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Tomo 61

El resumen analiza un caso judicial reciente sobre la publicidad registral y la protección de terceros registrales. Plantea que la Corte Suprema falló en contra de un banco que otorgó un crédito hipotecario, a pesar de que el deudor figuraba como propietario en el registro. La decisión genera incertidumbre sobre el alcance de la publicidad registral y los criterios contradictorios entre los órganos administrativos y la Corte Suprema, lo que afecta la seguridad jurídica necesaria para promover el desarrollo
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Tomo 61

El resumen analiza un caso judicial reciente sobre la publicidad registral y la protección de terceros registrales. Plantea que la Corte Suprema falló en contra de un banco que otorgó un crédito hipotecario, a pesar de que el deudor figuraba como propietario en el registro. La decisión genera incertidumbre sobre el alcance de la publicidad registral y los criterios contradictorios entre los órganos administrativos y la Corte Suprema, lo que afecta la seguridad jurídica necesaria para promover el desarrollo
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Tomo 61 - Octubre 2003

Contenido:
EDITORIAL
CONSULTAS A LA CARTA
DILOGOS EX CTEDRA
ESPECIAL SOBRE PROBLEMAS REGISTRALES ACTUALES
ANLISIS Y CRTICA JURISPRUDENCIAL
INFORME JURISPRUDENCIAL
ENTRE CORCHETES: JURISPRUDENCIA COMENTADA Y ANOTADA
JURISPRUDENCIA VINCULANTE
TENDENCIAS JURISPRUDENCIALES
BUZN DE LTIMAS JURISPRUDENCIAS
ANLISIS DE ACTOS Y PIEZAS PROCESALES
MARCOS DE PAPEL
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men principal

EDITORIAL
Los problemas registrales actuales A quin hacemos caso?

Los problemas registrales actuales A quin hacemos caso?


Les contamos un caso: un banco otorga un crdito hipotecario a dos
esposos, luego de verificar que el bien aparece inscrito a favor de estos en el
Registro de Predios. El banco incluso es lo suficientemente diligente como para
revisar el Registro Personal, en el que verifica que entre los referidos esposos
se ha producido una separacin de patrimonios. Del asiento respectivo no se
desprende a cul le fue adjudicado el inmueble a hipotecar, pero dado que se
est contratando con ambos cnyuges, el banco no ve problema alguno: en
cualquier caso sabe que interviene en la operacin el propietario registral.
Constituida la hipoteca, se presenta una demanda de nulidad de acto
jurdico. La interponen conjuntamente los hijos de la pareja que otorg la
garanta, quienes alegan ser los verdaderos propietarios al haber recibido el
bien en anticipo de legtima. El anticipo no constaba en el Registro de Predios,
pero s se le mencionaba en el ttulo archivado del Registro Personal. Por
supuesto, el banco aleg que su calidad era la de un tercero registral, pues
haba adquirido el derecho de garanta de quien apareca en el registro con las
facultades respectivas, no sindole oponible un anticipo de legtima que solo
apareca en un ttulo archivado, peor an si se trataba del Registro Personal
pues all no se inscriben tal tipo de actos.
El caso planteado es verdico y reciente. Puede verse en la Casacin N
227-2002, del 19 de junio del presente ao. Qu dijo la Corte Suprema? Que
el banco no era tercero registral, pues la publicidad registral se extiende a los
ttulos archivados y en el caso constaba all una prueba de la falta de derecho
de los esposos, lo que no poda desconocerse. La Corte Suprema dijo tambin
que la buena fe registral debe existir tanto al momento de celebracin del
negocio como cuando se da la inscripcin.
La resolucin citada es relevante pues se pronuncia sobre dos grandes
cuestionamientos respecto de los alcances de la publicidad registral. Lo que
preocupa, en todo caso, es el sentido de los criterios establecidos. As, pues, si
no hay razn para que un anticipo de legtima conste en el Registro Personal,
cmo puede exigrsele a un banco que al constituir una hipoteca tome en
cuenta el ttulo archivado en dicho registro? Quiere decir entonces que para
que la adquisicin de un derecho sea segura no basta revisar el ttulo archivado
en el registro donde se efecta la inscripcin, ni los asientos de los dems

registros vinculados al caso que se tiene en frente (lo que ya de por s es


engorroso), sino que adems debe recurrirse a los ttulos archivados de todos
los registros? Se puede imponer una diligencia tan onerosa, perjudicndose la
celeridad del trfico comercial? Y todo para subsanar la falta de diligencia de
los verdaderos propietarios que no tuvieron el cuidado de inscribir su derecho
aun cuando no haba dificultad alguna para hacerlo, con lo cual se hubiera
evitado todo lo aqu sucedido. No se estimulan as conductas negligentes?
El problema del sistema registral peruano no est solo en la falta de
seguridad natural de los registros pblicos, teniendo en cuenta que no tienen
carcter constitutivo y no existe garanta alguna sobre la oponibilidad de la
adquisicin (ni siquiera si se es tercero registral, pues siempre podr perderse
el bien por prescripcin). Adicionalmente, los agentes deben enfrentar una
bipolaridad de criterios, pues adems de estar al tanto de lo que dicen el
Tribunal Registral y la misma SUNARP, deben observarse las decisiones de la
Corte Suprema, que al final prevalecen y en ocasiones no guardan sintona con
los criterios empleados por los rganos administrativos.
A modo de ejemplo, y sobre el tema analizado, desde el ao 2001 la
SUNARP ha dicho que la publicidad no se extiende a los ttulos archivados.
Esto aparece en el artculo VIII del Ttulo Preliminar del Reglamento General de
los Registros Pblicos, Resolucin N 195-2001-SUNARP-SN: la inexactitud
de los asientos registrales por nulidad, anulacin, resolucin o rescisin del
acto que los origina, no perjudicar al tercero registral que a ttulo oneroso y de
buena fe hubiere contratado sobre la base de aquellos, siempre que las causas
de dicha inexactitud no consten en los asientos registrales. Cmo queda este
dispositivo frente a lo decidido por la Corte Suprema? Simplemente, carece de
eficacia alguna. Es esto lo ms conveniente?
Hasta el hartazgo se ha dicho que sin un seguro sistema de
transferencia de propiedad y de constitucin de derechos no se puede alcanzar
el desarrollo econmico, en la medida en que se incrementan
inadecuadamente los costos de transaccin y se pierden los incentivos para
hacer inversiones, para otorgar crditos, etc. Aparentemente, este resultado
macro no est en mente de nuestros magistrados supremos cuando resuelven
conflictos, lo cual es muy preocupante. Ntese adems lo cuestionable de pedir
buena fe hasta la fecha en que se ingresa el ttulo al registro, lo que eleva los
costos de transaccin al generar inseguridad. Es lgico que la buena fe solo
deba concurrir cuando se adquiere el derecho, pues en ese momento se
adopta la decisin econmica y a partir de la informacin registral existente.
En fin, es necesario un cambio radical en el manejo de esta temtica, un
replanteamiento sobre los objetivos del Estado y la forma como se otorga
seguridad a las transacciones, que es presupuesto del desarrollo del pas. La
Corte Suprema debe reorientar el sentido de sus decisiones con una visin
ms amplia y profunda del problema: no sirve solo encontrar alguna
justificacin jurdica que se agote en el texto (siempre ambiguo) de nuestras
leyes y en la relacin jurdica del caso concreto; es menester preguntarse qu
comportamientos queremos incentivar cuando interpretamos una norma, qu
mensaje damos a la comunidad. La solucin que aparenta ser justa a corto

plazo, no lo es necesariamente al mediano ni al largo plazo precisamente


porque se suele reducir al caso singular y no colabora a resolver el problema
de fondo. En la prctica, nos encontramos ante una fuente de nuevos
conflictos.
Dar seguridad jurdica a las transacciones no supone favorecer a los
bancos; es un mecanismo que favorece a la comunidad en general, la que ver
facilitado su acceso al crdito por la eliminacin de sobrecostos, contando con
derechos de propiedad seguros y oponibles. Ojal a veces pudiera no hacerse
caso a lo que dice la Corte Suprema: est en juego nuestro propio bienestar.
Federico G. MESINAS MONTERO

CONSULTAS A LA CARTA
Por razones de espacio solo publicamos las cartas de mayor inters jurdico (y
de stas, nicamente los fragmentos pertinentes a las consultas que
contienen). Las correspondencias dirigirlas a nuestro correo electrnico:
legal@gacetajuridica.com.pe, o al telefax 241-2323.
CLCULO DE LA JUBILACIN MINERA
NECESIDAD DE CONSERVACIN DE LIBROS DE PLANILLAS
JUBILACIN DE TRABAJADORES DE CONSTRUCCIN CIVIL
JUBILACIN DE MINERO AFILIADO A AFP
PUBLICIDAD DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES

CLCULO DE LA JUBILACIN MINERA


CLCULO DE LA JUBILACIN MINERA
Estimados amigos:
Quisiera que me informen sobre el clculo de la jubilacin minera de un
trabajador que le correspondi jubilarse en setiembre de 1992, teniendo en
cuenta que la ONP para el clculo le ha considerado el mnimo vital sin
aplicarle el 25% adicional que indica el Decreto Supremo N 030-89-TR, es
correcto ese clculo o debo exigir que se le haga un nuevo clculo a su
pensin?
Agradecer su comentario lo ms pronto posible.
Atte.
Jos Manrique.
Respuesta
El Decreto Supremo N 030-89-TR establece el Ingreso Mnimo Minero,
sealndose que este no podr ser inferior al monto que resulte de aplicar un
25% adicional al Ingreso Mnimo Legal vigente en la oportunidad de pago. Se
indica adems que el referido 25% adicional tendr las mismas caractersticas
de la denominada Bonificacin Suplementaria. El problema a dilucidar,
entonces, es si este 25%, que tiene la naturaleza de Bonificacin
Suplementaria, es pensionable o no, de modo que sea incluido en el clculo
por la ONP. Al respecto, como pauta puede verse que el Decreto Supremo N
023-86-TR, norma que reajust a partir del 1 de octubre de 1986 el ingreso
mnimo a nivel nacional de trabajadores sujetos al rgimen laboral de actividad
privada, precis la naturaleza de la Bonificacin Suplementaria, sealando
que tal beneficio se otorga con las caractersticas siguientes:... e) Es
remuneracin asegurable para los regmenes que administra el Instituto
Peruano de Seguridad Social. En aplicacin de este inciso queda claro que la
Bonificacin Suplementaria es una remuneracin pensionable. En tal sentido,
al efectuarse el clculo de la jubilacin minera por parte de la ONP, debi
tomarse en cuenta el 25% adicional referido.

NECESIDAD DE CONSERVACIN DE LIBROS DE PLANILLAS


NECESIDAD DE CONSERVACIN DE LIBROS DE PLANILLAS

Estimados seores:
Es propicia la oportunidad para solicitarle me dilucide e informe cul es
el efecto o ratio legis, del artculo 21 del D.S. N 001-98-TR, que establece que:
los empleadores estn obligados a conservar sus planillas, el duplicado de
boletas y las constancias correspondientes, hasta cinco aos despus de
efectuado el pago. En ese orden de ideas, invocando dicha norma material,
formulamos cuestin probatoria de oposicin a las exhibicionales, dando mrito
a que el a quo declare fundada la oposicin; empero, de manera taxativa
considera que ampara la cuestin probatoria sin perjuicio de lo establecido en
el artculo 27 inciso 2 de la Ley N 26636. La norma establece queluego de
transcurrido el indicado plazo, la prueba de los derechos que se pudieran
derivar del contenido de los citados documentos, ser de cargo de quien
alegue el derecho. Esta consulta se basa en reiterados procesos en los que se
expide sentencia conminndonos a pagar los beneficios demandados,
argumentando que mi patrocinada tiene la carga de la prueba, vale decir que,
no habiendo demostrado en autos haber cumplido con acreditar el pago de los
beneficios demandados, se declara fundada la demanda incoada. Por tanto,
pregunto cul es la razn de ser de mi oposicin, cul es la ratio legis del
artculo 21 del D.S. N 001-98-TR?, contraviene la Ley N 26636?
Estudio De Bracamonte, Juregui,
Obando & Risco
Trujillo.
Respuesta
Aparentemente, el Decreto Supremo N 001-98-TR pretendi
compatibilizar el rgimen probatorio laboral respecto del empleo de los libros de
planillas con lo sealado en el artculo 5 del D.L. N 25988 (modificado por la
Ley N 27029), norma que seala que: ... los empleadores o las empresas...
estarn obligadas a conservar los libros... relacionados con el desarrollo de su
actividad empresarial, por un perodo que no exceder de 5 (cinco) aos
contado a partir de la ocurrencia del hecho o la emisin del documento o cierre
de las planillas de pago, segn sea el caso. Transcurrido el perodo a que se
refiere el prrafo anterior, los empleadores podrn disponer de dichos
documentos para su reciclaje o destruccin, a excepcin de las planillas de
pago que debern ser remitidas a la Oficina de Normalizacin Previsional. En
todo caso, inclusive en lo relativo a materia laboral, luego de transcurrido el
mencionado perodo, la prueba de los derechos que se pudieran derivar del
contenido de los documentos citados ser de quien alegue el derecho.
Entonces, en el fondo la intencin era configurar un cambio del rgimen
probatorio laboral contenido en la Ley N 26636, en la medida en que
transcurridos cinco aos le correspondera al trabajador la prueba de sus
derechos laborales (o sea, tendra que acreditar el incumplimiento del
empleador). Esto, por supuesto, creaba un serio problema porque resulta
prcticamente imposible que un trabajador pruebe que no se cumpli con sus
derechos laborales si para ello no se puede exigir la exhibicin de los libros de
planillas y teniendo en cuenta que l no posee ni tiene acceso a la

documentacin de la empresa. En el fondo, este nuevo criterio implicaba una


privacin de los derechos laborales de los trabajadores cuando transcurren
ms de cinco aos, salvo que se alegue que ser el trabajador quien deber
pedir a la ONP copia de la documentacin recibida, lo cual es cuestionable.
Entendemos que es por esta razn que en la Casacin N 1034-2001,
del 15 de octubre de 2001, la Corte Suprema seal que a efectos probatorios
en los procesos laborales no resulta de aplicacin la disposicin tributaria (o
sea, el D.L. N 25988, con efectos laborales) que obliga a las empresas a
conservar los libros y planillas por un lapso de cinco aos. Dijo as que en
materia de carga probatoria laboral, resulta de aplicacin la norma especial
contenida en la Ley Procesal de Trabajo, que establece que corresponde al
empleador demandado probar el cumplimiento de las obligaciones contenidas
en las normas laborales. Por tal motivo, y en aras de la mejor tutela de los
trabajadores, los empleadores no podran escudarse en la obligacin de
conservacin por cinco aos para negarse a la exhibicin de las planillas,
cuando esta ltima es requerida en un proceso judicial laboral. En suma, con
este criterio judicial, opinable, por cierto, se obliga a los empleadores a
conservar la documentacin referida ms all de los cinco aos.

JUBILACIN DE TRABAJADORES DE CONSTRUCCIN CIVIL


JUBILACIN DE TRABAJADORES DE CONSTRUCCIN CIVIL
Estimados amigos:
Necesito saber si sigue vigente el Decreto Supremo N 018-82-TR del 22
de julio de 1982, esta norma regula la edad de jubilacin de los trabajadores de
construccin civil a 55 aos de edad.
Agradeciendo su generosa atencin,
J.E.O.
Respuesta
En nuestra opinin, la norma no est vigente. Debe tenerse en cuenta
que el artculo 9 de la Ley N 26504, que modifica el Rgimen de Prestaciones
de Salud, el Sistema Nacional de Pensiones, el Sistema Privado de Fondos de
Pensiones y la estructura de contribuciones al FONAVI (18/07/95), seala que
... La edad de jubilacin en el Sistema Nacional de Pensiones a que se refiere
el Decreto Ley N 19990 es de 65 aos... Por decreto supremo refrendado por
el ministro de Economa y Finanzas podrn fijarse edades de jubilacin
inferiores a la sealada en el prrafo anterior para aquellos grupos de
trabajadores que realizan labores en condiciones particularmente penosas que
implican un riesgo para la vida o la salud, proporcionalmente creciente a la
edad de los trabajadores, siempre que cumplan con los requisitos de

aportacin establecidos por la ley... Lo dispuesto en este artculo no ser de


aplicacin para los trabajadores incorporados al Sistema Nacional de
Pensiones que, a la fecha de entrada en vigencia de la presente ley cuenten
con la edad y con los perodos de aportacin necesarios para jubilar.
A partir de esta norma, entendemos que el Decreto Supremo N 018-82TR solo sera aplicable para aquellos trabajadores que a la fecha de la emisin
de la Ley N 26504 ya haban obtenido el derecho, pues no se trata de un
decreto supremo refrendado por el ministro de Economa. Es decir, dicho
decreto supremo no cumple los requerimientos para que constituya el supuesto
excepcional planteado por la Ley N 26504 a fin de establecer jubilacin con
edades inferiores.

JUBILACIN DE MINERO AFILIADO A AFP


JUBILACIN DE MINERO AFILIADO A AFP
Estimados amigos:
Quisiera saber tambin si los trabajadores mineros pueden acogerse a la
jubilacin minera estando afiliados a una AFP, habiendo cumplido la edad que
para la jubilacin minera se requiere.
Atte.
Jos Manrique.
Respuesta
Los trabajadores mineros que se afilian a una AFP quedan sujetos a las
normas del Sistema Privado de Pensiones. En tal sentido, pueden jubilarse
anticipadamente conforme a lo estipulado en el Decreto Supremo N 164-2001EF, reglamento de la ley que establece el derecho a jubilacin anticipada para
trabajadores afiliados al Sistema Privado de Pensiones que realizan labores de
riesgo para la vida o la salud.
Esta norma establece un rgimen extraordinario de jubilacin, de
carcter transitorio, por el cual el Estado reconoce al trabajador un beneficio
extraordinario por los aportes efectuados durante su perodo de permanencia
en el Sistema Nacional de Pensiones realizando trabajo pesado. El trabajador
que cumpla con los requisitos establecidos en dicho reglamento tendr derecho
al Bono de Reconocimiento Complementario a que se refiere el artculo 2 de la
Ley N 27252, pudindose jubilar conforme a las edades establecidas en la Ley
N 25009 (Ley de jubilacin de trabajadores mineros) o en el Decreto Supremo
N 018-82-TR, segn corresponda. Las edades de jubilacin que deben
tenerse en cuenta estn definidas en el artculo 4 del Decreto Supremo N 1642001-EF.

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PUBLICIDAD DE LOS TRATADOS INTERNACIONALES
Seores de Gaceta Jurdica:
Muy seores mos:
La Constitucin Poltica del Estado en su artculo 51 dispone que La
publicidad es esencial para toda norma del Estado. La consulta es la siguiente:
los tratados internacionales que no hayan cumplido con ser publicados
careceran por ello de eficacia legal, salvo para el Estado peruano que los
suscribe?
Anticipadamente agradezco la atencin que brinde a la presente misiva.
Gustavo Castro Lpez.
Respuesta
Como Ud. lo seala, el artculo 51 de la Constitucin exige la publicidad
para toda norma del Estado, y dado que conforme al artculo 55 los tratados
celebrados por el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional, es claro
que estos acuerdos requieren de publicidad para tener eficacia interna en
nuestro pas. Debe entenderse que respecto a los Estados extranjeros, el
tratado celebrado obliga al Per con su ratificacin por el presidente de la
Repblica, luego de ser aprobado por el Congreso.

DILOGOS EX CTEDRA
En esta parte de Dilogo con la Jurisprudencia incluimos un comentario del
doctor Juan Monroy Glvez y las comunicaciones a que dio lugar entre este
autor y el jurista espaol Juan Montero Aroca, debatindose sobre los alcances
de los derechos fundamentales.

Principalmente se analiza si los derechos fundamentales tienen carcter


absoluto o si cabe una adecuacin de su aplicacin a partir de las
circunstancias sociales, histricas, culturales, etc., de cada comunidad. Entre
otras razones, el tema interesa a efectos de fijar si es posible fundar o
sustentar una sentencia en pruebas obtenidas ilcitamente.
LA PGINA DE JUAN MONROY GLVEZ
CARTA ABIERTA A JUAN MONROY GLVEZ
RESPUESTA A JUAN MONTERO AROCA

LA PGINA DE JUAN MONROY GLVEZ (1)


Las ltimas dcadas de los estudios jurdicos, entre ellos los procesales,
preadas de entusiasmos y desilusiones, han puesto encima de la mesa dos
posiciones que se muestran como polarizadas, inclusive suelen presentarse
como antagnicas. Tal dicotoma no nos parece definitiva, en algunas
disciplinas jurdicas pueden haber sido los adjetivos o las frases crpticas,
empleadas casi siempre para impresionar u ocultar la falta de argumento, las
que han impedido esclarecer cul es la diferencia fundamental entre una y otra.
As y todo, es posible determinar sus lneas directrices.
Dentro del mbito procesal, se dice de una posicin que es garantista
para explicar una percepcin del fenmeno procesal, segn la cual este debe
ser concebido o interpretado al servicio de los derechos fundamentales del
hombre convertido en justiciable, al extremo que, dentro del proceso, se deben
cumplir, escrupulosamente, todas las manifestaciones del Derecho a un debido
proceso.
Siento un profundo respeto por todas aquellas personas, procesalistas o
no, que son capaces de dedicar su vida a asegurar la vigencia de los derechos
humanos de los dems. Claro, mi predileccin se convierte en devocin cuando

advierto que esas personas, adems de luchar por los principios anotados, son
capaces de vivir de acuerdo con ellos; hacen magisterio con su cuerpo, como
le gusta decir a un curita de mi tierra llamado Gustavo Gutirrez, cuyas obras
constituyen fundamento basilar de la llamada Teologa de la liberacin, la que,
como todos saben, concibe la vida cristiana como el reencuentro permanente
con el Cristo comprometido con el pobre y no con el que paga el diezmo ms
elevado.
Hace poco ms de un ao, acab en el Per una de las dictaduras ms
audaces que haya padecido pas latinoamericano alguno. Pueden ser ms de
2,500 millones de dlares los que, en base a comisiones y compras
fraudulentas, unas mil personas entre civiles y militares sustrajeron
dolosamente de la caja pblica. Pero un rasgo psicopatolgico del capo di tutti
capi, ha convertido a un instituto procesal en un tema capital para desentraar
este crimen masivo: el abogado Vladimiro Montesinos film a todas las
personas que fueron a sus oficinas, sea a recibir la coima (en efectivo), poner
la institucin de la que formaban parte a su servicio o a planificar un delito.
Ante la evidencia visual y auditiva, los abogados de los corruptos que
en centenares poblaban los centros para reos primarios con prisin preventiva
empezaron a desarrollar una de las teorias que sustentan la imposibilidad de
emplear, vlida y eficazmente, la llamada prueba ilcita. Haba antecedentes: en
pleno gobierno de la corrupcin se descubri que Montesinos asesor personal
del presidente Fujimori, por tanto, funcionario pblico realizaba consultoras
privadas que le reportaban ingresos mensuales superiores al milln de dlares.
Como la prueba de tales ingresos fue obtenida subrepticiamente por un
funcionario bancario que entreg a la prensa los estados de cuenta, el Fiscal
de la Nacin el mximo representante del rgano encargado de investigar los
ilcitos penales declar improcedente la denuncia y orden su archivamiento.
No es este el lugar para desarrollar las teoras sobre la prueba ilcita. Sin
embargo, es trascendente que haya cierto consenso en el hecho de que el
anlisis de la institucin se sustenta, primordialmente, en identificar el mtodo
empleado para obtener la informacin, es decir, que ms all de su nombre
como casi siempre ocurre en Derecho, lo trascendente es que se compruebe
si para la obtencin del medio probatorio se usaron tcnicas que afectaron
algn derecho fundamental de la persona contra quien tal medio ser usado.
Claro, el primer derecho fundamental que aparece reido con la prueba
ilcita es el de intimidad. Puede utilizarse contra una persona una filmacin
no ordenada por autoridad alguna en la cual esta aparece cometiendo un
ilcito penal? Para culminar el ejemplo, advirtase que, como el fraude tiende a
ser elegante y perfecto, sin la eficacia probatoria de los vdeos se resentir la
investigacin, de hecho quedar muy poco con qu atacar a la organizacin
delictiva ms grande de la historia del Per.
Si apreciramos el caso desde una perspectiva garantista, no sera difcil
concluir en la necesidad esencial de asegurar, a ultranza, los derechos
fundamentales de los implicados, inclusive con perjuicio de la verdad a ser
obtenida.

Podemos estar de acuerdo o no con la posicin asumida desde una


ptica garantista, pero es importante que los juicios crticos sobre ella
reconozcan dos premisas.
La primera consiste en no incurrir en el vicio de atemporalidad, causado
por una manifestacin de la globalizacin: la mundializacin de la informacin.
La atemporalidad consiste en asumir la falsa imagen de que, como todos
estamos sintonizados de manera uniforme con lo que ocurre en otras latitudes,
los temas y problemas jurdicos han discurrido y discurren por el mismo
proceso histrico. Craso error, Latinoamrica, por ejemplo, no tuvo Medioevo,
Renacimiento y tampoco peste negra, fenmenos sociales que marcaron a
Europa. Para actualizar el ejemplo: Latinoamrica no ha vivido la dcada de la
ilusin y la del sucesivo desencanto del auge del judicial, como lo vivieron
muchos pases de Europa no hace mucho. Con esta atingencia, las corrientes
del pensamiento jurdico como el garantismo deben ser apreciadas
atendiendo al contexto histrico de una sociedad determinada. Queremos decir,
simplemente, que lo que funciona all ahora, no tiene necesariamente que
funcionar ac, ahora.
La segunda consiste en advertir que una propuesta garantista se
sustenta en una concepcin del rol del Derecho en la sociedad. Despus de
todo, el Derecho en las ltimas dcadas solo viene siendo un intento superficial
para concretar la ilusin de la modernidad, para asegurar la creencia en el mito
del progreso ininterrumpido. Cuando se concibe el Derecho como factor de
aseguramiento de la convivencia social, a travs de reglas que deben de
cumplirse para que la sociedad progrese, estamos asumiendo, como juristas,
una ideologa de la normalizacin, una percepcin de la sociedad moderna
como cerrada y perfecta que solo exige del Derecho que cumpla su rol
apaciguador en una sociedad la contempornea orientada al xito, xito?
Entonces, ser o no garantista no es tener tal o cual percepcin de tal o
cual institucin jurdica; es mucho ms que eso: es la consecuencia de optar
por una determinada concepcin sobre las responsabilidades que el Derecho y
los juristas tienen con la sociedad en la cual desarrollan su actividad intelectual
y respecto de la cual reflexionan.
Las opciones son las siguientes: asumir que el Derecho debe seguir
siendo un conjunto de datos empezados a gestarse por algunas tribus del lacio
y que, con el tiempo, se ha ordenado y sistematizado, al punto de convertirse
en un saber cientfico metdico y sistemtico cargado de normas, de
principios y de viejos mitos que deben ser defendidos a ultranza para que, a su
vez, el Derecho sea tambin un instrumento de control social de quien ejerce el
poder, o, ms bien, creer que el Derecho debe ser una disciplina social cuyo
objeto es la comprensin de los fenmenos de relacin que se dan en el tejido
social, a fin de mantenerlos o postular su transformacin, segn sirvan para
concretar una sociedad justa e igualitaria.
Finalmente, recordando el ejemplo peruano sobre la eficacia valorativa
de la prueba ilcita, tal parece que ser o no garantista pasa por optar, como

sugiere Camus, entre estar cerca de los que hacen la historia o junto a quienes
la padecen.
Lima, setiembre de 2002

CARTA ABIERTA A JUAN MONROY GLVEZ


Valencia (Espaa), 21 de diciembre de 2002
Doctor Juan F. Monroy Glvez
Revista Iberoamericana de Derecho Procesal
Director
Seor director y distinguido amigo:
He ledo, con el inters que se merece, La pgina del director de la
Revista (Ao 1, N 2, 2002), y no quiero que pase ni un da sin hacerte
partcipe de la gran preocupacin que ha despertado en mi nimo y rogndote
que le hagas llegar a los lectores. Me refiero (1) a tu visin relativa de los
derechos fundamentales y del proceso como instrumento de garanta (2), visin
conforme a la cual esos derechos deben ser respetados o no por el titular del
poder poltico segn sirvan a su concreta manera de entender lo que debe ser
una sociedad justa e igualitaria.
Frente a esa tu concepcin relativa, que supone la negacin prctica de
la existencia de los derechos, quiero que quede constancia en las pginas de la
Revista de que existe otra concepcin, que asumo que la llames garantista e
incluso absoluta, conforme a la que el respeto de esos derechos no depende
de las personas ni de los casos concretos, pues lo que hace que esos
derechos sean fundamentales es que corresponden a todos los seres
humanos, sin hacer entre ellos distincin alguna, y sin que se hagan depender
de circunstancias concretas, ni siquiera las de tiempo o lugar, pues no hay
mayor o menor dignidad humana por haber nacido en tiempos o en lugares
diferentes.
Existen ideologas polticas para las que no deben respetarse siempre
esos derechos, y lo sostienen as desde una cierta manera de entender la
seguridad en detrimento de la libertad. Todos sabemos a dnde se ha llegado
desde esas concepciones. De la misma manera existen otras ideologas para
las que el respeto de los derechos depende de que el mismo sirva para
alcanzar una cierta manera de entender la igualdad, siempre a costa de la
libertad, y tambin todos sabemos a dnde se llega con estas otras
concepciones. Por mi parte no acierto a descubrir diferencias entre todas esas
ideologas, pues a la postre unas y otras llegan al mismo resultado, a la
negociacin de los derechos que hacen a la misma esencia del hombre, a la
negociacin de su dignidad.

Lo que ha caracterizado a la dictadura del Per, que t calificas de


audaz, ha sido la negacin de los derechos fundamentales de los peruanos. Lo
que debe caracterizar a un rgimen de libertades es el respeto escrupuloso de
los derechos de los peruanos, de todos los derechos y de todos los peruanos.
No todos somos iguales. Unos, los que llamas garantistas, estamos
decididos a respetar los derechos de todos y en todo caso; esa es nuestra
opcin, que se concreta en el Derecho Procesal en que no todo vale para
alcanzar la verdad en el proceso, ni aun en el penal. Otros, lo que t dejas sin
denominar, creen que ese respeto depende de que el mismo sirva para lograr
un determinado fin poltico, la seguridad o la igualdad; vuestra opcin en el
fondo no es ms que negacin de los derechos y en el Derecho Procesal
significa, correlativamente, que todo vale para lograr la pretendida verdad. Esa
es la diferencia entre unos y otros.
Juan Montero Aroca
Catedrtico de Derecho Procesal
Magistrado

RESPUESTA A JUAN MONTERO AROCA


Lima, marzo de 2003
Seor doctor
Juan Montero Aroca
Apreciado profesor y amigo:
Si mi pgina te produjo gran preocupacin, tu carta, en contraste, me
ha causado gran sosiego. Soy tu asiduo lector as que no resulta novedoso
confirmar que sigues siendo incisivo, claro y contundente; aunque ahora tu
carta es superlativa de tus virtudes, en tanto has pasado a ser irrefutable. En
efecto, como toda construccin lgica que se apoye sustancialmente en lo
absoluto y formalmente en un lenguaje fabulador, no hay manera de
encontrarle resquicios a tu posicin sin asumir el costo de contradecirse.
As, tus afirmaciones respecto a que los derechos fundamentales
pertenecen a todos los seres humanos sin distincin alguna; que negarlos que
es a donde se llega cuando no se piensa como t es afectar la esencia del
hombre, o sea, negar su dignidad, y finalmente que, como garantista, respetas
los derechos de todos y que no todo vale para alcanzar la verdad en el proceso
constituyen, ms que construcciones jurdicas, lneas vectoriales sobre la
funcin del proceso en la sociedad. Solo te falt decir que son preexistentes al
hombre, aunque no parece necesario.

Sin embargo, cuando en tu carta ubicas a pie de pgina temas como el


relativismo de las etapas histricas o el papel del Derecho en la sociedad,
porque no hacen al tema o porque nos llevaran muy lejos, descubro lo que
realmente nos diferencia. Respeto muchsimo tu etnocentrismo jurdico, esto
es, tu capacidad para analizar el proceso desde el Derecho y a tus principios
tambin desde el Derecho, pero creo, apreciado amigo, que el proceso y el
Derecho son mucho ms que lo que se repite en las aulas y en los libros. Tratar
de entenderlo sin confirmar sus datos con los que aporta la filosofa, la
economa, la sociologa o la historia, nos puede conducir a defensas absolutas
de principios que, en su contacto con la realidad, pueden resentir valores, los
que, ciertamente, son ms importantes.
Un ejemplo. Afirmas que no sabes qu tan lejos nos llevara constatar
que Iberoamrica no tuvo renacimiento. Sin embargo, la cita tuvo el propsito
especfico de eliminar otra abstraccin absoluta: cotejar experiencias jurdicas
de sociedades distintas, sin tomar en cuenta sus antecedentes histricos. As,
me hace mucho peso un comentario de Octavio Paz en torno a que en Espaa
existi un discreto silencio sobre vastas reas del conocimiento, que s fueron
exploradas por otras culturas europeas. O sea, que si bien ha habido un Lope
de Vega o un Cervantes, durante los ltimos siglos no hubo un Leonardo, un
Kant o un Kleper. En consecuencia, la herencia hispnica hay que ubicarla en
su exacta dimensin sin culpas ni frustraciones para tener claro dnde
estamos y hacia dnde debemos ir. Como adviertes, a veces la historia puede
ayudar a acomodar el ropero de los esparcidos datos jurdicos.
Siento que tu carta vuelve maniqueo el mundo del proceso, o sea,
quienes piensan como tu son los defensores del hombre y su dimensin
esencial, mientras que los dems, no solo somos inhumanos sino que nos
convertimos en sustento ideolgico de cualquier dictadura. A pesar de tu
claridad y contundencia, quisiera contarte mis incertidumbres, an subsistentes
luego de leerte.
Sobre el absolutismo
Si el Derecho y el proceso, tal como lo vivenciamos, son fenmenos de
masas, me pregunto: A quin le conviene reducir el Derecho a una unidad
formal genrica y abstracta capaz de equilibrar antagonismos y armonizar
intereses, a travs de un sistema jurdico neutro, imparcial y liberado de
antinomias, cuando la sociedad hierve de contradicciones y las mayoras
(consumidores y usuarios) braman por las injusticias cotidianas que soportan?
Y con sustento en ese Derecho, cmo es posible que la abundante y
sofisticada doctrina procesal me refiero, sobre todo, a aquella que con una
clara percepcin crematstica de la industria editorial comenta oportunamente
las novedades legislativas siga repitiendo los esquemas clsicos del litigio
uno a uno, cuando la sociedad contempornea se ha convertido en una
comunidad de consumidores y usuarios engaados con arreglo a ley?
Sostienes que la vigencia del debido proceso legal, como haz de
derechos fundamentales al interior del proceso, es absoluta, sin relativismos.
En Eisen vs. Carlisle & Jacquelin, se discuti si un poco ms de cinco millones

de pequeos accionistas, cada uno agraviado en unos pocos dlares, debera


ser odo, antes de resolver. Los que pensaban que era indispensable,
alegaron el carcter absoluto del derecho a un debido proceso, entre ellos, la
demandada. Los otros consideraban una irona alegar due process cuando,
precisamente, la nica manera de otorgar tutela procesal era modificando la
concepcin de debido proceso legal. Tu eres juez en Valencia, cmo habras
votado, atendiendo a que lo absoluto no admite modificaciones ni variaciones
de tiempo o de lugar?
Sobre el lenguaje fabulador
En Derecho hay una manera de presentar las ideas que consiste en
convertir algunas palabras en autnomos recursos lingsticos, a fin de
otorgarle solidez al argumento. Al disfrazar el significado emotivo del concepto,
en la apariencia de contenidos informativos (todos intuimos qu guardan los
conceptos libertad o democracia, por ejemplo) empleados sin mayor detalle,
el lenguaje se convierte en un recurso terico que permite aglutinar una
percepcin favorable en base a un imaginario de contenido abstracto e inasible,
pero subyugante.
Apenas empleado, un lenguaje as produce reacciones de aprobacin,
producto de las predeterminaciones ideolgicas disfrazadas de verdades
incontrastables y absolutas. Un ejemplo: hay regmenes que se autotitulan
democracias liberales, aunque al describir sus rasgos no quede claro qu es
lo democrtico y qu lo liberal. Se logra, pues, imponer la idea buscando la
adhesin a travs de la fijacin de los elementos significantes en detrimento de
los significados.
Cuando te ubicas en la esquina de los defensores de los derechos
fundamentales y de la dignidad humana, apreciado amigo, el pblico te aclama
pero el rival no aparece en la otra esquina. Suman demasiado tus conceptos
para que alguien se atreva. Pero si, en cambio, realizamos un anlisis funcional
de tu lenguaje, es decir, si nos interesamos por algo ms que los potentes
smbolos grficos que empleas y nos dedicamos a inquirir tus intenciones, todo
cambia.
El Derecho occidental es, en gran medida, un derecho trasvesti, porque
desarrolla instituciones que ya no son lo que alguna vez fueron, aunque sus
cultores se esfuercen porque representen lo que la realidad les demuestra que
es imposible. Para ello usan un lenguaje jurdico en funcin informativa aquel
que expresa un dato para disfrazar las funciones operativas, directivas y,
sobre todo, fabuladoras.
Sus posiciones doctrinales aparecen revestidas de aparente neutralidad,
muy doctas, aunque son encubridoras del contenido ideolgico que el emisor
tiene. La tendencia a expresarse con abstracciones genricas e indeterminadas
plenas de imparcialidad y coherencia, es el instrumento para disfrazar las
contradicciones reales que subyacen en cualquier sociedad contempornea.
As, si digo que defiendo la libertad y los derechos fundamentales dentro del
proceso, quien me discuta est perdido, porque tendr que defender lo

recusable, adems con tercio excluido. Pero todos sabemos que es una
mscara, en realidad estoy defendiendo las abstracciones porque es necesario
controlar la explosin de litigiosidad que atraviesa la sociedad actual y respecto
de la cual la ciencia del proceso solo tiene respuestas de catedral no de capilla;
tiene argumentos de autoridad pero no soluciones prcticas. Y por qu?
Porque al preferir el dogma sobre el anlisis real, utilizo al Derecho como
instrumento de manipulacin, asegurando as la permanencia del sistema.
Juan, agradezco mucho las enseanzas contenidas en tu carta. El
proceso puede ser un extraordinario instrumento para convertir a la sociedad
actual en una comunidad liberada del egosmo y de la ambicin del
individualismo propietario. Algn da empezaremos a recorrer esa ruta pero,
mientras tanto, evitemos que nuestra entrenada razn siga pergeando
castillos conceptuales, para luego volverlos inexpugnables.
Con el recuerdo intacto,
Juan Monroy Glvez

ESPECIAL SOBRE PROBLEMAS REGISTRALES ACTUALES


BLOQUEO REGISTRAL Cmo asegurar registralmente la adquisicin de un
inmueble antes de la formalizacin notarial e inscripcin del negocio jurdico? Luis Alberto Aliaga Huaripata
UTILIZACIN DE FORMULARIOS REGISTRALES EN LA INSCRIPCIN DE
ACTOS EN EL REGISTRO DE PREDIOS: ALCANCES DE LA SEGURIDAD
JURDICA MNIMA QUE DEBEN GARANTIZAR - Jorge Luis Gonzales Loli,
Hilda Luz Luna Victoria Vittery
PRIMERA INSCRIPCIN DE DOMINIO Podr acreditarse el plazo de cinco
aos que seala el artculo 2018 del Cdigo Civil con un documento de fecha
cierta? - Fredy Silva Villajun
ALGUNAS CONSIDERACIONES REFERENTES A LA FE PBLICA
REGISTRAL - Fernando Tarazona Alvarado
AGENDA PENDIENTE PARA LA PUBLICIDAD REGISTRAL - Martn Luque
Rzuri
IMPUESTO PREDIAL Y REGISTRO Debe acreditarse el pago del Impuesto
Predial en el Registro de la Propiedad Inmueble en los casos de sucesiones
intestadas? - Oswald Ayarza Gmez

BLOQUEO REGISTRAL Cmo asegurar registralmente la adquisicin de un


inmueble antes de la formalizacin notarial e inscripcin del negocio jurdico?
(Luis Alberto Aliaga Huaripata (*))
Es claro que los actos o contratos referidos a derechos reales que recaen
sobre la misma partida registral no podrn inscribirse durante la vigencia del
bloqueo, ello por disposicin expresa de la norma; sin embargo ya no resulta
claro si los actos derivados de sede judicial (anotacin de demanda, embargo,
etc.) o sede administrativa (embargo de juzgado coactivo, etc.) se encuentran
igualmente prohibidos... El artculo 4 (Decreto Ley N 18278) es una norma
restrictiva en cuanto al acceso al registro y, como tal, debe ser aplicado solo a
los casos previstos por la norma; consecuentemente, se requerir de una
modificacin normativa para que el bloqueo cumpla su finalidad plenamente.
Sin perjuicio de lo anterior, cabe indicar que por efecto de la retroaccin de
prioridad derivada del bloqueo, el acto definitivo una vez inscrito prevalecer
sobre el embargo
COMENTARIOS
I.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA (**)

Amable lector, ms de una vez debe haberse preguntado cmo


asegurar la adquisicin de la propiedad de un bien inmueble?
En nuestro ordenamiento jurdico, conforme al artculo 949 del Cdigo
Civil, el derecho de propiedad inmobiliario se transmite de manera consensual
(1); sin embargo, ello no garantiza al adquirente la plena oponibilidad de su
derecho ni la eliminacin de la posibilidad de su prdida ulterior, en caso de
que exista un tercero registral (2), o su afectacin con gravmenes o cargas
ocultas. Situacin que indudablemente genera incertidumbre social.

Ante la sistemtica colisin de derechos reales, el Registro de la


Propiedad Inmueble debe establecer el orden de los derechos o ttulos que
concurren sobre el mismo bien, de manera objetiva e imparcial, confirindoles
rango a travs del asiento de presentacin (prior in tempore, potior in iure:
primero en el tiempo, poderoso en el derecho).
En ese sentido, el derecho real ser plenamente oponible a los terceros
una vez que se inscriba en el registro (3); es decir, el ordenamiento jurdico
proteger a aquel derecho que primero se publicite; a este efecto se requiere,
adems de la existencia de un negocio jurdico, su formalizacin notarial.
Sin embargo, el tiempo transcurrido desde la realizacin del negocio
hasta su formalizacin notarial y presentacin al registro para su inscripcin
podra resultar perjudicial para el adquirente, dada la dinmica de la partida
registral del inmueble que resulta esencialmente variable, al igual que el mbito
temporal de su publicidad formal (4).
La situacin jurdico-registral de la partida, que sustent la realizacin
del negocio, puede en ese orden alterarse dramticamente durante ese periodo
de necesaria espera (periodo negro) (5).
Dado ese peligro potencial, cabe preguntarse si existe algn
mecanismo legal para mantener inalterable la situacin de la partida del
inmueble para los contratantes, reservando prioridad registral al negocio
celebrado por ellos, hasta que se formalice notarialmente?
En nuestro pas existe un mecanismo legal para obtener esa finalidad, el
bloqueo registral, aprobado mediante Decreto Ley N 18278 del 20.5.1970,
que permite reservar prioridad a los negocios jurdicos que versan sobre
derechos reales, an no formalizados notarialmente. Segn se lee en sus
considerandos, esta norma busca () perfeccionar el sistema registral a fin de
aligerar la contratacin sin desmedro de la seguridad contractual; veremos en
qu medida se ha logrado ese propsito.
Debe reconocerse que en el ordenamiento jurdico existen otros
mecanismos que presentan ciertos efectos similares al bloqueo; as tenemos la
reserva de prioridad del artculo 20 del Reglamento de Inscripciones del
Registro Predial Urbano (Decreto Supremo N 001-90-VC del 18.1.1990) (6), la
medida cautelar de no innovar regulada en el artculo 687 del Cdigo
Procesal Civil (7), las medidas cautelares dictadas por los jueces penales en
el procedimiento de incautacin de bienes empleados en la comisin del delito
de trfico de drogas regulado en el Decreto Supremo N 043-94-JUS del
22.7.1994 (modificado por el Decreto Supremo N 43-94-JUS, publicado el
3.11.1994) (8), etc.
Dedicaremos este breve trabajo al estudio del bloqueo registral, su
contenido, regulacin normativa y desarrollo jurisprudencial recientes.
II.

RESERVA DE PRIORIDAD REGISTRAL

Un concepto que resulta fundamental en las circunstancias anotadas es


el de prioridad registral; pues el conflicto de derechos se resuelve mediante la
intervencin del registro que asigna un orden a cada uno de ellos en funcin
del momento de su presentacin al diario (asiento de presentacin); as, quien
inscribe primero puede oponer sus derechos de una mejor manera (9).
La determinacin de la prioridad en este caso no es solo una cuestin de
oportunidad (teora de las carreras), sino que obedece a la naturaleza o
esencia de los derechos reales (oponibilidad erga omnes), que al recaer
sobre un mismo inmueble precisan de un orden, sea con carcter excluyente o
preferente (10).
El principio de prioridad es definido en la doctrina como aquel en cuya
virtud () los ttulos o derechos que acceden al registro prevalecen en caso
de conflicto frente a los ttulos o derechos que no han accedido al mismo o
sobre los que han accedido con posterioridad, atendiendo a las fechas de
presentacin en el libro diario (11).
En el mbito normativo nacional la prioridad registral se encuentra
regulada en los artculos 2016 y 2017 del Cdigo Civil; as, el artculo 2016
dispone que la prioridad en el tiempo de la inscripcin determina la preferencia
de los derechos que otorga el registro, y el artculo 2017 que no puede
inscribirse un ttulo incompatible con otro ya inscrito, aunque sea de fecha
anterior; igualmente, el Reglamento General de los Registros Pblicos,
aprobado mediante resolucin del superintendente nacional de los Registros
Pblicos N 195-2001-SUNARP-SN del 19.7.2001, en el artculo IX de su Ttulo
Preliminar seala que los efectos de los asientos registrales, as como la
preferencia de los derechos que de estos emanan, se retrotraen a la fecha y
hora del respectivo asiento de presentacin, y en el artculo X que no puede
inscribirse un ttulo incompatible con otro ya inscrito o pendiente de inscripcin,
aunque sea de igual o anterior fecha (12).
En resumen, la manera ordinaria de obtener prioridad registral en
nuestro ordenamiento es a travs de la presentacin del ttulo en el registro,
desde la extensin del correspondiente asiento de presentacin (13); en ese
sentido, la fecha de creacin o tradicin del derecho real resulta irrelevante
para los terceros, al desenvolverse en la clandestinidad.
A nivel del derecho comparado podemos citar el caso espaol, en cuyo
sistema registral la prioridad registral se obtiene con la inscripcin del derecho
debidamente formalizado, con la extensin del asiento de presentacin; no
existiendo un mecanismo de reserva de prioridad propiamente dicho.
Carlos Hernndez Crespo, a fin de describir su sistema registral en
contraposicin al sistema argentino, sealaba que en Espaa lo que se
registran son derechos reales ya formados (), no son objeto de registracin
los derechos personales, ni los derechos en formacin; asimismo, la
inscripcin es, por regla general, voluntaria y que la prioridad (), se
configura siempre a travs del ingreso en el registro (Anales del II Congreso

Internacional de Derecho Registral, Colegio Nacional de Registradores, 1974,


pg. 273) (14) (15).
Debe destacarse que en ese pas, a fin de otorgar seguridad en la
contratacin, se han aprobado normas que facilitan la presentacin del ttulo al
Registro de la Propiedad; as, el Real Decreto 2537/1994 del 29 de diciembre,
de colaboracin entre las Notaras y los Registros de la Propiedad para la
seguridad del trfico jurdico inmobiliario, introduce en el artculo 418.4 del
Reglamento Hipotecario el fax como mecanismo de comunicacin entre ambos
profesionales, a efectos de generar el asiento de presentacin de una manera
ms gil (el notario comunica al registrador de haber autorizado escrituras
pblicas), siendo que el asiento de presentacin que se extienda caducar si
en el plazo de los diez das hbiles siguientes no se presenta en el registro
copia autenticada de la escritura que lo motiv. Igualmente, con el fin de
mantener informado a los contratantes sobre la situacin de la partida, a
efectos de que formalicen notarialmente el negocio, existe la certificacin con
informacin continuada regulada en el Reglamento Hipotecario, artculo 354
(16).
De otro lado, tenemos el caso argentino en cuyo sistema registral se usa
el certificado de reserva de prioridad registral, que permite reservar prioridad
sin que exista acto causal alguno, lo que ha dado lugar a grandes debates en
la doctrina (17).
La Ley 17.801 que crea el Registro de la Propiedad Inmueble (B.O.
10/7/68), regula la publicidad registral y en su artculo 23 dispone que ningn
escribano o funcionario pblico podr autorizar documentos de transmisin,
constitucin, modificacin o cesin de derechos reales sobre inmuebles, sin
tener a la vista el ttulo inscripto en el registro, as como la certificacin
expedida a tal efecto por dicha oficina en la que se consigne el estado jurdico
de los bienes y de las personas segn las constancias registradas. ();
asimismo, en su artculo 24, que el plazo de validez de la certificacin, que
comenzar a contarse desde la cero hora del da de su expedicin, ser de
quince, veinticinco o treinta das segn se trate, respectivamente, de
documentos autorizados por escribanos o funcionarios pblicos con domicilio
legal en la ciudad asiento del registro, en el interior de la provincia o territorio, o
fuera del mbito de la provincia, territorio o Capital Federal. () y en especial
en su artculo 25, segundo prrafo, Esta certificacin producir los efectos de
anotacin preventiva a favor de quien requiera, en el plazo legal, la inscripcin
del documento para cuyo otorgamiento se hubiere solicitado.
Como puede advertirse de las normas glosadas, antes de realizar algn
negocio referente a derechos reales en Argentina debe solicitarse
obligatoriamente en el Registro de la Propiedad Inmueble el respectivo
certificado de reserva de prioridad; sin embargo, cmo resolvern los
tribunales argentinos un caso en el que se enfrenten una reserva sin acto
causal alguno y un negocio jurdico cierto? Cul ser preferido? (18).
Desde una ptica intermedia o eclctica, en el Per s es posible
reservar prioridad registral antes de la formalizacin notarial del negocio y su

inscripcin definitiva; siempre que exista el acto causal (negocio jurdico)


contenido en documento privado.
III.

CONTENIDO DEL BLOQUEO REGISTRAL

El bloqueo registral podra definirse como aquella anotacin preventiva


extendida a solicitud de notario, acompaada de copia del documento privado
que contiene el negocio jurdico referente a derechos reales realizado por
persona natural o jurdica, que tiene por finalidad reservar prioridad registral en
favor de tal negocio jurdico, permitiendo su formalizacin notarial e inscripcin
dentro del periodo de su vigencia.
Se trata de anotaciones preventivas que, conforme al artculo 64 del
Reglamento General de los Registros Pblicos, son asientos provisionales y
transitorios que tienen por finalidad reservar la prioridad y advertir la existencia
de una eventual causa de modificacin del acto o derecho inscrito (19); siendo
su finalidad esencial la reserva de prioridad en favor del acto o negocio
referente a derechos reales realizados por persona natural o jurdica, facilitando
su formalizacin notarial y presentacin al diario registral para su inscripcin,
dentro del periodo de vigencia de la anotacin.
Debe reiterarse que el sistema de bloqueo en nuestro medio parte del
supuesto de la existencia de un negocio jurdico o acto causal previo,
contenido en documento privado, en cuyo favor se reserva la prioridad
registral.
En cuanto a este ultimo aspecto, resulta ilustrativa la Casacin N 32672001Lima del 16 de setiembre de 2001 expedida por la Corte Suprema de la
Repblica en la que se explican los alcances del bloqueo. Este recurso se
interpuso sustentado en la inaplicacin del artculo 2013 y 2016 del Cdigo
Civil, pues mediante una tercera de dominio el nuevo adquirente pretenda
oponer su derecho de propiedad, de fecha anterior pero no inscrito, a
embargos anotados antes. El rgano jurisdiccional declar fundada la casacin
e infundada la tercera de dominio al considerar que la adquirente pudo haber
solicitado el bloqueo registral, pero no lo hizo. En virtud del bloqueo registral,
quien proyecta la celebracin de un contrato puede solicitar, antes de suscribir
la escritura pblica, se le conceda un puesto de prioridad para registrar dicho
acto jurdico. Concordamos con el sentido general de la casacin, no as con
la referencia a que el bloqueo puede usarse cuando se proyecte realizar un
negocio en abstracto?, sin necesidad de acto causal?; no debe olvidarse que
en nuestro sistema se precisa de la existencia de un derecho cierto para el
empleo del bloqueo.
Asimismo, el Tribunal Registral de la Oficina Registral de Lima y Callao,
mediante Resolucin N 050-2002-ORLC/TR del 25.1.2002, ante una solicitud
de bloqueo de transferencia de la propiedad de un inmueble, que formaba parte
del bloque patrimonial segregado de una operacin de escisin con
constitucin de nueva sociedad (aun no inscrita), sociedad a cuyo favor se
transfera la propiedad, revoc la observacin, declarando que el ttulo tena
defectos subsanables, indicando que la transferencia a favor de la nueva

sociedad se produce en la fecha fijada en el acuerdo en que se aprueba el


proyecto de escisin, fecha que no consta en la minuta presentada; en atencin
a esto, no necesariamente con la inscripcin de la escisin y la formalizacin
de la constitucin de la nueva sociedad debemos considerar que se producir
la mutacin del derecho real, como seala el registrador, sino que podra ser
otra la fecha de la entrada en vigencia de la escisin, siendo que solo se
anotar el bloqueo si se tiene la certeza de que la causa material preexiste a la
fecha de presentacin del ttulo al registro. Argumento que compartimos.
IV.
REGULACIN NORMATIVA DEL BLOQUEO REGISTRAL Y SU
DESARROLLO JURISPRUDENCIAL
El bloqueo registral se encuentra regulado en el Decreto Ley N 18270
(20.5.1970), el mismo que fue modificado por el Decreto Ley N 20198
(30.10.1973) y finalmente por la Ley N 26481 (15.6.1995).
1.

Sujetos legitimados para gestionar el bloqueo registral

Segn el artculo 3 del Decreto Ley N 18278 (en adelante el decreto


ley), los sujetos legitimados para solicitar la anotacin del bloqueo en la partida
registral correspondiente son el notario o el fedatario receptor. Sin embargo,
creemos que propiamente estara facultado el notario, ya que las normas que
sustentaban la intervencin del segundo, referentes a la banca de fomento
(Decreto Ley N 20198), fueron derogadas.
Asimismo, las funciones del fedatario receptor no podran ser asumidas
por el fedatario regulado en la Ley N 27444, Ley del Procedimiento
Administrativo General; en efecto, el artculo 127.2 de esta ley dispone que la
labor del fedatario consiste en comprobar y autenticar, previo cotejo entre el
original que exhibe el administrado y la copia presentada, la fidelidad del
contenido de esta ltima para su empleo en los procedimientos de la entidad,
cuando en la actuacin administrativa sea exigida la agregacin de los
documentos o el administrado desee agregarlos como prueba. Tambin
pueden, a pedido de los administrados, certificar firmas previa verificacin de la
identidad del suscriptor, para las actuaciones administrativas concretas en que
sea necesario.
De otro lado, creemos que la restriccin en cuanto a los sujetos
legitimados para gestionar el bloqueo busca evitar el abuso en el empleo de
este mecanismo de reserva de prioridad registral.
2.

Sujetos a cuyo favor se anota el bloqueo registral

En cuanto a los sujetos a cuyo favor se anota el bloqueo, segn el


artculo 1 del decreto ley, los mismos estn constituidos por todas aquellas
personas naturales o jurdicas que participan en los actos o contratos
referentes a derechos reales.
Debe destacarse el fenmeno expansivo generado por la Ley N 26481
(15.6.95) que modific el Decreto Ley N 18278, al ampliar el universo de

sujetos favorecidos con este mecanismo de reserva de prioridad registral,


considerando que anteriormente solo algunas entidades podan emplearla en
sus transacciones como la Banca de Fomento, Cofide, etc.; situacin que fue
cuestionada en su momento.
Otro aspecto relevante en esta materia es que el bloqueo se rige por el
sistema de voluntariedad; es decir, el notario solo proceder a gestionarla en
el registro si la persona natural o jurdica que realiza el acto o celebra el
contrato as se lo solicita. Por ejemplo, en la Ley General del Sistema
Financiero y del Sistema de Seguros y Orgnica de la Superintendencia de
Banca y Seguros, Ley N 26702, se dispone en el primer prrafo de su artculo
176 que las empresas del sistema financiero y de seguros pueden hacer uso
del bloqueo registral para la inscripcin de cualquier acto ante los registros que
integran los registros pblicos; siendo que muchas de sus operaciones se
efectan a partir de la extensin de la anotacin de bloqueo.
De no requerirse del bloqueo, se estar al rgimen ordinario de
adquisicin de prioridad registral, constituido por la inscripcin del acto
formalizado notarialmente (cuyos efectos se retrotraen a la fecha de extensin
del asiento de presentacin).
En los casos de actos o negocios jurdicos bilaterales, como el contrato
de compraventa de inmueble, consideramos que sera suficiente que el
bloqueo lo solicite al notario una de las partes, en la medida en que ello
favorece la obtencin de la finalidad querida con el negocio.
3.

Negocios jurdicos que pueden emplear el bloqueo registral

Respecto a los negocios jurdicos que pueden utilizar el bloqueo para


reservar prioridad registral, segn el artculo 1 del decreto ley tenemos a los
actos y contratos () en virtud de los cuales se constituyan, amplen o
modifiquen derechos reales en favor de los mismos.
El Tribunal Registral de la Oficina Registral de Lima y Callao, mediante
Resolucin N 173-2001-ORLC/TR del 20.4.2001, ante una solicitud de
bloqueo de un contrato de opcin regulado en el artculo 1419 del Cdigo Civil
en virtud del cual ... una de las partes queda vinculada a su declaracin de
celebrar en el futuro un contrato definitivo y la otra tiene el derecho exclusivo de
celebrarlo o no, la deneg argumentando que si bien es inscribible el
contrato de opcin, no lo es el bloqueo referido a este contrato. En efecto,
aunque el contrato de opcin es considerado expresamente por el legislador
como acto inscribible en el Registro de la Propiedad Inmueble segn es de
verse del inciso 2 del artculo 2019 del Cdigo Civil, ello no modifica su
naturaleza esencialmente obligacional; siendo que la mutacin real recin se
producir una vez que la parte facultada exprese su voluntad de celebrar el
contrato definitivo; por lo que debe concluirse al menos dentro del marco
establecido por el decreto ley que no resulta procedente su bloqueo.
Cambiando de tema, cul sera la razn para no considerar a los actos
de extincin de derechos reales como susceptibles de bloqueo? Si bien es

cierto, la generalidad de conflictos de derechos se produce con ocasin de la


constitucin, ampliacin o modificacin de derechos reales, sin embargo, ello
no puede desconocer la trascendencia de actos de extincin de derechos
reales, como la resolucin de contrato de compraventa, en el que su tarda
inscripcin puede generar daos y perjuicios.
Sobre la determinacin del bien sobre el que recae el bloqueo, resultan
ilustrativas las resoluciones del Tribunal Registral de la Oficina Registral de
Lima y Callao N 029-2000-ORLC/TR del 9.2.2000 y N 118-2002-ORLC/TR del
18.2.2002, en las que se solicitaba el bloqueo en la partida matriz de la
compraventa referente a solo una parte de la misma (an no independizada); el
Colegiado admiti su anotacin, en un caso porque en el contrato adjuntado
apareca tambin el acto de independizacin del rea materia de venta, y en el
otro porque su ausencia poda subsanarse antes de inscribirse el acto
definitivo, siempre que se determinen perfectamente sus linderos y medidas
perimtricas (20).
4.

Aspectos procedimentales del bloqueo registral

El artculo 3 del decreto ley dispone que, una vez recibido el documento
que contiene el acto causal an no formalizado notarialmente, el notario previa
verificacin de las partidas registrales correspondientes, en el trmino de 24
horas, debe oficiar al registro pblico correspondiente, adjuntando copia del
instrumento, a efectos de la anotacin del bloqueo.
Se presume que el notario acta a solicitud de la persona natural o
jurdica que participa en el acto con efecto real materia de reserva y que acta
en su representacin a los efectos registrales conforme al artculo III del Ttulo
Preliminar del Reglamento General de los Registros Pblicos.
Sobre el plazo de 24 horas establecido al notario para gestionar el
bloqueo, se ha conocido de alguna observacin registral sustentada en el
vencimiento del mismo; denegatoria que consideramos no ajustada a derecho,
pues ese plazo no tiene carcter perentorio; ello sin perjuicio de la eventual
responsabilidad que corresponda por los daos y perjuicios que se deriven de
su tarda anotacin.
Consideramos que la exigencia adicional planteada al notario para que
previamente verifique las partidas registrales, excede el mbito de su funcin,
segn es de verse del artculo 2 de Ley del Notariado (21) -suponemos que tal
exigencia se sustenta en el deseo del legislador de agilizar la anotacin del
bloqueo-; en efecto, tal labor corresponde propiamente al registrador pblico,
quien de conformidad con lo establecido en el artculo 2011 del Cdigo Civil y
artculo 32 y siguientes del Reglamento General de los Registros Pblicos,
entre otros, debe calificar la adecuacin del acto materia de bloqueo y la
partida registral.
Como contrapartida de lo anterior, ante la solicitud de bloqueo formulada
por el notario, el artculo 3 dispone que el registrador pblico () por su
mrito, () extender la anotacin preventiva en la partida que corresponda.

Esto quiere decir que no debe haber calificacin registral en casos de solicitud
de anotacin de bloqueo?; del texto glosado pareciera colegirse ello, sin
embargo, de una interpretacin sistemtica del artculo 3, conjuntamente con
las normas registrales vigentes, se concluye que s debe haber calificacin
previa, pero en funcin del acto materia de calificacin (22).
Segn el Texto nico de Procedimientos Administrativos del Sistema
Nacional de los Registros Pblicos (TUPA SUNARP), aprobado mediante
Decreto Supremo N 011-2002-JUS y publicado en el Diario Oficial El Peruano
el 13.4.2002, para efectos de la anotacin del bloqueo se precisa de: 1.
solicitud efectuada por notario (), en la que debe constar el nombre de los
contratantes, la indicacin del acto que amerita el bloqueo y los datos de la
partida registral respectiva. 2. Copia del instrumento que contiene el acto
inscribible (), debidamente suscrito por los contratantes. 3. Recibo de pago
de derechos registrales. 4. Otros, segn calificacin registral y disposiciones
vigentes. Respecto de los derechos registrales, cabe indicar que mediante
Decreto Supremo N 017-2003-JUS del 17.9.2003 (El Peruano del 18.9.2003),
recientemente se aprobaron las nuevas tasas registrales de los servicios de
inscripcin y de publicidad.
Respecto a este tema, el Tribunal Registral de la Oficina Registral de
Lima y Callao, mediante Resolucin N 327-99-ORLC/TR del 3.12.1999, ante
una solicitud de bloqueo de contrato de compraventa con reserva de propiedad
y constitucin de hipoteca por el comprador, en el que el registrador observ la
misma por cuanto este no tena facultades para hipotecar, resolvi confirmarla
al considerar que no exista en la norma especial prohibicin de calificacin
registral, conforme al artculo 2011 del Cdigo Civil.
Como nota anecdtica debe recordarse que debido a que el Decreto Ley
N 18278 omiti establecer expresamente un plazo para que el registrador
Pblico efecte la anotacin del bloqueo -como s lo hizo respecto del notario-,
ello intent subsanarse mediante la dacin del Decreto Supremo N 010-90JUS del 28.6.1990 (El Peruano 13.7.1990), el mismo que seala en su artculo
1, Establzcase el trmino de 24 horas contados a partir de su recepcin, para
que los registradores pblicos cumplan con extender la anotacin preventiva
(), bajo responsabilidad administrativa, sin perjuicio de la responsabilidad
civil o penal a que hubiera lugar.
5.

Vigencia de la anotacin de bloqueo registral

De acuerdo con el artculo 2 del decreto ley, el trmino del bloqueo ser
de sesenta das computados a partir del ingreso al registro del aviso que d el
notario respectivo.
Aunque poco tcnica en su redaccin, el dispositivo acierta al sealar
que el plazo de vigencia se inicia desde el ingreso al registro del aviso; lo que
debe interpretarse desde su presentacin a la oficina del diario y extensin del
correspondiente asiento de presentacin.

Un aspecto que gener discrepancias es el referente a la determinacin


del criterio a emplear para el cmputo del plazo de vigencia del bloqueo, das
naturales o hbiles? Dada la trascendencia y los efectos del bloqueo, este tema
exiga pronta solucin.
El Tribunal Registral de la Superintendencia Nacional de los Registros
Pblicos, de manera reiterada, en sus Resoluciones N 344-97-ORLC/TR del
27.8.1997, N 001-99-ORLC/TR del 8.1.1999 y N 083-2001-ORLC/TR del
19.2.2001 consider que el trmino de 60 das precisado en el artculo 2 del
D.L. N 18278 () debe ser computado en das hbiles, teniendo en cuenta la
naturaleza jurdica del bloqueo, que constituye una forma de anotacin
preventiva caracterizada por su temporalidad, (...) que el procedimiento
registral constituye un procedimiento especial que se rige por sus propias leyes
y reglamentos y supletoriamente por las normas de procedimientos
administrativos, el mismo que se rige por das hbiles. En efecto, al tratarse de
una anotacin preventiva e insertarse dentro del procedimiento registral, el
cmputo del plazo debe regirse por el artculo 4 del Reglamento General de los
Registros Pblicos que dispone: los plazos aplicables al procedimiento
registral se cuentan por das hbiles, salvo disposicin en contrario. Se
consideran das hbiles aquellos en los cuales el diario de la oficina respectiva
hubiese funcionado. En el cmputo se excluye el da inicial y se incluye el da
del vencimiento.
Recientemente, el Tribunal Registral en su Quinto Pleno Registral,
celebrado el 5 y 6 de setiembre del 2003, aprob como precedente de
observancia obligatoria el criterio contenido en las resoluciones indicadas y
cuyo texto es el siguiente: El plazo de 60 das del bloqueo, establecido en el
artculo 2 del Decreto Ley N 18278, debe ser computado en das hbiles.
Conforme al artculo 158 del Reglamento General de los Registros Pblicos
(23), modificado por el Reglamento de Organizacin y Funciones de la
SUNARP (Resolucin Suprema N 138-2002-JUS del 19.07.02), este
precedente deber ser aplicado en su calificacin por todos los registradores
pblicos a nivel nacional (24).
6.

Efectos de la anotacin del bloqueo registral

Cules son los efectos derivados del bloqueo?


El artculo 4 del decreto ley dispone que durante el trmino legal
(sesenta das hbiles), el registrador no podr inscribir ningn acto o contrato
relacionado con el inmueble materia de la anotacin preventiva (), salvo que
ya se haya registrado el acto o contrato anotado preventivamente ().
El principal efecto es la reserva de prioridad registral en favor del
derecho real contenido en el documento privado y el subsecuente cierre
temporal de la partida registral, a efectos de que se cumpla con la
formalizacin notarial del acto o negocio jurdico y se presente el ttulo definitivo
al registro, dentro del plazo legal.

Sin embargo, el bloqueo realmente cierra la partida registral de


manera absoluta y a todos los efectos?
Entre los supuestos contenidos en la prohibicin establecida en el
artculo 4 solo se menciona a los actos y contratos relacionados con el
inmueble materia de anotacin preventiva (pareciera que se estuvo pensando
en la doble venta o en la constitucin de gravmenes sin conocimiento del
adquirente); y qu sucede con los otros actos, originados en sede judicial o
administrativa?, tambin estaran comprendidos dentro de la prohibicin?
A continuacin veremos cul ha sido el desarrollo de la jurisprudencia
registral a travs del tiempo respecto de un tema vinculado directamente con lo
anterior: es posible anotar un embargo en la partida registral durante la
vigencia del bloqueo?
Histricamente, la ex junta de vigilancia de la Oficina Nacional de los
Registros Pblicos (ONARP) resolvi que era procedente anotar un embargo
durante la vigencia del bloqueo, segn es de verse de las Resoluciones N
025-85-ONARP-JV del 25.7.1985 y N 006/86-ONARP-JV del 20.2.1986; su
principal argumento fue que el embargo no tena calidad de inscripcin sino
solo de anotacin preventiva, adems de que el mismo no implicaba
constituir, ampliar o modificar derecho real alguno (), asimismo que el
embargo y el remate judicial, bajo ninguna circunstancia pueden perjudicar los
derechos que eventualmente tuviera la persona o institucin a favor de la cual
se anot el bloqueo.
Posteriormente, el Tribunal Registral de la Oficina Registral de Lima y
Callao (ORLC) actualmente rgano de la Superintendencia Nacional de los
Registros Pblicos (SUNARP), de manera reiterada, en sus Resoluciones N
344-97-ORLC/TR del 27.8.1997; N 001-99-ORLC/TR del 8.1.1999 y N 2132000-ORLC/TR del 6.7.2000, modific la posicin anterior resolviendo que no
es posible anotar embargos durante la vigencia del bloqueo, al considerar que
la interpretacin literal que () se efecta no tiene en consideracin la
finalidad de proteccin de la seguridad jurdica subyacente en el bloqueo
registral, que debe garantizar al contratante que se ampara en sus beneficios,
(), asimismo que, si bien el embargo no es un derecho real, su anotacin en
el registro s puede implicar una modificacin al derecho del titular afectado con
el mismo, cuyo gravamen asumirn tambin los sucesivos adquirentes,
finalmente que si bien en sentido estricto el trmino inscripcin es diferente a
anotacin (), tambin se alude en sentido lato a la inscripcin como
categora general de cualquier asiento registral que pueda extenderse.
Personalmente compartira esta ltima posicin que es concordante con
la naturaleza del bloqueo; sin embargo, en estas resoluciones no se explica de
qu manera la inclusin del embargo dentro del mbito de prohibicin
establecido en el artculo 4 del decreto ley no colisiona con el artculo IV del
Ttulo Preliminar del Cdigo Civil que dispone la ley que establece
excepciones o restringe derechos no se aplica por analoga.

Para adoptar una posicin al respecto habra que preguntarse si el


Tribunal Registral ha efectuado una interpretacin extensiva (basada en una
norma existente) o ha aplicado analgicamente el efecto prohibitivo a un
supuesto no previsto por el legislador (al no existir norma aplicable)?
Es claro que los actos o contratos referidos a derechos reales que
recaen sobre la misma partida registral no podrn inscribirse durante la
vigencia del bloqueo, ello por disposicin expresa de la norma; sin embargo,
ya no resulta claro si los actos derivados de sede judicial (anotacin de
demanda, embargo, etc.) o sede administrativa (embargo de juzgado coactivo,
etc.) se encuentran igualmente prohibidos.
Segn Marcial Rubio, el sentido del artculo IV del Ttulo Preliminar del
Cdigo Civil, rectamente entendido en funcin de los precedentes doctrinales,
debe ser el de impedir toda aplicacin de normas restrictivas o excepcionales
que no sea la proveniente de la interpretacin estricta (y eventualmente la
interpretacin restrictiva) (25); lo que aplicado al presente caso permitira
colegir que el artculo 4 es una norma restrictiva en cuanto al acceso al
registro y como tal debe ser aplicado solo a los casos previstos por la norma;
consecuentemente, se requerir de una modificacin normativa para que el
bloqueo cumpla su finalidad plenamente. Sin perjuicio de lo anterior, cabe
indicar que por efecto de la retroaccin de prioridad derivada del bloqueo, el
acto definitivo una vez inscrito prevalecer sobre el embargo.
7.

Retroaccin derivada del bloqueo registral

Una vez inscrito el acto o contrato que previamente fue materia de


bloqueo, dentro del plazo de su vigencia, segn el artculo 5 del decreto ley sus
efectos () se retrotraern a la fecha y hora del asiento de presentacin del
aviso (solicitud de bloqueo). Tal efecto es reconocido en la doctrina como
retroprioridad derivada de la anotacin preventiva.
El artculo 68 del Reglamento General de los Registros Pblicos, en
similares trminos, dispone que inscrito el acto o derecho cuya prioridad ha
sido cautelada por la anotacin preventiva, surtir sus efectos desde la fecha
del asiento de presentacin de la anotacin.
Esto se sustenta en el hecho de que el derecho real ya exista al
momento de anotar el bloqueo, al que solo le faltaba formalizarse
notarialmente, siendo que al inscribirse de manera definitiva, la retroprioridad
comprender un derecho cierto.
Adicionalmente, cabe preguntarse habra inconveniente legal si el
notario que formaliza el acto definitivo es uno distinto al que gestion
inicialmente el bloqueo?; creemos que no existira impedimento legal para ello
aunque no es lo ordinario, teniendo en cuenta que lo determinante en este
caso es la intervencin de los sujetos titulares del negocio que fue materia de
bloqueo.

Solo los actos o negocios jurdicos sujetos a formalidades ad


probationem son susceptibles de bloqueo registral?; creemos que s, pues la
existencia de estos negocios jurdicos es anterior a la formalidad misma, es
decir, el acto se diferencia claramente del documento que lo contiene; en
cambio, los negocios sujetos a formalidades ad solemnitatem nacen al mundo
jurdico recin con el cumplimiento de las formalidades exigidas legalmente.
Y qu sucede en el caso de los negocios que no precisan de
formalizacin notarial para efectos de su inscripcin?, podran igualmente
emplear el bloqueo para reservar prioridad?; creemos que al ser el decreto ley
bastante amplio en su mbito de aplicacin, referido a negocios de
constitucin, ampliacin o modificacin de derechos reales, no podra va
interpretacin denegarse su uso; la praxis demuestra su empleo masificado en
estos casos, aunque con particularidades, como la presentacin al momento de
solicitar el bloqueo de la copia simple del documento definitivo y posteriormente
la presentacin del original del mismo.
Como ejemplo de documentos privados, podemos citar el caso de los
contratos celebrados por empresas del sistema financiero cuyo valor no excede
40 UIT, los mismos que pueden extenderse en documento privado con firmas
legalizadas notarialmente (artculo 176, Ley N 26702) y el caso de los
formularios registrales usados en el Registro Predial Urbano (Decreto
Legislativo N 495).
Es pertinente indicar que el segundo prrafo del artculo 7 de la Ley N
27755, que crea el registro de predios, ha dispuesto que una vez vencido el
plazo del proceso de integracin de los registros (2 aos), todas las
inscripciones se efectuarn por escritura pblica, o mediante formulario
registral legalizado por notario, cuando en este ltimo caso el valor del
inmueble no sea mayor a veinte Unidades Impositivas Tributarias (UIT). (...), lo
que modificar el rgimen anterior.
8.

Caducidad de la anotacin del bloqueo registral

En cuanto a la caducidad del bloqueo registral, el artculo 6 del decreto


ley seala que el mismo caducar automticamente al trmino de los 60 das,
sin requerirse de solicitud de parte interesada, asiento registral, resolucin
judicial ni trmite alguno, para considerar extinguidos sus efectos, salvo que
antes de su vencimiento se produzca alguno de estos supuestos a. si se
inscribe el acto o contrato materia del bloqueo. b. si lo solicita el contratante o
los contratantes en cuyo favor se estableci el bloqueo. c. cuando sea
ordenado judicialmente.
Pese a que la caducidad es automtica y como tal no debiera generar
mayor problema en el trfico jurdico al no tener efecto jurdico alguno la
anotacin de bloqueo una vez vencido el plazo legal; sin embargo, se conoce
de casos en los que se ha solicitado la inscripcin de tal circunstancia, lo que a
nuestro modo de ver resulta redundante con la publicidad que deriva de la
misma partida registral.

Asimismo, existe discrepancia en torno a la aplicacin del inciso b) del


artculo 6 del decreto ley que dispone que el bloqueo caducar antes del plazo
legal (60 das hbiles) si lo solicita el contratante o los contratantes en cuyo
favor se estableci el bloqueo; del texto glosado pareciera no existir mayor
duda sobre los sujetos legitimados, es decir, que ser aquel que realiza el acto
o aquellos que celebran el contrato, pero si lo solicita solo uno de los
contratantes?, o si lo solicita el notario que gestion el bloqueo?, la praxis
registral indica que se solicita la intervencin de todos los contratantes; a su
vez, el dispositivo no indica cul es la formalidad que debe revestir la solicitud
de caducidad?; igualmente, la praxis permite ver que se exige solicitud con
firma legalizada notarialmente.
Una vez caducada la vigencia del bloqueo, puede solicitarse
nuevamente otro, sin mayor espera?; del texto del decreto ley no se advierte
prohibicin alguna a esa posibilidad, como s se contempla en el artculo 20 del
Reglamento de Inscripciones del Registro Predial Urbano glosado
anteriormente. Sera recomendable modificar esta situacin estableciendo
algn lmite, de modo tal que la partida no quede cerrada indefinidamente.
Resulta interesante revisar la Casacin N 220-2001Lima, expedida por
la Corte Suprema de la Repblica el 13 de junio de 2001, en la que se
interpuso este recurso sustentado en la inaplicacin de los artculos 2 y 6 del
Decreto Ley N 18278. Aunque la resolucin declara infundado el recurso por
aspectos procesales sustantivos, rescatamos el problema que subyace en la
misma: si la transferencia del derecho de propiedad inmueble opera
consensualmente, qu efectos produce la caducidad del bloqueo en el
derecho adquirido extrarregistralmente? Conforme a lo sealado anteriormente,
al producirse la transferencia de propiedad inmueble de manera consensual y
siendo que el bloqueo se sustenta en la existencia de un derecho cierto an no
formalizado notarialmente, creemos que la caducidad del bloqueo generar una
inexactitud registral, ya que la persona del titular registral no coincidir con
la del verus dominus.
V.

APUNTES FINALES

Finalmente, debemos mencionar algunos de los cambios que se estn


proponiendo en materia de bloqueo en el Anteproyecto del Reglamento de
Inscripciones del Registro de Predios, a cargo de la Superintendencia Nacional
de los Registros Pblicos y que se encuentra actualmente en su etapa final.
El artculo 130 dispone que la anotacin del bloqueo a que se refiere el
Decreto Ley N 18278 y sus modificatorias, se extiende en mrito a la solicitud
formulada por el notario que tiene a su cargo la formalizacin del acto, y a la
copia certificada de la minuta respectiva. El bloqueo tiene una vigencia de 60
das hbiles, contados desde la fecha del correspondiente asiento de
presentacin. Si conforme a lo dispuesto con el artculo 7 de la Ley N 27755,
el documento que da mrito a la inscripcin es el formulario registral legalizado
por notario, este acompaar a su solicitud de bloqueo la copia del formulario
registral. El bloqueo caduca al vencimiento del plazo sealado en prrafo

anterior o en los supuestos previstos en los literales a), b) y c) del artculo 6 del
Decreto Ley N 18278.
Como se recordar, de acuerdo con el segundo prrafo del artculo 7 de
la Ley N 27755, que crea el registro de predios, una vez vencido el plazo del
proceso de integracin de los registros, es decir, 2 aos, todas las
inscripciones se efectuarn por escritura pblica, o mediante formulario
registral legalizado por notario, cuando en este ltimo caso el valor del
inmueble no sea mayor a veinte Unidades Impositivas Tributarias (UIT). (...).
En este artculo se recoge la praxis registral existente en torno a
aquellos negocios que por disposicin legal no precisan de formalizacin
notarial para su inscripcin, pero que son susceptibles de bloqueo.
Asimismo, el artculo 131 del anteproyecto seala que durante la
vigencia del bloqueo no podr inscribirse ni anotarse preventivamente ningn
acto o derecho incompatible con aquel cuya prioridad se ha reservado. El plazo
de vigencia del asiento de presentacin de los ttulos incompatibles
presentados durante la vigencia del bloqueo, queda en suspenso hasta que
caduque el bloqueo o se inscriba el acto o derecho cuya prioridad fue
reservada.
Creemos que este dispositivo expresa con mejor propiedad la naturaleza
del bloqueo, como mecanismo de reserva de prioridad registral y cierre de la
partida, al enfatizar que durante la vigencia del bloqueo no podr inscribirse ni
anotarse preventivamente ningn acto o derecho incompatible con aquel cuya
prioridad se ha reservado, y disponer asimismo la suspensin de la vigencia
del asiento de presentacin de estos ttulos incompatibles, a fin de no
perjudicarlos, conforme al artculo 29 del Reglamento General de los Registros
Pblicos (26).

UTILIZACIN DE FORMULARIOS REGISTRALES EN LA INSCRIPCIN DE


ACTOS EN EL REGISTRO DE PREDIOS: ALCANCES DE LA SEGURIDAD
JURDICA MNIMA QUE DEBEN GARANTIZAR (Jorge Luis Gonzales Loli (*),
Hilda Luz Luna Victoria Vittery (**))
Bajo el enfoque del Tribunal Constitucional, en salvaguarda de la seguridad
jurdica, la formalizacin de un formulario registral tendr requisitos muy
similares y aun mayores a los previstos para la escritura pblica. Salta a todas
luces la pregunta en el sentido de que si ello es el requisito mnimo que debe
cumplir un documento inscribible: por qu, legislativamente, no se opt ms
bien en simplificar los requisitos para la extensin de las escrituras pblicas, en
lugar de tener que crear un nuevo instrumento que solo en va interpretativa
encuentra sentido para garantizar la seguridad jurdica que brinda la publicidad
registral? ...Un formulario sujeto a matricidad y a todas las comprobaciones que

hemos mencionado, es otra forma de lograr una escritura pblica simplificada,


sin minuta ni papeles de seguridad, pero recogiendo en s todo su contenido
RESOLUCIN
EXPS. ACUMS. Ns. 0001/0003-2003-AI/TC - LIMA
COLEGIOS DE NOTARIOS DE LOS DISTRITOS NOTARIALES DE
LIMA, CALLAO Y AREQUIPA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 4 das del mes de julio de 2003, reunido el Tribunal
Constitucional en sesin de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los
seores magistrados Alva Orlandini, Presidente; Bardelli Lartirigoyen,
Vicepresidente; Rey Terry, Aguirre Roca, Revoredo Marsano, Gonzales Ojeda y
Garca Toma, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Acciones de inconstitucionalidad interpuestas por el Colegio de Notarios
del Distrito Notarial de Lima contra el segundo y el cuarto prrafo del artculo 7
y el artculo 13 de la Ley N 27755, y por los Colegios Notariales de los Distritos
Notariales del Callao y de Arequipa contra el segundo prrafo del artculo 7 de
la Ley N 27755.
ANTECEDENTES
Los recurrentes consideran que es inconstitucional el segundo prrafo
del artculo 7 de la Ley N 27755, el cual dispone que la inscripcin registral de
los inmuebles cuyo valor no sea mayor de 20 Unidades Impositivas Tributarias
(UIT), puede ser efectuada mediante formulario registral legalizado por notario
pblico y no necesariamente mediante escritura pblica.
El Colegio de Notarios de Lima entiende que la mencionada disposicin
afecta al principio de seguridad jurdica, sacrificndolo por la rapidez en las
transacciones presuntamente menos costosas y reduciendo la participacin del
notario a un simple verificador de las firmas puestas en los formularios
registrales. Consideran que en nada reemplaza a la funcin notarial en lo que
respecta a la realizacin de actos jurdicos, pues aquella constituye la mejor
expresin de seguridad en la formalizacin de la voluntad de las personas, en
tanto que el formulario registral no puede brindar certeza fiel de lo que
acontece en la realidad jurdica extrarregistral, pues adolece de una serie de
deficiencias, entre las que destacan: carecer de matriz, ser fcilmente
falsificable, puede pre o postdatarse, y no garantiza la legalidad y la
autenticidad de la forma del acto jurdico. Ello alegan afectar a la inversin y
el derecho de propiedad, generando inseguridad jurdica, lo que provocar
conflictos judiciales y una restriccin de la inversin, y terminar por acrecentar
las contingencias econmicas e incrementar los costos de transaccin.

Agregan que la disposicin afecta al principio de igualdad, dado que producir


una situacin de discriminacin de ttulos entre confiables y no confiables,
derivada del origen de la documentacin que posibilita las inscripciones en el
registro pblico mediante escrituras pblicas y formularios registrales.
Por su parte, los Colegios de Notarios del Callao y de Arequipa
consideran que el precepto es incompatible con el artculo 103 de la
Constitucin, afirmando que se ha legislado contra la naturaleza de las cosas,
pues instituir el formulario registral supone la importacin desarticulada de una
institucin anglosajona, y que, a diferencia de la tradicin anglosajona, en la
tradicin romano-germnica no solo interesa lo que las partes estipularon en el
contrato, sino tambin en qu condiciones negociaron y firmaron, razn por la
cual son relevantes la existencia de un acuerdo de voluntades y el criterio de
buena fe de los contratantes. Argumentan, por otro lado, que es la intervencin
del notario la que permite obtener la seguridad jurdica en un momento anterior
a la celebracin del acto o contrato, a diferencia de la tradicin anglosajona en
la que la seguridad jurdica se alcanza en un momento posterior y es otorgada
por el seguro de ttulo, el cual no existe en nuestro ordenamiento jurdico.
Asimismo, manifiestan que la escritura pblica presenta una serie de ventajas
frente al formulario registral, pues este no otorga garantas sobre la legalidad
de los actos realizados, ni examina en modo alguno la capacidad, condicin de
expresin de voluntad y comprensin del significado del acto mismo y sus
consecuencias jurdicas; puede ser falsificado con mayor facilidad y no se
conserva en una matriz, siendo ms probable que el documento se extrave,
por lo que en su opinin son la escritura pblica y la posterior calificacin
registral las que dotan de seguridad jurdica al derecho de propiedad. Aaden
que se ha legislado en razn de la diferencia de las personas, legislndose
segn los distintos tipos de propietarios y pretendiendo crear para los
propietarios de escasos recursos, una va ms barata para inscribir mediante el
procedimiento del formulario registral.
El Colegio de Notarios de Lima estima que son inconstitucionales el
cuarto prrafo del artculo 7 y el artculo 13 de la Ley N 27755, indicando que
el primero de los preceptos establece la facultad de la Superintendencia
Nacional de los Registros Pblicos (SUNARP) para extender paulatinamente el
uso de los formularios registrales a todos los registros pblicos que conforman
el Sistema Nacional de los Registros Pblicos, mientras que el segundo crea
una comisin especial que debe proponer a la SUNARP todas las
disposiciones reglamentarias en materia registral, tcnica y administrativa que
sean necesarias para la aplicacin de la Ley N 27755; todo lo cual supone una
trasgresin del inciso 8) del artculo 118 de la Constitucin, que reserva para el
presidente de la Repblica, de modo exclusivo y excluyente, la atribucin de
reglamentar las leyes.
El apoderado del Congreso de la Repblica contesta la demanda
manifestando que mediante la introduccin en nuestro sistema del formulario
registral legalizado por notario pblico, el legislador fomenta el ejercicio pleno
del derecho de propiedad y cumple con el deber de facilitar el acceso del mayor
nmero posible de ciudadanos al registro de propiedad inmobiliaria, buscando
promover la igualdad de condiciones en el acceso al registro. Sostiene que la

medida respeta la tradicin jurdica romano-germnica de derecho escrito y


codificado. Por otra parte, aduce que la seguridad jurdica que garantiza el
trfico de bienes y servicios se sustenta tambin en el registro mismo, siendo
necesario que los derechos sean oponibles frente a terceros, lo cual solo se
logra con la publicidad registral y la seguridad jurdica que esta brinda.
Asimismo, alega que corresponde al reglamento de la ley y dems normas
infralegales establecer todas las normas de seguridad pertinentes, y que
debido a que la Ley N 27755 no ha sido an reglamentada, los demandantes
suponen una serie de situaciones ficticias y generadoras de inseguridad
jurdica que en la realidad no resultan probables, porque, de acuerdo con los
antecedentes legislativos y sus reglamentos, el empleo del formulario registral
brinda una mayor seguridad jurdica. Agrega que no es correcto afirmar que el
formulario registral carece de matriz, pues la Ley del Notariado prev la
posibilidad de que el formulario legalizado se incorpore al protocolo notarial,
indicando, adems, que el archivo registral conserva los formularios registrales,
posibilitando que se pueda obtener una copia del documento original; que es
incorrecto sostener que la legalizacin del formulario registral implica una
simple legalizacin de firmas, ya que se trata de una funcin ms compleja,
respaldada por las normas y principios de la funcin notarial, y que es errneo
afirmar que la escritura pblica es un documento que tiene superioridad frente
a cualquier otro, dado que esta tambin puede devenir en nula por contravenir
las formalidades establecidas en la ley.
FUNDAMENTOS
1. Existen incuestionables similitudes e identidades entre la presente
causa y la resuelta por este Colegiado mediante sentencia del 30 de abril del
presente ao (Exp. N 016-2002-AI/TC). No obstante ello, tambin es posible
advertir diversos factores divergentes entre ambas, lo que justifica un
pronunciamiento sobre las nuevas alegaciones planteadas, as como una
complementacin de determinados aspectos respecto de los cuales este
Tribunal ya ha tomado postura.
I.
Seguridad jurdica y el formulario registral legalizado por notario
como un nuevo instrumento pblico notarial
2. Los recurrentes afirman que el segundo prrafo del artculo 7 de la
Ley N 27755 es inconstitucional, pues al permitir que los inmuebles cuyo valor
de mercado no sea mayor de 20 UIT, puedan ser inscritos mediante formulario
registral legalizado por notario, y no mediante escritura pblica, sacrifica,
desproporcional e irrazonablemente, el principio de seguridad jurdica.
3. En el Expediente N 016-2002-AI/TC, el Tribunal consider que la
seguridad jurdica es un principio consustancial al Estado constitucional de
derecho, implcitamente reconocido en la Constitucin. Se trata de un valor
superior contenido en el espritu garantista de la Carta Fundamental, que se
proyecta hacia todo el ordenamiento jurdico y busca asegurar al individuo una
expectativa razonablemente fundada respecto de cul ser la actuacin de los
poderes pblicos y, en general, de toda la colectividad, al desenvolverse dentro
de los cauces del Derecho y la legalidad.

4. En la referida sentencia, este Colegiado ha reconocido que la


inscripcin registral del derecho de propiedad dota de una incuestionable
seguridad jurdica al ejercicio de ese derecho. Sin embargo, ha sido cuidadoso
en sealar que la garanta que reviste el ttulo inscrito ser meramente
aparente si no se crean las condiciones razonables y suficientes para que el
procedimiento previo a la inscripcin est provisto tambin de la suficiente
seguridad jurdica, pues de lo que se trata es de que el registro sea fiel reflejo
de la realidad jurdica extrarregistral. Con esta premisa, y acudiendo al test de
proporcionalidad, el Tribunal ha concluido que la medida de permitir el acceso
de los sectores de bajos recursos al registro de propiedad, mediante la
reduccin de los costos de transaccin que supone la utilizacin del formulario
registral legalizado por notario, en lugar de la escritura pblica, es proporcional
y razonable, pues, no obstante que ello genera un grado de sustraccin en la
garanta que la seguridad jurdica dispensa, el principio no se ve afectado en su
contenido esencial, siendo todava plenamente reconocible su funcionalidad
dentro del ordenamiento jurdico.
Dicha conclusin se encuentra fundamentada en una serie de
condiciones, cuya inobservancia, si bien no acarreara una inconstitucionalidad
de la ley, en cambio, s podra provocar una inconstitucionalidad en la
aplicacin de la ley o, incluso, en su reglamentacin. Tales condiciones son los
siguientes:
A) Imprescindible intervencin del notario: Del tenor del segundo prrafo
del artculo 7 de la Ley N 27755, se desprende la imprescindible participacin
del notario antes de que el formulario pueda acceder al registro. Este Tribunal
ya ha acentuado la especial relevancia del rol del notario en la sociedad,
manifestando que nuestro pas se adscribe al sistema de organizacin notarial
de tipo latino, en virtud del cual el notario es un profesional del derecho que, en
forma imparcial e independiente, ejerce una funcin pblica consistente en
autenticar, redactar, conservar y reproducir los documentos, as como asesorar
de manera imparcial a quienes soliciten su intervencin, incluyndose la
certificacin de hechos (Exp. 04-1997-AI/TC). As, el notario dota de fe pblica
y seguridad jurdica a los actos y negocios jurdicos que ante l se celebren. La
especial vala que nuestro ordenamiento jurdico concede a los medios
documentales que gozan de la fe pblica del notario, exige a su vez de este
una intachable conducta moral.
B) Especial naturaleza del formulario registral legalizado por notario: La
institucin del formulario registral no es novedosa en nuestro sistema jurdico.
El artculo 4 del Decreto Legislativo N 495, que entr en vigencia el 15 de
noviembre de 1988, ya contempla su utilizacin, y, no obstante la antigedad
de su vigencia, el formulario registral no ha sido generador de las diversas
inestabilidades jurdicas que los recurrentes alegan, y ello debido,
fundamentalmente, a que su incorporacin ha sido acompaada de las
previsiones suficientes orientadas a asegurar que el contenido esencial de la
seguridad jurdica no se vea afectado. A tales fines han contribuido, por
ejemplo, previsiones como las contenidas en el artculo 28 del Decreto
Supremo N 001-90-VC, Reglamento del Registro Predial de Pueblos Jvenes

y Urbanizaciones Populares. Asimismo, debe considerarse que, conforme dej


asentado este Colegiado en el fundamento 9 de la sentencia emitida en el Exp.
N 0016-2002-AI/TC, el formulario registral legalizado por notario no puede ser
considerado como una simple legalizacin de firmas, pero tampoco debe ser
asimilado a la escritura pblica, pues si as fuera, el propsito de conseguir que
los sectores de menor capacidad econmica puedan acceder al registro, se
vera desvirtuado. Se trata de un nuevo instrumento pblico notarial, y por ello,
ms all de la denominacin que se le pueda dar, son de aplicacin las
obligaciones generales que la Ley N 26002 impone al notario, cuando se trata
de tales instrumentos.
As pues, tomando en consideracin los criterios expuestos, cuando se
trate de un formulario registral legalizado por notario, es deber de este:
a)
Dar fe respecto de los actos jurdicos, hechos o circunstancias
que presencie, para lo cual debe exigir que el formulario sea llenado y suscrito
ante l, corroborando la libre voluntad y capacidad de las personas en la
celebracin del acto y su conocimiento de los alcances del mismo;
b)
Constatar la identidad de los contratantes, de ser el caso,
cotejando los Documentos Nacionales de Identidad con la informacin pblica
de red del Registro Nacional de Identificacin y Estado Civil (RENIEC);
c)

Verificar la validez de las firmas;

d)
Verificar que los datos relativos al inmueble estn clara y
correctamente expresados;
e)

Conferir fecha cierta al formulario; y

f)
Conservar copia del documento original, a efectos de descartar
cualquier irregularidad que pudiera presentarse, manteniendo la estabilidad
jurdica.
5. Lo dicho permite desestimar, desde ya, el extremo de la demanda en
el que los recurrentes afirman que el segundo prrafo del artculo 7 de la ley en
cuestin vulnera el derecho a la igualdad, al generar una situacin de
discriminacin entre ttulos inscritos confiables (los que se originan en una
escritura pblica) y no confiables (los que se originan en el formulario registral).
Y es que, en la medida en que el uso del formulario registral legalizado por
notario se ajuste al criterio que este Colegiado ha establecido, ser un ttulo
dotado de confiabilidad, mxime si el documento original se mantiene
conservado en el archivo registral de la circunscripcin correspondiente.
II.
personas

Leyes especiales, naturaleza de las cosas y diferencia de las

6. Por otra parte, los recurrentes sostienen que el mencionado prrafo es


contrario al primer prrafo del artculo 103 de la Constitucin, el cual solo
permite que se expidan leyes especiales porque as lo exige la naturaleza de

las cosas, pero no en funcin de la diferencia de las personas, alegando que se


ha legislado contra la naturaleza de las cosas, por ser el formulario registral
una importacin desarticulada de una institucin anglosajona que desvirta la
seguridad jurdica que la inscripcin registral pretende otorgar, y en funcin de
la diferencia de las personas, porque se han tenido como referencia los
distintos tipos de propietarios, esto es, los de escasos recursos y los de mayor
poder adquisitivo.
III.1 Leyes especiales y naturaleza de las cosas
7. Evidentemente, el trmino cosa previsto en el primer prrafo del
artculo 103 de la Constitucin, no puede ser entendido en su sentido coloquial.
La cosa no puede ser vista como un objeto fsico, sino como todo elemento
vinculado a la juridicidad: inmanente pero real; objetivo pero intrnsecamente
vinculado a las relaciones interpersonales. Cosa es, pues, la materia del
Derecho y, por tanto, puede aludir a una relacin jurdica, un instituto jurdico,
una institucin jurdica o simplemente un derecho, un principio, un valor o un
bien con relevancia jurdica.
De otro lado, la materia jurdica es poseedora de un dinamismo en orden
a su trascendencia. Dicho dinamismo surge desde su contenido o sustancia y
se proyecta hacia su finalidad. La naturaleza de la cosa est informada tanto
de su contenido como de su finalidad.
8. La naturaleza de la cosa que hace a la materia del Derecho, se
encuentra inserta en una realidad social que puede tender hacia la
disfuncionalidad de la cosa, esto es, a desvirtuar su finalidad. En estos casos,
el orden constitucional debe permitir a la ley incidir en aquella realidad de
hecho y componer la funcionalidad de la naturaleza de las cosas. As pues,
cuando el artculo 103 de la Carta Fundamental estipula que pueden expedirse
leyes especiales porque as lo exige la naturaleza de las cosas, no hace sino
reclamar la razonabilidad objetiva que debe fundamentar toda ley, incluso,
desde luego, las leyes especiales. Respetando el criterio de razonabilidad
legal, el Estado queda facultado para desvincular a la ley de su vocacin por la
generalidad y hacerla ingresar en una necesaria y razonable singularidad.
Necesaria, porque est llamada a recomponer un orden social que tiende a
desvirtuarse, y razonable, porque se fundamenta en un elemento objetivo, a
saber, la naturaleza de las cosas.
9. La cosa regulada por el segundo prrafo del cuestionado artculo es
la inscripcin registral, y su contenido y finalidad (su naturaleza) es dotar de
seguridad jurdica a los titulares del derecho de propiedad, de forma tal que
puedan oponerlo erga omnes y generar as el desarrollo econmico tanto a
nivel individual como social.
Pues bien, la realidad social objetiva informa que dicha funcionalidad se
cumple tan solo de modo parcial, pues los altos costos de transaccin impiden
el acceso al registro de los sectores de menor poder adquisitivo, circunstancia
que desvirta la naturaleza de la inscripcin registral. Y, dado que el citado
prrafo est orientado a que la inscripcin registral recupere su funcionalidad,

reduciendo los costos de transaccin en el acceso al registro de los menos


favorecidos, este Colegiado no considera que se haya legislado en contra de la
naturaleza de las cosas, sino, por el contrario, porque as lo exiga aquella.
Por lo dems, este Colegiado tampoco comparte el criterio de los
recurrentes segn el cual el formulario registral legalizado por notario supone la
importacin desarticulada de una institucin anglosajona, pues de lo expuesto
en el fundamento 4.B de la presente sentencia, se colige que el instrumento
tiene un contenido original, propio y plenamente aplicable en un ordenamiento
de tradicin jurdica romano-germnica.
II.2 Leyes especiales y diferencia de las personas
10. El artculo 103 de la Constitucin, de otro lado, proscribe la
posibilidad de que se expidan leyes especiales por razn de la diferencia de
las personas. El principio interpretativo constitucional de concordancia
prctica exige analizar esta disposicin a la luz del inciso 2) del artculo 2 de la
propia Carta Fundamental, que establece el derecho a la igualdad ante la ley.
11. El principio de igualdad en el Estado constitucional exige del
legislador una vinculacin negativa o abstencionista y otra positiva o
interventora. La vinculacin negativa est referida a la ya consolidada
jurisprudencia de este Colegiado respecto de la exigencia de tratar igual a los
que son iguales y distinto a los que son distintos, de forma tal que la ley,
como regla general, tenga una vocacin necesaria por la generalidad y la
abstraccin, quedando proscrita la posibilidad de que el Estado, a travs del
legislador, pueda ser generador de factores discriminatorios de cualquier
ndole. Sin embargo, enfocar la interpretacin del derecho a la igualdad desde
una faz estrictamente liberal, supondra reducir la proteccin constitucional del
principio de igualdad a un contenido meramente formal, razn por la cual es
deber de este Colegiado, de los poderes pblicos y de la colectividad en
general, dotar de sustancia al principio de igualdad reconocido en la
Constitucin. En tal sentido, debe reconocerse tambin una vinculacin positiva
del legislador a los derechos fundamentales, de forma tal que la ley est
llamada a revertir las condiciones de desigualdad o, lo que es lo mismo, a
reponer las condiciones de igualdad de las que la realidad social pudiera
estarse desvinculando, en desmedro de las aspiraciones constitucionales.
12. As las cosas, cuando el artculo 103 de la Constitucin prev la
imposibilidad de dictar leyes especiales en razn de las diferencias de las
personas, abunda en la necesaria igualdad formal prevista en el inciso 2) de
su artculo 2, segn la cual el legislador no puede ser generador de diferencias
sociales; pero en modo alguno puede ser interpretado de forma que se limite el
derecho y el deber del Estado de, mediante acciones positivas o de
discriminacin inversa, ser promotor de la igualdad sustancial entre los
individuos.
13. Atendiendo a lo expuesto, y como ya tuviera oportunidad de sealar
este Tribunal respecto del segundo prrafo del artculo 7 de la Ley N 27755:
Es evidente que aquellos individuos que cuentan con un ttulo de propiedad

registrado poseen una especial ventaja frente a aquellos que no cuentan con la
inscripcin. Tal ventaja se traduce, especialmente, en facultades de ndole
econmica. (...). Existiendo, pues, marcadas distancias entre un ttulo
registrado y uno que no lo est, y, por ende, entre los que ostentan un derecho
de propiedad con las prerrogativas que la Constitucin aspira y aquellos que
no, y considerando que parte importante de las razones por las que se suscitan
tales distancias, se debe a que no todos tienen el poder adquisitivo para
acceder al registro, entonces es deber del Estado instaurar las condiciones
para despejar los obstculos que generan tal desigualdad de oportunidades.
Tal ha sido el propsito de la disposicin cuestionada (Exp. 0016-2002-AI/TC,
FJ. 12). Dicho lo cual, no cabe sino aadir que el precepto tampoco ha
vulnerado la disposicin constitucional que proscribe la posibilidad de dictar
leyes especiales en razn de la diferencia de las personas, pues, lejos de crear
o fomentar tales diferencias, busca revertirlas.
III.

Reglamentos secundum legem y reglamentos extra legem

14. Los recurrentes alegan la inconstitucionalidad del tercer prrafo del


artculo 13 de la Ley N 27755, pues permite a la Comisin Especial del
Registro de Predios proponer al directorio de la SUNARP todas las
disposiciones reglamentarias en materia registral, tcnica y administrativa que
sean necesarias para la aplicacin de la ley, afectndose segn afirman la
atribucin prevista en el inciso 8), artculo 118 de la Constitucin, en virtud del
cual corresponde al presidente de la Repblica la reglamentacin de las leyes.
15. La fuerza normativa de la que est investida la Administracin se
manifiesta por antonomasia en el ejercicio de su potestad reglamentaria. El
reglamento es la norma que, subordinada directamente a las leyes e
indirectamente a la Constitucin, puede, de un lado, desarrollar la ley, sin
trasgredirla ni desnaturalizarla, y, de otro, hacer operativo el servicio que la
Administracin brinda a la comunidad. Los primeros son los llamados
reglamentos secundum legem, de ejecucin, o reglamentos ejecutivos de las
leyes, los cuales estn llamados a complementar y desarrollar la ley que los
justifica y a la que se deben. En efecto, es frecuente que la ley se circunscriba
a las reglas, principios y conceptos bsicos de la materia que se quiere regular,
dejando a la Administracin la facultad de delimitar concretamente los alcances
del marco general establecido en ella. Los segundos son los denominados
reglamentos extra legem, independientes, organizativos o normativos, los que
se encuentran destinados a reafirmar, mediante la autodisposicin, la
autonoma e independencia que la ley o la propia Constitucin asignan a
determinados entes de la Administracin, o, incluso, a normar dentro de los
alcances que el ordenamiento legal les concede, pero sin que ello suponga
desarrollar directamente una ley.
16. El inciso 8) del artculo 118 de la Constitucin alude expresamente a
la facultad de reglamentar las leyes; sin embargo, no reserva toda la potestad
reglamentaria administrativa al primer mandatario, sino tan solo aquella
vinculada a los reglamentos secundum legem o de ejecucin. De otro lado, la
garanta contenida en aquella disposicin constitucional reserva al presidente
de la Repblica la aprobacin y consecuente expedicin del reglamento, mas

no necesariamente la creacin de su contenido, pues, segn puede


desprenderse de lo ya establecido, el reglamento es elaborado por grupos
tcnicos sobre la materia de la que se trate.
En tal sentido, una interpretacin del inciso 8), artculo 118 de la
Constitucin, es que cuando el tercer prrafo del artculo 13 de la Ley N 27755
alude a disposiciones reglamentarias (...) que sean necesarias para la
aplicacin de la ley, se refiere a reglamentos de ejecucin, razn por la cual
dichas disposiciones no podrn ser aprobadas y expedidas por la propia
Superintendencia Nacional de los Registros Pblicos, sino que, segn se
desprende literalmente del precepto, sern simples propuestas de la
Comisin Especial del Registro de Predios, las que, a su vez, y en todo caso,
debern ser derivadas al Poder Ejecutivo, a efectos de que este acte
conforme a las atribuciones que la ley y la Constitucin le confieren. De lo que
resulta que el tercer prrafo del artculo 13 de la referida ley no es
inconstitucional.
17. Los recurrentes consideran, asimismo, que el cuarto prrafo del
artculo 7 de la Ley N 27755 tambin es contrario al inciso 8) del artculo 118
de la Constitucin, pues interpretan que permitira a la SUNARP extender,
paulatinamente, la utilizacin del formulario registral legalizado por notario a
todos los registros pblicos que conforman el Sistema Nacional Registral.
18. El Tribunal no comparte tal criterio, pues del tenor del segundo
prrafo del artculo 7 de la citada ley se desprende, con meridiana claridad, que
la utilizacin del formulario registral legalizado por notario est reservada
nicamente al Registro de Predios, razn por la cual su aplicacin a otros
registros solo podra ser autorizada por otra ley.
El cuarto prrafo del artculo 7 de la ley en cuestin se encuentra
nicamente relacionado con el primer prrafo del mismo artculo. As, un
anlisis conjunto de dichos preceptos permite sostener que la ley impugnada
autoriza a la SUNARP la implementacin en el Registro de Predios, en forma
progresiva, de todo mecanismo de simplificacin, desregulacin y reduccin de
actos administrativos, pudiendo extenderlos paulatinamente a todos los
Registros Pblicos que conforman el Sistema Registral Nacional. Ello tan solo
reafirma la facultad de la SUNARP para expedir reglamentos organizativos o
normativos, aunque, en ningn caso, de ejecucin, lo que, segn lo ya
establecido, resulta plenamente constitucional.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las
atribuciones que le confieren la Constitucin Poltica del Per y su Ley
Orgnica,
FALLA
Declarando INFUNDADA la presente demanda de inconstitucionalidad.
EXHORTA al Poder Ejecutivo para que, en salvaguarda del principio de
seguridad jurdica que debe informar el Sistema Registral Nacional, reglamente
el uso del formulario registral legalizado por notario, previsto en el segundo

prrafo del artculo 7 de la Ley N 27755, conforme a los siguientes


lineamientos:
a)
El notario debe dar fe respecto de los actos jurdicos, hechos o
circunstancias que presencie, para lo cual debe exigir que el formulario sea
llenado y suscrito ante l, corroborando la libre voluntad y capacidad de las
personas en la celebracin del acto y su conocimiento de los alcances del
mismo;
b)
Debe constatar la identidad de los contratantes, de ser el caso,
cotejando los Documentos Nacionales de Identidad con la informacin pblica
de red del Registro Nacional de Identificacin y Estado Civil (RENIEC);
c)

Verificar la validez de las firmas contenidas en el formulario;

d)
Verificar que los datos relativos al inmueble estn clara y
correctamente expresados;
e)

Conferir fecha cierta al formulario; y

f)
Conservar copia del documento original, a efectos de descartar
cualquier irregularidad que pudiera presentarse, manteniendo la estabilidad
jurdica.
Dispone la notificacin a las partes, su publicacin en el Diario Oficial El
Peruano y la devolucin de los actuados.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; REY TERRY;
AGUIRRE ROCA; REVOREDO MARSANO; GONZALES OJEDA; GARCA
TOMA.
COMENTARIOS
I.

ANTECEDENTES

En el ao 2002, se debati en el Congreso un proyecto de ley que


tocaba dos temas fundamentales: Unificar en una sola institucin el Registro de
la Propiedad Inmueble en el Per (del Registro de Propiedad Inmueble,
Registro de Predio Urbano y Registro de Predios Rurales) y el uso del
Formulario Registral y la Escritura Pblica. El primer tema, absolutamente
necesario debido a la confusin generada por la existencia de registros
paralelos determinados por la ubicacin geogrfica y la duplicidad de gastos
generados al Tesoro Pblico; y, el segundo punto orientado a proporcionar
mecanismos de acceso al registro, buscando disminuir los costos de
transaccin. El punto ms debatido fue la propuesta del uso del FORMULARIO
REGISTRAL, que buscaba facilitar acceso al registro a travs de un
instrumento gil, sencillo y menos oneroso (que la escritura pblica).
Sin embargo, a lo largo del debate parlamentario de dicho proyecto, se
formularon diversos cuestionamientos respecto a la seguridad jurdica que

podra proporcionar la utilizacin de los formularios registrales como


instrumentos sustitutorios o alternativos a la escritura pblica, en la medida en
que se consideraba que los mismos, al implicar la simple legalizacin de firmas
de los contratantes, careciendo de matricidad, comprobacin de capacidad y
libertad de los contratantes y todas las dems caractersticas propias de la
escritura pblica, podan generar la proliferacin de instrumentos falsificados,
adulterados o que no reflejasen la autntica voluntad de las partes; afectando
de esta manera la seguridad jurdica preventiva que busca garantizar la
inscripcin registral.
Ello dio lugar a que la Comisin de Justicia, entonces presidida por el
lamentablemente fallecido Dr. Daniel Estrada Prez, dictaminase el proyecto
remitido por el Poder Ejecutivo (Proyectos de Ley Ns 1797/2001 y 1845/2001),
denegando la utilizacin de formularios registrales y planteando, ms bien, que
al iniciarse el funcionamiento del Registro de Predios (que integrara al Registro
de la Propiedad Inmueble, al Registro Predial Urbano y a las Secciones
Especiales de Predios Rurales), todas las inscripciones se efectuaran a travs
de instrumento pblico, salvo disposicin contraria de la ley. Del texto del
mismo dictamen, resultado de la Sesin de la Comisin de Justicia de fecha 24
de abril del 2002, aparecan los cuestionamientos al uso de los formularios
registrales expresando que: no garantizan la legalidad de los actos y contratos
ni la autenticidad de la forma, propicindose cuestionamientos y por ende
incremento de litigios; son susceptibles de ser falsificados, al no tener las
seguridades que tiene la escritura pblica; carecen de matriz, por lo que es
susceptible de que el documento se extrave o se destruya con la imposibilidad
de expedir copias; el uso de tales formularios implica la modificacin implcita
y sustancial del sistema registral y jurdico del Per; entre otras debilidades
que se advertan en el uso de dicha clase de documentos.
Sin embargo, ya en el debate en el pleno del Congreso, efectuado en
sesin de 16 de mayo del 2002, el proyecto presentado por la Comisin de
Justicia, solo en lo que se refera a eliminacin de la utilizacin de los
formularios registrales (artculo 7 del proyecto) fue desaprobado (con diferencia
de un voto), lo que oblig a lograr una frmula de transaccin, que al ser
aprobada en sesin de 23 de mayo del 2002, dio lugar a la actual redaccin del
artculo 7 de la Ley N 27755 (publicada el 15 de junio del 2002), cuyo texto es
el siguiente:
Artculo 7.- Mecanismos de simplificacin, desregulacin y reduccin de
costos de acceso al Registro.
La Superintendencia Nacional de los Registros Pblicos podr
implementar en el Registro de Predios, en forma progresiva, los mecanismos
de simplificacin, desregulacin y reduccin de actos administrativos. Dicha
implementacin deber considerar las polticas de promocin del acceso de la
propiedad al registro y de salvaguarda de la seguridad jurdica, de acuerdo a lo
previsto en el artculo 2010 y dems normas del Cdigo Civil.
Vencido el plazo del proceso de integracin de los registros previsto en
el artculo 2 de la presente ley, todas las inscripciones se efectuarn por

escritura pblica, o mediante formulario registral legalizado por notario, cuando


en este ltimo caso el valor del inmueble no sea mayor a veinte Unidades
Impositivas Tributarias (UIT). En los lugares donde no exista notario pblico,
podrn habilitarse formularios registrales para ser tramitados ante el juez de
paz, siempre que el valor del inmueble no supere las veinte UIT.
Los notarios pblicos a travs de sus rganos representativos podrn
celebrar convenios para garantizar que los costos notariales de los
instrumentos pblicos estn al alcance de los otorgantes.
Del mismo modo, la SUNARP podr tambin extender paulatinamente
dichos mecanismos a todos los Registros Pblicos que conforman el Sistema
Nacional de los Registros Pblicos, teniendo en cuenta para ello los resultados
que se puedan obtener de lo dispuesto en el prrafo precedente.
Para efectos de la mencionada extensin, la SUNARP continuar
ejecutando el proyecto de interconexin de sus oficinas a nivel nacional, a fin
de que todos los Registros Pblicos que conforman el Sistema Nacional de los
Registros Pblicos tengan competencia nacional.
Como puede apreciarse, la frmula legislativa aprobada establece un
sistema mixto, en el cual las transacciones referidas a inmuebles cuyo valor no
excediera a las 20 Unidades Tributarias, podran formalizarse a travs de
Escritura Pblica o Formularios Registrales con firmas legalizadas por notario
pblico, siendo solo obligatoria la utilizacin de la escritura en los casos de
transacciones inscribibles en los que el valor del inmueble fuera superior a
dicho lmite. Cabe precisar que conforme al artculo 3 de la misma Ley N
27755, el proceso de integracin de los registros conformantes del Registro de
Predios, deber concluir a los dos aos de la vigencia del referido dispositivo
legal; vale decir la utilizacin de los formularios registrales en ella regulados
(que son distintos de los previstos en los Decretos Legislativos Ns 495, 496 y
667), ser aplicable a partir del 16 de junio del 2004.
Aprobada la Ley N 27755, diversos Colegios de Notarios de la
Repblica formularon acciones de inconstitucionalidad contra lo previsto en el
artculo 7 de la Ley N 27755, alegando, fundamentalmente, que la utilizacin
de formularios registrales atentaba contra la garanta constitucional (implcita) a
la seguridad jurdica en la contratacin inmobiliaria. Dichas acciones de
inconstitucionalidad fueron declaradas infundadas a travs de las Sentencias
del Tribunal Constitucional de fechas 30 de abril del 2003 (Expediente N
00016-2002-AI/TCColegio de Notarios de Junn) y 4 de julio del 2003
(Expedientes Acumulados Ns 0001/0003-2003-AI/TC Colegios de Notarios de
los Distritos Notariales de Lima, Callao y Arequipa). Sin embargo, la ltima de
dichas Sentencias, si bien declara infundada la accin, establece pautas y
criterios de aplicacin de los Formularios registrales, que en la prctica Y
COMO RECONOCE EL PROPIO TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, han dado
lugar a la creacin de un nuevo instrumento notarial, con caractersticas
totalmente distintas de las propias de una legalizacin de firmas y que,
inclusive, tendr formalidades y requisitos de comprobacin an ms amplios
que los exigidos para la formalizacin de las escrituras pblicas.

II.

SEGURIDAD JURDICA Y PUBLICIDAD REGISTRAL

Siendo el principal cuestionamiento a la constitucionalidad del artculo 7


de la Ley N 27775, la afectacin a la seguridad jurdica que brinda el registro,
es conveniente detenernos a analizar la relacin que existe entre Seguridad
Jurdica e inscripcin registral.
Seguridad es equivalente a la actividad realizada con propio control,
hecha la exclusin de sucesos imponderables estimados casi como
inexistentes. Presupone, por lo tanto, una certeza acerca de la que se
considera excluido cualquier riesgo. La seguridad constituye uno de los fines
generales del Derecho. De Angel Yaguez (1) refirindose a ella sostiene que:
Al hablar de seguridad nos referimos en un sentido amplio a la garanta de paz
social, expresin que desde el punto de vista de los miembros de la comunidad
puede entenderse como su conciencia o certeza de que la solucin de los
conflictos no puede producirse a travs del empleo de la violencia y de que el
derecho no puede desconocer la existencia de situaciones de hechos
revestidas de una tal apariencia de solidez y rectitud, que su destruccin u
olvido solo podran acarrear efectos nocivos para el desenvolvimiento de las
relaciones econmicas y sociales.
El concepto de seguridad jurdica ha dado lugar a la distincin entre la
llamada seguridad esttica y seguridad dinmica. La seguridad esttica est
destinada a proteger al derechohabiente o titular del derecho frente a las
turbaciones o ataques de terceros, que se inmiscuyan o traten de desconocer
su titularidad. En cambio la seguridad dinmica o de trfico procura brindar
proteccin a los terceros que se ven involucrados en la circulacin de la
riqueza, aspecto este ltimo que se proyecta en dos vertientes: proteccin de
los acreedores del enajenante, que pueden ver burlada la garanta de este
crdito con enajenaciones fraudulentas; y proteccin a los adquirentes, que no
deben estar expuestos a la sorpresa de que el bien que se le transmite se
encuentre gravado, embargado o simplemente no pertenezca al transferente.
El carcter antittico de estos tipos de seguridad ha sido puesto de manifiesto
por Ehrenberg (2), al sealar que La seguridad de los derechos exige que no
se pueda producir una modificacin desfavorable de las relaciones
patrimoniales de una persona sin que concurra su voluntad. La seguridad del
trfico, por su parte, exige que una modificacin favorable en las relaciones
patrimoniales de una persona, no puede quedar sin efecto para ella por
circunstancias que ignora. (...). Seguridad jurdica y seguridad del trfico, son
por consiguiente, hasta un cierto grado, conceptos contrapuestos, de modo que
cada uno de ellos solo puede ser alcanzado a costa del otro, y cada caso en el
que entran en colisin supone para el legislador un grave problema.
Ahora bien, segn Garca Herguedas, el concepto de seguridad jurdica
es relativo: para unos pases ser la existencia de jueces y que no se produzca
indefensin. Esta es la seguridad jurdica mnima. Pero en los pueblos
evolucionados jurdica y culturalmente, la seguridad jurdica es algo ms que el
derecho al juicio, en la discusin civil entre las partes. Es el derecho de los
particulares para acceder a instituciones de legitimacin de sus actos, contratos

y adquisiciones, en cuyo mbito adquieren garanta legal. Entre estas


instituciones est el notariado y el registro de la propiedad, que proporcionan
seguridad preventiva.
La bsqueda de la seguridad jurdica es una de las finalidades
universalmente admitidas de la publicidad registral. As, entre las conclusiones
del VII Congreso Internacional Registral realizado en Buenos Aires en 1989,
encontramos la siguiente: La seguridad jurdica, valor esencial del Derecho,
afianza la justicia, asegura la libertad, propende a la paz social y por todo ello,
resulta ineludibe para realizar el bien comn. Dicha seguridad debe alcanzar
tanto a la titularidad y al contenido de los derechos como a la proteccin del
trfico sobre los mismos. Los registros jurdicos de bienes en los trminos
proclamados por los Congresos de Buenos Aires de 1972, de Mxico de 1980 y
de Roma de 1982, sobre su organizacin y principios, contribuyen eficazmente
a la disminucin de conflictos judiciales.
En la misma lnea de pensamiento, Manzano (3) afirma que la
publicidad registral se justifica por ser el ms eficaz instrumento de seguridad
jurdica en la constitucin, modificacin y extincin de los derechos reales
sobre inmuebles. Agrega dicho autor que la publicidad registral completa las
exigencias de seguridad jurdica mediante la proteccin y potenciacin de
derechos ya creados, dotando a los derechos inscritos de las presunciones de
pertenencia, existencia y alcance; as como otorgndoseles efectos sustantivos
que colocan a los derechos publicados en planos superiores de legitimacin.
Debe tenerse presente que esta bsqueda de la seguridad jurdica no
constituye un postulado abstracto en que se inspira el Derecho Registral, sino
que todas las instituciones y principios registrales responden a dicha finalidad.
Garca y Garca (4) pone de manifiesto esta afirmacin al sealar que: la
calificacin registral y sus consecuencias legales que son al mismo tiempo
fundamento de ella, como son las presunciones de exactitud de la legitimacin
y de la fe pblica registral y el cierre registral, el tracto sucesivo y la
especialidad, no son meros conceptos abstractos de Derecho Inmobiliario, sino
que responden a una realidad que se vive en la prctica y que se refleja en la
seguridad jurdica que precisan los ciudadanos.
III.
TITULACIN AUTNTICA COMO REQUISITO DE PUBLICIDAD
REGISTRAL EFICIENTE
A la luz de lo expuesto precedentemente, resulta indubitable que la
seguridad jurdica constituye el objetivo principal de la existencia de un sistema
registral. La seguridad jurdica, empero, no puede conseguirse nicamente
mediante un perfeccionamiento del Sistema Registral, sino que requiere, como
exigencia bsica para la produccin de la documentacin autntica, del
adecuado funcionamiento de la institucin notarial. De nada servira una amplia
y perfecta calificacin registral de documentos fraudulentos o que no
corresponden a actos realmente celebrados, siendo an ms grave que, dado
el sistema adoptado, la confianza existente en la institucin registral evita la
generacin de mecanismos complementarios como p.ej. seguros de ttulo. Si a
esto le sumamos que el Poder Judicial resulta lento e ineficiente para resolver

en forma oportuna (es decir, sin convertirse en un costo de transaccin


desmesurado) los conflictos que pueden generarse por una inadecuada
publicidad registral o una indebida inscripcin, tomaremos conciencia de que
deben evitarse, en la medida de lo posible, deficiencias que puedan enervar la
certidumbre que busca proporcionar el registro. Por estas consideraciones es
que Gmez Galligo (5) resume esa relacin en la siguiente frmula aritmtica,
indicando que cualquier disminucin en uno de los dos factores significara la
merma de la seguridad jurdica:
Seguridad

Titulacin

jurdica

Calificacin

pblica

registral

inmobiliaria
Las desventajas del instrumento privado para el sistema registral son
resumidas de la siguiente manera por Chico Ortiz: El documento contiene o
lleva consigo tres graves inconvenientes, como afirmaba COSTA y se ha
reconocido siempre. Uno de ellos es la facilidad de falsificar las firmas, y de
negar despus las verdaderas, o sea, la duda sobre la legitimidad del
documento. Es otro, la facilidad de ante-datar su fecha en perjuicio de tercero.
Y constituye el ltimo, la falta de copia o de matriz, y la posibilidad, por
consiguiente, de que el documento se extrave, o se destruya, con o sin
intencin.
La documentacin pblica por excelencia es la producida por el
notariado de tipo latino, en la que el notario, como profesional del derecho, en
forma personal, independiente e imparcial, incorpora la fe pblica notarial a los
actos y contratos que ante l se celebran, confirindoles, por tanto, autenticidad
(artculo 2 del D. Ley N 26002). De esta manera, los aspectos negociales
cubiertos por dicha fe, tales como: la realizacin del acto, su fecha, identidad
de las partes, libertad y capacidad de consentimiento, coincidencia de lo
escriturado con la voluntad manifestada por las partes, etc., no son materia de
comprobacin adicional en sede registral, puesto que la calificacin se apoya y
presupone la certeza de los mismos. Pero la funcin del notario no se limita a
una simple formalizacin de la voluntad de los otorgantes, sino que implica
tambin una asistencia tcnica a ellos, advirtindoles los efectos legales de los
instrumentos pblicos que autoriza (artculo 27 del D. Ley N 26002) y
coadyuvando a superar las omisiones necesarias para obtener la inscripcin de
los actos celebrados (artculo 59 inc. (g) del D.Ley N 26002). Tampoco es
ajena a esta funcin la realizacin de un primer control de legalidad (anterior a
la calificacin registral), buscando lograr que el negocio celebrado por las
partes se realice en armona con el ordenamiento jurdico vigente, estando,
inclusive, facultado para negarse a autorizar instrumentos pblicos contrarios a
la ley (artculo 19 inc. C) del D. Ley N 26002).
Bajo este contexto, coincidiendo con la lnea de pensamiento antes
enunciada, el Tribunal Constitucional, en el Expediente N 016-2002-AI/TC,
citado en la Sentencia de 4 de julio del 2003, ha reconocido a la seguridad
jurdica como un principio consustancial al Estado constitucional de derecho,

precisando que se trata de un valor superior contenido en el espritu garantista


de la Carta Constitucional, que se proyecta hacia todo el ordenamiento jurdico
y busca asegurar al individuo una expectativa razonablemente fundada,
respecto a la actuacin de los poderes pblicos y, en general, de la
colectividad, al desenvolverse dentro de los cauces del derecho y la legalidad.
Adems, indica que la inscripcin registral del derecho de propiedad dota de
una incuestionable seguridad jurdica a ese derecho, pero que la garanta que
reviste el ttulo inscrito SER MERAMENTE APARENTE SI NO SE CREAN
LAS CONDICIONES RAZONABLES Y SUFICIENTES PARA QUE EL
PROCEDIMIENTO PREVIO A LA INSCRIPCIN EST PROVISTO TAMBIN
DE LA SEGURIDAD JURDICA, PUES DE LO QUE SE TRATA ES DE QUE EL
REGISTRO SEA FIEL REFLEJO DE LA REALIDAD JURDICA
EXTRARREGISTRAL. Dicho de otra manera, el Tribunal Constitucional
advierte que la documentacin que accede al registro debe garantizar diversas
comprobaciones que aseguren su exactitud y veracidad, pues de lo contrario la
publicidad registral no constituira un elemento de seguridad jurdica preventiva,
sino que, por el contrario, generara ms litigios y controversias, no cumpliendo
su finalidad principal. Es por ello que para admitir la utilizacin de formularios
registrales, en sustitucin de la escritura pblica, establece los requisitos
mnimos que deben contener dichos instrumentos, dando lugar a la creacin de
una nueva clase de instrumento notarial: los formularios registrales, no
obstante que de la simple lectura del artculo 7 de la Ley N 27755 no
pareceran ser ms que instrumentos privados con firmas legalizadas.
Obviamente, ello reafirma la indesligable relacin entre la titulacin autntica y
la seguridad jurdica emanada de la publicidad registral.
IV.
LOS FORMULARIOS REGISTRALES BAJO EL ENFOQUE DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
La Ley N 27755 no establece ni hace referencia alguna al contenido ni
las formalidades aplicables a la extensin del formulario registral.
Evidentemente, tampoco existe previsin alguna en la Ley del Notariado
aprobada por Decreto Ley N 26002 respecto a esta clase de instrumentos.
Dado ello, y atendiendo a que su nica exigencia era la legalizacin de firmas
ante notarios, podra haberse interpretado que los mismos eran solo una clase
de instrumentos privados, sujetos a una certificacin notarial extraprotocolar,
consistente en la mera comprobacin de la firma de los contratantes.
Sin embargo, dicha interpretacin no se condice con lo establecido por
la Ley del Notariado, cuyo artculo 106 establece que el notario certificar
firmas en documentos privados, cuando le conste en modo indubitable su
autenticidad. Vale decir que en dicha certificacin de firmas, a diferencia de la
formalizacin de la escritura pblica, los documentos no forman parte del
archivo notarial sino que se entregan a los interesados, no existiendo por tanto
matricidad. Adicionalmente, la misma Ley del Notariado (artculos 108 y 109)
precisa que el notario no asume responsabilidad por el contenido del
documento, pudiendo estar inclusive redactado en idioma extranjero. Menos
an se certifica la capacidad, libertad y conocimiento de los otorgantes.
Claramente, un instrumento de estas caractersticas no garantiza la seguridad
jurdica mnima que requieren los actos para acceder a los efectos que se

derivan de la publicidad registral. Inclusive, en trminos prcticos, de un


instrumento privado con firmas legalizadas, el registrador no podra efectuar la
comprobacin de la capacidad de los otorgantes, exigida por el artculo 2011
del Cdigo Civil como elemento de la calificacin registral, pues la legalizacin
de firmas no contiene tal certificacin. Bajo estas consideraciones, no obstante
algn error conceptual en su primera sentencia de fecha 30 de abril del 2003, el
Tribunal Constitucional en la sentencia bajo comentario ha concluido que: (...)
el formulario registral no puede ser considerado como una simple legalizacin
de firmas, pero tampoco debe ser asimilado a la escritura pblica (...). Se trata
de un nuevo instrumento pblico notarial, y por ello, ms all de la
denominacin que se le pueda dar, son de aplicacin las obligaciones
generales que la Ley N 26002 impone al notario, cuando se trata de tales
instrumentos.
Resulta curioso, cuando menos, que el Tribunal Constitucional, para
sustentar la constitucionalidad de la utilizacin de formularios registrales, tenga
que recurrir al argumento de que con ellos se ha creado un nuevo instrumento
pblico notarial. Precisamente a nivel del debate parlamentario se pusieron de
manifiesto las desventajas que tendra el uso de los formularios registrales, a
los cuales claramente en los dictmenes y ponencias en el pleno, se les
consideraba como instrumentos privados con firmas legalizadas y no un nuevo
instrumento pblico notarial. Y tambin, por ello, es que en el dictamen de la
Comisin de Justicia es que se rechaz su utilizacin, al considerar que no
garantizaban la seguridad jurdica mnima requerida para la inscripcin
registral, a diferencia de la escritura pblica que s contena las caractersticas
y comprobaciones necesarias para tal efecto. El Tribunal Constitucional, en
esta sentencia de fecha 4 de julio del 2003, corrige en parte algunos conceptos
errneos vertidos en la sentencia de 30 de abril del 2003 (en la que se afirm
inexactamente que la legalizacin de firmas implicaba una comprobacin de
capacidad de los otorgantes), y para tal finalidad, al percatarse de los
verdaderos alcances (limitados) de la certificacin de firmas, atribuye al
formulario registral nuevas caractersticas, no previstas en la Ley del Notariado
ni en otra disposicin vigente.
Ms an, el Tribunal Constitucional asume una funcin no solo de control
centralizado de la constitucionalidad del precepto cuestionado, sino que, al
sostener que se trata de un nuevo instrumento notarial carente de regulacin
sustantiva, declara que la utilizacin de formularios registrales es constitucional
solo si en el mismo, el notario cumple con los siguientes deberes:
a)
Dar fe respecto de los actos jurdicos, hechos o circunstancias
que presencie, para lo cual debe exigir que el formulario sea llenado y suscrito
ante l, corroborando la libre voluntad y capacidad de las personas en la
celebracin del acto y su conocimiento de los alcances del mismo.
b)
Constatar la identidad de los contratantes, de ser el caso,
cotejando los Documentos Nacionales de Identidad con la informacin pblica
de red del Registro Nacional de Identificacin y Estado Civil (RENIEC)
c)

Verificar la validez de las firmas.

d)
Verificar que los datos relativos al inmueble estn clara y
correctamente expresados.
e)

Conferir fecha cierta al formulario.

f)
Conservar copia del documento original a los efectos de descartar
cualquier irregularidad que pudieran presentar, manteniendo la estabilidad
jurdica.
Es claro que el Tribunal Constitucional, al exhortar al Poder Ejecutivo
para que, en salvaguarda del principio de seguridad jurdica que debe informar
al Sistema Registral Peruano, reglamente el uso del formulario registral
legalizado por notario, previsto en el segundo prrafo del artculo 7 de la Ley N
27755, conforme a los lineamientos de contenido antes mencionados, no se
limita a declarar la constitucionalidad o no de la utilizacin de los formularios
registrales, sino que asume una funcin cuasilegislativa, al indicar al Poder
Ejecutivo la forma y alcances que deber tener la reglamentacin del formulario
registral. Dicho de otra manera, si bien la Sentencia del Tribunal Constitucional
declara infundada la accin de inconstitucionalidad planteada, para tal efecto
se ve obligado a sealar que el formulario registral tendr que tener ciertas
caractersticas
QUE
NO
EXISTEN
EN
LA
NORMA
CUYA
CONSTITUCIONALIDAD ERA MATERIA DE CUESTIONAMIENTO, y que ms
bien, a luz de la revisin de todos los proyectos y discusiones parlamentarias,
no eran las que se indicaba que tendra el citado formulario.
Adems, al revisar las comprobaciones que deber efectuar el notario
respecto a la formalizacin del formulario registral, puede advertirse que, aparte
de la eliminacin de la exigencia de la minuta y la utilizacin de papeles de
seguridad, seriados y cronolgicos, los requisitos que se plantean para la
extensin de los Formularios Registrales son tan (y a veces ms) rigurosos que
los que la Ley del Notariado plantea para la escritura pblica. As, por ejemplo,
el formulario tendr matricidad, como la escritura pblica (artculo 51 de la Ley
del Notariado), al exigirse la conservacin de un ejemplar en el archivo notarial;
existir comparencia, identificacin y fe capacidad, libertad y conocimiento de
los otorgantes; al igual que se exige en el artculo 54 de la Ley del Notariado
para la extensin de la escritura pblica, tambin se exigir la constatacin de
la identidad de los contratantes, como ocurre en la escritura pblica conforme
al artculo 55 de la misma Ley del Notariado. Inclusive, el Tribunal
Constitucional considera necesario que en el Formulario Registral se cotejen
los documentos de identidad con la informacin del Registro Nacional de
Identificacin y Estado Civil - RENIEC, comprobacin que no resulta exigible,
conforme a la Ley del Notariado para el caso de las escrituras pblicas.
Asimismo, se exigen del notario otras comprobaciones, tampoco previstas en la
Ley del Notariado para la extensin de escrituras pblicas, tales como la
verificacin que los datos relativos al inmueble estn correcta y claramente
expresados en el formulario.
Entonces, bajo el enfoque del Tribunal Constitucional, en salvaguarda de
la seguridad jurdica, la formalizacin de un formulario registral tendr

requisitos muy similares y, aun mayores, a los previstos para la escritura


pblica. Salta a todas luces la pregunta en el sentido de que si ello es el
requisito mnimo que debe cumplir un documento inscribible: Por qu,
legislativamente, no se opt ms bien en simplificar los requisitos para la
extensin de las escrituras pblicas, en lugar de tener que crear un nuevo
instrumento que, solo en va interpretativa, encuentra sentido para garantizar la
seguridad jurdica que brinda la publicidad registral? Y es que no es el nombre
lo que determina los conceptos, sino que es el contenido mismo de ellos el que
determina su eficacia. Un formulario sujeto a matricidad y a todas las
comprobaciones que hemos mencionado, es otra forma de lograr una escritura
pblica simplificada, sin minuta ni papeles de seguridad, pero recogiendo en s,
todo su contenido.
Inclusive, aunque la Reglamentacin del Formulario Registral que expida
el Poder Ejecutivo recoja textualmente lo planteado por el Tribunal
Constitucional, existen diversos inconvenientes legales en la aplicacin de este
nuevo instrumento. As, por ejemplo, el contenido del formulario registral se
encontrara regulado en una norma reglamentaria, a diferencia de todos los
dems instrumentos pblicos notariales (protocolares y extraprotocolares) que
se encuentran regulados por normas con jerarqua de ley (Ley del Notariado,
Ley de Competencia Notarial en Asuntos No Contenciosos, etc.), tal como
exige el artculo 24 del Decreto Ley N 26002. Asimismo, es evidente que si se
van a exigir en la extensin del formulario registral comprobaciones mayores a
las previstas en la escritura pblica (como la verificacin en RENIEC de los
documentos de identidad), tendra que modificarse la Ley del Notariado,
incorporando esta exigencia en el artculo 55 de la misma, pues no es
concebible que existan mayores formalidades en la extensin del instrumento
destinado a actos sobre predios de menor valor (formulario registral) que las
que se exigen al instrumento destinado a las transacciones de mayor valor
patrimonial (escritura pblica). Concurrentemente, como quiera que el notario
solo puede conservar en su archivo los documentos que conforman el mismo,
que son los previstos en el artculo 81 de la Ley del Notariado, entre los cuales
no se encuentran (obviamente) los formularios registrales, para dar
cumplimiento a lo establecido por el Tribunal Constitucional, es indispensable
modificar dicho artculo, e inclusive crear un Registro Notarial de Formularios
Registrales, que les otorgue la adecuada regulacin de instrumentos
protocolares (y por tanto conformantes del archivo registral), tal como exige el
Tribunal Registral. Todo lo expuesto lleva a la simple conclusin de que la mera
reglamentacin del artculo 7 de la Ley N 27755 no ser suficiente para lograr
que la utilizacin de los formularios registrales se efecte en armona con todo
el ordenamiento notarial vigente, pues este nuevo instrumento DEBE SER
REGULADO A TRAVS DE UNA MODIFICACIN ESPECFICA DE LA LEY
DEL NOTARIADO, comprendiendo, entre otros aspectos, los mencionados
anteriormente.
V.
OTROS ASPECTOS MATERIA DEL PRONUNCIAMIENTO DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Si bien la constitucionalidad y requisitos para la utilizacin del formulario
registral previsto en el artculo 7 de la Ley N 27755 constituyen el tema central

del pronunciamiento del Tribunal Constitucional, existen otros aspectos


plasmados en su parte considerativa que, dada la necesaria brevedad del
presente artculo, resumiremos brevemente, a continuacin:
a)
Se precisa que para que la utilizacin de formularios registrales
sea constitucional, es indispensable que en ellos se produzca la intervencin
del notario. El Tribunal Constitucional indica que El notario dota de fe pblica y
seguridad jurdica a los actos y negocios jurdicos que ante l se celebren. La
especial vala que nuestro ordenamiento jurdico concede a los medios
documentales que gozan de la fe pblica, exige a su vez de este una
intachable conducta moral. En ese sentido se pronuncia expresando que es
imprescindible la participacin del notario en el formulario, para que el mismo
pueda acceder al registro. Ello conllevara a afirmar que no es constitucional la
utilizacin de formularios registrales como los previstos en los Decretos
Legislativos Ns 495, 496 y 667, en los que se autoriza que los formularios
registrales sean certificados por profesionales que no ejercen la funcin notarial
(abogados, ingenieros, etc.), prescindiendo de la intervencin notarial.
b)
La utilizacin de formularios registrales se encuentra restringida al
Registro de Predios: El artculo 7 de la Ley N 27755 dispone que: Del mismo
modo la SUNARP podr tambin extender dichos mecanismos a todos los
registros que conforman el Sistema Nacional de los Registros Pblicos,
teniendo en cuenta para ello los resultados que se puedan obtener de lo
dispuesto en el prrafo precedente. El Tribunal Constitucional, en Sentencia
del 4 de julio del 2003, expresa que: del tenor del segundo prrafo del artculo
7 de la citada ley se desprende con meridiana claridad que la utilizacin del
formulario registral legalizado por notario est reservada nicamente al
Registro de Predios, razn por la cual su aplicacin a otros registros solo
podra ser autorizada por otra ley. En la interpretacin del Tribunal
Constitucional, el cuarto prrafo del artculo 7 de la Ley N 27755 se encuentra
nicamente relacionado con el primer prrafo del artculo 7 de la misma ley. Es
decir autoriza a la SUNARP a implementar en el Registro de Predios, en forma
progresiva, todo mecanismo de simplificacin, desregulacin y reduccin de
actos administrativos, pudiendo extenderlos a otros registros, MAS NO AS
LOS FORMULARIOS REGISTRALES, QUE REQUERIRAN UNA NUEVA LEY
FORMAL EN TAL SENTIDO. Lo que permite concluir que, de acuerdo con ello,
extender los formularios registrales a otros registros, al amparo de la Ley N
27755, sera inconstitucional.
c)
La reglamentacin de la Ley N 27755 deber efectuarse
mediante decreto supremo y no a travs de resoluciones del Sistema Nacional
de los Registros Pblicos: El artculo 13 de la Ley N 27755 otorga al directorio
de la SUNARP, TODAS LAS FACULTADES necesarias para dictar las
disposiciones reglamentarias en materia registral, tcnica y administrativa para
la aplicacin de dicha ley. Ello sera a propuesta de comisin integrada por
representantes de la SUNARP, COFOPRI, PETT, RPU, Junta de Decanos de
Colegios de Abogados del Per y Junta de Decanos de Colegios de Notarios
del Per. En dicho contexto podra haberse interpretado que una resolucin del
directorio de la SUNARP era el instrumento normativo suficiente para la
aprobacin de la reglamentacin de la citada ley. Sin embargo, dicho criterio

fue materia de accin de inconstitucionalidad, al considerar que la


reglamentacin de leyes est reservada al presidente de la Repblica,
conforme al inciso 8) del artculo 118 de la Constitucin. El Tribunal
Constitucional, en sentencia de 4 de julio del 2003, diferencia dos clases de
reglamentacin:

Los reglamentos secundum legem, de ejecucin o ejecutivos de


las leyes: Complementan y desarrollan la ley. Exclusivamente dictados por el
presidente de la Repblica.

Los reglamentos extra legem, independientes, organizativos o


normativos: No desarrollan directamente una ley, estn destinados a reafirmar,
mediante la autodisposicin, autonoma e independencia que la ley o la propia
Constitucin asignan a determinados entes de la Administracin, normando
dentro de los alcances del ordenamiento legal (por ejemplo, directivas de la
SUNARP, SUNAT, organismos reguladores. El Tribunal Constitucional
considera que el artculo 13 de la Ley N 27755 se refiere a reglamentos
ejecutivos (necesarios para el desarrollo y ejecucin de la Ley N 27755), por lo
que debern ser APROBADOS POR EL PODER EJECUTIVO (decreto
supremo) y no por el directorio de la SUNARP.
En ese extremo, EXHORTA AL PODER EJECUTIVO A ACTUAR
DENTRO DE SUS FUNCIONES Y REGLAMENTAR DIRECTAMENTE EL USO
DE FORMULARIOS, bajo las condiciones y requisitos ya descritos
anteriormente. Al formular dicha exhortacin al Poder Ejecutivo, el Tribunal
Constitucional hace evidente que la reglamentacin planteada debe ser
aprobada por decreto supremo.

PRIMERA INSCRIPCIN DE DOMINIO Podr acreditarse el plazo de cinco


aos que seala el artculo 2018 del Cdigo Civil con un documento de fecha
cierta? (Fredy Silva Villajun (*))
El sustento para exigir que para la inmatriculacin se exhiban ttulos con una
antigedad de cinco aos es que solamente a travs de los mismos podr
acreditarse frente a terceros y ante el registro en particular, la existencia del
ttulo material. Sin embargo, la existencia del ttulo material no solamente podr
acreditarse a travs de la documentacin pblica exigida para la inscripcin del
acto o derecho..., los documentos privados de fecha cierta tambin pueden
acreditar fehacientemente la existencia de la causa o razn jurdica de los
derechos objeto de inscripcin
COMENTARIOS
I.

INMATRICULACIN DE PREDIOS

Sin entrar en las discusiones doctrinarias relativas a las diferencias que


existiran entre inmatriculacin y primera de dominio (1), y considerando que en
nuestro sistema registral la inmatriculacin de un predio implicar la primera
inscripcin de dominio, podemos definir a la inmatriculacin como el ingreso de
un predio en el registro, entendida como aquel asiento que carece de soporte
causal en otro anterior. Segn expresan, Jos Luis Lacruz Berdejo y Francisco
de Ass Sancho Rebullida, significa un lmite inicial a la exigencia del tracto
sucesivo (2).
Es decir, la inmatriculacin constituye una excepcin al principio registral
de tracto sucesivo, pues la inscripcin que se practique no podr emanar o
adecuarse a ninguna otra inscripcin efectuada con anterioridad. La
inmatriculacin ser la primera inscripcin del predio en el registro y por ello
constituir su partida de nacimiento. Por lo tanto, constituye un requisito
imprescindible para la inmatriculacin de un predio que el mismo no se
encuentre total o parcialmente inscrito.
La inmatriculacin determina la apertura de una partida registral para un
determinado predio en virtud al principio de especialidad consagrado en el
artculo IV del Ttulo Preliminar del Reglamento General de los Registros
Pblicos (3), principio que sustenta el orden en la incorporacin de los actos o
derechos al Registro de Predios, permitiendo que en la partida correspondiente
se organicen los derechos y actos que sobre dicha unidad inmobiliaria
recaigan, determinando de ese modo su situacin jurdica.
El artculo 2018 del Cdigo Civil determina los requisitos necesarios para
la inmatriculacin de un inmueble, sealando que deben exhibirse ttulos por un
perodo ininterrumpido de cinco aos o, en su defecto, ttulos supletorios.
Adicionalmente, tratndose de predios urbanos (4), deber cumplirse con los
requisitos especiales establecidos en el D.S. N 002-89-JUS, cuales son, la
copia del plano catastral emitido por la Oficina de Catastro Distrital
debidamente autenticado por el profesional autorizado para el efecto y el
cdigo catastral con el que se identifica el lote donde se encuentra el predio
materia de inscripcin, rea del terreno y rea construida expresadas ambas en
metros cuadrados y con aproximacin de dos cifras decimales.
Cabe sealar que los requisitos contenidos en el mencionado decreto
supremo no sern exigibles cuando se solicite la inmatriculacin de predios en
el procedimiento de regularizacin de edificaciones conforme lo dispone el
artculo 6 de la Ley N 27333.
De lo expuesto precedentemente se concluye que los requisitos para la
inmatriculacin de un predio son los siguientes:
a)

Que el predio no se encuentre total o parcialmente inscrito.

b)
Que se presenten ttulos de dominio por un perodo ininterrumpido
de 5 aos o en su defecto ttulos supletorios (5).

c)
Que se cumpla con los requisitos especiales en el caso de que el
predio sea de naturaleza urbana.
II.

TTULOS QUE SUSTENTARN LA INMATRICULACIN

La doctrina clasifica a los ttulos en materiales y formales. As, seala


Antonio Manzano Solano (6) que cuando se habla de ttulo en sentido material,
se hace referencia a la causa o razn jurdica originadora del derecho
inscribible: compraventa, donacin, permuta, etc., y que en cambio, el ttulo
formal debe relacionarse con el documento que contiene aquella causa.
En nuestro sistema registral las inscripciones se efectan en mrito a
instrumentos, privilegindose a los instrumentos pblicos sobre los privados, tal
como lo establecen el artculo 2010 del Cdigo Civil y el artculo III del Ttulo
Preliminar del Reglamento General de los Registros Pblicos, normas que
recogen el denominado principio de titulacin autntica. Ello nos lleva a la
conclusin de que cuando el artculo 2018 del Cdigo Civil exige que se
exhiban ttulos que tengan una antigedad de cinco aos, se est refiriendo al
ttulo en sentido formal, ms an cuando son estos los nicos susceptibles de
ser exhibidos (7).
Abona a favor de la conclusin precedente, la definicin de ttulo que
para efectos registrales contiene el artculo 7 del Reglamento General de los
Registros Pblicos, segn el cual, ttulo es el documento o documentos en que
se fundamenta inmediata y directamente el derecho o acto inscribible y que,
por s solos, acreditan fehaciente e indubitablemente su existencia.
Como se ha expresado, para el registro, la existencia del ttulo material
se acredita necesariamente a travs del ttulo formal, el mismo que
generalmente debe adoptar la forma de instrumento pblico, salvo disposicin
en contrario que permita la inscripcin en mrito a documentos privados de
fecha cierta (8). Sin embargo, si bien tanto el ttulo material como el ttulo
formal se entienden otorgados en la misma fecha debido a que con este ltimo
se puede acreditar la existencia del ttulo material, puede ocurrir, como en
efecto casi siempre ocurre, que el ttulo material se origine con anterioridad al
ttulo formal. Ello debido a que la gran mayora de actos jurdicos susceptibles
de generar derechos inscribibles no tienen una formalidad determinada cuyo
incumplimiento se sancione con nulidad, sino que bastar el mero
consentimiento de las partes para que queden perfeccionados, tal como lo
prescribe el artculo 1352 del Cdigo Civil. Ms an, el solo consenso
generador de obligaciones conlleva la transmisin del derecho de propiedad
sobre inmuebles a tenor del artculo 949 del Cdigo sustantivo.
No obstante, resultar irrelevante para el registro que el ttulo material se
haya generado anteladamente con el solo consentimiento de las partes si ello
no se puede probar mediante el respectivo ttulo formal. Ello implica que si bien
lo sustantivo para las inscripciones es el ttulo material generador de los
derechos inscribibles, para que aquellos derechos puedan acceder al registro
deber contarse con el vehculo adecuado que permita probar su existencia,
cual es el ttulo formal, el mismo que para que pueda ingresar al registro

requiere adems adoptar la forma de instrumento pblico, salvo disposicin


distinta.
III.

ANTIGEDAD DE LOS TTULOS

Respecto al plazo exigido por el artculo 2018 del Cdigo Civil, la


exposicin de motivos oficial (9) expresa que el mismo es bastante menor al
sealado en el artculo 1046 del Cdigo Civil de 1936 y que dicha reduccin
obedece a la disminucin del plazo practicado en el artculo 950 del Cdigo
Civil, que establece en cinco aos el plazo de la prescripcin adquisitiva con
justo ttulo y buena fe. Ello implica que la exigencia de que el ttulo acreditativo
de dominio tenga una antigedad de por lo menos cinco aos, tiene por
finalidad que el derecho invocado est plenamente consolidado y firme.
Debe tenerse en cuenta que el artculo 2018 del Cdigo Civil seala
como requisitos para la primera inscripcin de dominio a la exhibicin de ttulos
por un perodo ininterrumpido de cinco aos o ttulos supletorios. Es decir, para
la primera inscripcin de dominio sustentada en ttulos supletorios no se le
exige la antigedad de cinco aos.
Ttulo supletorio es el ttulo de propiedad que puede obtener el
propietario de un bien que carece de documentos que acrediten su derecho.
Dicho ttulo podr obtenerse a travs de un proceso judicial conforme a las
reglas contenidas en el artculo 504 y siguientes del Cdigo Procesal Civil o
mediante un procedimiento notarial como asunto no contencioso, segn el
trmite previsto por la Ley N 27333.
Al ttulo supletorio no se le exige tener la antigedad de cinco aos en
razn a que, en el proceso judicial, se demuestra la propiedad del bien. As,
quedando demostrada en el proceso judicial la propiedad del bien, no ser
necesario que transcurra el plazo de cinco aos que se requerir para adquirir
la propiedad por prescripcin adquisitiva. Por lo tanto, este plazo se exige a
aquellas adquisiciones en las que existe duda respecto a si el derecho de
propiedad se adquiri de quien ostentaba la calidad de propietario, pues
transcurrido el plazo de cinco aos desde la adquisicin, si no se adquiri el
derecho de propiedad de quien era propietario, se adquiere la propiedad por
prescripcin adquisitiva.
En consecuencia, la antigedad de cinco aos exigida a los ttulos tiene
por objeto acreditar que la adquisicin tiene una antigedad de cinco aos.
Para demostrar que la adquisicin tiene la antigedad de cinco aos, no se
requerir que conste en instrumento pblico, bastando con que conste en
instrumento privado de fecha cierta. Sin duda alguna, el ttulo que se requerir
para inscribir la primera de dominio ser un instrumento pblico, pero el
instrumento pblico no requerir tener la antigedad de cinco aos. As, debe
distinguirse entonces entre el ttulo que debe exhibirse conforme al artculo
2018 del Cdigo Civil y que requiere tener una antigedad de cinco aos, que
podr ser un instrumento privado de fecha cierta, y el ttulo que dar mrito
para la inscripcin, que deber ser un instrumento pblico conforme al artculo
2010 del Cdigo Civil, y que no requerir tener una antigedad de cinco aos.

Ello nos conduce a la conclusin de que el sustento para exigir que para
la inmatriculacin se exhiban ttulos con una antigedad de cinco aos es que
solamente a travs de los mismos podr acreditarse frente a terceros y ante el
registro en particular, la existencia del ttulo material. Sin embargo, la existencia
del ttulo material no solamente podr acreditarse a travs de la documentacin
pblica exigida para la inscripcin del acto o derecho, pues tal como se ha
pronunciado el Tribunal Registral en reiterada jurisprudencia, los documentos
privados de fecha cierta tambin pueden acreditar fehacientemente la
existencia de la causa o razn jurdica de los derechos objeto de inscripcin.
En tal sentido, ser posible que mediante documentacin de fecha
cierta, ya sea privada o pblica, se acredite que se cumpli con el requisito de
la antigedad requerida de cinco aos. Tal es el caso de la escritura pblica
que no tiene la antigedad de cinco aos; sin embargo, contiene inserta la
minuta de compraventa cuya legalizacin de firmas cumple el mencionado
plazo y por tanto constituye un documento que acredita fehacientemente que la
adquisicin tiene la antigedad requerida.
IV.

CONCLUSIN

En nuestra opinin, resulta procedente la inmatriculacin de un predio en


mrito a un instrumento pblico que no tenga la antigedad de cinco aos, si
obra inserto en l, documento de fecha cierta que acredita que la adquisicin
del derecho de propiedad tiene la antigedad de cinco aos.
Lima, octubre de 2003

ALGUNAS CONSIDERACIONES REFERENTES


REGISTRAL (Fernando Tarazona Alvarado (*))

LA

FE

PBLICA

(El principio de la fe pblica registral) surge como un remedio para efectos de


que el registro cumpla con su finalidad, cual es la de dar publicidad jurdica o
material es decir, con efecto erga omnes, respecto de los actos y contratos
registrados, y de esta forma, los contratantes puedan adquirir derechos
confiados en la informacin proporcionada, reduciendo de esta manera los
costos de transaccin..., para efectos de cumplir en forma adecuada con la
finalidad de dicho remedio, es necesario interpretar, para que el adquirente
sea tercero registral, que la buena fe exigida se d solamente al momento de la
contratacin, y no en la etapa de la inscripcin; y que las causas que dan
mrito a la nulidad, rescisin o resolucin del ttulo del transferente no se
desprendan de los asientos de inscripcin, no importando la informacin
contenida en los ttulos que les han dado mrito
COMENTARIOS

I.

INTRODUCCIN

Muchas veces se presentan circunstancias en las cuales quien dispone


de un bien no es su titular. Por ejemplo, A vende una casa a B, pero B no
inscribe su derecho en el registro. Posteriormente A, aprovechando esta
situacin, vende la misma casa a C, y este lo inscribe.
Esta situacin se da a diario en nuestro pas debido a que, en materia de
transferencia de propiedad inmueble, se ha optado por el sistema espiritualista
o francs. As, se puede apreciar del artculo 949 (1) que para que opere la
transferencia de la propiedad inmueble, basta que exista la obligacin de
transferir. En consecuencia, la inscripcin registral es solo declarativa.
Frente a dicho sistema de transferencia de propiedad, se encuentra el
sistema alemn, en el cual no basta la sola existencia de la obligacin de
transferir para que esta se produzca (ttulo), sino que tambin se necesita la
presencia del modo, el cual se encuentra materializado por la inscripcin en el
registro. En este caso, la inscripcin es constitutiva.
En los sistemas donde la inscripcin es declarativa, como el nuestro, se
presenta en consecuencia el riesgo de que quien aparezca en el registro como
titular de un determinado derecho, en la realidad ya no tenga tal derecho.
Para hacer frente a dicha situacin, que por dems resulta ineficiente
para la sociedad porque eleva los costos de transaccin, se ha recogido la
institucin de la fe pblica registral, que se encuentra contemplada en el
artculo 2014 del Cdigo Civil (2). Esta viene a ser una excepcin al principio de
que nadie puede transferir ms derechos del que posee, por cuanto legitima al
adquiriente de un derecho, basado en la informacin contenida en registro,
aunque en la realidad el transferente no sea el actual titular del mismo.
Se ha recogido esta institucin por cuanto se haca necesario fortalecer
al registro en su funcin de ser un organismo creado para dar una adecuada
publicidad de los diversos actos y derechos existentes inscritos. En
consecuencia, la nica manera de fortalecer dicha publicidad era hacindola
confiable, de tal manera que los contratantes no tengan que estar
comprobando la verosimilitud de la informacin proporcionada.
Sin embargo resulta importante determinar los alcances de este
principio, porque dependiendo de ello, se va a cumplir o no con dicha finalidad.
II.

CONCEPTO

Se la puede definir como aquel principio que propende a la proteccin de


los terceros que han adquirido un derecho sobre la base de la informacin
proporcionada por el registro y han inscrito su derecho.
Garca Garca (3) seala, refirindose a este principio, que es ... aquel
principio hipotecario en virtud del cual el tercero que adquiere en base a la

legitimacin dispositiva de un titular registral es mantenido en la adquisicin a


don domino que realiza, una vez que ha inscrito su derecho, con los dems
requisitos exigidos por la ley.
Es precisamente la existencia de este principio la que permite al registro
cumplir su funcin primordial, cual es la de dar publicidad de los actos y
situaciones jurdicas configuradas en la realidad extrarregistral y que han tenido
acceso al registro, con oponibilidad erga omnes.
Dicha publicidad genera que los terceros conozcan acerca de la
ocurrencia o constitucin de una determinada titularidad jurdica. Ello va a
determinar que se generen dos efectos principales: por un lado, que el derecho
inscrito sea oponible a los terceros; y, por otro lado, que el tercero que contrata
e inscribe su derecho no se vea perjudicado por circunstancias que no constan
en el registro.
La no existencia de este principio determinara que no haya confianza en
la informacin contenida en el registro, situacin que elevara los costos de
transaccin, debido a que los terceros tendran que averiguar en forma previa
si los datos suministrados por el registro corresponden a la realidad
extrarregistral.
Figura central del mencionado principio lo constituye el tercero registral,
quien es aquella persona que recibe la proteccin del Estado en lo que
respecta al mantenimiento de su derecho, aunque se anule, rescinda o
resuelva el de su transferente por virtud de causas que no constan en el
registro.
III.

EL TERCERO REGISTRAL

1.

Concepto

El tercero registral es aquel que resulta protegido por el ordenamiento


jurdico en el sentido de que mantiene su derecho inscrito en el registro cuando
el de su transferente se ha anulado, rescindido o resuelto en mrito a causas
que no constan en el registro
Al respecto Roca Sastre (4) seala que ... es el tercer adquirente por
negocio jurdico del dominio de inmuebles o derechos reales limitados sobre los
mismos, que en funcin del registro inexacto es mantenido en su adquisicin
por la fe pblica registral , siempre que concurran las dems circunstancias
exigidas por la ley para tal proteccin.
Hay que diferenciarlo del tercero civil, por cuanto este se refiere a
aquella persona que no es parte en una relacin jurdica determinada, por lo
tanto no debe ser afectada por las consecuencias que se puedan generar en
dicha relacin. Por consiguiente, se trata de cualquier persona ajena a una
relacin jurdica, a diferencia del tercero registral, que es aquella que rene
determinadas condiciones, sealadas en la legislacin, para que se constituya
como tal.

De acuerdo con el artculo 2014, para que el tercer adquiriente merezca


la proteccin del derecho, es decir, para que se le considere tercero registral,
es necesario que rena determinados requisitos, a saber: que tenga buena fe,
que contrate a ttulo oneroso, que del registro no se desprenda la causa que
dio origen a la nulidad, anulacin o rescisin del derecho del transferente, y que
inscriba su derecho en el registro.
A continuacin se va a tratar cada uno de ellos.
2.

Buena fe

Se menciona en el artculo 2014 que el tercero que contrata sobre la


base de la informacin que le proporciona el registro debe de tener buena fe.
Sin embargo no define qu debemos de entender por buena fe.
Al respecto, en doctrina se establece que dicha buena fe tiene dos
aspectos: uno negativo y uno positivo.
Conforme al aspecto negativo, la buena fe consiste en el
desconocimiento de la existencia de una inexactitud registral, es decir, de que
la realidad registral discrepa de la extrarregistral.
Garca Garca (5), siguiendo esta concepcin de la buena fe, la define
como el ... desconocimiento de una inexactitud registral (...). Por tanto, se trata
de un desconocimiento de situaciones de trascendencia real inmobiliaria nicas
que dan lugar a una inexactitud registral. Los pactos meramente obligacionales
en nada afectan a la buena o mala fe.
Sin embargo al lado de esta concepcin existe la positiva, la cual se
encuentra vinculada con una creencia. Segn esta concepcin, la buena fe
consiste no solamente en el desconocimiento de la inexactitud registral, sino
adems en la creencia de que el titular registral efectivamente lo es.
En este sentido se pronuncia Vallet de Goytosolo, citado por Garca
Garca (6) cuando dice que ...la buena fe del tercer adquiriente es aquella
creencia fundada en la inscripcin a favor del transferente de que este es el
titular real y puede disponer de dicho derecho. Y en nota aade: No nos
parece suficientemente tcnico el concepto generalmente dado de la buena fe,
hacindola equivalente al desconocimiento o ignorancia de la inexactitud
registral. En primer lugar por su carcter meramente negativo y, por otra parte,
porque no refleja con suficiente grafismo el proceso psicolgico caracterstico
del concepto estudiado.
De la redaccin del artculo 2014 se desprende que se recoge el aspecto
negativo, por cuanto se menciona que La buena fe del tercero se presume
mientras no se pruebe que conoca la inexactitud del registro. Sobre el tema,
en la Exposicin de Motivos Oficial del Cdigo Civil se seala que La buena fe
que se le exige a una persona a efectos de constituirse en tercero registral, es
la de ignorar la existencia de inexactitud en lo publicado por el registro. (...) En

otros trminos, si en verdad existen razones de nulidad, rescisin o resolucin,


que no aparecen del registro, ellas deben ser adems desconocidas por quien
pretende ampararse en el principio estudiado.
Sin embargo, resulta evidente que ambos aspectos de la buena fe se
encuentran ntimamente vinculados por cuanto la creencia en la vigencia del
derecho del titular registral se basa en el desconocimiento sobre la existencia
de algn tipo de inexactitud o falta de concordancia entre la realidad registral y
la extrarregistral.
Se discute si la falta de conocimiento acerca de la existencia de
inexactitud registral lleva consigo necesariamente a la creencia de que al titular
registral le corresponde efectivamente el derecho del que dispone. Sin
embargo, no hay que perder de vista que lo principal es el desconocimiento
acerca de la existencia de inexactitud registral y no tanto la creencia en el
derecho.
Como lo destaca Garca Garca (7), ...hay que centrar el concepto de
buena fe en el problema del desconocimiento y no en el de la creencia. Todo
ello sin perjuicio de que normalmente el desconocimiento lleva consigo de
modo correlativo un estado de creencia. Pero esto ser una consecuencia y
no el concepto definitorio. Este lo constituye nicamente el desconocimiento.
Se suele discutir si la buena fe exigida debe de persistir hasta el
momento en que se ingresa el ttulo al registro, o si solo es exigible hasta el
momento de la adquisicin del derecho.
Como exponentes de la primera posicin tenemos a Sanz Fernndez,
mencionado por Dez-Picazo (8), quien piensa que ... la buena fe ha de
tenerse en el momento en que el adquiriente lleva a cabo su inscripcin en el
registro, pues, por hiptesis, su adquisicin es una adquisicin a non domino
que solo en ese momento se realiza y solo a partir de ese momento despliega
su manto protector el artculo 34 (de la ley hipotecaria).
Sin embargo la posicin mayoritaria es la que entiende que la buena fe
se debe de determinar al momento de la adquisicin del derecho, debido a que
es en ese momento en que el tercero toma la decisin de adquirir el derecho, a
partir de la informacin obrante en el registro.
Exigir que este desconocimiento se mantenga hasta la fecha en que se
ingresa el ttulo al registro sera agregar una incertidumbre en las
transacciones, situacin que conllevara a un aumento de los costos de
transaccin, por cuanto el tercero que ya ha contratado basado en la
informacin registral, vera burlada esta seguridad si posteriormente se entera
de una causal de nulidad, rescisin o resolucin.
Al respecto seala Dez-Picazo (9), comentando el artculo 34 de la ley
hipotecaria, que nosotros creemos como la doctrina general que la buena fe
hay que referirla al momento de celebracin del negocio adquisitivo sin que
tenga que perdurar hasta el momento de la inscripcin. Ello se deduce, a

nuestro juicio, de la razn de fondo de la proteccin del artculo 34, que es la


proteccin de la fe pblica y del trfico jurdico, que ha de cristalizar por
consiguiente en el momento en que el acto de trfico o de comercio se lleva a
cabo.
La buena fe se presume, por lo que queda a cargo del perjudicado
demostrar que el tercer adquiriente tena conocimiento de la existencia del
defecto del ttulo del disponente. Sin embargo, si del registro consta aquella
circunstancia que posteriormente va a dar lugar a la nulidad, resolucin o
rescisin del ttulo del transferente, entonces, en este caso no ser necesario
que se pruebe la mala fe del adquirente, en razn de que al momento de
contratar, este tuvo conocimiento de dicha situacin y, por lo tanto, ya no tena
buena fe. Por ejemplo, si A compra un inmueble a B, estando registrada en la
partida del predio una demanda de reivindicacin de C contra B, entonces A
contrata sin tener buena fe.
Sobre el particular, la Corte Suprema se ha pronunciado, al resolver el
recurso de Casacin N 3312-98, en el sentido de que ... el glosado artculo
dos mil catorce del Cdigo Civil, exige para constituirse como tercero registral,
la inscripcin de su adquisicin en el registro, lo que no ha sucedido en el
presente caso, puesto que los esposos demandados (...) inscribieron su
contrato de compraventa, cuando la demandante (...) tena ya inscrita su
demanda sobre nulidad de acto jurdico tanto contra estos como contra su
esposo (...); por lo que es obvio admitir que los esposos demandados han
perdido frente a la actora su condicin de tercero registral.
3.

Adquisicin del derecho a ttulo oneroso

En el artculo 2014 se pone como requisito para que el tercero reciba la


proteccin de la fe pblica, que su adquisicin haya sido a ttulo oneroso. Por lo
tanto, los que adquieren un derecho a ttulo gratuito no se encuentran
amparados por la fe pblica.
El argumento que se da para proteger solamente al que adquiere en
forma onerosa es el de que solo en estos casos el adquirente experimenta
disminucin de patrimonio, situacin que no se presenta en el caso del
adquirente a ttulo gratuito. Es ms, en este ltimo caso se dice que es
preferible proteger el derecho del titular extrarregistral, en razn de que de no
hacerlo, experimentara una disminucin de su patrimonio.
Este requisito ha sido criticado por un sector de la doctrina. Galindo y
Escosura, citados por Garca Garca (10), sealan que esa distincin ... deja
en incierto los derechos de los adquirientes por ttulo gratuito, que es al fin y al
cabo tan respetable como el oneroso; y aadindose, que si bien el donatario o
el heredero no desembolsaron cantidad alguna ni se privaron de nada al
adquirir el inmueble, esta adquisicin hizo variar su fortuna y contando con ella
contrajeron acaso compromisos que no les sera fcil cumplir, originndoseles
perjuicios incontestables, que no es justo que sufran por la apata del
verdadero dueo.

4.
No se desprendan del registro causas que anulen, rescindan o
resuelvan el ttulo del transferente
Mediante el principio de fe pblica registral se busca, como se seal,
proteger al tercero que confiando en la informacin contenida en los registros
contrata y adquiere un derecho, aunque dicha informacin sea errnea, es
decir, no se corresponda con la realidad extrarregistral.
Teniendo en cuenta que la finalidad fundamental del registro es la de
publicitar situaciones jurdicas y derechos, con efecto erga omnes, y dado que
en un sistema declarativo dichas situaciones jurdicas y derechos se
constituyen extrarregistralmente, es perfectamente posible que exista un
desfase entre esta realidad extrarregistral y la registral, mxime cuando la
inscripcin no es obligatoria.
Entonces frente a esta situacin resulta imperativo proteger al tercero
que contrata confiado en la informacin contenida en el registro, a pesar de que
la realidad extrarregistral sea otra, en razn de que de lo que se trata es de
fortalecer al registro como institucin de publicidad jurdica, y de esta forma dar
seguridad jurdica, con la consiguiente disminucin de los costos de
transaccin.
Al respecto, Garca Garca (11) seala que se trata de ... otra
manifestacin del requisito general consistente en la necesidad de que resulte
del registro la facultad o legitimacin de disponer del transmitente, lo que se
manifiesta no solo en la existencia de la previa inscripcin a favor del
transmitente (aspecto positivo del requisito), ..., sino en la inexistencia en el
registro de causas de nulidad o de resolucin contrarias a la facultad de
disposicin (aspecto negativo del requisito).
Entonces, en la medida en que no se desprendan del registro algunas de
estas causales, el adquiriente mantiene su derecho (12).
Sin embargo, existe discusin sobre los alcances del trmino registros
pblicos: para una primera posicin, por medio de la misma solo se hace
alusin a los asientos contenidos en la partida; y para una segunda posicin,
tambin se comprenden los ttulos que han dado mrito a la inscripcin de
dichos asientos, y que se encuentran archivados en la oficina registral.
Esta discusin tiene lugar debido a que en el derecho peruano, a
diferencia de otras legislaciones, el registro conserva los ttulos que han dado
mrito a las inscripciones, los mismos que corren archivados en la Oficina
Registral, dndose tambin publicidad de ellos, conforme se indica en el inciso
b) del artculo 127 del Reglamento General de los Registros Pblicos, aprobado
mediante Resolucin del Superintendente Nacional de los Registros Pblicos
N 195-2001-SUNARP/SN del 19 de julio de 2001 (13). Esto se da debido a
que conforme a nuestro procedimiento registral se deben archivar los ttulos
que han dado mrito a la inscripcin (14).

Por ello se comprende en cierta manera la confusin originada,


confusin que ha llevado a nuestros tribunales y a un sector de la doctrina a
entender que la publicidad registral se extiende tambin a los ttulos
archivados.
Sobre el particular, en la Exposicin de Motivos Oficial del Cdigo Civil
se seala que ... limitar la aplicacin del principio de fe pblica registral al solo
contenido del asiento, tendra lgica si el pblico y en particular el que pretende
ser tercero, tuviera acceso solamente a los asientos. Sucede, sin embargo, que
tenemos acceso tambin a los libros, ttulos archivados, ndices y dems
documentos, lo cual puede permitir que la publicidad y sus distintas
manifestaciones puedan extenderse al concepto ms general del trmino
inscripcin, esto es, a todo lo que tiene acogida en el registro y no solo al
trmino restringido de asiento.
A nivel de la jurisprudencia de la Corte Suprema, se sigue el criterio de
que las causas que anulen, rescindan o resuelvan el ttulo del transferente no
solo no deben de constar en los asientos de inscripcin, sino que tambin es
necesario que no se desprendan de los correspondientes ttulos archivados.
Por ejemplo en la sentencia del 7 de junio de 1917, la Corte dijo que el
tercero no es amparado porque la nulidad aparece de los mismos documentos
que sirvieron para la inscripcin y en la sentencia del 21 de junio de 1952, que
la inscripcin de la venta de lo ajeno no favorece al tercero, cuando la nulidad
aparece de los mismos documentos que sirvieron para la inscripcin (15).
Nosotros discrepamos de esta posicin y creemos que la publicidad
registral comprende solamente a los asientos de inscripcin. Fundamentamos
ello en razn de que en nuestro sistema registral se ha optado por el principio
de inscripcin como tcnica registral, segn se desprende del artculo 2010 del
Cdigo Civil, que seala que la inscripcin registral se hace en virtud de ttulo
que conste en instrumento pblico, salvo disposicin contraria. Asimismo, ello
se desprende de los artculos 1, 31, 48 y 50 del Reglamento General de los
Registros Pblicos.
Mediante el sistema de inscripcin, el registrador, previa calificacin de
su legalidad, extrae del ttulo aquellos elementos que merecen ser publicitados
con efectos erga omnes, y los incorpora a la partida mediante un asiento. En
este sentido se diferencia del sistema de transcripcin, en donde se copia todo
el contenido del ttulo, as como del de archivamiento, donde el registrador se
limita a archivar los ttulos que le son presentados, formando legajos.
Al respecto Manzano (16) seala que Aceptado el principio de
inscripcin como tcnica para la formacin del contenido registral, dentro del
trmite de calificacin y con arreglo a las exigencias de la ley, lo que se registra
es lo que se debe publicar, y se publica todo lo que satisface a las exigencias
de la seguridad jurdica, el crdito territorial, el trfico inmobiliario, etc..
Siguiendo igualmente con Manzano (17), para quien el asiento registral
puede definirse como ... estructura formal y autntica, conformada en los libros

del Registro de la Propiedad, en la que se recogen las circunstancias


publicables de los derechos inscribibles: su constitucin, modificacin o
extincin. Aunque haya de ajustarse a requisitos formales y de autenticidad
determinados, lo que tipifica al asiento registral es que busca sustancia jurdica
publicable.
Por consiguiente, solamente la informacin contenida en los asientos
registrales va a gozar de la publicidad registral.
Lo acabado de afirmar se desprende del artculo 2012 (18), que regula la
publicidad registral, en el sentido de que se establece la presuncin de
conocimiento de los asientos de inscripcin; y del artculo 2013 (19), que
recoge el principio de legitimacin, mediante el cual se establece la presuncin
de validez del contenido de los asientos registrados, salvo que sean
rectificados o anulados por el Poder Judicial.
Por lo tanto, al gozar solamente la informacin contenida en los asientos
de inscripcin del efecto erga omnes (artculo 2012) y de la presuncin de
validez (artculo 2013), carece de sentido exigirle al contratante que tenga que
verificar, en forma adicional, los ttulos que han dado mrito a dichas
inscripciones, para que se constituya en tercero registral.
Si bien es cierto que los contratantes pueden tener acceso a los ttulos
archivados y de esta manera detectar incongruencias con el asiento de
inscripcin, debe sealarse que este trmite no les resulta exigible, por cuanto
mientras el asiento no sea rectificado, dicho error no les va a ser oponible, en
razn del principio de legitimacin de los asientos, salvo que sean rectificados.
Al respecto, en el Reglamento General de los Registros Pblicos se
regula el procedimiento de rectificacin de los asientos, sealndose en su
artculo 86 (20) que dicha rectificacin va a tener vigencia a partir de la fecha
en que se realiza.
Habindose sealado, por consiguiente, que la informacin contenida en
el ttulo que dio mrito a la inscripcin, y que no consta en el asiento, no resulta
oponible a las partes, a menos que sea incorporada mediante una rectificacin
del asiento, resulta necesario, entonces, determinar la naturaleza de la
publicidad que se hace de estos ttulos. Definitivamente no es jurdica, debido a
que esta funcin la cumple el asiento de inscripcin, por cuanto el principio de
legitimacin solamente se encuentra referido a los asientos de inscripcin. Por
lo tanto su carcter es ms bien de tipo administrativo, debido a que su
contenido no va a producir eficacia sustantiva, es decir no va a producir efecto
erga omnes, mientras no sea incorporado al asiento.
Esto es as porque el registrador ya ha incorporado en el asiento los
elementos del ttulo que va a tener eficacia material. Por lo tanto, la informacin
contenida en el ttulo archivado solo va a servir para uso interno de la oficina,
como medio de almacenar datos, pero no va a producir la eficacia erga omnes,
propia de la publicidad jurdica registral.

Al respecto resulta ilustrativa la distincin que hace Amors Goslvez


(21), mencionada por Manzano, sobre la distincin entre los registros jurdicos
y los administrativos, en el sentido de que ... descansa, al menos, en dos
notas: la publicidad y la eficacia sustantiva. Los primeros son registros con
eficacia material o sustantiva sobre los derechos de las personas y su valor en
el trfico jurdico inmobiliario. Son instrumentos de publicidad jurdica, tal como
queda definida, es decir, como expresin de la verdad jurdica oficial afectante
a los bienes inmuebles que, como tal, se impone a todos y produce
consecuencias jurdicas por s misma en el orden sustantivo. Los segundos
persiguen una finalidad ms limitada: archivo o coleccin de datos,
generalmente para uso interno de la administracin, con efectos estadsticos,
fiscales, informativas, etc. Pero las presunciones de exactitud e integridad que
se predican respecto a los registros jurdicos, no alcanzan a los registros
administrativos.
Por otra parte, existe otra consideracin para entender que la publicidad
registral no se extiende al ttulo archivado y esta es de carcter econmico.
Definitivamente los costos de transaccin se elevaran innecesariamente
debido a que el tercero no solo tendra que informarse del contenido de los
asientos de inscripcin, sino tambin de los ttulos archivados, situacin que
encarecera las transacciones.
En este sentido el Reglamento General de los Registros Pblicos ha
especificado, a nuestro entender de manera correcta, que las causas de la
inexactitud del ttulo del disponente no deben de desprenderse de los asientos
de inscripcin para que sea amparado por el adquiriente, precisndose de esta
forma el concepto genrico de registros pblicos aludido en el artculo 2014 del
Cdigo Civil (22).
5.

Inscripcin del derecho

Para que el tercero que adquiere un derecho del titular registral resulte
protegido por la fe pblica, resulta ineludible que inscriba su derecho en el
registro.
Al respecto Cano Tello (23) seala que el principio de fe pblica se ha
dicho y se repite que protege a los terceros. Esto, sin embargo, no es cierto. El
principio de fe pblica protege tambin al titular registral, puesto que, aunque el
artculo 34 (de la ley hipotecaria espaola), expresin mxima de dicho
principio, se refiere al tercer adquiriente del titular inscrito de buena fe y a ttulo
oneroso, nicamente lo protege cuando, a su vez, ha inscrito su derecho, esto
es, cuando se ha convertido en titular registral. La proteccin que le brinda el
principio de fe pblica consiste en proporcionarle una posicin inatacable,
siempre que haya llegado a ostentar la titularidad con los requisitos que la ley
establece.
IV.

CONCLUSIN

A modo de conclusin puede sealarse que el principio de la fe pblica


registral surge como un mecanismo tendiente a corregir un defecto advertido

en los sistemas de inscripcin declarativa, cual es la no necesaria


correspondencia entre la informacin publicitada y la realidad extrarregistral;
situacin que no se presenta en los sistemas de inscripcin constitutiva.
Por consiguiente, surge como un remedio para efectos de que el
registro cumpla con su finalidad, cual es la de dar publicidad jurdica o material
es decir, con efecto erga omnes, respecto de los actos y contratos
registrados, y de esta forma, los contratantes puedan adquirir derechos
confiados en la informacin proporcionada, reduciendo de esta manera los
costos de transaccin.
La efectividad de este remedio, frente a la imperfeccin de nuestro
sistema registral, va a variar de acuerdo con los alcances que se d a los
requisitos exigidos para que el adquiriente se constituya en tercero registral.
De esta manera, para efectos de cumplir en forma adecuada con la
finalidad de dicho remedio, es necesario interpretar, para que el adquirente
sea tercero registral, que la buena fe exigida se d solamente al momento de la
contratacin y no en la etapa de la inscripcin; y que las causas que dan mrito
a la nulidad, rescisin o resolucin del ttulo del transferente no se desprendan
de los asientos de inscripcin, no importando la informacin contenida en los
ttulos que les han dado mrito.

AGENDA PENDIENTE PARA LA PUBLICIDAD REGISTRAL (Martn Luque


Rzuri (*) (**))
En estricto solo es informacin registral aquella que consta en los asientos de
inscripcin (en tomos, fichas o partidas electrnicas), porque solo ellos (no los
ttulos) gozan de los efectos establecidos por los principios registrales de
publicidad, legitimacin y fe pblica registral, segn los artculos I, VII y VIII del
ttulo preliminar del RGRP... Por eso mismo podra discutirse que el reglamento
siga considerando como publicidad registral a los ttulos y las copias de los
ttulos que expide el registro seran ms bien parte de la publicidad
administrativa de la cual tratamos ms adelante, y su autenticacin bien podra
estar a cargo de funcionarios administrativos distintos del registrador
COMENTARIOS
I.

RELEVANCIA DE LA PUBLICIDAD REGISTRAL

La publicidad ha sido un aspecto poco estudiado del Derecho Registral, por eso
resulta interesante hacer una panormica sobre algunos de sus aspectos
menos trabajados en aras de hacer algunas propuestas que ayuden a
convertirlo en el instrumento legal gil e idneo para la toma de decisiones.

Los Registros Pblicos son una fuente de informacin valiosa y la forma


en que se accede a ella es mediante la publicidad registral; cuando alguien
desea comprar o arrendar, o requiere saber qu patrimonio tiene un deudor o
va a iniciar un proceso de prescripcin adquisitiva, etc., se acerca, ya sea
directamente o a travs de su abogado, a leer la partida y para mayor certeza
pide un certificado en el cual el registrador explique cul es la situacin actual
de los inmuebles.
A partir de esa primera aproximacin se toman decisiones
trascendentales que afectan nuestro patrimonio, cualquier error en apariencia
pequeo puede tener consecuencias graves, por eso esta publicidad debe
estar imbuida de ciertas caractersticas:
La publicidad registral debe ser, por lo menos en sus aspectos
esenciales, perfecta, no cabe una publicidad con un 80% o 90% de certeza.
Esto naturalmente no significa que no sea factible que se cometan humanos
errores, solamente que si se cometen y son errores esenciales, esa publicidad
no servir, ni generar seguridad jurdica.
Por otro lado la publicidad debe usar un lenguaje que transmita un
mensaje claro y preciso, es decir entendible si no para todos, por lo menos
para cualquier abogado o para una persona con un manejo mediano del
lenguaje jurdico. El lenguaje ambiguo, oscuro o arrogantemente complicado
(del cual algunos abogados todava gustan), contradice la publicidad porque
constituye una fuente de desinformacin y genera incertidumbre frenando la
toma de decisiones.
Finalmente el acceso a la publicidad debe ser rpido, muchas decisiones
sobre todo en el mundo empresarial deben tomarse dentro de un plazo breve o
simplemente se pierden para siempre.
Estas caractersticas ideales, que parecen sencillas hasta la obviedad,
pueden convertirse en la prctica en un objetivo difcil de alcanzar. A
continuacin exploramos algunas de las dificultades que entraa la publicidad
para buscar posibles soluciones.
II.

QU ES PUBLICIDAD?

El conjunto de medios que se emplean para divulgar o extender o


difundir informacin. Existen una serie de mecanismos: publicaciones, carteles,
pregones, etc.
Esa publicidad tratndose de archivos se hace efectiva no publicando,
sino permitiendo el acceso a los archivos de las entidades pblicas; la
publicidad registral sin embargo goza de efectos especiales que la distinguen
de cualquier otra clase de archivos, por eso resulta pertinente clasificar la
publicidad en dos grupos: publicidad registral y publicidad administrativa.
1.

La publicidad registral

Es aquella que abarca lo que se denomina el archivo registral, el cual


est definido en el artculo 108 del Reglamento General de Registros Pblicos
(en adelante RGRP), enumerando los documentos que forman el archivo
registral:
a)
Las partidas registrales: los asientos registrales al margen del
sistema de almacenamiento de inscripcin que se use (papel o soporte
electromagntico).
b)
Los
administrativos.
c)

ttulos,

es

decir

los

partes

notariales,

judiciales

Los ndices y asientos de presentacin.

Cmo se ha decidido qu informacin integra este archivo registral y


cul es la diferencia con el archivo no registral?
Si intentamos una posible definicin, sera la siguiente: el archivo
registral est formado por toda aquella informacin que se acumule como
resultado del procedimiento registral o que se construya a partir de los asientos
registrales.
El siguiente esquema trata de ilustrar procedimiento registral y puede
facilitar su comprensin:
Vemos que desde que el formulario que contiene la solicitud de
inscripcin es presentado a la oficina de diario, se generan una serie de
documentos: puede ser que haya observaciones, liquidacin, documentos
nuevos que el solicitante adjunta, informes del catastro, etc.; el resultado final
ser, si se cumple con todos los requerimientos, el asiento de inscripcin y los
documentos irn a formar parte del archivo.
En los textos dentro de los recuadros vemos los documentos resultantes
del proceso: libro diario, asientos de inscripcin, ndice y archivo de ttulos.
1) Asiento de presentacin
DIARIO

LIBRO

2) Informe de catastro u otros rganos de apoyo


3) Observacin
4) Liquidacin
5) Apelacin
6) Tacha o inscripcin
INSCRIPCIN

ASIENTO DE
NDICE

ARCHIVO DE
TTULOS
Sin embargo, debemos decir que en estricto, solo es informacin
registral aquella que consta en los asientos de inscripcin (en tomos, fichas o
partidas electrnicas), porque solo ellos (no los ttulos) gozan de los efectos
establecidos por los principios registrales de publicidad, legitimacin y fe
pblica registral, segn los artculos I, VII y VIII del ttulo preliminar del RGRP,
con dichos artculos se puso fin a un largo debate y se modific lo establecido
por alguna jurisprudencia registral (por ejemplo Resolucin del Tribunal
Registral N 437-97-ORLC-TR).
Por eso mismo podra discutirse que el reglamento siga considerando
como publicidad registral a los ttulos, y las copias de los ttulos que expide el
registro seran ms bien parte de la publicidad administrativa de la cual
tratamos ms adelante, y su autenticacin bien podra estar a cargo de
funcionarios administrativos distintos del registrador.
Respecto a los ndices, no se trata de documentos que se hallen
suscritos directamente por el registrador, sino que constituyen una base de
datos en las que se fija (sobre la base del nombre y apellido o razn social)
cules son los inmuebles que aparecen registrados a nombre de cualquier
persona, cules son las denominaciones de personas jurdicas registradas, etc.
Este ndice se va alimentando progresivamente a partir de las inscripciones y
que presenta utilidad por ejemplo para la expedicin de certificados negativos y
positivos de propiedad, pero su valor siempre est subordinado a lo que conste
en las partidas.
Los llamados asientos de presentacin son las sumillas en las cuales
constan los datos correspondientes a los ttulos que ingresan al registro, estos
datos constituyen un diario pero no son suscritos por un registrador, aunque
sern recogidos por este en el asiento de inscripcin que se redacte en su
oportunidad cuando el ttulo se inscriba.
2.

Publicidad de carcter administrativo

Es toda aquella informacin en posesin de los Registros Pblicos no


incluida en la enumeracin del artculo 108 del RGRP, no debemos olvidar que
toda persona puede acceder a la informacin de inters pblico que poseen las
entidades estatales conforme lo establece la Constitucin, artculo 2 inciso 5,
regulado por la Ley N 27806 modificada por Ley N 27927; finalmente la
resolucin de SUNARP N 78-2001-09-24 ha fijado algunas pautas de
procedimiento.
Debe quedar en claro entonces que esta informacin no est imbuida de
las especiales caractersticas que otorgan los principios registrales.
Hasta aqu estamos describiendo brevemente el objeto de la publicidad
registral; sin embargo debemos decir que aunque en principio puede parecer

una labor simple, existen algunas dificultades que pueden limitar la


manifestacin de esta informacin al pblico.
III.

DIFICULTADES Y LMITES DE LA PUBLICIDAD REGISTRAL

1.

Partidas ambigas e indescifrables

El artculo 130 del Reglamento General clasifica los certificados en 2


clases: Literales y compendiosos. Los certificados compendiosos son de
acuerdo con esta definicin los que se otorgan mediante un extracto, resumen
o indicacin de determinadas circunstancias del contenido de las partidas
registrales (1).
Todos estos certificados deben ser un reflejo de las partidas y el
registrador de publicidad debe cuidar que exista esa fidelidad entre certificado y
partida. Qu ocurre cuando la partida no es clara? Una primera solucin
consiste en la obligacin que tiene el registrador que expide el certificado de
hacer las aclaraciones necesarias (artculo 134 del RGRP), pero qu ocurre
cuando el objeto de ese reflejo es tan poco claro que no es comprensible?
La solucin que da el nuevo reglamento a las ambigedades cuando el
problema fluye de la partida misma, consiste en que el registrador no niegue la
expedicin del certificado sino transcriba ntegramente los asientos ambiguos
(artculo 135 del reglamento), de esta manera el usuario recibe la publicidad y
toma conocimiento de la existencia del asiento, aunque no se soluciona el
problema del fondo, para eso la va ser hacer un pedido de rectificacin del
asiento debidamente fundamentado.
En otros casos, el problema puede partir de una falla anterior incluso a la
calificacin registral, esto suele ocurrir con la inscripcin de algunas
resoluciones judiciales. As, en ocasiones encontramos asientos que son una
transcripcin ntegra de resoluciones judiciales, las cuales pueden ser poco
claras en cuanto a sus efectos o incompatibles con derechos ya inscritos, y de
acuerdo con el artculo 2011 del Cdigo Civil, el registrador debe inscribirlas
bajo responsabilidad, pudiendo pedir solamente aclaraciones.
Existen distintas posibles situaciones al respecto:
a)
En algunos casos los litigantes de un proceso cualquiera quieren
protegerse de cualquier forma accediendo al registro, y el juez ordena inscribir
actos que no son inscribibles, por ejemplo se ha ordenado anotar embargo
sobre el cincuenta por ciento de los derechos y acciones de uno de los
cnyuges cuando el inmueble est a nombre de la sociedad conyugal.
b)
En otros casos se ordena la inscripcin sin tener una visin clara
del estado de la partida, la consecuencia puede ser una partida en la cual
resulta complicado saber quin es el titular del inmueble, porque no se entiende
de la lectura de la partida cul fue la voluntad del juez expresada en la
resolucin y transcrita literalmente en la partida, un ejemplo puede ilustrar la
idea:

Por auto de fecha 11-04-2000, la jueza del ... Juzgado Civil de Lima que
despacha...y Resolucin N ORLC/TR, se procede a inscribir la ejecutoria
suprema de fecha 06/03/2000 en la cual se declara haber nulidad en la
sentencia de vista de fojas quinientos cuarentinueve su fecha tres de mayo de
mil novecientos noventinueve, en cuanto revocando la apelada de fojas mil
cuatrocientos trece, su fecha diecinueve de agosto de mil novecientos
noventiocho, aclarada a fojas mil cuatrocientos treintiuno, declara improcedente
la nulidad de la escritura pblica del tres de enero de mil novecientos noventa,
en consecuencia, REFORMANDO la primera CONFIRMARON la segunda en
dicho extremo, declarando FUNDADA en parte la demanda, en consecuencia
nula la escritura pblica de fecha tres de enero de mil novecientos noventa... y
NULA LA INSCRIPCIN EN EL ASIENTO VEINTITRS ..., sin objeto emitir
pronunciamiento sobre la nulidad del remate y no haber nulidad en los dems
que contiene la sentencia.
La cita precedente constituye copia de un asiento de inscripcin nmero
25, por el cual se declar la nulidad del asiento 23 en el que constaba la
propiedad sobre el inmueble, una de las curiosidades de este caso es que la
resolucin judicial se inscribi como si fuera un gravamen sobre el inmueble,
por qu?, porque en el asiento 24 ya se haba inscrito otro titular de dominio y
este resultaba incompatible con la inscripcin de la sentencia.
Posteriormente, por otra resolucin del Tribunal se corrigi este
problema sealndose que no era un gravamen sino que efectivamente
modificaba el dominio, pero sin dejar en claro cmo operaba esa modificacin,
es decir si tambin se estaba anulando el asiento 24.
La calificacin registral debera (salvo que el problema sea competencia
judicial) incluir la necesidad de explicar con claridad los efectos que tiene la
inscripcin que practica el registrador, caso contrario, cuando hay que publicitar
la situacin actual de la partida esta se puede convertir en un acertijo.
Al inicio nos referimos a la necesaria claridad de la partida; en el ejemplo
citado el registrador inscribe porque est acatando un mandato judicial y
adems una resolucin del Tribunal Registral, pero ms que inscribir, transcribe
toda la resolucin y traslada el lenguaje ampuloso y enrevesado (propio de
muchas sentencias), sin que finalmente se diga explcitamente lo ms
importante: cules son los efectos concretos de la sentencia respecto del
dominio.
Esta clase de inscripciones, si bien logran dar publicidad tal como
ordena el juez, producen una incertidumbre jurdica, lo que contradice uno de
los objetivos del proceso (artculo II del ttulo preliminar del Cdigo Procesal
Civil), y adems del propio registro que debe generar seguridad jurdica y
certeza en cuanto a los derechos, sus titulares y sus alcances.
A nuestro entender en estos casos hay varios problemas por resolver:

Primero, poner lmites efectivos y razonables a las rdenes judiciales en


una norma de rango legal (actualmente existen limitaciones en el Reglamento
General de Registros que fue aprobado por una resolucin de SUNARP) para
que no se llegue a situaciones que publicitan incertidumbre.
Segundo, se requieren mayores y mejores formas de comunicacin
entre registradores y jueces, as como una mayor difusin de lo que realmente
resulta inscribible.
Finalmente, una clara obligacin del registrador (como parte del proceso
de calificacin), no solo de transcribir las sentencias y otros actos sino de
explicar los efectos de su inscripcin.
2.

Los rubros de la partida

La tcnica de inscripcin que usa el Registro de Propiedad consta de


una determinada cantidad de rubros (seis para ser exactos), cada uno de los
cuales contiene una clase de actos: Antecedentes dominiales, descripcin del
inmueble, dominio, gravmenes, cancelacin de gravmenes, anotaciones de
registro personal. Todos los actos que se inscriben deben encajar en alguna de
esas seis categoras.
Esta tcnica sin duda facilita la organizacin y la lectura de las partidas,
pero en ocasiones puede dar lugar a una mala interpretacin de stas, veamos:
a)
Puede colocarse un acto que modifica el dominio como si fuera un
gravamen en cumplimiento de una orden judicial, como en el caso que
reseamos lneas arriba.
Es cierto que mediante Resolucin del Tribunal Registral N 262-2002ORLC-TR se ha establecido por ejemplo que aun cuando la sentencia de
prescripcin adquisitiva se haya extendido en el rubro D, referido a gravmenes
y cargas, ello no enerva la calidad de inscripcin definitiva de dominio que tiene
dicho asiento, por lo que s resulta procedente su traslado al rubro C de la
partida registral, de conformidad con el artculo 83 del Reglamento General de
los Registros Pblicos. Sin embargo, en tanto no se haya hecho el traslado de
rubro, lo que aparece como gravamen seguir publicitndose como un
gravamen porque el registrador competente que calific el ttulo lo consider
como tal. Caso contrario cada vez que se expide un certificado podra
modificarse la situacin del inmueble, y el registador que expide el certificado
no puede ni reemplazar la calificacin del ttulo que se hizo en su oportunidad,
ni tampoco calificarlo por segunda vez.
b)
Tambin porque hay actos que no se ajustan de manera exacta a
esa clasificacin por rubros.
Un ejemplo es el derecho de superficie cuyo uso se est volviendo ms
frecuente en nuestro pas (tenemos un ejemplo en el Jockey Plaza). En
algunos casos se lo inscribe como un gravamen, en otros como parte de la
descripcin del inmueble o finalmente como parte del dominio.

Lo cierto es que la superficie genera una doble propiedad: del terreno y


de la fbrica, ambas pueden ser materia de transferencia e incluso de
gravamen de manera independiente, nosotros creemos que no corresponde
solamente a un rubro: es una carga para el terreno, pero tambin es un
derecho independiente y debe dar lugar a inscribirlo en ms de un rubro o bien
crear un rubro adicional o mejor an crear una partida independiente.
3.

Tiempo de validez de un certificado

Los usuarios de la publicidad suelen preguntar cunto tiempo de validez


tienen los certificados, la respuesta a esa pregunta es: en la medida en que los
certificados acreditan la existencia o inexistencia de inscripciones al tiempo de
su expedicin, son vlidos en tanto que la partida no sufra modificaciones, eso
significa que pueden valer solamente en el instante en el cual son expedidos o
indefinidamente, segn se presenten o no nuevos ttulos que afecten esa
partida (Resolucin N 005-98-SUNARP y artculo 140 del RGRP).
Si quisiramos que los certificados tengan validez por un perodo
determinado sera necesario que la partida quede cerrada por ese plazo, de
manera semejante a lo que ocurre en un bloqueo, pero eso no es posible en
nuestro sistema; un medio que subsana parcialmente este problema es el
acceso a la publicidad en lnea a travs de INTERNET y que permite al
interesado ver la partida en el momento mismo que toma una decisin; por
ejemplo al suscribir la escritura pblica en la notara podra saber si se ha
inscrito cualquier otro ttulo; sin embargo debe tenerse en cuenta que la
informacin en lnea es referencial, no constituye documento pblico vlido
para un procedimiento administrativo o un proceso judicial.
4.

La intimidad como un lmite: tema pendiente de reglamentacin

En principio puede parecer contradictorio que una entidad cuya funcin


es precisamente la publicidad, pueda negar informacin o pueda verse en la
disyuntiva de entregar o negar informacin; la regla en los registros pblicos ha
sido y es entregar siempre toda la informacin. Entre dos valores en conflicto
(seguridad jurdica en la contratacin vs intimidad) el orden jurdico que cre el
registro ha estimado que resulta socialmente ms importante la publicidad que
beneficia la seguridad en la contratacin; como consecuencia de tal
razonamiento, puede entenderse tambin que cuando alguien decide hacer
llegar informacin al registro, implcitamente est aceptando que esa
informacin pueda ser divulgada y conocida por todos.
Esto aparece claramente del artculo II del Ttulo Preliminar del
Reglamento General: El registro es pblico. La publicidad registral formal
garantiza que toda persona acceda al conocimiento efectivo del contenido de
las partidas registrales y, en general, obtenga informacin del archivo registral.
Debemos decir sin embargo que no en todas las legislaciones registrales
ocurre lo mismo; as por ejemplo, en Espaa existen varias restricciones (2):

a)
Legtimo inters.- La Ley Hipotecaria, artculo 221, dice que los
registros sern pblicos para quienes tengan inters conocido en averiguar el
estado de los bienes inmuebles o derechos reales inscritos; el reglamento de
la ley (artculo 332) es ms preciso, seala que debe tratarse de un legtimo
inters si bien establece una serie de presunciones de acceso en favor de
funcionarios pblicos y de las personas que desempean una actividad
profesional o empresarial relacionada con el trfico jurdico de bienes
inmuebles, como entidades financieras, abogados, procuradores, etc.
b)
Por otro lado el sistema espaol no permite un acceso directo sino
a travs de notas informativas o certificaciones redactadas por el registrador.
c)
Adicionalmente los registradores al calificar el contenido de los
asientos registrales, informarn y velarn por el cumplimiento de las normas
aplicables sobre la proteccin de datos de carcter personal (artculo 222
inciso 6). Todo ello en concordancia con el artculo 18 de la Constitucin
espaola y una serie de leyes especiales que se han dictado en el marco de
proteccin de los derechos fundamentales.
La visin espaola naturalmente no tiene que ser la nuestra, pero nos
parece que aun admitiendo que nuestro sistema es distinto y ms abierto,
debemos reconocer que el argumento todo lo que est en el registro pblico
siempre es pblico resulta demasiado simplista si no establecemos una
relacin de medios a fines, la pregunta a contestar es: toda la informacin que
existe en registros pblicos resulta necesaria para conseguir seguridad jurdica
en la contratacin?
Si Pedro quiere celebrar un mutuo con garanta hipotecaria con Juan
Prez, le interesar saber si l es dueo de un inmueble (que garantizar la
deuda), y si ahora est efectivamente divorciado consultar en registro de
propiedad y personal (para que no aparezca la cnyuge a impugnar el
contrato), pero necesita saber que Juan se divorci porque su cnyuge le fue
infiel o que adoleca de impotencia? De ninguna manera. Las consecuencias
de su estado civil sern las mismas en todos los casos, por lo tanto los
registros solo deberan publicitar su estado civil actual sin entrar en detalles
innecesarios.
Cul es el derecho que se estara vulnerando al entregar esa clase de
informacin?
En principio la intimidad, pero adems otro derecho fundamental
consecuencia del primero: El derecho a la autodeterminacin informativa, el
cual pretende satisfacer la necesidad sentida por las personas en las
condiciones actuales de la vida social, de preservar su identidad controlando la
revelacin y el uso de los datos que les conciernen, y protegindose frente a la
ilimitada capacidad de archivarlos, relacionarlos y transmitirlos propia de la
informtica y de los peligros que esta supone (3).
Nuestro sistema jurdico reconoce (aunque imperfectamente) este
derecho a nivel constitucional, artculo 2 inciso 6: toda persona tiene derecho a

que los servicios informticos, computarizados o no, pblicos o privados, no


suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar.
En consecuencia, tericamente cualquiera podra demandar a los
registros para que se abstenga de proporcionar informacin sensible iniciando
un procedimiento administrativo y recurriendo finalmente a la accin de hbeas
data, se trata sin embargo de un derecho poco conocido y del cual las
personas se harn conscientes progresivamente en la medida en que los
cambios tecnolgicos comiencen a afectarlos directa y cotidianamente.
En esa lnea de pensamiento el Reglamento General de Registros
Pblicos introdujo novedades en su artculo 128. En una primera parte dice: La
persona responsable del registro no podr mantener en reserva la informacin
contenida en el archivo registral, con excepcin de las prohibiciones
expresamente establecidas en otras disposiciones.
El nico caso de prohibicin expresa que conocemos est en el
reglamento del registro de testamentos, cuyo artculo 15 dice: Es prohibido
otorgar certificados referentes a inscripciones de este registro, mientras no se
produzca el deceso del testador, salvo que este mediante escrito con firma
legalizada lo pida.
Esta prohibicin se basa en el derecho que tiene el testador a guardar
reserva sobre su ltima voluntad, y es coherente con la Ley del Notariado que
tambin prohbe hacer pblica esa voluntad, razn por la cual se le obliga a
llevar un registro de testamentos independiente y bajo control directo del
notario.
A continuacin, el mismo artculo 128 agrega cuando la informacin
solicitada afecte el derecho a la intimidad, esta solo podr otorgarse a quienes
acrediten legtimo inters, conforme a las disposiciones que establezca la
Superintendencia Nacional de los Registros Pblicos.
De acuerdo con este artculo, el registrador no debera entregar esa
clase de informacin. En principio debemos decir que se trata de una situacin
inusual, la inmensa mayora de los ttulos (compraventa, hipoteca, usufructos,
etc.) tienen un contenido esencialmente patrimonial difcilmente vinculable al
derecho a la intimidad, entonces en qu casos podra ocurrir? Creemos que
se puede presentar bsicamente respecto de algunos actos que se inscriben
en el Registro de Personas Naturales, citemos algunos de ellos:
a)
Resoluciones que declaren la incapacidad y las que limiten la
capacidad de las personas; las causas que generan incapacidad pueden ser
bastante delicadas, por ejemplo: Ebriedad habitual, toxicomana.
b)
Sentencias que impongan prdida de patria potestad, entre ellas
estn: maltratar fsica o mentalmente al menor, darle consejos o ejemplos que
lo corrompan (Cdigo de los Nios y Adolescentes, artculo 75).

c)
Resoluciones que declaren la nulidad del matrimonio por ciertas
causales, tenemos por ejemplo: bigamia, impotencia absoluta, o separacin de
cuerpos y divorcio por causal: adulterio, homosexualidad sobreviniente, etc.
d)
En los testamentos, algunas de sus clusulas carecen de
contenido patrimonial, el artculo 686 del Cdigo Civil seala que son vlidas
las disposiciones de carcter no patrimonial contenidas en el testamento,
aunque el acto se limite a ellas. En ocasiones el testador al disponer sobre sus
bienes explica las muy personales razones de su decisin, ejemplo: No le dejo
mis bienes a fulano... porque me trat muy mal, fue un hijo ingrato..., etc.; en
otros casos, consta el reconocimiento de un hijo extramatrimonial exponiendo
detalles.
En algunas inscripciones antiguas incluso se ha apreciado cierta falta de
tino del registrador al transcribir sentencias en las que se alude (con nombre y
apellido) a hijos ilegtimos .
El procedimiento registral, desde el ingreso del ttulo hasta su
archivamiento, debera considerar estas situaciones y para que se mantenga
reserva sobre la informacin sensible, SUNARP debera desarrollar este
artculo contemplando entre otros aspectos:
a)
Llevar un archivo separado con aquellos ttulos que contengan
informacin sensible con las garantas que corresponden. El artculo 113 del
Reglamento General dice que los ttulos se archivarn por orden cronolgico,
esto es lo que impide llevar un control adecuado sobre la informacin
confidencial como se hace en las notaras con los testamentos.
b)
Designar al registrador que va a hacer la clasificacin, si ser el
que inscribe, o el registrador que expide la publicidad quien decida mantener la
reserva.
c)
Establecer la forma de dar informacin parcial, tachando los
aspectos sensibles.
d)
Podra requerirse escuchar el punto de vista del aludido en
concordancia con el principio de debido procedimiento.
e)
Determinar quines tienen legtimo inters para solicitar esta clase
de informacin.
IV.

CASOS ESPECIALES DE PUBLICIDAD

1.

El certificado o bsqueda catastral

Para poder inmatricular un bien debe saberse primero si este se halla


inscrito a nombre de otro titular (lo cual supone adems que siempre se
presenten planos descriptivos del bien), porque en caso contrario puede
inscribirse un mismo inmueble a nombre de dos titulares generando el

problema conocido como duplicidad de partidas, este problema tambin se


presenta en el registro espaol, el que nuestros primeros reglamentos tomaron
como modelo; Manuel Pea Bernaldo dice que las fincas han venido siendo
inmatriculadas con una insuficiente descripcin topogrfica. Esto ha
determinado que, con mucha frecuencia, no sea fcil concretar sobre el terreno
la finca a que se refiere determinado folio registral, y que incluso hayan sido
frecuentes los casos de doble inmatriculacin de una misma finca (4).
Lo ideal hubiera sido exigir desde la creacin del registro de propiedad,
la presentacin de planos oficiales como un requisito de inmatriculacin, pero
simplemente no se hizo.
Recientemente se ha reparado en la importancia de vincular catastro con
registro de propiedad y por eso aparece la necesidad de un certificado que
acredite ese vnculo, y pese a que no se hace mencin del mismo en ninguno
de los reglamentos de registros pblicos, resulta razonable que se expida no
solo para inmatricular sino porque si alguien tiene un derecho inscrito debe
conocer cul es el bien sobre el que recae ese derecho.
Actualmente en los procesos de prescripcin adquisitiva y rectificacin
de linderos se exige una copia literal o certificacin que acredite que los bienes
no se encuentran inscritos (artculo 505 inciso 3 del Cdigo Procesal Civil), y la
nica forma de hacerlo es con esta clase de certificado. Tambin se exige en el
procedimiento notarial de otorgamiento de ttulo supletorio (artculo 6.3 de la
Ley N 27333).
2.

Ttulos pendientes de inscripcin

Durante mucho tiempo se discuti si era pertinente entregar certificado


respecto de partidas en las que existen ttulos pendientes de inscripcin;
quienes negaban esa posibilidad argumentaban que en la medida en que los
efectos de la inscripcin se retrotraen a la fecha del asiento de presentacin,
resultaba peligroso dar esos certificados. Ilustremos el problema con un
ejemplo:
Si el da 5 de junio entregamos un certificado en el cual se da fe que
sobre el inmueble no existen gravmenes, pero tiene un ttulo de hipoteca
pendiente desde el 30 de mayo, ocurrir que al inscribirse el ttulo,
supongamos el 10 de junio, la hipoteca surtir sus efectos desde el 30 de
mayo.
Era una razn atendible, pero de otro lado tambin est la razn
prctica: existe la necesidad diaria que tienen las personas de utilizar los
certificados para celebrar toda clase de actos jurdicos; adems hay una serie
de partidas sobre las cuales siempre existen ttulos pendientes de inscripcin y
con ese razonamiento nunca podra publicitarse su situacin. Por eso, el
reglamento ha optado por permitir la expedicin de los certificados con ttulos
pendientes, pero al mismo tiempo ha cerrado la posibilidad a cualquier dao
porque el certificado se entregar haciendo la aclaracin correspondiente, de
esta manera quien la recibe sabr tambin que existe la posibilidad de que el

ttulo pendiente se inscriba ms adelante con las consecuencias conocidas


(artculo 140, segundo prrafo del RGRP).
3.

Exhibicin de ttulos en trmite de inscripcin

Ya vimos que los ttulos que se inscriben pasan a formar parte del
archivo registral, pero qu ocurre mientras todava el registrador no ha
decidido su inscripcin?
La respuesta la da el RGRP en su artculo 127 inciso a): aun en ese
caso el pblico tiene derecho a enterarse no solo de su existencia sino de su
contenido.
En cambio, no procede la entrega de copias de ese ttulo en trmite
porque el mismo no se ha integrado an al archivo registral; una vez que el
ttulo es inscrito queda integrado al archivo y solo entonces ser posible
entregar copia certificada del mismo.
Si el ttulo se tacha no ser posible dar copia del mismo, porque al no
quedar en archivo resultara imposible que en el futuro se pueda confrontar
original y copia.
V.

PERSPECTIVAS

En doctrina se distingue entre publicidad material y publicidad formal, la


primera es un principio de cognoscibilidad general que nuestro sistema jurdico
asume como una presuncin (artculo 2012 del Cdigo Civil: Se presume, sin
admitirse prueba en contrario, que toda persona tiene conocimiento del
contenido de las inscripciones); la segunda son los medios por los cuales se
hace efectivo (certificados, manifestaciones). La presuncin siempre es la
misma, pero los medios que son de carcter tcnico evolucionan
constantemente para mejor, acercando esa presuncin a la realidad.
El uso de las nuevas tecnologas trae ventajas cualitativas, algunas de
las cuales ya estamos gozando, como es la publicidad en lnea interconectada
a nivel nacional que permite a cualquier persona (previo pago del servicio)
acceder a travs de INTERNET a todas las partidas que existan en cualquier
oficina registral del pas.
Adems, pronto se implementar la solicitud de certificados va correo
electrnico, aunque el envo se har a travs de la oficina registral de lugar de
la solicitud mediante coordinacin de dos registradores (uno en el lugar donde
se encuentre la partida y otro la del lugar donde se solicita) y siempre utilizando
el soporte papel. As por ejemplo si yo, que vivo en Lima, deseo el certificado
de un inmueble en Iquitos, bastar que se lo solicite al registrador de Lima, el
cual transmitir el pedido a su colega de provincias o viceversa. Falta an
implementar tambin el envo de certificados va telemtica con uso de la firma
digital que, a diferencia de la informacin en lnea, gozaran de las
caractersticas del documento pblico.

Queda tambin por desarrollar el artculo 16 del RGRP: La


Superintendencia Nacional de Registros Pblicos podr autorizar a las Oficinas
Registrales que cuenten con sistemas de archivo compatibles, la presentacin
de ttulos mediante el uso de medios informticos que aseguren su
inalterabilidad, integridad y su incorporacin a archivos magnticos.
Esto significar, cuando se implemente, la aparicin de un archivo
completamente informatizado, prescindiendo del papel y por lo tanto tambin
existir la posibilidad de acceder en tiempo real va INTERNET no solo a las
partidas sino a los propios ttulos de archivo.
La mejora en cuanto claridad y precisin de los asientos registrales (a lo
cual nos referimos al inicio), aunada a la velocidad en la circulacin de la
informacin, que permite el uso de la informtica, pueden abrir paso a un
registro mucho ms efectivo, un pblico usuario mejor informado y, en
consecuencia, a decisiones social y econmicamente ms eficientes.

IMPUESTO PREDIAL Y REGISTRO Debe acreditarse el pago del Impuesto


Predial en el Registro de la Propiedad Inmueble en los casos de sucesiones
intestadas? (Oswald Ayarza Gmez (*))
Debe ser exigible en el registro que se acredite el pago del ntegro del
impuesto adeudado hasta un mes despus de producida la transferencia, y si
como en el presente caso haban transcurrido 42 aos de la muerte del
causante (y como consecuencia de ello, la transmisin de la propiedad a sus
sucesores) no corresponda ya exigir que dichos pagos estn al da, pues la
exigencia de la misma en el ltimo de los casos corresponde a los rganos
administrativos municipales... Debe modificarse el criterio del Tribunal Registral
plasmado en la Resolucin N 064-2003-SUNARP-TR-L del 6 de febrero de
2003, adoptado como precedente de observancia obligatoria en el Tercer Pleno
del Tribunal Registral de la SUNARP..., modificacin que debe ser en el sentido
de que en los casos de transferencias de bienes que ocurran por la muerte de
una persona, el registrador pblico no se encuentra obligado a requerir que se
acredite el pago del impuesto predial
COMENTARIOS
I.

INTRODUCCIN

Con el presente artculo (1) pretendemos abordar un tema respetando


los criterios esbozados y adoptados por el Tribunal Registral mediante un
precedente de observancia obligatoria respecto a la acreditacin del pago del
impuesto predial en las solicitudes de inscripcin que se presentan al registro
en aquellos casos de transferencias de propiedades que ocurran por sucesin
intestada.

Para ello, vamos a analizar la Resolucin N 064-2003-SUNARP-TR-L


del 6 de febrero de 2003, que sirvi como referencia al precedente de
observancia obligatoria aprobado en el Tercer Pleno del Tribunal Registral de la
SUNARP realizado los das 21 y 22 de febrero de 2003, mediante resolucin de
superintendente nacional de los Registros Pblicos N 009-2003-SUNARP/SN
del 26/05/2003 publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05/06/2003.
II.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Julio Eduardo Garay Guevara interpone recurso de apelacin contra la


observacin efectuada por la registradora pblica de la Zona Registral N IX Sede Lima, Dra. Sisi Geraldine Yupanqui lvarez, quien deneg la inscripcin
de la sucesin intestada solicitada basada en el artculo 1 de la Ley N 27616
que modific el artculo 7 (2) del Decreto Legislativo N 776 (Ley de Tributacin
Municipal), por el cual se exige que los registradores deben requerir que se
acredite el pago del impuesto predial, en los casos en que se transfieran bienes
gravados con dichos impuestos para la inscripcin o formalizacin de los actos
jurdicos.
La registradora exigi la presentacin de los recibos de pago de dicho
impuesto hasta la ltima cuota exigible al 20 de agosto de 2002 (3) de los
inmuebles transferidos como consecuencia de la sucesin intestada.
El apelante interpuso el recurso de apelacin basndose en los
siguientes fundamentos:
Los sucesores adquieren por herencia el patrimonio de los causantes,
incorporndolo a los suyos propios, basados en la transmisin automtica a la
muerte del titular.
Si bien el artculo 7 del Dec. Leg. N 776 modificado por la Ley N 27616,
establece la obligacin de los registradores de requerir la acreditacin del pago
de tributos municipales, el mismo se aplica en caso de que exista un acto
jurdico de transferencia de bienes inmuebles como compraventa, adjudicacin,
donacin, apropiacin, etc., no siendo aplicable para la sucesin intestada.
La sucesin es un acto declarativo, ante la incertidumbre jurdica, busca
que se declare o reconozca un derecho, en el caso de los herederos no se est
solicitando la inscripcin del acto de transferencia propiamente dicha.
Finalmente, seala el apelante que la Ley N 27616 entr en vigencia a
partir del 01.01.2002, es decir, 42 aos despus de causada la sucesin,
producindose por tanto a partir de la fecha de fallecimiento la transmisin de
la propiedad; por ello la ley acotada es inaplicable a dicho caso y porque la ley
no puede operar retroactivamente, segn lo establece adems el artculo 103
de la Constitucin.

El Tribunal Registral del Centro por su parte mediante Resolucin N


064-2003-SUNARP-TR-L del 6 de febrero de 2003, CONFIRM y AMPLI la
observacin formulada por la registradora basndose en lo siguiente (4):
1.
De una aplicacin inmediata de la Ley N 27616, teniendo en
cuenta que el hecho que presupone su aplicacin, se encuentra determinado
por la presentacin del ttulo al registro, en los casos de transferencias de
bienes afectados por el impuesto predial, alcabala o automotor que sean
presentados a partir del 01/01/2002, deber acreditarse el pago de dichos
impuestos no obstante que el acto cuya inscripcin se solicita se haya
celebrado o producido con anterioridad a su vigencia.
2.
En los casos de sucesin intestada la transferencia de los bienes
en que consiste la herencia opera por disposicin legal (artculo 660 del Cdigo
Civil); conforme a ello, el artculo 7 del Dec. Legislativo N 776 al requerir el
cumplimiento de pago de los impuestos municipales, se aplica en aquellas
circunstancias en que se hayan producido las transferencias de los bienes
gravados, y no ha excluido de los alcances de la norma a aquellas
transmisiones de dominio que se producen por la muerte de una persona (5).
3.
Del artculo aludido, fluye que cuando se indica formalizacin de
actos jurdicos se refiere al momento en que surge la obligacin del notario
pblico para solicitar la acreditacin del pago del impuesto, mientras que la
obligacin del registro surge al momento de la inscripcin. Concluyendo en el
sentido de exigir la presentacin de los comprobantes que acrediten estar al
da en el pago del impuesto al patrimonio predial en el caso del supuesto
aludido.
4.
Finalmente, sealan los miembros de la Segunda Sala que si bien
la transmisin de dominio de los predios ocurri en fecha anterior a la vigencia
de la Ley N 27616, no obstante, al haberse solicitado la inscripcin cuando
esta ya se encontraba vigente, debe acreditarse el pago del impuesto predial
requerido.
III.

ANLISIS

La presente resolucin y su consiguiente precedente de observancia


obligatoria, nos obligan a reflexionar sobre dos temas ya esbozados y cuyo
precedente por parte del Tribunal ha generado una gran discusin entre los
registradores, notarios, pblico y, en general, en todos los operadores del
derecho. Los temas en s son: Primero, si resulta procedente exigir ante el
registro la acreditacin del pago del impuesto predial en el Registro de la
Propiedad Inmueble en los casos de sucesiones intestadas argumentos
vlidamente aplicables a los casos de prescripciones adquisitivas y segundo,
si independientemente de ello, resulta procedente la acreditacin del pago de
dicho impuesto respecto a una sucesin ya causada, hace 46 aos!!!; o en
otras palabras, si independientemente de la fecha en que ha ocurrido la
transferencia de propiedad, debe acreditarse estar al da en el pago del
impuesto exigido. Para ello resulta necesario previamente recordar algunos

conceptos que van a ser necesarios en la solucin de los problemas


planteados.
1.
El derecho de propiedad se incorpora al patrimonio de una
persona mediante su adquisicin. Dicha adquisicin puede ser derivada u
originaria. En el primer caso se adquiere la propiedad por un acto de traspaso o
cesin (uno transfiere y el otro adquiere) en la relacin jurdica. Este tipo de
transmisin se encuentra representado fundamentalmente por los contratos. En
cambio, en la transmisin originaria no hay ninguna relacin de hecho que
vincule a los sujetos de la relacin jurdica, y se da fundamentalmente por
disposicin de la ley. Caso tpico de estas transmisiones son las causadas en
virtud de la muerte o aquellas derivadas de las prescripciones adquisitivas de
dominio.
En trminos generales, en la sucesin una persona reemplaza a otra en
la posicin de sujeto activo o pasivo de las relaciones jurdicas sin que exista
un nexo, pues aquella ocurre de pleno derecho; as lo ha recogido nuestro
ordenamiento jurdico en el artculo 660 del Cdigo Civil cuando prescribe:
Desde el momento de la muerte de una persona, los bienes, derechos y
obligaciones que constituyen la herencia se transmiten a sus sucesores,
siendo los sucesores quienes tienen que probar su calidad de tales.
2.
El impuesto predial cuya administracin corre a cargo del
gobierno municipal, grava el valor de los predios urbanos o rsticos. La ley de
Tributacin Municipal (Dec. Leg. N 776 modificado por Ley N 27619)
establece en su parte pertinente del artculo 7 que los registradores y notarios
pblicos debern requerir que se acredite el pago del impuesto predial en los
casos en que se transfieran los bienes gravados con dichos impuestos, para la
inscripcin o formalizacin de actos jurdicos.
3.
Como vemos, la base normativa del impuesto requerido por el
Tribunal Registral es la Ley N 27619 que modifica el Dec. Leg. N 776. Sin
embargo, es ello suficiente para exigir la acreditacin del pago en las
transferencias de los bienes presumiblemente gravados con dichos impuestos?
Creemos que no. El aludido artculo al hacer mencin a que debe acreditarse
el pago de dicho impuesto en la inscripcin de actos jurdicos solo est
incluyendo a aquellas inscripciones que tienen como objeto la inscripcin de
actos y no de hechos jurdicos; hechos cuya transferencia, al no estar gravada,
no debera el registro exigir la acreditacin de pago de impuesto alguno, pues
si en va de interpretacin no se pueden conceder exoneraciones, tampoco se
pueden crear o extenderse disposiciones tributarias a personas o supuestos
distintos de los sealados en la ley (6); es decir, en va de interpretacin no se
puede ampliar la base en la acreditacin de pago de impuestos municipales
como el ya aludido.
4.
La muerte pone fin a la persona (7). Ahora bien, la muerte es un
hecho jurdico o un acto jurdico? En el derecho privado, la muerte como tal es
un hecho jurdico, y desde el momento de la muerte de una persona los bienes,
derechos y obligaciones de la herencia se transmiten a sus sucesores. En
sentido amplio, la sucesin consiste en que una persona reemplaza a otra

como sujeto activo o pasivo de las relaciones jurdicas (8). En la resolucin del
Tribunal Registral se ha concluido que como la sucesin testada o intestada
opera por disposicin legal el artculo 7, no ha excluido la acreditacin del
cumplimiento del pago de los impuestos municipales a aquellas transmisiones
de dominio que se producen por causa de muerte, pues la obligacin del
registro surge al momento de la inscripcin; sin embargo, como ya hemos visto,
dicha exigencia est referida a la inscripcin de actos jurdicos y no de las
transmisiones operadas en virtud de hechos jurdicos, que como en el presente
caso, opera por la muerte de una persona.
5.
Decimos que esa transmisin sucesoria que opera de pleno
derecho en virtud de la muerte es un hecho y no un acto jurdico, basndonos
simple y llanamente en el propio texto del Cdigo Civil que prescribe en su
artculo 140 lo siguiente: El acto jurdico es la manifestacin de voluntad
destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurdicas (.). En la
muerte como hecho jurdico y como correlato de ello en la transmisin
sucesoria que opera, es evidente que hay pues ausencia de manifestacin de
voluntad para crear, transferir o extinguir relaciones jurdicas patrimoniales.
6.
De otro lado, el Tribunal para exigir la acreditacin del pago del
impuesto predial se sustent tambin en el hecho de que la ley se aplica a las
situaciones jurdicas existentes (9), conforme a ello, al haber sido presentado el
ttulo para la inscripcin de la sucesin en el Registro de Propiedad Inmueble
cuando estaba vigente la Ley N 27616, sealaba que deba acreditarse el
pago de dicho impuesto. La pregunta que nos hacemos es, si en una
interpretacin sistemtica de las normas contenidas en la Ley de Tributacin
Municipal y en el Cdigo Tributario hubiramos llegado a la misma conclusin.
Para absolver esta interrogante debemos acudir al propio texto normativo
recogido en la Ley de Tributacin aludida. As, el artculo 10 (10) precepta que
el carcter del impuesto se atribuye con arreglo a la situacin jurdica
configurada al 1 de enero del ao que corresponde la obligacin tributaria,
asumiendo la condicin de contribuyente a partir del 1 de enero del ao
siguiente de producido el hecho. De igual modo, el artculo 16 del mismo texto
normativo establece que tratndose de las transferencias a que se refiere el
inciso b) del artculo 14, el transferente deber cancelar el ntegro del impuesto
adeudado hasta el ltimo da hbil del mes siguiente de producida la
transferencia. En este sentido, en el supuesto bajo anlisis, debe ser exigible
en el registro que se acredite el pago del ntegro del impuesto adeudado hasta
un mes despus de producida la transferencia, y si como en el presente caso
haban transcurrido 42 aos de la muerte del causante (y, como consecuencia
de ello, la transmisin de la propiedad a sus sucesores) no corresponda ya
exigir que dichos pagos estn al da, pues tal exigencia en el ltimo de los
casos, corresponde a los rganos administrativos municipales. Por lo tanto, en
aplicacin tambin de la Norma IV del Ttulo Preliminar del Cdigo Tributario
incorporado por el artculo 2 de la Ley N 27335 publicado el 31-07-2000
(citado en el numeral 7 del pie de pgina) y dado el tiempo transcurrido, la
obligacin tributaria a la fecha de presentacin del ttulo ya no era exigible,
pues en va de interpretacin no se pueden extender las disposiciones
tributarias a supuestos distintos a los sealados en la ley, no debiendo el
registro subrogarse en las atribuciones, funciones u obligaciones que les

corresponden a las municipalidades cuando las acreditaciones de pago ya han


devenido en inexigibles para el registro.
IV.

CONCLUSIONES

1.
La incorporacin de un derecho al patrimonio de una persona
puede ser de modo originario o derivado. En el primer caso no hay ninguna
relacin de hecho que vincule a los sujetos de la relacin jurdica. Se da por
disposicin de la ley. Casos tpicos de estas transmisiones son aquellas
causadas por la muerte de una persona o de las prescripciones adquisitivas de
dominio que nacen de la posesin misma y no de la transmisin de su anterior
propietario. En el segundo caso, existe una relacin de transmisin de la
relacin jurdica patrimonial que se encuentra representada fundamentalmente
en los contratos.
2.
En nuestro ordenamiento jurdico la muerte es un hecho jurdico y
como tal, desde dicho momento se transmiten a sus sucesores los bienes,
derechos y obligaciones de la herencia por mandato legal, sin que se requiera
un acto jurdico traslativo de dominio que est gravado con tributo alguno.
3.
El artculo 7 del Decreto Legislativo N 776 (Ley de Tributacin
Municipal) establece la exigencia por parte de los registradores de que en los
casos de inscripciones de actos jurdicos se acredite el pago del impuesto
predial, mas no hacen referencia a aquellas transmisiones que operan en virtud
de hechos jurdicos.
4.
Si en va de interpretacin no se pueden conceder exoneraciones,
tampoco se pueden crear o extender disposiciones tributarias municipales a
personas o supuestos fuera de los sealados en la ley.
5.
El artculo 43 del TUO del Cdigo Tributario aprobado por D.S. N
135-99-EF y sus modificatorias seala que la accin para determinar la deuda
tributaria, as como la accin para exigir su pago y aplicar sanciones,
prescriben a los 4 aos y a los 6 aos para quienes no hayan presentado la
declaracin jurada respectiva; por consiguiente, si una persona ha fallecido
hace 42 aos y ello resulta acreditable ante el registro en aplicacin de los
artculos 10 y 14 del Dec. Leg. N 776 (normas que regulan hasta qu
momento de la transferencia se debe verificar si se ha cumplido el pago de los
tributos o hasta qu fecha se encontraba obligado) en el peor de los casos
(dado el tiempo transcurrido), a los adquirientes no se les debe exigir la
acreditacin de que la fecha de presentacin del ttulo al registro se encuentren
al da en el pago del impuesto predial exigido.
6.
Debe modificarse el criterio del Tribunal Registral plasmado en la
Resolucin N 064-2003-SUNARP-TR-L del 6 de febrero de 2003, adoptado
como precedente de observancia obligatoria en el Tercer Pleno del Tribunal
Registral de la SUNARP realizado los das 21 y 22 de febrero de 2003,
publicado mediante resolucin de superintendente nacional de los Registros
Pblicos N 009-2003-SUNARP/SN del 26/05/03 en el Diario Oficial El Peruano
el 05/06/2003, modificacin que debe ser en el sentido de que en los casos de

transferencias de bienes que ocurran por la muerte de una persona, el


registrador pblico no se encuentra obligado a requerir que se acredite el pago
del impuesto predial.

ANLISIS Y CRTICA JURISPRUDENCIAL


DERECHO COMERCIAL
DERECHO DE FAMILIA
DERECHO PROCESAL CIVIL
DERECHO PENAL

DERECHO COMERCIAL
INSCRIPCIN DE ACUERDO DE SUSPENSIN DE DIRECTORES Y
APLICACIN DE PRINCIPIOS REGISTRALES - Oswaldo Hundskopf Exebio

INSCRIPCIN DE ACUERDO DE SUSPENSIN DE DIRECTORES Y


APLICACIN DE PRINCIPIOS REGISTRALES (Oswaldo Hundskopf Exebio)
Conforme a la resolucin transcrita, para efectos de la inscripcin del acuerdo
de suspensin de directores, ser necesario inscribir el nombramiento previo
de los directores participantes y verificar las formalidades de la convocatoria. El
autor comparte este criterio, pues cualquier persona, no solo directores que
ejercen un cargo de administracin en una sociedad, debe probar que sus
facultades constan inscritas en el registro. As, pues, dadas las facultades de
representacin e incluso disposicin que tienen los directores, es necesaria la
inscripcin de todo nombramiento o cambio en el directorio de una sociedad, lo
que asegura una publicidad registral adecuada y actualizada de forma
impositiva.
RESOLUCIN N 327-2001-ORLC/TR
Lima, 26 de julio de 2001
VISTO; el recurso de apelacin interpuesto por SEGUNDO ADOLFO
MEJA GARCA, mediante escrito de fecha 28 de mayo de 2001, contra la
denegatoria de inscripcin formulada por la registradora pblica (e) del Registro
de Personas Jurdicas de Chiclayo, Luca Portocarrero More, a la solicitud de
aumento de directorio de la sociedad EMPRESA AGROINDUSTRIAL TUMN
S.A.A. El ttulo se present el 11 de abril de 2001 bajo el nmero 86/5015. La
registradora formul las siguientes observaciones: 1.- Por cuanto existen
pendientes de inscripcin los ttulos 86/2379, 86/3679, 86/3624 y 86/3729,
estos dos ltimos, aparentemente incompatibles con este, ya que con ambos
se solicita la recomposicin del directorio de la empresa. 2.- Solo subsanando
lo anterior y no existiendo otras circunstancias que perjudiquen la inscripcin
del presente, se servir adems aclarar el hecho de que no existe registrado el
directorio presidido por Jess Salazar Baffeno, ni se ha procedido a registrar
recomposicin de directorio alguno; asimismo, se contraviene el artculo 167 ya
que es el presidente del directorio inscrito quien debe convocar a sesin, salvo
se acrediten los dems presupuestos a que se refiere el citado artculo. 3.Acreditar que se ha procedido a notificar a todos los directores, adjuntando los
cargos de recepcin correspondientes, segn lo establece el artculo 167 de la

LGS, se deja constancia de que solo es susceptible de inscripcin la


suspensin y nombramiento de directores titulares; este colegiado se avoca al
conocimiento de la presente apelacin en cumplimiento de la resolucin 1692001-SUNARP-SN del 25 de junio de 2001, que acepta la abstencin
formulada por los miembros del Tribunal Registral del Norte y designa al
Tribunal Registral del Centro para que se encargue, por excepcin, de
resolverla, actuando como Vocal ponente la Dra. Nora Mariella Aldana Durn; y,
CONSIDERANDO:
Que, mediante el ttulo venido en grado, se solicita la inscripcin de los
acuerdos adoptados en la sesin de directorio de la sociedad EMPRESA
AGROINDUSTRIAL TUMN S.A.A. el 2 de abril de 2001, en la que se acord
la suspensin de los directores Vctor Natividad Ordinola Rentera, Adn
Bustamante Cieza y Daniel Zapata Llaque y se acord el ejercicio, como
directores titulares, de los suplentes Juan Manuel Llontop Osorio y Demetrio
Ruz Ros;
Que, la sociedad EMPRESA AGROINDUSTRIAL TUMN S.A.A. corre
inscrita en la ficha 784 del Libro de Sociedades de Chiclayo del Registro de
Personas Jurdicas de la Oficina Registral Nor Orienta del Maran;
Que, la inscripcin se solicita en mrito a la copia certificada por el
notario Carlos Caballero Burgos con fecha 3 de abril de 2001 de la referida acta
de sesin de directorio, en la que se seala que asistieron Jess Ricardo
Salazar Barreno indicndose que es el presidente del directorio, Orlando
Pascual Limo Alva indicndose que es el vicepresidente, Baltazar Severino
Lpez, Francisco Julio Galloso Palacios y Hernando Mercado Jarrn;
Que, al recurso de apelacin se han adjuntado copias legalizadas por el
notario Carlos Caballero Burgos de las esquelas de convocatoria a la antedicha
sesin con el cargo de recepcin, cursadas a los directores que asistieron a la
sesin; las esquelas se encuentran suscritas por Jess Salazar Barreno,
sealndose que es presidente, y por Baltazar Severino Lpez, como
secretario general;
Que, conforme al asiento 23 aclarado por el asiento 28 de la partida
registral de la sociedad, los directores titulares son: Vctor Natividad Ordinola
Rentera como presidente; Daniel Rioja Snchez como Vice-presidente;
Baltazar Severino Lpez como secretario; Francisco Julio Galloso Palacios
como 1er. Director; Jess Ricardo Salazar Barreno como 2do. Director; Juan
Manuel Llontop Osorio como 3er. Director; Hernando Mercado Jarrn como 4to.
Director; Adn Bustamante Cieza como 5to. Director; Orlando Pascual Limo
Alva como 6to. Director; asimismo, los directores alternos son Demetrio Ruz
Ros y Daniel Zapata Llaque; de otra parte, en el asiento 29 consta inscrita la
sentencia que ordena se considere a Daniel Zapata Llaque como director titular
para el perodo 2000-2002.
Que, al calificar un acuerdo adoptado en sesin de directorio, el
registrador debe verificar que la sesin haya sido debidamente convocada o

que se haya celebrado con la asistencia de la totalidad de directores, que se


haya celebrado con el qurum debido, que la materia acordada por el directorio
sea de su competencia, que el acuerdo haya sido adoptado con la mayora
requerida, que el acta haya sido debidamente firmada y que conste asentada
en el libro correspondiente. Asimismo, deber existir concordancia con los
antecedentes registrales en lo que respecta a la conformacin del directorio
que sesiona y al acuerdo que se adopta, as como respecto al libro de actas en
que se asienta; de otra parte, en lo atinente a la prioridad, deber verificarse
que no existen ttulos pendientes incompatibles;
Que, en lo que respecta a la convocatoria, el artculo 167 de la Ley
General de Sociedades establece que el presidente, o quien haga sus veces,
debe convocar al directorio en los plazos que seale el estatuto, cada vez que
lo juzgue necesario para el inters social o cuando lo solicite cualquier director
o el gerente general; la norma citada aade que si el presidente no efecta la
convocatoria dentro de los diez das siguientes o en la oportunidad prevista en
la solicitud, la convocatoria la har cualquiera de los directores;
Que, el estatuto de la sociedad seala en el artculo 59 que el presidente
debe convocar al directorio una vez al mes, pudiendo convocar adems cuando
lo considere conveniente al inters social as como cuando lo solicite cualquier
director o el gerente general; la norma estatutaria aade que si el presidente no
efecta la convocatoria dentro de los diez das siguientes a la fecha de la
solicitud, la convocatoria podr ser efectuada por el vicepresidente, y luego por
cualquiera de los directores; la convocatoria se har llegar con una anticipacin
no menor de tres das, mediante esquela entregada en el domicilio de la
sociedad;
Que, en el presente caso, la convocatoria a sesin de directorio fue
efectuada por Jess Salazar Barreno, indicndose que es el presidente, lo que
no concuerda con el antecedente registral, en el que consta que el presidente
del directorio es Vctor Natividad Ordinola Rentera; por lo tanto, debe
confirmarse el segundo extremo de la observacin;
Que, adems no se han presentado copias legalizadas de los cargos de
recepcin de las esquelas cursadas a los directores Vctor Natividad Ordinola
Rentera, Daniel Rioja Snchez, Juan Manuel Llontop Osoo, Adn
Bustamante Cieza y Daniel Zapata Llaque; por esta razn, debe confirmarse el
tercer extremo de la observacin;
Que, en consecuencia, la sesin de directorio cuya inscripcin se solicita
no fue debidamente convocada;
Que, en lo que respecta a la materia acordada, el artculo 162 de la Ley
General de Sociedades establece que en tanto se rene la junta general con el
objeto de remover a los directores incursos en cualquiera de los impedimentos
del artculo 161, el directorio puede suspender al director incurso en el
impedimento; en este caso se acord suspender a tres directores titulares
sealando que estaban incursos en el inciso 5 del artculo 161; en
consecuencia, la materia acordada se encontraba dentro de las atribuciones

del directorio; sobre esta materia es necesario dejar constancia que para
efectos de la inscripcin del acuerdo de suspensin de directores, no ser
necesario acreditar ante el registro que efectivamente el director se encuentra
incurso en una causal de impedimento, puesto que la inscripcin se efectuara
en mrito al acuerdo del directorio y no en mrito a la verificacin de la causal
de impedimento, verificacin que es de competencia y responsabilidad del
directorio;
Que, en lo que respecta a la concordancia con el antecedente registral
del directorio que sesiona, se aprecia que los directores que sesionan s
constan inscritos; sin embargo, no concuerdan con el antecedente registral los
cargos que ejercen al interior del mismo, puesto que se seala en el acta que
es presidente Jess Ricardo Salazar Barreno, pero conforme a la partida
registral l es 2do. Director; adems, se indica en el acta que Orlando Pascual
Limo Alva es vicepresidente, pero conforme a la partida registral es 6to.
Director,
Que, en lo que respecta al libro en el que corre asentada el acta de la
sesin de directorio cuya inscripcin se solicita, se aprecia que obra en el libro
de actas de directorio nmero uno legalizado por el notario Roberto Barturn
Snchez; sin embargo, conforme al antecedente registral, la ltima sesin de
directorio fue inscrita en mrito al ttulo 9483 presentado el 4 de diciembre de
2000, la que corre asentada en el libro de actas N 1 de sesiones ordinarias del
directorio, legalizado por la notaria Isabel Alvarado Quijano el 15 de marzo de
1999, registrado bajo el N 193; en consecuencia, el libro en el que se ha
asentado el acta cuya inscripcin se solicita no concuerda con el que obra en el
antecedente registral, puesto que siendo ambos el nmero 1 han sido
legalizados ante distintos notarios;
Que, en lo atinente a los ttulos pendientes, la registradora menciona al
ttulo 86/2379, que se encontraba pendiente a la fecha de formular
observacin; el referido ttulo actualmente no se encuentra pendiente, pues la
apelacin contra las observaciones formuladas a dicho ttulo fue resuelta
mediante Resolucin N 054-2001-ORLC/TR del 3 de abril de 2001, notificada
el 4 de abril de 2001, habiendo a la fecha transcurrido los treinta das hbiles
para interponer demanda contencioso-administrativa, sin que la misma haya
sido anotada en la partida registral; por lo tanto, debe dejarse sin efecto este
extremo de la observacin;
Que, con el ttulo pendiente 86/3679 mencionado por la registradora se
ha solicitado la aclaracin del nmero de folios del libro de actas en los que
corre extendida el acta de la junta general de representantes del 26 de febrero
de 1999; dado que la aclaracin del nmero de folios del libro de actas de la
junta general no tendr ninguna implicancia, en el acuerdo de directorio cuya
inscripcin se solicita, no se trata de un ttulo incompatible con el venido en
grado, razn por la que debe revocarse este extremo de la observacin;
Que, con el ttulo pendiente 86/3624 mencionado por la registradora se
solicit la inscripcin de la recomposicin del directorio acordada en sesin de
directorio del 9 de marzo de 2001, en la que se acept la renuncia de Daniel

Rioja Snchez al cargo de presidente y se design como presidente a Jess


Ricardo Salazar Barreno y como vicepresidente a Orlando Pascual Limo Alva;
asimismo, se ratific la confianza al gerente general Jorge Ricardo Rodrguez
Glvez; en consecuencia, el ttulo pendiente 86/3624 no es incompatible, sino
por el contrario, se requerira de su previa inscripcin para poder inscribir este
ttulo; al respecto, en la sesin de directorio del 2 de abril de 2001 cuya
inscripcin se solicita con el presente ttulo participan Jess Ricardo Salazar
Barreno como presidente y Orlando Pascual Limo Alva como vicepresidente,
que son precisamente los cargos en los que son designados dichos directores
conforme a la recomposicin acordada el 9 de marzo de 2001, cuya inscripcin
se ha solicitado con el ttulo 86/3624; por lo tanto, corresponde revocar este
extremo de la observacin;
Que, con el ttulo 86/3729 del 15 de marzo de 2001 se solicit la
inscripcin de la remocin de los directores Francisco Julio Galloso Palacios,
Orlando Pascual Limo Alva y Baltazar Severino Lpez y la designacin de sus
reemplazantes Juan Llontop Osorio, Demetrio Ruz Ros, Presbtero Rafael
Guivar y Juan Romero Zea, acuerdos que fueron adoptados en la junta
general del 13 de marzo de 2001; el referido ttulo resulta incompatible con el
presente, puesto que precisamente en este sesionan el 2 de abril de 2001 los
directores que -conforme al ttulo 86/3729- fueron removidos el 13 de marzo de
2001;
Que, sin embargo, debe evaluarse si el ttulo 86/3729 se encuentra
vigente; al respecto, de la revisin del referido ttulo se aprecia que el 30 de
marzo de 2001 se formul apelacin contra las observaciones formuladas al
mismo, apelacin que fue resuelta por el Tribunal Registral del Norte el 9 de
abril de 2001, mediante Resolucin N 0055-2001-ORLLITRN; en esta se
resolvi revocar las observaciones formuladas por la registradora y dejarlas sin
efecto, segn lo establecido en los considerandos cuarto y quinto, y confirmar
la observacin en lo que se refiere al sexto considerando; asimismo, se declar
que el ttulo es inscribible si se cumple lo sealado en el octavo y undcimo
considerando y el apelante se desiste en la forma sealada en el decimocuarto
considerando y adems se haya inscrito o caduque el asiento de presentacin
del ttulo 86/3624 del 14 de marzo de 2001; de otra parte, se declar
improcedente la acumulacin solicitada por la apelante; que, el ttulo 86/3729,
luego de resuelta la apelacin, retorn a la primera instancia registral y fue
observado por la registradora, habindose el 15 de mayo de 2001 presentado
un segundo recurso de apelacin en el mismo ttulo; debe definirse si este
segundo recurso de apelacin interpuesto ha prorrogado la vigencia del ttulo
86/3729; al respecto, conforme al artculo 147 del Reglamento General de los
Registros Pblicos, si se interpone recurso de apelacin los interesados
tendrn el trmino de veinte das computados desde aquel en que se les hizo
conocer la correspondiente resolucin para gestionar la inscripcin,
subsanando cualquier defecto que se hubiera encontrado; la citada norma
aade que vencido dicho plazo adicional caduca el asiento de presentacin;
Que, asimismo, el asiento de presentacin se prorroga tambin cuando
se interpone demanda contra la resolucin de la segunda instancia
administrativa registral dentro de los treinta das de notificada dicha resolucin

y se solicita su anotacin en el registro; el artculo 146 del Reglamento General


de los Registros Pblicos establece que vencido dicho plazo o no anotada la
demanda caduca el asiento de inscripcin;
Que, en el caso del ttulo 86/3729, ha transcurrido el plazo de treinta
das desde que se notific la Resolucin N 055-2001-ORLLITRN del 9 de abril
de 2001, no habindose prorrogado la vigencia del asiento de presentacin por
la interposicin del segundo recurso de apelacin, dado que no se encuentra
regulada en el procedimiento registral la posibilidad de una segunda apelacin
y, en consecuencia, no se ha previsto que una segunda apelacin prorrogue el
asiento de presentacin, razn por la que ha caducado el asiento de
presentacin; por lo tanto, corresponde dejar sin efecto este extremo de la
observacin;
Que, sin embargo, se encuentra vigente el asiento de presentacin del
ttulo 86/933 del 1 de enero de 2001, en virtud de haberse anotado la demanda
contencioso-administrativa contra la resolucin del Tribunal Registral del Norte
N 024-2001-ORLLITRN del 15 de febrero de 2001 que resolvi la apelacin
contra la denegatoria de inscripcin de dicho ttulo, dentro de los treinta das
de notificada la referida resolucin; la demanda contencioso-administrativa
corre anotada en el asiento 30 de la partida registral de la sociedad, en mrito
al ttulo 86/3993 presentado el 21 de marzo de 2001;
Que, al respecto, conforme al artculo 145 del Reglamento General de
los Registros Pblicos, el asiento de presentacin se prorroga si se promueve
accin judicial contra lo resuelto por la Junta; considerando que la tercera
instancia en el procedimiento registral constituida por la Junta de Vigilancia, ha
sido dejada sin efecto por el artculo 5 de la Ley N 26366, debe entenderse
que el asiento de presentacin se prorroga si se promueve accin judicial
contra lo resuelto por el rgano de segunda instancia administrativa registral,
en este acto, el Tribunal Registral del Norte; por lo tanto, el asiento de
presentacin del ttulo 86/933 ha sido prorrogado en virtud de la anotacin de
demanda, esto es, el ttulo 86/933 se encuentra vigente;
Que, conforme al artculo 149 del Reglamento General de los Registros
Pblicos, encontrndose vigente el asiento de presentacin, no podr
inscribirse ningn ttulo referente a la misma partida o asunto; esta norma debe
interpretarse en concordancia con el artculo 2017 del Cdigo Civil, el que
establece que no puede inscribirse un ttulo incompatible con otro ya inscrito,
aunque sea de fecha anterior, y con el artculo 143 del Reglamento General de
los Registros Pblicos, que seala que los efectos de la inscripcin se
retrotraen a la fecha y hora del asiento de presentacin, no podr inscribirse
ningn ttulo incompatible; por lo tanto, no podr inscribirse ningn ttulo
incompatible con el ttulo 86/933;
Que, mediante el ttulo 86/933 se solicit la inscripcin del acuerdo
adoptado en la junta general del 1 de enero de 2001, por el cual se aprueba la
accin de pretensin social de responsabilidad en contra de los directores
Francisco Julio Galloso Palacios, Orlando Pascual Limo Alva y Baltazar
Severino Lpez y, como consecuencia de dicho acuerdo, se les remueve del

cargo de directores y se nombra en su reemplazo a Juan Llontop Osorio,


Demetrio Ruz Ros y Presbtero Rafael Guivar como directores titulares y a
Juan Romero Zea y Pedro Pablo Ramrez Lpez como directores alternos;
Que, en el presente ttulo participan en la sesin de directorio del 2 de
abril de 2001 los tres directores que segn el ttulo 86/933 haban sido
removidos el 11 de enero de 2001; por lo tanto, son incompatibles ambos
ttulos;
Que, en virtud de lo expuesto en los considerandos precedentes, debe
ampliarse la observacin, sealando que se encuentra pendiente el ttulo
86/933 del 18 de enero de 2001, el que es incompatible con el ttulo venido en
grado;
Estando a lo acordado;
SE RESUELVE:
CONFIRMAR los extremos segundo y tercero de la observacin, DEJAR
SIN EFECTO la primera y la cuarta parte del primer extremo, REVOCAR la
segunda y tercera parte del primer extremo y AMPLIAR la observacin
conforme a lo sealado en los considerandos decimocuarto y vigsimo octavo.
Regstrese y comunquese.(Fdo.) Dr. LUIS ALBERTO ALIAGA HUARIPATA, Presidente de la
Tercera Sala del Tribunal Registral. - Dra. GLORIA SALVATIERRA VALDIVIA,
vocal del Tribunal Registral. - Dra. NORA MARIELLA ALDANA DURN, vocal
del Tribunal Registral.
ANLISIS Y CRTICA JURISPRUDENCIAL
I.

INTRODUCCIN

La Resolucin N 327-2001-ORLC/TR, materia del presente comentario,


fue expedida el 26 de julio de 2001 por la Tercera Sala del Tribunal Registral de
la Oficina Registral de Lima y Callao, resolviendo con ella la apelacin
interpuesta por SEGUNDO ADOLFO MEJA GARCA contra la denegatoria de
inscripcin formulada por la registradora pblica (e) del Registro de Personas
Jurdicas de Chiclayo al ttulo 86/5015 presentado el 11 de abril de 2001, por el
cual se pretenda inscribir el acuerdo de directorio de la sociedad Empresa
Agroindustrial Tumn S.A.A.
Como se advierte de la citada resolucin, en ella se ha dejado
constancia que en el presente caso, por excepcin, resuelve el Tribunal
Registral del Centro, al haberse aceptado la abstencin del Tribunal Registral
del Norte (el cual tena competencia para resolver la apelacin), en
cumplimiento de la Resolucin N 169-2001-SUNARP/SN del 25 de junio de
2001.

El Tribunal Registral, a travs de la resolucin 327-2001-ORLC/TR,


resuelve lo siguiente:
En primer lugar, confirmar los extremos segundo y tercero de la
observacin, relacionados con los siguientes aspectos:
a)
Que la convocatoria a sesin de directorio del 2 de abril de 2001
fue efectuada por Jess Salazar Barreno, indicndose que es el presidente, lo
que no concuerda con el antecedente registral, en el que consta que el
presidente del directorio es Vctor Natividad Ordinola Rentera.
b)
Que no se han presentado copias legalizadas de los cargos de
recepcin de las esquelas de convocatoria a la sesin de directorio del 2 de
abril de 2001, cursadas a cinco directores de la sociedad.
En segundo lugar, dejar sin efecto la primera y la cuarta parte del primer
extremo de la observacin, relacionadas con los siguientes aspectos:
a)
Que el ttulo 86/2379, a la fecha de resolverse la apelacin que
motiva el presente anlisis, no se encuentra pendiente de inscripcin.
b)
Que el ttulo 86/3729, a la fecha de resolverse la apelacin que
motiva el presente anlisis, no se encuentra pendiente de inscripcin.
En tercer lugar, revocar la segunda y tercera parte del primer extremo de
la observacin, relacionadas con los siguientes aspectos:
a)
Que el ttulo pendiente 86/3679 no es incompatible con el que es
materia de grado, puesto que, al tratarse de una aclaracin del nmero de
folios del libro de actas, no tendr ninguna implicancia en el acuerdo de
directorio cuya inscripcin se solicita.
b)
Que el ttulo pendiente 86/3624 no es incompatible con el que es
materia de grado, sino por el contrario se requerira de su previa inscripcin
para poder inscribirlo, dado que se trata de una recomposicin del directorio.
En cuarto lugar, ampliar la observacin conforme a lo sealado en los
considerados decimocuarto y vigsimo octavo de la resolucin, relacionados
con los siguientes aspectos:
a)
El libro en el que se ha asentado el acta cuya inscripcin se
solicita no concuerda con el que obra en el antecedente registral, puesto que
siendo ambos el nmero 1 han sido legalizados ante distintos notarios.
b)
en grado.

Que el ttulo pendiente 86/933 es incompatible con el ttulo venido

II.
COMENTARIOS SOBRE LA RESOLUCIN DEL TRIBUNAL
REGISTRAL

1.

Convocatoria y legitimidad de los integrantes del directorio

Con relacin a los extremos de la observacin que han sido confirmados por la
resolucin del Tribunal Registral, referentes a que la convocatoria a sesin de
directorio del 2 de abril de 2001 fue efectuada por Jess Salazar Barreno, y no
por Vctor Natividad Ordinola Rentera, quien es el presidente del Directorio
segn el Registro, y que no se han presentado copias legalizadas de los cargos
de recepcin de las esquelas de convocatoria a la sesin de directorio del 2 de
abril de 2001, consideramos que ambas se han efectuado con arreglo a ley,
puesto que se han tomado en consideracin los elementos esenciales que se
deben calificar a fin de verificar que la sesin haya sido debidamente
convocada, y por tanto que el acto materia de inscripcin sea vlido (1), sin
perjuicio de calificar el fondo del asunto referido a los acuerdos adoptados.
Los elementos esenciales antes referidos son:
a)

La legitimacin de quienes han convocado a sesin de directorio.

b)

El cumplimiento de las formalidades de la convocatoria.

Al respecto el primer prrafo del artculo 167 de la Ley General de


Sociedades contempla quines se encuentran legitimados para convocar al
directorio:
a)
El presidente o quien haga sus veces: en los plazos u
oportunidades que seale el estatuto y cada vez que lo juzgue necesario para
el inters social, o cuando lo solicite cualquier director o el gerente general
b)
Cualquiera de los directores: si el presidente no efecta la
convocatoria dentro de los diez das siguientes o en la oportunidad prevista en
la solicitud.
Asimismo, el citado artculo establece cules son las formalidades que
debe revestir la convocatoria (en caso de no encontrarse sealado en el
estatuto social), as como el plazo y los requisitos para una convocatoria vlida;
adems del supuesto en el que se puede prescindir de la convocatoria cuando
se renen todos los directores y acuerdan por unanimidad sesionar y los
acuerdos por tratar.
Al respecto, sostiene Beaumont Callirgos que dicha frmula es un smil
del (...) artculo 120 de la LGS que se aplica a la junta general de accionistas,
denominada junta universal, y que con acertado criterio se ha trado al
directorio (2).
Asimismo, Elas Laroza las nombra sesiones universales, haciendo la
analoga con la figura aplicable a la junta general de accionistas (3).
Conforme a lo expuesto, es correcta la confirmacin del Tribunal
Registral de la observacin referida a que quien convoca y aparece como

presidente del directorio (Jess Salazar Barreno) en la sesin del 2 de abril de


2001, la cual es materia de inscripcin, no aparece con cargo inscrito en la
partida registral correspondiente, puesto que en ella se encuentra registrado
como tal, Vctor Ordinola Rentera.
En este aspecto, es necesario remitirnos al Reglamento del Registro de
Sociedades, Resolucin N 200-2001-SUNARP/SN artculo V del Ttulo
Preliminar. Este establece el Principio de Tracto Sucesivo, por el cual para
extender una inscripcin se necesita que est inscrito o se inscriba el acto
previo necesario o adecuado para su extensin.
Asimismo, el artculo 2015 del Cdigo Civil establece que ninguna
inscripcin se har, excepto la primera, sin que se haya inscrito previamente el
derecho de donde emane.
Al respecto del Principio de Tracto Sucesivo, sostiene Beaumont (4) que
la exigencia de la previa inscripcin que plantea la norma (...) no se condice
con el espritu del principio del tracto sucesivo, ya que lo que est en juego no
es la cadena sucesiva de situaciones a registrar, sino la necesidad de inscribir
aquellas que merezcan importancia o trascendencia para la sociedad. (...) La
necesidad del registro del acto previo se relaciona, antes que con la
concatenacin rgida, con el hecho de conferir publicidad secuencial
adecuada.
Ante ello, es vlida la pregunta que nos formulamos: Es necesaria la
inscripcin de todo nombramiento o cambio en el Directorio de una sociedad?
Nosotros creemos que s, dadas las facultades de representacin e incluso
disposicin que tienen los directores, muchas veces a sola firma, segn el
estatuto de la sociedad y la LGS. En ese sentido, la nica forma de poner un
candado sobre la representacin que ejerce el director sobre la sociedad, que
da fe plena a terceros, es asegurar una publicidad registral adecuada y
actualizada de forma impositiva. As, concordamos plenamente con la presente
resolucin bajo comentario, en el sentido de que cualquier persona, no solo
directores que ejercen un cargo de administracin en una sociedad, debe
probar que sus facultades constan inscritas en el registro.
De esta forma tambin se expresa Martnez Val (5), comentando la ley
espaola: En todo caso, el nombramiento de administrador deber ser
aceptado e inscribirse en el registro mercantil, dentro de los cinco das
siguientes a la fecha de la aceptacin, por medio de escritura pblica en
cualquier caso.
Por otro lado, es correcta la confirmacin de la observacin, en cuanto
seala que no se han presentado copias legalizadas de los cargos de
recepcin de las esquelas de convocatoria cursadas a cinco directores, puesto
que no se acredita que hayan sido convocados conforme a lo establecido en el
artculo 59 del estatuto social.
En este extremo, el artculo 55 del Reglamento del Registro de
Sociedades establece que: Salvo que se encuentren todos los directores

reunidos, el presidente del directorio, quien haga sus veces o el gerente


general, dejar constancia en el acta o mediante certificacin en documento
aparte que la convocatoria fue cursada en la forma y con la anticipacin
previstas en la ley, el estatuto y los convenios de accionistas inscritos en el
registro.
As, segn se desprende del contenido de la resolucin, no estuvieron
presentes todos los directores, por lo que, de acuerdo con el prrafo anterior,
es necesario que se acredite haber cumplido con las formalidades para la
convocatoria establecidas en los artculos 59 del estatuto social y 167 de la
LGS. En caso contrario, es decir, si hubiesen estado presentes todos los
directores, consideramos que no sera necesaria tal acreditacin ante el
registro, ya que el mismo presidente podr dejar constancia en la misma acta
de la adecuada convocatoria.
Asimismo, respecto de este aspecto, la LGS en su artculo 168 establece
que el qurum para adoptar acuerdos es la mitad ms uno de sus miembros.
En ese sentido, advirtindose que el directorio de la sociedad est compuesto
por nueve miembros titulares, de los cuales no asistieron cinco, sera imposible
adoptar acuerdos vlidos en esa sesin, y menos an inscribirlos. Cabe
resaltar que el artculo 56 del Reglamento de Registro de Sociedades establece
que para inscribir acuerdos de directorio, el qurum se computar teniendo en
cuenta el nmero total de directores fijado por el estatuto o la junta general, aun
cuando aquel se encuentre incompleto por cualquier causa de vacancia.
Los dos aspectos antes mencionados llevan a concluir que la sesin de
directorio del 2 de abril de 2001 no fue vlidamente convocada, por carecer de
legitimidad quien la convoc, por no tener el qurum suficiente y por no
acreditar la entrega de las esquelas de convocatoria a cinco directores, los
mismos que no concurren a la citada sesin.
Finalmente, a fin de sustentar mi coincidencia con lo sealado por el
Tribunal, es preciso citar a Enrique Elas Laroza cuando se refiere a algunas
consideraciones generales respecto del artculo 116 de la LGS, referentes a los
requisitos de la convocatoria a junta general, que considero son aplicables a la
convocatoria del directorio:
Recurdese que el mecanismo de la convocatoria debe permitir la
posibilidad de que todos los accionistas o sus representantes puedan tomar
conocimiento de ella. De otra forma no se cumplira con hacer viable el derecho
fundamental de todo accionista, consistente en intervenir y votar en las juntas
generales de accionistas. No olvidemos que cualquier omisin o defecto de las
formalidades de publicidad prescritas por la ley entraa la nulidad de los
acuerdos de la junta, a tenor de lo dispuesto por el artculo 38 de la LGS (6).
2.

Ttulos pendientes de inscripcin

Con relacin a los extremos de la observacin de primera instancia que


han sido dejados sin efecto por la resolucin del Tribunal Registral, considero
que ello es pertinente puesto que los ttulos 86/2379 y 86/3729, que al

momento de la calificacin registral de primera instancia se encontraban como


pendientes de inscripcin por encontrarse apelados, ya haban sido resueltos y
vencido el plazo del asiento de presentacin de ambos, al momento de emitirse
la resolucin en comentario.
Sobre este particular, es importante tener en consideracin el Principio
de Prioridad Excluyente, contemplado en el artculo 2017 del Cdigo Civil (7), y
desarrollado en el artculo X del Ttulo Preliminar del Reglamento General de
los Registros Pblicos (8), el mismo que establece que no puede inscribirse un
ttulo incompatible con otro ya inscrito o pendiente de inscripcin, aunque sea
de igual o anterior fecha.
La razn de ser del Principio de Prioridad Excluyente est ntimamente
ligada con el Principio de Prioridad de Rango (9), dado que conforme es de
verse, este principio recoge la regla general quien es primero en el tiempo es
mejor en el derecho (prior tempore, potior jure), por lo que su aplicacin se
limita a establecer en forma objetiva la prioridad en el tiempo de la inscripcin,
ya que sus efectos se retrotraen a la fecha de presentacin del acto materia de
inscripcin.
En la resolucin bajo comentario se hace una evaluacin del estado de
los mencionados ttulos a fin de verificar la incompatibilidad de los mismos con
el que es materia de la apelacin, concluyendo que, en ambos casos, al
haberse resuelto ya las apelaciones interpuestas contra las respectivas
observaciones formuladas por la primera instancia, y habiendo transcurrido el
plazo de treinta das para interponer la demanda contencioso-administrativa
contra lo resuelto por el Tribunal, ha caducado el asiento de presentacin (10).
Esto es correcto, debiendo tener presente que una de las formas de
conclusin del procedimiento registral es la tacha por caducidad del plazo de
vigencia del asiento de presentacin, que es lo que ha ocurrido con los ttulos
sealados, por tanto, carece de objeto que el Tribunal se pronuncie
confirmando o revocando la observacin de primera instancia, en cuanto su
incompatibilidad con el ttulo que es materia de apelacin, porque esta ya no
existe, en razn de haber concluido el procedimiento de inscripcin ante el
registro.
Por ello, concordamos plenamente con el Tribunal, que ha procedido
simplemente a dejar sin efecto este extremo de la observacin.
3.

Recomposicin del directorio y nmero de folios

Respecto a los extremos de la observacin de primera instancia que han


sido revocados por la resolucin del Tribunal Registral, consideramos que ha
sido un pronunciamiento ajustado a derecho. Los ttulos 86/3679 y 86/3624,
referidos a la observacin al nmero de folios y la recomposicin del directorio,
respectivamente, fueron declarados incompatibles por la resolucin de primera
instancia. Luego de un anlisis puntual, el Tribunal revoc dicha decisin.

Hay que precisar que en este caso, a diferencia del punto anterior, el
Tribunal s se pronuncia sobre el fondo de la incompatibilidad, puesto que el
asiento de presentacin de estos ttulos (86/3679 y 86/3624) se encuentra
vigente al momento de su revisin, debiendo pronunciarse por la confirmacin
o revocacin de la observacin apelada.
Con relacin al ttulo 86/3679, tratndose de una aclaracin del nmero
de folios del libro de actas donde corre extendida el acta de la junta general de
accionistas del 26 de febrero de 1999, coincidimos con el Tribunal cuando
revoca la observacin, puesto que dicha aclaracin no tendr ninguna
implicancia en el acuerdo de directorio cuya inscripcin se solicita. Es decir, en
este caso, la incompatibilidad observada por la registradora carece de
fundamento, puesto que el contenido de dicho ttulo es irrelevante para la
inscripcin del presente acuerdo de directorio.
Respecto al ttulo 86/3624, la situacin es distinta a la anterior, puesto
que si bien en ese caso el ttulo era irrelevante para la inscripcin del acuerdo
de directorio solicitado, en este caso, por el contrario, es necesaria la
inscripcin previa de los acuerdos del mismo (sesin de directorio del 9 de
marzo de 2001), puesto que en l se solicita la recomposicin del directorio de
la sociedad que participa posteriormente en la sesin del 2 de abril de 2001.
La discrepancia entre los directores asistentes y sus cargos con los que
aparecen inscritos en la partida registral correspondiente, fue el motivo por el
cual el Tribunal confirm la observacin de primera instancia, dado que en la
presente resolucin se observa la legitimidad del presidente para convocar
vlidamente a sesin de directorio. Si la sesin del 9 de marzo de 2001 hubiese
estado inscrita, es probable que no se hubiese observado la legitimidad de la
sesin que ahora es materia de apelacin.
4.

Libros societarios e incompatibilidad de ttulos preinscritos

Con relacin al extremo de la resolucin del Tribunal Registral por el


cual se ha ampliado la observacin efectuada por la primera instancia respecto
del ttulo apelado, referida a que el libro en que se ha asentado el acta cuya
inscripcin se solicita no concuerda con el que obra en el antecedente registral,
consideramos que dicha ampliacin es correcta por las siguientes
consideraciones:
En primer lugar, la citada observacin se sustenta en que ambos libros
consignan el nmero 1, pero sin embargo han sido legalizados ante distintos
notarios. Creemos que es pertinente la medida adoptada, puesto que
corresponde al registrador calificar la legalidad del ttulo en cuya virtud se
solicita la inscripcin (11).
Es importante tener en consideracin que conforme lo dispone el primer
prrafo del artculo 170 de la LGS, las deliberaciones y acuerdos del directorio
deben ser consignados, por cualquier medio en actas que se recogern en un
libro, en hojas sueltas o en otra forma que permita la ley y, excepcionalmente,
conforme al artculo 136 (...).

En este caso existe un libro de actas donde se consignan los acuerdos


adoptados por el directorio de la sociedad y ello se acredita con la copia
certificada por notario del acta, la que a su vez incluye la legalizacin de
apertura del libro respectivo de donde es tomada.
Si verificados los antecedentes registrales (entre ellos los ttulos
archivados que dieron mrito a la inscripcin de los asientos de la partida
registral) aparece que hay otro libro de actas de directorio, consignado tambin
como el primer libro y ante otro notario, debe ser observado el ttulo a fin de
que se haga la subsanacin respectiva a travs de la aclaracin a que haya
lugar y con la sustentacin debida, puesto que no puede haber duplicidad de
los libros sociales.
En segundo lugar, en lo referente al ttulo pendiente 86/933 que es
incompatible con el ttulo venido en grado, corresponde a una omisin en la
calificacin por parte de la registradora. En efecto, dicho ttulo fue ingresado al
registro el 18 de enero de 2001 y se encuentra vigente al haberse anotado la
demanda contencioso-administrativa contra la resolucin del Tribunal Registral
del Norte que resolvi la apelacin contra la denegatoria de inscripcin del
ttulo citado. Asimismo, la demanda contencioso-administrativa corre anotada
en el asiento 30 de la partida registral de la sociedad.
El Tribunal hace referencia a la base legal aplicable a dicho ttulo, en
cuanto a la prrroga del asiento de presentacin y por tanto su incompatibilidad
con el que es materia de apelacin.
Sobre el particular se hace mencin al Reglamento General de los
Registros Pblicos vigente en ese momento, concluyendo que el asiento del
ttulo de presentacin 86/933 ha sido prorrogado en virtud de la anotacin de
demanda, por tanto se encuentra vigente. Esta conclusin la fundamentan en
que debe entenderse que el asiento de presentacin se prorroga si se
promueve accin judicial contra lo resuelto por el rgano de segunda instancia.
No concordamos con este extremo de la resolucin, puesto que
independientemente del hecho de encontrarse vigente el Reglamento General
de los Registros Pblicos anterior, la interposicin de la demanda contenciosoadministrativa que pueda promoverse no suspende los efectos de la resolucin
que agota la va administrativa, habiendo reiterada jurisprudencia al respecto
(12).
Ms an cuando, como en el presente caso, al ser este ttulo de fecha
anterior al que es materia de la presente apelacin, no podr inscribirse ningn
ttulo incompatible con este.
Considero que la interpretacin del Tribunal en ese momento ha sido
revertida por lo dispuesto por el actual Reglamento General de los Registros
Pblicos, donde en su artculo 164 regula lo relacionado con la vigencia del
asiento de presentacin para la interposicin de demanda contenciosoadministrativa.

Sobre el particular seala que de proceder la interposicin de demanda


contencioso-administrativa, el asiento de presentacin se mantiene vigente por
45 das desde la notificacin de la resolucin, a fin de permitir nicamente la
anotacin de la demanda.
Anotada la demanda, o vencido el plazo sealado, caduca el asiento de
presentacin del ttulo que fuera materia de inscripcin y se procede a la tacha
del ttulo, con lo cual concluye el procedimiento y pierde el carcter de
incompatible, en caso de serlo.
Sin embargo, se precisa que en caso de ampararse la demanda por el
Poder Judicial, los efectos de la inscripcin a que d lugar, se retrotraern a la
fecha de presentacin del ttulo apelado.
Lo sealado subsanara la incompatibilidad que podra presentar el ttulo
86/933 con el que es materia de apelacin, de acuerdo con el pronunciamiento
del Tribunal, con relacin a los directores que aparecen removidos y
designados respectivamente, los mismos que discrepan de los que asisten a la
sesin del 2 de abril de 2001.
Un aspecto de fondo, y no formal, como los que hemos tratado hasta
este momento, que nos parece de suma importancia y que no ha sido tratado
en la resolucin, es el relacionado propiamente con la eleccin y composicin
del directorio de la sociedad, como consecuencia de la remocin de algunos
directores, siendo de aplicacin los artculos 154 a 157 de la L.G.S.
De acuerdo con lo citado en el quinto considerando de la resolucin,
cuando se menciona la composicin del directorio que aparece inscrita en el
registro, se hace mencin a los directores titulares y alternos; sin embargo, con
relacin a los dos directores alternos mencionados no se hace referencia a cul
o cules de los directores titulares corresponde sustituir de manera definitiva,
en caso de vacancia, o en forma transitoria en caso de ausencia o impedimento
(13).
Sobre el particular es pertinente citar lo expresado por Enrique Elas
cuando menciona que Tratndose de directores alternos, estos deben ser
elegidos, en nmero de uno o ms, para cada titular. Su incorporacin se
produce nicamente respecto del titular para quien ellos han sido elegidos
como alternos (14).
Lo mismo sucede cuando se menciona el acto por inscribir mediante el
ttulo 86/933, cuando se habla de la remocin de algunos directores, del
reemplazo de los mismos y la designacin de directores alternos, sin que se
haga la precisin necesaria respecto de a cules de los directores
correspondera el director alterno.
Consideramos que en caso de que los ttulos que han citado no
contengan de modo expreso la precisin sealada, tambin ha debido ser

materia de observacin ese aspecto, puesto que en caso contrario, una vez
subsanada la observacin respectiva y encontrndose supuestamente
expeditos para la inscripcin, daran lugar a una nueva observacin que tendra
que considerarse necesariamente como una observacin sucesiva, salvo que
se proceda a inscribir con esa omisin desnaturalizndose la figura de los
directores alternos, ya que ello importara la figura de los directores suplentes.
III.

CONCLUSIONES

Luego de analizar los considerandos de la resolucin de la Tercera Sala


del Tribunal Registral, creemos que la misma se encuentra ajustada a derecho,
salvo en la parte que considera que si se promueve una accin judicial contra
lo resuelto por el rgano de segunda instancia administrativa registral, es decir,
un proceso contencioso-administrativo, se prorroga el asiento de presentacin
hasta la conclusin de dicho proceso.
Es muy importante el tratamiento ilustrativo que se da en el sexto
considerando de la resolucin de lo que significa la labor de calificacin cuando
se presenta un ttulo en el cual el acto por inscribir proviene de un acuerdo
adoptado en sesin de directorio. Esto es, la verificacin de que la convocatoria
sea vlida o que se trate de una sesin universal, la verificacin del qurum
para su instalacin como para adoptar acuerdos vlidos, las formalidades del
acta y su inclusin en el libro de actas, la concordancia de lo que se quiere
inscribir con los antecedentes registrales y el tema vinculado con el principio de
prioridad y su relacin con los ttulos conexos (de existir) a fin de verificar la
compatibilidad o no entre ellos.
Asimismo, es interesante la posicin del Tribunal referida a la inscripcin
previa del nombramiento de directores y de sus facultades, a fin de que
nicamente los legitimados por la publicidad registral puedan convocar,
celebrar e inscribir acuerdos de directorio.
Finalmente, es necesario reparar en la distincin doctrinaria sobre los
directores alternos y suplentes, teniendo cada una de ellos sus propios
requisitos y caractersticas.

DERECHO DE FAMILIA
LOS COLEGIALES MAYORES DE
ALIMENTARIO? - Emilia Bustamante Oyague

EDAD

TIENEN

DERECHO

LOS COLEGIALES MAYORES DE EDAD


ALIMENTARIO? ( Emilia Bustamante Oyague (*))

TIENEN

DERECHO

En el caso de un estudiante que an no concluye los estudios secundarios pero


que ya alcanz la mayora de edad, tendr derecho a seguir percibiendo su
pensin de alimentos? Este tema lleva a tratar los aspectos que cubre el
derecho alimentario, as como la evaluacin en torno al concepto del estado de
necesidad del alimentista. Ante ello cabe preguntarse acaso no forma parte
del estado de necesidad del alimentista terminar los estudios secundarios? La
respuesta al parecer es negativa para la Corte Casatoria. Opinin distinta es
la que nos propone la autora en el siguiente artculo.
CASACIN N 3016-2002 LORETO-IQUITOS (1)
Lima, veintiuno de febrero del dos mil tres.
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPBLICA, vista la causa nmero tres mil diecisis dos mil dos; con el
acompaado, en la audiencia pblica de la fecha y producida la votacin con
arreglo a ley, emite la siguiente sentencia:
MATERIA DEL RECURSO
Se trata del recurso de casacin interpuesto por don Erick Martn Viena
Vivanco, mediante escrito de fojas ciento treinta, contra la sentencia de vista
emitida por la Sala Civil Mixta de la Corte Superior de Justicia de Loreto de
fojas ciento veintitrs, de fecha cinco de agosto del dos mil dos, que revocando
la apelada y reformndola declar fundada la demanda de exoneracin de
alimentos, sin costas ni costos;

FUNDAMENTOS DEL RECURSO


Que, concedido el recurso de casacin a fojas ciento treintitrs, fue
declarado procedente por resolucin del dieciocho de octubre del dos mil dos,
por las causales contempladas en los incisos primero y segundo del artculo
trescientos ochentisis del Cdigo Procesal Civil, sustentada en: a) la
interpretacin errnea del artculo cuatrocientos ochentitrs del Cdigo Civil,
debiendo ser su interpretacin correcta lo siguiente: el presupuesto referido a la
profesin debe entenderse no solamente a los estudios superiores
(universitarios o institutos superiores), sino tambin aquellas etapas o estudios
preprofesionales, como son los estudios primarios, secundarios o
preuniversitarios, como son las academias de ingreso a universidades, que se
requiere agotar para al final obtener una profesin u oficio y b) la inaplicacin
del artculo cuatrocientos setentids del Cdigo Civil, que seala que cuando el
alimentista es menor de edad, los alimentos tambin comprenden, entre otros,
a la educacin, y si bien el recurrente es mayor de edad, est siguiendo
estudios secundarios, esto es precisamente el presupuesto de la educacin;
CONSIDERANDO
Primero: Que, el artculo cuatrocientos ochentitrs del Cdigo Civil
establece que el obligado a prestar alimentos puede pedir que se le exonere si
disminuyen sus ingresos de modo que no pueda atenderla sin poner en peligro
su propia subsistencia, o si ha desaparecido en el alimentista el estado de
necesidad y que sin embargo, si subsiste el estado de necesidad por causas de
incapacidad fsica o mental debidamente comprobadas o el alimentista est
siguiendo una profesin u oficio exitosamente, puede pedir que la obligacin
contine vigente;
Segundo: Que, la sentencia de vista ha establecido que no se encuentra
acreditado en autos que el estado de necesidad del demandado se deba a
causas de incapacidad fsica o mental, menos an est acreditado que el
demandado est siguiendo una profesin u oficio exitosamente, porque est
cursando estudios secundarios;
Tercero: Que, el recurrente sostiene que la interpretacin correcta del
artculo cuatrocientos ochentitrs del Cdigo Civil, es que el presupuesto
referido a la profesin debe entenderse no solamente a los estudios superiores,
sino tambin a aquellas etapas o estudios preprofesionales, como son los
estudios primarios, secundarios o preuniversitarios, como son las academias
de ingreso a universidades que se requiere agotar para el final obtener una
profesin u oficio;
Cuarto: Que, como lo establece la sentencia de vista, el recurrente
contaba con dieciocho aos cumplidos cuando se interpuso la demanda de
exoneracin de alimentos;
Quinto: Que, tambin est establecido que se encontraba cursando el
cuarto ao de educacin secundaria;

Sexto: Que, si bien para poder acceder a los estudios superiores, se


tiene que pasar por las etapas o estudios preprofesionales, como son los
estudios primarios, secundarios o preuniversitarios, es decir, academias de
ingresos a universidades, el artculo cuatrocientos ochentitrs del Cdigo Civil,
en todo caso, est referido a cursar estudios exitosamente;
Stimo: Que, resulta evidente que un estudiante con dieciocho aos de
edad que se encuentra en el cuarto ao de educacin secundaria, no lo est
realizando exitosamente, porque por su edad debera haber terminado la
educacin secundaria;
Octavo: Que, el artculo cuatrocientos setentids del Cdigo Civil no
resulta aplicable en el segundo prrafo que sostiene el recurrente, porque est
referido a los menores de edad;
Noveno: Que, teniendo el recurrente motivos atendibles para litigar, de
conformidad con el artculo cuatrocientos doce del Cdigo Procesal Civil, se le
exonera del pago de las costas y costos;
Dcimo: Que, por las razones expuestas y no presentndose las
causales contempladas en los incisos primero y segundo del artculo
trescientos ochentisis del Cdigo Procesal Civil, y aplicando el artculo
trescientos noventiocho del Cdigo Adjetivo, declararon INFUNDADO el
recurso de casacin interpuesto por don Erick Martn Viena Vivanco a fojas
ciento treinta, NO CASAR la sentencia de vista de fojas ciento veintitrs, del
cinco de agosto del dos mil dos; sin costas ni costos; DISPUSIERON la
publicacin de la presente resolucin en el Diario Oficial El Peruano en los
seguidos por Alfonso Viena Linares con Erick Martin Viena Vivanco, sobre
Exoneracin de Alimentos; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; MENDOZA RAMREZ; AGUAYO DEL
ROSARIO; LAZARTE HUACO; PACHAS VALOS.
ANLISIS Y CRTICA JURISPRUDENCIAL
I.

PRESENTACIN DEL CASO

El derecho a percibir alimentos es tan elemental como el derecho al


nombre, a la vida, a la libertad individual, por citar algunos ejemplos; siendo un
componente de lo que se entiende por alimentos la educacin del alimentista.
En el presente fallo casatorio, el obligado a dar alimentos (alimentante) solicita
judicialmente la exoneracin de esta obligacin, estando a que el alimentista ha
alcanzado la mayora de edad. Lo peculiar del caso es que el beneficiario de la
pensin de alimentos es un estudiante de educacin secundaria que se
encuentra cursando el cuarto ao de estudios.
Como puntos de anlisis proponemos tratar acerca de los alcances del
derecho alimentario, las condiciones para que opere aquel, y la exoneracin de
alimentos.

II.

HECHOS DEL CASO

1.
Erick Martn Viena Vivanco de 18 aos de edad cursa el cuarto
ao de estudios secundarios y recibe una pensin de alimentos de Alfonso
Viena Linares.
2.
El alimentante, Alfonso Viena Linares, demanda la exoneracin de
pensin de alimentos
3.
Por sentencia de vista expedida por la Sala Civil Mixta de la Corte
Superior de Justicia de Loreto, de fecha 5 de agosto del 2002, se revoca la
apelada y reformndola se declara fundada la demanda de exoneracin de
alimentos.
4.
La Corte Suprema de Justicia declara Infundado el recurso de
casacin interpuesto por Erick Martn Viena Vivanco, en consecuencia No Casa
la sentencia de vista del 5 de agosto del 2002.
III.

ANLISIS

1.

Alcances del derecho alimentario

Roca I Tras cuando se refiere a la obligacin alimentaria entre parientes,


seala que, entre otras consecuencias, el derecho a la vida lleva consigo la
necesidad de la persona de ser mantenida, cuando se encuentra en una
situacin en la que no pueda proveer por s misma a su sustento (2).
Por su parte, Somarriva Undurraga refiere que el legislador al establecer
el derecho a alimentos en la ley, no hace sino reconocer un derecho ms fuerte
que ella misma, y darle mayor importancia y relieve. Lo cual es as porque el
derecho alimentario se sustenta en la equidad, en el derecho natural,
estableciendo que una persona tiene derecho a exigir alimentos de otra;
basndose este derecho en la relacin de parentesco o por el vnculo
matrimonial (3).
Por su parte, Dez-Picazo y Gulln refieren que la obligacin de
brindarse alimentos entre familiares se deriva del principio de solidaridad
familiar, que obliga a los parientes a atender las necesidades vitales que
cualquiera de ellos tenga o no pueda satisfacer por s (4). Es el vnculo familiar
entonces el que crea la relacin jurdica de alimentos, el cual estatuye la
relacin obligacional de carcter legal. Esta relacin, de naturaleza netamente
asistencial, trasunta principios de solidaridad familiar ante las contingencias
que pueden poner en peligro la subsistencia fsica de uno de sus miembros y
que le impiden, circunstancial o permanentemente, procurarse los medios
necesarios para asegurar esa subsistencia (5).
a.

Caractersticas del derecho alimentario

Al estar establecido el derecho de alimentos en consideracin de la


persona del alimentista, el derecho de alimentos tiene el carcter de
personalsimo. Adems, es un derecho incomerciable, pues no se puede
disponer de este derecho alimentario, lo cual es diferente en cuanto a la
manera en que se va a materializar esta obligacin alimentaria, de modo que la
prestacin puede consistir en una suma lquida en dinero o en especie.
Derivndose, luego, las siguientes notas caractersticas del derecho
alimentario: como un derecho intransferible ya sea por acto entre vivos como
por causa de muerte; asimismo, es irrenunciable dado que como derecho le
est conferido a la persona del beneficiario, quien siempre que se encuentre en
estado de necesidad podr requerrselos a los obligados frente a l; tambin es
un derecho imprescriptible, lo cual significa que el alimentista podr pedirle
alimentos al obligado o deudor alimentario en cualquier momento de su vida,
siempre y cuando concurran los requisitos establecidos por la ley para
solicitarlos; y por ltimo es un derecho inembargable, dada la naturaleza del
derecho que tiene como finalidad el proporcionar lo que sea necesario para la
subsistencia de la persona (6).
La nota caracterstica fundamental es que el derecho de alimentos es
intuito personae, porque la relacin se da entre determinadas personas y solo
entre ellas, por lo que no se transmite a los sucesores por la muerte del
alimentante (deudor alimentario) o alimentista (acreedor alimentario). Los
herederos del primer obligado podrn desde luego ser sujetos pasivos
(deudores alimentarios), pero por su grado de parentesco frente a otros
parientes, no por su carcter de herederos de aquel, lo que hace que estemos
ante una nueva obligacin alimenticia (7).
b.

Aspectos que comprende la pensin de alimentos

El artculo 472 del Cdigo Civil enuncia el contenido de los aspectos que
comprende el derecho alimentario, en el que se expresa que alimentos es lo
indispensable para el sustento, habitacin, vestido y asistencia mdica, segn
la situacin y posibilidades de la familia. Cuando el alimentista es menor de
edad, los alimentos comprendern tambin su educacin, instruccin y
capacitacin para el trabajo.
Como ya se refiri en otra oportunidad, en el caso de la obligacin de
dar alimentos al menor de edad, debe indicarse que la obligacin alimentaria
de padres a hijos se sustenta en la patria potestad. Encontramos que en el
inciso 1 del artculo 423 del Cdigo Civil se enuncia que forma parte de los
deberes y derechos que genera la patria potestad, el proveer el sostenimiento y
educacin de los hijos. Siendo el derecho alimentario expresin de la
obligacin de sostenimiento de los hijos.
Por otra parte, el Cdigo de los Nios y Adolescentes regula el derecho
de alimentos a favor de los menores de edad, ampliando los conceptos
comprendidos en el artculo 472 del Cdigo Civil, incluyndose lo necesario
para la recreacin, y los gastos del embarazo de la madre hasta los gastos del
postparto. As, en el artculo 92 del Cdigo de los Nios y Adolescentes se
expresa que:

se considera alimentos lo necesario para el sustento, habitacin,


vestido, educacin, instruccin y capacitacin para el trabajo, asistencia mdica
y recreacin del nio o del adolescente. Tambin los gastos del embarazo de la
madre desde la concepcin hasta la etapa de postparto.
Cuando el alimentista es un menor de edad, los alimentos adems de
comprender lo necesario para subsistir, tambin comprendern los gastos de
su educacin, instruccin y capacitacin para el trabajo, de acuerdo con el
segundo prrafo del artculo 472 del Cdigo Civil concordado con la segunda
parte del artculo 92 del Cdigo de los Nios y Adolescentes.
En torno a los aspectos que cubre el derecho alimentario, encontramos
que en el Expediente N 1464-97, la Sala Superior de la Corte Superior de
Justicia de Lima, mediante sentencia de fecha 1 de agosto de 1997, seal:
Primero.- Que se entiende por alimentos lo que es indispensable para el
sustento, habitacin, vestido y asistencia mdica, siendo que, cuando el
alimentista es menor de edad, los alimentos comprenden tambin su
educacin, instruccin y capacitacin para el trabajo; Segundo.- Que, en tal
entendido, el derecho alimentario es irrenunciable, respecto al menor de edad,
por lo tanto el rgano Jurisdiccional hace hincapi para que ambos padres
contribuyan a prestar alimentos conforme se establece en el artculo 101 del
Cdigo de los Nios y Adolescentes.
Nuestro Cdigo Civil en el artculo 474 seala quines se deben
alimentos recprocamente: 1.- Los cnyuges; 2.- Los ascendientes y
descendientes; 3.- Los hermanos.
En cuanto a la obligacin alimentaria entre el marido y la mujer, Cornejo
Chvez seala que esta viene insumida en otra de mayor amplitud, que es la
que dimana del deber de asistencia que el artculo 288 (8) del Cdigo consagra
en trminos no por escuetos en su letra, menos amplios en su contenido.
En cuanto a los gastos de educacin, Roca I Tras relieva que de
acuerdo con el artculo 142.2. del Cdigo Civil espaol, se incluyen en esta
clase de gastos cuando el alimentista sea menor de edad y an despus,
cuando no haya acabado su formacin por causa que no le sea imputable; esta
disposicin debe interpretarse en el sentido de que debern prestarse los
alimentos a quien demuestre una preocupacin por acabar su formacin
independientemente del xito que consiga en sus estudios (9).
2.

Condiciones para que se establezca una pensin de alimentos

Nuestro Cdigo Civil determina las condiciones para fijar la pensin de


alimentos en el artculo 481 cuando indica que:
Los alimentos se regulan por el juez en proporcin a las necesidades de
quien los pide y a las posibilidades del que debe darlos, atendiendo adems a

las circunstancias personales de ambos, especialmente a las obligaciones a


que se halle sujeto el deudor.
As, para establecer cul va a ser el monto de la pensin alimentaria, por
imperio de la norma se toman en cuenta dos condiciones: por un lado, el
estado de necesidad de quien solicita alimentos (acreedor alimentario) y, por
otro lado, las posibilidades del obligado a dar alimentos (deudor alimentario).
a.

Estado de necesidad del alimentista o acreedor alimentario

Uniformemente, la doctrina entiende que una persona se encuentra en


estado de necesidad cuando no est habilitada para subsistir modestamente,
de un modo correspondiente a su posicin econmica y social. Para solicitar
alimentos no se requiere estar en la indigencia, basta que quien tiene derecho
no logre los ingresos necesarios para vivir modestamente, considerando el
nivel social al que ha estado acostumbrado (10).
Como criterios por tener en cuenta para determinar el estado de
necesidad del alimentista, se han propuesto: el patrimonio y la capacidad de
trabajo de quien pretende obtener la pensin de alimentos. Acerca del primer
criterio, sobre el patrimonio, se seala que quien tenga bienes suficientes no
puede reclamar alimentos, as los bienes sean improductivos. Y en relacin a la
capacidad de trabajo, se dice que el individuo que tiene capacidad para
trabajar, para lograr su sustento, no tiene derecho a solicitar pensin
alimenticia; sin embargo, se propone asimismo tener en cuenta dependiendo
de cada caso las circunstancias de edad, sexo, estado de salud, educacin y
posicin social. Por ejemplo, no podra alegarse la alta preparacin de un
profesional y su consecuente capacidad para trabajar, con el objeto de liberarse
de la obligacin alimenticia, cuando el profesional no logra conseguir, a pesar
de grandes esfuerzos, un empleo para ejercer su oficio (11).
Por su parte, Cornejo Chvez al comentar este requisito del estado de
necesidad del solicitante, seala que por regla general debe ser probado por el
alimentista, aunque debe tenerse en cuenta que existen dos excepciones, a
saber, la de los hijos menores que piden alimentos a sus padres y, en alguna
medida, la de los hermanos menores (12).
b.
alimentario

Las posibilidades del obligado a prestar alimentos o deudor

El segundo elemento por considerar es la capacidad econmica del


obligado a prestar los alimentos. Para ello se consideran las posibilidades con
que cuenta el deudor alimentario, as como las circunstancias que lo rodean,
como por ejemplo otras obligaciones del hogar que el deudor tenga para con su
familia. En suma, para que se establezca una pensin de alimentos a su cargo,
se requiere que haya exceso de las rentas del obligado sobre los gastos
necesarios a su cargo.
Sin embargo, en el caso de los hijos o el cnyuge, se considera que por
pocos que sean los ingresos de una persona, siempre estar obligada a

compartirlos con su familia inmediata. Ya que lo mnimo que se puede exigir a


quien tiene la obligacin de cumplir con los alimentos, es que se esfuerce por
satisfacerlos. El deudor alimentario no puede disculparse argumentando que no
tiene ingresos, cuando tampoco hace lo necesario para conseguirlos (13).
De los dos elementos expuestos, queda pues en la probanza que se
acte durante el proceso, que se acerque a una idea de cules son las
posibilidades econmicas del obligado y paralelamente se establezcan cules
son las necesidades acreditadas por el alimentista. Una cita basta a guisa de
ejemplo: al fijarse el aumento de la pensin alimenticia se deben tener en
cuenta no solo las posibilidades del obligado, sino las necesidades que este
afronta; as como que la accionante no se encuentra imposibilitada de laborar, y
de esta manera coadyuvar a la satisfaccin de sus necesidades (14).
3.

La exoneracin de alimentos

En el artculo 483 del Cdigo Civil se indica que:


El obligado a prestar alimentos puede pedir que se le exonere si
disminuyen sus ingresos, de modo que no pueda atenderla sin poner en peligro
su propia subsistencia, o si ha desaparecido en el alimentista el estado de
necesidad.
Tratndose de hijos menores, a quienes el padre o la madre estuviese
pasando una pensin alimenticia por resolucin judicial, esta deja de regir al
llegar aquellos a la mayora de edad.
Sin embargo, si subsiste el estado de necesidad por causas de
incapacidad fsica o mental debidamente comprobadas o el alimentista est
siguiendo una profesin u oficio exitosamente, puede pedir que la obligacin
contine vigente.
De acuerdo con este artculo, el deudor alimentario, esto es, el obligado
a prestar alimentos, tiene la facultad de solicitar que se le exonere de seguir
prestndolos, lo cual podr ocurrir ante la afectacin de alguna de las
condiciones para prestar los alimentos, en funcin de la variacin que haya
tenido en su capacidad para asumir la pensin, ya sea porque se han reducido
sus ingresos de forma tal que no pueda asumir la obligacin sin afectar su
propia subsistencia o porque haya desaparecido el estado de necesidad en el
alimentista (acreedor alimentario).
Cornejo Chvez diferencia en cuatro los supuestos que regulaba el texto
original del artculo 483. El primer supuesto, el del alimentante que, por haber
disminuido sus ingresos (o resultar estos insuficientes, obviamente), no est en
condiciones de seguir sirviendo la pensin sin poner en peligro su propia
subsistencia; caso en el cual procede la exoneracin, ya que a nadie puede
exigrsele que deje de alimentarse a s mismo por alimentar a otro; pero ha de
seguir al efecto el juicio correspondiente; el segundo supuesto, el del
alimentista cuyo estado de necesidad ha desaparecido (ordinariamente por
disponer ya de medios propios de subsistencia), supuesto en el cual procede

tambin la exoneracin (pues ha desaparecido el estado de necesidad, que es


uno de los presupuestos indispensables para el surgimiento o mantenimiento
de la relacin alimentaria); mas tambin ha de seguir el juicio respectivo; tercer
supuesto, el del alimentista que lo era en su condicin de hijo menor del
alimentante y que llega a la mayoridad; caso en el cual no se necesita juicio
especial, sino que opera automticamente el cese de la obligacin; y cuarto
supuesto, el del alimentista, hijo del alimentante que, no obstante haber
alcanzado la mayoridad, contina en estado de necesidad o est siguiendo con
xito una profesin u oficio; caso en el que deber pedir judicialmente que se
declare que contina en vigencia la relacin alimentaria (15).
Como ya sealramos antes, hay una presuncin de estado de
necesidad del menor de edad, as lo corrobora el segundo prrafo del artculo
precitado, ya que en caso de que se trate de hijos menores a quienes el padre
o la madre les estuviese pasando una pensin alimenticia por mandato judicial,
se entiende que dicha sentencia deja de tener vigencia cuando los alimentistas
lleguen a la mayora de edad.
De acuerdo con el tercer prrafo de dicho artculo 483, modificado por el
artculo 1 de la Ley N 27646 publicada el 23 de enero del 2002, la obligacin
de alimentos cesa cuando los hijos alcanzan la mayora de edad, siendo
posible extenderla pero solo en el supuesto de que subsista el estado de
necesidad por causas de a) incapacidad fsica o mental debidamente
comprobadas o b) si el alimentista est siguiendo una profesin u oficio
exitosamente. En cuyos casos, la obligacin alimentaria se extender mientras
que se produzca cualquiera de esas condiciones, siendo la ratio legis de esta
norma el sentido protector y tuitivo del desarrollo de la persona necesitada de
alimentos que sustenta su continuacin.
Comentando el tercer prrafo del artculo 483 Aguilar Llanos dice que se
entiende que la capacidad civil que se adquiere a los 18 aos torna a la
persona en la posibilidad de agenciarse de recursos para atender sus
requerimientos; ahora bien, puede acontecer que al llegar a los 18 aos, la
persona no se encuentre en aptitud de solventar por s mismo sus
necesidades, o por tener que dedicarse al estudio no le permite emprender
labores que le proporcionen recursos. En estos casos se tendrn que probar
estas situaciones, de lo contrario el alimentista no seguir gozando de los
alimentos (16).
En particular, en el caso de los estudios del hijo alimentista debe
repararse en que la norma alude a estudios superiores exitosos. Relacionando
este concepto al caso de la ejecutoria bajo comentario, resulta difcil concluir a
priori que los estudios por ser del cuarto ao de secundaria puedan ser
asimilados a estudios superiores; sin embargo, se requiere haber culminado los
estudios secundarios para poder acceder a los estudios superiores.
Apreciamos que nuestra legislacin ha determinado un ncleo bsico de
lo que debe entenderse por estado de necesidad, esto es, considerar las
necesidades en torno al sustento, habitacin, vestido, educacin y asistencia
mdica que requiere el peticionante de alimentos. Siendo lo usual o normal

que los estudios secundarios se terminen a los 16 o 17 aos de edad, en el


caso de que el alimentista alcance la mayora de edad pero an no haya
concluido sus estudios secundarios, nosotros creemos que debe compulsarse
de forma previa la manera en que se estn llevando a cabo los estudios, si es
un alumno(a) regular, si tiene un desempeo aceptable, si es un alumno
constante y dedicado a los estudios; pensamos puede ser que por alguna
causa ajena a su voluntad (por ejemplo, accidentes) haya visto quebrados sus
estudios, y por ello recin a los 18 aos se encuentre cursando estudios
secundarios en el cuarto ao, podr decirse que no sigue sus estudios
superiores con xito?, cmo podr incursionar en los estudios superiores
(universitarios, por ejemplo) si no concluye el paso previo que significa la
educacin secundaria? En verdad, la postura de la Corte Casatoria deja
cerrada la posibilidad de realizar una interpretacin casustica de los supuestos
fcticos de la norma contenida en el tercer prrafo del artculo 483 acorde a la
ratio legis de la norma. No entendemos cmo si se puede posibilitar la
extensin de la obligacin alimentaria para un estudiante universitario que ya
alcanz la mayoridad mas no as para un estudiante secundario.
IV.

A MODO DE CONCLUSIN

Del anlisis de la sentencia de Casacin N 3016-2002 Loreto-Iquitos


puede sealarse que, siendo el derecho alimentario un derecho esencial para
la subsistencia de los parientes, y que se ve materializado en una pensin de
alimentos, por la que se busca cubrir lo necesario para el desarrollo de la
persona, empezando por la propia alimentacin, cuidado de su salud y
educacin. En el caso de los hijos menores de edad no se requiere una
determinacin o acreditacin previa del estado de necesidad, porque la sola
minoridad hace presumir que no estn en aptitud de poder mantenerse ni
educarse solos, recayendo esa obligacin en sus parientes ms cercanos,
principalmente en sus progenitores. Que, cuando el alimentista alcance la
mayora de edad y an no haya terminado sus estudios secundarios, debe
entenderse que an no ha variado la presuncin de estado de necesidad, si es
que existen causas justificativas de por qu no culmin antes dichos estudios y
siempre que no se encuentre en aptitud para poder sostenerse a s mismo.
Lima, octubre del 2003.

DERECHO PROCESAL CIVIL

LA PRESCRIPCIN ENTRAMPADA ENTRE LAS NORMAS DEL CDIGO


PROCESAL CIVIL - Eugenia Ariano Deho
EVALUACIN DE LAS MODIFICACIONES INTRODUCIDAS AL REMATE
JUDICIAL - COMENTARIOS A LA LEY N 27740 - Lourdes Absi Porras

LA PRESCRIPCIN ENTRAMPADA ENTRE LAS NORMAS DEL CDIGO


PROCESAL CIVIL (Eugenia Ariano Deho (*))
Tal como lo precisa la autora, el rgimen normativo de la prescripcin en
nuestro Cdigo Procesal Civil no solo es fuente de dilaciones indebidas, sino
casi siempre impide al instituto operar como debera correctamente. Uno de los
problemas que se observa es que la gran mayora de nuestros jueces
consideran que las normas del Cdigo Civil sobre prescripcin son procesales,
lo cual es simplemente absurdo si no fuera por ms porque la prescripcin se
madura toda fuera del proceso. Otro de los efectos perniciosos se da cuando
las instancias de mrito desestiman la relativa excepcin de plano, sin tomar en
cuenta si la Corte Superior, activada por la apelacin, confirma la resolucin
desestimatoria (o en su caso revoca la que la estimaba), no estando ante un
auto que en revisin pone fin al proceso, no permite un recurso de casacin
inmediato, pero la propia Corte Suprema puede conocer del asunto al momento
de recurrirse en casacin el trmite principal.
ANLISIS Y CRTICA JURISPRUDENCIAL
SUMARIO: I. Premisa. II. La prescripcin como motivo de contradiccin en la
ejecucin de garantas. La Cas. N 2360-2002/Piura. III. La desestimacin de la
excepcin de prescripcin en el proceso declarativo. La Cas. N 270-2001/La
Libertad. IV. Sigue. La preclusin del artculo 466 CPC y recurso de casacin
forzadamente diferido. V. Estimacin de la excepcin de prescripcin en el
proceso declarativo. El error en el cmputo del plazo de prescripcin como
error in procedendo. Las sentencias de casacin N 1308-2000 y N 2684-

2001. VI. Sigue. El error en el cmputo del plazo como error in iudicando. Las
Sentencias de Casacin N 977-99/Ayacucho, N 2579-2000/Junn y N 32232000/Arequipa. VII. Reflexiones. VIII. Un significativo auto.
I.

PREMISA

Hace ya dos aos, al cerrar mi comentario a la Sentencia de Casacin


N 2197-98/Huaura tras haber relatado lo que se me ocurri (bien o mal) llamar
la triste historia de la procesalizacin de la prescripcin, manifestaba mi
expectativa por el tratamiento que nuestros jueces le depararan en el futuro a
la degradada prescripcin (1).
El tiempo ha pasado y creo que sea oportuno pasar revista a algunas
resoluciones en las que se tocan con la mano las consecuencias nefastas de la
procesalizacin de nuestro complejo fenmeno extintivo.
Como vamos a ver en seguida, el tratamiento normativo que el CPC le
ha dado a la prescripcin no solo es fuente de dilaciones indebidas, sino que
la ms de las veces impide al instituto operar como debera operar, de all que
bien podemos decir que no solo la prescripcin ha sido, desde que entr en
vigencia el CPC, degradada, sino tambin, y sobre todo, entrampada en la
maraa de las poco pensadas normas procesales vigentes.
II.
LA PRESCRIPCIN COMO MOTIVO DE CONTRADICCIN EN
LA EJECUCIN DE GARANTAS. LA CAS. N 2360-2002/PIURA
Como es sabido, el artculo 446 CPC incluye entre sus excepciones
(procesales) a la prescripcin extintiva. Ello significa que la prescripcin solo
puede ser planteada como se plantean todas las excepciones procesales del
artculo 446 CPC y en los preclusivos tiempos que artificiosamente nos
estableci el legislador para cada (denominada) va procedimental. Sin
embargo, hay un proceso en el cual la prescripcin puede ser planteada como
cuestin de fondo: en la denominada contradiccin de la ejecucin de
garantas.
En efecto, el artculo 722 CPC entre las pocas cosas que le permite
alegar al ejecutado como motivo de contradiccin est el que (ntese) la
obligacin se encuentra prescrita. Ello significa que la prescripcin est
configurada como motivo especfico de oposicin a la ejecucin en el mismo
plano que el pago o cualquier otro evento extintivo de la obligacin por la cual
se procede, lo que trae como consecuencia que, a diferencia de lo que ocurre
en el proceso declarativo en el que de estimarse la excepcin procesal de
prescripcin se declare nulo todo y simplemente concluido el proceso
(artculo 451 inc. 5 CPC), en el supuesto en el cual se considere que se dan
todos los elementos que configuran el evento prescripcin, lo que se declara
fundada es la contradiccin trayendo como consecuencia (procesal) que se
declare la improcedencia de la ejecucin (2).
Muy bien as ocurri en el caso que motiv la expedicin de la Sentencia
de Casacin N 2360-2002/Piura, de fecha 4 de diciembre del 2002 (3).

En ese caso la ejecutante era una cooperativa de ahorros en liquidacin.


La ejecutada haba alegado como motivo de contradiccin el evento de la
prescripcin de la obligacin (que haba nacido de un contrato de mutuo). En
primera instancia se declara fundada la contradiccin y en segunda instancia
tal declaracin es confirmada.
Es as que la ejecutante interpone recurso de casacin fundndose en
los siguientes motivos:
a)
Contravencin de normas que garantizan el derecho a un debido
proceso (inc. 3 del artculo 386 CPC) porque, por un lado, el juzgado y la Sala
al confirmar la resolucin, no han tenido en cuenta que no puede imputarse a
ninguna de las partes la demora de los actos procesales, ya que (...) la
demanda se le notific (...) casi al mes de ser interpuesta, vulnerndose los
intereses de la recurrente, y, por el otro, porque no se puede fundamentar,
para declarar fundada la contradiccin, el hecho de la prescripcin, porque esta
no se ha configurado de ningn modo, ni al tener en cuenta la fecha de
otorgamiento del prstamo (...) ni la de su vencimiento;
b)
Inaplicacin del artculo 172 de la Ley N 26702 (inc. 2 del artculo
386 CPC) en cuanto, formando la ejecutante parte del sistema financiero, era
de aplicacin la citada norma, porque no desampara el derecho de la empresa,
ya que no se ha cumplido el plazo ni se ha declarado la liberacin de la
garanta real.
La Sala Suprema declar procedente el recurso por ambos motivos,
pero, como ya le es usual, al haberse invocado juntos un error in procedendo y
uno in iudicando, inici, en la sentencia, su examen respecto del primero (en
donde, por cierto y para variar, se qued) (4).
Y es as que tras sealar que ambas instancias han resuelto declarando
fundada la contradiccin, habiendo computado el plazo de prescripcin a
partir del otorgamiento del prstamo, y no desde que la obligacin result
exigible, esto es, al vencimiento del plazo del crdito garantizado, en atencin
a que con ello se ha afectado el derecho a un debido proceso, declara
fundado el recurso, nula la de vista, insubsistente la apelada y que el a quo
expida nuevo fallo conforme a ley.
Se dir que la Sala Suprema actu muy bien. Que efectivamente en
materia de obligaciones el plazo de prescripcin comienza a correr no cuando
nace la obligacin sino cuando ella es exigible (5). Ello es obvio (aunque para
los jueces piuranos ciertamente no lo era). Pero lo que est todo por demostrar
es que el error en la determinacin del dies a quo del plazo de prescripcin
configure una afectacin del debido proceso y no un error in iudicando.
Ello se explica justamente porque no todos pero la gran mayora de
nuestros jueces consideran que las normas (del CC) sobre la prescripcin son
procesales (6), por lo cual, cualquier aplicacin indebida, inaplicacin o
interpretacin errnea de las mismas no configurara un error in iudicando

apreciable en casacin, sino un error procesal, lo cual es simplemente


absurdo si no fuera por ms porque la prescripcin se madura toda fuera del
proceso (tanto que la notificacin de la demanda la interrumpe) y en l, a lo
ms, se perfecciona el evento extintivo con la promocin, justamente, de la
excepcin de prescripcin.
Pero absurdo o no que sea, la consecuencia es que, por lo general, si se
quiere tener xito en el recurso de casacin cuando se impugne una resolucin
de la que resulte (desde el ngulo del recurrente) indebidamente aplicada,
inaplicada o errneamente interpretada una norma reguladora de la
prescripcin se tiene que encuadrarla como un error in procedendo, tal como
efectiva y exitosamente se hizo en nuestro caso.
El resultado de todo ello es que de considerarse (como en nuestro caso
se consider) que se aplic indebidamente, inaplic o interpret
errneamente una norma reguladora de la prescripcin en el caso concreto, al
declararse fundado el recurso se repone el proceso al estado en que se
cometi el supuesto vicio, y no se resuelve, de frente, el problema de fondo,
que es lo que ocurre cuando se casa por error in iudicando.
Si en nuestro caso la ejecutante hubiera encuadrado el error en la
determinacin del dies a quo del plazo de prescripcin como un error in
iudicando, habra corrido el alto riesgo de ver su recurso declarado
improcedente (porque las normas reguladoras de la prescripcin no seran
materiales), y habiendo encuadrado sus hechos como error in procedendo
logr lo que buscaba (que se declare fundado el recurso), pero a costa de ver
repuesto el proceso al estado de dictarse nuevo fallo en primer grado! Vale
decir, por si no est claro, que el precio de la procesalizacin de la
prescripcin resulta ser bastante caro (el reenvo al primer juez).
Ergo, nuestra procesalizacin de la prescripcin puede ser fuente de
intiles dilaciones en su operar, pues si no se tuvieran que hacer malabares
para hacer entrar a la prescripcin a la casacin, bien se podra (legtimamente
y sin riesgos) alegar como error in iudicando con todos los beneficios de la
casacin sin reenvo.
Pero al menos en este caso, dilacin o no que se haya producido, a fin
de cuentas, aunque lo fuera como cuestin meramente procesal, la
prescripcin lleg a casacin. Hay que sealar que en hiptesis incluso si la
resolucin de vista hubiera declarado lo contrario o sea infundada la
contradiccin por no haberse verificado a su criterio la prescripcin, habra
sido siempre en hiptesis impugnable por el ejecutado (quien muy
probablemente habra tambin alegado la violacin de su derecho al debido
proceso).
III.
LA DESESTIMACIN DE LA EXCEPCIN DE PRESCRIPCIN
EN EL PROCESO DECLARATIVO. LA CAS. N 270-2001/LA LIBERTAD
En cambio, la procesalizacin de la prescripcin s puede llegar a tener
efectos muy perniciosos en los procesos declarativos, sobre todo cuando las

denominadas instancias de mrito desestiman la relativa excepcin: in


primis, que a una cuestin sustancialsima se le cierre la puerta de la Corte
Suprema.
Estos efectos perniciosos se pueden apreciar claramente en el caso que
motiv la expedicin de la Sentencia de Casacin N 270-2001/La Libertad, de
fecha 8 de junio del 2001 (7).
Se trataba de un proceso en el cual una aseguradora pretenda que los
terceros responsables del dao provocado a un asegurado suyo repitieran a
su favor lo que ella le haba pagado a su asegurado (8). Uno de los
demandados deduce excepcin de prescripcin, la misma que es declarada
infundada en primera instancia y lo que termina confirmndose en segunda.
Como consecuencia, con la excepcin desestimada, se prosigui con el
proceso, el cual termin en primer grado con una sentencia que declar
fundada la demanda de repeticin. Sentencia que es confirmada por la Sala
Superior.
El mismo demandado que haba planteado la excepcin de prescripcin
interpone recurso de casacin fundndose en:
a)
interpretacin errnea del inc. 1 del artculo 1261 CC, por cuanto
el tercero que paga al acreedor sustituyndose al deudor solo puede repetir
contra el deudor, siempre y cuando la obligacin no haya prescrito;
b)
inaplicacin del artculo 1262 CC, puesto que no se ha tomado en
cuenta que la accin de repeticin en va de subrogacin del tercero que paga
la obligacin solamente resulta factible siempre y cuanto esta obligacin no
haya prescrito.
La Sala Suprema declar procedente el recurso por ambos motivos,
pero en su sentencia se declara infundado el recurso, en atencin a que:
a)
la resolucin que declar infundada la excepcin de prescripcin
ha quedado firme, por lo que no es posible modificarla, pues conforme a lo
establecido en el artculo 466 CPC, una vez declarado el saneamiento precluye
toda denuncia relacionada directa o indirectamente con la validez de la
relacin procesal;
b)
no es posible ya en sede de casacin invocar nuevamente la
prescripcin extintiva de la accin, pues la acotada prescripcin ya no es
materia de discusin dado que ha sido resuelta de manera definitiva por la Sala
Superior (...), resolucin firme con las caractersticas que establece el [artculo
123 inc. 1 CPC];
IV.
SIGUE. LA PRECLUSIN DEL ARTCULO
RECURSO DE CASACIN FORZADAMENTE DIFERIDO

466

CPC

Como se puede ver, el hecho de que nuestro legislador (procesal) haya


considerado que en la prescripcin est en juego una cuestin estrictamente
procesal (como podra serlo una cuestin de competencia, de capacidad o de
legitimacin para obrar) y le haya dado el tratamiento procesal que le ha dado,
lleva a considerar que lo que en ella est en juego es la validez de la relacin
procesal, y no una cuestin relativa a la relacin sustancial objeto del proceso.
Ergo, una vez resuelta la cuestin procesal, en sentido negativo para el que la
propuso, se producira la preclusin del artculo 466 CPC: ya no podra
discutirse nunca ms (dentro del proceso) la cuestin ya resuelta
negativamente, cuya resolucin no solo provocara esta preclusin sino que
(ntese) adems estara cubierta por la cosa juzgada.
Para ver cun acertado sea este razonamiento hay que tener en cuenta
que:
1
Cuando se plantea cualquiera de las excepciones del artculo 446
CPC, la parte promueve una cuestin en que, ya sea en forma directa o
indirecta, se le est diciendo al juez: usted no puede pronunciarse sobre el
fondo sin antes resolver esta cuestin; en tal sentido, la resolucin de la
cuestin propuesta se vuelve de previo y especial pronunciamiento (para la
prosecucin de proceso y para la emisin de la resolucin de fondo);
2.
Una vez resuelta en primera instancia en sentido negativo la
cuestin, el proceso siempre contina y, segn si se apele o no, la cuestin
puede ser considerada definitivamente o no resuelta. En tal sentido:
a)
Si no se apela la cuestin debe ser considerada definitivamente
resuelta, pues qued consentida frente a quien la resolucin le era
desfavorable. Y hace que legtimamente la cuestin no pueda ser replanteada
nunca ms (ante nadie).
b)
Si se apela, el juez de apelacin podr confirmar o revocar la
resolucin. Si revoca, dependiendo de cul fuera la excepcin, determinar o
que se reponga el proceso al estado que corresponda (artculo 451 incisos 1 a
4 CPC) o la conclusin del mismo (artculo 451 inciso 5 CPC). Si se confirma,
salvo en el supuesto en el cual (lamentablemente) el proceso se haya llevado
en primera instancia ante juez de paz (letrado o no), la cuestin no podr ser
replanteada ni ante el juez a quo, ni en su momento ante el ad quem, pero ello
no debe significar en absoluto que la cuestin est definitivamente resuelta,
pues an existe un juez que todava no ha intervenido en cuanto a tal cuestin
(la Corte Suprema), y como tal no se puede considerar que haya preclusin
(total) ni mucho menos cosa juzgada.
Precisemos esto ltimo. Si en primera instancia (llevada ante juez
especializado) se desestima una excepcin (cualquiera), si la Corte Superior,
activada por la apelacin, confirma la resolucin desestimatoria (o en su caso,
revoca la que la estimaba), no estando ante un auto que en revisin pone fin al
proceso (artculo 385 inciso 2 CPC), el que propuso la excepcin, ni aun
considerando que la resolucin desfavorable est equivocada, podr impugnar
tal resolucin ante la Corte Suprema para su casacin.

En tal sentido, no procediendo el recurso de casacin contra la


resolucin de vista que desestima (en revisin, o sea en segundo grado) la
excepcin, no se le puede exigir un comportamiento procesal en que se
manifieste su disconformidad con lo resuelto, pues la ley le niega toda
posibilidad de recurrir ante la Corte Suprema. En tal sentido, bien se puede
decir que el recurso de casacin est (por la disposicin del artculo 385 inciso
2 CPC) temporal y forzadamente diferido (9).
Ergo, la resolucin de la excepcin por parte de la Sala Superior ha
liberado el campo para proseguir en la marcha del proceso. El juez a quo
deber pronunciarse (si es que ya no se pronunci) sobre la famosa validez de
la relacin procesal (que produce el efecto preclusivo del artculo 466 CPC) y,
de ser el caso, seguir con todo el iter procesal hasta llegar a la sentencia, que
debera ser de fondo. El a quo ya no podr tener en cuenta la circunstancia que
motiv la excepcin (pues l ya agot su poder de pronunciarse sobre ello),
pero hay que tener en cuenta que lo que lo habilit para emitir la sentencia de
fondo estuvo justamente en que la cuestin fue desestimada por el ad quem.
En tal sentido, la propia resolucin desestimatoria de la excepcin
integra lgicamente la motivacin de la sentencia (aunque formalmente no est
all (10)), porque ella fue la que le permiti dictar esa sentencia.
Si la sentencia desfavorable al que, en su momento, plante la
excepcin que le fue desestimada es apelada por este, se estar llevando a
conocimiento del juez de apelacin la sentencia que en su seno lleva la
cuestin ya resuelta precedentemente. Naturalmente, el juez de apelacin
habindose ya pronunciado sobre la cuestin planteada con la promocin de la
excepcin, est vinculado a ella, y no podr tampoco l replantearse tal
cuestin.
Si la sentencia de vista confirma la apelada, finalmente, el que plante la
excepcin podr volver a poner sobre el tapete (o sea en discusin) lo que en
su momento le fue desestimado y lo podr hacer ante el tercer juez previsto por
nuestro ordenamiento: la Corte Suprema, un juez que hasta el momento no ha
intervenido y como tal an no ha agotado ningn poder de pronunciamiento
sobre la cuestin promovida por la excepcin.
Pensemos en la ms procesal de todas las cuestiones que se pueden
promover con una excepcin: un defecto en el poder de representacin
(artculo 446 inciso 3 CPC). Promovida la excepcin el juez la declara
infundada. Se apela y la Corte Superior confirma. Definitivamente el
demandado no puede impugnar ms arriba, pues tiene la barrera del artculo
385 inciso 2 CPC. El proceso prosigue en primer grado (y prosigue porque se
ha considerado que el representante del demandante tiene un poder perfecto)
y se dicta sentencia en primer grado, se declara fundada la demanda, se apela
y se confirma. Podra el demandado vencido hasta ese momento fundar su
recurso de casacin en que se ha violado su derecho al debido proceso por
considerar que quien lo ha iniciado lo ha hecho a travs de un representante

con poder defectuoso? Yo creo que la respuesta debe ser positiva, tan
positiva que el propio artculo 396.2 CPC parece decirnos que s es posible,
pues cuando se declara fundado un recurso de casacin por error in
procedendo, se puede declarar la nulidad de todo lo actuado hasta el folio en
que se cometi el vicio que determin la sentencia casatoria e inclusive se
puede llegar a declarar inadmisible o improcedente una demanda, aun cuando
haya mediado la famosa declaracin del a quo sobre la existencia de una
relacin procesal vlida. Ergo, si en la hiptesis planteada, la Corte Suprema
considera que efectivamente haba un defecto en el poder del representante
del demandante (que arrastra toda la validez del proceso), podra (y debera)
reponer el proceso al estado en que se subsane el defecto del poder.
Luego, debera quedar claro el mbito operativo de la preclusin del
artculo 466 CPC: las partes, a excepciones desestimadas por el ad quem, no
pueden ya replantear ni ante el a quo ni ante el ad quem las cuestiones que ya
fueron resueltas por estos, pero s lo podrn hacer a los efectos de
fundamentar su recurso de casacin en contra de la resolucin final (la
sentencia de vista), por el simple motivo que el proceso an no ha terminado y
porque la validez del proceso podr bien haber sido considerada por los dos
jueces, pero no lo ha sido an por la Corte Suprema, la cual est en la plenitud
de sus poderes, poderes que se derivan de la interposicin del recurso de
casacin (y que se encuentran circunscritos, por cierto, a los especficos
motivos de impugnacin) (11).
Esto debera funcionar as en relacin a todas las excepciones, sea que
con ellas se haya levantado una autntica cuestin procesal o una
sustancialsima, como lo es la prescripcin que solo por un dogmatismo
equivocado del legislador procesal qued encerrada dentro de los angostos
mrgenes de las excepciones procesales (12).
De all que las afirmaciones de la Corte Suprema en el sentido de que la
cuestin relativa a la prescripcin estaba definitivamente cerrada, no puede
compartirse: la cuestin relativa a la prescripcin efectivamente no poda
reabrirse ni ante el a quo ni ante el ad quem, pero s lo poda ser ante la propia
Corte Suprema, pues para ella no haba operado ninguna preclusin, ni exista
cosa juzgada alguna.
Pero la confusa normatividad procesal provoc que la Corte Suprema
esquivara el tema de fondo que era intuyo, pues la sentencia para variar es
muy parca la determinacin del plazo de prescripcin en los supuestos de
subrogacin.
Quiz el recurrente habra tenido ms xito si es que en lugar de invocar
los incisos 1 y 2 del artculo 386 CPC se hubiera acomodado a la communis
opinio y hubiera fundado su recurso en el inciso 3 del artculo 386 CPC, pues
nuestros jueces supremos, por lo general, parecen ms abiertos a estimar los
recursos de casacin cuando se invoca un error in procedendo (quiz, se me
permita la sospecha, porque solo conducen al mero reenvo...), aunque in
procedendo no sea...

Moraleja: nos quedamos sin nomofilaquia sobre la prescripcin en


supuestos de subrogacin.
V.
ESTIMACIN DE LA EXCEPCIN DE PRESCRIPCIN EN EL
PROCESO DECLARATIVO. EL ERROR EN EL CMPUTO DEL PLAZO DE
PRESCRIPCIN COMO ERROR IN PROCEDENDO. LAS SENTENCIAS DE
CASACIN N 1308-2000 Y N 2684-2001
Pero lo que hace que las consecuencias prcticas del tratamiento
procesal de la prescripcin se vuelvan una autntica paradoja, es lo que ocurre
cuando la resolucin de vista (confirmando o revocando la apelada) estima la
excepcin de prescripcin: all no surge un problema de procedencia del
recurso de casacin, pues siendo la resolucin que sobre ella se pronuncia un
auto que en revisin pone fin al proceso, la puerta del recurso est siempre
abierta (13).
Pero lo curioso es que las dudas sobre la naturaleza procesal o
sustancial de las normas reguladoras de la prescripcin hacen que en algunos
casos se declare procedente el recurso de casacin fundado en el inciso 3 del
artculo 386 CPC (o sea como error in procedendo) y en otras lo sea por los
incisos 1 o 2 del mismo (o sea como error in iudicando).
Es ello posible? Pues s.
Como muestra de lo primero tenemos, respectivamente, los casos que
motivaron la emisin de las Sentencias de Casacin N 1308-2000 (14) y N
2684-2001 (15).
En el primer caso, frente al auto de vista que confirmando el apelado
haba declarado fundada la excepcin de prescripcin de la accin de nulidad
de un contrato, se declar procedente el recurso por la causal de
contravencin de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
por cuanto la Sala Superior interpret[] errneamente los [artculos 1997 y 1993
CC], al sostener que el plazo prescriptorio comienza a correr desde la fecha en
que se celebr el contrato privado materia de la accin de nulidad, sin tener en
cuenta que aquel plazo comienza a correr desde el da en que puede
ejercitarse la accin, esto es desde que tuvo conocimiento del documento
privado impugnado (16). Pues bien, la Sentencia de Casacin, considerando
que efectivamente se haba computado mal el plazo, declara fundado el
recurso y, obviamente, reenva (17).
En segundo caso, el problema era el mismo: el dies a quo de la
prescripcin. Es as que frente al auto de vista que, confirmando el apelado,
haba declarado fundada la excepcin de prescripcin de una accin
pauliana, se declar procedente el recurso por la causal de contravencin a
las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, en donde tal
contravencin se habra producido por una errnea interpretacin del artculo
1993 CC y de las normas reguladoras del bloqueo registral. Pues bien, la Sala
Suprema considerando que con la interpretacin de la norma procesal (que

sera la del artculo 1993 CC) realizada en la resolucin de vista, no se haba


producido afectacin al debido proceso, declara infundado el recurso.
Vale decir, en ambos casos la errnea interpretacin del artculo 1993
CC fue considerada por nuestra Corte Suprema como una posible
contravencin a las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
es decir que el error en la determinacin del dies a quo de la prescripcin
configurara una afectacin al debido proceso (o sea un error in procedendo) y
no simplemente una errnea interpretacin del artculo 1993 del CC,
encuadrable dentro del inciso 1 del artculo 386 CPC.
VI.
SIGUE. EL ERROR EN EL CMPUTO DEL PLAZO COMO
ERROR IN IUDICANDO. LAS SENTENCIAS DE CASACIN N 97799/AYACUCHO, N 2579-2000/JUNN Y N 3223-2000/AREQUIPA
Sin embargo, tenemos otro bloque de sentencias de casacin en las que
el mismo supuesto (el error en el dies a quo por parte de la resolucin de vista)
ha sido considerado como un error in iudicando. As, tenemos que en la
Casacin N 977-99/Ayacucho del 31 de julio del 2001 (18), se declar
procedente el recurso por inaplicacin del [artculo 1993 CC], relativo a que
dicha norma establece el momento desde el cual empieza a computarse el
plazo de prescripcin extintiva. En este caso la Corte Suprema no se hizo
problemas sobre la naturaleza sustancial o procesal del artculo 1993 CC y, en
su sentencia, considerando que ella era efectivamente aplicable (19) declara
fundado el recurso, nula la resolucin de vista, y (justamente por tratarse de un
error in iudicando) actuando en sede de instancia revoca el auto apelado y
declara infundada la excepcin de prescripcin.
De la misma manera en la Casacin N 2579-2000/Junn del 7 de junio
del 2002 (20), se consider que el error en el cmputo del plazo de prescripcin
configuraba un error in iudicando. El recurso fue declarado esta vez procedente
por aplicacin indebida del artculo 2001 inciso 1 CC. La sentencia de
casacin, considerando que al haber realizado el Colegiado un cmputo
errado del plazo prescriptorio de la accin, era de aplicacin el inciso 1 del
artculo 386 CPC, por lo que declara fundado el recurso, casa la de vista y,
actuando en sede de instancia, confirma el apelado que haba declarado
infundada la excepcin de prescripcin.
A estas sentencias de casacin que consideran que el error en el
cmputo del plazo configura un error in iudicando, hay que agregar tambin la
Sentencia de Casacin N 3223-2000/Arequipa del 7 de junio del 2003 (21),
que se pronuncia sobre otro aspecto del cmputo del plazo: la interrupcin del
mismo.
En efecto, en este caso el recurrente se lamentaba que la Sala Superior,
confirmando el apelado, haba erradamente declarado fundada la excepcin de
prescripcin, sin tener en cuenta que el decurso prescriptorio haba sido
interrumpido en un previo proceso cuya demanda fue declarada improcedente,
por lo que, segn el recurrente, dado el evento interruptivo, se haba aplicado

indebidamente el inciso 1 del artculo 2001 CC y se haban dejado de aplicar


los artculos 1996 y 1998 CC.
Pues bien, una vez declarado procedente el recurso por ambas
causales, la sentencia de casacin, en atencin a que el hecho de la
interrupcin estaba acreditado (22), concluye que efectivamente en la
resolucin de vista se haba aplicado indebidamente el inciso 1 del artculo
2001 CC e inaplicado tanto el inciso 3 del artculo 1996 como el artculo 1998
CC, por lo que tras declarar fundado el recurso y casar la de vista, revoca el
apelado y declara infundada la excepcin de prescripcin.
VII.

REFLEXIONES

Las resoluciones de casacin indicadas nos muestran un panorama


desolador: trato procesal diferenciado cuando se estima o se desestima la
excepcin de prescripcin en el proceso declarativo, y trato igualitario cuando
estemos ante la resolucin que se pronuncia sobre la contradiccin de los
procesos de ejecucin; errores en el cmputo del plazo de prescripcin que a
veces son considerados por nuestro juez supremo, errores in procedendo y en
otras errores in iudicando, etc. Realmente demasiado.
De aqu que mientras no racionalicemos (un tanto) nuestro recurso de
casacin, eliminando sus trampas formalistas, su perverso efecto suspensivo y
lo abramos (tambin) a todas las resoluciones que potencialmente pueden
(ellas) poner fin al proceso, va mi consejo: cuando impugnen para su casacin
una resolucin de vista en la que est en juego la prescripcin, para no caer en
las maraas formalistas del recurso de casacin, invoquen, segn los casos, en
va principal, la interpretacin errnea o la aplicacin indebida de alguna norma
a ella relativa y (solo), subordinadamente, la contravencin de las normas que
garantizan un derecho al debido proceso, pues solo as se podr tener algn
xito con el recurso (sin que implique la dilacin indebida del reenvo) y
nuestra prescripcin podr, en alguna medida, librarse de las trampas del
cientfico Cdigo Procesal Civil.
VIII.

UN SIGNIFICATIVO AUTO

Para concluir, me parece que nada ms grfico del estado de


incertidumbre sobre la prescripcin que este auto que, para deleite del lector,
transcribo:
RESOLUCIN NMERO CUATRO
Lima, tres de setiembre del dos mil uno.
Estando a la razn que antecede: ATENDIENDO: PRIMERO: Que,
conforme lo estipula el artculo IX del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal
Civil, las normas procesales contenidas en este Cdigo son de carcter
imperativo, salvo regulacin permisiva en contrario; SEGUNDO: Que, en el
escrito que antecede el demandado [...] solicita dejar sin efecto la medida
cautelar de anotacin de demanda, ordenada mediante resolucin uno del

presente cuaderno cautelar [...], fundamentando su pedido en el artculo 630


del Cdigo Procesal Civil, al haberse declarado en los autos principales
fundada la excepcin de prescripcin extintiva, consecuentemente nulo todo lo
actuado y concluido el proceso; TERCERO: Que, conforme lo estipula el
artculo acotado: Si la sentencia en primera instancia desestima la demanda,
la medida cautelar queda cancelada de pleno derecho, aunque aquella hubiere
sido impugnada; CUARTO: Que, en los presentes autos no se ha expedido
sentencia que desestima la demanda, sino un auto que ha declarado fundada
la excepcin de prescripcin extintiva, por lo que no se da el supuesto de la
norma adjetiva invocada; siendo esto as se declara IMPROCEDENTE lo
solicitado por el recurrente[...] (23).
Puede haber mayor degradacin? Nuestra prescripcin toc fondo: a
nuestro juez no se le pas siquiera por la cabeza que declarar fundada la
excepcin de prescripcin equivaliera a desestimar la demanda.
La procesalizacin de la prescripcin, qu duda cabe, conduce a
resultados cada vez ms sombros.

EVALUACIN DE LAS MODIFICACIONES INTRODUCIDAS AL REMATE


JUDICIAL - COMENTARIOS A LA LEY N 27740 (Lourdes Absi Porras (*))
Las normas sobre el remate judicial fueron objeto de una no muy lejana
modificacin legal. A la luz de una serie de fallos jurisprudenciales y situaciones
especficas, la autora analiza los efectos del cambio normativo, poniendo en
evidencia que al final solo se han logrado hacer ms costos y dilatado el
proceso de ejecucin. Se ha eliminado as la posibilidad de que el acreedor
logre la adjudicacin en el primer o segundo remate y tampoco se ha impedido
la desvalorizacin del bien. Finalmente, la norma modificada solo dificulta el
acceso al crdito en la medida en que las garantas estn lejos de cumplir la
funcin para la cual son fijadas.
I.

INTRODUCCIN

El 29 de mayo de 2002, se public la Ley N 27740, que modifica los


artculos 742 y 744 del Cdigo Procesal Civil. A ms de un ao de su entrada
en vigencia y sobre la base de la experiencia en cuanto a su aplicacin a los
procesos de ejecucin en marcha, cabe preguntarse: ha contribuido a mejorar
el proceso judicial de ejecucin y ha servido para proteger efectivamente al
deudor considerado como la parte dbil de la relacin procesal? No ha
perjudicado ms bien los derechos tanto del acreedor como del deudor
ejecutado?
Partiendo del hecho de que la norma en cuestin fue dada con el
propsito social de atender a una situacin de emergencia derivada de la

recesin econmica y evitar que los bienes sean vendidos a menos del 70% de
su valor, es claro que esta no ha alcanzado los propsitos legales y procesales
que se esperaban, pues la crisis econmica no es una situacin extraordinaria
sino ms bien un problema estructural que debe ser enfrentado de manera
global y no aislada.
Con la dacin de la Ley N 27740 no se ha logrado evitar que los bienes
inmuebles se desvaloricen en los procesos de subastas judiciales y sean
adjudicados a postores por precios irreales en desmedro del ejecutado. Ms
bien se han generado situaciones de incertidumbre jurdica y dudas con
relacin a su conveniencia en el marco del sistema de ejecucin en general
como en su aplicacin a los procesos en marcha.
La norma en cuestin ha producido en su aplicacin efectos nocivos
tanto para el deudor como para el acreedor, pudiendo mencionarse, entre
otros, los siguientes:

Los procesos de ejecucin demoran ms que antes y son ms


costosos para el acreedor, quien asume los costos de nueva tasacin,
publicaciones, etc.

El acreedor ha perdido la posibilidad de adjudicarse el bien en


primer o segundo remate, si la base de la postura es inferior a la acreencia; se
ha puesto al acreedor en una situacin de desventaja frente al deudor por
vocacin, aquel que esperar cmodamente el inicio de un proceso judicial, el
cual buscar adems entorpecer.

La demora en la ejecucin debido a la necesidad de tener que


convocar nuevamente a primer remate despus de frustrado el tercero, no
impide que la acreencia siga incrementndose producto de los intereses; en
perjuicio del acreedor, deudor y ahorrista.

No se ha impedido la desvalorizacin del bien que en tercer


remate se puede vender al 48.16% de su valor comercial.

Desampara al propio deudor en el caso de que su deuda sea


mayor a la base del primer o segundo remate y no se presenten postores en
ellos, en cuyo caso el bien continuar deprecindose (sin que el acreedor tenga
la posibilidad de solicitar su adjudicacin en pago), al punto que adjudicado el
bien en tercer remate al acreedor, este cubrir nfimamente el monto adeudado
por el deudor.

Encarece el costo y el acceso al crdito, pues incrementa el riego


crediticio para el acreedor.
II.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Nos encontramos frente a la existencia de una deuda impaga,


ante la cual el acreedor tiene derecho a que se vendan los bienes del deudor,

los bienes de los garantes (fiadores o avalistas) o los bienes afectados a su


favor con garantas especficas (prenda o hipoteca).

En todos estos casos, llega un momento en que los bienes deben


ser rematados judicialmente para convertir su valor en dinero y pagar la deuda.
En el primer remate la base de la postura ser equivalente a las dos terceras
partes del valor de tasacin.

Si en la primera convocatoria a remate no se presentan postores,


se convoca a una segunda en la que la base de la postura se reduce en un
quince por ciento, y si en esta tampoco se presentan postores a una tercera,
reduciendo la base en quince por ciento ms.

A partir de la dacin de la Ley N 27740, existe la obligacin para


el acreedor de convocar a un tercer remate para poder solicitar la adjudicacin
directa del bien, negndole la posibilidad de solicitar la adjudicacin del bien en
cualesquiera de las anteriores convocatorias.

Luego, en el caso de que el ejecutante no manifestase su inters


por la adjudicacin del inmueble, en un plazo de diez das, el juez dispondr
una nueva tasacin y remate, bajo las mismas condiciones sealadas en los
prrafos precedentes. Con relacin a este punto, resulta impensable que si
ninguna persona quiso comprar el bien despus de tantas rebajas
(deducciones legales), el bien pueda venderse conforme a la intencin del
legislador.

Antes de la modificacin del artculo 742 del C.P.C., la secuencia


de convocatorias, publicaciones y reducciones del precio base se repeta
indefinidamente hasta que alguien formulara oferta sobre el bien o el acreedor
solicitara la adjudicacin en pago de su crdito. El objetivo era pues permitir
que el acreedor obtuviera la satisfaccin de su crdito sea por venta (a
cualquier precio) o por adjudicacin en pago (en cualquier remate).

Corresponde determinar si la modificacin introducida al artculo


742 del CPC., ha contribuido a mejorar la posicin del deudor considerando
como ya mencionamos como la parte dbil en la relacin procesal frente al
acreedor ejecutante o por el contrario esta ha empeorado, ponindose al
mismo tiempo al acreedor en peores condiciones para la recuperacin de su
crdito.
III.

MARCO GENERAL

En el proceso de ejecucin como instrumento para la satisfaccin


de los intereses del derechohabiente, rige, como en todo el proceso civil, el
principio dispositivo, en virtud del cual solo se puede iniciar dicho proceso a
pedido de la parte interesada. Los modos de ejecucin varan segn la
naturaleza de la obligacin declarada en la sentencia o reconocida por el
deudor en el ttulo extrajudicial.


El inters para obrar en la pretensin ejecutiva se manifiesta
concretamente en el incumplimiento del obligado, de all que la utilidad del
ejecutante consiste en la satisfaccin de su derecho mediante la ejecucin
forzada por los rganos jurisdiccionales.

Los procesos de ejecucin contienen una intimacin de pago (o


sea de cumplimiento de la prestacin debida). Contienen asimismo el
apercibimiento de que si no se cumple la prestacin, se iniciar la ejecucin
forzada. En el caso del proceso de ejecucin de garantas, el apercibimiento es
que se proceder al remate, pero tal acto no es sino la medida de ejecucin
forzada.

La ejecucin forzada, segn nuestra legislacin procesal, se


realiza mediante: el remate y la adjudicacin.

Qu es el remate judicial? El remate judicial es el acto del


proceso de ejecucin por el cual el rgano jurisdiccional, en uso de sus
facultades de imperio, transfiere al mejor postor el bien objeto de la ejecucin,
previo pago del precio ofrecido, con la finalidad de satisfacer al acreedor
ejecutante y a los acreedores intervinientes sus derechos de crdito dinerarios.

El remate judicial es un medio ejecutivo del que se vale el rgano


jurisdiccional para obtener en sustitucin del cumplimiento voluntario, aquel
bien que es debido por el deudor, que en este caso es el dinero. Es un medio
de ejecucin forzada, que no hace sino convertir en actuante y real el principio
de la responsabilidad patrimonial.
IV.

DE LA POSICIN DEL DEUDOR

Como se ha sealado lneas arriba, los procesos de ejecucin contienen


una intimacin al obligado (llmese deudor) de pago de la prestacin debida y
contienen asimismo el apercibimiento de que si este no cumple la prestacin,
se iniciar la ejecucin forzada. En el caso del proceso de ejecucin de
garantas, el apercibimiento es que se proceder al remate del bien dado en
garanta.
Es pues el remate del bien el punto neurlgico de la discusin generada
con la dacin de la Ley N 27740, pues esta no ha favorecido la posicin del
ejecutado en los procesos de ejecucin.
As, considerando que lo que se persigue es evitar que los bienes
inmuebles se desvaloricen en forma desproporcionada en los remates
judiciales y sean adjudicados a postores a precios irreales en desmedro del
ejecutado, volvemos a la reflexin hecha lneas arriba en el sentido de que el
valor comercial de los bienes no es un problema que pueda solucionarse con la
dacin de una norma que limite el nmero de convocatorias o que ponga trabas
para que el ejecutante vea satisfecha su acreencia, pues la crisis econmica es
un problema estructural que no puede ser tratado en forma aislada.

Acaso la norma en debate no permite que el bien del ejecutado llegue a


venderse en tercer remate al 48.16% de su valor comercial? No solo lo permite
sino que adems obliga a ello, toda vez que el ejecutante que puede ver
satisfecho su crdito mediante la adjudicacin en pago en el primer o segundo
remate por la base de la postura de ellos, tiene que esperar a que el bien siga
perdiendo su valor hasta el tercer remate, para poder solicitar la adjudicacin
en pago.
Para demostrarlo ejemplificaremos la situacin con situaciones reales
suscitadas en procesos de ejecucin de garantas:

PRIMER CASO: El cliente A obtiene un crdito de US $ 2500.00


de una institucin financiera y en garanta del cumplimiento de su obligacin
constituye hipoteca sobre un bien inmueble de su propiedad, valorizado en US
$ 4,000.00. Sin embargo, el citado cliente no cumple con pagar la obligacin
contrada, por lo que la institucin financiera inicia el proceso judicial de
ejecucin a fin de recuperar su crdito, llegando a la etapa del remate del bien
despus de dos aos en los que el deudor ha logrado dilatar el proceso con el
mal uso de recursos procesales y con procesos de tercera sustentados en
actos jurdicos simulados. El valor del bien en el primer remate (2/3 partes del
valor de tasacin) ser igual a US $ 2666.66, con lo que escasamente se
cubrir la suma adeudada y los intereses generados desde el vencimiento de la
obligacin.
De qu manera lo ha favorecido la Ley N 27740, si no se
presentan postores y el acreedor deber llegar a tercer remate para poder
solicitar la adjudicacin en pago del bien dado en garanta? Para entonces el
bien valdr US $ 1926.67, suma que cubrir nfimamente su adeudo, quedando
un saldo deudor en perjuicio del ejecutado.

SEGUNDO CASO: El cliente B, fiador solidario del cliente C, en


garanta del cumplimiento de la obligacin de este ltimo por US $ 10,000.00,
constituye hipoteca sobre el bien inmueble de su propiedad valorizado en US $
50,000.00 a favor de una empresa del sistema financiero. El cliente C no
cumple con honrar su deuda y el banco le inicia proceso de ejecucin de
garantas para recuperar su crdito. El valor del bien hipotecado en tercer
remate ser de US $ 24,083.34, y si hasta entonces no se presenta postor
alguno, la entidad ejecutante no solicitar la adjudicacin en pago, por no
resultarle conveniente oblar el exceso del valor de su crdito, por lo que
conforme a la Ley N 27740, el juez dispondr la realizacin de una nueva
tasacin. Los gastos ocasionados por las publicaciones de las convocatorias a
remate y los de la tasacin debern ser asumidos inicialmente por el acreedor,
pero finalmente reembolsados por el deudor, a lo que cabe agregar que la
deuda se incrementar no solo con las costas y costos del proceso judicial,
sino adems con los intereses que la deuda impaga siga generando. Es decir,
se ha dado la figura inversa a la que exista antes de la dacin de la Ley N
27740; se trata ahora pues de esperar que la deuda se incremente y el proceso
judicial se alargue. No debe dejar de observarse adems que el valor del bien
no necesariamente se mantendr estable, sino que puede sufrir una

depreciacin debida a situaciones que no dependern de la ley sino de las


condiciones del mercado.
V.

DE LA POSICIN DEL ACREEDOR

En un anlisis efectuado por la Superintendencia de Banca y Seguros,


sobre la base de estudios estadsticos respecto de los procesos de ejecucin,
se ha concluido que estos tienen una duracin promedio de entre 18 y 36
meses. A ello cabe agregar que nuestro pas se caracteriza por tener un
sistema judicial ineficiente que impide que las garantas cumplan su funcin de
discriminar entre los deudores para evitar el problema de seleccin adversa y
de disminuir el problema de riesgo moral que es muy comn en las relaciones
crediticias. La ineficiencia de las Cortes genera incentivos para que el deudor
decida entrar a juicio y dilate el tiempo del mismo a travs de recursos y
apelaciones, incluso sabiendo que no tiene razn legal y que las posibilidades
de xito son nulas.
Adems de los problemas en la administracin de justicia, existen trabas
en la estructura legal que se relacionan a la mala asignacin de derechos
reales, problemas en el registro de garantas y restriccin a soluciones
extrajudiciales, entre otros factores.
Esto genera tambin consecuencias negativas para el proceso de
intermediacin financiera, tales como restricciones en el acceso a crditos,
altas tasas de inters y un mayor riesgo crediticio. El tiempo en la ejecucin
origina un impacto en la tasa de inters del 0.55% por cada seis meses de
demora. La lenta ejecucin altera el costo del crdito ya que el acreedor
incorporar el precio por sta. El costo del crdito se encuentra pues asociado
a los gastos del proceso judicial, al costo de oportunidad que significa mantener
un crdito inmovilizado y a la desvalorizacin o prdida de las garantas por el
tiempo transcurrido.
Ahora bien, como resulta claro observar, la modificacin introducida por
la Ley N 27740 al artculo 742 del CPC, ha tornado la recuperacin an ms
engorrosa y costosa de lo que era hasta antes de su dacin. Solo para
mencionar algunos casos: si no hay adjudicacin del bien afectado, se tendr
necesariamente que repetir el procedimiento de remates establecido por la
modificatoria y efectuar una nueva tasacin a costo del acreedor ejecutante; el
proceso de recuperacin ser ms lento de lo que ya es, sin olvidar que no
siempre el precio por el que se remata o adjudica un bien, alcanza para cubrir
la totalidad de la deuda.
VI.
DE LA APLICACIN DEL ARTCULO 742 DEL C.P.C. A LOS
PROCESOS EN MARCHA
Con relacin a este punto se han aplicado por los juzgados del Distrito
Judicial de Arequipa diferentes criterios. As, mientras los Mdulos Corporativos
Mixtos han optado por considerar que los procesos que se encontraban en
cuarto remate deban continuar rigindose por la norma derogada y por ende
convocar indefinidamente a remate hasta que se presente postor o se solicite la

adjudicacin en pago por el ejecutante; los juzgados del Cercado de Arequipa


han considerado que desde la publicacin de la Ley N 27740, en aquellos
procesos en los que se haba superado el tercer remate o cuarto, etc., deba
ordenarse de oficio la realizacin de nueva tasacin y la convocatoria a primer
remate despus de aprobada esta.
De la misma forma los criterios de los rganos colegiados (llmense
Salas Civiles) son tambin discrepantes con relacin a solicitudes de
adjudicacin en pago presentadas por el acreedor ejecutante en casos
similares. Para ello transcribimos dos fallos expedidos despus de la dacin de
la Ley N 27740:
1.
Auto de Vista N 0219-2003-3SC.- Arequipa, treinta de abril de
dos mil tres.- VISTOS, que es materia de apelacin la resolucin nmero
cuarenta-dos mil tres, de fecha 15 de enero de dos mil tres, corriente a fojas
ochenta de este cuaderno, que declar improcedente la solicitud de
adjudicacin en pago; y CONSIDERANDO; PRIMERO.- que, la ley veintisiete
mil setecientos cuarenta que modifica el artculo setecientos cuarenta y dos del
Cdigo Procesal Civil, que tiene como propsito social el evitar perjuicio a la
parte ejecutada; SEGUNDO.- que resulta evidente que una segunda
convocatoria va a causar mayor perjuicio al ejecutado, pues, como lo dispone
el citado artculo, al convocarse esta la base de la postura se reduce en un
quince por ciento; TERCERO.- que, asimismo, ocasionara perjuicio al
ejecutante ya que adems de no haber cobrado su crdito, se vera en la
obligacin de gestionar una convocatoria ms, ocasionando con ello que las
costas se incrementen, lo que igualmente va a perjudicar a la parte ejecutada al
momento de su reembolso; CUARTO.- Que, adems de lo sealado, en el caso
de autos, no resulta exigible una nueva convocatoria, teniendo en cuenta que
desde la interposicin de la demanda (trece de febrero del dos mil uno) a la
fecha ha transcurrido ms de dos aos, tiempo en el cual se han generado
intereses compensatorios y moratorios, los que evidentemente han
incrementado el monto de lo demandado (ocho mil ochenta y tres nuevos soles
con noventa y cinco cntimos, lo que hace un equivalente a dos mil trescientos
nueve dlares americanos aproximadamente), considerando que el precio base
del bien es de dos mil seiscientos sesenta y seis dlares americanos con
sesenta y seis centavos y que el ejecutante ha solicitado la adjudicacin en
pago del bien dado en garanta por la base de la postura; QUINTO.- Que,
estando a lo expuesto se ha incurrido en causal de nulidad prevista en la ltima
parte del inciso tres del artculo ciento veintids del Cdigo adjetivo acotado,
modificado por la ley veintisiete mil quinientos veinticuatro, que dispone que las
resoluciones tienen que sujetarse al mrito de lo actuado; por lo que
DECLARARON: NULA la resolucin nmero cuarenta guin dos mil tres de
fecha quince de enero de dos mil tres, corriente a fojas ochenta de este
cuaderno que declara improcedente la solicitud de adjudicacin en pago;
DISPUSIERON, que el a quo vuelva a expedir nueva resolucin teniendo en
consideracin lo expuesto; ORDENARON la devolucin del presente cuaderno
de apelacin al juzgado de origen, ello por encontrarse el proceso en ejecucin
conforme lo dispone el artculo trescientos ochenta y tres del Cdigo citado, en
los seguidos por XXX contra YYY, sobre ejecucin de garantas, cuaderno de
apelacin.

La resolucin transcrita fue dada en un proceso en el que el acreedor


ejecutante solicit la adjudicacin en pago del inmueble dado en garanta por la
base de la postura del Primer Remate, pedido que fue denegado por el juez del
proceso y que la Sala Civil con buen criterio declar Nula, al considerar que la
Ley N 27740 tiene como propsito social evitar un mayor perjuicio al deudor y
por lo tanto es innecesario que se convoque a nuevos remates.
2.
Auto de Vista: Resolucin N 3-2SC, Arequipa, dos mil tres, abril
veintinueve.- VISTOS: es materia de apelacin la resolucin nmero cincuenta
y uno copiada a folios setenta y ocho por la que se declara improcedente en el
estado actual del proceso el pedido de adjudicacin en pago formulado por el
apoderado de la entidad demandante; por los fundamentos de la apelada; y
CONSIDERANDO: adems: PRIMERO: Que, si bien de los antecedentes del
proceso se tiene que mediante escrito presentado con la fecha diecisiete de
mayo del dos mil y que corre en estos autos a folios cincuenta y nueve se
precis que la liquidacin de intereses se enmarcaba dentro de los alcances
del artculo setecientos cuarenta y seis del Cdigo Procesal Civil, tambin es
cierto que del contenido del mismo no se verifica solicitud de adjudicacin
alguna, la que recin se produjo al presentarse el escrito de fecha veintitrs de
octubre del dos mil dos y que corre a fojas setenta y siete. SEGUNDO: Que,
consecuentemente el pedido de adjudicacin se efectu cuando se encontraba
en vigencia el numeral setecientos cuarenta y dos del Cdigo Procesal Civil,
modificado por la ley veintisiete mil setecientos cuarenta (vigente desde el
treinta de mayo del dos mil dos), norma que establece que si realizada la
tercera convocatoria no hay postores, recin es procedente accederse a la
adjudicacin en pago a solicitud del ejecutante, por lo que al caso de autos
resulta de aplicacin. TERCERO: Que, como se ha establecido en la propia
resolucin apelada, conforme a la previsin contenida en la segunda
Disposicin Complementaria y Final de Cdigo Procesal Civil, las normas
procesales son de aplicacin inmediata, incluso al proceso en trmite.
CUARTO: Que, de otro lado las ejecutorias supremas que han sido invocadas
por la entidad accionante no resultan de aplicacin al caso de autos, pues las
mismas han sido emitidas antes de que el numeral setecientos cuarenta y dos
del Cdigo Procesal Civil sea modificado. QUINTO: Que, consecuentemente,
no habindose realizado un tercer remate en el que adems no haya habido
postores, la resolucin apelada no se encuentra con arreglo a ley y a sus
antecedentes, CONFIRMARON la resolucin apelada nmero cincuenta y uno
de fecha veintiocho de octubre de dos mil dos copiada a folios setenta y ocho,
por la que se resuelve declarar improcedente en el estado actual del proceso el
pedido de adjudicacin del bien materia de remate por la base de la postura del
ltimo remate, formulado por XXX en la persona de su apoderado.
DISPUSIERON la remisin del expediente a su juzgado de origen para los fines
consiguientes.
Como en el caso anterior, el acreedor ejecutante solicita la adjudicacin
en pago del bien por la base de la postura del segundo remate al no cubrir esta
el monto adeudado por el ejecutado, pedido que fue denegado por el juez del
proceso y cuya denegatoria fue confirmada por el superior en grado.

VII.
1.
que antes.

CONCLUSIONES
El proceso de ejecucin se ha tornado ms costoso y dura ms

2.
El acreedor ha perdido la posibilidad de adjudicarse el bien en
primer o segundo remate.
3.
4.
funcin.

No se ha impedido la desvalorizacin del bien materia de remate.


Se dificulta el acceso al crdito, pues las garantas no cumplen su

5.
Se ha encarecido el costo del crdito, pues las tasas de inters se
incrementan en relacin al riesgo crediticio.
6.
Se desampara al propio deudor en el caso de que no se
presenten postores en primer o segundo remate, pues el bien seguir
perdiendo su valor y la deuda continuar incrementndose.

DERECHO PENAL
LA NATURALEZA RESTRICTIVA DE LOS DELITOS DE FUNCIN MILITAR EL BIEN JURDICO MILITAR - Fidel S. Rojas Vargas

LA NATURALEZA RESTRICTIVA DE LOS DELITOS DE FUNCIN MILITAR EL BIEN JURDICO MILITAR (Fidel S. Rojas Vargas)
En esta segunda entrega sobre el conflictivo tema de los alcances de la justicia
militar, el autor centra su estudio en el bien jurdico militar, que es un concepto
genrico que engloba a una serie de intereses especficos del mbito militar y
policial que le son indispensables para el cumplimiento de sus fines
constitucionales y legales, y que constituye el eje central para fijar los lmites
respectivos con la jurisdiccin ordinaria. Con esta premisa el autor analiza
varias hiptesis en las que la justicia militar ha intervenido en contienda de
competencia con la justicia civil y otras en las que esta ltima ha cedido frente
a la primera. Asimismo, se ahondar en el estudio de casos especficos en los
que la ley no es clara y por tanto resulta inviable fijar los lmites respectivos.
CORTE SUPREMA DE LA REPBLICA
SALA PENAL TRANSITORIA
CONTIENDA DE COMPETENCIA N 23-2002 - TACNA
Lima, diez de abril de dos mil tres
VISTOS; de conformidad con lo opinado por el Seor Fiscal Supremo; y
CONSIDERANDO: Que, viene a conocimiento de esta Sala Suprema el
incidente de contienda de competencia promovido por el Juzgado Sustituto de
la Polica Nacional del Per de Tacna; que, segn la doctrina, para considerar a
un ilcito como delito de funcin deben de concurrir tres elementos
indispensables: a) que, el agente activo y pasivo del delito debe ser miembro
de las Fuerzas Armadas o de la Polica Nacional, b) que, la conducta o accin
debe estar vinculada a la funcin militar o policial en su caso; y c) que, la
conducta delictiva del agente activo se encuentre prevista en el Cdigo de
Justicia Militar; que el artculo ciento setentitrs de la Constitucin Poltica del
Estado establece que el Fuero Militar es solo competente para los delitos de
funcin, sin embargo el artculo trescientos veinticuatro del Cdigo de Justicia
Militar establece que la jurisdiccin militar conoce tambin de los delitos
comunes cometidos en acto del servicio cuando agraviado e inculpado son
militares, aplicndose las normas del Cdigo Penal comn, que, en el presente
caso, el encausado es miembro de la Polica Nacional y en ejercicio de su
funcin cometi los delitos instruidos en su contra, los mismos que se
encuentran previstos en el Cdigo Penal; sin embargo, no se trata de un delito
de funcin, toda vez que el bien jurdico tutelado no es de carcter castrense,
sino esencialmente un bien tutelado por el ordenamiento ordinario o comn y
adems el agraviado es un particular; por lo que, en aplicacin del control
difuso de la constitucionalidad de las leyes establecido en el artculo cincuenta
y uno y ciento treinta y ocho de la Constitucin Poltica del Estado, segunda
parte: DIRIMIERON la contienda de competencia promovida por el Juzgado

Sustituto de la Polica Nacional del Per-Tacna a favor del Primer Juzgado


Penal de la Corte Superior de Tacna, en la instruccin que se sigue a Miguel
Angel Daz Ramrez por el delito de Sustraccin de Persona a la Justicia y otro
en agravio de Francesco Giacomo Feliziani Daz.
SS. GONZLEZ CAMPOS; VALDEZ ROCA; ALARCN MENNDEZ; VEGA
VEGA; SAAVEDRA PARRA.
ANLISIS Y CRTICA JURISPRUDENCIAL
I.

INTRODUCCIN

La importancia que ha asumido en la actualidad el debate sobre el delito


de funcin militar es inobjetable. Tanto a nivel de proyectos de ley en discusin
en el Congreso de la Repblica como en el debate doctrinario nacional (1),
dicha temtica se ha constituido en tema de gran inters para los
constitucionalistas, en parte para los penalistas, como para los abogados y
magistrados involucrados en estas cuestiones.
Y es que la trascendencia del debate en este punto adquiere tal
priorizacin que la conceptualizacin y pervivencia del Estado de Derecho, con
vista a la enriquecedoramente negativa experiencia de injerencias de la justicia
militar en los asuntos civiles, se hallan en juego, exigiendo definiciones legales
que desarrollen el artculo 173 de la Constitucin (por qu no su modificacin
plausible?) que en concordancia con el artculo 139 del mismo cuerpo supremo
de normas, regula lo jurdico-normativo en esta materia, as como orienta la
labor pragmtica de los magistrados castrenses y civiles y las elaboraciones de
la doctrina nacional al respecto.
Se torna necesario reorientar la mirada de la dogmtica penal a esta
reserva de argumentacin dbil en el pensamiento jurdico punitivo, que ha
estado rodeada casi siempre de un apreciable grado de oscurantismo, incluso
en estos aos plenos de apertura y globalizacin en las dems ramas del
derecho. El Derecho Penal desde una perspectiva de sistema, logicidad y
posibilidades de contrastacin (anlisis, crtica y mejoramiento) es uno solo en
nuestro ordenamiento jurdico, de donde establecer dos derechos penales, uno
comn y otro privativo, y lo que es peor an haber apostado polticamente por
la hegemona de este ltimo, ha implicado un poderoso factor de control
poltico con la consiguiente perversin y minimizacin de la administracin de
justicia
A la ya natural propensin de los gobiernos, en pasado o presente, sea
cual fuere el ropaje ideolgico o de fachada pragmtica del que se revistan, de
someter al Poder Judicial, y en general al sistema de la administracin de
justicia; y al margen de las razones dadas, sofisticadas con apariencia de
verosimilitud, burdas o antojadizas, desde las canteras del derecho judicial (en
lo penal) se ha tratado casi siempre de limitar o corregir los desbordes e
intromisiones de la justicia militar, aunque claro cuando el criterio poltico se
impone sobre el criterio jurisdiccional, poco es lo que nuestros magistrados han

podido hacer, repitindose el dilema tradicional que ha acompaado a la


justicia nacional: supervivencia personal o dignidad. Justamente en esta ardua
tarea de fortalecer la jurisdiccionalidad de la administracin de justicia es
cuando se deben delimitar y precisar ms y lo mejor posible los alcances de la
justicia militar, de modo que quede restringida a su funcin trascendente: tutelar
bienes jurdicos militares.
En el comentario anterior de Dilogo con la Jurisprudencia (2), se haba
mostrado cmo el Tribunal Constitucional mediante sentencia de fecha 20 de
junio de 2002, haba considerado que cuando la justicia militar asume
competencia sobre un asunto que debe conocer la justicia ordinaria, se ve
afectado el derecho al juez natural y el principio constitucional bsico de que
ninguna persona puede ser desviada de la jurisdiccin determinada por ley e
igualmente que con base en una interpretacin sistemtica de nuestro
ordenamiento constitucional, necesariamente habr de considerar que la
justicia castrense no puede entenderse en otros trminos que no estn en
franca armona con su carcter esencialmente restringido.
Para esta ocasin se tomar como objeto de estudio el bien jurdico
militar, eje central que permitir encontrar racionalidad en un campo hasta
ahora debatible e incierto: los alcances de la justicia militar. Ello posibilitar
evaluar en mejores condiciones con base en sus consecuencias una serie de
hiptesis en las que la justicia militar ha intervenido en contienda de
competencia con la justicia comn, otras en las que la justicia comn ha cedido
temtica a la militar, as como ahondar el anlisis en puntuales situaciones en
las que la norma no es lo suficientemente explcita o el ordenamiento jurdico al
respecto se torna inviable a efectos de seguir sus dictados.
En una tercera y final entrega, con la finalidad de completar los objetivos
propuestos al elegir la temtica de los delitos de funcin militar, se abordarn
los tpicos referidos a los alcances y lmites de la justicia penal militar: el acto
de servicio, sus implicancias y tergiversaciones, delitos comunes sustanciados
y decididos por los tribunales militares, civiles dentro de la esfera de
competencia militar, militares retirados y fuera del servicio, el caso del
juzgamiento de los miembros del Consejo Supremo de Justicia Militar, delitos
comunes y funcionales cometidos en concurso por militares, policas y
particulares.
II.

EL DELITO DE FUNCIN MILITAR

De una atenta revisin de los tipos penales que contiene el Cdigo de


Justicia Militar peruano, vigente desde 1980, se puede advertir que en l se
hallan recogidas una serie de conductas que no necesariamente constituyen
delitos de infraccin castrense y que fcilmente pueden ser abarcados por la
nomenclatura de la legislacin penal comn (delitos patrimoniales,
defraudaciones, robo, delitos de falsedad) como igualmente existen otros tipos
que, en el mbito de los delitos especiales, manifiestan evidente paralelismo
con los contemplados en el Cdigo Penal comn (prevaricato, abuso de
autoridad, contra la administracin de justicia), configurando un doble esquema
de tratamiento en el ordenamiento jurdico peruano y sobre los cuales se

presentan usualmente diversas complicaciones en la interpretacin y en el


campo de la norma aplicable; delitos estos que no son propia y rigurosamente
delitos castrenses y sobre los cuales deberan de adoptarse, en los proyectos
de revisin y reformulacin pertinentes que a la fecha existen en el Congreso,
salidas coherentes que apunten a su tratamiento unificado en el Cdigo Penal.
Un tercer orden mayoritario de tipos penales que presenta el Cdigo de Justicia
Militar corresponde a los delitos militares, caracterizados por que en ellos
concurren tres elementos decisivos: sujetos activo y pasivo militar o policial
vinculados entre s por deberes y obligaciones institucionales; bien jurdico
castrense, y no regulacin de dichas conductas por el Cdigo Penal. Estos
delitos son los que en propiedad pueden llamarse delitos de funcin militar. No
obstante, se presentan, en lo atinente al tercer criterio diferenciador, algunas
excepciones, puntualmente en el tema de los delitos de rebelin, sedicin,
motn, traicin a la patria, espionaje y otros, que observan un doble tratamiento
tanto en el CP como el CJM; tratamiento que, dada la restriccin de autores
que realizan los tipos penales castrenses, se racionaliza si advertimos que
estamos frente a delitos especiales por la condicin de los sujetos activos y la
existencia de deberes funcionales asumibles por ellos. Se presenta as una
especial definicin de tipos penales que vienen a constituir delitos comunes en
el Cdigo Penal, y especiales propios en el Cdigo de Justicia Militar.
El delito de funcin militar viene a ser as, en una formulacin dogmticojurdica, aquel conjunto de tipos penales que, regulados en el Cdigo de
Justicia Militar y referenciados en la Constitucin y la Ley Orgnica de Justicia
Militar, configuran una franja especfica de delitos que se sujetan a un
procesamiento especial y cautivo por parte de los tribunales militares, dada la
naturaleza objetiva de la violacin de bienes jurdicos castrenses o policiales y
las condiciones personal-funcionales de los militares y policas.
Lo ideal y en la perspectiva de futuro es que dichos tribunales formen
parte de Salas Penal- Militares y Juzgados especializados del Poder Judicial, a
efectos de superar la anmala jurisdiccin privativa establecida irregularmente
en la Constitucin Poltica de 1993 y unificar constitucional, jurdicamente y en
la pragmtica la jurisdiccin inherente a la administracin de justicia. Asimismo,
est en discusin la extensin de la justicia militar hacia el mbito de los
asuntos policiales, vale decir, la militarizacin de la Polica Nacional; asunto
que merece decisiones por parte de la poltica penal actualmente en discusin
y diseo.
III.

EL BIEN JURDICO MILITAR

Queda claro que la justicia militar posee naturaleza de excepcin al


romper el esquema unitario de la jurisdiccin que plantea la Constitucin
Poltica, en una suerte de irregular concesin especial otorgada desde la
normativa constitucional al sector militar-policial con base en tres variables a
tomar en cuenta: la condicin especial de los sujetos que articulan la relacin
causal imputable del delito de funcin militar, la naturaleza restringida y
estrictamente referenciada a la tutela de bienes jurdicos militares por parte de
los tipos delictivos del C de JM, y su discriminacin suficiente de los delitos
contemplados en el Cdigo Penal. Variables que en la actualidad desde

perspectivas de mayor apertura de los sistemas judiciales a los principios de


transparencia, no sujecin al poder ejecutivo ni legislativo, debido proceso y
supresin de cuerpos jurisdiccionales castrenses, se hallan abiertos al debate y
cuestionamiento a efectos de dar cuenta de la necesidad legal de una
jurisdiccin propia cuya legitimidad y existencia se discute, fundamentalmente
desde fuera del mbito castrense.
El contenido y las caractersticas de este especial objeto de tutela por
una parte del ordenamiento jurdico nacional, es tema que a continuacin
pasar a ser esbozado en lneas generales.
El bien jurdico militar, formulado as en genrico congloba a una serie
de intereses especficos del mbito militar y policial que le son indispensables
para el cumplimiento de sus fines constitucionales y legales, en tanto parte de
la estructura del Estado. Intereses especficos que, como la disciplina, el
ejercicio de mando o autoridad, la obediencia, cumplimiento del deber, la
dignidad militar, etc., cohesionan un inters global mayor que ha sido tomado
en cuenta por la poltica penal para configurar el bien jurdico militar. Tal el
contenido de dicho bien jurdico.
La existencia de un militar o polica que comete delito no es por s sola
condicin legal vlida para estimar que estamos frente a un delito de funcin
militar, como tampoco lo es la sola consideracin al sujeto pasivo (la institucin
castrense o policial que se ve afectada por la conducta comisiva u omisiva del
sujeto activo). Asimismo, la vulneracin de un especfico inters tutelado por
alguno de los tipos penales del Cdigo de Justicia Militar susceptible de ser
lesionado o puesto en peligro, por accin u omisin de un particular, tampoco
constituye razn legal ni material suficiente para derivar a partir de ello
presencia de delito de funcin militar. Igualmente, no constituye factor exclusivo
determinante el lugar en el que se comete del delito (dependencias o lugares
definidos militar o policialmente). El bien jurdico militar est ntimamente
configurado por la existencia de una serie de deberes reglados y discrecionales
(provenientes del ejercicio mismo de funciones o servicios) que deben cumplir
estrictamente, con base en criterios de disciplina, jerarqua y subordinacin, el
militar o polica. Deberes que toman su punto de partida en las estrechas
vinculaciones normativas que se han establecido entre estos sujetos con las
instituciones castrenses-policiales.
Los deberes a cumplir, en tanto conductas que obligan a actuar para el
cumplimiento de los fines institucionales, en su acepcin dinmica, supone
tambin un marco de prohibiciones a observar por parte de los militares y
policiales. El deber de funcin militar tiene as no solo un contenido positivo de
hacer sino igualmente mandatos implcitos de no hacer lo ilegal o injustificable,
ante lo cual los principios operativos de obediencia y jerarqua encuentran sus
lmites y definen su racionalidad. En efecto la Constitucin, los Derechos
Humanos y lo delictivo son los lmites al mbito de proteccin del bien jurdico
castrense-policial.
IV.

LOS ARGUMENTOS DEL COLEGIADO SUPREMO

Correctamente ha sealado la ejecutoria suprema de fecha 10 de abril


de 2003, que para que se pueda considerar a un ilcito delito de funcin, deben
de presentarse o concurrir en el supuesto de hecho denunciado tres elementos:
a) que el sujeto activo y pasivo del delito debe ser miembro de las Fuerzas
Armadas o de la Polica Nacional, b) que la conducta o accin debe estar
vinculada a la funcin militar o policial, y c) que la conducta delictiva del agente
activo se encuentre prevista en el Cdigo de Justicia Militar.
Planteamientos correctos pero que sin embargo requieren de
precisiones. Cuando se habla de que el sujeto pasivo sea miembro de las
Fuerzas Armadas o de la Polica Nacional, incurre el colegiado supremo en una
restriccin desatinada, dado que el titular del sujeto pasivo no siempre en los
delitos militares corresponde a un militar sino a la institucionalidad y las
instituciones militares o policiales. Igualmente, constituye una frase requerida
de matizacin y exploracin en sus alcances la tercera consideracin que
define el delito de funcin, por cuanto muchas conductas reputadas delitos
funcionales se hallan tanto en el Cdigo de Justicia Militar como en el Cdigo
Penal; as, el prevaricato, encubrimiento real y personal, etc. Situacin ante la
cual no es suficiente formular una frase general. Asimismo, en la contienda de
competencia que dilucid certeramente el colegiado supremo, no se someti a
evaluacin la existencia o no de un delito de funcin sino la configuracin o no
de un delito militar-policial, terminologa que mejor expresa y se adapta a la
temtica en discusin. Seguir utilizando la frase genrica delito de funcin
para dar cuenta de los delitos militares se revela an imprecisa y carente de la
suficiente fuerza expresiva que exige la materia. Por lo dems, resulta
inobjetable que en el caso sustanciado por la Sala Penal Suprema no nos
hallbamos ante la proteccin de un bien jurdico militar o policial. Argumentos
que en su conjunto le otorgan a dicha ejecutoria legitimidad jurdica.
La justicia militar-policial no se basa exclusivamente en la condicin
existencial de ser militares o policas los agentes del delito, pues ellos tambin
son susceptibles de denuncia, investigacin, proceso y sentencia conforme a la
normatividad penal y procesal penal comn, sino fundamentalmente en la
naturaleza especial y restrictiva del bien jurdico en juego con el ilcito penal
cometido. Ello es lo que permite conferirle a la justicia de los tribunales militares
un sentido material-normativo y no personal.

INFORME JURISPRUDENCIAL

ALCANCES PARA LA REFORMA DEL PODER JUDICIAL - Clara Celinda


Mosquera Vsquez

ALCANCES PARA LA REFORMA DEL PODER JUDICIAL (Clara Celinda


Mosquera Vsquez (*))
La justicia es, ciertamente, igualdad, armona, orden, proporcin; pero ello no
solamente en el sentido genrico, en el cual se nos presenta como sinnimo de
perfeccin en general o de virtud comprensiva de todas las dems virtudes,
sino, ms bien, en el sentido especfico de regla determinada de convivencia
en las relaciones entre sujeto y sujeto.
Giorgio Del Vecchio (**)
La reforma del Poder Judicial es un ideal anhelado, pero un error en el que
parece incurrir cada nuevo proceso de reforma es que previamente no se fijan
con claridad los objetivos buscados y, en tal sentido, los problemas medulares
que deban atacarse. La autora del presente comentario apuntala algunos de
ellos. En ese sentido, considera, por ejemplo, que en el proceso de reforma del
Poder Judicial la Justicia de Paz Letrada merece una atencin particular, por
las mayores competencias que quieren atribuirsele. Asimismo, debe
comenzarse por brindarle autonoma presupuestaria al Poder Judicial, pues de
lo contrario no se le garantiza el cabal cumplimiento de sus funciones. La
autora reconoce tambin que deben darse cambios internos. Entre otros, debe
variar la cultura judicial en temas como el de las jerarquas dentro del Poder
Judicial, que resultan contraproducentes en el mbito jurisdiccional pues
debera primar la interrelacin fluida y abierta entre sus diferentes
componentes
COMENTARIOS
I.

INTRODUCCIN

Las ltimas semanas han significado una dura prueba para el Poder
Judicial. Primero por los fallos controvertidos de dos jueces de las Cortes
Superiores del Cono Norte y de Lima en torno al control de un canal de
televisin, y luego por el anuncio del presidente de la Repblica de su decisin
de reformar el Poder Judicial al margen del proceso liderado por el presidente
de este Poder del Estado desde febrero de este ao.
En este contexto, el 3 de septiembre ltimo fue aprobado en la Comisin
de Justicia del Congreso de la Repblica el proyecto de ley que crea una
Comisin Especial para la Reforma Integral de la Administracin de Justicia
(CERIAJUS), que motiv la protesta del presidente del Poder Judicial debido a
que no hubo las consultas que el caso requera a las entidades del sistema
judicial que integraran esta comisin; a lo que se agrega el hecho de que dicha
comisin estara conformada solamente por 6 representantes del sistema
judicial frente a los 10 representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo y la
sociedad civil (1).
Asimismo, el 8 de septiembre la Comisin de Constitucin del Congreso
aprob por unanimidad la creacin de un grupo especial parlamentario cuya
labor ser la elaboracin de un proyecto destinado a reformar en la
Constitucin Poltica todo lo referente a los rganos de administracin de
justicia, como son el Poder Judicial, Ministerio Pblico, Consejo Nacional de la
Magistratura y Tribunal Constitucional (2).
Desde esta perspectiva, el Poder Judicial aparece como el ente ms
dbil de los poderes que conforman la estructura estatal, sometido por tanto a
las decisiones polticas, no necesariamente tcnicas, de los otros poderes del
Estado que incluso se resisten a interactuar con el rgano que directamente va
a ser afectado por resoluciones no consensuadas.
De otro lado, consideramos que uno de los principales problemas que
afecta al Poder Judicial es su estructura organizacional caracterizada por su
verticalidad y burocratizacin; cabe preguntarnos entonces qu tipo de
organizacin queremos para el Poder Judicial: si lo que se desea es que no
siga siendo una organizacin burocrtica caracterizada por un corporativismo
exacerbado, jueces profesionales pero carentes de legitimidad y un modelo
tcnico burocrtico que establece un judiciario exegtico, asptico, puramente
tcnico, despojado de vinculaciones con valoraciones sociales, sometido a una
frrea disciplina de su conducta y aislado de la sociedad (3); o mirando el
presente y hacia el futuro buscamos que sea una entidad democrtica
sostenida por una relacin horizontal entre los jueces, dejando de lado la visin
napolenica de organizacin judicial, uno de cuyos rasgos es el autoritarismo
en las relaciones internas.
Asimismo, si bien el principal problema que afronta el Poder Judicial es
la falta de recursos, no hay que dejar de lado que existen otros temas de vital
importancia como el de su autonoma, el de la generacin de una nueva cultura
judicial o el problema de la Justicia de Paz, entre otros asuntos que merecen
una atencin especial y en relacin a los cuales deseamos exponer algunos

criterios; con el propsito de coadyuvar a formar una corriente de opinin


alrededor de los temas sealados.
No podemos soslayar que una reforma integral del Poder Judicial no se
lograr sino a travs de un proceso en el cual deben estar comprometidos no
solo los magistrados, sino tambin la sociedad civil representada
democrticamente por todos los sectores de la poblacin, con una sola
finalidad: mejorar la administracin de justicia en beneficio de la sociedad.
En otros trminos, es necesario el fortalecimiento del Poder Judicial a
travs de una mejora y democratizacin del servicio pblico de justicia,
garantizando la solucin justa, imparcial, tcnica y oportuna de los conflictos,
como el mayor acceso de los ciudadanos (4). No se trata entonces solamente
de modernizar la administracin de justicia, por ejemplo, con la adquisicin de
computadoras sino de legitimar el Poder Judicial, cambiar su estructura,
democratizarlo y salvaguardar la independencia de los magistrados. En este
sentido se requiere de magistrados probos, identificados con el Poder Judicial,
comprometidos con el cambio, capacitados y con una decidida identificacin
con los principios democrticos y constitucionales que sustentan el Estado de
Derecho y la defensa de los Derechos Humanos (5).
No olvidemos adems que el Poder Judicial, parafraseando al juez
espaol Baltasar Garzn, debe estar integrado no por jueces temerosos sino
por jueces que no tengan miedo de sus propias decisiones, como lo han
demostrado muchos jueces en circunstancias muy adversas para una justa
administracin de justicia. No solo se trata de tener jueces que sean boca de
ley como opinaba Montesquieu, ni de jueces sumisos y apabullados por las
jerarquas al estilo napolenico, sino que ante todo debemos tener jueces que
sean justos, probos y con el suficiente coraje para nadar contra la corriente.
II.

JUSTICIA DE PAZ

La Justicia de Paz Letrada se constituye en el primer escaln en la


organizacin del Poder Judicial al que accede el mayor nmero de ciudadanos
en procura de buscar solucin a sus conflictos legales.
As, el juez de Paz Letrado es competente para conocer en el rea penal
los procesos por faltas: contra la persona cuando requiera hasta diez das de
asistencia o descanso mdico, y contra el patrimonio hurto simple, dao o
abigeato cuando la accin recae sobre un bien cuyo valor no sobrepase las
cuatro remuneraciones mnimas vitales. En el rea civil conoce procesos de
alimentos siempre que exista prueba indubitable del vnculo familiar; procesos
de obligacin de dar suma de dinero: en la va ejecutiva hasta cincuenta
unidades de referencia procesal, en la va abreviada hasta cincuenta unidades
de referencia procesal y en la va sumarsima hasta veinte unidades de
referencia procesal; desalojos cuando la renta mensual sea hasta cinco
unidades de referencia procesal, y procesos no contenciosos como
rectificaciones de partidas y sucesiones intestadas. En el rea laboral es
competente para conocer procesos de beneficios sociales cuando la cuanta no
sobrepase las diez unidades de referencia procesal y procesos de aportaciones

a las AFP. A esto hay que agregar el hecho de que estos juzgados son tambin
los encargados de la tramitacin de exhortos.
Es decir, un Juzgado de Paz Letrado conoce procesos civiles, penales y
laborales al igual que los Juzgados Especializados, solo que de menor cuanta,
que son precisamente los procesos ms numerosos y que involucran, en la
mayora de casos, a los sectores de menores recursos de nuestra poblacin.
Por ello es que consideramos que en el proceso de reforma del Poder
Judicial la Justicia de Paz Letrada merece una atencin particular, tanto por la
cantidad de procesos que conoce como por la poca atencin que ha merecido
en los ltimos aos. A pesar de ello, se est proponiendo que los Juzgados de
Paz tambin conozcan procesos comerciales, procesos de alimentos en los
que la relacin familiar no sea indubitable y casos de interdictos.
Es obvio que lo que se busca es aliviar la carga procesal de los
Juzgados Especializados derivando varios tipos de procesos a los Juzgados de
Paz Letrados (6), sin tener en cuenta las condiciones extremas en las que
laboran muchos de ellos -no todos-, donde hay falta de personal y de
instrumentos que aligeren el ya recargado trabajo.
Si bien a un Juzgado de Paz Letrado arriban los procesos menores,
como por ejemplo, pleitos entre vecinos, hurto de gallinas y cuyes, rotura de
vidrios, los familiares, son este tipo de procesos los que ms interesan al
ciudadano comn y corriente, quien no est directamente interesado en
procesos donde se discute la propiedad de las acciones de empresas, sino en
casos que afectan su vida diaria, exigiendo que se resuelvan con la mayor
celeridad posible en el marco de una justa aplicacin de la Constitucin y las
leyes.
Lejos de plantearse una revisin de la Justicia de Paz Letrada, lo que se
est proponiendo es el aumento de su competencia, desprotegiendo de este
modo al comn de los ciudadanos, pues ello ocasionar definitivamente que
dado el aumento de carga procesal en los Juzgados de Paz Letrados, los
procesos menores se retrasen, peor todava si el soporte tecnolgico,
indispensable para una correcta administracin de justicia, es todava
inexistente en muchos lugares del pas. Por ello somos de la idea de que la
reforma del Poder Judicial debe comenzar por esa instancia, en razn de que
as se podran satisfacer las aspiraciones de sectores poblacionales
importantes que exigen sobre todo celeridad en sus procesos.
As, debera comenzarse por identificar las necesidades de la poblacin
en lo referente a la Justicia de Paz Letrada, para la creacin, de ser el caso, de
ms Juzgados de Paz Letrados de acuerdo con la cantidad de poblacin y con
las estadsticas que se manejan en cada Corte Superior de Justicia, inclusive
reubicando algunos en zonas de mayor concentracin de carga procesal en
procura de una mayor celeridad de la administracin de justicia, pues como ha
sealado el doctor Hugo Sibina, el inters de la administracin de justicia es el
de proporcionar a los usuarios un servicio pblico eficiente, honesto y
profesional.

No pasemos por alto que las bases de la nueva legitimidad del Poder
Judicial al interior de la sociedad civil van a establecerse, en primer lugar a este
nivel, por la interrelacin cotidiana de los Juzgados de Paz con la comunidad;
de ah la importancia del rol que deben jugar los jueces de Paz Letrados en la
reforma en marcha.
III.

AUTONOMA

Muchos coinciden en sealar que lo que se procura es la existencia en


nuestro pas de un Poder Judicial transparente, eficiente y autnomo. La
autonoma debe ser entendida como la facultad de este Poder del Estado para
tomar sus propias decisiones, ya sea sobre cuestiones administrativas o sobre
asuntos estrictamente jurisdiccionales.
En este sentido cabe preguntarse si es que se puede hablar de
autonoma del Poder Judicial cuando este no puede ni siquiera sealar su
propio presupuesto. Basta recordar que mientras que la Constitucin de 1979
sealaba en su artculo 238 que el presupuesto del Poder Judicial no sera
menor del 2% del presupuesto de gastos corrientes del Gobierno Central, la
actual Carta Magna en su artculo 145 establece que el Poder Judicial debe
presentar su proyecto de presupuesto al Poder Ejecutivo y sustentarlo ante el
Congreso, sin especificarse ningn porcentaje, estando sujeto a las prioridades
del Poder Legislativo y a los vaivenes de la lucha poltica que condicionan
finalmente dichas determinaciones.
El peligro radica en que el Poder Judicial, tal como ha sucedido en el
pasado, se someta al poder poltico de turno, favorecindolo en sus decisiones,
al margen y/o en contra de la Constitucin y las leyes de la Repblica.
En procura de un Poder Judicial que ante todo brinde seguridad y
proteccin a los ciudadanos, debe comenzarse por brindarle autonoma
presupuestaria, pues de lo contrario no podra garantizarse un cabal
cumplimiento de sus funciones. Con esta autonoma el Poder Judicial, en el
cumplimiento de su plan estratgico, podra disponer de sus recursos de
acuerdo con sus prioridades: nuevas plazas, soporte tecnolgico, sueldos (7),
capacitacin de magistrados y auxiliares jurisdiccionales, etctera.
IV.

CULTURA JUDICIAL

El pasado 8 y 9 de agosto se llev a cabo en nuestra capital el I


Encuentro Nacional de Jueces Por la refundacin del Poder Judicial,
convocado por la Corte Suprema de Justicia, hecho trascendental sin duda,
habida cuenta de que era la primera vez que se realizaba una reunin de esta
naturaleza y que congreg a magistrados de las diferentes instancias de todas
las cortes del pas.
En dicha cita qued muy en claro que el proceso de reforma tiene
mltiples aristas a cada cual ms importante, aunque una de las ms
importantes tiene que ver con el reconocimiento de la capacidad y autoridad

que tienen los jueces para dirigir su propia reforma en el marco de la


independencia del Poder Judicial establecida por nuestra Carta Magna y de la
interaccin con otros poderes del Estado e incluso con otras instituciones de la
sociedad civil.
Sin embargo, consideramos que hay un tema que no puede soslayarse
como qued evidenciado en el Encuentro de Jueces y que es el de la
imperiosidad del cambio de la cultura judicial, parte de la cual se plasma en
criterios, actitudes y costumbres de los propios magistrados, orientadas
algunas de ellas a mantener diferencias reidas con los conceptos modernos
de administracin de justicia sustentados en los principios de independencia
jurisdiccional, eficiencia y transparencia.
Por citar solo un ejemplo, consideramos que debe revisarse la existencia
de las llamadas jerarquas dentro del Poder Judicial, que pueden explicarse
en el seno de las Fuerzas Armadas y Policiales por la propia naturaleza de sus
funciones, pero que resultan contraproducentes en los mbitos jurisdiccionales
que deben caracterizarse por una interrelacin fluida y abierta entre sus
diferentes componentes (8).
La organizacin jerrquica que caracteriza al Poder Judicial, producto de
la concepcin napolenica de organizacin judicial, transforma las instancias
jurisdiccionales en jerarquas de autoridad, lo que permite la imposicin de
formas conservadoras en los nuevos integrantes de la judicatura, los cuales
reproducirn a su vez esta forma de relacin, adems de fomentar una cultura
del amiguismo y el clientelismo frtil para el desarrollo de la corrupcin (9).
En esa perspectiva debe reconocerse que los magistrados
independientemente de las instancias jurisdiccionales en que se ubiquen
cumplen las mismas y delicadas funciones propias de la administracin de
justicia, expuestos todos a las mismas presiones y riesgos como son no solo la
de ser quejados y denunciados, sino que pueden incluso traducirse en
amenazas contra su vida e integridad, incluida la de sus familiares ms
cercanos, como en diferentes oportunidades han sido de conocimiento de la
opinin pblica.
Esas instancias jurisdiccionales existen como garanta de una correcta
administracin de justicia, pero en sus mbitos, precisamente por esa visin y
prcticas jerarquizadas que comentamos, suelen presentarse discriminaciones
que en determinadas circunstancias abren brechas amplias e insuperables
entre los jueces; o lo que es peor atentan contra la propia autonoma de los
jueces en el ejercicio de sus funciones.
Son esas las razones por las que no compartimos la propuesta de que el
Consejo Nacional de la Magistratura elimine el requisito del examen escrito,
establecido en el artculo 23 inciso b) de su Ley Orgnica, para los postulantes
a vocalas supremas y que por el contrario se refuerce la evaluacin personal,
pues adems de significar una discriminacin para los postulantes a
magistrados de otras instancias, se corre el riesgo de que accedan al cargo de
vocales supremos personas sin la adecuada preparacin acadmica para tan

delicado cargo, ms an cuando el Consejo Nacional de la Magistratura ha


demostrado eficiencia al momento de llevar adelante las evaluaciones escritas
a los postulantes a magistrados (10).
No negamos de modo alguno que lo que diferencia a los jueces de
instancias distintas es la antigedad y experiencia, pero ello no puede dar pie a
que muchas veces se escuche ms a unos que a otros. Consideramos que en
un proceso de reforma como el que se ha iniciado, la refundacin del Poder
Judicial pasa por escuchar a los magistrados de las distintas instancias,
partiendo de una participacin equitativa de vocales, jueces especializados y
jueces de Paz Letrados, debiendo por tanto crearse los canales participativos
a la manera de encuentros de jueces por ejemplo para lograr una verdadera
movilizacin de conciencias y actitudes en pro de los objetivos planteados en el
proceso de reforma.
Asimismo, consideramos que todas las instancias deberan tener
participacin en el gobierno del Poder Judicial a travs de representantes
democrticamente elegidos y en cuotas iguales, pues la presencia de los
jueces especializados y de Paz es tan importante y necesaria como la de los
vocales superiores y supremos para un gobierno mucho ms democrtico del
Poder Judicial, pues a decir de David Lobatn, el solo hecho de integrar la
mxima instancia jurisdiccional no habilita a gobernar el Poder Judicial (11).
En este extremo, la reforma del Poder Judicial debera considerar el
cambio de un modelo jerrquico y burocratizado a uno moderno y democrtico,
donde se garanticen la independencia de los jueces y su activa participacin en
el gobierno de este poder del Estado.
V.

VOCEROS

En los documentos finales presentados por la Comisin de Reforma del


Poder Judicial se encuentra como propuesta la incorporacin en la estructura
organizacional del Poder Judicial de un profesional que cumpla las funciones
de vocero institucional con la finalidad de superar las deficiencias en la
comunicacin de la ciudadana.
Sobre este tema habra primero que tener en cuenta que el hecho de ser
magistrado no significa que no se nos reconozcan los derechos establecidos en
nuestra Carta Magna, la que en su artculo 2 inciso 4) consagra la libertad de
opinin, expresin y difusin del pensamiento mediante la palabra oral o escrita
o la imagen, por cualquier medio de comunicacin social, sin previa
autorizacin ni censura ni impedimento algunos.
Claro est que un magistrado no podra declarar sobre un proceso que
est conociendo; sin embargo ello no impedira que pueda declarar sobre
cualquier tema de inters, ms an cuando se trata de defender su honor y
buena reputacin, puestos muchas veces en tela de juicio por litigantes y
algunos medios de prensa cuando se refieren a un magistrado con cuyo fallo
no estn de acuerdo.

Por otro lado, consideramos que la labor del vocero as como lo propone
la Comisin de Reforma bien puede ser desempeada por la Oficina de Imagen
Institucional, pues su labor especializada debe desarrollar la relacin entre
Poder Judicial y medios de comunicacin y no debe estar solamente dedicada,
en palabras de la doctora Ins Villa Bonilla, a la compilacin de informacin
para la sntesis informativa o a la organizacin de actos protocolares (12).
VI.

RGANO DE CONTROL

La Oficina de Control de la Magistratura y las correspondientes Oficinas


Distritales existentes en cada Corte Superior de Justicia tienen por finalidad
sancionar a aquellos jueces que cometen alguna irregularidad en el ejercicio de
sus funciones. Sin embargo, existe el peligro de que estas oficinas puedan ser
usadas por algunos malos litigantes, abogados e inclusive por algunos
magistrados para presionar a jueces con el propsito de obtener fallos
favorables.
Desde esta ptica un tema por tener en cuenta es el referente a la
facultad que tienen los magistrados que conocen los procesos o medios
impugnatorios para sancionar con apercibimiento o multa al juez de la causa,
hecho contemplado en el artculo 213 de la Ley Orgnica del Poder Judicial.
Al respecto, consideramos que amerita una revisin de dicha disposicin
pues a todas luces atenta contra el derecho de defensa de los magistrados
sancionados, pues no pueden hacer uso de su derecho de defensa, al ser
sancionados sin ser escuchados, a lo que se agrega el hecho de que las ms
de las veces se les sanciona porque simplemente su opinin no es compartida
por los magistrados revisores, ello como consecuencia de la poca claridad con
la que ha sido redactada la norma en mencin.
Otro tema por considerarse es el referido a la responsabilidad
disciplinaria contemplada en el artculo 201 inciso 3) de la Ley Orgnica del
Poder Judicial que seala que existe responsabilidad disciplinaria por injuriar a
los superiores jerrquicos. Creemos que en todo caso debe replantearse esta
norma y no solamente colocar el supuesto de que el afectado sea un superior
jerrquico sino cualquier magistrado independientemente de la instancia en la
que desempee sus labores.
Tambin causa preocupacin el hecho de que se pretenda sancionar
penalmente a un magistrado por no resolver dentro de los plazos establecidos
por la ley (13). Sobre este tema consideramos que debera previamente
hacerse un estudio minucioso sobre las causas por las que en muchos casos
no se puede cumplir con los plazos establecidos por la ley, porque muchas
veces ello es resultado de la elevada carga procesal que manejan algunos
juzgados. En todo caso este proyecto poco o nada podra hacer para
solucionar el atraso de muchos juzgados, por no decir todos, pues no se trata
de un problema de personas sino de una deficiencia del sistema.
VII.

ANTIGEDAD PARA EL ASCENSO

Sobre la propuesta de que se promueva temporalmente a los vocales


superiores para que cubran vacantes en las salas jurisdiccionales de la Corte
Suprema de Justicia sin que se considere como requisito la antigedad, para
considerarse por el contrario las aptitudes profesionales y mritos personales,
creemos que esa medida no debera estar reservada solamente para los
vocales superiores sino que debe hacerse extensiva a todos los magistrados
de las tres instancias en procura de cubrir vacantes tambin de vocales
superiores y de jueces especializados; as, todos los magistrados titulares
tendran las mismas oportunidades y no se haran distingos en el tratamiento
de los mismos.
Consideramos por ello que un primer paso sera establecer un cuadro de
mritos de los magistrados no basado en la antigedad sino bsicamente en su
preparacin profesional; as, tendran ms valor los mritos acadmicos como
grados y especializaciones, publicaciones y docencia universitaria (14) que de
por s son reas mucho ms relevantes que considerarse exclusivamente el
tiempo de ejercicio de la magistratura.
Consideramos por tanto que urge una modificacin de la Ley Orgnica
del Poder Judicial en el artculo 219, eliminando el llamado cuadro de
antigedad de los magistrados y estableciendo en su lugar el cuadro de mritos
acadmicos de los magistrados, procurando buscar la excelencia al momento
de producirse los ascensos y encargaturas.
VIII.

VINCULACIN ENTRE PODER JUDICIAL Y SOCIEDAD

Un tema de vital importancia lo constituye la necesidad de establecer


nuevos puentes de comunicacin entre Poder Judicial y la comunidad. No
olvidemos que segn las encuestas realizadas, el Poder Judicial tiene un
elevado ndice de desprestigio y es considerado una de las instituciones de
menos confianza entre la poblacin. La imagen del Poder Judicial ha ido
decayendo conforme han pasado los aos; as, segn la encuestadora Apoyo
Opinin y Mercado, mientras que en 1993 el Poder Judicial tena una
aprobacin del 30%, en 1998 la aprobacin era del 20% y a abril del 2003
llegaba al 15% (15).
Es indispensable por ello que el Poder Judicial se acerque a la
poblacin, por ejemplo a travs de campaas de capacitacin sobre temas de
su inters que le permita conocer, por boca de los propios jueces y auxiliares
jurisdiccionales, sus derechos, o el trmite que sigue un proceso de alimentos,
o quiz cul es el procedimiento para atender casos de violencia familiar.
Un proyecto de este tipo est siendo impulsado por la Corte Superior de
Justicia del Cono Norte de Lima a travs del Comit Consultivo de Proyeccin
a la Comunidad, habindose capacitado hasta la fecha a pobladores de los
distritos de Puente Piedra y Comas, y prximamente el programa llegar a
todos los distritos del Cono Norte, incluyendo la Provincia de Canta. Bien vale
la pena tener en cuenta esta experiencia que est abriendo cauces inditos en
la relacin Poder Judicialcomunidad que le est permitiendo a un poder tan
cuestionado recuperar parte de la confianza que nunca debi perder.

ENTRE CORCHETES: JURISPRUDENCIA COMENTADA Y ANOTADA


DERECHO CONSTITUCIONAL
DERECHO CIVIL PATRIMONIAL
DERECHO CIVIL EXTRAPATRIMONIAL
DERECHO PROCESAL CIVIL
DERECHO PENAL
DERECHO PROCESAL PENAL
DERECHO LABORAL
DERECHO TRIBUTARIO
CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO

DERECHO CONSTITUCIONAL
SI NO SE ADMITE UNA DEMANDA CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA
PRESENTADA FUERA DEL PLAZO FIJADO EN EL CDIGO TRIBUTARIO
SE CONTRAVIENE EL PRINCIPIO DE IGUALDAD?
EL DESPIDO FUNDADO NICA Y EXCLUSIVAMENTE EN LA VOLUNTAD
DEL EMPLEADOR ES CAUSAL DE REPOSICIN?

SI NO SE ADMITE UNA DEMANDA CONTENCIOSO-ADMINISTRATIVA


PRESENTADA FUERA DEL PLAZO FIJADO EN EL CDIGO TRIBUTARIO
SE CONTRAVIENE EL PRINCIPIO DE IGUALDAD?
Exp. N 2763-2002-AA/TC
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Demandante :
Corporacin Textpop S.A.
Demandado :
Tribunal Fiscal
Asunto
:
Accin de amparo
Fecha
:
30 de enero del 2003
(publicada en la pgina web del TC: www.tc.gob.pe)
El plazo de 15 das para la interposicin de la demanda contenciosoadministrativa para impugnar lo resuelto por el Tribunal Fiscal, que estableca el
artculo 157 del Cdigo Tributario, era inconstitucional por afectar el principio de
igualdad, pues no exista ningn elemento que justificara el trato diferenciado
respecto a los plazos contenidos en el Cdigo Procesal Civil. Por ende, su
aplicacin mediante una RTF lesiona el derecho de igualdad.
EXP. N 2763-2002-AA/TC - LIMA
CORPORACIN TEXPOP S.A.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 30 das del mes de enero de 2003, la Sala Primera del
Tribunal Constitucional, con la asistencia de los seores magistrados Alva
Orlandini, Presidente; Bardelli Lartirigoyen y Gonzales Ojeda, pronuncia la
siguiente sentencia
ASUNTO

Recurso extraordinario interpuesto por Corporacin Texpop S.A. contra


la sentencia de la Quinta Sala Civil de la Corte Superior de Lima, de fojas 195,
su fecha 16 de octubre de 2002, que declara infundada la accin de amparo de
autos.
ANTECEDENTES
La recurrente, con fecha 27 de junio de 2001, interpone accin de
amparo contra el Tribunal Fiscal y la Superintendencia Nacional de
Administracin Tributaria (Sunat), con el objeto de que se declaren inaplicables
los artculos 157 y 158 del Decreto Legislativo N 816, Cdigo Tributario [1],
que establecen requisitos abrogados para la admisin de demandas
contencioso-administrativas; y la Resolucin del Tribunal Fiscal N 283-2-2001,
del 23 de marzo de 2001, que le fue notificada el 21 de junio de 2001, en virtud
de la cual se declar inadmisible la demanda contencioso-administrativa
interpuesta contra la Resolucin N 1119-2-2000, de fecha 17 de noviembre de
2000, que confirm la Resolucin de Intendencia N 015-4-10185, por
considerar que Corporacin Texpop S.A. no haba cumplido con el requisito
exigido en el numeral 157 del Cdigo Tributario, relativo a la observancia del
plazo de 15 das para su interposicin.
La Sunat, al contestar la demanda, seala que las demandas
contencioso-administrativas que se interponen contra resoluciones del Tribunal
Fiscal se rigen por lo dispuesto en los artculos 157 a 161 del Texto nico
Ordinario del Cdigo Tributario, por lo que al presentarse la referida demanda
en forma extempornea fue declarada inadmisible.
El Procurador Pblico a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de
Economa y Finanzas deduce la excepcin de incompetencia, aduciendo que
las acciones de amparo no proceden contra normas legales y, contestando la
demanda, manifesta que la recurrente no especifica un acto concreto de
afectacin de sus derechos constitucionales, adems de sealar que la actora
pudo recurrir en queja ante el ministro de Economa, por lo que solicita que la
demanda se declare improcedente y/o infundada.
El Sexagsimo Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, con
fecha 20 de marzo de 2002, declara improcedente la excepcin de
incompetencia e infundada la demanda, por considerar que la decisin del
Tribunal Fiscal se sustent en el principio de reserva de la ley en materia
tributaria, establecido en el inciso c) del artculo 4 del Ttulo Preliminar del
Cdigo Tributario [2] [3].
La recurrida confirma la apelada, por estimar que Texpop S.A., al
plantear su demanda contencioso-administrativa ante el Tribunal Fiscal, se
someti a la competencia del mismo, y que las normas genricas del Cdigo
Procesal Civil, que regulan ese tipo de acciones, resultan complementadas por
los artculos 157 y 158 del Cdigo Tributario.
FUNDAMENTOS

1. El Tribunal Constitucional considera que la controversia se


circunscribe a evaluar si con la aplicacin de uno de los requisitos previstos
como condicin de la accin para promover una demanda contenciosoadministrativa (en concreto, el plazo de 15 das hbiles establecido en el
artculo 157 del Cdigo Tributario, Decreto Legislativo N 816), se ha vulnerado
el derecho de igualdad de la recurrente, reconocido en el inciso 2) del artculo
200 de la Constitucin [4].
Tal alegacin de inconstitucionalidad, por infraccin del derecho de
igualdad, se derivara del hecho de que, mientras el inciso 3) del artculo 541
del Cdigo Procesal Civil estableca, con carcter general, que la demanda
contencioso-administrativa se interpone dentro de los 30 das de notificada la
resolucin impugnada..., tratndose de la impugnacin de resoluciones
expedidas por el Tribunal Fiscal, el plazo para promover el contenciosoadministrativo se reduce a 15 das.
Por tanto, y en la medida que contra la recurrente se ha aplicado este
ltimo dispositivo legal [declarndose inadmisible su demanda contenciosoadministrativa, precisamente por haberse interpuesto fuera de esos 15 das,
pero no despus de los 30, a los que se refiere el inciso 3) del artculo 541 del
Cdigo Procesal Civil], en lo que sigue el Tribunal Constitucional se detendr a
analizar si el tratamiento diferenciado efectuado por el legislador: a) se basa en
razones objetivas; b) persigue optimizar un derecho o un bien de naturaleza
constitucional; c) mantiene una relacin de adecuacin entre el medio
empleado y el fin perseguido; y, d) constituye una medida adecuada y
necesaria para alcanzar el fin.
2. Respecto al primer elemento del test de razonabilidad, esto es, si el
tratamiento diferenciado se sustent en un elemento objetivo que lo justifique,
despus de analizar cules hubieran podido ser las razones del legislador para
establecer un tratamiento diferenciado, este Colegiado considera que tales
motivos no pueden sino reducirse a dos: por un lado, la materia sobre la que
versan las resoluciones; y, por otro, el rgano administrativo que las expide.
No obstante, no se trata de elementos objetivos que justifiquen el
tratamiento diferenciado. En primer lugar, si el tratamiento diferenciado se
justificara en el contenido de las resoluciones que se impugnen en el
contencioso-administrativo, entonces habra que exigir razonablemente al
legislador que establezca un plazo especfico como materia administrativa
pudieran contener las resoluciones que expida la administracin.
Evidentemente una exigencia de esa envergadura y, a su vez, una justificacin
en esa perspectiva, seran un absurdo, pues tendra que regularse un sinfn de
plazos.
En segundo lugar, el Tribunal estima que tampoco constituye una base
objetiva para efectuar un tratamiento diferenciado el criterio del rgano
administrativo que lo expide. Con esa lgica, nuevamente, habra que exigir del
legislador que establezca tantos plazos como rganos administrativos pudieran
existir.

3. El Tribunal Constitucional advierte que, en el caso, no se discute lo


relativo al plazo para impugnar una resolucin administrativa en el seno de un
procedimiento administrativo, sino el plazo para interponer la demanda
contencioso-administrativa. Para el primer supuesto, la propia Ley del
Procedimiento Administrativo General (y antes, las que hicieron sus veces)
establece que sus regulaciones son, en trminos generales, de aplicacin
supletoria; es decir, son los diversos rganos de la administracin los que
pueden establecer las reglas del procedimiento y, entre ellas, los plazos de
impugnacin. En el proceso administrativo [rectius, contencioso-administrativo],
en cambio, la regla es que el plazo para cuestionar (entindase demandar) las
decisiones administrativas que hayan causado estado debe estipularse, prima
facie, con carcter general.
Por tanto, no existiendo un elemento objetivo que justifique el trato
diferenciado establecido en el artculo 157 del Cdigo Tributario, este es
inconstitucional por afectar el principio de igualdad. Y su aplicacin, mediante
Resolucin del Tribunal Fiscal N 283-2-2001, lesiona el derecho de igualdad
de la recurrente [5].
4. Asimismo, este Colegiado considera que el artculo 157 del Cdigo
Tributario y la aplicacin que de l se ha efectuado, tambin viola el derecho de
acceso a la justicia que, como contenido implcito del derecho a la tutela
jurisdiccional, se encuentra reconocido en el inciso 3) del artculo 139 de la
Constitucin, pues ha causado que tal derecho se vea restringido indebida e
injustificadamente.
El derecho de acceso a la justicia garantiza, entre otras cosas, que el
administrado pueda acudir al juez a fin de cuestionar los actos que la
administracin hubiera efectuado. Como todo derecho, tambin el de acceso a
la justicia es uno que puede ser limitado. Sin embargo, de la posicin
preferente en la que se encuentran los derechos fundamentales se deriva una
exigencia concreta al legislador respecto al momento de establecer las
condiciones de su ejercicio o las limitaciones al derecho: en efecto,
cualesquiera que sean las restricciones o lmites que se establezcan, su validez
depende de que estas no obstaculicen, impidan o disuadan irrazonablemente el
acceso del particular a un tribunal de justicia.
En el caso de autos el Tribunal Constitucional considera que, al no existir
base objetiva que justifique el plazo establecido en el artculo 157 del Decreto
Legislativo N 816, tal limitacin temporal es irrazonable y, en ese sentido, la
declaracin de inadmisibilidad de la demanda contencioso-administrativa afecta
el derecho de acceso a la justicia de la recurrente.
5. Por otro lado, tal como se aprecia de la parte considerativa de la
Resolucin del Tribunal Fiscal N 283-2-2001 (4 Fundamento), la demanda
contencioso-administrativa formulada por la recurrente ante el Tribunal Fiscal
por aplicacin del artculo 157 del Decreto Legislativo N 816 fue declarada
inadmisible, tras considerarse que fue presentada fuera del plazo de los 15
das hbiles all establecido. Segn se expresa en la mencionada Resolucin,

la resolucin contra la que se promovi la demanda contencioso-administrativa


le fue notificada a la demandante el 16 de enero de 2001, mientras que la
demanda se present con fecha 19 de febrero de 2001. Por ello, el Tribunal
Constitucional considera que se debe estimar la pretensin y, al declararse
inaplicable el artculo 157 del Decreto Legislativo N 816 y la Resolucin del
Tribunal Fiscal N 283-2-2001, de fecha 23 de marzo de 2001, se debe ordenar
que la demanda sea admitida, en aplicacin del plazo de 30 das que se
prescriba en el inciso 3) del artculo 541 del Cdigo Procesal Civil.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las
facultades que le confieren la Constitucin Poltica del Per y Ley Orgnica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida que, confirmando la apelada, declar
infundada la demanda; y, reformndola, la declara FUNDADA; en
consecuencia, inaplicables a la demandante el artculo 157 del Cdigo
Tributario, as como la Resolucin del Tribunal Fiscal N 283-2-2001, de fecha
23 de marzo de 2001; y ordena que el Tribunal Fiscal admita la demanda y la
remita, en el da, a la Corte Suprema de Justicia de la Repblica, para su
trmite de ley. Dispone la notificacin a las partes, su publicacin conforme a
ley y la devolucin de los actuados.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES
OJEDA.

EL DESPIDO FUNDADO NICA Y EXCLUSIVAMENTE EN LA VOLUNTAD


DEL EMPLEADOR ES CAUSAL DE REPOSICIN?
Exp. N 1400-2002-AA/TC
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Demandante :
Teodora Cueva Vergara
Demandado :
SERPOST S.A.
Asunto
:
Accin de amparo
Fecha
:
29 de enero del 2003 (publicada en la pgina web del TC:
www.tc.gob.pe)
La extincin de la relacin laboral fundada nica y exclusivamente en la
voluntad del empleador, sin expresin de causa, constituye un acto arbitrario
lesivo de los derechos fundamentales de la demandante, razn por la que el
despido carece de efecto legal y es repulsivo al ordenamiento jurdico. Por lo
que debe reincorporarse en el cargo que vena desempeando, sin abonar las
remuneraciones dejadas de percibir durante el perodo no laborado.
EXP. N 1400-2002-AA/TC - ANCASH

TEODORA CUEVA VERGARA


SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 29 das del mes de enero de 2003, la Sala Segunda del
Tribunal Constitucional, con asistencia de los seores magistrados Alva
Orlandini, Presidente; Revoredo Marsano y Garca Toma, pronuncia la
siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por doa Teodora Cueva Vergara
contra la sentencia de la Primera Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de
Ancash, de fojas 170, su fecha 17 de abril de 2002, que declara improcedente
la accin de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 25 de setiembre de 2001, la recurrente interpone accin de
amparo contra el gerente general de SERPOST S.A., por haber sido despedida
sin causa alguna, mediante la carta notarial N 728-G/01, del 17 de setiembre
de 2001 y notificada el 20 del mismo mes, en la que se le indica que al da
siguiente de su recepcin se har efectiva la extincin del vnculo laboral, por lo
que solicita que se ordene su reposicin en su centro laboral, ms el pago de
las remuneraciones dejadas de percibir, alegando que se ha vulnerado su
derecho constitucional al trabajo.
El emplazado contesta la demanda solicitando que se la declare
infundada, manifestando que el despido de la demandante no transgrede
ningn derecho constitucional, y que solo le corresponde la indemnizacin
fijada por ley al haberse extinguido el vnculo laboral sin expresin de causa
cuyo monto asciende a un sueldo y medio por aos hasta alcanzar un tope
indemnizatorio de doce remuneraciones.
El Segundo Juzgado Mixto de Huaraz, con fecha 27 de noviembre de
2001, declara fundada la demanda, por considerar que se ha acreditado el acto
lesivo del derecho constitucional invocado, por lo que en aplicacin del artculo
1 de la Ley N 23506 se ordena la reposicin de la demandante en su centro
laboral.
La recurrida, revocando la apelada, declara improcedente la demanda,
por considerar que debi hacer valer su derecho en la va ordinaria.
FUNDAMENTOS
1. El objeto de la demanda es que se disponga el cese de la agresin de
los derechos constitucionales del demandante, originada por la carta notarial N
728-G/01, de fecha 17 de setiembre de 2001, mediante la que se le comunica

la extincin del vnculo laboral; y que, en consecuencia, se ordene su


reposicin.
2. El demandado ha alegado que el despido de la demandante no
trasgrede el derecho constitucional invocado, por cuanto este se ha efectuado
con arreglo al artculo 34, por lo que le corresponde la indemnizacin conforme
lo establece el artculo 38 del D.S. N 003-97-TR.
3. Adems, debe precisarse que este Tribunal no juzga un despido
laboral en los trminos establecidos en el artculo 34 del Decreto Supremo N
003-97-TR, para determinar si procede la reincorporacin del demandante o el
pago de una indemnizacin, sino que evala si este resulta o no lesivo del
derecho a la dignidad personal. Por lo tanto, en caso de que ello se verifique,
ineludiblemente deber pronunciarse conforme al efecto restitutorio propio de
las acciones de garanta, segn lo prescrito por el artculo 1 de la Ley N
23506.
4. A fojas 21, obra la hoja de liquidacin de tiempo de servicios suscrita,
nicamente, por el Subgerente de Recursos Humanos de SERPOST S.A., en
la que se detalla el pago de la indemnizacin por despido arbitrario y dems
beneficios laborales que establece la normativa laboral; asimismo, a fojas 71
figura el depsito judicial efectuado por la demandada en el Banco de la
Nacin.
De medios probatorios aportados por las partes, se colige que
SERPOST S.A. no ha iniciado el proceso de consignacin ante el juzgado
correspondiente, conforme lo establecen los artculos 93 a 95 de la Ley N
26636 [1], ms an cuando, a fojas 145, obra el original del deposito judicial, el
cual debe constar en el expediente del proceso de consignacin y no en el
correspondiente al presente proceso [2].
5. En lo que respecta al fondo de la presente controversia, resulta
amparable la pretensin alegada, ya que la extincin de la relacin laboral,
fundada nica y exclusivamente en la voluntad del empleador, sin expresin de
causa, constituye un acto arbitrario lesivo de los derechos fundamentales de la
demandante, razn por la que el despido carece de efecto legal y es repulsivo
al ordenamiento jurdico.
6. Por consiguiente, en aplicacin del efecto restitutorio propio de las
acciones de garanta, tal cual lo prescribe el artculo 1 de la Ley N 23506,
SERPOST S.A. debe reponer a la demandante en el puesto que ocupaba antes
de la recepcin de la carta notarial N 728-G/01.
7. En lo que respecta a la parte del petitorio en que se solicita el pago de
las remuneraciones dejadas de percibir, este Colegiado ha sealado en
reiteradas ejecutorias que la remuneracin es la contraprestacin otorgada por
el trabajo efectivamente realizado, lo que no ha ocurrido en el caso de autos.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las


atribuciones que le confieren la Constitucin Poltica del Per y su Ley
Orgnica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, revocando la apelada, declar
improcedente la accin de amparo; y, reformndola, la declara FUNDADA; en
consecuencia, reponiendo las cosas al estado anterior de la vulneracin,
ordena que SERPOST S.A., reincorpore a doa Teodora Cueva Vergara en el
cargo que vena desempeando, sin abonar las remuneraciones dejadas de
percibir durante el perodo no laborado. Dispone la notificacin a las partes, su
publicacin conforme a ley y la devolucin de los actuados.
SS. ALVA ORLANDINI; REVOREDO MARSANO; GARCA TOMA.

DERECHO CIVIL PATRIMONIAL


SI EL INQUILINO DE UNA TIENDA COMERCIAL NO PAGA LA CUOTA DE
MANTENIMIENTO SE LE PODR EXIGIR DIRECTAMENTE EL PAGO AL
PROPIETARIO?
SI LAS MERCADERAS TRANSPORTADAS SE DETERIORAN O PIERDEN
POR LAS LLUVIAS Y DERRUMBES COMUNES EN LA SIERRA HAY CULPA
INEXCUSABLE DEL TRANSPORTISTA?
SI EL PODER PARA GRAVAR SE OTORG SIN LIMITACIN NI
RESTRICCIN DE NINGUNA CLASE EL REPRESENTANTE EST
FACULTADO PARA GARANTIZAR OBLIGACIONES DE TERCEROS?

SI EL INQUILINO DE UNA TIENDA COMERCIAL NO PAGA LA CUOTA DE


MANTENIMIENTO SE LE PODR EXIGIR DIRECTAMENTE EL PAGO AL
PROPIETARIO?
Cas. N 2714-2002
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
Demandante :
Junta de Propietarios del Centro Comercial Caminos del
Inca
Demandados
:
Manuel Alberto Roque Ramrez y otra
Asunto
:
Obligacin de dar suma de dinero
Fecha
:
24 de enero del 2003 (El Peruano 30/05/2003)
Si bien se concluye que es facultad de la junta de propietarios exigir el pago de
los servicios de mantenimiento a los inquilinos cuando el propietario no cumple
con su obligacin, dicho supuesto no exime al propietario de la obligacin que
le impone en este caso el reglamento interno, en el sentido de que los
inquilinos han de responder por tal obligacin siempre que se les exija
directamente el cumplimiento. Ello no ocurri, pues la demanda fue dirigida
contra los propietarios. Esto no significa, sin embargo, que por responsabilidad
solidaria los recurrentes deban asumir el pago, sino que ellos son los
directamente responsables.
CAS. N 2714-2002 - LIMA
OBLIGACIN DE DAR SUMA DE DINERO. Lima; veinticuatro de enero
del dos mil tres.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA DE LA REPBLICA; vista la causa dos mil setecientos catorce - dos
mil dos; en audiencia pblica el da de la fecha y producida la votacin con
arreglo a Ley emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO: Se trata
del recurso de casacin interpuesto por Manuel Alberto Roque Ramrez y otra,
contra la sentencia de vista de fojas doscientos diecisiete, su fecha treinta de
abril del dos mil dos, que confirmando la apelada de fojas ciento ochenta,
fechada el cinco de setiembre del dos mil uno que declara Infundada la
contradiccin y Fundada la demanda; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: La
Corte mediante resolucin de fecha diecisis de setiembre del dos mil dos ha
estimado procedente el recurso por la causal de inaplicacin del artculo mil
ciento ochentitrs del Cdigo Civil, expresando el recurrente como
fundamentos: que los juzgadores han establecido que existe responsabilidad
solidaria entre los recurrentes, en su calidad de propietarios del bien sub jdice,
con la inquilina del mismo; sin embargo, inaplican el artculo mil ciento
ochentitrs del acotado que establece que la solidaridad no se presume y que
solo la ley o el ttulo de la obligacin la establecen en forma expresa; y
CONSIDERANDO: Primero.- Que el artculo mil ciento ochentitrs del Cdigo
sustantivo establece que la solidaridad no se presume, que solo la ley o el ttulo
de la obligacin la establecen en forma expresa; que en tal sentido, atendiendo
a que los recurrentes afirman que la Sala Revisora mediante una equivocada
solidaridad les estn conminando a pagar una determinada suma de dinero que
es de responsabilidad de los inquilinos, corresponde a esta Sala Casatoria

verificar si se ha estado soslayando el precitado dispositivo legal; Segundo.Que frente a la pretensin de la Junta de Propietarios del Centro Comercial
Caminos del Inca-Bloque A - C, consistente en que los demandados
propietarios de la Tienda ciento cinco del Bloque C, paguen determinados
montos por concepto de cuotas de mantenimiento; estos han formulado
contradiccin alegando que ellos no son los obligados a cumplir con el referido
pago en virtud a que estando en arrendamiento la tienda a una tercera
persona, esta es la que tiene la responsabilidad de asumir los gastos de
mantenimiento como directa ocupante del local comercial; Tercero.- Que
conforme se puede advertir, la parte recurrente basa su no responsabilidad en
la posesin del bien por parte de un inquilino y no por ellos mismos; sin
embargo, la Sala Revisora, confirmando el criterio del a quo, ha considerado
que de acuerdo al Reglamento Interno de Propiedad Horizontal [1] del Centro
Comercial Caminos del Inca, el uso de una Tienda por parte de un inquilino no
exime de responsabilidad al propietario y para ello invoca el artculo
cuarentiuno inciso b), del referido Reglamento que establece que los inquilinos
asumirn por incumplimiento de los propietarios y por cuenta de ellos la
obligacin de abonar puntal e ntegramente las cuotas correspondientes a los
gastos que demande el pago de los servicios de conservacin y mantenimiento
de los bienes comunes y de administracin del Centro Comercial Caminos del
Inca; Cuarto.- Que la Sala concluye afirmando que es facultad de la parteactora exigir el pago de los servicios de mantenimiento a los inquilinos cuando
el propietario no cumple con su obligacin; pero que el supuesto sealado no
exime al propietario de la obligacin que le impone el artculo treintisis del
citado Reglamento, de manera que los inquilinos han de responder por dicha
obligacin siempre y cuando se les exija directamente a ellos el cumplimiento
de la misma, lo que no ocurre en el presente caso [2]; Quinto.- Que de acuerdo
a lo expuesto, se puede concluir que el Superior Colegiado en ningn momento
ha considerado que por responsabilidad solidaria los recurrentes deben asumir
el pago del dinero reclamado en este proceso; sino que por el contrario, han
afirmado que ellos son los directos responsables y que estando la demanda
dirigida contra ellos, la misma debe ser amparada [3]; por consiguiente, el error
jurdico denunciado no se configura; de conformidad con el artculo trescientos
noventisiete del Cdigo Procesal Civil; y estando a las consideraciones que
preceden, declararon: INFUNDADO el recurso de casacin interpuesto a fojas
doscientos veintids; en consecuencia NO CASAR la sentencia de vista de
fojas doscientos diecisiete su fecha treinta de abril del dos mil dos;
CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos del recurso as
como a la multa de dos Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON que
la presente resolucin sea publicada en el Diario Oficial El Peruano; en los
seguidos por la Junta de Propietarios del Centro Comercial Caminos del Inca Bloque A - C con Manuel Alberto Roque Ramrez y otra; sobre Obligacin de
Dar Suma de Dinero; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; MENDOZA RAMREZ; AGUAYO DEL
ROSARIO; LAZARTE HUACO; PACHAS AVALOS.

SI LAS MERCADERAS TRANSPORTADAS SE DETERIORAN O PIERDEN


POR LAS LLUVIAS Y DERRUMBES COMUNES EN LA SIERRA HAY CULPA
INEXCUSABLE DEL TRANSPORTISTA?
Exp. N 4311-98
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA
Demandante :
Ca. Certesa S.A.
Demandado :
David Guerrero Kuriyama
Asunto
:
Indemnizacin por daos y perjuicios
Fecha
:
30 de marzo de 1999
Resulta indispensable poner el mximo cuidado en la proteccin de la
mercadera transportada, al conocerse que en los meses de enero a abril es
comn que se presenten fuertes lluvias, deslizamientos y derrumbes en las
zonas de la sierra del Per, por lo que el riesgo en este caso era totalmente
previsible, resultando con ello aplicable el segundo prrafo del artculo 1321 del
Cdigo Civil, es decir, el cumplimiento defectuoso obedece a culpa inexcusable
del transportista.
Exp. N 4311-98
Sala de Procesos Abreviados y de Conocimiento
Lima, treinta de marzo de mil novecientos noventinueve.
VISTOS: interviniendo como ponente el seor Sifuentes Stratti; con la
actuacin adems de los Vocales Barreda Mazuelos y Lama More; sin los
informes orales de los abogados por no haberse hecho presente a la audiencia
pblica de fecha dieciocho de marzo ltimo; por los fundamentos pertinentes; y
CONSIDERANDO adems: Primero.- Que de la fundamentacin fctica de la
demanda se aprecia que est dirigida a obtener el pago por concepto de
indemnizacin por daos y perjuicios, as como la devolucin de dinero por los
gastos irrogados a su parte (reprocesamiento de la mercadera, flete y
mercadera faltante) con motivo de la inejecucin de la obligacin de su
contraparte (la transportista), la misma que se deriva del contrato que corre a
fojas ocho de los presentes autos. Segundo.- Que de lo actuado en el presente
proceso y del anlisis del referido contrato, evidentemente nos encontramos
ante una pretensin indemnizatoria acaecida por el cumplimiento defectuoso en
la obligacin del transportista, pretensin que este Colegiado ha procedido a
analizar en atencin a las circunstancias que han rodeado el presente caso, es
decir, a la mercadera transportada, al tiempo que dur la ejecucin, al lugar de
destino y a la habitualidad del demandado en calidad de transportista, lo que ha
conllevado a concluir que resulta indispensable poner el mximo cuidado en la
proteccin de la mercadera transportada, al conocer que en los meses de
enero a abril es comn se presenten fuertes lluvias, deslizamientos y
derrumbes en la zona de la sierra del Per, por lo que el riesgo en este caso
era totalmente previsible, resultando por ello aplicable el segundo prrafo del
artculo 1321 del Cdigo Civil, es decir, el cumplimiento defectuoso obedece a

culpa inexcusable del transportista, por tanto, el resarcimiento debe


comprender tanto el dao emergente como el lucro cesante en cuanto sean
consecuencia inmediata y directa de aqul, y atendiendo al caudal probatorio
presentado por el perjudicado conforme lo establece el artculo 1330 de la
norma sustantiva aludida [1]. Tercero.- Que en cuanto al sustento de la
pretensin impugnatoria, este no enerva los fundamentos de la recurrida,
mxime si se tiene en consideracin que las instrumentales ofrecidas por la
demandante como prueba del dao causado, citadas por el demandado en su
recurso de apelacin, no han sido tachadas, ni observadas en su oportunidad,
siendo por el contrario admitidas como elementos de prueba por el juez de la
causa, resultando tal cuestionamiento irrelevante; en tal virtud:
CONFIRMARON la sentencia de fojas trescientos veinte a trescientos
veinticinco, su fecha seis de octubre de mil novecientos noventiocho, que
declara FUNDADA en parte la demanda de fojas veinte a veintisiete,
subsanada por escrito de fojas cuarenta a cuarentisiete, y que ordena al
demandado David Gamero Kuriyama pague a la demandante Ca. Certesa
Sociedad Annima la suma de dieciocho mil nuevos soles por toda
indemnizacin; INFUNDADA la demanda por concepto de devolucin de
mercadera y de flete, e igualmente INFUNDADA en cuanto se encuentra
dirigida en contra de Hilda Kuriyama viuda de Gamero y Enrique Chiri
Perdomo; CONFIRMARON en lo dems que contiene y que es materia del
grado; dispusieron la devolucin de los autos al Juzgado de origen
oportunamente; en la causa seguida por Ca. Certesa Sociedad Annima con
David Gamero sobre indemnizacin.
SS. SIFUENTES STRATTI; LAMA MORE; BARREDA MAZUELOS.

SI EL PODER PARA GRAVAR SE OTORG SIN LIMITACIN NI


RESTRICCIN DE NINGUNA CLASE EL REPRESENTANTE EST
FACULTADO PARA GARANTIZAR OBLIGACIONES DE TERCEROS?
Cas. N 3714-2002 Lambayeque
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
Demandante :
Clara Georgina Arbul Aguinaga de Pardo
Demandados
:
Banco Wiese Sudameris y otros
Asunto
:
Ineficacia de hipoteca
Fecha
:
14 de mayo del 2003 (El Peruano, 01/09/2003)
Si el representado facult mediante un poder amplio y general al apoderado a
constituir hipoteca respecto de los inmuebles de su propiedad, y en el
instrumento no se hace distincin a que dichos actos solo pueden hacerse
sobre obligaciones del representante, tambin lo es que no existe clusula
expresa de restriccin alguna que determine que no puede hacerse para
garantizar obligaciones de terceros.

CAS. N 3714-2002 - LAMBAYEQUE


Ineficacia de Hipoteca. Lima, catorce de mayo del dos mil tres.- LA SALA
CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPBLICA; Vista la causa Nmero tres mil setecientos catorce-dos mil dos,
en Audiencia Pblica de la fecha, y producida la votacin con arreglo a ley,
emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO.- Se trata del recurso
de casacin de fojas doscientos ochenticuatro, interpuesto por el Banco Wiese
Sudameris, contra la sentencia de vista de fojas doscientos sesenticuatro, su
fecha nueve de octubre del ao prximo pasado, expedida por la Segunda Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que revoca la sentencia
de Primera Instancia de fojas doscientos cuatro, fechada el doce de diciembre
del dos mil uno, y declara Fundada la demanda de fojas veinticinco, interpuesta
por Clara Georgina Arbul Aguinaga contra el Banco Wiese Sudameris y otros,
sobre Ineficacia de Acto Jurdico; FUNDAMENTOS DEL RECURSO.- Por
resolucin de esta Sala del siete de enero ltimo, se declar procedente dicho
recurso, solo por la causal prevista en el inciso primero del artculo trescientos
ochentisis del Cdigo Procesal Civil [1]. En este sentido se denuncia la
interpretacin errnea del artculo ciento cincuentisis del Cdigo Civil [2], al
considerar la Sala que el poder otorgado por la demandante a doa Blanca
Petronila Arbul Aguinaga no contena expresamente la facultad de constituir
hipoteca para garantizar obligaciones de terceros, lo que es errneo, ya que
conforme al artculo ciento sesentiocho del Cdigo Civil [3], el acto jurdico
debe ser interpretado de acuerdo con lo que se haya expresado en l y segn
el principio de la buena fe; toda vez que el artculo ciento cincuentisis acotado
segn seala que el encargo de la facultad de hipotecar un bien debe constar
en forma expresa en el poder conferido, como ocurre en este caso; sin
embargo, para que se entienda que la hipoteca solo puede constituirse en
respaldo de las obligaciones propias y no as de terceros, dicha limitacin
debera fijarse expresamente; adems basta con que la facultad de hipotecar
haya sido otorgada al apoderado en forma expresa y sin restricciones para que
cualquier hipoteca constituida por ste, en garanta de obligaciones propias del
poderdante o de un tercero, sea vlida; y CONSIDERANDO: Primero.- Que,
segn los trminos de la demanda de fojas veinticinco, doa Clara Georgina
Arbul Aguinaga solicita se declare la ineficacia respecto de ella de: a) la
hipoteca constituida por su apoderada Blanca Petronila Arbul Aguinaga en su
representacin de fecha veinticinco de setiembre de mil novecientos
noventiuno otorgada a favor del Banco Wiese Limitado; y b) accesoriamente se
cancele el asiento registral donde se halla inscrita la mencionada hipoteca, as
como el pago de las costas y costos del proceso, sustentada en que su
apoderada se ha excedido de las facultades que le encomendara mediante
Poder Amplio y General otorgado el treintiuno de marzo de mil novecientos
ochentisis, al garantizar las obligaciones de un tercero cuando solo estaba
facultada a constituir hipoteca, para garantizar sus propias obligaciones;
Segundo.- Que, el Juez de la causa mediante sentencia expedida el doce de
diciembre del dos mil uno corriente a fojas doscientos cuatro, ha declarado
infundada la demanda por considerar que la apoderada estaba facultada entre
otros a hipotecar los bienes de su representada, sin que exista clusula
expresa que precise la restriccin o limitacin de que el encargo deba hacerse
sobre las obligaciones de su representada y no de terceros como ha ocurrido

en el caso de autos; resolucin que al ser materia de apelacin ha sido


revocada por la Corte Superior, con el argumento de que para poder disponer
de los bienes del representado se requiere que el encargo conste de manera
indubitable y por escritura pblica, con arreglo a lo dispuesto en el artculo
ciento cincuentisis del Cdigo Civil; Tercero.- Que, corresponde a este
Supremo Tribunal establecer si la recurrida ha incurrido en la interpretacin
errnea de la norma glosada, debiendo advertirse que dicho anlisis est
supeditado a lo que las instancias inferiores han establecido como hechos
probados; Cuarto.- Que, el artculo ciento cincuentisis del Cdigo Civil,
establece que para disponer de la propiedad del representado o gravar sus
bienes, se requiere que el encargo conste en forma indubitable y por escritura
pblica, bajo sancin de nulidad; Quinto.- Que, del testimonio de Poder Amplio
y General otorgado por doa Clara Georgina Arbul Aguinaga, a favor de su
hermana Blanca Petronila Arbul Aguinaga que corre a fojas dos se desprende
que ha sido suscrito el treintiuno de marzo de mil novecientos ochentisis, para
que en su nombre y representacin pueda vender, transferir o enajenar de
cualquier modo a ttulo gratuito u oneroso toda clase de bienes muebles,
inmuebles o semovientes (...) gravar sus bienes con prendas anticresis o
hipotecas y cancelar los mismos para cuyo efecto le otorga facultades
necesarias as como poder suscribir las minutas y escrituras pblicas,
facultndola adems a solicitar prstamos en general con garanta personal o
real o sin ellas y a efectuar toda clase de transacciones y operaciones
bancarias y comerciales, as como obtener prstamos y crditos en cuenta
corriente con o sin garantas en los bancos comerciales del pas y del
extranjero, otorgndole las facultades generales y especiales del mandato;
Sexto.- Que, en la Escritura Pblica de crdito con garanta hipotecaria suscrita
el veinticinco de setiembre de mil novecientos noventiuno corriente a fojas seis,
la apoderada ha intervenido en representacin de la actora en su calidad de
hipotecante, premunida del poder que le otorgara su mandante, que la
facultaba ente otros a constituir hipoteca respecto de sus propiedades, acto en
el que tambin interviene don Manuel Alfredo Pardo Vargas, en calidad de
deudor, quin resulta ser cnyuge de la actora, constituyndose hipoteca para
garantizar tanto las obligaciones de su mandante como de su cnyuge;
Stimo.- Que, es un hecho probado y admitido por las instancias inferiores, que
la actora mediante el poder amplio y general del treintiuno de marzo de mil
novecientos ochentisis ha facultado a su apoderada entre otros a constituir
hipoteca respecto de los inmuebles de su propiedad, por lo que dicho encargo
consta de manera indubitable con arreglo a lo previsto en el artculo ciento
cincuentisis del Cdigo Civil, y, si bien en el aludido instrumento no se hace
distincin a que dichos actos solo pueden hacerse sobre obligaciones de la
mandante; tambin lo es que no existe clusula expresa de restriccin alguna,
que determine que no pueda hacerse para garantizar obligaciones de terceros,
por el contrario, el poder ha sido otorgado sin limitacin ni restriccin de
ninguna clase segn fluye de su clusula sexta; en tal sentido, la interpretacin
que ha hecho el Colegiado del artculo en comento no corresponde al texto
expreso de la ley, pues solo requiere que el encargo conste de manera
indubitable como ha ocurrido en el caso de autos [4]; Octavo.- Que, siendo ello
as, y habindose acreditado la causal denunciada corresponde a esta Sala de
Casacin resolver con arreglo a lo normado en el inciso primero del artculo
trescientos noventisis del Cdigo Procesal Civil: declararon FUNDADO el

recurso de casacin interpuesto a fojas doscientos ochenticuatro, en


consecuencia NULA la sentencia de vista de fojas doscientos sesenticuatro, su
fecha nueve de octubre del dos mil dos; y actuando en sede de instancia:
CONFIRMARON la apelada de fojas doscientos cuatro, su fecha doce de
diciembre del dos mil uno, que declara INFUNDADA la demanda de fojas
veinticinco; ORDENARON se publique la presente resolucin en el Diario
Oficial El Peruano, en los seguidos por Clara Georgina Arbul Aguinaga de
Pardo, sobre Ineficacia de Hipoteca y otro; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; AGUAYO DEL ROSARIO; LAZARTE
HUACO; PACHAS VALOS; QUINTANILLA QUISPE.

DERECHO CIVIL EXTRAPATRIMONIAL


EL INTERS SUPERIOR DEL NIO Y DEL ADOLESCENTE PREDOMINA
SOBRE LA OBLIGACIN DE PAGAR LAS DEUDAS DEJADAS POR EL
CAUSANTE?

EL INTERS SUPERIOR DEL NIO Y DEL ADOLESCENTE PREDOMINA


SOBRE LA OBLIGACIN DE PAGAR LAS DEUDAS DEJADAS POR EL
CAUSANTE?

Cas. N 654-2003 PIURA


CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
Demandante :
Mara Pola Valladolid Rivas
Demandadas
:
Mara Olivia Carrasco Acaro y otra
Asunto
:
Obligacin de dar suma de dinero
Fecha
:
30 de abril del 2003 (publicada el 01/09/2003)
No puede admitirse el argumento del Cdigo de los Nios y Adolescentes, en la
parte en que el juzgador debe velar por los intereses superiores del nio y del
adolescente, porque dicha proteccin no puede llegar hasta el extremo de que
con el producto de la herencia no se paguen las deudas dejadas por el
causante.
CAS. N 654-2003 - PIURA
OBLIGACIN DE DAR SUMA DE DINERO. Lima, treinta de abril del dos
mil tres.- VISTOS; Y CONSIDERANDO: Primero.- Que, de lo actuado consta
que se ha cumplido con todos los requisitos formales para el concesorio del
recurso de casacin y por lo tanto para la admisibilidad del mismo; Segundo.Que, la casacin despus de los fundamentos de hecho que contiene, se
refiere a los fundamentos jurdicos del recurso, haciendo una relacin de
normas del Cdigo Procesal Civil, entre ellas los incisos segundo y tercero del
artculo trescientos ochentisis del Cdigo Procesal Civil [1], sin precisar cul
es el fundamento de derecho de estas causales; Tercero.- Que, por ello la
casacin carece de claridad y precisin en lo que se refiere a los fundamentos
jurdicos de la misma [2]; Cuarto.- Que, analizando los fundamentos de hecho,
se menciona que existe contravencin de las normas que garantizan el derecho
a un debido proceso, porque se han violentado los derechos y afectado los
intereses de los hijos menores de la recurrente y que se infringe tambin lo
dispuesto en el artculo segundo inciso diecisis de la Constitucin Poltica del
Estado [3] que se encuentra referido a que toda persona tiene derecho a la
propiedad y a la herencia; Quinto.- Que, la sentencia de vista se sustenta en el
artculo seiscientos sesenta del Cdigo Civil que establece que desde el
momento de la muerte de una persona, los bienes, derechos y obligaciones
que constituyen la herencia se transmiten a sus sucesores, por lo que en este
caso, tratndose de una obligacin, debe ser asumida por sus sucesores con el
producto de la herencia, lo que determina que no se ha infringido ningn
artculo de la Constitucin ni el derecho a la herencia, por lo que no existe
contravencin al debido proceso; Sexto.- Que, tampoco puede admitirse el
argumento de la Ley veintisiete mil trescientos treintisiete [4] en la parte de que
el juzgador debe velar por los intereses superiores del nio y del adolescente,
porque dicha proteccin no puede llegar hasta el extremo de que con el
producto de la herencia, no se paguen las deudas dejadas por el causante [5];
Stimo.- Que, en consecuencia la casacin no contiene los requisitos de fondo
contemplados en los acpites dos punto dos y dos punto tres del inciso
segundo del artculo trescientos ochentiocho del Cdigo Procesal Civil, y
aplicando el artculo trescientos noventids del mismo Cdigo, declararon
IMPROCEDENTE el recurso de casacin interpuesto a fojas doscientos
sesentisis contra la sentencia de vista de fojas doscientos cincuentiocho, de

fecha veinticuatro de enero del dos mil tres; CONDENARON a la recurrente al


pago de las costas y costos originados en la tramitacin del recurso, as como
a la multa de tres Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON la
publicacin de la presente resolucin en el Diario Oficial El Peruano; en los
seguidos por Mara Pola Valladolid Rivas con Mara Olivia Carrasco Acaro y
otra, sobre Obligacin de Dar Suma de Dinero; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; MENDOZA RAMREZ; AGUAYO DEL
ROSARIO, LAZARTE HUACO; PACHAS VALOS.

DERECHO PROCESAL CIVIL


SI ADEMS DEL PAGO DE LA RENTA SE SOLICITA EN UN OTROS QUE
SE INTEGRE AL PROCESO AL FIADOR SOLIDARIO ESTE ES TERCERO O
DEMANDADO?
SI EL DEMANDADO EST SUFRIENDO CONDENA EN UN PENAL SE LE
PODR DESIGNAR UN CURADOR PROCESAL?
ANTE LA ERRNEA FUNDAMENTACIN LEGAL DEL RECURSO DE
CASACIN DEBE APLICARSE EL PRINCIPIO IURA NOVIT CURIA?
NULIDAD DE LA ADJUDICACIN DE PREDIO REALIZADA POR EL
MINISTERIO DE AGRICULTURA ES UNA PRETENSIN DE NATURALEZA
CIVIL O CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA?

SI ADEMS DEL PAGO DE LA RENTA SE SOLICITA EN UN OTROS QUE


SE INTEGRE AL PROCESO AL FIADOR SOLIDARIO ESTE ES TERCERO O
DEMANDADO?
Cas. N 2780-2002
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
Ejecutante :
Edificio Tropical S.A.
Ejecutado :
Continental Films S.A.
Asunto
:
Obligacin de dar suma de dinero
Fecha
:
27 de enero del 2003 (El Peruano, 30/05/2003)
Si la demanda no se dirigi contra el fiador solidario, a pesar de haberlo podido
hacer, sino que en un otros de la demanda solicit su integracin jurdica
procesal, no producen los mismos efectos que un emplazamiento expreso con
la demanda. Ello dada la posicin que tiene el fiador solidario dentro de un
proceso formal y sumarsimo como lo es el ejecutivo, que es de entera
responsabilidad del ejecutante pues las consecuencias que genere sern
asumidas por el titular del derecho.
CAS. N 2780-2002 - LIMA
OBLIGACIN DE DAR SUMA DE DINERO. Lima, veintisiete de enero
del dos mil tres.- LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE
LA REPBLICA; vista la causa dos mil setecientos ochenta- dos mil dos, en
Audiencia Pblica el da de la fecha y producida la votacin con arreglo a ley
emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de
casacin interpuesto por el Edificio Tropical Sociedad Annima, mediante
escrito de fojas ciento cuarentiocho contra la resolucin de vista de fojas ciento
cuarentiuno su fecha seis de mayo del dos mil dos, expedida por la Primera
Sala de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirmando la apelada de
fojas setentiocho, fechada el quince de octubre del dos mil uno, declara
improcedente el apersonamiento y defensa formulado por el fiador solidario del
deudor; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: La Corte mediante resolucin de
fecha veinticuatro de setiembre del dos mil dos ha estimado declarar
procedente el recurso por las causales: a) la inaplicacin de los artculos mil
ochocientos sesentiocho y mil ciento ochentisis del Cdigo Civil [1],
argumentando que del Contrato de arrendamiento presentado con la demanda
aparece que intervino Arum Kumar Kapur para constituirse en fiador solidario
de la arrendataria, garantizando as el cumplimiento de las obligaciones de esta
ltima, lo que incluye el pago de la renta conductiva; dicho Contrato fue
ofrecido como prueba, lo que determina que no puede ignorarse su existencia y
contenido, en razn del cual, al interponer la demanda, en el primer otros, se
pidi que el fiador de Arum Kumar Kapur sea integrado a la relacin procesal,
citndolo con la demanda, lo que fue ordenado por la resolucin uno; es ms,
Arum Kumar Kapur no discuti su incorporacin al proceso; por el contrario
acept ser parte de la relacin jurdica procesal y se aperson ejerciendo su
defensa; Siendo esto as, en aplicacin de las normas antes transcritas, debi
admitirse sin intervencin; al igual que, al dictarse sentencia, debi ser

comprendida en la orden de pago de las sumas demandadas; siendo errneas


las resoluciones de primera y segunda instancia, expedidas en contrario; Al
haberse citado con la demanda a Arum Kumar Kapur con la finalidad de que la
sentencia lo comprenda y afecte en su condicin de fiador solidario de la
arrendataria, el proceso comprendi a todos los sujetos comprendidos en la
relacin jurdica sustantiva: acreedor, deudor y fiador, por lo que todos ellos
deben participar en la relacin jurdica procesal, lo que determina que la
sentencia los comprenda y afecte, no siendo legal la exclusin del fiador que
hacen las sentencias inferiores; b) la contravencin de las normas que
garantizan el derecho al debido proceso argumentando que los magistrados de
mrito no han aplicado las normas del Cdigo Procesal Civil que persiguen la
integracin en la relacin jurdica procesal para que se cumpla la finalidad
prevista en el artculo tercero del Ttulo Preliminar del acotado; Desde este
punto de vista la sentencia infringe los principios que estructuran el proceso, los
cuales integran un sistema orientado a lograr la inclusin de todas las personas
que por estar comprendidas en la pretensin pueden ser afectadas por la
sentencia. As el actor puede dirigirse contra varios demandados y/o pedir que
se cite con la demanda a quien resultara afectado con el fallo; el juez, por su
parte, puede integrar la relacin procesal emplazando a una persona si de la
demanda o de la contestacin resulta, que le afectar la sentencia artculo
noventicinco del Cdigo adjetivo; El tercero, por propia iniciativa y con la misma
finalidad de completar la relacin jurdica procesal, puede solicitar intervenir
como litis consorte, Artculo noventiocho del acotado; y, finalmente el
demandado, que considere que otra persona adems de l tiene obligacin o
responsabilidad en el derecho discutido, debe formular denuncia civil para
incorporarlo al proceso, artculo ciento dos del mencionado Cdigo; por eso, no
son congruentes con la finalidad perseguida las sentencias inferiores que
excluyen al fiador solidario, incluso contra su voluntad; el fiador no solo fue
citado con la demanda sin objecin de su parte, sino que ms adelante se
aperson de modo expreso, rechazndose su apersonamiento; la razn
invocada en la sentencia de vista de que Arum Kumur Kapur no fue
expresamente demandado, no es valedera; fue citado con la demanda para
integrar la relacin procesal y para que lo comprendiera la sentencia, la accin
ejecutiva de cobro de rentas conductivas se dirige contra el arrendatario bajo el
supuesto de que ocupa el bien arrendado y teniendo como recaudos, los
recibos impagos; pero ello no es bice para aplicar las reglas generales,
vlidas para toda clase de procesos, destinadas a integrar a la relacin jurdica
a fin de que un solo fallo comprensivo de todos los interesados, ponga trmino
al conflicto; y CONSIDERANDO: Primero.- Que, habindose invocado vicios in
procedendo como fundamentacin de los agravios y atendiendo a sus efectos
es menester realizar el estudio de la causal referida; Segundo.- Que, en efecto,
se ha interpuesto ante el juez civil una demanda de obligacin de dar suma de
dinero, exigindose el pago de arriendos insolutos por la suma de catorce mil
ciento sesenta dlares, monto que ha ido aumentando durante la secuela del
proceso, conforme han vencido las obligaciones, dirigindose la demanda
ejecutiva contra Continental Films Sociedad Annima; asimismo, en su otros
digo, la ejecutante solicita que se le integre a la relacin jurdica procesal, al
fiador solidario de la arrendataria; Tercero.- Que, oportunamente, Arum Kamur
Kapur, por propio derecho y en representacin de Continental Films Sociedad
Annima, contradicen el mandato de pago; Cuarto.- Que, el a quo por

resolucin tres declara improcedente el apersonamiento y la contradiccin de


Arum Kamur Kapur y admite la de Continental Films Sociedad Annima,
alegando que el referido fiador no forma parte de la relacin jurdica material;
ante ello, la parte ejecutante impugna este extremo de la resolucin; sin
embargo al absolver el grado, la Sala revisora confirma la resolucin tres;
Quinto.- Que, nuestro Ordenamiento Procesal Civil ha previsto para las
pretensiones de pago de arriendos contra arrendatarios que se encuentra en
uso del bien, la va ejecutiva, de conformidad con el inciso sexto del artculo
seiscientos noventitrs Cdigo adjetivo, sin embargo, este camino ha sido
diseado especialmente para procurar la pronta y efectiva proteccin de un
derecho del justiciable en virtud a que este se encuentra contenido en un ttulo
ejecutivo o de ejecucin, del cual no se discute su origen sino el cumplimiento o
no de la obligacin contenida en l o su nulidad formal o falsedad, pero no
significa que sea el nico camino para tal satisfaccin; aunque es lgico que el
justiciable lo prefiera en tanto su ttulo tenga mrito ejecutivo; Sexto.- Que, en
tal sentido, se encuentra a discrecin del acreedor ejecutante escoger no solo
la va procesal, si su ttulo an tiene mrito ejecutivo, sino que tambin contra
quien dirige su demanda, siendo de su entera responsabilidad los alcances que
la misma, esto es, que al ser titular del derecho, el actor podr dirigir su
demanda, contra el sujeto o sujetos, que considere obligados a satisfacer la
obligacin puesta a cobro; Stimo.- Que, como lo ha sealado este Supremo
tribunal, en reiteradas oportunidades, dada la naturaleza especial de este tipo
de proceso, y atendiendo a la formalidad y celeridad del mismo, para promover
proceso de ejecucin es necesario que la obligacin contenida en el ttulo sea
cierta, expresa y exigible, tal como lo dispone el artculo seiscientos
ochentinueve del Cdigo Procesal Civil; Octavo.- Que, en el caso de autos, el
recurrente refiere que se han contravenido los artculos tercero del Ttulo
Preliminar, noventicinco, noventiocho y ciento dos del Cdigo adjetivo [2], al no
haberse integrado a la relacin jurdica procesal, al fiador Solidario; Noveno.Que, como hemos afirmado y como lo reconoce el propio ejecutante, no dirigi
su demanda contra el fiador solidario, a pesar de haberlo podido hacer, sino
que solicit su integracin procesal, institucin jurdica procesal que no produce
los mismos efectos que un emplazamiento expreso con la demanda, dada la
posicin que tiene el fiador solidario respecto de la obligacin puesta a cobro,
lo que no lo convierte en un tercero de la relacin jurdica procesal; en
consecuencia, el no emplazamiento expreso del fiador solidario, dentro de un
proceso formal y sumarsimo, como lo es el ejecutivo, es entera
responsabilidad del ejecutante, puesto que las consecuencias que ello genere
sern asumidas por el titular del derecho [3]; Dcimo.- Que, siendo ello as, el
agravio descrito por el recurrente deviene en infundado, toda vez que no se
han contravenido las disposiciones jurdico procesales denunciadas;
Undcimo.- Que, respecto a la inaplicacin de los artculos mil ochocientos
sesentiocho y mil ciento ochentisis del Cdigo Civil, es preciso advertir que no
es, no podra ser objeto de este proceso ejecutivo, el cuestionamiento de la
validez o invalidez de la fianza; Duodcimo.- Que, en consecuencia las normas
invocadas devienen en impertinentes, puesto que no guardan lgica con lo que
el objeto de este proceso, que no es sino el determinar el cumplimiento o no de
las obligaciones derivadas del contrato de arrendamiento suscrito entre las
partes; por lo expuesto y en aplicacin el artculo trescientos noventisiete del
Cdigo Procesal Civil, declararon INFUNDADO el recurso de casacin

interpuesto a fojas ciento cuarentiocho; en consecuencia NO CASAR la


resolucin de vista de fojas ciento cuarentiuno su fecha seis de mayo del dos
mil dos; CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos del
recurso as como a la multa de dos Unidades de Referencia Procesal;
DISPUSIERON que la presente resolucin sea publicada en el Diario Oficial El
Peruano; en los seguidos por Edificio Tropical Sociedad Annima con
Continental Films Sociedad Annima; sobre Obligacin de Dar Suma de
Dinero; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; MENDOZA RAMREZ; AGUAYO DEL
ROSARIO; LAZARTE HUACO; PACHAS VALOS.

SI EL DEMANDADO EST SUFRIENDO CONDENA EN UN PENAL SE LE


PODR DESIGNAR UN CURADOR PROCESAL?
Exp. N 98-159
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA
Demandante :
Rosalbina Aizana Tovar
Demandado :
Glicerio Pachecho de la Cruz
Asunto
:
Declaracin de unin de hecho
Fecha
:
26 de noviembre de 1999
La circunstancia de encontrarse recluido en un centro penitenciario, no
constituye causal para la procedencia del nombramiento de curador procesal,
mxime si no existe sentencia penal condenatoria que conlleve la interdiccin
civil del emplazado.
Exp. N 98-159
Sala de Familia
Lima, veintisis de noviembre de mil novecientos noventinueve.
VISTOS: en discordia; es materia de grado la sentencia que ampara la
demanda; y CONSIDERANDO: Primero.- Que, la demanda de fojas trece no
contiene una acumulacin de pretensiones sino solo la pretensin de
declaracin de unin de hecho, pues no se ha acumulado la de inventario o
relacin de bienes adquiridos durante dicha unin, ni la liquidacin de la
sociedad de bienes generada; por tanto, la sentencia consultada al
pronunciarse adicionalmente sobre las dos ltimas pretensiones mencionadas,
est resolviendo ms all de lo peticionado, contraviniendo as lo dispuesto por
el artculo VII del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Civil que prohbe ir ms
all del petitorio [1]. Segundo.- Que, por otro lado, en el primer otros de la
demanda, se solicit notificar al demandado en el pabelln tres, tercer piso del
Penal San Pedro donde se encuentra recluido purgando condena; pero no

obstante ordenarse notificrsele en dicho lugar (fojas dieciocho), no se ha


cumplido con emplazarlo, pues en autos no corre cargo de habrsele notificado
y, pese a ello, se le ha declarado rebelde y sin sustento legal alguno ni
mandato motivado; se le ha nombrado curador procesal [2] (fojas veintiocho),
sin advertir que ni el artculo 66 ni el 108, ni el 435 del Cdigo Procesal Civil [3]
establecen como causales para la procedencia del nombramiento de curador
procesal, la circunstancia de encontrarse recluido en un centro penitenciario;
mxime si se tiene en cuenta que en autos no corre prueba alguna sobre la
existencia de una sentencia penal condenatoria que conlleve la interdiccin civil
del demandado. Tercero.- Que, el defecto anotado invalida el proceso por
afectar el debido proceso, pues la falta de notificacin de la demanda al
emplazado est sancionada con la nulidad por el artculo 437 del Cdigo
Procesal Civil [4]; por las razones expuestas, declararon NULA la sentencia
consultada, as como nulo todo lo actuado a partir de fojas veinticinco,
inclusive; dispusieron que el juez de la causa RENUEVE los actos procesales
viciados teniendo en cuenta los considerandos precedentes; y los devolvieron;
en los seguidos por Rosalbina Aizana Tovar contra don Glicerio Pacheco de la
Cruz sobre declaracin de unin de hecho.
SS. PALOMINO THOMPSON; HUERTA HERRERA.
LA SECRETARIA QUE SUSCRIBE CERTIFICA QUE LOS
FUNDAMENTOS DEL VOTO DEL SEOR MANSILLA NOVELLA SON LOS
SIGUIENTES:
CONSIDERANDO: Primero.- Que, el acto de la notificacin tiene por
objeto poner en conocimiento de los interesados el contenido de las
resoluciones judiciales. Segundo.- Que, las resoluciones judiciales solo
producen efectos en virtud de notificacin hecha con arreglo a lo dispuesto en
el Cdigo Adjetivo. Tercero.- Que, en el caso de autos aparece en el escrito de
demanda corriente de fojas trece a diecisiete, que la actora ha solicitado se
notifique al emplazado en el pabelln tres, tercer piso del Penal de San Pedro
donde se encuentra recluido; habiendo la a quo en su resolucin de fojas
dieciocho ordenado que se practique dicha notificacin. Cuarto.- Que, sin
embargo, aparece de lo actuado no haberse cumplido con notificar al
demandado. Quinto.- Que, estando a lo dispuesto por los artculos 155, 157 y
177 del Cdigo Procesal Civil.
SS. MANSILLA NOVELLA
EL VOTO EN DISCORDIA DEL SEOR FERREYROS PAREDES ES EL
SIGUIENTE:
Primero.- Que, el acto postulatorio debe contener para su admisin y
posterior calificacin, los requisitos previstos en el artculo 424 del Cdigo
Procesal Civil [5]; siendo que la omisin de alguno de ellos acarrea la
inadmisibilidad de la demanda. Segundo.- Que, asimismo, el artculo 426 del
citado cuerpo legal prev como causal de inadmisibilidad de la accin, cuando

el petitorio es propuesto en forma incompleta o imprecisa, que, a este respecto


debe tenerse en cuenta que el petitorio determina los alcances de la
contradiccin, pues de esta forma se establecen los hechos que pueden ser
negados o afirmados por el emplazado, que precisamente sern materia de
probanza. Tercero.- Que, en el caso de autos, el petitorio contenido en la
demanda, incide en que se reconozca la unin de hecho entre los colitigantes,
durante el perodo comprendido desde el ao de mil novecientos setentisis
hasta el ao de mil novecientos noventicinco; y, al respecto, precisa la actora
que contrajo matrimonio religioso con el demandado el veinte de noviembre de
mil novecientos setentisis, mas no expresa claramente la fecha de
culminacin de dicha unin, pues no indica la fecha cierta en que termin.
Cuarto.- Que, por consiguiente, el petitorio demandado deviene en impreciso;
tanto ms, que en autos han surgido hechos que conllevan a presumir la
extensin de dicha unin, ya no hasta el ao de mil novecientos noventicinco,
sino hasta el mes de agosto de mil novecientos noventisis, segn versin de
la propia demandante al evaluar su declaracin de parte, actuada de oficio en
la audiencia de fojas sesenticinco y siguientes. Quinto.- Que, en consecuencia,
la sentencia apelada se ha pronunciado en forma ultra petita, pues, al no
haberse sealado en forma expresa la conclusin de la unin de hecho
invocada en la demanda, no puede pronunciarse ms all de lo solicitado; tal
como lo dispone el artculo VII in fine del Ttulo Preliminar del Cdigo Adjetivo
citado. Por estas consideraciones, MI VOTO, es por que se declare NULO e
INSUBSISTENTE lo actuado desde fojas dieciocho inclusive; y, que se ordena
al Juez de la causa que califique nuevamente la demanda, con arreglo a ley y
teniendo en cuenta los considerandos que anteceden.
SS. FERREYROS PAREDES
LOS VOTOS EN DISCORDIA DE LOS SEORES CARRIN LUGO Y
CABELLO MATAMALA SON COMO SIGUE:
CONSIDERANDOS: Por los fundamentos de la resolucin materia de
consulta y por las siguientes consideraciones:
a) En el presente proceso la actora ha acreditado los fundamentos
fcticos que exige el numeral trescientos veintisis del Cdigo Civil con las
pruebas analizadas en la sentencia materia de la consulta, siendo la prueba
fundamental la partida del matrimonio religioso obrante a fojas tres.
b) La liquidacin de la sociedad de hecho materia de autos debe
ejecutarse en el presente proceso y no en otro.
c) El demandado ha sido debidamente representado por el curador
procesal nombrado, habindose observado las reglas que garantizan el debido
proceso.
NUESTRO VOTO ES POR QUE:

a) SE APRUEBE la sentencia de fojas ciento uno, su fecha diecisis de


abril de mil novecientos noventinueve, que falla declarando FUNDADA la
demanda de fojas trece y siguientes, y en consecuencia, se declara el
reconocimiento de la unin de hecho entre Rosalbina Aizana Tovar y don
Glicerio Pacheco de la Cruz, unin de hecho voluntariamente realizada desde
el veinte de noviembre de mil novecientos setentisis hasta el mes de agosto
de mil novecientos noventisis, que dentro del rgimen de sociedad de
gananciales de la unin de hecho se reconoce que las partes adquirieron el lote
de terreno nmero seis de la Avenida Quince de Julio Zona A del Asentamiento
Humano Huaycn del distrito de Ate-Vitarte, ejecutoriada que sea la presente
resolucin crsese partes correspondientes al Registro Personal y de
Propiedad de los Registros Pblicos para las anotaciones correspondientes;
entendindose que la liquidacin de la sociedad de gananciales materia de
autos se practique en el presente proceso.
b) Se ordene la devolucin de los autos al juzgado de origen para los
fines correspondientes.
SS. CARRIN LUGO; CABELLO MATAMALA.

ANTE LA ERRNEA FUNDAMENTACIN LEGAL DEL RECURSO DE


CASACIN DEBE APLICARSE EL PRINCIPIO IURA NOVIT CURIA?
Cas. N 1634-2000 CAJAMARCA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
Demandante :
Banco Agrario del Per en liquidacin
Demandado :
Vicente Ruiz Reyes
Asunto
:
Obligacin de dar suma de dinero
Fecha
:
20 de setiembre del 2002 (El Peruano, 30/09/2003)
En el presente caso la norma cuya inaplicacin fue denunciada (inciso 7 del
artculo 132 de la Ley General de Sociedades) no establece ninguna relacin
de causalidad entre este proceso y su contenido. Sin embargo, en aplicacin
del artculo VII del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Civil, se determina que
la inaplicacin del inciso 7 del artculo 132 a que se refiere el recurso de
casacin es el que corresponde a la Ley N 26702, Ley General del Sistema
Financiero y del Sistema de Seguros y Orgnica de la Superintendencia de
Banca y Seguros (Ley de Bancos).
CAS. N 1634-2000 - CAJAMARCA
Lima, veinte de setiembre del dos mil dos.- DICTAMEN N 1097-2001MP-FN-FSCA.- Expediente N 1634-2000.- Sala Constitucional y Social de la
Corte Suprema de la Repblica.- Casacin.- Cajamarca.- Seor Presidente:
Viene para dictamen de esta Fiscala Suprema, el recurso de Casacin

interpuesto por el apoderado legal del Banco Agrario del Per en Liquidacin, a
fojas 57/61, contra la resolucin de vista expedida por la Sala Especializada en
lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, de fecha 1 de diciembre
de 1999, que Confirma la resolucin de primera instancia que declara
Improcedente la demanda interpuesta contra Vicente Ruiz Reyes, sobre
Obligacin de Dar Suma de Dinero. Por resolucin de fecha 27 de febrero de
2001, que corre a fojas 11 en el cuaderno de Casacin por la causal prevista en
el inciso 22 del artculo 386 del Cdigo Procesal Civil del Cdigo Procesal Civil,
referida a la inaplicacin de una norma de derecho material, esto es, el inciso
7) del artculo 132 de la Ley General de Sociedades, en concordancia con el
inciso 8) del artculo 693 del Cdigo Procesal Civil. De la revisin del recurso
planteado se advierte que, el artculo 132 de la Ley General de Sociedades N
26887, vigente desde el 1 de enero de 1998, regula lo referente a las Juntas
Especiales de Accionistas, indicando su funcionamiento y cmo deben de
llevarse a cabo los acuerdos, norma invocada por el recurrente que por no
guardar correlacin con los hechos, no resulta aplicable al caso de autos; en
tanto que el inciso 8) del artculo 693 del Cdigo Procesal Civil tambin citado
en el referido recurso, es de carcter genrico y no guarda ninguna
concordancia con la anterior disposicin normativa comentada; razones por las
cuales concluimos que en la resolucin recurrida el ad quem no ha inaplicado
las normas de derecho material que invoca el recurso de casacin. Por tanto,
esta Fiscala Suprema es de opinin que se declare INFUNDADO el presente
Recurso de Casacin. Lima, 23 de abril del 2001.- Firma del doctor JULIO
NICANOR DE LA FUENTE S.- Fiscal Supremo (P) en lo Contencioso
Administrativo.
LA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA; de conformidad con el Dictamen
Fiscal; vista la causa el da de la fecha y producida la votacin correspondiente
de acuerdo a Ley, emite la siguiente sentencia: MATERIA DEL RECURSO: Se
ha interpuesto el recurso de casacin por don William Len Rabanal en
representacin del Banco Agrario del Per en Liquidacin, mediante escrito de
fojas cincuentisiete, contra la resolucin de vista de fojas cincuenticuatro, su
fecha primero de diciembre de mil novecientos noventinueve, expedida por la
Sala Especializada Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca que
confirma la resolucin de fojas veinticinco, su fecha trece de julio de mil
novecientos noventinueve que declara improcedente la demanda; en los
seguidos por don William Len Rabanal en representacin del Banco Agrario
del Per en Liquidacin con don Vicente Ruiz Reyes sobre Obligacin de Dar
Suma de Dinero. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: A fojas once del
Cuadernillo formado en este Supremo Tribunal, mediante resolucin de fecha
veintisiete de febrero del dos mil uno, se ha declarado procedente el recurso de
casacin por la causal de inaplicacin del inciso stimo del artculo ciento
treintids de la Ley General de Sociedades, por cuanto arguye el recurrente
que dicha norma concede mrito ejecutivo a los saldos deudores que emitan
las empresas, en concordancia con el inciso octavo del artculo seiscientos
noventitrs del Cdigo Procesal Civil, el cual seala que se puede promover
proceso ejecutivo en mrito de otros ttulos a los que la Ley les d mrito
ejecutivo. CONSIDERANDOS: Primero.- Que, el inciso stimo del artculo
ciento treintids de la Ley General de Sociedades [1] no establece ninguna

relacin de causalidad entre este y su contenido; sin embargo, en aplicacin


del artculo stimo del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Civil [2] se
determina que la inaplicacin del inciso stimo del artculo ciento treintids a
que se refiere el recurso es el que corresponde a la Ley General del Sistema
Financiero y del Sistema de Seguros y Orgnica de la Superintendencia de
Banca y Seguros [3]. Segundo.- Que, la inaplicacin denunciada del inciso
stimo del artculo ciento treintids de la Ley General del Sistema Financiero y
Orgnica de la Superintendencia de Banca y Seguros establece que las
liquidaciones de saldos deudores que emitan las empresas del sistema
financiero gozan de mrito ejecutivo, concordado con lo dispuesto en el inciso
octavo del artculo seiscientos noventitrs del Cdigo Procesal Civil [4] [5].
Tercero.- Que de la lectura de dicha norma se advierte que su primer prrafo
condiciona o califica los acpites siguientes, pues los enumera como medios
para procurar adicionalmente la atenuacin de los riesgos para el ahorrista, de
lo que resulta que se est frente a una norma enunciativa. Cuarto.- Que, el
pleno jurisdiccional civil de mil novecientos noventiocho ha establecido que las
liquidaciones del saldo deudor que emiten las entidades del sistema financiero
carecen de mrito ejecutivo por cuanto las mismas son declaraciones emitidas
unilateralmente, sin contradictorio, las que al ser presentadas al rgano
jurisdiccional no renen los requisitos de una obligacin cierta, expresa y
exigible, asimismo, han sido consideradas en el captulo referente a los
beneficios del ahorrista [6]. Quinto.- Que, las liquidaciones efectuadas por las
empresas emanan de un acto unilateral y por tanto arbitrario que no califican
mrito ejecutivo por cuanto pueden contener graves errores. Sexto.- Que los
fundamentos de la ejecutoria novecientos noventinueve - noventiocho del
diecinueve de noviembre de mil novecientos noventiocho sealan que el inciso
stimo del artculo ciento treintids de la Ley veintisis mil setecientos dos debe
ser interpretado dentro del contexto de que todo saldo deudor por ser unilateral,
debe ser sustentado en un documento que garantice una obligacin cierta,
expresa y exigible. Stimo.- Que en el caso sub jdice la liquidacin del saldo
deudor ha sido emitido unilateralmente, sin derecho a contradiccin por parte
del demandado por cuanto se debe tener presente que el contrato data de mil
novecientos noventa con fecha de vencimiento el veinte de julio de mil
novecientos noventiuno, adems, que la cantidad entregada en prstamo ha
sido suscrita en intis, donde no se aprecia el tipo de cambio de variacin del
sistema monetario e inclusive no se han considerado gastos administrativos, ni
mucho menos se ha precisado el tiempo de los intereses, en este sentido, el
saldo deudor de fojas dieciocho de autos carece de mrito ejecutivo.
DECLARARON: INFUNDADO el recurso de casacin interpuesto por don
William Len Rabanal en representacin del Banco Agrario del Per en
Liquidacin, mediante escrito de fojas cincuentisiete, contra la resolucin de
vista de fojas cincuenticuatro, su fecha primero de diciembre de mil novecientos
noventinueve; CONDENARON al recurrente al pago de una multa de dos
Unidades de Referencia Procesal, as como de las costas y costas del recurso;
ORDENARON la publicacin del texto de la presente resolucin en el Diario
Oficial El Peruano; en los seguidos por don William Len Rabanal en
representacin del Banco Agrario del Per en Liquidacin con don Vicente Ruiz
Reyes sobre Obligacin de Dar Suma de Dinero; y los devolvieron.

SS. VSQUEZ CORTEZ; ZUBIATE REINA; EGSQUIZA ROCA; NEIRA


BRAVO.
EL VOTO DEL SEOR VOCAL WALDE JUREGUI ES COMO SIGUE:
Primero.- Que, el recurso de casacin tiene como fines esenciales la
correcta aplicacin e interpretacin del derecho objetivo y la unificacin de la
jurisprudencia nacional de la Corte Suprema de Justicia. Segundo.- Que, es
materia del presente recurso si la resolucin de vista inaplic lo dispuesto por el
inciso sptimo del artculo ciento treintids de la Ley veintisis mil setecientos
dos que seala como formas mediante las cuales se procura, adicionalmente la
atenuacin de los riesgos para el ahorrista, el mrito ejecutivo de las
Liquidaciones de Saldos Deudores que emitan las empresas, en razn de
haber considerado que tales saldos no tienen atribuido en forma expresa su
mrito ejecutivo, al habrsele incluido en el captulo referente a los beneficios
del ahorrista. Tercero.- Que, el inciso octavo del artculo seiscientos noventitrs
del Cdigo Procesal Civil seala que se puede promover proceso ejecutivo en
mrito de otros ttulos a los que la Ley le da mrito ejecutivo, la misma que
concordada con el inciso sptimo del artculo ciento treintids de la Ley
veintisis mil setecientos dos, determina que la Liquidacin de Saldo Deudor
que emitan las empresas del Sistema Financiero Bancario, es un documento
que apareja ejecucin por mandato de la propia Ley a la cual se le ha agregado
el documento que origina la obligacin, tanto ms cuando el propio Cdigo
Procesal mencionado en su artculo setecientos veinticuatro [7] reconoce
mrito ejecutivo al Saldo Deudor [8]. Cuarto.- Que, conforme se ha
mencionado La Liquidacin de Saldo Deudor tiene mrito ejecutivo, sin
embargo no significa que sea un Ttulo Valor, carcter otorgado por el juez civil
al momento de calificar la demanda, toda vez que el inciso sptimo del artculo
ciento treintids de la Ley veintisis mil setecientos dos no le da esa calidad,
tampoco lo hace la Ley de Ttulos Valores nmero diecisis mil quinientos
ochentisiete, vigente en la poca en que se present la demanda, por lo tanto
resulta imprescindible determinar cul es el rgimen jurdico de estos
documentos. Quinto.- Que, si tomamos en cuenta que las Liquidaciones de
Saldo Deudor son expedidas como producto de las relaciones comerciales
entre las empresas bancarias y el pblico usuario se determina que las mismas
deberan ser reguladas por el Cdigo de Comercio que en su artculo cincuenta
seala que los contratos mercantiles, en todo lo relativo a sus requisitos,
modificaciones, excepciones, interpretacin y extincin, y capacidad de los
contratantes, se regirn en todo lo que no se halle expresamente establecido
en ese Cdigo o en leyes especiales, por las reglas generales del derecho
comn, que en el caso de autos es la Ley veintisis mil setecientos dos. Sexto.Que, siendo as, y no habindose establecido la calidad jurdica de la
Liquidacin de Saldo Deudor como Ttulo Valor, corresponde aplicar sobre la
misma las normas del derecho comn y no las normas especiales de la Ley de
Ttulos Valores sobre prescripcin, correspondiendo por tanto aplicar las
disposiciones del Cdigo Civil, que en el inciso primero del artculo dos mil uno
seala que a los diez aos prescribe la accin personal, por lo que estando a
que la puesta a cobro por parte de la demandante se ha efectuado antes de
dicho plazo, resulta vlida su pretensin de cobrar lo adeudado mediante el

proceso ejecutivo normado en el Ttulo Quinto Captulo Segundo del Cdigo


Procesal Civil. Por estas consideraciones y con lo expuesto por el Fiscal
Supremo en lo Contencioso Administrativo: MI VOTO es porque se declare
FUNDADO el recurso de casacin interpuesto a fojas cincuentisiete por don
William Elevi Len Rabanal, apoderado del Banco Agrario en Liquidacin; en
consecuencia NULA la resolucin de vista de fojas cincuenticuatro, su fecha
primero de diciembre de mil novecientos noventinueve, que confirm el auto
apelado que declar improcedente la demanda; y se DISPONGA que el juez de
la causa proceda a admitir la demanda; y los devolvieron.- SS. WALDE
JUREGUI.DEBE APLICARSE EL PRINCIPIO IURA NOVIT CURIA?

NULIDAD DE LA ADJUDICACIN DE PREDIO REALIZADA POR EL


MINISTERIO DE AGRICULTURA ES UNA PRETENSIN DE NATURALEZA
CIVIL O CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA?
Cas. N 761-2001 TACNA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
Demandantes
:
Isabel Blanca Rosado Pino y otro
Demandados
:
Flora Alfrez Tapia de Mamani, la Direccin Sub
Regional Agraria de Tacna y otros
Asunto
:
Nulidad de acto jurdico de adjudicacin de propiedad y otro
Fecha
:
26 de junio del 2002 (publicada el 30/09/2003)
No resulta viable considerar las pretensiones de nulidad de acto jurdico de
adjudicacin y cancelacin de asiento de inscripcin como una accin
contencioso administrativa pues las mismas son de naturaleza civil; ms an
cuando tampoco puede considerarse que el procedimiento administrativo
seguido ante el Ministerio de Agricultura para la adjudicacin del predio sub litis
vincule a los demandantes, toda vez que ellos no intervinieron como parte en el
citado procedimiento, sino que su condicin deriva de su calidad de terceros
adquirentes cuya situacin jurdica se resuelve segn las normas comunes del
Cdigo Civil.
CAS. N 761-2001 - TACNA
Lima, veintisis de junio del dos mil dos.- DICTAMEN N 221-2002-MPFN-FSCA.- Expediente N 761-2001.- Sala Constitucional de la Corte Suprema
de Justicia.-Casacin: Tacna: SEOR PRESIDENTE DE LA SALA
CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: ISABEL
BLANCA ROSADO PINO interpone a fs. 341/348, Recurso de Casacin de la
Resolucin N 36 del 13 de diciembre del 2000 de fs. 292/293 expedida por la
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna y Moquegua, que confirma
la Resolucin N 32 de fs. 264/267 del 26 de setiembre del 2000, que resuelve
declarar improcedente la demanda, nulo e insubsistente todo lo actuado en los

seguidos por Fausto Demetrio Alfrez Gutirrez y otra, contra Macario Mamani
Garca y otros, sobre Nulidad de Acto Jurdico. Conforme aparece de la
Resolucin de fecha 3 de octubre del 2001 de fs. 44 del expedientillo de
casacin, se ha declarado procedente respecto a la aplicacin indebida del
segundo prrafo del artculo 542 del C.P.C. De los actuados se tiene que la
Direccin Subregional Agraria de Tacna, en representacin del Estado otorg
escritura de Adjudicacin de Propiedad a favor de Flora Alfrez de Mamani, las
parcelas: Unidad Catastral N 11509, N 11442 y N 11486 ubicadas en las
Pampas de la Yarada, distrito, provincia y departamento de Tacna de fs. 94/97,
esto en ejecucin de la Resolucin Directoral N 0050-94-DISRAG del 27 de
mayo de 1994, derivando esta ltima de un expediente administrativo seguido
entre las partes, consecuentemente la accin tiene por objeto alterar los
efectos de las Resoluciones Administrativas sealadas y estas surten sus
efectos mientras no sean invalidados mediante procedimiento que la Ley
establece. El artculo 8 del D.S. N 006-67-SC modificado por la Ley N 26111,
establece que las resoluciones que ponen fin al procedimiento administrativo
podrn ser impugnados ante el Poder Judicial mediante la accin contenciosa
administrativa, y no por ante el Juzgado Mixto de Tacna, por lo que de acuerdo
a lo dispuesto por el segundo prrafo del artculo 542 del C.P.C. que seala:
Cuando la resolucin objeto de la impugnacin es emitida por un rgano
administrativo colegiado o autoridad unipersonal de carcter local o regional, es
competente en primera instancia la Sala Civil de turno de la Corte Superior, la
tramitacin de la presente causa corresponde en Primera Instancia a la Sala
Civil de Tacna, donde deber remitirse los actuados por ser de su competencia.
En consecuencia esta Fiscala Suprema es de opinin se declare INFUNDADO
el Recurso de Casacin. OTROSDIGO: Se adjunta copia del presente
dictamen para el Procurador Pblico respectivo. Lima, 22 de enero del 2002.JULIO NICANOR DE LA FUENTE SILVA; Fiscal Supremo (P) de la Fiscala
Suprema en lo Contencioso Administrativo.
LA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA: VISTOS; con los acompaados;
en audiencia pblica llevada a cabo en la fecha, integrada por los seores
vocales: Vsquez Cortez, De Valdivia Cano, Zubiate Reina, Walde Juregui, y
Gazzolo Villata; luego de verificada la votacin con arreglo a ley, emite la
siguiente sentencia: RECURSO DE CASACIN: Interpuesto a fojas trescientos
cuarentiuno por la actora doa Isabel Blanca Rosado Pino contra la resolucin
de vista de fojas doscientos noventids, su fecha trece de diciembre del ao
dos mil, expedida por la Sala Civil de Tacna, que confirmando la resolucin
apelada de fojas doscientos sesenticuatro, su fecha veintisis de setiembre del
mismo ao, declara Improcedente la demanda de fojas cuarentisis sobre
Nulidad de Acto Juridico de Adjudicacin de Propiedad, y otro, nulo e
insubsistente todo lo actuado; confirmando en lo dems que contiene; en los
seguidos por doa Isabel Blanca Rosado Pino y don Fausto Demetrio Alfrez
Gutirrez contra doa Flora Alfrez Tapia de Mamani, la Direccin Sub
Regional Agraria de Tacna, y otros. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Esta
Sala mediante resolucin de fecha tres de octubre del dos mil uno ha estimado
procedente el recurso de casacin por la causal prevista en el inciso tercero del
artculo trescientos ochentisis del Cdigo Procesal Civil [1], sobre
contravencin de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso;

habindose denunciado la infraccin del principio de congruencia por cuanto se


sostiene que no existe congruencia entre el tercer considerando de la
resolucin de vista y su parte resolutiva, pues se pretende aplicar
indebidamente el segundo prrafo del artculo quinientos cuarentids del
Cdigo Procesal Civil [2], que solo est reservado para la impugnacin de
resoluciones administrativas, cuando la presente causa desde su petitorio
comprende una accin de naturaleza civil, ya que lo que se pretende es anular
un acto jurdico que contiene una escritura pblica de traslacin de dominio de
un predio rstico y la cancelacin de su asiento de inscripcin.
CONSIDERANDO: Primero.- Que, en el caso sub materia doa Isabel Blanca
Rosado Pino y don Fausto Demetrio Alfrez Gutirrez interpusieron demanda
de nulidad de acto jurdico de adjudicacin de propiedad que otorg la
Direccin Sub Regional Agraria de Tacna a favor de doa Flora Alfrez Tapia de
Mamani mediante escritura pblica de fecha seis de mayo de mil novecientos
noventisis, en la parte que se transfiere la propiedad del predio con Unidad
Catastral once mil cuatrocientos cuarentids; y la consecuente cancelacin de
la inscripcin registral contenida en la Ficha veintitrs mil seiscientos
ochentinueve, trasladada a la Ficha ocho mil trescientos catorce, Asiento uno
de la Seccin Especial de Predios Rurales de la Oficina Registral Regional de
la Regin Jos Carlos Maritegui. Segundo.- Que, como fundamentos de
hecho de la demanda los actores sostienen que la Direccin General de
Reforma Agraria y Asentamiento Rural del Ministerio de Agricultura le adjudic
a don Ausberto Huayna Chipana varias parcelas entre las cuales se encontraba
la signada con Unidad Catastral once mil cuatrocientos cuarentids,
efectundose la inscripcin de esa adquisicin en los registros pblicos el siete
de mayo de mil novecientos noventiuno; y que con posterioridad don Ausberto
Huayna Chipana transfiri la propiedad de la citada parcela con Unidad
Catastral once mil cuatrocientos cuarentids a favor de los actores Isabel
Blanca Rosado Pino y don Fausto Demetrio Alfrez Gutirrez, mediante
escritura pblica de compraventa de fecha veintisis de enero de mil
novecientos noventicuatro, aclarada y ratificada por escritura pblica del treinta
de junio del mismo ao, independizndose e inscribindose esa adquisicin
con fecha cuatro de julio de mil novecientos noventicuatro; sin embargo,
refieren los actores que el Director de la Direccin Sub Regional Agraria de
Tacna no obstante que ya no tena la capacidad legal para poder transferir el
predio sub litis por cuanto ya haba sido adjudicado, ha procedido a adjudicar la
parcela con Unidad Catastral once mil cuatrocientos cuarentids a favor de
doa Flora Alfrez Tapia de Mamani mediante escritura pblica de fecha seis
de mayo de mil novecientos noventisis, inscrita en los Registros Pblicos.
Tercero.- Que, de lo actuado en el procedimiento administrativo acompaado,
se advierte que mediante Resolucin Directoral Nmero cero cero dosnoventiuno, de fecha nueve de enero de mil novecientos noventiuno, la Unidad
Agraria Departamental de Tacna procedi a adjudicar varias parcelas incluido el
predio sub litis a favor de don Ausberto Huayna Chipana; pero con
posterioridad por Resolucin Directoral Nmero ciento noventisis-noventiunoDISRAG, de fecha ocho de julio de mil novecientos noventiuno, se dej sin
efecto la antedicha resolucin que adjudicaba esas parcelas a don Ausberto
Huayna Chipana; para que finalmente mediante Resolucin Directoral Nmero
cero cero cincuenta-noventicuatro-DISRAG, de fecha veintisiete de mayo de mil
novecientos noventicuatro, se adjudicara la parcela con Unidad Catastral once

mil cuatrocientos cuarentids a favor de doa Flora Alfrez Tapia de Mamani.


Cuarto.- Que, de lo anteriormente expuesto fluye que los actores Isabel Blanca
Rosado Pino y Fausto Demetrio Alfrez Gutirrez invocan su calidad de
terceros registrales porque sostienen que adquirieron el predio sub litis de don
Ausberto Huayna Chipana que apareca con derecho inscrito en los registros; y
es en virtud de ello que invocando las normas sobre nulidad de acto jurdico
contenidas en los artculos doscientos diecinueve y doscientos veinte del
Cdigo Civil y los principios registrales interponen demanda de nulidad de acto
jurdico de adjudicacin y cancelacin de asiento de inscripcin; pretensiones
que al estar sustentadas en normas de naturaleza civil siguen esa misma
condicin, por lo que no resulta viable considerarlas como una accin
contencioso administrativa, que tiene por objeto que se declare la invalidez o
ineficacia de un acto o resolucin administrativa, lo cual no sucede en el caso
de autos en el que las pretensiones demandadas, son de naturaleza civil como
es la nulidad de acto jurdico y la cancelacin del asiento registral que se
resuelven segn las normas del derecho comn, siendo competente para
conocer el proceso el Juez Civil como rgano de primer instancia, mas no la
Sala Civil por no estar impugnndose una resolucin administrativa emitida por
un rgano de carcter local o regional. Quinto.- Que, an ms con respecto a
los demandantes doa Isabel Blanca Rosado Pino y don Fausto Demetrio
Alfrez Gutirrez, no puede considerarse que el procedimiento administrativo
seguido ante el Ministerio de Agricultura para la adjudicacin del predio sub litis
los vincule, todas vez que ellos no intervinieron como parte en el citado
procedimiento, sino que su condicin deriva de su calidad de terceros
adquirentes cuya situacin jurdica se resuelve segn las normas comunes del
Cdigo Civil. Sexto.- Que, en consecuencia, las rganos de mrito han
incurrido en error al considerar que las pretensiones de los demandantes tienen
naturaleza contencioso administrativa y sean de conocimiento de la Sala Civil,
cuando las pretensiones invocadas de nulidad de acto jurdico y cancelacin de
asiento de inscripcin tienen naturaleza civil [3], siendo competente para
conocer el proceso el Juez Civil; por lo que siendo as las resoluciones
impugnadas no han sido expedidas segn el mrito de lo actuado en el
proceso, razn por la que devienen en nulas a tenor de lo previsto en el artculo
ciento veintids inciso tercero del Cdigo Procesal Civil en concordancia con el
artculo ciento setentiuno del mismo Cdigo; debindose continuar con el
trmite del proceso para que se expida sentencia sobre el mrito del fondo del
asunto respecto de las pretensiones controvertidas de nulidad de acto jurdico
de adjudicacin y cancelacin de asiento de inscripcin, determinndose si los
actores efectivamente cumplen con los requisitos del artculo dos mil catorce
del Cdigo Civil para ser considerados como terceros registrales y gozar de la
proteccin que establece la citada norma. Stimo.- Que, por tales razones; con
lo expuesto en el Dictamen Fiscal; y de conformidad con lo preceptuado en el
inciso segundo, numeral dos punto tres del artculo trescientos noventisis del
Cdigo Procesal Civil: DECLARARON: FUNDADO el Recurso de Casacin
interpuesto a fojas trescientos cuarentiuno por doa Isabel Blanca Rosado
Pino; en consecuencia, NULA la resolucin de vista de fojas doscientos
noventids, su fecha trece de diciembre del dos mil, e INSUBSISTENTE la
resolucin apelada de fojas doscientos sesenticuatro, su fecha veintisis de
setiembre del dos mil; DISPUSIERON que el Juez de la causa contine con el
trmite del proceso; ORDENARON la publicacin de la presente resolucin en

el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos contra doa Flora Alfrez Tapia de
Mamani, la Direccin Sub Regional Agraria de Tacna, y otros, sobre Nulidad de
Acto jurdico de Adjudicacin de Propiedad y otro; y los devolvieron.
SS. VSQUEZ CORTEZ; DE VALDIVIA CANO; ZUBIATE REINA;
WALDE JUREGUI; GAZZOLO VILLATA.

DERECHO PENAL
SI EL CONTRABANDO NO SUPERA LAS DIEZ REMUNERACIONES
MNIMAS PROCEDE DECLARAR FUNDADA DE OFICIO LA EXCEPCIN
DE NATURALEZA DE ACCIN?

SI EL CONTRABANDO NO SUPERA LAS DIEZ REMUNERACIONES


MNIMAS PROCEDE DECLARAR FUNDADA DE OFICIO LA EXCEPCIN
DE NATURALEZA DE ACCIN?
CONSULTA 853-95-B
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
Procesado :
Juan Foco Saico y otros.
Agraviado :
El Estado

Asunto
:
Contrabando
Fecha
:
15 de noviembre 1996
Apareciendo de lo actuado que la mercadera incautada no sobrepasa las 10
remuneraciones mnimas vitales, el hecho denunciado no constituye delito.
Consecuentemente, procede de oficio declarar fundada la excepcin de
naturaleza de accin a favor de los encausados.
SALA PENAL - CONSULTA N 853-95-B - CAETE
Lima, quince de noviembre de mil novecientos noventisis.
VISTOS; de conformidad con lo dictaminado por el Seor Fiscal;
declararon NO HABER NULIDAD en el auto recurrido de fojas doscientos
catorce, su fecha once de enero de mil novecientos noventicinco, declara
fundada la excepcin de naturaleza de accin deducida por Manuela
Plascencia Daz y fundada de oficio la misma excepcin a favor de Juan Foco
Saico y Juan Rosell Zapata, en la instruccin que se les sigue por el delito de
contrabando en agravio del Estado; con lo dems que contiene; y los
devolvieron..
SS. MONTE DE OCA BEGAZO; BECERRA BARRANTES; SAPONARA
MLLIGAN; BERNAL MATALLANA; FERNNDEZ URDAY.
MINISTERIO PBLICO
INSTRUCCIN N 307-94
C.S. N 853-95
CORTE SUPERIOR DE CAETE
DICTAMEN N -95-FSP-MP
SEOR PRESIDENTE DE LA SALA PENAL DE LA CORTE SUPREMA:
Viene en Recurso de Nulidad la resolucin de fs. 214 y 215, que declara
Fundada la Excepcin de Naturaleza de Accin a favor de Manuela Plascencia
Daz y otros, por delito de Contrabando, en agravio del Estado.
Apareciendo de lo actuado que, la mercadera incautada no sobrepasa
las 10 remuneraciones mnimas vitales [1], tal como se aprecia del Acta de
Avalo, Aforo y Liquidacin de fs. 193 a 205, pr lo que el hecho denunciado no
constituye delito, de conformidad con el artculo 262 del Cdigo Penal [2].
Consecuentemente, procede de oficio declarar fundada la Excepcin de
Naturaleza de Accin a favor de los encausados de acuerdo a lo previsto en el
artculo 5 del Cdigo de Procedimientos Penales, modificado por el Decreto
Legislativo N 126 [3].

Por lo expuesto, esta Fiscala Suprema opina se declare NO HABER


NULIDAD en la recurrida.
Lima, 30 de octubre de 1995
PEDRO PABLO GUTIRREZ FERREYRA
Fiscal Supremo.

DERECHO PROCESAL PENAL


SI LA EXCEPCIN DE NATURALEZA DE ACCIN Y LA CUESTIN PREVIA
SE TRAMITAN EN FORMA CONJUNTA HAY UNA IRREGULARIDAD
INEXCUSABLE?
SI HUBO UNA INDEBIDA APRECIACIN DE LOS HECHOS EN EL JUICIO
ORAL SE PUEDE DECLARAR NULA UNA SENTENCIA ABSOLUTORIA?

SI LA EXCEPCIN DE NATURALEZA DE ACCIN Y LA CUESTIN PREVIA


SE TRAMITAN EN FORMA CONJUNTA HAY UNA IRREGULARIDAD
INEXCUSABLE?
R.N. N 530-97
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA

Procesado :
Zoilo Valverde Chipa
Agraviado :
El Estado
Asunto
:
Prevaricato
Fecha
:
2 de diciembre de 1997
Tanto la Sala Penal Superior, as como el juez instructor, han incurrido en
irregularidad inexcusable en cuanto a la tramitacin conjunta de la cuestin
previa y la excepcin de naturaleza de accin.
SALA PENAL - R.N. N 530-97 - APURMAC
Lima, dos de diciembre de mil novecientos noventisiete.VISTOS; con lo expuesto por el seor Fiscal; por sus fundamentos; y,
CONSIDERANDO: que, tanto la Sala Penal Superior as como el Vocal
Instructor Castro Tamayo han incurrido en irregularidad inexcusable en cuanto
a la tramitacin conjunta de la cuestin previa y de la excepcin de naturaleza
de accin formulada por los encausados, lo cual denota negligencia y poco celo
en el ejercicio de sus funciones; que, siendo esto as, es del caso imponerles la
sancin disciplinaria prevista en los artculos doscientos ocho y doscientos
trece del Texto nico Ordenado de la Ley Orgnica del Poder Judicial: y
estando a los principios de economa y celeridad procesal: declararon [1] NO
HABER NULIDAD en la resolucin recurrida de fojas ciento cincuenticinco, su
fecha once de diciembre de mil novecientos noventisis, que confirmando en
un extremo el apelado de fojas setenticuatro, su fecha quince de setiembre de
mil novecientos noventicinco, declara infundada la cuestin previa planteada
por los encausados Ciro Warthon Riveros, Fred Batallones Monzn, Zoilo
Valverde Chipa y Arturo Matutti Rondinelly y revocando en otro extremo el
apelado declara infundada la excepcin de naturaleza de accin deducida por
Ciro Warthon Riveros, Fred Batallones Monzn, Zoilo Valverde Chipa y Arturo
Matutti Rondinelly; y de oficio a favor de Waldo Vargas Camacho y Luis Pea
Salas; con lo dems que contiene: IMPUSIERON a los Vocales de la Sala
Mixta de la Corte Superior de Justicia de Apurmac, Vilcanqui Capaquira, Nio
de Guzmn Feijo y Negrn Romero, as como al Vocal Instructor Guido Castro
Tamayo, la sancin disciplinaria de APERCIBIMIENTO por la irregularidad
advertida debiendo oficiar a la Supervisin de Personal del Poder Judicial para
la anotacin correspondiente; en la instruccin seguida contra Zoilo Valverde
Chipa y otros por el delito contra la Administracin de Justicia prevaricato en
agravio del Estado; con lo dems que contiene; y los devolvieron.
S.S. SIVINA HURTADO; ROMN SANTISTEBAN;
ZEVALLOS; GONZALES LPEZ; PALACIOS VILLAR.
MINISTERIO PBLICO
Exp. N 146-95
Corte Superior de Justicia de Apurmac
C.S. N 530-97

ZEGARRA

Dictamen N 1881-97-MP-FN-2FSP
SEOR PRESIDENTE DE LA SALA PENAL DE LA CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA:
Viene, va recurso de nulidad concedido a los procesados, el auto de fs.
155, su fecha 11 de diciembre de 1996, expedida por la Sala Mixta de la Corte
Superior de Apurmac, que confirma la resolucin apelada de fs. 74, su fecha
15 de setiembre de 1995, en cuanto declara infundada la cuestin previa
planteada por Ciro Warthon Riveros y otros en la instruccin que se les sigue
por delito contra la Administracin de Justicia, en su modalidad de Prevaricato,
en agravio del Estado; revoca el auto de fs. 74, su fecha 15 de setiembre de
1995, en cuanto declara fundada la excepcin de naturaleza de accin
deducida por los procesados Ciro Warthon Riveros y otros en la instruccin que
se le sigue por delito contra la Administracin de Justicia en su modalidad
prevaricato, en agravio del Estado, reformndola declararon infundada la
excepcin de naturaleza de accin deducida por Ciro Warthon Riveros, Fred
Germn Batallanos Monzn y otros en la instruccin que se les sigue por el
delito contra la Administracin de Justicia en su modalidad de Prevaricato en
agravio del Estado.
De conformidad con lo preceptuado en el artculo 90 del Cdigo de
Procedimientos Penales se establece que todo incidente que requiere
tramitacin se substanciar por cuerda separada sin interrumpir el curso del
proceso principal, sin embargo es de apreciarse que en el caso de autos la
excepcin de naturaleza de accin y cuestin previa deducida se han tramitado
conjuntamente, violndose as una norma de orden pblico que por su
naturaleza resulta de estricto cumplimiento, ms an si ambas articulaciones
formuladas resultan excluyentes entre s, resultando por ello necesario que se
regularice dicha tramitacin, debindose agregar adems a los incidentes copia
certificada de la investigacin practicada por la Doctora Flora Adelaida Bolvar
Arteaga, ex fiscal superior de la Fiscala Especial de Investigacin de
Adopciones Irregularidades (*), as como las que resulten necesarias para el
mejor esclarecimiento de los hechos.
Por lo expuesto esta Fiscala Suprema en lo Penal propone se declare
NULO el auto de fs. 155, su fecha 11 de diciembre de 1996 y todo lo actuado y
se proceda con tramitar las incidencias conforme a ley.
Lima, 06 de mayo de 1997
JUAN EFRAN CHIL MEZARINA.
Fiscal Supremo Provisional.

SI HUBO UNA INDEBIDA APRECIACIN DE LOS HECHOS EN EL JUICIO


ORAL SE PUEDE DECLARAR NULA UNA SENTENCIA ABSOLUTORIA?

Exp. N 3212-97
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
Procesado :
Arturo Villanueva Lama
Agraviado :
El Estado
Asunto
:
Defraudacin tributaria
Fecha
:
22 de octubre de1997
Es procedente declarar nula una sentencia condenatoria cuando en el juicio
oral no se ha efectuado una debida apreciacin de los hechos materia de la
inculpacin, ni se han actuado adecuadamente las pruebas con el fin de
establecer la inocencia o culpabilidad del agente.
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA
PRIMERA SALA PENAL TRANSITORIA
EXP. N 3212-97
LIMA
Lima, veintids de octubre de mil novecientos noventisiete.
VISTOS; con lo expuesto por el Seor Fiscal; y CONSIDERANDO: que
en el juicio oral no se ha efectuado una debida apreciacin de los hechos
materia de la inculpacin, ni se ha compulsado adecuadamente la prueba
actuada con el fin de establecer la inocencia o culpabilidad del encausado; que
consecuentemente, resulta de aplicacin al caso de autos el segundo prrafo
del artculo trescientos uno del Cdigo de Procedimientos Penales [1],
declararon NULA la sentencia recurrida de fojas setecientos noventicuatro, su
fecha diecisis de mayo de mil novecientos noventisiete MANDARON se
realice nuevo juicio oral por otra Sala Penal Superior, con arreglo a ley; en la
instruccin seguida contra Arturo Pedro Villanueva Lama y otro por el delito de
defraudacin tributaria y otro en agravio del Estado y otro; y los devolvieron.
SS. JER DURAND; SAPONARA MLLIGAN; FERNNDEZ URDAY;
AMPUERO DE FUERTES; CERNA SNCHEZ.
MINISTERIO PBLICO
EXP. N 140-96
C.S. N 3112-97
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA
DICTAMEN N 3164-97-1-FSP-MP

SEOR PRESIDENTE DE LA SALA PENAL DE LA CORTE SUPREMA


DE JUSTICIA DE LA REPBLICA:
Viene en Recurso de Nulidad la sentencia de fojas 794 de fecha 16 de
mayo de 1997, por el cual la Primera Sala Penal Especializada en Delitos
Tributarios y Aduaneros de la Corte Superior de Justicia de Lima, FALLA:
absolviendo de la acusacin fiscal a Arturo Pedro Villanueva Lama como autor
del delito Tributario Defraudacin Tributaria, en agravio del Estado por delito
contra el Patrimonio Estafa, en agravio de Flix Puma Lupo; reservaron el
proceso Guillermo Vega de la Flor.
Aparece de lo actuado que el 17 de julio de 1992, el agraviado Flix
Puma Lupo concurri a la Empresa Vega Motor S.A. con el objeto de adquirir
un mnibus marca Chevrolet del ao 1982 modelo School Buss por un monto
financiado de US$ 40,912 dlares, para lo cual dio una cuota inicial de US$
10,400 dlares, ms 16 letras por US$ 2,557 dlares cada una; as mismo
firm la solicitud del Registro Fiscal de Ventas a Plazos, documento este ltimo
en el que fue adulterada en el tem correspondiente a la cuota inicial, al haber
sido borrado con el objeto de no pagar el Impuesto General a las Ventas por
dicho concepto [2] lo que se encuentra corroborado con la declaracin del
Registrador Fiscal Csar Albarracn Carrasco a fojas 39, que refiere, que, la
empresa no comunic ni presentaron al Registro Fiscal el pago de la cuota
inicial, y que mediante un procedimiento administrativo han demandado al
agraviado por falta de pagos, dando lugar a que el Registro Fiscal ordene la
captura del vehculo; as mismo, es necesario tener presente, que los
encausados consideran que es opcional el registrar las ventas que realizan a
plazos, toda vez que tiene por objeto proteger al vendedor, tambin es cierto
que por este medio el vendedor puede solicitar el remate del bien y su
adjudicacin, para lo cual debe comunicar todos los detalles de la transaccin y
al no haber consignado todos los pagos efectuados, as como que tampoco
comunic que la deuda, fue refinanciada en dos oportunidades, ha dado lugar a
que el Registro Fiscal de Ventas a Plazos mediante un proceso administrativo
ordene la captura del mnibus; situacin por la cual, al haberse producido
perjuicio el agraviado, as como al no haberse pagado el impuesto
correspondiente se han configurado los delitos instruidos; en los que respecta
al grado de responsabilidad penal de los encausados, debe tenerse en
consideracin que Arturo Villanueva Lama tena la condicin de Gerente
Financiero de la Empresa Vega Motor S.A. y Manuel Guillermo Vega de la Flor
la de representante legal, siendo este ltimo quien realiz las transacciones
comerciales con el agraviado, procesado que se encuentra en condicin de
contumaz y por lo tanto con proceso reservado. En cuanto a la participacin de
Villanueva Lama sta ha sido limitada [3]; toda vez que solo emiti la factura
por el adelanto de la compra, habiendo renunciado a dicha empresa en el mes
de setiembre de 1992; por lo que, no habiendo tenido participacin en los
cargos ampliatorios que efectu la SUNAT al intervenir dicha empresa, la
absolucin en este extremo se encuentra dictada con arreglo a ley.
Fundamentos por los cuales, el Fiscal que suscribe es de opinin de que
la Sala de su Presidencia declare NO HABER NULIDAD en la sentencia
recurrida.

Lima, 11 de agosto de 1997.


PEDRO PABLO GUTIRREZ FERREYRA
Fiscal Supremo

DERECHO LABORAL
EL CAMBIO DE DENOMINACIN DE UN CARGO QUE IMPLICA PRDIDA
DE UNA BONIFICACIN ACTO DE HOSTILIDAD?
SI UNA PERSONA REALIZA VARIAS LABORES PARA EL MANTENIMIENTO
DE UN EDIFICIO MULTIFAMILIAR EST BAJO EL RGIMEN LABORAL DE
LOS TRABAJADORES DEL HOGAR?

EL CAMBIO DE DENOMINACIN DE UN CARGO QUE IMPLICA PRDIDA


DE UNA BONIFICACIN ACTO DE HOSTILIDAD?
Cas. N 407-2002
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
Demandante :
Pablo Eugenio Yzaguirre Fuentes
Demandado :
Telefnica del Per S.A.
Asunto
:
Cese de hostilidad

Fecha
:
10 de enero del 2003 (El Peruano, 30/09/2003)
La empleadora dispuso un cambio de cargo del trabajador, lo que import una
variacin de funciones de este ltimo ubicndolo en una categora inferior a la
que ostentaba y que adems repercuti su remuneracin, pues le hizo perder
la bonificacin especfica que se le otorgaba por el cargo antes desempeado.
En tal sentido, la empleadora demandada ha incurrido en las causales de
hostilidad consistentes en la reduccin inmotivada de la remuneracin y de la
categora.
CAS. N 407-2002 - LIMA
Cese de Hostilidad. Lima, diez de enero del dos mil tres.- LA SALA
TRANSITORIA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA. VISTOS: La causa nmero
cuatrocientos siete del dos mil dos; en Audiencia Pblica de la fecha; y
producida la votacin con arreglo a ley emite la siguiente sentencia: MATERIA
DEL RECURSO: Se trata del recurso de casacin interpuesto por el
demandante, Pablo Eugenio Yzaguirre Fuentes, mediante escrito de fojas
setecientos sesentisis, contra la sentencia de vista expedida por la Tercera
Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de Lima, obrante a fojas
seiscientos setenticuatro, fechada el veintiocho de diciembre del dos mil uno,
que Revocando la apelada de fojas quinientos veintiuno, fechada el veintisiete
de abril del dos mil uno, declara improcedente la demanda de cese de
hostilidad, en los seguidos contra Telefnica del Per Sociedad Annima.
FUNDAMENTOS DEL RECURSO: El recurrente invocando el artculo
cincuenticuatro y siguientes de la Ley Procesal del Trabajo [1] denuncia las
causales de: a) Contravencin de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso; b) Interpretacin errnea del artculo sesentitrs inciso b) del
Decreto Supremo nmero cero cinco guin noventicinco guin TR, hoy artculo
treinta inciso b) de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral; c)
Inaplicacin del artculo cuarentids del Decreto Supremo nmero cero cinco
guin noventicinco guin TR [2]; y, d) Contradiccin con otras resoluciones
expedidas por la Corte Suprema o las Cortes Superiores en casos
objetivamente similares; CONSIDERANDO: Primero.- Que, el recurso de
casacin cumple con los requisitos de forma previstos en el artculo
cincuentisiete de la Ley nmero veintisis mil seiscientos treintisis, modificado
por la Ley nmero veintisis mil veintiuno; Segundo.- Que, en cuanto al agravio
contenido en el literal a), se tiene que el texto vigente del artculo cincuentisis
de la Ley Procesal del Trabajo, no contempla como causal de casacin en
materia laboral la contravencin de normas que garantizan el debido proceso;
en este sentido, si bien es cierto que la Tercera de las Disposiciones
Derogatorias, Sustitutorias y Finales de la Ley Procesal del Trabajo, establece
que las normas del Cdigo Procesal Civil son de aplicacin supletoria en
materia procesal laboral, tambin lo es que tal supletoriedad est reservada a
lo no previsto por la Ley Especial, Ley Procesal del Trabajo; en consecuencia,
esta denuncia deviene en IMPROCEDENTE; Tercero.- Que, en lo referente a
los agravios contenidos en los literales b), c) y d), el recurrente cumple con los
requisitos de fondo previstos en el artculo cincuentiocho incisos b, c y d de
la acotada Ley Adjetiva Laboral, toda vez que cumple con sealar cul es la

interpretacin correcta de la norma, cul es la norma inaplicada y por qu debi


aplicarse y, asimismo, acompaa las copias de las resoluciones supuestamente
contradictorias con el pronunciamiento emitido en el caso sub litis, alegando
similitud y contradiccin; en consecuencia, resulta PROCEDENTE emitir el
pronunciamiento de fondo; Cuarto.- Que, respecto a la inaplicacin del artculo
cuarentids del Decreto Supremo nmero cero cinco guin noventicinco guin
TR, referida al caso por razn de temporalidad, esta norma establece que el
empleador est facultado para introducir cambios o modificar turnos, das u
horas de trabajo, as como la forma y modalidad de la prestacin de labores,
dentro de los criterios de razonabilidad teniendo en cuenta las necesidades de
funcionamiento de la Empresa; asimismo el artculo nueve del Decreto
Legislativo setecientos cincuentisiete, Ley Marco para el Crecimiento de la
Inversin Privada, dispone que toda Empresa tiene derecho a organizar y
desarrollar sus actividades en la forma que juzgue conveniente; Quinto.- Que,
en tal sentido, si bien es cierto, las Empresas estn facultadas legalmente a
introducir cambios o modificaciones en su organizacin y funcionamiento,
tambin lo es que dichas facultades deben efectuarse dentro de los criterios de
razonabilidad [3], como lo indican las normas antes acotadas. Que segn la
Empresa demandada, esta llev a cabo un proceso de reorganizacin luego de
la fusin de Entel Per Sociedad Annima y la Ex Compaa Peruana de
Telfonos, lo que dio origen a que parte del personal de la Empresa vea
modificada la denominacin del cargo desempeado; sin embargo, en el caso
del recurrente, no se observ el criterio de razonabilidad, pues a pesar de estar
desempeando las mismas labores que realizaba bajo la denominacin de Jefe
de Grupo, la demandada elimin la bonificacin por supervisin y con ello le
modific la denominacin del cargo a la de Tcnico II. Sexto.- Que, en cuanto a
la interpretacin errnea del artculo sesentitrs inciso b) del Decreto Supremo
nmero cero cinco guin noventicinco guin TR, Ley de Fomento del Empleo,
artculo treinta inciso b) de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, el
recurrente fundamenta que la interpretacin correcta de dicha norma es en el
sentido de que el solo motivo o causa fusin de dos empresas que hubiese
dado lugar a la rebaja de categora o remuneracin por s solo no justifica el
acto hostil, como pretende la sentencia de vista, la motivacin debe ser una
causa que permita actuar al empleador pero dentro de los criterios de
razonabilidad que debe de observar al ejercer sus facultades como tal. La
motivacin invocada puede ser atendible pero ella no debe de servir para
causar perjuicio al trabajador. Stimo.- Que, cabe destacar que el citado
artculo sesentitrs inciso b), artculo treinta del Decreto Supremo cero tres
guin noventisiete guin TR, seala que son actos de hostilidad equiparables al
despido, entre otros, la reduccin inmotivada de la remuneracin o de la
categora; Octavo.- Que, en el caso de autos, el accionante al momento en
que se lleva a cabo el cambio de estructura en la Empresa, desempeaba
labores de supervisin, dado que cumpla los requisitos establecidos por la
propia emplazada para la percepcin de la bonificacin por supervisin; por
consiguiente, ello no ha significado un simple cambio de denominacin del
cargo que ocupaba el demandante, sino una variacin de funciones ubicndolo
en una categora inferior a la que ostentaba, ya que adems de haberle
designado diferentes labores, ese cambio tambin ha tenido repercusiones en
sus remuneraciones que se ven reducidas al dejar de percibir la bonificacin
por supervisin, incurriendo as en las causales de hostilidad consistentes en la

reduccin inmotivada de la remuneracin y de la categora [4]. Noveno.- Que,


en el recurrente ampara la denuncia de contradiccin jurisprudencial, en
diversas resoluciones expedidas por la Corte Superior de Lima y la Ejecutoria
de la Corte Suprema, las que resultan ser objetivamente similares a la emitida
en el caso materia de anlisis y que estn referidas a la aplicacin,
interpretacin correcta e inaplicacin de los artculos cuarentids y sesentitrs
inciso b) del Decreto Supremo cero cinco guin noventicinco guin TR, Texto
nico Ordenado de la Ley de Fomento del Empleo; por los fundamentos
vertidos respecto a las causales declaradas procedentes y fundadas, tambin
esta causal del recurso resulta fundado; Dcimo.- Que, en consecuencia, la
recurrida ha interpretado errneamente el artculo sesentitrs inciso b) del
Decreto Supremo cero cinco guin noventicinco guin TR, ha inaplicado el
artculo cuarentids del Decreto Supremo cero cinco guin noventicinco guin
TR, adems incurre en contradiccin jurisprudencial, por lo que de conformidad
con el artculo cincuentinueve de la Ley Procesal del Trabajo, debe declararse
fundado el recurso sub examen; RESOLUCIN: Declararon FUNDADO el
recurso de casacin de fojas setecientos sesentisis, interpuesto por don Pablo
Eugenio Yzaguirre Fuentes; en consecuencia, NULA la sentencia de vista de
fojas seiscientos setenticuatro, su fecha veintiocho de diciembre del dos mil
uno, y actuando en sede de instancia: CONFIRMARON la sentencia apelada
de fojas quinientos veintiuno, fechada el veintisiete de abril del dos mil uno, que
declara FUNDADA la demanda, y ORDENA que la demandada restituya al
demandante en el cargo de Jefe de Grupo de Construccin de Planta Externa o
uno equivalente con las mismas atribuciones, con lo dems que contiene; en
los seguidos con Telefnica del Per Sociedad Annima sobre cese de
hostilidad; ORDENARON la publicacin del texto de la presente resolucin en
el Diario Oficial El Peruano; y los devolvieron.
SS. ROMN SANTISTEBAN; VILLACORTA RAMREZ; INFANTES
VARGAS; GONZALES MUOZ; RODRGUEZ ESQUECHE.

SI UNA PERSONA REALIZA VARIAS LABORES PARA EL MANTENIMIENTO


DE UN EDIFICIO MULTIFAMILIAR EST BAJO EL RGIMEN LABORAL DE
LOS TRABAJADORES DEL HOGAR?
Cas. N 090-2002-LIMA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA
Demandante :
Agustn Alberto Vsquez Cipirn
Demandado :
Junta de Propietarios del Edificio La Universal
Asunto
:
Pago de beneficios sociales y otros
Fecha
:
28 de febrero de 2003
La labor de limpieza y otros de un trabajador que hace el mantenimiento de un
edificio multifamiliar es propia de los que estn bajo la actividad privada sujetos
a la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, por lo que no se
encontrara dentro del supuesto de la norma de los trabajadores del hogar.

CAS. N 090-2002 - LIMA


Lima, cuatro de junio del dos mil dos. LA SALA TRANSITORIA
CONSTITUCIONAL Y SOCIAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPBLICA VISTA; la causa nmero cero noventa del ao dos mil dos; en
audiencia pblica llevada a cabo en la fecha; y luego de verificada la votacin
con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia: RECURSO DE CASACIN: A
fojas ciento cincuentitrs, Agustn Alberto Vsquez Cipirn, interpone recurso
de casacin contra la sentencia de fojas ciento cincuentiuno. su fecha
veinticinco de setiembre del dos mil uno; que declara improcedente la demanda
y nulo todo lo actuado por el Duodcimo Juzgado de Trabajo de Lima, en
atencin a la aplicacin de una norma de rgimen especial de la litis.
FUNDAMENTOS DEL RECURSO: El recurrente invoca las causales de
indebida aplicacin de una norma de derecho material y la inaplicacin de una
norma de derecho material, causales contenidas en los incisos a) y c) del
artculo cincuentisis de la Ley nmero veintisiete mil veintiuno [1], Ley
modificatoria de la Ley Procesal del Trabajo, Ley nmero veintisis mil
seiscientos treintisis; CONSIDERANDO: Primero.- Que, el recurso de
casacin cumple con los requisitos establecidos en el artculo cincuentiocho de
la Ley nmero veintisiete mil veintiuno [2], es menester que este Tribunal emita
pronunciamiento de fondo al respecto. Segundo.- Que, el recurrente seala que
se ha aplicado indebidamente la norma respecto de los trabajadores
domsticos Decreto Supremo nmero veintitrs DT del treinta de abril de mil
novecientos cincuentisiete [3] y su modificatoria, el Decreto Supremo nmero
cero cero dos setenta TR, por cuanto concierne a un marco de desarrollo
de labores totalmente distintas a las que realiz a favor de la demandada, en
este sentido la norma ha aplicarse es el Decreto Supremo nmero cero cero
tres - noventisiete - TR, Ley de Productividad y Competitividad Laboral, dentro
de la cual se encuentra el derecho a percibir la indemnizacin por despido
arbitrario [4] causal que es procedente. Tercero.- Que, respecto a la causal de
inaplicacin de una norma de derecho material, el recurrente omite
fundamentar dicha causal por lo que deviene en improcedente. Cuarto.- Que, la
controversia se circunscribe en determinar si las labores que ha prestado el
recurrente las ha realizado como trabajador del hogar, o como trabajador
comn bajo rgimen laboral de la actividad privada; al respecto el servidor del
hogar o domstico se distingue del trabajador comn en razn a las labores
que le son propias, as como la naturaleza de su empleador, es as como el
Decreto Supremo nmero veintitrs DT del treinta de abril de mil novecientos
cincuentisiete, define en su artculo primero como labores de hogar las de
aseo, cocina, asistencia y dems propias de la conservacin de una residencia
y del desenvolvimiento de la vida del hogar que no importen lucro o negocio
para el patrn o su familiar [5]. Quinto.- Que, en el presente caso el
demandante prestaba servicios a la Junta de Propietarios del Edificio La
Universal, debida y legalmente constituida, como aparece del documento de
fojas nueve y si bien realizaba labores de limpieza y otras, stas no constituyen
actividades propias de la vida de un hogar [6]. Sexto.- Que, las normas que
regulan la labor desempeada por el demandante corresponden a los
trabajadores de la actividad privada sujetos al Decreto Supremo nmero cero

cero tres - noventisiete - TR, Ley de Productividad y Competitividad Laboral


que regula los derechos de los trabajadores del rgimen de la actividad
privada. RESOLUCIN Por estos fundamentos declararon FUNDADO el
recurso de casacin interpuesto a fojas ciento cincuentitrs, por Agustn Alberto
Vsquez Cipirn contra la Junta de Propietarios del Edificio La Universal, sobre
Pago de Beneficios Sociales y otro; NULA la sentencia de vista de fojas ciento
cincuentiuno, su fecha veinticinco de setiembre del dos mil uno que declara
nula la sentencia de fojas ciento treintitrs; y, actuando en sede de instancia
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas ciento treintitrs, su fecha
veintisiete de junio del dos mil uno, que declara fundada en parte la demanda
de fojas diecisiete; ORDENARON la publicacin de la presente resolucin en el
Diario Oficial El Peruano; y los devolvieron.
SS. ROMN S.; OLIVARES S.; VILLACORTA R.; CCERES B.;
MONTES M.

DERECHO TRIBUTARIO
SI SE PIERDEN LOS BIENES ANTES DE SER TRANSFERIDOS AL
CONSUMIDOR FINAL SE DEBE REINTEGRAR EL CRDITO FISCAL?
SI LA BENEFICENCIA ALQUILA UN INMUEBLE DE SU PROPIEDAD LA
SUNAT PODR EMBARGARLO?
REMUNERACIN DEL NOTARIO ES DEDUCIBLE COMO GASTO PARA
EFECTOS DEL IMPUESTO A LA RENTA?

SI SE PIERDEN LOS BIENES ANTES DE SER TRANSFERIDOS AL


CONSUMIDOR FINAL SE DEBE REINTEGRAR EL CRDITO FISCAL?
RTF. N 00654-5-2003
TRIBUNAL FISCAL
Interesado :
Agricultores Productores de Esprragos de Ica S.A. APEISA
Asunto
:
Impuesto General a las Ventas
Fecha
:
12 de febrero del 2003 (pgina web del Tribunal Fiscal)
Procede el reintegro del crdito fiscal generado en la adquisicin de bienes que
desaparecieron, destruyeron o perdieron, pues de acuerdo con la tcnica del
IGV todo crdito fiscal necesariamente generar un dbito fiscal, por lo que si
el bien cuya adquisicin gener un crdito fiscal no es posteriormente
incorporado como valor agregado al bien transferido, dicha situacin
determinar la devolucin del crdito fiscal, toda vez que no se permitir la
generacin de un dbito fiscal, rompindose el esquema impuesto contra
impuesto.
TRIBUNAL FISCAL N 00654-5-2003
EXPEDIENTE N

1016-99

INTERESADO
:
AGRICULTORES PRODUCTORES DE
ESPRRAGOS DE ICA S.A. - APEISA
ASUNTO

Impuesto General a las Ventas

PROCEDENCIA

Ica

FECHA

Lima, 12 de febrero de 2003

VISTA la apelacin de puro derecho interpuesta por AGRICULTORES


PRODUCTORES DE ESPRRAGOS DE ICA S.A. - APEISA contra la
Resolucin de Determinacin N 102-3-02010 girada por la Intendencia
Regional lca de la Superintendencia Nacional de Administracin Tributaria, por
concepto de reintegro del crdito fiscal del mes de enero de 1998.
CONSIDERANDO:
Que la recurrente sostiene lo siguiente:
1.
Se encuentra acreditado que por efecto del Fenmeno del Nio,
con fecha 29 de enero de 1998 la planta de proceso de la empresa que se
dedica principalmente al cultivo y exportacin de esprragos frescos sufri una

inundacin que ocasion la destruccin de materias primas, productos


terminados, insumos y activos fijos, paralizando su actividad productiva.
2.
No est obligada a reintegrar suma alguna por concepto de saldo
a favor conformado por el Impuesto General a las Ventas trasladado en la
adquisicin de bienes que sufrieron siniestro con ocasin de los desastres
originados por el Fenmeno del Nio, toda vez que la norma que regula dicho
reintegro contenida en el numeral 4) del artculo 6 del reglamento de la Ley del
Impuesto General a las Ventas aprobado por el Decreto Supremo N 136-96EF vulnera el principio de legalidad establecido en el artculo 74 de la
Constitucin y en la Norma IV del Ttulo Preliminar del Cdigo Tributario.
3.
En la medida en que el numeral 4) del artculo 6 del citado
reglamento se refiere al crdito fiscal del Impuesto General a las Ventas, el cual
constituye uno de los elementos que permite determinar la obligacin tributaria,
debi estar contemplada en una ley o en un decreto legislativo, en aplicacin
del principio de legalidad, y no en una norma de menor jerarqua, como lo es el
decreto supremo.
4.
Este criterio ha sido recogido por el legislador en la exposicin de
motivos de la Ley N 27039 que modific la Ley del Impuesto General a las
Ventas aprobada por el Decreto Legislativo N 821, incorporando a dicho texto
la norma contenida en el numeral 4) del artculo 6 del mencionado reglamento.
5.
En ese sentido, de acuerdo con el artculo 102 del Cdigo
Tributario [1], el Tribunal Fiscal al resolver deber aplicar el Decreto Legislativo
N 821 que, segn texto vigente hasta el 31 de diciembre de 1998, no
estableca obligacin alguna de reintegrar el saldo a favor derivado del
impuesto trasladado en las adquisiciones de bienes que fueron objeto de
siniestro.
Que de lo actuado se tiene:
De conformidad con lo dispuesto por el primer prrafo del artculo 151
del Texto nico Ordenado del Cdigo Tributario aprobado por el Decreto
Supremo N 135-99-EF, podr interponerse recurso de apelacin ante el
Tribunal Fiscal dentro del plazo de veinte (20) das hbiles siguientes a la
notificacin de los actos de la Administracin, cuando la impugnacin sea de
puro derecho, no siendo necesario interponer reclamacin ante instancias
previas.
El tercer prrafo de la norma antes citada prescribe que el Tribunal, para
conocer de la apelacin, previamente deber calificar la impugnacin como de
puro derecho, en caso contrario, remitir el recurso al rgano competente,
notificando al interesado para que tenga por interpuesta la reclamacin.
En tal sentido, corresponde determinar si, en el presente caso, el asunto
controvertido es de puro derecho, esto es, si no existen hechos que probar,
siendo un problema circunscrito a la interpretacin o aplicacin de una norma.

Previamente a la calificacin del recurso interpuesto, resulta pertinente


efectuar un breve resumen de los antecedentes del presente caso:
1.
Producto de la fiscalizacin efectuada a la recurrente (folios 327 a
347), con motivo de la verificacin de sus comunicaciones de compensacin y
solicitudes de devolucin del saldo a favor materia de beneficio de los perodos
de setiembre, octubre, noviembre y diciembre de 1997 y enero de 1998, se
verific que en el mes de enero de 1998 el local donde funciona la recurrente
fue afectado por la inundacin provocada por el desborde del ro lca como
consecuencia del Fenmeno del Nio, habindose producido la desaparicin,
destruccin o prdida de envases y embalajes, suministros diversos activos
fijos, cuya relacin se encuentra adjunta al Acta de Presencia del Notario Csar
Snchez B. de fecha 4 de abril de 1998 (folios 253 a 257), adquiridos por la
recurrente segn comprobantes de compra exhibidos.
2.
En tal sentido, se repar el crdito fiscal que grav las
adquisiciones de los bienes antes mencionados [2], al no haber la recurrente
cumplido con reintegrarlo en el mes en que se produjeron los referidos hechos
(enero de 1998), en virtud de lo dispuesto en el numeral 4) del artculo 6 del
Decreto Supremo 29-94-EF, reglamento de la Ley del Impuesto General a las
Ventas aprobada por el Decreto Legislativo N 821, modificado por el Decreto
Supremo N 136-96-EF, vigente en el perodo acotado, emitindose en
consecuencia la Resolucin de Determinacin N 102-3-02010 materia de
Impugnacin.
La recurrente cuestiona dicho valor argumentando que el numeral 4) del
artculo 6 del Decreto Supremo N 29-94-EF modificado por Decreto Supremo
N 136-96-EF, infringe el principio de legalidad, toda vez que la obligacin de
reintegrar el crdito fiscal debi estar contemplada en una ley o en una norma
con rango de ley, y no en una norma de inferior jerarqua, debiendo aplicarse la
Ley del Impuesto General a las Ventas, que en el perodo acotado no
estableca dicha obligacin en el caso de desaparicin, destruccin o prdida
de bienes cuya adquisicin gener un crdito fiscal.
Como se advierte, la controversia est referida a determinar si en virtud
de las normas vigentes durante el periodo acotado, la recurrente se encontraba
obligada a reintegrar el crdito fiscal generado en la adquisicin de bienes que
desaparecieron, se destruyeron o perdieron como consecuencia de la
inundacin de su local por el desborde del ro Ica, por lo que al tratarse de un
asunto de puro derecho y no habiendo hechos que probar, procede emitir
pronunciamiento sobra la apelacin interpuesta.
En el expediente se encuentra acreditado que en el mes de enero de
1998, por la inundacin provocada por el desborde del ro Ica como
consecuencia del Fenmeno del Nio, desaparecieron, se destruyeron o se
perdieron bienes de la recurrente (envases y embalajes, suministros diversos y
activos fijos (1) detallados a folios 315 a 317 de autos), cuya adquisicin haba
generado crdito fiscal.

Al respecto, cabe indicar que el numeral a) del artculo 6 del Decreto


Supremo N 29-94-EF, modificado por Decreto Supremo N 136-96-EF, segn
texto vigente en el periodo acotado, sealaba que:
La desaparicin, destruccin o prdida de bienes cuya adquisicin
gener un crdito fiscal, as como la de bienes terminados en cuya elaboracin
se hayan utilizado bienes e insumos cuya adquisicin tambin gener crdito
fiscal; determina la prdida del crdito, debiendo reintegrarse el mismo en la
fecha en que corresponda declarar las operaciones que se realicen en el
periodo tributario en que se produzcan tales hechos.
Se excepta de lo dispuesto en el prrafo anterior a las mermas y
desmedros debidamente acreditados de conformidad con el Impuesto a la
Renta, as como a los bienes del activo fijo que se encuentren totalmente
depreciados.
Sobre el particular, la recurrente aduce que, en aras del principio de
legalidad, los supuestos de reintegro del crdito fiscal deban estar establecidos
en la Ley del Impuesto General a las Ventas aprobada por el Decreto
Legislativo N 821, la cual, segn texto vigente hasta el 31 de diciembre de
1998, no estableca la obligacin de reintegrar el crdito fiscal en el supuesto
de desaparicin, destruccin o prdida de bienes que generaron dicho crdito,
por lo que no se encontraba obligada a ello.
En efecto, la citada ley durante el perodo acotado, en su artculo 22,
solamente indicaba que En el caso de venta de bienes depreciables
destinados a formar parte del activo fijo, antes de transcurrido el plazo de dos
aos de haber sido puestos en funcionamiento y en un precio menor al de su
adquisicin, el crdito fiscal aplicado en la adquisicin de dichos bienes deber
reintegrarse en el mes de la venta, en la proporcin que corresponda a la
diferencia de precio.
A partir de lo expuesto, podra en principio concluirse que la Ley del
Impuesto General a las Ventas solo estaba haciendo referencia a un supuesto
de reintegro, por lo que cualquier otro supuesto previsto en el reglamento no
resultaba aplicable, al infringir el principio de legalidad contenido en la Norma
IV del Ttulo Preliminar del Cdigo Tributario.
Sin embargo, cabe indicar que la misma ley, en su artculo 18, establece
que el crdito fiscal est constituido por el Impuesto General a las Ventas
consignado separadamente en el comprobante de pago que respalde la
adquisicin de bienes, servicios y contratos de construccin, o el pagado en la
importacin del bien, y que solo otorgan derecho a crdito fiscal las
adquisiciones de bienes, servicios o contratos de construccin que cumplan
con determinados requisitos sustanciales, como son: i) el que sean permitidas
como costo o gasto de la empresa para efectos del Impuesto a la Renta y ii) el
que sean destinadas a operaciones por las que se deba pagar el impuesto.
Al respecto, debe sealarse que en nuestra legislacin el Impuesto
General a las Ventas ha sido estructurado bajo la tcnica del valor agregado,

por lo que su objeto no es gravar el valor total del consumo, sino el mayor valor
o valor agregado que el bien o servicio adquiere en cada etapa del circuito de
produccin, distribucin y/o comercializacin.
El mtodo para determinar el valor agregado que ha recogido nuestro
ordenamiento es el de sustraccin o deduccin sobre base financiera de tipo
impuesto contra impuesto, en la medida en que para determinar el impuesto a
pagar, se permite la deduccin, como crdito fiscal, del impuesto abonado en la
adquisicin de bienes o servicios destinados a operaciones gravadas.
Cabe indicar que se trata de un sistema de deducciones amplias, toda
vez que se otorga crdito fiscal por todas la adquisiciones que realice el sujeto
para el desarrollo de sus actividades (sea que se trate de insumos que se
integren fsicamente al bien, o que se consuman en el proceso o que sean
gastos de la actividad), sistema que es diferente al de los sistemas de
deducciones fsicas en los cuales solo se permite la deduccin de los
insumos, materias primas y envases que integran el producto que se vende, y a
la vez un sistema de deducciones inmediatas, pues permite la deduccin del
total del impuesto que grav las adquisiciones en la liquidacin del perodo que
se efectu la compra.
As, en cada etapa, el intermediario econmico entre el bien, servicio o
contrato de construccin y el consumidor final paga efectivamente el monto del
impuesto que corresponde al valor agregado, a fin de que el Impuesto al
Consumo, el mismo que ingresa al fisco en cada fase del proceso econmico,
sea asumido ntegramente por el consumidor final, de manera tal que el
impuesto se traslade a los precios sin originar en estos el efecto de
acumulacin (doble o mltiple imposicin) y piramidacin (clculo del margen
de utilidad sobre una base que contiene el impuesto).
De este modo, se puede concluir que todo crdito fiscal necesariamente
generar un dbito fiscal, por lo que si el bien cuya adquisicin gener un
crdito fiscal, no es posteriormente incorporado como valor agregado al bien
transferido al haberse destruido, perdido o sustrado, dicha situacin
determinar, en principio, la devolucin del crdito fiscal, toda vez que no se
permitir la generacin de un dbito fiscal, rompindose el esquema impuesto
contra impuesto.
Por tanto cabe afirmar que la finalidad de la norma reglamentaria
contenida en el numeral 4) del artculo 6 del Decreto Supremo N 29-94-EF,
modificado por Decreto Supremo N 136-96-EF, era evitar que un bien que al
momento de su adquisicin estaba destinado a operaciones gravadas con el
Impuesto General a las Ventas y que, en tal sentido, poda generar en principio
el derecho a utilizar el crdito fiscal, pudiera posteriormente, no ser utilizado en
operaciones afectas con el Impuesto, por lo que en este caso el bien dejara de
cumplir con el requisito previsto en el artculo 18 de la Ley del Impuesto
General a las Ventas, debiendo procederse en consecuencia al reintegro del
crdito fiscal utilizado, conforme con el criterio recogido por este Tribunal en
sus Resoluciones Ns. 304-4-2000 y 0419-1-2000 de 31 de marzo y 7 de julio

de 2000, que si bien estn referidas a normas que estuvieron vigentes en


perodos anteriores, responden a casos similares al presente [3].
En ese sentido, la referida norma se encontraba sustentada en la propia
Ley del Impuesto General a las Ventas, especficamente en su artculo 18, que
establece que el derecho a deducir el crdito fiscal solo puede nacer de
aquellas adquisiciones de bienes y servicios gravados destinados, a su vez, a
operaciones gravadas con el impuesto, por lo que al encontrarse vinculada a la
propia estructura del impuesto, cuyo mtodo para determinar el valor agregado
est previsto en el citado artculo 18, no puede concluirse que se trataba de
una norma que vulneraba el principio de legalidad al exceder lo contemplado
en la ley respecto al reintegro del crdito fiscal, sino de una norma acorde con
la tcnica del impuesto que tena su sustento en la propia ley.
Por lo tanto, de acuerdo con lo expuesto, se tiene que la Resolucin de
Determinacin N 102-3-02010 girada en base al numeral 4) del artculo 6 del
Decreto Supremo N 29-94-EF, modificado por Decreto Supremo N 136-96-EF,
se encuentra arreglada a ley, por lo que procede su cobro.
Finalmente, cabe indicar que con fecha 4 de marzo de 2002 se llev a
cabo el informe oral solicitado por la recurrente, con la asistencia de ambas
partes, segn se desprende de la Constancia de Informe Oral N 007-2002-EF.
Con las vocales Olano Silva, Zegarra Mulanovich y Caller Ferreyros, a
quien se llam para completar Sala, y e interviniendo como ponente la vocal
Zegarra Mulanovich.
RESUELVE:
Declarar INFUNDADA la apelacin de puro derecho interpuesta contra la
Resolucin de Determinacin N 102-3-02010.
Regstrese, comunquese y remtase a la Intendencia Regional Ica de la
SUNAT, para sus efectos.
OLANO SILVA, vocal
ZEGARRA MULANOVICH, vocal
CALLER FERREYROS, vocal.
Ezeta Carpio
Secretario Relator
ZM/EC/RI/njt

SI LA BENEFICENCIA ALQUILA UN INMUEBLE DE SU PROPIEDAD LA


SUNAT PODR EMBARGARLO?

RTF. N 00661-5-2003
TRIBUNAL FISCAL
Interesado :
Sociedad de Beneficiencia Pblica de Trujillo
Asunto
:
Queja
Fecha
:
12 de febrero del 2003 (pgina web del Tribunal Fiscal)
El inmueble materia del embargo no constituye un bien de dominio pblico no
obstante que pertenezca a la Beneficiencia, pues parte del mismo se destina a
playa de estacionamiento vehicular, percibindose por ese concepto ingresos
gravados, y la otra parte es alquilada a un tercero. En consecuencia, al
ejercerse derecho de propiedad sobre el citado inmueble, no puede otorgrsele
el mismo trato jurdico que a los bienes del dominio privado del Estado, por lo
cual s cabe su embargo.
TRIBUNAL FISCAL N 00661-5-2003
EXPEDIENTE N
INTERESADO
TRUJILLO
ASUNTO

4685-2002

SOCIEDAD DE BENEFICENCIA PBLICA DE

Queja

PROCEDENCIA

FECHA

Lima, 12 de febrero de 2003

La Libertad

VISTA la queja interpuesta por SOCIEDAD DE BENEFICENCIA


PBLICA DE TRUJILLO en contra de las Resoluciones de Cobranza Coactiva
Ns. 06107010943 y 06107010945.
CONSIDERANDO:
Que la quejosa sostiene lo siguiente:
1.
La resolucin de cobranza coactiva materia de queja es nula, toda
vez que emite un pronunciamiento anticipado, al estar pendiente de resolver el
recurso de apelacin interpuesto contra la Resolucin Coactiva N
0601070942.
2.
No se ha tenido en cuenta que se ha presentado recurso de
reclamacin, dentro del plazo de ley, contra las rdenes de pago materia de
cobranza.
3.
Los bienes de la sociedad de beneficencia son bienes del Estado,
por lo que resultan inembargables.
4.
Los actos de disposicin de la beneficencia se realizan en
representacin del Estado, por lo que se encuentran inafectos del Impuesto
General a las Ventas.

Que de lo actuado se tiene:


De acuerdo con lo dispuesto por el artculo 155 del Cdigo Tributario,
cuyo Texto nico Ordenado ha sido aprobado por el Decreto Supremo N 13599-EF, la queja en materia tributaria se presenta ante el Tribunal Fiscal cuando
existan actuaciones o procedimientos que afecten directamente al interesado o
infrinjan lo establecido en el mencionado Cdigo.
A travs de las quejas interpuestas, se solicita que se dejen sin efecto
las Resoluciones de Cobranza Coactiva Ns. 06107010943 y 06107010945,
mediante las que se solicitaba el pago de las rdenes de Pago Ns.
061010024912,
061010025481,
061010026089,
061010026699
y
061010027332, emitidas por el Impuesto General a las Ventas correspondiente
al periodo comprendido entre setiembre de 2001 y enero de 2002.
Antes de iniciar el anlisis de la queja, cabe realizar un breve resumen
de los antecedentes de la misma, sobre la base de los documentos que obran
en el expediente:
1.
El Expediente N 06106027125 est vinculado a la cobranza,
entre otros, del Valor N 061010024912.
2.
El Expediente N 06106027412 se refiere a la cobranza, entre
otros, del Valor N 061010025481.
3.
El Expediente N 06106027721 tiene por objeto la cobranza, entre
otros, del Valor N 061010026089.
4.
El Expediente N 06106027993 se relaciona con la cobranza,
entre otros, del Valor N 061010026699.
5.
El Expediente N 06106028366 se refiere a la cobranza, entre
otros, del Valor N 061010027332.
6.
Mediante Resolucin Coactiva N 06107010349 de fecha 1 de
marzo de 2002, se acumularon los Expedientes Ns. 06106027125,
06106027412, 06106027721 y 06106027993, agrupndose bajo el primero.
7.
Por Resolucin Coactiva N 06107010942 de fecha 1 de julio de
2002, se acumul a los expedientes anteriormente citados, el N 06106028366.
8.
Mediante Resolucin N 06107010943 de fecha 1 de julio de
2002, se orden trabar embargo en forma de inscripcin sobre el inmueble
ubicado en la Calle Mariscal de Orbegoso Ns. 325, 329 y 341, por la deuda
correspondiente a las rdenes de Pago Ns. 061010024912, 061010025481,
061010026089, 061010026699 y 06101002733, materia del Expediente N
061060027125 (bajo cuya numeracin se encontraban los expedientes
acumulados).

9.
Por Resolucin Coactiva N 06107010945 de fecha 1 de julio de
2002 se orden embargo en forma de retencin a terceros sobre los derechos
de crditos, las acreencias, los bienes, los valores y los fondos de los que la
quejosa sea titular, por la deuda exigible a esa fecha, correspondiente a los
valores citados.
Ahora bien, mediante Provedo N 1430-5-2002 de fecha 4 de octubre de
2002, se solicit a la Administracin un informe en el que se especifique: i) el
estado en que se encontraban los valores materia de cobranza, ii) las medidas
de embargo trabadas y el estado en que se encontraban y iii) si la quejosa
haba sido transformada en Fundacin SRP (1), en aplicacin de la Ley N
26918.
En respuesta al citado provedo, la Administracin remiti el Informe N
62-2002-SUNAT/IC0320, en el cual se indica que la Orden de Pago Ns.
061010024912 fue apelada con fecha 25 de julio de 2002, y las rdenes de
Pago Ns. 061010025481, 061010026089, 061010026699 y 06101002733,
fueron reclamadas el 26 de julio de 2002, encontrndose pendientes de
resolucin.
Al respecto, el inciso d) del artculo 115 del Cdigo Tributario establece
que constituye deuda exigible coactivamente la que conste en una orden de
pago notificada conforme a ley, lo que se aprecia que ocurre en el presente
caso, y si bien la quejosa alega que ha presentado recursos de reclamacin
dentro del plazo de ley contra los referidos valores, no ha acreditado que exista
circunstancia de que la cobranza podra ser improcedente como exige el
artculo 119 del citado Cdigo [1].
De otro lado, de acuerdo con la informacin proporcionada por la
Administracin, los valores citados forman parte de los distintos expedientes
agrupados bajo el N 06106027125, el que ha sido materia de las Resoluciones
de Cobranza Coactiva Ns 06107010943 y 06107010945, siendo estas las
nicas resoluciones que ordenan la adopcin de embargos, las que a la fecha
no han sido levantados.
Al respecto, la quejosa sostiene que no procede la cobranza coactiva
porque sus bienes son inembargables.
Pues bien, el artculo 17 del Decreto Legislativo N 356 establece que
los bienes inmuebles de las sociedades de beneficencias tienen los mismos
atributos, calidades y derechos que los bienes del Estado.
De otro lado, el artculo 4 de la Ley N 26918, vigente desde el 24 de
enero de 1998, seala que mediante resolucin suprema las sociedades de
beneficencia pblica y juntas de participacin social reguladas por el Decreto
Legislativo N 356 adoptarn la naturaleza y el rgimen jurdico de fundaciones
reguladas por el Cdigo Civil.
Por su parte el artculo 6 de la ley establece que los bienes que integran
el patrimonio de las sociedades de beneficencia pblica transformadas en

fundaciones, no constituyen bienes de propiedad fiscal, ni son considerados


como fondos pblicos
A su vez, por el Decreto Supremo N 008-98-PROMUDEH, vigente
desde el 8 de agosto de 1998, se aprobaron las normas sobre el
reordenamiento de las beneficencias y el procedimiento para la transformacin
de las mismas en fundaciones. De acuerdo a lo previsto por el decreto, se
iniciara un proceso de reordenamiento de las beneficencias, correspondiendo
al INABIF realizar una evaluacin dirigida a determinar si las beneficencias
pueden seguir operando como tales, decidiendo en caso contrario que se
realice una fusin o escisin de las mismas.
De acuerdo con lo previsto en el artculo 10 del decreto, si del anlisis
efectuado se concluye que no se requiere implementar en una beneficencia
ningn proceso de fusin o escisin, el INABIF puede, a solicitud del directorio
de la propia beneficencia, proceder a proponer la resolucin suprema que
autoriza la transformacin en fundacin, sin perjuicio de realizar las acciones
previas que se requieran y formular el expediente tcnico sustentatorio.
En ese sentido, el artculo 21 del decreto indica que la solicitud de una
beneficencia para su transformacin en Fundacin SPR, ser tramitada ante el
rgano rector, para lo cual se elaborar el expediente tcnico respectivo.
Posteriormente, la quinta disposicin del Decreto Supremo N 008-002MIMDES, vigente desde el 28 de agosto de 2002, establece la constitucin de
una comisin de trabajo sectorial bajo la direccin de un representante de la
alta direccin del Ministerio de Educacin y Salud, con participacin de un
representante del INABIF, uno de las sociedades de beneficencia pblica y uno
por cada uno de los sectores de educacin y salud, con la finalidad de
presentar al despacho ministerial en el plazo de treinta (30) das tiles a partir
de la instalacin de la comisin una propuesta legislativa de reorganizacin
integral y descentralizacin, relacionada con las sociedades de beneficencia
pblica.
Ahora bien, mediante Oficio N 217-02-SBT/P de fecha 22 de noviembre
de 2002, la quejosa manifiesta que de conformidad con las normas citadas, se
encuentra en proceso de transformacin, encontrndose a dicha fecha en la
etapa de instalacin de la comisin encargada de la reorganizacin integral y
descentralizacin de las sociedades de beneficencias a nivel nacional.
De lo expuesto se concluye que a la fecha, la quejosa no ha sido
transformada en fundacin, sino que nicamente forma parte de un proceso de
reorganizacin integral y descentralizacin, teniendo an la calidad jurdica de
beneficencia pblica.
De esta manera, resulta aplicable el artculo 17 del Decreto Legislativo
N 356, de acuerdo al cual los bienes inmuebles de las sociedades de
beneficencias tienen los mismos atributos, calidades y derechos que los bienes
del Estado.

Al respecto, mediante la Ley N 26599, se modific el numeral 1) del


artculo 648 del Cdigo Procesal Civil, establecindose que son inembargables
los bienes del Estado, y que las resoluciones judiciales o administrativas,
consentidas o ejecutoriadas que dispongan el pago de obligaciones a cargo del
Estado, solo sern atendidas con las partidas previamente presupuestadas del
Sector al que correspondan.
Se debe tener en cuenta que como consecuencia de un proceso de
inconstitucionalidad iniciado contra la norma anterior, el Tribunal Constitucional,
mediante Sentencia de 30 de setiembre de 1997 (Expediente N 006-97AI/TC.Lima), ha declarado fundada en parte la demanda de inconstitucionalidad
interpuesta contra la Ley N 26599, en el extremo que introduce el inciso
primero en el artculo 648 del Cdigo Procesal Civil, con el tenor ya citado. En
la resolucin se precisa que subsiste la vigencia del artculo 73 de la
Constitucin, segn el cual son inembargables los bienes del Estado de
dominio pblico (2).
En ese sentido, corresponde analizar si los bienes materia de las
medidas cautelares tienen la calidad de bienes de dominio pblico, supuesto en
el cual no seran susceptibles de dichas medidas.
Ahora bien, cabe precisar que este anlisis solo se debe realizar
respecto de los bienes inmuebles de la quejosa, pues la aplicacin del rgimen
jurdico de los bienes del estado no alcanza a los bienes muebles, de acuerdo
a lo previsto en el artculo 17 del Decreto Legislativo N 356.
Para ello, se debe tener en cuenta el anlisis expuesto en el Resolucin
del Tribunal Fiscal N 05434-5-2002, que fue publicada el 15 de octubre de
2002 como jurisprudencia de observancia obligatoria.
Como parte del anlisis de la citada resolucin se estableci que en
cuanto a los bienes del Estado, el dominio que sobre ellos ejerce este, puede
ser pblico o privado [2]; en el primer caso se incluyen los bienes que son de
uso pblico y pertenecen a la totalidad nacional y por ello son imprescriptibles e
inalienables; en el segundo, se ubican los bienes de propiedad privada, como
las tierras situadas dentro del territorio que carecen de otro dueo o los que
posee en las mismas condiciones que un particular, como fundos rsticos o
tiendas comerciales.
La idea de bienes de dominio pblico del Estado solo se explica en tanto
que representa a la nacin, pues lo pblico, como su nombre lo indica,
involucra a todos, es la pluralidad de individuos que conforman la comunidad la
que lo alberga, encontrndose bajo la administracin y proteccin de los
rganos que se encuentran en el gobierno (3).
En este sentido, el criterio para distinguir ambos tipos de bienes atiende
bsicamente al destino o uso asignado al bien, considerando a un bien de
dominio pblico, cuando se encuentra afectado al uso pblico (4).

La clasificacin de los bienes del Estado en bienes de dominio pblico y


de dominio privado ha sido asumida tambin por el Tribunal Constitucional, en
su sentencia de 30 de enero de 1997 recada en el Expediente N 006-97AI/TC LIMA, sealando que en el primer supuesto ejerce administracin de
carcter tuitivo y pblico y en el segundo ejerce la propiedad como cualquier
persona de derecho privado.
Teniendo en cuenta lo expuesto, de acuerdo con lo sealado por la
Administracin en Informe N 055-2002-SUNAT/ICO320, el inmueble materia
del embargo, no constituye un bien de dominio pblico, pues parte del mismo
se destina a playa de estacionamiento vehicular, percibiendo por ese concepto
ingresos gravados la quejosa; y la otra parte del local es alquilado a un hotel de
la ciudad.
Se observa entonces que la quejosa ejerce el derecho de propiedad
sobre el citado inmueble, como persona de derecho privado, por lo que al
otorgrseles el mismo trato jurdico que a los bienes de dominio privado del
Estado, stos si pueden ser objeto de un embargo [3].
Con las vocales Olano Silva, Zegarra Mulanovich y Caller Ferreyros, a
quien se llam para completar Sala, e interviniendo como ponente la vocal
Zegarra Mulanovich.
RESUELVE:
Declarar INFUNDADA la queja interpuesta.
Regstrese, comunquese y remtase a la Intendencia Regional La
Libertad de la SUNAT, para sus efectos.
OLANO SILVA, vocal
ZEGARRA MULANOVICH, vocal
CALLER FERREYROS, vocal
Ezeta Carpio
Secretario relator
ZM/EC/ICH/njt

REMUNERACIN DEL NOTARIO ES DEDUCIBLE COMO GASTO PARA


EFECTOS DEL IMPUESTO A LA RENTA?
RTF N1028-1-2001
TRIBUNAL FISCAL
Interesado :
Amarilis Ramrez Vsquez
Asunto
:
Impuesto a la renta y multa

Procedencia :
Piura
Fecha
:
14 de agosto del 2001
El egreso efectuado por concepto de retribucin al titular de la empresa
unipersonal, que en este caso labora como notario, ser deducible como gasto,
siempre que se pruebe que el titular de la empresa efectivamente trabaja en el
negocio.
EXPEDIENTES

: 2515-99 y 2517-99

INTERESADO

: AMARILIS RAMREZ DE VSQUEZ

ASUNTO

: Impuesto a la Renta y Multa

PROCEDENCIA
FECHA

: Piura

: Lima, 14 de agosto de 2001

Vista la apelacin de puro derecho interpuesta por AMARILIS RAMREZ


DE VSQUEZ contra la Resolucin de Determinacin N 082-03-0000047 y la
Resolucin de Multa N 082-02-0000101, emitidas por la Intendencia Regional
Piura de la Superintendencia Nacional de Administracin Tributaria, por
concepto de Impuesto a la Renta de 1998 y la comisin de la infraccin
tipificada en el numeral 2 del artculo 178 del Cdigo Tributario,
respectivamente.
CONSIDERANDO:
Que la recurrente manifiesta ser una empresa unipersonal dedicada
exclusivamente a prestar servicios notariales y que en tal sentido, no procede
que la Administracin le desconozca su derecho a enviar al gasto la
remuneracin atribuida a ella en su calidad de notaria;
Que sostiene que el hecho que se considere a la notara como entidad
preceptora de rentas de tercera categora, conlleva a que se le aplique el
artculo 37 del Decreto Legislativo N 774 [1], conforme al cual para determinar
la renta neta, se deducir de la renta bruta los gastos necesarios para
producirla y mantener su fuente, dentro de los que se encuentra la
remuneracin que se asigna al notario, quien es un elemento determinante
para la existencia, mantenimiento y sostenimiento de la fuente donde se genera
la renta;
Que agrega que resulta inaceptable que se le considere contribuyente
con la tasa del 30%, pero que para efectos de determinar su renta neta, no se
acepte elementos deducibles para el resto de integrantes de dicha categora,
como es el caso del sealado en el inciso n) del artculo 37 del Decreto
Legislativo N 774;
Que atendiendo a la vinculacin existente entre los Expedientes Ns.
2515-99 y 2517-99, en virtud de lo dispuesto en el artculo 67 del Texto nico

Ordenado de la Ley de Normas Generales de Procedimientos Administrativos


aprobado por Decreto Supremo N 002-94-JUS [2], se procede a su
acumulacin;
Que de conformidad con lo establecido en el artculo 151 del Texto nico
Ordenado del Cdigo Tributario aprobado por Decreto Supremo N 135-99-EF
[3], procede calificar las presentes apelaciones como de puro derecho, siendo
el asunto en controversia, determinar si la recurrente puede deducir como
gastos para efecto de determinar la renta neta de tercera categora, los montos
que se atribuye como remuneracin;
Que de acuerdo a lo establecido en el inciso c) del artculo 28 de la Ley
del Impuesto a la Renta aprobada por Decreto Legislativo N 774, son rentas
de tercera categora, las que obtengan los notarios;
Que el inciso f) del artculo 14 del citado decreto legislativo dispone que
son contribuyentes del impuesto las empresas unipersonales, y que las rentas
que obtienen se atribuyen al titular, quin determinar y pagar el Impuesto por
dichas rentas, en forma independiente, conforme a las reglas aplicables para
las personas jurdicas;
Que conforme a lo indicado en el inciso n) del artculo 37 del Decreto
Legislativo N 774, a fin de establecer la renta de neta de tercera categora son
deducibles las remuneraciones que por todo concepto correspondan a
accionistas de personas jurdicas en tanto se prueben que trabajan en el
negocio;
Que el literal ll) del artculo 21 del Reglamento de la Ley del Impuesto a
la Renta aprobado por Decreto Supremo N 122-94-EF establece que la
deduccin a que se refiere el literal n) del artculo 37 de la Ley comprende entre
otras, las retribuciones que se le asigne al titular de la empresa unipersonal.
Que la recurrente se encuentra inscrita en los registros de la
Administracin como una persona natural con empresa unipersonal:
Que atendiendo a las normas antes glosadas y a lo sealado en las
Resoluciones del Tribunal Fiscal Ns. 89-1-2000 y 389-1-2000, el egreso
efectuado por concepto de retribuciones [4] al titular de la empresa unipersonal
ser deducible como gasto, siempre que se pruebe que el titular de la empresa
trabaja en el negocio circunstancia que se da en el presente caso, por lo que
procede dejar sin efecto el reparo a que se refiere la resolucin de
determinacin impugnada, as como la resolucin de multa sustentada en el
citado valor;
De acuerdo con el dictamen de la Vocal Casalino Mannarelli, cuyos
fundamentos se reproduce;
Con las Vocales Cogorno Mannarelli, cuyos fundamentos se reproduce;

Con las Vocales Cogorno Prestinoni. Casalino Mannarelli y Pinto de


Aliaga:
RESUELVE:
Declarar FUNDADA la apelacin de puro derecho interpuesta, dejndose
sin efecto la Resolucin de Determinacin N 082-03-0000047 y la Resolucin
de Multa N 082-02-0000101.
Regstrese, comunquese y devulvase a la Intendencia Regional Piura
de la Superintendencia Nacional de Administracin Tributaria, para sus efectos.

CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO


RESUELTA LA APELACIN CONTRA LA BUENA PRO CUNTO DEBE
ESPERARSE PARA SUSCRIBIR EL CONTRATO?
INTEGRADAS LAS BASES DEL PROCESO DE SELECCIN PUEDEN SER
CUESTIONADAS?

RESUELTA LA APELACIN CONTRA LA BUENA PRO CUNTO DEBE


ESPERARSE PARA SUSCRIBIR EL CONTRATO?

Resolucin N 085/2003.TC-S1
TRIBUNAL DE CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO
Recurrente :
Keint Construcciones S.R.L. y otro
Entidad
:
Municipalidad Distrital de Cayalt
Materia
:
Otorgamiento de Buena Pro (ADS)
Fecha
:
24 de enero del 2003
Sin aguardar siquiera al cumplimiento de los plazos que la normatividad
expresamente regula para la interposicin del recurso de revisin, y actuando
con inusitada celeridad, la entidad requiri al postor a los dos das hbiles de
haberse vencido el plazo para impugnar en revisin a fin de que concurra al da
siguiente a sus oficinas para la firma del contrato de obra, cuando el inciso 2
del artculo 118 del Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones
del Estado prescribe que dicha citacin debe efectuarse con no menos de cinco
das de anticipacin a la fecha fijada para la suscripcin. La entidad no asumi
la mnima diligencia para verificar si ante el Tribunal se haba interpuesto o no
un recurso de revisin.
Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado
Resolucin N 085/2003.TC-S1
Sumilla: De conformidad con el artculo 57 del Texto nico Ordenado
(T.U.O.) de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, el Tribunal en
los casos que conozca declarar nulos los actos administrativos expedidos por
las entidades, cuando hayan sido dictados en contravencin de las normas
legales, prescindan de las normas esenciales del procedimiento o de la forma
prescrita por la normatividad aplicable.
Lima, 24.ENE.2003
Visto, en sesin de la Primera Sala Mixta del Tribunal de Contrataciones
y Adquisiciones del Estado de fecha 23.01.2003, el Expediente N
1120/2002.TC y N 1121/2002.TC acumulados sobre los recursos de revisin
interpuestos por las empresas KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L. y
CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L. contra la Resolucin de Alcalda N 377MDC, referente al acto de otorgamiento de la Buena Pro de la Adjudicacin
Directa Selectiva N 001-2002-MDC, convocada por la Municipalidad Distrital
de Cayalt, realizados los informes orales el 14.01.2003; y atendiendo a los
siguientes:
ANTECEDENTES:
1. Mediante Oficios N 404-002/MDC, N 405-002/MDC, N 406002/MDC, N 407-002/MDC, N 408-002/MDC, N 409-002/MDC, N 410002/MDC y N 412-002/MDC, todos de fecha 09.10.2002, cursados a los Ing.
Luis Ortiz Snchez, Enrique Flores Vizconde, Jos Ricardo Snchez Glvez,
Vctor Hugo Santa Cruz Allende, Edmundo Guerrero Vsquez, Eduardo Maco
Carrasco, Csar Tiparra De los Santos y al Captulo de Ingeniera Civil del

Colegio de Ingenieros del Per, respectivamente, as como mediante Oficio N


411-002/MDC del 10.10.2002, cursado a la Comisin de Promocin de la
Pequea y MicroempresaPROMPYME de Lambayeque, la Municipalidad
Distrital de Cayalt convoc a la Adjudicacin Directa Selectiva N 001-2002MDC para la contratacin de la obra: Pavimentacin Av. 28 de Julio: Asfalto en
Fro, bajo el sistema de suma alzada, por un plazo de cuarenta (40) das
calendario y con un valor referencial ascendente a S/. 192 974,80 (Ciento
Noventa y Dos Mil Novecientos Setenta y Cuatro y 80/100 Nuevos Soles),
incluido el Impuesto General a las Ventas.
2. Con fecha 25.10.2002, se llev a cabo el acto de apertura de sobres
de las propuestas tcnica y econmica y de otorgamiento de la buena pro.
Durante el mismo, el Comit Especial del proceso de seleccin recibi
propuestas tcnicas vlidas de los siguientes postores: (1) Ing. Eifed Carrasco
Prez; (2) Ing. Diego Antonio Ugaz Medina; (3) Ing. Ramiro Champon
Champon; (4) INPROCONSA; (5) KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L.; y (6)
CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L. Sin embargo, el sobre tcnico del Ing.
Luis Ortiz Snchez fue eliminado, porque no cumpli con presentar la
declaracin jurada de maquinaria y equipos propios o de terceros, que las
Bases exigan.
Posteriormente, se procedi a abrir el sobre de propuestas econmicas,
habiendo sido calificadas favorablemente los siguientes postores: (1) Ing. Diego
Antonio Ugaz Medina; (2) INPROCONSA; (3) KEINT CONSTRUCCIONES
S.R.L.; y (4) CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L. La propuesta econmica del
Ing. Eifed Carrasco Prez, si bien obtuvo el mximo puntaje previsto por las
Bases, no recibi el porcentaje de bonificacin adicional por empresa local, en
vista de tratarse de una empresa de otro departamento. Asimismo, la propuesta
econmica del Ing. Ramiro Champon Champon fue eliminada pues
present una oferta menor al noventa por ciento (90%) del valor referencial del
proceso de seleccin.
Toda vez que los cuatro (4) postores que calificaron tcnica y
econmicamente empataron con un puntaje total de ciento diez (110) puntos, el
Comit Especial procedi a efectuar el sorteo previsto en el inciso d) del
artculo 73 del Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del
Estado (1) [1], por cumplir dichos postores con los requisitos indicados en los
incisos a), b) y c). De acuerdo con los resultados del sorteo, el orden de
prelacin fue el siguiente: (1) KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L.; (2)
CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L.; (3) ING. DIEGO ANTONIO UGAZ
MEDINA; y (4) INPROCONSA. Por tanto, otorg la buena pro al primero de los
nombrados, por una oferta econmica ascendente a S/. 169 592,56 (Ciento
Sesenta y Nueve Mil Quinientos Noventa y Dos y 56/100 Nuevos Soles),
incluido el Impuesto General a las Ventas.
3. Mediante Oficios N 001-2002/MDC-CEADSO y N 002-2002/MDCCEADSO, ambos del 29.10.2002 y recibidos en esta misma fecha, cursados a
PROMPYME Lambayeque y al postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L., se
notific el otorgamiento de la buena pro.

4. Con fecha 31.10.2002, se llev a cabo el acto de verificacin de


maquinaria y equipo ofertado por el postor ganador de la buena pro. En esta
diligencia, el Comit Especial del proceso de seleccin constat la existencia y
verific las caractersticas de la maquinaria y equipo propuesto por el postor
KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L., dando conformidad a su operatividad.
5. Con fecha 04.11.2002, el postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ
MEDINA interpuso recurso de apelacin contra el otorgamiento de la buena pro
a favor del postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L. y contra el otorgamiento
del segundo lugar de ubicacin a favor del postor CONSTRUCTORA SIGLO
XXI S.R.L., solicitando ms bien se le otorgue a l la buena pro del proceso de
seleccin. El apelante ampar su recurso en que ambas empresas haban
actuado en contubernio en el proceso de seleccin, haban presentado
declaraciones juradas de equipo mnimo con contenido falso, pues el postor
KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L. haba declarado tener a su disposicin un
tanque imprimador de 2,000 galones, marca Dodge, ao 1980 y un rodillo
tandem esttico autopropulsado de 8 toneladas, marca Dynapac, ao 1985,
cuando en realidad el tanque tena una capacidad de 1,500 galones (que,
adems, incumpla con las Bases ya que estas solicitaban un camin
imprimador de 1,800 galones) y el rodillo era de propiedad de la empresa
CONSTRUCTORA SIGLO 21 S.R.L. (que era una persona jurdica distinta de
CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L.); mientras que el postor
CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L. haba declarado, mediante carta de
compromiso de alquiler, contar con un tanque imprimador de 2,000 galones y
un rodillo tandem esttico autopropulsado de 8 toneladas, ambos de propiedad
del postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L., siendo que esta ltima no
posea el indicado equipo.
6. Mediante Carta N 238-2002/KEINT del 06.11.2002, recibida con
fecha 07.11.2002, el postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L. puso en
conocimiento del Comit Especial de la Adjudicacin Directa Selectiva N 0012002-MDC, en relacin con el recurso de apelacin interpuesto por el postor
ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA, que este estaba tratando de
sorprender a la Entidad, ya que haba presentado una declaracin jurada de
equipo mnimo en la cual haba falseado la verdad en los siguientes rubros:
a.
El camin imprimador propuesto no era de propiedad del Sr.
Tefilo Hernndez Burgos, como se haba declarado, sino de los Srs. Juan
Manuel Bazn Burgos y Tefilo Bernardino Hernndez Burgos, por lo que estos
debieron firmar el compromiso de alquiler, adems que la carrocera del citado
camin imprimador corresponda a un camin cisterna.
b.
Los cuatro camiones volquetes declarados de propiedad del Sr.
Willy Carpio Guerrero eran solo tres, uno de los cuales inclusive perteneca a la
hermana del citado, Srta. Nelly Carpio Guerrero.
c.
El tractor de oruga caterpillar declarado como ubicado fsicamente
en la ciudad de Chiclayo, se encontraba ubicado en la ciudad de Piura.

d.
El rodillo liso vibratorio de 17 a 27 toneladas que haba sido
ofertado, no cumpla con las especificaciones tcnicas de las Bases que pedan
un rodillo liso con capacidad de 10 a 12 toneladas.
7. Con fecha 12.11.2002, el postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L.
absolvi el traslado del recurso de apelacin, manifestando que era la
propietaria tanto del tanque imprimador de 2,000 galones (adquirido al Sr.
Pedro A. Carrasco Fiestas, segn Factura N 001-001218) como del rodillo
tandem esttico autopropulsado (adquirido a la empresa CONSTRUCTORA
SIGLO XXI S.R.L., segn contrato privado del 25.09.2002). Agreg, con
relacin a esta ltima, que era falso que ella fuese una persona jurdica distinta
de la empresa CONSTRUCTORA SIGLO 21 S.R.L., ya que en la factura que
sustent la operacin de compraventa, se consign errneamente con nmeros
arbigos la razn social del vendedor. Finalmente, reiter las afirmaciones
vertidas en su anterior escrito, respecto de la falsedad de la declaracin jurada
de equipo mnimo del postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA, en los
extremos relativos a los camiones volquetes y al camin imprimador.
8. Con fecha 18.11.2002, el postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ
MEDINA contest el traslado de la absolucin formulada por el postor KEINT
CONSTRUCCIONES S.R.L., sealando lo siguiente:
a.
En cuanto a la declaracin jurada de equipo mnimo del postor
KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L., reiter que el tanque imprimador de 2,000
galones que este propuso no exista, por lo que tach de nula y sin ningn
mrito el Acta de Verificacin de Maquinaria y Equipo Ofertado levantada por el
Comit Especial del proceso de seleccin. Asimismo, rest veracidad y eficacia
legal al contrato privado de compraventa del tandem esttico autopropulsado
que el postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L. present para demostrar que
era el propietario de dicho equipo, reafirmando el contubernio existente entre la
mencionada empresa y el postor CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L.
b.
En cuanto a su propia declaracin jurada de equipo mnimo, el
postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA indic que: (1) el camin
volquete de propiedad de la Srta. Nelly Carpio Guerrero, fue entregado por esta
a su hermano Sr. Willy Carpio Guerrero para que lo explotara, por lo que era
ajustada a la verdad la disponibilidad de dicho equipo suscrita por el citado
otorgante; y (2) el camin imprimador ofertado era de propiedad de los Sres.
Juan Manuel Bazn Burgos y Tefilo Hernndez Burgos, por lo que el
compromiso de alquiler poda ser otorgado por cualquiera de los copropietarios,
de acuerdo con el artculo 973 del Cdigo Civil.
9. Mediante Resolucin de Alcalda N 377-MDC del 19.11.2002,
notificada en esta misma fecha al postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ
MEDINA, la Entidad le otorg la buena pro para la ejecucin de la obra
Pavimentacin Av. 28 de Julio: Asfalto en Fro, por los siguientes
fundamentos:
a.
Se ha demostrado la falta de veracidad, moralidad y transparencia
del contenido de la declaracin jurada de equipo mnimo otorgada por el postor

KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L., corroborada por el Acta de Constatacin


Policial del 19.11.2002.
b.
Se ha establecido que el camin volquete ofertado por el postor
ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA fue otorgado en compromiso por el Sr.
Willy Carpio Guerrero, quien contaba con autorizacin de la propietaria Srta.
Nelly Carpio Guerrero; mientras que el camin imprimador propuesto era de
propiedad de los Sres. Juan Manuel Bazn Burgos y Tefilo Hernndez Burgos,
por lo que el compromiso de alquiler poda ser otorgado por cualquiera de los
copropietarios.
10.
Con fecha 26.11.2002, subsanado el 27.11.2002, el postor KEINT
CONSTRUCCIONES S.R.L. interpuso recurso de revisin contra la Resolucin
de Alcalda N 377-MDC, el cual dio origen al Expediente N 1120/2002.TC,
solicitando que la buena pro sea ratificada a favor suyo, sobre la base de los
siguientes argumentos:
a.
Con
la
Factura
N
001-001218,
haba
demostrado
fehacientemente haber adquirido del Sr. Pedro A. Carrasco Fiestas, el tanque
imprimador de 2,000 galones propuesto; por lo que escapaban a su
responsabilidad las conclusiones de la constatacin policial aludida en el acto
recurrido, segn la cual no sera cierto el domicilio declarado por el vendedor,
sin haberse tomado en cuenta que ante la Administracin Tributaria, dicho
contribuyente declar contar con dos (2) domicilios en Lambayeque.
b.
La resolucin impugnada haba vulnerado el artculo 171 del
Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado [2], al
haber concedido el otorgamiento de la buena pro al postor que ocup el tercer
lugar en el orden de prelacin, soslayando inclusive al postor que obtuvo el
segundo lugar, sin explicar los hechos ni los antecedentes de la apelacin, la
determinacin de los puntos controvertidos y su correspondiente anlisis y
estudio, ni indicarse expresamente las causales en las que habra incurrido la
impugnante para que se le retire la buena pro.
c.
La Entidad haba festinado la tramitacin de la apelacin resuelta,
lo cual se colige del Acta de Constatacin por ante el Juzgado de Paz de
Cayalt, en la que se demuestra que el acto recurrido de fecha 19.11.2002
haba sido expedido con posterioridad.
11. Con fecha 26.11.2002, subsanado el 27.11.2002, el postor
CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L. interpuso recurso de revisin contra el
otorgamiento de la buena pro de la Adjudicacin Directa Selectiva N 001-2002MDC, decidida mediante la Resolucin de Alcalda N 377-MDC, el cual dio
origen al Expediente N 1121/2002.TC. El impugnante solicit la nulidad del
citado otorgamiento por considerar que se haban producido los siguientes
vicios:
a.
En el acto de otorgamiento de la buena pro, haban participado
tan solo cuatro (4) de los cinco (5) miembros del Comit Especial.

b.
No se le haba corrido traslado del recurso de apelacin
interpuesto, a pesar de ser parte interesada en el resultado del mismo.
c.
No se haban respetado los plazos establecidos para la
tramitacin del recurso de apelacin, en particular el traslado al postor ganador
y al segundo lugar, y la absolucin del traslado.
d.
Se haban festinado trmites en la expedicin de la resolucin
impugnada.
e.
Las Bases contenan una serie de irregularidades pues haban
considerado requisitos, documentos, criterios de evaluacin y procedimientos
que no se ajustaban a la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado ni a
su Reglamento, tales como la falta de frmulas de reajuste.
12.
Mediante Oficio N 020-2002/MDC-CEAO PA28j del 28.11.2002,
notificado en la misma fecha, la Entidad cit al postor ING. DIEGO ANTONIO
UGAZ MEDINA para la suscripcin del contrato de obra, derivado de la
Adjudicacin Directa Selectiva N 001-2002-MDC, a realizarse el da
29.11.2002.
13.
Con fecha 29.11.2002, se celebr el Contrato de Ejecucin de
Obra entre la Entidad y el ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA, para la
Pavimentacin (Asfalto en fro) de la Av. 28 de Julio, bajo el sistema de suma
alzada, en un plazo de treinta (30) das calendario y por un monto de S/. 169
592,56 (Ciento Sesenta y Nueve Mil Quinientos Noventa y Dos y 56/100
Nuevos Soles), con precios al mes de noviembre de 2002, incluidos los
impuestos de ley.
14.
Mediante escrito presentado el 02.12.2002, el postor KEINT
CONSTRUCCIONES S.R.L. ratific y ampli los argumentos expuestos en su
recurso de revisin, indicando lo siguiente:
a.
El camin cisterna ofertado por el postor ING. DIEGO ANTONIO
UGAZ MEDINA en su declaracin jurada era de propiedad del Sr. Ignacio
Narciso Chang Ly y no del Sr. Willy Carpio Guerrero.
b.
El rodillo liso vibratorio propuesto igualmente por el ING. DIEGO
ANTONIO UGAZ MEDINA tena una capacidad de 17 a 27 ton., cuando las
Bases haban solicitado una capacidad de 10 a 12 ton.
c.
La recurrida adoleca de vicios de nulidad, pues no haba
expuesto los hechos, los antecedentes, los puntos controvertidos ni el
desarrollo de los mismos, as como tampoco las razones por las que se
descalific al postor que ocup el segundo lugar.
d.
La Factura N 001-001218 no es falsa, de acuerdo con la consulta
efectuada a la SUNAT.

15.
Con fecha 06.12.2002, la Entidad absolvi el traslado del recurso
de revisin interpuesto por el postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L.,
sosteniendo lo siguiente:
a.
La validez de la Factura N 001-001218, supuestamente emitida
por el Sr. Pedro A. Carrasco Fiestas, debera ser verificada por la SUNAT.
b.
La constatacin policial del domicilio fiscal de la indicada persona
haba demostrado que no resida en la direccin sealada en dicho
comprobante de pago ni que esta estuviera dedicada al giro de fabricacin de
tanques imprimadores.
c.
La resolucin impugnada no adolece de ningn vicio de nulidad,
pues los cuestionamientos del impugnante recaen sobre aspectos formales y
no sustantivos.
d.
No se consider otorgar la buena pro al postor que ocup el
segundo lugar, ya que su declaracin jurada contena los mismos errores de la
del postor impugnante.
e.
No haba habido ninguna festinacin de trmites en la expedicin
de la Resolucin de Alcalda N 377-MDC, dado que la Constatacin Judicial
presentada como prueba, haba sido obtenida con la complicidad del Juez de
Paz interviniente.
16.
Con fecha 07.12.2002, la Entidad absolvi el traslado del recurso
de revisin interpuesto por el postor CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L.,
manifestando lo siguiente:
a.
Los cinco (5) miembros del Comit Especial haban estado
presentes en el otorgamiento de buena pro, no obstante uno de ellos tuvo que
retirarse por motivos personales.
b.
De haber notado alguna irregularidad en dicho acto, el postor
debi haberlo hecho sentar en el acta respectiva.
c.
Se han cumplido los plazos para la tramitacin de la apelacin
presentada contra la empresa KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L., en particular
en lo que respecta a la absolucin del traslado conferido.
d.
Las declaraciones juradas de maquinaria formuladas por los
postores se basan en que ellos declaran la verdad, por lo que su trasgresin
acarrea las consecuencias legales correspondientes.
e.
La evaluacin tcnica realizada sobre los factores de plazo de
ejecucin, obras ejecutadas y experiencia del postor no tuvo ninguna
relevancia sobre el resultado final del proceso de seleccin, y menos an
respecto del postor impugnante que ocup el segundo lugar, ya que todos los
postores obtuvieron el puntaje mximo de setenta (70) puntos, lo cual evidencia
que fueron tratados con criterio de igualdad.

f.
La inclusin de frmulas de reajuste no tena ninguna incidencia
en la ejecucin de los trabajos, ya que se trataba de una obra de treinta das
calendario.
g.
No se consider otorgar la buena pro al postor que ocup el
segundo lugar, ya que su declaracin jurada contena los mismos errores de la
del postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L.
17.
Con fecha 13.12.2002, el postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ
MEDINA absolvi el traslado del recurso de revisin interpuesto por el postor
KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L., en los siguientes trminos:
a.
No exista el tanque imprimador de 2,000 galones de capacidad,
que el postor impugnante haba adquirido supuestamente del Sr. Pedro A.
Carrasco Fiestas, segn la respuesta a la consulta efectuada por esta
recurrente a la SUNAT, en la cual figura como empresa de la indicada persona
a la razn social Servicios Pimentel.
b.
La constatacin judicial por la que se demostrara la festinacin de
los trmites para la expedicin de la Resolucin de Alcalda N 377-MDC,
carece de validez por no reunir los requisitos que la ley exige.
c.
Los cuestionamientos formulados contra la Resolucin de Alcalda
N 377-MDC carecen de sustento de hecho.
d.
El camin cisterna ofertado en la declaracin jurada de
maquinaria, ha sido dado en compromiso de alquiler por el Sr. Willy Carpio
Guerrero quien, en cualquier caso, explota comercialmente dicho bien.
e.
El rodillo liso vibratorio ofertado en la declaracin jurada de
maquinaria, cuya capacidad ha sido cuestionada, lejos de afectar la calidad de
la obra, contribuir a mejorarla.
Finalmente, el postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA expuso
que el contrato para la ejecucin de la obra objeto del proceso de seleccin ya
haba sido firmado y que, inclusive, se encontraba en plena etapa de ejecucin.
18.
Con fecha 13.12.2002, el postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ
MEDINA absolvi el traslado del recurso de revisin interpuesto por el postor
CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L., en los siguientes trminos:
a.
El cuestionamiento respecto de la falta del nmero necesario de
miembros del Comit Especial para otorgar la buena pro carece de
fundamento, toda vez que, de acuerdo con el artculo 38 del Reglamento, los
acuerdos se adoptan por unanimidad o por mayora.
b.
El Acta de Constatacin Judicial, con la cual se pretende
demostrar la festinacin de los trmites en la expedicin de la Resolucin de
Alcalda N 377-MDC, es un documento que adolece de veracidad legal, pues

en ella figura el nombre de la secretaria de la Entidad, sin indicarse el nmero


de su documento de identidad ni consignarse la firma de la citada persona.
c.
Los supuestos vicios de nulidad que el impugnante denuncia
debieron ser puestos de manifiesto en su oportunidad, habiendo guardado
silencio durante tanto tiempo sin formular ninguna observacin a la Entidad o
reclamado de lo que consideraba viciado.
d.
El recurso de revisin interpuesto es extemporneo, ya que el
27.11.2002 culmin el plazo con el que contaba el postor para plantear su
impugnacin.
e.
La Entidad no puede suspender el proceso de seleccin por
cuanto el 29.11.2002 se suscribi el respectivo contrato, siendo que la
notificacin que admite a trmite el recurso de revisin interpuesto fue
efectuada el da 02.12.2002.
f.
No es la primera vez que el postor CONSTRUCTORA SIGLO XXI
S.R.L. incurre en faltar a la verdad, pues en una oportunidad anterior el Tribunal
dict la Resolucin N 563/2002.TC-S2, en la cual dispuso, entre otros
aspectos, iniciar de oficio el procedimiento administrativo sancionador contra la
empresa CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L., en vista de la falta de
congruencia entre lo declarado y lo efectivamente demostrado.
19.
Mediante auto del 20.12.2002, notificado el 23.12.2002 a los
postores ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA y KEINT CONSTRUCCIONES
S.R.L., el da 27.12.2002 a la Entidad y el da 07.01.2003 al postor
CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L., el Tribunal dispuso la acumulacin de
los actuados del recurso de revisin interpuesto por el postor
CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L. (Exp. N 1121/2002.TC) a los actuados
del recurso de revisin interpuesto por el postor KEINT CONSTRUCCIONES
S.R.L. (Exp. N 1120/2002.TC), por haberse advertido elementos conexos que
permiten tramitarse y resolverse conjuntamente, en aplicacin de los principios
de concentracin, economa y celeridad procesal a que se refieren el artculo V
del Ttulo Preliminar y el artculo 149 de la Ley N 27444 Ley del
Procedimiento Administrativo General [3], as como los artculos 83, 84 y 85 del
Cdigo Procesal Civil [4].
20.
Mediante escrito presentado con fecha 24.12.2002, el postor
KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L. manifest que la Entidad y el postor ING.
DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA haban hecho caso omiso a las
impugnaciones que se encuentran en trmite en el Tribunal, pues haban
suscrito el contrato de obra correspondiente y haban dado inicio a la ejecucin
de los trabajos; solicitando, por tanto, se paralice la citada obra y se ponga en
conocimiento de estos hechos al rgano de control interno de la Entidad, a la
Contralora General de la Repblica y a la Fiscala Provincial Penal de Cayalt.
Adicionalmente, reiter sus argumentos en relacin con la persona que le
vendi el tanque imprimador y los vicios de nulidad de que adolece la
Resolucin de Alcalda N 377-MDC.

21. El 14.01.2003 durante la realizacin de los Informes Orales se


confirm que la ejecucin de la obra objeto de la Adjudicacin Directa Selectiva
N 001-2002-MDC, se encontraba en proceso de finalizacin.
22. Con fecha 16.01.2002, y en cumplimiento del requerimiento
formulado por el Tribunal, la Entidad remiti documentacin adicional relativa a
los cargos de notificacin del otorgamiento de la buena pro de la Adjudicacin
Directa Selectiva N 001-2002-MDC y de la Resolucin de Alcalda N 377MDC, a la propuesta tcnica y econmica del postor CONSTRUCTORA SIGLO
XXI S.R.L. y a la citacin al postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA para
la firma del contrato de obra.
FUNDAMENTACIN:
1.
Fluye de los actuados que en el presente procedimiento
administrativo de impugnacin, los dos (2) postores recurrentes cuyos recursos
de revisin han sido acumulados, han denunciado una serie de vicios e
irregularidades tanto durante el desarrollo del proceso de seleccin de la
Adjudicacin Directa Selectiva N 001-2002-MDC, como durante la tramitacin
y posterior decisin del recurso de apelacin cuyo pronunciamiento ha sido
elevado en grado a esta instancia administrativa. Por consiguiente, de manera
previa al estudio de los argumentos sustantivos que amparan el revisorio
planteado por el postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L., dado que el
interpuesto por el postor CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L. se centra en los
anotados vicios e irregularidades, este Tribunal debe verificar el cumplimiento
de los requisitos, formalidades y condiciones que la normativa en materia de
contratacin pblica impone al proceso de seleccin y a la resolucin de las
impugnaciones que de l se deriven, a fin de cautelar su legalidad y validez.
2.
En principio, del estudio de los actuados, se puede apreciar que la
Entidad no ha cumplido con remitir junto con los antecedentes administrativos
elevados a este Tribunal, ni la comunicacin al CONSUCODE por la que
remiti su Plan Anual de Adquisiciones y Contrataciones del ejercicio fiscal
2002, ni una declaracin jurada donde indique que la obra materia del proceso
de seleccin que se impugna, est incluida en dicho Plan Anual.
3.
Ello se debe a que, de acuerdo con las bases de datos que
administra el CONSUCODE, la Entidad no ha aprobado su Plan Anual de
Adquisiciones y Contrataciones para el ao 2002, lo cual constituye un requisito
indispensable para convocar vlidamente cualquier proceso de seleccin
durante el indicado perodo presupuestal, de acuerdo con el artculo 7 de la Ley
de Contrataciones y Adquisiciones del Estado (2) [5], el artculo 7 de su
Reglamento [6] y el ltimo prrafo del numeral 2) de las Disposiciones
Especficas de la Directiva N 022-2001-CONSUCODE (PRE) (3) [7], sobre
Plan Anual de Adquisiciones y Contrataciones, los mismos que establecen que
las Entidades solo pueden convocar y efectuar licitaciones pblicas, concursos
pblicos y adjudicaciones directas pblicas y selectivas que se encuentren
debidamente programados e incluidos en su correspondiente Plan Anual [8].

4.
Por otro lado, de la lectura del Acta N 03 del proceso de
seleccin en cuestin, levantada con ocasin de haberse llevado a cabo, el da
25.10.2002, el acto de apertura de sobres de las propuestas tcnicas y
econmicas y el otorgamiento de la buena pro, se constata que el mismo se
efectu con la participacin de cuatro (4) miembros del Comit Especial (Srs.
Gabriel Saavedra Chvez, Jos A. Miranda, Juan Carlos Pareja Arenas y Luis
Lucas Vlchez), a pesar de que, mediante Resolucin Municipal N 0272002/MDC del 28.09.2002, la Entidad haba designado a cinco (5) miembros
del mencionado rgano (adems de los anteriores, al Sr. Julio Lazo Gallo).
5.
Sobre el particular, la Entidad ha sostenido que el restante
miembro del Comit Especial, cuyo nombre no figura consignado en la indicada
acta, s estuvo presente en el otorgamiento de la buena pro, pero que tuvo que
ausentarse de dicha diligencia a fin de atender asuntos personales en su
estudio de abogados. Por su parte, el postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ
MEDINA ha defendido la posicin de la Entidad, al sealar que los acuerdos del
Comit Especial, tal como el otorgamiento de la buena pro, se adoptan por
mayora.
6.
Sin embargo, lo anterior atenta contra lo dispuesto en los artculos
34 y 38 del Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del
Estado [9], por cuya virtud la designacin de los miembros del Comit Especial
recaer siempre en nmero impar, con un mnimo de tres (3) y un mximo de
cinco (5) integrantes; los cuales, una vez constituidos en dicho rgano, debern
sesionar con la totalidad de los designados, cualquiera sea el nmero de
integrantes, pudiendo adoptar acuerdos vlidos por unanimidad o por mayora.
7.
En tal sentido, queda claro que las afirmaciones vertidas por la
Entidad y el ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA carecen de asidero fctico
y jurdico, no solo porque el retiro de la diligencia de otorgamiento de la buena
pro de un miembro del Comit Especial no impide de modo alguno que su
participacin y ulterior ausencia hayan quedado registradas en acta; sino,
adems, porque la falta de qurum para sesionar (que es distinta al qurum
para adoptar acuerdos vlidos) constituye [10], de por s, una situacin
anmala cuya consecuencia es la nulidad del acto que eventualmente se
apruebe, debido a la falta de uno de sus requisitos de validez.
8.
Asimismo, se constata que, al ejercer el encargo encomendado
de conducir el proceso de seleccin, el Comit Especial se ha extralimitado en
sus funciones, por cuanto ha llevado a cabo una diligencia de constatacin y
verificacin de maquinaria y equipos mnimos declarados por el postor que en
principio obtuvo la buena pro, sin que dicha facultad encuentre amparo en las
Bases Administrativas ni en la normativa sobre contratacin pblica.
9.
En efecto, de acuerdo con el Acta de Verificacin de Maquinaria y
Equipo Ofertado del 31.10.2002, dos (2) de los miembros del Comit Especial
(Jos Miranda Murga y Juan C. Pareja Arenas), actuando en representacin de
este rgano, llevaron a cabo dicha diligencia y manifestaron su conformidad
con la existencia y operatividad de las caractersticas de la maquinaria y el

equipo ofertado por el postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L., contenido en


la declaracin jurada respectiva, que forma parte de su propuesta tcnica.
10.
Ms all de las alegaciones del postor ING. DIEGO ANTONIO
UGAZ MEDINA (4), en relacin con la pretendida nulidad del Acta del
31.10.2002, por no haberse identificado plenamente las maquinarias y equipos
materia de la verificacin y constatacin (5); lo cierto es que la facultad del
Comit Especial para realizar la diligencia no est contenida en ningn extremo
de las Bases ni en ninguna disposicin de la Ley de Contrataciones y
Adquisiciones del Estado o en su Reglamento, careciendo, por dems, de toda
lgica y racionalidad pues, al margen de la facultad de fiscalizacin posterior de
la Entidad sobre las declaraciones juradas emitidas por el postor, no se explica
cul es el propsito de una verificacin y constatacin de maquinarias y
equipos llevada a cabo despus de otorgada la buena pro, ya que en el
hipottico caso de comprobarse la falsedad o inexactitud de la misma, ello no
podra acarrear la revocacin de la indicada buena pro por el mismo rgano
que la dict (6).
11.
Pero, lo que ms llama la atencin de este Colegiado es que la
Entidad haya hecho caso omiso a las disposiciones de la Ley y el Reglamento
que ordenan suspender el proceso de seleccin en la medida que se haya
presentado una impugnacin, continuando con el aludido proceso y llegando,
inclusive, a suscribir el contrato de obra respectivo y a ejecutar los trabajos
correspondientes.
12.
Tanto la propia Entidad como el postor ING. DIEGO ANTONIO
UGAZ MEDINA han manifestado que, luego de revocada la buena pro
concedida en principio al postor KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L. y de
otorgada a favor de aquel postor, merced a la Resolucin de Alcalda N 377MDC, notificada a la parte interesada el 19.11.2002; se cit al nuevo
adjudicatario de la buena pro con fecha 28.11.2002 para que suscriba el
contrato de obra al da siguiente, es decir el 29.11.2002, lo cual en efecto se
llev a cabo. Ambas partes han sostenido en su defensa que actuaron de esa
manera, en vista de que el 26.11.2002 haba vencido el plazo de cinco (5) das
hbiles para impugnar el mencionado acto administrativo, sin que hasta esa
fecha se hubiera notificado a la Entidad el admisorio del recurso de revisin,
que recin se verific el 02.12.2002; agregando el postor ING. DIEGO
ANTONIO UGAZ MEDINA que, una vez requerido para la firma del contrato,
gestion ante el CONSUCODE la expedicin de los documentos exigidos para
ello (Constancia de No Estar Inhabilitado para Contratar con el Estado y
Certificado de Capacidad Libre de Contratacin), los mismos que le fueron
otorgados el 28.11.2002, sin que se hubiese efectuado el menor reparo.
13.
No obstante, estos argumentos son absolutamente rebatibles
pues los textos de los artculos 55 de la Ley y 183 del Reglamento [11] no dejan
el menor margen de duda, al disponer que la interposicin de los recursos
impugnativos suspenden el proceso de seleccin en la etapa en que se
encuentre. De esta manera, al no distinguir las normas entre los recursos de
apelacin o de revisin, queda claro que desde el momento en que el postor
ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA interpuso su recurso de apelacin, la

Adjudicacin Directa Selectiva N 001-2002-MDC qued suspendida en la


etapa en que se hallaba, es decir con la buena pro otorgada, sin que pudiera
procederse a la suscripcin del contrato por no haber quedado aquella
consentida.
14.
Igualmente, si bien a tenor del artculo 172 del Reglamento [12], el
plazo para impugnar en grado de revisin un acto administrativo es de cinco (5)
das hbiles, contados a partir del da siguiente de su notificacin, debe tenerse
en cuenta que el Tribunal cuenta con dos (2) hbiles para resolver y notificar la
admisibilidad del recurso, sea que este haya sido presentado con todos los
requisitos formales o se haya concedido al recurrente el plazo de dos (2) das
para que subsane las omisiones detectadas.
15.
Por el contrario, sin aguardar siquiera al cumplimiento de los
plazos que la normativa expresamente regula, y actuando con inusitada
celeridad, la Entidad requiri al postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA a
los dos (2) das hbiles de haberse vencido el plazo para impugnar la
Resolucin de Alcalda N 377-MDC, esto es el 28.11.2002, para que concurra
al da siguiente a las oficinas de aquella para la firma del contrato de obra,
cuando el inciso 2) del artculo 118 del Reglamento prescribe que dicha citacin
debe efectuarse con no menos de cinco (5) das de anticipacin a la fecha
fijada para la suscripcin. La Entidad no asumi la mnima diligencia para
verificar ante este Tribunal si se haba interpuesto o no un recurso de revisin
contra la Resolucin de Alcalda N 377-MDC [13].
16.
De lo anterior, se evidencia no solo una flagrante trasgresin de
las disposiciones en materia de contrataciones y adquisiciones del Estado y la
consecuente responsabilidad de los funcionarios involucrados en las
irregularidades detectadas, para continuar con el procedimiento de contratacin
y ejecutar el contrato de obra respectivo debido a la brevedad de su plazo (30
das calendario), pues en diversas comunicaciones la Entidad y el postor ING
DIEGO ANTONIO UGAZ MEDINA han mostrado una voluntad de renuencia y
resistencia a la autoridad para suspender el proceso de seleccin, a pesar de
que entre la firma del contrato y la notificacin del admisorio del recurso de
revisin solo transcurri un (1) da hbil (29.11.2002 y 02.12.2002),
reafirmndose ms bien en que la primera valorizacin ha sido cancelada el
23.12.2002 y la segunda (y final) ha sido presentada para su tramitacin el
08.01.2003. Todo lo cual amerita poner en conocimiento de la Contralora
General de la Repblica los hechos expuestos para el inicio de las acciones a
que hubiere lugar.
17.
Finalmente, en lo que se refiere a la nulidad de la resolucin
impugnada, se aprecia que esta no ha cumplido con los requisitos a que se
contrae el artculo 171 del Reglamento, en cuanto a diferenciar las partes
expositiva y considerativa, pues no ha expuesto ni explicado los hechos ni los
antecedentes, ni se ha pronunciado expresamente sobre los puntos
controvertidos contenidos en el apelatorio, relativos a los cuestionamientos
planteados contra los tanques imprimadores y a los rodillos tandem estticos
autopropulsados ofertados por los postores KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L.
y CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L., limitndose a afirmar genricamente

respecto del primero de los nombrados que se haba demostrado la falta de


veracidad, moralidad y transparencia del contenido de su declaracin jurada,
sin mencionar en lo absoluto los hechos o pruebas en que se ampara para
llegar a dicha conclusin, obviando tambin cualquier mencin al segundo de
los citados. Asimismo, en lo que concierne a los cuestionamientos formulados
contra el apelante en la absolucin del traslado, la Resolucin de Alcalda N
377-MDC se pronuncia nicamente sobre el camin imprimador y uno de los
camiones volquetes propuestos por el postor ING. DIEGO ANTONIO UGAZ
MEDINA, omitiendo resolver sobre los otros tres (3) volquetes, el tractor oruga
caterpillar y el rodillo liso vibratorio, que tambin fueron materia de dicha
absolucin.
18.
En consecuencia, la Entidad ha incurrido en los vicios de nulidad
relativos a la contravencin de las normas legales y de las normas esenciales
del procedimiento, a que se contrae el artculo 57 de la Ley de Contrataciones y
Adquisiciones del Estado [14], por lo que la Adjudicacin Directa Selectiva N
001-2002-MDC deviene en nula y sin efecto legal, sin perjuicio de poner en
conocimiento de la Contralora General de la Repblica los hechos expuestos.
Con arreglo a las facultades conferidas en los artculos 53, 59 y 61 del
Texto nico Ordenado de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado
aprobado por D.S. N 012-2001-PCM, el artculo 180 literal b) de su
Reglamento aprobado por D.S. N 013-2001-PCM, analizados los
antecedentes y luego de agotado el correspondiente debate.
LA SALA RESUELVE:
1.
Declarar fundado en parte, en el extremo relativo a la nulidad de
la Resolucin de Alcalda N 377-MDC, el recurso de revisin interpuesto por la
empresa KEINT CONSTRUCCIONES S.R.L. contra el citado acto
administrativo, expedido en la impugnacin iniciada contra el otorgamiento de
la buena pro de la Adjudicacin Directa Selectiva N 001-2002-MDC, e
irrelevante pronunciarse en lo dems que contiene.
2.
Declarar fundado el recurso de revisin interpuesto por la
empresa CONSTRUCTORA SIGLO XXI S.R.L. contra el otorgamiento de la
buena pro de la Adjudicacin Directa Selectiva N 001-2002-MDC, decidida
mediante la Resolucin de Alcalda N 377-MDC.
3.
Declarar nula la Adjudicacin Directa Selectiva N 001-2002-MDC,
y sin efecto legal y nula la Resolucin de Alcalda N 377-MDC.
4.
Poner en conocimiento de la Contralora General de la Repblica
la presente Resolucin para el inicio de las acciones a que hubiere lugar.
5.
Devolver a los impugnantes las garantas otorgadas para la
interposicin de los recursos de revisin.
6.
Devolver los antecedentes a la Entidad para los fines legales
pertinentes.

Regstrese, comunquese y publquese.


SS. DELGADO POZO; BERAMENDI GALDS; MARTNEZ ZAMORA.

INTEGRADAS LAS BASES DEL PROCESO DE SELECCIN PUEDEN SER


CUESTIONADAS?
Resolucin N 072/2003.TC-S1
TRIBUNAL DE CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO
Recurrente :
Urbe S.A. Arquitectos Consultores
Entidad
:
Direccin de Hidrografa y Navegacin de la Marina de
Guerra del Per
Materia
:
Otorgamiento de Buena Pro (ADS)
Fecha
:
22 de enero del 2003
Debe tenerse en cuenta que sostener que las bases no pueden ser
cuestionadas luego de precluidas las etapas de consultas y observaciones no
es lo adecuado, pues trae implcito consigo dos consecuencias que la
normatividad sobre contratacin pblica no permite y, en cambio, rechaza: la
primera, que el acto de integracin de las bases pueda significar la ulterior
convalidacin de cualquier defecto o vicio de fondo o de forma en que ellas
pudieran haber incurrido, sin que dicha anomala pudiera ser corregida, aun
con la interposicin de recursos administrativos; y la segunda, que la
competencia del Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado se vea
limitada por todas aquellas circunstancias que ocurran luego de integradas las
bases, lo cual atenta contra el texto y sentido expreso del artculo 52 del
Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado.
Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado
Resolucin N 072/2003.TC-S1
Lima, 22.ENE.2003
Visto, en sesin de la Primera Sala Mixta del Tribunal de Contrataciones
y Adquisiciones del Estado de fecha 21.01.2003, el Expediente N
1102/2002.TC sobre el recurso de revisin interpuesto por la empresa URBE
S.A. ARQUITECTOS CONSULTORES contra la Resolucin Directoral N 01102-MGP/DHN, referente al acto de otorgamiento de la Buena Pro de la
Adjudicacin Directa Selectiva N 15-2002-DIHIDRO-MGP, convocada por la
Direccin de Hidrografa y Navegacin de la Marina de Guerra del Per, para la
Elaboracin de Planos Restituidos y Ortofotos de un rea aproximada de
7,500 Has. en la baha de Paita; y atendiendo a los siguientes:
ANTECEDENTES:

Con fecha 19.09.2002, la Direccin de Hidrografa y Navegacin de la


Marina de Guerra del Per convoc a la Adjudicacin Directa Selectiva N 152002-DIHIDRO-MGP para la contratacin de la Elaboracin de Planos
Restituidos y Ortofotos de un rea aproximada de 7,500 Has. en la baha de
Paita, con un valor referencial ascendente a S/. 30 850,00 (Treinta Mil
Ochocientos Cincuenta y 00/100 Nuevos Soles), incluido el Impuesto General a
las Ventas.
Con fecha 09.10.2002, se llev a cabo el acto de apertura de sobres,
evaluacin de propuestas y otorgamiento de la buena pro. En esta diligencia, el
Comit Especial Permanente a cargo del proceso de seleccin calific
favorablemente las propuestas de los siguientes postores: (1) EAGLE
MAPPING PER S.A.; (2) GEOMECNICA S.A.C.; y (3) URBE S.A.
ARQUITECTOS CONSULTORES. Por tanto, otorg la buena pro al primero de
los nombrados, por su oferta econmica ascendente a la suma de S/. 26
380,00 (Veintisis Mil Trescientos Ochenta y 00/100 Nuevos Soles), incluido el
Impuesto General a las Ventas.
Mediante Cartas V.200-64, V.200-65, V.200-66 y V.200-67, todas del
18.10.2002, y cursadas a los postores EAGLE MAPPING PER S.A.,
GEOMECNICA S.A.C. y URBE S.A. ARQUITECTOS CONSULTORES, as
como a la Comisin de Promocin de la Pequea y Microempresa
PROMPYME, se notific el otorgamiento de la buena pro.
Con fecha 25.10.2002, el postor URBE S.A. ARQUITECTOS
CONSULTORES interpuso recurso de apelacin contra los actos
administrativos relativos a la etapa de evaluacin de propuestas y el
otorgamiento de la buena pro, solicitando se declare nulo el proceso de
seleccin y se retrotraiga a la etapa de convocatoria, previa reformulacin de
las bases. Sustenta su impugnacin en los siguientes argumentos:
a.

Las especificaciones tcnicas eran imprecisas;

b.
No se haba definido las caractersticas, requerimientos y/o
condiciones del servicio, ni los mtodos de aerotriangulacin, habindose
incumplido, adems, con los requerimientos tcnicos de realizarse la
triangulacin por medios analticos y en bloque con cierres de X=0.03 m,
Y=0.03 m y Z=0.03 m.
c.
No se haban establecido los subfactores de evaluacin para los
rubros restitucin fotogramtrica, ortofotomapas ni innovacin tecnolgica ni
equipamiento a utilizar.
d.
En el plan de trabajo, debi haberse exigido el cronograma de
trabajo, la descripcin del equipamiento y los programas a utilizar durante el
desarrollo de los mismos, as como la capacitacin del postor.

e.
Ha habido una errada calificacin en el factor experiencia del
postor en servicios similares, en lo que corresponde a los subfactores, tiempo
en la actividad calificada, experiencia en el rubro y certificados de calidad.
f.
Debi priorizarse el factor tcnico, ya que el trabajo a realizar era
altamente sofisticado y especializado.
g.
Los criterios de evaluacin de los factores de calificacin eran
subjetivos, pues no dejaban margen al Comit Especial para evaluar con
equidad, transparencia y objetividad, por cuya razn era imprescindible detallar
y asignar los subfactores desagregados con sus respectivos puntajes.
h.
En el factor innovacin tecnolgica, debi haberse calificado el
tipo de patente (peruana, extranjera o normal), sobre la apreciacin de los
equipos y personal profesional y tcnico ofrecidos, a fin de obtener un producto
de la ms alta calidad.
i.
Se ha omitido en las bases la etapa de comprobacin de los
trabajos de gabinete, que deben estar materializados por un supervisor
calificado, con la finalidad de ayudar a la entidad a que en el producto a
obtener se respeten los estndares internacionales de tcnica de fotogrametra
digital.
j.
Solo se han establecido criterios de evaluacin, en lo que se
refiere al Cronograma-Fecha de Entrega y al costo que sea ms barato.
Mediante Resolucin Directoral N 011-02-MGP/DHN del 11.11.2002, la
Entidad declar improcedente el recurso de apelacin interpuesto, al considerar
que los cuestionamientos del postor a los requerimientos y caractersticas
tcnicas del servicio a contratar, debieron haber sido manifestados antes de la
integracin de las bases del proceso de seleccin, indicando como amparo
legal de su decisin los artculos 49 y siguientes del Reglamento de la Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado (1) [1].
Con fecha 18.11.2002, el postor URBE S.A. ARQUITECTOS
CONSULTORES interpuso recurso de revisin contra la Resolucin Directoral
N 011-02-MGP/DHN, solicitando se declare nulo el proceso de seleccin y se
retrotraiga a la etapa de convocatoria, previa reformulacin de las bases, para
lo cual reiter los fundamentos expuestos en su anterior impugnacin.
Mediante auto del 19.11.2002, notificado a la entidad con fecha
22.11.2002, el Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado admiti a
trmite el recurso de revisin presentado por el postor y corri traslado del
mismo a la entidad convocante.
Mediante escrito presentado con fecha 26.11.2002, la entidad solicit al
Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones del Estado rectificar el auto
admisorio del recurso de revisin interpuesto por el postor URBE S.A.
ARQUITECTOS CONSULTORES, declarndolo inadmisible o en todo caso
otorgarle el correspondiente plazo de subsanacin de defectos, por carecer el

representante legal de la mencionada empresa de la capacidad de


representacin necesaria para presentar dicha impugnacin, de acuerdo con lo
dispuesto en el inciso 2 del artculo 172 del Reglamento de la Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado [2]; pues en la copia del certificado
de vigencia de poder del indicado representante, expedido por la Oficina
Registral de Lima y Callao, figura la anotacin segn la cual la sociedad a la
que aqul representa, ha adquirido la condicin de irregular desde el
01.01.2002 al no haber adecuado su pacto social y su estatuto a la Ley N
26887, Ley General de Sociedades.
Mediante auto del 28.11.2002, notificado a la entidad el 02.12.2002 y al
postor impugnante el 03.12.2003, el Tribunal de Contrataciones y Adquisiciones
del Estado dispuso reservar la nulidad planteada contra el auto admisorio del
recurso para que sea resuelta conjuntamente con la resolucin final.
Con fecha 05.12.2002, la entidad remiti incompleta y tardamente los
antecedentes administrativos relativos a la impugnacin iniciada. Asimismo, en
cuanto al fondo del recurso de revisin interpuesto, manifest lo siguiente:
a.
Las bases no pueden impugnarse mediante la interposicin de los
recursos administrativos, pues las dudas sobre las especificaciones tcnicas
han debido operar antes de la integracin de las bases. Adems, el Comit
Especial es el nico autorizado para interpretarlas durante el ejercicio de sus
funciones y solo para efectos de su aplicacin.
b.
Durante la etapa de recepcin de propuestas, el Comit Especial
del proceso de seleccin presumi la veracidad de la declaracin jurada del
postor URBE S.A. ARQUITECTOS CONSULTORES, como contenido veraz
para fines administrativos, sin haber tenido a la vista la documentacin registral
que acreditaba la personera de su representante legal, por lo cual no pudo
ejercitar la facultad de otorgarle el plazo mximo de subsanacin de los
defectos de forma advertidos.
Con fecha 03.01.2003, en cumplimiento del requerimiento formulado por
el Tribunal, la Entidad remiti documentacin adicional relativa al informe
tcnico de la evaluacin realizada por el Comit Especial, a la integracin de
las bases y a la notificacin del otorgamiento de la buena pro.
Con fecha 15.01.2003, ante la reiteracin del Tribunal, la entidad cumpli
con remitir documentacin adicional relativa a las facultades de su mxima
autoridad administrativa para designar al Comit Especial y aprobar las Bases
Administrativas del proceso de seleccin, as como sus Normas Internas sobre
Adquisiciones.
FUNDAMENTACIN:
Antes de abordar el estudio sustantivo del recurso de revisin
interpuesto, debemos detenernos en los cuestionamientos planteados por la
entidad convocante contra los poderes del representante legal del postor
impugnante, y que han derivado en la solicitud de nulidad del auto admisorio de

la presente instancia administrativa, presentada por dicha entidad con fecha


26.11.2002.
La entidad ha manifestado que el Certificado de Vigencia de Poder del
representante legal del postor impugnante, que este acompa como recaudo
a su recurso de revisin, contiene una anotacin a pie de pgina formulada por
el respectivo registrador pblico, cuyo tenor literal es el siguiente: La presente
sociedad ha adquirido la condicin de irregular desde el 1/1/2002, al no
haberse adecuado su pacto social y su estatuto a las disposiciones de la Ley
N 26887.
En tal sentido, la entidad aduce que existe un defecto en la personera
del representante legal de la empresa URBE S.A. ARQUITECTOS
CONSULTORES, Sr. Adolfo Cabrera Manzur, que trae como consecuencia que
el auto admisorio sea declarado nulo, en vista de haberse trasgredido el inciso
2) del artculo 173 del Reglamento de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones
del Estado; o, en cualquier caso, otorgrsele el plazo mximo de dos (2) das,
previsto en la propia norma reglamentaria, para que subsane la omisin del
requisito anotado.
Sobre el particular, debemos sealar que el registrador pblico que ha
expedido la Constancia de Vigencia de Poder, no ha negado en ningn
momento la calidad de gerente general de la empresa URBE S.A.
ARQUITECTOS CONSULTORES, del Sr. Adolfo Cabrera Manzur y, por tanto,
su representacin legal, indicando ms bien que la sociedad representada ha
devenido en irregular, por lo que es necesario establecer cules son los efectos
que esta situacin acarrea.
As, pues, el artculo 424 de la Ley N 26887 Ley General de
Sociedades [3], prescribe como efectos de la irregularidad de las sociedades
(2), que los administradores, representantes o cualquier persona que se
presente ante terceros actuando a nombre de la sociedad irregular, resulta
personal, solidaria e ilimitadamente responsable por los actos realizados y
contratos celebrados desde que se produjo la irregularidad; aadiendo el
artculo 428 de la citada ley, que el pacto social, el estatuto, los convenios entre
socios y sus modificaciones, as como las consecuencias que de ellos se
deriven, son vlidos entre los socios y no perjudican a terceros quienes pueden
utilizarlos en todo aquello que les favorezca, sin que se les pueda oponer el
acuerdo o contrato o sus modificaciones que tienda a limitar o excluir la
responsabilidad establecida. Del mismo modo, son vlidos los contratos que la
sociedad celebre con terceros.
De las normas glosadas, se desprende que la consecuencia de que la
sociedad se haya convertido en irregular, no significa de que los poderes de los
representantes legales que acten en su nombre hayan caducado o hayan
adquirido una existencia precaria; sino que ha desaparecido todo beneficio de
responsabilidad limitada del representante con respecto a la representada, de
modo que la responsabilidad se ha tornado amplsima para los
administradores, representantes y dems personas que actan a nombre de la
sociedad, incluyendo el cumplimiento de las obligaciones respectivas y, en su

caso, la indemnizacin por los daos y perjuicios causados por actos u


omisiones que lesionen directamente a la sociedad, a los socios o a terceros
(3).
Por tanto, el hecho de que la empresa URBE S.A. ARQUITECTOS
CONSULTORES haya adquirido la condicin de irregular por no haber
adecuado su pacto social ni sus estatutos a las disposiciones de la Ley General
de Sociedad (4), no ha trado aparejada como consecuencia la inexistencia o
irregularidad de la personera de su gerente general y representante, Sr. Adolfo
Cabrera Manzur; lo cual, por lo dems, se encuentra implcitamente
corroborado por la expedicin misma del Certificado de Vigencia de Poder. En
cualquier caso, la anotacin efectuada por el registrador pblico atae a una
situacin de la representada, que de ninguna manera afecta o perjudica los
poderes de representacin que ella haya otorgado.
De lo anterior, se concluye que la pretensin de nulidad deducida por la
entidad convocante carece de fundamento; por lo que, siendo vlido el auto
admisorio de la presente instancia administrativa al haberse dictado conforme a
ley, procede que el Tribunal se avoque al conocimiento del fondo del recurso de
revisin planteado.
El postor impugnante ha solicitado que el presente proceso de seleccin
sea declarado nulo y se retrotraiga a la etapa de convocatoria, previa
reformulacin de las bases, por considerar que estas adolecen de
irregularidades en lo relativo a la determinacin y descripcin de las
especificaciones tcnicas del servicio materia de la convocatoria.
Por su parte, al resolver el recurso de apelacin previo, la entidad ha
manifestado que los cuestionamientos que el postor hubiera podido tener
contra las especificaciones tcnicas y dems aspectos propiamente tcnicos
del proceso de seleccin, debieron ser formuladas antes de la etapa de la
integracin de las bases. No obstante, debe tenerse en cuenta que dicho
criterio no es el adecuado, pues trae implcito consigo dos (2) consecuencias
que la normativa sobre contratacin pblica no permite y, en cambio, rechaza:
la primera, que el acto de integracin de las bases pueda significar la ulterior
convalidacin de cualquier defecto o vicio de fondo o de forma en que ellas
pudieran haber incurrido, sin que dicha anomala pudiera ser corregida, aun
con la interposicin de los recursos administrativos; y la segunda, que la
competencia del Tribunal se vea limitada a todas aquellas circunstancias que
ocurran luego de integradas las bases, lo cual atenta contra el texto y sentido
expreso del artculo 52 del Reglamento de la Ley de Contrataciones y
Adquisiciones del Estado [4], que incluye la frmula segn la cual, una vez
integradas las bases, estas sern las reglas definitivas del proceso y no podrn
ser cuestionadas en ninguna otra va ni modificadas por autoridad
administrativa alguna, sin perjuicio de lo que eventualmente resuelva el
Tribunal a raz de una impugnacin.
Ms bien, y de acuerdo con lo dispuesto en la ltima parte del artculo 3
de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado (5) [5], los procesos de
seleccin tienen por objeto garantizar que las entidades obtengan los bienes,

servicios u obras de la calidad requerida, en forma oportuna y a precios o


costos adecuados.
Con tal propsito, el artculo 40 de su reglamento establece que las
bases deben contener las caractersticas y/o especificaciones tcnicas que
incidan sobre los objetivos, funciones y operatividad de los bienes, servicios u
obras requeridas; disponiendo, adicionalmente, que dichas especificaciones, al
igual que los requerimientos tcnicos y los factores de evaluacin, deben
sujetarse a criterios de razonabilidad y objetivos congruentes con el objeto de
la adquisicin o contratacin, as como con su costo o precio [6].
Asimismo, a efectos de la definicin de las especificaciones tcnicas, el
artculo 12 de la ley prescribe que la dependencia encargada de las
adquisiciones y contrataciones de la entidad, antes de iniciar el proceso de
seleccin respectivo, debe coordinar con las dependencias de las cuales
provienen los requerimientos, y efectuar estudios de las posibilidades que
ofrece el mercado, de modo que cuente con informacin para la descripcin y
especificaciones de los bienes, servicios u obras, as como para la definicin de
los valores referenciales de adquisicin o contratacin, la disponibilidad de los
recursos y el proceso de seleccin mediante el cual se realizar.
En tal sentido, se desprende de las normas indicadas que constituye una
facultad exclusiva de la Entidad, con las limitaciones de razonabilidad y
congruencia antes sealadas, la determinacin, en base a sus propias
necesidades y requerimientos, de las caractersticas o especificaciones
tcnicas que incidan sobre la funcionalidad, operatividad y objetivos para los
que se requiere el bien o servicio objeto del proceso de seleccin, bajo su
responsabilidad, siempre y cuando las mismas no resulten injustificadas en
relacin a dichas necesidades y no constituyan un impedimento para la ms
amplia participacin no discriminada de postores en funcin del objeto del
proceso de seleccin y la obtencin de la propuesta tcnica y econmica ms
favorable.
Sin embargo, en el presente caso el postor impugnante no ha
acompaado a su solicitud sustento tcnico o jurdico que demuestre que la
entidad convocante haya contravenido alguna de las limitaciones citadas en los
prrafos precedentes, ms all de la mera afirmacin de que las
especificaciones tcnicas del servicio a contratarse no guardan relacin con la
ciencia y tcnica fotogramtricas, lo cual en buena cuenta constituye una
opinin de parte con un alto contenido subjetivo.
En consecuencia, la entidad, a travs del Comit Especial del proceso
de seleccin, ha cumplido con precisar la fundamentacin de las calificaciones
otorgadas a los postores participantes, respecto de cada uno de los factores de
evaluacin; lo cual permite concluir que el recurso de revisin interpuesto
deviene en infundado.
Con arreglo a las facultades conferidas en los artculos 53, 59, 61 del
Texto nico Ordenado de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado,
aprobado mediante D.S. N 012-2001-PCM, el artculo 180 literal a) del

Reglamento de la Ley N 26850, aprobado mediante D.S. N 013-2001-PCM,


analizados los antecedentes y luego de agotado el correspondiente debate.
LA SALA RESUELVE:
Declarar infundada la solicitud de la Direccin de Hidrografa y
Navegacin de la Marina de Guerra del Per, en relacin con la nulidad del
auto admisorio del recurso de revisin interpuesto por el postor URBE S.A.
ARQUITECTOS CONSULTORES contra la Resolucin Directoral N 011-02MGP/DHN.
Declarar infundado el recurso de revisin interpuesto por el postor URBE
S.A. ARQUITECTOS CONSULTORES contra la Resolucin Directoral N 01102-MGP/DHN, expedida en la impugnacin iniciada contra el otorgamiento de
la buena pro de la Adjudicacin Directa Selectiva N 15-2002-DIHIDRO-MGP.
Ejecutar a favor del CONSUCODE la garanta otorgada por el
impugnante para la interposicin del recurso de revisin.
Devolver los antecedentes a la entidad para los fines legales pertinentes.
Regstrese, comunquese y publquese.
SS. DELGADO POZO; BERAMENDI GALDS; MARTNEZ ZAMORA.

JURISPRUDENCIA VINCULANTE
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
TRIBUNAL REGISTRAL
TRIBUNAL FISCAL
TRIBUNAL DE CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO

TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY QUE AMPAR LA SUSCRIPCIN DEL
CONTRATO ENTRE TELEFNICA Y EL ESTADO - PERO TC RECOMIENDA
AL PODER EJECUTIVO FORTALECER A ORGANISMOS REGULADORES
ALCANCES DEL DERECHO DE PETICIN CONFORME A SU NATURALEZA
Y ESPECIAL CONFIGURACIN
ORDENAN QUE SE ENTREGUE INFORMACIN CORRECTA Y EXACTA
SOBRE LOS VIAJES DE FUJIMORI - INFORMACIN DESACTUALIZADA E
INCOMPLETA ATENTA CONTRA EL DERECHO A LA INFORMACIN
ORDENAN RETIRO DE ANTENA Y EQUIPOS DE TELEFONA CELULAR PUEDE ATENTAR CONTRA EL DERECHO A LA SALUD Y A UN MEDIO
AMBIENTE SANO

CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY QUE AMPAR LA SUSCRIPCIN DEL


CONTRATO ENTRE TELEFNICA Y EL ESTADO - PERO TC RECOMIENDA
AL PODER EJECUTIVO FORTALECER A ORGANISMOS REGULADORES
Se declara infundada la demanda de inconstitucionalidad interpuesta contra la
Ley N 26285, por la cual se sustent la suscripcin del contrato-ley de
concesin celebrado entre la Compaa Peruana de Telfonos hoy Telefnica

del Per S.A.A. y el Estado peruano, pues los demandantes fundamentaron


su inconstitucionalidad en diversos problemas respecto a la prestacin del
servicio de telecomunicaciones y no en defectos que se infieren directamente
de la Ley N 26285. Es decir, la eventual inconstitucionalidad no se genera de
la ley misma que es el objeto de control en este proceso, sino de los
negocios jurdicos que bajo su regulacin se han realizado.
Por otra parte, el Tribunal Constitucional recomienda la adopcin de las
medidas legales y administrativas que permitan que entidades, como OSIPTEL
o INDECOPI, puedan funcionar y actuar adecuadamente en pro de la defensa
de los derechos de los usuarios y consumidores, consagrados expresamente
por nuestro ordenamiento jurdico.
(El Peruano, 18 de octubre de 2003 )
EXP. N 005-2003-AI/TC - LIMA
CONGRESISTAS DE LA REPBLICA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 3 das del mes de octubre de 2003, reunido el Tribunal
Constitucional en sesin de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los
seores magistrados Alva Orlandini, Presidente; Bardelli Lartirigoyen,
Vicepresidente; Rey Terry, Aguirre Roca, Revoredo Marsano, Gonzales Ojeda y
Garca Toma, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Accin de inconstitucionalidad interpuesta por sesenta y cuatro
congresistas de la Repblica, representados por el congresista Jonhy Lescano
Ancieta, contra los artculos 1, 2, 3, y la Primera y Segunda Disposicin Final y
Transitoria de la Ley N 26285, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 14
de enero de 1994. Acumulativamente, solicitan que se declare inconstitucional
el contratoley de concesin celebrado entre la Compaa Peruana de
Telfonos, hoy Telefnica del Per S.A.A., y el Estado peruano.
ANTECEDENTES
Sesenta y cuatro congresistas de la Repblica, con fecha 20 de mayo de
2003, interponen accin de inconstitucionalidad contra la Ley N 26285, que
autoriza la suscripcin del contrato-ley de concesin celebrado entre la
Compaa Peruana de Telfonos hoy Telefnica del Per S.A.A. y el Estado
peruano, por considerar que es inconstitucional por la forma y el fondo.
Alegan que el artculo 1 y la Segunda Disposicin Final y Transitoria de
la ley cuestionada, han establecido un monopolio por cinco aos a favor de
Telefnica del Per, para que preste, de forma exclusiva, los servicios de
telefona fija local y de portadores de larga distancia nacional e internacional,
atentando de esta forma contra el artculo 61 de la Constitucin Poltica del

Per, que declara que el Estado combate el abuso de posiciones dominantes o


monoplicas, y, por ende, que ninguna ley puede autorizar la creacin de
monopolios.
Sostienen que el artculo 3 de la ley en cuestin viola el artculo 62 de la
Constitucin, ya que otorga el carcter de contrato-ley a la concesin pactada
con Telefnica del Per, pese a que el segundo prrafo del artculo en mencin
solo permite la celebracin de contratos-ley para otorgar garantas y
seguridades; ms an, los Decretos Legislativos Ns 662 y 757 precisan los
casos en que pueden suscribirse, y, entre ellos, no figuran los de concesin de
un servicio pblico; agregando que dichos contratos tienen como finalidad que
el Estado establezca garantas y otorgue seguridades a los inversionistas, lo
que no sucede con los contratos de concesin.
Refieren que tambin se viola el artculo 65 de la Carta Magna, ya que
se han pactado una serie de beneficios a favor de Telefnica del Per y se ha
omitido defender a los millones de usuarios. Dichas ventajas se traducen en
haber creado un monopolio a favor de la empresa, el cobro de la renta bsica,
el cobro por minuto y el pago que se hace la misma empresa por gerenciar su
negocio, todo lo cual resulta perjudicial para los consumidores y usuarios,
aadiendo que se atenta contra el artculo 103 de la Constitucin, toda vez que
la mencionada ley se expidi solo para celebrar el contrato de concesin con la
Compaa Peruana de Telfonos, hoy Telefnica del Per S.A.A.
Indican que la Primera Disposicin Transitoria de la ley cuestionada
transgrede la Octava Disposicin Transitoria de la Constitucin, que aun no
siendo parte de la Carta Magna, dispone la eliminacin progresiva de los
monopolios otorgados, es decir, los ya existentes, y no crear uno nuevo, como
ha sucedido en el presente caso; adems, sealan que, a su criterio, la misma
Octava Disposicin Transitoria es contraria a la Constitucin, porque la Carta
Magna de 1979 y la de 1993 no permiten, aun por excepcin, la creacin de
monopolios. La violacin se produce porque las leyes de desarrollo
constitucional relativas a los mecanismos y al proceso para eliminar
progresivamente los monopolios legales otorgados en las concesiones y
licencias de servicios pblicos, se deben aplicar a las concesiones y licencias
de servicios pblicos otorgados antes de la entrada en vigencia de la actual
Constitucin, esto es, antes del 1 de enero de 1994, y no con posterioridad,
como ocurre con el contrato de concesin cuestionado, suscrito el 16 de mayo
de 1994.
Afirman que el contrato-ley celebrado con Telefnica es inconstitucional,
por cuanto ha sido suscrito y pactado invlidamente, violando los artculos 2,
inciso 14), 62, 65 y 103 de la Constitucin, y, adems, porque contraviene lo
dispuesto en la Ley N 25988, y, asimismo, por haberse autorizado su
suscripcin mediante una ley inconstitucional, de modo que teniendo en cuenta
que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, deviene igualmente
inconstitucional. Expresan que el artculo 39 del Decreto Legislativo N 757
establece que los contratos de estabilidad son contratos con fuerza de ley, es
decir, que tienen la categora de ley, por lo que es posible que se declarare su
inconstitucionalidad.

El apoderado del Congreso de la Repblica contesta la demanda


solicitando que se la declare improcedente o, en su caso, infundada. Alega que
es improcedente, por las siguientes razones:
a) La parte demandante no tiene legitimidad para obrar, ya que varios
congresistas se han apartado del proceso al retirar sus firmas y, en el proceso
de inconstitucionalidad, el retiro de cualquiera de los miembros de la parte
demandante que signifique el incumplimiento de contar con la cantidad mnima
de personas necesarias para interponer la demanda, afecta la legitimacin
procesal que exige la Constitucin y la Ley Orgnica del Tribunal
Constitucional.
b) La demanda fue interpuesta vencido el plazo de prescripcin
establecido por ley, debido a que la Ley N 26618, de fecha 8 de junio de 1996,
fij en seis meses el plazo para que prescriba la accin de inconstitucionalidad;
y, segn la Tercera Disposicin Transitoria de la Ley N 26435, este plazo
empez a computarse desde el da en que qued constituido el Tribunal
Constitucional, esto es, el 24 de junio de 1996. Lo que significa que, a la fecha
de publicacin de la Ley N 27780, esto es, el 12 de julio de 2002, que ampli
el plazo de prescripcin a 6 aos, este ya se haba cumplido.
c) La demanda es jurdicamente imposible, pues dicha ley ya agot sus
efectos, dado que el perodo de concurrencia limitada establecido en ella,
culmin el 1 de agosto de 1998, por lo que carece de sentido y utilidad declarar
la inconstitucionalidad, por lo menos, de los artculos 1 y 2 de dicha norma, as
como de su Segunda Disposicin Transitoria, que se refieren al perodo de
concurrencia limitada.
d) La demanda de inconstitucionalidad contra el contrato-ley es
jurdicamente imposible, pues el blindaje de contrato-ley no lo convierte en
ley, no solo porque no es expedido por el Estado, en uso de su potestad de
imperio y con las formalidades que una ley requiere, sino porque, adems, no
rige para una generalidad de sujetos y para supuestos abstractos; nicamente
obliga a las partes que lo acordaron, en ejercicio de su libertad contractual y
dentro de su relacin jurdico-patrimonial.
e) La demanda incurre en una indebida acumulacin de pretensiones,
porque el Tribunal Constitucional no tiene competencia para declarar la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de un contrato-ley, pues, conforme al
artculo 62 de la Constitucin Poltica del Per, cualquier conflicto derivado de
una relacin contractual solo puede ser solucionado en la va judicial o arbitral.
Por otro lado, solicita que la demanda se declare infundada, aduciendo
que:
a) La Ley N 26285 no viola el artculo 61 de la Constitucin, pues es
una consecuencia de la Octava Disposicin Transitoria de la misma, ya que el
plazo de 5 aos de concurrencia limitada no crea un monopolio, sino fija un
plazo para la culminacin de un monopolio legal y real ya existente

(desmonopolizacin progresiva) al momento de entrada en vigor de la


Constitucin y de la propia ley impugnada, ejercido por la Empresa Nacional de
Telecomunicaciones del Per S.A. y la Compaa Peruana de Telfonos S.A.;
por consiguiente, lo que hizo la ley cuestionada fue finiquitar el plazo
determinado de exclusividad; concretizando, as, la Octava Disposicin
Transitoria de la Constitucin.
b) La Ley N 26285 no vulnera el artculo 62 de la Constitucin, pues el
contrato de concesin se encuentra vinculado estrechamente a los convenios
de estabilidad jurdica, teniendo en cuenta que a travs de estos el Estado
brinda al concesionario las garantas y seguridades para la adecuada ejecucin
del contrato de concesin que implica, esencialmente, la prestacin de un
servicio pblico, como en el presente caso. Adems, dicho artculo no restringe
el otorgamiento de garantas y seguridades a travs de los contratos-ley
nicamente a los convenios de estabilidad jurdica, excluyendo a los contratos
de concesin, pues el contrato-ley constituye un instrumento para fomentar la
inversin; y desde esa perspectiva, es aplicable tambin a las concesiones.
Afirma que el contrato de concesin es un contrato administrativo, al que la ley
le confiere el carcter de contrato-ley, y las garantas y seguridades que lo
caracterizan estn vinculadas con los contratos de concesin.
c) La ley cuestionada no atenta contra el artculo 65 de la Constitucin,
dado que cuando esta le dio el carcter de contrato-ley al contrato de
concesin, el Estado se oblig a no modificarlo o resolverlo unilateralmente,
pero no renunci a su potestad protectora de los usuarios de los servicios de
telefona, ejercindola a travs de OSIPTEL en sus facultades reguladora,
fiscalizadora, sancionadora, y resolutora de controversias y de reclamos de los
usuarios, en virtud del propio contrato-ley que est siendo impugnado. Por tal
motivo, ni el Tribunal Constitucional, ni el Congreso de la Repblica, son los
rganos pertinentes para resolver los conflictos surgidos entre los usuarios y
las empresas que brindan el servicio de telecomunicaciones.
d) No trasgrede el artculo 103 de la Carta Fundamental, debido a que
antes de que se dicte la ley impugnada, ya exista un monopolio, que la norma
no crea, fijando ms bien un plazo para la culminacin de dicho monopolio.
Sostiene que tampoco es posible afirmar que la ley cuestionada haya sido
dictada con nombre propio, pues esta norma fue dictada en enero de 1994,
casi mes y medio antes de la subasta pblica internacional en la que se otorg
la buena pro a Telefnica del Per y en la que participaron tres consorcios que
agrupan a importantes operadores telefnicos internacionales.
e) Cuando la ley seala que se otorgara un plazo de concurrencia
limitada de 5 aos, no se viola la Octava Disposicin Transitoria de la
Constitucin ni ninguna otra norma constitucional, pues el legislador fue
consciente de que la eliminacin de los monopolios legales no poda darse
automticamente, sino de forma gradual o paulatina.
A efectos de mejor ilustrar su criterio, dada la peculiaridad de la
controversia, este Tribunal Constitucional solicit informacin al Ministerio de
Transportes y Comunicaciones, OSIPTEL, INDECOPI y la Defensora del

Pueblo; y a las siguientes personas jurdicas: AT & T, TIM Per S.A.C.,


AMERICATEL PER, NEXTEL, TELEFNICA, Jos I. Tvara, jefe del
Departamento de Economa de la Pontificia Universidad Catlica del Per, a
ttulo personal, y la Asociacin Peruana de Consumidores y Usuarios.
FUNDAMENTOS
1. Petitorio
1. El objeto de la demanda es que se declare la inconstitucionalidad de
los artculos 1, 2 y 3, la Primera y Segunda Disposicin Final y Transitoria de la
Ley N 26285 y, acumulativamente, del contrato-ley de concesin celebrado
entre el Estado peruano y la Compaa Peruana de Telfonos, hoy Telefnica
del Per S.A.A.
2. Objeto de la accin de inconstitucionalidad y la impugnacin del
Contrato-Ley de Concesin
2. Antes de ingresar en el anlisis de la primera parte de la pretensin, el
Tribunal Constitucional examinar si tiene competencia para efectuar el control
de constitucionalidad, sobre un contrato-ley, como el celebrado entre el Estado
peruano y la Compaa Peruana de Telfonos, hoy Telefnica del Per S.A.A.
Ello ha de partir, como es obvio, del anlisis de las disposiciones
constitucionales que regulan las competencias de este Tribunal y, en particular,
del inciso 4) del artculo 200 de la Constitucin, concordante con el artculo 20
de la Ley N 26435, Orgnica del Tribunal Constitucional [en adelante, LOTC],
segn los cuales, a travs del proceso de inconstitucionalidad, se evala si una
ley o norma con rango de ley son incompatibles, por la forma o por el fondo,
con la Constitucin Poltica del Estado.
3. El marco conceptual del orden jurdico
3. El orden jurdico es un sistema orgnico, coherente e integrado
jerrquicamente por normas de distinto nivel que se encuentran
interconectadas por su origen, es decir, que unas normas se fundan en otras o
son consecuencia de ellas.
El ordenamiento jurdico se conceptualiza como una pluralidad de
normas aplicables en un espacio y tiempo determinados, y se caracteriza por
constituir una normatividad sistmica, y por su plenitud hermtica.
En puridad, una norma jurdica solo adquiere valor de tal, por su
adscripcin a un orden. Por tal consideracin, cada norma est condicionada
sistmicamente por otras. Ello debido a que el orden es la consecuencia de
una previa construccin terico-instrumental.
Al percibirse el derecho concreto aplicable, en un lugar y tiempo
determinados, como un orden regulador, se acredita la constitucin de una
totalidad normativa unitaria, coherente y organizadora de la vida coexistencial.

Ariel lvarez Gardiol (Manual de Filosofa del Derecho. Buenos Aires.


Astrea, 1982) afirma que el orden jurdico comporta la existencia de una
normatividad sistmica, puesto que (...) el derecho es una totalidad, es decir,
un conjunto de normas entre las cuales existe tanto una unidad como una
disposicin determinada. Y agrega que, por ende, se le puede conceptuar
como el conjunto o unin de normas dispuestas y ordenadas con respecto a
una norma fundamental y relacionadas coherentemente entre s.
Esta normatividad sistmica se rige bajo el criterio de la unidad, dado
que se encuentra constituida sobre la base de un escalonamiento jerrquico,
tanto en la produccin como en la aplicacin de sus determinaciones
regulatorias.
Hans Kelsen (Teora Pura del Derecho. Buenos Aires. Eudeba, 1987)
precisa que un orden normativo sistmico es unitario, porque todas sus normas
convergen en una norma fundamental, de la cual derivan directa o
indirectamente, en sucesin, grado o escalera, hasta llegar a las normas ms
concretas.
Toda norma encuentra su fundamento de validez en otra superior, y as
sucesivamente, hasta llegar a la norma fundamental. Tal concepto de validez
no solo alude a la necesidad de que una norma se adecue formalmente a otra
superior, sino tambin a su compatibilidad material.
Esta normativa est sujeta al criterio de coherencia, pues la normatividad
sistmica es una totalidad armnicamente ordenada, en la que las normas que
la conforman guardan una relacin de compatibilidad entre s, lo que excluye
cualquier posibilidad de contradiccin permanente.
Esta vocacin por la coherencia exige la exclusin de cualquier situacin
en que dos normas que se contradicen en sus consecuencias jurdicas,
pertenezcan o sigan perteneciendo a un mismo ordenamiento legal.
En consonancia con todo lo expuesto, puede sealarse que la
normatividad sistmica del orden jurdico descansa en los siguientes principios:
la coherencia normativa y el principio de jerarqua de las normas.
3.1. El principio de la coherencia normativa
4. Dicha nocin implica la existencia de la unidad sistmica del orden
jurdico, lo que, por ende, presume una relacin armnica entre las normas que
lo conforman.
Ello es as por la necesaria e imprescindible compenetracin,
compatibilidad y conexin axiolgica, ideolgica y lgica entre los deberes y
derechos asignados, adems de las competencias y responsabilidades
establecidas en el plano genrico de las normas de un orden jurdico.

Lo opuesto a la coherencia es la antinomia o conflicto normativo, es


decir, la existencia de situaciones en las que dos o ms normas que tienen
similar objeto, prescriben soluciones incompatibles entre s, de modo tal que el
cumplimiento o aplicacin de una de ellas acarreara la violacin de la otra, ya
que la aplicacin simultnea de ambas resulta imposible.
Como puede colegirse de lo expuesto, la coherencia se ve afectada por
la aparicin de las denominadas antinomias. Estas se generan ante la
existencia de dos normas que simultneamente plantean consecuencias
jurdicas distintas para un mismo hecho, suceso o acontecimiento. All se
cautela la existencia de dos o ms normas afectadas por el sndrome de
incompatibilidad entre s.
La existencia de la antinomia se acredita en funcin de los siguientes
presupuestos:
- Que las normas afectadas por el sndrome de incompatibilidad
pertenezcan a un mismo orden jurdico; o que encontrndose adscritas a
rdenes distintos, empero, estn sujetas a relaciones de coordinacin o
subordinacin (tal el caso de una norma nacional y un precepto emanado del
derecho internacional pblico).
- Que las normas afectadas por el sndrome de incompatibilidad tengan
el mismo mbito de validez (temporal, espacial, personal o material).
El mbito temporal se refiere al lapso dentro del cual se encuentran
vigentes las normas.
El mbito espacial se refiere al territorio dentro del cual rigen las normas
(local, regional, nacional o supranacional).
El mbito personal se refiere a los estatus, roles y situaciones jurdicas
que las normas asignan a los individuos. Tales los casos de nacionales o
extranjeros; ciudadanos y pobladores del Estado; civiles y militares,
funcionarios, servidores, usuarios, consumidores, vecinos; etc.
El mbito material se refiere a la conducta descrita como exigible al
destinatario de la norma.
- Que las normas afectadas por el sndrome de incompatibilidad
pertenezcan, en principio, a la misma categora normativa; es decir, que tengan
homloga equivalencia jerrquica.
Atendiendo a ello, puede definirse la antinomia como aquella situacin
en que dos normas pertenecientes al mismo orden jurdico y con la misma
jerarqua normativa, son incompatibles entre s, debido a que tienen el mismo
mbito de validez.
3.2. El principio de jerarqua piramidal de las normas

5. La normatividad sistmica requiere necesariamente que se establezca


una jerarqua piramidal de las normas que la conforman.
Al respecto el artculo 51 de la Constitucin, recogiendo dicho principio,
declara: La Constitucin prevalece sobre toda normal legal; la ley, sobre las
normas de inferior jerarqua, y as sucesivamente. La publicidad es esencial
para la vigencia de toda norma del Estado.
Con ello se postula una prelacin normativa con arreglo a la cual, las
normas se diversifican en una pluralidad de categoras que se escalonan en
consideracin a su rango jerrquico.
Dicha estructuracin se debe a un escalonamiento sucesivo tanto en la
produccin como en la aplicacin de las normas jurdicas.
Esta jerarqua se fundamenta en el principio de subordinacin
escalonada. As, la norma inferior encuentra en la superior la razn de su
validez: y, adems, obtiene ese rasgo siempre que hubiese sido creada por el
rgano competente y mediante el procedimiento previamente establecido en la
norma superior.
Como seala Francisco Fernndez Segado [El Sistema Constitucional
Espaol, Madrid, Dykinson, 1992], la pirmide jurdica (...) implica la existencia
de una diversidad de normas entre las que se establece una jerarquizacin, de
conformidad con la cual una norma situada en un rango inferior no puede
oponerse a otra de superior rango. Ello, a su vez, implica que el ordenamiento
adopte una estructura jerarquizada, en cuya cspide obviamente se sita la
Constitucin. Un sistema jurdico no est constituido por normas yuxtapuestas
y coordinadas, sino por normas jerrquicas y superpuestas.
Ello presupone una clara correlacin entre la fuente de la que emana
una norma, la forma que esta ha de adoptar y la fuerza jurdica de la misma. El
precepto que regula la produccin normativa es, prima facie, una norma
superior; mientras que la producida conforme a esa regulacin es una la norma
inferior.
En toda estructura jerrquica existen tres tipos de normas, a saber, las
productoras, las ejecutoras y las ejecutoras-productoras:
- Las normas productoras, en un sentido amplio, son las que revelan la
expresin y ejercicio de un poder legislativo (originario o derivado), por el que
se promueve y condiciona la expedicin de otras normas, a las cuales se les
asigna una jerarqua inferior. Es el caso de la Constitucin y de buena parte de
las leyes.
- Las normas ejecutoras son aquellas que dan cumplimiento a lo
dispuesto o establecido en una norma productora. Tal el caso de las
resoluciones.

- Las normas ejecutoras-productoras son aquellas que realizan ambas


tareas simultneamente. Tal es el caso de una buena parte de las leyes y los
decretos.
La produccin de normas deja constancia del inseparable binomio
poder-deber.
El poder del legislador consiste en la facultad de crear, modificar,
abrogar, -etc.-, normas dentro de un Estado, siempre que se respeten las
reglas de elaboracin.
Este poder se manifiesta descendentemente en cinco planos: poder
constitucional, poder legislativo ordinario, poder reglamentario, poder
jurisdiccional y poder negocial o de declaracin de voluntad.
El deber de legislar consiste en la atribucin de dictar normas que
permitan hacer cumplir, respetar o ejecutar los alcances de otras de mayor
jerarqua.
Este deber ascendentemente se manifiesta en cuatro planos:
- Deber negocial o de declaracin de voluntad, dentro del marco de la
Constitucin y dems normas de carcter pblico.
- Deber de aplicar la ley y ceirse a esta para resolver los conflictos de
carcter judicial o administrativo.
- Deber de reglamentar las leyes sin trasgredirlas ni desnaturalizarlas.
- Deber de legislar dentro del contexto sealado por la Constitucin.
Debe advertirse que si bien todo ordenamiento tiene forma piramidal, no
todos tienen el mismo nmero de categoras y grados.
3.3. Los principios constituyentes de la estructura jerrquica de las
normas
6. El orden jurdico no es un sistema de preceptos situados en un mismo
plano y ordenados equivalentemente, sino una construccin escalonada de
diversos estratos o categoras normativas.
Esta disposicin estratificada es producto del uso de una pluralidad de
principios que, en algunos casos, pueden determinar la ubicacin de una
norma dentro de una categora normativa, o su prelacin al interior de la
misma.
a) Principio de constitucionalidad
Las normas constitucionales poseen supremaca sobre cualesquiera
otras del sistema, por lo que cuando estas se les oponen formal o

materialmente, se preferir aplicar las primeras. Como acota Manuel Garca


Pelayo: Todo deriva de la Constitucin y todo ha de legitimarse por su
concordancia directa o indirecta con la Constitucin.
b) Principio de legalidad
Es una regla que exige sujecin a la ley y a aquellas normas de similar
jerarqua. En tal virtud, condiciona la validez de las normas de inferior rango.
Tal supremaca est prevista en el artculo 51 de la Constitucin, que
dispone que despus del texto fundamental, la ley prevalece sobre toda otra
norma de inferior jerarqua.
c) Principio de subordinacin subsidiaria
Establece la prelacin normativa descendente despus de la ley y
contiene a los decretos, las resoluciones y las normas de inters de parte.
Esta disposicin normativa se encuentra contemplada en el ya citado
artculo 51 de la Constitucin y en el artculo 3 del Decreto Legislativo N 560,
conocido con el nomen juris de Ley del Poder Ejecutivo.
d) Principio de jerarqua funcional en el rgano legislativo
Expresa que a falta de una asignacin especfica de competencia, prima
la norma producida por el funcionario u rgano funcional de rango superior. Se
aplica preferentemente al interior de un organismo pblico.
Este principio se deduce lgicamente de la estructura de jerarqua
funcional operante en cada organismo pblico. As, en el Gobierno Central, se
debern tener en cuenta las normas generales previstas en los artculos 37 y
siguientes del Decreto Legislativo N 560 -Ley del Poder Ejecutivo-, adems de
lo dispuesto por otras leyes.
7. Ahora bien, la pirmide jurdica nacional debe comprenderse a la luz
de dos criterios rectores: las categoras y los grados.
Las categoras son expresin de un gnero normativo que ostenta una
cualificacin formal y una condicin preferente determinada por la Constitucin
o por sus normas reglamentarias.
Ellas provienen de una especie normativa; es decir, aluden a un conjunto
de normas de contenido y valor semejante o anlogo.
En nuestro ordenamiento, la primera categora se encuentra ocupada
por las normas constitucionales y las normas con rango constitucional; la
segunda est conformada por la ley y normas con rango de ley; la tercera est
constituida por los decretos y normas de naturaleza ejecutiva; la cuarta por las
resoluciones; y la quinta por las normas con inters de parte. Estas ltimas
incluyen las decisiones del Estado surgidas a peticin de los particulares, o

actos de estos sin intervencin estatal, que generen derechos y deberes de


carcter personal.
Desde esta perspectiva, las acciones de inconstitucionalidad operan
contra las normas contenidas en la segunda categora; es decir, contra las
leyes y normas con rango de ley, donde se incluye a las leyes orgnicas, las
leyes ordinarias en sus distintas denominaciones [leyes generales, de bases,
de desarrollo constitucional, etc.], los tratados (aprobados por el Congreso), los
decretos legislativos, las resoluciones legislativas, el reglamento del Congreso,
las ordenanzas municipales, las normas regionales de carcter general, las
ordenanzas regionales, el decreto de urgencia y los decretos leyes.
Cabe precisar que, respecto a las ltimas categoras, no todas ellas
tienen el mismo grado. Entre ellas existen grados. Los grados son los que
exponen una jerarqua existente entre las normas pertenecientes a una misma
categora. Esta prelacin interna se establece por la utilizacin de los principios
de formalidad extraordinaria y jerarqua del rgano que la expide. Tal el caso de
las resoluciones (en cuyo orden decreciente aparecen las resoluciones
supremas, las resoluciones ministeriales, las resoluciones viceministeriales,
etc.).
3.4. Las normas con inters de parte y la declaracin de voluntad
8. Se trata de instrumentos normativos que permiten a las personas
regular sus intereses y relaciones coexistenciales de conformidad con su propia
voluntad.
Se manifiestan como expresiones volitivas, tendentes a la creacin de
normas jurdicas con inters de parte.
Como expresin del albedro humano, la declaracin de voluntad
constituye una norma jurdica obligatoria y no una mera declaracin u opinin.
Es un acto jurdico en el cual el sujeto expresa algo que est en su
pensamiento, y que est encaminado a la produccin de efectos jurdicos, tales
como la creacin, modificacin o extincin de una relacin jurdica.
Su validez se ampara en alguna de las siguientes normas:
- Inciso 14) del artculo 2 de la Constitucin: Toda persona tiene
derecho: [...] A contratar con fines lcitos, siempre que no se contravengan
leyes de orden pblico.
- Apartado a del inciso 24) del artculo 2 de la Constitucin: Nadie est
obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no
prohbe.
- Artculo 140 del Cdigo Civil: [...] Para [la validez del acto jurdico] se
requiere: [...]Agente capaz [...] Objeto fsica y jurdicamente posible [...] Fin lcito
[...] Observancia de la forma prescrita bajo sancin de nulidad.

3.5. Efectos jurdicos de la declaracin de voluntad


9. Las consecuencias de la declaracin de voluntad, es decir, el corolario
jurdico deseado por la persona, y por ende amparado por el ordenamiento
jurdico, se traduce en la creacin, regulacin, modificacin o extincin de una
relacin jurdica, generando la adquisicin de un derecho o el establecimiento
de una responsabilidad.
La declaracin de voluntad tiene dos categoras:
Declaracin unilateral de voluntad
A pesar de su carcter intersubjetivo, no supone un acuerdo de
voluntades para generar un efecto o consecuencia jurdica. Es el caso del
testamento, que por ser exclusiva liberalidad del testador, no implica acuerdo
previo con los beneficiarios. Este acto formal (una vez fallecido el testador)
funciona como un verdadero conjunto de normas jurdicas.
Declaracin contractual de voluntad
Se genera por el concurso de voluntades de dos o ms personas, que
convienen en generar obligaciones a partir de un acuerdo. Conforme a los
alcances de sus efectos, plantea dos posibilidades:
El contrato que establece normas jurdicas obligatorias solo para las
partes que lo celebran (aunque en la negociacin colectiva es frecuente que el
acuerdo firmado por la representacin sindical y la empresarial, alcance incluso
a aquellos que no pertenecen a la organizacin sindical).
Los contratos que realiza el Estado, que tienen consecuencias y
significacin que, con frecuencia, se extienden a toda la sociedad y por varias
generaciones.
Generalmente su fin es la bsqueda del bien comn y la satisfaccin de
intereses concretos de los ciudadanos en sus roles de usuarios o
consumidores.
10. Segn el artculo 200 de la Constitucin, el objeto del proceso o, lo
que es lo mismo, aquello que ha de evaluarse en su compatibilidad o no con la
Constitucin, comprende aquellas categoras normativas a las que la
Constitucin les ha asignado el rango de ley. Con la expresin rango se
denota la posicin que una fuente formal del derecho pueda ostentar en el
ordenamiento jurdico; en tanto que con la frmula rango de ley se indica que
las fuentes a las que se ha calificado como tales, se ubican en el ordenamiento
en el grado inmediatamente inferior al que ocupa la Constitucin. Sin embargo,
rango de ley no equivale, necesariamente, a que se tenga la condicin de
fuente primaria, esto es, que se encuentren creadas y disciplinadas, nica y
directamente, por la Constitucin.

En efecto, muchas de las fuentes mencionadas en el inciso 4) del


artculo 200 de la Ley Fundamental, no solo tienen en las normas
constitucionales a las que regulan el proceso de su produccin jurdica, es
decir, las reglas mediante las cuales el ordenamiento regula su proceso de
creacin, modificacin y extincin. En efecto, en ocasiones, sobre las diversas
fuentes aludidas en el inciso 4) del artculo 200, la propia Norma Suprema
establece que otras fuentes del mismo rango formal cumplan, por reenvo, la
funcin de regular el proceso de su elaboracin. En tal situacin, por ejemplo,
se encuentran el decreto legislativo, las normas regionales o la ordenanza
municipal, por solo citar algunas cuyas reglas de produccin normativa, como
es evidente, no provienen solo de la Constitucin, sino tambin de aquellas
fuentes, como la ley, a las que aquella remite.
Por tal razn, solo las fuentes que ocupan esa posicin en el
ordenamiento jurdico, pueden ser impugnadas en el proceso de
inconstitucionalidad de las leyes.
De modo que, como el Tribunal precis en la sentencia recada en el
Exp. N 0010-2003-AI/TC [Caso de la Legislacin Antiterrorista], el objeto del
control de la accin de inconstitucionalidad recae sobre las disposiciones y
normas que pertenecen a una fuente con rango de ley, es decir, sobre la
situacin normativa que se deriva de una o varias disposiciones y las normas
que de ellas se puedan extraer.
11. Dado que el contrato-ley de concesin cuestionado no constituye una
categora normativa contemplada en el inciso 4) del artculo 200 de la
Constitucin, los demandantes han alegado que este debera integrarse al
objeto del proceso por dos razones:
a) El artculo 39 del Decreto Legislativo N 757 les ha otorgado fuerza
de ley.
b) El contrato-ley de concesin celebrado entre el Estado peruano y la
Compaa Peruana de Telfonos (hoy Telefnica del Per S.A.A.), ha sido
aprobado y forma parte del Decreto Supremo N 11-94-TCC.
12. El Tribunal Constitucional no comparte ninguna de las razones
expuestas por los demandantes.
En primer lugar, sin perjuicio de que ms adelante se precisen mejor los
contornos de la institucin denominado contrato-ley, este, constituyendo una
figura sui gneris de la institucin del contrato, no es una categora
normativa, una fuente formal del derecho constitucional, como cualquiera de
las enunciadas en el inciso 4) del artculo 200 de la Constitucin. Y tal
afirmacin nada tiene que ver con que al contrato, como se expuso en la
audiencia pblica, se tenga que reconocer fuerza vinculante. Ciertamente, las
estipulaciones de un contrato vinculan a las partes que los suscriben, y su
inobservancia acarrea la posibilidad de que se sancionen dichos
incumplimientos. Pero una cosa es reconocer a los contratos, en general,
fuerza vinculante u obligatoriedad de sus trminos, y otra, muy distinta,

atribuirles la calidad de fuentes primarias o, como la Constitucin denomina a


las fuentes susceptibles de impugnarse mediante este proceso, de normas con
rango de ley.
13. En la audiencia pblica se ha destacado que ese rango de ley del
contrato cuestionado habra que reconocrselo de facto, pues si bien este
vincula al Estado y al particular que lo suscribi, sin embargo, tiene la
particularidad de que sus efectos se extienden con carcter general. Desde
esta perspectiva, se alega, el carcter general de sus efectos sera el que lo
dotara de la condicin de norma con rango de ley.
El Tribunal Constitucional no comparte dicho criterio. En primer lugar, no
es el mbito de aplicacin o el carcter general que se pueda desprender de
las estipulaciones de un acto jurdico lo que los convierte, o permite su
equiparacin, a las normas con rango de ley. Las fuentes formales del Estado
constitucional de derecho, y el rango que pudieran tener, son aquellas a las que
el propio ordenamiento constitucional les atribuye dicha condicin y rango. Y
tales cualidades son independientes de los efectos o la eficacia erga omnes
que puedan poseer. Represe, por ejemplo, en las denominadas leyes de
medida, esto es, en las leyes que, por la naturaleza de las cosas, tienen como
propsito regular la situacin jurdica de un mbito reducido de destinatarios
(artculo 103 de la Constitucin). En similar condicin se encuentran las leyes
expropiatorias exigidas por el artculo 70 de la Constitucin, o las normas
regionales y las ordenanzas municipales, estas dos ltimas cuyo mbito de
eficacia, como se sabe, est territorialmente delimitado. Y no porque cualquiera
de estas carezcan de efectos generales, similares a la ley, puede de ellas
predicarse que no tienen rango de la ley.
En definitiva, no son razones lgicas, materiales, sus efectos ms o
menos generales, o cuestiones inherentes a la estructura de los diversos actos
normativos, los que hacen que determinadas fuentes del derecho puedan ser
consideradas como con rango de ley. El rango que una fuente ocupa en el
ordenamiento jurdico es aquel que el propio ordenamiento constitucional ha
dispuesto producto de una decisin de naturaleza esencialmente poltica
expresada en la Constitucin. Y sucede que, al menos por lo que se refiere a
nuestro ordenamiento constitucional, ese rango no se ha conferido a los
denominados contrato-ley.
14. El Tribunal Constitucional tampoco comparte el criterio sostenido por
los demandantes, de que el contrato-ley impugnado debera ser evaluado en
este proceso, debido a que el artculo 39 del Decreto Legislativo N 757 le ha
otorgado fuerza de ley.
En el constitucionalismo decimonnico, la nocin de fuerza de ley
estuvo ligada a la idea de la ley como expresin de la voluntad general, es
decir, como una propiedad derivada de su ubicacin como la norma cimera del
ordenamiento jurdico. Esta, a su vez, reconoca a la expresin de la voluntad
popular, por medio de sus representantes la ley, dos cualidades. Por un lado,
una fuerza activa, consistente en la capacidad ilimitada de innovar el
ordenamiento jurdico, y, por otro, una fuerza pasiva, es decir, la capacidad de

resistir frente a modificaciones o derogaciones que procediesen de otras


fuentes del derecho que no tuviesen sus mismos atributos.
Evidentemente, una dimensin semejante de la nocin de fuerza de
ley, hoy no es de recibo en el Estado Constitucional de Derecho. En este, en
efecto, la posicin de la norma suprema ya no la ocupa la ley, sino la
Constitucin. Y aunque el legislador democrtico goza de una amplia
discrecionalidad para ejercer la funcin legislativa, es claro que su capacidad
para innovar el ordenamiento jurdico est condicionada por los lmites
formales, materiales y competenciales que se deriven de la Constitucin, que
es la Lex legum.
Desde luego que no es solo la fuerza activa de la ley la que ha tenido
que replantearse a partir del establecimiento de la Constitucin como norma
suprema del ordenamiento jurdico. Otro tanto, ahora, cabra afirmar con
relacin a su fuerza pasiva. La multiplicacin de fuentes normativas con el
mismo rango ha supuesto que la modificacin, suspensin o derogacin de la
ley, no necesariamente tenga que provenir de otra ley en sentido formal, esto
es, de la que el Parlamento pueda aprobar; sino, tambin, de aquellas otras
fuentes normativas que, en el ordenamiento, tienen su mismo rango, como el
decreto de urgencia o el decreto legislativo, y dentro, por supuesto, de los
lmites que la Constitucin les impone.
En buena cuenta, la multiplicacin de fuentes normativas con el mismo
rango de la ley ha supuesto que, en el Estado constitucional de derecho, ya no
se pueda hablar de fuerza de ley como una cualidad adscribible nicamente a
la ley en sentido formal, sino como una que se puede predicar de todas las
categoras normativas que con el rango de ley se hayan previsto en la
Constitucin. Una capacidad de innovar el ordenamiento, pero tambin de
resistir modificaciones, derogaciones o suspensiones, que vara segn la
fuente de que se trate.
15. Cmo, entonces, comprender el concepto de fuerza de ley en
nuestro ordenamiento constitucional? Aunque pueda parecer obvio, desde
luego, a partir del sentido que se desprenda de la Constitucin peruana.
Un anlisis de todas las disposiciones constitucionales que aluden a la
expresin fuerza de ley, evidencia que la Constitucin de 1993 solo se refiere
en dos oportunidades a este concepto. Por un lado, en el artculo 94, que se
establece que El Congreso elabora y aprueba su Reglamento, que tiene fuerza
de ley...; y, por otro, en el inciso 18) del artculo 119, que dispone
Corresponde al presidente de la Repblica: (...) diecinueve. Dictar medidas
extraordinarias, mediante decretos de urgencia con fuerza de ley, en materia
econmica y financiera, cuando as lo requiere el inters nacional y con cargo
de dar cuenta al Congreso....
En ambos casos, la expresin no se utiliza como un smil de la nocin
rango de ley [que se predica, por otro lado, en el inciso 4) del artculo 200 de
la Constitucin a favor de ambas fuentes y de otras]; sino que enuncia la
capacidad que tienen tales fuentes, en primer lugar, para innovar, in suo ordine

y dentro de los lmites de la Constitucin, el ordenamiento jurdico. Y, en


segundo lugar, para contemplar una distinta fuerza pasiva, una resistencia
especfica frente a modificaciones, suspensiones o derogaciones por parte de
otras fuentes. As, por ejemplo, mediante una ley o un decreto legislativo no se
podr modificar una materia, por ejemplo, cuyo desarrollo la Constitucin ha
reservado al reglamento parlamentario. Y tampoco por supuesto, con otra
categora normativa de rango inferior.
16. La calificacin de los convenios de estabilidad jurdica como
contratos con fuerza de ley, por cierto, no proviene de la Constitucin, sino,
como lo han expresado los demandantes, del artculo 39 del Decreto
Legislativo N 757, Ley Marco para el Crecimiento de la Inversin Privada.
El origen de la denominacin, en este caso, no es superfluo, dado que
con la misma expresin en otros sectores del ordenamiento se alude a un
tpico sustancialmente distinto. Por ejemplo, en el derecho privado, y en
concreto, en el derecho civil, con tal nocin tambin se suele aludir a la
intensidad del nexo que vincula a las partes de un contrato. Como expresa
Manuel de la Puente y Lavalle, La expresin fuerza de ley no debe ser
comprendida como que los contratos tienen, a semejanza de la ley, carcter
normativo y que obligan por tener tal carcter, sino que es simplemente una
figura retrica, una metfora, para enfatizar que los contratos, pese a ser
manifestaciones de la voluntad humana, constituyen un lazo que acta con una
fuerza que guarda semejanza con la de la ley [Manuel de la Puente y Lavalle,
La libertad de contratar, en Themis, N 33, Lima 1996, pg. 10].
En otras oportunidades, como sucede con los denominados contratosley, a los que se refiere el artculo 39 del Decreto Legislativo N 757, y sobre los
que posteriormente habremos de volver, la expresin enfatiza la capacidad del
contrato de no ser modificado o dejado sin efecto unilateralmente por el Estado.
Es decir, subraya la proteccin que se brinda a ciertos contratos para que estos
no sean modificados unilateralmente. Ese es el sentido, en efecto, de dicho
precepto legal:
Los convenios de estabilidad jurdica se celebran al amparo del artculo
1357 del Cdigo Civil y tienen la calidad de contratos con fuerza de ley, de
manera que no pueden ser modificados unilateralmente por el Estado...
Desde esta perspectiva, como lo ha expuesto la demandada, en criterio
que este Tribunal comparte, el contrato-ley es un acuerdo de voluntades entre
dos partes, que rige para un caso concreto, solo que est revestido de una
proteccin especial, a fin de que no pueda ser modificado o dejado sin efecto
unilateralmente por el Estado... El blindaje del contrato-ley de manera alguna lo
convierte en ley (...); nicamente obliga a las partes que lo acordaron, en
ejercicio de su libertad contractual, y dentro de su relacin jurdico patrimonial.
En definitiva, tanto en el derecho privado como en el derecho pblico, el
significado que se pueda atribuir al concepto de fuerza de ley no culmina
confundiendo este concepto con el de rango de ley, que el inciso 4) del
artculo 200 de la Constitucin exige para que una fuente pueda ser objeto de

control en este proceso. Desde este punto de vista, el Tribunal Constitucional


no es competente para evaluar en el seno del proceso de inconstitucionalidad
de las leyes, la validez constitucional del contrato-ley.
17. No obstante lo anterior, es oportuno referirse a otro argumento
expuesto por los demandantes en la audiencia pblica, cuyo objeto fue
persuadir a este Tribunal sobre la pertinencia de su competencia. En concreto,
que el contrato-ley de concesin es una fuente formal del derecho, dado que
fue aprobado y forma parte integrante del Decreto Supremo N 11-94-TCC. As
lo establece, en efecto, su artculo 1.
Aprubase el contrato de concesin a celebrarse entre el Estado,
representado por el Ministerio de Transportes, Comunicaciones, Vivienda y
Construccin y la Empresa Nacional de Telecomunicaciones del Per S.A.
ENTEL PERU S.A. para la prestacin de servicios portadores y telefnicos
locales y de larga distancia nacional e internacional, el mismo que forma parte
integrante del presente decreto supremo y comprende lo siguiente: (...).
Este Colegiado precisa que, efectivamente, es cierto lo que afirman los
demandantes en el punto sexto de los fundamentos de hecho de su demanda,
es decir que el contrato-ley materia de la presente accin forma parte del
Decreto Supremo N 11-94-TCC; en consecuencia, estamos frente a una
norma cuyo control no le corresponde por expreso mandato de la Constitucin,
pues el artculo 200, inciso 4) de la Constitucin, que se refiere al proceso de
inconstitucionalidad, solo le ha confiado a este Tribunal controlar la validez de
la ley y las normas con rango de Ley.
Por todas las razones expuestas, el Tribunal Constitucional no es
competente, ratione materiae, para efectuar el control abstracto de
constitucionalidad del contrato-ley de concesin celebrado entre el Estado
peruano y la Compaa Peruana de Telfonos, hoy Telefnica del Per S.A.A,
por lo que este extremo de la pretensin no puede conocerce en este proceso.
4. Alcances de la sentencia del Tribunal Constitucional y su relacin con
el contrato-ley de concesiones suscrito por el Estado peruano y Telefnica del
Per
18. Algo ms debe precisarse respecto al contrato-ley cuya declaracin
de inconstitucionalidad se ha solicitado. No solamente el Tribunal
Constitucional no tiene competencia para efectuar sobre l un control de
constitucionalidad. Adems, cualesquiera que vayan a ser los alcances del
pronunciamiento que aqu se emita sobre los artculos 1, 2 y 3 y Primera y
Segunda Disposicin Final y Transitoria de la Ley N 26285, debe recordarse
que, de conformidad con el artculo 204 de la Constitucin, concordante con los
artculos 35 y 36 de la LOTC, las sentencias que se emiten en este proceso no
tienen efectos retroactivos y, por tanto, no pueden afectar en modo alguno la
validez de los actos que al amparo de dichos preceptos legales se hayan
podido realizar.

El artculo 204 de la Norma Fundamental, como se sabe, concretiza uno


de los muchos alcances en los que se materializa el principio de seguridad
jurdica en el mbito de la jurisdiccin constitucional. En efecto, toda
declaracin de inconstitucionalidad de una disposicin legislativa, supone una
agresin al ordenamiento jurdico, en la medida en que sus efectos se
traducen, prima facie, en privar de regulacin una materia determinada, durante
cuya vigencia, y a su amparo, se practicaron una serie de actos jurdicos. De
ah que entre la disyuntiva de otorgarle efectos retroactivos a las sentencias de
inconstitucionalidad [y, por tanto, la posibilidad de que se declaren nulos los
actos realizados o practicados a su amparo], y la de concederle efectos pro
futuro [y, de ese modo, dejar a salvo los actos practicados al amparo de las
disposiciones legales declaradas inconstitucionales], la Constitucin de 1993,
como en su momento lo hizo la Constitucin de 1979, ha dispuesto que la
sentencia que declara la inconstitucionalidad de una ley no tiene efectos
retroactivos, salvo los casos de leyes tributarias y de contenido penal, cuyos
alcances estn regulados por los artculos 74 y 103 de la Constitucin, as
como por el segundo prrafo del artculo 36 de la LOTC, respectivamente.
Consecuentemente, es deber del Tribunal Constitucional acotar que los
alcances de la sentencia que ahora expide tampoco pueden afectar la validez
del contrato-ley celebrado entre el Estado peruano y Telefnica del Per.
5. Artculo 1 de la Ley N 26285 y las cuestiones incidentales
planteadas
19. Se alega que el artculo 1 de la Ley N 26285 es inconstitucional,
pues prev un periodo de concurrencia limitada (es decir, un monopolio) de
cinco aos a los concesionarios. El artculo 1 de dicha Ley N 26285 establece
que:
Los Servicios Pblicos de Telecomunicaciones de Telefona Fija Local y
de Servicios de Portadores de larga distancia nacional e internacional sern
desmonopolizados progresivamente mediante la fijacin de un perodo de
concurrencia limitada durante el cual se adecuarn estos servicios a un
rgimen de libre competencia.
A juicio de los demandantes, tal disposicin afecta el artculo 61 de la
Constitucin, pues sta prescribe, en su parte pertinente, que:
Ninguna ley o concertacin puede autorizar ni establecer monopolios.
20. A fin de persuadir a este Tribunal de la inconstitucionalidad de dicha
disposicin, en buena cuenta los demandantes han planteado lo que, por
decirlo as, se podra calificar como una cuestin incidental. Segn se infiere
de la demanda, al evaluarse la inconstitucionalidad del artculo 1 de la Ley N
26285, el Tribunal no debiera considerar la segunda fraccin de la Octava
Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin, pues, se afirma, por un lado,
que dicha disposicin no forma parte de la Constitucin y, por otro, si es que el
Tribunal no fuera de la opinin anterior, que se trata [la segunda fraccin de la
referida disposicin final de la Constitucin] de una clusula constitucional que

es, a su vez, inconstitucional, porque transgrede el artculo 61 de la


Constitucin, dado que el artculo 61 prohbe el monopolio, sin excepcin
alguna, pese a lo cual se introdujo la Octava Disposicin Transitoria, que
refiere que debe llevarse progresivamente la eliminacin de los monopolios, lo
cual va en contra del mismo ordenamiento constitucional.
Planteado en esos trminos el anlisis del artculo 1 de la ley
impugnada, el Tribunal se detendr previamente en la elucidacin de estos dos
temas.
6. Las disposiciones finales y transitorias como parte de la Constitucin
21. En cuanto al primer tema enunciado, este Tribunal no comparte el
argumento de los recurrentes. Desde una perspectiva formal, que es la nica
manera como cabe efectuar el anlisis de la cuestin planteada, las
disposiciones finales y transitorias de la Constitucin, al igual que el resto de
disposiciones constitucionales, fueron aprobadas por el Congreso
Constituyente Democrtico y promulgadas conjuntamente con el resto de las
disposiciones que integran la Norma Suprema del Estado. La Constitucin, en
efecto, no es solo una norma, sino, en realidad, un ordenamiento, que est
integrado por el Prembulo, sus disposiciones con numeracin romana y
arbica, as como por la Declaracin sobre la Antrtida que ella contiene. Toda
ella comprende e integra el documento escrito denominado Constitucin
Poltica de la Repblica del Per y, desde luego, toda ella posee fuerza
normativa, aunque el grado de aplicabilidad de cada uno de sus dispositivos
difiera segn el modo como estn estructurados.
Las Disposiciones Finales y Transitorias de la Constitucin y, entre
ellas, la Octava Disposicin, en efecto, constituyen autnticas normas
jurdicas, aunque su funcin vare, a su vez, segn se trate de una Disposicin
Final o se trate de una transitoria.
Mediante las primeras, la Constitucin de 1993 regula la situacin
especfica de determinadas materias constitucionales, como los regmenes
pensionarios del Decreto Ley N 20530; la funcin interpretativa de los tratados
sobre derechos humanos en la determinacin del contenido, alcances y lmites
de los derechos y libertades fundamentales; la misma prioridad del dictado de
aquello que se denomina leyes de desarrollo constitucional, por citar algunas
que, por tcnica constituyente, se consider no apropiado regular en el texto
mismo de la Constitucin. De ah que una de sus caractersticas, que, como
veremos inmediatamente, no la poseen las Disposiciones Transitorias, es que
se trata de disposiciones con efectos de carcter general y permanente,
esto es, no circunscritos a un mbito temporal de eficacia.
En cambio, con las Disposiciones Transitorias se regula el rgimen
temporal al cual se sujetar la regulacin de determinadas materias
desarrolladas en el corpus constitucional. Por lo general, se trata de
disposiciones que poseen una eficacia circunscrita a una dimensin temporal,
que, desde luego, no incide sobre su fuerza jurdico-formal. Es decir, son
disposiciones que, por su propia naturaleza, habrn de cesar en su eficacia no

bien los supuestos que temporalmente ellas regulan se agoten, como sucede,
en la actualidad, con la Sexta Disposicin, que limit temporalmente el
mandato de los alcaldes y regidores elegidos en el proceso electoral de 1993, o
la Decimotercera Disposicin, que facultaba al Poder Ejecutivo, entre tanto no
se constituyeran las regiones, a determinar la jurisdiccin de los Consejos
Transitorios de Administracin Regional.
En cualquier caso, ya se trate de una Disposicin Final o de una
Disposicin Transitoria, al Tribunal no le cabe la menor duda de que estas
constituyen autnticas disposiciones constitucionales, que tienen fuerza
vinculante y, por ello, integran el parmetro de control en cualesquiera de los
procesos constitucionales.
Aunque no nos hayamos detenido, en su momento, a explicitar estas
consideraciones, debe recordarse que ese ha sido el criterio de este Tribunal
desde el inicio de sus actividades. Por citar dos ejemplos, expresado cada uno
de ellos con una distinta conformacin del Tribunal, esa fue la lnea
jurisprudencial seguida por este Colegiado cuando expidi las sentencias
recadas en los Expedientes Ns 007-1996-AI/TC; 008-1996-AI/TC
(composicin inicial del Tribunal), o las sentencias recadas en los expedientes
Ns 005-2002-AI/TC y 002-2003-AI/TC.
Por lo expuesto debe concluir afirmndose que las disposiciones finales
y transitorias forman parte de la Constitucin, e integran el parmetro de control
en el proceso de inconstitucionalidad de las leyes.
7. Mandato constitucional de prohibicin del establecimiento de
monopolios y la VIII Disposicin Final de la Constitucin. El Principio de Unidad
en la interpretacin constitucional.
22. Resuelto de ese modo el problema en torno al valor normativo de las
disposiciones transitorias y finales de la Constitucin, ahora el Tribunal
Constitucional debe precisar que los problemas que se puedan presentar en el
reconocimiento y coexistencia de diversos bienes constitucionales, y los
aparentes conflictos que entre ellos se puedan suscitar, no se resuelven en un
esquema de validez/invalidez, sino mediante los diversos criterios de
interpretacin constitucional o las tcnicas con las que se ha autorizado a este
Tribunal
Constitucional
para
resolver
colisiones
entre
bienes
constitucionalmente protegidos [principio de unidad de la Constitucin,
concordancia prctica, eficacia integradora, o tcnicas como el balancing, o
ponderacin, y el mismo principio de proporcionalidad, segn sea el caso].
23. Precisamente, la aparente antinomia denunciada por los
demandantes, esto es, la probable contradiccin entre el artculo 61 de la
Constitucin y su Octava Disposicin Transitoria, en su segunda fraccin, es un
tema que debe resolverse empleando los criterios especficos de interpretacin
constitucional y, en particular, con aquel que se denomina principio de unidad
de la Constitucin. Como se sabe, segn este criterio de interpretacin, el
operador jurisdiccional debe considerar que la Constitucin no es una norma
(en singular), sino, en realidad, un ordenamiento en s mismo, compuesto por

una pluralidad de disposiciones que forman una unidad de conjunto y de


sentido.
Desde esta perspectiva, el operador jurisdiccional, al interpretar cada
una de sus clusulas, no ha de entenderlas como si cada una de ellas fuera
compartimentos estancos o aislados, sino cuidando de que se preserve la
unidad de conjunto y de sentido, cuyo ncleo bsico lo constituyen las
decisiones polticas fundamentales expresadas por el Poder Constituyente. Por
ello, ha de evitarse una interpretacin de la Constitucin que genere
superposicin de normas, normas contradictorias o redundantes.
24. Una interpretacin de las disposiciones constitucionales involucradas
con el tema del monopolio, a partir del principio de unidad, impide a este
Tribunal Constitucional considerar que exista, como se ha denunciado, una
antinomia entre el artculo 61 de la Constitucin y la segunda fraccin de su
Octava Disposicin Final.
Mediante la primera de las disposiciones constitucionales, en efecto, se
ha previsto, como regla general, y en lo que ahora interesa, que ninguna ley ni
concertacin puede autorizar ni establecer monopolios, mientras que con la
segunda fraccin de la VIII Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin,
que existe prioridad en el dictado de leyes relativas a los mecanismos y al
proceso para eliminar progresivamente los monopolios legales otorgados en las
concesiones y licencias de servicios pblicos.
De esta manera, si con el artculo 61 de la Constitucin se prohbe, ex
novo, la creacin o el establecimiento de monopolios legales, con la Octava
Disposicin Final se establece un mandato al legislador para que, respecto a
los monopolios preexistentes (segunda fraccin), se dicten las leyes necesarias
que prevean los mecanismos y el proceso para eliminarlos progresivamente. Lo
que significa que lejos de presentarse un problema de incoherencia entre dos
disposiciones constitucionales, existe, por el contrario, una relacin de
complemento entre ellas.
25. En torno a ello, los demandantes sostienen que a partir del da en
que entr en vigencia la Constitucin de 1993, esto es, a partir del 31 de
diciembre de 1993, el legislador se encontraba imposibilitado de crear o
establecer monopolios legales. Consideran, por ello, que el artculo 1 de la Ley
N 26285, promulgado con posterioridad a la entrada en vigencia de la Carta de
1993, viola su artculo 62, pues, pese a estar prohibido, cre, ex novo, un
monopolio legal.
Sustentando tal posicin, se ha argido que, con anterioridad a la
expedicin de la Constitucin de 1993, no podan existir monopolios, ya que
por expreso mandato del artculo 133 de la Constitucin de 1979 (1), estos
estaban prohibidos. Y, en la audiencia pblica, se ha sostenido que las leyes y
normas que regulaban a las otrora empresas Compaa Peruana de Telfonos
-CPTSA- y Empresa Nacional de Telecomunicaciones -ENTEL PER- no
haban creado en favor de ellas un monopolio legal. A su juicio, con ello se
acreditara que el artculo 1 de la Ley N 26285 no desmonopolizara la

prestacin de un servicio pblico, sino, en buena cuenta, creara un monopolio


legal en la prestacin de los servicios de telecomunicaciones de telefona fija
local y de servicios de portadores de larga distancia nacional e internacional, al
fijar un periodo de concurrencia limitada durante el cual se adecuarn estos
servicios a un rgimen de libre competencia.
26. Al contestar la demanda, el apoderado del Congreso de la Repblica
ha sostenido que este extremo de la demanda (e, inclusive, la que se extiende
a la impugnacin del artculo 2 de la Ley cuestionada), debe declararse
improcedente, pues, en concreto, dichos preceptos legales ya agotaron
totalmente sus efectos. A su juicio, los artculos 1 y 2 de la Ley N 26285
establecieron que el periodo de concurrencia limitada para la prestacin de los
servicios pblicos de telecomunicaciones de telefona fija local y de servicios de
portadores de larga distancia nacional e internacional, de conformidad con la
Segunda Disposicin Final y Transitoria de la misma ley, no podan ser
mayores a cinco aos, contados desde la fecha de otorgamiento de las nuevas
concesiones. Alega que dichos contratos fueron suscritos el 16 de mayo de
1994 y, de acuerdo con el Decreto Supremo N 021-98-MTC [que aprueba las
modificaciones a los contratos de concesin celebrados entre el Estado y
Telefnica del Per S.A.A, en particular su clusula segunda de la addenda], se
fij el vencimiento del periodo de concurrencia limitado para la prestacin del
servicio de telefona fija local para el 1 de agosto de 1998.
A fin de contradecir este ltimo argumento, los demandantes han
sostenido que no existe tal cesacin de los efectos del artculo 1 de la Ley N
26285, pues, pese a haber vencido el periodo de concurrencia limitada
establecido en la prestacin de los servicios pblicos a los que se refiere dicho
artculo, este an persiste. Para acreditarlo, han adjuntado una carta dirigida
por Telefnica del Per a TIM, en la que, a la pregunta de si esta ltima puede
establecer una tarifa que cobre el servicio por segundos, Telefnica del Per
contesta de modo negativo. A su juicio, tal documento constituye una prueba de
que dicho periodo de concurrencia limitada an persiste, por lo que cabe
realizar el control de constitucionalidad sobre el mencionado artculo 1 de la
Ley N 26285.
27. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional comparte parcialmente
los criterios sostenidos por los demandantes. En efecto, como se sostiene en la
demanda, el artculo 61 de la Constitucin prohbe al legislador crear o
establecer nuevos monopolios mediante ley: Ninguna ley -refiere dicho
precepto constitucional- ni concertacin puede autorizar ni establecer
monopolios.
Pero esa prohibicin de crear monopolios legales no puede extenderse
anlogamente, a la regulacin de los mecanismos y el proceso de eliminacin
de los monopolios preexistentes a la Constitucin de 1993. Como antes se ha
sealado, a travs de la segunda fraccin de la VIII Disposicin Final y
Transitoria de la Constitucin se ha establecido un mandato de legislar, con
carcter prioritario, sobre el proceso y los mecanismos para eliminar los
monopolios que existan con anterioridad a su entrada en vigencia.

Cabe, por tanto, preguntarse: exista un monopolio en la prestacin de


los servicios de telefona a los que se refiere la Ley N 26285? Legalmente,
esto es, en virtud de que una ley haya creado un monopolio en la prestacin de
dichos servicios pblicos, la respuesta es negativa. Como se expuso en la
demanda, las fuentes que regulaban a la CPT y ENTEL PER no disponan
que los servicios pblicos que estos prestaban, lo eran a ttulo de monopolio.
Pero la inexistencia de una norma que lo estableciera no significa como es de
pblico conocimiento, que ella no existiera. Es conocido, y sobre ello poco
importa incidir ms, que solo dichas empresas estatales prestaban el servicio
pblico de telefona en el pas, de manera que no existiendo propiamente un
monopolio legal, s exista un monopolio natural, que adems era estatal, en
la prestacin de dichos servicios pblicos.
28. Los demandantes han sostenido que si ese fuera el hecho, tal
prctica era inconstitucional, pues el artculo 133 de la Constitucin de 1979,
vigente en aquel entonces, estableca que Estn prohibidos los monopolios,
oligopolios, acaparamientos, prcticas y acuerdos respectivos en la actividad
industrial y mercantil..., en tanto que su artculo 134 sealaba que La prensa,
radio, televisin y dems medios de expresin y comunicacin social, y en
general las empresas, los bienes y los servicios relacionados con la libertad de
expresin y comunicacin no pueden ser objeto de exclusividad, monopolio o
acaparamiento, directa ni indirectamente, por parte del Estado ni de
particulares.
Evidentemente, carece de sentido que, a los efectos de lo que aqu
interesa, este Tribunal dilucide si la situacin de hecho entonces imperante era
incompatible con la Constitucin de 1979. Despus de todo, en el seno de este
proceso no se juzgan hechos, sino disposiciones normativas, y el parmetro
con el que el Tribunal efecta el control de esas disposiciones normativas est
integrado siempre por la Constitucin vigente. Importa, s, destacar que, una
vez advertida la situacin de facto, esto es, la existencia de un monopolio
estatal en la prestacin de los servicios pblicos de telefona, tal circunstancia
era por s misma suficiente para que este Tribunal considerase que la
regulacin de la prestacin de estos servicios pblicos se encontraba dentro de
los alcances de la segunda fraccin de la Octava Disposicin Final y Transitoria
de la Constitucin de 1993; esto es, que sobre tal servicio pblico exista la
obligacin constitucional de dictarse leyes, con carcter prioritario, que
regulasen los mecanismos y el proceso tendientes a su eliminacin progresiva.
29. Ahora bien, probado que la desmonopolizacin progresiva en la
prestacin de los servicios pblicos de telefona est dentro de los alcances de
la segunda fraccin de la Octava Disposicin Final de la Constitucin, la
cuestin a dilucidar ahora es: so pretexto de desmonopolizar
progresivamente, se puede crear un monopolio legal, un periodo de
concurrencia limitada, como refiere el artculo 1 de la Ley N 26285?
Con independencia de que ello est o no prohibido por el artculo 62 de
la Constitucin, el Tribunal Constitucional considera que sobre este extremo
carece de objeto pronunciarse sobre el fondo de la materia, pues el artculo 1

de la Ley N 26285 [y, por extensin, la Segunda Disposicin Final y Transitoria


de la misma Ley] ces en su eficacia, al fijar un periodo de concurrencia
limitada por el trmino de cinco aos, que ya ha fenecido.
De modo que tambin debe desestimarse este extremo de la pretensin.
8. Contratos de concesin y contratos-ley
30. Por otro lado, se alega que el artculo 3 de la Ley N 26285 trasgrede
el artculo 62 de la Constitucin. Dicho precepto legal establece que:
Los contratos de concesin que celebre el Estado para la prestacin de
servicios pblicos de telecomunicaciones tienen el carcter de contrato-ley.
Por su parte, el segundo prrafo del artculo 62 de la Constitucin prev
que:
(...) Mediante contratos-ley, el Estado puede establecer garantas y
otorgar seguridades. No pueden ser modificados legislativamente, sin perjuicio
de la proteccin a que se refiere el prrafo precedente.
31. A juicio de los demandantes, mediante los contratos-ley el Estado
puede establecer garantas y otorgar seguridades. Tales contratos-ley (...) son
denominados tambin contratos de estabilidad jurdica o de estabilidad
tributaria e implican la ultraactividad de las normas vigentes al momento de
suscribir los contratos, de manera que no pueden ser modificados o dejados
sin efecto unilateralmente por el Estado.
En ese sentido, sostienen, los contratos de concesin otorgados por el
Estado son contratos administrativos que tienen por finalidad que el Estado
otorgue a personas jurdicas nacionales o extranjeras la ejecucin y explotacin
de determinadas obras pblicas de infraestructura o la prestacin de servicios
pblicos; mientras que los convenios de estabilidad jurdica regulados por el
artculo 1357 del Cdigo Civil, tienen naturaleza civil y fuerza de ley. Alegan
que la finalidad de estos contratos es establecer y otorgar seguridades por
parte del Estado a los inversionistas, (...) lo que no sucede con los contratos
de concesin, que no son contratos-ley, dado que las referidas concesiones
tienen regulacin propia y especfica. Por ltimo, sostienen que la disposicin
legal impugnada (...) resulta ilegal por atentar contra el artculo 1357 del
Cdigo Civil y el artculo 39 del Decreto Legislativo N 757, que disponen que
mediante contratos ley solo se otorgan garantas y seguridades, tales como
estabilidad jurdica, tributaria y de no discriminacin; no contemplando, por
tanto, la posibilidad de que los contratos de concesin puedan constituirse en
convenios con fuerza de ley.
En suma, el problema constitucional que se plantea sobre la
impugnacin del artculo 3 de la Ley N 26285, es si una concesin de
prestacin de un servicio pblico, como el de telefona, puede revestirse bajo la
modalidad de un contrato-ley.

32. En el segundo prrafo del artculo 62 de la Norma Suprema se ha


constitucionalizado el denominado contrato-ley. Esta institucin no tiene
precedentes en nuestro constitucionalismo histrico y tampoco en el
constitucionalismo comparado. Como tal, se forj en el plano legislativo de
algunos pases latinoamericanos, de donde fue tomada e incorporada a nuestro
ordenamiento. Primero, en el plano legislativo (v. gr. artculo 1357 del Cdigo
Civil) y, posteriormente, a nivel constitucional (artculo 62).
Su aparicin y posterior desarrollo, ha estado bsicamente vinculado con
la promocin de las inversiones privadas. Mediante el contrato-ley, en efecto,
los Estados han previsto frmulas contractuales mediante las cuales se ha
otorgado a los co-contratantes mbitos de seguridad jurdica, a fin de favorecer
la inversin privada dentro de sus economas. Esas garantas y seguridades,
por cierto, varan de pas a pas e, incluso, en funcin de la actividad
econmica en cuyo sector se busca promover la inversin privada.
Una cosa semejante sucede en nuestro pas, a la luz de la revisin de la
legislacin sobre la materia. As, por ejemplo, el Decreto Legislativo N 662,
con carcter general, otorga a los inversionistas estabilidad en el rgimen
tributario, en el rgimen de libre disponibilidad y transferencia de divisas, entre
otros. El Decreto Legislativo N 757 extiende los alcances sobre estabilidad que
contiene el Decreto Legislativo N 662 a los inversionistas nacionales, y ampla
los regmenes de estabilidad a algunos supuestos adicionales de inversin. Por
su parte, la Ley General de Minera (Decreto Legislativo N 708, cuyo Texto
nico Ordenado fue aprobado por Decreto Supremo N 014-92-EM) promueve
a favor de los titulares de la actividad minera estabilidad tributaria, cambiaria y
administrativa. Lo mismo sucede con la Ley de Hidrocarburos (N 26221), que
garantiza a los contratistas que los regmenes cambiarios y tributarios vigentes
a la fecha de suscripcin del contrato permanecern inalterables durante su
vigencia. Otro tanto se fij en la Ley de Concesiones Elctricas (N 25844), que
extiende las garantas a los que se refieren los Decretos Legislativos Ns 662,
668 y 757, entre otros rubros de la economa nacional.
Se han querido destacar estos mbitos en los que el legislador ha
establecido la posibilidad de que el Estado suscriba convenios de seguridad y
estabilidad jurdicas, para poner de relieve que tales garantas y seguridades se
brindaron en diversos sectores de la economa nacional.
33. Los demandantes, por cierto, no cuestionan esta realidad.
Controvierten, por el contrario, que se haya revestido con las caractersticas de
un contrato-ley al contrato de concesin en la prestacin del servicio de
telefona. A su juicio, la nica materia sujeta al rgimen del contrato-ley sera el
de estabilidad jurdica, tributaria y no discriminacin; y no, como se ha
efectuado, sobre el contenido del contrato de concesin.
La segunda parte del artculo 62 de la Constitucin, no precisa qu es lo
que debe entenderse por contrato-ley y tampoco, en lnea de principio, cul
pueda ser su contenido. Se limita a sealar que (...) mediante contratos-ley, el
Estado puede establecer garantas y otorgar seguridades....

Pese a ello, puede precisarse que el contrato-ley es un convenio que


pueden suscribir los contratantes con el Estado, en los casos y sobre las
materias que mediante ley se autorice. Por medio de l, el Estado puede crear
garantas y otorgar seguridades, otorgndoles a ambas el carcter de
intangibles. Es decir, mediante tales contratos-ley, el Estado, en ejercicio de su
ius imperium, crea garantas y otorga seguridades y, al suscribir el contrato-ley,
se somete plenamente al rgimen jurdico previsto en el contrato y a las
disposiciones legales a cuyo amparo se suscribi este.
34. En la doctrina nacional se discute sobre su naturaleza jurdica. Para
unos, se tratara de un contrato civil. Para otros, de un contrato administrativo.
Autores hay tambin que sostienen que el rgimen jurdico de los contratos en
los que participa el Estado no puede fijarse en abstracto, sino que depende de
las reglas especficas que cada uno de ellos contenga. Evidentemente, la
naturaleza que se le pueda atribuir al contrato ley contrato civil o contrato
administrativo depende del contenido que este pueda tener en cada caso
concreto que se suscriba, de manera que, en abstracto, no cabe que se la fije.
En cualquier caso, de una interpretacin a rima obligada del artculo 62 de la
Constitucin con el artculo 1357 del Cdigo Civil, se desprende que el
contenido de los contratos-ley puede y debe sustentarse en razones de inters
social, nacional o pblico. De manera que el Tribunal considera que nada
impide que pueda suscribirse, mediante esta modalidad de contratacin, la
prestacin de servicios pblicos, como el de telefona.
No obstante, los demandantes alegan que el contenido del contrato ley,
o dicho de otro modo, las garantas y seguridades que el Estado puede
establecer mediante esta modalidad de contratacin, no pueden comprender a
la concesin del servicio de telefona, sino solo al rgimen de estabilidad
jurdica y tributaria. El Tribunal Constitucional no comparte una interpretacin
restrictiva sobre el contenido del contrato-ley, como el que exponen los
demandantes. Por un lado, porque el segundo prrafo del artculo 62 de la
Constitucin establece que mediante contratos-ley, el Estado puede establecer
garantas y otorgar seguridades, sin establecer qu tipo de garantas y
seguridades son las que se pueden brindar. Y, de otro, porque en la prctica
una aseveracin como la que expresan los demandantes, lejos de optimizar
que se cumpla el telos de la institucin del contrato-ley, lo termina
desnaturalizando.
Por su propia naturaleza, a travs del contrato-ley, el Estado busca
atraer inversiones privadas (de capital) a fin de que promuevan aquellas
actividades que el Estado considera que vienen siendo insuficientemente
desarrolladas, de acuerdo con los planes y objetivos que se pueda haber
trazado en el diseo de la poltica econmica del Estado. Tienen como
contenido propiciar un marco de seguridad a los inversionistas no solo en
asuntos privados de la administracin, sino, tambin, en la prestacin de
actividades de derecho pblico.
Una interpretacin del contenido del contrato-ley, como el que expresan
los demandantes, supondra forzosamente admitir que no toda la institucin del
contrato-ley se encontrara revestida de la garanta de inmodificabilidad de sus

clusulas, sino solo aquellas partes que se refieran a lo que los demandantes
califican como garantas jurdicas y tributarias. Evidentemente, una opcin de
esa naturaleza no est excluida de la forma constitucionalmente adecuada de
comprender el rgimen constitucional de los contratos-leyes. Pero tampoco la
otra es decir, aquella segn la cual, entre las garantas que el Estado
establezca y las seguridades que este otorgue, se encuentren todas las
frmulas del contrato suscrito o por suscribirse.
De manera que, en abstracto, no existe una limitacin para que el
Estado, mediante el contrato-ley, solo extienda las garantas que se derivan de
su suscripcin al mbito tributario o jurdico. Puede perfectamente extenderse,
dentro de los lmites que la Constitucin y la ley fijen, a todas las clusulas
contractuales, en aquellos casos en los que el contrato-ley constituya un
contrato administrativo, precisamente con el objeto de que, con posterioridad a
su suscripcin, el Estado no invoque la existencia de una clusula exorbitante y
se desvincule de los trminos contractuales pactados.
En el caso del contrato-ley al que se refiere el Fundamento N 1 de esta
sentencia, no todos los aspectos de los contratos celebrados entre el Estado
peruano y Telefnica del Per pertenecen al mbito de proteccin que brinda el
contrato-ley. En efecto como lo ha indicado la Defensora del Pueblo, en su
Informe sobre la libre competencia en los trminos de los contratos-ley
suscritos entre el Estado y Telefnica del Per- el artculo 1 de la referida Ley
N 26285 circunscribe sus disposiciones normativas a los servicios pblicos de
telecomunicaciones de telefona fija local y de servicios de portadores de larga
distancia nacional e internacional. Por su parte, el artculo 4 de dicha ley
excluye expresamente a los servicios de difusin, telefona mvil en sus
distintas modalidades, de buscapersonas, telfonos pblicos, servicios de valor
aadido y servicios portadores locales.
Por ello, a tenor del segundo prrafo del artculo 62 de la Constitucin,
as como del mismo artculo 1357 del Cdigo Civil, tanto la autorizacin para la
suscripcin u otorgamiento de un contrato-ley, como la inclusin de
determinadas relaciones jurdico-patrimoniales en aquel, deben fundarse en un
inters pblico especfico, lo que significa que el otorgamiento de un contratoley no puede considerarse como un acto de pura libertad contractual ni
meramente discrecional, tanto para el legislador como para los rganos de la
administracin pblica.
Una interpretacin de la institucin en los trminos antes indicados se
aviene con el telos de la insercin del contrato-ley a nivel constitucional. En
efecto, si como antes se ha indicado, la aparicin y consagracin normativa del
contrato-ley est vinculada con la promocin de las inversiones privadas en las
economas nacionales, dentro de un esquema en el que se ofrezca a los
inversionistas seguridades, entonces no es constitucionalmente adecuado que
se realice una interpretacin de los alcances de la institucin que, antes de
optimizarla, le reste operatividad.
35. En ese orden de ideas, este Tribunal precisa que no solo gozan de
inmodificabilidad las clusulas que compongan el contrato-ley, cuando as se

acuerde, sino tambin el estatuto jurdico particular fijado para su suscripcin.


Es decir, tanto la legislacin a cuyo amparo se suscribe el contrato-ley, como
las clusulas de este ltimo.
Ello es producto de una interpretacin sistemtica de los dos prrafos
del artculo 62 de la Constitucin. Por un lado, de conformidad con la primera
parte de dicho precepto constitucional, y no solo respecto a los trminos
contractuales que contenga el contrato-ley, sino, en general, para todo trmino
contractual, estos no pueden ser modificados por leyes u otras disposiciones
de cualquier clase.
Por otro lado, y en lo que se refiere nicamente a los contratos-leyes, la
legislacin a cuyo amparo este se suscribe, no puede ser modificada
legislativamente como lo prescribe la ltima parte del artculo 62 de la
Constitucin. Dicho de otro modo; aunque el legislador pueda modificar el
rgimen legal de suscripcin de un contrato-ley, tal modificacin no alcanza a
quienes, con anterioridad a ella, hubieran suscrito dicho contrato-ley.
De esta forma, el artculo 62 de la Constitucin, al igual que en la
Primera Disposicin Final de la Ley Fundamental, establece una nueva
excepcin a la regla general contenida en el artculo 109 de la Constitucin,
segn la cual La ley es obligatoria desde el da siguiente de su publicacin en
el diario oficial.... De all que el Tribunal considere superfluo, desde el punto de
vista constitucional, que pese a no existir una ley o norma con rango de ley que
establezca la posibilidad de aplicar ultraactivamente la legislacin a cuyo
amparo se suscribi un contrato-ley, este contenido se haya formulado en el
artculo 24 del Decreto Supremo N 162-92-EF.
36. Los demandantes tambin han considerado que el artculo 3 de la
Ley N 26825 resulta ilegal por atentar contra el artculo 1357 del Cdigo Civil
y el artculo 39 del Decreto Legislativo N 757. A juicio del Tribunal
Constitucional, la eventual incompatibilidad entre una disposicin con rango de
ley, como el artculo 3 de la Ley N 26825, y otra de su mismo rango, como el
artculo 1357 del Cdigo Civil, no genera un problema de invalidez
constitucional entre ambas (de ilegalidad se alude en la demanda). La colisin
entre disposiciones del mismo rango no genera la invalidez de una de ellas,
sino una antinomia que se soluciona conforme a diversas tcnicas, como la ley
posterior deroga ley anterior; ley especial deroga ley general, etc. Tampoco
por supuesto, per se, la incompatibilidad constitucional de algunas de ellas.
9. La Ley N 26285 y las leyes de desarrollo constitucional
37. Por otro lado, se sostiene que (...) los artculos 1, 2, 3 y Primera
Disposicin Final y Transitoria de la ley impugnada, en la parte referida a que
se considera ley de desarrollo constitucional, y la Segunda Disposicin Final y
Transitoria, en la parte referida al plazo de concurrencia limitada, violan el
artculo 65 de la Constitucin, por permitir monopolios y normas tarifarias en
perjuicio de millones de usuarios. En tanto que en el apartado e de la misma
demanda, los demandantes sealan que la Primera Disposicin Final y

Transitoria de la Ley N 26825 trasgrede la Octava Disposicin Transitoria de la


Constitucin porque no constituye una ley de desarrollo constitucional.
38. El Tribunal Constitucional no comparte el argumento de que la
Primera Disposicin Final de la Ley N 26285 es inconstitucional por haberse
previsto que ella ser considerada Ley de Desarrollo Constitucional.
Con la expresin Ley de desarrollo constitucional, la Octava
Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin no ha creado una categora
normativa especial entre las fuentes que tienen el rango de la ley. Tal expresin
no alude a una categora unitaria de fuentes, sino a una diversidad de ellas,
que tienen como elemento comn constituir un desarrollo de las materias
previstas en diversos preceptos constitucionales, cuya reglamentacin la
Norma Suprema ha encargado al legislador. Forman parte de su contenido
natural las denominadas leyes orgnicas, en tanto que mediante ellas se
regula la estructura y funcionamiento de las entidades del Estado previstas en
la Constitucin, y de otras materias cuya regulacin por ley orgnica est
establecida en la Constitucin; as como las leyes ordinarias como las que
demandan los artculos 7 y 27 de la Constitucin, por poner dos ejemplos, a las
que se les ha encomendado la tarea de precisar los alcances de determinados
derechos o instituciones constitucionalmente previstas.
Ello significa, desde luego, que la condicin de leyes de desarrollo
constitucional no se agotan en aquellas cuyas materias se ha previsto en la
Octava Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin, esto es, a lo que all
se alude como leyes en materia de descentralizacin y las relativas a los
mecanismos y al proceso para eliminar progresivamente los monopolios
legales otorgados en las concesiones y licencias de servicios pblicos; dado
que sobre estas ltimas, la Constitucin solo ha exigido del legislador cierto
grado de diligencia (prioridad) en su dictado.
39. Los demandantes han sostenido que la denominacin de ley de
desarrollo constitucional sera incompatible con la Norma Suprema, por cuanto
esta se debe aplicar a las concesiones y licencias de servicios pblicos
otorgadas antes de la entrada en vigencia de la Constitucin Poltica de 1993
(...); es decir, antes del 1 de enero de 1994, y no con posterioridad a la misma,
como es el caso del contrato de concesin con la empresa Telefnica del Per
S.A.A. que fue suscrito el 16 de mayo de 1994.
El Tribunal Constitucional no comparte tal criterio. Como se ha dicho, la
calificacin de ley de desarrollo constitucional se ha reservado para aquellas
leyes que tengan el propsito de regular materias sobre las cuales la
Constitucin ha determinado que sea el legislador orgnico, en algunos
casos, y ordinario, en otros quien defina, dentro de los lmites que ella
seala, su rgimen jurdico. Y no en funcin de supuestos lmites temporales
como lo dejan entrever los demandantes.
Por otro lado, ni de la Primera Disposicin Final y Transitoria de la Ley
N 26285, ni de su Segunda Disposicin, se colige que hayan regulado el
contrato de concesin con la empresa Telefnica del Per S.A.A que fue

suscrito el 16 de mayo de 1994. Para empezar, es jurdicamente imposible que


el 14 de enero de 1994, fecha en la que se public la Ley N 26285, se haya
podido regular un contrato que, como se afirma en la demanda, solo se
suscribi varios meses despus (el 16 de mayo de 1994, segn indican los
demandantes). En segundo lugar, en ninguna de ambas disposiciones se alude
a la empresa Telefnica del Per S.A.A. Y cuando en la Segunda Disposicin
de la Ley N 26285 se hace referencia a la Compaa Peruana de Telfonos
S.A. -CPTSA-, es para precisar que dentro de un plazo de 60 das desde la
promulgacin de la ley, esta deber de adecuar las concesiones que hayan
existido con la Empresa Nacional de Telecomunicaciones.
40. Es cierto que el verbo adecuar que aqu la Segunda Disposicin
Final y Transitoria utiliza no necesariamente puede entenderse respecto a
contratos de concesiones ya celebrados y, por lo tanto, celebrados con
anterioridad a su vigencia, sino ms bien a aquellos que estn en proceso de
conclusin, es decir, que a la fecha de publicacin de la Ley N 26285, an no
se hayan suscrito.
Pero tambin es cierto, si ese fuera el caso, que: a) en un proceso de
inconstitucionalidad de las leyes, tal problema que es una cuestin sobre
hechos no puede ser evaluado; b) los problemas derivados de su negociacin,
en la antesala de la instauracin de un nuevo orden constitucional y la
expedicin de la Ley N 26285, debe ser sometido a un test de razonabilidad,
en el que el necesario respeto del principio de seguridad jurdica no puede ser
obviado; y, c) finalmente, tampoco se puede perder de vista que, de
conformidad con el artculo 6 del Decreto Supremo N 013-93-TCC, publicado
el 6 de mayo de 1993 [esto es, antes de la vigencia de la Constitucin actual],
se haba previsto como deber del Estado fomentar la libre competencia en la
prestacin de los servicios de telecomunicaciones, regula(r) el mercado de
forma que se asegure su normal desenvolvimiento, se controle los efectos de
situaciones de monopolio, se eviten prcticas y acuerdos restrictivos derivados
de la posicin dominante de una empresa o empresas en el mercado. Es decir,
de la existencia de una legislacin en la que se obligaba al Estado no a eliminar
progresivamente los monopolios, sino a controlar los efectos que de esa
situacin se pudiera generar.
El Tribunal Constitucional no ignora que esta ltima disposicin pudiera
haber estado en colisin con el artculo 133 de la Constitucin de 1979, que
precisaba que Estn prohibidos los monopolios, oligopolios, acaparamiento,
prcticas y acuerdos restrictivos en la actividad industrial y mercantil.... Sin
embargo, como lo ha expresado en el Caso de la Legislacin Antiterrorista
(STC en el Exp. N 010-2002-A/TC), en una accin de inconstitucionalidad este
Tribunal no es competente para evaluar la constitucionalidad o no de la
legislacin preconstitucional de cara a la Constitucin derogada, sino siempre
en funcin de la nueva Constitucin.
10. La supervisin y fiscalizacin del mercado de los servicios pblicos
41. El servicio pblico es la prestacin que efecta la administracin del
Estado en forma directa e indirecta. Esta ltima se realiza a travs de

concesiones, y tiene el objeto de satisfacer necesidades de inters general.


Mediante la concesin se organiza de la manera ms adecuada la prestacin
de un servicio pblico por un determinado tiempo, actuando el concesionario
por su propia cuenta y riesgo, y su labor o prestacin ser retribuida con el
pago que realizan los usuarios.
La concesin se desarrolla segn el rgimen legal vigente y el contrato
acordado, cuyo objeto fundamental es asegurar la eficiente en la prestacin del
servicio. La supervisin del cumplimiento de los fines de la concesin est a
cargo de rganos autnomos creados por ley, como OSIPTEL o INDECOPI.
Estos rganos estn obligados a tutelar el derecho de los usuarios, as como el
inters pblico, y para ello deben controlar que la prestacin del servicio se
realice en ptimas condiciones y a un costo razonable; ello porque si bien la
concesin, como a la que se ha hecho referencia en el Fundamento N 1, es un
contrato que puede tener un blindaje jurdico, el objeto fundamental no es el
lucro, sino el servicio, el cual debe otorgarse con calidad, eficiencia y
continuidad, y siempre protegiendo la seguridad, la salud pblica y el medio
ambiente.
Ahora bien, a pesar de que dicho control corresponde por mandato legal
a los rganos reguladores, es evidente que hay una percepcin de que estos
no estn defendiendo apropiadamente los derechos de los usuarios y
consumidores. Evidentemente, no est dentro de las competencias del Tribunal
Constitucional disponer de las medidas necesarias y adecuadas para revertir
una situacin como la descrita. Se trata, por el contrario, de una competencia
del Poder Ejecutivo -a cuya esfera pertenecen ambos rganos-, y aun al Poder
Legislativo, los que a travs de la ley, y dentro de los trminos de esta
sentencia, pueden y deben dictar la legislacin que permita una efectiva
actuacin de tales rganos administrativos. En este contexto, el Tribunal
Constitucional recomienda la adopcin de las medidas legales y administrativas
que permitan que entidades como OSIPTEL o INDECOPI, puedan funcionar y
actuar adecuadamente en pro de la defensa de derechos de los usuarios y
consumidores, consagrados expresamente por nuestro ordenamiento jurdico.
42. En este marco debemos analizar las consideraciones de los
demandantes sobre la Ley N 26285, que, segn afirman, viola el artculo 65 de
la Constitucin. Al sustentar tal pretensin, los demandantes afirman que, al
concederse una serie de beneficios a favor de la empresa prestadora del
servicio de telecomunicaciones, (...) se ha dejado de defender a los millones
de usuarios. Tales ventajas notoriamente desproporcionadas son el monopolio
concedido a la empresa, el cobro de la renta bsica, el cobro por minuto y
adems el pago que se hace la misma empresa por gerenciar su negocio, todo
lo cual resulta sumamente nocivo a los derechos de los consumidores y
usuarios.
Al amparo de los argumentos antes expuestos, y teniendo en
consideracin, adems, que en una accin de inconstitucionalidad este Tribunal
no acta como juez de casos, sino como juez de la ley, esto es, como garante
de que los lmites constitucionales impuestos a la legislacin no sean
sobrepasados, no puede determinar, en abstracto, si la ley impugnada lesiona

los derechos de los consumidores, a no ser que se trate de un supuesto en el


que surja una manifiesta irracionalidad de los resultados, como producto de la
aplicacin de las disposiciones impugnadas.
Y, como se deriva del contenido de los dispositivos de la ley impugnada,
y los propios demandantes lo dejan entrever, los diversos problemas respecto a
la prestacin del servicio de telecomunicaciones no se infieren directamente de
la Ley N 26285, sino del contrato que, a su amparo, se ha celebrado. Es decir,
la eventual inconstitucionalidad no se genera de la ley misma que es el objeto
de control en este proceso, sino de los negocios jurdicos que bajo su
regulacin se han realizado.
De manera que, conforme lo ha expuesto nuevamente la Defensora del
Pueblo en el Informe antes citado,
En el Per, la actuacin de una empresa de telecomunicaciones con
posicin dominante en el mercado del servicio pblico de telecomunicaciones
es regulada por el Organismo Supervisor de la Inversin Privada en
Telecomunicaciones (OSIPTEL). Entre los objetivos de esta institucin se
encuentra el de mantener y promover la competencia eficaz y equitativa (inciso
b del artculo 7 de la Ley N 26285) en el sector de las telecomunicaciones.
En este contexto, velar por el cumplimiento de la ley contra las prcticas
monoplicas, controlistas o restrictivas de la libre competencia, en un contexto
de concurrencia limitada o de monopolio u oligopolio subsistentes a dicho
periodo de concurrencia limitada, constituye una funcin estatal que puede
tener caractersticas distintas segn se est frente a un contrato-ley o frente a
un contrato que no haya ofrecido al inversionista las seguridades de un
contrato-ley.
(...) En consecuencia, una interpretacin de los contratos-ley acorde con
la letra y espritu constitucionales, faculta a la autoridad competente a intervenir
en relacin a los elementos del mismo que favorezcan prcticas limitativas de
la libre competencia, ya que estos no podran ser alcanzados por la
intangibilidad del contrato que le es caracterstica por su naturaleza de
contrato-ley. Por lo tanto, en un contexto de dominio del mercado como el que
existe en los trminos y en la aplicacin del contrato-ley con Telefnica, las
prcticas de abuso en desmedro de la libre competencia y, finalmente, de los
consumidores, deben ser combatidas por OSIPTEL para revertir sus efectos
negativos sobre el mercado.
43. Aunque las razones expuestas en el tem precedente sean harto
suficientes para desestimar tambin este extremo de la pretensin, el Tribunal
Constitucional considera importante enfatizar que, si como se ha afirmado en la
audiencia pblica, no existe confianza en el desenvolvimiento de los
organismos estatales encargados de controlar y fiscalizar la libre competencia,
as como de la defensa efectiva de los usuarios y consumidores, no es este
Colegiado la instancia competente para resolver tales problemas, sino,
concretamente, las entidades pblicas de las que dependen estos organismos

que no han resuelto an los reclamos relativos a la renta bsica y a la cobranza


del servicio telefnico por segundo.
En esa orientacin, no est dems recordar que de la proclamacin de
los derechos fundamentales, como sistema material de valores del
ordenamiento constitucional peruano, se deriva, entre otras muchas
consecuencias, un deber especial de proteccin de dichos derechos por parte
del Estado [Expedientes Ns 0964-2002-AA/TC y 0976-2001-AA/TC]. No solo
en el mbito legislativo, dentro de los lmites que la Constitucin impone y de
los que aqu se ha dado cuenta, sino tambin en el plano de la actuacin de los
rganos administrativos.
11. Principio de igualdad e impugnacin de que la ley se dict con el
exclusivo propsito de celebrar el contrato de concesin con la empresa
prestadora del servicio de telefona fija local.
44. Finalmente, sostienen los demandantes que la Ley N 26285 viola el
artculo 103 de la Constitucin, pues, a su juicio, tal ley se dict exclusivamente
para otorgar una concesin ilegal a la empresa Telefnica del Per S.A.
Sealan que la ley se expidi para establecer un monopolio legal a
favor de la concesionaria por un periodo de cinco aos, y que no se puede
dictar una norma especial a favor de una persona o un grupo de personas por
ser ellas mismas, ya que las normas son de carcter general, es decir, se
deben aplicar a todos por igual y deben expedirse para el bien de todos los
ciudadanos. Consideran que (...) la Ley N 26285 se expidi para poder
suscribir el contrato de concesin ..., otorgndole inconstitucionalmente al
mismo la calidad de contrato-ley. Los contratos-ley suponen la existencia de
una ley autoritativa previa fija las condiciones en las que el Estado estar
autorizado a contratar, as como las prerrogativas que pueden concederse a los
particulares mediante estos instrumentos, aspectos que no se ha establecido
en esta ley. Es decir, la ley autoritativa no se dicta para celebrar contratos con
una sola persona o empresa, sino para dictar las normas o estipulaciones que
servirn para celebrar varios contratos y otorgar garanta y seguridad a los
inversionistas; aspecto que no se ha previsto en la Ley N 26285 (...).
45. Dos son los temas que plantea la formulacin de este extremo de la
causa petendi. a) El anlisis de constitucionalidad, de cara al artculo 103 de la
Constitucin, de las disposiciones de la Ley N 26285; y b) la eventual
ilegalidad del contrato ley, pues la ley impugnada no habra previsto las
condiciones dentro de las cuales el Estado est autorizado para contratar.
Sobre el segundo aspecto, ya este Tribunal se ha pronunciado en el
Fundamento N 2 y siguientes de esta sentencia; en una accin de
inconstitucionalidad, en efecto, el Tribunal carece de competencia para
enjuiciar la legalidad o ilegalidad de la suscripcin de un contrato.
Y, en lo que atae a la alegada violacin del artculo 103 de la
Constitucin, este Tribunal no comparte el criterio sostenido por los
demandantes, adems de las razones antes expresadas, porque, como se ha

sostenido, de la segunda fraccin de la Octava Disposicin Final y Transitoria


de la Constitucin, se deriva un mandato constitucional impuesto al legislador,
el mismo que se traduce en dictar, con carcter prioritario, las leyes necesarias
que regulen los mecanismos y el proceso para eliminar, progresivamente, los
monopolios legales otorgados en las concesiones y licencias de servicios
pblicos.
La existencia de un monopolio que se define prima facie como la
realizacin de una actividad econmica, con carcter exclusivo, a cargo de un
nico agente econmico y la existencia de un mandato constitucional para
que se legisle sobre el tema previndose que tal prctica sea progresivamente
eliminada, evidentemente supone que las leyes que se dicten en cumplimiento
de la segunda fraccin de la Octava Disposicin Final y Transitoria de la
Constitucin tengan que referirse a aquella actividad econmica sobre la cual
preexisten prcticas monoplicas.
Cuando se efecta una individualizacin de esas prcticas monoplicas,
y se dictan disposiciones legislativas orientadas a cumplir el mandato
constitucional de la desmonopolizacin progresiva, no se infringe el primer
prrafo del artculo 103 de la Constitucin. Se trata, por el contrario, de un
tratamiento legislativo que se encuentra plenamente justificado, pues sucede
que tal regulacin obedece y se legitima en razn de la naturaleza de las
cosas, o, en otras palabras, porque as lo demanda la complejidad y los rasgos
tcnicos que posee dicha actividad monoplica.
En el caso del artculo 1 de la Ley N 26285, lo verdaderamente
relevante no es sobre qu ente recaern las reglas destinadas a adecuar el
desarrollo de sus actividades econmicas a lo previsto en el artculo 61 de la
Constitucin [lo que sera un exceso cuestionar, pues si existe actividad
monoplica, entonces, por su propia naturaleza, cualquier regulacin que se
dicte necesariamente deber incidir sobre el agente que lo practica], sino, si la
actividad econmica sujeta a eliminacin progresiva, justifica o no leyes que
autoricen tratamientos especiales.
Y ya en este nivel, no le cabe ninguna duda a este Tribunal que el
problema de los servicios pblicos de telecomunicaciones de telefona fija local
y de servicios de portadores de larga distancia nacional e internacional, es tan
complejo que, ciertamente, no admite ni tolera, razonablemente, que se le
regule dentro de un paquete de actividades econmicas.
Por todas estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, en uso de
las atribuciones que le confieren la Constitucin Poltica del Per y su Ley
Orgnica,
FALLA
Declarando INFUNDADA la demanda de inconstitucionalidad interpuesta
contra los artculos 1, 2 y 3 y la Primera y Segunda Disposicin Final y
Transitoria de la Ley N 26285, e IMPROCEDENTE en sus dems
pretensiones. Dispone la notificacin a las partes, que esta se ponga en

conocimiento del Poder Ejecutivo, a los efectos de que se proceda conforme a


lo expresado en el Fundamento N 41, y su publicacin en el Diario Oficial El
Peruano.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; REY TERRY;
AGUIRRE ROCA; REVOREDO MARSANO; GONZALES OJEDA; GARCA
TOMA.

ALCANCES DEL DERECHO DE PETICIN CONFORME A SU NATURALEZA


Y ESPECIAL CONFIGURACIN
El contenido esencial del derecho de peticin est conformado por dos
aspectos que aparecen de su propia naturaleza y de la especial configuracin
que le ha dado la Constitucin al reconocerlo: el primer aspecto es el
relacionado estrictamente con la libertad reconocida a cualquier persona para
formular pedidos escritos a la autoridad competente, y el segundo, unido
irremediablemente al anterior, est referido a la obligacin de la mencionada
autoridad de otorgar una respuesta al peticionante. En ese sentido, la autoridad
tiene la obligacin de realizar todos aquellos actos que sean necesarios para
evaluar materialmente el contenido de la peticin y expresar el pronunciamiento
correspondiente, el mismo que contendr los motivos por los que se acuerda
acceder o no a lo peticionado, debiendo comunicar lo resuelto al interesado o
interesados. En consecuencia, la accin oficial de no contestar una peticin o
hacerlo inmotivadamente trae como consecuencia su invalidez por violacin,
por omisin de un deber jurdico claro e inexcusable.
(El Peruano, 10 de octubre de 2003 )
EXP. N 1042-2002-AA/TC - LIMA
SINDICATO UNITARIO DE TRABAJADORES MUNICIPALES DEL
RMAC
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 6 das del mes de diciembre de 2002, la Sala Segunda
del Tribunal Constitucional, con la asistencia de los seores magistrados
Bardelli Lartirigoyen, Presidente; Gonzales Ojeda y Garca Toma, pronuncia la
siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario presentado por don Miguel Cabrera Len, en
representacin del Sindicato Unitario de Trabajadores Municipales del Rmac,
contra la sentencia de la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de

Lima, de fojas 67, su fecha 29 de enero de 2002, que declar improcedente la


accin de amparo de autos.
I.

ANTECEDENTES

El recurrente interpone accin de amparo contra la Municipalidad


Distrital del Rmac con objeto de que se declare inaplicable la Cdula de
Notificacin N 1954-2000-UTD-MDR, de fecha 21 de noviembre de 2000,
recada en el expediente administrativo N E-07434, mediante el cual se
comunica a la organizacin sindical la decisin de dar por no presentada la
carta notarial de fecha 30 de octubre de 2000. Alega que con esta decisin se
vulneran sus derechos constitucionales de peticin, de sindicalizacin, de
defensa y a la tutela judicial efectiva.
Refiere que mediante la citada carta notarial se exigi a la emplazada el
cumplimiento de la Resolucin de Alcalda N 200-97-MDR, de fecha 6 de
febrero de 1997, que, en ejecucin de lo ordenado por la Sala Especializada de
Derecho Pblico de la Corte Superior de Justicia de Lima, en la sentencia de
fecha 23 de octubre de 1996 (Expediente N 462-96), dispuso el pago de los
reintegros que le correspondieran a los trabajadores en actividad, cesantes,
jubilados y pensionistas de la emplazada; que, sin embargo, arbitrariamente la
emplazada condicion la admisin administrativa de la carta notarial a la
presentacin de un documento que acreditase la inscripcin legal de su
representada, expedido por la Oficina Registral, as como la representacin
legal del recurrente.
Asimismo, aduce que su representada fue reconocida por el entonces
Instituto Nacional de Administracin Pblica mediante Resolucin Directoral N
041-89-INAP, de fecha 27 de diciembre de 1989, y que si bien este organismo
fue disuelto por la Ley N 26507, de fecha 13 de julio de 1995, debe entenderse
que a partir de este momento los Sindicatos de Trabajadores empezaron a
desarrollar sus actividades como una asociacin no inscrita, tal y conforme se
desprende de lo dispuesto en el artculo 124 del Cdigo Civil.
El Segundo Juzgado Especializado en Derecho Pblico, con fecha 20 de
agosto de 2001, declar improcedente la demanda, por considerar que la
notificacin cuestionada no ha sido objeto de impugnacin alguna en la va
administrativa, incurriendo los demandantes en la causal de improcedencia
prevista en el artculo 27 de la Ley N 23506.
La recurrida confirm la apelada por los mismos fundamentos.
II.

FUNDAMENTOS

El objeto de la demanda es que se declare inaplicable la Cdula de


Notificacin N 1954-00-UTD-MDR, de fecha 21 de noviembre de 2000,
mediante la cual la emplazada da por no presentada la carta notarial del
recurrente, mediante la cual se solicitaba el cumplimiento de la Resolucin de
Alcalda N 200-97-MDR, de fecha 6 de febrero de 1997, expedida por la propia

emplazada, que, a su vez, dispona el pago de reintegros en cumplimiento de


una orden judicial.
2.1 Sobre el agotamiento de la va previa
La exigencia de agotabilidad de dicha va antes de acudir al amparo
constitucional se fundamenta en la necesidad de brindar a la Administracin la
posibilidad de revisar sus propios actos, a efectos de posibilitar que el
administrado, sin tener que acudir a un ente jurisdiccional, pueda en esa va
solucionar, de ser el caso, la lesin de sus derechos e intereses legtimos.
Ahora bien, no obstante la existencia de dicha obligatoriedad, existen
determinadas circunstancias que pueden convertir el agotamiento de la va
administrativa en un requisito daoso, particularmente, cuando de la afectacin
de derechos fundamentales se trata. En tales casos, se exime al administrado
de cumplir con dicha exigencia. Las variables, en sentido enunciativo, de esas
excepciones se encuentran recogidas en el artculo 28 de la Ley N 23506. Al
respecto, el inciso 2) del referido artculo seala que no ser exigible el
agotamiento de las vas previas cuando su cumplimiento pudiera convertir la
agresin en irreparable.
De autos se desprende la existencia de la Resolucin de Alcalda N
200-97 MDR, de fecha 6 de febrero de 1997, que en cumplimiento de una
sentencia de la Corte Superior de Justicia de Lima, dispuso el pago de los
reintegros correspondientes a los trabajadores en actividad, cesantes, jubilados
y pensionistas de la emplazada. En consecuencia, de haberse impugnado
administrativamente la notificacin cuestionada, mediante el uso de recursos
tales como el de revisin o apelacin, o posteriormente, de haberse acudido a
sede judicial mediante el proceso contencioso-administrativo, alegndose en
todos ellos el cumplimiento de lo que ya se resolvi en sede judicial, habra
significado obligar al recurrente a utilizar mecanismos que le hubiesen causado
un perjuicio mayor que el que ya viene sufriendo, teniendo en cuenta que, a la
fecha, han transcurrido ms de seis aos sin que la emplazada haya cumplido
la citada Resolucin de Alcalda N 200-97-MDR.
En mrito de ello, el Tribunal Constitucional considera que en el presente
caso no era exigible el agotamiento de la va administrativa, motivo por el que
cabe ahora pronunciarse sobre el fondo de la controversia. En tal sentido, la
controversia de relevancia constitucional se concentra en determinar si en el
presente caso se ha vulnerado el derecho de peticin y/o el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva.
2.2. Configuracin y rgimen jurdico del derecho de peticin en el
ordenamiento constitucional peruano
El inciso 20) del artculo 2 de nuestra Constitucin Poltica consagra el
derecho fundamental de peticin, al sealar que toda persona tiene derecho: A
formular peticiones, individual o colectivamente, por escrito ante la autoridad
competente, la que est obligada a dar al interesado una respuesta tambin
por escrito dentro del plazo legal, bajo responsabilidad. Los miembros de las

Fuerzas Armadas y de la Polica Nacional solo pueden ejercer individualmente


el derecho de peticin.
Tanto el derecho de peticin como aquellos otros derechos
fundamentales reconocidos en nuestra Constitucin constituyen componentes
estructurales bsicos del conjunto del orden jurdico objetivo, puesto que son la
expresin jurdica de un sistema de valores que por decisin del constituyente
informan todo el conjunto de la organizacin poltica y jurdica. En ese orden de
ideas, permiten la consagracin prctica del postulado previsto en el artculo 1
del referido texto que concibe a la persona humana como el fin supremo de la
sociedad y del Estado. De este modo, la garanta de su vigencia dentro de
nuestra comunidad poltica no puede limitarse solamente a la posibilidad del
ejercicio de pretensiones por parte de los diversos individuos, sino que tambin
debe ser asumida por el Estado como una responsabilidad teleolgica.
2.2.1 Delimitacin conceptual del derecho de peticin
Desde su primigenia aparicin en el Bill of Rights ingls de 1689, en la
primera enmienda de la Constitucin de los EE.UU. y en la Constitucin
francesa de 1791, el derecho de peticin ha sido configurado como una
facultad constitucional que se ejerce individual o colectivamente y que no se
encuentra vinculada con la existencia en s de un derecho subjetivo de un
inters legtimo que necesariamente origina la peticin.
Desde una perspectiva histrico-doctrinaria se acredita que el derecho
constitucional comparado percibe conceptualmente al derecho de peticin
como una solicitud de obtencin de una decisin graciable; por consiguiente,
sujeta a la consideracin discrecional dentro de un mbito competencial de
cualquier rgano investido de autoridad pblica.
En esa perspectiva, dicho derecho se agota con su solo ejercicio,
estando la autoridad estatal competente obligada nicamente a acusar recibo y
dar respuesta de las solicitudes.
Marcelo Huertas Contreras (Derecho de peticin en el ordenamiento
constitucional especial. En estudios de Derecho Pblico-Homenaje a Juan
Jos Ruiz Rico, Madrid, Tecnos Madrid, 1997) consigna que el derecho de
peticin deber versar sobre algo a lo que no se tiene estricto derecho. A lo
expuesto, habra que agregar lo planteado por Pablo Lucas Murillo de la Cueva
(Derecho de Peticin. Nueva Enciclopedia Jurdica Espaola Volumen XIX.
Seix Barcelona N 40, 1989), en el sentido de que el referido derecho tiene por
objeto la satisfaccin de un inters de trascendencia privada o pblica, que no
est asumido bajo la forma de un especfico derecho subjetivo o inters
legtimo. De ah que la pretensin que toda peticin encierra, puede contemplar
tanto una dimensin eminentemente defensiva corno otra sustancialmente
participativa, segn el caso.
Ahora bien, lo referido no es bice para reconocer que la configuracin
de este derecho vastamente extendido en Europa y Amrica, ha sido objeto de

una configuracin dismil en algunos pases como el nuestro al momento de su


desarrollo normativo.
Al respecto, la Ley N 27444, de fecha 21 de octubre de 2001 (Ley del
Procedimiento Administrativo General), se ha encargado de desarrollar los
alcances del inciso 20) del artculo 2 de la Constitucin, bajo una entidad y
representacin jurdica en donde el contenido y la extensin conceptual difieren
grandemente de la matriz original.
En dicho instrumento legal se pueden encontrar hasta cinco mbitos de
operatividad del derecho de peticin; a saber:
a) La peticin gracial
Es aquella que se encuentra referida a la obtencin de una decisin
administrativa a consecuencia de la discrecionalidad y libre apreciacin de un
ente administrativo. Esta modalidad es stricto sensu la que origin el
establecimiento del derecho de peticin, en razn de que la peticin no se
sustenta en ningn ttulo jurdico especfico, sino que se atiene a la esperanza
o expectativa de alcanzar una gracia administrativa. A lo sumo, expone como
fundamento para la obtencin de un beneficio, tratamiento favorable o
liberacin de un perjuicio no contemplado jurdicamente, la aplicacin de la
regla de merecimiento.
En ese sentido, la peticin prevista en el artculo 112 de la Ley N 27444
est destinada a obtener un indulto, alcanzar la formulacin de nuevas
polticas, la modificacin o derogacin de disposiciones, la creacin o
mejoramiento de la infraestructura, el acrecentamiento o modernizacin de los
servicios pblicos, la realizacin de actividades, etc.
b) La peticin subjetiva
Es aquella que se encuentra referida a la solicitud individual o colectiva
que tiene por objeto el reconocimiento administrativo de un derecho
administrativo; es decir, conlleva a la admisin de la existencia de una facultad
o atribucin para obrar o abstenerse de obrar y para que el administrado
peticionante haga exigible a terceros un determinado tipo de prestacin o
comportamiento.
En ese sentido, la peticin prevista en el artculo 107 de la Ley N 27444
est destinada a obtener la constitucin, declaracin, reconocimiento u
otorgamiento de un derecho, as como a alcanzar la constatacin de un hecho
de relevancia administrativa, el ejercicio de una facultad, o la formulacin de
una legtima oposicin o contradiccin a una decisin administrativa.
Como manifestacin jurdica, la peticin subjetiva puede pluralmente
consumarse en el reconocimiento de una pretensin, en donde el beneficiado
podr en el futuro exigir a terceros el cumplimiento de un deber y obtener del
Estado la ejecucin de una sancin contra quien lo incumpla; como expresin
de seoro se obtiene el albedro para optar entre la ejecucin o no ejecucin

de una accin; como expresin de un poder privativo se puede crear, modificar


o extinguir facultades u obligaciones mediante el ejercicio de la autonoma de la
voluntad.
c) La peticin cvica
Es aquella que se encuentra referida a la representacin de un grupo
indeterminado de personas o de la colectividad en su conjunto, la cual tiene por
objeto la proteccin y promocin del bien comn y el inters pblico.
En ese sentido, la peticin prevista en el artculo 108 de la Ley N 27444
est destinada a exponer la existencia de problemas generales, trabas u
obstculos normativos o viciosas prcticas administrativas que afectan el
acceso ciudadano a las entidades, a su relacin con los titulares o funcionarios
con capacidad de decisin, etc. En puridad, sirven para exponer crticas y
formular sugerencias para mejorar la calidad y extensin del servicio
administrativo.
d) La peticin informativa
Es aquella que se encuentra referida a la obtencin de documentacin
oficial contenida en los bancos informativos o registros manuales de la
institucin requerida.
En ese sentido, la peticin prevista en el artculo 110 de la Ley N 27444
est destinada a obtener el suministro de datos estadsticos, dictmenes,
resoluciones, etc., que pudieran obrar en poder de un ente administrativo.
Dicha modalidad debe ser concordada con lo dispuesto en los incisos 5
y 6 del artculo 2 de la Constitucin y las Leyes Ns 27806 y 27927,
respectivamente.
e) La peticin consultiva
Es aquella que se encuentra referida a la obtencin de un asesoramiento
oficial en relacin con una materia administrativa concreta, puntual y especfica.
En ese sentido, la peticin prevista en el artculo 111 de la Ley N 27444
est destinada a obtener una colaboracin instructiva acerca de las funciones y
competencias administrativas o sobre los alcances y contenidos de la
normatividad o reglamentos tcnicos aplicables al peticionante. Con ello se
consigue eliminar cualquier resquicio de duda o incertidumbre en torno a la
relacin administracin-administrado.
Francisco Gonzlez Navarro y Jos Garca Alenza (Derecho de
Peticin, Edit. Civitas, Madrid, 2002) sealan que el derecho de peticin puede
ser de dos clases:

a) El derecho de peticin simple: en donde aparece como un instrumento


de participacin ciudadana. Tales los casos aludidos de la peticin cvica,
informativa y consultiva.
b) El derecho de peticin calificado: en donde aparece la impetracin de
adopcin de un acto o decisin concreta y precisa por parte de la autoridad
recurrida. Tales los casos aludidos de la peticin gracial y subjetiva
2.2.2 Naturaleza jurdica del derecho de peticin
Dentro de la opcin escogida por el legislador nacional, la facultad
constitucional deviene en un derecho de naturaleza mixta, toda vez que la
peticin puede ser de naturaleza pblica o privada, segn sea utilizada en el
caso de la defensa de los derechos o intereses del peticionario o para la
presentacin de puntos de vista de inters general.
Por ende, en atencin al primer caso, la referida atribucin puede ser
considerada dentro del conjunto de los derechos civiles que pertenecen al ser
humano en s mismo; y, respecto al segundo caso, pertenece al plexo de los
derechos polticos que le corresponden a una persona en su condicin de
ciudadano; de ah que aparezca como manifestacin de la comunicacin,
participacin y control en relacin con el poder poltico.
El derecho de peticin se constituye as en un instrumento o mecanismo
que permite a los ciudadanos relacionarse con los poderes pblicos y, como tal,
deviene en un instituto caracterstico y esencial del Estado democrtico de
derecho. As, todo cuerpo poltico que se precie de ser democrtico, deber
establecer la posibilidad de la participacin y decisin de los ciudadanos en la
cosa pblica, as como la defensa de sus intereses o la sustentacin de sus
expectativas, ya sean estos particulares o colectivos en su relacin con la
Administracin Pblica. De este modo, en determinados mbitos, como los
referidos a las peticiones individuales o colectivas que buscan el
reconocimiento por parte de la Administracin Pblica de un derecho subjetivo,
o en las cuales se solicite informacin o se formulen consultas, o que se solicite
un acto graciable de la autoridad competente; el derecho en mencin se
constituir en un medio ordinario para su efectiva realizacin; pero, en aquel
mbito en el cual existan mecanismos o reclusos establecidos por una
normativa especfica para el ejercicio o tutela de un derecho subjetivo, tales
corno la accin penal privada o la accin civil ante rgano jurisdiccional, entre
otros, se constituir en un medio residual, que podr cubrir mbitos no tomados
en consideracin.
2.2.3 Los sujetos vinculados al derecho de peticin
En nuestro ordenamiento jurdico, a diferencia de la opcin espaola que
restringe el ejercicio del referido derecho solo a favor de sus nacionales o de
las establecidas en las experiencias constitucionales de Guatemala o Mxico
en donde aparece una frmula eclctica que distingue las peticiones de
carcter privado de las polticas, reconociendo a todos el derecho de formular
las primeras y, a sus nacionales, las segundas, se ha excogitado un

reconocimiento amplio y no esencialmente limitativo. As, cualquier persona


natural o jurdica, nacional o extranjera, puede actuar como sujeto activo en el
ejercicio de dicho derecho.
Por consiguiente, los extranjeros, residualmente, pueden participar como
electores y hasta candidatos en comicios vecinales, tal y conforme lo permite
nuestro ordenamiento.
En lo referente al sujeto pasivo del derecho de peticin, es evidente que
este puede ser cualquier rgano u organismo estatal. En suma, el peticionante
puede dirigirse a toda aquella autoridad pblica que l entiende competente
para satisfacer su pretensin.
Al respecto, en el caso Arvalo Soza (Exp. N 0941-2001-AA/TC), este
Colegiado seal que el derecho de peticin [...] supone la concurrencia de un
conjunto de elementos que le den su configuracin, entre ellos, la legitimacin
de los sujetos: el activo, por un lado, que puede ser cualquier persona, nacional
o extranjera, dado que se trata de un derecho uti cives; y, de otro, el sujeto
pasivo o destinatario, que son las entidades pblicas y, en general, los
funcionarios que los representan con autoridad.
2.2.4 Contenido constitucional del derecho de peticin
El contenido esencial de un derecho fundamental esa constituido por
aquel ncleo mnimo e irreductible que posee todo derecho subjetivo
reconocido en la Constitucin, que es indisponible para el legislador, debido a
que su afectacin supondra que el derecho pierda su naturaleza y entidad. En
tal sentido, se desatiende o desprotege el contenido esencial de un derecho
fundamental, cuando este queda sometido a limitaciones que lo hacen
impracticable y lo despojan de la proteccin constitucional otorgada.
En el caso del derecho de peticin, su contenido esencial est
conformado por dos aspectos que aparecen de su propia naturaleza y de la
especial configuracin que le ha dado la Constitucin al reconocerlo: el primer
aspecto es el relacionado estrictamente con la libertad reconocida a cualquier
persona para formular pedidos escritos a la autoridad competente; y, el
segundo, unido irremediablemente al anterior, est referido a la obligacin de la
referida autoridad de otorgar una respuesta al peticionante.
Esta respuesta oficial, de conformidad con lo previsto en el inciso 20) del
artculo 2 de la Constitucin, deber necesariamente hacerse por escrito y en el
plazo que la ley establezca. Asimismo, la autoridad tiene la obligacin de
realizar todos aquellos actos que sean necesarios para evaluar materialmente
el contenido de la peticin y expresar el pronunciamiento correspondiente, el
mismo que contendr los motivos por los que se acuerda acceder o no a lo
peticionado, debiendo comunicar lo resuelto al interesado o interesados.
Sobre la materia debe insistirse en que es preciso que la contestacin
oficial sea motivada; por ende, no es admisible jurdicamente la mera puesta en

conocimiento al peticionante de la decisin adoptada por el funcionario pblico


correspondiente.
En consecuencia, la accin oficial de no contestar una peticin o hacerlo
inmotivadamente trae como consecuencia su invalidez por violacin, por
omisin de un deber jurdico claro e inexcusable.
Si bien el derecho de peticin implica que la autoridad competente debe
dar respuesta por escrito a una peticin formulada tambin por escrito, no debe
confundirse el contenido del pronunciamiento de la autoridad con la notificacin
al peticionante de las acciones desarrolladas por aquella en atencin a lo
solicitado, pues el contenido del pronunciamiento -a expresarse por medio de la
forma jurdica administrativa adecuada- se refiere a la decisin de la
Administracin que favorece o no lo peticionado; y la notificacin se refiere ms
bien a una formalidad ineludible para la autoridad, utilizada para poner en
conocimiento del peticionante el resultado de su peticin.
Esta obligacin de la autoridad competente de dar al interesado una
respuesta tambin por escrito, en el plazo legal y bajo responsabilidad, confiere
al derecho de peticin mayor solidez y eficacia, e implica, entre otros, los
siguientes aspectos: a) admitir el escrito en el cual se expresa la peticin; b)
exteriorizar el hecho de la recepcin de la peticin; c) dar el curso
correspondiente a la peticin; d) resolver la peticin, motivndola de modo
congruente con lo peticionado, y e) comunicar al peticionante lo resuelto.
A manera de sntesis, puede afirmarse que el derecho de peticin
implica un conjunto de obligaciones o mandatos. Entre ellos cabe mencionar
los siguientes:
a) Facilitar los medios para que el ciudadano pueda ejercitar el derecho
de peticin sin trabas absurdas o innecesarias.
b) Abstenerse de cualquier forma o modo de sancionamiento al
peticionante, por el solo hecho de haber ejercido dicho derecho.
c) Admitir y tramitar el petitorio.
d) Resolver en el plazo sealado por la ley de la materia la peticin
planteada, ofreciendo la correspondiente fundamentacin de la determinacin.
e) Comunicar al peticionante la decisin adoptada.
Como se puede apreciar, esta configuracin del derecho de peticin,
contenido en el inciso 20) del artculo 2 de la Constitucin, ha sido materia de
desarrollo legislativo en la Ley N 27444, del Procedimiento Administrativo
General, vigente a partir del 11 de octubre de 2001. No obstante esto, debemos
mencionar que la solicitud del recurrente, contenida en la carta notarial
entregada a la emplazada con fecha 30 de octubre de 2000, se expidi cuando
se encontraba vigente el Decreto Supremo N 02-94-JUS, Texto nico
Ordenado de la Ley de Normas Generales de Procedimientos Administrativos,

norma que si bien no efectuaba un tratamiento sistemtico del derecho de


peticin administrativa, s lo contena (artculos 1, 4, 7, 59, 87 o Primera
Disposicin Complementaria), aunque con notorio desorden y menor cantidad
de supuestos a los cuales poda ser aplicado. Expuesto este ltimo aspecto,
este Colegiado considera que en el presente caso no se ha vulnerado el
derecho de peticin del recurrente, pues la referida solicitud no se sita en
ninguno de los supuestos que componen este derecho, pues en la misma se
hace referencia ms bien al cumplimiento de una resolucin administrativa,
expedida por la propia emplazada, en ejecucin de lo ordenado por una
resolucin judicial. Consiguientemente, corresponde ahora verificar si se ha
vulnerado el derecho a la tutela jurisdiccional.
2.2.5 Las diferencias entre el derecho de peticin y las solicitudes de
derecho
Tal como lo expone Juan Carlos Morn Urbina (Comentarios/Nueva Ley
de Procedimiento Administrativo General. Gaceta Jurdica, Lima 2002), la
diferencia ms saltante entre ambos institutos radica en que las solicitudes de
derecho son aquellas en donde el administrado cuenta a su favor, adems del
derecho genrico a la peticin, con el apoyo de otra norma especfica que le
reconozca iniciativa cualificada o legitimacin especial dirigida a provocar la
actuacin de la Administracin o recibir alguna autorizacin o reconocimiento.
Es decir, el amparo legal de recurrente no se sujeta nica y exclusivamente a
los alcances del inciso 20) del artculo 2 de la Constitucin, sino que invoca de
manera exacta, precisa y particular una norma legal que le otorga concreta y
cabalmente el goce o ejercicio de un derecho, facultad o atribucin de
naturaleza jurdica. En ese contexto, queda claro que el contenido diferenciador
del derecho de peticin reside en el fundamento jurdico en que el acto se
apoya. En caso de que este encuentre un mnimo respaldo en una norma
especfica y diferente a la anteriormente citada, escapara del mbito de
derecho objeto de examen y se orientara a ser stricto sensu una tpica solicitud
de derecho.
2.3

Tutela jurisdiccional efectiva judicial y actuacin administrativa

2.3.1 El derecho a la ejecucin de las resoluciones judiciales como


componente implcito del derecho a la tutela jurisdiccional
El derecho a la ejecucin de las sentencias se encuentra contenido
implcitamente en el derecho a la tutela jurisdiccional, reconocido en el inciso 3)
del artculo 139 de nuestra Constitucin. En efecto, si bien la referida norma no
hace referencia expresa a la efectividad de las resoluciones judiciales, dicha
cualidad se desprende de su interpretacin, de conformidad con los tratados
internacionales sobre derechos humanos (Cuarta Disposicin Final y
Transitoria de la Constitucin). Precisamente, el artculo 8 de la Declaracin
Universal de Derechos Humanos dispone que Toda persona tiene derecho a
un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare
contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la
Constitucin o por la ley; y el artculo 25.1 de la Convencin Americana de
Derechos Humanos dispone que Toda persona tiene derecho a un recurso

sencillo, rpido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitucin, la ley o la presente Convencin
(...). De este modo, el derecho a la tutela jurisdiccional no solo implica el
derecho de acceso a la justicia y el derecho al debido proceso, sino tambin el
derecho a la efectividad de las resoluciones judiciales; busca garantizar que lo
decidido por la autoridad jurisdiccional tenga un alcance prctico y se cumpla,
de manera que no se convierta en una simple declaracin de intenciones.
2.3.2 Actuacin judicial y ejecucin de resoluciones judiciales
De este modo, la actuacin de la autoridad jurisdiccional en la etapa de
ejecucin de sentencias constituye un elemento fundamental e imprescindible
en el logro de una efectiva tutela jurisdiccional, siendo de especial relevancia
para el inters pblico, pues difcilmente se podra sealar la existencia de un
Estado de derecho, cuando en su interior las personas no pueden lograr la
justicia a travs de los rganos establecidos para tal efecto.
Para ello, la autoridad jurisdiccional deber realizar todas aquellas
acciones que tiendan a que los justiciables sean repuestos en sus derechos y
compensados, si hubiera lugar a ello, por el dao sufrido. Conviene insistir en
este componente del derecho a la tutela judicial efectiva, con el objeto de que
los propios rganos judiciales reaccionen frente a posteriores actuaciones o
comportamientos que debiliten el contenido material de sus decisiones, pues
solo as se podrn satisfacer los derechos de quienes han vencido en juicio, sin
obligarles a asumir la carga de nuevos procesos.
En el presente caso, con un aparente entendimiento formal respecto de
lo que significa una efectiva tutela jurisdiccional, el juez del proceso
encargado de la ejecucin de la sentencia consider que, con la expedicin de
la Resolucin de Alcalda N 200-97-MDR, de fecha 6 de febrero de 1997, la
emplazada haba cumplido lo dispuesto en la citada sentencia,
desinteresndose a partir de ese momento de los reales efectos que la
posterior actuacin de la Administracin tuviera. Ello, sin lugar a dudas, se
explica por la dificultad prctica que actualmente tienen los rganos
jurisdiccionales para un efectivo seguimiento de la ejecucin de los procesos
sometidos a su jurisdiccin. No obstante esto, si el juez de la ejecucin
(Vigsimo Sexto Juzgado Especializado Civil de Lima) hubiese tomado
conocimiento, por cualquier medio, del incumplimiento material de lo dispuesto
en la sentencia, habra tenido la obligacin ineludible de realizar todas aquellas
acciones tendientes a su efectiva realizacin.
2.3.3 Actuacin administrativa y ejecucin de resoluciones judiciales
Una vez analizada la actuacin judicial en el presente caso,
corresponde ahora evaluar la administrativa, a efectos de verificar si se ha
cumplido materialmente la sentencia, respecto del recurrente y su
representada.

Mediante sentencia de fecha 23 de octubre de 1996, la Sala


Especializada de Derecho Pblico de la Corte Superior de Justicia de Lima,
dispuso el pago de los reintegros correspondientes a los trabajadores en
actividad, cesantes, jubilados y pensionistas de la emplazada.
Consiguientemente, en estricto cumplimiento de la orden jurisdiccional, la
emplazada expidi la referida Resolucin de Alcalda N 200-97-MDR,
ordenando que se hiciera efectivo el referido pago.
Tal como se puede apreciar de autos, hasta la fecha la emplazada no ha
cumplido con ejecutar el pago dispuesto en la resolucin judicial, en lo que se
refiere a los derechos del recurrente y su representada, utilizando un
argumento la acreditacin de representacin que solo obstaculiza,
innecesariamente, la ejecucin de la misma, vulnerando de este modo el
derecho a la ejecucin de las resoluciones judiciales y, consecuentemente, la
tutela jurisdiccional efectiva.
Finalmente, debe sealarse que, con su actuacin, la emplazada
tambin atenta contra uno de los principios bsicos de la Administracin de
Justicia, que es el referido a la independencia en el ejercicio de la funcin
jurisdiccional, pues el inciso 2) del artculo 139 de la Constitucin dispone,
entre otros aspectos, que Ninguna autoridad puede avocarse a causas
pendientes ante el rgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus
funciones. Tampoco puede dejar sin efecto resoluciones que han pasado en
autoridad de cosa juzgada, ni cortar procedimientos en trmite, ni modificar
sentencias ni retardar su ejecucin (subrayado nuestro).
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las
atribuciones que le confieren la Constitucin Poltica del Per y su Ley
Orgnica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declara
improcedente la demanda; y, reformndola, la declara FUNDADA; en
consecuencia, declara sin efecto la Notificacin N 1954-000-UTD-MDR;
ordena que la demandada cumpla lo dispuesto en la Resolucin de Alcalda N
200-97-MDR, de fecha 6 de febrero de 1997, y que la presente sea puesta en
conocimiento del Vigsimo Sexto Juzgado Especializado Civil de Lima, para los
efectos pertinentes. Dispone la notificacin a las partes, su publicacin
conforme a ley y la devolucin de los actuados.
SS. BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCA TOMA.

ORDENAN QUE SE ENTREGUE INFORMACIN CORRECTA Y EXACTA


SOBRE LOS VIAJES DE FUJIMORI - INFORMACIN DESACTUALIZADA E
INCOMPLETA ATENTA CONTRA EL DERECHO A LA INFORMACIN

No solo se afecta el derecho de informacin cuando esa informacin se niega,


sin existir razones constitucionales legtimas para ello, sino tambin cuando la
informacin que se proporciona es fragmentaria, desactualizada, incompleta,
imprecisa, falsa, no oportuna o errada. De ah que si en su faz positiva el
derecho de acceso a la informacin imponga a los rganos de la administracin
pblica el deber de informar, en su faz negativa, exige que la informacin que
alcancen no sea falsa, fragmentaria, indiciaria o confusa. En consecuencia,
debido a que tales exigencias no han sido cumplidas por la demandada, el
Tribunal Constitucional orden que se informe sobre los viticos, gastos de
representacin, combustibles y operacin del avin presidencial, costos de
pasajes, segn sea el caso, y otros gastos que efectu el ex presidente de la
Repblica Alberto Fujimori Fujimori y su comitiva, en sus viajes al exterior.
(El Peruano, 22 de octubre de 2003)
EXP. N 1797-2002-HD/TC - LIMA
WILO RODRGUEZ GUTIRREZ
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 29 das del mes de enero de 2003, la Sala Primera del
Tribunal Constitucional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini,
Presidente; Bardelli Lartirigoyen y Gonzales Ojeda, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Wilo Rodrguez Gutirrez
contra la resolucin de la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima, de fojas 94, su fecha 6 de mayo del 2002, que declar que carece de
objeto pronunciarse sobre el asunto controvertido, por haberse producido la
sustraccin de la materia.
ANTECEDENTES
Con fecha 9 de febrero de 2001, el recurrente interpone accin hbeas
data contra el ex presidente de la Repblica, Dr. Valentn Paniagua Corazao,
con objeto de que se le proporcione la informacin denegada mediante la carta
notarial de fecha 12 de diciembre del 2000, manifestando que no se le ha
brindado la informacin solicitada respecto de los gastos efectuados por el ex
presidente Alberto Fujimori Fujimori y su comitiva durante los ms de 515 das
en que estuvo fuera del pas, debido a los 120 viajes que realiz al exterior, en
el transcurso de su mandato presidencial. En consecuencia, solicita que la
informacin requerida se especifique como sigue: a) monto asignado por
concepto de viticos; b) monto asignado por concepto de gastos de
representacin; c) costos de los pasajes areos, por cada uno de los viajes
realizados; d) gastos de combustible y operacin del avin presidencial, y e)

monto asignado para gastos de la comitiva presidencial, entre otros. Alega que
se vulnera su derecho de acceso a la informacin, ya que la informacin
requerida no atenta contra la seguridad nacional, ni afecta la intimidad
personal, ni est exceptuada por ley.
El procurador pblico a cargo de la defensa judicial de la Presidencia del
Consejo de Ministros seala que la pretensin del recurrente ya ha sido
incoada en reiteradas oportunidades; que la informacin requerida se
encuentra, casi en su totalidad, publicada en el Diario Oficial El Peruano, la que
adems ha sido suministrada por la directora general de Administracin del
Despacho Presidencial, en la cual se da cuenta de los viajes realizados por el
ex presidente Alberto Fujimori Fujimori entre los aos 1990 y 2000, la cantidad
de viajes por cada ao realizado, as como el costo.
El Primer Juzgado Especializado en Derecho Pblico de Lima declara
que carece de objeto pronunciarse sobre el fondo, por haberse producido la
sustraccin de la materia, toda vez que la informacin requerida fue
proporcionada mediante el Informe N 001-2001-CMPR/DGADM; aadiendo
que las discrepancias del actor en cuanto a la informacin suministrada no
constituyen datos que objetivamente existan, por lo que no pueden exigirse a
travs del hbeas data, puesto que se trata de materia sujeta a controversia
que requiere de estacin probatoria.
La recurrida confirm la apelada por los mismos fundamentos.
FUNDAMENTOS
Petitorio
1.
El recurrente pretende que la emplazada le proporcione
informacin respecto de los gastos efectuados por el ex presidente de la
Repblica Alberto Fujimori Fujimori y su comitiva, durante los ms de 515 das
en que estuvo fuera del pas debido a los 120 viajes que realiz al exterior en el
transcurso de su mandato presidencial; y solicita que se precise el monto
asignado por concepto de viticos y gastos de representacin, los costos de los
pasajes areos por cada uno de los viajes realizados, los gastos de
combustible y de operacin del avin presidencial, los montos asignados para
gastos de la comitiva presidencial, entre otros.
Derechos protegidos por el hbeas data
2.
El hbeas data es un proceso constitucional que tiene por objeto
la proteccin de los derechos reconocidos en los incisos 5) y 6) del artculo 2
de la Constitucin, segn los cuales establecen que toda persona tiene
derecho a solicitar sin expresin de causa la informacin que requiera y a
recibirla de cualquier entidad pblica, en el plazo legal, con el costo que
suponga el pedido. Se exceptan las informaciones que afectan la intimidad
personal y las que expresamente se excluyan por ley o por razones de
seguridad nacional; y que los servicios informticos, computarizados o no,

pblicos o privados, no suministren informaciones que afecten la intimidad


personal y familiar, respectivamente.
Derecho a la autodeterminacin informativa
3.
El derecho reconocido en el inciso 6) del artculo 2 de la
Constitucin es denominado por la doctrina derecho a la autodeterminacin
informativa y tiene por objeto proteger la intimidad, personal o familiar, la
imagen y la identidad frente al peligro que representa el uso y la eventual
manipulacin de los datos a travs de los ordenadores electrnicos. Por otro
lado, aunque su objeto sea la proteccin de la intimidad, el derecho a la
autodeterminacin informativa no puede identificarse con el derecho a la
intimidad, personal o familiar, reconocido, a su vez, por el inciso 7) del mismo
artculo 2 de la Constitucin. Ello se debe a que mientras que este protege el
derecho a la vida privada, esto es, el poder jurdico de rechazar intromisiones
ilegtimas en la vida ntima o familiar de las personas, aquel garantiza la
facultad de todo individuo de poder preservarla controlando el registro, uso y
revelacin de los datos que les conciernen.
Tampoco el derecho a la autodeterminacin informativa debe
confundirse con el derecho a la imagen, reconocido en el inciso 7) del artculo 2
de la Constitucin, que protege, bsicamente la imagen del ser humano,
derivada de la dignidad de la que se encuentra investido; mientras que el
derecho a la autodeterminacin informativa, en este extremo, garantiza que el
individuo sea capaz de disponer y controlar el tipo de datos que sobre l se
hayan registrado, a efectos de preservar su imagen derivada de su insercin en
la vida en sociedad.
Finalmente, tambin se diferencia del derecho a la identidad personal,
esto es, del derecho a que la proyeccin social de la propia personalidad no
sufra interferencias o distorsiones a causa de la atribucin de ideas, opiniones,
o comportamientos diferentes de aquellos que el individuo manifiesta en su
vida en sociedad.
En ese sentido, por su propia naturaleza, el derecho a la
autodeterminacin informativa, siendo un derecho subjetivo tiene la
caracterstica de ser, prima facie y de modo general, un derecho de naturaleza
relacional, pues las exigencias que demandan su respeto, se encuentran
muchas veces vinculadas a la proteccin de otros derechos constitucionales.
Hbeas data y derecho a la autodeterminacin informativa
4.
Este Tribunal ha expresado en la sentencia recada en el Exp. N
666-1996-HD/TC que la proteccin del derecho a la autodeterminacin
informativa a travs del hbeas data comprende, en primer lugar, la capacidad
de exigir jurisdiccionalmente la posibilidad de acceder a los registros de
informacin, computarizados o no, cualquiera que sea su naturaleza, en los
que se encuentren almacenados los datos de una persona. Tal acceso puede
tener por objeto que se permita conocer qu es lo que se encuentra registrado,
para qu y para quin se realiz el registro de informacin as como la(o las)

persona(s) que recabaron dicha informacin. En segundo lugar, el hbeas data


puede tener la finalidad de agregar datos al registro que se tenga, ya sea por la
necesidad de que se actualicen los que se encuentran registrados, o bien con
el fin de que se incluyan aquellos no registrados, pero que son necesarios para
que se tenga una cabal referencia sobre la imagen e identidad de la persona
afectada. Asimismo, con el derecho en referencia, y en defecto de l, mediante
el hbeas data, un individuo puede rectificar la informacin, personal o familiar,
que se haya registrado; impedir que esta se difunda para fines distintos de
aquellos que justificaron su registro o, incluso, tiene la potestad de cancelar
aquellos que razonablemente no debieran encontrarse almacenados.
Derecho de acceso a la informacin pblica y derecho de peticin
5.
A diferencia del derecho a la autodeterminacin informativa, el
inciso 5) del artculo 2 de la Constitucin reconoce el derecho de acceso a la
informacin pblica. Este derecho, a su vez, no es idntico al derecho de
peticin, reconocido en el inciso 20) del artculo 2 de la Constitucin, ni
tampoco al derecho a la libertad de informacin, reconocido en el inciso 4) del
mismo artculo 2 de la Ley Fundamental.
En la sentencia recada en el Exp. N 1042-2002-AA/TC, este Tribunal
subray que tanto el derecho de peticin como aquellos otros derechos
fundamentales reconocidos en nuestra Constitucin, constituyen componentes
estructurales bsicos del conjunto del orden jurdico objetivo, ello en razn de
ser la expresin jurdica de un sistema de valores que por decisin del
constituyente informan todo el conjunto de la organizacin poltica y jurdica.
Se sostuvo que el derecho de peticin ha sido configurado como una facultad
constitucional que se ejerce individual o colectivamente y que no se encuentra
vinculado con la existencia en s de un derecho subjetivo o de un inters
legtimo que necesariamente origina la peticin. [...] Desde una perspectiva
histrico-doctrinaria se acredita que el derecho constitucional comparado
percibe conceptualmente al derecho de peticin como una solicitud de
obtencin de una decisin graciable; por consiguiente, sujeta a la consideracin
discrecional dentro de un mbito competencial de cualquier rgano investido de
autoridad pblica. En esa perspectiva, dicho derecho se agota con su solo
ejercicio, estando la autoridad estatal competente obligada nicamente a
acusar recibo y dar respuesta de las solicitudes.
6.
Tal derecho ha sido regulado por la Ley N 27444 (Ley del
Procedimiento Administrativo General), la que establece que es posible
encontrar hasta cinco mbitos de operatividad del derecho de peticin; a
saber: a) La peticin gracial; b) La peticin subjetiva; c) La peticin cvica; d) La
peticin consultiva, y e) La peticin informativa.
La peticin informativa es aquella que se encuentra referida a la
obtencin de documentacin oficial contenida en los bancos informativos o
registros manuales de la institucin requerida. En ese sentido, la peticin
prevista en el artculo 110 de la Ley N 27444 est destinada a obtener el
suministro de datos estadsticos, dictmenes, resoluciones, etc., que pudieran
obrar en poder de un ente administrativo. Dicha modalidad debe ser

concordada con lo dispuesto en los incisos 5) y 6) del artculo 2 de la


Constitucin y las Leyes Ns 27806 y 27927, respectivamente.
En suma, el derecho de peticin puede ser de dos clases: a) el derecho
de peticin simple, el cual se manifiesta como un instrumento de participacin
ciudadana, y que incluye a la peticin cvica, informativa y consultiva, y b) el
derecho de peticin calificado, que se manifiesta como adopcin de un acto o
decisin concreta y precisa por parte de la autoridad recurrida. Tales son los
casos de la peticin gracial y subjetiva.
Por su estructura y funcin, el Tribunal ha sealado que el derecho de
peticin es un derecho de naturaleza mixta, toda vez que la peticin puede ser
de naturaleza pblica o privada, segn sea utilizada en caso de la defensa de
los derechos o intereses del peticionario, o para la presentacin de puntos de
vista de inters general. Por ende, en atencin al primer caso, la referida
atribucin puede ser considerada dentro del conjunto de los derechos civiles
que pertenecen al ser humano; y, respecto al segundo, pertenece al plexo de
los derechos polticos que le corresponden a una persona en su condicin de
ciudadano; de ah que aparezca como manifestacin de la comunicacin,
participacin y control en relacin al poder poltico.
El derecho de peticin se constituye as en un instrumento o mecanismo
que permite a los ciudadanos relacionarse con los poderes pblicos y, como tal,
deviene en un instituto caracterstico y esencial del Estado democrtico de
derecho. As, todo cuerpo poltico que se precie de ser democrtico, deber
establecer la posibilidad de la participacin y decisin de los ciudadanos en la
cosa pblica, as como la defensa de sus intereses o la sustentacin de sus
expectativas, ya sean estos particulares o colectivos en su relacin con la
Administracin Pblica. De este modo, en determinados mbitos, como los
referidos a las peticiones individuales o colectivas que buscan el
reconocimiento por parte de la Administracin Pblica de un derecho subjetivo,
o en las cuales se solicite informacin o se formulen consultas, o en las cuales
se solicite un acto graciable de la autoridad competente, el derecho en mencin
se constituir en un medio ordinario para su efectiva realizacin, pero, en aquel
mbito en el cual existan mecanismos o recursos establecidos por una
normativa especfica para el ejercicio o tutela de un derecho subjetivo, tales
como la accin penal privada o la accin civil ante rgano jurisdiccional, entre
otros, se constituir en un medio residual, que podr cubrir mbitos no tomados
en consideracin.
7.
En la medida en que el derecho de acceso a la informacin
pblica garantiza que cualquier persona, sin expresin de causa, pueda
solicitar la informacin que requiera y a recibirla de cualquier entidad pblica,
en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido, este termina
constituyndose en una modalidad o concrecin del derecho de peticin. Como
sostuviera este Tribunal Constitucional en la sentencia recada en el Exp. N
1071-1998-HD/TC, del hecho de que su reconocimiento constitucional (del
derecho de acceso a la informacin pblica) se haya precisado
independientemente del genrico derecho de peticin, hay que comprender
que la Constitucin le ha querido brindar un tratamiento particularizado y

tambin un medio de tutela distinto, como en efecto se ha previsto al incorporar


como uno de los derechos protegidos mediante el hbeas data.
Derecho de acceso a la informacin pblica y libertad de informacin
8.
En relacin con la libertad de informacin reconocida en el inciso
4) del artculo 2 de la Constitucin, este Tribunal ha sealado, en su sentencia
recada en el Exp. N 0905-2001-AA/TC, que [...] se garantiza un complejo haz
de libertades, que, conforme enuncia el artculo 13 de la Convencin
Americana de Derechos Humanos, comprende las libertades de buscar, recibir
y difundir informaciones de toda ndole verazmente. [...] La libertad de
informacin garantiza el acceso, la bsqueda y la difusin de hechos noticiosos
o, en otros trminos, la informacin veraz. Por su propia naturaleza, los juicios
de valor, las opiniones, los pensamientos o las ideas que cada persona pueda
tener son de naturaleza estrictamente subjetivas y, por tanto, no pueden ser
sometidos a un test de veracidad; a diferencia de lo que sucede con los hechos
noticiosos, que, por su misma naturaleza de datos objetivos y contrastables, s
lo pueden ser.
9.
Asimismo, en la misma sentencia se sostuvo que Las
dimensiones de la libertad de informacin son: a) el derecho de buscar o
acceder a la informacin, que no solo protege el derecho subjetivo de ser
informado o de acceder a las fuentes de informacin, sino, al mismo tiempo,
garantiza el derecho colectivo de ser informados, en forma veraz e imparcial,
protegindose de ese modo el proceso de formacin de la opinin pblica y, en
consecuencia, no solo al informante, sino tambin a todo el proceso de
elaboracin, bsqueda, seleccin y confeccin de la informacin; b) la garanta
de que el sujeto portador de los hechos noticiosos pueda difundirla libremente.
La titularidad del derecho corresponde a todas las personas y, de manera
especial, a los profesionales de la comunicacin. El objeto protegido, en tal
caso, es la comunicacin libre, tanto la de los hechos como la de las opiniones.
Por ello, tratndose de hechos difundidos, para merecer proteccin
constitucional, requieren ser veraces, lo que supone la asuncin de ciertos
deberes y responsabilidades delicadsimas por quienes tienen la condicin de
sujetos informantes, forjadores de la opinin pblica.
En esa medida, como ha sealado la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, tiene una doble vertiente. En primer lugar, una dimensin individual,
pues se trata de un derecho que protege de que [...] nadie sea arbitrariamente
menoscabado o impedido de [...] difundir hechos informativos; pero, al mismo
tiempo, ambas presentan una inevitable dimensin colectiva, ya que garantiza
el derecho de todas las personas de recibir cualquier informacin y conocer la
expresin del pensamiento ajeno, a fin de formarse una opinin propia. No
obstante esto, ellas no solo constituyen una concrecin del principio de
dignidad del hombre y un complemento inescindible del derecho al libre
desenvolvimiento de la personalidad, sino tambin se encuentran
estrechamente vinculadas al principio democrtico, en razn de que, mediante
su ejercicio, se posibilita la formacin, mantenimiento y garanta de una
sociedad democrtica, pues se permite la formacin libre y racional de la
opinin pblica. Desde esa perspectiva, ambas libertades tienen el carcter de

derechos constitutivos por antonomasia para la democracia. Constituyen el


fundamento jurdico de un proceso abierto de formacin de la opinin y de la
voluntad polticas, que hace posible la participacin de todos y que es
imprescindible para la referencia de la democracia a la libertad (Erns Wolfgang
Bckenforde, Estudios sobre el Estado de Derecho y la democracia, Edit.
Trotta, Madrid 2000, pg. 67); o, como lo ha expresado la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, constituyen una piedra angular en la existencia misma
de una sociedad democrtica. Es indispensable para la formacin de la opinin
pblica. Es tambin conditio sine qua non para que los partidos polticos, los
sindicatos, las sociedades cientficas y culturales y, en general, quienes deseen
influir sobre la colectividad puedan desarrollarse plenamente. Es, en fin,
condicin para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, est
suficientemente informada. (OC 5/85, de 13 de noviembre de 1985, Caso La
Colegiacin Obligatoria de Periodistas, prrafo 70).
Por ello, tales libertades informativas son, al tiempo que derechos
subjetivos, garantas institucionales del sistema democrtico constitucional.
Adems, en tanto permiten la plena realizacin del sistema democrtico, tienen
la condicin de libertades preferidas y, en particular, cuando su ejercicio
permite el debate sobre la cosa pblica.
Esta condicin de las libertades informativas requiere que, cada vez que
con su ejercicio se contribuya con el debate sobre las cosas que interesan a
todos, deban contar con un margen de optimizacin ms intenso, aun cuando
con ello se pudieran afectar otros derechos constitucionales.
Derecho de acceso a la informacin pblica
10.
El derecho de acceso a la informacin pblica evidentemente se
encuentra estrechamente vinculado a uno de los contenidos protegidos por la
libertad de informacin. Y al igual de lo que sucede con esta ltima, debe
indicarse que el derecho de acceso a la informacin pblica tiene una doble
dimensin. Por un lado, se trata de un derecho individual, en el sentido de que
garantiza que nadie sea arbitrariamente impedido de acceder a la informacin
que guarden, mantengan o elaboren las diversas instancias y organismos que
pertenezcan al Estado, sin ms limitaciones que aquellas que se han previsto
como constitucionalmente legtimas. A travs de este derecho se posibilita que
los individuos, aisladamente considerados, puedan trazar, de manera libre, su
proyecto de vida, pero tambin el pleno ejercicio y disfrute de otros derechos
fundamentales. Desde esta perspectiva, en su dimensin individual, el derecho
de acceso a la informacin se presenta como un presupuesto o medio para el
ejercicio de otras libertades fundamentales, como puede ser la libertad de
investigacin, de opinin o de expresin, por mencionar alguna.
Tal condicin instrumental del derecho de acceso a la informacin
pblica se puede apreciar en el caso de autos. En efecto, conforme se expresa
en la carta notarial dirigida al entonces segundo vicepresidente de la Repblica,
no encontrndose obligado a dar las razones de la informacin requerida, el
recurrente alega que la informacin requerida es importante para poder ejercer
su libertad de investigacin sobre la diplomacia presidencial en el Per.

11.
En segundo lugar, el derecho de acceso a la informacin tiene
una dimensin colectiva, ya que garantiza el derecho de todas las personas de
recibir la informacin necesaria y oportuna, a fin de que pueda formarse una
opinin pblica, libre e informada, presupuesto de una sociedad
autnticamente democrtica.
Desde este punto de vista, la informacin sobre la manera como se
maneja la res pblica termina convirtindose en un autntico bien pblico o
colectivo, que ha de estar al alcance de cualquier individuo, no solo con el fin
de posibilitar la plena eficacia de los principios de publicidad y transparencia de
la Administracin Pblica, en los que se funda el rgimen republicano, sino
tambin como un medio de control institucional sobre los representantes de la
sociedad; y tambin, desde luego, para instar el control sobre aquellos
particulares que se encuentran en la capacidad de poder inducir o determinar
las conductas de otros particulares o, lo que es ms grave en una sociedad
como la que nos toca vivir, su misma subordinacin.
En ese sentido, el Tribunal Constitucional no puede sino destacar que el
derecho de acceso a la informacin pblica es consustancial a un rgimen
democrtico. En efecto, el derecho en referencia no solo constituye una
concretizacin del principio de dignidad de la persona humana (artculo 1 de la
Constitucin), sino tambin un componente esencial de las exigencias propias
de una sociedad democrtica, ya que su ejercicio posibilita la formacin libre y
racional de la opinin pblica. La democracia, se ha dicho y con razn, es por
definicin el gobierno del pblico en pblico (Norberto Bobbio). De ah que
disposiciones como la del artculo 109 o 139, inciso 4), de la Constitucin (por
citar solo algunas), no son sino concretizaciones, a su vez, de un principio
constitucional ms general, como es, en efecto, el principio de publicidad de la
actuacin estatal.
Por ello, con carcter general, debe destacarse que la publicidad en la
actuacin de los poderes pblicos constituye la regla general, y el secreto,
cuando cuente con cobertura constitucional, la excepcin. Y es que si el Estado
democrtico de derecho presupone la divisin de poderes, el respeto de los
derechos fundamentales y la eleccin peridica de los gobernantes,
ciertamente este no podra asegurarse si es que no se permitiera a las
personas poder ejercer un control sobre las actividades de los representantes
del pueblo. Uno de los modos posibles de cumplir dicho principio y, con ello, las
demandas de una autntica sociedad democrtica, es precisamente
reconociendo el derecho de los individuos de informarse sobre la actuacin de
los rganos estatales y sus representantes.
Por consiguiente, al igual que lo afirmado respecto de las libertades de
informacin y expresin, a juicio del Tribunal, cuando el ejercicio del derecho de
acceso a la informacin pblica contribuye a la formacin de una opinin
pblica, libre e informada, este tiene la condicin de libertad preferida. Esta
condicin del derecho de acceso a la informacin no quiere decir que al interior
de la Constitucin exista un orden jerrquico entre los derechos fundamentales
que ella reconoce, en la cspide del cual se encuentre o pueda encontrarse el

derecho de acceso a la informacin u otros derechos que cuentan igualmente


con idntica condicin. Y, en ese sentido, que una colisin de este con otros
derechos fundamentales se resuelva en abstracto, haciendo prevalecer al que
tiene la condicin de libertad preferida. Evidentemente ello no es as. Todos los
derechos constitucionales tienen, formalmente, la misma jerarqua, por ser
derechos constitucionales. De ah que ante una colisin entre ellos, la solucin
del problema no consiste en hacer prevalecer unos sobre otros, sino en
resolverlos mediante la tcnica de la ponderacin y el principio de concordancia
prctica.
No obstante, tratndose de una intervencin legislativa sobre una
libertad preferida, esta condicin impone que el control sobre las normas y
actos que incidan sobre ella no solo se encuentren sujetos a un control
jurisdiccional ms intenso, a la luz de los principios de razonabilidad y
proporcionalidad, sino, adems, que en ese control tenga que considerarse que
tales actos o normas que sobre l inciden carecen, prima facie, de la
presuncin de constitucionalidad.
Esta presuncin de inconstitucionalidad de la ley que lo restringe se
traduce en exigir del Estado y sus rganos la obligacin de probar que existe
un apremiante inters pblico por mantener en reserva o secreto la informacin
pblica solicitada y, a su vez, que solo manteniendo tal reserva se puede servir
efectivamente al inters constitucional que la justifica. De manera que si el
Estado no justifica la existencia del apremiante inters pblico para negar el
acceso a la informacin, la presuncin que recae sobre la norma o acto debe
efectivizarse y, en esa medida, confirmarse su inconstitucionalidad; pero
tambin significa que la carga de la prueba acerca de la necesidad de
mantener en reserva el acceso a la informacin ha de estar, exclusivamente, en
manos del Estado.
12.
Como se ha expuesto en los antecedentes de esta sentencia, en
el caso de autos, el recurrente solicit a la demandada informacin sobre los
viajes efectuados por el ex presidente de la Repblica durante los aos 1990 y
2000 y, en particular, detallar los siguientes rubros: a) monto asignado por el
concepto de viticos; b) monto asignado por concepto de gastos de
representacin; c) costos de los pasajes areos por cada uno de los viajes; d)
gastos de combustible y operacin del avin presidencial; e) monto asignado
para gastos de la comitiva presidencial; y f) otros gastos.
Al contestar la demanda, la emplazada adjunt el Informe N 001-2001CMPR/DGADM, mediante el cual se da cuenta de la cantidad de viajes que por
cada ao realiz el ex presidente de la Repblica Alberto Fujimori Fujimori, as
como el costo anual de dichos viajes, durante los aos de 1990 y 2000. Con
fecha 30 de mayo de 2001, el recurrente advirti al a quo que la informacin,
en muchos de sus extremos, era incompleta, inexacta e imprecisa. As, por
ejemplo, mientras en el punto C del informe se haca referencia a que en el ao
1998 el ex presidente viaj 28 veces, en el cuadro de detalles de costos
figuraba que, en ese mismo ao, haba viajado 47 veces. Con relacin al ao
1999, se indicaba que viaj 14 veces, en tanto que en el detalle de costos se
especificaba que se realizaron 24 viajes. Asimismo, con copias de diversos

medios de comunicacin social, el recurrente acredit que entre los das 3 y 4


de enero de 1999, el ex mandatario estuvo en la Repblica Federal del Brasil,
subrayando que dicho viaje no apareca en ninguno de los cuadros del referido
informe, entre otros cuestionamientos a los que hace referencia en su escrito
de fecha 30 de mayo de 2001, sobre el informe emitido.
Las recurridas, en mrito al citado Informe, adjuntado a la contestacin
de la demanda, sostuvieron que, en el caso de autos, se habra producido la
sustraccin de la materia, toda vez que la emplazada haba absuelto el pedido
de informacin requerido en la demanda. Y, respecto a que la informacin
suministrada era imprecisa, incompleta e inexacta, argumentaron que ese tema
deba ser objeto de un proceso donde existiese estacin probatoria.
13.
El Tribunal Constitucional no comparte ninguno de los argumentos
esgrimidos por las resoluciones recurridas. En primer lugar, advierte que es una
contradiccin afirmar, por un lado, que la eventual lesin de un derecho
constitucional ces y que, en virtud de ello, se produjo la sustraccin de la
materia; y, de otro, que la controversia acerca de la informacin proporcionada
deba ventilarse en un proceso judicial que tenga estacin probatoria. En su
opinin, se considera que la eventual violacin de un derecho constitucional ha
cesado cuando, por medios ajenos al proceso, se restablece completamente el
ejercicio del derecho. La nica forma como podra salvarse tal contradiccin,
sera admitiendo que el derecho de acceso a la informacin solo garantiza que
se informe sobre lo requerido, no importando el contenido y la calidad de esa
informacin que se proporcione. Evidentemente una estipulacin del contenido
constitucionalmente protegido del derecho de acceso a la informacin pblica
en esos trminos, terminara haciendo de este una frmula vaca sin contenido
alguno. Sin embargo, antes de afrontar este extremo del contradictorio, es
preciso determinar los alcances de un proceso constitucional como el hbeas
data, que carece de una estacin de pruebas.
14.
Sobre este aspecto, ya el Tribunal Constitucional ha tenido la
oportunidad de precisar sus alcances y lmites. As, por ejemplo, en la
sentencia recada en el Exp. N 0976-2001-AA/TC (Fund. Jur. N 3), sostuvo
que la inexistencia de una estacin de pruebas se debe al hecho de que
mediante esta clase de procesos [...] no se dilucida la titularidad de un derecho
[...], sino solo se restablece su ejercicio. Ello supone, como es obvio, que quien
solicita tutela en esta va mnimamente tenga que acreditar la titularidad del
derecho constitucional cuyo restablecimiento invoca, en tanto que este requisito
constituye un presupuesto procesal, a lo que se suma la exigencia de tener que
demostrar la existencia del acto cuestionado. De ah que este remedio
procesal, en buena cuenta, constituya un proceso al acto en el que el juez no
tiene tanto que actuar pruebas, sino juzgar en esencia sobre su legitimidad o
ilegitimidad constitucional. Como dice Juventino Castro [El sistema del derecho
de amparo, Editorial Porra, Mxico 1992, pg. 169] en el [...] amparo hay dos
hechos a probar esencialmente: la existencia del acto reclamado, que en
ocasiones es una cuestin de hecho, y su constitucionalidad o
inconstitucionalidad, que generalmente es una cuestin de derecho, valorable
finalmente por el juzgador.

Por ello, si en el amparo no hay conflicto de derechos e intereses


subjetivos contrapuestos entre las partes, ello es porque los trminos de la
controversia giran fundamentalmente en torno a una cuestin de interpretacin
constitucional. Y, como ha declarado el Tribunal Constitucional Federal Alemn,
dicha interpretacin tiene la naturaleza de un disenso en el que se mencionan
los argumentos a favor y en contra y finalmente se llega a una resolucin de
acuerdo con las mejores [BverfGE, 82, 30 (38-39)]. La inexistencia de la
estacin de pruebas, por tanto, no se deriva de la naturaleza sumaria y breve
del amparo (o del hbeas data), sino de la finalidad y el objeto del proceso.
Asimismo, en la sentencia recada en el Exp. N 410-2002-AA/TC (Fun.
Jur. N 5), remarc que es correcto afirmar que en el amparo (como en el
hbeas data) no existe estacin probatoria. Pero con ello, en realidad, no se
est haciendo otra cosa que expresar aquello que seala el artculo 13 de la
Ley N 25398. No es ese, desde luego, el problema, sino, esencialmente,
determinar cundo la inexistencia de la susodicha estacin probatoria impide
que el juez constitucional pueda expedir una sentencia sobre el fondo del
asunto.
A juicio del Tribunal, no existe estacin probatoria en el amparo (y en el
hbeas data), porque en l no se declaran ni constituyen a favor de ninguna de
las partes derechos constitucionales, lo que s sucede en otra clase de
procesos ordinarios, para cuyo caso, precisamente, se ha previsto la estacin
probatoria. El amparo, y con l todos los procesos constitucionales de la
libertad, como expresa el artculo 1 de la Ley N 23506, solo tiene por finalidad
restablecer el ejercicio de un derecho constitucional, esto es, tiene(n) una
finalidad eminentemente restitutoria. Lo que significa que, teniendo el
recurrente la calidad de titular del derecho constitucional, el amparo (o el
hbeas data) se dirige bsicamente a analizar si el acto reclamado es o no
lesivo de aquel atributo subjetivo reconocido por la Norma Suprema del Estado.
En efecto, a travs de estos procesos no se puede solicitar la declaracin de un
derecho o, quiz, que se constituya uno. El artculo 1 de la Ley N 23506
seala que su objeto es el de reponer las cosas al estado anterior a la
violacin o amenaza de violacin de un derecho constitucional, lo que significa
que el recurrente sea o haya sido, hasta antes de la lesin, titular del derecho,
pues de otro modo no se podran restablecer las cosas al estado anterior. En el
amparo, as como, mutatis mutandis, en el hbeas data no se discuten
cuestiones concernientes a la titularidad de un derecho as sea este
constitucional, sino el modo de restablecer su ejercicio, si acaso este result
lesionado. De ah que en la jurisprudencia de este Tribunal se haya sostenido
que para que esa tarea pueda llevarse a cabo es preciso que el acto
cuestionado sea manifiestamente arbitrario. Pero la arbitrariedad o no del acto
no es un asunto que, por lo general, pueda determinarse en una estacin de
pruebas, sino, esencialmente, un problema que se atiene a su valoracin
judicial de cara al contenido constitucionalmente protegido del derecho.
15.
En mrito de ello, el Tribunal Constitucional considera que todo lo
que queda de controversia en el presente caso, luego de constatarse en el
informe los problemas que ha hecho notar el recurrente en su escrito del 30 de

mayo de 2001, es si la informacin proporcionada en esos trminos, imprecisa,


incompleta e inexacta, viola o no el derecho invocado.
Evaluando dicho extremo, en primer lugar, se observa que la emplazada
no ha alegado que la informacin solicitada est sujeta a reserva o secreto
alguno. En esa medida, el problema no ha de escrutarse bajo los alcances del
test de razonabilidad o proporcionalidad, sino, bsicamente, determinando si el
contenido constitucionalmente protegido del derecho incluye tambin que la
informacin que una entidad pblica proporcione deba ser cierta, actual,
precisa y completa.
16.
Como ya se ha dejado entrever, a juicio del Tribunal
Constitucional, el contenido constitucionalmente garantizado por el derecho de
acceso a la informacin pblica no solo comprende la mera posibilidad de
acceder a la informacin solicitada y, correlativamente, la obligacin de
dispensarla de parte de los organismos pblicos. Si tal fuese solo su contenido
protegido constitucionalmente, se correra el riesgo de que este derecho y los
fines que con su reconocimiento se persiguen, resultaran burlados cuando,
p.ej. los organismos pblicos entregasen cualquier tipo de informacin,
independientemente de su veracidad o no. A criterio del Tribunal, no solo se
afecta el derecho de acceso a la informacin cuando se niega su suministro,
sin existir razones constitucionalmente legtimas para ello, sino tambin cuando
la informacin que se proporciona es fragmentaria, desactualizada, incompleta,
imprecisa, falsa, no oportuna o errada. De ah que si en su faz positiva el
derecho de acceso a la informacin impone a los rganos de la Administracin
Pblica el deber de informar, en su faz negativa, exige que la informacin que
se proporcione no sea falsa, incompleta, fragmentaria, indiciaria o confusa.
Y es que si mediante el derecho en referencia se garantiza el acceso,
conocimiento y control de la informacin pblica, a fin de favorecer la mayor y
mejor participacin de los ciudadanos en los asuntos pblicos, as como la
transparencia de la actuacin y gestin de las entidades gubernamentales,
entonces, un mnimo de exigencia que imponen que esos fines se puedan
cumplir, es que la informacin sea veraz, actual y clara.
El Tribunal no considera que tales exigencias hayan sido satisfechas por
la demandada. Como ha alegado el recurrente, y este Colegiado ha tenido
oportunidad de apreciar en el Informe N 001-2001-CMPR/DGADM, la
informacin proporcionada no es completa, actualizada y exacta. Por
consiguiente, al estimarse la pretensin, por haberse violado los derechos
constitucionales de acceso a la informacin pblica y, relacionalmente, la
libertad de investigacin del recurrente, debe ordenarse que se brinde la
informacin solicitada en los trminos descritos en el fundamento precedente,
sobre los datos e informacin en torno a los viajes pblicos realizados al
exterior, as como los gastos efectuados por el ex presidente de la Repblica
Alberto Fujimori Fujimori y su comitiva, tal y conforme se han requerido en la
carta notarial y en la demanda.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las


atribuciones que le confieren la Constitucin Poltica del Per y su Ley
Orgnica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declar que
carece de objeto pronunciarse sobre el asunto controvertido, por haberse
producido la sustraccin de la materia y, reformndola, declara FUNDADA la
accin de hbeas data. Ordena que el Poder Ejecutivo proporcione informacin
detallada respecto de los gastos efectuados por el ingeniero Alberto Fujimori
Fujimori, como ex presidente de la Repblica, y su comitiva, durante sus viajes
al exterior, conforme a los siguientes rubros: viticos, gastos de representacin,
gastos de combustibles y operacin del avin presidencial, costos de pasajes,
segn sea el caso, y otros gastos. Dispone la notificacin a las partes, su
publicacin en el Diario Oficial El Peruano y la devolucin de los actuados.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES
OJEDA.

ORDENAN RETIRO DE ANTENA Y EQUIPOS DE TELEFONA CELULAR PUEDE ATENTAR CONTRA EL DERECHO A LA SALUD Y A UN MEDIO
AMBIENTE SANO
Si bien es cierto no existe consenso sobre la posible afectacin del derecho a
la salud y a un medio ambiente sano y adecuado a consecuencia de la
propagacin de ondas electromagnticas; sin embargo, si existe concenso de
que el Estado debe de prever, a travs de las medidas de regulacin, que la
instalacin de equipos y antenas que propagan dichas ondas no se efecten
cerca de hospitales y zonas residenciales; pero en el caso que ello sea
inevitable, tales equipos y antenas debern de colocarse distantes de las
viviendas, ya que el hecho de que exista la necesidad de mejorar la prestacin
de ciertos servicios pblicos no significa que esta se satisfaga afectando los
intereses de esos mismos ciudadanos o de otros distintos, por lo que es
procedente el retiro de los equipos y antenas instaladas cerca al domicilio de la
demandante.
(El Peruano, 22 de octubre de 2003)
EXP. N 0964-2002-AA/TC - LIMA
ALIDA CORTEZ GMEZ DE NANO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 17 das del mes de marzo de 2003, la Sala Primera del
Tribunal Constitucional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini,
Bardelli Lartirigoyen y Gonzales Ojeda, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por doa Alida Cortez Gmez de
Nano contra la sentencia de la Sala de Derecho Pblico de la Corte Superior de
Justicia de Lima, de fojas 564, su fecha 18 de diciembre de 2001, que declar
improcedente la accin de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 6 de febrero de 2001, la recurrente interpone demanda de
amparo contra la empresa NEXTEL DEL PER S.A., por violacin de sus
derechos a la paz, a la tranquilidad y a gozar de un ambiente equilibrado y
adecuado al desarrollo de su vida. Solicita, por tanto, que se ordene el
inmediato desmantelamiento de la antena y equipos instalados por la empresa
demandada.
Afirma que, con fecha 30 de enero de 2001, se percat de que en el lote
colindante con su vivienda, trabajadores de la empresa NEXTEL DEL PER
S.A. haban instalado algunos equipos argumentando que contaban con el
permiso del propietario del terreno para colocar una antena, por lo que
inmediatamente denunci este hecho ante la Municipalidad de Ate, la que
constat que la emplazada no contaba con las autorizaciones del Ministerio de
Transportes. Asimismo, manifiesta que el Ministerio de Transportes le comunic
que los permisos para la instalacin de antenas y otros equipos requeran de
un informe tcnico independiente de la licencia general, los cuales, hasta la
fecha, no han emitido ni el Ministerio ni la empresa demandada. Agrega que el
1 de febrero de 2001 solicit oficialmente, mediante la Junta de Vecinos de
Mayorazgo, a la Municipalidad que paralice las obras y exija la presentacin de
las autorizaciones requeridas, y al Ministerio de Transportes la emisin de un
informe respecto de las autorizaciones otorgadas a la empresa para efectuar
dichos trabajos. Alega que Defensa Civil ha emitido un informe desfavorable a
la instalacin de la antena en dicho lugar, por cuanto no se respeta la distancia
recomendada por los organismos internacionales entre la instalacin y las
viviendas, aadiendo que el domingo 4 de febrero de 2001, el personal de la
empresa demandada, aprovechando que era da no laborable para la
municipalidad, trabaj todo el da para colocar la antena, lo que constituye una
clara desobediencia a la autoridad municipal y al Ministerio de Transportes, as
como un peligro inminente de consumar un hecho que resulta perjudicial para
la paz, la tranquilidad y la salud, ya que dichos equipos causan interferencia en
otros aparatos elctricos, incluidos audfonos y marcapasos; adems, el campo
electromagntico generado con la instalacin de la antena daa directamente
las neuronas cerebrales deteriorndolas paulatinamente. Por otro lado, indica
que la Municipalidad de Ate, con fecha 12 de febrero de 2001, expidi la
Resolucin Directoral N 0132, que declara procedente la reclamacin
presentada por los vecinos de la urbanizacin Mayorazgo, determinando la
paralizacin y/o demolicin de la construccin efectuada por la emplazada y

que, asimismo, se le impone una multa por carecer de licencia de construccin;


aade que mediante oficio N 0324-2001-MTC/15.03.UECT, del 19 de febrero
de 2001, el Ministerio de Transportes pone en conocimiento de los vecinos de
Mayorazgo que la Unidad Especializada de Concesiones ha comunicado a la
demandada que su solicitud de permiso de instalacin de la antena no podr
ser atendida en mrito de la mencionada resolucin expedida por la
Municipalidad de Ate.
La emplazada contesta la demanda sealando que dispone de una red
de telecomunicaciones propia; que cuenta con la autorizacin respectiva del
Ministerio de Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construccin y la
Resolucin Viceministerial N 365-98-MTC/15.03, que la autoriza a operar en el
departamento de Lima y la provincia constitucional del Callao; precisa que
todos sus equipos tienen los certificados de homologacin que expide el
Ministerio de Transporte, lo que determina que pueden ser utilizados en nuestro
pas sin atentar contra la seguridad de los usuarios. Por otro lado, manifiesta
que los trabajos de instalacin de la estacin base (antena de comunicaciones)
en la Av. Prolongacin Javier Prado N 7069, manzana A, lotes 15 y 16,
urbanizacin Mayorazgo, Ate, se encuentran suspendidos por encontrarse en
trmite la obtencin de los permisos y licencias correspondientes ante la
Municipalidad de Ate y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC);
que, con fecha 13 de febrero de 2001, interpuso recurso de reconsideracin
contra la Resolucin N 0132 que orden la paralizacin y/o demolicin de su
estacin base, solicitando que se le otorgara la licencia de construccin
respectiva y que el 9 de marzo de 2001 present un recurso de reconsideracin
contra el Oficio N 305-2001-MTC/15.03.UECT, sealando que el TUPA del
MTC no exige la autorizacin como requisito para obtener el permiso de
instalacin de estaciones. Adems, afirma que la alegada violacin o amenaza
de violacin de los derechos constitucionales invocados, a la fecha no es tal,
dado que los trabajos de instalacin de la estacin base continan
suspendidos, y, por tanto, esta no funciona; y que la sola presencia de la
antena e inclusive su puesta en funcionamiento no alteran en modo alguno la
paz y tranquilidad de los vecinos, ni afecta a la salud humana. Agrega que la
supuesta agresin no puede convertirse en irreparable, por lo que no se
cumple uno de los supuestos de excepcin del agotamiento de la va
administrativa, debido a que la estacin base no se encuentra en
funcionamiento, tal como lo reconoce la propia demandante.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho
Pblico de Lima, con fecha 22 de junio de 2001, declar fundada la demanda,
por considerar que la alegada amenaza de violacin constitucional se pone de
manifiesto con la existencia del riesgo para la salud que implica la instalacin
de la referida antena, ya que hay incertidumbre cientfica sobre el dao que
podra producir en las personas, agregando que si bien es cierto que los
trabajos de instalacin de la estacin base estn suspendidos y, que, por tanto,
esta no funciona, tambin lo es que tales instalaciones representan un peligro
inminente y evidente, con lo que se acredita la amenaza de violacin de los
derechos invocados.

La recurrida declar improcedente la demanda, por considerar que la


Resolucin Directoral N 0132, expedida por la Municipalidad Distrital de Ate,
que orden la paralizacin y/o demolicin de la construccin efectuada por la
empresa NEXTEL DEL PER S.A. fue apelada por la recurrente y sus vecinos
de Mayorazgo el 20 de febrero de 2001, as como por la empresa emplazada y
que, sin embargo, la presente demanda fue interpuesta el 6 de febrero de
2001, es decir, con anterioridad a la presentacin de dicho recurso; ms an,
con fecha 23 de mayo de 2001, se expidi la Resolucin Directoral N 404, que
declar fundado el mencionado recurso de apelacin, de lo que se deduce que
la demandante no agot la va administrativa.
FUNDAMENTOS
1. La demanda tiene por objeto que se ordene el inmediato
desmantelamiento de la antena y los equipos instalados por la demandada en
la Av. Prolongacin Javier Prado Este N 7069, en el distrito de Ate, provincia y
departamento de Lima, por violarse los derechos constitucionales a la paz,
tranquilidad y a gozar de un medio ambiente sano y adecuado.
2. Antes de ingresar a evaluar el fondo de la controversia, este Tribunal
considera necesario sealar que en el presente caso no es necesario que se
exija el agotamiento de la va administrativa, pues, como se ha expuesto en los
antecedentes de esta sentencia, el acto reclamado no fue ejecutado por un
rgano pblico, sino por una persona jurdica de derecho privado, con la que la
recurrente no tena (ni tiene) ninguna relacin.
Por tanto, al ser de aplicacin el inciso 3) del artculo 28 de la Ley N
23506, el Tribunal Constitucional es competente para conocer el fondo del
recurso extraordinario.
3. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional debe volver a recordar
su doctrina, segn la cual los derechos fundamentales que la Constitucin ha
reconocido no solo son derechos subjetivos, sino tambin constituyen el orden
material de valores en los cuales se sustenta todo el ordenamiento
constitucional (cf. STC 0976-2001-AA/TC). Esta ltima dimensin objetiva de
los derechos fundamentales se traduce, por un lado, en exigir que las leyes y
sus actos de aplicacin se realicen conforme a los derechos fundamentales
(efecto de irradiacin de los derechos en todos los sectores del ordenamiento
jurdico) y, de otro, en imponer, sobre todos los organismos pblicos, un deber
especial de proteccin de dichos derechos. Desde luego que esta vinculacin
de los derechos fundamentales en la que se encuentran los organismos
pblicos, no significa que tales derechos solo se puedan oponer a ellos, en
tanto que las personas (naturales o jurdicas de derecho privado) se
encuentren ajenas a su respeto. El Tribunal ha manifestado en mltiples
ocasiones (algunas veces de manera implcita, otras de manera expresa) que,
en nuestro sistema constitucional, los derechos fundamentales vinculan tanto al
Estado como a los particulares.
4. En el caso de autos, a lo largo del proceso se ha acreditado que la
instalacin de antenas y equipos para explotar el servicio pblico de telefona

se encontraba autorizada por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones,


pero no por la Municipalidad Distrital de Ate, la que, precisamente en mrito de
tal anmala situacin, a travs de diversas resoluciones, dispuso que se
paralizaran las obras y/o que se procediera a su demolicin.
Por otro lado, con posterioridad, y ya cuando la causa se encontraba en
el Tribunal, la demandada present a esta sede jurisdiccional una copia
legalizada de la Resolucin del Concejo Metropolitano de Lima N 108, de
fecha 4 de abril de 2002, en virtud de la cual, al amparo de la Ley de Normas
Generales de Procedimientos Administrativos, se declaraba la nulidad de la
Resolucin Directoral N 132 y de la Resolucin Subdirectoral N 0554, ambas
expedidas por entidades de la Municipalidad Distrital de Ate; con lo cual, en la
prctica, las rdenes de paralizacin y/o demolicin de lo instalado han
quedado pendientes de resolucin, nuevamente, por la Municipalidad distrital
antes aludida.
5. En cualquier caso, una cosa parece inobjetable a este Tribunal. Al
haberse declarado la nulidad de las resoluciones administrativas mencionadas
en el fundamento anterior, la demandada ha logrado, sobre la base de criterios
estrictamente formales, suspender el mandato contenido en ellas y, en
particular, la orden de demolicin; pero definitivamente no ha acreditado que
la construccin que inici la haya efectuado de conformidad con el
ordenamiento municipal vigente en aquella fecha. Es decir, que si bien es cierto
que no cabe que la Municipalidad Distrital de Ate ejecute la paralizacin y/o
demolicin de la obra, en tanto no vuelva a pronunciarse sobre el asunto,
tambin lo es que la instalacin de antenas y equipos efectuada por la
demandada se encuentra en una virtual situacin de ilegalidad, pues por
mucho que se haya declarado la nulidad de aquellas resoluciones, es claro
que, pese a requerirse de una autorizacin municipal para instalar tales
antenas y equipos, no se actu as.
La ilegalidad en la que se encuentra el acto reclamado permite que
este Tribunal Constitucional expida una sentencia estimatoria de la pretensin?
6. La competencia del Tribunal Constitucional no abarca, para sustituirse
o superponerse, a la que el ordenamiento le ha conferido a los jueces
ordinarios. La Constitucin le ha encargado a este Tribunal y, con l, a todos
los jueces del amparo, una tarea en extremo delicada: proteger los derechos
constitucionales.
Ciertamente, si todo el problema se redujese a un tema de mera
legalidad, esto es, a determinar si la instalacin de antenas y equipos se
efectu o no de acuerdo con la ley, y nada ms que ello, este Tribunal
usurpara una atribucin que, en principio, la Constitucin ha confiado al Poder
Judicial. Cabe, entonces, plantear una nueva interrogante: Con la instalacin
de tales antenas y equipos, para la prestacin del servicio de telefona, puede
amenazarse o vulnerarse un derecho constitucional?
7. La demandante ha alegado que con la instalacin de dichos equipos y
antenas se amenazan sus derechos constitucionales a gozar de un medio

ambiente sano y adecuado, a la paz y la tranquilidad. Sin embargo, no es la


instalacin de por s, sino el eventual inicio de operaciones, lo que podra
amenazar su derecho a un medio ambiente sano y adecuado.
8. El inciso 22 del artculo 2 de la Constitucin Poltica del Per
reconoce, en calidad de derecho fundamental, el atributo subjetivo de gozar de
un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de la vida de la persona. Se
trata, en principio, y como se desprende de la ubicacin de su reconocimiento,
de un derecho subjetivo de carcter constitucional, cuyo titular es el ser
humano considerado en s mismo, con independencia de su nacionalidad o,
acaso, de ciudadana. Sin embargo, no solo es un derecho subjetivo, sino que
se trata tambin de un derecho o inters de carcter difuso, puesto que es un
derecho que lo titularizan todas y cada una de las personas.
En cuanto al inters difuso, cualquier persona natural est autorizada
para iniciar las acciones judiciales que se hayan previsto en el ordenamiento
con el objeto de dispensarle tutela, por lo que, para tales casos, no se requiere
que exista una afectacin directa al individuo que promueve la accin judicial.
Adems, tambin se ha previsto que gozan de legitimidad procesal para su
defensa las personas jurdicas que tienen como objeto social la preservacin
del medio ambiente.
La Constitucin no seala el contenido protegido del derecho en
referencia. A diferencia de muchos derechos constitucionales cuyo contenido
protegido puede extraerse de su formulacin constitucional o de los tratados
internacionales en materia de derechos humanos, en el caso del derecho a un
ambiente equilibrado y adecuado, la determinacin de ese contenido es ms
problemtica, pues la expresin medio ambiente a la que implcitamente se
hace referencia, como lo reconoce la doctrina y jurisprudencia comparada,
tiene un contenido difcilmente delimitable, debido a que este concepto est
compuesto de muchos elementos, distintos los unos de los otros.
No obstante esto, la Constitucin vigente proporciona algunas
caractersticas a partir de las cuales es posible determinar su contenido. En
efecto, no solo se limita a sealar que es un atributo subjetivo del ser humano
el vivir en un medio ambiente (lo que desde luego no significara gran cosa,
pues todos vivimos en uno), sino que tambin subraya que ese ambiente
debe ser equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida. Lo que significa
que, desde una perspectiva constitucional, se tenga que considerar al medio
ambiente, equilibrado y adecuado, como un componente esencial para el pleno
disfrute de otros derechos igualmente fundamentales reconocidos por la Norma
Suprema y los tratados internacionales en materia de derechos humanos.
A partir de la referencia a un medio ambiente equilibrado, este Tribunal
considera que es posible inferir que dentro de su contenido protegido se
encuentra el conjunto de bases naturales de la vida y su calidad, lo que
comprende, a su vez, los componentes biticos, como la flora y la fauna, y los
abiticos, como el agua, el aire o el subsuelo, los ecosistemas e, incluso, la
ecsfera, esto es, la suma de todos los ecosistemas, que son las comunidades

de especies que forman una red de interacciones de orden biolgico, fsico y


qumico.
Tales elementos no deben entenderse desde una perspectiva
fragmentaria o atomizada, es decir, con referencia a cada uno de ellos
considerados individualmente. Como destaca el inciso 22 del artculo 2 de la
Constitucin, se tiene el derecho a un medio ambiente equilibrado, lo que
significa que la proteccin comprende al sistema complejo y dinmico en el que
se desarrolla la vida.
9. Sin embargo, la Constitucin no solo garantiza que el hombre se
desarrolle en un medio ambiente equilibrado, sino tambin alude a que ese
ambiente debe ser adecuado para el desarrollo de la vida humana, lo que se
traduce en la obligacin del Estado, pero tambin de los propios particulares,
de mantener las condiciones naturales del ambiente a fin de que el ser humano
viva en condiciones ambientalmente dignas. En efecto, en el Estado
democrtico de derecho de nuestro tiempo ya no solo se trata de garantizar la
existencia de la persona o cualquiera de los dems derechos que en su
condicin de ser humano le son reconocidos, sino tambin de protegerla de los
ataques al medio ambiente en el que esa existencia se desenvuelve, a fin de
permitir que su vida se desarrolle en condiciones ambientales aceptables,
pues, como se afirma en el artculo 13 de la Declaracin Americana sobre los
derechos de los pueblos indgenas, el derecho a un medio ambiente seguro,
sano [es] condicin necesaria para el goce del derecho a la vida y el bienestar
colectivo.
10. Tal derecho al ambiente equilibrado y adecuado participa tanto de las
propiedades de los derechos reaccionales como de los derechos
prestacionales. En su faz reaccional, ste se traduce en la obligacin del
Estado de abstenerse de realizar cualquier tipo de actos que afecten el medio
ambiente equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida humana.
En su dimensin prestacional, impone al Estado tareas u obligaciones
destinadas a conservar el ambiente equilibrado, las cuales se traducen, a su
vez, en un haz de posibilidades, entre las cuales cabe mencionar la de expedir
disposiciones legislativas destinadas a que desde diversos sectores se
promueva la conservacin del ambiente. Desde luego, no solo supone tareas
de conservacin, sino tambin de prevencin que se afecte a ese ambiente
equilibrado. El Tribunal considera que, por la propia naturaleza del derecho,
dentro de las tareas de prestacin que el Estado est llamado a desarrollar,
especial relevancia tiene la tarea de prevencin y, desde luego, la realizacin
de acciones destinadas a ese fin. Y es que si el Estado no puede garantizar a
los seres humanos que su existencia se desarrolle en un medio ambiente sano,
stos s pueden exigir del Estado que adopte todas las medidas necesarias de
prevencin que lo hagan posible. En ese sentido, este Tribunal estima que la
proteccin del medio ambiente sano y adecuado no solo es una cuestin de
reparacin frente a daos ocasionados, sino, y de manera especialmente
relevante, de prevencin de que ellos sucedan.

11. Respecto de la posible afectacin del derecho a la salud y a un


medio ambiente sano y adecuado a consecuencia de la propagacin de ondas
electromagnticas, este Tribunal debe destacar que se trata de un tema en el
que, desde un punto de vista cientfico, no existe actualmente consenso. S
existe consenso, sin embargo, en que a travs de la legislacin
correspondiente se establezca una serie de precauciones destinadas a evitar
que la carencia de resultados satisfactorios en la investigacin sobre el tema,
no termine generando problemas irreversibles en la salud y el medio ambiente,
y, en ese sentido, que en la medida de lo posible tales equipos y antenas se
instalen en lugares donde la gente no pase prolongados perodos de tiempo.
Forma parte de ese denominado principio de precaucin, que el Estado
prevea a travs de medidas de regulacin en la prestacin de ese servicio
pblico o mediante la regulacin de la materia urbanstica, que la instalacin de
tales equipos y antenas no se efecte cerca de hospitales, escuelas o zonas
residenciales, y que se asegure que los que operan en el mercado en la
prestacin del servicio pblico en referencia, compartan torres para reducir su
nmero. Lo anterior, desde luego, no excluye que se puedan considerar otras
medidas y, entre ellas, a ttulo meramente enunciativo, que con fines de
prevencin, las empresas que operan con tales servicios, tengan como
obligacin prestar, directa o indirectamente, servicios mdicos, estrictamente
relacionados con los riesgos propios de los servicios que prestan.
12. Precisamente, en ese deber de prevencin que el derecho de contar
con un medio ambiente sano y adecuado impone sobre los poderes pblicos y
dentro del cual hay que considerar al principio de precaucin, es que el Tribunal
estima que tales antenas y equipos, cuando no fuese posible su instalacin en
otras reas que no sean las zonas residenciales, deben necesariamente
colocarse distante de las viviendas. En el presente caso, la recurrente ha
acreditado, mediante fotos, que la instalacin cuestionada est
extremadamente prxima a diversas viviendas y, adems, pese a lo que se ha
expuesto en el fundamento N 5 de esta sentencia, que la demandada no
contaba con la autorizacin municipal para instalarlas.
En ese sentido, el Tribunal Constitucional considera que debe estimarse
la demanda y, como lo hizo en la sentencia recada en el Caso Edelnor (Exp.
N 1006-2002-AA/TC), disponer que se retiren las antenas y equipos, as como
todo los bienes muebles relacionados con ellos, entre tanto no se cuente con la
autorizacin municipal correspondiente. Y es que Un Estado de derecho que
proclama como valor primordial la defensa de la persona, no puede
desatenderse de mecanismos con los que efectivamente se garantice su
proteccin adecuada. Cualquiera que fuese el medio en el que se desenvuelva
o se desarrolle la persona, no se le puede atropellar en sus derechos
esenciales, exponindola a riesgos o perjuicios innecesariamente ocasionados
por las propias personas, por las organizaciones colectivas o por el propio
Estado, en cualquiera de sus corporaciones. El hecho de que exista una
necesidad de mejorar la prestacin de ciertos servicios pblicos no significa
que sta se satisfaga afectando los intereses de esos mismos ciudadanos o de
otros distintos, como parece ocurrir en el presente caso. De ah que el Tribunal
considere que al no haber obtenido la emplazada la autorizacin municipal para
la ejecucin de la obra, no se ha acreditado tcnicamente que sta no

representa una amenaza para los derechos fundamentales invocados por la


recurrente.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las
atribuciones conferidas por la Constitucin Poltica del Per y su Ley Orgnica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, revocando la apelada, declar
improcedente la demanda; y, reformndola, la declara FUNDADA y, en
consecuencia, ordena a NEXTEL DEL PER S.A. retirar los equipos y antenas
ubicadas en la avenida Prolongacin Javier Prado N 7069, manzana A, lotes
15 y 16, de la urbanizacin Mayorazgo, distrito de Ate-Vitarte, y que se
abstenga, en el futuro, de ejecutar obras sin contar con la autorizacin
municipal correspondiente. Dispone la notificacin a las partes, su publicacin
conforme a ley y la devolucin de los actuados.
SS. ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES
OJEDA.

TRIBUNAL REGISTRAL
NUEVOS PRECEDENTES REGISTRALES - INSCRIPCIONES EN VIRTUD
DE RESOLUCIONES JUDICIALES Y ADMINISTRATIVAS Y OTROS TEMAS

NUEVOS PRECEDENTES REGISTRALES - INSCRIPCIONES EN VIRTUD DE


RESOLUCIONES JUDICIALES Y ADMINISTRATIVAS Y OTROS TEMAS
Disponen la publicacin de los precedentes de observancia obligatoria
aprobados en la Sesin del Quinto Pleno del Tribunal Registral, realizado los
das 5 y 6 de setiembre del 2003, en los cuales se aprobaron criterios relativos
a la inscripcin de ttulos en mrito a resoluciones judiciales y administrativas;
la calificacin de las resoluciones judiciales; defecto insubsanable; cmputo del
plazo del bloqueo; la interpretacin del artculo 448 inciso 9 del Cdigo Civil, y,
la inscripcin de la adquisicin de un bien con la calidad de social a nombre de
una unin de hecho.
(El Peruano, 20 de octubre de 2003)
RESOLUCIN
DEL
SUPERINTENDENTE
ADJUNTO
DE
LA
SUPERINTENDENCIA NACIONAL DE LOS REGISTROS PBLICOS N 0202003-SUNARP/SA
Lima, 10 de octubre de 2003
CONSIDERANDO:
Que, de acuerdo con el artculo 28 del Estatuto de la Superintendencia
Nacional de los Registros Pblicos, aprobado por Resolucin Suprema N 1352002-JUS, el Tribunal Registral es el rgano de Segunda Instancia
Administrativa Registral con competencia nacional, conformado por salas
descentralizadas e itinerantes;
Que, de conformidad con lo previsto en el literal c) del artculo 64 del
Reglamento de Organizacin y Funciones de la SUNARP, es funcin del
Tribunal Registral, aprobar los precedentes de observancia obligatoria en los
Plenos Registrales que para el efecto se convoquen;
Que, en la sesin del Quinto Pleno del Tribunal Registral realizada en la
ciudad de Lima, los das 05 y 06 de setiembre de 2003, se aprobaron siete
precedentes de observancia obligatoria;
Que, el artculo 40 del Reglamento del Tribunal Registral establece que
los precedentes de observancia obligatoria aprobados en el Pleno Registral
deben publicarse;
Que, mediante Oficio N 526-2003-SUNARP-TR-L, de fecha 06 de
octubre de 2003, el Presidente del Tribunal Registral ha cumplido con poner en
conocimiento de este Despacho, los precedentes de observancia obligatoria
aprobados para su correspondiente publicacin;

Estando a la facultad conferida por el literal l) del artculo 13 del Estatuto


de la SUNARP, aprobado por Resolucin Suprema N 135-2002-JUS;
SE RESUELVE:
Artculo Primero.- Disponer la publicacin de los precedentes de
observancia obligatoria aprobados en la Sesin del Quinto Pleno del Tribunal
Registral, de fecha 05 y 06 de setiembre de 2003, cuyos textos se incluyen en
el Anexo que forma parte integrante de la presente Resolucin.
Artculo Segundo.- Los precedentes antes indicados sern obligatorios a
nivel nacional desde el da siguiente de la publicacin de la presente
Resolucin.
Regstrese, comunquese y publquese.
A. RONALD CRDENAS KRENZ
Superintendente Adjunto
ANEXO
PRECEDENTES DE OBSERVANCIA OBLIGATORIA APROBADOS EN EL
QUINTO PLENO DEL TRIBUNAL REGISTRAL DE LA SUNARP REALIZADO
LOS DAS 5 Y 6 DE SETIEMBRE DE 2003
1.

Inscripcin sobre la base de resolucin judicial:

Solo las resoluciones judiciales que den lugar a inscripciones definitivas


requieren la constancia de haber quedado consentidas o ejecutoriadas, en
aplicacin del artculo 51 del Reglamento General de los Registros Pblicos.
Criterio adoptado en la Resolucin N 237-2002-ORLC/TR del 30 abril
de 2002.
2.

Inscripcin sobre la base de resolucin administrativa:

Para la inscripcin de resoluciones administrativas que impliquen la


declaracin, modificacin o extincin del derecho de propiedad sobre bienes,
se requiere acreditar que aqullas han quedado firmes.
Criterio adoptado en las Resoluciones N 200-98-ORLC/TR del 07 de
mayo de 1998, N 60-99-ORLC/TR del 16 de marzo de 1999 y N 338-2002ORLC/TR del 15 de julio de 2002.
3.

Calificacin de resoluciones judiciales:

El Registrador no debe calificar el fundamento o adecuacin a la ley del


contenido de la resolucin judicial.
Conforme a lo dispuesto en el segundo prrafo del artculo 2011 del
Cdigo Civil, el Registrador est autorizado para solicitar aclaracin o

informacin adicional al Juez, cuando advierte el carcter no inscribible del acto


que se solicita inscribir o la inadecuacin o incompatibilidad del ttulo con el
antecedente registral. Si en respuesta a ello el Juez reitera el mandato de
anotacin o inscripcin mediante una resolucin, incorpora al fondo del proceso
dicha circunstancia, y en consecuencia, al emitir pronunciamiento sustantivo, el
mismo no puede ser objeto de calificacin por parte del Registrador, siendo en
estos casos, responsabilidad del magistrado el acceso al Registro del ttulo que
contiene el mandato judicial, de lo que deber dejarse constancia en el asiento
registral.
Criterio adoptado en las Resoluciones N 452-1998-ORLC/TR del 04 de
diciembre de 1998, N 236-1999-ORLC/TR del 21 de setiembre de 1999, N
279-2000-ORLC/TR del 11 de setiembre de 2000, N 406-2000-ORLC/TR del
21 de noviembre de 2000, N 435-2000-ORLC/TR del 13 de diciembre de 2000,
N 448-2001-ORLC/TR del 17 de octubre de 2001, N 160-2001-ORLC/TR del
09 de abril de 2001, N 70-2002-ORLC/TR del 04 de febrero de 2002, N 0302003-SUNARP-TR-L del 23 de enero de 2003 y N 216-2003-SUNARP/TR del
04 de abril de 2003.
4.

Defecto insubsanable:

Constituye defecto insubsanable, la inexistencia del ttulo material al


momento de generar el asiento de presentacin que constituye la causa directa
e inmediata de la inscripcin.
Criterio adoptado mediante Resoluciones N 513-97-ORLC/TR del 18 de
diciembre de 1997, N 432-2000-ORLC/TR del 11 de diciembre de 2000, N
337-2001-ORLC/TR del 03 de agosto de 2001 y N 375-2001-ORLC/TR del 29
de agosto de 2001.
5.

Cmputo del plazo del bloqueo:

El plazo de 60 das del bloqueo registral, establecido en el artculo 2 del


Decreto Ley N 18278, debe ser computado en das hbiles.
Criterio adoptado en las Resoluciones N 344-97-ORLC/TR del 27 de
agosto de 1997, N 01-99-ORLC/TR del 08 de enero de 1999 y N 083-2001ORLC/TR del 19 de febrero de 2001.
6.

Interpretacin del artculo 448 Inc. 9 del Cdigo Civil:

Para inscribir donaciones, legados o herencias voluntarias a favor de


menores se requiere contar con autorizacin judicial cuando aquellos actos
estn sujetos a cargo, como modalidad del acto jurdico, y no cuando los
bienes objeto de liberalidad estn gravados.
Criterio adoptado en las Resoluciones N 329-99-ORLC/TR del 03 de
diciembre de 1999 y N 363-2000-ORLC/TR del 30 de octubre de 2000.

7.
Inscripcin de la adquisicin de un bien con la calidad de social a
nombre de una unin de hecho:
A efectos de inscribir la adquisicin de un bien por una unin de hecho
con la calidad de social, debe acreditarse ante el Registro el reconocimiento
judicial mediante el cual se declare que la misma origina una sociedad de
bienes.
Criterio adoptado en las Resoluciones N 343-98-ORLC/TR del 30 de
setiembre de 1998 y N 11-2003-SUNARP-TR-L del 10 de enero de 2003.

TRIBUNAL FISCAL
CRITERIOS PARA LA ACREDITACIN DE LA CESIN GRATUITA DEL
PREDIO PARA EFECTO DE LA PRESUNCIN DE RENTA FICTA Y PARA
DETERMINACIN DEL INCREMENTO PATRIMONIAL NO JUSTIFICADO

CRITERIOS PARA LA ACREDITACIN DE LA CESIN GRATUITA DEL


PREDIO PARA EFECTO DE LA PRESUNCIN DE RENTA FICTA Y PARA
DETERMINACIN DEL INCREMENTO PATRIMONIAL NO JUSTIFICADO

Corresponde a la Administracin probar que el predio ha estado ocupado por


un tercero bajo un ttulo distinto al de arrendamiento o subarrendamiento,
debido a que ello constituye el hecho base a fin que se presuma la existencia
de renta ficta por la cesin gratuita de la totalidad del mismo por todo el
ejercicio gravable, prevista en el inciso d) del artculo 23 de la Ley del Impuesto
a la Renta, correspondiendo al deudor tributario acreditar, de ser el caso, que el
inmueble no ha sido cedido en su totalidad, o por todo el ejercicio.
Los ingresos omitidos de declarar que constituyen renta gravada, detectados
en el procedimiento de fiscalizacin, cuya procedencia ha sido determinada por
la Administracin, forman parte de la renta imponible a efecto de determinar el
Impuesto a la Renta, y consecuentemente se excluyen conjuntamente con la
renta declarada, a efecto de determinar el incremento patrimonial no justificado.
(El Peruano, 16 de setiembre de 2003)
Tribunal Fiscal N 04761-4-2003
EXPEDIENTE N

534-2000

Interesado

VILMA TANTA VSQUEZ RAMREZ

ASUNTO

Impuesto a la Renta

PROCEDENCIA

FECHA

Lima, 22 de agosto de 2003

Lima

VISTA la apelacin interpuesta por VILMA TANTA VSQUEZ RAMREZ


contra la Denegatoria Ficta de la reclamacin formulada contra las
Resoluciones de Determinacin Ns. 024-3-06499 a 024-3-06501 por Impuesto
a la Renta de los ejercicios 1993 y 1994 y por omisin a los pagos a cuenta del
referido Impuesto de 1994 y las Resoluciones de Multa Ns 024-2-19447 a 0242-19458, giradas por declarar cifras y datos falsos que influyeron en la
determinacin de los pagos a cuenta del Impuesto a la Renta del ejercicio
gravable de 1994.
CONSIDERANDO:
Que la recurrente seala, con relacin al reparo por rentas de primera
categora por los ejercicios gravables 1993 y 1994, que la Administracin no ha
considerado la condicin de terreno sin construir que tienen sus inmuebles a
los que ha atribuido una renta ficta, los mismos que no contaron con
instalaciones de agua ni energa elctrica durante los perodos acotados, con lo
cual se acredita que en esa condicin no podan generar rentas y que
estuvieron totalmente desocupados, precisando adems que los terrenos
fueron declarados como tales para efecto del Impuesto Predial;
Que adicionalmente, indica que el predio ubicado en Los Paracas N
395, Mz. O Lote 1, urbanizacin Salamanca Ate, no es de su propiedad sino de

su padre y que el predio ubicado en la Mz. Q Lote 6 de la urbanizacin Los


Portales de Javier Prado Ate, fue permutado con el Lote 7 dentro de la misma
manzana y urbanizacin;
Que con respecto al reparo por rentas de segunda y cuarta categoras
por el ejercicio 1993, la recurrente alega que los ingresos percibidos por el
alquiler de equipos de cmputo a diversas empresas, indebidamente fueron
declarados como rentas de cuarta categora en su declaracin del Impuesto a
la Renta de dicho ejercicio, sealando adems que las rentas por tal concepto
ascendieron a S/.31,350.00 y no a los S/. 43,038.00 atribuidos por la
Administracin;
Que asimismo, seala que no se le ha reconocido la deduccin del 20%
por concepto de depreciacin, dispuesta por los artculos 35, 44 y 47 de la Ley
del Impuesto a la Renta, y el artculo 68 de su Reglamento;
Que en el caso de las referidas rentas de segunda categora atribuidas
por el ejercicio 1994 por concepto de alquiler de equipos de cmputo
ascendente a S/.47,214.00, la recurrente sostiene que por dicho ejercicio no se
ha generado ninguna renta, ni devengada ni percibida por tal concepto,
indicando que por acuerdo de las partes el aludido servicio de alquiler qued
resuelto y que en el proceso de fiscalizacin no se comprob la existencia de
provisiones contables por tales gastos, ni comprobantes de pago que
acreditaran el pago por parte de las empresas arrendatarias;
Que en cuanto a la atribucin de rentas de tercera categora,
provenientes de la determinacin de rentas establecidas en la fiscalizacin
efectuada a Importaciones Diesel del Per S.C.R.L. por S/.128,993.12, seala
que dado que las resoluciones determinando tales rentas no han sido
notificadas a la referida empresa a efecto de realizar sus descargos, la
atribucin de las mismas debe sujetarse a lo que se resuelva en el
procedimiento de reclamo que la indicada empresa interponga;
Que en cuanto al incremento patrimonial determinado a partir del
prstamo otorgado a la empresa Comercial del Centro por S/.125,000.00,
sostiene que no se ha realizado el anlisis correspondiente del flujo monetario
privado que acredite el importe prestado, ni se ha tomado en cuenta como
renta que sustenta su capacidad patrimonial, los ingresos percibidos por
segunda y cuarta categoras, ni la renta presunta estimada de primera y tercera
categoras por dicho ejercicio;
Que con relacin a los intereses generados por las omisiones a los
pagos a cuenta del ejercicio 1994, seala que aqullas estn referidas a la
presunta renta proveniente del alquiler de computadores por dicho ejercicio, la
que no se habra producido dado que no se percibieron ingresos por dicho
concepto;
Que en cuanto a las Resoluciones de Multa indica que aqullas son el
resultado de los reparos por rentas de primera categora por el ejercicio 1994,

las que deben dejarse sin efecto al no estar acreditada la percepcin de


ingresos por el alquiler de computadores por el citado ejercicio 1994;
Que de lo actuado se tiene que mediante Requerimiento N 0102700
(folios 238) notificado el 15 de noviembre de 1995, la Administracin solicit a
la recurrente la exhibicin de diversa documentacin contable y tributaria, como
la presentacin de las declaraciones del Impuesto a la Renta del ejercicio
gravable 1994 y de autoavalo de los aos 1994 y 1995 de sus propiedades
inmuebles;
Que posteriormente, mediante Requerimiento N 0102716 (folios 237) se
concedi a la recurrente un aplazamiento para la presentacin de la
documentacin solicitada mediante Requerimiento N 0102700 hasta el 29 de
noviembre de 1995;
Que mediante Requerimiento N 0102737 (folios 236) notificado el 8 de
enero de 1996, la Administracin reiter a la recurrente la solicitud de
exhibicin de las declaraciones juradas de autoavalo de 1994 y 1995,
solicitndole adems la escritura de compra venta de dos de sus inmuebles y el
sustento del ingreso de cuarta categora declarado por la recurrente en la
declaracin jurada del Impuesto a la Renta de 1994;
Que mediante Requerimiento N 0102-96 (folios 235) notificado el 2 de
febrero de 1996 la Administracin ampli la fiscalizacin al ejercicio 1993 al
comprobarse irregularidades referidas a la determinacin de la obligacin
tributaria en la declaracin del Impuesto a la Renta del ejercicio 1994 y en base
a los cruces de informacin efectuados a empresas vinculadas;
Que como consecuencia del referido procedimiento de fiscalizacin, la
Administracin emiti las Resoluciones de Determinacin recurridas al
efectuarse reparos al Impuesto a la Renta del ejercicio 1993 por renta ficta de
primera categora por predios cedidos gratuitamente por rentas de segunda
categora por el arrendamiento de equipos de cmputo a diversas empresas,
por rentas de cuarta categora por dietas de directorio percibidas en 1993, por
atribucin de rentas de tercera categora como resultado de la fiscalizacin a la
empresa Importaciones Diesel del Per, y por incremento patrimonial en razn
del prstamo otorgado a Comercial del Centro E.I.R.L., y al Impuesto a la
Renta del ejercicio 1994 por renta ficta de primera categora por predios
ocupados por terceros as como por el arrendamiento de equipos de cmputo a
diversas empresas, por intereses por omisin a los pagos a cuenta del
Impuesto a la Renta por rentas de primera categora por alquiler de equipos de
cmputo, emitiendo adems Resoluciones de Multa relacionadas a este ltimo
reparo, los mismos que procedemos a analizar a continuacin:
1. Reparo por renta ficta de primera categora por predios cedidos
gratuitamente
La Administracin Tributaria, segn seala expresamente en la
Resolucin de Determinacin N 024-3-06499 (folios 412), acot a la recurrente
renta de primera categora por el ejercicio 1993 por predios cedidos

gratuitamente por S/.21,423.17, deducindole gastos de conservacin por S/.


1,071.16 y depreciacin por S/. 1,905.97, resultando un total de renta neta de
primera categora de S/. 18,446.04.
Asimismo, de acuerdo a lo consignado por la Administracin en la
Resolucin de Determinacin N 024-3-06501 (folios 268), acot a la recurrente
renta de primera categora por el ejercicio 1994 por predios ocupados por
terceros por S/. 23,037.63.
En relacin al citado reparo se debe sealar que el inciso c) del artculo
22 de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobada por Decreto Ley N 25751,
modificado por el Decreto Ley N 26010 vigente para el ejercicio 1993
estableca que entre otros, constituyen rentas de primera categora la renta
ficta de predios cuya ocupacin hayan cedido sus propietarios gratuitamente o
a precio indeterminado, la que ser equivalente al seis por ciento (6%) del valor
del predio declarado en el autoavalo correspondiente al Impuesto al Valor del
Patrimonio Predial.
Cabe indicar que la referida disposicin ha sido recogida tambin por el
inciso d) del artculo 23 de la Ley del Impuesto a la Renta, aprobada por el
Decreto Legislativo N 774 vigente para el ejercicio 1994, as como por el
mismo inciso y artculo del Texto nico Ordenado de la Ley del Impuesto a la
Renta aprobado por Decreto Supremo N 054-99-EF.
De otro lado, el ltimo prrafo del mencionado artculo 22 de la Ley del
Impuesto a la Renta, aprobada por Decreto Ley N 25751, modificado por el
Decreto Ley N 26010, establece que se presume que los predios han estado
ocupados durante todo el ejercicio gravable, salvo demostracin en contrario a
cargo del locador, de acuerdo a lo que se establezca en el Reglamento; norma
que tambin es recogida posteriormente en el artculo 23 de la Ley del
Impuesto a la Renta, aprobada por el Decreto Legislativo N 774, as como por
el mismo artculo del Texto nico Ordenado de la Ley del Impuesto a la Renta
aprobado por Decreto Supremo N 054-99-EF.
Por su parte, el artculo 32 del Decreto Supremo N 068-92-EF,
Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta, establece que para efecto de lo
dispuesto en el ltimo prrafo del artculo 22 de la Ley, el perodo de
desocupacin de los predios se acreditar con la disminucin en el consumo de
los servicios de energa elctrica y agua, la Resolucin Municipal que declare el
estado ruinoso, as como con cualquier otro medio probatorio que se estime
suficiente a criterio de la SUNAT; siendo que la referida disposicin ha sido
recogida tambin por el numeral 4 del inciso a) del artculo 13 del Reglamento
de la Ley del Impuesto a la Renta aprobado por Decreto Supremo N 122-94EF.
De otro lado, en el numeral 5 del citado artculo 13 se dispone que por
renta bruta de primera categora se entender que existe cesin gratuita o a
precio no determinado de predios cuando se encuentren ocupados por persona
distinta al propietario y siempre que no se trate de arrendamiento o
subarrendamiento, salvo prueba en contrario.

Asimismo, en el numeral 5 del inciso a) del artculo 13 del Reglamento


de la Ley del Impuesto a la Renta, modificado por el Decreto Supremo N 12596-EF, se establece: Salvo prueba en contrario, se entender que existe
cesin gratuita o a precio no determinado de predios o de bienes muebles
cuando se encuentren ocupados o en posesin de persona distinta al
propietario, segn sea el caso, siempre que no se trate de arrendamiento o
subarrendamiento. En el caso de predios respecto de los cuales exista
copropiedad, no ser de aplicacin la renta presunta cuando uno de los
copropietarios ocupe el bien. Se presume que la cesin indicada en el prrafo
anterior se realiza por el total del bien, siendo de cargo del contribuyente la
probanza que la misma se ha realizado de manera parcial, en cuyo caso la
renta ficta se determinar en forma proporcional a la parte cedida. Dicha
proporcin ser expresada con cuatro (4) decimales.
De lo expuesto, se desprende que las normas indicadas contienen una
presuncin, que tiene como hecho base o hecho cierto la acreditacin de la
existencia de un inmueble ocupado por un tercero en virtud a un ttulo distinto
al arrendamiento o subarrendamiento (cesin a ttulo gratuito o a precio
indeterminado), presumindose que la totalidad del bien ha sido cedido
gratuitamente o a precio no determinado por todo el ejercicio.
La prueba del hecho base, corresponde a la Administracin Tributaria y
una vez acreditado ste, se presume juris tantum que la cesin se realiz por
todo el ejercicio (Ley N 25751 y Decreto Legislativo N 774), o por la totalidad
del bien, debiendo calcularse en consecuencia, la renta ficta del 6% del valor
del autoavalo correspondiente al Impuesto Predial, conforme a lo establecido
por la Ley del Impuesto a la Renta.
Cabe indicar que se produce la inversin de la carga de la prueba por
efecto de la presuncin, puesto que si sta no existiera, la Administracin
tendra que probar que la totalidad del bien fue cedido, y que ste adems, fue
cedido por todo el ejercicio gravable a ttulo gratuito o a precio no determinado,
a efecto de aplicarle las consecuencias que de ello se desprendan, pero por
efecto de la presuncin, se establece presuntamente todo ello como cierto, de
forma tal que, es el contribuyente quien tiene que probar que esos hechos no
se han producido, a efecto de desvirtuar el hecho presunto.
Es as que, es primero la Administracin quien debe probar que el
inmueble ha sido ocupado por un tercero por una causa distinta de la del
arrendamiento o subarrendamiento, para que se d la consecuencia, esto es,
que se considere que el predio ha sido cedido gratuitamente, de forma tal que,
si no se verifica el antecedente o hecho cierto, no es posible establecer un
vnculo con el hecho presunto.
Es con posterioridad a la acreditacin mencionada efectuada por la
Administracin, que el contribuyente tiene la posibilidad de probar que el
referido bien solo fue cedido parcialmente o que lo fue por un plazo menor al
del ejercicio; toda vez que de no haber probado la Administracin que el
inmueble ha sido ocupado por un tercero por una causa distinta a la del

arrendamiento o subarrendamiento, no se da el hecho base y


consecuentemente no se aplica la presuncin en el sentido que el bien fue
cedido en su totalidad gratuitamente o a precio no determinado y por todo el
ejercicio, no existiendo por tanto renta ficta.
En conclusin, la obligacin de probar el hecho base es de la
Administracin, si sta no cumple con ello no habr presuncin que pueda
aplicarse, puesto que no cabra sostener que es el contribuyente quien est
obligado a probar que el predio se encuentra desocupado, a efecto que no se
le aplique la presuncin, dado que ello implicara una consideracin distinta no
prevista en la ley.
Debemos sealar que el criterio expuesto es el que ha sido adoptado por
este Tribunal mediante acuerdo aprobado en el Acta de Sala Plena N 2003-17
de fecha 19 de agosto de 2003, establecindose que:
Corresponde a la Administracin probar que el predio ha estado
ocupado por un tercero bajo un ttulo distinto al de arrendamiento o
subarrendamiento, debido a que ello constituye el hecho base a fin que se
presuma la existencia de renta ficta por la cesin gratuita de la totalidad del
mismo por todo el ejercicio gravable, prevista en el inciso d) del artculo 23 de
la Ley del Impuesto a la Renta, correspondiendo al deudor tributario acreditar,
de ser el caso, que el inmueble no ha sido cedido en su totalidad, o por todo el
ejercicio (1).
En el caso de autos, la Administracin, segn se seala en las Cdulas
de Determinacin de Renta de Primera Categora de los ejercicios 1993 y 1994
(folios 325 y 231) y en el Anexo de las Resoluciones de Determinacin Ns.
0243-06499 y 024-3-06501 (folios 409 y 266), efecta la acotacin por renta
ficta de primera categora por los ejercicios 1993 y 1994, por cesin gratuita de
los predios de la recurrente ubicados en Canad N 3473 San Luis, Calle Pablo
Patrn N 312, Mz. Q Lotes 3, 6 y 7 de la Urbanizacin Los Portales de Javier
Prado, Mz. X Lote 28 y Mz. W Lotes 1 y 2 de la Urbanizacin Olimpo, La
Floresta N 235 - 239 y Los Algarrobos N 364 (antes Los Paracas Mz. D Lote
1), sustentando dicha acotacin en la verificacin ocular efectuada el 9 de
febrero de 1996 (folios 66 a 67), no obstante ello, del anlisis del citado
documento, se aprecia que sta se limita a describir los inmuebles y en algunos
casos el uso de los mismos, sin especificar quin o quines los ocupan a efecto
de verificar si se da el supuesto de la comprobacin de la ocupacin por
terceros distintos al propietario de los referidos inmuebles, siendo pertinente
indicar adems que por la fecha de realizacin de dicha inspeccin, sta solo
podra certificar la ocupacin por personas distintas al propietario a la fecha de
efectuada la misma, mas no as respecto a los perodos materia de acotacin
(ejercicios 1993 y 1994), por lo que procede declarar fundada la apelacin en
este extremo, en la consideracin que corresponde a la Administracin y no a
la recurrente la probanza de la ocupacin de los predios por un tercero.
Con relacin a lo alegado por la recurrente respecto a que no es
propietaria del inmueble ubicado en Los Paracas N 395, cabe sealar que
conforme a lo indicado en el Informe de la diligencia de inspeccin ocular (folios

66, 67), as como de las Cdulas de Determinacin de Renta de Primera


Categora de los ejercicios 1993 y 1994 (folios 325 y 231) y de los anexos a las
Resoluciones de Determinacin Ns. 024-3-06499 y 0243-06501 (folios 409 y
266), dicho predio no ha sido incluido por la Administracin en la determinacin
de la renta ficta en los precitados valores, al haber acreditado la recurrente en
la etapa de fiscalizacin que ste no es de su propiedad.
2. Reparos por arrendamiento de equipos de cmputo
Con relacin a los reparos por los ingresos derivados del alquiler de
equipos de cmputo, se debe indicar que conforme a lo dispuesto por el inciso
c) del artculo 23 de la Ley del Impuesto a la Renta aprobada por Decreto Ley
N 25751 vigente para el ejercicio 1993 son rentas de segunda categora las
producidas por la locacin o cesin temporal de derechos y cosas muebles.
Asimismo, el inciso c) del artculo 64 de la referida norma, establece que
las rentas se imputarn, para el caso de las rentas de segunda categora, en el
ejercicio gravable en que se perciban, entendindose que se consideran
percibidas cuando se encuentren a disposicin del beneficiario, aun cuando
ste no las haya cobrado en efectivo o en especie.
Por su parte el inciso b) del artculo 23 de la Ley del Impuesto a la Renta
vigente para el ejercicio 1994, aprobada por Decreto Legislativo N 774, seala
que son rentas de primera categora las producidas por la locacin o cesin
temporal de derechos y cosas muebles o inmuebles, no comprendidos en el
inciso a).
A su vez el inciso b) del artculo 57 de la precitada Ley, establece que las
rentas de primera categora se imputarn al ejercicio gravable en que se
devenguen.
Obran en el expediente a folios 356, 360, 364 y 368, los Contratos de
Arrendamiento celebrados por la recurrente con las empresas Repuestos
Diesel de Jos Zurita Vsquez, Comercial del Centro E.I.R.L., Importaciones
Diesel del Per S.C.R.L. e Importaciones Comercial del Centro de Catalina
Ramrez de Vsquez, respectivamente, suscritos con fechas 2 de enero y 2 de
mayo de 1992, mediante los cuales se daba en arrendamiento equipos de
cmputo, cuyo plazo de contratacin tendra una vigencia de dos aos forzosos
contados desde el 2 de enero y 2 de mayo de 1992 hasta el 31 de diciembre de
1994, pactndose para tal efecto una merced conductiva de $300.00 y $600.00
dlares americanos, segn el caso.
En cuanto al ejercicio gravable 1993, cabe indicar que la recurrente
admite que percibi rentas por dicho concepto, sealando sin embargo, que las
mismas solo ascendieron a S/. 31,350.00 conforme lo consign en su
declaracin del Impuesto a la Renta del referido ejercicio, las que
errneamente fueron consideradas como de cuarta categora y conforme
adems lo consigna en una relacin de ingresos por concepto de alquileres de
equipos de computacin por el ao 1993 por mes y compaa (folios 132)
presentada con posterioridad al cierre de la fiscalizacin (5 de marzo de 1996).

De la Declaracin Anual del Impuesto a la Renta de Personas Naturales


presentada por el ejercicio 1993 (folios 390), se verifica que la recurrente no
declar importe alguno por concepto de rentas de segunda categora, figurando
en ella tan solo rentas por concepto de cuarta categora por el importe de S/.
31,350.00 y de tercera categora por el importe de S/. 230.00.
Se puede observar del Informe General de Fiscalizacin (folios 335), as
como de la cdula de determinacin de ingresos anuales por arrendamiento de
computador (folios 319 a 323) que para efectos de la valorizacin del
arrendamiento de los equipos de cmputo y dado que la recurrente no sustent
en forma documentaria los pagos de dichos alquileres, la Administracin
consider como presuncin de ingresos los importes en dlares mensuales
consignados en los contratos de alquiler a los que se les aplic el tipo de
cambio dlar compra del ltimo da hbil de cada mes.
Al respecto se debe indicar que el monto de la merced conductiva
consignada en los contratos de arrendamiento, no necesariamente acredita la
percepcin de tales importes por parte de la recurrente durante el ejercicio
1993, lo que era requerido a efecto de atribuir las rentas al citado ejercicio,
estando a que las mismas se regan como se ha sealado en los
considerandos precedentes, por el criterio de lo percibido, siendo que a efecto
de confirmar que el monto anualizado de la merced conductiva fue pagado o
puesto a disposicin de la recurrente, la Administracin debi efectuar un cruce
de informacin con las empresas arrendatarias, lo que no se encuentra
acreditado en autos, por lo que corresponde que la Administracin verifique con
las empresas arrendatarias los importes abonados y/o puestos a disposicin de
la recurrente por concepto de alquileres durante el citado ejercicio.
Ahora bien por el ejercicio 1994 la Administracin determina un reparo
similar al detallado en los considerandos precedentes, calificando las rentas por
dicho concepto como de primera categora dada la modificacin legislativa
operada al respecto.
Sobre el particular, se debe sealar que mediante Requerimiento N
0102-96 (folios 235) la Administracin solicit a la recurrente presentar la
documentacin sustentatoria de los ingresos provenientes del arrendamiento
de los equipos de cmputo a las empresas Comercial del Centro E.I.R.L.,
Repuestos Diesel de Jos Zurita Vsquez, Importaciones Comercial del Centro
de Catalina Ramrez e Importaciones Diesel del Per S.C.R.L. y la razn por la
que dichos ingresos no se tomaron en consideracin en las declaraciones,
entre otros, del ejercicio 1994, siendo que la recurrente contest que por este
ejercicio no percibi ingresos por tales conceptos, sin adjuntar la
documentacin que sustentara su afirmacin.
Posteriormente en la instancia de reclamacin la recurrente adjunt
copias simples de los documentos mediante los que se habra rescindido los
contratos de arrendamiento de los equipos de cmputo fechados el 15 de
noviembre de 1993 (folios 353, 357, 361 y 365), sealndose como fecha de
finalizacin de los contratos el 31 de diciembre de 1993.

De conformidad con lo dispuesto en el artculo 141, en concordancia con


lo sealado en el artculo 148 del Cdigo Tributario antes citado, no procede
aceptar como prueba los documentos antes referidos dado que pese a la
solicitud expresa de documentacin sustentatoria efectuada en el
Requerimiento de fiscalizacin antes indicado, la recurrente no acredit la
resolucin de los contratos de arrendamiento alegada con posterioridad, ni el
haberse encontrado imposibilitada de presentar dicha documentacin, as
como tampoco acredita en autos que haya efectuado el pago del monto
reclamado, debiendo por tanto declararse infundada la apelacin en este
extremo.
Adicionalmente, debe sealarse que de la verificacin efectuada en la
presente instancia, se comprueba que la Administracin ha aplicado la
deduccin del 20%, por todo concepto, establecida en el artculo 35 de la Ley
del Impuesto a la Renta, no siendo atendible lo alegado por la recurrente
respecto a la deduccin de un monto adicional por depreciacin, toda vez que
la norma vigente a partir del ejercicio gravable 1994 no la contempla.
3. Reparos por rentas de cuarta categora:
Con relacin a las rentas de cuarta categora del ejercicio 1993, que
segn afirma la recurrente no ha percibido dado que las mismas en realidad
constituan rentas de segunda categora, cabe indicar, que segn el Informe
General de la fiscalizacin del referido ejercicio, la Administracin indica que la
recurrente realiz funciones de director por las que percibi remuneraciones de
directorio que constituiran rentas de cuarta categora, las que fueron
declaradas y que se encontraran plenamente justificadas, tomando como
sustento de ello la informacin presentada por Codecentro S.R.L., que fuera
suscrita por la recurrente en su calidad de Gerente General y proporcionada
por el auditor de la referida empresa en la que se reconocen provisiones
efectuadas por concepto de remuneraciones de directorio de los meses de
noviembre y diciembre a nombre de la recurrente (folio 301 y 302).
De lo indicado en el documento mencionado, se aprecia que las rentas
all sealadas calificaran como rentas de cuarta categora de conformidad con
lo establecido en el artculo 33 de la Ley N 25751, que establece en su inciso
b) que constituyen rentas de cuarta categora las obtenidas por el desempeo
de funciones de director de empresas, sndico, mandatario, gestor de negocios,
albacea y actividades similares, careciendo de sustento lo alegado por la
recurrente en este extremo.
Es pertinente sealar sin embargo, que del referido documento no
resulta posible verificar si dichas provisiones corresponden al ejercicio 1993 o
al ejercicio 1994, como lo sostiene la recurrente en la respuesta al
Requerimiento N 0102737 as como tampoco si dichas dietas de directorio
fueron efectivamente pagadas o puestas a disposicin de la recurrente en el
referido ejercicio, toda vez que en ella se expresa que las mismas se
encontraban pendientes de pago en razn a las condiciones de iliquidez de la
empresa, por lo que corresponde que la Administracin verifique si las dietas

de directorio reconocidas por Codecentro S.R.L. fueron efectivamente


abonadas por el ejercicio 1993 o 1994 y emita nuevo pronunciamiento al
respecto, teniendo en cuenta que de conformidad con lo previsto en el artculo
64 de la Ley del Impuesto a la Renta antes citada, las rentas de cuarta
categora se rigen por el criterio de lo percibido.
4. Reparos por atribucin de rentas de tercera categora
Respecto a la atribucin de rentas de tercera categora efectuada por el
ejercicio 1993, cabe mencionar que segn el resultado de la fiscalizacin
realizada a la empresa Importaciones Diesel del Per S.C.R.L., se aprecia del
Informe Final (folios 335), que la Administracin como resultado de la
fiscalizacin practicada a la citada empresa, de la cual es accionista la
recurrente, le atribuye a sta por el ejercicio en mencin la suma de
S/.128,763.12 como renta neta de tercera categora, de conformidad con lo
informado mediante Memorndum N 011-95/IDP7INITE (folio 303).
De otro lado cabe mencionar que la Administracin no ha consignado en
la Resolucin de Determinacin la forma en que se ha determinado la referida
renta, as como tampoco obra en el expediente la documentacin que acredite
dicho clculo, no resultando suficiente la sola informacin remitida mediante el
Memorndum antes citado como sustento del mismo.
Adicionalmente cabe sealar que la Resolucin de Determinacin N
024-3-06563 mediante la cual se determin omisiones por el Impuesto a la
Renta de 1993 a la empresa Importaciones Diesel del Per S.C.R.L., ha sido
impugnada ante la presente instancia, habindose emitido al respecto la
Resolucin de Tribunal Fiscal N 03697-1-2003 del 27 de junio de 2003, por lo
que aqulla deber estarse a lo resuelto en el referido expediente de apelacin
y proceder en consecuencia.
5. Acotacin por Incremento Patrimonial No Justificado
Con relacin al reparo referido al incremento patrimonial acotado a la
recurrente por el ejercicio 1993, debido al prstamo otorgado a la empresa
Comercial del Centro E.I.R.L, la recurrente cuestiona el procedimiento para su
determinacin alegando que no se ha tenido en cuenta el flujo monetario
privado y que las rentas imputadas en la fiscalizacin superan el importe del
prstamo considerado como incremento patrimonial y por lo tanto que el
referido incremento no habra sido determinado conforme a lo dispuesto por los
artculos 54, 96 y 97 de la Ley del Impuesto a la Renta, ni a la norma
reglamentaria pertinente.
Al respecto cabe sealar que el artculo 54 de la Ley N 25751 establece
que se presume de pleno derecho que los incrementos patrimoniales cuyo
origen no pueda ser justificado por el contribuyente o responsable, constituyen
renta neta no declarada por stos, indicando adems que los incrementos
patrimoniales a que hace referencia este artculo, no podrn ser justificados
con donaciones que no consten de escritura pblica o de otro documento

fehaciente y tampoco podrn justificarse con utilidades derivadas de


actividades ilcitas.
Por su parte el artculo 96 de la referida Ley dispone que la SUNAT
proceder a determinar de oficio el impuesto, de acuerdo con el Cdigo
Tributario, cuando compruebe la existencia de incrementos patrimoniales cuyo
origen no pueda ser justificado por el contribuyente o responsable, de
conformidad con el artculo 54 de dicha ley.
Asimismo el artculo 97 de la misma norma prev que se presume que
para los efectos de la acotacin y liquidacin sobre base presunta la
Superintendencia Nacional de Administracin Tributaria podr utilizar:
coeficientes, signos exteriores de riqueza, as como las variaciones o
incrementos patrimoniales del contribuyente y cualquier otro elemento de juicio
que obre en poder de la SUNAT o que se obtenga de terceros.
El artculo 156 del Reglamento aprobado por Decreto Supremo N 06892-EF, dispone que tratndose de incrementos patrimoniales no justificados, a
que se refieren los artculos 54 y 96 de la Ley, cuando el contribuyente en un
ejercicio gravable no justifique los incrementos patrimoniales o la diferencia
entre los gastos comprobados y las rentas totales declaradas, la SUNAT
determinar la renta imponible mediante acotacin de oficio. Para el efecto, en
su caso, se adicionar a la renta neta declarada el incremento patrimonial no
justificado o la referida diferencia.
En el presente caso, se advierte que mediante Requerimiento N 102-96
(folios 329), la Administracin solicit a la recurrente sustentar
documentalmente el origen de los fondos para el prstamo otorgado a la
empresa Comercial del Centro E.I.R.L. el 15 de diciembre de 1993, por el
importe de S/ .125,000.00 segn cruce de informacin, por lo que se evidencia:
la existencia de un incremento patrimonial, considerando que en su declaracin
del Impuesto a la Renta del ejercicio 1993 se aprecia que la recurrente declara
un total de rentas por dicho ejercicio de S/. 31,350.00, y no consigna
adicionalmente a ella, informacin alguna por concepto de rentas exoneradas,
ingresos o beneficios no afectos, ni rentas de fuente extranjera, que pudieran
sustentar el patrimonio indicado.
Segn consta en el Resultado del referido Requerimiento y de la
comunicacin remitida en respuesta al mismo (folios 305), la recurrente indic
que dichos fondos provenan de los saldos de caja de las otras empresas
componentes del grupo y que son canalizadas por su intermedio, dado que es
la encargada de recibir los fondos y efectuar los pagos de obligaciones de
todas las empresas, sin embargo no adjunt documentacin alguna que
sustente el referido argumento, por lo que la diferencia entre el incremento
patrimonial detectado en la fiscalizacin y el monto declarado, constituira en
principio un incremento patrimonial no justificado a tenor de las normas
expuestas, debiendo verificarse si tal determinacin del patrimonio puede ser
modificada por las otras rentas establecidas en el curso de la fiscalizacin.

En efecto, en la fiscalizacin se establecieron rentas de tercera categora


por el ejercicio 1993 atribuidas por la empresa Diesel del Per S.C.R.L.,
ascendentes a S/. 128,763.12, rentas de segunda categora por alquileres de
equipos de cmputo por S/. 43,038.00, sobre las que la Administracin deber
emitir nuevo pronunciamiento de acuerdo a lo dispuesto en esta instancia, y
como se ha indicado precedentemente, determin rentas fictas de primera
categora por S/. 21,423.17 que se han levantado en esta instancia.
Estando a los hechos expuestos, corresponde determinar el incremento
patrimonial no justificado, que no es otro sino aqul establecido por la
Administracin en la fiscalizacin que, no habiendo sido justificado, no ha
podido determinarse su procedencia y consecuentemente su categora de
renta, toda vez que en caso contrario, si bien estaramos frente a una renta que
no ha sido declarada, sta no constituira incremento patrimonial no justificado.
Es as que al efectuarse la determinacin del Impuesto a la Renta, se
tiene de un lado, la renta declarada, y de otro, la renta detectada mediante
fiscalizacin, siendo que en el caso de esta ltima, pueda haberse establecido
o no, su procedencia u origen.
En caso se hubiera establecido la procedencia total de los ingresos
omitidos, corresponde que stos se adicionen a los declarados. De haberse
establecido la procedencia parcial de los mismos, nicamente constituirn
incremento patrimonial no justificado, aquellos cuya procedencia no fuera
conocida, puesto que los otros ingresos se gravarn como renta en la categora
que corresponda.
Consecuentemente, la renta imponible estar constituida por las rentas
declaradas, las detectadas mediante fiscalizacin cuya procedencia es
conocida y el incremento patrimonial no justificado.
De otro lado, si conforme a las normas expuestas se permite justificar el
incremento patrimonial detectado por la Administracin con los ingresos o
rentas omitidos por el deudor cuyo origen ha sido verificado por aqulla, a fin
de evitar una doble afectacin o gravamen en la determinacin de la obligacin
tributaria, consideramos que ello parte de que esa renta omitida detectada en el
procedimiento de fiscalizacin debe tributar, formando parte de la renta
imponible.
El procedimiento descrito encuentra su sustento en lo previsto en el
artculo 96 de la Ley del Impuesto a la Renta Ley N 25751, que dispone que la
SUNAT proceder a determinar de oficio el impuesto, de acuerdo con el Cdigo
Tributario, cuando compruebe la existencia de incrementos patrimoniales cuyo
origen no pueda ser justificado por el contribuyente o responsable, de
conformidad con el artculo 54 de esta Ley, habindose recogido la misma
disposicin en el artculo 92 de la Ley del Impuesto a la Renta aprobada por el
Decreto Legislativo N 774, as como en el mismo artculo del Texto nico
Ordenado de la Ley del Impuesto a la Renta aprobado por Decreto Supremo N
054-99-EF.

Consecuentemente, si bien la norma reglamentaria, esto es, el artculo


156 del Reglamento de la Ley del Impuesto a la Renta aprobado por Decreto
Supremo N 068-92-EF, dispona que tratndose de incrementos patrimoniales
no justificados, a que se refieren los artculos 54 y 96 de la Ley, cuando el
contribuyente en un ejercicio gravable no justifique los incrementos
patrimoniales o la diferencia entre los gastos comprobados y las rentas totales
declaradas, la SUNAT determinar la renta imponible mediante acotacin de
oficio, indicando que para el efecto, en su caso, se adicionar a la renta neta
declarada el incremento patrimonial no justificado o la referida diferencia,
disposicin recogida tambin en el artculo 59 del Decreto Supremo N 122-94EF, debe entenderse que esta ltima parte del dispositivo citado est referida a
establecer que el incremento patrimonial no justificado forma parte de la renta
imponible, esto es que aun cuando no se sabe la procedencia de los ingresos
omitidos stos se encuentran gravados con el Impuesto a la Renta y en ningn
modo a establecer que los ingresos omitidos determinados en fiscalizacin,
cuya procedencia es conocida, no se encuentran gravados.
Sostener una interpretacin contraria a la expuesta en el prrafo
precedente nos llevara a excluir del mbito de aplicacin del Impuesto a la
Renta a aquellos ingresos omitidos de declarar que, encontrndose
inicialmente gravados con dicho Impuesto, la Administracin hubiera
determinado su origen en la fiscalizacin.
En efecto, si consideramos de un lado que los artculos 1, 2 y 3 de las
Leyes del referido Impuesto establecen los ingresos que constituyen rentas
gravadas, siendo que los artculos 17 y 18 de la Ley N 25751 y 18 y 19 del
Decreto Legislativo N 774, as como del Texto nico Ordenado de la referida
Ley aprobado por Decreto Supremo N 054-99-EF, prevn las exoneraciones e
inafectaciones; un ingreso que califica como renta gravada y que no ha sido
declarado por el contribuyente siendo posteriormente determinado va
fiscalizacin, en ningn modo podra considerarse exonerado o inafecto en
virtud a una interpretacin literal de la norma reglamentaria (artculo 156 del
Decreto Supremo N 068-92-EF, artculo 59 del Decreto Supremo N 122-94-EF
se adicionar a la renta neta declarada el incremento patrimonial no justificado
o la referida diferencia).
De todo ello se establece que la norma reglamentaria citada en el
prrafo anterior, solo puede tener la finalidad de establecer con claridad que los
incrementos patrimoniales no justificados forman parte de la renta imponible del
Impuesto a la Renta.
Es pertinente sealar que si bien lo expuesto ha sido actualmente
corroborado con la precisin establecida mediante Decreto Supremo N 0452001-EF, publicado el 20 de marzo de 2001 cuyo artculo 10 modificatorio del
artculo 59 Decreto Supremo N 122-94-EF, establece que Se entiende por
renta neta declarada: Tratndose de contribuyentes obligados a declarar (...) :
la que conste en la respectiva declaracin o la que el contribuyente debi
declarar, y cuya Cuarta Disposicin Final establece que Lo dispuesto en el
numeral 5 del inciso a) del artculo 21 y en el segundo prrafo del artculo 59
del reglamento, modificado por el presente Decreto, tiene carcter de

precisin., ello no enerva en modo alguno las consideraciones antes


expuestas, esto es que aun cuando no se hubiera dictado dicha norma
reglamentaria, no cabra sostener, a tenor de lo previsto en los artculos 1, 2, 3,
17, 18 y 19 de las Leyes del Impuesto a la Renta citadas anteriormente, que en
este caso, los ingresos que estando gravados con el Impuesto a la Renta,
determinados por la Administracin no se encuentren afectos, cuando su
procedencia es conocida, sino nicamente aqullos cuya procedencia no lo es,
esto es, el incremento patrimonial no justificado.
Debemos sealar que el criterio expuesto es el que ha sido adoptado por
este Tribunal mediante acuerdo aprobado en el Acta de Sala Plena N 2003-17
de fecha 19 de agosto de 2003, establecindose que:
Los ingresos omitidos de declarar que constituyen renta gravada,
detectados en el procedimiento de fiscalizacin, cuya procedencia ha sido
determinada por la Administracin, forman parte de la renta imponible a efecto
de determinar el Impuesto a la Renta, y consecuentemente se excluyen
conjuntamente con la renta declarada, a efecto de determinar el incremento
patrimonial no justificado (2).
En el presente caso, procede que de la totalidad del incremento
patrimonial determinado por la Administracin, se deduzcan las rentas
declaradas, as como los ingresos que en definitiva sean acotados por la
Administracin en cumplimiento de la presente Resolucin, toda vez que con
ellos se podra sustentar el prstamo otorgado.
Un tratamiento distinto mereceran las rentas fictas de primera categora
determinadas durante la fiscalizacin, puesto que no suponen la generacin
real de ingresos, por lo que no cabe tenerlas en mente para efecto del
patrimonio que podra sustentar el prstamo, como lo habra pretendido la
recurrente.
Dicho criterio ha sido adoptado por este Tribunal mediante acuerdo
aprobado en el Acta de Sala Plena N 200317 de fecha 19 de agosto de 2003,
establecindose que:
La renta ficta para predios arrendados o cedidos gratuitamente o a
precio indeterminado no permite justificar el incremento patrimonial
determinado conforme a lo dispuesto en los artculos 52 y 92 de la Ley del
Impuesto a la Renta (3).
El referido acuerdo se sustenta en que el artculo 92 de la Ley del
Impuesto a la Renta aprobada por Decreto Legislativo N 774, que establece
que la SUNAT proceder a determinar de oficio el impuesto, de acuerdo con el
Cdigo Tributario, cuando compruebe la existencia de incrementos
patrimoniales cuyo origen no pueda ser justificado por el contribuyente o
responsable, de conformidad con el artculo 52 de la citada Ley.
Por su parte el artculo 52 citado, permite al contribuyente probar el
origen del incremento patrimonial detectado, evidencindose ello al establecer

que se presume de pleno derecho que los incrementos patrimoniales cuyo


origen no pueda ser justificado por el contribuyente o responsable, constituyen
renta neta no declarada por stos. Conforme lo prev el artculo 52 de la Ley
del Impuesto a la Renta, la justificacin no puede realizarse con fondos
provenientes de actividades ilcitas ni con donaciones que no consten en
documento de fecha cierta o Escritura Pblica.
Cabe indicar que las mismas disposiciones estuvieron recogidas en la
Ley del Impuesto a la Renta vigente para el ejercicio 1993, Ley N 25751, as
como posteriormente en el Texto nico Ordenado de la Ley del Impuesto a la
Renta aprobado por Decreto Supremo N 054-99-EF.
Lo previsto en las referidas normas legales concuerda con lo establecido
en el artculo 59 del Reglamento del Impuesto a la Renta aprobado por Decreto
Supremo N 122-94-EF que dispone que (...) cuando el contribuyente en un
ejercicio gravable no justifique los incrementos patrimoniales o la diferencia
entre los gastos comprobados y las rentas totales declaradas, la SUNAT
determinar la renta imponible mediante acotacin de oficio. Para tal efecto,
adicionar a la renta neta declarada el incremento patrimonial no justificado o la
referida diferencia.
Tal disposicin tambin fue recogida tanto en el artculo 156 del
Reglamento del Impuesto a la Renta aprobado por Decreto Supremo N 06892-EF vigente para el ejercicio 1993.
Consecuentemente, de las normas expuestas se evidencia que el
concepto de incremento patrimonial no justificado est dado por aqul
patrimonio determinado mediante fiscalizacin que no ha podido ser justificado
ni con las rentas declaradas ni con aquellas otras que habiendo sido
determinadas en fiscalizacin, su procedencia es conocida.
Es ms, nada impedira que el referido incremento se justifique con
ingresos que incluso no constituyeran rentas, toda vez que la restriccin est
dada solo por lo previsto en el artculo 52 antes citado, esto es, por fondos
provenientes de actividades ilicitas y donaciones que no consten en documento
de fecha cierta o Escritura Pblica.
Como se aprecia, incluso en la norma que establece la restriccin, la
posibilidad de justificar el patrimonio detectado en la fiscalizacin que no ha
sido declarado, est relacionado nicamente con la procedencia de ingresos o
lo que es lo mismo, de fondos, o en todo caso, por la transferencia de activos
que a su vez hubieran originado la adquisicin de otros, puesto que es con
ellos con los que podra haberse adquirido el patrimonio detectado.
Distinto es el caso de las rentas fictas, establecidas como tales por la ley
en las que el ingreso real no existe. Tal es el caso de la renta ficta de primera
categora establecida en el inciso c) del artculo 22 de la Ley del Impuesto a la
Renta, aprobada por Decreto Ley N 25751, modificado por el Decreto Ley N
26010 -vigente para el ejercicio 1993-, recogida tambin en el inciso d) del
artculo 23 de la Ley del Impuesto a la Renta aprobada por el Decreto

Legislativo N 774, vigente para el ejercicio 1994, as como por el mismo inciso
y artculo del Texto nico Ordenado del Cdigo Tributario aprobado por Decreto
Supremo N 054-99-EF, que dispone que constituyen rentas de primera
categora la renta ficta de predios cuya ocupacin hayan cedido sus
propietarios gratuitamente o a precio no determinado. En este caso la renta
ser equivalente al 6% del autoavalo.
De las normas antes citadas se desprende que no obstante que nada
impide que en los hechos los predios puedan alquilarse o cederse por un
monto inferior al 6% del valor de autoavalo, a efecto de la determinacin del
Impuesto a la Renta se establece que el impuesto deber ser calculado sobre
la base de un monto mnimo equivalente al 6% del valor del predio.
As por ejemplo, un contribuyente a quien se le hubiera detectado un
incremento patrimonial no justificado, y que tuviera ingresos por concepto de
arrendamiento de un predio ascendente al 4% del valor de autoavalo de los
mismos, tendra que considerar por concepto de rentas de primera categora el
monto equivalente al 6% del valor de autoavalo de sus predios, conforme a lo
previsto en el artculo 23 de la Ley del Impuesto a la Renta, para efecto de la
determinacin de la base imponible de dicho tributo, sin que ello signifique sin
embargo, que pudiera afirmarse que recibi como ingreso el 6% del referido
valor de autoavalo, sino nicamente 4%, que es el que puede justificar la
adquisicin de patrimonio toda vez que resulta evidente, que la diferencia, esto
es, el 2% del valor de autoavalo, constituye una renta fleta y no un ingreso
real.
De lo expuesto se desprende que a efecto de la determinacin del
Impuesto a la Renta, tratndose de predios cedidos gratuitamente, en los que
reconociendo que no existe un ingreso real para el propietario, la Ley asigna
una renta fleta, sta no puede probar ninguna adquisicin ni la existencia de un
mayor patrimonio, puesto que realmente no existe ingreso.
6. Acotacin por intereses por omisin al pago a cuenta del Impuesto a
la Renta de los meses de enero a diciembre del ejercicio 1994:
En lo que se refiere a la Resolucin de Determinacin N 024-3-06500
girada por intereses de la omisin al pago a cuenta del Impuesto a la Renta de
los meses de enero a diciembre del ejercicio 1994, emitida por no declarar las
rentas de primera categora provenientes del alquiler de los equipos de
cmputo, debemos sealar que habindose declarado infundada la apelacin
respecto a dichos ingresos, corresponde asimismo declararla infundada en
cuanto a la emisin del referido valor.
7. Resoluciones de Multa:
Las Resoluciones de Multa impugnadas, si bien se encuentran
vinculadas a la Resolucin de Determinacin N 024-3-6500 antes sealada,
no obra en autos que la Administracin hubiera verificado la presentacin de
las declaraciones correspondientes a cada uno de los perodos en los que
hubiera constatado la omisin anotada, a fin de verificar la configuracin de la

infraccin prevista en el artculo 178, esto es, entre otros, el omitir ingresos en
la declaracin que influyan en la determinacin de la obligacin tributaria, por lo
que procede en este extremo que la Administracin realice la verificacin
correspondiente.
Que cabe precisar que los acuerdos de Sala Plena aprobados en el Acta
de Reunin de Sala Plena N 2003-17 del 19 de agosto de 2003, modifican lo
establecido por la Resolucin de Tribunal Fiscal N 02171-1-2003 de 25 de abril
de 2003;
Que asimismo, en el acuerdo aprobado en el Acta de Reunin de Sala
Plena N 2003-17 del 19 de agosto de 2003 se ha establecido que los criterios
aprobados se ajustan a lo dispuesto por el artculo 154 del precitado Texto
nico Ordenado del Cdigo Tributario, por lo que corresponde se emita una
resolucin con carcter de observancia obligatoria, disponindose su
publicacin en el Diario Oficial El Peruano;
Que finalmente, corresponde indicar que los criterios aprobados en el
acuerdo de Sala Plena N 2003-17 antes citado, tienen carcter vinculante para
todos los vocales de este Tribunal, conforme con lo establecido por el Acuerdo
de Sala Plena N 2002-10 de fecha 17 de setiembre de 2002;
Con los vocales Flores Talavera, Mrquez Pacheco y Caller Ferreyros a
quien se llam para completar Sala, e interviniendo como ponente la vocal
Flores Talavera;
RESUELVE:
1. DECLARAR INFUNDADA la apelacin contra la Denegatoria Ficta del
reclamo formulado contra las Resoluciones de Determinacin N 024-3-06499
a 024-3-06501, en el extremo del reparo por rentas de primera categora por el
ejercicio 1994 proveniente del alquiler de equipos de cmputo, as como de la
Resolucin de Determinacin N 024-3-06500; y DECLARAR FUNDADA en el
extremo del reparo por los ejercicios 1993 y 1994 por renta ficta de primera
categora por cesin gratuita de inmuebles, debiendo la Administracin
proceder a emitir pronunciamiento conforme a lo dispuesto en la presente
Resolucin respecto a lo dems que contiene.
2. DECLARAR que de acuerdo con el artculo 154 del Texto nico
Ordenado del Cdigo Tributario aprobado por Decreto Supremo N 135-99-EF,
la presente resolucin constituye precedente de observancia obligatoria
disponindose su publicacin en el Diario Oficial El Peruano en cuanto
establece los siguientes criterios:
Corresponde a la Administracin probar que el predio ha estado
ocupado por un tercero bajo un ttulo distinto al de arrendamiento o
subarrendamiento, debido a que ello constituye el hecho base a fin que se
presuma la existencia de renta ficta por la cesin gratuita de la totalidad del
mismo por todo el ejercicio gravable, prevista en el inciso d) del artculo 23 de
la Ley del Impuesto a la Renta, correspondiendo al deudor tributario acreditar,

de ser el caso, que el inmueble no ha sido cedido en su totalidad, o por todo el


ejercicio.
Los ingresos omitidos de declarar que constituyen renta gravada,,
detectados en el procedimiento de fiscalizacin, cuya procedencia ha sido
determinada por la Administracin, forman parte de la renta imponible a efecto
de determinar el Impuesto a la Renta, y consecuentemente se excluyen
conjuntamente con la renta declarada, a efecto de determinar el incremento
patrimonial no justificado.
La renta ficta para predios arrendados o cedidos gratuitamente o a
precio indeterminado no permite justificar el incremento patrimonial
determinado conforme a lo dispuesto en los artculos 52 y 92 de la Ley del
Impuesto a la Renta.
Regstrese, comunquese y remtase a la Intendencia Regional Lima de
la Superintendencia Nacional de Administracin Tributaria, para sus efectos.
FLORES TALAVERA, Vocal Presidente
MRQUEZ PACHECO, Vocal
CALLER FERREYROS, Vocal
ZIGA DULANTO, Secretaria Relatora

TRIBUNAL DE CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO


PROCEDENCIA E IMPROCEDENCIA DE SANCIONES - FORMA COMO
DEBEN CONSIGNARSE
PROCESOS DE SELECCIN POR SITUACIONES DE EMERGENCIA O
URGENCIA - PROCEDIMIENTO A SEGUIR
INCUMPLIMIENTO DE OBLIGACIONES DERIVADAS DE LAS RDENES DE
COMPRA O SERVICIOS - OBSERVANCIA DEL PROCEDIMIENTO DE
RESOLUCIN CONTRACTUAL

PROCEDENCIA E IMPROCEDENCIA DE SANCIONES - FORMA COMO


DEBEN CONSIGNARSE
Mediante el presente precedente se establece cmo deben ser resueltos los
expedientes de aplicacin de sanciones, sealndose de manera detallada la
forma como se proceder a consignar en la resolucin la procedencia o no de
la sancin.
(El Peruano, 11 de octubre de 2003)
ACUERDO N 015-013 de 26.09.2003
TRIBUNAL DE CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO
El Tribunal, luego del anlisis y debate correspondiente, por unanimidad,
ACORD:
Dejar sin efecto lo dispuesto en el literal c) del Acuerdo N 017/009, de
fecha 15 de noviembre de 2001 y modificar lo establecido en los incisos a) y b)
del referido Acuerdo, por el siguiente texto que deber consignarse, segn sea
el caso, en forma expresa, en la parte resolutiva de las Resoluciones que
ponen fin a los expedientes de aplicacin de sancin:
a) Cuando no se haya configurado la causal de aplicacin de sancin
administrativa, no se haya acreditado la infraccin denunciada o existan
circunstancias que liberan de responsabilidad al presunto infractor, se deber
consignar lo siguiente: NO HA LUGAR a la aplicacin de sancin
administrativa a ...................., debiendo archivarse el presente expediente; y,
b) Cuando se haya configurado la causal de aplicacin de sancin
respectiva o cuando de la aplicacin de los atenuantes previstos para graduar
la responsabilidad del infractor, a que se refiere el artculo 209 del Reglamento
de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado, corresponda
aplicacin de sancin administrativa al proveedor, postor y/o contratista, se
deber consignar lo siguiente: SANCIONAR a ..............., por un perodo
de ........ meses/ao de suspensin en su derecho de participar en procesos de
seleccin y contratar con el Estado, conforme a los fundamentos expuestos.

Este acuerdo constituye criterio que sienta precedente de observancia


obligatoria.
SS. DELGADO POZO; BERAMENDI GALDS; CABIESES LPEZ;
MARTNEZ ZAMORA; RODRGUEZ ARDILES; WENDORFF RODRGUEZ.

PROCESOS DE SELECCIN POR SITUACIONES DE EMERGENCIA O


URGENCIA - PROCEDIMIENTO A SEGUIR
En las adquisiciones y contrataciones exoneradas de los procesos de seleccin
por situaciones de emergencia o urgencia, las entidades deben de realizar la
adjudicacin de menor cuanta y deben exigir a los contratistas en el contrato
que celebren, la constitucin de garanta. No es necesario para esta
contratacin notificar a la Comisin de Promocin de la Pequea y
Microempresa-PROMPYME ni al CONSUCODE.
(El Peruano, 11 de octubre de 2003)
ACUERDO N 016-013 de 26.09.2003
TRIBUNAL DE CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO
El Tribunal, luego del anlisis y debate correspondiente, por unanimidad,
ACORD:
a) Precisar que en las adquisiciones y contrataciones exoneradas de los
procesos de seleccin por situaciones de emergencia o de urgencia, en
cumplimiento del artculo 105 del Reglamento de la Ley de Contrataciones y
Adquisiciones del Estado, las Entidades deben realizar las Adjudicaciones de
Menor Cuanta de forma tal que les permita adquirir o contratar de modo
inmediato y sobre la base de una propuesta que cumpla con los requerimientos
respectivos, bajo su responsabilidad; sin que sea necesario notificar a la
Comisin de Promocin de la Pequea y Microempresa - PROMPYME y al
CONSUCODE.
b) Dejar establecido que las Entidades, en los contratos que se celebren
como consecuencia de las adquisiciones y contrataciones exoneradas por
situaciones de emergencia o de urgencia, deben exigir a los Contratistas la
constitucin de garantas en los montos y condiciones reglamentarias
establecidas en el Captulo II del Ttulo III del Reglamento, as como el
cumplimiento de los dems requisitos, condiciones y formalidades que exige la
normativa; salvo la excepcin prevista en el inciso e) del artculo 122 del
Reglamento.

Este acuerdo constituye criterio que sienta precedente de observancia


obligatoria.
SS. DELGADO POZO; BERAMENDI GALDS; CABIESES LPEZ;
MARTNEZ ZAMORA; RODRGUEZ ARDILES; WENDORFF RODRGUEZ.

INCUMPLIMIENTO DE OBLIGACIONES DERIVADAS DE LAS RDENES DE


COMPRA O SERVICIOS - OBSERVANCIA DEL PROCEDIMIENTO DE
RESOLUCIN CONTRACTUAL
Ante el incumplimiento por parte de los contratistas de las obligaciones
derivadas de las rdenes de compra o de servicios las entidades deben de
observar el procedimiento de resolucin contractual.
(El Peruano, 11 de octubre de 2003)
ACUERDO N 017-013 de 26.09.2003
TRIBUNAL DE CONTRATACIONES Y ADQUISICIONES DEL ESTADO
El Tribunal, luego del anlisis y debate correspondiente, por unanimidad,
ACORD:
Al producirse los supuestos de incumplimiento, por parte de los
contratistas, de las obligaciones derivadas de las rdenes de compra o de
servicio emitidas a su favor, consideradas como infracciones administrativas
segn lo previsto en el artculo 205, literal a) del Reglamento de la Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado, las Entidades deben observar
oportunamente el procedimiento de resolucin contractual establecido en el
artculo 144 del Reglamento citado.
SS. DELGADO POZO; BERAMENDI GALDS; CABIESES LPEZ;
MARTNEZ ZAMORA; RODRGUEZ ARDILES; WENDORFF RODRGUEZ.

TENDENCIAS JURISPRUDENCIALES

PRINCIPIOS LABORALES

PRINCIPIOS LABORALES
Los principios laborales son aquellas lneas directrices o postulados que
inspiran el sentido de las normas laborales y configuran la regulacin de las
relaciones de trabajo con arreglo a criterios distintos de los que pueden darse
en otras ramas del Derecho.
Tales principios han tenido acogida constitucional. Es as que la Constitucin de
1993 establece que en toda relacin laboral se debern respetar los principios
de igualdad de oportunidades sin discriminacin, el carcter irrenunciable de
los derechos reconocidos por la Constitucin y la ley as como la interpretacin
favorable al trabajador en caso de duda insalvable sobre el sentido de la
norma. Sin embargo, estos no son los nicos principios existentes en el
Derecho del Trabajo, pues a lo largo del tiempo tanto la doctrina como la
jurisprudencia laboral han establecido principios que generalmente han sido
recogidos por las leyes laborales, algunos de los cuales sern tratados a lo
largo de la presente seccin.
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.

IGUALDAD DE TRATO
IRRENUNCIABILIDAD
IN DUBIO PRO OPERARIO
ESTABILIDAD LABORAL
PRIMACA DE LA REALIDAD
INMEDIATEZ
RAZONABILIDAD

I.

IGUALDAD DE TRATO

Conceptos previos.- El principio de igualdad de trato impide las


discriminaciones practicadas por las normativas estatal o convencional, as
como por el empleador unilateralmente, actuando al momento del nacimiento
del derecho. De esta manera si el empleador otorga a un trabajador un derecho
debera otorgrselo tambin a los dems, salvo que tal beneficio est
amparado por alguna situacin particular del trabajador.
Expediente :

N 363-97-AA/TC

Demandante :

Ral Magino Ventura

Demandado :

Banco de la Nacin

Fecha :

03-04-98

Habiendo, inclusive, el actor aceptado los cargos que, por concepto de


faltas graves, se le imputaba, no cree este Colegiado que ello torne la
disolucin del vnculo laboral en contrario al principio de igualdad e inclusive
transgresor de la especial proteccin que se debe brindar a quienes se
encuentran en la situacin de incapacitados, pues una cosa es que se disuelva
el vnculo de trabajo por discriminacin negativa derivada de la situacin de
incapacitado, e inclusive, de no observarse su especial condicin y practicarse
la discriminacin positiva que exige la clusula de la igualdad jurdica del
artculo 2 inciso 2) de la Constitucin Poltica del Estado, como, en efecto, este
Supremo Tribunal de la Constitucionalidad ha tenido oportunidad de advertir en
causas donde se planteaba tal asunto; y otra bastante distinta es que la
disolucin del vnculo obedezca a la comprobacin (adems de haberse
aceptado) de la comisin de actos que, en el ejercicio de las labores del actor,
significaban la transgresin de principios elementales que rigen la relacin de
trabajo (...) La condicin de impedido fsico que el actor pudiere tener no faculta
ni autoriza impunidad o irresponsabilidad con los deberes y obligaciones que

surgen de una relacin de trabajo, sino nicamente un tratamiento especial en


cuanto a las condiciones de acceso, desenvolvimiento y permanencia en el
centro donde se realiza la prestacin del trabajo.
Comentario
El hecho que un trabajador sea incapacitado no es razn suficiente para
que el empleador lo exonere en el cumplimiento de las obligaciones laborales
que nacen del contrato de trabajo. Es decir, el trabajador incapacitado deber
de cumplir sus obligaciones y deberes al igual que lo hacen los trabajadores
que no tienen dicha condicin; razn por la cual si un incapacitado realiza una
conducta que configura una causal de despido, el empleador est facultado
para sancionarlo sin tener en consideracin su condicin de incapacitado. De lo
contrario, estara atentando contra el derecho de igualdad de los dems
trabajadores.
Cabe sealar, que la proteccin que el empleador est obligado a
otorgar a un trabajador incapacitado est relacionada con las condiciones de
acceso, desenvolvimiento y permanencia en el centro de trabajo.

II.

IRRENUNCIABILIDAD

Conceptos previos.- El fundamento del principio de irrenunciabilidad, segn


Prados de Reyes, est en la necesidad de evitar que la eficacia de las
disposiciones laborales quede desvirtuada como consecuencia de actos de su
destinatario realizados por su condicin de parte ms dbil en la relacin de
trabajo. Se trata, en definitiva, de una cuestin de autodefensa normativa frente
a actos realizados por las partes.
Por su parte, Neves Mujica considera que la irrenunciabilidad no impide la
celebracin de figuras similares en las que el trabajador cede un derecho pero
a cambio de una cesin recproca del empleador. En ese sentido, expresa, que
en principio estn protegidos contra la renuncia todos los derechos, cualquiera
sea la fuente de la que emanen. Sin embargo, determinadas normas de
naturaleza dispositiva pueden ser dejadas de lado por el trabajador.
Pleno Jurisdiccional 1997
Acuerdo

N 04

En la aplicacin de un convenio colectivo de trabajo en el que se haya


pactado un beneficio menor al vigente establecido por convenio colectivo
anterior, el Juez deber observar que no se vulnere los mnimos indisponibles
por la normativa estatal, y que en tal acuerdo los trabajadores hayan sido
representados de conformidad con el artculo 49 del Decreto Ley 25593, Ley de
Relaciones Colectivas de Trabajo, o su norma sustitutoria.

Casacin

2914-97

Demandante :

Pedro Apoloni Meriz

Demandado :

Empresa Siderrgica del Per, Sociedad Annima

Fecha :

14-04-1997

Si bien en tal acta se restringi los efectos del laudo, disponiendo que
los incrementos de remuneraciones solo se abonaran a partir 01-12-93, esto
se justificaba por la situacin de crisis que atravesaba la empresa, la cual era
una causa de fuerza mayor que le impeda cumplir con las obligaciones
generadas en el laudo, poniendo en riesgo la subsistencia del centro de
trabajo. (...) En doctrina se conoce estas decisiones como una negociacin in
peius, a travs de la cual se puede pactar condiciones inferiores a las
adquiridas, si media la voluntad plena de las partes ante la existencia de una
causa de fuerza mayor o caso fortuito. (...) en el caso de autos, (...) las partes
tenan la capacidad suficiente para modificar el convenio colectivo que contena
el laudo arbitral, a travs de un acuerdo que representa un convenio colectivo
modificatorio, del mismo rango y calidad instrumental, con el cual se reduca el
perodo de aplicacin del mismo, sin renunciar al incremento remunerativo y
dems condiciones pactadas.
Comentario
Al momento de negociar de manera individual con el empleador, el
trabajador siempre se encuentra en un estado de inferioridad debido a que
generalmente es aquel el que decide las condiciones de trabajo. Por eso el
Derecho Laboral protege al trabajador en el sentido de que a pesar de que este
renuncie por escrito a algunos derechos, tal renuncia es invlida por cuanto los
derechos laborles son irrenunciables.
Sin embargo, cuando el trabajador negocia de manera colectiva la
situacin cambia. El trabajador ya no negocia de forma desigual sino todo lo
contrario. En esa situacin en que el Derecho de Trabajo permite que los
trabajadores puedan renunciar a sus derechos pues las condiciones laborales
ya no sern impuestas por el empleador sino que sern acordadas de manera
conjunta entre el sindicato que representa a los trabajadores y el empleador.
En ese sentido si el sindicato acord con la empresa dejar sin efecto
determinados derechos laborales adquiridos a travs de otro convenio
colectivo, tal decisin no configura renuncia de los derechos laborales, en la
medida que el convenio colectivo es consecuencia de la negociacin igualitaria
entre los trabajadores y el empleador.
Expediente :

N 393-94-R/S

Demandante :

Juan Ranulfo Sifuentes Medina

Demandado :
S.A. (ENTEL PER)
Fecha :

Empresa Nacional de Telecomunicaciones del Per

30-01-95

A la fecha de celebracin del contrato sujeto a modalidad, de naturaleza


temporal, corriente a fojas 17-17A, el demandante ya haba adquirido su
derecho a la estabilidad laboral (...) reconocido incluso por resolucin de la
Autoridad Administrativa de Trabajo, segn consta de los actuados presentados
a fojas 2-4, de modo que con la suscripcin del referido contrato no poda
suprimrsele ese derecho que tiene la calidad de irrenunciable; que la
modificacin de las condiciones de trabajo, aun cuando se haga con
intervencin del trabajador, no puede ser perjudicial a este ni menos recortarle
los derechos adquiridos, por lo que el pacto que la contiene resulta nulo.
Comentario
En efecto, si el demandante entr a laborar de manera indeterminada, al
superar el perodo de prueba adquiere la proteccin contra el despido arbitrario,
razn por la cual no puede renunciar a dicha proteccin suscribiendo un
contrato sujeto a modalidad. A pesar de que no exista un contrato o documento
que acredite la existencia del contrato original de trabajo, lo hechos s la hacen
ver as.

III.

IN DUBIO PRO OPERARIO

Conceptos previos.- El in dubio pro operario sirve para elegir, entre varios
sentidos posibles de una norma, aquel que sea ms favorable al trabajador. Tal
principio busca aclarar la oscuridad o ambigedad de una norma otorgndole
un sentido que favorezca al trabajador, de modo que el principio no actuar
cuando la duda se refiera a hechos y no al sentido de un norma. Sin embargo,
esta regla admite excepciones, siempre que estn expresamente estipuladas
en la ley.
Expediente :

N 274-93-BS

Demandante :

Alfonso Paredes Senz

Demandado :

Sociedad Paramonga Ltda. en liquidacin

Fecha :

10-08-93

La segunda parte del artculo 57 de la Constitucin Poltica del Estado


precepta que: En la interpretacin o duda sobre el alcance y contenido de

cualquier disposicin en materia de trabajo, se est a lo ms favorable al


trabajador (sic); que obviamente la utilizacin de esta norma Constitucional
debe manejarse dentro del propio marco (limitativo) que le ha dado el
legislador; que no obstante ello el Juez tergiversa el sentido de la norma antes
citada y toma las cantidades dinerarias ms favorables que aparecen
percibidas por el actor en diferentes oportunidades, para as establecer el
sueldo indemnizable que luego le sirvi para calcular los beneficios sociales y
reintegros del actor y que son consignados en la apelada.
Comentario
En la Constitucin de 1993 se establece que dentro de la relacin laboral
se debe respetar el principio de la interpretacin favorable al trabajador en caso
de duda insalvable sobre el sentido de una norma. Sin embargo en el presente
caso, el juez a quo aplic errneamente el principio, pues para determinar la
remuneracin del trabajador no es necesario interpretar ninguna norma, ya que
la remuneracin debe ser probado por la trabajador o determinada por el juez a
travs hechos o circunstancias que permitan fijarla razonablemente.
Expediente :

N 990-97-AA/TC

Demandante :

Jacinto Francisco Monzn Rodrguez

Demandado :
Regin La Libertad
Fecha :

Consejo Transitorio de Administracin Regional de la

02-04-98

De autos se aprecia que el actor fue calificado por su jefe inmediato con
treintids puntos, tal como consta del documento que corre en autos a fojas
ciento cuarentiocho y luego esta puntuacin fue modificada a veinticuatro
puntos por el jefe inmediato superior, entindase que el jefe inmediato es el que
labora directamente con el trabajador y como tal es el facultado a calificar, as
se establece en el Reglamento de Evaluacin, no obstante tambin puede
entenderse que el jefe inmediato superior s puede ratificar contrario sensu,
tambin puede no hacerlo como sucedi en el presente caso, pero al no existir
norma que indique tal opcin, por la regla del in dubio pro operario se debi
promediar ambas calificaciones, obteniendo como resultado veintiocho puntos,
el cual hubiese permitido que el actor contine trabajando, ya que su nota
hubiese sido aprobatoria; en tal sentido en mrito a este principio constitucional
consagrado en el inciso 3) del artculo 26 de la Carta Magna vigente, la
presente accin resulta amparable.
Comentario
Debido a que el reglamento de evaluacin del personal no especificaba
que el superior jerrquico tena la potestad de ratificar o no la calificacin
efectuada al trabajador por su jefe inmediato y en razn de que aquel le puso
una calificacin distinta de la de su dependiente, se debi interpretar de forma

favorable al trabajador. En ese sentido los magistrados aplicaron correctamente


el principio in dubio pro operario, decidiendo que el superior jerrquico no tiene
la facultad de ratificar o no la calificacin efectuda por el jefe inmediato del
trabajador, conforme al reglamento, por lo cual si aquel tambin lo ha hecho
ambas calificaciones deben de promediarse.
Expediente :

N 725-96-AA/TC

Demandante :

Pascual Alejandro Huaman Gamboa y otros

Demandado :

Municipalidad Distrital de Miraflores.

Fecha :

14-04-1997

El artculo 25 de la Constitucin Poltica del Estado y los Convenios de


la Organizacin Internacional del Trabajo (OIT) Ns 1 y 52, establecen que la
jornada mxima de trabajo es de ocho horas diarias o cuarenta y ocho horas
semanales. El Decreto Legislativo N 800, del tres de enero de mil novecientos
noventa y seis, establece que las entidades de la Administracin Pblica
tendrn un horario corrido de siete horas con cuarenta y cinco minutos, en una
sola jornada de trabajo, que regir de lunes a viernes, derogando todas las
normas que se le opongan. En el caso de autos, los demandantes son
servidores de la Administracin Pblica y por lo tanto estn comprendidos en el
supuesto de la citada norma, que no se opone a lo establecido por la OIT ni por
norma constitucional alguna.
Comentario
El efecto expansivo del Derecho del Trabajo hace que sus principios e
inclusive algunas de sus normas sean aplicables a las relaciones laborales de
la Administracin Pblica. Esta sentencia del Tribunal Constitucional as lo
reconoce al mencionar la normatividad laboral de carcter constitucional y la
supranacional como fundamento de su fallo.

IV.

ESTABILIDAD LABORAL

Conceptos previos.- La estabilidad en el trabajo es un principio que otorga


carcter permanente a la relacin de trabajo y hace depender su disolucin
nicamente de la voluntad del trabajador , solo excepcionalmente de la del
empleador.
La estabilidad laboral se clasifica en absoluta y relativa. La diferencia entre
ambas est en el grado de libertad del empleador para disolver la relacin
laboral. En ese sentido hay estabilidad absoluta cuando se niega al empleador
de manera total la facultad de disolver una relacin de trabajo por un acto
unilateral de su voluntad, concedindose la facultad de disolver dicha relacin

causales justificadas que debern acreditarse a nivel judicial. Por su parte, la


estabilidad relativa autoriza al empleador en grados varibles, ha extinguir la
relacin laboral por un acto unilateral de su voluntad mediante el pago de una
indemnizacin.
Expediente :

N 685-96-AA/TC

Demandante :

Nicolini Vicente Rojas Florencio

Demandado :
Pucallpa.
Fecha :

Consejo Transitorio de Administracin Regional de

17-03-98

Al haberse dispuesto que ocupe una plaza de carrera de menor nivel,


se contraviene lo dispuesto en los incisos b) y c) del artculo 4 del Decreto
Legislativo N 276, que establece que la carrera administrativa es permanente
y se rige por los principios de estabilidad y garanta del nivel adquirido.
Comentario
La estabilidad laboral y la garanta del nivel adquirido son dos de los
principios que rigen carrera administrativa, evitan que el funcionario pblico sea
retirado de la administracin pblica sin que medie un procedimiento
administrativo previo. Igualmente bajo ninguna circunstancia podr ser
removido a otro cargo inferior al que ocupa.
Expediente :

N 715-97-AA/TC

Demandante :

Oscar Gustavo Fernndez Dvila Vlez

Demandado :

Instituto Peruano de Seguridad Social

Fecha :

11-06-98

El artculo 173 del Decreto Supremo N 005-90-PCM, que aprueba el


Reglamento del Decreto Legislativo N 276, Ley de Bases de la Carrera
Administrativa y del Sector Pblico, dispone que el proceso administrativo
disciplinario deber iniciarse en el plazo no mayor de un ao contado a partir
del momento en que la autoridad competente tenga conocimiento de la
comisin de la falta disciplinaria, bajo responsabilidad de la citada autoridad y
que, despus de dicho plazo, se declarar prescrita la accin, sin perjuicio del
proceso civil o penal a que haya lugar; que al haberse dictado la Resolucin N
604-GG-95, con fecha seis de junio de mil novecientos noventa y cinco,
despus de ms de tres aos de conocida la comisin de las supuestas faltas
disciplinarias, con arreglo a lo previsto por la ley, dicho proceso se encontraba
prescrito; que, sin embargo, sobre la base de dicho proceso administrativo, el
demandado dict la Resolucin N 567-GG-IPSS-96, de fecha primero de abril

de mil novecientos noventa y seis, declarando infundada la excepcin de


prescripcin deducida por el procesado y destituyndolo en el ejercicio de sus
funciones, vulnerando de esta manera su derecho a la estabilidad laboral
garantizada por la Constitucin Poltica del Estado.
Casacin

2984-97

Demandante :

Rubn Daro Meza Castro

Demandado :

Empresa EMPRESTUDIO Sociedad Annima

Fecha :

15-06-1999

Si bien es cierto el demandante por la naturaleza de su trabajo gozaba


de estabilidad relativa, sta no amparaba que sea objeto de despido
injustificado, despido del cual fue objeto tal como ha quedado debidamente
acreditado en las instancias inferiores.
Comentario
El despido sin justificacin y sustentado en el mero capricho del
empleador no atenta contra la estabilidad relativa, puesto que esta autoriza al
empleador, en grados variables, a extinguir la relacin laboral por un acto
unilateral de voluntad siempre que concurra el pago de una indemnizacin. En
efecto la principal norma estableci que el Estado otorga proteccin al
trabajador contra el despido arbitrario, lo cual segn la legislacin laboral se
logra concedindole al trabajador el derecho a la indemnizacin por despido
arbitrario. Sin embargo, recientes sentencias del Tribunal Constitucional han
establecido que el despido arbitrario otorga al trabajador derecho a la
reposicin en la medida que se estara afectando su estabilidad laboral, y en
ese sentido debe entenderse la proteccin constitucional contra el despido.

V.

PRIMACA DE LA REALIDAD

Conceptos previos.- El principio de la primaca de la realidad significa que en


caso de discordancia entre lo que ocurre en la prctica y lo que surge de los
documentos o acuerdos debe darse preferencia a lo primero, es decir, a lo que
sucede en el terreno de los hechos. En ese sentido en virtud al referido
principio la realidad de los hechos siempre prevalecer sobre la apariencia
contractual.
Expediente :

N 937-2002-AA-TC

Demandante :

Leonidas Julio Urbina Urteaga

Demandado :
Fecha :

Municipalidad Distrital de Paijn

06-12-2002

En autos, obran los denominados contratos de servicios no personales,


que acreditan que el demandante prest servicios a la demandada desde el 16
de mayo de 2000 hasta el 31 de julio de 2001, en calidad de servidor de
limpieza pblica, labor que es propia de las municipalidades y, por ende, de
carcter permanente; consecuentemente, a la fecha de su cese el demandante
haba adquirido la proteccin prevista en el artculo 1 de la Ley N 24041,
sustentada en el principio de condicin ms beneficiosa, impuesto por la propia
naturaleza tuitiva de la Constitucin.
Comentario
En toda empresa, institucin pblica o privada, existen determinadas
funciones que son indispensables y necesarias para cumplimiento de sus fines.
Por ello las personas que desempean tales funciones no pueden ser
contratadas de otra forma que no sea a travs de una relacin laboral
indeterminada. En ese sentido, queda claro que debido a que una de las
funciones principales de las municipalidades es la de ofrecer el servicio de
limpieza pblica, tal labor es de carcter permanente, razn por la cual el
personal de limpieza de una municipalidad no puede ser contratado bajo la
modalidad de servicios no personales, que no supone dependencia laboral.
Pleno Jurisdiccional Laboral 2000
Acuerdo

N 01

Si el Juez constata la existencia de una relacin laboral a pesar de la


celebracin de un contrato de servicios civil o mercantil, deber preferir la
aplicacin de los principios de la primaca de la realidad y de irrenunciabilidad
sobre el de buena fe contractual que preconiza el Cdigo Civil, para reconocer
los derechos laborales que correspondan.
Comentario
En materia laboral siempre ha de prevalecer la verdad de los hechos por
encima de los acuerdos formales. Por ello, si en los hechos se acredita que una
persona fue en verdad un trabajador y no un locador, entonces el contrato de
locacin de servicios no deber ser tomado en cuenta.
Expediente :

N 1275-97-AA/TC

Demandantes

Demandado :

Municipalidad Distrital de Santiago de Surco

Jos Medardo Caballero Vargas y otros

Fecha :

15-07-98

Si bien los demandantes tenan la condicin de trabajadores


contratados, est acreditado en autos, con las instrumentales (..), que
desarrollaban labores de carcter permanente, con sujecin a horario,
dependencia y subordinacin jerrquica por ms de un ao ininterrumpido, por
lo que tienen la calidad de trabajadores permanentes al amparo de lo
establecido en el artculo 1 de la Ley N 24041; en consecuencia no podan ser
separados de la entidad, salvo por comisin de falta grave y previo proceso
administrativo. En consecuencia, la decisin administrativa contenida en el
Memorndum N 07-DA 96 es violatorio del derecho al trabajo, al debido
proceso de los demandantes mencionados en el fundamento anterior.
Expediente :

4357-93 BS (S)

Demandante :

Mario Alberto Mendiola Barba

Demandado :
en liquidacin
Fecha :

Peruinvest Compaa de Fomento e Inversiones S.A.

14-03-95

El actor acredita su relacin laboral con la demandada en el perodo


comprendido entre el 15 de diciembre de 1986 al 31 de diciembre de 1988, (..)
tiempo en que labor bajo la modalidad de contratos de locacin de servicios,
de los cuales se observa que la relacin era una de carcter laboral, ya que
tena las caractersticas de un contrato de trabajo, lo cual fue reconocido por la
propia demandada al descontarle las cargas sociales correspondientes al
Instituto Peruano de Seguridad Social, Sistema Nacional de Pensiones y para
el Fondo Nacional de Vivienda y otorgarle las tarjetas de atencin del IPSS
(instrumentales de fojas 11 y 12); que el contrato de trabajo es un contrato
realidad, teniendo primaca los hechos a los documentos u otros instrumentos
que tiendan a demostrar una situacin que no corresponde a la realidad, se
tiene por laborado bajo un contrato de trabajo el perodo comprendido entre el
15 de diciembre de 1986 al 31 de diciembre de 1988.
Expediente :

0771-90-TT-LL

Demandante :

Tito Paredes Hinostroza

Demandado :

SiderPer

Fecha :

02-08-1990

Para determinar la existencia de un vnculo de trabajo dependiente,


prima el contenido de la realidad y la forma en que se presta, sobre los
trminos de documentos suscritos o la determinacin de las partes que hayan
adoptado, por cuanto el contrato de trabajo es un contrato realidad que se
comprueba con la prestacin subordinada de servicios personales, lcitos,

remunerados y voluntarios para un empleador, dentro de un horario,


presupuestos que se dan en el caso sub jdice; que el contrato de trabajo se
distingue de los otros de carcter civil, fuera de su onerosidad, por la
subordinacin o dependencia que establece un vnculo directo o inmediato de
quien como principal demanda una prestacin personal, sobre aquel que como
empleado u obrero, est obligado a ejecutarlo, as como la obtencin de un
beneficio que el primero, como prestacin, otorga la remuneracin; que durante
la secuela del proceso y a travs de todo lo actuado, se ha probado de manera
fehaciente e indubitable, que el actor prestaba servicios en la Planta de
SiderPer, que le pagaba sus remuneraciones por medio de una tercera
persona, sin que ninguna de estas haya exhibido el contrato de trabajo que le
ligaba con dicha tercera persona, la Cooperativa de Produccin Especial
Chimbote Ltda.
Comentario
Generalmente, con la finalidad de no pagarle a sus trabajadores las
gratificaciones legales, su compensacin de tiempo de servicios o sus
vacaciones, los empleadores soslayan la relacin laboral con un contrato de
locacin de servicios, el cual no obliga al empleador a pagar la contribucin a
ESSALUD equivalente al 9% de la remuneracin del trabajador, ni el impuesto
extraordinario de solidaridad que es del 2%.
Por tales razones, si como consecuencia de la prueba actuada en el
proceso el juez llega a la conviccin de que el servicio que ha brindado el
demandante fue subordinado, en virtud del principio de primaca de la realidad
deber declarar la existencia del contrato de trabajo y el reconocimiento de los
derechos y beneficios que del mismo se deriven. As, pues, la suscripcin de un
contrato de servicios civil o mercantil que en su ejecucin implique uno de
trabajo supone de parte del trabajador un acto de renuncia de sus derechos y
beneficios laborales, lo que por imperio del principio de irrenunciabilidad resulta
nulo.
Adems, la simulacin de un contrato de servicios civil o mercantil
cuando la verdadera naturaleza contractual es de trabajo dependiente, afecta al
trabajador en otras reas como las vinculadas al Seguro Social de Salud y al
Sistema Pensionario. A este efecto debe tenerse presente lo establecido por el
artculo 96 del Cdigo Tributario, segn el cual los miembros del Poder Judicial,
entre otros, comunicarn y proporcionarn a la Administracin Tributaria las
informaciones relativas a hechos generadores de obligaciones tributarias que
tengan conocimiento en el ejercicio de sus funciones, de acuerdo a las
condiciones que establezca la Administracin Tributaria.
VI.

INMEDIATEZ

Conceptos previos.- Por el principio de inmediatez tanto el empleador como el


trabajador deben comunicarse, sin el mayor intervalo de tiempo, los actos que
importando la violacin de sus derechos u obligaciones laborales configuren
actos de hostilidad o causas justas de despido. No efectuar dicha comunicacin
o hacerla de manera extempornea, supondr el olvido de los hechos ocurridos

y tarda cualquier imputacin posterior, no pudindose reclamar o sancionar los


actos olvidados.
Casacin

494-97

Demandante :

Juan Franco Beltrn Aguilar

Demandado :

Seda Juliaca

Fecha :

07-05-1999

Por el principio de inmediatez, tanto el empleador como el trabajador


deben comunicarse sin el mayor intervalo de tiempo, los actos que importando
la violacin de sus derechos u obligaciones laborales configuren actos de
hostilidad o causas justas de despido; dado que de no efectuarse dicha
comunicacin o hacerla de manera extempornea supondr el olvido de los
hechos ocurridos y tarda cualquier imputacin posterior, resultando invlidos
para reclamar o sancionar. Sin embargo, es claro que dicha comunicacin
inmediata no se podr dar en tanto el empleador o el trabajador no conozca
que se le estn afectando sus derechos; dado que uno no puede reclamar o
sancionar lo que no conoce; significndose entonces que es a partir del
momento en que se toma conocimiento de la afectacin que debe observarse
el cumplimiento del principio de inmediatez.
Expediente :

N 014-90-2JT-AREQUIPA

Demandante :

Marisa Gladys Rivas

Demandado :
Sucursal Arequipa
Fecha :

Banco Central de Crdito Cooperativo del Per

30-01-91

En efecto para proceder al despido de la actora se ha incumplido el


principio procesal laboral de inmediatez, a que se refiere el artculo sexto y
sptimo de la Ley veinticuatro mil quinientos catorce, entendindose este en el
sentido de que conocida o investigada la falta por el empleador, el contrato de
trabajo no puede continuar, caso contrario habra una condonacin.
Comentario
Debido a que segn el principio de inmediatez el empleador tiene la
obligacin de comunicar al trabajador inmediatamente despus de producidos,
conocidos o investigados el hecho o los hechos justificatorios del despido, si
este no se realiza de manera inmediata ser considerado arbitrario, pues al no
efectuarse dentro de un perodo razonable del conocimiento de los hechos se
presumir el perdn del empleador. Por esta razn por la cual el despido que
no es inmediato ser arbitrario. El Reglamento de la Ley N 24514 defina al
principio de inmediatez estableciendo que: La inmediatez es un principio

aplicable tanto al empleador como al trabajador en la cautela de sus


respectivos derechos. Su inobservancia en ambos casos, supone el olvido de
los hechos ocurridos, los mismos que no pueden ser invocados posteriormente
para sancionar o reclamar, respectivamente.
Expediente :

N 1964-93 CD (S)

Demandante :

Nancy Antonia Reyes San Martn

Demandado :

Empresa Minera del Per S.A. MINERO PER

S.A.
Fecha :

05-11-93

La empleadora comunic a la actora las faltas cometidas por esta el 26


de agosto de 1991, cuando haban transcurrido 18 das de investigados los
hechos, no existiendo la inmediatez (...), lo que supone el olvido de los hechos
ocurridos.
Expediente :

N 1987-94-R (S)

Demandante :

Antonio Or

Demandado :
Miraflores
Fecha :

Asociacin Civil Vecinos por el Serenazgo de

03-07-95

La inmediatez exigida por la Ley est referida a la carta de preaviso con


respecto al conocimiento o culminacin de la investigacin de los hechos que
configuran la falta grave, pero no a la carta de despido, la que no tiene plazo
para ser cursada por el empleador, dependiendo de las circunstancias
especiales de cada caso concreto.
Comentario
Ambos fallos son contradictorios por cuanto el primero establece que el
despido producido despus de dieciocho das de culminada la investigacin de
los hechos no es inmediato. Sin embargo el segundo fallo hara suponer que el
empleador pudiera comunicar el despido al trabajador en cualquier momento,
pues la ley no ha sealado un plazo para que se remita la carta de despido al
trabajador.
Al respecto, debe tenerse en cuenta que la ley no ha establecido un
plazo de inmediatez precisamente para que se analicen las circunstancias
concretas del caso y se determine a partir de ellas si hubo o no inmediatez,
tenindose en cuenta que la fijacin de un plazo puede resultar arbitrario. No
obstante, ello no es bice para que en algn momento se decida fijar un plazo
especfico, que podra ser de tres das contados desde que se conoci la

infraccin, tiempo razonable para que se decida al interior del centro laboral
sobre la continuidad o no del trabajador que ha incurrido en alguna causal de
despido, comunicndosele para que efecte su descargo.
Expediente :

N 016-91-S-CD

Demandante :

Ruitor Orlando Jimnez Carrasco

Demandado :

Turismo Expreso Pullman S.A. (Tepsa)

Fecha :

21-04-91

El principio de inmediatez no puede aplicarse con la rigidez que se


seala en la sentencia, porque el juzgador lo debe evaluar teniendo en cuenta
adems la falta cometida y que ha sido plenamente probada.
VII.

RAZONABILIDAD

Conceptos previos.- La razonabilidad es un criterio que viene siendo aplicado


por nuestros tribunales, sobre todo en casos en los que no puede determinarse
plenamente la remuneracin de un trabajador no obstante que ha quedado
clara la existencia de la relacin laboral. En tal sentido, los tribunales presumen
una remuneracin a partir de ciertas circunstancias: la naturaleza de la labor
efectuada, la remuneracin perciba por un trabajador que cumpla una labor
similar, etc.
Expediente :

2802-93-BS (S)

Demandantes

Demandado :

Transporte Real Victoria S.R.L.

Herederos legales de Javier Enrique Haro

Wong

Fecha :

23-12-1993

Aplicando el principio de razonabilidad debe merituarse la capacidad


econmica de la sociedad demandada, la cual, segn los certificados literales
del Registro Mercantil que corren a fojas 30-31, tena un capital social
incrementado al 25 de junio de 1990 de I/. 3,000,000,000, equivalente en esa
poca a US$ 6.000, de modo que no poda pensarse que a sus gerentes se les
remunerara con una suma mensual de US$ 1,500, sobre todo si las funciones
que desempeaba eran simultneamente las de choferes o conductores de sus
vehculos; que un elemento que puede servir de referencia para establecer
prudencialmente la ltima remuneracin del causante son las copias de las
planillas de sueldos que se han presentado extemporneamente en esta
instancia, pero que corroboran la oposicin referida anteriormente al no
contener informacin alguna respecto a esta parte; que en las planillas
correspondientes (julio-octubre) al hermano del causante, Eduardo Haro Wong,

quien tambin se desempeaba como gerente, se encuentra percibiendo un


sueldo de S/. 800.00, cuya equivalencia puede adoptarse en esta causa.
Comentario
El hecho de que en la partida registral de la empresa demandada se
consigne como capital social de la misma una cantidad equivalente a US$
6,000 no es razn suficiente para considerar que el demandante no poda
ganar la suma de US$ 1,500, puesto que en muchas ocasiones el capital social
registrado de una empresa es extremadamente menor que su patrimonio real.
Asimismo tampoco consideramos contundente que se diga que debido a que el
demandante conduca por su propia cuenta sus vehculos, se presume que no
perciba una remuneracin de US$ 1,500.
En cambio, consideramos vlido que para determinar la remuneracin
del demandante se comparen las remuneraciones que perciban otros
empleados que ocupaban un cargo similar al del demandado, pues resulta
razonable que en una empresa las personas que ocupan cargos de un mismo
nivel perciban igual o similar remuneracin.

BUZN DE LTIMAS JURISPRUDENCIAS


DERECHO CONSTITUCIONAL
DERECHO CIVIL PATRIMONIAL
DERECHO CIVIL EXTRAPATRIMONIAL
DERECHO PROCESAL CIVIL
DERECHO PENAL
DERECHO PROCESAL PENAL
DERECHO LABORAL

DERECHO CONSTITUCIONAL
INCENTIVOS POR CESE PARA TRABAJADORES MUNICIPALES Pueden
compensar cualquier concepto que se les adeude?
DERECHO A LA PENSIN DE JUBILACIN Qu se entiende por el trmino
contingencia?

INCENTIVOS POR CESE PARA TRABAJADORES MUNICIPALES Pueden


compensar cualquier concepto que se les adeude?
INCENTIVOS POR CESE PARA TRABAJADORES MUNICIPALES
Pueden compensar cualquier concepto que se les adeude?
El incentivo
que se otorga a los trabajadores municipales se hace efectivo cuando al
trabajador municipal opta por su respectivo cese, es decir, tal beneficio se
genera por causa distinta a la prestacin realizada por el citado trabajador en
cumplimiento de sus obligaciones para con la entidad empleadora por lo que de
extenderse los efectos del incentivo bajo comentario a la contraprestacin
debida por la Municipalidad demandada sera una infraccin a lo establecido
por la Constitucin Poltica en cuando se desconoce el carcter irrenunciable
de los derechos del trabajador
ACCIN DE CUMPLIMIENTO / Exp. N 2914-2002 Quinta Sala Civil (publicada
en El Peruano el 14 de setiembre de 2003)

Resolucin N CUATRO
Lima, treinta de mayo del dos mil tres.
VISTOS: Interviniendo como Ponente la seora Vocal Aranda Rodrguez; de
conformidad con lo opinado por el seor Representante del Ministerio Pblico
en el dictamen fiscal de fojas trescientos noventicinco; por sus fundamentos
pertinentes; y, CONSIDERANDO: PRIMERO.- Es materia de apelacin la
sentencia emitida mediante Resolucin nmero siete de fecha treintiuno de julio
del dos mil dos, obrante de fojas trescientos sesentiocho a trescientos
setentiuno, que declara infundadas las excepciones y fundada la demanda;
SEGUNDO.- De autos se advierte que mediante Resolucin de Alcalda
nmero cinco mil once, de fecha veintiuno de diciembre de mil novecientos
noventinueve, obrante a fojas doscientos cincuentitrs, se aprob el acta de la
Comisin Paritaria mil novecientos noventinueve, suscrita el nueve de
diciembre de mil novecientos noventinueve entre los representantes de la
emplazada y el Sindicato de Trabajadores Obreros Municipales de Lima
obrante en los presentes actuados, de fojas doscientos cincuenticuatro a
doscientos cincuenticinco, aprecindose del primer acuerdo contenido en la
referida instrumental que las partes convienen en que la entidad emplazada
otorgar la suma de doscientos cincuenta nuevos soles por concepto de
salarios insolutos de los meses de octubre, noviembre y diciembre de mil
novecientos noventicinco que la Administracin del seor Ricardo Belmont
Cassinelli dejara pendiente de pago al personal obrero; TERCERO.- Dentro de
ese contexto, y en aplicacin del inciso sexto del artculo doscientos de la
Constitucin Poltica vigente, debe concluirse que la pretensin procesal
contenida en la incoada merece ser amparada toda vez que al interior de los
autos no se ha acreditado que la entidad demandada haya dado cumplimiento
a lo expresamente acordado en la aludida acta, configurndose de esta forma
renuencia al acatamiento de un acto administrativo cuya validez y eficacia
jurdicas no han sido desvirtuadas al interior de la presente causa; debindose
sealar de otro lado, que si bien es cierto la parte demandada ha alegado que
mediante el artculo quinto, ltimo prrafo, de la Ordenanza Municipal nmero
cien se ha establecido que los montos a percibirse en calidad de incentivos por
parte de los trabajadores que soliciten su cese de la municipalidad emplazada,
servirn para compensar cualquier suma que, por cualquier concepto, pudiera
adeudarse a los trabajadores beneficiarios del mismo, tambin es cierto que tal
disposicin no resulta aplicable al caso sub jdice puesto que el incentivo antes
mencionado se hace efectivo cuando el trabajador municipal opta por su
respectivo cese, es decir, tal beneficio se genera por causa distinta a la
prestacin realizada por el citado trabajador en cumplimiento de sus
obligaciones para con la entidad empleadora por lo que de extenderse los
efectos del incentivo bajo comentario a la contraprestacin debida por la
Municipalidad demandada significara una infraccin a lo establecido por el
artculo veintitrs ltimo prrafo, de la Constitucin Poltica vigente, adems de
desconocer el carcter irrenunciable de los derechos del trabajador,
consagrado en el artculo veintisis, inciso segundo, del mismo cuerpo de
leyes; CUARTO.- Finalmente, en cuanto a las excepciones deducidas en autos,
esta Instancia Superior reproduce los fundamentos de la apelada, al amparo

del artculo doce del Texto nico Ordenado de la Ley Orgnica del Poder
Judicial; por cuyas razones; CONFIRMARON la sentencia apelada, Resolucin
nmero siete de fecha treintiuno de julio del dos mil dos, obrante de fojas
trescientos sesentiocho a trescientos setentiuno, que declara infundadas las
excepciones y fundada la demanda de fojas doscientos cincuentisiete, en
consecuencia se ordena que la Municipalidad de Lima; cumpla con abonar a
los demandantes el importe de las remuneraciones correspondientes a los
meses de octubre, noviembre y diciembre de mil novecientos noventicinco,
conforme a lo dispuesto por la Resolucin de Alcalda nmero cinco mil once
de fecha veintiuno de diciembre de mil novecientos noventinueve; sin costas ni
costos; hgase saber y consentida o ejecutoriada que sea la presente
resolucin DISPUSIERON su publicacin conforme a lo establecido por el
artculo nico de la Ley nmero veintisiete mil novecientos cincuentinueve
(modificatoria del artculo cuarentids de la Ley nmero veintitrs mil quinientos
seis, Ley de Hbeas Corpus y Amparo) debindose devolver los actuados en
su oportunidad; en los seguidos por Bautista Chicasaca Juan y otros con la
Municipalidad de Lima sobre Accin de Cumplimiento.
PALOMINO GARCA; ARANDA RODRGUEZ; TVARA MARTNEZ.

DERECHO A LA PENSIN DE JUBILACIN Qu se entiende por el trmino


contingencia?
DERECHO A LA PENSIN DE JUBILACIN
Qu se entiende por el trmino contingencia?
La
contingencia
se
produce, tratndose del asegurado que cesa antes de haber cumplido con el
requisito de la edad establecido, cuando este cumple con tal requisito, sin
necesidad de que dicho cumplimiento concurra con los requisitos de los aos
de aportacin y que esto deba producirse antes de la fecha de cese. Razonar
en contrario supondra la violacin de un principio bsico de la seguridad social
como el de la igualdad (idntica proteccin ante situaciones aguales)
concordante con el principio de Integridad o Suficiencia que precisa que las
prestaciones deben ser suficientes para atender la contingencia social de que
se trate, sin las cuales obviamente no es posible aprehender el propsito y
finalidad de una disposicin de naturaleza pensionaria.
CASACIN / CAS.PREV. N 045-99 LAMBAYEQUE
(publicada en El Peruano el 30 de setiembre de 2003)
Nulidad de Resolucin Administrativa.
Lima, veinte de setiembre del dos mil dos.
LA SALA TRANSITORIA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y SOCIAL
DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPBLICA. VISTOS: Con el

acompaado; la causa nmero cero cuarenticinco guin mil novecientos


noventinueve; en Audiencia Pblica de la fecha; y producida la votacin con
arreglo a ley, emite la siguiente Sentencia. MATERIA DEL RECURSO: Se trata
del Recurso de Casacin interpuesto por la Oficina de Normalizacin
Previsional, mediante escrito de fojas doscientos diez, contra la Sentencia de
Vista de fecha cuatro de noviembre de mil novecientos noventinueve, corriente
a fojas ciento noventinueve, expedida por la Sala Laboral de la Corte Superior
de Justicia de Lambayeque que, confirmando la apelada de fecha veinte de
agosto de mil novecientos noventinueve, obrante a fojas ciento cincuentiocho,
declara fundada la demanda de fojas cuatro a trece; con lo dems que
contiene. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Por Resolucin de fecha diecisiete
de noviembre del dos mil, a fojas quince del cuadernillo de casacin, la Sala de
Derecho Constitucional y Social Permanente ha declarado la procedencia del
recurso por la causal sealada en el inciso primero del artculo trescientos
ochentisis del Cdigo Procesal Civil, en virtud del cual se denuncia la
interpretacin errnea del artculo ochenta del Decreto Ley nmero diecinueve
mil novecientos noventa, disponiendo adems que se remitan los autos a la
Fiscala Suprema para el dictamen respectivo. CONSIDERANDO: Primero.Que, el recurso in examine sostiene que el haber interpretado errneamente la
norma denunciada ha conducido a la Sala Superior a sustentar su decisin
sealando que, si bien el derecho a la prestacin se genera en la fecha en que
se produce la contingencia, como a la fecha del cese laboral el actor no
cumpla con el requisito de la edad (tena cincuentin aos) siendo en ese
momento improcedente su pedido, al interponerlo cuando tena sesentids
aos de edad por lo que qued subsanado tal requisito, quedando por
establecer slo el nmero de aportaciones necesarias; cuando en realidad y
desde un punto de vista gramatical y finalista de la norma denunciada, por lo
que el derecho a la pensin se genera en la fecha en que se produce la
contingencia, entendindose sta al cese laboral, oportunidad en la que debe
concurrir el requisito de la edad como el de los aportes, de tal manera que si el
cese se produce antes de los sesenta aos (edad mnima), no se tiene derecho
a la pensin de jubilacin, pues la justificacin de tal beneficio est en haber
laborado hasta la edad en mencin y no llegar a ella por el simple transcurso
del tiempo. Segundo.- Que, la discusin de fondo est en relacin con la
oportunidad en que se produce la contingencia, pues ello opera como el
presupuesto indispensable para tener derecho a la pensin de jubilacin; en
este sentido, cabe sealar que dicho aspecto ha tenido diversas apreciaciones
en el tiempo por parte de la impugnante, siendo por ello indispensable
contrastarlas a efectos de establecer cul de stas es la que responde al
sentido y propsito de la norma denunciada. Tercero.- Que, a diferencia del
criterio establecido en el artculo segundo de la Resolucin Jefatural nmero
cero treintids guin noventisis, en que se exiga innecesariamente la
concurrencia simultnea de edad y aos de aportacin, a partir de la fecha de
cese o cuando se dejaba de percibir ingresos afectos; y, es con la Resolucin
Jefatural nmero ciento veintitrs guin dos mil uno guin Jefatura/ONP, su
fecha veintids de junio del dos mil uno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el ocho de julio del dos mil uno, en que, la impugnante rectifica su
punto de vista anterior; que, en consecuencia, considerando esta ltima
disposicin emitida por la impugnante, esta Suprema Sala considera que la
contingencia se produce, tratndose del asegurado que cesa antes de haber

cumplido con el requisito de la edad establecido, cuando ste cumple con tal
requisito, sin necesidad de que dicho cumplimiento concurra con el requisito de
los aos de aportacin y que esto deba producirse antes de la fecha de cese.
Cuarto.- Que, razonar en contrario supondra la violacin de un principio bsico
de la Seguridad Social como el de la Igualdad (idntica proteccin ante
situaciones iguales), concordante con el principio de Integridad o Suficiencia
que precisa que las prestaciones deben ser suficientes para atender la
contingencia social de que se trate, sin las cuales obviamente no es posible
aprehender el propsito y finalidad de una disposicin de naturaleza
pensionaria. Quinto.- Que, considerando que la recurrido ha sido resuelto en el
sentido expuesto en el tercer considerando de la presente resolucin y de
conformidad con el dictamen fiscal, no resulta amparable el recurso
interpuesto. RESOLUCIN: Declararon INFUNDADO el recurso de casacin;
en consecuencia, NO CASARON la Sentencia de vista de fojas ciento
noventinueve, su fecha cuatro de noviembre de mil novecientos noventinueve;
ORDENARON la publicacin de la presente resolucin en el Diario Oficial El
Peruano; en los seguidos por don Oscar Demetrio Pasco Lpez, sobre Nulidad
de Resolucin Administrativa; y los devolvieron.
SS. ROMN SANTISTEBAN; VILLACORTA RAMREZ; MONTES
MINAYA; RODRGUEZ MENDOZA; NEYRA BRAVO.

DERECHO CIVIL PATRIMONIAL


REIVINDICACIN DE UN BIEN - El atributo de la reivindicacin solo puede
ser ejercido por el propietario

REIVINDICACIN DE UN BIEN - El atributo de la reivindicacin solo puede ser


ejercido por el propietario
REIVINDICACIN DE UN BIEN
El atributo de la reivindicacin solo puede ser ejercido por el propietario Una
de las facultades que confiere el derecho de propiedad es la de reivindicar el
bien. El ius vindicandi, es el derecho que asiste al propietario de recurrir a la
justicia reclamando el objeto de su propiedad, evitando la intromisin de un
tercero ajeno; para ello el raclamante debe probar ser el propietario del bien
cuya titularidad ostenta y que el demandado debe poseer sin tener derecho
oponible al demandante. Por ello se advierte que la interpretacin correcta del
artculo 923 del Cdigo Civil, es que el atributo de la reivindicacin solo puede
ser ejercido por el propietario respecto de un terreno ajeno o frente a un
poseedor no propietario o sin derecho oponible a su parte, siendo la accin de
reivindicacin imprescriptible de acuerdo al artculo 927del Cdigo Civil.
CASACIN / Cas. N 3712-2002 LORETO (publicada en El Peruano el 1 de
setiembre de 2003)
REIVINDICACIN.
Lima, nueve de mayo del dos mil tres.
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPBLICA, vista la causa tres mil setecientos doce- dos mil tres, con
los acompaados, en Audiencia Pblica de la fecha y producida la votacin con
arreglo a ley, emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO: Se trata
del recurso de casacin de fojas doscientos diecinueve, interpuesto por Juan
Caballero Pineda contra la sentencia de vista de fojas doscientos tres, emitida
por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Loreto el dos de agosto del
dos mil dos, que revoca la apelada de fojas ciento veintinueve, del veintiuno de
enero del dos mil dos, y reformndola declara improcedente la demanda,
dejando a salvo el derecho del actor para que lo haga valer con arreglo a ley,
sin costas ni costos; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Por resolucin de este
Supremo Tribunal del seis de enero del dos mil tres, se ha declarado la
procedencia del recurso por la causal del inciso segundo del artculo
trescientos ochentiocho del Cdigo Procesal Civil, al haberse acusado la
inaplicacin de una norma de derecho material, con el argumento de que la
Sala superior invoc el artculo dos mil diecinueve del Cdigo Civil,
concluyendo que su parte no ha demostrado que el inmueble sub materia se
encuentre registrado a su nombre, con lo que inaplic los artculos novecientos
veintitrs y novecientos veintisiete del Cdigo Civil, toda vez que, la inscripcin
registral de un inmueble no constituye ttulo de propiedad, pues su naturaleza
es nicamente facultativa y se hace en base a ttulos conforme al artculo dos

mil diez del Cdigo Civil; y que asimismo: la Sala de mrito ha aceptado que su
ttulo de propiedad consiste en el contrato de compra venta de fojas tres a
siete, sin embargo, ha restringido el derecho conferido por los artculos
novecientos veintitrs y novecientos veintisiete precitados, segn los cuales la
propiedad es el poder jurdico para reivindicar la propiedad, accin que tiene la
condicin de imprescriptible; CONSIDERANDO: Primero.- Que, el artculo
setenta de la Constitucin Poltica del Estado ha consagrado al derecho de
propiedad como un derecho inviolable, garantizado por el Estado, que debe
ejercerse en armona con el bien comn y dentro de los lmites que la ley
establece; Segundo.- Que, por su parte el artculo novecientos veintitrs del
Cdigo Civil ha definido a la propiedad como el poder jurdico que permite usar,
disfrutar, disponer y reivindicar un bien; constituyendo todas estas, facultades
del titular de un bien para beneficiarse con el mismo, siempre que se ejerza en
armona con el inters social y dentro de los lmites de la ley; Tercero.- Que,
como se aprecia, una de las facultades que confiere el derecho de propiedad
es la de reivindicar, el bien. El ius vindicandi, es el derecho que asiste al
propietario de recurrir a la justicia reclamando el objeto de su propiedad,
evitando la intromisin de un tercero ajeno; para ello, el reclamante debe
probar ser el propietario del bien cuya titularidad ostenta y que el demandado
debe poseer sin tener derecho oponible al demandante; Cuarto.- Que, estando
a lo expuesto, se advierte que la interpretacin correcta del artculo novecientos
veintitrs del Cdigo Civil, es que el atributo de la reivindicacin solo puede ser
ejercido por el propietario respecto de un tercero ajeno o frente a un poseedor
no propietario o sin derecho oponible a su parte; siendo la accin de
reivindicacin imprescriptible de acuerdo al artculo novecientos veintisiete del
cuerpo normativo citado; Quinto.- Que, el recurrente alega tener derecho de
propiedad respecto del inmueble sub litis, ofreciendo para tal efecto los
documentos de fojas tres a ocho en que consta el contrato de compra venta del
primero de agosto de mil novecientos setenta y cuatro, que celebrara con la
Empresa de Administracin de Inmuebles del Per (EMADI PER), as como
las clusulas de cancelacin del bien del diecisiete de mayo de mil novecientos
noventisis, otorgada por ENACE (sucesora de Emadi), no obstante, lo cual la
Sala de Mrito sin pronunciarse sobre ellos ha manifestado que el actor no ha
justificado ser propietario con derecho registrado a su nombre, para lo cual se
bas en el artculo dos mil diecinueve del Cdigo Civil, sin considerar que, en
nuestro sistema la inscripcin registral no es constitutiva de derechos, sino
meramente declarativa de los mismos, de modo que la Sala de Vista no apreci
los medios probatorios ofrecidos por el actor a fin de determinar si acreditaban
o no su propiedad; mxime si nuestro ordenamiento sustantivo establece que la
sola obligacin de enajenar un inmueble determinado hace al acreedor
propietario de l, salvo disposicin legal diferente o pacto en contrario. Tal
precepto, contenido en el artculo novecientos cuarentinueve del Cdigo Civil,
determina que la transmisin de la propiedad se genera con la sola
coincidencia de voluntades, sin requerir ms forma probatoria que la
consensualidad de las partes, independientemente de la calidad del documento
que lo contiene, circunstancia que tampoco ha sido materia de anlisis en la
sentencia de Vista, y que no puede ser determinado en instancia casatoria, por
ser contrario a sus propios fines previstos en el artculo trescientos
ochenticuatro del Cdigo Procesal Civil; Sexto.- Que, de otro lado, se tiene que
la demandada en su contestacin y apelacin ha manifestado tener tambin

ttulo de propiedad, el que afirma proviene de la venta que efectuara el


apoderado del actor, don Luis Bardales Pinedo, a los seores Enrique
Marquina Mendoza y Nelly Amanda Bardalles Angulo, quienes a su vez le
habran transferido la propiedad. Sin embargo, no es posible analizar tal
situacin en sede casatoria, por implicar la valoracin de los medios
probatorios, lo que tampoco se ajusta a los fines del artculo trescientos
ochenticuatro del Cdigo Procesal Civil; debiendo recordarse que conforme al
artculo ciento noventisis del Cdigo Procesal Civil, la carga de la. prueba
corresponde a quien afirma los hechos materia de su pretensin o a quien los
contradice alegando nuevos hechos; Stimo.- Que, en consecuencia, esta Sala
Suprema no puede pronunciarse vlidamente sobre el fondo de la controversia,
tal como lo establece el inciso primero del artculo trescientos noventisis del
Cdigo Procesal Civil, porque de hacerlo, teniendo en cuenta que la sentencia
de Vista carece de la motivacin debida, implicara una flagrante vulneracin
del derecho a la defensa y del principio de instancia plural, por lo que es
menester que el Colegiado Superior, en calidad de reenvo, se pronuncie sobre
los puntos omitidos al sentenciar la materia controvertida; Octavo.- Que, en
consecuencia, de conformidad con lo dispuesto por el artculo trescientos
noventisis del Cdigo Procesal Civil, declararon FUNDADO el recurso de
casacin de fojas doscientos nueve; NULA la sentencia de vista de fojas
doscientos tres, su fecha dos de agosto del dos mil dos; ORDENARON que la
Sala de mrito expida nueva sentencia con arreglo a ley; DISPUSIERON la
publicacin de la presente resolucin en el Diario Oficial El Peruano; en los
seguidos por Juan Esteban Caballero Pineda contra Judith Pinheiro Da Silva,
sobre Reivindicacin; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; AGUAYO DEL ROSARIO; LAZARTE
HUACO; PACHAS AVALOS; QUINTANILLA QUISPE.

DERECHO CIVIL EXTRAPATRIMONIAL


EXCLUSIN DE NOMBRE - El amparo de la demanda constituye
declaracin judicial de no paternidad?
EXONERACIN DE ALIMENTOS - Pensin a favor de los hijos
extramatrimoniales no reconocidos solo rige hasta los dieciocho aos

EXCLUSIN DE NOMBRE - El amparo de la demanda constituye declaracin


judicial de no paternidad?
EXCLUSIN DE NOMBRE
El amparo de la demanda constituye declaracin judicial de no paternidad?
Si bien en el proceso de exclusin de nombre se analiza si se prest o
no consentimiento para que se inscribiera al menor, como hijo extramatrimonial,
en modo alguno el amparo de la presente demanda constituye la declaracin
judicial de no paternidad del actor respecto de la menor o la exoneracin de
prestacin de alimentos.
CASACIN / Cas. N 556-2003 ICA (publicada en El Peruano el 1 de setiembre
de 2003)
EXCLUSIN DE NOMBRE.
Lima, veintids de abril del dos mil tres.
VISTOS; con los acompaados; y, CONSIDERANDO: Primero.- que el
recurso de casacin interpuesto por Alberta Juana Gonzales Ochoa, cumple
con todos los requisitos formales para la admisin del mismo; Segundo.- que la
recurrente invoca la aplicacin indebida e interpretacin errnea del artculo
veintiocho del Cdigo Civil; la inaplicacin del artculo noveno del Ttulo
Preliminar del Cdigo de los Nios y Adolescentes; y, la contravencin de
normas que garantizan el derecho al debido proceso contenidas en los
artculos ciento noventicuatro, ciento noventiocho y trescientos cincuentiuno del
Cdigo Procesal Civil; causales previstas en los incisos primero, segundo y
tercero del artculo trescientos ochentisis del acotado; Tercero.- que en
relacin a la primera causal se atribuye a una misma norma dos errores
jurdicos que son implicantes entre s, toda vez que un mismo dispositivo no
puede haber sido aplicado indebidamente y, al mismo tiempo, errneamente
interpretado, toda vez que la aplicacin indebida comporta la aplicacin de una
norma impertinente al caso mas la interpretacin errnea la pertinencia de la
norma pero su aplicacin en un sentido errneo; Cuarto.- que respecto de la
segunda casual, se sostiene que al ampararse la demanda se est violando el
principio del inters superior del nio y del adolescente, previsto en el artculo

noveno del Ttulo Preliminar del Cdigo de los Nios y Adolescentes; Quinto.que del anlisis de los autos fluye que los Juzgadores han establecido
claramente, como tambin no poda ser de otra forma, que a travs de la
presente demanda sobre Exclusin de Nombre simplemente se ventila si el
actor prest o no su consentimiento para que la demandada inscribiera a la
menor sub jdice, como hija extramatrimonial suya, mas en modo alguno el
amparo de la misma constituye la declaracin judicial de no paternidad del
actor respecto de la menor o la exoneracin de prestacin de alimentos;
Sexto.- que en cuanto a la ltima causal se aduce: a) que el A Quo debi
indefectiblemente practicar la prueba de ADN, con cuya omisin se ha afectado
el derecho al debido proceso; y, b) no se ha valorado debidamente los medios
probatorios; violndose as los artculos ciento noventicuatro, ciento
noventiocho y trescientos cincuentiuno del Cdigo Procesal Civil, Stimo.- Que
de la revisin del proceso aparece; a) que el auto de fojas ochentisiete, por el
que el A Quo dispuso prescindir de la prueba de ADN, no fue impugnado por la
recurrida, estando entonces conforme con ella; por lo que mal puede la
recurrida denunciar, como agravio en casacin un acto procesal que en su
momento consinti; y, b) que los juzgadores han cumplido con su obligacin de
valorar los medios probatorios de modo conjunto y razonado; por tanto, lo que
la recurrente revela es simplemente su disconformidad con dicha valoracin lo
que en modo alguno constituye una efectiva violacin del derecho al debido
proceso; Octavo.- que en tal sentido, ninguna de las causales invocadas
satisfacen los requisitos de fondo previstos en los apartados dos punto uno,
dos punto dos y dos punto tres inciso segundo del artculo trescientos
ochentiocho del Cdigo adjetivo; por lo que Declararon IMPROCEDENTE el
recurso de caseacin de fojas ciento cuarentiuno contra la sentencia de vista
de fojas ciento treintiocho su fecha treintiuno de diciembre del dos mil dos;
DISPUSIERON que la presente resolucin sea publicada en el Diario Oficial El
Peruano; en los seguidos por Orlando Rafael Gonzales Arce con Mara
Consuelo Campos Gonzales y otra; sobre Exclusin de Nombre; y los
devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; MENDOZA RAMREZ; AGUAYO DEL
ROSARIO; LAZARTE HUACO; PACHAS VALOS.

EXONERACIN DE ALIMENTOS - Pensin a favor de los


extramatrimoniales no reconocidos solo rige hasta los dieciocho aos

hijos

EXONERACIN DE ALIMENTOS
Pensin a favor de los hijos extramatrimoniales no reconocidos solo rige hasta
los dieciocho aos La Ley N 27646 no deroga el artculo 415 del cdigo civil,
ni se refiere al caso de los denominados hijos alimentistas que regula esta
norma. Ya que esta se refiere al supuesto en el que no hay reconocimiento por
parte del padre ni declaracin judicial de paternidad, y en el que los alimentos
se brindan por quien ha mantenido relaciones sexuales durante el perodo de la

concepcin del alimentista. Adems, la pensin alimenticia a favor de los hijos


extramatrimoniales no reconocidos solo rige hasta los dieciocho aos.
CASACIN / CAS. N 356-2003 ICA
(PUBLICADA EN EL PERUANO EL 1 DE SETIEMBRE DE 2003)
EXONERACIN DE ALIMENTOS.
Lima, ocho de abril del dos mil tres.
VISTOS, con el acompaado; y ATENDIENDO: Primero.- Que, el recurso
de casacin interpuesto por Cristian Meja Campos y Maricel Delia Campos
Salvatierra, cumple con los requisitos de forma que para su admisibilidad exige
el artculo trescientos ochentisiete del Cdigo Procesal Civil; Segundo.- Que,
en cuanto a los requisitos de fondo la recurrente invoca el inciso primero del
artculo trescientos ochentisis del Cdigo Procesal Civil, referido a la
aplicacin indebida y la interpretacin errnea de una norma de derecho
material, as como de la doctrina jurisprudencial; Tercero.- Desarrollando su
recurso sostiene que la impugnada se basa exclusivamente en el artculo
cuatrocientos quince del Cdigo Civil, que seala que el hijo extramatrimonial
solo puede reclamar del que ha tenido relaciones con la madre durante la
poca de concepcin, una pensin hasta los dieciocho aos, mas tal dispositivo
no aclara si se trata de hijo reconocido o no; habiendo sido modificada por la
ley veintisiete mil seiscientos cuarentisis en cuanto a la edad; que los artculos
cuatrocientos veinticuatro y cuatrocientos ochentitrs del Cdigo Civil,
modificado por la Ley veintisiete mil seiscientos cuarentisis, la que modifica
incluso el artculo cuatrocientos quince precitado, disponen que subsiste la
obligacin de proveer al sostenimiento de los hijos e hijas solteros mayores de
dieciocho aos de edad que estn siguiendo con xitos sus estudios o una
profesin u oficio hasta los veintiocho aos de edad, lo que tambin se ha
sealado por jurisprudencia; que de acuerdo al artculo cuatrocientos
ochentitrs del Cdigo Civil, si bien se puede pedir la exoneracin de
alimentos, esa misma norma aclara que si subsiste el estado de necesidad por
causa de incapacidad o si el alimentista est siguiendo una profesin u oficio
exitosamente puede pedir que la obligacin contine vigente, dispositivos que
debieron ser aplicados porque ha demostrado seguir estudios superiores con
xito; Cuarto.- Que, dicha argumentacin no puede prosperar por carecer de la
claridad que exige el inciso segundo del artculo trescientos ochentiocho del
Cdigo Procesal Civil, pues no se precisa la causal del inciso segundo por la
que se recurre, esto es si se est denunciando la interpretacin errnea o la
aplicacin indebida, causales que son excluyentes entre s y que no pueden ser
propuestas de manera conjunta respecto a una misma norma, pues la primera
alude a la alteracin del sentido de la norma y la segunda a su impertinencia
para resolver los autos; siendo de acotar adems que no se ha citado doctrina
jurisprudencial que cumpla con el requisito del artculo cuatrocientos del Cdigo
Procesal Civil; Quinto.- Se indica adems como agravio cometido que la Sala
de vista ha aplicado un dispositivo derogado, como es el artculo cuatrocientos
quince del Cdigo Civil, por la ley veintisiete mil seiscientos cuarentisis, pues
conforme a esta ltima las pensiones alimenticias subsisten para los hijos
solteros mayores de dieciocho aos que sigan los estudios con xito,
atentndose contra el debido proceso y los artculos I y II del Ttulo Preliminar

del Cdigo Procesal Civil; que hay afectacin del debido proceso ya que la Sala
de mrito se ha basado en un solo artculo habiendo otros dispositivos como
los indicados por su parte y la ley veintisiete mil seiscientos cuarentisis, que
no solo clarifican sino que amplan el derecho que le asiste a seguir
percibiendo pensiones alimenticias a pesar de haber llegado a la mayora de
edad, y con ese hecho se ha atentado contra el debido proceso y contra los
artculos I y VII del Ttulo Preliminar del Cdigo Procesal Civil, que dispone que
los jueces tienen la obligacin de aplicar las normas pertinentes aun cuando no
hayan sido invocadas; y que se vulnera los derechos fundamentales de las
personas conforme al artculo segundo incisos primero y segundo de la
Constitucin Poltica del Estado, al discriminarse a los ciudadanos ante la ley;
Sexto.- Que, dicha fundamentacin no satisface el requisito de fondo del
acpite dos punto tres del inciso segundo del artculo trescientos ochentiocho
del Cdigo Adjetivo, toda vez que, la ley veintisiete mil seiscientos cuarentisis
no deroga el artculo cuatrocientos quince del Cdigo Civil ni se refiere al caso
de los denominados hijos alimentistas que regula esta norma, que es el
supuesto en el que no hay reconocimiento por parte del padre ni declaracin
judicial de paternidad, y en el que los alimentos se brindan por quien ha
mantenido relaciones sexuales durante el perodo de concepcin del
alimentista; habindose sealado ya por ejecutorias de esta Sala Suprema
como la nmero doscientos ocho-dos mil uno, que la pensin alimenticia a
favor de los hijos extramatrimoniales no reconocidos solo rige hasta los
dieciocho aos; Stimo.- Que, en consecuencia, de conformidad con el artculo
trescientos noventids del Cdigo Procesal Civil; declararon: IMPROCEDENTE
el recurso de casacin interpuesto a fojas ciento veintiocho contra la resolucin
de vista de fojas ciento veinticuatro su fecha veintitrs de diciembre del dos mil
dos; CONDENARON a la recurrente al pago de multa de tres Unidades de
Referencia Procesal; DISPUSIERON la publicacin de la presente resolucin
en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por Alejandro Meja Cabrera
contra Cristian Arturo Yave Meja Campos y otra, sobre Exoneracin de
Alimentos; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; MENDOZA RAMREZ; AGUAYO DEL
ROSARIO; LAZARTE HUACO; PACHAS VALOS.

DERECHO PROCESAL CIVIL


NULIDAD DE SENTENCIA - Modificacin de monto indemnizatorio sin
expresin de causa
EJECUCIN DE GARANTAS El pagar es un ttulo de ejecucin?

VA NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA Puede alegarse la falta


de competencia?

NULIDAD DE SENTENCIA - Modificacin de monto indemnizatorio sin


expresin de causa
NULIDAD DE SENTENCIA
Modificacin de monto indemnizatorio sin expresin de causa
Al insistir la
sentencia de vista en un monto indemnizatorio, aunque menor que el sealado
en la sentencia apelada, lo ha hecho como se ha expresado anteriormente sin
ningn fundamento de hecho y de derecho y sin refutar ninguno de los
argumentos expuestos por el apelante, por lo que ha incurrido en las causales
de nulidad contempladas en los artculos ciento veintids y ciento setentiuno
del Cdigo Procesal Civil.
CASACIN / Cas. N 3486-2002 CAJAMARCA
(publicada en El Peruano el 1 de setiembre de 2003)
DECLARACIN DE UNIN DE HECHO.
Lima, siete de mayo del dos mil tres.
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPBLICA; Vista la causa nmero tres mil cuatrocientos ochentisisdos mil dos, con el acompaado; en Audiencia Pblica de la fecha y producida
la votacin con arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL
RECURSO: Se trata del recurso de casacin interpuesto por el abogado de don
Elmer Elas Pastor Roncal, mediante escrito de fojas trescientos veintinueve,
contra la sentencia de vista emitida por la Sala Especializada Civil de la Corte
Superior de Justicia de Cajamarca, de fojas trescientos veintiuno, de fecha
dieciocho de setiembre del dos mil dos, que confirma la sentencia apelada en
cuanto declara fundada en parte la demanda de fojas cuarenticuatro a

cincuentitrs y declara la existencia de unin de hecho entre la demandante


doa Elsa Emelinda Cceres Castro y el demandado Elmer Elas Pastor
Roncal, desde el dos de mayo de mil novecientos noventicuatro hasta el
veintinueve de febrero del dos mil, fecha en la cual termin la unin de hecho
por decisin unilateral del emplazado; la revocaron en cuanto al monto de
indemnizacin por responsabilidad extracontractual a favor de la actora, la que
reformndola fijaron en tres mil dlares americanos que sern abonados por el
demandado a favor de la actora y la confirmaron en lo dems que contiene;
FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que, concedido el recurso de casacin a
fojas trescientos treinticuatro - A, fue declarado procedente por resolucin del
veintisiete de noviembre del dos mil dos, por la causal contemplada en el inciso
tercero del artculo trescientos ochentisis del Cdigo Procesal Civil,
sustentada en la contravencin de las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso porque en el considerando octavo se desestima el certificado
migratorio y se aduce que dicho lapso s se cumpli en tanto el demandado
viajaba con ella a Estados Unidos y adems por cuanto dicho informe no est a
nombre de la accionante Elsa Ernelinda Cceres Castro sino de Amayo
Cceres Elsa y eso se debe a que ese es su nombre americano, en razn de
haber contrado matrimonio en Estados Unidos y ser residente en dicho pas,
que adems la Corte Suprema ha establecido en ejecutoria que la
manifestacin contenida en la transcripcin de la respuesta a la cuarta
pregunta del interrogatorio presentada por la actora, no puede asumirse fuera
de contexto y finalmente sostiene que toda resolucin debe ser motivada, tal
como lo exige el inciso quinto del artculo ciento treintinueve de la Carta Magna
y en este caso al haberse solicitado una indemnizacin por la ruptura de la
unin de hecho se debe acreditar la existencia del dao, el factor de atribucin
y la relacin causa efecto entre una y otra y sin embargo la sentencia de vista
sin motivar su fallo ha fijado el monto de la indemnizacin en la suma de tres
mil dlares; CONSIDERANDO: Primero.- Que, el inciso tercero del artculo
ciento veintids del Cdigo Procesal Civil, modificado por la Ley veintisiete mil
quinientos veinticuatro dispone que las sentencias deben contener los
fundamentos de hecho que sustentan la decisin, y los respectivos de derecho
con la cita de la norma o normas aplicables a cada punto, segn el mrito de lo
actuado; Segundo.- Que, en este caso, la sentencia de vista ha revocado la
apelada en el monto indemnizatorio y reformndola lo ha fijado en la suma de
tres mil dlares americanos, sin exponer ningn fundamento de hecho y de
derecho, para fijar dicho monto indemnizatorio; Tercero.- Que, el recurrente al
apelar de la sentencia de primera instancia, impugn dicho fallo entre otros
aspectos en lo relativo al monto indemnizatorio, porque la actora no haba
demostrado haber sufrido dao econmico y moral alguno y porque dicha
indemnizacin tiene que regularse por las normas genricas de la
responsabilidad sometido obviamente a las dems exigencias que el caso
requiere, principalmente a su identificacin y su cuantificacin, pero como no
existe dao la asignacin de la indemnizacin devena en nula; Cuarto.- Que, al
insistir la sentencia de vista en un monto indemnizatorio, aunque menor que el
sealado en la sentencia apelada, lo ha hecho como se ha expresado
anteriormente sin ningn fundamento de hecho y de derecho y sin refutar
ninguno de los argumentos expuestos por el apelante, por lo que ha incurrido
en las causales de nulidad contempladas en los artculos ciento veintids y
ciento setentiuno del Cdigo Procesal Civil; Quinto.- Que, los otros

fundamentos del recurso de casacin relativos a la contravencin del debido


proceso, no se pueden aceptar por el sustento que tiene la sentencia de vista
en su quinto, sexto, stimo y noveno considerando; Sexto.- Que, por las
razones expuestas y presentndose la causal contemplada en el inciso tercero
del artculo trescientos ochentisis del Cdigo Procesal Civil y de conformidad
con el acpite dos punto uno del inciso segundo del artculo trescientos
noventisis del Cdigo Adjetivo, declararon FUNDADO el recurso de casacin
interpuesto por el abogado de don Elmer Elas Pastor Roncal, mediante escrito
de fojas trescientos veintinueve, y en consecuencia NULA la sentencia de vista
de fojas trescientos veintiuno, del dieciocho de setiembre del dos mil dos;
ORDENARON al rgano Jurisdiccional Inferior expedir nuevo fallo con arreglo
a ley; DISPUSIERON la publicacin de la presente resolucin en el Diario
Oficial El Peruano; en los seguidos por Elsa Ernelinda Cceres Castro con
Elmer Elas Pastor Roncal, sobre Declaracin de Estado de Unin de Hecho y
otros; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; AGUAYO DEL ROSARIO; LAZARTE
HUACO; PACHAS VALOS; QUINTANILLA QUISPE.

EJECUCIN DE GARANTAS El pagar es un ttulo de ejecucin?


EJECUCIN DE GARANTAS
El pagar es un ttulo de ejecucin? El pagar no es el ttulo de ejecucin,
sin embargo sirve para acreditar las obligaciones que tienen los deudores y que
se encuentran garantizados por los bienes materia de la ejecucin.
CASACIN / Cas. N 3334-2002 LIMA (publicada en El Peruano el 1 de
setiembre de 2003)
EJECUCIN DE GARANTA.
Lima, veintiocho de abril del dos mil tres.
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPBLICA; Vista la causa nmero tres mil trescientos treinticuatro-dos
mil dos, en Audiencia Pblica de la fecha y producida la votacin con arreglo a
ley, emite la siguiente sentencia; MATERIA DEL RECURSO: Se trata del
recurso de casacin interpuesto por el Banco Wiese Sudameris, mediante
escrito de fojas doscientos treintiocho, contra la resolucin de vista, emitida por
la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
doscientos veintisiete de fecha quince de julio del dos mil dos, que declara nulo
el auto apelado de fojas ciento ochenticuatro a ciento ochentisis del treintiuno
de enero del dos mil dos y nulo todo lo actuado e improcedente la demanda de
fojas cuarentisis a cincuentids; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Que,
concedido el recurso de casacin a fojas doscientos cuarentisis, fue declarado
procedente por resolucin del doce de noviembre del dos mil dos. por la causal

contemplada en el inciso tercero del artculo trescientos ochentisis del Cdigo


Procesal Civil, sustentada en la contravencin de las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso, porque el criterio de la resolucin de vista rebasa
las exigencias del artculo setecientos veinte del Cdigo Procesal Civil, porque
en un proceso de ejecucin de garantas no se requiere que se deba anexar a
la demanda ningn ttulo valor, ni seala que el mismo, sea ttulo de ejecucin y
lo nico que se debe adjuntar es el contrato que contiene la garanta y el
sustento del mismo, es decir, la liquidacin del saldo deudor actualizado, para
acreditar la existencia de una obligacin cierta, expresa, exigible y lquida o
liquidable; adems del certificado de gravamen y de la tasacin actualizada
respectiva; que el pagar anexado es el sustento para la emisin del saldo
deudor, pero no es el ttulo de ejecucin, por lo que la Tercera Sala Civil ha
incurrido en error, al no haber valorado en su integridad la garanta hipotecara
y al no haber advertido que este, no es un proceso ejecutivo sino de ejecucin
de garantas reales, que no requiere adjuntar otros documentos, que los ya
enunciados, para sustentar la obligacin puesta a cobro. Que mas an en el
punto quinto de la resolucin de fecha diecinueve de noviembre del dos mil
uno, expedida por la misma Sala, los colegiados determinaron ya, que la
liquidacin del saldo deudor, derivada del pagar. se encuentra plenamente
garantizada por la hipoteca materia de la ejecucin, anulando de esta manera
el fallo anteriormente venido en grado, el cual declaraba improcedente la
demanda, con lo que, se tiene que la misma Sala, se est contradiciendo en
sus propios criterios; CONSIDERANDO: Primero.- Que, el auto de vista ha
declarado nula la resolucin apelada, nulo lo actuado e improcedente la
demanda porque el contrato con garanta hipotecaria, para su efectividad
necesita de la concurrencia de un elemento principal que permite establecer la
existencia de una obligacin cierta, expresa, exigible y lquida o liquidable de
conformidad con el artculo seiscientos ochentinueve del Cdigo Procesal Civil,
caracterstica que no se da en el presente caso y el pagar que se acompaa a
la demanda no es el ttulo que da mrito a la presente ejecucin; Segundo.Que, el artculo setecientos veinte del acotado Cdigo otorga la condicin de
ttulo ejecutivo al documento que contiene la garanta hipotecaria, acompaado
del estado de cuenta del saldo deudor; Tercero.- Que, en este proceso, existe
la escritura pblica de constitucin de garanta hipotecaria y el estado de
cuenta del saldo deudor; Cuarto.- Que, ms an para justificar el estado de
cuenta del saldo deudor, el Banco ejecutante ha adjuntado el pagar por cuyo
monto se ha determinado el saldo deudor, es decir, existe prueba de que la
obligacin es cierta, expresa y exigible, cumpliendo con el requisito del artculo
seiscientos ochentinueve del Cdigo Procesal Civil; Quinto.- Que, si bien, el
pagar no es el ttulo de ejecucin, sin embargo sirve para acreditar las
obligaciones que tienen los deudores y que se encuentran garantizados por los
bienes materia de la ejecucin; Sexto.- Que, por ello, al haber negado el auto
de vista la existencia de una obligacin cierta, expresa y exigible, a pesar de
que existe el contrato de otorgamiento de garanta hipotecaria, el estado de
cuenta del saldo deudor y un ttulo valor que acredita las obligaciones que
tienen los deudores, se ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en el
artculo ciento setentiuno del Cdigo Procesal Civil; Stimo.- Que, por las
razones expuestas y presentndose la causal del inciso tercero del artculo
trescientos ochentisis del Cdigo Procesal Civil, y de conformidad con el
acpite dos punto uno del inciso segundo del artculo trescientos noventisis de

dicho Cdigo, declararon FUNDADO el recurso de casacin interpuesto por el


Banco Wiese Sudameris a fojas doscientos treintiocho y en consecuencia
NULA la resolucin de vista de fojas doscientos veintisiete, del quince de julio
del dos mil dos; ORDENARON al rgano Jurisdiccional Inferior expedir nuevo
fallo con arreglo a ley; DISPUSIERON la publicacin de la presente resolucin
en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por el Banco Wiese Sudameris
(antes Banco Wiese Limitado) con Arnaldo Arnaul Arruntegui Arruntegui y
otra, sobre Ejecucin de Garantas; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; MENDOZA RAMREZ; AGUAYO DEL
ROSARIO; LAZARTE HUACO; PACHAS VALOS.

VA NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA Puede alegarse la falta


de competencia?
VA NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA
Puede alegarse la falta de competencia?
No puede va nulidad de la cosa
juzgada fraudulenta alegarse la falta de competencia y menos an sostener
que con ello ha habido fraude o colusin, afectando el debido proceso,
amparado en el artculo ciento setentiocho del Cdigo Procesal Civil.
CASACIN / Cas. N 3730-2002 MOQUEGUA
(publicada en El Peruano el 1 de setiembre de 2003)
NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA.
Lima, diecinueve de mayo del dos mil tres.
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPBLICA, vista la causa nmero tres mil setecientos treinta - dos mil
dos, con los acompaados; en la audiencia pblica de la fecha y producida la
votacin con arreglo a ley, emite la siguiente sentencia: MATERIA DEL
RECURSO: Se trata del recurso de casacin interpuesto por don Hctor
Nquira Velarde, mediante escrito de fojas quinientos veintisis, contra la
sentencia de vista, emitida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Tacna, de fojas quinientos uno, de fecha diecisiete de setiembre del dos mil
dos, que confirma la apelada que declara infundada la demanda de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta; sin costas, ni costos; FUNDAMENTOS DEL
RECURSO: Que, concedido el recurso de casacin a fojas quinientos
treintiuno, fue declarado procedente por resolucin del nueve de enero del dos
mil tres, por la causal contemplada en el inciso tercero del artculo trescientos
ochentisis del Cdigo Procesal Civil, sustentada en la contravencin de las
normas que garantizan el debido proceso, porque el artculo ciento veintids
del Cdigo Procesal Civil establece en sus numerales tres y cuatro, que las
resoluciones judiciales contienen entre otros requisitos, la mencin sucesiva de
los puntos sobre los que versa la resolucin con las consideraciones, en orden

de los fundamentos de hecho que la sustentan y los de derecho con las citas
legales que correspondan y la expresin clara y precisa de lo que se decide u
ordena, respecto de todos los puntos controvertidos y en este caso no ha
habido pronunciamiento sobre el argumento del escrito de apelacin, de que el
Juzgado de Paz Letrado era incompetente para conocer el proceso de
otorgamiento de escritura pblica de levantamiento de hipoteca, por razn de la
materia y de la cuanta, en aplicacin del artculo doce del Cdigo Procesal
Civil y tampoco se ha pronunciado si ha operado el cambio de domicilio a
travs de la notificacin de la demanda de ejecucin de garantas, conforme lo
dispone el artculo cuarenta del Cdigo Civil y menos an no ha mencionado en
ningn caso su valoracin de las pruebas, siendo su obligacin fundamentar
fctica y jurdicamente su decisin, expresando las valoraciones esenciales y
determinantes que la sustentan, conforme ordena el artculo ciento noventisiete
del Cdigo Procesal Civil; y CONSIDERANDO; Primero.- Que, el argumento
del recurso de casacin de que no ha habido pronunciamiento en la sentencia
de vista sobre si se ha operado el cambio de domicilio a travs de la
notificacin de la demanda de ejecucin de garantas conforme lo dispone el
artculo cuarenta del Cdigo Civil no puede prosperar, porque en el
considerando sexto de la sentencia apelada y tercero de la vista se seala con
fundamentos de hecho y de derecho, que la notificacin cursada en el proceso
de cancelacin de deuda y levantamiento de hipoteca fue vlida, por lo que la
sentencia de mrito rene los requisitos de los numerales tercero y cuarto del
artculo ciento veintids del Cdigo Procesal Civil; Segundo.- Que, ms an, el
recurrente expresa que se oper el cambio del domicilio a travs de la
notificacin de la demanda de ejecucin de garantas, pero el domicilio
sealado por los recurrentes en dicho proceso, no coincide con el certificado
domiciliario presentado en autos, ni con el sealado en la escritura de
constitucin de hipoteca; Tercero.- Que, siendo vlido el emplazamiento
realizado a los recurrentes en el proceso de cancelacin de deuda y
levantamiento de hipoteca y habiendo apelado de la resolucin que declaraba
consentida la sentencia, se han sometido a la competencia del juez de Paz
Letrado y no puede va nulidad de la cosa juzgada fraudulenta alegar la falta de
competencia y menos an sostener que con ello ha habido fraude o colusin,
afectando el debido proceso, amparado en el artculo ciento setentiocho del
Cdigo Procesal Civil; Cuarto.- Que, por las razones expuestas y no
presentndose la causal del inciso tercero del artculo trescientos ochentisis
del Cdigo Procesal Civil, y aplicando el artculo trescientos noventiocho del
Cdigo Adjetivo, declararon INFUNDADO el recurso de casacin interpuesto
por don Hctor Nquira Velarde, a fojas quinientos veintisis, NO CASARON la
sentencia de vista de fojas quinientos uno, de fecha diecisiete de setiembre del
dos mil dos; CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos
originados en la tramitacin del recurso, as como a la multa de dos Unidades
de Referencia Procesal; DISPUSIERON la publicacin de la presente
resolucin en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por Hctor Leoncio
Nquira Velarde y otra con Cruz Castro Flores y otros, sobre Nulidad de Cosa
Juzgada Fraudulenta; y los devolvieron.
SS. ECHEVARRA ADRIANZN; MENDOZA RAMREZ; AGUAYO DEL
ROSARIO; LAZARTE HUACO; PACHAS AVALOS.

DERECHO PENAL
ROBO AGRAVADO Responsabilidad restringida por edad y violencia
insignificante?
CONSUMACIN Y TENTATIVA - Delito de robo agravado

ROBO AGRAVADO Responsabilidad restringida por edad y violencia


insignificante?
ROBO AGRAVADO
Responsabilidad restringida por edad y violencia insignificante? No
resulta
pertinente invocar la responsabilidad restringida del agente, ni la violencia
insignificante empleada por el autor del delito, para determinar una pena menor
al mnimo legal establecido; que, lo anterior se sustenta en el hecho de que la
partida de nacimiento solo obra en copia simple y como tal no ofrece certeza
respecto a su autenticidad; asimismo, la violencia insignificante no se
encuentra contemplada como circunstancia atenuante en el delito de robo
agravado.
SALA PENAL / R. N. N 212-99 ICA
Lima, veinticuatro de marzo de mil novecientos noventa y nueve

VISTOS; con lo expuesto por el Seor Fiscal; por sus fundamentos


pertinentes; y CONSIDERANDO: que, para los efectos de la imposicin de la
pena al acusado Joel Lorenzo Gumez Cortez, debe tenerse en cuenta sus
condiciones personales, as como la forma y circunstancias de la comisin del
evento delictivo, conforme a lo dispuesto por el artculo cuarentisis del Cdigo
Penal; que, en autos ha quedado acreditada la comisin de cuatro latrocinios
perpetrados entre los meses de junio y agosto de mil novecientos noventa y
ocho, configurndose un delito continuado, cometido a mano armada y con
pluralidad de agentes, agravantes previstas en los incisos tercero y cuarto del
artculo ciento ochenta y nueve del Cdigo Penal, modificado por el Decreto
Legislativo nmero ochocientos noventisis, norma penal que para el referido
ilcito penal establece un marco de pena no menor de quince aos ni mayor de
veinticinco aos, por lo que la determinacin judicial de la misma debe
realizarse dentro de ese marco; que, en el caso de autos, no resulta pertinente
invocar la responsabilidad restringida del agente, ni la violencia insignificante
empleada por el autor del delito, para determinar una pena menor al mnimo
legal establecido; que, lo anterior se sustenta en el hecho de que la partida de
nacimiento de fojas ochenta y siete, solo obra en copia simple y como tal no
ofrece certeza respecto a su autenticidad; asimismo, la violencia insignificante
no se encuentra contemplada como circunstancia atenuante en la norma legal
antes invocada, como s ocurra en la Ley nmero veintisis mil seiscientos
treinta; que, no obstante lo anterior, el referido acusado ha confesado
sinceramente su participacin en cuatro latrocinios, por lo que debe ser
beneficiado con la atenuante de orden procesal penal a que hace referencia el
artculo ciento treintisis del Cdigo de Procedimientos Penales, por lo que
resulta procedente modificarle la pena en atencin a lo previsto por el artculo
trescientos del Cdigo Adjetivo antes acotado: declararon NO HABER
NULIDAD en la sentencia recurrida de fojas ciento ocho, su fecha veintinueve
de diciembre de mil novecientos noventa y ocho, que absuelve a Joel Lorenzo
Gumez Cortez, de la acusacin fiscal por el delito contra el patrimonio robo
agravado, en agravio de Freddy Hernndez Hernndez, Richard Chacaliaza
Varona y Julio Csar Sihuaz Sam; condena a Joel Lorenzo Gumez Cortez, por
el delito contra el patrimonio robo agravado, en agravio de Rafael Antonio
Huarancca Ancevales, Orlando Jimnez Olivares, Hugo Ernesto Buitrn
Casavilca y Luis Humberto Arango Aranda; fija en doscientos nuevos soles, la
suma que por concepto de reparacin civil deber abonar el referido
sentenciado, a favor de cada uno de los agraviados Rafael Antonio Huaranca
Ancevales, Orlando Jimnez Olivares, Hugo Ernesto Buitrn Casavilca y Luis
Humberto Arango Aranda; y reserva el proceso respecto al acusado Joel
Zavala Garay, hasta que sea habido: MANDARON que la Sala Penal Superior,
reitere las rdenes de captura impartidas en su contra; declararon HABER
NULIDAD en la propia sentencia en cuanto impone a Joel Lorenzo Gumez
Cortez, siete aos de pena privativa de la libertad; con lo dems que al
respecto contiene; reformndola en este extremo: IMPUSIERON a Joel
Lorenzo Gumez Cortez, doce aos de pena privativa de la libertad, la misma
que con el descuento de la carcelera que viene sufriendo desde el veintinueve
de agosto de mil novecientos noventa y ocho notificacin de detencin de
fojas diecinueve, vencer el veintiocho de agosto del ao dos mil diez;

declararon NO HABER NULIDAD en lo dems que dicha sentencia contiene; y


los devolvieron.
S.S.
ALMENARA
BRYSON;
SIVINA
HURTADO;
SANTISTEBAN; VSQUEZ CORTEZ; GONZLES LPEZ.

ROMN

CONSUMACIN Y TENTATIVA - Delito de robo agravado


CONSUMACIN Y TENTATIVA
Delito de robo agravado La consumacin del delito de robo agravado se
produce cuando el agente se apodera mediante violencia o amenaza de un
bien mueble total o parcialmente ajeno, privando al titular del bien jurdico del
ejercicio de los derechos de custodia y posesin, asumiendo de hecho la
posibilidad objetiva de realizar actos de disposicin de dicho bien. La
imputacin de robo agravado en grado de tentativa ocurre porque la ejecucin
del delito se da directamente por hechos exteriores aun habindose practicado
todos los actos que objetivamente y subjetivamente deberan producir el
resultado, y que sin embargo, ste no se produce por causas independientes a
la voluntad del ejecutante.
SALA PENAL / Exp. N 4358-98 LIMA
Lima, tres de marzo de mil novecientos noventa y nueve.
VISTOS; de conformidad en parte con lo dictaminado por el seor Fiscal;
por sus fundamentos pertinentes; y CONSIDERANDO: que, la consumacin en
el delito de robo agravado, se produce cuando el agente se apodera mediante
violencia o amenaza de un bien mueble total o parcialmente, privando al titular
del bien jurdico del ejercicio de sus derechos de custodia y posesin,
asumiendo de hecho la posibilidad objetiva de realizar actos de disposicin de
dicho bien; que la conducta imputada a los encausados Mario Sologuren
Rodrguez, Guillermo Enrique Febres Jarama y Luis Enrique Mazuelos Zavala,
es la de robo agravado en grado de tentativa, prevista en el artculo ciento
ochenta y nueve del Cdigo Penal, modificado por el Decreto Legislativo
ochocientos noventisis, con pena privativa de la libertad no menor de quince
ni mayor de veinticinco aos, concordante con el artculo diecisis del citado
Cdigo, y no la de robo agravado como lo ha consignado el Colegiado, dado
que los citados encausados, dan principio a la ejecucin del delito directamente
por hechos exteriores, practicando todos los actos que objetivamente y
subjetivamente deberan producir el resultado, y sin embargo este no se
produce por causas independientes a la voluntad de stos; advirtindose
adems, que a los citados encausados no se les encontr dinero alguno,
asimismo, cuando se encontraban en la Avenida Independencia del Distrito de
Magdalena, el auto colision con la berma de la pista, por lo que no se llevaron
el vehculo, debido al desperfecto producido; que, por lo tanto, para los efectos
de la imposicin de la pena a los encausados mencionados, debe tenerse en

cuenta sus condiciones personales, la forma y circunstancias en que se


perpetr el ilcito, conforme a lo previsto por el artculo cuarentisis del Cdigo
Sustantivo, as como el estado de embriaguez relativa en que se encontraban
tal como se aprecia del dictamen pericial (toxicolgico-dosaje etlico de fojas
ciento ochenta y cinco), por lo que debe modificarse la misma en atencin al
artculo trescientos del Cdigo de Procedimientos Penales; que, la reparacin
civil fijada por el Colegiado no guarda proporcin con el dao irrogado, siendo
del caso modificarla proporcionalmente: declararon HABER NULIDAD en la
sentencia recurrida de fojas trescientos, su fecha diecinueve de octubre de mil
novecientos noventa y ocho, que condena a Mario Sologuren Rodrguez,
Guillermo Enrique Febres Jarama y Luis Enrique Mazuelos Zavala, por el delito
contra el patrimonio robo agravado en agravio de Jorge Luis Valdivia
Delgado, a DIEZ AOS de pena privativa de la libertad para cada uno; y fija en
tres mil nuevos soles la suma que por concepto de reparacin civil debern
abonar solidariamente los sentenciados a favor del agraviado; reformndola:
CONDENARON a Mario Sologuren Rodrguez, Guillermo Enrique Febres
Jarama y Luis Enrique Mazuelos Zavala, por el delito contra el patrimonio robo
agravado, en grado de tentativa, en agravio de Jorge Luis Valdivia Delgado, a
CINCO AOS de pena privativa de la libertad para cada uno, la misma que con
descuento de la carcelera que vienen sufriendo desde el nueve de agosto de
mil novecientos noventa y ocho fojas veintisis, veintisiete y veintiocho,
vencer para estos el ocho de agosto del ao dos mil tres; FIJARON en tres mil
quinientos nuevos soles la suma que por concepto de reparacin civil debern
abonar solidariamente los sentenciados a favor del agraviado; declararon NO
HABER NULIDAD en lo dems que contiene; y los devolvieron.SS. MONTES DE OCA BEGAZO;ALMENARA BRYSON; SIVINA
HURTADO; ROMN SANTISTEBAN; VSQUEZ CORTEZ.

DERECHO PROCESAL PENAL


RESERVA DE FALLO CONDENATORIO Procede en caso de delitos
sancionados con penas conjuntas o principales?
FUNDAMENTACIN DE NULIDAD EXTEMPORNEA - Se presenta luego de
diez das hbiles

RESERVA DE FALLO CONDENATORIO Procede en caso de delitos


sancionados con penas conjuntas o principales?
RESERVA DE FALLO CONDENATORIO
Procede en caso de delitos sancionados con penas conjuntas o principales?
Es posible aplicar la reserva del fallo condenatorio si las penas
conminadas para el delito cometido son privativa de libertad y multa, pues,
desde una perspectiva de razonamiento lgico, si la reserva del fallo es
procedente en delitos con pena privativa de libertad no mayor de tres aos y
tambin, es procedente para otros delitos con penas conminadas de multa, la
consecuencia resultante sera que dicha medida puede tambin utilizarse para
hechos punibles, que estn sancionados simultneamente con ambas penas.
Exp. N 503-2000
Lima, veintisiete de setiembre del ao dos mil.VISTOS: interviniendo como Vocal ponente el doctor Rivera Vsquez y
de conformidad con lo opinado por la seora representante del Ministerio
Pblico en su dictamen de fojas noventicuatro, y; CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que, en autos queda debidamente acreditada la participacin del
procesado en el delito instruido, no solo con su propio dicho vertido de manera
uniforme en su manifestacin policial de fojas seis como instructiva de fojas
setenta y uno, en el sentido de que se encontraba en estado de ebriedad y que
lesion al damnificado con una botella rota, sino tambin con el certificado
mdico legal de fojas siete, siendo su conducta reprochable penalmente;
SEGUNDO.- Que, la operatividad de la reserva del fallo condenatorio, ha
suscitado el problema referido a la posibilidad de su aplicacin en caso de
penas conjuntas, al respecto debemos sealar la existencia de una tendencia
que estima que es posible aplicar la reserva del fallo condenatorio si las penas
conminadas para el delito cometido son privativa de libertad y multa; por su
parte, la segunda posicin niega su aplicacin en tales casos, argumentando
que el artculo sesentids inciso primero solo alude a supuestos de penas
alternativas de privacin de libertad o multa; a esta interpretacin se le ha
objetado, que desde una perspectiva de razonamiento lgico, si la reserva del
fallo es procedente en delitos con pena privativa de libertad no mayor de tres

aos y tambin, es procedente para otros delitos con penas conminadas de


multa, la consecuencia resultante sera que dicha medida puede tambin
utilizarse para hechos punibles, que estn sancionados simultneamente con
ambas penas; TERCERO.- Que, dicha controversia se ha visto zanjada con lo
acordado en el Pleno Jurisdiccional de mil novecientos noventa y nueve, cuyas
conclusiones sirven como directrices para unificar criterios en la administracin
de justicia, conforme a lo expuesto en la parte considerativa de la Resolucin
Administrativa nmero seiscientos cincuenta-CME-PJ publicada el veinticuatro
de junio de mil novecientos noventa y siete, donde se establece que procede
tambin disponer la reserva del fallo condenatorio tratndose de delitos
sancionados con penas conjuntas o principales, de las clases y con los lmites
previstos en el artculo sesentids del Cdigo Penal; fundamentos por los
cuales: CONFIRMARON: la sentencia de fojas ochenta y ocho, ochenta y
nueve, su fecha diecinueve de enero del ao dos mil, que falla declarando la
reserva del fallo condenatorio a Jos Nicol Gmez Basilio, por el delito contra la
vida, el cuerpo y la salud lesiones simples, en agravio de Jorge Luis
Rodrguez Prez, por el trmino de un ao, bajo las reglas de conducta que se
indican y Fija en la suma de setecientos nuevos soles, el monto de la
reparacin civil que abonar el sentenciado a favor del agraviado;
DECLARARON NULA: en el extremo que seala como regla de conducta el
numeral d) No cometer nuevo delito doloso; confirmaron, con lo dems que
contiene; notificndose y los devolvieron.
SS. BARANDIARN DEMPWOLF; RIVERA VSQUEZ; AGUILAR VELA.

FUNDAMENTACIN DE NULIDAD EXTEMPORNEA - Se presenta luego de


diez das hbiles
FUNDAMENTACIN DE NULIDAD EXTEMPORNEA
Se presenta luego de diez das hbiles Se interpone recurso de nulidad sin
observar lo normado por el artculo trescientos del Cdigo de Procedimientos
Penales y su modificatoria por la Ley veintisiete mil cuatrocientos
cincuenticuatro, pues el Ministerio Pblico, el sentenciado y la parte civil al
interponer recurso de nulidad debern fundamentarlo en un plazo de diez das
hbiles, en cuyo defecto se declarar inadmisible dicha fundamentacin por
extempornea.
SALA PENAL / R.N. N 4442-2001 - LIMA
Lima, veinticuatro de octubre del dos mil dos.
VISTOS; con lo expuesto por el seor Fiscal Supremo en lo Penal; y
CONSIDERANDO: Que el artculo trescientos del Cdigo de Procedimientos
Penales, ha sido modificado por la Ley veintisiete mil cuatrocientos
cincuenticuatro, vigente desde el veinticinco de mayo del ao dos mil uno, en el
sentido que tanto el Ministerio Pblico, el sentenciado y la parte civil, al

interponer recurso de nulidad debern fundamentarlo en un plazo de diez das,


en cuyo defecto se declarar inadmisible, que en el caso de autos, la
sentenciada Elizabeth Clara Gonzles Otoya Santisteban, interpone recurso de
nulidad a fojas cuatro mil doscientos cuarenticinco, contra la sentencia de fojas
cuatro mil doscientos dieciocho, sin observar lo normado por el precitado
dispositivo legal, esto es sin fundamentarlo, hacindolo posteriormente a fojas
cuatro mil doscientos sesentisis, con fecha veinticinco de setiembre del ao
dos mil uno, con ms de diez das hbiles, resultando extempornea dicha
fundamentacin. Declararon INSUBSISTENTE el concesorio de fojas cuatro mil
doscientos sesenta y siete; e INADMISIBLE el recurso de nulidad interpuesto
por Elizabeth Clara Gonzles Otoya Santisteban; en la instruccin que se le
sigue por el delito contra la tranquilidad pblica terrorismo en agravio del
Estado; y los devolvieron.
SS. SIVINA HURTADO; PALACIOS VILLAR;
LECAROS CORNEJO; CABANILLAS ZALDVAR.

BIAGGI

GMEZ;

DERECHO LABORAL
REPRESALIA POR ACTIVIDAD SINDICAL - La necesidad del conocimiento
por parte del empleador
DESNATURALIZACIN DE LOS CONTRATOS MODALES - Un trabajador
realiza actividades fuera del mbito para el que se le contrat

REPRESALIA POR ACTIVIDAD SINDICAL - La necesidad del conocimiento por


parte del empleador
REPRESALIA POR ACTIVIDAD SINDICAL
La necesidad del conocimiento por parte del empleador
Examinando
el
inciso a) del artculo 29 del Decreto Supremo N 003-97-TR se advierte que
dicha norma delimita la tutela de la libertad sindical sobre la base de dos
elementos: el primero, de carcter esttico referido a la filiacin sindical; en
tanto que el segundo, de orden dinmico, est referido a toda accin que se
encargue de defender los intereses de los trabajadores. El inciso c) del mismo
artculo tambin constituye un mecanismo de proteccin al trabajador de las
medidas de represin patronal derivada del ejercicio de su derecho de accin.
Para efectos de determinar si hubo o no represalia en el acto del despido el
juzgador debe centralizarse el anlisis en aquella valga la redundancia
actividad sindical que adems de haber sido desarrollada por el actor debe
obviamente ser conocida por el empleador, pues de otro modo no podra
establecerse ninguna relacin de causalidad entre ellas.
CASACIN / Cas. N 622-2002 LIMA (publicada en El Peruano el 30 de
setiembre de 2003)
Nulidad de Despido.
Lima, trece de mayo del dos mil tres.
VISTOS, y, CONSIDERANDO: Primero: Que, el recurso de casacin
rene los requisitos de forma para su admisibilidad y el requisito de fondo
sealados en los artculos cincuentisiete y cincuentiocho de la Ley Procesal del
Trabajo nmero veintisis mil seiscientos treintisis, modificada por la Ley
nmero veintisiete mil veintiuno; Segundo.- Que, al amparo del artculo
cincuentisis inciso b) de la Ley Procesal del Trabajo el recurrente denuncia
como causal de su recurso la interpretacin errnea de los artculos veintinueve
inciso a) y treintisiete del Decreto Supremo nmero cero cero tres guin
noventisiete guin TR, alegando: a) en cuanto al primero, que el colegiado
restringe sus alcances y que en realidad debe interpretarse considerando a las
actividades sindicales como todas aquellas actividades que no estn reidas
con sus fines esenciales ni con la ley; y, b) en cuanto al segundo, que el solo
cumplimiento del trmite del despido no determina que ello se ha producido por
causa justa vinculada a la conducta del trabajador; Tercero.- Que, nuestra
legislacin concede un amplio margen de discrecionalidad para la extincin del
contrato de trabajo por decisin del empleador, pues si el despido es arbitrario
por no haberse expresado causa o no poderse demostrar este en juicio, el
trabajador tiene como nica reparacin el pago de una indemnizacin, a tenor
del segundo prrafo del artculo treinticuatro del Decreto Supremo nmero cero
cero tres guin noventisiete guin TR; y, precisamente con el afn de restringir
dicha facultad, es que existe la prescripcin legal contenida en el artculo
veintinueve del mismo cuerpo legal, cuyo propsito es excluir del mbito del
acto extintivo empresarial aquellos casos en que la ruptura del vnculo laboral

se produzca sin tomar en cuenta ni considerar determinados bienes


constitucionales superiores previamente conocidos por el empleador, pero
luego lesionados a causa y como consecuencia de la ruptura de la relacin
laboral, tales como la libertad sindical y tutela jurisdiccional, entre otros;
Cuarto.- Que, examinando el inciso a) del artculo veintinueve del Decreto
Supremo nmero cero cero tres guin noventisiete guin TR se advierte que
dicha norma delimita la tutela de la libertad sindical sobre la base de dos
elementos: el primero, de carcter esttico, referido a la afiliacin sindical; en
tanto que el segundo, de orden dinmico, est referido a toda accin que tenga
la funcin de defender los intereses de los trabajadores. Por su parte, el inciso
c) del mismo artculo tambin constituye un mecanismo de proteccin al
trabajador de las medidas de represin patronal, derivadas del ejercicio de su
derecho de accin en tutela de sus derechos; Quinto.- Que, al desarrollar el
argumento de fondo de la primera norma denunciada el recurso alega que se
ha interpretado restrictivamente la frase actividad sindical, sin advertir que para
efectos de ponderar si hubo o no represalia en el acto del despido el juzgador
debe centralizar su anlisis en aquella valga la redundancia actividad sindical
que adems de haber sido desarrollada por el actor debe obviamente ser
conocida por el empleador, pues de otro modo no podra establecerse ninguna
relacin de causalidad entre ellas; Sexto.- Que, en consecuencia, al haberse
resuelto el fondo del asunto debido a que no se ha probado en el proceso
denuncia o proceso de investigacin con participacin de la empleadora, no es
posible revertir los efectos de dicha determinacin, pues ello implicara
reexaminar el criterio valorativo del juzgador que, lgicamente no es posible en
esta va excepcional; Que, en consecuencia, al no existir conexidad y
reciprocidad entre la argumentacin expuesta en esta parte del recurso, con los
hechos establecidos en el proceso, este cargo denunciado carece de sustento;
Stimo.- Que, la segunda norma denunciada tampoco resulta amparable, pues
si bien no puede ni debe presumirse que el cumplimiento del trmite formal del
despido elimina la posibilidad de que el cese del actor se haya producido por el
hecho de haber ste participado en actividades sindicales, la argumentacin
contenida en el cuarto considerando de la recurrida no es ni puede ser
determinante para el sentido de la decisin adoptada por la resolucin
impugnada, pues la misma se basa fundamentalmente en el hecho improbado
descrito en el considerando anterior; por estas consideraciones y en aplicacin
del artculo trescientos noventids del Cdigo Procesal Civil: Declararon
IMPROCEDENTE el recurso de casacin interpuesto a fojas ciento
cuarentitrs, por don Eduardo Felipe Rendn Farfn, contra la Resolucin de
fojas ciento cuarentiuno, su fecha cuatro de marzo del dos mil dos, expedida
por la Tercera Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de Lima;
ORDENARON se publique la presente resolucin en el Diario Oficial El
Peruano; en los seguidos contra Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de
Lima SEDAPAL, sobre Nulidad de Despido; y los devolvieron.
SS. ROMN SANTISTEBAN; VILLACORTA RAMREZ; INFANTES
VARGAS; RODRGUEZ ESQUECHE; ACEVEDO MENA.

DESNATURALIZACIN DE LOS CONTRATOS MODALES - Un trabajador


realiza actividades fuera del mbito para el que se le contrat
DESNATURALIZACIN DE LOS CONTRATOS MODALES
Un trabajador realiza actividades fuera del mbito para el que se le contrat
Se considera que hay subordinacin y dependencia al haber realizado la
actora labores fuera del mbito para el que se le contrat y que los contratos
modales no sealan la causa objetiva de la contratacin, sino solo
generalidades, lo que demuestra su desnaturalizacin.
CASACIN / Cas. N 684-2002 LIMA (publicada en El Peruano el 30 de
setiembre de 2003)
Beneficios Sociales.
Lima, veintinueve de mayo del dos mil tres.
VISTOS; y, CONSIDERANDO: Primero.- Que, el recurso de casacin
interpuesto rene los requisitos de forma sealados en el artculo cincuentisiete
de la Ley Procesal del Trabajo nmero veinte seis mil seiscientos treintisis,
modificada por la Ley nmero veintisiete mil veintiuno; Segundo.- Que, al
amparo de los artculos cincuenticuatro, cincuenticinco y cincuentisis de la Ley
Procesal del Trabajo la recurrente denuncia la aplicacin indebida del principio
de la primaca de la realidad y del artculo cuatro del Decreto Supremo nmero
cero cero tres guin noventisiete guin TR, sosteniendo que debieron aplicarse
los artculos mil trescientos sesentiuno mil trescientos sesentids y mil
setecientos sesenticuatro del Cdigo Civil, debido a que el proceso se origina a
causa de la celebracin e contratos de locacin de servicios entre el PRONAA
y la demandante, por lo que considera debi aplicarse al caso de autos los
principios del pacta sun servanda y de la buena fe contractual, mas an si no
existi el pago de remuneraciones sino el de honorarios profesionales, as
como tampoco existi vnculo de subordinacin y/o dependencia del locador
respecto de su comitente; Tercero.- Que, el anlisis casatorio debe partir de los
supuestos de hecho debidamente acreditados en el proceso, por estar aqul
referido a aspectos exclusivamente legales, esto con el objeto de concretar los
fines del recurso de casacin en cuanto a la correcta aplicacin e interpretacin
del derecho sustantivo en materia laboral, previsional y de seguridad social y la
unificacin de la jurisprudencia laboral nacional, en consonancia con lo previsto
en el artculo cincuenticuatro de la Ley Procesal del Trabajo; Cuarto.- Que, en
cuanto al fondo del asunto el A quo considera que hay subordinacin y
dependencia, al haber realizado la actora labores fuera del mbito para el que
fue contratada y que los contratos modales no sealan la causa objetiva de la
contratacin, sino solo generalidades, lo que demuestra su desnaturalizacin;
Quinto.- Que, no obstante la precisin de los hechos citados, la emplazada al
apelar no cuestiona ninguna de las razones que permitieron al juzgador
declarar en los trminos expuestos en el considerando anterior, lo que supone
que sobre ellos no existe controversia ni discrepancia alguna, razn por la cual
no puede la impugnante ahora en sede Casatoria efectuar la defensa que no

hizo en su oportunidad, pues ello supondra reexaminar los hechos que han
quedado establecidos en la instancia de mrito; en consecuencia, al no haber
satisfecho las exigencias de fondo contempladas en la Ley Procesal del
Trabajo: declararon IMPROCEDENTE el recurso de casacin interpuesto a
fojas trescientos treintiuno por el Ministerio de Promocin de la Mujer y
Desarrollo Humano -PROMUDEH-; CONDENARON al recurrente al pago de la
Multa de tres Unidades de Referencia Procesal; en los seguidos por doa Ana
Mara Gutirrez Cuba, contra el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria
-PRONAA-, sobre Beneficios Sociales; ORDENARON, la publicacin de la
presente resolucin en el Diario Oficial El Peruano; y los devolvieron.
SS. ROMN SANTISTEBAN; VILLACORTA RAMREZ; INFANTES
VARGAS; RODRGUEZ ESQUECHE; ACEVEDO MENA.

ANLISIS DE ACTOS Y PIEZAS PROCESALES


INICIO DE EJECUCIN, APERCIBIMIENTO Y EMBARGO COACTIVO

INICIO DE EJECUCIN, APERCIBIMIENTO Y EMBARGO COACTIVO


I.

INTRODUCCIN

Ante una inejecucin de la obligacin de pago y para poder hacer


efectiva su acreencia, cualquier acreedor primero tendr que exigir al deudor
que cumpla, y si esto no sucede, tendr que recurrir a un tercero (juez) para
que se obligue al deudor a ejecutar la prestacin. Sin embargo, esto no sucede
cuando el acreedor es la Administracin Pblica. Esta tiene la potestad de
perseguir por s misma al cobro forzoso de sus acreencias pecuniarias de
derecho pblico e independientemente de la voluntad del obligado.
Esta potestad de la que goza la Administracin es ejercida mediante el
procedimiento de cobranza coactiva. Aqu se presentan diversos mecanismos
de los que dispone la Administracin para la ejecucin forzada de sus actos
administrativos. Este procedimiento es regulado por la Ley N 26979, Ley de
Procedimiento de Ejecucin Coactiva.
II.

CONCEPTO

El procedimiento que utilizan las entidades pblicas frente a los


administrados para hacer efectivas las consecuencias jurdicas del acto
administrativo que esta emita se denomina cobranza coactiva administrativa.
Esta es una manifestacin del principio de autotutela ejecutiva de la
administracin, mediante la cual esta ejecuta sus propias decisiones.
A travs del procedimiento de ejecucin coactiva las entidades de la
Administracin pblica persiguen el cobro forzoso de sus acreencias
pecuniarias y otras obligaciones de derecho pblico, estando facultadas para
detraer del patrimonio jurdico del deudor bienes y derechos hasta la
satisfaccin de lo adeudado.
Sin embargo, la potestad que tiene la administracin pblica de ejecutar
forzosamente sus decisiones se encuentra sujeta a limitaciones, impuestas por
la Constitucin y otras normas. Estas limitaciones son fundamentales en la
medida que la calidad de juez y parte de la Administracin puede implicar
ciertos abusos para el administrado que deben ser evitados y sancionados.
III.

PROCEDIMIENTO

Un sector de la doctrina seala que el fundamento de la potestad de la


administracin para realizar el cobro de sus acreencias de carcter pblico
constituye una manifestacin del principio de autotutela. Otro sector considera
que este no es el nico fundamento, sino que tambin se sustenta en la
presuncin de legalidad de los actos administrativos, el cual presupone que las
decisiones de la administracin se encuentran emitidas de conformidad con el
ordenamiento jurdico, mientras no se declare su invalidez.
1.

Presupuestos del procedimiento de cobranza coactiva

La Ley N 26979 establece determinados presupuestos para que la


administracin pueda ejercer su potestad de recaudar coactivamente sus
ingresos. En primer lugar, para poder ejercer esta potestad la obligacin que se
va a ejecutar debe haberse generado como consecuencia de una relacin

jurdica de carcter pblico. As, pues, la Ley de Procedimiento de Ejecucin


Coactiva ha definido que tal obligacin es una acreencia impaga de naturaleza
tributaria o no tributaria, debidamente actualizada, o a la ejecucin incumplida
de una prestacin de hacer o no hacer a favor de una entidad de la
Administracin Pblica Nacional, proveniente de relaciones jurdicas de
derecho pblico. Como puede verse, la norma pone nfasis en el carcter
pblico que deben tener las obligaciones para el empleo de la ejecucin
coactiva.
Otro de los puntos importante es que la ejecucin coactiva exige la
existencia de un acto administrativo previo que determine el importe de lo
debido y que haya sido debidamente notificado al interesado para que este
pueda hacer efectivo el pago de la deuda o para que impugne si se encuentra
disconforme.
Asimismo, la Ley de Procedimiento de Ejecucin Coactiva establece que
se considera obligacin exigible coactivamente la fijada mediante acto
administrativo emitido conforme a ley, debidamente notificado y que no haya
sido objeto de recurso impugnatorio alguno en la va administrativa, dentro de
los plazos de ley o en el que hubiere recado resolucin firme confirmando la
obligacin. Por su parte, un requisito indispensable para el inicio del
procedimiento de ejecucin coactiva es que debe estar debidamente notificada
la resolucin o acto administrativo generador de la obligacin, as como la
indicacin expresa del cumplimiento de la obligacin en el plazo de 7 das.
2.

Procedimiento de cobranza coactiva

La Ley de Procedimientos de Ejecucin Coactiva regula el trmite para


que se inicie una cobranza coactiva. El artculo 14 establece que el
procedimiento es iniciado por el ejecutor mediante la notificacin al obligado de
la resolucin de ejecucin coactiva, la que contiene un mandato de
cumplimiento de una obligacin dentro del plazo de siete das hbiles de
notificado, bajo apercibimiento de dictarse alguna medida cautelar o de
iniciarse la ejecucin forzada.
Vencido el plazo de siete das hbiles sin que el obligado haya cumplido
con el mandato contenido en la resolucin de ejecucin coactiva, el ejecutor
podr disponer se trabe cualquiera de las medidas cautelares establecidas en
el artculo 33 de la ley (1) o, en su caso, mandar a ejecutar forzosamente la
obligacin de hacer o no hacer. El obligado deber asumir los gastos en los
que haya incurrido la entidad, para llevar a cabo el procedimiento.
Solo despus de concluido el procedimiento, el obligado podr
interponer demanda ante la Corte Superior dentro de un plazo de quince das
hbiles de notificada la resolucin final.
3.

Suspensin del Procedimiento.

El ejecutor coactivo puede suspender el procedimiento de cobranza


coactiva cuando:

a)
cumplida;

La deuda haya quedado extinguida o la obligacin haya sido

b)

La deuda u obligacin est prescrita;

c)

La accin se siga contra persona distinta al obligado;

d)
Se haya omitido la notificacin al obligado, del acto administrativo
que sirve de ttulo para la ejecucin;
e)
Se encuentre en trmite recurso impugnatorio de reconsideracin,
apelacin o revisin, presentado dentro de los plazos de ley, contra el acto
administrativo que sirve de ttulo para la ejecucin;
f)
Exista convenio de liquidacin judicial o extrajudicial o acuerdo de
acreedores, de conformidad con las normas legales pertinentes o cuando el
obligado haya sido declarado en quiebra;
g)
de pago; y,

Exista resolucin concediendo aplazamiento y/o fraccionamiento

h)
Cuando se trate de empresas en proceso de reestructuracin
patrimonial al amparo del Decreto Legislativo N 845, Ley de Reestructuracin
Patrimonial, o estn comprendidas dentro de los alcances del Decreto Ley N
25604.
El Poder Judicial podr pedir la suspensin del procedimiento solo
cuando dentro de un proceso de amparo o contencioso administrativo, exista
medida cautelar. El obligado, por su parte podr suspender el procedimiento
siempre que se fundamente en alguna de las causales ante citadas,
presentando al ejecutor las pruebas correspondientes.
El ejecutor deber pronunciarse expresamente sobre lo solicitado, dentro
de los ocho das hbiles siguientes. Vencido dicho plazo sin que medie
pronunciamiento expreso, el ejecutor estar obligado a suspender el
procedimiento, cuando el obligado acredite el silencio administrativo con el
cargo de recepcin de su solicitud.
Suspendido el procedimiento, se proceder al levantamiento de las
medidas cautelares que se hubieran trabado.
IV.
ANLISIS
COACTIVA

DE

LAS

RESOLUCIONES

DE

EJECUCIN

En primer lugar, nos encontramos frente a una resolucin que da inicio a


una ejecucin de cobranza coactiva, en el caso especfico de una multa
municipal. Como puede apreciarse la resolucin cumple con lo estipulado en el
artculo 14 de la Ley de Procedimiento de Ejecucin Coactiva al contener el
mandato de cumplimiento de la obligacin dentro de un plazo de siete das

hbiles de notificado, bajo apercibimiento de dictarse alguna medida cautelar o


de iniciarse la ejecucin forzada de las mismas, lo cual se encuentra
establecido en la resolucin analizada.
Debe tenerse presente que el artculo 15 de la Ley de Procedimiento de
Ejecucin Coactiva seala lo que debe de contener la resolucin de ejecucin
coactiva, bajo sancin de nulidad:
Artculo 15.- Resolucin de Ejecucin Coactiva.
15.1. La Resolucin de Ejecucin Coactiva deber contener, bajo
sancin de nulidad, los siguientes requisitos:
a)

La indicacin del lugar y fecha en que se expide;

b)
El nmero de orden que le corresponde dentro del expediente o
del cuaderno en que expide;
c)

El nombre del Obligado;

d)
La identificacin de la resolucin o acto administrativo generador
de la Obligacin, debidamente notificado, as como la indicacin expresa del
cumplimiento de la obligacin en el plazo de 7 das;
e)
El monto total de la deuda objeto de la cobranza, indicando
detalladamente la cuanta de la multa administrativa, as como los intereses; o,
en su caso, la especificacin de la obligacin de hacer o no hacer objeto del
Procedimiento;
f)

La base legal en que se sustenta; y,

g)

La suscripcin del Ejecutor y del Auxiliar respectivo.

Como puede apreciarse, la resolucin analizada cumple con todos los


requisitos establecidos en dicho artculo por lo que el inicio de la ejecucin
coactiva se puede dar por vlido.
Al no cumplir el administrado con pagar la multa administrativa por la
cual se inici el procedimiento de cobranza coactiva, la administracin emite
una segunda resolucin esta vez aplicando una medida cautelar de embargo,
tal como lo establece el artculo 17 de la Ley antes citada, pero sin que esta se
efectivice en el local de la deudora ejecutada.
Como puede apreciarse, se traba embargo en forma de depsito pero
sin designarse depositario, lo cual solo se hara efectivo en el acto de la
diligencia. Ahora bien, debe tenerse en cuenta que el embargo coactivo en
forma de depsito no es igual al regulado en el Cdigo Procesal Civil. En este
ltimo el depositario es siempre el mismo obligado. La desposesin para darle
lo afectado a un tercero o que quede en poder del acreedor es objeto de una
medida cautelar distinta denominada secuestro.

En el caso concreto, a pesar de haberse dictado la medida cautelar el


administrado no cumpli con pagar la multa, por lo que la administracin
requiere por ltima vez al administrado, para que en el plazo de 24 horas
proceda a cancelarla, dndole una posibilidad adicional para que efecte el
cobro respectivo. En lneas generales, el presente procedimiento coactivo se
desarroll dentro del marco legal respectivo.
ACTO O PIEZA PROCESAL
1. RESOLUCIN DE EJECUCION COACTIVA
EXPEDIENTE N 00000-2002
OBLIGADO :

XXX S.A.

DOMICILIO :

AV. UNO N 999 MIRAFLORES

CODIGO

44444444

RESOLUCIN NMERO UNO


MIRAFLORES, 23 DE SETIEMBRE DEL 2002
A mrito de los documentos debidamente notificados se acompaan y
con copias para el obligado de conformidad con lo dispuesto en el artculo
catorce de la ley veintisis mil novecientos setentinueve, se requiere a XXX
S.A en su domicilio sito Av. AV. UNO N 999 MIRAFLORES para que dentro del
termino legal SIETE DIAS de notificado cumpla con abonar a la Municipalidad
de Miraflores la suma de S/. 3,000.00 Nuevos soles ms gastos y gastos del
procedimiento por concepto de la MULTA N 00001 Impuesto por la SUBDIRECCION DE POLICIA MUNICIPAL POR ENCEMENTAR O MODIFICAR LA
BERMA LATERAL UBICADA EN AMBOS LADOS DE LOS JRS. Y AV. PARA
SER UTILIZADOS COMO AREAS ESTACIONAMIENTO VEHICULAR.
DETECTADA EN AV. UNO N 999 MIRAFLORES bajo apercibimiento de
trabarse embargo sobre sus bienes y enseres hasta por el monto de la deuda.
2. EMBARGO COACTIVO
RESOLUCIN NMERO CUATRO
Miraflores, veinticuatro de marzo del ao dos mil dos.VISTOS, en el procedimiento de Ejecucin Coactiva seguido por la
Municipalidad Distrital de Miraflores con XXX S.A. sobre COBRO DE MULTA
ADMINISTRATIVA NRO. 00001 Y COSTAS PROCESALES; y, estando a que el
(la) obligado (a) no ha cumplido con cancelar la totalidad de la acreencia
puesta a cobro pese a haberse vencido en exceso el termino de ley, en

consecuencia y al amparo de lo dispuesto en los artculos veinticinco y


treintitrs de la Ley Veintisiete mil novecientos setentinueve TRBESE
EMBARGO DEFINITIVO EN FORMA DE DEPSITO hasta por la suma de S/.
3016.5 NUEVOS SOLES ms gastos, intereses y costas que se generen a la
fecha de cancelacin de la deuda, sobre los bienes, muebles y enseres del (la)
ejecutado (a) que se encuentren dentro de su domicilio sito AV. UNO N 999
MIRAFLORES nombrndose DEPOSITARIO en el acto de la diligencia
OFICINDOSE PARA TAL EFECTO A LA AUTORIDAD POLICIAL DE LA
JURISDICCIN PARA QUE PRESTE LAS GARANTIAS DEL CASO AL
AUXILIAR COACTIVO EN EL ACTO DE LA DILIGENCIA.
3. RESOLUCIN DE LTIMO REQUERIMIENTO
RESOLUCIN NMERO CINCO:
Miraflores, Veintids de Setiembre del ao dos mil tres.VISTOS, en el procedimiento coactivo seguido a XXX S.A. sobre cobro
de MULTA ADMINISTRATIVA NMERO 00001 y, estando a que el (la)
ejecutado (a) no ha cumplido con cancelar la acreencia puesta a cobro
ascendente a la suma de S/. 3016.5 NUEVOS SOLES pese a la medida de
Embargo en forma de Depsito ordenada trabar en su domicilio sito en AV.
UNO N 999 MIRAFLORES; en consecuencia REQUIRASE al ejecutado (a) a
fin de que se acerque a la PLATAFORMA DE ATENCION DE LA OFICINA DE
EJECUCION COACTIVA (1ER PISO); para que dentro del trmino de 24
HORAS de notificado de la presente, cumpla con CANCELAR Y/O REALIZAR
PAGOS A CUENTA de ser el caso, su adeudo, caso contrario se proceder de
inmediato a continuar con el presente procedimiento coactivo en el estado en
que se encontrare.

MARCOS DE PAPEL
Registrador por evitar la fatiga no lee todo el texto de la norma
Registrador tutela intereses de anticipados
A los magistrados no les interesa lo que digan los rbitros

Registrador por evitar la fatiga no lee todo el texto de la norma


"No es procedente la cancelacin de la hipoteca en mrito a la ley de
caducidad, por cuanto de conformidad con el artculo 3 de la Ley N 26639, el
plazo de caducidad se cuenta a partir de la inscripcin (asiento de
presentacin), en este caso febrero de 1977."
Oficina Registral de Lima y Callao: Ttulo N 95966 (Observacin) - Fecha:1406-1999
Comentario:
Si bien es cierto que conforme el artculo 3 de la Ley N 26639, el plazo
de caducidad de una hipoteca se computa a partir de la fecha del asiento de
inscripcin; sin embargo, la referida norma establece que cuando la hipoteca
garantiza crditos, dicho plazo se debe computar a partir de la fecha de
vencimiento del crdito garantizado. En razn de que el crdito que garantiza la
hipoteca cuya cancelacin se solicit, a travs del ttulo N 95966, ya haba
vencido hace ms de 10 aos, el registrador debi proceder a inscribir la
cancelacin.

Registrador tutela intereses de anticipados


"Revisado el ttulo presentado se advierte de la octava clusula que el
inmueble que da en anticipo de legtima don (...) se encuentra libre de todo
gravamen; sin embargo, verificados los antecedentes registrales se advierte
que el inmueble se encuentra gravado con hipoteca, ampliacin de hipoteca y
cuatro embargos. Aclare de conformidad con el artculo 48 de la Ley del
Notariado."

Oficina Registral de Lima y Callao: Ttulo N 13006 (Observacin) - Fecha: 2112-2001


Comentario:
El registrador debi inscribir el anticipo de legtima sin considerar lo
consignado en la clusula octava del ttulo, pues en virtud del principio de
publicidad debi presumir que los anticipados conocan de las cargas y
gravmenes que afectaban el inmueble transferido va anticipo de legtima.

A los magistrados no les interesa lo que digan los rbitros


El Tribunal Arbitral no puede afirmar que (XXX) ha cumplido con su obligacin
de obtencin de las cesiones de posicin contractual de todos los contratos con
los terceros adquirientes de los locales del mercado (...), dicha afirmacin no se
sujeta al mrito de lo actuado, incurriendo as en la causal contenida en el
inciso 2 del artculo 73 de la Ley General de Arbitraje nmero 26572
Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima: Expediente: 7832002 - Fecha: 02-05-2002
Comentario:
La Corte Superior ha emitido opinin respecto al fondo de la
controversia, sin tener en consideracin que el artculo 61 de la Ley General de
Arbitraje dispone que la interposicin del recurso de anulacin de un laudo
arbitral ante el Poder Judicial tiene por objeto revisar su validez, sin entrar a
analizar el fondo del asunto.

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