LAS DIMENSIONES DE LA REALIDAD
Es mi conviccin que las cuestiones ms trascendentales, las grandes concepciones, siempre fueron planteadas y, bien o mal, de alguna forma fueron entendidas, en cualquier momento de la Historia del hombre. Es el caso de las dimensiones que conforman la realidad. Y hasta pienso que en tiempos pasados las intuyeron especialmente bien. Vanse si no, por citar un ejemplo bien patente, las creencias religiosas de las civilizaciones que nos han precedido, desde las ms primitivas a las ms modernas. Acaso no expresaban, a su manera, una firme conviccin de la existencia de otras dimensiones? Nuestra poca no en todo ha sido la mejor. La Ciencia Moderna ha resultado muy positiva en muchos aspectos para el desarrollo del hombre, sin embargo para concebir dimensiones imperceptibles, de entrada no. El mtodo cientfico ha excluido y hasta ha declarado inexistente todo lo que no ha podido observar y medir. Y este es el caso de las dimensiones que no podemos ver y tocar. Pero finalmente, y podemos congratularnos de esto, ha sido la propia Ciencia la que nos ha puesto las bases para que podamos vislumbrarlas. E, indudablemente, la autntica evolucin humana pasa por el progreso en este tipo de conocimiento.
LA BUSQUEDA DE LA CUARTA DIMENSION EN EL SIGLO XIX.Remontmonos a unas dcadas antes de Einstein y Minkowski. A mediados del siglo pasado, un clebre matemtico germano, Riemann, estableci las bases matemticas para describir un espacio curvo multidimensional. Aunque no se puede precisar lo que se entiende por nuevas dimensiones, se conceptan como tales las diferentes curvaturas del espacio. Y a partir de este momento, a travs del mtodo que se conoce como tensor mtrico de Riemann, ya se pueden realizar los clculos matemticos para un espacio de cualquier nmero de dimensiones. Matemticamente ya no es problema describir un espacio de ms de tres dimensiones a travs del tensor mtrico de Riemann. Como he dicho, no se precisa lo que es una nueva dimensin, pero se entienden como tales las superficies curvas a las que no basta con tres coordenadas para describirlas. Es como establecer nuevas coordenadas para cubrir nuevas reas de superficie curvas. Si yo quiero describir matemticamente la cuartilla sobre la que estoy escribiendo es muy fcil con el sistema de la Geometra de Euclides: Dos dimensiones, 157 mm x 213 mm. Pero la cosa se complica si esta cuartilla no est completamente estirada, si se va enrollando. Como ms se vaya enrollando ms nmeros tendr que aadir para describirla matemticamente. Tendr que
recurrir al sistema del tensor mtrico de Riemann y cada curvatura ser una nueva dimensin. Seguramente que en tiempo de Riemann no apreciaron demasiado lo de hablar de nuevas dimensiones, sin embargo la idea quedaba en el aire y es de pensar que influyera ya mucho en unos curiosos acontecimientos que tuvieron lugar en la ltima cuarta parte del siglo XIX y tuvieron como protagonista central a un prestigioso profesor de Fsica y Astronoma de la Universidad de Leipzig, Johann Zllner. Veamos. En 1877, en Londres y en plena poca victoriana, se estaba sometiendo a juicio a un mdium procedente de Estados Unidos, Henry Slade, que realizaba demostraciones que dentro del marco de pensamiento tridimensional slo se podan concebir como ilusionismo y fraude. Pero resulta que entraron en defensa del mdium una serie de fsicos, los ms eminentes del mundo. Primero fue Zllner que escandaliz a la corriente victoriana, especialmente ortodoxa y conservadora, afirmando que lo que era imposible desde una perspectiva tridimensional no lo era para un mbito que incluyera una cuarta dimensin. Y en ayuda de Zllner, apoyando su argumentacin, acudieron nada menos que: Crookes, el inventor del tubo de rayos catdicos; Weber, el que determin la relacin entre unidades electrostticas y magnticas; Thompson, el descubridor del electrn y posterior Premio Nobel, y Rayleigh, investigador de la propagacin ondulatoria, que aisl el radn y tambin Premio Nobel. O sea que a los fsicos ms destacados de la poca no les pareci que los prodigios que obraba el mdium Slade tuvieran que ser fraude, pensaban que lo que no poda suceder contando slo con tres dimensiones s que poda en una cuarta dimensin. A finales del siglo la intuicin de otras dimensiones imperceptibles entr con fuerza tambin en el mundo de la Literatura. En escritores como Wells, autor de La mquina del tiempo y de El hombre invisible, o como Abbot autor de Planilandia, o incluso Lewis Carrol, autor de Alicia en el pas de las maravillas. En el mbito de la Pintura, entre 1907 y 1914, se desarroll el cubismo, en el que tambin parece que hubo un importante esfuerzo por expresar una realidad de ms de tres dimensiones. Un curioso personaje de finales del siglo XIX y principios del XX fue el matemtico ingls Charles Hinton que se hizo famoso por una obstinada defensa de la cuarta dimensin. Pas de Inglaterra a Estados Unidos, tuvo diversos empleos, desde profesor de Matemticas en Princeton a empleado en una oficina de patentes de Washington. Pero su obsesin fue la cuarta dimensin. Dibujaba cubos e intentaba visualizarlos como hipercubos con cuatro dimensiones. Realiz una intensa labor de
divulgacin a nivel popular de la cuarta dimensin. El Christus Hipercubus de Dal es una muestra de su influencia. Cuando Hinton intentaba encontrar la cuarta dimensin en la visualizacin de sus famosos cubos pienso que apuntaba en una direccin equivocada. Sin embargo tambin explicaba que la luz viaja en esta cuarta dimensin invisible y aqu creo que sealaba el camino correcto. Nuestro punto de vista es que las nuevas dimensiones hay que buscarlas, no en coordenadas parecidas a las tridimensionales, sino en caractersticas vibracionales y de campo. Veamos.
NUESTRO PUNTO DE VISTA.- Nuestro punto de vista debe basarse en el esquema conceptual que ya podemos considerar propio: La Nueva Fsica ha demostrado que la esencia de la materia es el campo vibratorio, y ste necesita de un campo puro que proporcione substrato a la vibracin y al orden. As es como podemos entender esta triple esencia de la realidad: Materia, campo vibratorio y campo puro. Y en esta triple realidad, como veremos, es donde debemos basar nuestra bsqueda de nuevas dimensiones. Lo que primero hemos de preguntarnos es qu se entiende por dimensin?. Si por dimensin se entiende a las coordenadas de la materia, amigo lector, yo le aconsejara que no busque ms: Las tres coordenadas cartesianas, a las que podemos aadir el tiempo, y basta. Pero si por dimensin entendemos a las caractersticas bsicas que definen a la materia o cualquier otra realidad, entonces encontraremos muchas nuevas dimensiones. Y para ello debemos distinguir entre: dimensiones materiales, dimensiones vibratorias y dimensiones de campo. Veamos. Hablemos de cada una de ellas. Primero le toca el turno a las dimensiones materiales. Todos comprendemos bien que, si tenemos un objeto en forma de poliedro, por citar un ejemplo, para definirlo debemos dar las medidas de las tres coordenadas clsicas: largo, ancho y alto. Por ms que lo miremos, como haca Hinton, no encontraremos ms. Pero para definir su localizacin hay que aadir la dimensin tiempo, cosa imprescindible porque este poliedro forma parte del espacio-tiempo. Esta fue la genialidad de Einstein y de Minkowski. Para situar debidamente a un objeto, en nuestro caso el poliedro, observe, amigo lector, que harn falta muchas coordenadas: Las tres coordenadas para situarlo respecto a la tierra, otras tres con respecto al sistema solar, otras tres con respecto a nuestra galaxia y otras tres con respecto al
conjunto del Universo. Un conjunto de coordenadas espaciales, estas que he citado por lo menos. Pero la dimensin tiempo, o lo que es lo mismo la flecha del tiempo, que introdujeron Einstein y Minkowski es una coordenada espacial que implica a todas aquellas que hacan falta para definir correctamente el recorrido de nuestro poliedro en el espacio. El tiempo lo podemos ver como una dimensin espacial que seala el lugar donde se encuentra nuestro poliedro. As es como tenemos una cuarta dimensin para este poliedro y para todo el conjunto espacio-tiempo. En realidad el tiempo es una coordenada inseparable de las otras tres, que necesitan para ser algo un lugar en el espacio. El tiempo separado de las dems coordenadas no es nada, y las otras tres sin el tiempo tampoco. Existen otras dimensiones?. Naturalmente que s. Existen las dimensiones vibracionales y las dimensiones de campo. Veamos. Observe, amigo lector, que nuestro cristal polidrico puede estar formado por sales minerales, por metales... no tiene definida la composicin. O sea que las cuatro dimensiones expresadas anteriormente no bastan para definirlo. Cmo podramos hacer para completar nuestra definicin del poliedro?. Dejando aparte cmo, en la prctica, lo hara un experto, considero que la solucin ms exacta sera investigar su espectro vibracional. A travs de este espectro ondulatorio podramos definir muy bien de qu clase de materia se trata. Y nos dara otra cara de la realidad. Precisamente esta otra cara de la realidad nos abre un campo de ilimitadas dimensiones. El mundo vibracional tiene unas posibilidades inmensas: en la amplitud, en la frecuencia y en la forma!. No olvidemos que el espacio puede curvarse (o sea cambiar de forma). Dentro de lo que es vibracin cabe la posibilidad de la deformacin del campo. Por ejemplo, una lnea recta propia de una coordenada espacial no es igual en un espacio curvo que en otro de curvatura diferente, por ms que nos resulte indistinguible. La teora multidimensional de Riemann, como hemos visto, contempla matemticamente los espacios curvos no euclidianos. Tambin dentro del mundo vibracional debemos tener en cuenta las posibilidades de movimientos giratorios especficos, como los propios de las fuerzas interactivas de las partculas materiales, en los que es el mismo espacio el que gira. Por otro lado no nos extraa que haya, aparte de unas vibraciones visibles como la luz, otras invisibles como los infrarrojos o ultravioletas. Ni debera extraarnos que, as como hay unas vibraciones detectables por nuestros medios como las ondas de radio o los rayos X, puede haber vibraciones, por su frecuencia o por su forma, indetectables por nuestros medios materiales. Y esto debiera hacer que nuestra mente aceptara, sin reticencias, la posibilidad de un mundo de entes fsico-metafsico. Y que
pueden estar aqu mismo! porque el principio de exclusin de Pauli no rige para ellos, ya que este principio slo es aplicable a los campos vibratorios propios de las partculas materiales. O sea que, para estos entes fsico-metafsicos, atravesar las paredes no sera ningn problema. Carlos Schabbath, siguiendo su propio punto de vista, veo que coincide con esta concepcin. Comprende que la Relatividad afecta a las velocidades y a las correspondientes frecuencias y amplitudes de onda. Entiende un Universo con infinitas posibilidades dimensionales que dimanan de las infinitas posibilidades de frecuencias vibratorias, ms all de las velocidades propias de las ondas electromagnticas. Velocidades y frecuencias ondulatorias que son relativas porque dependen del punto de referencia desde donde se miren. Y lo perceptible se puede hacer imperceptible en esta realidad de las frecuencias y amplitudes de onda, donde la velocidad es el "vector de penetrabilidad espacio-temporal". Las cuatro coordenadas espacio-temporales y las caractersticas vibracionales son suficientes para definir a nuestro poliedro?. Para delimitar a un ordenador, por ejemplo, hace falta tener en cuenta la maquinaria, los programas y tambin las conexiones con las redes exteriores de Internet. De nuestro smbolo de objeto material, el cristal polidrico, nos resta an hablar del conjunto ms numeroso de cualidades esenciales. De un conjunto de cualidades tan esenciales que, igual como las anteriores, son inseparables de la realidad de aquel poliedro. Forman con l un todo indivisible. Son las dimensiones propias del campo puro o esencial. Vamos a adentrarnos algo ms en ellas despus del punto y aparte. Pero, amigo lector, ya le advierto que no se sorprenda y que considere como Hamlet que en el cielo y en la tierra hay ms cosas que las que su amigo Horacio poda imaginar. EL CAMPO DE LAS INFINITAS DIMENSIONES.- El campo puro es la esencia de la materia, es la esencia del espacio-tiempo y es lo que exista antes del espacio-tiempo. As que nuestro poliedro imaginario, que nos sirve de smbolo de objeto material, no es nada ajeno a este campo puro. Est ntimamente relacionado con l. Pero he de advertir que sus relaciones trascienden el concepto de localidad, de causa efecto y de temporalidad. Por lo que no habr de extraarnos que consideremos los efectos del todo sobre las partes o, ms inslito todava, del futuro sobre el presente. El campo puro va ms all de todo lo medible. No son determinables sus medidas ni sus propiedades, de tal forma que le podemos llamar, con perfecto derecho, el campo de las infinitas dimensiones, porque este campo tiene unas dimensiones que a m me parecen evidentes y otras que ni tan siquiera me cabe sospechar. Hablemos, pues, de algunas de estas dimensiones, muy pocas, las que a m me han parecido bsicas para describir la realidad. Se trata del orden, de
la influencia de la unidad, de la influencia del futuro y de las cualidades esenciales. A m me han parecido bsicas y adems evidentes. El orden fsico-matemtico que rige al Universo afecta, por ejemplo, a nuestro poliedro. Es como si ste llevase incluida toda la informacin de las leyes de la Fsica y de las Matemticas. Ms de lo que cabra en todas las bibliotecas del mundo. Platn dira que es en forma de lo que llam ideas. David Bohm lo consideraba el orden implcito. Para Rupert Sheldrake son los campos morfogenticos. O sea, diferentes formas para expresar lo mismo. Nosotros, amigo lector, somos filsofos y no admitimos que este orden est aqu porque s y tampoco que pueda ser obra de la Evolucin. Este orden exista antes de comenzar nuestro espacio-tiempo, ya estaba all para indicar a cada vibracin cmo tena que comportarse. Y ahora es un software imprescindible para nuestro poliedro. Estamos acostumbrados a la ley causa-efecto que sucede por contigedad. Es decir, lo que sucede a una parte determinada por una influencia externa es por el efecto local en esta parte que recibe la accin de otra parte contigua. Estamos acostumbrados a este tipo de leyes locales, as es como habitualmente observamos que ocurren las cosas en la Naturaleza, y hasta es lgico que nos resistamos a admitir otra forma. Pero en el campo puro rigen leyes no-locales, porque aqul no se circunscribe al espacio-tiempo y trasciende el concepto de localidad. Y, por lo tanto, caben influencias no explicables por las leyes de transmisin conocidas. Una de estas influencias es la influencia de la Unidad. Ms all de la parte que influye sobre otra parte, en el campo puro es tambin el Todo, la Unidad, que influye sobre cada parte. Ya en la dimensin vibratoria podemos observar en cualquier onda la ley de Huygens, por la que cada punto tiene informacin de toda la onda. Es el fundamento del fenmeno hologrfico y es como un adelanto del misterioso comportamiento del Todo como Unidad, caracterstico del campo puro. El efecto Unidad es sutil y difcil de captar. El experimento de Aspect, no obstante, al rebasar las leyes locales de transmisin, ya es una demostracin del mismo. Y, si observamos bien la Naturaleza, muchos efectos expresan esta accin del Todo sobre sus partes, en un constante juego hologrfico, en el que lo micro reproduce lo macro, y viceversa. Y este efecto Unidad acta sobre nuestro poliedro. Es como una de las conexiones de su software y constituye una dimensin invisible que no podemos pasar por alto si pretendemos expresar toda su autntica realidad.
Ms difcil todava para nuestra lgica es aceptar la influencia del futuro sobre el presente. Pero no olvidemos que el campo puro est no slo ms all del espacio sino tambin del tiempo. Es el primer motor inmvil y por lo tanto el eterno presente. Es posible la influencia del futuro sobre el presente?. Admitiendo al campo puro no hay ninguna dificultad conceptual para entender que nuestro espacio-tiempo lleva intrnsecamente la programacin del futuro. Esto es la teora y la experiencia qu nos dice? Existe la adivinacin?. Los estudiosos de la Parapsicologa no lo dudan. Evidentemente, muchas predicciones fallan ya que escrutar en los registros del futuro es de resultados inciertos. Pero yo, como creo que cualquier investigador, he podido observar predicciones sorprendentes que, al margen de otros errores, son de por s suficientemente demostrativos, ya que superan claramente las posibilidades estadsticas del azar y colocan a la adivinacin como un hecho. As que, no creo que tengamos que dudarlo, nuestro poliedro imaginario sigue su rumbo en el espacio-tiempo orientado por la influencia del futuro, como una ms de las leyes del campo puro. La materia sabemos que est hecha de vibracin y de campo puro. Nuestro poliedro, por lo tanto, participa de las propiedades esenciales del campo puro. Aunque sea de forma rudimentaria porque no dispone de las infraestructuras para expresarlas plenamente. Cules son estas propiedades esenciales del campo puro? Si lo preguntamos a los msticos orientales, ellos que saben especialmente de esto, nos dicen que la esencia de uno mismo es la esencia de Brahma (la divinidad suprema) y que es sat-chit-ananda. Es decir, ser-conscienciafelicidad. Y nosotros podemos modificarlo un poco y traducirlo por: Energa esencial-consciencia-energa psquica. Veamos. Energa esencial porque este campo puro ha de proporcionar el ser o substrato para la vibracin y tambin la energa para ello. Energa en equilibrio simtrico que cuando rompe este equilibrio se transforma en la energa espacio temporal y material. Porque qu es la energa?. De lo que nosotros sabemos, energa es movimiento, pero quin determina el movimiento?. El campo puro es la energa en su genuina esencia. El campo puro, a la vez, es el substrato de la consciencia, siendo sta una de las claras propiedades esenciales del campo puro. Hasta tal punto que cuando algunos grandes fsicos quieren expresar esta esencia del campo puro dicen simplemente que la materia est hecha de consciencia. Identifican a la consciencia con la materia prima del Universo. Otros la llaman mente o materia mental. Y, finalmente, el campo puro proporciona lo que los orientales conocen como ananda o felicidad y que
nosotros podemos traducirlo como energa psquica, es decir la energa que vivifica y anima nuestros procesos fisiolgicos y psquicos, como centro de nuestra personalidad. Da felicidad pero es al mismo tiempo energa antidepresiva para nuestro organismo y para nuestra psique. El campo puro es, pues, substrato para la vibracin, es energa para esta vibracin, es consciencia y es energa de tipo psquico o mental. Pero todava esto no me parece suficiente. Nos olvidaramos de los valores esenciales que tambin estn en lo ms autntico de nuestro ser. Algo tan autntico y real que slo puede proceder del campo puro. Me refiero al eje voluntad-amor que est en la esencia, en la columna vertebral, de todo lo que llamamos valores. Y que son una cualidad esencial del ser humano y del campo puro, de este campo que tambin podemos llamar campo esencial, por todos estos substratos que son esenciales. Cuando Coln puso pie a las playas del Nuevo Continente, imaginemos lo poco que deba saber sobre estas tierras. As nos cabe sentir a nosotros sobre el campo puro. S que es verdad que este campo puro ha estado siempre junto a nosotros, nosotros somos parte de l, pero intelectualmente podemos considerarlo como recin descubierto, como cuando Coln arrib a aquellas playas. No es mucho lo que podemos explicar en comparacin con la infinitud de lo que comprendemos que hay. Pero lo que sabemos ya es suficiente para que a m me embargue un sentido de respeto y de reverencia. El tema lo impone. Porque si no lo ha entendido, amigo lector, estamos tratando de la Consciencia del Universo, es decir de Dios. Y si usted es consciente de ello puede congratularse porque ha llegado a las playas del Continente ms inmenso de cuantos le quepa imaginar. Y el llegar aqu ya es mucho. por RAMON MARQUES Corresponde al cap. VII de "El continuum Fsica-Metafsica", que se publica por Internet, Librera Virtual de: www.psicostasia.com