Asignatura: Filosofa de la Liberacin
Alumno: Misael Salvador Gudio Pelayo 
Profesora: Dinora Hernndez Lpez  
Ensayo Crtica a la Teologa de la liberacin 
Introduccin: 
En este ensayo se pretende dar un repaso general acerca de la Teologa de la 
Liberacin  y  por  consiguiente  tambin  un  pequeo  repaso  al  concepto  de 
Teora  de  la  Liberacin,  y  despus  una  pequea  crtica  respecto  de  las  ideas 
generales de que parte la Teologa de la Liberacin. 
Desarrollo: 
Existe  un  sistema  global  de  innegable  desarrollo,  pero  profundamente 
desigual,  que  ocasiona  la  existencia  de  un  centro  rico  y  una  periferia  pobre. 
(Boff, 1981, p.68). Este sistema desigual es el punto de partida para hablar de 
una  teora  de  la  liberacin  en  nuestra  sociedad,  a  saber,  la  latinoamericana. 
Amrica  latina  es  la  periferia,  el  subdesarrollo,  entendiendo  subdesarrollo  no 
como  un  problema  de  atraso  tcnico  respecto  de  un  pas  desarrollado  sino 
como  un  pas  que  es  mantenido  en  esta  situacin  de  dependencia,  es  decir 
Amrica  latina  oprimida;  es  en  este  contexto  que  surgen  movimientos 
encaminados a la liberacin del yugo opresor, es decir, del sistema capitalista. 
Estos  movimientos  planteaban  lograr  cambios  estructurales,  a  partir  de  los 
pobres,  de  sus  valores  y  de  su  capacidad  revolucionaria.  El  sujeto  de  la 
transformacin  social  debe  ser  el  pueblo,  y  no  las  lites,  junto  con  aquellos 
estratos  sociales  orgnicamente  asociados  al  pueblo.  (Boff,  1981,  p.68).  
Aunado a estos movimientos y debido a su proximidad surgieron reflexiones de 
carcter teolgico. Se consideraban insuficientes las teologas del desarrollo o 
de la revolucin, ms de tipo europeo, y vea la necesidad de una Teologa de 
la  Liberacin.  La  necesidad  de  una  Teologa  de  la  Liberacin  surge  por  el 
compromiso  que  adquiere  cierta  parte  de  la  comunidad  catlica,  ms 
concretamente de la iglesia catlica, con el pueblo, es decir con los oprimidos, 
con  los  pobres;  el  compromiso  de  ponerse  de  su  lado,  dejando  as  de  ser  la 
iglesia  catlica  que  vela  por  sus  intereses  y  que  atreves  de  la  historia  se  ha 
visto que tiende a ponerse del lado del poder, es decir de los opresores, yendo 
en  contra  as  de  sus  principios,  por  ejemplo  la  pobreza  que  predicaba  Jess 
que se contrasta con la Iglesia adinerada de nuestro tiempo. Estas reflexiones 
conllevan  inevitablemente  a  cuestionar  la  doctrina  catlica  tradicional;  Boff 
seala puntualmente algunas cuestiones que se plantearon y que dejan ver un 
cuestionamiento  sobre  el  lugar  que  debe  ocupar  la  iglesia  en  la  sociedad,  a 
saber: La fe cristiana es motor o freno en el proceso de liberacin econmica; 
social,  poltica  y  educativa  del  pueblo?  Cmo  ser  cristiano  en  un  mundo  de 
seres  miserables,  pero  llenos  de  deseos  de  liberacin?  Qu  contenido 
teolgico tiene objetivamente el proceso de liberacin? No tiene nada que ver 
la  liberacin  con  el  Reino  de  Dios?  (Boff,  1981,  p.69). 
Las  anteriores  cuestiones  dieron  paso  a  una  revaloracin  de  la  fe  y  las 
tradiciones,  privilegiando  as  a  determinados  puntos  que  apuntaban  a  la 
temtica de la liberacin. Estas reflexiones desembocan en una vinculacin de 
lo  teologal  con  lo  social  como  lo  apunta  Boff:  Las  instancias  econmica, 
poltica  y  social  son  algo  ms:  son  lugares  en  los  que  se  hacen  historia  la 
gracia y el pecado, la opresin y la liberacin. (Boff, 1981, p.70). Siendo esto 
muy  criticado  por  parte  de  la  iglesia  hacia  estos  sectores  que  promovan  el 
liberalismo. 
Despus de esto se da en la teologa de la liberacin una metodologa con un 
modo  muy  especfico  de  pensar  la  fe:  ver  (anlisis  de  la  realidad),  juzgar 
(segn  los  criterios  de  la  fe)  y  actuar  (establecimiento  de  pistas  de  accin 
pastoral). Adems de afirmar que la liberacin pertenece a la naturaleza ntima 
de la evangelizacin, se entiende con esto liberacin en un sentido integral y de 
dos  formas  distintas  pero  complementarias;  la  primera  se  entiende  como 
liberacin  de  las  esclavitudes,  refirindose  a  lo    material;  la  segunda  se 
entiende como liberacin para el crecimiento progresivo del ser, refirindose a 
lo espiritual. Pero esta liberacin no se queda en lo individual sino que llega a 
todas  las  dimensiones:  personal,  social,  poltica,  econmica,  cultural,  religiosa 
etc. Esto trae como consecuencia que la dimensin liberadora se vea reflejada 
tambin  en  las  actividades  que  lleva  acabo  la  iglesia,  a  saber:  
la evangelizacin, la liturgia, la educacin cristiana.  
Todos  los  estratos  de  la  Iglesia,  desde  la  jerarqua  hasta  las  comunidades 
eclesiales  de  base,  deben  hacerse  portadores  del  mensaje  de  liberacin 
integral del hombre y del mundo. Se urge, por lo tanto, una sntesis vigorosa y 
vital entre la fe que se profesa y la prctica como verdadero compromiso que 
se  asume  en  la  realidad(Boff,  1981,  p.73). 
Ahora bien, ya que una Teologa de la Liberacin pretende no quedarse en las 
reflexiones  tericas  sino  que  pretende  llevar  a  cabo  prcticas  que 
transformacin la realidad histrica, surge el cuestionamiento de cmo se llega 
a cumplir con esta meta. Ya que no se trata de una liberacin metafrica, sino 
real  e  histrica.  Liberar  de  todas  estas  opresiones  no  es  slo  un  problema 
acadmico,  sino  tambin  poltico,  humano,  religioso  y  hasta  mesinico.  La 
Teologa  de  la  Liberacin  desea  pensar  la  dimensin  teolgica  presente  en 
este proceso histrico. (Boff, 1981, p.74). 
Toda teologa, sea la que sea, se encuentra socialmente situada. El telogo de 
la liberacin es el que opta por ver la realidad a partir de los pobres, y actuar en 
la  liberacin  junto  con  ellos.  Es  una  eleccin  poltica,  porque  se  define  como 
agente  social;  tica,  porque  no  se  acepta  la  situacin  tal  como  est;  
evanglica,  porque  los  pobres,  segn  los  evangelios,  fueron  los  primeros 
destinatarios del mensaje de Jess. Se sigue entonces que el inters principal 
de la Teologa de la Liberacin  consista en crear una accin cristiana que sea 
efectivamente  liberadora.  Y  todo  debe  converger  en  la  prctica. 
Se  habla  entonces  de  mediaciones  de  la  Teologa  de  la  Liberacin,  que  se 
refieren a los medios de que dispone la Teologa para lograr lo que se propone. 
Las  tres  principales  mediaciones  son  la  socio-analtica,  la  hermenutica  y  la 
prctico-pastoral,  que  corresponden  a  otros  tantos  momentos:  ver,  juzgar  y 
actuar. En el caso de la meditacin socio-analtica, que hace referencia a ver 
la Teologa de la Liberacin ha privilegiado el anlisis dialctico de la realidad 
social, que contempla la sociedad, ante todo, como un conjunto de fuerzas en 
tensin  y  en  conflicto  originados  por  la  divergencia  de  intereses,  porque 
responde  mejor  a  los  objetivos  pretendidos  por  la  fe  y  por  las  prcticas 
cristianas  de  liberacin  de  los  marginados  y  los  sin  poder.  Respecto  de  la 
meditacin  hermenutica,  que  hace  referencia  a  juzgar,  hermenutica  es  la 
ciencia  y  la  tcnica  de  interpretacin  por  la  que  nos  es  posible  llegar  a 
comprender  el  sentido  original  de  textos  (o  realidades)  que  ya  no  son 
comprensibles  inmediatamente  por  los  hombres  de  hoy.  Con  ayuda  de  la 
mediacin hermenutica elaboramos los criterios teolgicos con que leemos el 
texto socio-analtico. Slo as la realidad social, con sus contradicciones, puede 
ser teolgicamente adaptada y convertirse en pgina teolgica. La fe cristiana 
elabora  su  propia  imagen  del  hombre,  de  la  sociedad,  del  devenir  y  del  futuro 
ltimo  de  la  historia.  De  este  modo,  la  fe  cristiana  ayuda  a  escoger  el 
instrumental  socio-analtico  ms  adecuado  para  desenmascarar  las  injusticias 
que  se  cometen  contra  los  pobres.  Y  por  ltimo  respeto  de  la  meditacin 
prctico-pastoral  la  Iglesia  aporta  una  dimensin  religiosa  y  trascendente  al 
proceso  de  liberacin,  considerndolo  desde  la  perspectiva  integral  y  como 
paso  de  posible  anticipacin  de  la  salvacin  de  Jesucristo.  Por  ltimo,  los 
cristianos  y  organizaciones  cristianas  pueden  y  deben,  sin  comprometer  a  la 
oficialidad  eclesial,  encontrar  un  modo  de  actuacin  que  no  sea  simplemente 
simblico,  sino  que  deben  y  pueden  tambin  actuar  al  nivel  directamente 
poltico e infraestructural. 
Hasta ahora me he limitado a dar un repaso general a lo que es la Teologa de 
la Liberacin pero ahora dar un pequea critica a una parte en especifico que 
a  mi  parecer  resume  concepto  general  de  lo  que  se  trata  la  Teologa  de  la 
Liberacin: La liberacin no es una prctica ciega, sino que posee una teora 
propia  que  le  confiere  claridad  y  establece  la  gramtica  precisa  para  elaborar 
un  discurso  teolgico  riguroso,  articulado  con  los  restantes  campos 
epistemolgicos  que  entran  en  este  tipo  de  reflexin  de  la  fe.  Es  signo  de  la 
autonoma  del  pensamiento  teolgico  cuando  ste  consigue  ela  borar  sus 
propios  pasos  metodolgicos  y  caer  en  la  cuenta  de  su  alcance  y  sus  lmites. 
La  ltima  fase  de  la  Teologa  de  la  Liberacin,  se  caracteriza  por  esta 
preocupacin  que, frente a otros  modos  de realizar  la  tarea  de  entender  la fe, 
confiere  credibilidad  a  la  Teologa  de  la  Liberacin.  Lo  ms  importante  en  la 
mente  de  los  telogos  de  la  liberacin  no  es  la  teologa,  sino  la  liberacin 
concreta  de  los  oprimidos.  Siempre  que  esto  sucede,  es  seal  de  que  se  ha 
acercado el Reino de Dios.  
Ahora  bien  Lo  ms  trascendental  cuando  hablamos  de  una  Teologa  de  la 
Liberacin  es  el  hecho  de  que  se  cuestionen  las  doctrinas  de  un  cristianismo 
clsico que ha quedado obsoleto y descontextualizado ya que no responde a la 
realidad  en  la  que  se  encuentra  inmerso,  sobre  todo  cuando  hablamos  de 
cristianismo  Amrica  latina,  que  adems  responde  a  una  realidad  histrica 
sumamente  distinta  a  Europa.  Me  parece  muy  interesante  como  se  intenta 
vincular  el  cristianismo  con  la  sociedad  haciendo  un  nuevo  anlisis  de  las 
bases del cristianismo y dndole interpretaciones que se ajusten a la realidades 
sociales,  polticas  y  culturales  de  Amrica,  yo  sobre  todo  encontrando 
fundamentos  que  apoyen  una  teora  de  la  liberacin.  Pero  aunque  es  muy 
rescatable todo este esfuerzo me parece que es en vano, no en el sentido de la 
Liberacin, sino en el sentido Teolgico, ya que me parece que este ltimo ha 
llegado  ya  a  un  punto  en  el  que  esta  tan  corrompido  que  resulta  imposible 
rescatarlo,  considero  que  una  corriente  de  pensamiento  o  un  movimiento  que 
pretenda  como  fin  ltimo  la  liberacin,  no  puede  tener  como  sustento  una 
teologa,  para  esto  me  respaldo  en  el  concepto  de  fetiche  de  Dussel  y  su 
atesmo  cuando  dice  que  "el  comienzo  de  toda  crtica  es  la  crtica  de  la 
religin"(Dussel, 1997, p.120). Es por eso que aunque rescatable me parece que 
una  Teologa  de  la  Liberacin  no  es  la  va  para  sustentar  una  Teora  de  la 
Liberacin.  
Conclusin: 
Es  importante  rescatar  algunas  ideas  del  Cristianismo  original  que,  como 
hemos  visto,  pueden  adecuarse  a  la  actual  realidad  social,  poltica  y  cultural. 
Pero si lo que se pretende es hacer una Teora de la Liberacin, no hay cabida 
para  una  Teologa  de  la  Liberacin  por  ms  que  esta  intente  renovarse  y 
adecuarse  al  contexto  actual  ya  que  en  ltima  instancia  esta  terminara 
irremediablemente  contradiciendo  a  la  Teora  de  la  Liberacin  que  es  ms 
importante  porque  es un fin  superior.  Por  lo tanto  la Teologa  de  la  Liberacin 
se  queda  en  un  intento  que  aunque  es  muy  importante  no  podr  trascender 
como una Teora de la Liberacin.