti es de menester de bus-


car con que salgas desto en que eres caído."
Dijo Dimna: "¡Mal sea de ti! ¿Es aleve a nin-
CALILA Y DIMNA

gunt homne de se escusar, cuanto más por es-


capar de muerte? Et ¿quién es más cerca del
homne que sí mismo? Pues si asi mismo non
buscare escusación, ¿para quién la buscará? E
los sabios dicen que quien a sí non guarda, a
otri non fará pro. Et paresce bien en ti la en-
vidia e la malicia e la enemistad e la necedat
que non podiste retener, e bien entienden los
que te oyen que non quieres a ninguno bien e
que eres enemigo de tu alma e de todos; e tal
como tú, non es bien que esté sinon con las
bestias mudas, cuanto más con el rey o ser a
su puerta."
Et pues que hobo respondido Dimna así,
le
salióse el otro triste e muy avergonzado
muy
de lo que le dijera Dimna. Dijo la. madre del
león: " Grant maravilla es de cómo fablas, e
das ejemplos a lengua suelta, e respondes a
los que te fablan, habiendo fecho traición e
maldat e engaño." Dijo Dimna: "¿Por qué ca-
tas con un ojo e oyes con una oreja e non pien-
sas en la cosa como es, nin la sabes de cierto,
mas faces a tu sabor non sabiendo la verdat?
Mas parésceme que la mi mal andancia ha mu-
dado a ti por razón de mí todas las cosas, et
aun todos los otros, que ninguno non fabla nin
razona si non a su sabor. Et éstos que son en
la corte del rey tanto se fian en su poridat e
en su mansedumbre e son seguros de su bon-
dat, que se non ternen de fablar a sus sabores
a tuerto o a derecho, ca él non gelo contradirá.
Et éste es el lugar del sermón si fuese creído e
de los ejemplos si hobiesen pro."

I : 3
Caula y Dimna í
"
CAULA Y DIMNA
Dijo la madre del león: "Catad este falso,
cuánta grant cosa ha fecho, e quiere cegar los
homnes por desmentirlos e por se salvar de-
llos." Dijo Dimna: "Los homnes que son tales
son cinco el uno es el que descubre a la mu-
:

ger la poridat; et el otro es el que viste los


paños de las mugeres; e el tercero es la muger
que viste los vestidos de los varones; et el cuar-
to es el huésped que se enfínió et cuida que es
señor de la casa et el quinto es el que denun-
;

cia a los homnes lo que le non preguntan nin


le demandan." Dijo la madre del león: "¿Non
conosces tú, malfechor, por qué temas, nin ca-
tas cuan laida obra fecite, por que sepas que
non estorcerás sin que sea tomada de ti ven-
ganza ?
Dijo Dimna: "El homne que mal fecho face
non quiere a ninguno bien, nin lo amparará del
mal maguer que lo puede facer." Dijo la madre
del león:"¡Falso traidor, en atreverte tú a decir
tal fecho antel rey! es maravilla cómo te deja
vivo." Dijo Dimna: "El traidor es aquel que
asegura a su enemigo, et después lo mata." Dijo
la madre del león: "Has esperanza de estorcer
de tu grant pecado con tales palabras mintro-
sas?" Dijo Dimna: "El que dice la que non fué
meresce lo que tú dices, et yo dije verdat e mos-
trarélo por prueba, e dijelo al 'rey e complí el
homenaje que le debía." Dijo la madre del león:
"¿E qué fué lo que tú dejiste, e qué fué la ver-
dat que tú le mostraste?" Dijo Dimna: "Bien
sabe elrey que si yo mintroso fuese, non le
diría a él tal dicho nin me atrevería a decir lo

I 1 4
;

CALILA y DIMNA

que non era nin a sacar mentira et yo he espe- ;

ranza quél verá que yo so verdadero e salvo e


•de sano corazón."
Cuando vio la madre del león que el león non
fablaba nada en el pleito de Dimna, callóse ella,
e dijo: "Por ventura mienten contra él, e es
salvo de lo que le aponen e el que se escusa
;

delante de los caballeros e non refiertan ningu-


na cosa de lo que dice, semeja que es verdadero
en lo que dice et callar a las razones del con-
;

tendor semeja conoscer la verdat que dice. Et


dicen los sabios que quien calla otorga." Desí
levantóse por salir ende sañosa. Et mandó es-
tonces el león que prendiesen a Dimna e que le
pusiesen fierros desí leváronlo a 1^ cárcel, 'e
;

mandó catar su pleito, et facer sobre él pesqui-


sa, e que gel mostrasen et yogo Dimna en la
;

cárcel, e mandó guardar a un caballero. Desí


lo
dijo la madre del león a su fijo: "Non se puede
encobrir mestura de Dimna e su mal fecho en
todas las cosas, mayormente en fecho de Sen-
ceba el leal sin culpa. Et ya me fué a mí dicho
deste falso mintroso lo que dicen del todos por
una boca, ca non es cosa que se calle a ninguno
desí fácemelo más verdat sus mentiras e sus
-escusaciones e sus salvas que son contrafechas
sin verdat et si tú lo oyes, amparar se te ha con
;

razones falsas, et lo que a mí dijo el fiel ver-


dadero es la verdat. Pues si quieres folgar del,
non contiendas con él e mátalo."
Dijo el león: "Cállate, que yo cataré su plei-
to e lo pesquisaré, ca es muy sotil e muy artero
e sabio e entendido ; et yo quiero ser bien cierta

I I 5
CALILA Y DIMNA

de su pleito e non quiero pasar a él rabiosamen-


te, nin quiero mi daño en seguir voluntad de
otro de que non sé su verdat nin su mentira. Et
mucho aína puede ser que esto sea por envidia
que le han, et temóme de lo matar por dicho
dellos, ca habría ende grant pecado et daño.
Pues dime: ¿Quién es aquel que telo djio? Ca
los homnes se han envidia unos a otros e se
mezclan et quieren pujar el uno más quel otro
en las dignidades." Dijo la madre del león: "El
fiel verdadero que me contó la historia es tu

amigo el león pardo, tu leal e puro vasallo que


sabe tu poridad." Dijo el león: "Asaz hay, et tú
verás lo que yo faré e lo que del mandaré facer;
pues vete."
Et pues que se fué la madre del león para su
casa e pasó la media noche, dijeron a Calila
como Dimna era preso, e pesóle mucho por la
grant amistad que había con él e por la compa-
ñía e por el mal que le acaesciera, et fuese para
la cárcel encubiertamente. Et cuando entró e lo
vio preso lloró, et dijo: "Ya llegado ha tu fa-
cienda a tal lugar que non he cura ya de te fa-
blar broznamente nin dejarte de decir que te
pese, et en secreto fablando díjete: Miémbrate
lo que te yo decía e te castigaba e te consejaba
e non tornabas y cabeza a cuanto te decía, nin
feciste por ello por el grant desdén que en tí
había, ca te tenías por muy acabado en tu con-
sejo e por artero. Et dicen los sabios: "Convie-
ne al homne que es buen caballero que non se
meta por su esfuerzo en lugar que non pueda
salir nin estorcer." Et dicen que la falsedat

I I 6
CALILA Y DIMNA

ante muere de su plazo, e non por que fenesca


la vida, mas por esto en que estás, que la muer-
te es más folganza que ello. ¡Ay de tu mesura
e de tu seso e de tu saber, cómo te han privado
dellos, e eres llegado a la muerte!" Dijo Dimna:
"Nunca cesaste de decir verdat e mandarla fa-
cer, mas yo non escuchaba nin creía tu consejo,
por la grant envidia e la cobdicia que había en
haber dignidat, et por la tribulación e la laceria
en que era, et si non por eso en lo que me tú cas-
tigabas asaz complimiento había, que si lo ficie-
ra levara la cima dello. Et quien es tentado de
golosía non escucha de sus amigos, quel han
piedat e lo aman, así como tú. Et dicen los sa-
bios que el que non cree a sus amigos e a sus
leales consejeros e a sus bien querientes, torna
su facienda a repentencia, et ya vees en cuanto
mal só hoy; mas ¿qué podías facer con la go-
losía e la cobdicia que vence al seso del mesu-
rado e el saber del sabio? Así como el enfermo
que entiende que su daño es en su gula, que ha
de comer, e sabe que le acrescerá en su dolor,
e non lo deja de comer, e acresce su enfermedad
e por ventura muere ende. Et yo non me duelo
hoy de mí, mas duéleme de ti, ca he miedo que
serás tú compreso por razón de mí et por el
amor e por el parentesco e la amistad que ha-
bíamos en uno, et serás atormentado e lazrado,
e non podrás estar que les non descubras mi
facienda et matarán a mí por que te creerán e
tú non estorcerás después de mí."
Dijo Calila: "Ya pensado he en tu facienda,
et bien dices verdad en lo que dices et yo te

I I
7
;

CALILA Y DIMNA

consejé kalmente. Et el homne con cuita cuan-


do le acaesce la tribulación acúsase de lo que
fizo, con esperanza de vevir e de ser aliviado
de la pena. Et yo quiero me ir ante que entre
alguno de la mesnada e me vea estar contigo,
et mandóte e aconsejóte que te confieses de tu
pecado e conoscas tu mal fecho ca morir debes ;

sin falla, et mejor es de ser justiciado en este


mundo que ir a la pena durable en el otro." Dijo
Dimna "Bien me has aconsejado e dices ver-
:

dat empero veré a qué tornará la mi cima de


;

mi facienda e qué mandarán de mí facer." Tor-


nóse Calila a su posada muy triste e muy cui-
doso con miedo de ser preso por el pecado de
Dimna, e prísol menazon e murió esta noche.
Et yacía en la cárcel un lobo preso, e estaba
durmiendo cerca de Dimna, et oyó todo lo que
se decían e aprísolo. Desí la madre del león en-
tró a su fijo otro día de mañana et díjole:
"Miémbrate Ío que me dejiste anoche e prome-
tiste en pleito deste falso traidor, et de cómo
dejiste a tus mesnadas que debe el homne facer
las cosas con temor de Dios, e non se le debe
meter en vagar, et yo non sé mayor bien que
librarlo e folgar del." Et estonce mandó el rey al
león pardo e el alcalde que se asentase a juicio,
e que llamasen a Dimna ante ellos e que fecie-
sen su pesquisa e, fecha, gela llevasen a él. E el
león pardo fizo llamar a la mesnada e a Dimna
et así todos juntos ante él, díjoles el león par-
do: "Después que el rey mató a Senceba siem-
pre estovo triste e cuidoso por que lo mató sin
culpa, salvo por que Dimna lo enridó e lo mez-

I I 8
"

CALILA Y DIMNA

ció con envidia que le había pues si alguno de


;

vos sabe alguna cosa dígalo, e nos mostrare-


mos al rey, que el rey non matará a ninguno
salvo después que feciere pesquisa e sea cierto
dello, nin querrá facer a su sabor nin por albe-
drío.
Dijo el alcalde: "Ya oíste lo que dijo el león
pardo faceldo así e ninguno de vos non encu-
;

bra ninguna cosa de lo que sopiere, por muchas


razones la primera por que vos non debedes
;

haber pesar que el juicio cay a contra quien


debe, nin maguer sea contra nuestras volun-
tades e non menospreciando cosa dello; ca la
muy pequeña verdat gran cosa es, e la cosa
que más pesa a Dios es matar al sabio sin
culpa por mestura del falso mentiroso et la
;

segunda es, cuando el malfechor es penado por


lo que face, non se atreven a facer otro tal los
otros con miedo de la justicia, et esto es pro
de la mesnada et de los pueblos et la tercera
;

es, que cuando el falso mentiroso traidor es


justiciado, fuelga el rey e los suyos, ca el tal
vevir entre ellos es les gran daño e gran peligro.
Pues diga cada uno de vos lo que sabe e non
encubra la verdat nin afirme la mentira." Et
desque las mesnadas oyeron esto, catáronse unos
a otros, e dijo Dimna: "¿Por qué estades todos
tartaleando? Diga cada uno de vos lo que sabe,
e si yo malfechor fuese placerme hía que callá-
sedes. Pues que sé que soy salvo e sin culpa,
pues decid lo que sabedes, que sabed que cada
razón ha su respuesta, et el que dice lo que non
vio nin sabe, razón es que le contezca lo que le

I I 9
CALILA Y DIMNA

contesció al físico necio." Dijo el alcalde et el


león pardo: "¿Cómo fué eso?"

„, ,,. . Dijo Dimna "Dicen que en


:
El medico ignoran-
te que envenenó a
mi
una cibdat i i c
'

habla uu fisíco que


la hija del rey ::


^^^ ^-^^^ andante c de buen dona-
rio en su melecinamiento e morióse, e estudia-
ron en sus libros algunos por aprender, et vino
ende un home que se enfingió que era un buen
físico e non era tal. Et el rey desa tierra había
una fija que amaba mucho, e hubo de adolecer,
et el rey envió a llamar muchos físicos para
que curasen de su fija. Et vino un físico muy
sabio que era ciego, et dijéronle la dolencia de
la niña e mandóles que le diesen a beber cierto
jarope a que dicen remasera. Et tornáronse para
el rey e dijeron gelo, et él buscó un físico que
le diese a beber aquella melecina, et vino ahí
aquel homne que se alababa de físico e sabio
de melecinas e de confasiones et mandó traer
las arcas en que estaban las melecinas del físico
muerto, et trojieron gelas e pusieron las delante,
e abriólas e tomó dende una dellas que falló
en un saqueto en que había ponzoña mortal, et
compuso del e de las otras una melecina e dijo:
"Esta es remasera." Cuando el rey vido que
lo ficiera tan aína, cuidó que era sabio e agudo
e mandól dar algo e buenos paños. Et él dio a
beber la melecina a la dueña, e luego, como la
bebió, fueron los sus entestinos despedazados e
murió. Et cuando el rey la vido muerta man-
dó que le diesen a beber al físico de aquella me-
lecina, e bebióla e luego fué muerto."
:

CALILA Y DIMNA

Dijo Dimna: "Di vos este ejemplo por que


non diga ninguno de vos lo que non sabe por
facer placer a otros nin por otra cosa. Et todo
homne haberá galardón por lo que ficiere, et
yo só salvo de lo que me apusieron. Et he me
entre vuestras manos, pues temed a Dios, cuan-
to pudieres." Fabló el cocinero mayor fiándose
en su dignidad, et dijo: "Oíd, sabios e ricos
homnes, et parad mientes en lo que vos diré
ca los sabios non dejaron ninguna señal de los
buenos e de los malos que la non departiesen,
et las señales de la falsedat son manifiestas en
este mal andante, e de más que ha mucho mala
fama." Et dijo el alcalld al cocinero: "Ya lo
oímos eso, et pocos son los que las non cono-
cen. Pues dinos las señales que vees en este
lazrado." Dijo el cocinero: "Fulán dijo en los
libros de los sabios que el que ha el ojo sinies-
tro pequeño e guiña del mucho, e tiene la na-
riz inclinada faza la diestra parte e tiene las
cejas alongadas e entre las cejas tres pelos, e
cuando anda abaja la cabeza e cata siempre en
pos de sí, e le salta todo el cuerpo, et el que
estas señales ha en sí es mesturero e falso e
traidor, et todas estas señales son en este lazra-
do apercebidas."
Dijo Dimna: "Por unas cosas jugda el hom-
ne otras, et el juicio de Dios derecho es e sin
tuerto. Et vos sodcs sabios e mesurados en ra-
zonar, et ya oíste lo que éste dijo; pues oíd a
mí, ca él cuida que non es ninguno más sabio
que él, et cree que non ha otro más saber que
el suyo ;
pues si todos los bienes e los males
CALILA Y DIMNA

que el homne face non son si non por las se-


ñales que son en el homne, manifiesta cosa es
que non habrá el relig-ioso su buen gualardón
por el servicio que face a Dios, nin el que mal
face non habrá pena por sus malas obras, et
que non son los homnes bien andantes si non
por las señales que son vistas en ellos, et el
que mal face non se puede dello dejar nin pue-
de estar que lo non faga, et que non es ningu-
no virtuoso, maguer pune en bien facer, que
le tenga pro, nin ningunt malfechor, maguer
que peque, quel faga daño. Et non mande Dios
que así sea, et si a los homnes fuese dado por-
nían en sus cuerpos las mayores señales que
ellos pudiesen. Et yo só salvo de lo que me
apusieron, et de mí non salió ál si non verdat;
et bien veen los que aquí son presentes cuan
nescio e cuan torpe eres de las cosas, ca tú non
sabes mejor las cosas nin eres más enviso que
los que aquí son presentes, mas fablaste e erras-
te et eres tal como el homne que dijo a su mu-
ger: "Cubre tú lo que non debe parescer de ti
e deja las cosas agenas e enmienda las tuyas,
que conosces mejor." Dijo el cocinero: "¿Có-
mo fué eso?"

El labrador y «us Díjo Dimna : "Dicen que en


dos mujeres :: :: y^ia cíbdat quc dccíau Maruca
corriéronla los enemigos, e cativaron e mataron
mucha gente della. E cayó en suerte a un hom-
ne de los que la conquistaron, un homne labra-
dor que tenía dos mujeres, e facíales mal, e non
las fartaba de comer, e traíalas desnudas. Et
CALILA Y DIMNA

enviólas un día con el homne a coger leña así

desnudas, et falló la una dellas un trapo viejo,


e cubrió con él su vergüenza. Et dijo la otra al
marido: "Catad cómo cubre ésta su natura; e
non lo face si non por que hayas sabor della e
yoguieses con ella." Dijo el marido: "Astrosa,
non paras mientes en ti que estás descubierta,
e riebtas a la otra que cubrió su vergüenza con
lo que pudo haber."

Dijo Dimna "E tú debes parar mientes en


:

cobrir a ti e callar; ca es grant maravilla de


tu facienda por que te llegas al comer de nues-
tro señor, habiendo en ti tales tachas malas, et
seyendo tan lijoso. Et non vi yo sólo las tus
tachas, mas cuantos aquí son de la m'esnada del
rey lo saben. Et yo encobrílo fasta hoy, e non
lo dejé de mostrar si non por que decía en mi
corazón a mí non nuce la honra quel rey face
:

a otri, nin me face pro afrontarlo, mas débolo


encobrir; mas pues que me ha parescido de ti
enemistad, e dejiste abusión, e fablaste en falso
e a tuerto e sin sabiduría, quiero yo decir las
tachas que ha en ti, por que non debes llegar
al comer del señor e deben los homnes fuir
de ti."
Dijo el cocinero: "¿A mí lo dices lo que
oyó?" Dijo Dimna: "A ca ayún-
ti lo digo,
tanse en ti todas malas tachas ca eres potroso ;

e has el mal del figo e eres tinoso e has alba-


rraz en las piernas; onde non debes llegar a la
puerta del rey." Cuando el cocinero mayor oyó
lo quel decía, afogóse con sus lágrimas e co-

I 2 3
CALILA Y DIMNA

menzó de llorar por que se atrevía Dimna a él


e le fablaba tan villanamente. Cuando esto vio
Dimna díjol: "Por grand derecho lloras, que
sabes que rey esto sabe alongarte ha de
si el

sí e nunca te pararás antél."


Cuando esto oyó el fiel del león, que trasla-
daba lo que decía Dimna e lo que decían del,
et éste había nombre Xaar, escribió todo aque-
llo e Cuando aquello vio el león,
levólo al león.
mandó desponer cocinero mayor de su oficio,
al
et que non paresciese antél nin entrase en su
casa. Et escribió el álcali e el fiel otrosí lo que
dijo Dimna. Et mandó a Dimna tornar a la
cárcel, e fuéronse ese día.
Et había y una bestia quel decían Jauzava e
era amigo de Calila, e fuese para Dimna e fizó-
le saber la muerte de Calila. E lloró Dimna
muy mucho et dijo: "¿Qué quiero yo hoy ve-
vir más seyendo muerto mío hermano e mío
puro amigo? Et cómo dijo verdat el que dijo:
"Cuando al homne viene la tribulación, de to-
das partes le viene el mal e cúbrelo e cércalo
la cuita et el mal" como a mí acaesció en yo
perder a Calila, ca ése era mi bien o todo mi
conorte, e sabía toda mi poridat de bien e de
mal. Et si Dios esto fizo, loado sea El, que me
dejó a vos e su lugar, que me queredes bi€n, e
me querredes, et seredes en apiadarme segunt
que era Calila. Pues si hobieres por bien de lle-
gar a la casa de Calila e traerme cuanto y falla-
res suyo e mío."
E él fizólo así. Et dióle Dimna la parte de
Calila, et dijo le: "Más la meresces tú que otri."

I 2 4
CALILA Y DIMNA

E rogól e pidiól en amor que fuese antel león


e que dijese bien que
del e quel ficiese saber lo
diria la madre Et prometió gelo
del león del.
a rescibió lo que le diera, e fuese Jausaba de
mañana al león et falló al león pardo e al álcali
que vinieran con los escriptos e gelos pusieron
delante. E el que los cataba mandó a su escri-
bano que los trasladase e dar los al león pardo;
e dijo a él e al álcali: "Id vos así como ayer
e facer llamar a Dimna e ponedlo ante la mes-
nada e venid me decir lo que se face e cómo
se salva." Es pues que sallieron ende vino la
madre del león, e leyóle él aquellos escriptos.
Dijo ella: "Non meló
tengas a mal, fijo, si te
yo estultare de mi palabra, ca veo que non sa-
bes qué te tiene pro nin daño por 'el engaño
deste falso. Pues líbralo e folgarás ca si lo a ;

vida dejas confonderá tu mesnada." E tornóse


muy sañuda contra él.
Desí fuese Jauzaba e llegó a Dimna a la cár-
cel, fízol saber cuanto dijera la madre del león
cuandol leyeran los escriptos. Et en seyendo así
fablando vino el mandadero del álcali e del fiel,
e leváronlo a la casa del juicio e paráronlo ante
la mesnada e el pueblo, e ayuntáronse estando
Dimna antellos. Dijo el mayor de la mesnada:
"Ya sope yo tu pleito, e es entendida la verdat,
et non habemos más que pesquerir de ti ca tú ;

con traición e con falsedad e con tu mestura fa-


ciste al rey, nuestro señor, que matase a Sen-
ceba, su amigo, et era leal € verdadero, sin cul-
pa que ficiese. Et si non fuese por la su grant
merced e por la su grant piadat que nos mandó
I 2 5
CALILA Y DIMNA

que sopiésemos más de tu facienda, ya el juicio


manifiesto fuera dado de nos contra ti." Dijo
Dimna: "Non fablas como quien ha piadat nin
merced, nin como quien cata al pleito del que
rescibió tuerto, nin como quien sigue la verdat
nin elderecho; mas usas de voluntad e quieres
me matar. Non eres cierto de lo que me apusie-
ron, nin son pasados los tres días que debedes
pesquerir por mi. Et non eres de culpar, ca el
malo non ama los buenos nin a los que facen las
obras de Dios."
Dijo el álcali: "Debe el señor galardonar al
homne por su bondat e honrarlo e conoscer-
lo; ca todo bien quel face, merécelo, e debe
justiciar al malfechor por su mal fecho e pe-
narlo por ello, por tal que los buenos tomen
mayor cobdicia de facer bien, e que los ma-
los fuyan del mal facer. Et por buena fe más
te vale ser justiciado en este mundo que ser jus-
ticiado en el otro. Pues otorga tu pecado e con-
fiesa el mal que feciste, ca farás mejor cima por
ende. Si Dios a esto te guiare librarás tu alma
de la persecución del otro siglo, et fablarán
siempre de ti, de cómo te razonabas buenamente
para estorcer, et de cómo ante facías escusacio-
nes con que te amparases. Desí por confesar de
tú pecado e ganar la salud del otro siglo ca mo-
;

rir por lo que Dios manda más vale que vevir


en lo que defiende."
Dijo Dimna: "Alcalld bueno e derecho, ver-
dat dices e fablaste como sabio ; e por buena
fe una de las bien andancias del homne es non
vender el otro siglo por aqueste qqe ha de finar,

126
CALILA Y DIMNA

e de complir un poco después con 'luenga pena.


Mas fállase en los libros de la ley que non debe
el homne ayudar a su muerte, e que es grant pe-
cado al que lo face, a más que yo só salvo de lo
que me apusieron. Pues ¿ cómo me mandaré ma-
tar, e ser en ayuda contra mi, seyendo acusa-
do a tuerto, e non deciendo mentira, nin la sa-
cando por la boca, nin seyendo conoscido por
tal
? Tengo por muy fuerte de conoscer lo
que non fiz, e otorgar que fiz mal, e ser en
ayuda contra mi e aparcero del que me quie-
re matar.
"Et tú sabes cuamaña pena ha el que esto
face, en el otro siglo, et yo so salvo en mi fama,
e mi escusación es cierta e manifiesta. Pues si
matar me quisieres acusado a tuerto.' Dios me
haya merced. Et por ventura si esto me ficie-
ren, non haberé otro mal en este mundo nin
en el otro. Et yo digo lo que ayer dije; et te-
med a Dios, e membrad vos del juicio del otro
siglo et de la pena, et non vos metades a cosa
de que vos arrepentades do vos non terna pro
la repentencia ca los álcalis non judgan por
:

lo que cuidan, nin el cuidar non tiene pro en la


verdat et yo más sé de mi que vos. Mas guar-
;

dad vos que vos non acaesza lo que acaesció


al que dijo lo que non sabía nin viera." Dijo
el mayor de la mesnada e el alcalld "Et ¿cómo :

fué eso?"

Los papagaiios acu- Dijo Dimua :"Dicen que ha-


sadore» :: :: :: :: ^í^ en Una villaUU rico homnC
quel decían Morzubem, «et era noble e de gran

127
CALILA Y DIMNA

fecho, et había una muger muy fermosa e bue-


na e leal. Este rico homne había un sirviente
azorero, e amaba a su señora, e había le deman-
dado su amor muchas veces, et ella non tornaba
cabeza por él, e amenazóla muy mal. Et cuan-
do fué desfuciado della, pensó de buscarle mal
con el marido. El salió un día a cazar e priso
dos pollos de papagallos. Et apartólos el uno
del otro, et enseñó al uno decir: "Yo vi al por-
tero yacer con mi señora en el lecho", et en-
señó al otro decir: "Pues yo non quiero decir
nada." Et aprendieron esto los pollos en len-
guaje de Balaf, que non sabían los de aquella
tierra. E tomólos e diólos a su señor, e canta-
ban antél, e placíale con ellos, e non sabía
qué decían, Et un día vinieron le huéspedes
de tierra de Balaf ; et después que hobieron
comido mandó traer las aves antellos por les
facer placer, e cantaron. Cuando ellos oyeron
lo que los pollos cantaban, catáronse unos a
otros e abajaron las cabezas de vergüenza que
hobieron; dijol el uno dallos: "¿Sabes que dice
el uno destos papagallos? Non te ensañes con-
tra nos si telo dijéramos, ca fablan en len-
guaje de Balaf." Dijo él: "Non me ensañaré,
ca ante me placerá." Sabed que dice: "El por-
tero yace con mi señora en el lecho de mi
señor"; et el otro dice: "Pues yo non quiero
decir nada". Et nos habernos por ley de non
comer en casa de homne que su muger sea
mala." Cuando esto hobieron dicho, dijo el
siervo que estaba y cerca: "Verdad es, et yo
so ende testigo, que lo vi muchas veces e non

I 2 8
;
-

CALILA Y DIMNA

lo osé decir.'' Et el señor de casa, cuando esto


vido, mandó matar a su muger,
Et enviól rogar que pesquisase bien lo
ella
que le dijeran, et dijo: "Demanden ^et pregun-
ten a los papagallos si saben más deste len-
guaje de Balaf, et fallarán que esto ha fecho
tu azorero ca él me pidió mío amor e yo non
;

quise." Et ellos ficieron lo asi et vieron que


non sabian más fablar. et entendieron quel
azorero los enseñara. Et cuando esto vieron
entendieron que la mujer era sin culpa e el
azorero era mintroso, et mandaron lo llamar.
E él entró muy atrevido e traía en la mano
un azor. Et muger: "Di tú, ¿me vis-
díjole la
te facer esto que dices?" Dijo él: "Sí." Cuan-
do esto hubo dicho saltóle el azor al rostro
e sacóle los ojos con las uñas. Dijo la mu-
ger: "Vees, traidor, las justicia de Dios, que
aína te avino e te compreendió, porque testi-
moniaste falso contra mí de lo que non sabías
nin acaesció."

Dijo Dimna: "Di vos este enjemplo por que


vos guardedes de facer como fizo el azorero
ca el que tal face, justicíalo Dios en este mun-
do e en el otro." Et el álcali fizo escrebir todo
lo que dijera Dimna e todo lo otro que y
pasó e enviáronlo a la cárcel et fuéronse los
;

mayores de la mesnada a la casa del rey e le-


yeron antél todo >o que se razonó. E tovieron
a Dimna en la cárcel siete días e cada día le ;

demandaban e non le rescebían ninguna escu-


sación de su pecado et nunca lo pudieron ven

129
CALILA Y DIMNA

cer nin facer que manifestase. Desí la madre


del león, cuando le mostraron el escripto entró
al león e díjole: "Si dejas a Dimna vivo, fa-
ciendo tal traición, atrever se han a ti tus mes-
nadas e ninguno non se temerá de tu justicia
por grant pecado que faga." Et fizo ella venir
al león pardo, e testimonió de Dimna lo que
le oyó decir e lo que le respondió Calila. E
pues que gelo hubo dicho muchas veces al
león, entendió él que Dimna lo habla metido
a e quel ficiera andar a ciegas, e mandó
ello,
que matasen con fambre e con sed, e murió
lo
mala muerte en la cárcel.

Desí dijo el sabio: "Paren mientes los en-


tendidos en esto et en otro tal, et sepan quel
que quiere pro de sí a da<ño de otri, a tuerto
por engaño o por falsedat, non estorcerá de
mala andanza et fará mala cima, et rescebirá
galardón de lo que ficiere, en este mundo et
en el otro."
Aquí se acaba el capítulo de la pesquisa de
Dimna.

CAPITULO V
Dt LA PALOMA COLLARADA, E DEL GALÁPAGO, E DEL
GAMO, E DEL CUERVO E ES CAPITULO DE LOS
;

PUROS AMIGOS

rey al filósofo: "Ya oí el ejemplo


DIJOde el

amigos, cómo los departe el mes-


los
turero, falso, mezclador, e a qué tornó su
facienda pues dime de los puros amigos, cómo
;

I 3 o
;

CALILA Y DIMNA

comienza su amistad entrellos, e cómo se ayudan


et se aprovechan unos de otros." Dijo el sabio:
"El homne entendido non eguala con el buen
amigo ningund tesoro nin ninguna ganancia
ca los amigos son ayudadores a la hora que
acaesce al homne algund mal. Et uno de los
ejemplos que me semejan a esto es el ejem-
plo de la paloma collarada e del mur e del
galápago e del gamo e del cuervo." Dijo el
rey: "¿Et cómo fué eso?"
Dijo el filósofo: "Dicen que en tierra de Du-
zat, cerca de una cibdat que decían Muzne,
había un lugar de caza, do cazaban los pajare-
ros, e había y un árbol grande de muchas ra-
mas e muy espesas, e había y un nido de un
cuervo que decían Geba. Et estando' el cuervo
un día en aquel árbol vio venir un hom.ne muy
feo e de mala catadura e muy despojado ; e
traía al cuello una red, e en la mano lazos e
varas e asomaba faza el árbol. Et el cuervo
hubo pavor, et dijo "Algima cosa adujo a este
:

pajarero a este lugar, et yo non sé si es por mi


muerte o por muerte de otri mas estaré quedo
;

en mi lugar, e veré qué fará." E armó el caza-


dor su red, e esparció y trigo, e echóse en celada
y cerca. Et a poca de hora pasaron y unas palo-
mas que habían por cabdillo e por señora una
paloma que decían la collarada. E vio la colla-
rada el trigo, e non vio la red, e posó ella e todas
las palom.as, e trabáronse en la red.
Et vino el pajarero muy gozoso por las to-
mar, e comenzaron las palomas a debatirse cada
una a su parte, e punaban por estorcer. Díjoles

1 3 I
CALILA Y DIMNA

la collarada: "Non vos desamparedes en vos


querer librar, nin haya ninguna de vos más cui-
dado de sí que de su amiga mas ayuntemos
;

nos todas en una e quizá arrancaremos la red,


et librar nos hemos las unas a las otras." Et
ficieron lo así ayuntáronse e arrancaron la red,
:

ic leváronla en alto por el aire. Et vio el cazador

lo que ficieron, e siguiólas por las haber, e non


se desfució dellas e cuidó que luego a poca de
ora les apesgara la red e cayeran. Dijo el cuervo
entre sí: "Seguir las he fasta que vea 'en qué
torna su facienda et del cazador." Et la colla-
irada paró mientes et vio al cazador que las
seguía. Dijo ella a las otras: "Veo que nos vie-
ne a buscar; e si fuéremos por lo 'escampado
non perderá rastro de nos nin dejará de nos
seguir e si fuéremos por el lugar de los muchos
;

árboles e por lo poblado, perderá rastro de nos,


e desperará de nos, e tornar se ha. Et si se
fuere, aquí cerca hay una cueva de un mur que
es mi amigo e si allá vamos tajará esta red et
;

librarnos hia della." Et ficieron las palomas lo


que les ella mandó.
Et perdiólas el pajarero de vista e desfució
se dellas, e tornóse. Et siguiólas el cuervo como
ante facía por ver si farían alguna arte para
sallirde aquello en que eran caídas, e la apren-
diese e se ayudase della si él cayese en otro tal.
Et llegaron las palomas a la cueva del mur, et
mandólas la collarada que se posasen. Et falla-
ron que el mur tenía ciento cuevas para los
miedos. Et llamólo la collarada por su nombre,
e decíanle Zira, e él respondió e díjole: "¿Quién

I 3 2
CALILA Y DIMNA

eres?" Díjole la collarada: "Tu amiga la colla-


rada." Salió luego a ella, et cuando vido la
red díjole: "Hermana, ¿quién te echó en esta
tribulación?" Dijole la collarada: "¿Non sabes
que non hay cosa en este mundo que en ven-
tura non haya aquello que le contesce? E así la
ventura me echó en esta tribulación, ca ella me
mostró los granos e me encubrió la red de guisa
que me travé en ella, yo e mis compañeras. E
non es maravilla en me non amparar yo de la
ventura, ca non se ampara della quien es más
fuerte que yo et de mayor guisa ca a las veces
;

se escuresce el sol e la luna, e pierden su color,


e sacan los peces de fondón de la mar do nin-
gunos non nadan, e facen descender las aves
que vuelan por el aire, si lo han en parte. Onde
la cosa que face cobrar al perezoso lo que le
es menester, esa mesma la face perder al anviso,
et así las aventuras me metieron en esto que
vees."
Desí comenzó el mur de roer los lazos en que
yacía la collarada. Et ella díjol: "Amigo, co-
mienza en las otras palomas, e taja sus lazos;
desí tajarás los míos." Et dijo gelo muchas
veces, e él non tornaba cabeza por lo quel decía,
nin le respondía. Et tanto gelo dijo, fasta que le
respondió el mur e le dijo "Semeja que non has
:

duelo nin piedat de tí nin debdo con tu alma."


Díjol la collarada: "Non me culpes de lo que
te digo, ca yo só cabdillo destas palomas, et
asegúrelas que estorcerían desta cuita por mí;
et es grant derecho que lo faga, así como ellas
ficieron su derecho en obedescer a mí lealmente,

I 3 3
CALILA Y DIMNA

ca con su ayuda e obedescimiento nos libró Dios


del pajarero. Et yo temo me, si comenzares a
roer mis lazos, que cansares e te enojares de
los que fincaren ; et sé que si ante royeres los
lazos dellas et fuere yo la postrimera, maguera
que canses e te enojes, non querrás estar que
non me libres desto en que só." Dijo el mur:
"Por esto otrosí te deben amar tus amigos, e
haber mayor cobdicia de ti." Et comenzó a roer
e a catar la red fasta que la acabó. Tornóse la
collarada e las otras palomas a su lugar, salvas
e seguras.
Cuando el cuervo vido lo quel mur ficiera, e
como librara a las palomas, hubo cobdicia de
haber su amor, et dijo en su corazón: "Non só
yo seguro de non acaescer a mí lo que acóntes-
elo a las palomas, e non puedo escusar el amor
del mur." Et llegóse a la puerta de la cueva e
llamólo por su nombre; e dijo el mur: "¿Qué
quieres o quién eres?". Dijo el cuervo: "Yo só
el cuervo, et sepas que me acaesció desta gui-
sa e desta. Et cuando vi la lealtad que hobiste
a la collarada e a sus compañeras, e de lo que
fueron libradas por ti, hube grant cobdicia de
tu amistad e de tu compañía, e vine te la a
demandar." Dijo el mur: "Non ha entre mí e
ti carrera por amor, et el homne entendido non

debe trabajarse si non de lo que ha fiucia que


fará, et dejarse de buscar lo que non podrá
haber, ca será por nescio contado, así como el
homne que quiso facer correr las naves por la
tierra, e las carretas por el agua, e non es en
guisa. Et ¿ cómo será entre nos carrera de amor,

I 3 4
CALILA y DIMNA

yo seyendo tu vianda e tú seyendo mi co-


medor?"
el cuervo: "Piensa con tu entendimien-
Dijo
to que en comerte yo, maguer que tú seas mi
vianda, non me abastarás nada, et que en vi-
viendo tú e habiendo yo tu amor, haberé solaz
e consolación e seguranza mientra que viva.
Et pues que yo vine pedirte tuyo amor e gracia,
non me debes enviar vago, ca me há parescido
de ti grant bondat e buenas costumbres et ;

maguer que tú non quesiste mostrar esto de ti,


el honine bueno non se encubre su bondat, ma-

guer la encubra e esconda cuanto pueda, así


como el musgo, que maguer es cerrado e sella-
do, por eso non deja su olor de recender; pues
tú non mudes contra mi tus costumbres, nin
me viedes tu amor." Dijo el mur: "La mayor
enemistad es de la natura que es en dos mane-
ras la una es egual asi como la enemistad del
:

elefante con el león, ca a las veces mata el león


al elefante, e a veces mata el elefante al
las
león ; daño de la una parte con-
et la otra es del
tra la otra, así como la enemistad que es entre
mí e ti, Et esta nuestra enemistad non es por
daño de mí contra ti mas por la mala andancia
;

que nos fue prometida en parte que hobiésemos


de nos enem.istar de la natura e la paz e la ;

tregua del que ha algo menester, las más veces


en enemistad se torna, e non debe el homne fiar
por tal tregua, nin ser engañado por ella ca ;

el agua, maguer sea bien escalentada con el


fuego, non deja por eso del amatar el fuego si
de suso se k echan. Et solamente tal es el que

I 3 5
"

CAULA Y DIMNA
face amistad con su enemigo como el que lleva
la culebra en su seno, que non sabe cuando se le
ensañará e lo matará. Et non se consuela el
homne entendido con la amistad del que lo ha
menester, mas antes se aparta del e lo esquiva.
Dijo el cuervo: "Entendido he lo que dejiste,
e tú debes facer segund la bondat de tus cos-
tumbres, e conoscerás que verdad te digo, e non
me encarezcas la cosa nin la aluengues entre mí
e ti en decir que non hay carrera para haber yo
e tú nuestro amor de so uno ca el amor que es
;

entre los buenos depártese muy tarde e ayún-


tase aína, et es en esto tal como el vaso de oro
que se quiebra muy tarde e se emienda muy
aína, maguer que se quiebra e se abolle; e el
amor que es entre los malos depártese mucho
aína e ayúntase muy tarde, así como el vaso de
tierra que se quiebra por cual quier guisa mucho
aína, desí nunca se emienda. Et el homne de
buena parte ama al homne de buena parte de
una vez que se vean, e por conoscencia de un día
e non más, et el homne vil non pone su amor
con ninguno si non por cobdicia o por miedo,
e tú eres noble e de buena parte, et yo he me-
nester tu amor, et aquí estaré a tu puerta, que
non comeré nin beberé fasta que me otorgues
tu amor."
Dijo el mur: "Ya rescibo el tu amor, que yo
nunca envié al que algo hobo menester de mí
sin ello, et non te comencé a decir esto que oíste
si non por me escusar, e si me quisieres facer

traición non dirás: fallé el mur de flaco consejo


e raf-ez de engañar." Desí salió de su cueva e

I 36
CALILA Y DIMNA

paróse a su puerta. Dijo el cuervo: "¿Qué te


tiene a la puerta de la cueva que te vieda de
salir a mi e solazarte comigo? ¿Has sospecha
o miedo de mi aún?" Dijo el mur: "Los homnes
deste siglo danse entre si unos a otros dos co-
sas ,1a una es el amoT e la otra es el algo. Et
:

los que se dan el amor son los que pura e leal-


mente se aman, e los cpe se dan el algo son los
que se ayudan e se aprovechan unos de otros.
Et el que non face \Átn si non por haber bien,
et por ganar alguna alegría deste siglo e algund
pro, es tal en esto como el pajarero que echa los
granos a las aves, non por les facer ayuda, si
non por que quiere ganar. Onde dar honine su
amor mejor es que dar su algo. E fío en tu
amor, e dote otra tal de mi e non me tiene de
;

salir a tí mala sospecha que haya en ti; mas yo


creo que tú has compañeros que son de tu na-
tura, e non son contra mí como tú, e he miedo
que me vea contigo alguno dellos e me mate."
Dijo el cuervo: "Esta es la señal del amigo:
ser amigo del amigo e enemigo del enemigo,
et non me es a mí amigo nin compañero quien
a tí non amare e non hobiere sabor de ti. Muy
rafez me partiría yo de su amor del que tal fue-
re; et el que siembra las yerbas odoríferas, si
con ellas nasce alguna cosa que las dañe e las
afogue, arráncala."
Desí salió el mur al cuervo, e abrazáronse e
saludáronse el uno al otro e solazáronse e segu-
ráronse e fablaron e contáronse nuevas, fasta
que pasó una hora del día. E después, que pa-
saron algunos días dijo el cuervo al mur: "Esta

I 3 7
CALILA Y DIMNA

tu cueva es cerca de la carrera por do pasan tos


homnes, e temóme que te farán mal. Et yo sé
un lugar apartado e muy vicioso do ha peces e
agua et hay un galápago mi amigo si q-uisieres
;

vamos a él, e veviremos con él salvos e segu-


ros." Dijo el mur: "Pláceme e yo te hé de decir
muchas historias e fazañas que te departiría si
fuésemos ya llegados do tu quieres." Et priso
el cuervo al mur por la cola, e voló con él fasta
que llegó cerca de la fuente en que yacía el ga-
lápago. Cuando vido el galápago un cuervo e
un mur con él espantóse, e non sopo que su
amigo era, e metióse en el agua. Et puso el
cuervo el mur en tierra, e posóse en un árbol e
llamó al galápago por su nombre, e decíanle
Asza, e él conosció su voz, e salió a él et pre-
guntóle dónde venía, e díjole él lo que le acaes-
ciera desque siguiera a las palomas, e lo que le
acaesciera después del fecho del mur. E mara-
villóse el galápago del seso del mur e de su
lealtad, et llegóse a él e saludólo, e díjole: "¿Qué
te adujo a esta tierra?" Dijo el mur: "Hube
cobdicia de tu compañía e de vevir contigo."
Desí dijo el cuervo al mur: "Las historias e
las fazañas que me dijiste que me dirías, díme-
las agora e cuentamelas, e non te receles del
galápago, que así es como si fuese nuestro
hermano."
El mur cuenta suDiJo el mur CU comcnzando a
historia ::
contar la primera historia: "Do
:: :: ::

yo nascí fue en casa de un religioso que non


había muger nin fijos. Et traíanle cada día un
canastillo de comeres, e comía dello una vez, e

138
CALILA Y DIMNA

dejaba lo que fincaba, e colgábalo de una soga


en un canastillo. Et yo acechábalo fasta que
salía: desí veníame para el canastillo, e non
dejaba y cosa de que non comiese e que non
echase a los otros mures. E puno el religioso
muchas veces de lo colgar en lugar que lo yo
non pudiese alcanzar, e non podía. Desí posó
con él un huésped una noche, e cenaron amos, e
estando fablando dijo el religioso al huésped:
"¿De qué tierra eres e a dó quieres ir agora?"
E éste su huésped había andado a muchas par-
tes, e había visto maravillas, e comenzol a con-
tar; e el religioso en este comedio sonaba sus
palmas a las veces por me facer fuir del canas-
tillo. Ensañóse el huésped por ende^ e díjole:

"¿Escarnio facedes de mí, que me demandades


que vos cuente nuevas, e vos faciéndose esto?"
"Et escusósele el religioso e díjole: "Gran
sabor he de oir tus nuevas mas fágolo por es-
;

pantar unos mures que ha en esta casa, que me


facen grand enojo, e nunca dejan cosa en el
canastillo que me lo non coman e me lo royan."
Dijo el huésped: "¿Un mur es, o muchos?"
Dijo el religioso: "Los mures de casa muchos
son, mas hay uno que me há fecho grand daño
e non lo puedo facer ningund arte." Dijo el
huésped: "Por alguna cosa face este mur lo que
face, et miémbrome agora a lo que dijo un
home: "Por alguna cosa cambió esta muger el

sinsamo descortezado por por descortezar."


el

Dijo el religioso: "¿Cómo fue eso?"

I 3 9
"

CALILA Y DIMNA

La mujer del "Dijo el huésped "Posé una


sé- :

samo :: :: ::
yg2 con un hombre en una cib-
:: ::

bat, e cenábamos amos, e feciéronme una cama,


€ fuese el hombre a yacer con su muger. Et ha-
bía entre nos un seto de cañas, et oí dezir al
heme que dijo a su muger: "Yo quiero eras
convidar una compaña que yante comigo." Et
dijo la muger: "¿Cómo lo farás, que non ha
<en esta casa cosa que les cumpla, et tú eres un
hombre tal que non guardas nin condesas?"
Dijo el marido: "Non te repientas por cosa que
demos a comer nin despendamos, que el apañar
e el condesar por aventura facen tal cima como
la cima del lobo." Dijo la muger: "¿Cómo fué
eso ?
^, , , ,
Dijo el marido: "Dicen que
El lobo y el arco .. '
,,
, , ,

sano un ballestero con su arco ^e


con sus saetas a buscar venados, et luego acer-
ca falló un venado et tiróle et matóle; et él en
levándolo para su casa atravesó un puerco la ca-
rrera, et el ballestero tiróle e firióle. Et tornó-
se el puerco al home, e matóle con sus dientes,
e así fueron allí todos tres muertos. Et en esto
pasó por allí un lobo fambriento, e desque les
vio ansí todos muertos, dijo: "Esperanza ten-
go de ser vicioso." E dijo: "Así conviene con-
desar desto cuanto podiere; que el que non cui-
da nin condesa, non es enviso, e yo quiero facer
provisión desto que fallé, que me complirá asaz
comer ila cuerda del arco para hoy." Estonce
llegó al arco por comer la cuerda, e desque la
hubo tajada, desempolgóse el arco, e diole el
otro cabo en la cabeza e matóle. Et yo non te

140
CALILA Y DIMNA

di este ejemplo si non por que sepas que la


gran cobdicia del apañar e del condesar face
mala cima."
"Dijo la muger: "Pues asi tú lo quieres, tén-
golo por bien. En casa tenemos arroz e sinsa-
mo de que dar de yantar a seis o siete homes, et
yo mañana madrugaré e faré de que coman tus
convidados los que quieras." Et la muger, lue-
go que amaneció cogió sinsamo. lo descortezó
e lo extendió al sol para que se secase, e díjole
a un esclavo pequeño que tenia: "Cuida de ese
sinsamo, et que non se lo coman los pájaros,
nin se acerquen a él los perros." Et fuese la
muger a otras faciendas de la casa. Et mien-
tras, el mochacho que estaba en guarda del sin-
samo descuidóse, et vino un perro et -meóse en
ello. Desi vino la muger et probó el sinsamo, et
fallólo amargo et non quiso guisarlo para co-
mer. Et fuese al zoco et camió aquel sinsamo
por otro sin mondar, cantidad por cantidad. Et
fallábame yo en el zoco en la sazón et oí a un
home que dijo: "¿Por qué razón habrá esta mu-
ger camiado el sinsamo ya mondado por el sin
mondar?"

"Et yo deste mur que salta en el


otrosí te digo
canastillo,do quier que le pongas, e que sube
en él, € los otros non, que por alguna cosa lo
puede facer. Pues búscame un azadón, e cava-
ré en esta cueva e quizá sabré algo de su fa-
cienda."
"Et estonces demandó el religioso un azadón,
e trájole al huésped, etyo estando en otra cue-

I 4 I
CALILA Y DIMNA

va ajena, oyendo lo que decían. E había en la


mí cueva mili maravedís, et yo non sabiendo
quién los posiera ahí empero yo meneábalos
;

e zanecía con ellos cuando quier que me venía


emientes. Así quel huésped cavó la cueva fasta
que llegó a ellos e sacólos e dijo: "Este mur
non podría saltar do saltaba si non por que ya-
cían aquí estos maravedís. Ca el haber es cria-
do para acrecer en la fuerza .e en el seso; et tú
verás que de hoy en adelante non podrá saltar
como solía nin habrá fuerza nin memoria más
que los otros mures." Et yo oí lo que decía el
huésped, et sope que decía verdat, e desesperé
de mí mismo, e sentíme muy quebrantado e
muy menguado en mi fuerza. Et cuando los
maravedís fueron sacados de la cueva, múdeme
a otra cueva, e cuando amanesció llegaron se
los mures que me solían servir, e dijeron me:
"Fambre habemos, e habemos perdido lo que
nos solías dar, e tú eres nuestra esperanza, pues
para mientes en nuestra facienda."
"E fueme al lugar donde solía saltar al ca-
nastillo, e trabájeme de saltar muchas veces, e
non lo podía facer. Et vi manifiestamiente que
mi estado era ya mudado, e despreciaron me
los mures, e oíles decir unos a otros "Aterra-
:

do es éste por siempre, pues quitemos nos del


e non esperemos del nada ca non cuidamos
;

que pueda facer lo que solía, mas que haberá


menester quien lo gobierne." E dejaron me, e
fueron se a mis enemigos e comenzaron a de-
cir mal de mí e de mi aviltar a los que me ha-
bían envidia, e alongáronse de mí, e non tor-

I 4a
CALILA Y DIMNA

naron por mí cabeza. Et dije en mi corazón:


"Veo que la compaña e los amigos e los vasa-
llos non son si non con el haber, e non paresce
la nobleza del corazón nin el &eso nin la fuer-
za si non con el haber ca yo veo quel que non ha
;

haber, si se entremete de alguna cosa, torna a


la pobredat atrás, así como el agiia que finca
en los ríos de la lluvia del verano, que non va
al mar nin al río, que non ha ayuda. Et vi quel
que non ha amigos non ha j^arientes, e el que
non ha fijos non es memoria del, et el que non
ha haber non ha seso, nin ha este siglo nin el
otro. Ca el homne, cuando le acaesce alguna po-
bredat e mengua, deséchanlo sus amigos, e
parten del sus parientes e sus bien querientes,
e desprécianlo, e con cuita ha de buscar vida,
trabajándose para haberla para sí e para su
compaña, e de buscar su vito a peligro de su
cuerpo e de su alma, pues quél ha de perder este
siglo e el otro.
"Non es ninguna cosa más fuerte que la po-
bredat; que el árbol que nasce en el aguazal,
que es comido de todas partes, en mejor esta-
do está que el pobre que ha menester lo age-
no. Et la pobredat es comienzo e raíz de toda
tribulación, e face al homne ser muy menudo
e muy escaso, e fácele perder el seso e el buen
enseñamiento, e han en él los homnes sospe-
cha, e tuelle la vergüenza, e es suma de to-
das tribulaciones. Et aquel a que acaesce po-
bredat non puede estar que non pierda la ver-
güenza; et quien ha perdido la vergüenza pier-
de la nobleza del corazón et quien pierde la
;

I 43
CALILA Y DIMNA

nobleza es fecho muy vil let quien es fecho


;

vil rescibe tuerto; e quien rescibe tuerto e da-


ño ha grand pesar; e quien ha de pesar enlo-
quece e pierde la memoria e el entendimiento;
et al que esto acaesce, todo cuanto dice es con-
tra sí, e non ha pro de sí.
"Et veo quel homne, cuando empobrece, sos-
péchalo lel que fiaba por él, et cuida mal del
como cuidaba bien, et si otro alguno ha culpa,
;a.pónenla a él. E pon ha cosa que bien esté al
rico que mal non esté al pobre ca si fuere es-
;

forzado dirán que es iloco, e si fuere franco di-


rán que es gastador, e si fuere mesurado di-
rán que es de flaco corazón, et si fuere sose-
gado dirán que es torpe, et si fuere fablador
dirán que es parlero. Pues la muerte es mejor
al homne que la pobreza que face al homne pe-
dir con cuita, cuanto más a los viles escasos;
ca el homne de grand guisa, si le ficiesen me-
ter la mano en la boca de la serpiente e sacar
ende el tósigo e tragarlo, por más ligera cosa
lo ternía que pedir al escaso. Et dicen quel que
padesce grant enfermedat en su cuerpo, tal que
nunca la perdiese, o que perdiese sus amigos e
sus bien querientes, o que fuese en agena tie-
rra do non supiese casa nin albergue, nin ho-
biese esperanza de se tomar, mejor le sería
todo esto que pedir a los viles que la vida les
;

es muerte e la muerte les es folgura. Et a las


veces non quiere el homne pedir seyéndole mu*
cho mienester, e fázel esto furtar e robar, que
es peor que pedir; ca dicen que más vale ca-
llar que decir mentira, et mejor es da torpe-

I 4 4
CALILA Y DIMNA

dad de la laceria que la infamia, et mejor es


la pobredat que pedir haberes ágenos.
"Et yo vi quel huésped, cuando sacó los
maravedís de mi cueva, que los partió con el
religioso. E vi que puso su parte dallos en una
bosa a su cabecera, e hube cobdicia de haber
algunos dellos por que cobrase mi fuerza, e por
que se tornasen a mí mis amigos. E fueme, se-
yendo él adormido, fasta que llegué acerca
del, e despertó a mi roido. Et tenía cerca de sí
una vara, e firióme con ella en la cabeza muy
mal e rástreme fasta que entré en la cueva.
;

Et después que se me fué amasando el dolor


que había, contendieron comigo la golosía e la
cobdicia, e vencieron me de mi seso. E^t llegúe-
me con otra tal cobdicia como la primera, fas-
ta que fue cerca, e en veyéndome diome otro
tal golpe de cabo en la cabeza, que me cubrió
de sangre. Et fueme a tumbos, e rástreme fas-
ta que fue en la cueva, e caíme amortecido sin
seso e sin recabdo.
"E hube tamaño miedo que me fizo aborres-
cer el haber, así que cuando oía nombrar ha-
ber, había grant pavor e grand espanto. Desí
pensé e fallé que las tribulaciones deste mundo
non las han los homnes si non por golosía e por
cobdicia, e siempre están por ellas en tribula-
ción e en laceria. Et vi que había entre la es-
caseza e la franqueza grand diversidad, et vi
que más ligera cosa es meterse homne a las
grandes aventuras e al grand peligro, e a grand
ocasión, e a luengas carreras, en buscar el algo
deste mundo, que parar su mano a pedir. Et

I 4 5
CALILA Y DIMNA

vi que non ha mejor cosa en 'este mundo que


tenerse homne por abastado con lo que ha. Et
oí a los sabios decir que non es ninguna obra
tan buena como asmar, nin ningund temor de
Dios tal como retenerse de mal facer, nin nin-
gund linaje como buenas costumbres, nin nin-
guna riqueza como tenerse por abastado con
lo que Dios le da. E dicen que la cosa que el
homne con mayor derecho debe sofrir es aque-
lla que por ninguna guisa non puede mudar.
"E dicen que la obra más santa es piedad, et
raiz del amor es la fianza, et el más provecho-
so entendimiento es saber lo que fue e lo que
ha de ser, e dejarse homne de grado de las co-
sas que non haberá por ninguna guisa. Asi que
torné mi facienda a tenerme por pagado e por
abastado de lo que había, e múdeme de la casa
del religioso al campo; e había una paloma por
amiga, e por el amor suyo me fué echado este
cuervo, e fizo me saber el gran amor que te te-
nía e como se quería venir para ti, e hube sa-
bor de te venir ver con él. Et non quise venir
solo, ca non es ningunt alegría en este mundo
que empareje con la compañía de los amigos,
nin es ninguna tristeza deste mundo que em-
pareje con perder los. Et probé e sope que nin-
guno non debe querer deste siglo nin buscar
más de cuanto le cumpla, con que perda pobre-
dat et que non sea mal traído. Et si a un homne
diesen todo este siglo con cuanto en él ha, non
le faría pro sinon lo poco, tanto que non ho-
biese menester lo ageno, que todo lo ál en sus
lugares se queda, e non ha dello si non la vista

146
;

CALILA Y DIMNA

del ojo, así como otro homne cual quier. Et vi-


ne con el cuervo con este acuerdo, et yo ser te
hé amigo e compañero, e tú otrosí quiero que
en tal lugar me tengas."
Et pues que hubo acabado el mur lo que de-
cía, respondió el galápago muy blandamente e
a sabor, e díjole: "Ya oí lo que dejiste muy bien,
'empero véote estar así como triste, e remiém-
braste de cosas que tienes en el corazón; e por
que aquí eres connusco en ageno lugar non seas
de tal acuerdo, e déjate ende e sepas que el buen
decir non se acaba si non con las buenas obras
Ca el enfermo que sabe su melecina cuál es, si
non se melecina con ella non se aprovecha de otra
ninguna nin siente folgura nin alibiamiento
onde ha menester que uses de tu entendimien-
to e de tu saber. Et non hayas pesar por que
hayas poco haber; ca el homne de noble cora-
zón a las veces honran lo los homnes sin haber,
así como el león que es temido maguer doma-
do sea; e el rico que non es de noble corazón,
non le tiene pro su haber, así como el can que
es menospreciado de los homnes, maguer que
traya collar e sonajas.
"Et pues non tengas por grand cosa en tu
corazón ser en agena tierra, ca el homne en-
tendido non es estraño en ningund logar, seyen-
do vivo de grand corazón, así como el león, que
non va a ningund logar que su fuerza non lle-
ve consigo, con la cual vive do quier que vaya.
E amonesta tu alma a bien, por que sea digna
e meresciente de bien. Et sepas que cuando esto
ficieres venir te há el bien buscar de todas par-

I 4 7
CALILA Y DUINA

tes, así como busca el agua el lugar más bajo


de la tierra. Et el hombre bien enviso nunca pue_
de mal caer en ningunt logar que sea, e non cae
mal si non el homne malo perezoso, como la

muger mala que non se paga con el viejo por


marido. E non hayas pesar por decir: "Era se-
ñor de grand algo e non he nada; ca el haber
et todo el algo deste siglo todo ha de fenescer.
Et el haber aína viene e aína se va, así como
la pella que se alza muy aína, e desciende más
aína.
"Et dicen los sabios que algunas cosas son
que non han f ermedat nin turan la una es som-
;

bra de las nubes, e otra es amistad de los ma-


los, e fama mintrosa, e la otra es
otra es la
grand haber; non debe el homne entendido
et
alegrarse por grand haber, nin haber pesar por
lo poco mas el su haber con que se debe ale-
;

grar e» su entendimiento. Et non debe descui-


darse del otro siglo, .e de facer por que haya
bien de Dios ca la muerte non viene si non a
;

so hora e sin sospecha, e non ha plazo sabi-


do. Et tú puedes bien escusar mi castigo, et
sabes bien que es tu pro empero tengo por
;

bien de te decir lo que te debo, e de te ayudar


a las buenas obras, e tú eres buen amigo e her-
mano, e todo cuanto tenemos tan bien como
para nos es para ti."
Cuando el cuervo oyó esto que decía el galá-
pago, e cómo respondió al mur tan bien e tan
sabrosamente, plógole et alegróse por ende, et
díjole: "Alégrate, que fecho me has grand bien
et siempre lo feciste así. Et otrosí te debes ale-

I 4 8
:

CALILA Y DIMNA

grar con amor de tal mtir tan sesudo e tan


franco e tan bueno, ca los homnes que más sa-
brosa vida e más alegría han, son los que nun-
ca se quitan de sus buenos amigos. Ca el homne
de buena parte, si trompieza, non se levanta si
non con los homnes de buena parte, así como el
elefante, quie si cae en el lodo non lo sacan si
non los elefantes. Et el homne entendido siem-
pre es conoscido su buen facer; e maguer que
mucho sea, e maguer que se meta a grand pe-
ligro, -t non le es tenido esto por aleve; mas
sepa que ame más lo que ha de durar que lo que
ha de fenescer, e que ha comprado lo más por lo
menos e se alegra con ellos e non es contado ;

por rico quien de su haber non face parte; onde


non es contada pérdida la que ganancia trae,
nin es contada por ganancia la que pérdida
trae." E díjole muchas cosas e muchas buenas
razones e fazañas para afirmar su amor con el
mur.
E estando así fablando el cuervo, asomó con-
tra ellos un gamo andando, e espantáronse del;
e saltó el galápago en el agua, e metióse el mur
en la cueva, e voló el cuervo e posó en el árbol.
E llegó el gamo al agua e bebió della. Desí alzó
la cabeza muy espantado; e voló el cuervo por
el aire por catar si vería a alguno que buscase al
gamo e non lo vido. E llamó al galápago e al
mur que saliesen e di joles "Non hay cosa que
:

pesar nos faga, e non temades." E salieron e


ayuntáronse. Dijo el galápago al gamo cuando
lo vido catar al agua e non se allegaba a ella
"Bebe si has sed, e non temas, que non hay
I 49
CALILA Y DIMNA

por qué." E llegóse el gamo a él e salváronse,


e díjole el galápago: "¿Dónde vienes?" Dijo el
gamo: "Estaba paciendo en este campo, e si-
guieron me los ballesteros de un lugar en otro,
e vi hoy un viejo, e hube miedo cuidando que
fuese venador, e vine fuyendo mucho espanta-
do." E dijo el galápago: "Non temas, que non
vimos nunca en esta parte venador; pues sey
conusco e dar te hemos nuestro amor, e habrás
aquí buena morada, et aquí es el pasto cerca de
nos." Et el gamo hubo sabor de su compañía,
e estovo con ellos.
E había un parral do se acogían e se ayunta-
ban, e se solazaban e denuciaban sus cosas. De-
sí ayuntáronse un día el cuervo e el galápago e

el mur so el parral, e tardó el gamo. E ellos


atendieron lo una hora e non vino. Et hobieron
grant cuidado de su tardanza e hobieron temor
que le acaesciera alguna cosa. E dijeron al ga-
lápago e el mur al cuervo: "Vuela e cata aquí
aderredor de nos." Et el cuervo voló a todas
partes et vio al gamo yacer en unos lazos e
descendió luego e llegó se a él e díjole: "Amigo,
¿quién te echó en estas sogas e en esta tribu-
lación seyendo tú tan sabidor e tan ligero?" E
dijo: "¿Qué pro ha homne en ser ligero con
las aventuras encubiertas que non son vistas?"
Et en departiendo asomaron el galápago e el
mur. Dijo el gamo: "Non feciste bien en venir
amos acá, que el venador, si allegare, et hobiere
el mur acabado de tajar los lazos, escaparía yo
e fuiría el mur a muchas cuevas que están por
aquí, e el cuervo volaría, e tú que eres cosa pe-

I 5 o
CALILA Y DIMNA

sada, non te ayudarías de nada, e nos habría-


mos duelo de ti." Dijo el galápago: "Non es
contado por entendido nin por vivo quien a la
hora que se parten del sus amigos non se puede
ayudar de consolación. E una de las cosas que
ayudan al homne a consolarse de sus cuidados
e asosegar su corazón a la hora que le acaescen
las tribulaciones es verse con su amigo, e apurar
cada uno dellos al otro su voluntad, e acorrerse
en las cuitas. E cuando el amigo se parte del
otro pierde su alegría, e pierde la lumbre de
sus ojos." E ante que acabase el galápago de
decir su razón, asomó el venador ; e en esto
había el mur tajado la red al gamo, et estorció
el gamo de los lazos e voló el cuervo, e metióse

el mur en la cueva. E desque llegó el venador e


vido cortados los lazos, maravillóse, e non vido
si non el galápago, et tomólo, et atólo e levólo.

E ayuntáronse el cuervo e el mur e el gamo,


e vieron levar al galápago, e hobieron por ende
grand pesar. E dijo el mur: "Desque habemos
pasado una tribulación, luego caemos en otra;
e cómo dijo verdad el que dijo que mientra está
el homne aventurado viénenle las cosas a su
guisa; e desque comienza a caer, todavía va de
mal en peor. E la mi ventura que departió entre
mi compañía e mis fijos e mi haber e mi lugar,
non se ternía por pagada fasta que partiese sn-
tre mí e entre la compaña del galápago en que
yo vevía, cuyo amor non era por galardón,
nin por merescimiento, mas por su nobleza de
corazón e lealtad e buen entendimiento, cuyo
amor era mayor que non había el padre con el
I S I
;

CALILA Y DIMNA

fijo. Et tal amor non le puede departir salvo la


muerte. Et este cuerpo que es siempre a las
tribulaciones, que siempre está en movimien-
tos e en angostura, asi que ningún placer non
le dura nin le finca con él, así como non dura
al ascendente de las estrellas su asención nin al
descendente su descención, mas siempre se mu-
dan el ascendente en descendente e el descen-
dente en ascendente, e el oriente en ocasu, e el
que es en ocasu en oriente. Et este dolor me
face membrar todos mis dolores, así como la
llaga que sobre sana e le acaesce ferida, que '^e
le ayuntan dos dolores, un dolor de la ferida e
otro de la llaga que se refresca."
Dijeron el cuervo e el gamo al mur: "Nues-
tro dolor e el tuyo uno es, e maguer mucho se
diga non le tiene pro al galápago; deja esto e
busca algund arte con que salgamos desto en
que somos ca dicen que los esforzados non se
;

prueban si non cuando lidian, nin los fieles si


non en dar e en tomar, nin los fijos e la familia
si non cuando la pobredat, nin los amigos si non

cuando las cuitas." Dijo el mur al gamo: "Veo


por bien que vayas e estés en el camino por do
ha de pasar el venador, e que te eches así como
que estás llagado e muerto, et verná el cuervo
e posará sobre ti e fará como que come de ti
et yo iré siguiendo al cazador tanto que sea
cerca del, ca fío por Dios que si te él viere, que
dejará la ballesta e la red e el galápago, e irá
a tí por te tomar. Et cuando fuere cerca de ti,
comenzarás a fuir poco a poco de guisa que non
se desfucie de ti, e velo atendiendo. Et yo pu-

I 5 2
CALILA Y DIMNA

naré de cortar la red, e fío por Dios que ante


que él torne habré yo cortado las cuerdas al
galápago, e irme me hé con él e que tornare-
mos a nuestro lugar."
E fizo el gamo así como dijo el mur, e si-
guiólos el venador grant pieza, e el mur tajaba
en tanto los lazos del galápago. E desque el
venador non pudo haber al gamo, desfucióse
del e tornóse, habiendo ya el mur las cuerdas
tajadas e el galápago ido. Cuando esto vio el
venador, e vido sus cuerdas tajadas, e pensó en
el fecho del gamo que se le mostrara, e del
cuervo que se posó sobre él, e como que comía
del, e como le tajaran en antes sus cuerdas en
que yacía el gamo, espavorescióse e dijo: "Esta
tierra es de fechiceros o de dimonios." E echó
todo lo que traía e tornóse espantado, que non
volvió cabeza a ninguna cosa. E ayuntáronse
el cuervo e el gamo e el galápago e el mur en
su parral, salvos e seguros.

Dijo el rey al filósofo: "El arte de las más


flacas bestias llegó a tanto en se ayudar unos a
otros, en ser leales e pacientes. E como estor-
cieron los unos por los otros de grand tribula-
ción, cuanto más lo deben facer los homnes en
ayudarse los unos a los otros, e estorcerán de
las ocasiones e tribulaciones que en el mundo
son e acaescen."

5 3
CALILA Y DIMNA

CAPITULO VI
DE LOS CUERVOS lí Bt LOS BUHOS. ES EJEMPLO
DEL ENEMIGO QUE MUESTRA HUMILDAT E GRAN
AMOR A SU ENEMIGO, E SE SOMETE FASTA QUE SE)
APODERA DEL, E DESPUÉS LE MATA

"Ya entendí
DIJOejemplo.
rey
el al filósofo:
Dame agora ejemplo hom-del
este

ne que se engaña en el enemigo que le


muestra humildat e amor." Dijo el filósofo al
rey: "El homne que es engañado por su enemi-
go, maguer que le muestre grand homildat o
grand amor e grand lealtad, si se segura en él,
contescer le ha lo que contesció a los buhos e a
los cuervos." Dijo el rey: "¿E cómo fue eso?"
E dijo el filósofo: "Dicen que en un monte
había un árbol muy alto e muy grueso, e era
muy espeso, lo más que pudiese, de ramos e de
fojas. Et había en él nidos de mil cuervos, et
habían un rey de sí mismos. Et había en aquel
monte muchos nidos de buhos, et habían otrosí
un rey de sí. E salió el rey de los buhos una
noche por la enemistad que entre los cuervos
e los buhos siempre hubo, e corriólos a tanto
que mató dellos e llagó muchos dellos. E des-
pués que amáneselo ayuntáronse los cuervos e
díjoles el rey: "Ya vedes que habemos pasado
e sofrido de los buhos, e cuántos amanescieron
de nos muertos, e otros alas quebrantadas, e
otros mesados.E lo peor que nos acaesció dellos
I 5 4
CALILA Y DIMNA

es que son atrevidos ya a nos, e saben nuestro


lugar; onde es menester que vos acordedes e
que paredes bien mientes en nuestra facienda."
Et había en estos cuervos cinco dellos a que
todos los otros cuervos conoscían mejoría en
consejo, e por quien se guiaban e con quien se
acorrían en sus cuitas, e con quien el rey se
consejaba, e por cuyo consejo facían lo que ha-
bían de facer. Dijo el rey al primero de los
cinco: "¿Qué tienes por bien en esto?" Dijo el
cuervo: "El consejo que a mí paresce, muchas
veces se adelantaron a él los sesudos que fueron
ante que nos, que es que al enemigo con que
homne non puede, non hay otro consejo si non
fuir del." Desí dijo el rey al segun,do "¿Qué
:

vees tú?" Dijo: "Lo que éste conseja non lo


tengo yo por seso, que hermemos nuestros lu-
gares e que nos sometamos a nuestros enemi-
gos por la primera mal andancia; mas acorde-
mos nos e aparejemos nos contra nuestros ene-
migos, e pongamos nuestras atalayas e nues-
tras guardas entre nos e ellos, e guardemos nos
de sobrevienta otra vez. E si vinieren contra
nos, lidiemos, así que mataremos dellos al-
gunos.
Desí dijo el rey al tercero: "E tú, ¿qué es tu
consejo?" Dijo: "Non tengo por seso lo que
estos amos dijeron, mas tengo por bien de agu-
ciar nuestras atalayas e nuestras escuchas entre
nos e nuestros enemigos, e veamos si rescebirán
de nos paz o parias, que les demos alguna cosa,
e será bien, e así perderemos miedo dellos e
seremos seguros en nuestros lugares. Et uno de

I 5 5
CALILA Y DIMNA

los buenos consejos que es para los reyes es


que si su enemigo es más fuerte, e se temiere

de rescebir daño e perder sus pueblos, que faga


de los haberes escudos para los pueblos e para
las tierras."
Et después que acabóel tercero su razón dijo
el rey al cuarto: "E tú, ¿qué tienes por bien
desta paz que éste dice?" Dijo: "Más tengo
por bien de dejar nuestros logares e sofrir ex-
tremidad e vida lazrada, ca nos es mejor que
non aviltar nuestro linaje e someternos al ene-
migo de quien somos más nobles. E aun sé yo
bien que maguer que gelo demostrásemos, non
nos lo rescebirán si non con grandes posturas.
Et dicen: "Date a tu enemigo algund poco, e
haberás del lo que quisieres e non te le des
;

todo, ca se atreverá contra ti, e someter se le


han tus mesnadas." Et esto es así como la
viga que está parada en el sol, e si la irguieren
un poco, acrescerá su sombra, e si más de su de-
recho la encunares, menguará su sombra. E
nuestro enemigo non se terna por contento de
nos con menor enclinamiento; onde el consejo es
esquivar esto e sofrir."
Dijo el rey al quinto: "E tú, ¿qué tienes por
bien: la paz o la lid, o fuir, o ál?" Dijo: "Digo
vos que non es en guisa de lidiar con aquel que
non se semeja en fuerza e en valentía; ca el que
se atreve contra su enemigo teniéndolo por fla-
co, engáñase, e quien se engaña apodera a otri
en sí. Et yo temo mucho los buhos e ante que
ellos viniesen a nos, todavía los temía; ca el
homne entendido non se segura en su enemigo,
I S6
CALILA Y DIMNA

maguer que poco poder haya, e maguer que sea


solo, non se segure en su arte. E los más deli-
bres homnes son aquellos que non quieren facer
su facienda por lid, mientra que otra carrera
fallan; ca la despensa que se face en la lid es
de las almas, e en las otras cosas es la despensa
de los haberes. Onde lidiar con los buhos non
querades facerlo, que quien lidia con el elefante
e non ha fuerza,él trae la muerte a sí mesmo."
Dijo el rey: "Pues ¿qué tienes por bien?"
Dijo: "Que te consejes, que el rey que se acon-
seja vence en consejándose con los entendidos
e con los leales de su casa, mas que otro rey con
sus mesnadas e con su grand poder. Et el rey
enviso acresce su consejo en consejándose con
su compaña, así como acresce el agua de la mar
con los ríos que caen en ella. Et los reyes non
deben cesar de facer su facienda e facienda de
sus enemigos, e parar e mostrar las cosas a su
corazón, e pasar e atreverse a las cosas o foírlas
segund su corazón mostrare, e consejarse con
sus vasallos leales o con aquellos en que fían.
E tú, señor, por la bondad e la nobleza que te
Dios dio, eres el rey que de mejor consejo sea
e el que mejor mantiene sus pueblos; e tú man-
dástenos consejo en cosa ata! que non podemos
estar que te non respondamos. Et yo respon-
derte he alguna cosa dello en poridat, e lo que
me non aborrece diré consejeramente: que así
como non tengo por bien la lid, otrosí non tengo
por bien someter nos e dañarse et ser soseído
del siglo; ca el entendido por mejor tiene la
muerte muriendo honrado e guardando su dere-

I 5 7
:

CALILA Y DIMNA

cho, que la vida viviendo sometido e soseído.


E tengo por bien que non lo pongas en tras-
paso, que es raíz de la pereza. E lo que quiero
que sea poridat téngolo en poridat; ca dicen que
los reyes non vencen si non seyendo envisos, e
ser enviso es celar las poridades, E la poridad
non es descubierta si non por cinco personas
por el señor, o por los que le consejan, o por los
mandaderos, o por los que la oyen, o por los
que veen qué se fará por ende. E quien encubre
su poridat logrará por la celar una de dos cosas,
o vencer lo que quiere o estorcer del daño della,
si non recabdare lo que le es menester. Et el

homne a quien acaesce alguna tribulación non


se puede esquivar de se aconsejar con el leal
homne que el homne entendido, maguer que
;

sea de buen seso e de buen consejo e de buen


acuerdo, acresce su entendimiento e su consejo
consejándose, así como acresce el fuego en \a.
luz e con la grosura e con el olio. Et el homne
que se quiere consejar debe concordar con aquel
que se conseja, en el buen acuerdo e débelo
;

contrastar por el malo con mansedumbre e con


falago, e debe usar su acuerdo en las cosas dub-
dosas fasta que se le enderecen las cosas.
"Et debe el homne a aquel que le deman;ia
consejo, que gelo dé el mejor que pudiere e so-
piere, e que lo desengañe de su facienda; et si
viere que la trae mala, que gela desvíe; et si
viere que yerra en alguna cosa, que lo desvíe e
que le muestre su yerro e que non le conseje
fasta que lo cate bien e que lo asme bien. Et
cuando non fuere tal el consejador, es enemigo

I S8
CALILA Y DIMNA

de aquel que le demanda consejo e de sí mismo.


Et si aquel consejero tal non fuere contra el
que se aconseja con él, es tal como el homne
que conjura al diablo por meterlo en alguno,
et si bien non le sabe conjurar, entre el diablo
en él mismo. Et cuando el rey toviere bien sus
poridades, e se consejare con sus privados leales,
e fuere temido de sus pueblos e muy caro en
non saber ninguno su corazón, e que galardone
bien al que le ficiere servicio, e que escarmiente
al que ficiere mal, e que sea mesurado en su
despensa, con estas cosas le puede durar la
merced que Dios le fizo.
"Et las poridades, señor rey, son e hay de
dos grados hay poridat que la deben saber mu-
:

chos, e hay poridat que la non detíen saber si


non dos homnes. Et tengo por bien que non
sepan esta poridat tan alta si non cuatro orejas
e dos lenguas." E el rey apartóse con él e de-
mandó le consejo e preguntóle primeramente
por qué fue la enemistad entre los cuervos e
los buhos. Dijo el cuervo: "Señor, sabed que
la enemistad entre los cuervos e los buhos fue
por una palabra que dijo un cuervo." Dijo el
rey: "¿E cómo fue eso?" Dijo el cuervo: "Di-
cen que todas las aves quisieron haber rey a
que diesen su poder, e acordaron de facer rey
a uno de los buhos et estando en esto asomó
;

un cuervo de alueñe, e dijo una déllas "Espe- :

remos fasta que venga este cuervo, e demandar


le hemos consejo." E llegó el cuervo a ellos, e
demandaron le consejo, e dijeron le de como
acordaban de facer al buho rey.

I 5 9
CALILA Y DIMNA

Dijo cuervo: "Si todas las aves fuesen


el
muertas perdidas e aterradas, e muriesen los
e
pavones e las grúas e las ánades e las palomas
e todas las otras aves, non estaríades en tan
grand cuita en facer reinar al buho, que es la
más laida ave e la más fea e de peor donaire
e de menos seso e la más sañuda e de menos
piedat e de mayor saña; e ha grand enferme-
dat durable que non vee nada de día, e lo peor
della que es de mala mantenencia. Et non ten-
go por bien que él sea rey si non lo ficiéredes
de una guisa, que lo fagades rey e que non fa-
gades nada por su mandado nin por su conse-
jo, asi como fizo la liebre que se alabó que la
luna era su rey." Dijeron las aves: "¿E cómo
fué eso?"

Las liebres y la "Díjo el cucrvo :


"Diccn quc
fuente de la luna gj^ dc elefantes aporta-
^j^^ tierra
ron años de seca, e menguó el agua en aquella
tierra, e secáronse las fuentes e hobieron los
;

elefantes muy grand sed, e querelláronlo a su


rey. E envió el rey de los elefantes sus manda-
deros e sus atajadores a recabdar agua, e tor-
nóse para él un su mandadero e dijole que, en
lugar señalado fallara una fuente que es lla-
mada la fuente de la luna, e habia y mucha
agua. E fuese el Tey de los elefantes con toda
su compaña aquella fuente para beber della. E
había en aquella tierra muchas liebres, e es-
tragáronlas los elefantes dentro en sus cuevas,
e murieron las más dellas. Et ayuntáronse las
que fincaron con su rey, e dijéronle: "Bien

I 6 o
CALILA Y DIMNA

sabedes lo que nos avino del rey de los elefan-


tes;
pues dadnos consejo e remedio ante que
torne a esta tierra otra vegada e nos mate a
todas." Dijo el rey: "Diga cada una de uos su
consejo e su seso."
"Et vino una liebre dellas, que había non-
bre Feyrus,' e conoscíala el rey por de buen
acuerdo e de buen consejo, e dijo: "Si lo por
bien toviéredes, señor, enviadme a los elefantes,
e enviad comigo un fiel, e vea lo que faré e
que diré, e decir lo ha a vos." Dijo el rey: "Tíi
leres mío fiel, e yo pagado só de tu consejo, e
creer te he de lo que me dijeres. Pues vete
para los elefantes, e diles de mi parte lo que
quisieres, e faz tu seso. E sey blando e manso,
quel buen mandadero ablanda el corazón si
mansamente fabla." Et fuese la liebre una no-
che en que facía lunar, fasta que llegó a do
eran los elefantes. E non quiso llegar a ellos
por que la non pisasen con los pies, e subióse
encima de un monte muy alto. E llamó al rey
de los elefantes por su nombre, et díjole: "La
luna me envió para vos, e el mandadero non
debe ser culpado maguer que departa palabras
bravas."
"Dijo el rey de los elefantes: "¿Qué es la
mandadería que me traes?" Dijo: "Dice vos
la luna que quien conosce cuánta mejoría ha
en su fuerza sobre los flacos, e se engañan por
esto los fuertes, su fuerza es cobardez e mala
andancia contra sí. Et porque sabedes cuánta
mejoría ha la fuerza que habedes sobre las
otras bestias, fuestes atrevidos contra mí, e

I 6 I
CALILA Y DIMNA

venistes a la fuente que ie dicen el mi nombre,


e tomastes mi agua e bebistes la, vos e vuestras
compañas. Yo vos defiendo que non vengades
y más, e si non, yo vos cegaré e vos mataré.
E sihabedes dubda desto que vos envío decir,
id a la fuente, e ahí fallaredes que yo seré con-
*
vusco luego."
"E maravillóse el rey de los elefantes de lo

que decía la liebre, et fuese con ella para la


le
fuente, e vido la luz de la luna en el agua. Dijo
la liebre: "Tomad del agua con vuestra manga
e lavad vuestro rostro, e adorad la luna e pe-
did le merced que vos perdone." Et cuando
tomó del agua con su manga, movióse el agua
e semejóle que tremía la luna, e dijo el elefan-
te a la liebre:"¿Qué ha la luna? ¡Si se ensañó
contra mí porque metí la manga en el agua!"
Dijo la liebre: "Así es como vos decides." E
repentióse el elefante de lo que ficiera e encu-
nóse a ella, e echó se en preses, e fizóle pleito
e homenaje que nunca tornaría más en aquel
lugar él nin los otros elefantes.

Dijo el cuervo: "E de más de cuanto vos he


dicho del buho, es por natura falso e engañoso
e terrero, e el peor rey sí es el engañoso e quien ;

apodera al engañoso, acaescer le ha lo que


acaesció a la gineta e a la liebre que ficieron su
alcalld al gato religioso ayunador." Dijeron las
aves: "¿E cómo fué eso?"

I 6 a
CALILA Y DIMNA

La gíneta. la liebre CUCrvO "Yo había


"DíjO cl :

y el gato religioso
por vccína en una cue-
^j^^ gíneta
va cerca de un árbol do había mí nido, e veía-
monos muchas veces, e fuemos vecinos grand
.

tiempo. Desí perdíla, e non sope dónde se fue-


ra, e cuidé que era muerta. E vino una Hebre
a la cueva de la gíneta, non sabiendo qué se
ficiera, et moró ahí la liebre un tiempo. Et des-
pués tornóse la gíneta a su lugar e falló y la
liebre, e dijo: "Este lugar mío es, pues múdate
ende." Dijo la liebre: "Yo só tenedor del lugar;
prueba lo que dices e demándame por derecho.''
Dijo la gineta; "El logar es mío, e desto he
pruebas." Dijo la liebre: "Menester habernos al-
calld." Dijo la gíneta: "Cerca está el alcalld de
nos." Dijo la liebre: "¿Dó es?" Dijo la gíneta:
"Aquí cerca deste río hay un gato religioso.
Vayamos nos para él, que es homne que face
oración e non face mal a ninguna bestia nin co-
me ál fueras yerba." Dijo la liebre: "Pláceme."
"E fuese la liebre con la gineta, e seguílos yo
por ver qué les judgaría. Cuando el gato vido
la liebre e la gíneta asomar de alueñe, paróse
en pie a orar; e maravillóse la liebre de lo que
vido de su bondad e de su homildad, e llegáron-
se cerca del, et non mucho de guisa que les non
pudiese facer mal. Díjoles el gato: "Yo soy muy
viejo e non oyó bien. Llegad vos a mí e oiré lo
que decides, que non oyó nin veo bien." Lle-
gáronse a él e dijeron otra vez su razón. Dijo
el gato "Entendido he lo que dejístes, e quie-
:

ro vos consejar lealmente ante; et mando vos


que non demandes si non verdat, ca el que de-

163
:

CALILA Y DIMNA

manda verdat barata bien e va adelante, maguer


que sea juicio contra él. Et el homne bueno
non ha deste mundo ning-una cosa nin ningund
poder nin ningund amigo, si non las buenas
obras e non más. Et el homne entendido debe
demandar la cosa que ha de turar e que le torne
en pro del otro mundo. E que desprecie todo
lo ál, ca el homne de buen seso por tal ha el
haber como el caedizo que cae en el ojo, et las
mugeres ajenas como las víboras, et lo que
quiere para si, quiere para los otros homnes. E
non cesó de les pedricar e de &e llegar a ellos
e asolazarse con ellos, fasta que saltó en ellos
ambos e los mató.

"Et los buhos han en


sí todas tachas malas,

e lo más quereina en ellos es traición e false-


dad; pues non querades facer lo reinar." Las
aves dejáronse de aquel consejo que habían acor-
dado, e oyeron e rescibieron lo que les dijo el
cuervo, e non ficieron rey al buho que era
elegido para lo ser. Dijo el buho al cuervo
"¡Cómo te has homiciado comigo muy mal, e
non sé por qué razón E sepas quel azadón cor-
!

ita el árbol, e renasce e el espada taja la carne


;

e quebranta el hueso, e sobresana e suéldase et ;

la llaga de la lengua nunca sana. E todo mal


se puede amatar, ca el agua mata el fuego, et al
tósigo válele el atriaca, e al dolorido válele el
conorte, e al enamorado válele el departimiento,
e la enemistad siempre arde en el corazón. Et tal
•enemistad es puesta entre vos los cuervos e nos,
que nunca haberá fin mientra el mundo durare."

164
CALILA Y DLVINA

"Et fuese el buho muy sañudo. Desí repin-


tióse el cuervo por lo que le dijera además, e
dijo: "Loco fui en decir lo que dije, et non era
yo el ave que más debia trabajarse en pleito
del rey de las aves. Et por aventura otras aves
vieron lo que yo vi, e sopieron lo que yo sope,
e dejáronse de lo mostrar con miedo de lo que
yo non temí, e parando mientes en lo que yo
non paré, ca el homne entendido, maguer que
se fíe por su fuerza e por su valentía e por su
seso, non debe ganar enemistad afeudándose
en su seso e en su fuerza, así como el homne,
maguer tenga la triaca e las melecinas, non
debe beber la vedegambre a fucia dellas, ca la
bondad es dicha de los que bien facen, e non de
los que bien dicen ; ca el que face él fecho, si
le menguare el dicho, mostrar se ha su bondad
a la prueba, e el que dice, maguer que bien diga,
non gelo alaban si non le cumple con el fecho.
Et yo fui loco en atreverme a fablar en tan alta
cosa non me consejando con ninguno, et yo sé
que el que demanda consejo a los sesudos e a
los homnes que sabe que lo desengañarán, fá-
llase ende bien, e non puede errar, e loa su cima
de su facienda. ¡Ay! ¿Cómo pudiera yo escusar
esto que hoy gané, e esta tristeza en que só en-
trado?"
"Et aquesta, señor, es la razón por que se
levantó enemistad entre nos e los buhos." Dijo
el rey: "Ya entendí esto, mas piensa en lo que
nos es menester agora del acuerdo en que so-
mos." Dijo el cuervo: "Ya sabes mi acuerdo en
la lid cuál es e cómo la aborrezco ; mas cuido
I 65
CALILA Y DIMNA

que por arte podremos haber folgura desta la-


ceria en que somos, ca mucho aína puede hom-
ne haber por arte lo que non puede haber por
fuerza, así como ficieron los tres homnes que
engañaron al religioso cuando le llevaron el
ciervo que traía. Dijo el rey: "¿E cómo fué
eso?"
El religioso y los Dijo cl cucrvo "Diccn que un
:

tres ladrones :: ::
rcligíOSO COmprÓ UU cicrvO para
facer sacrificio, e llevólo consigo por una cuer-
da. E viéronlo 'tres homnes engañosos, e con-
sejáronse entre sí cómo lo engañarían. Et fué-
ronse al camino por do él había de ir, et paróse
el uno delante e díjole: ¿Qué can es éste que
traes contigo? ¿Quiéreslo vender?" Et el hom-
ne bueno non respondió, e fuese su camino al
encontró con el otro. Et díjole: "¿Queredes ir
a cazar con este can?" Et después encontróse
con el otro. Et díjole: "Bien creo que éste, aun-
que trae hábito de religioso, que non es así. Ca
los religiosos non traen canes." Et pues que
esto le hobieron dicho, non dubdó si non que
era can, et dijo en su corazón: "Por aventura
aquel que me lo vendió me encantó e me enga-
ñó," E soltólo e tomáronlo ellos e degolláronlo
e partiéronlo entre sí.

"Et yo díte este ejemplo por que he espe-


ranza que habremos lo que querremos por arte
e por engaño. Et tengo, señor, por bien que fa-
gas saña entre mí e ti ante toda tu mesnada, e
que me mandes picar e ferir atanto que me ba-
ñen 'todo en sangre, e que me mesen todo, e que
me edien a pie de un árbol, e que vayas tú e
I 66
CALILA Y DIMNA

tu mesnada a que yo me venga


tal logar, fasta
para ti e te faga saber todoque hobiere fe-
lo
cho." Et el rey fizólo asi facer, e fuese con sus
cuervos al logar que les dijo el cuervo. Desi vi-
nieron luego esa noche los buhos, e non falla-
ron a los cuervos, e non sintieron al cuervo a
pie del árbol. E temióse que se irían ante que
lo viesen, e que se habría atormentado de balde,
et comenzó a dar voces e gemir atanto que lo
oyeron los buhos.
E después que lo vieron ficiéronlo saber al
rey, e fuese el rey con alguna compaña de los
buhos, por le preguntar por los cuervos. Cuan-
do fué cerca mandó a un buho que le pre-
guntase quién era e dónde eran los cuervos.
Dijo el cuervo: "Yo so Fulán, fijo de Fulán,
et vedes qué me han fecho los cuervos." Dijo
el rey de los buhos: "Tú eres privado del rey
de los cuervos, e de su consejo; pues ¿qué fué
el pecado que feciste por que mereciste esto
que te han fecho?" Dijo el cuervo: "Mi mal
seso me lo fizo." Dijo el rey: "¿E qué fué?"
Dijo el cuervo: "Después que nos vencistes,
así como sabedes, demandó nos consejo nues-
tro rey, e dijo nos: "¿Qué vedes por conse-
jo?" Et yo era privado del rey, et dije: "Yo
veo que non podremos lidiar con los buhos,
ca son más valientes que nos e más esforza-
dos. Do vos por consejo que punedes por salir
desta premia e que les dedes parias si vos las
resciben si non, fuid por las tierras." E dije-
;

ron los cuervos que mejor es de lidiar convus-


co, e que era peor para vos. E yo conséjeles

I 67
CALILA Y DIMNA

que sevos sometiesen, e díjeles así "Al ene-


:

migo fuerte e valiente non es cosa deste mun-


do con que se contraste su fuerza, mejor que
sometérsele. ¿Et non vedes que la paja non
estuerce del fuerte viento si non con su blan-
dez, e por se tornar con él doquier que se él
torna?"
"E desobedecieron mi consejo e alabáronse
que querian lidiar, e sospecháronme e dijeron:
"Tú eres contra nos, e nos has engañado." E
menospreciaron mi lealtad, e ficieron me esto
que veis." Et después que oyó el rey al cuervo,
dijo a un su privado: "¿Qué te paresce que
fagamos a este cuervo?" Dijo: "Non tengo
por bien que razones con él, ca éste, por que
es de muy grand acuerdo, se fizo atormentar
así. Et en lo matar habremos espacio e folgu-
ra, e seremos seguros de su falsedat, e habrán
grant pérdida los cuervos en él, ca dicen que
el que tiene su enemigo en su poder e non se
espacia del non loará la cima de su fecho."
Dijo el rey a otro su privado: "A ti, ¿qué te
semeja deste cuervo?" Dijo: "Mi consejo es
de lo non matar, que el homne deshonrado,
maguer que enemigo sea, razón es de haber
homne piadat del e que le deje a vida; que el
homne que ha miedo e demanda acorro, mere-
ce ser segurado e acorrido que las aventuras
;

a las veces traen al homne a tal estado que de-


mande acorro a su enemigo e metérsele en po-
der, así como la muger del viejo que fuyó e se
fué para él, maguer que lo quería mal." Dijo
el rey: "¿Cómo fué eso?"

I 6 8
:

CALILA Y DIMNA

Dijo: "Dicen que era un mer-


, . .

La mujer del viejo . . .

cadero rico, e era muy viejo, e


,

había una muger muy fermosa que él mucho


amaba. Así que una noche entró un ladrón en
casa del mercadero, et él estando dormiendo.
Et su muger estaba despierta, et ella hubo
gran miedo del ladrón, e ella saltó con el ma-
rido en la cama et abrazóse con él tan recia-
mente que le despertó. Et él dijo entre su co-
razón: "¿Cómo me dio Dios esta buena an-
danza?" Et entonce vio al ladrón, et sopo per
qué le viniera, et dijo al ladrón: "Toma cuan-
to podieres levar, e vete en buena hora, e por
que me has fecho que mi muger me abrace.'"

Et desí preguntó el rey al terceto privado


qué era su acuerdo cerca de aque^ cuervo. Dijo
"Tengo por bien que lo dejes vivir, e que le
fagas algo, que él nos será gran cuidador con-
tra los cuervos que una de las cosas con qu'¿
;

se home apodera de sus enemigos, es haber


home algunos dellos por vasallos, por que sean
contra los que fincan e recebir home algunos ;

de sus enemigos es majamiento de los que fin-


can, e nace por ello discordia entre sí, et así
como discordia que nació entio el diabio e
la
el ladrón, maguer amigos e aparceros eran e ;

por aquella discordia estorció el religioso." Dijo


el rey: "¿Cómo fué eso?"

El diablo y el la- Díjo el privado: "Dicen que


drón :: :: :; :: :.
rcligioso hobíera de un rico
^j^
home una vaca con leche que le diera e en ;

I 6 9
CALILA Y DIMNA

levándola a su posada, siguióle un ladrón por


gela furtar, e fizo compañia en un camino con
el diablo que andaba en forma de home. Dijo
el ladrón al diablo: "¿Quién eres?" Dijo: "El
diablo vo en pos deste religioso por le afogar
:

cuando dormiere." Dijo el ladrón: "Yo seguí-


le por le furtar aquella vaca que lieva." Et fué-
ronse amos en uno, fasta que llegaron a casa
del religioso, et el religioso entró en su casa,
e metió la vaca dentro, e cenó e echóse a dor-
mir. E el ladrón temióse que si esperare que el
diablo que iría a afogar al religioso, e que des-
pertaría, et que non podría furtar la vaca; así
que habría perdido su afán et que non levaría
cosa. Dijo al diablo: "Súfrete un poco fasta
que yo furte la vaca, et después de yo salido
ve e afógalo."
"Et el diablo hubo miedo que si el ladrón
fuese a furtar la vaca, que despertaría el reli-
gioso, e que non podría acabar cosa de lo que
quería. Dijo entonces al ladrón: "Espera tú
un poco, fasta que yo afogue al religioso, et
entonces podrás mejor acabar lo que quieres."
Et non quiso el ladrón et sobre cuál comen-
;

zase primero, hobieron gran discordia; e estu-


dieron así en esta discordia atanto que llamó
el ladrón al religioso e le dijo: "Espierta, ca
está aquí el diablo que te quiere afogar." Et
llamólo el diablo e díjole: "Este ladrón te quie-
re furtar la vaca." E despertóse el religioso e
fuéronse el ladrón e el diablo, et así estorció
sin daño por discordia dellos."

I 7 o
CALILA Y DIMNA

Et desque acabó el tercero consejero su ra-


zón, dijo el primero que diera consejo que ma-
tasen al cuervo: "Engañados nos ha este cuer-
vo e enartados con su palabra, et vos querés
menospreciar el buen consejo. Parad mientes
así como facen los agudos, e non vos engañen
las palabras de nuestro enemigo, nin vos des-
torbe vuestro fecho; ca los homnes de cansada
natura ablándanse sus corazones con lo que
oyen decir a sus enemigos de lisonja o de ho-
mildat. Et engañan se en esto atanto que los
llevan a mal, e creen más lo que oyen que lo
que saben, asi como el carpintero que se des-
mintió de lo que viera e sopiera, e creó la lison-
ja que oyó e fué engañado." Dijo el rey: "¿E
cómo fué eso?"

El carpintero en- DíjO cl buho : "Diccn que UU


ganado :: :: :: ::
carpintero había uua muger que
amaba mucho, enamoróse della un homne,
et
et atanto llegó la cosa que se hubo de saber, e
fuele fecho saber al marido e él quísolo probar.
Dijo a su muger: "Yo quiero ir a tal aldea
alejos de aquí, a labrar con un rico homne, e
estaré allá algunos días, et guísame conducho
que lleve." E ella plúgole e adereszógelo. E
cuando anocheció díjole: "Cierra bien tu puer-
ta e guarda bien tu casa fasta que yo venga."
E sallió ante ella; e ella parando mientes fasta
que lo vio ir bien lejos. Desí tornó él por otra
parte e entró en casa, e metióse so el lecho en
que yacían él e ella.
Et luego ella envió por su amigo e díjole:
I 7 I
CALILA Y DIMNA

"El carpintero es ido a tal lugar, e tardará allá


muchos días." Et vino el amigo, e dióle ella a
comer e a beber, desi yogóse con ella. E ha-
bíase estonces adormido el marido so el lecho,
e non sopo cuándo entró el amigo. Et él, como
estaba así dormiendo, sacó el pie de so el lecho,
e vídolo la muger e temióse, e dijo a su amigo
en poridat: "Pregúntame a voces e dime: ¿A
cuál quieres más, a mí o a tu marido? E yo
non te querré responder, e tú dirásmelo mu-
chas veces fasta que te lo diga." Et el amigo
fizo así, e ella díjole: "Amigo, ¿quién te metió
en demandar tal demanda? Ca quizá diré cosa
con que te pesará." E él díjole: "Por el amor
que ha entre mí e ti que me lo digas." E todo
esto oyendo el carpintero e callaba por oir lo
que decían. E dijo ella: "Nos todas las muge-
res non amamos a los amigos si non por com-

plir nuestras voluntades, nin catamos a sus li-


nages nin a ningunas de sus costumbres, nin
por otra cosa ninguna. Et desque complimos
nuestra voluntad non los presciamos más que
a otros homnes mas al marido tenémoslo en
;

lugar de padre e de fijos e de hermano, e mejor


aún et mala ventura haya la muger que non ama
;

más la vida de su marido que su vida misma.


E desque esto oyó decir el marido a su mu-
ger, hubo piedat, e creó que lo amaba de todo
en todo, e non se quitó de aquel lugar fasta
que amáneselo e se fué el amigo. E sallió él de
so el lecho e falló a su muger adormida; e
asentóse cerca della e comenzóla de aventar. E
removióse ella por despertar, e él díjole: "Por

172
:

CALILA Y DIMNA

Dios, amiga. Dormid, ca mucho velaste esta


noche, e mucho lazraste. Et por buena fe, si
non que me temí de te facer pesar, yo matara
aquel homne por lo que te fizo."

Et vos guardad vos de creer lo que el cuer-


vo dice, e sabed que muchos enemigos hay que
non pueden nocir a sus enemigos de alueñe, et
acércanse a ellos e vénganse dellos. Et digo vos
yo de mí que nunca tamaño miedo hube de los
cuervos como desque vi este cuervo e vos oí de-
cir del lo que decides."
E con todo esto non tornaba cabeza el rey
de los buhos, nin los otros sus privados, por lo
que le decía. Et mandólo el rey levar a su po-
sada e honrarlo fasta que guaresciesé de sus Ila_
gas. Dijo el privado que consejaba su muerte
"Pues non lo queredes matar, tenedlo en cuenta
de enemigo temido, e guardat vos del ca es se-
;

sudo e artero e engañoso, e creo que él non


quiere morar con ñusco si non por buscar su
pro e nuestro daño."
Et el rey en esto non tornó cabeza por lo que
és^te decía, e mandó facer al cuervo mayor hon-

ra e mayor bien que ante. E comenzó el cuervo
a fablar cada día con los buhos, e decir les co-
sas con que lo amaban e fiaban más por él. Desí
dijo un día a una compaña de los buhos, estan-
do y el que consejaba su muerte: "Diga alguno
de vos de mi parte al rey que los cuervos se han
homiciado comigo de mala manera, e yo non
folgaré fasta que alcance mi derecho dellos. Et
yo pensé en esta, e veo que lo non podré facer

I 7 3
CAULA Y DIMNA
nin podré con ellos, seyendo yo un cuervo solo.
Mas dicen algunos que el que de buena volun-
tad se quema en el fuego, face a Dios grand sa-
creficio, e nunca rogará a Dios por cosa que lo
non oya. Et si lo el rey por bien toviere, mande
me quemar ; desí rogaré a Dios que me mude
en buho, por que me vengue de mis enemi-
'tal

gos, e faré mi voluntad e compliré mi saña


cuando me mudare en forma de buho."
Dijo el buho que consejaba su muerte: "Non
me semejas en el bien que muestras e en el mal
que encubres, si non al vino de buen olor e de
buen color, e yace en él el tósigo mortal, e cuan-
do lo bebe el homne mátalo. ¿E tú dices que si
te quemásemos que se cambiaría tu natura?
Non puede ser; ca *tú tornarías a tu sustancia
e a tu raíz, así como fizo la rata, cuando le di-
jeron que se casase con quien quisiese, con el
sol o con las nubes o con el viento o con el
monte, e dejólo todo e casó con un ratón." Dijo
el cuervo: "¿Cómo fué eso?"

La rata DÍJ0 cl buho "Dícen qUC Un


cambiada :

en niña ::
^^en homne religioso cuya voz
:: :: ::
'

oía Dios, estaba un día ribera de un río, e pasó


por y un milano, et levaba una rata, e cayósele
delante de aquel religioso. E hubo piedat della,
et tomóla e envolvióla en una foja, e quiso la
levar para su casa-. Et temióse quel sería fuerte
de criar, e rogó a Dios que la tornase niña. E
fizo la Dios niña fermosa e muy apuesta e le- ;

vóla para su casa, e crióla muy bien, e non le


dijo nada de su facienda como fuera. E ella non

174
CALILA Y DIMNA

dubdaba que era su fija. Et desque llegó a doce


años ya de
díjol el religioso: "Fijuela, tú eres
edad, et non puedes estar sin marido que te
mantenga e te gobierne, e que me desembargue
de ti, por que me torne a orar como ante facía
sin ningund embargo. Pues escoge agora cuál
marido quisieres, e casar te hé con él." Dijo
ella: "Quiero un tal marido que por ventura
non haya par en valentía e en esfuerzo e en po-
der." Díjole el religioso: "Non sé en el mundo
otro tal como el sol, que es muy noble e muy
poderoso, alto más que todas las cosas del mun-
do e quiérole rogar e pedir le por merced que
;

se case contigo."
"E fizólo así, e bañóse et fizo su oración.
Desí oró e dijo: "Tú, sol, que fueste 'criado por
provecho e por merced de todas las gentes, rué-
gote que te cases con mi fija, que me rogó que
la casase con el más fuerte e con el más noble
del mundo." Díjole el sol: "Ya oí lo que dejiste,
homne bueno, et yo só tenudo de te non enviar
sin respuesta de tu ruego, por la honra e por el
amor que has con Dios et por la mejoría que
has entre los homnes mas enseñar te hé el án-
:

gel que es más fuerte que yo." Díjole el religio-


so "¿E cuál es? Díjol: "Es el ángel que trae
:

las nubes, el cual con su fuerza cubre mi fuerza


e non me la deja extender por la tierra." Tor-
nóse el religioso al lugar do son las nubes de
la mar, e llamó a las nubes, bien así como llamó
al sol, e díjoles bien así como dijo al sol. E di-
jeron las nubes: "Ya entendimos lo que dejiste,
€ tenemos que es así, que nos dio Dios fuerza

175
CALILA Y DIMNA

más que a otras cosas muchas mas guiar te he-


;

mos a otra cosa que es más fuerte que nos."


Dijo el rehgioso "¿Quién es?" Dijeron le: "Es
:

el viento que nos lieva a do quiere, e nos non


podemos defender del."
"Et fuese para el viento, e llamó lo así como
a los otros, e díjole la mesma razón. Dijole el
viento: "Así es como tú dices, mas guiar te he
a otro que es más fuerte que yo, e que pune
en ser su egual e non lo pude ser." Dijole el
religioso: "¿E quién es?" Díjole: "Es el mon-
te que está cerca de ti." Et fuese el religioso
para el monte, e díjole como dijo a los otros.
Díjole el monte: "Atal só yo como tú dices,
mas guiar te hé a otro que es más fuerte que
yo, que c'on su grand fuerza non puedo haber
derecho con él, e non me puedo defender del,
que meface cuanto daño puede." Díjole el re-
ligioso: "¿E quién es ése?" Díjole: "Es un
mur, ca éste me face cuanto daño quiere, que
me f orada de todas partes."
"Et fuese el religioso al mur, e llamólo así
como a los otros, e díjole el mur: "Atal só yo
como tú dices en poder e en fuerza; mas ¿cómo
se podrá guisar que yo casase con muger se-
yendo mur e morando yo en covezuela e en
forado?" Dijo el religioso a la moza: "¿Quie-
res ser muger del mur, que ya sabes cómo fa-
blé con todas las otras cosas, e non fallé más
fuerte quél, e todas me guiaron a él? ¿Quieres
que ruegue a Dios que te torne en rata e que
te case con él? E morarás con él en su cueva,
et yo requerir te he e visitar te he, e non te de-

176
CALILA Y DIMNA

jaré del todo." Díjol ella: "Padre, yo non


dubdo en vuestro consejo. Pues vos lo tenedes
por bien, facer lo he." Et rogó a Dios que la
tornase en rata, e fué así, et casóse con el mur,
e entró se con él en su cueva, e rornóse a su
raíz e a su natura.

Et tú, traidor, falso, mintroso, atal serás, ca


tornarás a tu raíz e a tu natura."
Et por todo esto non cató el rey nin los otros
a este ejemplo. Et díjol el rey de los buhos al
cuervo "Amigo leal, non has menester que te
:

quemes en fuego, ca nos te daremos venganza


de los cuervos, e más que venganza." Et el
cuervo fué siempre entre ellos muy blando c
muy manso, et cresció la honra entre ellos al
cuervo fasta que sanó e engordó e le cresció
las alas e guáreselo, e sopo sus poridades e su
ardimento de los buhos, e todo lo que quiso sa-
ber de su fecho dellos. Desí salióse a furto, e
fuese para los cuervos, et dijo al rey de los
cuervos: "Dígote buenas nuevas, que he aca-
bado todo lo que quise para matar a los buhos.
Mas finca lo que tú e tus compañas debedes
facer; e si fuéredes bien agudos e sabidores en
vuestro fecho, muertos son los buhos." Dijo el
rey de los cuervos: "Nos f aremos cuanto tú
mandares."
Dijo el cuervo: "Los buhos son en tal lugar,
e ayúntanse de día en una cueva del monte, e
yo se do cerca de aquel lugar hay mucha leña
seca. Lleve cada un cuervo cuanto pudiere lle-
var della a la boca de la cueva do ellos son de

I 7 7
Calila y Dimna
CALILA Y DIMNA

día, et ahí cerca hay grey de ganado, e yo ha-


beré fuego e echar lo he ahí en la leña, e vos-
otros todos non cesedes de aventar con vues-
tras alas e de soplar el fuego fasta que se en-
cienda bien, et cuantos y estudieren quemar
se han, e los que dentro estudieren afogar se
han con el fumo." Et ficiéronlo así, e mataron
a todos los que y estaban desí tornáronse los
;

cuervos a sus lugares salvos e seguros.


Dijo el rey de los cuervos al cuervo: "¿Cómo
podiste sofrir de haber vida con los buhos? Ca
los buenos non sufren ser en compaña de los
malos." Dijo el cuervo: "Así es como tú, se-
ñor, lo dices mas el homne cuerdo, cuando se
;

vee en cuita que se teme de perder el cuerpo


e los parientes, non ha cosa que non debe sofrir
por salir de aquella cuita e estorcer a sí e a sus
parientes e amigos de muerte." Díjole el rey:
"Di me de sus entendimientos de los buhos."
Dijo el cuervo: "Non fallé ninguno dellos se-
sudo, si non uno que consejaba mi muerte, e
eran de muy flaco consejo e de mal acuerdo
que nunca pensaron en ninguna cosa de mi fa-
cienda, habiéndoles el de buen seso consejado,
e desobedesciéronle e non entendieron su mal
nin creyeron al entendido. Et dicen que convie-
ne al rey de guardarse del homne en que ha
alguna sospecha, de lo non meter en su pori-
dad, nin le debe mostrar sus cartas, nin le debe
dejar llegar al agua con que se lava, nin a su
lecho, nin a sus paños, nin a su bestia, nin a sus
armas, nin a lo que ha de comer, nin a ningu-
na de sus cosas."

178
CALILA Y DIMNA

Dijo el "Non murieron


rey de los cuervos:
los buhos non por desdén e flaqueza de con-
si

sejo." Dijo el cuervo: "Verdat es que pocos


son los que vencen que non se engreyan, et po-
cos son los que han sabor de las mugeres que
afrontados non sean, et pocos son los que mu-
cho comen que non costriben, et pocos son los
que han malos privados que en peligro de muer-
te non cayan." Et dicen: "Non haya esperanza
en engreído e el desvergonzado de haber buena
fama, nin el falso de haber amigo, nin el mal
enseñado de haber nobleza, nin el escaso a va-
rón en ser honrado, nin el cobdicioso de non
haber pecados, nin el rey que ha privado nes-
cio en durar su regno." Dijo el rey: "Grand
lacerio has sofrido en facer vida con los buhos."
Dijo el cuervo: "El que sufre alguna laceria
esperando algund pro, débela endurar, así como
fizo la culebra que sufrió la rana cabalgar so-
brella." Dijo el rey: "¿Et cómo fué eso?"

La culebra y las J-'íjo el cucrvo : "Diccn quc


ranas :: ::
culcbra cnvejecíó ct enfla-
:: :: yj-,j^

queció, e non podía cazar et vínose para una


fuente do había muchas ranas de que ella solía
cazar, e se mantenía dellas. E echó se cerca de
la fuente, a semejanza de triste e de pesante.
Dijole una rana: "¿Qué has que estás triste?"
Dijo ello: "¿E cómo non seré triste que la mi
vida non era de al, si non de las ranas, et agora
vino me grand ocasión de guisa que non puedo
comer nin tomar si non las que me dan en li-
mosna." E fuese la rana, e fizólo saber al rey

I 7 9
CALILA Y DIMNA

de las ranas, e él vino le preguntar aquesto, e


llegóse a ella e preguntóle: "¿Cómo te acaesció
esto que dices?"
Díjole: "Fui en rastro de una rana por la to-
mar, e ella metióse en casa de un religioso, et
yo entré en pos ella, e la casa estaba oscura. E
estaba en la casa un niño. E cuidando que mor-
día a la rana, mordí al niño en la mano et murió.
E salí dende fuyendo, et salió el religioso am-
pos de mí, e maldijo me, et díjome: "Así como
mataste este niño sin culpa ninguna con tu
traición, maldígote que seas triste e confondi-
da, e que seas cabalgadura del rey de las ranas,
e que non hayas poder de tomar ninguna rana,
si non las que te diere su rey por limosna."

"Et yo por ende vine a ti que cabalgues ?n


mí, e de lo rescebir, só placentera dello." Et
hubo el rey de las ranas gran cobdicia de ca-

balgar en la culebra, e tovo que era grant hon-


ra e grant nobleza, e cabalgó la unos días. Desí
díjole la culebra: "Ya vees que só mal aventu-
rada, que non puedo comer de las ranas si non
la que tú me dieres. Pues mándame poner al-
guna ración de que viva." Dijo el rey: "Sí, me
vala Dios, seyendo tú mi cabalgadura, non pue-
de ser que te non ponga yo algunt vito de que
te gobiernes e te mantengas." Et mandóle dar
cada día dos ranas. Et pasó con esto e non le
nució someterse a su enemigo por vevir.

"Et yo otrosí sofrí lo que sofrí por la grant


pro que nos veno dello que hobimos venganza
de nuestros enemigos." Et dijo el rey: "Agora
;

CALILA Y DIMNA

veo que la fortaleza del engaño derraiga al ene-


migo más que la fortaleza del fuego que el ;

fuego non puede más quemar con toda su fuer-


za e con toda su calentura, cuando da en el ár-
bol, si non cuanto está más sobre tierra, et el
agua con su humidat e con su friura derraiga
cuanto está so tierra. Et dicen que cuatro cosas
son que non se deben tener en poco, por lo
poco dellas, ca se puede pujar a lo mucho et ;

son el fuego e la enfermedad e el enemigo e el


debdo. Et yo lo que fice fué por tu buen seso
e por tu buena ventura. Et dicen que cuando
dos homnes demandan una cosa e la acaba el
uno dellos, tienen que aquél es de mayor seso
et si amos son eguales en el seso, tienen por
mejor aquel que la recabda primero', e de mejor
ventura.
"Et dicen que el que quiere contender con el
rey enviso e agudo e sabio, que non se engree
por bien que Dios le dé, nin se desmaya su co-
razón por grant miedo, su muerte lo trae por
él, cuanto más si es tal como tú, sabidor de las

cosas. Et sabes do debes ser bravo, e do debes


ser manso, e do debes ser airado, e do debes
ser pagado, e do debes ser apresuroso, e do de-
bes ser vagaroso, e que cates lo que es presente
e lo que es por venir e las cimas de tus fechos."
Dijo el rey al cuervo: "Mas con tu buen seso
e con tu consejo fué fecho, e siempre por tal
te conoscimos e por tal te razonamos. Et de-
jiste como dicehomne gracioso e leal, et acá-
bate grant fecho con mansedumbre e con inge-
nio e con buen pensamiento, tanto que nos libró

I 8 I
CALILA Y DIMNA

Dios de nuestros enemigos, e feciste tal fecho


que pocos son los que podrían facer. Et los es-
forzados e los valientes, cuando llegan a la lid,
entran con diez o con veinte, e facen su buen
fecho, e con tanto salen por buenos. Et el hom-
ne blando agudo, tal como tú, mata con sabidu-
ría al rey de grant prez et de grant mesnada.
Et este atal face mayor daño a los enemigos
que los mucho esforzados e valientes ca el
;

consejo que de ti nasció, seyendo uno dellos,


fizo mayor daño en matar nuestros enemigos,
que eran' tantos e tan dañosos, que la nuestra
fuerza de todos. E de lo más que me maravillo
de ti, cómo moraste con ellos e sofriste tanto
pesar cuanto veías e oías, e non te moviste a
ninguna palabra."
Et dijo el cuervo: "Señor, siempre me atove
al tu buen enseñamiento en acompañar al pa-
rien'te e al estraño con mansedumbre, e siguien-
do su sabor e consentiendo al su tálente." Dijo
el rey: "A ti he por obrero, e a los otros pri-
vados por decidores, et fizónos Dios por ti grant
bien e grant merced. Et bien sepas que fasta
que tú tornaste non nos sopo bien comer nin be-
ber nin dormir; ca dicen que el enfermo non
ha sabor de dormir fasta que guaresce nin el
;

que anda camino a que el rey faz fucia de dar


algo o de lo poner en algunt oficio, fasta que
gelo cumple, nin el homne que se teme de su
enemigo e que está a suefte de haber la^ facien-
da con él, fasta que lo mata. Et dicen que el que
pierde la fiebre fuelga su corazón, et quien se
descargó de la pesada carga fuelga su hombro,

I 8 2
CALILA y DIMNA

et quien es seguro de su enemigo fuclga su


corazón."
Dijo el cuervo: "Ruego a Dios, el que mató
a tus enemigos, que te apodere en tu regno, e
es^to que sea a provecho de tu pueblo, et ellos

que hayan parte en la alegría que tú hobieres


en tu reino." Dijo el rey: "¿De qué vida era
el rey de los buhos?" Dijo: "El era muy des-
deñoso e engreído e perezoso, e presciábase mu-
cho, e era de mal acuerdo, e sus privados eran
tales como él, si non aquel que consejaba mi
muerte." Dijo el rey: "¿E qué viste dése por
que entendiste que era de buen seso?"
Dijo: "Por dos cosas: la una por que conse-
jaba mi muerte, e la otra por que consejaba leal-
mente a su señor e le non celaba nadi maguer
que le pesaba, nin fablaba a guisa de loco nin
de soberano, mas fablaba mansamente e cuer-
damente, así que a las veces le demostraba
sus tachas mansamente de guisa que le non en-
sañaba, e dábale ejemplos de otros, así que
conosciese el rey lo que estaba mal, e non fa-
llaba carrera para ensañar se le. Et esta fue
una de las cosas que le oí consejar al rey: "Non
te debes descuidar del fecho deste cuervo, que
muy grant fecho es, e tal que lo non acaban
.

si non muy pocos, nin se contrasta si non con

muy grant sabiduría; et es mucho aliviado, así


como el simio que non sosiega una hora en ir
e en venir, et es tal como el viento en mudar-
se, et es tal como el amor del homne dioso,
et en el mal galardón e en el mal salto que
el homne atiende de su ira, et es asi como la

I 83
CALILA Y DIMNA

mordedura de la culebra, e en se ir más aína


es asi como el destello de la lluvia."

CAPITULO VII

DEL GALÁPAGO E DEL SIMIO; E HS CAPITULO DEL


QUE DEMANDA LA COSA ANTES QUE LA RECABDE E
DESPUÉS LA DESAMPARA

"Ya
DIJODamereyagora el al filósofo:
ejemplo del que alcanza la
oi este ejemplo.

cosa en grant trabajo e grant laceria, e


desque la ha desampárala e déjala perder." Dijo
el filósofo: "Más ligera cosa es recabdar la cosa

que guardar la. Et quien esto face acontescer le ha


lo que acaesció al galápago que quiso matar al
simio, e desque lo tovo en su poder desampa-
rólo." Dijo el rey: ¿E cómo fué eso?"
Dijo el filósofo: "Dicen que una compaña de
simios había un rey que decían que había nom-
bre Tadis, e envejeció e enflaqueció. Et alzóse
en el reino otro simio que era mancebo, et dijo
a los simios: "Este es ya muy viejo, e non hay
en él pro ninguna, e non puede mantener el
regno, nin es para ello. Echad lo del reino, et
faced a mí reinar, ca yo manterné bien a vos
e a vuestros pueblos." Et los simios acordáron-
se con él en esto, e echaron al viejo, e ficieron
reinar al mancebo. Et fuese el viejo a la ribera
de la mar, e llegó a una figuera que y estaba, e
comenzó a coger de los figos, e cayéronsele de

1 B A
CALILA y DIMNA

las manos uno empos de otro, así que un día


acaesció que se cayó un figo de la mano, e
le
tomólo un galápago que ende estaba, e comió-
selo. Et el simio, como es desvergonzado, hubo
sabor de echar le los figos en el agua, e comen-
zó el galápago de comer los, e non dubdaba
que el simio gelos echaba a sabiendas.
Et salió a él et abrazáronse uno con otro, e
solazáronse e fablaron en uno e posieron su
amor, e estovieron amos desta guisa un tiempo,
que el galápago non tornó a su compaña nin
otrosí el simio se partía del. Desí la muger del
galápago fué muy triste por la tardanza de su
marido, e quejóse a una su comadre e di jóle la
comadre: "Non te acuites, que me dijeron que
tu marido está en la ribera de la mar, e que ha
por amigo un simio e están ambos comiendo
e solazándose, et por esto tardó tanto que non
veno, e non te pese dello, et olvídalo tú a?í
como él te olvida a ti. Pero si pudieres guisar
como mates al simio faz lo, ca si el simio mue-
re, luego se verná tu marido para ti e fincará
contigo." Et la muger del galápago estaba tris-
te, e lloraba, e non comía, et dejó se mal caer,
atanto que enflaquesció de mala manera.
Desí dijo el galápago al simio: "Yo me quie-
ro ir a mi casa a mi compaña, que he mucho
tardado, e he morado aquí mucho." Et fuese
para su posada, et falló a su muger en mal es-
tado, et díjole: "Hermana, ¿cómo te va, e por
qué eres tan desfecha?" E ella non le recudió.
E desí preguntóle de cabo, e respondióle su co-
madre por ella: "Tu muger está muy mal, e la

i8s
:

CALILA Y DIMNA

melecina que la podría prestar non la pueüe


haber, e su enfermedad es muy grave, e non
ha cosa más fuerte que la enfermedat e non
haber melecina."
Et dijo el galápago: "Pues dime tú qué me-
lecina es, e por aventura fallarla he." Et dijo la
comadre: "Nos conoscemos esta enfermedat, e
non ha otra m.elecina si non corazón de simio."
Et dijo el galápago: "Esta es muy cara cosa de
haber; ¿et dónde podría yo haber corazón de
simio, si non fuese el corazón de mi amigo?
¿Et en facer traición a mi amigo por amor de
mi muger non he ninguna escusación? Ca el
debdo quel homne ha con la muger es muy
grande, e aprovéchase el homne della en mu-
chas guisas. Et yo débola más amar e non de-
jarla perder."
Desí madrugó et fuese allá con grant pesar,
e comenzó de pensar e de decir en su corazón
"Querer matar los amigos por amor de una
muger non es de las obras que a Dios place."
Et fuese con este ardid fasta que llegó al simio
e saludóle. Et dijo el simio: "¿Qué te tovo de
me non ver toda esta sazón?" Dijo el galápa-
go: "Non se me tovo de te venir ver, con cuanto
deseo he de ti, si non por vergüenza de ti, que
tan poco te galardoné el bien que me feciste,
ca maguer que yo sé que tú non quieres galar-
dón del bien que me feciste, tengo me por
adebdado de te lo galardonar; ca la tu cos-
tumbre es de los buenos, que facen bien a sus
amigos, e que muestran en ello su bien facer."
Dijo el simio: "Non digas así, que tú has fecho

I 86
"

CALILA Y DIMNA

amas estas cosas a mí, que tú comenzaste a


facer por que só adebdado de te lo galardonar,
porque me consolaste cuando llegué aquí de
mío lugar, echado con muy grant deshonra, et
me consolaste con tus buenas palabras e alegre
rostro e franco corazón, e fuísteme amigo e
buen compañero, e contigo me tollió Dios cuita
e pesar.
Dijo el galápago: "Tres cosas son por que
acaesce el amor entre los amigos la una es
:

fiarse unos de otros, la otra es comer en uno,


la otra es conoscer sus parientes e su lugar, e
desto non hubo entre nos nada, e quería que
fuese." Dijo el simio al galápago: "El homne
debe solamente trabajarse por haber algo por
sí mesmo que en conoscer la compaíía del otro
;

non le ha pro; ca el que juega en somo del más-


tcl cata e vee muchas cosas más que los ojos
non verían en los parientes. Otrosí del comer
que dices, las bestias se ayuntan a comer en los
establos e a beber, e non han amor en uno.
Otrosí ir ver las posadas los ladrones se entran
;

en las posadas, e non han amor por ende."


Dijo el galápago: "Por buena fe dices ver-
dad, que el amigo non quiere ál de su amigo si
non su salud e su amor. Ca el que quiere amor
de los homnes por su pro, con derecha nescesi-
dat se habrá de enojar dellos así como el bece-
;

rro, que si acuita la vaca mamándola, fácele ella


mal e ha lo de ferir con su cuerno, e sangrién-
talo. Et lo que yo dije non lo dije si non por
ser sabidor de tu bondad e de tus buenas cos-
tumbres. Et más quiero que me vayas ver en

187
CALILA Y DIMNA

mi posada, que es en una isla donde hay muchos


frutales e muchos buenos árboles e saben muy
bien, et rescibe mi ruego." Et el simio, en que
oyó decir de la fruta, hubo sabor della, e priso
le grant cobdicia, et dijo: "¿Cómo podré yo
pasar esta mar tan grande?" Et dijo el galá-
pago: "Cabalga sobre mi espinazo e levar te he
allá." Et saltó él en somo del galápago, et nadó
el galápago con él fasta que fue bien dentro.

Et comenzó de pensar en su corazón la trai-


ción e la desconocencia que queria facer et dijo:
"Muy fea cosa es esta, e non merescen las mu-
geres que por ellas sea fecha traición, ca debe
homne fiar muy poco por ellas. Et dicen que
el oro non se prueba si non en el fuego, et la
fieldad del homne «n dar e en tomar, e la fuerza
de la bestia con la carga, e las mugeres non hay
cosa por que se conoscan." Et cuando vio el
simio que el galápago se detenía, sospechó et
dijo: "Non só seguro que el galápago non se
ha mudado del amor et de la amistad que me
había, e quiere me mal facer; ca non es ninguna
cosa que más liviana nin más mudable sea que
el corazón del homne. Et dicen que el homne
entendido non se le encubre lo que tienen en su
corazón su compañía e sus fijos e sus amigos,
en toda cosa e en toda catadura e en cada pala-
bra, e al levantar e al asentar, e en cada estado;
ca todas estas cosas testiguan lo que yace en los
corazones."
Et comenzó a decir al galápago: "Amigo,
¿qué has que estás triste, e qué te tiene de
andar?" Dijo el galápago: "Esto triste por que

I 88
CALILA Y DIMNA

irás a mi posada e no la fallarás así como yo


querría; ca mi muger está doliente." Dijo el
simio: "Non estés triste; mas busca físicos para
ella, ca guarescerá e sanará." Dijo el galápago:
"Dicen me los físicos que non ha otra mele-
cina por que se pueda melecinar si non corazón
de simio." Et peso mucho al simio desto, e pen-
só en sí diciendo: "¡Cómo me ha metido la
cobdicia en mal lugar, seyendo yo tan viejo!
¡Oh, qué tamaña verdad dijo el que dijo: "El
que se tiene por pagado e por ahondado con
lo que le viene, vive salvo e seguro, e el goloso
cobdicioso siempre vive en cuita e en tristeza
e en lacerio.!"; mas agora me es a mí menes-
ter mío seso, et buscar carrera cómo salga deste
lazo en que caí."
Et dijo al galápago: "Amigo, debes saber
que el leal amigo non debe encubrir a su amigo
su buen castigo nin su pro, maguer que le faga
daño. Et si yo esto hobiera sabido, trajera
comigo mi corazón, ca lo dejé allá do estaba, e
diera telo por que melecinaras tu muger con
él." Et dijo el galápago: "¿E non lo traes con-
tigo? ¿E cómo lo dejaste allá?" Dijo el simio:
"Habemos por ley todos los simios, que cuando
alguno sale de su posada, que deje y su cora-
zón empero si tú quisieres, traer te lo he yo
;

del lugar do es, si me tornares allá." Et fue ale-


gre el galápago, por que tan de grado le daba
su corazón, et tornóse con él a la ribera, e saltó
elsimio en tierra, e subióse luego 'en el árbol,
galápago. Cuando vido que se tar-
e esperólo el
daba llamólo e díjole: "Toma tu corazón e

189
CALILA Y DIMNA

vente para mí, ca mucho nos detardamos." Dijo


el simio: "Veo que cuidas que só tal como el
asno que decía el lobo cerval que non tenía
corazón nin orejas." Et dijo 'cl galápago: "¿E
cómo fue es" V
El asno sin cora- Dijo el símio "Diccu que un
:

zón y sin orejas ::


ie¿n Criaba cn un lugar, e estaba
en él un lobo cerval que comía su relieve. Et
ensarneció el león tanto que fue muy flaco e muy
atribulado, e non podía venar. Et dijo el lobo
cerval: "Señor, tu estado es ya mudado, et non
puedes ya venar. Esto, ¿por qué es?" Dijo el
león: "Por esta sarna que vees, e non ha otra
melecina si non orejas e corazón de asno." Dijo
el lobo cerval "Yo sé un lugar do hay un asno
:

de un curador que trae sobre él los lienzos a un


piado aquí cerca de nos, et desque lo descarga
déjale en el piado, et fío por Dios que lo traeré,
e tomarás sus orejas e su corazón." Dijo el
león: "Fazlo si pudieres, ca mi melecina e mi
salud es eso." Et fuese el lobo cerval, e llegó al
asno e díjole: "¿De qué estás tan magro, e de
qué tienes estas mataduras en las cuestas?" Dijo
elasno: "Este curador falso me lo face, que se
sirve de mí continuamente, e me mengua la
cebada."
"Dijo el lobo cerval "Yo te enseñaré un
:

lugar muy vicioso e muy apartado do nunca


andovo homne, et hay unas asnas las más fer-
mosas que nunca homne vido, e han menester
maslos." Dijo el asno: "Pues vayamos allá, que
si por ál yo non lo ficiere si non por la cobdicia

190
CALILA Y DIMNA

del tu amor, esto me faría allá ir contigo." Et


fueron se amos adelantóse el cerval e
al león, et
fízogelo saber, et saltó el león en el asno detrás
por lo tener. Mas non lo pudo tener con la fla-
queza que había, e salióse el asno de entre
las manos e fuese e tornóse a su lugar. Dijo el
lobo cerval al león: "Si a sabiendas dejaste el
asno. ;por qué me feciste trabajar en lo buscar?
Et si la flaqueza te lo fizo dejar, que lo non pu-
diste tener, esto es aún peor." Et sopo el león
que si dijese que a sabiendas lo dejara que sería
tenido por nescio, et si dijese que lo non pu-
diera tener que lo temían por flaco e por can-
sado, et dijo al lobo: "Si me tú tornares acá el
asno, decir te he esto que me preguntas." Dijo
el lobo: "Tengo que el asno está escarmentado
e non querrá venir otra vez, en pero iré a él de
cabo, si lo pudiere engañar para lo traer acá."
"Et fuese para el asno. Et el asno cuando lo
vido díjole: "¿Qué fué la traición que me que-
siste facer?" Dijo el lobo cerval: "Quísete bien
facer, e non fueste para ello. Et lo que saltó en
ti non era si non una de las asnas que te dije.

Et como vido asno non sopo en qué manera


jugar contigo et si tú quedo estovieras un poco,
;

diuso se te metiera." Cuan el asno oyó decir de


las asnas moviósele su sabor, e fuese con el
lobo cerval al león, et saltó el león en él e prí-
solo e matólo. Desí dijo el león al lobo cerval:
"Yo quiero me bañar, desí comeré las orejas e
el corazón, e de lo ál faré sacreficio, que así me
dijeron los físicos pues guarda tú el asno e desí
;

venir me he para ti."

I 9 I
CALILA Y DUINA

"Et después que se fué el león, tomó el lobo


cerval las orejas e el corazón del asno e comió
lo, a fucia que cuando el león esto viese, que

non comería nada de lo que fincaba, por que lo


ternía por agüero. Et desque fue tornado el león
díjole: "¿Dó es el corazón e las orejas del asno?"
Dijo el cerval "¿ Non entendiste tú que el asno
:

non tenía corazón nin orejas?" Dijo él: "Nunca


mayor maravilla vi que esta que tú dices." Dijo
el lobo cerval: "Señor, non te maravilles, mas
piensa que si el corazón e las orejas hobrera, non
tornara a tí la segunda vez, habiendo le fecho lo
que le feciste."

"Et yo dije esteejemplo por que sepas que


non só yo tal como
el asno mas engañaste me
;

con tu traición por me matar e yo fícete otro


tal, et estorcí por mi seso de la locura en que
'era caído." Dijo el galápago: "Verdad dices,
ca el sesudo es de poca palabra e de grant fecho,
e conosce las obras antes que se meta a ellas,
e estuerce de las cuitas por su seso e por su arte,
así como el homne que cae en tierra con su
fuerza, e con ella mesma se levanta."
Este es el ejemplo del homne que busca la
cosa, e desque la ha recabdado, dale de mano
e déjala perder."

192
CALILA Y DIMNA

CAPITULO VIII

DEL RELIGIOSO E DEL CAN; ES EL CAPITULO DEL


HOME QUE FACE LAS COSAS RABIOSAMENTE, E A
QUE TORNA SU FACIEXDA

"Ya oí este ejemplo e


DIJOentendí
rey '"1 al filósofo
lo;
:

pues dame agora ejemplo del


homne que face las cosas sin albedrío e
sin pensamiento e a qué torna su facienda e cima."
Dijo el filósofo: "El que non face sus cosas de
vagar, siempre se arrepiente, et esto semeja al
•ejemplo del religioso e del can e d§l culebro."
Dijo el rey: "¿E cómo fue eso?"
Dijo el filósofo: "Dicen que en tierra de Jor-
gen había un religioso que había su muger, e
estovo ella que se non empreñó un tiempo, desí
empreñóse, e fue su marido muy gozoso, et dí-
jole: "Alégrate, ca fío por Dios que parirás fijo
varón, complido de sus miembros, con que nos
alegremos e de que nos aprovechemos et quie- ;

ro le buscar ama que lo críe, e buen nombre que


le ponga." Et dijo la muger: "¿Quién te pone
en fablar en lo que non sabes si será o non?
Calla e sei pagado con lo que Dios te diere que ;

el homne entendido non asma las cosas non


ciertas, nin judga las aventuras, ca el querer e
el asmar en solo Dios es, et sepas que quien
quiere contrastar las aventuras e judgar las
cosas antes que sean, acaescer le ha lo que acaes-

I 9 3

Calila y Dimna 13
CALILA Y DIMNA

ció al religioso que vertió la miel e la manteca


sobre su cabeza." Dijo el marido: "¿Cómo
fue eso?"

Dijo la muger: "Dicen que un


vértiT'íf'mTei y"ia religioso había cada día limosna
de casa de un mercador rico, pan
crblza*^*--*"""^^--^"
e miel e manteca e otras cosas de
"

comer. Et comía el pan e los otros comeres, e


guardaba la miel e la manteca en una jarra, e
colgóla a la cabecera de su cama, fasta que se
finchó la jarra. Et acaesció que encaresció la
miel e la manteca, et estando una vegada asen-
tado en su cama, comenzó a fablar entre sí et
dijo así: "Venderé lo que está en esta jarra por
tantos maravedís, e compraré por ellos diez
cabras, e empreñar se han, e parirán a cabo de
cinco meses." Et fizo cuenta desta guisa, e falló
que fasta cinco años montaban bien cuatrocien-
tas cabras. Desí dijo: "Vender las he e com-
praré por lo que valieren cient vacas, por cada
cuatro cabras una vaca, et habré simiente, e
sembraré con los bueyes, et aprovechar me he
de los becerros e de las fembras e de la leche,
et antes de los cinco años pasados habré dellas
e de la leche e de las mieses algo grande, let la-
braré muy nobles casas, e compraré esclavos e
esclavas et esto fecho, casarme hé con una
;

muger muy fermosa e de grant linaje e noble,


e empreñar se ha de un fijo varón complido de
sus miembros, e poner lo he muy buen nombre,
e enseñar le he buenas costumbres, e castigar
lo he de los castigos de los reyes e de los sabios,

I 9 4
CALILA Y DIMNA

et si el el enseñamiento non rescibiere,


castigo e
ferir lohe con esta vara que tengo en la mano
muy mal." Et alzó la mano e la vara en diciendo
esto, e dio con ella en la jarra que tenia a la
cabecera de la cama, e quebróse, e derramóse
la miel e la manteca sobre su cabeza.

Et tú, homne bueno, non quieras fablar nin


asmar lo que non sabes que será."
Desí parió la muger un fijo complido de sus
miembros, e fueron muy gozosos con él. Et
acaesció un día que se fué la madre a recabdar
lo que habia menester, e dijo al marido: "Guar-
da tu fijo fasta que yo torne", e fuese ella. Et
estovo él y un poco, e antojóse le de ir a alguna
cosa que hubo menester, que non podía escusar,
e fuese dende, e non dejó quien guardase el
niño, si non un can que había criado en su casa.
Et el can guardó lo cuanto pudo, ca era bien
nodrido. Et había en la casa una cueva de un
culebro muy grande negro. Et salió e veno para
matar al niño. Et el can cuando lo vido saltó
en él e matólo, e ensangrentó se todo del.
Et tornóse el religioso de su mandado. Et en
llegando a la puerta, salió lo a recibir el can con
grant gozo, mostrando le lo que ficiera. Et él,
cuando vido el can todo ensangrentado, per-
dió el seso pensando que había muerto a su fijo,
€t non se sufrió fasta que lo viese, et dio tal
golpe can fasta que lo mató e lo aquedó, e
al
non debiera facer, Et después entró e falló al
lo
niño vivo e sano, e al culebro muerto e despe-
dazado, e entendió cómo acaeciera, et comen-

I 9 5
CALILA Y DIMNA

zóse a mesar e a llorar e a carpirse e a decir:


"Mandase Dios que este niño non fuese nasci-
do, e yo non hobiese fecho este pecado e esta
traición." Et estando en esto entró su muger et
falló lo llorando.Et dijole: "¿Por qué lloras et
qué es este culebro que veo despedazado e este
can muerto?" Et él fizo gelo saber todo como
acaesciera, et dijo la muger: "Éste es el fruto
del apresuramiento, e del que non comide la
cosa antes que la faga, e que sea bien cierto
della: arrepentir se cuando non le tiene pro."

CAPITULO IX

DEL GATO E DEL MUR

"Ya ejemplo
DIJO el
del
rey al filósofo: oí este
homne rabinoso, qué es su cima. Pues
dame agora ejemplo de los dos enemigos,
cómo se el uno del otro a la hora de la
ayudan
cuita, e cómo guardan." Dijo el filósofo: "Con-
se
viene al homne, cuando cayere en manos de sus
enemigos, que pugne de haber amor con alguno
dellos, e tomarlo por amigo, para vencer con
él los otros enemigos ca non puede ser que el
;

amigo sea todavia amigo, nin el enemigo, ene-


migo. El amigo, cuando le facen pesar, tórnase
enemigo, et el enemigo, cuando vee que le yace
pro en su amigo, non finca 'en su enemistad, e
tórnase amigo leal. Et el homne saTDÍo, a la hora
de la cuita, face amistad con sus enemigos, e

I 9 6
CALILA Y DIMNA

al nescio cierranse le todas las carreras, así que


non sabe razón nin manera por do estuerza,
fasta que peresce en nescedat. Et este es el
ejemplo del mur e del gato, los cuales se libraron
uno a otro." el rey: "¿Cómo fue eso?"
Dijo
Dijo el filósofo: "Dicen que en una tierra
había un árbol muy grande, que llamaban vai-
rod, et había al pie del muchos vestiblos, e en
sus ramas muchos nidos de aves. Et había a
raíz deste árbol una cueva de un mur, que había
nombre Vendo, et allí cerca del árbol había un
gato, que había nombre Rabí. Et solían allí
venir a menudo los venadores e venar aquellos
venados et cazar las aves de cerca de aquel
árbol. Así que un cazador armó sus lazos, e
cayó y el gato. Et en esto el mur salió de su
cueva, e andovo buscando qué comiese; e en
reguardándose con todo esto, et catando a todas
partes muy apercebido, vido al gato estar en los
lazos, et fue muy alegre. Desí paró mientes
empós desí, e vido un lirón que le yacía en ce-
lada, et cató a suso e vido un buho en un ramo
del árbol que lo estaba aguardando por lo ma-
tar. Et temióse que si se tornase atrás que sal-
taría en él el lirón, et si se fuese a diestro o a
siniestro que lo levaría el buho, et que si fuese
adelante que lo prendería el gato; et dijo en su
corazón Debo me ayudar del seso e de las
:

artes de guisa que estuerza deste peligro ca los


;

corazones de los sabios, mares son profundos, e


con ellos saben qué ha entre desamparar se
homne a muerte e entre trabajar se de escapar;
et cuando son en el vicio non se aseguran de

I 9 7
CALILA Y DIMNA

los durar la vida nin se desamparan en la tri-


bulación e en la cuita. Et yo he pensado, e non
fallo otra arte por que estuerza deste mal, si
non pedir tregua al gato e ganar su amor. Ca
él está en grant cuita, que lo non puede otro
librar si non yo, et por ventura dar me ha el
gato tregua por su pro, e yo otrosí escaparé
por él deste mal a que só llegado."
Desi llamó al gato e díjol: "¿Cómo estás?"
Dijo el gato: "Ya vees tú cómo esto; pues ¿por
qué preguntas?" Dijo el mur: "Non te men-
tiré, ca el mentir es cosa aborrescida; et por
ventura bien querría yo que fueses en mayor
estrechura, et que llegase el tiempo de la tu
muerte. Mas es acaescido tanto de mal, que me
non place por que estás así, et non es ninguno
que mejor me pueda librar desto en que esto,
e deste tan grant peligro en que esto, salvo tú;
et tú otrosí, non hay ninguno que mejor te pue-
da librar desto en que estás, que yo. Ca yo esto
en reguardo del lirón e del buho que me están
aguardando, et yo esto flaco que me les non
podré amparar. Et si tú me segurares de tí
mesmo, e me fueres fiador de me librar de los
otros que me tienen cercado, librar te hé yo
desto en que estás e estorcerás desta prisión.
Et plégate desto, et ayúdame a librar a mí e
a tí ca así como yo quiero tu vida por razón
;

de la mía, otrosí tú debes amar mi vida por


razón de la tuya, así como escapan los homnes
de la mar por las naves, e las naves escapan por
los homnes, e así fío por Dios que escaparemos
desta tribulación amos, ayudando nos."

I 9 8
CALILA Y DIMNA

Et después que esto oyó decir el gato al mur,


sopo que decía verdad, et díjole "Verdad diqes, :

e yo te guardaré esta merced por siempre, e


habré de te lo galardonar." Et dijo 'el mur:
"Déjame llegar a tí, ca el buho e el lirón, cuando
nos vieren atreguados, tornar se han. Et cuan-
do yo fuere seguro dellos, tajaré estos lazos
en que yaces." Et fizólo así el gato, e asegu-
rólo, 'C el mur llegóse a él. Et cuando el buho
e el lirón vieron esto,
tornáronse de aquel lugar.
Et comenzó el mur a tajar la red nudo a nudo;
et en veyendo el gato que non era acucioso en
lo tajar,dubdó del et díjole: "Amigo, ¿por qué
non te apresuras en tajar la red? Por ventura
que arabaste ya lo tuyo e eres seguro, por esto
lo faces. Et si así es, non es fecho de homne
justo. Et así como me yo apresuré en te librar,
tú otrosí debes te femenciar en librar a mí. Et
si te niembras de la enemistad antigua non lo

debes facer; ca me has ya probado por bueno,


que otro o mejor debe ser loado. E non debes
parar mientes a la antigua malquerencia ca los ;

buenos non tienen mala voluntad, mas son gra-


descedores del bien fecho e la merced, segunt ;

ellos creen, amata los muchos pecados."


Dijo el mur: "Los amigos son en dos mane-
ras el uno es amigo puro, e el otro es el que
:

face amistad de otro en hora de cuita e de nes-


cesidad. Onde el puro amigo debe amar al ami-
go más que a sí mesmo, e a sus parientes e a
su haber; ca es leal por naturaleza. Et el otro,
que se toma por hora de cuita, a las veces dura
su amor e a las veces desfácese. Et por ende

I 9 9
CALILA Y DIMNA

conviene al homne cuerdo que se guarde; ca el


que pone amor con su enemigo e fía por él e
non se guarda del, será tal como el homne que
come más de lo que debe e non lo sufre su estó-
mago nin lo puede moler, e lazra con ello. Et
yo he compartido mi obra, e fíncame un poco
por facer ca toda obra ha sazón e tiempo, et el
;

que face la obra sin sazón e sin tiempo non se


aprovecha de su fruto. Et yo tajar te he esta
red un nudo empós otro, e dejaré un nudo por
ser seguro de tí en guisa que le quiebres tú en
tiempo que me non puedes alcanzar cuando sa-
lieres de la red." Et cuando amanesció veno y
el cazador a aquel lugar; et el mur, cuando lo
vido, comenzóse a esforzar a cortar lo qug que-
daba de la red, e cortólo; e subió el gato en el
árbol, e entró el mur en su forado, e el cazador
tomó su rede e fuese su carrera.
Desí quiso el mur salir del forado e vido al
gato e non se llegó a él. Et llamó lo el gato et
díjole "¿Por qué non te llegas a mí, el mi ami-
:

go que tan grand merced me feciste? Ca yo he


grant sabor de facer galardonar el bien que me
has fecho, et dar te hé yo a comer el fruto de
tu obra. Pues llégate a mí e non temas, ca non
amo más a mí que a tí." Et juróle que le non
buscaría mal. Dijo el mur: "El que non sabe
traer su fecho con sus enemigos e con los ami-
gos, face mal a sí e mátase. Et la enemistad e
la amistad han lugar, do debe el entendido usar
dellas segunt debe. Et el homne entendido non
debe poner su amor con el homne que era su
enemigo, si non fuere en hora de cuita ca los
;
CALILA Y DIMNA

fijos de las bestias siguen a sus madres mientre


han de mamar dellas, et cuando las pueden es-
cusar fuyen dellas, et el enemigo cuando se
torna amigo por esperanza de algunt pro, des-
pués que lo acaba tórnase a su enemistad, así
como face el agua cuando la escalienta el fuego,
que si se parte del fuego tórnase a su friura.
Et tú eres mi enemigo natural e tú a mí otro
tal. Pues ¿cómo se endereszará amor entre nos?

Et yo non sé para qué me hayas tú menester


si non para comer me." Desí comenzó el mur
a se reguardar del gato e a ser muy apercebido."

CAPITULO X

DEL REY VARAMUNT E DEL AVE QUE DICEN CATRA

"Ya
DIJOpues dame ejemplo
el rey al filósofo:oí este ejemplo
que rescibió tuer-
del
to e cómo el que gelo fizo se debe guardar
del." Dijo el filósofo: "Esto es el ejemplo del rey
e del ave que decían Catra." Dijo el rey: "¿E
cómo fué eso?" Dijo el filósofo: "Dicen que un
rey muy poderoso, que había nombre Vara-
munt, tenía un ave que decían Catra, et esta
ave fablaba e era muy entendida, e había un fijo
pollo. Et el rey mandó guardar a Catra e a su
fijo en casa de su muger, la que era señora de
sus niugeres, et mandó a ella que los mandase
guardar. Desí acaesció que parió la muger del
rey un fijo; et criaron se el niño con el pollo,
CALILA Y DIMNA

e comían en uno e jugaban en uno. Et Catra


iba cada día al monte, e traía dos frutos muy
estraños que non sabía ninguno qué era, et da-
ba el uno a comer a su fijo e el otro al infante.
Et crescieron por esto más aína, et esforzáronse
mucho, de guisa que lo entendió el rey, et amó
más por ende a Catra.
Et acaesció un día que mientra Catra fue a
buscar aquellos dos frutos entró su fijo a una
casa do tenía el fijo del rey sus palominos. Et
cuando vio entrar ende al fijo de Catra pesóle,
e ensañóse e tomólo, 'e dio con él tierra e ma-
tólo. Et veno Catra, e falló su fijo muerto, e
dio voces, e fizo grant duelo, e dijo: "¡Oh, qué
mal barata el homne en vevir con los reyes, que
non a en ellos verdad nin lealtad, et malastru-
go es el que ha amor con ellos ca nin son para
!

amigo nin para vasallo nin para acostado, nin


honran a ninguno, si non por algunt pro o por
alguna esperanza. Et desque han acabado con
él lo que han menester, non finca amor entre
ellos nin amistad mas solamente non es su fe-
;

cho si non mentir e fallir e engañar e descreer


e desconocer a los que los sirven, et cuentan
los por pequeños. Et quiérome vengar des-
te falso traidor que mató a su compañero e a
su amigo, con quien comía e bebía e jugaba."
Desí saltó a los ojos del niño e quebró gelos
con sus uñas, e voló e posó en un lugar muy
alto.
Et hubo muy grant
ficiéronlo saber al rey, e
pesar, ethubo esperanza que enartaría a Catra,
de guisa que la enartando la mataría. Et cabal-
CALILA Y DIMNA

gó el rey e fuese para ella, et llamóla por su


nombre, a salva fe, e díjole que veniese. Et ella
non quiso venir et dijo: "Rey, bien sabes que
al traidor, si le yerra la justicia deste siglo, non
le yerra la del otro. Et tu fijo fizo traición, e
yo le di la pena en este siglo. Dijo el rey: "Ver-
dad dices, ct bien sé yo que es así como tú di-
ces pues vente tú para nos e sei segura, ca non
;

habemos desto cura." Dijo Catra: "Non me lle-


garé a ti, ca los homnes de buen entendimien-
to defienden que se non llegue homne al hom-
ne que rescibió tuerto, et dijeron "Cuanto más
:

te falagare el que mala voluntad te tiene e al


que feciste mal, et cuanto más
fablando te
fuere, tanto más lo estraña tú e lo aparta de
tí ca non ha tal seguridat del enemigo, como
;

alongar se del e guardarse del." Et dicen que


el homne entendido debe contar a su padre e

a su madre por amigos, e sus hermanos por


compañeros, e su muger por solaz, e sus fijos
por nombradla, e sus fijas por contendoras, et
cuente así mesmo por solo señero. Et yo lievo
hoy de tí muy grant carga de pesar, que nin-
guno non la. lieva conmigo; e finca con salud."
Dijo el rey: "Si tú comenzaras a facer el mal
e el atrevcncia, sería segunt tú dices mas pues ;

que lo non comenzamos, ¿qué culpa has tú, e


qué te veda que non fíes de nos?" Dijo Catra:
"Las malas voluntades han muy apoderados
lugares en los corazones, así que la lengua non
dice lo que es en el corazón con verdat, et el
corazón afirma e testigua más derechamente lo
que está en el otro corazón que la lengua; e yo

203
CALILA Y DIMNA

fallo que mi corazón non testigua nin acuerda


con tu lengua, nin con tu corazón." Dijo el
rey: ";No sabes tú que las malas voluntades
son entre muchos homnes, et el que ha seso ha
mayor sabor de amortiguar la malquerencia que
avivarla?" Dijo Catra "Bien es así como tú
:

dices pero el homne de buen acuerdo non se


;

debe asegurar en aquel con quien está homi-


ciado, et el homne de buen consejo témese de
las artes e de los engaños. Et sabe que muchos
homnes hay que degüellan los ganados que
crían e comen sus carnes, e por cuantos dellos
degüellan, non cesa-n los que fincan de seguir
sus señores e de vevir con ellos. Otrosí las bes-
tias salvajes ha homne dellas muchas, et cuan-
do degüella algunas dellas non se parten por
ende las que fincan del homne."
Dijo otrosí Catra: "Las malas voluntades te-
midas deben ser, et mayormente las que son en
los corazones de los reyes, ca los reyes creen
que vengar su homecillo es honra e grant prez.
Et el homne entendido non se engaña en la
tregua del homne que tiene mala voluntad, ca
tal es la mala voluntad cuando non la mueven,
como las ascuas del fuego cuando non echan
leña. Et el que demanda su homecillo así es
como el fuego que demanda la leña, e cuan-
do gela echan de suso enciéndese luego. Et con
todo esto algunt homiciero hay que ha esperan-
za de haber amor con su homiciado por algunt
pro o por algunt ayuda que entiende que le fa-
ga et yo só tan flaco que tú non puedes de mí
;

haber ayuda nin pro, para que pierdas la mala

204
;

CALILA Y DIMNA

voluntad que me tienes en tu corazón. Onde


non veo mejor consejo que fuir de ti, et finca
con salud."
Dijo el rey: "Sabe que las criaturas non han
poder de se nucir unas a Otras, ca este poder es
de Dios solo et si ventura has de rescebir de
;

nos algunt mal de que temas, non lo podrás fuir


nin esquivar. Et si yo he puesto en mi corazón
de te matar e de te prender, desi el juicio de
Dios a contra de lo que quiero es, non lo po-
drás ; así como ninguno puede criar ninguna
cosa del mundo si non por mandamiento de
Dios, así non la puede perescer nin matar. Et
lo que tú feciste a mñ fijo, non hobiste y culpa
ninguna, ca fue por mandado de Dios ca lo que ;

fizo mi fijo al tuyo, otro tal, ca. fue pbr el juicio


divino, et tú non debes reprehender lo que la
ventura fizo."
Dijo Catra: "Así es como tú dices, que to-
das las cosas por ma.ndado de Dios se facen
en pero el enviso débese guardar de las co-
sas temederas, ca ayuntan con la creencia
apercibimien'to, et yo sé bien que me dices con
la boca lo que non tienes en el corazón. E tú
quieres vengar lo que fize a tu fijo, e mi alma
aborresce la muerte. Et dicen que las malas ven-
turas e las tempestades son pobreza et pesar
e certidumbre de enemigos, e partimiento de
amigos, e enfermedad e vejez, et cabeza de to-
dos estos males es la muerte. Et non ha ningu-
no que sepa mejor el corazón del cuitado que el
que. sintió lo que él siente. Et por lo que yo
tengo en el corazón conosco lo que tú tienes en

2 5
CALILA Y DIMNA

el tuyo. Et non me es bien la tu compaña, ca


nunca vez te nembrarás de lo que fice a tu fijo,
nin yo de lo que tu fijo fizo al mío, que non se
nos muden los corazones,"
Dijo el rey: "Non es homne de buena parte el
que non puede olvidar lo que tiene en el cora-
zón, de guisa que le non faga pesar." Dijo Ca-
ira: "El homne que tiene en la planta del pie
la llaga, non puede escusar de se non facer mal,
maguer que pune de non andar sobre ella. Et
non conviene al homne cuerdo de dejar la guar-
da de su cuerpo e ser engreído, que el que se
engríe en su fuerza e quiere andar los caminos
peligrosos, anda buscando su muerte; et el que
come o bebe más de lo que debe e yace con mu-
geres sin mesura, quiere se matar. Et quien ma-
yor bocado face en su boca de lo que puede tra-
gar, derecho es que se afogue con él. Et quien
se deja de guardar e se engaña por palabra de
su enemigo, mayor enemigo es de sí mesmo que
non su enemigo.
"Et non debe homne parar mientes en las
aventuras que non sabe sí le vernán; más dé-
bese entremeter de ser envíso e fuerte en su fa-
cienda. Et el homne entendido non se debe me-
ter a los miedos, fallando otra carrera para sin
miedo et yo he muchas carreras do vaya, así
;

que non iré a parte del mundo que non falle mío
vito. cinco cosas son, que debe el homne fa-
Ca
cer e haber, doquier que vaya; e si las face co-
nórtanle cuando es en tierra eslraña, e fácenle
ganar vito e amigos la primera es resestirsc de
;

mal facer ; la segunda es enseñamiento ; la ter-

206
CALILA Y DIMNA

cera es esquivar las colpas la cuarta es fran-


;

queza de corazón la quinta es sotileza e acu-


;

ciamieuto en su obra.
"Et el homne entendido, cuando se teme de
perescer, de grado desampara la muger e los
fijos e el haber e la tierra, ca todo lo puede co-
brar, e el anima nunca. Et el peor haber es el que
non despiende delio, e k peor de las mugeres es
la que non se aviene bien con su marido, et el
peor fijo es el desobediente, et el peor amigo es
el que desampara a su amigo a la hora de la
cuita, et el peor de los reyes es el que teme el
que non ha culpa, et la peor tierra es la teme-
rosa do non se asegura el homne; et yo sé que
mi alma non ha seguranza nin sufrimiento en
ser cerca de tí." Desí despedióse del fey e voló
et fuese."

CAPITULO XI

DEL REY CEDERAXO E DE SU AGUACIL BELET E DE


SU MUGER IIELBED

rey al filósofo: "Ya oí este ejemplo.


DIJODime el

agora de cuáles cosas debe el rey


más usar para guardar a sí e a su reino e
su poder, si es mesura o nobleza de corazón, o es-

fuerzo o franqueza." Dijo el filósofo: "Sepas que


la cosa con que debe el rey guardar su reino e
sostener su poder e honrar a sí mesmo, es
mesura; ca la mesura guarda la sapiencia e la

207
CALILA Y DIMNA

honra, et la materia de la honra es aconsejarse


con los sabios e con los entendidos, e facer su
obra de vagar. Et la más santa obra e la mejor
para cada uno es La mesura, cuanto más para
los reyes, que propiamente se deben consejar
con los sabios e con los fieles, por tal que les
departan el buen consejo e gelo muestren, e que
los ayuden con la nobleza de corazón.
Ca el homne maguer sea esforzado e escorre-
cho, si non hobiere mesura e fueren sus conse-
jeros menguados de seso, maguer que la ven-
tura le guise bien sus cosas e lo metan en ale-
gría e en placer, ^e en vencimiento e en gozo,
non puede ser que a arrepentimiento e a peligro
non torne; ca 'la ventura es raíz de las cosas et
es apoderada en ellas. Et el homne que más se
debe alegrar en su consejo es el sabio que acon-
seja todavía con los sabios. Et cuando el rey
fuere sabio e fuerte, e su consejero sabio e leal
e desengañador, a ése da Dios lo que quisiere
de seso e de ganancia, e vevirá siempre en bien
e en buena andanza, et non le podrá nocir si^
enemigo, nin haber poder sobre él. Et sí él qui-
siere facer alguna cosa que non debe, que sea a
daño de sí e a provecho de su enemigo, estor-
cerá della por consejo de sus privados, así como
estorció el rey Cedrán por su privado Belet e
su muger Helbed." Dijo el rey: "¿Cómo fué
eso?"
Dijo el filósofo Dicen que un rey de los re-
:

yes de India era muy granado e de grant prez


e vencedor, e de muy grant mantenimiento, e
sostenedor de su reino. Et había un privado que

208
CALILA Y DIMNA

decían Belet, et era muy sesudo, et punaba toda


vía en facer servicio a Dios e al rey. Et aquel
rey, yaciendo en su lecho durmiendo, vido en
sueños una visión siete vegadas, una empós de
otra, e despertó muy espantado. Et la visión
era ésta dos truchas bermejas que venían con-
:

tra él enfiestas en las colas, e dos ánades vo-


lando empós dellas, e que se le paraban delante,
et una culebra que le saltaba a los pies. E veía
otrosí que su cuerpo estaba todo bañado en
sangre, e que le habían lavado el cuerpo con
agua. Et vio que estaba en pie encima de un
monte blanco. Et veía que tenía en la cabeza
una cosa que le semejaba fuego, et veía una
ave blanca que le picaba en la cabeza CQn su pico.
Cuando fue despierto fizo llamar una gente
de una seta que él había estroído e perseguido
tanto, que les había estragado e echado de sus
tierras e muerto muchos dellos, et decían les
Albarhamiun. Et trajeron gelos después que
los fizo buscar con grant escodruño. Et cuando
ellos venieron fallaron al rey con gran cuita e
muy espantado de la visión que viera. Et de-
mandóles que le declarasen aquella visión. Et
ellos dijeron: "Señor, esta visión es muy fuerte,
e es mucho de temer; e si lo por bien tovieres,
señor, mandar nos has salir de aquí, e disputar
nos hemos unos con otros, e leeremos unos
libros e el entendimiento que fallaremos, et des-
pués de algunos días tornaremos a ti por facer
su departimiento et qué acaescerá ende, et pug-
naremos como escapes de su maí." Et el rey
fue pagado desto que le dijeron, et mandóles ir.

209
CALILA Y DIMNA

E ellos fuéronse, et ayuntáronse en uno, et


dijeron unos a otros: "Este rey ha matado de
nos más de doce mil personas e ha destruido
nuestra ley e ha muerto nuestros sacerdotes,
et agora descubriónos su poridad, et habernos
fallado carrera como nos podamos vengar del.
E seamos todos de un consejo, que le metamos
miedo e que le soltemos el sueño a nuestra gui-
sa; et el miedo le fará facer cuanto nos quisié-
remos e dijéremos. Et digamos le así: "Éste
que tú viste, señor, es tu muerte e perdimiento
de tu regno, ca tornará en tus enemigos. E esto
non lo puedes desviar en guisa del mundo si
non matares a Helbed, tu más honrada muger,
madre del tu más amado fijo Gembrir, e a
Gembrir tu fijo, e el fijo de tu hermana, que
tú mucho amas, e a Belet, tu privado alguazil,
et a tu escribano, que sabe tus poridades et que
;

quebrantes la tu mejor espada del tu mayor


prescio, e que mates el tu elefante blanco que
cabalgas, e a los otros dos elefantes presciados,
e el tu buen caballo corredor, e a Caimerón el
filósofo desí que fagas poner la sangre déstos
;

en una tina e que te bañes en ella siete veces e


que estemos nos enderredor de tí e que te es-
cantemos fasta que te mundifiquemos de los
pecados que feciste por que meresces de Dios
;

perder el reino e tu honra." Et si nos él creyere


e lo ficiere, non 'le fincará después fuerza nin
honra, et si lo quisiéremos matar, podemos lo
facer."
Et ficiéronlo así, et entraron a él et dijéronle:
"Señor, siempre hayas buenos agüeros e acabada
CALILA Y DIMNA

honra. Si por bien tovieres de te apartar conus-


co, decir te hemos lo que nos demandaste." Et
mandó rey salir dende cuantos con él esta-
el
ban. Et dijéronle todo lo que habían comedido
de facer: de matar a todos sus amigos e a sus
bien querientes. Et díjoles: "Más valdría la
muerte que yo matare a éstos, que
la vida, si
amo tanto mí mesmo et yo mortal só
como a ;

sin falla, ca esta vida, breve es, e non seré rey


por siempre. Et morir o perder mis amigos una
cosa es." Dijéronle los de Albarhamiud: "Se-
ñor, si tú te non ensañares, facer te hemos saber
que lo que tú dices non es derecho, mas es
yerro en amar tú a otrie más a ti mesmo. Sabes
tú que en seyendo tu reino en tu poder cobrarás
tus amigos et ellos non podrán cobrar a tí. Pues
oye lo que te decimos e créenos e faz lo que te
mandamos, e mueran tus bien querientes por
que tú estuerzas, ca otros podrás haber después
en cambio dellos, et si tú los dejas, e dejas a tí
perder, nunca habrá cambio de tí."
Et cuando el rey vido que los de Albarhamiud
lo acuitaban tanto, cuidó que le decían verdad
e hubo, grant pesar. E levantóse de entre
muy
ellos, fuese para la casa que tenía apartada
et
para sus tristezas e para pensar en los acaescí-
mientos del mundo. Et echóse de cara en tierra,
e revolvíase como pece cuando lo sacan del
agua, et comenzó de decir en su corazón: "¿Cuál
destas cosas me será más fuerte: desamparar
me a muerte o matar a mis amigos? ¿Cuánto
es lo que yo puedo haber en mi regno?. ca yo
non puedo vevir siempre, et ¿cómo habré yo

2 I I
CALILA Y DIMNA

alegría e placer cuando yo non viere a Helbed,


mi muger, et a Gembrir, mi fijo, e al fijo de mi
hermana? ¿E cómo podré fincar en mi regño
si mi privado Belet muere, e el sabio Caime-

rón, e el caballo corredor e los elefantes? ¿Et


non habré vergüenza de me llamar rey, perdien-
do yo aquestos? ¿Et cómo veviré después de
ellos?" Et estovo siempre cuitado fasta que fue
sabido por toda la tierra* et lo entendieron sus
ricoshomnes et toda su compaña.
Cuando vio esto Belet, fuese para la muger
del rey et dijo: "Yo non qué ha el rey, et yo

nunca le vi facer cosa pequeña nin grande, des-
pués que lo conosco, que non metiese a mí en
consejo le que non fablase comigo todas sus
poridades, por que sabía que le era leal e que
me dolía de su mal, e nunca portero nin man-
dadero había entre nos donde quier que él fuese
o estoviese, e aun con sus mugeres estando. Et
agora, de pocos días acá, ha se apartado con los
de Albarhamiud, e temóme que le aconsejaron
su daño e el nuestro et de todo el pueblo. Pues
liévate e vete para el rey, e pregúntale de su
facienda, e desí dime lo que sopieres, ca non
puedo entrar a él nin estar con él. Et por ven-
tura los Albarhamiun le mandaron facer algunt
pecado e algunt fecho laido; et el rey ha por
costumbre que cuando se ensaña non se sufre
en ninguna guisa, nin se da lugar, onde por
ventura aquellos le farán verter algunas san-
"
gres.
Dijo Helbed: "Hobe unas palabras con el
rey, e por eso non le quiero comenzar a fablar."
CALILA Y DIMNA

Dijo Belet: "Non debes agora parar mientes a


los rieptos que hobiste con él. ca non es agora
tiempo, estando nos tan cerca de lo que teme-
mos ca non puede ninguno entrar al rey si non
;

tú, que yo le oi muchas veces decir: "Cuando


só en cuita e en cuidado e veo a Helbed, todo
lo pierdo, e tórnase me en alegría." Pues lié-
vate, buena dueña, e vete para el rey, e espacia
su corazón, e conórtalo e aconséjalo, et dile lo
que entendieres, e le fará pro et faz nos merced
;

a todo elpueblo."
Et ella levantóse e fuese, e entró .al rey e
asentóse a su cabeza, e alzógela de tierra, et di-
jole: "¿Qué has, señor loado, o qué oiste decir
a los Albarhamiud, por que tienes cuidado e
dolor? E yo non lo sé, ca si lo sopiere estaría
triste contigo. Et tanto veo de la tu tristeza e
pesar e cuidado, que me pesa de corazón. Et
non puedo ser triste por lo que non sé, ca el
rey es tan con el pueblo como la cabeza con el
cuerpo cuando la cabeza está bien el cuerpo
;

está bien. Et nos non podemos ser alegres se-


yendo nuestro rey triste e con pesar."
Dijo el rey: "Buena dueña, non me acrescien-
tes en mi dolor, nin me preguntes en mi facien-
da." Dijo Helbet: "Señor, ¿por qué me lo non
dices? ¿Has sospecha en mí? Et non cuidaría
yo que llegaría en estado que me sospechases
en tu fecho; ca cuando el homne alguna cosa
de cuita le viene, débese aconsejar con sus ami-
gos e con los sesudos honines, por que le desen-
gañen de su facienda. Et tú, señor, non debes
haber dolor nin facer lo haber a tus amigos e

213
CALILA Y DIMNA

a los de tu regno, et facer haber alegría a tus


enemigos e a los que han en tí venganza." Dijo
el rey: "Buena dueña, hasme fecho pesar, et
non es a tí nin a mí bien en te decir desto'nada."
Et dijo Helbed: "Más es bien para mí e para tí.
Et si me lo dijeres partirás comigo el pesar e el
cuidado." Dijo el rey: "Pues que lo quieres
saber, este es el pesar e el cuidado que tengo.
Mandáronme los Albarhamiud que mate a tí e
a tu fijo e a mi sobrino e a mi privado Belet,
e a cuantas cosas honradas e presciadas yo he,
tan bien de mis bestias como de las otras cosas.
Et dijeron que con esto estorceré e seré salvo
de mis pecados."
Et cuando Helbed esto oyó non le mostró
ningunt miedo, mas sonriósele en la cara e dí-
jole: "Señor, por esto non debes estar triste,
ca nuestras almas ofrecidas te son, et de grado
las dejaremos por librar a tí de tristeza e porque
finques en tu regno. Et tú has otras mugeres
sin mí, diez e seis mil con Jorfate la buena
dueña, que habrás en vez de mí. Mas una cosa
te quiero rogar e pedírtela en merced, et faz me
la pedir el amor que e he; que desque esto
hobieres fecho non fies nin creas por los de
Albarhamiud, nin te aconsejes, nin creas por
lellos en cosa del mundo, et que non mates a
ninguno arrebatadamente, por que después non
te arrepientas ca non podrás resucitar al que
;

matares.
"Et dicen que el homne cuando fallere algunt
vedrio en tierra e dubdare que non es vedrio,
que lo non debe echar fasta que lo muestre a

2 I 4
;

CALILA Y DIMNA

los que lo conoscen, e conoscen las piedras


preciosas. Et niémbrate. señor, que los de Al-
barhamiud nunca bien te quisieron, et tú has
muerto dellos doce mil e non les debías decir
tu visión nin otra cosa, nin creer lo que dicen;
ca por la mala voluntad que te han, quieren
matar tus amigos e tus privados e tus bien que-
rientes, tal de se vengar de ti. Et quieren
por
te perder todas las cosas que mantie-
facer
nen tu reino, e con que tú estás apoderado, et
cuando hobieses muerto éstos, apoderar se han
de ti e habrán tu reino así como lo ante habían
mas aquí está Caimerón, muéstrale tu facienda
e demándale consejo, que es sabio destas cosas,
e es otrosí dellos, e nos non le sospechamos
que te dé leal consejo. Et pregúntale por lo
que viste en sueños; et si él te mandare lo que
los otros te mandaron, fazlo, et si te mandaie
ál, verás que aquellos mentirosos son tus enemi-
gos que quieren desfacer del tu reino."
Et cuando el rey oyó esto que le aconsejaba
la reina, tovo que le aconsejaba bien, et cabal-
gó en su caballo, et fuese para Caimerón, que
era cerca del. Et cuando llegó a su puerta des-
cabalgó e entró a él e humillóse le. Et dijo el
Caimerón al rey: "¿Qué te acónteselo, rey,'
que veniste acá, e por qué eres tan demudado
e tan triste, et non te veo traer la corona en la
cabeza nin la diadema que sueles?" Et el rey
díjole la visión que viera e lo que le mandaron
los Albarhamiud.
Díjole Caimerón: "Non temas, señor, nin te
mates, nin hayas miedo desto ca non morras nin
;

2 I S
CALILA Y DIMNA

perderás el reino, et yo te soltaré el sueño. Se-


pas, señor, que las dos truchas bermejas que se
enfestaban en las colas e venían facia ti es un
mandadero del rey de Niazor que verná a ti
con una arqueta en que habrá piedras prescio-
sas, prescio de mil libras de oro. Las dos ána-
des que viste que volaban delante e se asenta-
ban delante ti, serán dos caballos que te envia-
rá el rey de Balaf, que non habrá semejantes
dellos. Et la culebra que se llegaba a tus pies
es una espada muy fina que te presentarán de
Alhinde, que non le sabrá homne poner prescio.
Et la sangre en que te veias bañado es que te
enviará el rey de Cadaron unos paños muy ri-
cos que son llamados alholla que relucen en ti-
niebla. Et lo que veías que te lavabas con el
agua, es un rey romano que te enviará unos pa-
ños de lino muy albos de vestiduras de los re-
yes, que non les sabrá homne poner precio ; et
lo que vías que estabas sobre un monte blanco
es un elefante blanco que te enviará el rey Can-
dor, que correrá más que caballo. Et lo que te-
nías en la cabeza que semejaba fuego es una
corona de oro que te enviará un rey de Arme-
nia. Et la ave que viste que te picaba en la ca-
beza, esto non te soltaré agora, mas non temas
dello, que non te verná dello mal ninguno, ca
non es ál si non que te ensañarás contra alguno
de tus amigos, desí tornará en tu gracia e en
tu amor. Et estos mandaderos que te digo ver-
nán de aquí a siete días."
Cuando esto oyó el rey, fizo presces e gra-
cias a Dios, e loó a Cjiimerón el sabio, e hubo

2 I 6
CALILA Y DIMNA

grande alegría et mal trájose por que descubrió


su poridat a los de Albarhamiud. Et cuando pa-
saron los siete días, así como dijo Caimerón el
sabio, venieron los mandaderos con los presen-
tes fasta que se cumplió todo de la guisa que
dijo Caimerón. Et el rey fue muy ledo e hubo
grant placer e dijo: "Si non que me hubo Dios
merced e me acorrió con consejo de Helbed,
fuera perdido en este siglo e en el otro. Et por
esto conviene al homne cuerdo que se aconse-
je toda vía con sus amigos que sabe que lo des-
engañarán; ca Helbed me consejó muy bien,
et yo creíla e fálleme ende bien, et afirmó Dios
mi regno con el buen consejo de los buenos ami-
gos leales, et vi manifiestamente cómo es Cai-
merón sabio."
Desí fizo el rey llamar ante sí a todos aque-
llos que le aconsejaron los Albarhamin que ma-
tase, et dijoles: "Tengo por bien de partir en-
tre vosotros estos presentes, pues que vos ofre-
cistes a la muerte por amor de mí." Dijo Be-
led: "Señor, non nos debes loar por nos dejar
morir antes que tú, ca. nos non somos si non
para ti, et los presentes non pertenescen a nos,
mas solamente a los reyes." Dijo el rey: "Yo
quiero que comas del fruto de la tu paciencia,
tú e los otros, en querer morir de grado por es-
capar yo. Et yo he jurado que estas joyas non
entren en mi respuesto fasta que cada uno de
vos tome su parte." Díjole Belet: "Pues que
así es, señor, comienza tú e toma lo que a tí
pertenesce, e de lo que fincare faz lo que a tí te
pluguiere."

217
CALILA y DIMNA

Et tomó el rey el elefante blanco, e dio a


Gembrir, su fijo, un oaballo, et al escribano el
otro caballo ;dio a Belet la espada, et envió
a Caimerón los paños de lino. Et la corona e
los paños dorados que non pertenescían si non
para las mugares, mandó a Beled que llamase
a Helbed e Orfate, que eran las más honradas
de sus mugeres, et asentólas cabe si, et mandó
a Belet que pusiese los paños e la corona ante
Helbed, et que tomase cual quisiese. Et ella
pagóse mucho de lo uno e de lo otro, e non sopo
cuál tomar, et cató a Belet que le mostrase cuál
era mejor, et él fizóle del ojo que tomase los
paños. Et tornando el rey la cabeza, vido como
le ficiera del ojo; et ella cuando vido que el rey
había visto las señas que le fizo Belet, dejó los
paños e tomó la corona porque non hobiese sos-
pecha della. Et duró después Belet cuarenta
años que cada vegada que entraba al rey, cerra-
ba el un ojo e decía que era vizco, por que non
barruntase el rey que había con Helbed ningu-
na cosa.
Desí albergó el rey una noche en casa de Hel-
bed, ca así era su costumbre del rey, que una
noche estaba con Helbed e otra con Orfate. Kt
la noche que veno a albergar con Helbed, gui-
sóle un manjar de arroz, ca los reyes de India
suelen comer mucho arroz et entró a él su es-
;

cudillo de oro en la mano con el arroz et la co-


rona de oro en la cabeza, et estovo en pie antel
rey, la escudilla en la mano, et comenzó él a co-
mer dello. Et Orfate cuando sopo que el rey es-
taba con Helbed, hubo ende celos et vestióse
CALILA Y DIMNA

aquellos vestidos e adereszose lo mejor que pudo


et entró en la cámara donde estaba el rey con
Helbed. Et lucía la cámara de los paños que ella
traía, que relumbraban como el sol cuando nas-
oe. Et el rey cuando la vido pagóse mucho della
e cobdicióla, et dijo a Holbed "Nescia fueste en
:

tomar la corona e dejar los paños, que nunca


homne tales los vido, et bien paresce que Orfale
es de mejor seso que tú e de mejor acuerdo e
más semeja muger de rey."
Cuando Helbed vido que el rey alababa a Or-
fate e denostaba a ella, pesóle de corazón et en-
sañóse, e dio al rey con la escudilla de arroz
que tenía en la mano, por encima de la cabeza,
et corrióle el arroz por el rostro e por la barba
e por el cuerpo et esto fué averiguamiento de
;

lo que non quiso soltar Caimerón, et con ello


se cumplió la visión. Et el rey mandó llamar a
Belet, su alguacil, e díjole: "Ves lo que me fizo
esta muger, e cómo me deshonró e me afrontó,
e menospreció. Levádmela e descabezádmela, e
non me demandades más consejo de su facien-
da nin entredes a mí fasta que la hayades
muerto." Et salió dende Belet, e llevó a Hel-
bed, et dijo en su corazón : "Non me convie-
ne matar esta dueña fasta que se amanse la
saña del rey, ca es muger muy sesuda e bien
aventurada, tal que non ha su semejante entre
las reinas, et el rey non se podrá sofrir sin ella.
Et Dios ha librado por ella a muchos de muer-
te, et habemos aun esperanza en ella de aquí en
adelante, si visquiere. Et non só seguro de reb-
tarme el rey e de culpar me, si apresurada-

219
CALILA Y DIMNA

mente la matare; pues quiero la dejar viva fas-


ta ver qué terna el rey por bien de facer, et si
se arrepentiere por lo que ha fecho e le pesane
e se quejare, tornargela he, et si viere que de
todo en todo es acordado en la matar, cumpliré
yo su mandado. Et si la yo librare de muerte,
faré en ello tres cosas buenas : la una, que
la libraré de la muerte, et la otra, que me
presciará el rey más por ello sobre todos los
homnes del mundo; la tercera, que sabrá el
rey que non debe facer las cosas apresurada-
mente.
Et levóla para su posada, et encomendóla a
dos homnes fieles del rey que guardaban sus
mugeres, que la guardasen. Et mandó a su mu-
ger que la guardase e la honrase e conortase
fasta que él sóplese la voluntad del rey. Desí
veno Belet con su espada sangrienta, et entró
al rey muy triste. Et el rey díjole: "¿Compliste
lo que te mandé?" Et dijo: "Señor, complí."
Et a poco de hora lamansó le la saña al rey e
membróse de Helbet, como era mesurada e se-
suda e entendida e muy apuesta, et fué en grant
cuita. Et comenzó de conortarse e de esforzarse,
et habia vergüenza de preguntar a Bekt qué
ficiera del pleito de Helbed. Et dijole Belet:
"Non hayas pesar, señor, nin tristeza por la
muerte de Helbed, nin te acuites, ca el pesar nin
la cuita non te tiene pro, e desgastan el cuerpo
e desátanlo. Pues encomiéndate a Dios e non
fagas de guisa que hayan pesar los que te bien
quieren, et que hayan alegría tus enemigos, ca
si lo oyeren non lo ternán por seso nin por
:

CALILA Y DIMNA

acuerdo; onde ha menester que seas pacífico e


non tomes pesar, et si quieres dar te hé un
ejemplo que semeja a tu facienda." Dijo el rey:
"Di, Belet."

Et dijo Belet: "Dicen que dos


Las dos palomas ::
palomas, maslo e fembra, traje-
ron de los campos e de las eras trigo e cebada
a su nido fasta que lo fincheron." Dijo el maslo
a la fembra: "Agora, mientra falláremos en el
campo qué comer, non comamos desto nada. Et
cuando veniere el invierno e non falláremos nin-
guna cosa en los campos, tornamos hemos a lo
que tenemos, e comer lo hemos." E a la fembra
plúgole dello et ficieron uno a otro tal pleito en-
tre si. Et cuando cogieron el trigo e la cebada,
estaba liento, et finchóse con ello 'el nido. Desí
fuese el marido de aquel lugar a otro, et tardó
allá todo el invierno, fasta el verano, por que
fallaba bien de comer allá; et después tornáron-
se cada uno de su parte al nido en el tiempo
del verano, seyendo el trigo e la cebada seco e
menguado. Et desque lo vido el macho que es-
taba menguado, cuidó que lo había comido su
muger et díiole: "¿Non nos partimos amos con
postura que non comiésemos de lo que había en
el nido fasta que nos fallesciesen los campos?
Et veo que te lo has comido." Dijo la fembra
"Non comí dello nada, nin me llegué a ello,
mas cuando lo ahí pusimos estaba liento, et ago-
ra por la diversidad del tiempo está seco." Et
él non la quiso creer et conmenzóla de picar e
de ferir, fasta que la mató.
"
CALILA Y DIMNA
Et después que veno el tiempo del invierno e
las aguas, e relentesció el trigo e la cebada, e
finchóse el nido así como estaba de antes et ;

cuando el marido
vido lleno, arrepentióse por
lo
lo que ficiera en matar a su muger, et echóse
cerca della e non comió nin bebió fasta que mu-
rió. Et quien es sabio non se debe apresurar a
facer la justicia o la pena, mayormente en la
cosa que se puede arrepentir.

Et tú, señor, non busques la cosa que non po-


drás fallar, pues olvida esto en que estás et sey
pagado con lo que te fincó, e non seas tal como
el simio con las lantejas." Et dijo el rey: "¿Có-
mo fué eso ?

El simio y las len. Dijo Belct :"Dicen que im


*^** " homne traía un saco de lentejas
e entró con él en una espesura de árboles, et
puso el saco en tierra e echóse a dormir por
que era cansado. Et estando durmiendo descen-
dió un simio de un árbol e tomó un puño lleno
dellas desí subióse en el árbol a comer las. Et
;

cayó se le una lantija de la mano e descendió


por buscarla, e trabándose a las ramas del ár-
bol para descender, derramáronse le todas las
otras que tenía, e non hubo la primera et perdió
todas las otras que tenía.

"Et tú, señor, has diez le seis mil mugeres, e


dejas de te solazar con ellas e buscas la que
nunca fallarás." Et cuando esto oyó el rey, non
dubdó que Helbed era muerta et dijo a Belet:
"¿Por una ira que yo hobe feciste lo que te

2 2 2
CALILA Y DIMNA

m'andé luego, e en una palabra?" Dijo


te trabaste
Belet: "Uno es el que dice
la palabra e se cum-
ple." Dijo el rey: "¿E quién es ese?" Dijo Be-
let: "Dios, cuyas palabras non se cambian."
Dijo el rey: "Grant pesar he por la muerte
de Helbed." Dijo Belet: "Dos son los que de-
ben haber pesar grande: el que face pecado et
el que nunca buena obra face; ca estos ambos
han poca alegría en este siglo, desí van a pesar
durable." Dijo el rey: "Si a Helbed viese viva,
nunca habría pesar jamás." Dijo Belet: "Dos
son los que non deben haber pesar: el que puna
en buenas obras e el que nunca pecó," Dijo el
rey: "Nunca veré a Helbet más de lo que la he
visto." Dijo Belet "Dos son los que non se veen:
:

el ciego e el que non ha seso; ca así como el


ciego non vee nada, otrosí el nesdo non vee su
pro nin su daño." Dijo el rey: "Si viese a Hel-
bed, muy grant gozo e grant placer habría."
Dijo Belet: "Dos son los que veen: el que ha
los ojos claros e el sabio." Dijo el rey: "Nunca
me farté de ver a Helbed." Dijo Belet: "Dos
son los que nunca se fartan el que otro cui-
:

dado non ha sí non apañar haber, et el quiere


comer lo que non falla e demanda lo que non
puede ser."
Dijo el rey: "Debemos nos alongar de ti, Be-
let."Dijo Belet: "De dos se debe el homne alon-
gar del que niega el juicio e la pena e el ga-
:

lardón del otro siglo, e del que non tuelle los


ojos de lo que non es suyo, nin sus orejas de
escuchar, nin su vergüenza de las mugeres age-
nas, nin su corazón del pecado e de la cobdicia

2 2 Z
CALILA Y DIMNA

que se le antoja; ca estos átales irán a la pena


perdurable." Dijo el rey: "Fecho só vago sin
Helbed." Dijo Belet: "Tres son las cosas vag'as:
el río que non ha agua, .et la tierra que non ha

rey, e la muger que non ha marido." Dijo el


rey: "Muy cierto respondes, Belet." Dijo Be-
let: "Tres son los que responden cierto: el que
cumpile su mandamiento en su regno e en su po-
derío, et el homne que sabe la ley e face sus
obras, et el maestro bueno que face bien la obra
e en comparación del que non la sabe." Dijo el
rey: "Muy grant pesar rescibo en tú ser cerca
de mí." Dijo Belet: "Tres son los que deben ha-
ber pesar: aquel que ha gordo caballo e fermoso
e ha malas mañas; et el que ha mucho caldo e
poca carne, por que pierde el sabor del comer;
e el que se casa con la muger de grant linage
e fermosa e non la puede honrar, onde le ha
ella de decir lo que le pesa."
Dijo el rey: "Perdióse Helbed de balde e sin
razón." Dijo Belet: "Tres son los que se pier-
den sin razón el homne que viste los buenos
:

paños e anda descalzo e de pie, et el que casa


con la muger niña e fermosa e se va para otra
tierra e non se veen, et el que tiene buena tierra
e la deja eriazo por sembrar." Dijo el rey:
"Meresces ser penado, Belet." Dijo Belet:
"Cuatro deben ser penados: el malfechor, et el
que justicia que non face por qué, et el que
al
se asienta a la mesa que non es convidado, et
el que demanda lo que non puede haber, et aun
que le dicen que non lo puede haber non se deja
de lo demandar e aún más de recio." Dijo el
CALILA Y DIMNA

rey: "Debieras te sofrir fasta que amansara mi


ira." Dijo Belet: "Tres son los que se deben
sofrir: el que sube al monte, et el que pesca o
caza, e el que cuida grant fecho." Dijo el rey:
"¡Quién pudiese ver a Helbed!" Dijo Belet:
"Dos son los que cobdician lo que non pueden
haber: el lujurioso que non teme a Dios et
quiere cuando muriere haber la divinidat de
los santos, et el homiciero que quiere haber la
fama de los justos."
Dijo el rey: "Mucho me menosprecias, Be-
let." Dijo Belet: "Tres menosprecian a sus se-
ñores el que les face escarnio o dice cosa a
:

sin razón, et el vasallo que es más rico que su


señor, et el siervo que denuesta a su señor e lo
maltrae." Dijo el rey: "Mucho so, escarnido de
ti, Belet." Dijo Belet: "Cuatro son los que de-

ben ser escarnidos el que se alaba más que es


:

esforzado e que lidió, e non ha en él señal de


lanzada nin de ferida; et el que esfinge que
sabe la ley e que es de religión, e es corporien-
to e gordo e pescozudo, ca el que religión man-
tiene enmagresce e adelgaza et la muger vir-
;

gen que escarnesce a la maridada et el que ;

dice de lo que es ya fecho e pasado "Quisiese :

Dios que non fuese." Dijo el rey: "Non eres


homne de seso, Belet." Dijo Belet: "Solamen-
te debe ser tenido por sin seso el zapatero que
see en alto et cuando k cae alguna cosa de su
menester, estórbase de su labor buscándola."
Dijo el rey: "Non feciste derecho en matar
a Helbet, Belet." Dijo Belet: "Tres son los que
non facen derecho: el que cree al que non dice

225
Calila y Dimna 15
CALILA Y DIMNA

verdat, et el que come aína e labra tarde, et el


que non amansa su ira antes que faga justicia."
Dijo el rey: "Si ficieras segunt ley, non mata-
ras a Helbed." Dijo Belet "Cuatro son los que
:

facen segunt ley el siervo que ha sabor del


:

manjar e quiere lo antes para su señor, et el


homne que se tiene por contento con una mu-
ger, et el rey que demanda consejo a los filó-
sofos, et el homne que fuerza su saña." Dijo el
rey: "Mucho me temo de ti, Belet." Dijo Be-
let: "Cuatro son los que se temen de lo que non
deben: el avecilla que yace en el árbol et alza
un pie con miedo que le caerá el cielo de suso
e que lo terna con él et la grúa que se para en
;

un pie con miedo que se sumirá la tierra con


ella; et el gusano que está toda vía en la tierra
e non se farta della et está siempre fambriento
con miedo que le fallescerá la tierra e que que-
dará sin vito et el morciélago que vuela de
;

noche e escóndese de día por que cuida que


non ha ave tan fermosa, et ha miedo que lo
tomarán homnes e lo criarán en sus casas "
los
Dijo elrey: "Non se debe homne volver
contigo, Belet." Dijo Belet: "Cuatro son los
que non se vuelven unos con otros el santo con :

el de mala vida, et la luz con la tiniebla, e el


día con la noche, e el bien con el mal." Dijo el
rey: "Mucho has afirmado mala voluniad en
mi alma contra ti, porque mataste a Ilelbet."
Dijo Belet: "Cuatro son los que tienen mala
voluntad afirmada el lobo e el cordero, et el
:

gato e el mur, e el azor e la paloma, e los cuer-


vos e los buhos." Dijo el rey: "Si alguno me
226
CALILA Y DIMNA

mostrare a Helbed, facer lo hía rico." Dijo Be-


let: "Cinco son los que cobdician la riqueza e
la prescian más que a sí niesmos : el lidiador,

que non ha otro pensamiento nin otro albedrío


si non ganar e robar; et el ladrón que forada
las casas e tiene los caminos, e le han de cortar
la mano o de matarlo; et el mercador que se
mete sobre mar por buscar las cosas tempora-
les et el que cria los árboles e cobdicia toda
;

vía que crescan por tal de haber ende algo; et


el alcalld que rescibe presente por que judgue
tuerto."
Dijo el rey: "Confondido me has la vida por
lo que feciste en Helbed." Dijo Belet: "Los que
son tales como tú dices son siete: el que non es
conoscido por sabio e es sabio de guisa que
aprendan del et el rey que non face bien a nin-
;

guno; et el que niega el bien et el servicio que


le facen; et el siervo que ha el señor muy broz-
no e sin piedat; et la muger que ama al fijo
malo e falso, e gelo encubre et el que se ase-
;

gura en el home traidor e falso e atrevido a


facer los grandes pecados, e se fía en él et el
;

que se enoja aína de los mandamientos de Dios


e non teme a Dios nin a los divinos." Dijo el
rey: "Non sabré qué es sueño, con dolor de
Helbed." Dijo Belet: "Siete son los que non
duermen: el que ha grant haber e non ha re-
postero, e al que han de matar eras de mañana,
et el que acusa al homne a tuerto, et el que ha
grant enfermedat e non puede haber su mele-
cina, et el homne que tiene tuerto a su muger,
et el homne que ama los niños a mala parte,

2 27
CALILA Y DIMNA

et el homne que pechó lo que despreció debién-


dolo."
Dijo el rey: "Dañaste la sapiencia de Hel-
bed." Dijo Belet: "Cuatro son los que dañan
sus fechos el homne que face los buenos fe-
:

chos e daña los con los malos, et el rey que


honra al vasallo desleal e malo, et el padre e la
madre que prescian más al mal fijo que al bue-
no, et el que dice su poridat al mesturero que
sabe que non gela terna." Dijo el rey: "Cúm-
plete esto, Belet, ca en dubda me has dejado
de mi facienda. Creo que lo faces por me pro-
bar." Dijo Belet: "En nueve cosas se prueban
los homnes solamente: el atrevido, en lidiar;
et el sabidor, en obrar; e el siervo, en facer
vida con su señor et el rey, en su ira, qué f ara
;

e qué seso habrá et el mercador, en facer com-


;

pañía con su compañero; e los amigos, en so-


frir afán e el que entiende, en las persecucio-
;

nes, qué arte fará e cómo estorcerá; et el reli-


gioso, en temer a Dios e despreciar las cosas
mundanales et el franco, en dar e en partir."
;

Desi en este lugar calló el rey, et bien en-


tendió Belet que el rey tenia grant pesar por
Helbed. Et dijo entre si: "Ya lo he muy bien
entendido e le he dado ejemplos por lo conor-
tar de Helbed." Et dijo: "Veo que ha grant
deseo della por que debo traer gela, pues tan-
;

to la ama e tan grant cobdicia ha de verla; de-


más que le he dicho muchas cosas e le he es-
tultado de mi palabra. Onde non ha en el mun-
do rey que le semeje de cuantos fueron e serán,
pues que la saña non le fizo que me matase,
"

CALILA Y DIMNA

seyendo yo tan rafez e de tan pequeña guisa,


mas siempre fué cuerdo e sosegado e manso
e sesudo e mesurado; et non dijo más que de-
bía nin lo mandó, ca es manso e amador de sa-
lud e de bien a todos. Et si le aoaesce alguna
mala andancia de parte de las estrellas, non
pierde corazón nin se terne, e tiénese por pa-
gado de lo que Dios le quiere dar en parte.
Et díjole: "Señor: tú, por bondad de linage
de ti mesmo et por honestas costumbres, eres
señor de la lealtad en sofrirme lo que me oíste
decir, por ser yo de tan menar guisa; onde dó
gracias a Dios primeramente, desí a ti, señor,
que me non mandaste matar. Et heme aquí
donde esto entre tus manos. Et lo que yo fiz
non lo fiz por ál, si non por lealtad, et amando
e queriendo tu pro ; et si fice en esto desobe-
diencia, razón has de me justiciar o de me per-
donar. Et sabe, señor, que Helbed es viva, e
déjela de matar por miedo que te non arrepen-
tieses de su muerte e me ficieses daño por ello."
Et cuando esto oyó el rey, hubo gnant pla-
cer, e dijo: "Maguer que fizo muy gran cosa
e fué mal razonado, bien sé que lo non fizo por
enemistad nin por me buscar daño, e fizólo con
buen celo, et non debiera yo tornar cabeza por
ello, mas debiéralo yo sofrir. Et lo que me fizo
que te non matase, non lo cabsó salvo que cui-
daba que la habies muerta porque te lo yo ha-
bía mandado, e tenía yo toda la culpa pero has
;

me fecho gran servicio e yo te lo agradeceré


bien. Et tú quesísteme probar et temiste de
muerte, si lo descubrieses, et non mandara Dios

229
CALILA Y DIMNA

que yo así lo feciera, que me has fecho grant


servicio et soy tenudo de te lo galardonar pues
;

vete e tráemela."
Et Belet salió dende muy alegre, et mandó
vestir a Helbed muy ricos paños e afitarla bien,
e trájola al rey. Et cuando el rey la vio fué
muy alegre et díjole: "Faz lo que quisieres,
que nunca contra tu voluntad faré cosa." Dijo
Helbed: "Señor, siempre hayas salud e dures en
tu reino; et ¿qué fuera de mí sinon por las tus
buenas costumbres e por la tu buena mesura
en arrepentirte del mal que habías fecho? Que
bien mereciera ser desmembrada por el mal que
había acometido,' et con la grant piadat me has
perdonado de todo ello et si non que se fió
;

Belet en tus buenas costumbres e en tu grant


piadat, compliera tu mandamiento." Et eston-
ce dijo el rey a Belet: "Tú me has fecho tanto
servicio porque te yo tengo siempre de alabar,
porque me diste la vida en non matar a Helbed,
et nunca soy tanto pagado de ti como hoy día,
et sey apoderado en mío reino et faz del lo que
quisieres." Dijo Belet: "Señor, non he menes-
ter de lo tuyo cosa, salvo que tu merced quiera
ser vagoroso cuando se ensañare, et que pien-
ses la cosa antes que la mandes ejecutar." Dijo
el rey: "Recibo tu consejo; pues toma aquellos
paños de Jorfa et dalos a Helbed; que yo quiero
que ella sea poderosa sobre todas las mugeres
de mi reino, et cuanto ella mandare de mi rei-
no, que sea fecho, et que tú tengas el sello de
mi reino." Et luego mandó matar a los Mermi-
dones por la maldat que le mandaban facer,

230
CALILA Y DIMNA

porque perdiese a su reino e a sí mismo, et


siempre loó muclio a Belet por lo que feciera
e por el gran seso que toviera."
Dijo el filósofo: "Piensan los entendidos e
los enseñados cuánta pro tiene la mesura que,
aunque home sufra algunt pesar, sofriéndose
en los comienzos de las cosas, loa home su
cima et es cosa de loar a todos los homes,
cuanto más a los reyes primeramente."

CAPITULO XII

DEL ARQUERO E DE LA LEONA E DEL AXARA

¿Ya qí este ejemplo;


DIJOdamereyejemplo
el al filósofo:
delque se deja de facer
mal por lo que ha pasado e sentido, e por
el castigo que recibió en si por non facer mal a

ninguno." Dijo el filósofo al rey: "Señor, non se


entremete de facer daño a las gentes sinon los ho-
mes necios e los torpes, porque non piensan en
las cimas de las cosas, et acaéceles por ende
a tanto de mal que se non puede decir; et si
alguno dellos estuerce por muerte que le acaes-
ca ante que le venga el mal, va a la pena del
otro mundo, et el necio non se castiga si non
con eldaño que rescibe en con esto se
sí, et
refrena de mal facer a ninguno; et esto seme-
ja al ejemplo del arquero e de la leona e del
anxara." Dijo el rey: "¿Cómo fué eso?"
Dijo el filósofo: "Dicen que una leona vevía
en un soto ribera del mar, et criaba dos leon-

2 3 I
CALILA Y DIMNA

cilios,et en saliendo un dia a buscar que co-


miesen, dejó sus fijos en el soto, et p:isó por
ahí un ballestero et viólos et armó su ballesta
et matólos e desollólos, e echó sus pieles a
cuestas, e fuese para su posada. Et cuando la
leona tornó e vio sus fijos desollados, pesóle
de muerte, e hubo tamaño dolor que se echó
en tierra e comenzó a dar grandes voces. Et
tenía cerca de sí un su vecino que le decían
anxahar, e oyóle dar voces e alaridos, e salió
a ella e díjole: ";Por qué lloras o qué te acae-
ció?"
Dijo la leona: "Pasó por aquí un arquero et
vio míos fijos, e matólos, e dejómelos desolla-
dos e muertos e levó los cueros consigo." Dijo
el anxahar: "Non te quejes nin hayas tamaño
dolor, et faz derecho de ti mesma, que cuanto
el arquero fizo en tus fijos, fecho has tú otro
tal a los otros, que han pesar dello sus madres
e sus amigos, bien así como tú has de los tu-
yos, que dicen en el proverbio: "Cual fecieres
tal habrás"; et cada uno ha de haber de su
fruto, quier de pena, quier de galardón." Dijo
la leona: "Depárteme eso que has dicho." Dijo
el anxahar: "¿Tú de qué te mantienes o de qué
vives?" Dijo la leona: "Con la carne de las
bestias salvajes." Dijo el anxahar: "¿Seméja-
te que esas bestias que tú matabas e comías
habían alguna dellas padres o madres?" "Sí",
dijo ella. Dijo el anxahar: "Pues ¿por qué non
oía yo dar tamañas voces e tamaños gritos a
aquellos padres e a aquellas madres como fago
a ti? Et sepas que non te acaeció esto salvo

232
CALILA Y DIMNA

porque pensaste mal en las cimas de las cosas,


et fuiste negligente e desacordada." Et cuando
la leona oyó lo que le decía el anxahar, sopo
que le decía verdat, et aquello que le había
acaecido non era salvo en pena de lo que ella
ficiera; et dejó el venar et quitóse de comer car-
ne, e comió fruta e fizo vida de religioso. Et
cuando esto vio el anxahar et falló que la leo-
na había fecho gran estragamiento en la fruta
del monte fuese para ella e díjole: "Creo que
los árboles otro año non levarán fruta por tu
causa, porque siendo comedera de carne comes
fruta et si así ha de pasar, guay de las fru-
; ¡

tas e de los árboles e de las bestias salvajes


que las comen!, que priado perecerán." Et cuan-
do la leona oyó lo que decía el aipcahar, dejóse
de comer fruta et metióse a comer yerba e a fa-
cer vida de religioso.
"Et yo, señor, dijo el filósofo, non te di este
ejemplo, salvo porque sepas que el necio non
se deja de facer mal fasta que le acaece algún
daño, et así siente que tamaño daño fizo a otro,
así como la leona que nunca se dejó de facer nin
de matar a las bestias salvajes fasta que le dio
Dios mal quebranto en sus fijos, e con aquello
fizo después vida de religiosa."

233
CALILA Y DIMNA

CAPITULO XIII

DEL RELIGIOSO E DE SU HUÉSPED

DIJOpues rey
dame ejemplo
el ¿Ya
oí este ejemplo;
al filósofo:
que deja de facer
del
lo que le está bien, e face ál, e non lo sabe
nin lo puede aprender, e desi torna a lo que suele
facer e non lo puede cobrar, et finca turbado."
Dijo el filósofo: "Señor, dicen que en una tierra
había un religioso, e demandóle un home posada
e diógela, e mandóle traer dátiles e manteca, que
son cosas extrañas para en aquella tierra, et
comieron amos en uno, et en comiendo dijo el
huésped al religioso: "¡Qué tan dulces e tan sa-
brosos son cestos dátiles Mandase Dios que en
! ¡

la tierra donde yo soy naciese tal fruta, coma


quier que hay otras buenas frutas que cumplen
asaz, con que se pueden escusar los dátiles!" Dijo
el religioso: "Non es buena andanza del que ha
menester lo que non puede haber, e procura por
ello, et tú bien andante eres, pues te tienes por
pagado dello." Et este religioso fablaba hebrai-
co, et huésped de aquel lenguaje, e
pagóse el

estudo en esto algunos días por lo aprender. Dijo


el religioso: "Con gran derecho debes tú caer
en lo que cayó el cuervo, por que quieres apren-
der hebraico." Dijo el huésped: "¿E cómo fué

El cuervo y la per- Dijo el relígíoso "Dicen que


:

diz :: - := - =:
un cucrvo vió andar una perdiz,
e pagóse mucho de su andamiento, et hubo es-

234
;

CALILA Y DIMNA

peranza de lo aprender, e non pudo; e cuando


se fué, que non pudo aprender, quiso tornar a
su andar que era de primero e non pudo, que
se le había olvidado.

"Et así con gran derecho te podrá acaecer otro


tal por querer aprender lo que non es para ti
que dicen que loco es el que se entremete de
facer lo que non le está bien, e mudarse de la
medida a otra que non le está bien que a las
;

veces acaece mucho mal a los homes en mudar-


se de la medida alta a la baja et así se derra-
man sus cosas et sus estados."

CAPITULO XIV .

DEL LEÓN E DEL ANX.MIAR RELIGIOSO

DIJOpues dame"Ya
el entendido he
rey:
ejemplo de
este ejemplo;
los reyes, cómo fa-
cen a sus privados tornar a su dinidat,
habiéndolos castigado e maltratado o despreciado
por algún pecado que haya fecho, o por algún
tuerto que haya fecho de castigar." Dijo el filóso-
fo: "Si el rey non tornase aquellos que desechó e
merecieron alguna pena por algún pecado que fe-
cieron o por algún tuerto de que fueron acusados
o mezclados, grant daño vernía por ende a sus co-
sas e a sus oficios mas debe el rey pensar en
;

la facienda de aquel a que acaece lo semejante;


et si fuere tal que deba ser tornado a su medi-

235
CALILA Y DIMNA

da por su servicio o por ayuda que entienda ha-


ber del, o por consejo o por fialdat, debe de ha-
ber mayor razón de tornarlo a aquel estado, e
perdonarle e dejarle a vida; que el rey non pue-
de cosa facer sin sus vasallos e sin sus priva-
dos, et ellos non pueden facer cosa sin ser en
el amor del rey. Et los privados han de ser ho-
nestos e leales e de buenas mañas e de buen con-
sejo; ca las obras de los reyes son muchas et
han menester muchos homnes. Et la carrera por
que se endereszan la carrera e los fechos del rey
son conoscer él aquellos de quien se quiere ayu-
dar, e de qué acuerdo es cada uno dellos, e qué
ayuda habrá del. Et después que esto sopiere de
cierto, meta en cada un fecho e en cada un ofi-
cio aquel que entendiere que lo fará mejor, et
así será seguro de non rescebir pesar en aquel
fecho. Desí debe galardonar al que bien ficiere
de sus privados, por el bien que fizo,, et castigar
et registir al que mal ficiere; que si menospre-
ciare al bueno e galardonare al malo, confon-
der se ha toda su facienda e confonder se ha
su fecho. Et eso semeja a la facienda del león
e del lobo cerval." Et dijo el rey: "¿Cómo fué
eso?"
Et dijo el filósofo: "Dicen que en tierra de
India había un lobo cerval, et facía vida de re-
ligioso e de casto, Et en viviendo con los otros
lobos cervales e con las gulpejas non facía lo
que ellos facían, nin robaba así como ellos ro-
baban, nin vertía sangre, nin comía carne. Et
los otros vestiblos contendieron con él e dijé-
ronle: "Non nos pagamos de tu vida que man-

236
CALILA Y DIMNA

tienes, nin tu begninidat non te tiene pro; ca


seyendo uno de nos, non te podrás cambiar de
lo que eres, en non comer carne nin verter san-
gre." Dijo el lobo cerval: "En facer yo convus-
co vida, non fago pecado si yo non pecare en
mi mesmo ca los pecados de los corazones son,
;

e non por los lugares nin por las compañas. Ca


si asi fuese que el que mora en el lugar santo

ficiese buenas obras e el que mora en el mal lu-


gar ficiese malas obras, o el que mora en el mal
lugar ñciese malas obras, seguir se hía que los
que se llegasen a los monesterios non pecarían,
et los que se llegasen o morasen en los viles lu^
gares pecarían. Et yo non fago vida convusco
si non con el cuerpo, mas mis obras e mi cora-
zón non son convusco."
Así que el lobo cerval persevero en aquel es-
tado, et fué conoscido por religioso, tanto que
fué fecho saber a un león, que era rey de lob
vestiblos de aquella partida. Et hubo sabor del
por la castidad e lealtad que oyera del, et envió
por él, e venóse para él, e fabló con él. Et den-
de a días mandólo llamar, et díjole: "Mi reino
es grande e mis fechos muchos, e he mienester
vasallos. Et ficieron me entender de ti lo que yo
quiero, e probélo e vi que era verdat et por esto
he mayor sabor de ti, et quiero te poner sobre
mis oficios, e quiero te honrar. Dijo el lobo cer-
val "Los reyes deben probar los vasallos para
:

en aquellas cosas en que los quieren meter, et


non deben meter a ninguno a su pesar en lo que
non es para él; ca el homne forzado non puede
bien facer la obra. Et yo aborresco oficio de rey

237
CALILA Y DIMNA

que non lo he usado nin probado, nin sé traer


mi facienda con rey. Et tú eres rey, e has me-
nester de mi linaje, e tienes los e de otros mu-
chos que son sabidores e valientes e femenciosos
e arteros, et tales que si tú quisieres habrás es-
cusado a mí."
Et dijo el león: "Deja esto estar, ca te non
quiero escusar de oficio." Dijo el lobo cerval:
"Non pueden facer vida con rey si non dos, e
yo non só tal como ninguno dellos; o que sea
falso o falagador, que haya por su falsedat lo
que le face menester, et que estuerza bien con
su falagar, o muy menospreciado nigligente, tal
que non le haya ninguno envidia. Mas quien
quiere servir al rey sanamente e verdaderamen-
te sin falago, pocas veces acontesce que se le
ponga en bien su facienda ca habrá desamor
;

de los amigos e de los enemigos del rey. Ca ek


que fuere amigo querrá más valer que él, e acu-
sar lo ha e mezclar lo ha; et por ende el que
fuere enemigo del rey desamar lo ha por la leal-
tad que verá facer a su señor e por el buen ser-
vicio. Et ayuntándose le estas dos cosas está a
peligro de muerte." Dijo el león: "Non creas,
que por acusarte los mis vasallos te faga yo áU
salvo toda honra e. bien, más que tú non quie-
ras ; e yo te ampararé dello por mésela que sea."
Dijo lobo cerval: "Si me tú quisieres hon-
el
rar, déjame en estos campos seguro, que me non
haya envidia ninguno, sin cuidado, e pagado
de facer vida de las yerbas e del agua; ca el
que sirve al rey rescibe en una hora de daño e
de miedo, más que non rescebirá otro en toda su

238
CALILA Y DIMNA

vida; et sé que el que vive poco e seguro, él


vale más que el que vive mucho e con miedo
e en laceria." Dijo el león: "Ya oí lo que dices.
Non temas cosa ninguna de todo esto, ca non
puedo estar de me non ayudar de ti." Dijo el
lobo cerval: "Pues así es, derecho es de te obe-
descer, e peligro en te desobedescen Pues faz
me pleito que si alguno de tus vasallos me mes-
clara que sea de los que valan más que yo, por
la dignidat que hobieren, o menos que yo, que
pienses en mi facienda et que te non acuites de
lo que te dijeren de mi fasta que bien lo sepas
antes, et que lo pesquises bien de sí faz de mí
;

lo que por bien tovieres. Cuando yo fuere segu-


ro de ti de tanto, ayudar te has de mí mejor,
et yo pugnaré de facer aquellas cosas sobre que
me pusieres con mayor femencia, por tal que non
haya ninguno carrera para pasar contra mí."
Dijo el león: "Otorgotelo." Et púsolo en su
repuesto e aprivadólo más que a todos sus va-
sallos, acordábase con él et pagábase más
et
todavía del. et aprivadólo más.
Et honrábalo tanto que pesó mucho aque-
llos que servían al león; et consejáronse en
poridat entre sí de lo mesclar con el león e de-
cir mal del, porque lo el león matase. Et fué-
ronse a furto, et tomaron un día la carne del
león, que lo sopicra bien, e la mandara guardar
en muy buen lugar, e furtáronla. Desí envia-
ron la a su posada del lobo cerval, e escondie-
ron la ahí, e non lo sopo él, et veniéronse para
ante el león. Et después que vieron que el león
demandaba aquella carne tan de recio, et aun

239
CALILA Y DIMNA

ensañábase, catáronse unos a otros, et dijo uno


dellos : "Como vasallo leal non puede ser que
le non fagamos saber al rey su daño o su pro,
maguer que le pese. A mí fué dicho que el
lobo cerval llevó aquella carne a su casa."
Dijo otro: "Non semeja que ficiese tal cosa,
empero pesquerir, ca saber e conoscer los hom-
nes fuerte cosa es." Dijo otro: "Las poridades
non se saben de rafez mas si vierdes e fallar-
;

des la carne en su casa, esto vos dará a enten-


der las otras tachas que dicen del." Dijo otro:
"Si fallardes la carne en su posada, tenedlo por
falso, e sea justiciado." Dijo otro: "Non debe
ninguno ser engañado en fiar se en el engaño,
ca sabe que el engaño non faz estorcer al que
usa del, nin gelo encubre." Dijo otro: "¿Et
cómo estorcerá quien al rey engaña, o en qué
guisa se le encubrirá? Et si 'engañare homne
a su compañero non se encubre."
Dijo otro: "Si él esto fizo, a grant cosa S€
atrevió." Dijo otro: "Non se me enceló a mí
su falsedat luego que lo vi, et muchas veces
lo dije, e aprobar lo he con Fulano, que este
engañador se facía religioso et non vivía si non
en falsedat e en pecado." Dijo otro: "Grant
cosa es tener la falsedat encubierta e mostrar
lealtad e castidad." Dijo otro: "Si este divino
religioso tal obra fizo, por grant maravilla lo
tengo." Dijo otro: "Si esto fallamos por ver-
dad, non es tan solamente falsedat, mas con la
falsedat desconocer el bien e la merced del se-
ñor, e atreverse a tan grant fecho." Dijo otro:
"Vos sois verdaderos conoscedores de dere-
CALILA y DIMNA

chos non vos puedo desmentir mas por ver


; ;

si verdat o mentira, mande el rey ir a su


es
posada e cátenla." Dijo otro: "Si su posada
non es catada, cátenla aina, que él atalayas e
escuchas tiene en cada lugar." Dijo otro: "Yo
sé que el lobo cerval, si su posada fuere cata-
da e su falsedat descubierta, alguna arte o al-
gunt engaño fará para facer dubdar al león, e
rescebirá su escusación."
Et non cesaron de decir tales palabras fasta
que lo ficieron creer al león. Et mandó llamar
al lobo cerval, e veno antél, et dijole: "¿Qué
feciste de la carne que te yo mandé guardar?"
Et dijole él: "Dila a Fulano, cocinero." Et este
cocinero era uno de los que lo acusaban, et
dijo: "A mí non dio nada." Et mandó el rey
catar su posada, et fallaron ahí la carne et
trojiérongela. Et allegóse al león un lobo cer-
val que non fablaba en esto, e mostraba en sí
que non era si non muy derecho, e tal que non
fablaría si non en las cosas que sopiere de
cierto, et dijo: "Señor, pues se ha descubierta
esta falsedat en este engañador, non estuerza
así, nin seades entorpados en él; ca si justicia-
do non fuere, non descubrirá ninguno al rey
la falsedat de otro, nin se escarmentará el mal-
fechor de mal facer, nin habrá cobdicia el bue-
no de bien facer."
Et mandó el león sacar al lobo cerval dende,
e mandó lo prender e guardar. Et dijo uno de
los que estaban con el león: "Mucho me ma-
ravillo del león, de como es muy sesudo e co-
noscedor de las cosas, cómo se le encubrió su

24 I

Calila y Dimna 16
CALILA Y DIMNA

facienda déste, e cómo non entendía su perre-


ría e su falsedat." Dijo otro: "Pues mayor
maravilla será que pesquisará esta cosa e non
lo justiciará." Dijo otro: "Pues que esto ha
probado con él, si le perdona mal fecho, este
non será homne seguro de su Et en traición."
esto ensañóse el león let envió uno dellos por
mandadero al lobo cerval que le preguntase
cómo se salvaría o cómo se escusaría. Et tor-
nóse el mandadero, e mudó el mandado, por
que se hubo de ensañar el león, et mandó matar
al lobo cerval.
Et ficieron lo saber a la madre del león, et
sopo que era mesclado a tuerto, e que lo man-
dara matar apresuradamente. Et envió mandar
a aquellos a quien el león lo mandara matar,
que lo retuviesen fasta que ella se viese con el
león e feciéronlo así. Et ella fuese a ver con
;

su fijo et díjole: "¿Por cuál pecado mandaste


matar al lobo cerval?" Et él díjole el fecho
todo. Et "Fijo, apresurástete, et el
ella díjole:
homne entendido non se estuerce de se arrepen-
tir, si non dando se a vagar e dejar de facer

sus cosas rabinosamente. Et el fruto de la


priesa es arrepentimiento et a ninguno non es
;

de menester ser más maduro en sus fechos que


el rey, cuanto más en los salvos e en los leales
vasallos ca así como la muger non es si non
;

por el marido, nin los fijos si non por los pa-


dres, nin el disciplo si non por el maestro, nin
los vasallos si non por el duque, nin el religio-
so si non por la ley, nin el pueblo si non por el
rey, nin los reyes non son si non por el temor

242
CALILA Y DIMNA

de Dios, nin el temor de Dios si non en ser el


homne pacífico e cierto de la cosa. Et el mejor
acuerdo de los reyes es en conoscer sus vasallos
e poner a cada uno en su lugar e en su talle,
et sospechar a unos por otros ca ellos siempre
;

punan en se aterrar unos a otros e en mostrar


e descobrir el mal de los malfechores e encu-
brir el bien de los buenos. Et non debes tú, fijo,
.pues fueste pagado del lobo cerval e te fiaste
por él, non te erró fasta el día de hoy, nin
e
viste del si non fieldat e lealtad, e diciendo tú
del en medio de tu corte grant bien, e facer le
esto por un cuarto de carne que non vale nada.
"E debes saber su facienda del lobo cer-
fijo,

val, et pensar en tí mesmo e decir cómo puede


esto ser, ca él non come carne nin se llega a
ella, tiempo ha pasado. Et así elitenderás que
non le darías tú la carne e negar te la hía pues ;

piensa en esto, e sepas que los necios han envi-


dia a los sabios sofridos, e los aliviados a los
sosegados, entremétense cuando pueden a los
et
traer a mal Et el lobo cerval es sabio e
lugar.
leal e verdadero, por que debes ser cierto de su
fecho e parar mientes como los falsos lo acu-
san a tuerto, e llevaron la carne a su casa. Et
por ende non tornes cabeza por lo que ellos
dicen e por lo que le aponen ca la privanza del
;

lobo cerval en grant pro se te tornará, et era


pagado de cuanto mal rescebía por recebir tú
grant placer, e sofría por tu pro lacerio e afán,
et tal serviente como él bueno es."
Et en fablando la madre del león con él, e en
castigándolo, llegó uno que sabía de como el

243
CALILA Y DIMNA

lobo cerval era salvo e que era acusado a tuer-


to, et díjolo así al león. Et en esto entendió el
león e fue bien cierto que el lobo cerval era
salvo de cuanto le apusieran. Et entonce dijo
la madre del león: "Ya eres bien cierto desto
e lo vees manifiestamente; pues non perdones
aquellos que lo acusaron, ca eso te traería otro
mayor daño, mas justicíalos. E non te enfiuces
en decir: "Poder he sobre ellos"; ca las yerbas
flacas, maguer fortaleza non han, facen dellas
sogas con que atan e cuelgan el elefante.
"Et tú torna el lobo cerval en su estado e en
su dignidad que se había de ser, en todas tus
porídades. E en tu corazón non digas: "Yo lo
he fecho mal, e non puedo ser seguro de su mala
voluntad, sí lo yo tornare en su oficio ca non se
;

debe homne temer de malquerencia de todos


aquellos a quien mal face de una guisa, nin debe
ser desesperado de su ayuda nín de su seso;
mas el que conosce las cosas pone a cada una
en su lugar.
"Et algunos homnes hay con quien homne
non debe haber amor después que ha con ellos
enemistad e otros que non debe homne haber con
ellos enemistad después que ha con ellos amor. Et
los homnes con que non debe homne ser en
amor en ninguna manera son éstos el que des-
:

conosce el bien fecho, et el que es atrevido a


facer traición, et el que desdeña el bien, e el
cruel, e el descreído que descree el otro siglo,
sañudo mu-
et el avariento, e el lujurioso, e el
cho que nunca puede homne haber su gracia,
et el conoscido por engañoso e por falso e por

244
CALILA y DIMNA

cobdicioso, et el negligente que finca por él de


facer toda cosa, et el que pasa más de lo que
conviene a él en toda cosa. Antes debe homne
haber amor del que es conoscido por verdadero
e gracioso e leal, et que ama más las buenas
obras e que se teme de pecado, et que ama al
pueblo e que les apiada, e non tiene a ninguno
mala voluntad, et que agradesce el bien quel
face, et que se miembra siempre de sus amigos
e es siempre vergonzoso e de buena parte. Et
tú has probado al lobo cerval, e conosces lo,
por que lo debes tornar a tu amor."
Estonces fizo el león llamar al lobo cerval,
e oyólo e rescibióle sus escusas, et dijo le: "Yo
te torno a tu dignidat e a tu oficio que tenías
de mí, e fiaré por ti así como ante fiaba, e poner
te he en mejor estado; ca en poner amor con
homne leal que profaza a su amigo de alguna
cosa que es a pro del es muy grant cosa." Dijo
el lobo cerval: "Señor bien aventurado, tú sabes
cómo fue el comienzo de mi facienda e el estado
en que yo te comencé a servir. Et só ya llegado
a esto e non me seguro de los que te sirven,
que me acusen e me hayan envidia, por que
hayan de mesclarme contigo otra vez, e habrás
tú de creer lo que te dijeren de mí, et justiciar
me has. Onde non quiero que tengas que yo fío
por ninguno de cuantos en tu servicio son ca ;

maguer me tornes en mi estado después que


me quesiste matar, seyendo leal e verdadero e
non fallando por qué, desí fecisteme merced en
me perdonar por que non había culpa, temo me
que cuidarás en tu corazón que te tengo volun-

245
CALILA Y DIMNA

tad mala por lo que me feciste, et esto te fará


que me mates. Et demás que los enemigos di-
rán: "Non dejemos así este pleito. Pues que
non podemos matar a éste, fagamos arte por
quel rey non tenga que cuanto del dej irnos que
fue mentira." Et así me echarán en mal lugar.
Mas, señor, si tu corazón tornase a lo que era
antes contra mí, tal te sería yo como era antes."
Et dijo 'el león: "Probado te he, e téngote en
el mejor estado que sea de los santos e de 'los

justos ca el homne justo perdona muchos pe-


;

cados por una merced que te yo he fecho mal,


;

et sé de cierto que tus enemigos te han fecho


tuerto. Et tú debes me perdonar este pecado
por el bien que te fice ante, así que seamos ami-
gos de aquí adelante uno de otro, de más firme
amor e de más leal consejo que nunca fuemos."
Desí mandó tomar al lobo a su estado e en su
dignidat que ante había et al oficio en que era
puesto, et cobró su lugar e cobró el león cuanto
quiso. Et abajó el león a aquellos que lo acu-
saran, et echó los de su tierra, e alongó los. Este
es el ejemplo de lo que acontesce a los reyes
e a sus privados, e de como los tornan en sus
lugares desque los castigan."

46
;

CALILA Y DIMNA

CAPITULO XV
DEL OREBCE E DEL SIMIO E DEL CASTIGO
E DE LA CULEBRA E DEL RELIGIOSO

¿Ya
DIJOpues dame agora ejemplo
el rey al filósofo :

del
ejemplo
oí este
que grades-
ce el bien fecho e lo galardona, e del que
lo niega e lo desconosce." Dijo el filósofo: "Se-
ñor, sepas que las naturalezas de las criaturas son
de muchas maneras, et non es ninguna cosa de
cuantas Dios crió en el mundo, de las que an-
dan en cuatro pies e en dos pies o que vuelan
con alas, más santa nin más mejor que el hom-
ne. Et en los homnes ha buenos e malos, et
acaesce a las veces que en los vestiblos e en las
bestias e en las aves hay alguna que es más leal
e más conoscedora del bien fecho que el homne
de bien fecho e que mejor lo galardona. Et
esto paresce a lo que dijo el filósofo antiguo:
"Conviene a los reyes entendidos e a los otros
homnes que fagan su bien a quien lo meresce
e a quien lo gradeisce, e que non faga bien a
ninguno fasta que lo pruebe de qué lealtad es,
e de qué amor e de qué gradescimiento et que
;

non fagan bien señaladamente al propinco, si


non fuere por ello o 'lo meresciere, nin deje
de facer bien e ayuda al estraño si lo sopiere
gradescer cuanto es el bien e la merced que le
facen, et que sea verdadero e sabio e que ame
las buenas obras e los buenos dichos.
"Et cuando fuere conoscido por de buenas

247
CALILA y DIMNA

mañas, e fuere cierto del que tal es, meresce


el bien fecho, e meresce ser privado ca el físi-
;

co entendido non se atreve a melecinar al en-


fermo si non después que lo cata e tañe su
pulso, e conosce su complisión e la razón de
su enfermedat et cuando esto sopiere bien, es-
;

tonces se mueve a melecinar lo." Otrosí el hom-


ne entendido non debe poner su amor con nin-
guno si non después que lo probare ca el que
;

se atreve a fiarse en alguno, non lo habiendo


probado, métese en grant peligro et llegado es
a fuerte lugar. Et con todo esto a las veces
acaesce que face el homne bien a la cosa flaca
cuyo gradescimiento nin conoscimiento non ha
probado, nin conosce sus costumbres, et sábele
gradescer et galardonar muy bien, así como dijo
el filósofo de su fazaña que viera: "Non debe

ninguno menospreciar ninguna cosa pequeña nin


grande, quier de homne quier de animalia, que
yaga en mal lugar o en tribulación, pudiendo
lo librar ende e faciéndolo con merced e con
;

piedad que le haya, tenga esperanza del galar-


dón de Dios, e non de esperar de haber gracras
de aquel a quien bien ficiere. Nin debe ser se-
guro del tiempo que le faga haber menester
aquel pequeño menospreciado a quien bien ho-
biere fecho, que gelo galardonará; mas debe
probar todas las cosas e facer las bien, segunt
probare en ellas." Et esto paresce a la fazaña
que dijeron los filósofos." Dijo el rey: "¿E cómo
fué eso?"
Dijo el filósofo: "Dicen que unos homnes
cavaron en el monte una lobera para los vesíi-

348
CALILA y DIMNA

blos, etcayeron en el la un simio e un tejón e


una culebra e un homne, et non se ficieron unos
a otros ningunt mal. Et acaesció que pasó por
ahí un religioso e vídolos yacer allí, et dijo:
"Yo non podré mejor obra facer que librar a
este homne de aquesta tribulación de aquestas
bestias, ca todas le quieren mal." Desí tomó
una soga e colgóla en la foya, a que se trabase
el homne para lo sacar, et trabó se a ella el
simio, como es ligero, e salió de la foya. Desí
colgóla segunda vez, e trabóse a ella la culebra,
e sacóla. Desí colgóla otra vez, e trabóse a ella
el tejón, e sacólo. Desí fincó el homne en la
foya, e diole soga, e trabóse della
el 'religioso la
e salió. Et derramáronse las animabas e fuese
cada una a su lugar.
Et fincó el homne, e el religioso preguntóle
por su tierra e posada, et él díjole que moraba
en la cibdat de Jajon, e que era orebs. Otrosí el
simio vivía cerca de aquella cibdat, en el monte
del término, et el tejón vevía así mesmo en una
jarín, et la culebra criaba en el muro de la cib-
dat. Et gradesció el orebs al religioso el bien
que le ficiera, et díjole: "Tú me has fecho grant
bien e me libraste de muerte et si a la cibdat
;

vinieres, demanda por mí, ca adebdado te só


por este bien que me feciste." Et fuese.
Desí a pocos días hubo de venir el religioso a
aquella cibdat, por cosas que había menester.
Et en llegando cerca de la cibdat, vídolo el simio
e conosciólo, et descendió de un árbol en que
estaba e venóse para el lugar, et besóle la mano
et humillósele et mostróle grandes gracias e

249
CALILA Y DIMNA

fizóle señas que se posase. Et fuese 'el simio


e tornóse con fruta para él, et comió el religioso
della, et albergó ahi esa noche a solaz del simio.
Et fuese el simio luego al tejón et díjole: "¿En
qué guisa galardonaremos a este religioso 'ú
bien que nos fizo?" Desi dijo el simio: "Yo sé
un lugar en esta cibdat por do entraremos al
alcázar; et si tú me siguieres e amparares de
los homnes, fío por Dios que le daremos buen
galardón." Et dijo el tejón: "Fecho sea." Et
fueron se ambos, et entró el simio por un lugar
que sabía, et estovo el tejón al portillo aten-
diendo fasta que se tornó el simio con guarni-
mentos de oro e de piedras presciosias, e venié-
ronse para él et dierongelo, e non le dijeron
dónde los hobieran nin cómo.
Et dijo el religioso en su corazón: "Estos
son muchos guarnimentos e muchas piedras, e
yo non he que facer con ellos si non venderlos.
Et tengo el orebs en esta cibdat et téngole fecho
el bien que fice a estos vestiblos, et él ha mayor
derecho de me lo galardonar más que éstos,
et yo ir mé pa<ra él, que me las venda. Et non
quiero otro galardón del si non éste, le non lo
quiero embargar en otra cosa; et aun yo gelo
gualardonaré este trabajo que en ello hobiere."
Et venóse para casa del orebs; et él, cuando lo
vido, rescibiólo muy bien et demandóle por su
facienda et por qué veniera a aquella cibdat, e
él contó gelo. Desí sacó los guarnimentos e
mostró gelos, e rogóle que gelos vendiese. Et
conosció los el orebs. Et andaba ya el roido por
la cibdat del furto dellos, et eran muchos hom-

250
CALILA Y DIMNA

nes sospechados e otros presos. Et dijo el orebs


al religioso: "Fuelga aquí fasta que yo torne a
tí con recabdo."

Et salió el orebs dende, et dijo: "Hame Dios


mostrado cosa por que habré la merced del
rey, e seré honrado del e de los miayores de su
regno et sabrán que só fiel por esto e fiarán de
;

mí. Et yo iré al rey e facer gelo he saber." Et


fuese para el rey, e fizo le saber de como él
tenía en su posada al que tenía los guarnimen-
tos. Et envió el rey a su alguacil e asaz de gen-
te, et fueron a la casa del orebs et fallaron y al
religioso con los guarnimentos, e prendieron lo
et llevaron lo preso al rey. Et el rey mandólo
luego atormentar, et después, quie lo trajesen
por la villa e que lo enforcasen.. Et fué ator-
mentado, e trajeron lo por la vill'a, et comenzó
el religioso a llorar e a decir: "Si yo creyera los
dichos de los filósofos de lo que dijeron del poco
gradescimiento del homne, non llegara yo a esta
tribulación."
Et del roido de como lo llevaban salió de su
forado la culebra e vido al religioso así, e co-
nosciólo et dijo: "Hoy ha menester a mí este
religioso, así como yo hobe menester a él el
día que yo muerte; et quiero
estorcí por él de
guisar cómo él estuerza cuanto él pueda, e así
lo faré. " Et fuese e entró en la casa del rey e
mordióle un fijo muy mal, e non lo quiso matar.
Et cuando el rey lo sopo, fizo ayuntar a todos
los físicos e los encantadores, e dieron le a be-
ber sus melecinas e encantaron lo, et non lo
tovo pro.

25 I
CALILA Y DIMNA

Et cuanto más le facían, tanto más le acres-


centaba el dolor e tanto más se amortecía, et
traspúsose. Et mandó el rey a los sorteros que
echasen suertes, et non dejó en toda la cibdat
físico nin escantador nin homne alguno de quien
hobiese esperanza que le daría consejo en aque-
llo que le acaesciera al niño, que lo non man-
dara traer, et mandó les pensar del niño e guisar
cómo guaresciese. Et ellos comentaron a pen-
sar del e a melecinar lo e a escantar lo, fasta
que fabló el niño e dijo que cuando se traspu-
siera, que le dijeran en sueños que el rey mandó
tormentar a un religioso, e aforcarlo a tuerto e
a grant sin razón el cual rogó a Dios que mos-
;

trase su milagro por que él fuese salvo et que


;

él non guarescería fasta que lo tanjese el reli-


gioso e rogase a Dios que le diese salud, et si
non que el niño era muerto. Et envió el rey
apriesa por el religioso, et trajeron gelo, et
mandó que escantase a su fijo, et dijo el reli-
gioso: "Yo non sé escantar, mas faré lo que
sopiere." Et puso su mano encima del niño, et
oró e rogó a Dios, e dijo así: "Señor, Dios, si
tú sabes que yo digo verdat al rey en cuanto
digo de mi facienda, dale salud e folgura."
Ca él le contó al rey estonces toda su facienda
e su acaescimiento. Et luego, acabada esta ro-
gatura, fue el niño sano e guarido. Et mandó el
rey dar aquellos ornamentos al religioso, e del
su haber mucho más, e mandólo soltar e pidióle
que leperdonase lo que le mandara facer. Et
mandó rey que dende en adelante non entra-
el
sen en su casa nin en su privanza si non homnes

25 2
CALILA Y DIMNA

probados e conoscidos en obras, e que aquéllos


toviesen sus oficios e el su servicio. Desi mandó
el rey atormentar al orebs, e mandó lo enforcar

a la puerta de la cibdat.
Et en esto que fizo el religioso al orebs e a
los vestiblos e de cómo cada uno gelo gualar-
donó, hay grant maravilla e grant fazaña por
que debe homne tomar ejemplo para saber en
cuáles lugares debe homne facer bien e en cuá-
les nun lo debe facer."

CAPITULO XVI

DEL FIJO DEL REY E DEL FIDALGO E DE SUS


COMPAÑEROS

"Ya
DIJOejemplos;
rey
el al filósofo:
pero oí te

decir que
todos tus
non ha
cosa que más faga al homne ser bien an-
dante e rico e ahondado e en buen estado, que
buen seso. Et si así es, ¿por qué veemos el nescio
haber tanta de honra e riqueza, e cuanto cobdicia,
cuanto non puede haber el cuerdo e el entendido e
sabio e de buena mantenencia? Et veemos mu-
chas veces que viene mucha rencura e mucha
mengua e ocasiones e tribulaciones en este mun-
do a los sabios e cuerdos e de buen entendi-
miento, e más que a los negligentes e a los que
non se albedrían e a los de flaco seso e a los ali-
viados." Dijo el filósofo: "Señor, así como el
homne non vee si non con sus ojos, nin oye si non

253
;

CALILA Y DIMNA

con sus orejas, así el saber non se acaba si non


con sofrimiento e con seso e con certedumbre
empero a todo esto vence la ventura que es pro-
metida a cada uno.
Así que algunos son a que Dios da buena an-
dancia en su riqueza, et recabdan lo que quie-
ren sin su albedrío e sin ninguna obra, et algu-
nos son que se les acaba su buena andancia, que
los guía Dios a ser envisos et los enderesca et
los enseña de guisa que conoscen bien las cosas e
las saben bien traer, et es les esto movido de la
ventura que Dios dio e prometió por juicio em- ;

pero non haya ninguno esperanza en ninguna


buena manera, nin en ninguna buena bondad que-
homne haya, que dure sin seso e sin sufrimiento e
sin buen acuerdo con que mantenga su facienda.
Et ninguno non puede por arte nin por seso des-
viarlo que Dios le judgó e prometió de antes.
Et esto paresce en el ejemplo del fijo del rey
que fizo escribir sobre la puerta de su cibdat que
decían Matrofil, que el buen entendimiento e la
valor o la femencia e la arte en este mundo, to-
das son en poder de la ventura." Dijo el rey:
"¿Cómo fué eso?"
Dijo el filósofo: "Así fué que cuatro mance-
bos se ayuntaron en un camino: el uno era fijo
de rey, e había de ser rey después que muriese su
padre, et otro su hermano forzólo e echólo fuera
del regno después de la muerte del padre et él ;

fuese escondidamente con cuita por guarir, con


miedo que lo prendiese su hermano e lo matase;
et el segundo mancebo era fijodalgo; et el ter-
cero era fijo de un mercador; e el cuarto, fijo de

254
CALILA Y DIMNA

labrador. Et falláronse todos cuatro en un ca-


mino, et andovieron tanto fasta que les menguó
la despensa, e fueron muy lazrados et fam-
brientos, e non tenían cosa ninguna si non los
paños que tenían vestidos. Et andando por el

camino, fablando unos con otros, hubo de Caer


entre ellos contienda sobre las cosas deste mun-
do cómo andan, e en cuál guisa puede homne
haber riqueza e gozo e alegría.
Dijo el fijo del rey: "Los fechos deste mundo
todos son en el poderío de Dios et en la ventu-
ra que ha prometido a cada uno ; et cuanto le
es por él prometido, todo le ha de venir de todo
en todo; onde ser el homne sofrido a la ven-
'tura e a entenderla es muy buen seso." Dijo el
fijodalgo: "A quien Dios quiere dar beldat e
fermosura e apostura en todos suS miembros e
buenas mañas, puede haber mucho bien por ello,
et non ha cosa que más le ayude a haber algo
que esto." Dijo el fijo del mercader: "Non cui-
do yo que ha cosa en el mundo de que homne
pueda haber grande algo, como en haber buen
entendimiento e sabiduría e acucia, e comprar
e vender." Et dijo el fijo del labrador: "Yo non
cuido que homne pueda haber de comer para
un día si non labrare e trabajare." Et en con-
tendiendo así sobre esto llegaron a la cibdat a
que iban, et asentaron todos cerca de la cibdat,
de fuera, que non tenían cosa deste mundo si
non los vestidos que vestían. Desí comenzaron
se de arrufar uno contra otro por lo que se ala-
bara, que debía facer cada tmo dellos lo que di-
jera. Et dijeron al fijo del labrador: "Mezqui-

»55
CALILA Y DIMNA

no, vete e trabaja como dices, e gana que coma-


mos un día."
Et fuese el fijo del labrador e entró en la cib-
dat et preguntó a unos homnes que estaban fa-
blando, e díjoles "Yo só homne estraño en esta
:

cibdat, e tengo otros tres compañeros, e non te-


nemos ninguna cosa que comer. Decidme cuál
obra faría por mis manos de la mañana fasta la
noche, para ganar que comiésemos cuatro hom-
nes." Dijeronle "La leña es muy cara en esta
:

cibdat, e el monte es a una legua de aquí en tal


lugar, e van allá los leñadores. Pues ve allá, faz
leña con ellos e venderás cuanta pudieres traer,
por un maravedí, et esto te cumplirá a tí e a
otros tres." Et fuese el fijo del labrador, e fizo
leña, e trájola a cuestas cuanta le valió un ma-
ravedí, e hubo vianda cuanta cumplió a él e a
sus compañeros aquel día.
Et cuando fue otro día de mañana dijeron:
"Echemos suertes, e al que cayere la suerte vaya
a averiguar su dicho." Et echaron suertes e cayó
la suerte al fijodalgo, que era muy fermoso e
muy apuesto. Et dijeronle: "Llévate, e faz nos
algo con tu fermosura e con tu beldat, e faz ve-
ndad lo que dejiste." Et fuese el fijodalgo e lle-
gó a la puerta de la cibdat. Desí pensó en su
corazón e dijo: "Yo non sé facer nada nin sé
qué faga por que dé a mis compañeros que co-
man, et habré vergüenza de tornar a ellos. Et
pensó de se ir ^e dejar los et 'arrimóse a un ár-
;

bol que estaba en medio de la cibdat, et comen-


zó de catar a los que pasaban por ahí. Et pasó
por ahí una dueña fijadalgo, caballera en su

256
CALILA Y DIMNA

muía, e sus mug-eres empós della e sus criados.


Et vido lo ahí ser, e desconosciólo e entendió
que era homne estraño, e vido lo tan fermoso e
tan apuesto, e así tan cuidoso, e hubo compa-
sión del.
Et desque llegó a su posada envió una su mu-
g-er a él, et la muger fue a él, e fallólo adorme-
cido del cuidado que tenía. E despertólo e díjo-
le: "Mi señora, doña Fulana, muger de don Fu-
lano, me envía a tí, et ruégate que la vayas ver
a su posada." Et dijo él: "¿Qué me quiere tu
señora, o para qué me manda llamar, ca nin sabe
quién me só nin me conosce?" Dijo la muger:
"Cuida de tí una cosa, e quiere preguntar por tu
facienda, e por saber tu estado, e por te facer lo
que debe tal dueña a tal como tú.".Et levantóse
el mancebo e fuese con ella a la posada de la
dueña. Et esta dueña era muy noble; et desque
fue entrado preguntóle ella e rogóle que le dije-
se su facienda e su nombre. Et él recontóle en
qué manera veniera a aquella cibdat, él e sus
compañeros, e que eran estraños, e que non co-
noscían a ninguno. E^t mandóle aquella dueña
dar posada para él e para sus compañeros, e
mandóles dar que despendiesen él e ellos cient
maravedís. Et estovieron así algunos días a su
placer, fasta que fueron comidos los dineros.
Desí dijeron al fijo del mercador "Averigua
:

lo que dejiste, e ayúdate de tu agudez e de tu sa-


biduría, e gana que comamos." Et dijo él: "Fa-
cer lo he si Dios me ayudare." Et fuese el man-
cebo e demandó por el lugar do mercaban los
de aquella cibdat. Et vido arribar una nave, e

357
Calila y Dimna 17
CALILA Y DIMNA

ayuntáronse unos mercadores de la cibdat por


comprar de los señores de la nave cuanto ahí
traían, et comenzaron los precios dello, e iba él
empós dellos. Desí assntáronse a parte,
e conse-
járonse e dijeron unos a otros: "Vayamos nos
ahí e non compremos cosa alguna, e ellos ver-
nán a facer nos mercado de cuantas mercado-
rías hayan, e haber las hemos rafez de buen
mercado." Et desque fueron idos, fuese el fijo
del mercader para la nave, e igualóse con los
dueños de las mercadorías, e prometióles cuan-
to los otros les daban por ellas e gelas non qui-
sieran dar. Et cuando los mercadores lo sopie-
ron, venieron se luego para la nao e fallaron
que la había comprado aquel mancebo et die- ;

ron le mili maravedís de ganancia, et tornóse


con ellos para sus compañeros. Et mejoraron
su estado, e tovieron que comer, e moraron allí.
Et después dende a días venieron al fijo del
rey et dijeron le: "¿Fasta cuándo atenderás tú
la ventura e cuándo ganarás por ella que coma-
mos?" Et di joles él: "Por buena fe non sé qué
faga, nin puedo nada ganar, nin espero ál, sal-
vo la me ha de venir de lo que Dios
ventura que
me judgó e me dio en parte, et non dubdo que
me verná de todo en todo." Et salió de allí, et
andovo fasta que llegó a la puerta de la cibdat.
Et acaesció que murió ese día el rey desa cib-
dat, et non dejó si non un fijo que había de he-
redar el reino después del, ca todos sus parien-
tes eran muertos e finados fueras aquel, et
aquel fijo había de heredar. En pasando por allí,
llevando el cuerpo a enterrar, estaba aquel man-

258
CALILA Y DIMNA

cebo asentado en los poyos de la puerta de la


cibdat, et non se movía por aquel duelo nin
mostró pesar. Et desconoscieronlo, et preguntó
le un duque e díjole: "¿Quién eres e por qué te
sentaste aquí e non te moviste por el duelo del
rey cuando pasó por aquí?" Et el mancebo non
le respondió; e ensañóse el duque, et denostó lo
e echó lo fuera de la cibdat.
Et desque fue pasado el llanto tornóse el
mancebo e asentóse en su lugar, et tornáronse
los otros después que hobieron enterrado al rey,
et élestaba asentado en su lugar. Et vido lo
aquel duque, et venóse para él e díjole: "¿Non
te defendí, que non estuvieses en aquel lugar?"
Et fizólo prender, et mandólo levar a la prisión.
Et cuando fué otro día alzaron poj rey al fijo
del rey que finó et comenzó cada uno de los
;

ricos homnes e de los fijosdalgo a bendecir al


rey e a decir cada uno la mejor razón que sabía.
Et fabló ahí aquel duque, et díjole: "Señor,
quiero te decir lo que me acónteselo ayer, cuan-
do levábamos el cuerpo del rey: vi a un mance-
bo asentado en un poyo, cerca de la puerta de
la cibdat, et él parescióme homne estraño en su
gesto e en sus vestidos, e fabléle e non me res-
pondió, e échelo dende. Et después que torna-
mos, fállelo en aquel lugar, e pregúntelo por qué
lo ficiera, e non me respondió, e tove que era
esculca, e fícelo prender e poner en la prisión."
Cuando esto oyó el rey envió por el mancebo,
e mandó lo soltar de la prisión, et que gelo tro-
jiesen; et trojieron gelo. Et el rey preguntóle
quién era e de qué tierra; et díjole: "Yo só Fu-

259
CALILA Y DIMNA

laño, fijo del rey de Marmia,yo era heredero


e
del rey; et desque él fue finado,
echóme mi her-
mano del reino. Et con miedo de muerte tove
de fuir e venir me para vuestro padre, en espe-
ranza que me. ayudaría e me ampararía. Et cuan-
do vine e lo vide ayer llevar a enterrar, pesó-
me tanto, de guisa que desesperé e perdí el se-
so e el entendimiento. Et ásenteme allí cerca de
la puerta de la cibdat cuidoso e maravillándo-
me de las cosas que guisa la ventura." Cuan-
do esto hubo dicho, conosció lo el rey e los
otros nobles homnes que el mesmo era, e di-
jeron lo todos al rey. Et el rey rescibiólo bien,
et prometióle grande algo, et que él guisaría en
cuanto pudiese como aquella esperanza que ha-
bía para cobrar su reino, que él lo faría. Et
mandóle dar posadas e bestias e haber.
Et era la costumbre de aquella tierra que
cuando alzaban rey de nuevo traían lo por la
cibdat cabalgando en un elefante, dende a sie-
te días et cabalgaban con él sus caballeros e
;

sus ricos homnes, lo mejor guisados que ellos


podiesen, et con muchas maneras de juglares et
facían grant fiesta, et era llamado por nombre
del rey. Et después que aquel rey nuevo hubo
pasado los siete días, e quisieron lo traer en el
elefante como acostumbraban facer a los otros
reyes, mandó el rey guisar un elefante para
aquel infante que era echado de su reino, et que
lo trojiesen en él, así como a él et dijo a los
;

suyos: "Este infante es rey en su tierra,


así como yo en ésta, et ficieron lo así como a
mi." Et andovieron con él por aquella cibdat en

260
CALILA Y DIMNA

aquella fiesta. Et desque el rey fue tornado a


su alcázar mandó facer grant hospedadgo al
infante, e que le diesen cuanto había menester,
fasta que él catase por su facienda. Et el infan-
te buscó a sus compañeros e trájolos a su po-
sada e fizóles mucha honra. Et el rey pagóse
todavía del infante, et casólo con su fija, et
desque fué casado, honrólo et dióle algo, a él
e a sus compañeros, a cada uno en su estado.
Et a poco de tiempo el rey mandóle dar a su
yerno muchos caballeros e grant haber, para
que lo levasen, a él e a su muger, a su regno;
et escogió el rey para esto los mejores de su
reino, e los más esforzados mejores e más sa-
e
bidores en lidiar. Et tornóse
infante para su
el
tierra; et cuando lo sopo el hermano que venía
con tanta honra e con tan grant poderío, salió-
lo a rescebir e pidió le merced e tregua, e des-
amparó le su regno. Et pusieron entre amos sus
pleitos, e prometieron su fe en uno, e prometió-
le el hermano ciertas parias et regnó el infan-
;

te en paz en aquella tierra.


Et mandó escrebir a la puerta de la cibdat
estas palabras: "Lacerio de un homne que fará
por sus manos en un día, puede ganar a él e a
tres compañeros de comer e de beber ; et com-
plimiento en el homne de
beldat e de buen en-
señamiento e grant linaje face le ganar am.or
de los homnes, e fácele perder soledat, maguer
sea estraño e fuera de su tierra, et fácele ga-
nar en un día cient maravedís et el seso e la ;

apostura e la sabiduría et el entendimiento en


mercaduría fácele ganar en un día veinte ma-

2 6 I
CALILA Y DIMNA

ravedís; et el encomendar se homne a Dios,


e meter su facienda en su mano e atender su
juicio, face al rey que perdió su reino cobrarlo,
e tornar en mejor estado que era. Et todas las
cosas son por el juicio de Dios et por ventura
asi ; ca non ha cosa de cuantas Dios crió que
se pueda mudar un paso, nin cuidar facer al-
guna cosa si non por el mandado de Dios et
por lo que ha prometido, e judgado. Et todas
las cosas son en su poder, e él las mantiene, et
él se torna; que ninguno non sabe cómo las or-
dena ni cómo las confirma."
Dcsí mandó llamar a sus compañeros, aque-
llos con quien andovo el camino, et di j cíes:
"Desque fuemos llegados en un camino e feci^
mos compañía siempre fuemos en enccm"enda
de Dios, et cuanto cada uno de nos dijo e fizo
por averiguar su fecho, fizólo por Dios e por
que le era prometido; ca si non fu;se por la
aventura de Dios e por su juicio, non dijérad;s
lo que dejistes, nin acordara Dios a ninguno de
vos a facer lo que dijera, nin averiguar lo que
se alabara a sus compañeros. Et yo tenía por
muy grant cosa de ganar algo; ca non podía
nin sabía, ca era forzado de mi hermano e era
fuído con miedo de muerte, así que non sope
cal que facer, si non de me amparar al poderío
de Dios,^ e tener me por pagado de su juicio, et
que él rne acarreó di ir a aquella cibdat, non z
sabiendas de mí. Desí fizóme ir al su rey, et
mostróme razonar con él, et nembróme a le de-
cir por qué me hubo merced, e creó lo que le
dije, non pensando en ello nin sabiendo en qué

262
CALILA Y DIMNA

fenescería mi facienda; mas fue cosa que me


puso Dios en corazón, e me Él fizo decir, de
guisa que gané amor de aquel rey con quien
nunca había fablado. Et guisóle por la ventura
de Dios que hobe de ser rey en mi tierra, e ven-
ci a mis enemigos, sin poder que yo hobiese e

sin fuerza, mas fue por el juicio de Dios que


se hubo de complir. Pues loado sea Dios, en
cuya mano son todas, las cosas ca ninguno non
;

puede por su fuerza nin por su arte contrastar


lo que ha de ser por su mandado."
Desí mandó el rey llegar los grandes homnes
de su regno e sus cabdillos e alcalles e religio-
sos, por facerles sermón. Et fizo su sermón bre-
ve e bien departido con grant sabiduría, et pre-
dicóles e acucióles a facer buenas obras con quo
se llegasen a Dios e le non fuesen desobedientes.
Et levantóse un homne bueno religioso de los
que el rey mandara y venir, et díjole: "Señor,
has fablado con buen entendimiento e con seso
e con acuerdo, et sabemos que cuanto dices todo
es verdat, ca Dios guisó, e guisó que regnases
en nos, et tú que los merescías con seso e con
el acuerdo que Dios te dio, et por tú esperar su
merced e fiar en él; ca cuando Dios quiere dar
mejoría al homne en buen entendimiento e so-
frimiento e buen seso, e le da por naturaleza de
ser piadoso e mesurado a sus pueblos, derecho
es de reinar. Et el mejor andante homne deste
mundo e del otro es aquel a quien Dios quiere
facer merced en le dar seso e acuerdo e saber,
Et ha nos Dios fecho merced en que te nos dio
por rey, en vez de que murió; por ende roga-

263
CALILA Y DIMNA

mos a Dios que te faga piadoso sobre tus pue-


blos e bien aventurado a su servicio."

Las F"iomas y el Dcsí Icvántóse otro religioso e


tesoro :: :: :: :: }q¿ 3^ DÍOS e agradeSciÓlo. Dcsí
dijo: "Yo había, ante que entrase en la orden
de religión, dos maravedís. Et metióme Dios
en corazón de amar el otro siglo, e facer las bue-
nas obras. Et dije en mi corazón: ''Non es nin-
guna cosa que de mejor merescimiento sea, se-
gunt Dios, que comprar un alma e franquear la
por el amor de Dios." Et fui al mercado, e fa-
llé un pajarero que tenía dos palomas e querí^

las vender, et azomélas, e daba le por ellas un»


maravedí e non me las quiso dar si non por dos
maravedís. Et yo non tenía más, et fizóse me
muy grave de comprar las por cuanto tenía, et
compré la una por un maravedí. Et hobe pie-
dat dellas, et dije: "Por aventura son parejas,
maslo e fembra; et si las partiere una de otra
morrán más, con pesar que habrán la una de la
otra, et si las dejare al pajarero comprar las ha
otro para comer e matar las ha." Et cómprelas
et tomé las por dos maravedís.
"Et dije: "¿Cómo faré dellas? Ca si las die-
re de mano por
poblado cerca de los homnes,
lo
he miedo que non podrán volar, por que son fla-
cas e magras de la premia que han rescibido e
del atar, et non só seguro que las non cace al-
guno otra vez, et non les terna pro el bien que
les yo quiero facer." Desí levé las a un campo
a un lugar do había buen pasto, e lueñe de los
homnes, e déjelas ir, et comenzaron a volar, ca-

264
CALILA Y DIMNA

tando las yo. Et cuando las palomas se alonga-


ron de mí, posaron en tierra et fueme para ellas,
et con miedo que las non tomase alguno. Et
cuando fui cerca dallas volaron e posaron en un
ramo de un árbol, e seguílas fasta que fue cerca
dellas, et asentáronse en tierra et comenzaron
de picar e de ferir a la raíz de aquel árbol.
"Et llegué al árbol por ver qué facían, e cabe
con una vara en aquel lugar do ellas picaban, e
fallé y una jarra llena de maravedís, e desco-
bríla e vi lo que hiabía, e entendí que non lo ha-
bían fecho si non por me galardonar lo que
les ficiera. Et rogué a Dios que les ficiese fa-
blar, de guisa que fablase con ellas, e fablaron,
et díjeles: "Vos, aves, que así sabedes lo quie 65)
so tierra, ¿cómo caíste en la red del pajarero?"
Et ellas dijéronme: "Homne bueno, ¿non sabes
que la aventura del juicio de Dios vence toda
cosa e que ninguno non le puede contrastar? Et
cuanto viste que acaesció de nos e de tí fasta que
llegaste a la raíz deste árbol non fue si non por
la aventura que nos fue prometida. Pues la más
bien aventurada criatura es aquella a quien Dios
promete en su juicio bien, et la más mala aven-
turada es aquella a quien Dios promete lo con-
trario."
CAPITULO XVII
DK LAS GARZAS E DEL ZARAPICO
"Ya
DIJOdame reyel al filósofo:
agora ejemplo de
oí este
los
ejemplo;
dos aparceros
que se fían uno de otro, cuando el uno es
engañoso al otro e le tiene mala voluntad, et puna

265
CALILA Y DIMNA

en haber mejoría en aquella cosa en que son apar-


ceros e la quiere haber todo en su cabo, sin el
otro aparcero." Dijo el filósofo: "Una de las
cosas por que homne bien estuerce e es salvo,
es ser enviso et una de las cosas por que es el
;

homne enviso es ser sospechoso del compañero


fasta que sea bien cierto que le liene buena vo-
luntad. Et quien cuida bien de su aparcero non
lo habiendo bien probado, non es bien seguro;
ca la fianza e la grant creencia lo echó en grant
pesar. Et la semejanza desto es el enjemplo de
las garzas del zarapico." Dijo el rey: "¿Cómo
fue eso?"
Dijo el filósofo: "Dicen que cerca de la ribera
de la mar había un piélago donde entraban
muchos ríos, et era apartado de los pescadores,
e non llegaba y homne del mundo. Et nasció y
un cañaveral, e ficieronse y muchos peces. Et
las aves que solían venir a las riberas e a los
piélagos e a las marismas non venían nin se
allegaban a él, nin pescaban y pescado tiempo
había; ca tenían sus nidos e sus fijos en la mar,
e teníanse por abastados át lo que fallaban en
el mar. Así que una ave que decían garza hubo
sabiduría del, e vido que era lugar muy apar-
tado de la carrera de los pescadores e muy yer-
mo, et hubo gran sabor de morar y, e de mu-
dar ahí su nido. Et dijo en su corazón: "Cuando
yo trajere mi nido e mi fembra a este lugar,
escusaremos, con lo que aquí ha, de facer em-
bargo a las otras aves en el pescado del mar, e
habremos este lugarpor heredamiento para nos
e para los que de nos venieren, et ninguno otro

266
CALILA Y DIMNA

non habrá a ello derecho, ca nos lo habremos


más con derecho."
Et puso en su corazón de mudar su fembra
e su nido para allí et cuando fue tornado a la
;

mar, dijo a su fembra lo que viera e lo que tenía


en corazón de facer. Et la fembra había puesto
su nido en la ribera, en que tenía sus huevos,
et era ya la sazón en que los debía sacar. Et
había ella un zarapico mucho su amigo que ella
mucho amaba, e sin él non veía placer, et a
quien facía parte en todas sus cosas. Et des-
pués que su marido hubo dicho su acuerdo a
la muger. pesóle mucho por se apartar del za-
rapico, et quiso que hobiese parte en aquel vi-
cio, et guisó cómo le ficiese saber aquello que el
marido e ella quería facpr, por ,que él guisase
cómo se fuese con ellos para aquel lugar. Et
dijo al marido: "Ya es tiempo que yo debo
sacar mis pollos; et dijeronme una cosa que,
faciendo gela al tiempo que han de salir, sere-
mos seguros que les non acaescerá ocasión et ;

yo quiero ir buscar aquella melecina que dije-


ron, por llevar la comigo al lugar que nos
mudaremos." Et dijo el marido: "¿Et qué es?"
Dijo la fembra "Un pece de ios peces da Fulana
:

isla ninguno non lo conosce si non yo. Pues


;

échate sobre los huevos en mi lugar, mientra


yo vo a aquel lugar."
Dijo el marido: "Non debe el homne enten-
dido enfiuzarse en cuanto los físicos dicen ca ;

a las veces dicen graves cosas e muy caras, que


ninguno non puede haber, si non a grant peligro
de sí; ca en algunas veces dicen que han me-

267
CALILA Y DIMNA

nester unto de león e de otros vestiblos et non;

debe el homne entendido meterse a peligro por


buscar león e vestiblo en ningunt lugar para
todo cuanto provecho ha en todos sus untos.
Et tú non te faz fuerza de te ir a esa isla. Leve-
mos nuestro nido así como está al lug-ar donde
lo queremos levar ca hay muchos peces e grant
;

cañaveral, e es encubierto lugar, e muy apar-


tado de las carreras. Et sepas que quien cree a
los físicos en buscar las melecinas e se mete a
peligro, non es seguro que le contesca lo que
acónteselo al simio que buscaba el celebro de
la serpiente." Et dijo la fembra: "¿E cómo
fué eso?"

El simio y la me- Dijoniarido Dicen que en


cI :

dícina :: :: :: :: una había uu símío c cstaba


ísla
muy vicioso de fruta. Et acaesció que ensarne-
ció, de guisa que se cuidó perder, e non podía
buscar su vito, tanto era enflaquescido. Et pasó
por ahí otro simJo et díjole: "¿Por qué te veo
en tal estado ? ¿ Qué te ha tornado tan magro e
tan flaco?" Dijo el simio: "Non sé por qué es,
si non la ventura que me fue prometida ca ;

ninguno non puede fuir nin escusar el juicio de


Dios." Dijo el otro simio: "Yo conoscí un simio
a que contesció esto que a tí acónteselo, e non
falló melecina que lo guaresciese fasta que le
trojieron celebro de una serpente negra, e fizo
dello ungüento. Et si tú pudieres haber celebro
de serpenta negra, ésta es tu melecina." Dijo el
simio: "¿Et cómo podré yo haber celebro de
serpenta negra? Ca yo non puedo haber mi

268
CALILA Y DIMNA

vito destos árboles que son aquí cerca, si non


cuando me dan limosna los vestiblos e las bes-
tias fieras con que me desvito ;et si non por
esto, muerto sería de la flaqueza e de la magrez."
Dijo el otro simio: "Yo oí un homne encan-
tador en Fulán lugar en esta isla, cerca de la
.

cueva de una serpenta negra et yo conosco e


;

creo que la ha muerta. Et yo iré a la cueva, e


entraré en ella, et si fallare la serpente muerta,
tomaré su celebro e aducir te lo he." Dijo el
simio sarnoso: "Si pudiere ser, faz lo, ca me
farás en ello grant merced, e habrás por ello
buen galardón de Dios." Et fuese el simio, e
llegó a la cueva, e era muy ancha, et vido el
rastro de los encantadores, et non dubdó que
la serpiente era muerta, et desque fue adelante
falló la serpenta viva, e saltó a él e tragólo.

"Et yo non te di este ejemplo si non por


que sepas quel homne entendido, maguer grant
nescesidat haya, non le conviene que meta su
alma a peligro, buscando la melecina en los lu-
gares donde se teme la enfermedat que nunca
habrá melecina." Dijo la fembra "Entendido
:

he lo que dejiste, mas non puede ser que yo non


vaya a aquella isla, ca non has que temer en ir
yo a aquel lugar, ca es pro de nuestros pollos,
e guarda de toda ocasión." Dijo el marido :"Pues
que éste es tu acuerdo, non lo fagas saber a
ninguno lo que tenemos en corazón de facer,
ca dicen los sabios: "Comienzo de todo bien es
el buen entendimiento, et la señal del buen
entendimiento es celar la poridat." Desí fuese

269
CALILA y DIMM A

la fembra al zarapico, que era en la mar buena


pieza, et fizo le saber lo que tenía en corazón
ella e su marido de mudar se en aquel piélago
de aquellos peces e aquel cañaveral e aquel apar-
tamiento en aquel lugar tan apartado e tan
seguro. Et díjole "Si pudieres guisar que seas
:

y con nosotros, con consentimiento de mi ma-


rido e con su placer, fazlo."
Et el zarapico hubo grant sabor de aquel lu-
gar, e quiso ser cerca de la garza fembra por el
amor que había entre ellos, et díjole: "¿Por
qué demandaré yo licencia de tu marido para
esto? Ca él non ha mayor derecho en aquel
lugar que yo, que es piélago comunal a él e a
todos, et tamaña parte habemos nos allí como
él, o más. Et vete tú al piélago, et si es tan vi-
cioso e tal como tú dices, ir me he yo allá, e
faré yo mi nido allí; et si tu marido contendiere
comigo, facer le he yo entender que ^aquel lugar
non lo ha por herencia de su patrimonio, nin
ha mayor derecho a él ella que yo." Dijo la
fembra: "Yo sé que es así como tú dices; em-
pero quiero tu vecindat e tu solaz. Et si tú
fueres allá contra voluntad de mi marido e a
su pesar, temo que nascerá entre nos enemistad
e mal querencia, e turbar se ha la pura amistad
e el puro amor que te cuido haber, e la alegría
tornar se ha en tristeza, et en vez de amor
habremos aborrencia e desamor."
Dijo el zarapico: "Verdat dices, en cuanto a
mí paresce; mas ¿cómo guisaremos que le plega
a él, e que él mande que haya yo un nido en
aquel piélago?" Dijo la fembra: "Yo te diré

270
CALILA Y DIMNA

cómo fagas. Vete para mi marido e dile, así


como que non sabes que él se quiere mudar en
aquel lugar: "Yo pasé por un piélago en tal
lugar donde hay muchos peces e muy apartado
de los homnes e de las aves, et quiero allá mu-
dar mi nido. ¿Quieres te ir allá comigo? Ca es
tal lugar que con lo que ahí está escusaremos
de facer embargo a las otras aves en los otros
peces de la mar." Et decir te ha él que ante fue
él allá que tú,, que él se quiere mudar allá. Et
cuando él te dijere aquesto, dile tú: "Pues que
así es, mayor derecho has tú en lo haber que
yo empero si tú quisieres, moraré yo contigo e
;

seré tu vecino, e habré un nido cerca de tí; ca


fío por Dios que non habrás de mí daño, mas
habrás solaz e esfuerzo en mí.'\Et fizólo así
el zarapico, et fuese contra el marido. Et fuese
la fembra e pescó un pece e levólo al marido,
et díjole: "Éste es el pece de los peces que nos
dijeron para melecinar nuestros pollos."
Et en llegando al marido falló y al zarapico,
que le había ya otorgado lo que le rogara. Et
fizo muestra la fembra que le pesara, por toller
de sí la mala sospecha de su marido. Dijo la
fembra: "Nos no hobimos sabor de aquel lugar,
si non por que es apartado de las aves. Et si tú
faces ahí parte al zarapico, temo que vernán
ahí muchas aves otras e habrán ahí parte co-
nusco, et sabes que lo más por que dejamos
aquel lugar nuestro e nos mudamos ende, non
es así si non por fuir de su compañía." Et dijo
el marido: "Bien entiendo lo que dices; mas
fío por el zarapico que habremos en su vecin-

2 7 I
CALILA y DIMNA

dat esfuerzo e solaz, e ayuda contra otros ca ;

nos non somos seguros de las aves de la mar


que non nos contrallen este lugar e nos lo em-
barguen, et non es mal haber al homne ayuda
e amigos de quien fíe. Ca non debemos ser
engañados en la fuerza e valentía que habemos
más que ías otras aves; ca por aventura los
flacos, cuando se ayudan, pueden con el fuerte
e con el valiente, así como pudieron los gatos
con el lobo." Et dijo la fembra "¿E cómo
fue eso?"

Dijo el marido: Dicen oue en


Los gatos y el lobo "
.. ,11/,
una ribera de la mar haoia mu-
chos lobos. Et había entre ellos uno que era
más fuerte e más lozano e más glotón, et que
menos se tenía por pagado de su estado. Et
salió un día a venar por haber mejoría de los
otros, et llegó a un monte donde había muchos
vestiblos e muchas bestias salvages, et non
habían salida nin carrera para otro lugar, et
yacían y encerrados comiendo de aquellas yer-
bas e de aquellas frutas, e faciendo sus fijos.
Et cuando vido el lobo que non había otra sa-
lida, fue cierto que sería muy vicioso e ahon-
dado, et moró y un tiempo. Et había en aquel
monte muchos gatos, e eran fechos a comer las
carnes de aquellas bestias, et habían un rey
de sí.

ellos cuando vían que tamaño daño res-


"Et
cebían por la vecinidat del lobo, ayuntáronse
et aconsejáronse en que manera folgarían de
aquel lobo. Et había en aquellos gatos tres que

272
CAULA Y DIMNA
habían mejoría de todos los otros c con quien
se aconsejaban todos los otros. Et dijo el rey
al primero dellos "¿Qué paresce que debemos
:

facer a este lobo que nos ha fecho tan gran


daño en nuestro vito?" Et dijo el gato: "Non
veo ál por bien si non sofrir e ser pagados de
lo que la ventura face; ca non podríamos li-
diar." Dijo el rey al segundo: "¿Qué consejo
nos das tú?" Dijo el gato: "Tengo por bien
que nos mudásemos desíe monte e buscásemos
otro, et quizá fallar lo híamos tan vicioso ; ca
si nos toviésemos por pagados con el relieve
de la caza del lobo, faremos muy estrecha vida
e peresceremos de fambre." Dijo el rey al ter-
cero: "Et tú, ¿qué tienes por consejo?" Dijo:
"Otra cosa." Dijo el rey: "¿E qué es?" Dijo:
"Non tengo por consejo dejar nu-estros lugares,
nin tener nos por pagados deste estado en que
vivimos, mientra que hubiéremos esperanza de
ser más ahondados, nin otrosí sofrir lo en que
vevimos, nin fuir; mas tengo por seso e por
consejo, si me tú quisieres creer, et los que con-
tigo son, una cosa, por que fío en Dios que ven-
ceremos nuestro enemigo et tornaremos al me-
jor estado que nunca fuemos." Et dijo el rey:
"¿Qué consejo es?"
"Dijo él: "Tengo por consejo que paremos
mientes al lobo, cuando cazare alguna bestia e
la llevare- por comer la, que lo sigamos tú e yo
contigo, et pieza de los gatos que son conosci-
dos por fuertes e valientes e esforzados, sofri-
dores, atrevidos, así como que imos buscar la
relieve de lo que él come, ca es muy seguro de

2 73
Calila Y üimna. 18
CAULA Y DIMNA
nos, et será engañado de nos. Et cuando fuére-
mos cerca del, saltaré yo en sus ojos, e quebran-
tar gelos he con mis uñas. Desí saltarán cada
uno de los otros gatos, e pensarán del logar do
trabaren, et non nos quitemos del fasta que lo
dejemos muerto; ca maguer que alguno de nos
se pierda, el rey e los otros que quedaren cobro
habrán de nos, sol que fuelguen deste lobo."
Et ficieron lo así. Et en venando el lobo una
bestia por comerla, et llegando la a una ribera
saltó en él aquel que diera el consejo al rey, et
quebrantó le los ojos con las uñas e cególo.
Desí saltó en él el rey et tóvole la cola con los
dientes, et llegáronse cada uno de los otros e
echaron mano del, e non lo dejaron nin se par-
tieron del fasta que lo dejaron muerto.

"Et yo non ejemplo si non por que


te di este
sepas que en vecindat del zarapico habremos
la
solaz e pro e esfuerzo." Et plogo a la fembra,
como placía a su marido, la morada del zara-
pico con ellos. Et mudáronse las garzas et el
zarapico a aquel lugar. Et ficieron ahí sus ni-
dos. Et apartóse el zarapico con su nido del
nido de las garzas, et hobieron grant sabor de
aquel apartamiento en que eran, et mostrábanse
unos a otros muy grande amor e grant solaz e
grant honra; empero el amor que era de la
fembra al zarapico era más verdadero e más
firme que non entre el zarapico e el marido, et
fiaban unos por otros por el amor antiguo.
Desí acaesció que se secó un río de los que
caían en aquel piélago, et apocóse el pescado.

274
CAULA Y DUINA
Et zarapico dijo en su corazón: "Maguer que
el

es grant debdo de guardar homne los amigos e


de amarlos, mayor derecho ha de guardar a sí
mesmo; ca dicen que quien así mesmo non es
leal, menos lo será a otro. Et quien non para
mientes en sí, et non está presto antes que las
ocasiones le vengan, cercar le pueden por ven-
tura tantos de perdimientos que non se podrá
dellos amparar. Et estas dos garzas que han
comigo aparcería en este piélago facen me daño
en los peces, tanto que quizá con cuita habréme
de tornar, como de cabo, a la mar et yo só paga-
;

do deste lugar, et seráme fuerte cosa de me partir


del, pues es convenible; onde non veo más fuera
matarlas, e folgaré sin ellas, e fincaré en este
piélago sin aparcero e sin contendor; mas co-
menzaré primero en el marido, e guisar lo he
con su fembra, ca ella es de flaco seso e fíase
mucho en mí e créese por mí, et desque él
muerto fuere, ligera cosa es de matar a ella;
tanto fía por mí."
Desí venóse el zarapico e la fembra muy cui-
doso e muy triste, et dijo la fembra: "¿Qué
has, porqué estás triste, mío amigo?" Dijo el
zarapico: "Esto triste por las tribulaciones que
corren en este mundo. ¿Viste nunca ninguno
que estorciese de los pensamientos del mundo e
de las mal andancias deste siglo, en sí o en sus
amigos, et viste a alguno que esté a miedo que
durase en alegría o en vicio porque hobiese de
durar años?" Dijo la fembra: "Grant cosa es
ésa por que tú estás triste." Dijo el zarapico;
"Así es como tú dices, et non es por ál, si non

275
:

CAULA Y DIMNA
por ti; si tú me creyeres e ficieres lo que
mas
yo por ventura desviaremos el mal que
dijere,
cuido e temo que te ha de acontcscer." Dijo la
fembra: "¿E qué es?"
Dijo el zarapico: "Maguer que nos seamos
de sendos linages, es tanto de amor que puso
Dios entre nos, e tanto solaz, que es más que si
fuésemos parientes caronales. Et en el paren-
tesco acaesce a las veces tamaña enemistad e
tamaña malquerencia, que es mayor daño que
el espada tajante e el tósico mortal. Et dicen
"Quien non ha hermano non ha enemigo, et
quien non ha parientes non le ha ninguno en-
vidia." Et yo quiero te facer un poco de pe-
sar por tu provecho, por miejorar tu estado,
como quiera que lo tengas por fuerte cosa e por
muy desaguisada mas pienso en lo que me lo
;

tace decir. Et pienso en que las venturas que


vienen a las criaturas en este mundo facen más
que esto onde quien es certero de la ventura
;

desampárase a los mandamientos de Dios, et


fuelga. E escúchame e guíate por mí, et non me
demandes la razón de lo que te yo mandare
facer, fasta que sea acabado."
Dijo la fembra "Tanto miedo me has puesto
:

e tan grant espanto, que cuido que me sumirá


la tierra. Et só placentera de perder mi alma
por ti ca dicen que quien su alma non desam-
;

para por su amigo para que le ayude a las cui-


tas, este tal, segunt Dios, es engañoso e falso."
Dijo el zarapico: "Aconsejóte que guises en
cómo mates a tu marido, e folgarás del ca en
;

matarlo será tu grant pro, et librarás a tí e a

276
.

CAULA Y DIMNA
mí de una tentación que he pavor que nos aver-
na, segunt que yo he barruntado en él, que nos
tiene encubierta. Onde non me quieras pregun-
tar nada, salvo facer lo que te aconsejo. Sepas
que si non fuese por la grant pro que y ha, non
me atrevería yo a tan grant cosa. Et bien te
faría yo saber la razón por que te dé yo este
consejo, si tú hobieses acabado lo que te yo
mando facer. Et yo té buscaré después un ma-
rido de mis amigos los garzos, e escogerte he
el que yo por mejor pudiere, e el que más face
por mí, et el que de mejor voluntad vivirá
conusco en este piélago, et te guardará et te
honrará por mi amor. E tú eres muy sesuda e
muy buena; et sepas que si tú non faces lo que
te digo e non me creyeres, acaescer te ha lo que
acaesció al mur que non quiso creer al gato que
le consejaba lealmente." Dijo la garza: "¿Et
cómo fue eso?"

Dijo el zarapico: "Dicen que en


El ratón y el gato •'
\^, r . •

unahabía un religioso
tierra en
una choza, e eran los homnes muy pagados de
aquella choza e de le dar de sus comeres. E
habían y muchos mures que le venían a comer
su vito, -e hubo el religioso un gato, e atólo en
la choza por amortarlos e por matarlos dende.
Et entre aquellos mures había un mur que era
muy grande e muy fuerte, e más atrevido que
todos, et cuando vido al religioso atar el gato
en la choza, sopo que faría y él mal de morar
con el gato, et llamólo e díjole "Yo sé bien que :

el religioso non te tiene si non por matar a mí

277
CALILA Y DIMNA

e a mis compañeros, et yo aino tu compañía


e tu solaz e quiero haber tu amor por ser se-
guro de tí e de tu artería. Et moraré aquí con
placer de ti, et prométote que te non encubra
mi buen consejo nin el pro que te pueda facer."
Dijo el gato: "Bien entiendo lo que dices, et
por que tú hobiste sabor de mi amistad, yo te
fago tal pleito que te yo non busque mal em- ;

pero non te quiero prometer lo que te non podré


tener, ca el religioso me fizo fiel de su choza, e
me compró por desmanar el daño que le facías,
tú e tus compañeros, et yo nunca le seré traidor,
contra lo que cree de mí. Onde es menester que
busques por donde salgas a los campos o a otra
morada de las que son aquí enderredor, si tú
quisieres que sea yo tu amigo, ca ser lo he en
otro lugar. Et si así non lo ficieres, non habrás
de mí homenage nin seguranza, ca yo non po-
dré estar que lealmente non sirva a mi señor
en lo que me puso por guardar." Dijo el mur:
"Yo te comencé a rogar e pedir por merced, e
tú debes rescebir mi ruego, et non quiera> que
vaya sin tu amor."
Dijo el gato: "Derecho es que yo resciba tu
ruego, e facer lo que tú quisieres; mas ¿en cuál
guisa lo faré? Ca vos todos los mures vos ayun-
tades contra mi señor, et él es muy sañudo
contra todos vosotros ;et si yo non le fuere
leal en vos matar, temo que me matará. Onde
te apercibo, e te aconsejo que te mudes desta
casa, salvo e seguro para donde quisieres, et
dote plazo de tres días a que busques buen
lugar en que te acojas e donde mores. E yo ir

278
CALILA Y DhVNA
té ver e requerir, e mostrar te he mi amor más
que tú me pediste." Dijo el mur: "Fuerte cosa
es dejar el homne su lugar; mas estarme he yo
en mi forado, e guardar me he de ti cuanto
pudiere." Et cuando fue otro día salió el mur
del forado para buscar su vianda, e vido lo el
gato, e non se le movió por non le falsar el
plazo que le diera, et fue en esto el mur enga-
ñado, et salió muchas veces. Et cuando el ter-
cero día fue pasado, estando el gato en celada,
salió el mur a andar por la casa, e saltó el gato
en él e matólo.

Et yo non te di este ejemplo si non por que


sepas que el homne entendido non debe refer-
tar la palabra de su amigo leal, nin tener por
dura la palabra del castigador; cía dicen que tal
es la palabra del leal amigo, en cuanto la ha
por dura el consejado, como la melecina amarga
que tuelle al cuerpo la mala enfermedat. Et tú
guárdate e non seas engañada en el amor que
te muestra tu marido ; ca si lo matares verás
luego h folgura manifiestamente e habrías me-
jor marido con que mejor placer hobieses." Et
cuando oyó la fembra lo que le dijo el zarapico,
hubo muy grant pavor empero prísole gana
;

del marido nuevo que le prometiera, et dijo:


"Entendido he lo que tú dejiste, et non te sos-
pecho en nada, e lo que tengo en corazón de
amor contra ti me muestra el amor que tú me
has, ca yo sé bien que tú non me aconsejarías
tan desabridamente e tan esquiva si non con
amor e con lealtad que me has. Et si fuese esto
279
CALILA Y DIMNA
que me consejas cosa tal de que hobieses mayor
pro de tí solo sin mí, debíalo facer por tu amor
e seguirme en tu voluntad, cuanto más seyendo
cosa en que yo he parte. Mas ¿con qué guisa
podré yo matar a mi marido e con qué podré
con él?"
Dijo el zarapico: "Yo te mostraré una arte
tal, que si la ficieres recabdarás lo que quisie-
res." E dijo la fembra: "¿Cuál es?" Dijo el
zarapico: "Yo sé en Fulán lugar un piélago do
hay muchos peces, e andan ahí muchos pesca-
dores. Et cuando pescan algunt pece grande
toman una estaca e espetan lo en ella desde la
cabeza fasta la cola. Et tú vete a aquel lugar,
e toma uno de aquellos peces que así vieres, e
tráelo al marido e dágelo a tragar, et cuando lo
tragare, atravesar se le ha el estaca en la gar-
ganta e morra." Et fizo fembra cuanto le
la
aconsejó el zarapico, e voló et fuese allí donde
los pescadores andaban, e tomó un pece de
aquellos espetados, e adujo gelo et puso lo cerca
del maslo su marido. Et él tragólo, et rompióle
el palo la garganta, e murió. Et fincaron el
zarapico e la fembra en uno algunos días, et él
mostrábale grande amor e facíale grande honra.
Desí demandó ella al zarapico el marido que
le prometiera, et él voló e fuese a un árbol que
era y cerca, et falló un lobo cerval que buscaba
qué comiese, et llamólo e díjole: "Cuitado, ¿qué
has e qué es lo que quieres?" Dijo el lobo:
"Busco de comer." Dijo el zarapico: "Yo he
una amiga de las garzas, la más gorda que ser
puede, e quiero la engañar de guisa que te la

280
;

CAULA Y DIMNA
traiga a la cueva, ca es de Fulán lugar. Pues
vete a aquella cueva e estáte y en celada, et
cuando llegare la garza allá, salta en ella «
mátala." Et fizo así el lobo cerval, e fuese para
la cueva e metióse en celada. Et tornóse el za-
rapico a la fembra e díjole: "Fué a un garzo
que es mucho mi amigo en Fulán lugar, et di-
jele de ti cuánt fermosa eres, e cuánt enseña-
da, e cuánt complida, e del amor que has co-
migo, e del lugar en que somos, e de cómo has
menester marido; et rogóme que te llevase a
él, que te quería ver. E vayamos para él." Et
ella acordóse con él, e volaron amos e llegaron
a aquel lugar. E dijo el zarapico a la fembra:
"En aquella cueva yace, et si agora non es ahí,
luego verná." Et ella, con deseq del marido,
fuese luego para aquel lugar. Et el lobo que
yacía en celada saltó en ella detrás de una
peña do estaba, et levóla en la boca e matóla.
Et este es el ejemplo del que se fía por el
aparcero falso, que se non debe fiar, cómo pe-
resce."

CAPITULO XVIIT
DK LA GOLPEJA E DE LA PALOMA E DEL ALCARAVÁN
E ES EL CAPITULO DEL QUE DA CONSEJO A OTRO
E NON LO TIENE PARA SI

"Ya
DIJOejemplo.reyDame agora
el al filósofo:
ejemplo del homne
entendí este

que da consejo a otro e non lo da a sí


mesmo." Dijo el filósofo: "Este ejemplo es tal

28 I
CAULA Y DIMNA
como el de la paloma e de la gulpeja e del alcara-
ván." Dijo el rey: "¿E cómo fue eso?"
Dijo el filósofo: "Dicen que una paloma sa-
caba palominos de un su nido que había en una
palma muy alta, et la paloma, para mudar su
nido allí, había grant trabajo; tanto era de
alto. Et cuando ponía sus huevos sacábalos, e
desque los tenía sacados veníase una gulpeja a
ella, que la solía requerir a la sazón que salían
e que andaban ya sus palominos, e parábase a
la raíz de la palma, e daba voces amenazando
la que subiría a ella si le non echaba los palo-
minos. Et ella echaba gelos con grant miedo que
había, por amor de vevir ca le decía que si non
;

gelos echase que sobiría e que comería a ellos


e a ella.
Et estando ella así un día e sus palominos
eguados, asomó un alcaraván e posó en la pal-
ma, e vido la paloma estar muy triste e muy
cuitada, et díjole: "¿Por qué estás demudada?"
Dijo ella: "Ha me deparado mi ventura una
gulpeja, et sol que sabe que mis palominos son
criados, viéneme amenazar e a dar voces a la raíz
desta palma, e yo con miedo echo gelos." Et
dijo el alcaraván: "Cuando veniere a facer lo
que dices, dile tú: "Non te echaré mis fijos, si

non que subas por ellos e que los comas, e si


non yo te echaré ninguno." Et desque le hubo
aconsejado el alcaraván esta arte, voló e asentó
ribera de un río. Et la gulpeja veno a la palo-
ma como solía facer, et paróse a raíz de la pal-
ma e dio voces e gritos, e amenazaba como so-
lía facer. Et la paloma respondióle e díjole lo

282
CALILA Y DIMNA
que el alcaraván le enseñara. Et díjole la gul-
peja: "¿Quién fué el que te dijo esto?" Dijo la;

paloma: "El alcaraván me lo dijo, que está a la


ribera del rio."
Et la lo et fallólo parado
raposa fué a buscar
en pies, et díjole:"Dios te salve, amigo. ¿Qué
faces aquí? ¿Sabes por qué te vine a buscar?
Porque me dijeron que sabes muchos bienes para
se guardar home de los acidentes de los aires
del cielo, et vine a ti por decoger algunt bien de
ti." Et dijo el alcaraván: "¿Et qué quieres sa-
ber de mí?" Dijo la gulpeja: "Cuando has frío
a los pies, ¿qué es lo que faces?" Dijo el alca-
raván: "Alzo el un pie e métolo así a carona
de mi vientre; et cuando aquél es caliente, alzo
el otro e quito aquél, et súfrome desta guisa."
Et díjole: "Cuando el viento te 'da del diestro,
¿qué faces e dónde pones la cabeza?" Dijo el
alcaraván: "Póngola al siniestro." "¿Et cuan-
do te da del siniestro?" Dijo: "Póngola al dies-
tro."
Dijo la gulpeja: "Et cuando te da el viento de
todas partes, ¿dónde la pones?" Dijo el alca-
raván: "Póngola so mi ala." Dijo ella: "¿Et
cómo la puedes poner so tu ala, ca non me pa-
resce que se podrá facer?" Dijo él: "Por Dios,
muy bien." Dijo la gulpeja: "Pues demuéstra-
me cómo faces, ca en verdad grant mejoría ha-
bedes las aves sobre nos, ca sabedes en una
hora lo que nos non sabemos en un año, et
aun metedes vuestras cabezas so vuestras alas
por viento e por frío. Pues muestra me cómo
facer." Et metió el alcaraván su cabeza so su

283
CALILA Y DIMNA
ala, €t dio saltoen él la gulpeja e matólo. Ét
di jóle: "Enemigo de Dios; mostraste carrera
como te matasen, et diste consejo a la paloma
para que estorciese de la cuita en que estaba."

En este calló el rey. Et dijo el filósofo: "Se-


ñor, hayas poder sobre las mares, e déte Dios
mucho bien con alegría, e goce tu pueblo con-
tigo, et hayas buena ventura ca en ti es aca- ;

bado saber e el seso e el sufrimiento e la me-


el
sura e el tu perfecto entendimiento. Ca en tu
consejo non ha falla, nin en tu dicho yerro nin
tacha, et has ayuntado en ti fuerza e manse-
dumbre así que en la lid non eres fallado co-
;

barde nin en las priesas non eres aquejado. Et


yo te he departido e glosado e esplanado las
cosas, et te he dado respuesta de cuanto me
preguntastes, et por ti loé mi consejo e mi sa-
ber en complir lo que debía, e el derecho que
debo con buena memoria de ti, trabajando mío
entendimiento en el consejo e en el castigo leal
e en el sermón que te dije."

Aquí se acaba el libro de Calila e Dimna, et fué

sacado del arábigo en latín e romanzado por mandado


del infant don Alfoñ, fijo del muy noble rey don Fer-
nando, en la era de mil e docientos e noventa e nueve
años.

El libro es acabado.
Dios sea siempre loado.

28
VOCABULARIO
Abarzar: abrazar, pág. 37. Aleve: mala acción, ma-
Aborrido: aborrecido, 112. lo, págs. 86, 95 y 149.
Abnue: chacal, 84. Algo: hacienda, 28, 137.
Abusión: injusticia', 123. Alhageme: alf ájeme, bar-
Acaer: acaecer, no. bero, 62.
Acedado: agriado, de mal Alholla: tela de púrpu-
humoi, '/S. ra, 216.
Acostarse: apoyarse, acer- Alimania: alimaña, 47.
carse, 30, lOI. Alueñe: véase lueñe.
Acucia: diligencia, prisa, Amortar: amortecer, 277.
255- Amparar: defender, 89.
Adobar: componer, 36. Anviso: véase enviso.
Af acimiento: amistad, 82. Anxahar: lobo cerval, 231,
Afeitar: preparar, persua- 235-
dir, 85. Apesgar: ¿orno pesgar, pe-
Afeuciarse: confiarse, 165. sar, 51, 132.
Afiar: dar en fianza, 21. Aponer: atribuir, impu-
Afitar, comoafeitar: com- tar, 107.
poner, arreglar, 230. Apos: comparado con, 92.
Agro: agreste, 53. Armadija: trampa, cepo,
Aguazal: terreno sali- so-
no, 143. Arrufarse: encolerizarse,
Aguciar: acuciar, ani- 59. 255-
mar, 23. Asmamiento: pensamien-
Agucioso: acucioso, dili- to, 21.
gente, 104. Asmar: considerar, pen-
Al: (passim) otra cosa. sar, 14, 146.
Albarhamin (iiene distin- Asoras:súbitamente, 34.
tas formas) : b r a c m a- Astrugo: véase malas-
nes, 209. trugo.
Albarraz: especie de le- Atalaya: hombre que ob-
pra, 123. serva, 155. 241.
Albedriarse: arbitrarse, Aterrado: perdido, acaba-
reflexionar, 253. do, 142, 160.
Alcalld: alcalde, juez, 64. Atoleólo: quisas errato por
"atollólo", de atoller, Combrá: futuro de comer,
coger, pág. 36. página, 88.
Atriaca: contraveneno, an- Compaño: compañero, 97,
tidoto, 164. Compañones: testículos,
Aturar: perdurar, perma- 4'J.

necer, 89, no. Compreso: preso junta-


Aventar: abanicar, 172. mente con otro, 117.
Aviltar: afrentar, 35, 142. Concejeramente: pública-
Axara: véase anxahar. mente, 77, 81.
Azomar: ajustar el precio Condesijo: escondrijo, 98.
de una mercancía, 264. Conducho: comida, man-
Azorero: el que cuida de jar, 70, 171.
los azores, 128. Confasión: confección,
medicina, 120.
Conlivio: medicamento, 46.
Baratar: proceder, hacer,
Conortar: consolar, ali-
164, 202. viar, 206.
Beudez: borrachera, 57,96. Conorte: consuelo, ali-
Beudo: beodo, 62. vio, 164.
Bosa: bolsa, 145. Connusco: con nosotros,
Broznamente: duramente,
85.
75, 96, 116.
Contendor: contendedor,
Broznedat: rudeza, 96.
203, 275.
Bujeta: cajita de made- Convolver: revolver, 42.
ra, 18.
Convusco: con vos, 70.
Corto: cortado, 64.
Ca: (passim), pues. Costribar: estreñir, 179.
Cabo, en su cabo: áolo, Cras: mañana, 140, 227.
retirado, 71. Cuestas: costillas, 190.
Camiar: cambiar, 141. Cuestión: pregunta, 30.
Carona: calor de la car- Curador: el que cura o
ne, 283. cuida de algo, 190.
Caronal: carnal, 276.
Carpirse: arrancarse los Dagastonar: engastar, 55.
cabellos, maltratarse, Dar: decir, declarar, 31,
196. Decorar: recitar, 14, 16.
Castigar: aconsejar, 46. Defender: prohibir, 259.
Castigo: consejo, 24. Delibre: astuto, inteligen-
Catar hora: buscar ei mo- te, 72.
mento, 61. Derrundiado: derrumbado,
Celado: oculto, 92. 34-
Colora: cólera, bilis, 40, Desfiuzarse: desesperarse,
95. 19.

286
Desfuciado: desconfiado, Escorrecho: fuerte, vigo-
páginas 103, 128. roso, pág. 208.
Desmanar: apartar, evi- Escosa: seca, árida, 41.
tar, 278. Escucha: centinela, 155,
Despender: gastar, 98. 241.
De vagar: despacio, con- Esculca: espía, 259.
cienzudamente, 20Ü. Espendido, acaso espandi-
Dioso: viejo, de días, 183. do: desparramado, 41.
Diudo: enamorado, deudo, Estorcer: librarse, 36, 71.
III. Estroido: destruido, 209.
Diuso: de yuso, d< bajo, Estultar: tratar de tonto
lOI. a alguien, 125, 228.
Dolar: doblar. 97.
Donario: gracia, donaire,
Faldrido: le'rado, 52.
120.
Faldrimiento : habilidad,
Dubdar: sospechar, 71.
66.
Ducir: conducir, 109.
Faza: hacia, 121. 131.
Fedroso: hediondo, iio.
Eguado: igualado, 282.
Femencia: esfuerzo. 52, 83.
Enartar: engañar, 171,
Femenciar: esforzar, 199.
202.
Femencioso: esforzado. 238.
Encelar: ocultar, 240.
Festinar: apresurar, 82.
Encimar: acabar, llevar a
Feuciarse: confiarse. 107.
buen fin, 29, 53.
Enfestar:
Figo (mal del): tumores
levantarse, er-
alrededor del ano, 123.
guirse, 216.
Fucia: confianza, 165, 182,
Enfiesto: erguido, levan-
192.
tado, 209.
Fueras: excepto, 69.
Enfingir: ilusionarse, 114,
Fuste: palo, 54, 81.
120.
Engeño: ingenio. 72.
Enridar: enrizar, azuzar, Gamonal: tierra en que
118. se da la planta llamada
Enrisar: enrizar, azuzar, gamón, 83.
78. 104, 107. Ge, gelo, -a: (passim) se,
Enviso: avisado, listo, 15, selo. -a.
41. 72. Gigonza (léase girgonza) :

Eriazo: erial, tierra sin una clase de piedras pre-


labrar, 224. ciosas. 5?.
Escapar (léase espaciar): Golosia: glotonería, ambi-
explicar, calmar. 29. ción, 95.
Escodruño: escudriño, Guarescer: curar. 27.
209. Guarir: curar, 252, 254.

2 8 7
Guisar: arreglar, pág. 50, Maslo: macho, págs. 89,
Gulpeja: vulpeja, zorra, 57, 221.
Menazón: diarrea, disen-
Haber: riquezas, 40. tería, 118.
Hermar: abandonar, 155, Menge: médico, 25.
Hornecino: odio, aversión Mermidones: como Albar-
204. hamin, bracmanes, 230.
Homiciado: enemistado, Mestura: intriga, 107.
76, 164, 204. Mesturero: cizañero, enre-
Homiciero: intrigante, 204 dador, 45, 121.
Hora: véase catar hora. Mezcla: intriga, 57.
Huyar: llegar a, adelan- Mezclado: indispuesto, in-
tarse a, 62. trigado, 80.
Mundificar: limpiar, pu-
Jarin: jara, 249. rificar, 210.
Jarope: jarabe, 120. Mur: ratón, 43, loi.

Lacerio: molestia, 15, 85. Nadi: nada, 183.


Laido: feo, reprobable, Nocir, nucir: dañar, 123,
114. 160, 212. 173, 180.
Lazdrado: desdichado, 85,
117. Orebs, orebce: orífice, el
Ledo: contento, al agrie, que trabaja el oro, 247,
217. 249.
Librar: sentenciar, 38.
Liento: húmedo, 221. Pagarse: estar satisfe-
Lijoso: inmundo, 28, 88, cho, 54.
123. Paladinas, en paladinas:
Lóbregas: bodega, 64. públicamente, 92.
Luciérnega: luciérnaga, Parias: tributo, 155, 167.
gusano de hu, 97. Pavón: pavo real, 82, 160.
Lueñe, Ilueñe y alueñe: Pecachado: lagachado,
lejos, 52, 56, 159. acobardado, 48.
Pechar: pagar una deu-
Malastrugo: desgraciado, da, 228.
202. Pella: pelota, 148.
Malvestad: maldad, 95. Pensar: dar pienso, cui-
Manga: trompa, 162. dar, 46.
Mantillo: membrana en Pesgar: pesar, agobiar, 82.
que está envuelto el fe- Pesquerir: buscar, 34.
to, 39- Pieza: cantidad, 273.
Marrido: apenado, afligi- Piado: prado, 190.
do, 71. Plegó: juntura, 28.
Poridat: secreto, pags. 51, Salvar: besar, saludar, pá-
60, 157. ginas 40, 54, 150.
Porná: futuro de poner, 54. Sartas: se refiere a sartas
Postema: angina, 88. de perlas, 68.
Preses: preces, oraciones, Saulan: palabra mágica
162. sin significación, 32,
Priado: presto, prontamen- Seian: imperfecto del ver-
te, 233. bo ser, 56.
Profazar: hablar mal, re- Sel, sey: imperativo de
prender, 18, 245. ser, 161, 193.
Punar: pugnar, 13, 21. Señero: so!o, 70, 203.
Seta: secta, 26, 209.
Quedar: aquietar, reposar, Sínsamo: sésamo, 18.
33. 43- Sirgo: seda, 38.
Rabinoso: rabioso, 75, 242. Sísamo: sésamo, 18.
Rafez: vil, despreciable, Sobejano: excesivo, 65, 83.
barato, 41, 50, 258. Sobrevienta: sobresalto,
Rebtar: reprender, 123, 219. 155-
Rebto: cu'.pa, 86. Sol: con solo, solamen-
Recabdo: razón, 23, 80. 274.
te,

Recender: exhalar el per- Sollar: soplar, 97.


fume, 133. SoUón: resollante, 70.
Recudir: replicar, respon- Soseido: sujpto, sometido,
der, 22, 87. 157-
Refertar: contradecir, 115, Sospirón: respiradero, 39.
279.
Supitaño: repentino, 38.
Refez: véase rafez.
Registir: resistir, 236. Tartalear: removerse in-
Relentescer: humedecerse, quietamente, 119.
222. Terrería: astucia, 94.
Relieve: restos de comi- Terrero: astuto, 104, 162.

da, 190, 273- Tésico: tósigo, veneno,


Remasera: nombre de una 104.

medicina Tittuy: gaviota, 89.


desconocida,
120.
Toller: quitar, 55, 56.
Repentencia: arrep-enti-
Tremedal: p.-'.raje cenago-
miento, 103. so que retiembla al me-
Repostero: guardador del ñor movimiento. 83.
tesoro, 227. Triaca: véase atriaca.
Respuesto: tesoro, 217. Trobejar: trebejar, jugar,
42.
Salterio: instrumento mu- Tuerto: a tuerto, injusta-
sical de cuerdas, 36. nuent», 63.

2 8 g
Calila y Dimna.
Turar: perdurar, pág. 148. Vito: alimenta, 85, 143,

Vagar: véase de vagar. Vuelto: enemistado, 82.


Vegambre: véase vigam-
bre.
Y: alli, en esto, 52, 63.
Venar: cazar, 190, 274.
Veridad: verdad, 256.
Vestíblo: animal en ge- Zanecer: alegrarse, diver-
neral, 197. 236. tirse, 142.
Vidigambre, vigambre: ve- Zoco: plaza, mercado,
neno, págs. 45, 53, 62. 141.

290

ÍNDICE

Prólogo 5
Introducción de Abdalla' bcn Aimccafr- 13
El hombre que encontró un tesoro y es engañado

por los cargadores, pág. 15. El ignorante que

quiere pasar por sabio, pág. 16. El que se duer-
me mientras le roban, pág. i^.^El que, querien-
do robar a su compañero, resulta robado, pági-

na 18. El pobre que se aprovecha de lo que le
roban, pág. 20.

Capítulo I. — Cómo el rey Sirechuel envió a Ber-


zebuey a tierra de India 92
Capítulo II. — Historia del médico Berzebuey... 25
De! ladrón a quien hacen creer que la luna sirve

de escala, pág. 31. El amante que cae en ma
nos del marido, pág. 34.— El que desea hacer ta-
llar una piedra y se le va el tiempo en oir can-

tar al jornalero, pág. 36. El can engañado por
el reflejo del agua, pág. 37. —
El que pasa de un
peligro a otro, pág. 4.'.

apítulo III.— Del león e del buey, e de la pes-


quisa de Dimnai e de Calila 45
Un rico mercader acon.seja a sus hijos que no
sean pródigos, pág. 45. — Comienza historia de
la
Senceba, pág. 46.— El que por huir de un peligro
cae en otro, pág. 47-— Del simio y la cuña, pági

na 49. La vulpeja y el tambor, pág. 57. El re- —
ligioso robado, —
pág. 61. La vulpeja aplastada
por dos cabrones, pág. 61.— La alcahueta y el

amante, pág. 61. El carpintero, el barbero y sus

mujeres, pág. 62. El cuervo y la culebra, pág. 66.
La garza, las truchas y el cangrejo, pág. 66.
La liebre y el león, pág. 69.— Las tres tinachas,
página 73— El piojo y la pulga, pág. 76.— El ana-

Pág».

de y la luna, pág. 8o. De lo que pasó al came-
llo con el león y sus compañeros, pág. 84.— Los
tittuy y el mayordomo del mar, pág. Sg. Las dos —
ánades y el galápago, pág. 90.— Los simios, la lu-
ciérnaga y el ave, pág. 97.— El hombre falso j
el torpe, pág. 97.— La garza, la culebra y el can-
grejo, pág. 99.— Los mures que comían hierro,
página 102.

Capítulo IV. — De la pesquisa de Dimna; e es el

c?pítu!o del que quiere pro de sí e daño de otro,


e a qué torna su facienda 105
La mujer y el siervo, pág. iii. El médico igno- —
rante que envenenó a la hija del rey, pág. 120.
El labrador y sus dos mujeres, pág. 122.— Los
papagallos acusadores, pág. 127.

Capítulo V. — De la paloma collarada, e del galá-


pago, e del gamo, e del cuervo ; e es capítulo de
los puros amigos 130
El mur cuenta su historia, pág. 138. La mujer —
del sésamo, pág. 140. — El lobo y el arco, pág. 140.

Capítulo VI. — De los cuervos e de los buhos. Es


ejemplo del enemigo que muestra humildat e
gran amor a su enemigo, e se somete fasta.- que
se apodera del, e después le mata 154
Las liebres y la fuente de la luna, pág. 160. La
gineta, la liebre y el gato religioso, pág. 163.— El

religioso y los tres ladrones, pág. 166. La mu- —

jer del viejo^ pág. 169. El diablo y el ladrón,
página 169— £.1 carpintero engañado, pág. 171.—
La rata cambiada en niña, pág. 174.— La culebra
y las ranas, pág. 179.

Carítulo VII. —Del galápago e del simio; e es ca-


pítulo del que demanda la cosa antes que la re-
cabde, e después la dessimpara 184
El *sno «in corazón y sin orejas, pág. 190.

Capítulo VIII. —Del religioso e del can; es el ca-


pítulo del home que face 'as cosas rabiosamente,
e a qué torna su facienda W3
El religioso que vertió la miel y la manteca so-
bre su cabeza, pág. 194.

292
Fágs.
Capítulo IX.— Del gato e del mur 196
Ca'pítulo X. —Del rey Varamunt e del ave que di-
cen Catra 201
Capítulo XI. —Del rey Cederano e de su aguacil
Beiet, ede su muger Helbed 207
Las dos palomas, pág. 221.— El «¡mió y las lente-
jas, pág. 222.

Capítulo XII. —Del arquero e de la leona e del


axara 231
Capítulo XIII. —Del religioso e de su huésped 234
El cuervo y la perdiz, pág. 234.

Capítulo XIV. — Del león e del anxahar religioso.. 235


Capítulo XV. — Del orebce e del simio, e del cas-
tigo e de la culebra e del leligioso 247
Capítulo XVI. —Del fijo del rey e del fidalgo, e
de sus compañeros 253
Las palomas y el tesoro, pág. 264.

Capítulo XVII. —De las garza-s e del -zarapico 265


El simio y la medicina, pág. 268— Los gatos y el
lobo, pág. 272.— El ratón y el gato, pág. 277.

Captulo XVIII.— De la golpeja e de la paloma, e


del alcaraván ; e es el capítulo -del .jue da conse-
jo a otro e non lo tiene para sí 281
Vocsbulario 2F5
índice 391
üniversily of Toronto
Í;ÜJ • r-
< lo í

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