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Edgar Morin - Introducción Al Pensamiento Complejo 5

El texto de Edgar Morin presenta una introducción al pensamiento complejo, enfatizando la necesidad de un enfoque multifacético para comprender la experiencia humana y sus interacciones. Morin critica el pensamiento simplificador que reduce la complejidad a categorías simples, y aboga por un método que reconozca la interconexión y la incertidumbre inherente a la realidad. A través de sus ensayos, Morin busca sensibilizar sobre las limitaciones del conocimiento actual y la importancia de integrar diversas disciplinas para abordar la complejidad del mundo.

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Edgar Morin - Introducción Al Pensamiento Complejo 5

El texto de Edgar Morin presenta una introducción al pensamiento complejo, enfatizando la necesidad de un enfoque multifacético para comprender la experiencia humana y sus interacciones. Morin critica el pensamiento simplificador que reduce la complejidad a categorías simples, y aboga por un método que reconozca la interconexión y la incertidumbre inherente a la realidad. A través de sus ensayos, Morin busca sensibilizar sobre las limitaciones del conocimiento actual y la importancia de integrar diversas disciplinas para abordar la complejidad del mundo.

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Introduccin al pensamiento complejo.

Edgar Morin
El presente texto es una compilacin de ensayos y presentaciones del
pensador francs Edgar Morin realizadas entre 1976 y 1988, los aos
durante los cuales su mtodo comienza a cobrar importancia como
estructura articulada de conceptos. Es una introduccin ideal a la obra
de este hombre cuya desmesurada curiosidad intelectual y pasin tica
evocan aquel apelativo de genio numeroso que Ernesto Sbato
dedicara a Leonardo.
El dilogo estimulador del pensamiento que Morin propone a todos los
que, ya sea desde la ctedra o los mbitos ms diversos de la prctica
social, desde las ciencias duras o blandas, desde el campo de la
literatura o la religin, se interesen en desarrollar un mtodo complejo
de pensar la experiencia humana, recuperando el asombro ante el
milagro doble del conocimiento y del misterio, que asoma detrs de
toda filosofa, de toda ciencia, de toda religin, y que ana a la empresa
humana en su aventura abierta hacia el descubrimiento de nosotros
mismos, nuestros lmites y nuestras posibilidades.
Vivimos un momento en el que cada vez ms y, hasta cierto punto,
gracias a estudiosos como Edgar Morin, entendemos que el estudio de
cualquier aspecto de la experiencia humana ha de ser, por necesidad,
multifactico. En el que vemos cada vez ms que la mente humana, si
bien no existe sin cerebro, tampoco existe sin tradiciones familiares,
sociales, genricas, tnicas, raciales, que slo hay mentes encarnadas
en cuerpos y culturas, y que el mundo fsico es siempre el mundo
entendido por seres biolgicos y culturales. Al mismo tiempo, cuanto
ms entendemos todo ello, ms se nos propone reducir nuestra
experiencia a sectores limitados del saber y ms sucumbimos a la
tentacin del pensamiento reduccionista, cuando no a una
seudocomplejidad de los discursos entendida como neutralidad tica.
Cuando nos asomamos a entender el mundo fsico, biolgico, cultural
en el que nos encontramos, es a nosotros mismos a quienes
descubrimos y es con nosotros mismos con quienes contamos. El mundo
se mover en una direccin tica, slo si queremos ir en esa direccin.
Es nuestra responsabilidad y nuestro destino el que est en juego. El
pensamiento complejo es una aventura, pero tambin un desafo.

Introduccin
Legtimamente, le pedimos al pensamiento que disipe las brumas y las
oscuridades, que ponga orden y claridad en lo real, que revele las leyes
que lo gobiernan. El trmino complejidad no puede ms que expresar
nuestra turbacin, nuestra confusin, nuestra incapacidad para definir
de manera simple, para nombrar de manera clara, para poner orden en
nuestras ideas.
Al mismo tiempo, el conocimiento cientfico fue concebido durante
mucho tiempo, y an lo es a menudo, como teniendo por misin la de
disipar la aparente complejidad de los fenmenos, a fin de revelar el
orden simple al que obedecen.
Pero si los modos simplificadores del conocimiento mutilan, ms de lo
que expresan, aquellas realidades o fenmenos de los que intentan dar
cuenta, si se hace evidente que producen ms ceguera que elucidacin,
surge entonces un problema: cmo encarar la complejidad de un
modo no simplificador? De todos modos, este problema no puede
imponerse de inmediato. Debe probar su legitimidad, porque la palabra
complejidad no tiene tras de s una herencia noble, ya sea filosfica,
cientfica o epistemolgica.
Por el contrario, sufre una pesada tara semntica, porque lleva en su
seno confusin, incertidumbre, desorden. Su definicin primera no
puede aportar ninguna claridad: es complejo aquello que no puede
resumirse en una palabra maestra, aquello que no puede retrotraerse a
una ley, aquello que no puede reducirse a una idea simple. Dicho de
otro modo, lo complejo no puede resumirse en el trmino complejidad,
retrotraerse a una ley de la complejidad, reducirse a la idea de
complejidad. La complejidad no sera algo definible de manera simple
para tomar el lugar de la simplicidad. La complejidad es una palabra
problema y no una palabra solucin.

La necesidad del pensamiento complejo no sabr ser justificada en un


prlogo. Tal necesidad no puede ms que imponerse progresivamente a
lo largo de un camino en el cual aparecern, ante todo, los lmites, las
insuficiencias y las carencias del pensamiento simplificante, es decir,
las condiciones en las cuales no podemos eludir el desafo de lo
complejo. Ser necesario, entonces, preguntarse si hay complejidades
diferentes y si se puede ligar a esas complejidades en un complejo de
complejidades. Ser necesario, finalmente, ver si hay un modo de
pensar o un mtodo capaz de estar a la altura del desafo de la
complejidad. No se trata de retomar la ambicin del pensamiento
simple de controlar y dominar lo real. Se trata de ejercitarse en un
pensamiento capaz de tratar, de dialogar, de negociar con lo real.
Habr que disipar dos ilusiones que alejan a los espritus del problema
del pensamiento complejo.
La primera es creer que la complejidad conduce a la eliminacin de la
simplicidad. Por cierto que la complejidad aparece all donde el
pensamiento simplificador falla, pero integra en s misma todo aquello
que pone orden, claridad, distincin, precisin en el conocimiento.
Mientras que el pensamiento simplificador desintregra la complejidad
de lo real, el pensamiento complejo integra lo ms posible los modos
simplificadores de pensar, pero rechaza las consecuencias mutilantes,
reduccionistas, unidimensionales y finalmente cegadoras de una
simplificacin que se toma por reflejo de aquello que hubiere de real en
la realidad.

La segunda ilusin es la de confundir complejidad con totalidad.


Ciertamente, la ambicin del pensamiento complejo es rendir cuenta de
las articulaciones entre dominios disciplinarios quebrados por el
pensamiento disgregador (uno de los principales aspectos del
pensamiento simplificador); ste asla lo que separa, y oculta todo lo
que religa, interacta o interfiere. En este sentido el pensamiento
complejo aspira al conocimiento multidimensional. Pero sabe, desde el
comienzo, que el conocimiento complejo es imposible: uno de los
axiomas de la complejidad es la imposibilidad, incluso terica, de una
omniciencia. Hace suya la frase de Adorno la totalidad es la noverdad. Implica el reconocimiento de un principio de imperfeccin y
de incertidumbre. Pero implica tambin, por principio, el
reconocimiento de los lazos entre las entidades que nuestro
pensamiento debe necesariamente distinguir, pero no aislar, entre s.
Pascal haba planteado, correctamente, que todas las cosas son
causadas y causantes, ayudadas y ayudantes, mediatas e inmediatas, y
que todas subsisten por un lazo natural e insensible que liga a las ms
alejadas y a las ms diferentes. As es que el pensamiento complejo
est animado por una tensin permanente entre la aspiracin a un
saber no parcelado, no dividido, no reduccionista y el reconocimiento
de lo inacabado e incompleto de todo conocimiento. Esa tensin ha
animado toda mi vida.
Nunca pude resignarme al saber parcelado, nunca pude aislar un objeto
del estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. He
aspirado siempre a un pensamiento multidimensional. Nunca he podido
eliminar la contradiccin interior. Siempre he sentido que las verdades
profundas, antagonistas las unas de las otras, eran para m
complementarias, sin dejar de ser antagonistas. Nunca he querido
reducir a la fuerza la incertidumbre y la ambigedad.

Desde mis primeros libros he afrontado la complejidad, que se


transform en el denominador comn de tantos trabajos diversos que a
muchos les parecieron dispersos. Pero la palabra complejidad no vena
a mi mente, hizo falta que lo hiciera, a fines de los aos 1960,
vehiculada por la Teora de la Informacin, la Ciberntica, la Teora de
Sistemas, el concepto de auto-organizacin, para que emergiera bajo mi
pluma o, mejor dicho, en mi mquina de escribir. Se liber entonces de
su sentido banal (complicacin, confusin), para reunir en s orden,
desorden y organizacin y, en el seno de la organizacin, lo uno y lo
diverso; esas nociones han trabajado las unas con las otras, de manera
a la vez complementaria y antagonista; se han puesto en interaccin y
en constelacin. El concepto de complejidad se ha formado, agrandado,
extendido sus ramificaciones, pasado de la periferia al centro de mi
meta, devino un macro-concepto, lugar crucial de interrogantes, ligado
en s mismo, de all en ms, al nudo gordiano del problema de las
relaciones entre lo emprico, lo lgico y lo racional. Ese proceso
coincide con la gestacin de El Mtodo, que comienza en 1970; la
organizacin compleja, y hasta hiper-compleja, est claramente en el
corazn organizador de mi libro El Paradigma Perdido (1973). El
problema lgico de la complejidad es objeto de un artculo publicado en
1974 (Ms all de la complicacin, la complejidad, incluido en la
primera edicin de Ciencia con Conciencia). El Mtodo es y ser, de
hecho, el mtodo de la complejidad.
Este libro, constituido por una coleccin de textos diversos, es una
introduccin a la problemtica de la complejidad. Si la complejidad no
es la clave del mundo, sino un desafo a afrontar, el pensamiento
complejo no es aqul que evita o suprime el desafo, sino aqul que
ayuda a revelarlo e incluso, tal vez, a superarlo.
La necesidad del pensamiento complejo

Qu es la complejidad? A primera vista la complejidad es un tejido


(complexus: lo que est tejido en conjunto) de constituyentes
heterogneos inseparablemente asociados: presenta la paradoja de lo
uno y lo mltiple. Al mirar con ms atencin, la complejidad es,
efectivamente, el tejido de eventos, acciones, interacciones,
retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo
fenomnico. As es que la complejidad se presenta con los rasgos
inquietantes de lo enredado, de lo inextricable, del desorden, la
ambigedad, la incertidumbre... De all la necesidad, para el
conocimiento, de poner orden en los fenmenos rechazando el
desorden, de descartar lo incierto, es decir, de seleccionar los
elementos de orden y de certidumbre, de quitar ambigedad, clarificar,
distinguir, jerarquizar... Pero tales operaciones, necesarias para la
inteligibilidad, corren el riesgo de producir ceguera si eliminan los
otros caracteres de lo complejo; y, efectivamente, como ya lo he
indicado, nos han vuelto ciegos.
Pero la complejidad ha vuelto a las ciencias por la misma va por la que
se haba ido. El desarrollo mismo de la ciencia fsica, que se ocupaba de
revelar el Orden impecable del mundo, su determinismo absoluto y
perfecto, su obediencia a una Ley nica y su constitucin de una
materia simple primigenia (el tomo), se ha abierto finalmente a la
complejidad de lo real. Se ha descubierto en el universo fsico un
principio hemorrgico de degradacin y de desorden (segundo principio
de la Termodinmica); luego, en el supuesto lugar de la simplicidad
fsica y lgica, se ha descubierto la extrema complejidad microfsica; la
partcula no es un ladrillo primario, sino una frontera sobre la
complejidad tal vez inconcebible; el cosmos no es una mquina
perfecta, sino un proceso en vas de desintegracin y, al mismo tiempo,
de organizacin.
Finalmente, se hizo evidente que la vida no es una sustancia, sino un
fenmeno de auto-eco-organizacin extraordinariamente complejo que
produce la autonoma. Desde entonces es evidente que los fenmenos
antropo-sociales no podran obedecer a principios de inteligibilidad
menos complejos que aquellos requeridos para los fenmenos
naturales. Nos hizo falta afrontar la complejidad antropo-social en vez
de disolverla u ocultarla.

La dificultad del pensamiento complejo es que debe afrontar lo


entramado (el juego infinito de inter-retroacciones), la solidaridad de
los fenmenos entre s, la bruma, la incertidumbre, la contradiccin.
Pero nosotros podemos elaborar algunos de los tiles conceptuales,
algunos de los principios, para esa aventura, y podemos entrever el
aspecto del nuevo paradigma de complejidad que debiera emerger.
Ya he sealado, en tres volmenes de El Mtodo, algunos de los tiles
conceptuales que podemos utilizar. As, habra que sustituir al
paradigma de disyuncin-reduccin-unidimensionalizacin por un
paradigma de distincin-conjuncin que permita distinguir sin
desarticular, asociar sin identificar o reducir. Ese paradigma
comportara un principio dialgico y tanslgico que integrara la lgica
clsica, teniendo en cuenta sus lmites de facto (problemas de
contradicciones) y de jure (lmites del formalismo). Llevara en s el
principio de la unitas multiplex, que escapa a la unidad abstracta por lo
alto (holismo) y por lo bajo (reduccionismo).
Mi propsito aqu no es el de enumerar los mandamientos del
pensamiento complejo que he tratado de desentraar, sino el de
sensibilizarse a las enormes carencias de nuestro pensamiento, y el de
comprender que un pensamiento mutilante conduce, necesariamente, a
acciones mutilantes. Mi propsito es tomar conciencia de la patologa
contempornea del pensamiento.
La antigua patologa del pensamiento daba una vida independiente a los
mitos y a los dioses que creaba. La patologa moderna del espritu est
en la hiper-simplificacin que se ciega ante la complejidad de lo real. La
patologa de la idea est en el idealismo, en donde la idea oculta la
realidad que tiene por misin traducir y se toma como nica realidad.
La enfermedad de la teora est en el doctrinarismo y en el
dogmatismo, que cierran a la teora sobre s misma y la petrifican. La
patologa de la razn es la racionalizacin, que encierra a lo real en un
sistema de ideas coherente, pero parcial y unilateral, y que no sabe que
una parte de lo real es irracionalizable, ni que la racionalidad tiene por
misin dialogar con lo irracionalizable.

An somos ciegos al problema de la complejidad. Las disputas


epistemolgicas entre Popper, Kuhn, Lakatos, Feyerabend, etc., lo
pasan por alto1. Pero esa ceguera es parte de nuestra barbarie.
Tenemos que comprender que estamos siempre en la era brbara de las
ideas. Estamos siempre en la prehistoria del espritu humano. Slo el
pensamiento complejo nos permitira civilizar nuestro conocimiento.
La complejidad
La idea de complejidad estaba mucho ms diseminada en el vocabulario
comn que en el cientfico. Llevaba siempre una connotacin de
advertencia al entendimiento, una puesta en guardia contra la
clarificacin, la simplificacin, la reduccin demasiado rpida. De
hecho, la complejidad tena tambin delimitado su terreno, pero sin la
palabra misma, en la Filosofa: en un sentido, la dialctica, y en el
terreno lgico, la dialctica hegeliana, eran su dominio, porque esa
dialctica introduca la contradiccin y la transformacin en el corazn
de la identidad.
En ciencia, sin embargo, la complejidad haba surgido sin decir an su
nombre, en el siglo XX, en la micro-fsica y en la macro-fsica. La
microfsica abra una relacin compleja entre el observador y lo
observado, pero tambin una nocin ms que compleja, sorprendente,
de la partcula elemental que se presenta al observador ya sea como
onda, ya como corpsculo. Pero la microfsica era considerada como
caso lmite, como frontera... y se olvidaba que esa frontera conceptual
concerna de hecho a todos los fenmenos materiales, incluidos los de
nuestro propio cuerpo y los de nuestro propio cerebro. La macrofsica,
a su vez, haca depender a la observacin del lugar del observador y
haca ms complejas las relaciones entre el tiempo y el espacio,
concebidos, hasta entonces, como esencias transcendentes e
independientes.

Sin embargo, Bachelard, el filsofo de las ciencias, haba descubierto que lo simple no
existe: slo existe lo simplificado. La ciencia construye su objeto extrayndolo de su ambiente
complejo para ponerlo en situaciones experimentales no complejas. La ciencia no es el
estudio del universo simple, es una simplificacin heurstica necesaria para extraer ciertas
propiedades, ver ciertas leyes.
George Lukacs, el filsofo marxista, deca, en su vejez, criticando su propia visin dogmtica:
Lo complejo debe ser concebido como elemento primario existente. De donde resulta que
hace falta examinar lo complejo de entrada en tanto complejo y pasar luego de lo complejo a
sus elementos y procesos elementales.

Pero esas dos complejidades micro y macrofsicas eran rechazadas a la


periferia de nuestro universo, si bien se ocupaban de fundamentos de
nuestra physis y de caracteres intrnsecos de nuestro cosmos. Entre
ambos, en el dominio fsico, biolgico, humano, la ciencia reduca la
complejidad fenomnica a un orden simple y a unidades elementales.
Esa simplificacin, repitmoslo, haba nutrido al impulso de la ciencia
occidental desde el siglo XVII hasta finales del siglo XIX. En el siglo XIX
y a comienzos del XX, la estadstica permiti tratar la interaccin, la
interferencia2. Se trat de refinar, de trabajar varianza y covarianza,
pero siempre de un modo insuficiente, y siempre dentro de la misma
ptica reduccionista que ignora la realidad del sistema abstracto de
donde surgen los elementos a considerar.
Es con Wiener y Ashby, los fundadores de la Ciberntica, con quienes la
complejidad entra verdaderamente en la escena de la ciencia. Es
gracias a Von Neumann que, por primera vez, el carcter fundamental
del concepto de complejidad aparezca enlazado con los fenmenos de
auto-organizacin.
Qu es la complejidad?
A primera vista, es un fenmeno cuantitativo, una cantidad extrema de
interacciones e interferencias entre un nmero muy grande de
unidades. De hecho, todo sistema auto-organizador (viviente), hasta el
ms simple, combina un nmero muy grande de unidades, del orden del
billn, ya sean molculas en una clula, clulas en un organismo (ms
de diez billones de clulas en el cerebro humano, ms de treinta
billones en el organismo).

El nico ideal era el de aislar las variables en juego en las interacciones permanentes en
un sistema, pero nunca el de considerar con precisin las interacciones permanentes del
sistema. As, paradjicamente, los estudios ingenuos, en la superficie de los fenmenos,
eran mucho ms complejos, es decir, en ltima instancia, cientficos, que los pretenciosos
estudios cuantitativos sobre estadsticas inmensas, guiadas por pilotos de poco cerebro. As
eran, y lo digo con falta de modestia, mis estudios fenomnicos que intentaban aprehender
la complejidad de una transformacin social multidimensional en una comunidad de Bretaa
o los estudios en vivo del florecimiento de los acontecimientos de mayo del 68. Yo no tena
por mtodo nada ms que tratar de aclarar los mltiples aspectos de los fenmenos e
intentar aprehender las relaciones cambiantes. Relacionar, relacionar siempre, era un
mtodo ms rico, incluso a nivel terico, que las teoras blindadas, guarnecidas
epistemolgica y lgicamente, metodolgicamente aptas para afrontar lo que fuere salvo,
evidentemente, la complejidad de lo real.

Pero la complejidad no comprende solamente cantidades de unidades e


interacciones que desafan nuestras posibilidades de clculo;
comprende tambin incertidumbres, indeterminaciones, fenmenos
aleatorios. En un sentido, la complejidad siempre est relacionada con
el azar.
De este modo, la complejidad coincide con un aspecto de
incertidumbre, ya sea en los lmites de nuestro entendimiento, ya sea
inscrita en los fenmenos. Pero la complejidad no se reduce a la
incertidumbre, es la incertidumbre en el seno de los sistemas ricamente
organizados. Tiene que ver con los sistemas semi-aleatorios cuyo orden
es inseparable de los azares que lo incluyen. La complejidad est as
ligada a una cierta mezcla de orden y de desorden, mezcla ntima, a
diferencia del orden/desorden estadstico, donde el orden (pobre y
esttico) reina a nivel de las grandes poblaciones, y el desorden (pobre,
por pura indeterminacin) reina a nivel de las unidades elementales.
Cuando la Ciberntica reconoci la complejidad fue para rodearla, para
ponerla entre parntesis, pero sin negarla: era el principio de la caja
negra (black-box); se consideraban las entradas en el sistema (inputs) y
las salidas (outputs), lo que permita estudiar los resultados del
funcionamiento de un sistema, la alimentacin que necesita, relacionar
inputs y outputs, sin entrar, sin embargo, en el misterio de la caja
negra.
Pero el problema terico de la complejidad es el de la posibilidad de
entrar en las cajas negras. Es el de considerar la complejidad
organizacional y la complejidad lgica. En este caso, la dificultad no
est solamente en la renovacin de la concepcin del objeto, sino que
est en revertir las perspectivas epistemolgicas del sujeto, es decir, el
observador cientfico; lo propiamente cientfico era, hasta el presente,
eliminar la imprecisin, la ambigedad, la contradiccin. Pero hace
falta aceptar una cierta imprecisin y una imprecisin cierta, no
solamente en los fenmenos, sino tambin en los conceptos, y uno de
los grandes progresos de las matemticas de hoy es el de considerar los
fuzzy sets, los conjuntos imprecisos (cf. Abraham Moles, Les sciencies
de l'imprecis, Du Seuil, 1990).

10

Una de las conquistas preliminares en el estudio del cerebro humano es


la de comprender que una de sus superioridades sobre la computadora
es la de poder trabajar con lo insuficiente y lo impreciso; hace falta, de
ahora en adelante, aceptar una cierta ambigedad y una ambigedad
cierta en la relacin sujeto/objeto, orden/desorden, auto/heteroorganizacin. Hay que reconocer fenmenos inexplicables, como la
libertad o la creatividad, inexplicables fuera del campo complejo que
permite su aparicin.
Von Neumann ha mostrado el acceso lgico a la complejidad.
Trataremos de recorrerlo, pero no somos los dueos de las llaves del
reino, y es all donde nuestro viaje permanecer inacabado. Vamos a
entrever esa lgica, a partir de ciertas caractersticas exteriores, vamos
a definir algunos de sus rasgos ignorados, pero no llegaremos a la
elaboracin de una nueva lgica, sin saber si sta est fuera de nuestro
alcance, provisionalmente o para siempre. Pero de lo que s estamos
persuadidos es de que el aparato lgico-matemtico actual se adapta
a ciertos aspectos verdaderamente complejos. Esto significa que debe
desarrollarse y superarse en direccin a la complejidad. Es all donde, a
pesar de su sentido profundo de la lgica de la organizacin biolgica,
Piaget se detiene a orillas del Rubicn, y no busca ms que acomodar la
organizacin viviente (reducida esencialmente a la regulacin) a la
formalizacin lgico.matemtica ya constituida. Nuestra nica ambicin
ser la de pasar el Rubicn y aventurarnos en las nuevas tierras de la
complejidad.
Trataremos de ir, no de lo simple a lo complejo, sino de la complejidad
hacia an ms complejidad. Lo simple, repitmoslo, no es ms que un
momento, un aspecto entre muchas complejidades (microfsica,
biolgica, psquica, social). Trataremos de considerar las lneas, las
tendencias de la complejificacin creciente, lo que nos permitir, muy
groseramente, determinar los modelos de baja complejidad, mediana
complejidad, alta complejidad, en funcin de desarrollos de la autoorganizacin (autonoma, individualidad, riquezas de relacin con el
ambiente, aptitudes para el aprendizaje, inventiva, creatividad, etc.).
Pero, finalmente, llegaremos a considerar, a partir del cerebro humano,
los fenmenos verdaderamente sorprendentes de muy alta complejidad,
y a proponer como nocin nueva y capital, para considerar el problema
humano, la hipercomplejidad.
El paradigma de la complejidad

11

No hace falta creer que la cuestin de la complejidad se plantea


solamente hoy en da, a partir de nuevos desarrollos cientficos. Hace
falta ver la complejidad all donde ella parece estar, por lo general,
ausente, como, por ejemplo, en la vida cotidiana.
La complejidad en ese dominio ha sido percibida y descrita por la
novela del siglo XIX y comienzos del XX. Mientras que en esa misma
poca, la ciencia trataba de eliminar todo lo que fuera individual y
singular, para retener nada ms que las leyes generales y las
identidades simples y cerradas, mientras expulsaba incluso al tiempo de
su visin del mundo, la novela, por el contrario (Balzac en Francia,
Dickens en Inglaterra) nos mostraba seres singulares en sus contextos y
en su tiempo. Mostraba que la vida cotidiana es, de hecho, una vida en
la que cada uno juega varios roles sociales, de acuerdo a quien sea en
soledad, en su trabajo, con amigos o con desconocidos. Vemos as que
cada ser tiene una multiplicidad de identidades, una multiplicidad de
personalidades en s mismo, un mundo de fantasmas y de sueos que
acompaan su vida. Por ejemplo, el tema del monlogo interior, tan
importante en la obra de Faulkner, era parte de esa complejidad. Ese
inner.speech, esa palabra permanente es revelada por la literatura y
por la novela, del mismo modo que sta nos revel tambin que cada
uno se conoce muy poco a s mismo: en ingls, se llama a eso selfdeception, el engao de s mismo. Slo conocemos una apariencia del s
mismo; uno se engaa acerca de s mismo. Incluso los escritores ms
sinceros, como Jean-Jacques Rousseau, Chateaubriand, olvidan siempre,
en su esfuerzo por ser sinceros, algo importante acerca de s mismos.
La relacin ambivalente con los otros, las verdaderas mutaciones de
personalidad como la ocurrida en Dostoievski, el hecho de que somos
llevados por la historia sin saber mucho cmo sucede, del mismo modo
que Fabrice del Longo o el prncipe Andrs, el hecho de que el mismo
ser se transforma a lo largo del tiempo como lo muestran
admirablemente A la recherche du temps perdu y, sobre todo, el final de
Temps retrouv de Proust, todo ello indica que no es solamente la
sociedad la que es compleja, sino tambin cada tomo del mundo
humano.

12

Al mismo tiempo, en el siglo XIX, la ciencia tiene un ideal exactamente


opuesto. Ese ideal se afirma en la visin del mundo de Laplace, a
comienzos del siglo XIX. Los cientficos, de Descartes a Newton, tratan
de concebir un universo que sea una mquina determinista perfecta.
Pero Newton, como Descartes, tenia necesidad de Dios para explicar
cmo ese mundo perfecto haba sido producido. Laplace elimina a Dios.
Cuando Napolen le pregunta: Pero seor Laplace, qu hace usted
con Dios en su sistema?, Laplace responde: Seor, yo no necesito esa
hiptesis. Para Laplace, el mundo es una mquina determinista
verdaderamente perfecta, que se basta a s misma. l supone que un
demonio que poseyera una inteligencia y unos sentidos casi infinitos
podra conocer todo acontecimiento del pasado y todo acontecimiento
del futuro. De hecho, esa concepcin, que crea poder arreglrselas sin
Dios, haba introducido en su mundo los atributos de la divinidad: la
perfeccin, el orden absoluto, la inmortalidad y la eternidad. Es ese
mundo el que va a desordenarse y luego desintegrarse.
El paradigma de la simplicidad
Para comprender el problema de la complejidad, hay que saber, antes
que nada, que hay un paradigma de simplicidad. La palabra paradigma
es empleada a menudo. En nuestra concepcin, un paradigma est
constituido por un cierto tipo de relacin lgica extremadamente fuerte
entre nociones maestras, nociones clave, principios clave. Esa relacin
y esos principios van a gobernar todos los discursos que obedecen,
inconscientemente, a su gobierno.
As es que el paradigma de simplicidad es un paradigma que pone
orden en el universo, y persigue al desorden. El orden se reduce a una
ley, a un principio. La simplicidad ve a lo uno y ve a lo mltiple, pero no
puede ver que lo Uno puede, al mismo tiempo, ser Mltiple. El principio
de simplicidad o bien separa lo que est ligado (disyuncin), o bien
unifica lo que es diverso (reduccin).

13

Tomemos como ejemplo al hombre. El hombre es un ser evidentemente


biolgico. Es, al mismo tiempo, un ser evidentemente cultural, metabiolgico y que vive en un universo de lenguaje, de ideas y de
conciencia. Pero, a esas dos realidades, la realidad biolgica y la
realidad cultural, el paradigma de simplificacin nos obliga ya sea a
desunirlas, ya sea a reducir la ms compleja a la menos compleja.
Vamos entonces a estudiar al hombre biolgico en el departamento de
Biologa, como un ser anatmico, fisiolgico, etc., y vamos a estudiar al
hombre cultural en los departamentos de ciencias humanas y sociales.
Vamos a estudiar al cerebro como rgano biolgico y vamos a estudiar
al espritu, the mind, como funcin o realidad psicolgica. Olvidamos
que uno no existe sin el otro; ms an, que uno es, al mismo tiempo, el
otro, si bien son tratados con trminos y conceptos diferentes.
Con esa voluntad de simplificacin, el conocimiento cientfico se daba
por misin la de desvelar la simplicidad escondida detrs de la aparente
multiplicidad y el aparente desorden de los fenmenos. Tal vez sea que,
privados de un Dios en el que no podan creer ms, los cientficos
tenan una necesidad, inconscientemente, de verse reasegurados.
Sabindose vivos en un universo materialista, mortal, sin salvacin,
tenan necesidad de saber que haba algo perfecto y eterno: el universo
mismo. Esa mitologa extremadamente poderosa, obsesiva aunque
oculta, ha animado al movimiento de la Fsica. Hay que reconocer que
esa mitologa ha sido fecunda porque la bsqueda de la gran ley del
universo ha conducido a descubrimientos de leyes mayores tales como
las de la gravitacin, el electromagnetismo, las interacciones nucleares
fuertes y, luego, dbiles.
Hoy, todava, los cientficos y los fsicos tratan de encontrar la conexin
entre esas diferentes leyes, que representara una verdadera ley nica.

14

La misma obsesin ha conducido a la bsqueda del ladrillo elemental


con el cual estaba construido el universo. Hemos, ante todo, credo
encontrar la unidad de base en la molcula. El desarrollo de
instrumentos de observacin ha revelado que la molcula misma estaba
compuesta de tomos. Luego nos hemos dado cuenta que el tomo era,
en s mismo, un sistema muy complejo, compuesto de un ncleo y de
electrones. Entonces, la partcula devino la unidad primaria. Luego nos
hemos dado cuenta que las partculas eran, en s mismas, fenmenos
que podan ser divididos tericamente en quarks. Y, en el momento en
que creamos haber alcanzado el ladrillo elemental con el cual nuestro
universo estaba construido, ese ladrillo ha desaparecido, en tanto
ladrillo. Es una entidad difusa, compleja, que no llegamos a aislar. La
obsesin de la complejidad condujo a la aventura cientfica a
descubrimientos imposibles de concebir en trminos de simplicidad.
Lo que es ms, en el siglo XX tuvo lugar este acontecimiento mayor: la
irrupcin del desorden en el universo fsico. En efecto, el segundo
principio de la Termodinmica, formulado por Carnot y por Clausius, es,
primeramente, un principio de degradacin de la energa. El primer
principio, que es el principio de la conservacin de la energa, se
acompaa de un principio que dice que la energa se degrada bajo la
forma de calor. Toda actividad, todo trabajo, produce calor; dicho de
otro modo, toda utilizacin de la energa tiende a degradar dicha
energa.
Luego nos hemos dado cuenta, con Boltzman, que eso que llamamos
calor es, en realidad, la agitacin en desorden de molculas y de
tomos. Cualquiera puede verificar, al comenzar a calentar un
recipiente con agua, que aparecen vibraciones y que se produce un
arremolinamiento de molculas. Algunas vuelan hacia la atmsfera
hasta que todas se dispersan. Efectivamente, llegamos al desorden
total. El desorden est, entonces, en el universo fsico, ligado a todo
trabajo, a toda transformacin.
La complejidad

15

La idea de complejidad estaba mucho ms diseminada en el vocabulario


comn que en el cientfico. Llevaba siempre una connotacin de
advertencia al entendimiento, una puesta en guardia contra la
clarificacin, la simplificacin, la reduccin demasiado rpida. De
hecho, la complejidad tena tambin delimitado su terreno, pero sin la
palabra misma, en la Filosofa: en un sentido, la dialctica, y en el
terreno lgico, la dialctica hegeliana, eran su dominio, porque esa
dialctica introduca la contradiccin y la transformacin en el corazn
de la identidad.
En ciencia, sin embargo, la complejidad haba surgido sin decir an su
nombre, en el siglo XX, en la micro-fsica y en la macro-fsica. La
microfsica abra una relacin compleja entre el observador y lo
observado, pero tambin una nocin ms que compleja, sorprendente,
de la partcula elemental que se presenta al observador ya sea como
onda, ya como corpsculo. Pero la microfsica era considerada como
caso lmite, como frontera... y se olvidaba que esa frontera conceptual
concerna de hecho a todos los fenmenos materiales, incluidos los de
nuestro propio cuerpo y los de nuestro propio cerebro. La macro-fsica,
a su vez, haca depender a la observacin del lugar del observador y
complejizaba las relaciones entre tiempo y espacio concebidas, hasta
entonces, como esencias transcendentes e independientes.

16

Pero esas dos complejidades micro y macrofsicas eran rechazadas a la


periferia de nuestro universo, si bien se ocupaban de fundamentos de
nuestra physis y de caracteres intrnsecos de nuestro cosmos. Entre
ambos, en el dominio fsico, biolgico, humano, la ciencia reduca la
complejidad fenomnica a un orden simple y a unidades elementales.
Esa simplificacin, repitmoslo, haba nutrido el impulso de la ciencia
occidental desde el siglo XVII hasta finales del siglo XIX. En el siglo XIX
y a comienzos del XX, la estadstica permiti tratar la interaccin, la
interferencia3. Se trat de refinar, de trabajar varianza y covarianza,
pero siempre de un modo insuficiente, y siempre dentro de la misma
ptica reduccionista que ignora la realidad del sistema abstrato de
donde surgen los elementos a considerar.
Es con Wiener y Ashby, los fundadores de la Ciberntica, que la
complejidad entra verdaderamente en escena en la ciencia. Es como
Neumann que, por primera vez, el carcter fundamental del concepto
de complejidad aparece enlazado con los fenmenos de autoorganizacin.
Qu es la complejidad? A primera vista, es un fenmeno cuantitativo,
una cantidad extrema de interacciones e interferencias entre un
nmero muy grande de unidades. De hecho, todo sistema autoorganizador (viviente), hasta el ms simple, combina un nmero muy
grande de unidades, del orden del billn, ya sean molculas en una
clula, clulas en un organismo (ms de diez billones de clulas en el
cerebro humano, ms de treinta billones en el organismo).
Pero la complejidad no comprende solamente cantidades de unidades e
interacciones que desafan nuestras posibilidades de clculo;
comprende tambin incertidumbres, indeterminaciones, fenmenos
aleatorios. En un sentido, la complejidad siempre est relacionada con
el azar.
3

El nico ideal era el de aislar las variables en juego en la interacciones permanentes en un


sistema, pero nunca el de considerar con precisin las interacciones permanentes del
sistema. As, paradjicamente, los estudios ingenuos, en la superficie de los fenmenos,
eran mucho ms complejos, es decir, en ltima instancia, cientficos, que los pretenciosos
estudios cuantitativos sobre estadsticas inmensas, guiadas por pilotos de poco cerebro. As
lo eran, digo con falta de modestia, mis estudios fenomnicos que intentaban aprehender la
complejidad de una transformacin social multidimensional en una comunidad de Bretaa o,
los estudios en vivo del florecimiento de los acontecimientos de mayo del 68. Yo no tena por
mtodo nada ms que tratar de aclarar los mltiples aspectos de los fenmenos, e intentar
aprehender las relaciones cambiantes. Relacionar, relacionar siempre, era un mtodo ms
rico, incluso a nivel terico, que las teoras blindadas, guarnecidas epistemolgica y
lgicamente, metodolgicamente aptas para afrontar lo que fuere salvo, evidentemente, la
complejidad de lo real.

17

De este modo, la complejidad coincide con un aspecto de


incertidumbre, ya sea en los lmites de nuestro entendimiento, ya sea
inscrita en los fenmenos. Pero la complejidad no se reduce a la
incertidumbre, es la incertidumbre en el seno de los sistemas ricamente
organizados. Tiene que ver con los sistemas semi-aleatorios cuyo orden
es inseparable de los azares que lo incluyen. La complejidad est as
ligada a una cierta mezcla de orden y de desorden, mezcla ntima, a
diferencia del orden/desorden estadstico, donde el orden (pobre y
esttico) reina a nivel de las grandes poblaciones, y el desorden (pobre,
por pura indeterminacin) reina a nivel de las unidades elementales.
Cuando la Ciberntica reconoci la complejidad fue para rodearla, para
ponerla entre parntesis, pero sin negarla: era el principio de la caja
negra (black-box); se consideraban las entradas en el sistema (inputs) y
las salidas (outputs), lo que permita estudiar los resultados del
funcionamiento de un sistema, la alimentacin que necesita, relacionar
inputs y outputs, sin entrar, sin embargo, en el misterio de la caja
negra.
Pero el problema terico de la complejidad es el de la posibilidad de
entrar en las cajas negras. Es el de considerar la complejidad
organizacional y la complejidad lgica. En este caso, la dificultad no
est solamente en la renovacin de la concepcin del objeto, sino que
est en revertir las perspectivas epistemolgicas del sujeto, es decir, el
observador cientfico; lo propiamente cientfico era, hasta el presente,
eliminar la imprecisin, la ambigedad, la contradiccin. Pero hace
falta aceptar una cierta imprecisin y una imprecisin cierta, no
solamente en los fenmenos, sino tambin en los conceptos, y uno de
los grandes progresos de las matemticas de hoy es el de considerar los
fuzzy sets, los conjuntos imprecisos (cf. Abraham Moles, Les sciencies
de l'imprecis, Du Seuil, 1990).
Una de las conquistas preliminares en el estudio del cerebro humano es
la de comprender que una de sus superioridades sobre la computadora
es la de poder trabajar con lo insuficiente y lo impreciso; hace falta, de
ahora en ms, aceptar una cierta ambigedad y una ambigedad cierta
(en
la
relacin
sujeto/objeto,
orden/desorden,
auto/heteroorganizacin). Hay que reconocer fenmenos inexplicables, como la
libertad o la creatividad, iniexplicables fuera del campo complejo que
permite su aparicin.

18

Von Neumann ha mostrado el acceso lgico a la complejidad.


Trataremos de recorrerlo, pero no somos los dueos de las llaves del
reino, y es all donde nuestro viaje permanecer inacabado. Vamos a
entrever esa lgica, a partir de ciertas caractersticas exteriores, vamos
a definir algunos de sus rasgos ignorados, pero no llegaremos a la
elaboracin de una nueva lgica, sin saber si sta est fuera de nuestro
alcance provisoriamente, o para siempre. Pero de lo que s estamos
persuadidos es de que si bien aparato lgico-matemtico actual se
adapta a ciertos aspectos verdaderamente complejos. Esto significa
que debe desarrollarse y superarse en direccin a la complejidad. Es
all donde, a pesar de su sentido profundo de la lgica de la
organizacin biolgica, Piaget se detiene a orillas del Rubicn, y no
busca ms que acomodar la organizacin viviente (reducida
esencialmente a la regulacin), a la formalizacin lgico.matemtica ya
constituida. Nuestra nica ambicin ser la de pasar el Rubicn y
aventurarnos en las nuevas tierras de la complejidad.
Trataremos de ir, no de lo simple a lo complejo, sino de la complejidad
hacia an ms complejidad. Lo simple, repitmoslo, no es ms que un
momento, un aspecto entre muchas complejidades (microfsica,
biolgica, psquica, social). Trataremos de considerar las lneas, las
tendencias de la complejizacin creciente, lo que nos permitir, muy
groseramente, determinar los modelos de baja complejidad, mediana
complejidad, alta complejidad, en funcin de desarrollos de la autoorganizacin (autonoma, individualidad, riquezas de relacin con el
ambiente, aptitudes para el aprendizaje, inventiva, creatividad, etc.).
Pero, finalmente, llegaremos a considerar, a partir del cerebro humano,
los fenmenos verdaderamente sorprendentes de muy alta complejidad,
y a proponer como nocin nueva y capital para considerar el capital
para considerar el problema humano, a la hipercomplejidad.
La complejidad y la accin
La accin es tambin una apuesta
Tenemos a veces la impresin de que la accin simplifica porque, ante
una alternativa, decidimos, optamos. El ejemplo de accin que
simplifica todo lo aporta la espada de Alejandro que corta el nudo
gordiano que nadie haba sabido desatar con sus manos. Ciertamente,
la accin es una decisin, una eleccin, pero es tambin una apuesta.

19

Pero en la nocin de apuesta est la conciencia del riesgo y de la


incertidumbre. Toda estrategia, en cualquier dominio que sea, tiene
conciencia de la apuesta, y el pensamiento moderno ha comprendido
que nuestras creencias ms fundamentales son objeto de una apuesta.
Eso es lo que nos haba dicho, en el siglo XVII, Pascal acerca de la fe
religiosa. Nosotros tambin debemos ser conscientes de nuestras
apuestas filosficas o polticas.
La accin es estrategia. La palabra estrategia no designa a un
programa predeterminado que baste para aplicar ne variatur en el
tiempo. La estrategia permite, a partir de una decisin inicial, imaginar
un cierto nmero de escenarios para la accin, escenarios que podrn
ser modificados segn las informaciones que nos lleguen en el curso de
la accin y segn los elementos aleatorios que sobrevendrn y
perturbarn la accin.
La estrategia lucha contra el azar y busca la informacin. Un ejrcito
enva exploradores, espas, para informarse, es decir, para eliminar la
incertidumbre al mximo, Ms an, la estrategia no se limita a luchar
contra el azar, trata tambin de utilizarlo. As fue que el genio de
Napolen en Austerlitz fue el de utilizar el azar meteorolgico, que
ubic una capa de brumas sobre los pantanos, considerados imposibles
para el avance de los soldados. l construy su estrategia en funcin de
esa bruma y tomar por sorpresa, por su flanco ms desguarnecido, al
ejrcito de los imperios.
La estrategia saca ventaja del azar y, cuando se trata de estrategia con
respecto a otro jugador, la buena estrategia utiliza los errores del
adversario. En el ftbol, la estrategia consiste en utilizar las pelotas que
el equipo adversario entrega involuntariamente. La construccin del
juego se hace mediante la deconstruccin del juego del adversario y,
finalmente, la mejor estrategia -si se beneficia con alguna suerte- gana.
El azar no es solamente el factor negativo que hay que reducir en el
dominio de la estrategia. Es tambin la suerte que debe ser
aprovechada.

20

El problema de la accin debe tambin hacernos conscientes de las


derivas y las bifurcaciones: situaciones iniciales muy vecinas pueden
conducir a desvos irremediables. As fue que, cuando Martn Lutero
inici su movimiento, pensaba estar de acuerdo con la Iglesia, y que
quera simplemente reformar los abusos cometidos por el papado en
Alemania. Luego, a partir del momento en que debe ya sea renunciar,
ya sea continuar, franquea un umbral y, de reformador, se vuelve
contestatario. Una deriva implacable lo lleva -eso es lo que pasa en todo
desvo- a la declaracin de guerra, a las tesis de Wittemberg (1517).
El dominio de la accin es muy aleatorio, muy incierto. Nos impone una
conciencia muy aguda de los elementos aleatorios, las derivas, las
bifurcaciones, y nos impone la reflexin sobre la complejidad misma.
La accin escapa a nuestras intenciones
Aqu interviene la nocin de ecologa de la accin. En el momento en
que un individuo emprende una accin, cualquiera que sea, sta
comienza a escapar a sus intenciones. Esa accin entra en un universo
de interacciones y es finalmente el ambiente el que toma posesin, en
un sentido que puede volverse contrario a la intencin inicial. A
menudo, la accin se volver como un boomerang sobre nuestras
cabezas. Esto nos obliga a seguir la accin, a tratar de corregirla -si
todava hay tiempo- y tal vez a torpedearla, como hacen los
responsables de la NASA que, si un misil se desva de su trayectoria, le
envan otro misil para hacerlo explotar.
La accin supone complejidad, es decir, elementos aleatorios, azar,
iniciativa, decisin, conciencia de las derivas y de las transformaciones.
La palabra estrategia se opone a la palabra programa. Para las
secuencias que se sitan en un ambiente estable, conviene utilizar
programas. El programa no obliga a estar vigilante. No obliga a
innovar. As es que cuando nosotros nos sentamos al volante de nuestro
coche, una parte de nuestra conducta est programada. Si surge un
embotellamiento inesperado, hace falta decidir si hay que cambiar el
itinerario o no, si hay que violar el cdigo: hace falta hacer uso de
estrategias.
Es por eso que tenemos que utilizar mltiples fragmentos de accin
programada para poder concentrarnos sobre lo que es importante, la
estrategia con los elementos aleatorios.

21

No hay un dominio de la complejidad que incluya el pensamiento, la


reflexin, por una parte, y el dominio de las cosas simples que incluira
la accin, por la otra. La accin es el reino de lo concreto y, tal vez,
parcial de la complejidad.
La accin puede, ciertamente, bastarse con la estrategia inmediata que
depende de las intuiciones, de las dotes personales del estratega. Le
sera tambin til beneficiarse de un pensamiento de la complejidad.
Pero el pensamiento de la complejidad es, desde el comienzo, un
desafo.
Una visin simplificada lineal resulta fcilmente mutiladora. Por
ejemplo, la poltica del petrleo crudo tena en cuenta nicamente el
factor precio sin considerar el agotamiento de los recursos, la tendencia
a la independencia de los pases poseedores de esos recursos, los
inconvenientes polticos... Los polticos haban descartado la Historia, la
Geografa, la Sociologa, la poltica, la religin, la mitologa, de sus
anlisis. Esas disciplinas se tomaron venganza.
La mquina no trivial
Los seres humanos, la sociedad, la empresa, son mquinas no triviales:
es trivial una mquina de la que, cuando conocemos todos sus inputs,
conocemos todos sus outputs; podemos predecir su comportamiento
desde el momento que sabemos todo lo que entra en la mquina. En
cierto modo, nosotros somos tambin mquinas triviales, de las cuales
se puede, con amplitud, predecir los comportamientos.

22

En efecto, la vida social exige que nos comportemos como mquinas


triviales. Es cierto que nosotros no actuamos como puros autmatas,
buscamos medios no triviales desde el momento que constatamos que
no podemos llegar a nuestras metas. Lo importante, es lo que sucede en
momentos de crisis, en momentos de decisin, en los que la mquina se
vuelve no trivial: acta de una manera que no podemos predecir. Todo
lo que concierne al surgimiento de lo nuevo es no trivial y no puede ser
predicho por anticipado. As es que, cuando los estudiantes chinos
estn en la calle por millares, la China se vuelve una mquina no
trivial... En 1987-89, en la Unin Sovitica, Gorbachov se condujo
como una mquina no trivial! Todo lo que sucedi en la historia, en
especial en situaciones de crisis, son acontecimientos no triviales que
no pueden ser predichos por anticipado. Juana de Arco, que oye voces y
decide ir a buscar al rey de Francia, tiene un comportamiento no trivial.
Todo lo que va a suceder de importante en la poltica francesa o
mundial surgir de lo inesperado.
Nuestras sociedades son mquinas no triviales en el sentido, tambin,
de que conocen, sin cesar, crisis polticas, econmicas y sociales. Toda
crisis es un incremento de las incertidumbres. La predictibilidad
disminuye. Los desrdenes se vuelven amenazadores. Los antagonismos
inhiben a las complementariedades, los conflictos virtuales se
actualizan. Las regulaciones fallan o se desarticulan. Es necesario
abandonar los programas, hay que inventar estrategias para salir de la
crisis. Es necesario, a menudo, abandonar las soluciones que
solucionaban las viejas crisis y elaborar soluciones novedosas.
Prepararse para lo inesperado
La complejidad no es una receta para conocer lo inesperado. Pero nos
vuelve prudentes, atentos, no nos deja dormirnos en la mecnica
aparente y la trivialidad aparente de los determinismos. Ella nos
muestra que no debemos encerrarnos en el contemporanesmo, es
decir, en la creencia de que lo que sucede ahora va a continuar
indefinidamente. Debemos saber que todo lo importante que sucede en
la historia mundial o en nuestra vida es totalmente inesperado, porque
continuamos actuando como si nada inesperado debiera suceder nunca.
Sacudir esa pereza del espritu es una leccin que nos da el
pensamiento complejo.
El pensamiento complejo no rechaza, de ninguna manera, la claridad, el
orden, el determinismo. Pero los sabe insuficientes, sabe que no
podemos programar el descubrimiento, el conocimiento, ni la accin.
23

La complejidad necesita una estrategia. Es cierto que los segmentos


programados en secuencias en las que no interviene lo aleatorio son
tiles o necesarios. En situaciones normales, la conduccin automtica
es posible, pero la estrategia se impone siempre que sobreviene lo
inesperado o lo incierto, es decir, desde que aparece un problema
importante.
El pensamiento simple resuelve los problemas simples sin problemas de
pensamiento. El pensamiento complejo no resuelve, en s mismo, los
problemas, pero constituye una ayuda para la estrategia que puede
resolverlos. l nos dice: Aydate, el pensamiento complejo te
ayudar.
Lo que el pensamiento complejo puede hacer es darle a cada uno una
seal, una ayuda-memoria, que le recuerde: No olvides que la realidad
es cambiante, no olvides que lo nuevo puede surgir y, de todos modos,
va a surgir.
La complejidad se sita en un punto de partida para una accin ms
rica, menos mutilante. Yo creo profundamente que cuanto menos
mutilante sea un pensamiento, menos mutilar a los humanos. Hay que
recordar las ruinas que las visiones simplificantes han producido, no
solamente en el mundo intelectual, sino tambin en la vida. Suficientes
sufrimientos aquejaron a millones de seres como resultado de los
efectos del pensamiento parcial y unidimensional.

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