El Padre y los dos Hijos
Aproximacin narrativa de Lc. 15, 11-32
Resulta fcil reconocer en el captulo 15 del evangelio de Lucas las
tres parbolas de la Misericordia, con tres series de actores diversos:
el hombre y las cien ovejas
(vv. 1-7)
la mujer y las diez dracmas
(vv. 8-10)
el Padre y los dos hijos
(vv. 11-32)
En la ltima, la primera frase del v. 11 seala una composicin en dos
partes, centradas en los hijos: el menor (vv. 12-24) y el mayor (vv. 25-32).
Sin estar nunca juntos, sus secciones pueden colocarse en un paralelismo
de semejanza y oposicin:
el menor
Introduccin - partida a un pas lejano/retorno
el mayor
v. 13
Eventos - reacciones contrarias: retornar/no retornar
v. 25
v. 14-19
v.
26-28
El padre sale a su encuentro;
discursos de los hijos y del padre
v. 20-24
v. 29-32
Las dos series comienzan con hechos narrados en 3 persona y
terminan con las palabras de los actores; en las secciones interpretativas,
la ltima palabra la tiene el padre, que se constituye en punto de
referencia.
Los actores y sus relaciones
Ninguno de los personajes tiene nombre propio, ni se describe como
perteneciente a un grupo religioso (pagano, samaritano, judo, fariseo,
publicano, levita, sacerdote). Tampoco se usa la calificacin social rico o
pobre (cuando ste es el tema Lc. lo indica: cf. 12,16; 16,1.19). Los
actores se caracterizan por sus relaciones familiares: padre, hijo,
hermano, que en principio son neutras. El hijo menor no habla nunca del
mayor, sino slo del padre (incluso en vv. 17-19!); el mayor nunca
pronuncia las palabras padre o hermano; las palabras simples y
apropiadas del sirviente (v. 27) marcan un llamativo contraste.
El hijo menor y su itinerario
Comienza con el pedido de la parte de la herencia (v. 12). El relato no
explica las razones de su deseo. Aunque es verdad que luego se afirma su
vida irresponsable y licenciosa, la atencin del texto se centra sobre las
razones que lo harn retornar a su padre, no las que lo alejaron. El padre
se lo concede; el joven cuenta legalmente con su dinero: lo que haga en
adelante ser responsabilidad suya. En la escena siguiente toca fondo por
su culpa; ha malgastado todo sin previsin alguna. El rico prdigo se ha
convertido en un porquero hambriento amenazado por la muerte (v. 17).
El monlogo de vv. 17-19, que constituye el climax de la escena, se
ha
considerado
muchas
veces
como
la
expresin
perfecta
del
arrepentimiento y de la conversin. Sin embargo, el texto muestra
claramente que la motivacin de retorno es el hambre: es mejores un
asalariado con el estmago lleno que un hijo miserable o muerto. Se
presenta de hecho ante el padre (v. 21) con un discurso que emplea como
captatio benevolentiae el lenguaje religioso, aunque est basado en el
clculo que lleve a un cambio de su situacin. La maestra del narrador
deja al lector con sus dudas, porque el padre no necesita de las palabras
del hijo para correr a su encuentro, abrazarlo y besarlo: no son las
palabras del hijo las que determinan el obrar del padre. La declaracin del
hijo no alcanza a completarse (trtame como a uno de tus jornaleros)
porque el padre lo interrumpe: al clculo del hijo se impone al accin
absolutamente gratuita del padre.
El hijo mayor y las quejas
Estaba en el campo: en la casa se trabaja (el menor que se fue
termin tambin en los campos, v. 15). Y al volver a la casa encuentra la
fiesta ya celebrndose. El relato, lleno de silencios, asombra: porqu el
padre no lo mand a buscar enseguida y comenz la fiesta sin l?
Dejando las suposiciones psicolgicas de lado, el relato coloca al hijo
mayor ante el hecho consumado para que su reaccin manifieste con
palabras que a la vez interpelen al lector.
La escena final (vv. 29-32) alterna los puntos de vista del hijo mayor y
del padre. El hijo comienza hablando de s mismo (se asume como punto
de referencia) resumiendo su conducta en tres puntos: servicio ejemplar,
permanente. Y luego habla de ese hijo tuyo. Puede parafrasearse su queja
as:
yo he hecho todo bien y no me has dado nada
l ha hecho todo mal y le has dado todo.
La recriminacin es tpica de las personas fieles; se apoya en el
sentido de justicia y en la Biblia en la doctrina de la correccin que educa
(cf. Prov. 3,12; 13,24; Eclo. 42,1.5).
En definitiva, ambos hijos razonan de la misma manera, basados en
el principio de retribucin. Qu los diferencia? El menor es humilde, el
mayor es arrogante. Ms aun: el menor no teniendo ya nada que perder,
vuelve al padre; el mayor, fuerte en su fidelidad, rehsa unirse a su
familia.
Padre, sus reacciones y sus valores
La divisin de bienes al principio permite las transformaciones que
siguen. Pero el personaje del padre adquiere consistencia recin al regreso
del hijo menor. La prontitud y rapidez de sus acciones (v. 20b) subraya la
fuerza del sentimiento interior: se conmovi (). El silencio
sobre las reacciones y los sentimientos del hijo concentra toda la atencin
en el padre. Las rdenes sobrepasan absolutamente las expectativas, y es
de la boca del padre que se escucha su valoracin de la situacin: porque
mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido
encontrado. No hay mencin del pecado, ni de las motivaciones del
retorno. Lo nico que cuenta es que el hijo est all y puede recuperarlo
para la vida. El padre lo esperaba, la filiacin no estaba ligada al mrito.
Pero debe entenderse bien que no se aprueba el alejamiento o la mala
conducta del hijo, sino que a pesar de todo el hijo ha vuelto, no ha
desesperado del padre.
Al hijo mayor el padre slo responde: t ests siempre conmigo y
todo lo mo es tuyo. No rechaza sus quejas fundadas en la justicia, pero le
impone superar esta perspectiva: era necesario que haya fiesta y alegra
por el retorno del hermano. Al que no haba sabido vivir la comunin se le
ofrece alegrarse juntos.
Qu padre representa la parbola? sus rasgos superan la posibilidad
de educacin en las familias humanas. Se trata de Dios y de su
misericordia incondicional. Los hijos representan cada uno una parte de la
humanidad: los fieles y los infieles, los justos y los pecadores (claro desde
Lc.15, 1-2.7.10).
El lector de hoy se preguntar por la ausencia de la madre; el polo
femenino est representado por las prostitutas. El derecho familiar de
entonces, totalmente centrado en la figura paterna, explica la eleccin de
actores masculinos. Adems, los rasgos del amor de este padre bien
pueden llamarse maternos.
La parbola en el macro-relato
El captulo 15 coloca actores no humanos en las dos primeras
parbolas (ovejas, monedas) y personajes en la tercera. La insistencia no
recae en el deseo humano de conversin, sino en el deseo y el obrar de
Dios que busca a sus hijos perdidos y que quiere la fiesta y la alegra.
Ya desde el inicio de su ministerio, Jess elige a un publicano y acepta
su invitacin a comer (5,27-32), en una secuencia de acontecimientos
paralela al captulo 15. Jess mismo conoce las reacciones que provoca
(7,33-34). Lo que Jess anuncia en las parbolas lo acta en su vida, en
sus acciones, en sus elecciones, que reflejan las de Dios y as piden ser
reconocidas. El episodio de Zaqueo (19,1-10) muestra dentro de un
notorio paralelismo, una progresin neta. En ambos casos (15;19) las
frases de la interpretacin de Jess se basan en la escritura, en Ez 34.
Ms aun, el carcter universal de los smbolos utilizados permite
superar la aplicacin inmediata a justos y pecadores y extenderse - en
linea de continuidad con toda la obra de Lucas y como lo ha hecho la
tradicin - a la otra polaridad lucana: Israel y las naciones.
La importancia de la parbola radica sobre todo en que es el nico
pasaje en el cual Jess no se limita a enunciar el es necesario (dei) del
designio de salvacin universal, sino que lo explica. Y para explicarlo no
recurre al lenguaje conceptual, sino al narrativo. Slo meditando
continuamente esta parbola es posible entrar en la lgica paradojal de
los caminos de Dios. Quiz nunca se haya dicho de modo ms apropiado y
discreto cmo, en Jess, Dios narra su aventura de Padre, para que,
escuchndolo, se abran nuestros odos.