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(Antoine B Daniel) La Luz de Machu Picchu

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ANTOINE B.

DANIEL
INCA
La luz de Machu Picchu
Traduccin de Manuel Serrat
Este libro no podr ser reproducido, ni total ni parcialente, sin el pre!io periso escrito del
editor
Todos los derec"os reser!ados
Titulo ori#inal Inca $ La lui%re du ac"u &icc"u
' (O )ditions, *++,
' por la traduccin, Manuel Serrat, *++*
' Editorial &laneta S A , *++*
Crce#a, *-$.*-/, +0++0 Barcelona 1Espa2a3
Dise2o de la cubierta 4ordi Sal!an5
Ilustracin de la cubierta ' 6 Da#li Orti, &ar7s
ISBN 08.+0.+8*9+.9
ISBN *.089:$.+,+.- editor (O )ditions, #estin de derec"os internacional de (O
Editions ' Susanna Lea Associates Todos los derec"os reser!ados.
COLOMBIA ;;; editorialplaneta co co
<ene=uela ;;; editorial planeta co !e
Ecuador ;;; editonalplaneta co ec
Editorial &laneta Colobiana S A *++*
Calle *, No :/.9$ Bo#la, D C
ISBN /90.8*.+$80.-
&riera ipresin 1Colobia3 >ulio de *++*
Ipresin 5 encuadernacin? &rinter Colobiana S.A.
Ipreso en Colobia
1
--------------- e@tensin @ia del Iperio inca
2
................. Tra5ecto de &i=arro.
.......... cainos principales
A Cu=co

3
&riera parte
,
CABCO, , DE MACO DE ,9$:
Nadie se D>a en 6abriel cuando !a a acuclillarse, un poco antes de
ediod7a, en la esEuina de la cancha donde reside 6on=alo &i=arro.
La tFnica Eue lle!a desde "ace seanas est lo bastante sucia coo
para ale>ar las iradas. Se "a Grotado las e>illas con arcilla para cubrir
los pelos rubios de su barba, Eue !uel!e a crecer. Los espa2oles slo !en
en Hl a un aldito indio "arapiento, uno de esos iserables Eue pueblan
a"ora las calle>as de Cu=co. &or su #orro cuadrado, e@tra2aente
puntia#udo en los e@treos 5 Eue se "a encasEuetado uc"o en la
Grente, los indios, por su parte, creen adi!inar a un capesino del
Titicaca. Sin ebar#o, ba>o su unku, su>eto a la cintura por una correa de
cuero, cuel#a una peEue2a a=a de bronce Eue contiene todas sus
esperan=as.
Ia entrado en la ciudad con las prieras luces del alba. Apro!ec"ando
la noc"e para e!itar el incesante Ju>o de los #uerreros reunidos por
Manco 5 <illa Oa, "a cainado de un tirn desde Calca. Dos o tres
!eces se "a e@tra!iado en la oscuridad, alar#ando por consi#uiente su
caino. Sin ebar#o, la rabia 5 el dolor "an ipulsado sus pasos,
ipidiHndole cualEuier reposo.
Slo a"ora, cuando se a#ac"a al pie del #ran uro caldeado por el sol,
6abriel siente el "abre 5 la Gati#a Eue atirantan sus iebros. Sin
ebar#o, ni por un instante piensa en ale>arse para encontrar un poco de
aliento. Su irada peranece cla!ada en la puerta de la cancha 5 no
se des!7a. Ca tendr tiepo, despuHs, para coer 5 dorir, si eso si#ue
teniendo sentido. Est all7 para atar a 6on=alo. No tiene otro deber.
Durante dos "oras, slo salen 5 entran en la casa del "erano del
#obernador ser!idores 5 un pu2ado de cortesanos. En su a5or7a son
rostros nue!os, "obres cu5as aneras 5 ata!7os "uelen aFn a Espa2a.
Ia5, en el odo de "undir el tacn de la bota en el pol!o, toda la
arro#ancia de los nue!os due2os.
La Gati#a cierra los prpados de 6abriel. La sed 5 el "abre le "acen
teblar, a !eces, de la cabe=a a los pies. Sin ebar#o, por nada del
4
undo abandonar7a su !i#ilancia para pedir un poco de a#ua 5 de
coida. Ia#ina el instante en Eue #olpear a 6on=aloK en Eue, por Dn, el
undo Euedara pur#ado de esa aldad. De la bolsa de tela Eue le cuel#a
del cuello, ba>o la tFnica, sobre la piel, toa unas "o>as de coca 5 las
asca concien=udaente, "asta Eue el "abre desaparece.
El terrible relato del enano le "ace palpitar aFn las sienes? L6on=alo
entr en la "abitacin de Anaa5a. Ella dor7a. Despert cuando Hl le
"ab7a puesto 5a las anos encia. 6rit 5 se pelearon. Manco Euer7a
atarlo en se#uida, pero Anaa5a te7a Eue los e@tran>eros se !en#aran
en el Mnico Se2or. Entonces "uios de Cu=co, antes de Eue
aaneciese...N
Ouiadas durante d7as 5 d7as, esas palabras terribles se "an
con!ertido en i#enes Eue alientan un odio de Gue#o 5 "ielo Eue
a#u=a sus ner!ios s aFn Eue el "abre 5 la sed. A cada bocanada de
aire, respira la !en#an=a coo si bebiera nHctar, de odo Eue sus o>os
peranecen abiertos de par en par 5 sus dedos, entuecidos, se cierran
sobre el an#o de la a=a.
El clido sol de la tarde pesa sobre Hl 5 acaba de aturdido sin Eue
6on=alo &i=arro sal#a de su casa. 6abriel Dnalente se duere con la
boca llena de pol!o 5 se "unde en una pesadilla en la Eue descubre a una
le>ana Anaa5a, cu5o rostro se "a endurecido por la deterinacin.
Abra=a a su esposo de oro 5 declara? LDebeos "acer la #uerra contra
!osotros, los e@tran>eros, pues las onta2as 5 nuestros antepasados
necesitan nuestro aor 5 nuestro !alor para no ser arrastrados por la
nada. C 5o peranecerH >unto a i esposo de oro cuando cobata, pues
ese es i lu#ar. TF debes ale>arte de 7...
NPuiere protestarK Euiere e@plicarle Eue no pueden enGrentarse coo
si Gueran enei#os. &ero la boca de 6abriel se a#ita en silencio. Iace un
esGuer=o sobre"uano para Eue le escuc"e. Iplora a Anaa5a, le
suplica Eue abandone la dure=a de su irada. Coo si nada. Nin#Fn
sonido, ni siEuiera un #rito sale de su #ar#anta. Despierta tan
brutalente Eue percibe su propio #eido. Con el esp7ritu obsesionado
por la presencia de Anaa5a, no reconoce en se#uida lo Eue le rodea.
La ipotencia de su pesadilla parece perse#uirlo aFn durante unos
se#undos. Lue#o, coo si a#itara el an#o de un pu2al cla!ado en su
pec"o, recuerda con claridad la respuesta Eue le dio en Calca tras su
noc"e de aor? LEntonces tendreos Eue cobatir el uno contra el otro.
Si durante la batalla debes estar >unto a Manco 5 le>os de 7, Anaa5a,
es Eue para ti e "e con!ertido en un e@tran>ero coo los des. C en
este caso, i lu#ar estar entre los e@tran>eros.N
El dolor "ab7a "ec"o teblar los labios de Anaa5a. Oo=ando su
e>illa con la punta de los dedos, "ab7a ururado? LQTF eres el pua,
aado 7oR Eres el Fnico "obre Eue puede tocare, tanto en Hste
coo en el Otro Mundo. Eres el Fnico Eue lle#a a i cora=n 5 puede
lle!are a la Gelicidad del undo.N
Sin darse cuenta, 6abriel sonr7e al iso tiepo Eue dos l#rias se
pierden en sus e>illas cubiertas de arcilla a#rietada.
S7K no duda de Eue Anaa5a lo aa tanto coo Hl la aa a ella.
5
Sin ebar#o, nada es 5a posible entre abos. Deasiada distancia 5
deasiados draas se le!antan a"ora entre la esposa #ica de un
se2or inca uerto desde "ace a2os 5 Hl, el e@tran>ero Eue no es 5a nada,
ni siEuiera entre sus anti#uos copa2eros.
S7, 5a slo le Eueda asesinar a 6on=alo.
QC ser7a una bendicin si tabiHn Hl pudiese orirR
&oco antes de Eue las sobras del anoc"ecer cai#an sobre Cu=co, lo
Eue est esperando se produce al Dn.
An estruendo de todos los diablos le saca de sus enso2aciones.
<ociGeraciones inGernales 5 #ritos llenan la calle>a. 6abriel se incorpora,
con las rodillas cru>ientes 5 los Fsculos endurecidos. Aparece un cerdo
con las Gauces abiertas. Es un enore cerdo de pelos tan ne#ros coo la
noc"eK un autHntico serrano de Andaluc7a, Eue pesa sus buenas
cincuenta libras 5 descubre unos colillos de >abal7, capaces de
despan=urrar un caballo.
C lue#o, de pronto, lle#an otros. Son treinta tal !e=K corren con la
Grente ba>a 5 #ru2en coo si los de#ollaran !a. Los ac"os a!an=an sin
des!iarse, #olpeando con sus cabe=as de Dera los uros de la cancha,
ientras las cerdas de pre2ado !ientre arrastran las ubres por el pol!o.
Ana decena de coc"inillos asustados c"illan tras ellos, =i#=a#ueando
entre las piernas de al#unos indios torpes 5 #ritones, Eue, coo pueden,
intentan diri#ir aEuella "orda de Guerte olor.
OeciHn proo!idos al ran#o de porEueri=os, los capesinos de tFnica
anc"ada se atarean con unos lar#os bastones. No se atre!en a
utili=arlos para #olpear el culo de los cerdos. Estn uc"o s
dispuestos a "uir en cuanto un coc"ino los epu>a. Apartada, a prudente
distancia, se "a reunido una ultitud de cu=Eue2os. Iobres, u>eres 5
ni2os, con la risa en la boca, abren de par en par los o>os para !er el
e@tra2o corte>o.
Aullando a su !e=, 6abriel salta al centro de la calle>a. &atea los
redondos culos 5, capturando por las ore>as a un >o!en ac"o, detiene la
desbandada. In!iles de pronto, los cerdos parecen sentirse a #usto.
Le!antando el orro, con los o>os e@tra2aente atentos, abandonan sus
des#arradores #ritos.
EstupeGactos tabiHn, los porEueri=os conteplan al intruso con
desconDan=a. 6abriel los saluda en Euec"ua para tranEuili=arlos. &ero,
cuando pre#unta adonde !an aEuellos aniales, el silencio le responde
priero. Toa conciencia de Eue su acento debe e@tra2ar tanto coo su
ata!7oK de su rostro, el barro seco se despe#a 5a, 5 el >u#o !erde de la
coca asoa por la coisura de los labios. Sinalente, uno de los
"obres le!anta la ano se2alando la casa de 6on=alo.
TA casa de ese e@tran>ero. Son sus aniales. Los "a "ec"o !enir de
Ca>aarca slo para coHrselos.
Ia5 tanta incredulidad coo respeto en la !o= del "obre. En un abrir
5 cerrar de o>os, 6abriel coprende Eue la suerte est, por Dn, de su
parte.
T <o5 a a5udaros TanunciaT. SH co ane>ar a estas bestias.
Tienen Eue batallar un buen rato, de todos odos, para Eue la piara
entera cruce la estrec"a puerta trapecial de la cancha.<uel!e a epe=ar
el >aleo, porEue las >!enes sir!ientas indias "u5en ante aEuellas bestias
e@citadas Eue #alopan de un e@treo al otro del patio, derribando 5
6
ropiendo al#unas >arras, e inEuietando a los caballos Eue estaban
siendo alo"a=ados.
La casa de 6on=alo no "a cabiado uc"o en los dos a2os en Eue
6abriel no la "a !isto, sal!o por unas slidas puertas de "erosa
carpinter7a espa2ola Eue cierran las "abitaciones 5 una barandilla puesta
en el patio para atar a los caballos.
Sin ocuparse s de los cerdos, 6abriel !a a situarse en el centro del
patio. No necesita esperar uc"o para percibir en el patio conti#uo #ritos
5 risas, 5 reconocer una !o= Eue detestaK con caisa acuc"illada, cal=as
de terciopelo 5 botas brillantes, 6on=alo aparece acopa2ado por dos de
sus cortesanos. Sin diri#ir ni una irada al indio Eue parece ser, i#noran
a 6abriel 5 se di!ierten con el desconcierto. Ano de ellos a#arra a una
>o!en sier!a 5 la su>eta por la Guer=a, >u#ando con ella 5 oGreciHndosela al
#orrino s !iolento. Antes de Eue el cerdo car#ue, 6abriel blande su
a=a estrellada 5, de un seco #olpe en el bra=o, epu>a al ibHcil,
obli#ndolo a soltar a la uc"ac"a.
TQCa#uen DiosR T#ie el bellacoT. Ese acaco "a estado a punto de
ropere la u2eca.
Suriosos, 6on=alo 5 su copa2ero se disponen 5a a #olpearlo, pero se
Euedan in!iles cuando Hl se Euita el #orro 5 des!ela su rostro. Con el
dorso de la ano, 6abriel se Grota las e>illas para ser s reconocible
aFn.
6on=alo es el priero en sobreponerse 5 recuperar el sarcaso.
TQ&ero EuH sorpresaR Ai#os 7os, os presento a don 6abriel
MontelFcar 5 Slores. QNos lo "an tra7do con los cerdosR Mu5 bien, Euerido,
por Dn estis en un lu#ar di#no de !os.
A su lado, los otros dos "an desen!ainado 5a la espada. 6abriel los
i#nora.
TSe os cre7a desaparecido, "uido 5 tal !e=, incluso, uerto Tsi#ue
di!irtiHndose 6on=aloT. &ero no, Qestis u5 !i!o 5 lleno de ierda, por
lo Eue pareceR UDebo entender Eue i Euerido "erano Srancisco se "a
decidido, por Dn, a patearos el culoV
La !iolencia inunda la irada de 6abriel. 6on=alo 5 sus copa2eros
dan dos pasos "acia atrs.
TEl inDerno os abre las puertas, 6on=alo Tc"irr7a 6abriel,a#itando su
a=aT. Ia lle#ado el d7a de Eue !a5is a ocupar el lu#ar Eue tenHis
reser!ado all7.
TQCarabaR QPuH iedo e dais con ese c"iriboloR Tse carca>ea
6on=alo.
TCon este c"iribolo, 6on=alo, os aplastarH los co>ones. No tenHis
suerte. No so5 de los Eue esperan a Dios para casti#ar a los crpulas de
!uestro estilo. TendrH el placer de encar#are 5o iso.
El iedo crispa por unos instantes la boca de los copa2eros de
6on=alo. Es el oento Eue 6abriel eli#e para arro>arse "acia adelante.
Las espadas se cru=an, 5 Hl las aparta con un !iolento re!Hs de su bra=o.
El bronce de la a=a resuena contra las "o>as. 6on=alo retrocede dando
un peEue2o brinco 5 saca una da#a de las cal=as. Con un bre!e #olpe,
intenta alcan=ar el bra=o de 6abriel. Su "o>a slo encuentra el !ac7o, 5 la
brutalidad de su #esto lo deseEuilibra. Inclinndose para escapar del
a=ote de las espadas de los otros dos, 6abriel le asesta un #olpe !iolento
en el uslo.
7
6on=alo se derruba en el centro del patio con un #rito de dolor.
6abriel Euiere repetir el ataEue, pero la punta de la espada le atra!iesa el
unku 5 le ro=a las costillas. Oueda por el suelo ientras abos espa2oles
a=otan el aire a diestro 5 siniestro. Contiene las "o>as con la a=a.
Laentableente, el an#o, u5 da2ado por los Dlos, se debilita u5
pronto. &or unos se#undos piensa en aEuella terrible ipotencia Eue
tantas !eces "a !isto en los #uerreros incas cuando, con la espada,
destru7a sus aras. Coo ellos, u5 pronto slo !a a Euedarle la carne
para oGrecer al "ierro. C entonces, se le ocurre la idea.
Con un aullido de odio, da s aplios olinetes 5, coo una piedra
de "onda, lan=a la a=a al rostro s cercano. El espa2ol no tiene
tiepo de esEui!arlaK el bronce se incrusta en la e>illa 5 destro=a los
"uesos con un cru>ido seco, ientras el "obre cae, 5a inconsciente.
Apro!ec"ando el espanto del otro cobatiente, 6abriel se lan=a a a#arrar
uno de los coc"inillos asustados por el cobate 5 lo blande en el e@treo
de su bra=o Te@tra2o escudo #ru2idorT cuando su asaltante Dnta para
atra!esarlo. La espada se cla!a en el anial coo si Guera anteEuilla,
tan proGundaente Eue Eueda atrapada en Hl. Con un o!iiento de #iro
5 con todas sus Guer=as, 6abriel tira el #orrino al otro lado del patio. Con
el #olpe, la espada des#arra las entra2as del pobre anial 5 le arranca
c"illidos de a#on7a, ientras, con un puntapiH en el !ientre, 6abriel
aparta al cortesano desarado. Slo necesita dos brincos para lle#ar
"asta 6on=alo. Con deente ener#7a, se tira encia de Hl 5 cierra las
anos alrededor de su #ar#anta.
TTodo "a terinado, 6on=alo TascullaTK todo "a terinado. El
undo no Euiere saber 5a nada de !os.
Iipnoti=ado por la asD@iada irada de 6on=alo, 6abriel no o5e los
#ritos ni el ruido de unas botas a su espalda. Cuando la "errada punta de
una suela se cla!a en sus costillas, la sorpresa 5 el dolor le cortan la
respiracin.
Suelta su presa 5 cae entre las piernas de 6on=alo. Antes de Eue
pueda le!antarse, un nue!o #olpe en la sien lo de>a edio aturdido. Le
a#arran. Ce#ado, con la cabe=a =ubante, no se debate 5a. Apenas si es
consciente de Eue le atan las anos a la espalda. El Guror de la
Grustracin le da una postrera ener#7a. Iaciendo acopio de las Guer=as
Eue le Euedan, "ace aden de le!antarse para Eue le reaten por las
buenas.
C es lo Eue parece ocurrir. Su nuca estalla, 5 todo es 5a oscuridad.
La ne#rura se enro>ece, se "ace l7Euida 5 conGusa antes de con!ertirse
en un dolor luinoso. An artilleo =uba en Hl coo si le #olpearan de
los pies a la cabe=a. Con asobro, 6abriel ad!ierte Eue sus anos le
obedecen 5 se ue!en. Se pasa los dedos por el rostro. Puedan
prin#ados por la "uedad tibia de la san#re.
Abre los prpados. Necesita unos oentos para a>ustar la irada, 5
entonces coprende.
Est tendido sobre la tierra batida de una estancia. La reconoce? se
alo>aba aEu7 iso "ace uc"o tiepo, antes de abandonar Cu=co por
orden de don Srancisco. Atnito aFn, se incorpora para sentarse.
A #olpes de a=o, un "obre, alto 5 obeso coo una barrica, cierra
con precaucin en el tobillo derec"o de 6abriel el #rillete de una cadena
D>ada en el uro. A pesar de su !oluen, sus #estos son de asobrosa
8
precisin. 6abriel ad!ierte Eue sus o>os ne#ros no e@presan crueldad ni
placer ientras lle!a a cabo su tareaK s bien, aburriiento. Cuatro
"obres le rodean 5 le iran, con aspecto tor!o e indiGerente.
TUCo te llaasV Tpre#unta 6abriel.TEnriEue Ieroso, don
6abriel, pero is ai#os e llaan PuiEue.
TIa= tu traba>o, PuiEue, 5 no te preocupes por nada s.
Con un suspiro, PuiEue prosi#ue, 5 6abriel aprieta los dientes. Intenta
abstraerse en el e@aen de los reciHn lle#ados, cu5a cara no conoce.
TabiHn son nue!os sus c"alecos, de cuero u5 #rueso 5 con el blasn
de los &i=arro incrustado? pino 5 pinas, rodeados de dos osos andando
sobre pi=arra. Las alabardas de "o>as crecientes Eue lle!an de Gora
descuidada en los "obros, son i#ualente nue!as. As7 pues, suido en
su obser!acin, casi sin sorpresa, los !e apartarse de pronto para dar
paso a un "obre alto, con la barba Dnaente recortada 5 la #or#uera de
enca>e ipecable 5 alidonada? don Iernando &i=arro.
TEsto5 acabando, se2or Tdice el "obre #ordo.
C da un Fltio #olpe de a=o, Eue resbala lo >usto para a#ullar el
tobillo de 6abriel, de Euien arranca un #eido. El carcelero suelta una
risa turbada.
TCon esta cadena en la pata, no podr ir a bailar, don Iernando.
T&erGecto, EnriEue Tse di!ierte IernandoT. OGrecereos un baile de
los nuestros a aese MontelFcar 5 Slores.
Cuando el #ordo se le!anta >adeando, 6abriel aprieta los dientes para
ponerse en pie sin deostrar el !Hrti#o Eue le pone el esta#o en los
labios. Su pierna est tan dolorida Eue apenas lo sostiene.
Iernando ue!e la cabe=a.
TEl tiepo pasa para !os sin Eue "a#is #randes cabios, don
6abriel. Os de>H con la bilis en los labios 5 os encuentro del iso odo
treinta eses s tarde. AunEue, considerando !uestro ata!7o, del
iso odo no es e@acto. A"ora estis un poco s aba>o 5 u5 cerca
5a del Goso del estiHrcol.
6abriel escupe una sali!a ro>a.
TMu5 bien Tdice IernandoT. Ie aEu7 lo Eue e@plica el olor Eue Jota
por estos pa#os desde Eue lle#asteis.
&arece Eue uno de los "obres con c"aleco de cuero Euiere a!an=ar,
pero Iernando lo retiene con un aden.
TMontelFcar, esta !e= no podrHis contar con don Srancisco para
sacaros las casta2as del Gue#o. AEu7, a"ora, el due2o so5 5o. Mi buen
"erano el #obernador se sinti tan Geli= !iHndoe re#resar de Espa2a
Eue e nobr, u5 oDcialente, teniente.#obernador. C, por Gortuna,
"a abierto por Dn los o>os por lo Eue a !os se reDere. Supo co "ab7ais
abandonado la isin Eue os conD.
TQBuen pro!ec"o os "a#aR Tc"irr7a 6abriel, apo5ndose en la pared
T. El t7tulo, por #rande Eue sea, no basta para ocultar la ediocridad de
Euien lo lle!a. Sois estiHrcol, 5 estiHrcol se#uirHis siendo, don Iernando.
Con un Guerte boGetn, la ano en#uantada de Iernando re!ienta el
labio superior de 6abriel, Eue cae a cuatro patas.
TQNo estis 5a en condiciones de "aceros el listillo, perro sarnosoR T
silba IernandoT. &odr7a aplastaros a"ora iso coo la ierda Eue
sois. &odr7a de>aros en anos de 6on=alo, Eue slo sue2a con !aciaros
las tripas con una cuc"ara. &ero ser7a "aceros deasiado "onor. En
9
Toledo e e@plicaron cuidadosaente Eue les #ustaban los procesos.
Mu5 bien, pues tendrHis un proceso, 5 en la Gora debida. As7, toda
Espa2a sabr por EuH "eos col#ado la bastarda de5eccin de los
MontelFcar 5 Slores. Toda Espa2a, ai#o 7o, recordar el nobre del
prier traidor a la corona en las tierras del &erF.
Ana e@tra2a risita brota de la ensan#rentada boca de 6abriel.
TTendrHis Eue "acer u5 pronto ese proceso, don Iernando. <uestros
Eueridos "eranos trataron tan bien a Manco 5 a los su5os Eue los incas
son a"ora Deras sedientas de san#re. Manco 5 sus #enerales "an reunido
decenas de iles de "obres en los !alles del norte de Cu=co. Los "e
!isto con is propios o>os. QSon s de cien ilR Ma2ana o pasado
a2ana, sern el doble 5 estarn aEu7...
Sus palabras producen en los "obres Eue rodean a Iernando el
eGecto deseado. Las iradas se cru=an, duras 5 serias. La risa de
Iernando "uele en e@ceso a desprecio.
TQPuH noticiaR Si esos tipos ia#inan Eue !an a recuperar la ciudad
con sus #ui>arros 5 sus peda=os de adera, suceder coo de
costubre? !aos a "acerles peda=os. En !uestro lu#ar, don 6abriel, no
conGundir7a 5o la !elocidad con el tocino. C la oracin os sal!ar7a e>or
Eue esos sal!a>es de lo Eue os a#uarda.
*
CABCO, $ DE MACO DE ,9$:
No le "an "ec"o la liosna de un >er#n. En una esEuina, el carcelero
"a de>ado una >arra de a#ua 5 tres a=orcas de a7= "er!idas. Durante
dos d7as, apenas las toca. Abre !a#aente los prpados cuando el
"obre #ordo !a a coprobar Eue si#ue con !ida.
TUDon 6abrielV
TAEu7 esto5, PuiEue. Bueno, lo Eue Eueda de 7...
TSiento lo del...
PuiEue iita el o!iiento del a=o Eue resbal "acia su tobillo.
6abriel le!anta una ano, indiGerente, 5 una risa Eue parece una tos le
des#arra la #ar#anta.
TTe cre7a s "bil. UNo lo "iciste adrede, entoncesV
TClaro Eue no, don 6abrielK os lo proeto. Desobedec7 incluso las
rdenes de don Iernando al de>aros !uestra...
Con una ano, el carcelero se2ala la chuspa. &ara ol!idar los dolores
Eue irradian sus Fsculos, 6abriel "a ascado todas las "o>as de coca
Eue conten7a su Fnico eEuipa>e. En !erdad "a asticado tantas Eue la
ins7pida pasta de las "o>as se "a !uelto tan #rande coo un "ue!o entre
sus e>illas.
T6racias, PuiEue Tarticula apacibleenteT. Ten la bondad de
de>are a"ora.
10
El #ordo le da de beber sosteniHndolo por la nuca. 6abriel siente su
sudor, su "edor a#rio, pero, curiosaente, aEuella presencia "uana
7ntia, en su estado de e@treada debilidad, le parece tan ila#rosa Eue
las l#rias asoan a sus o>os.
<uel!e a estar solo.La Gati#a se "a esGuado, des"ec"a en una nusea
Eue no le abandona 5a, ni siEuiera cuando se tiende en el suelo de la es.
tancia. SFbitos accesos de Debre le de>an tebloroso 5 ao!illado al pie de
un uro, con los dedos en#arDados a su cadena coo si pudiera
ipedirle =abullirse en la nada.
Tiene iedo del sue2o. Sin ebar#o, se sue en Hl coo una piedra
para ser !7ctia, todas las !eces, de un e@tra2o delirio. Anas i#enes le
persi#uen, tan e@tra2aente !er7dicas, tan palpables coo la realidad, 5
no puede creer Eue sean un sue2o.
<e claraente las patas de su caballo ba5o "undiHndose con
brutalidad en la costra de sal de un desierto s blanco Eue un lien=o 5
cu5o nobre no recuerda 5a. El a#ua #or#otea entre los cascos 5 las
patas rotas. Los #randes o>os redondos del ba5o se cla!an en Hl,
iplorantes. Se !e a s7 iso, in!il por uc"o tiepo, con los bra=os
unidos alrededor de la cabe=a del anial ientras el sol lo calcina. C
lue#o, de un solo #olpe, su da#a se "unde en la #ar#anta del caballo.
C"orros de san#re, uc"a s de la Eue nin#una bestia podr7a
contener nunca, escapan sin Eue el sol pueda coa#ularla. La san#re
"ier!e 5 parece Eue Euiera tra#rselo todo.
El sol es a"ora inenso, tan #rande Eue dir7ase Eue se posa en el
"ori=onte de la tierra 5 Eue no "a5 5a sobra al#una. 6abriel Euiere
prote#erse "undiHndose en el cuerpo de su caballo. &ero cuando abre el
!ientre del ba5o coo se abre una Gruta, se con!ierte Hl iso en un
anial, una especie de Dera capa= de brincar 5 escapar de aEuel lu#ar de
uerte.
La locura del sue2o lo arrastra "acia un placer intenso. Lo Eue !i!e 5
!e entonces no tiene 5a !7nculo al#uno con la ra=n. El sol est de nue!o
le>ano, es apacible. El desierto "a desaparecido.
Cada !e= Eue brinca, sus prodi#iosos saltos le colan de un #oce
inGantil 5 !iolento. La sobra de su silueta, la de un poderoso 5 Gabuloso
Gelino, se desli=a por los replie#ues de los capos 5 el pol!o de los
cainos. Sus Jancos de pela>e corto 5 recio apartan el Golla>e de los
rboles s altos. Las rocas aco#en con dul=ura sus #arras cuando se
apo5a en ellas. Coo si Guera un p>aro, la brisa es su ai#a 5 lo lle!a.
Su carrera lo conduce s all de la inensidad a=ul del Titicaca, 5
all7, tendido de costado, escuc"a la leccin del due2o de las piedras. Le
!e >u#ar con un #ui>arro de "onda, Eue lue#o lan=a "acia el cielo. 6abriel,
pasado, contepla co la piedra se antiene all7, coo si se "ubiera
!uelto s li#era Eue una plua. El due2o de las piedras le sonr7e. Es
una sonrisa aco#edora 5 triste, en la Eue 6abriel adi!ina un deseo sin Eue
se "a5a pronunciado palabra al#una.
O5e, entonces, una risa.
<estida de blanco, aparece Anaa5a, Eue abra=a una estatua de oro,
una estatua tan !i!a coo un "obre. Alar#a la ano "acia Hl 5 le llaa.
TQ6abrielR
Es una llaada sua!e 5 cantar7na, a la Eue no puede resistirse. &or
u5 Dera Eue sea a"ora, !a a reunirse con ella.
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Cuando se tiende a su lado, ad!ierte Eue el "obre de oro no se
encuentra 5a all7. C Anaa5a est desnuda, tan "erosa coo Gr#il, tan
deseable coo oGrecida. No da el enor si#no de iedo. Abra=a su cuello
de Dera, besa su "ocico 5 sus Gauces, Eue podr7an destro=arla. No siente
las =arpas cuando Hl pone en ella sus patas.
No son, por lar#o rato, s Eue Gelicidad 5 apaci#uaiento, 5 lue#o,
por encia del "obro de Anaa5a, 6abriel descubre al "obre de oro,
Eue los !i#ila desde las sobras. Brilla coo una estrella en la noc"e.
Sin ni un solo o!iiento de labios, se diri#e a Anaa5a. Ella
abandona a 6abriel sin !acilar. No se !uel!eK no o5e el ronco ru#ido,
aEuel #rito de Dera Guriosa 5 "erida de uerte Eue resuena entre las
onta2as.
La !iolencia de su propio laento le des#arra la #ar#anta, 5 abre los
prpados.
El sudor pe#a a su pec"o los "arapos. Ana a#ria sali!a epasta su
boca. El dolor Eue le perGora el crneo desde las patadas en el patio de
6on=alo le asalta de nue!o.
An oento s tarde, transido, no sabe 5a si "a so2ado o si est
!ol!iHndose loco. Si tu!iera Guer=as para "acerlo, ro#ar7a a Dios para
dorir con un sue2o de !erdad "asta el Dnal de los tiepos.
El Gr7o de un aanecer, arrastrado por la !iolencia del !iento, le
despierta por las buenas. &or el estrec"o !entanuco Eue se abre en la
estancia entra un "elor Eue anuncia el in!ierno.
En la dHbil luinosidad Eue precede al d7a, 6abriel descubre el
espantoso estado en el Eue se encuentra. La tFnica, de una repulsi!a
suciedad, est des#arrada. Apenas le cubre 5a. Le duele todo el cuerpo,
de la cabe=a a los pies. Con la 5ea de los dedos se palpa el rostro,
"inc"ado aFn por los #olpes recibidos. Ba>o el #rillete de la cadena, el
tobillo se !e en carne !i!a. La nusea "a desaparecido, pero la cabe=a le
si#ue =ubando coo si el cora=n, see>ante a un tabor, redoblara
con Guer=a.
Cautaente, se o>a los labios tueGactos en el a#ua de la >arra 5
bebe al Dn. Las a=orcas de a7= Eue el carcelero le entre# dos d7as
antes estn endurecidas. Sin ebar#o, el "abre Eue lo atena=a es
deasiado Guerte para no de!orarlas.
Entonces ad!ierte Eue los redobles Eue "a o7do no proceden de su
enloEuecido cerebro o de su cuerpo "erido. Son autHnticos redobles de
tabor, cada !e= s !iolentos 5 cercanos.
Oecuperando la lucide=, a#u=a el o7do. Epu2a la cadena para
alcan=ar el !entanuco precisaente cuando brotan, alrededor de la
a=orra, los prieros #ritos de los espa2oles.
TQIncasR QIncasR
La estrec"e= del !entanuco ipide su !isin. &riero, no !e nada. Los
#ritos enloEuecidos proceden a"ora de todas partes, pero una densa
penubra pesa aFn sobre la ciudad.
TQIncasR QIncasR
12
An enore estruendo de tropas, aullidos 5 #ritos llaa su atencin
desde las colinas del este, Eue doinan la ciudad. Lo Eue descubre all7 lo
"iela s aFn Eue el !iento #Hlido Eue a=ota su rostro.
&arecen setos o arbustos sacudidos por las borrascas, pero, de la
tupida asa, sur#en bra=os, lan=as 5 oriJaas. QMiles de siluetas se
recortan en la blancura del cieloR
El inenso e>Hrcito inca rodea Cu=co, cubriendo la cresta de las colinas
coo el cuerpo de una serpiente onstruosa. Durante la noc"e, el !iento
"a barrido el !erde de las s altas terra=as, depositando all7 esa
ultitud coloreada Eue aulla a"ora a pleno puln.
El redoble de los tabores 5 el sonido #ra!e de las caracolas
auentan. El pnico arro>a a los espa2oles a las calles.
&asado el prier estreeciiento de espanto, 6abriel slo puede
adirar aEuel espectculo e@traordinario. QAnaa5a 5 Manco "an puesto
en arc"a su planR El placer de la !en#an=a le caldea el cora=n. Ol!ida
lo Eue para Hl 5 para los centenares de espa2oles de Cu=co contiene de
aena=a.
A decir !erdad, EuH le iporta a"ora perecer en tan erecida
atan=a. Ms !ale orir por la ano de los #uerreros diri#idos por
Anaa5a Eue ba>o los !iciosos #olpes de Iernando 5 6on=alo.
Durante "oras, no abandona el !entanuco. A cada instante, espera el
ataEue Eue no puede tardar. No duda de su poder ni de su e@treada
!iolencia.
Lo sorprendente es Eue, a ediod7a, el inenso e>Hrcito inca si#ue sin
atacar la ciudad.
Las "ileras de los #uerreros parecen "aberse ultiplicado "asta el
punto de Eue 5a no se distin#uen los !i!os colores de las tFnicas, sino
una sola asa oscura 5 copacta. El ensordecedor estruendo no "a
cesado. En cabio, 6abriel no percibe 5a #ritos alrededor de la
a=orra, ni un solo o!iiento. Cu=co parece abandonada.
As7, cuando o5e Eue corren el cerro>o Eue cierra su puerta, se petriDca
con la cadena en los pu2os.
Aparece su pan=udo carcelero, con un #ran odre de piel en una ano 5
en la otra una anta Eue contiene tortas de a7= 5 patatas "er!idas.
TQPuiEueR
TNo e recibis tan aableente, don 6abrielK no ere=co !uestro
a#radeciiento.
TOecibir7a bien ai propio diablo, i buen PuiEue. Nunca e "ab7a
dado cuenta de "asta EuH punto el rostro de los des nos conDra
nuestra propia e@istencia.
TNo e !en#is con DlosoG7as, don 6abriel. No coprendo nada de
ella en oentos coo HsteK ni nunca, por otra parte.
Entonces, 6abriel ad!ierte el iedo Eue c"orrea por su rostro. PuiEue
e@aina cada rincn de la estancia coo si pudiera ocultar un e>Hrcito de
indios. Arro>a su car#aento a los pies de 6abriel.
TQTendrHis Eue liitaros a esto durante al#Fn tiepoR TascullaT.
Lo siento, es todo lo Eue "e podido encontrar.
TQE", e" Tprotesta 6abrielT, deben >u=#are para "acer Eue uera
de "abreR
La risa del tipo carece de ale#r7a.
13
TLo "abHis o7do coo nosotros. Los sal!a>es estn aEu7. Deber7ais
estar contento de Eue "a5a pensado en !os antes de lar#are.
TUIu7sV ULos espa2oles abandonan la ciudadV
TDe nin#Fn odo. Nadie "u5eK es 5a deasiado tarde. &ero 5o
cono=co un a#u>ero por el Eue desaparecer antes de Eue los indios e
descabecen.
El "obre se acerca al !entanuco 5 ec"a una irada a las colinas.
TLo Eue se !e desde aEu7 no es nada. Estn por todas partesK al sur,
la llanura est cubierta de ellos. Ian atrapado 5a a dos >inetes Eue
intentaban pasar. Ian cortado las patas de los caballos 5 la cabe=a de los
>inetes.
L&or lo tanto Tpiensa 6abrielT, Iernando se "a de>ado sorprender
por su or#ullo 5 su desprecio "acia los incas.N
TLo e@tra2o es Eue no "a5an atacado aFn Tsuspira el #ordo,
apartndoseT. A i entender, tienen al#una idea en la cabe=a. Ms
!aldr no estar en su caino cuando Euieran ostrrnosla.
TMe sucede al#o e@tra2o, PuiEue.
TUPuHV
TNo e apetece uc"o orir.
El carcelero le contepla con un asobro sin l7ites.
TUC EuH puedo "acer 5oV Os "e dado todo lo Eue ten7a. No os
preocupHis. TenHis bastante "asta Eue se nos ec"en encia. C creo Eue,
en ese oento, no ser el "abre lo Eue s os atorente.
TTe lo a#rade=co pues, PuiEue.
La tranEuilidad 5 la resi#nacin de 6abriel sorprenden una !e= s al
#ordo, cu5os o>illos ne#ros se redondean.
TNo e lo a#rade=cis continuaenteK e olesta s Eue si e
ri2erais. Toad.
De las proGundidades de su u#riento >ubn, saca un paEuete 5 lo
pone en la ano de 6abriel.
Es una #ruesa lonc"a de >an en!uelta en corte=a de cerdo. La
#rasa, en sus anos, llena de sali!a la boca de 6abriel. Iace un #esto
"acia el carcelero, Eue se diri#e a la puerta 5 le da la espalda.
T<ais a a#radecHrelo otra !e= Tasculla.
TSlo a re=ar para Eue si#as !i!o.
La espalda del "obre no se ue!e.
TMe "an dic"o Eue ni siEuiera creHis en Dios, don 6abriel.
TCreo lo bastante coo para re=ar por ti, ai#o 7o. Cuando la
puerta se cierra, 6abriel se Eueda solo 5 transido. AunEue el iedo trepa
por sus iebros, antiene la lonc"a de >an en las anos ientras
los labios ururan. Tal !e= sea una oracin.
14
$
CABCO, : DE MACO DE ,9$:
El carcelero se eEui!oc.
Los #uerreros incas no atacaron ni ese d7a, ni al otro, ni al si#uiente.
AFn peranecen en las laderas 5 en las crestas de las colinas. De la
a2ana a la noc"e su nFero auenta s 5 sK ocupan toda la
e@tensin de la llanura, al sur de la ciudad. &or la noc"e se encienden
iles de "o#ueras 5 dibu>an un alucinante cordn de lu= alrededor de
Cu=co, coo si estu!iera ce2ida por una diadea de brasas. Sin
ebar#o, los #ritos, los aullidos 5 los redobles de tabor "an callado. C
ese silencio, esa espera, #ra!itan tan pesadaente sobre los espa2oles
Eue, de !e= en cuando, 6abriel o5e los deentes braidos de Euienes no
pueden 5a soportar la aena=a.
TabiHn Hl, tras dos d7as de ese rH#ien, se siente doinado por la
ipaciencia del cobate. La espera 5 la ino!ilidad Gor=ada le periten,
al enos, recuperar Guer=as 5 apaci#uar sus dolores, a pesar del escaso
aliento Eue se concede, cada d7a, por precaucin.
Teiendo Eue los esbirros de 6on=alo apro!ec"en esas e@tra2as "oras
para de#ollarle a "urtadillas, se perite slo unos instantes de sue2o.
Distrae su tedio conGeccionando una ara ipro!isada. Cuidadosaente,
rope la >arra de a#ua abandonada por el carcelero para obtener,
prolon#ando el asa, un Gra#ento lar#o 5 #rueso. Durante "oras, con
#esto aEuinal, pule el Dlo en las piedras del uro. &ero ese o!iiento
repetiti!o le !ac7a el esp7ritu 5 no puede de>ar de pensar en Anaa5a.
Los sue2os lacerantes 5 enloEuecidos lo "an abandonado, pero no el
rostro ni el particular perGue de la piel de su aada. El tintineo de la
risa o del placer de Anaa5a dan=a en su cerebro coo una cancin. De
!e= en cuando, al palpar el pulido cada !e= s perGecto de la cerica,
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cierra los prpados. Ba>o la 5ea de los dedos se ia#ina ro=ando aFn la
nuca 5 los loos de su iposible aor.
QO", EuH Gelices podr7an ser en este instante si ella le "ubiera se#uido
5 "ubiese "uido de ese caos, con Hl, "asta el la#o TiticacaR
Laentableente, le basta con abrir los prpados para edir toda la
ce#uera de sus esperan=as 5 la realidad Eue le rodea, la cadena Eue
a#ulla su pierna, el >er#n podrido 5 ese ra5o de lu= Gr7a, ne#li#ente,
Eue atra!iesa coo una da#a la #ruesa pared de la crcel.
Anaa5a est le>os, en la onta2a. Es la esperan=a !i!a de un pueblo
al Eue Hl no pertenecer nuncaK Hl, 6abriel MontelFcar 5 Slores, el
e@tran>ero lle#ado de tan le>os para robar su pa= 5 su destino. Su
super!i!encia lo e@i#e? los incas deben toar Cu=co, !ol!er a ser sus
poderosos due2os 5 destruir a todos los espa2oles, Qsin e@cepcinR A Hl
coo a los des. Mu5 pronto 5a slo ser para ella un recuerdo, Eue
Manco 5 el poderoso sacerdote <illa Oa procurarn borrar de su
eoria.
UCo pudo creer, ni un solo instante, Eue las cosas ser7an distintas,
Eue podr7a toarla de la ano coo a una u>er ordinaria 5, abra=ados,
cainar >untos "acia la GelicidadV
Si Dios e@iste, Dios le casti#a por esa ce#uera... C si no e@iste, pa#a
sipleente su in#enuidad.
QBa"R Se rasca la piel "asta "acerse san#re para no perderse en el
inFtil torbellino de las pre#untas.
El peda=o de arcilla Eue pule con cuidado desde "ace dos d7as le
parece, de pronto, coo la s #rotesca obra Eue "a5a lle!ado a cabo. El
absoluto ol!ido en Eue lo antienen es uc"o peor aFn Eue si lo
de#ollaran. U&ara EuH necesita una araV Los &i=arro no se toarn, ni
siEuiera, el traba>o de "undirle una "o>a en el cuerpo. Les basta con
ol!idarlo, con de>ar Eue actFen la sed 5 el "abre, con abandonarlo al
Guror de los #uerreros indiosK eso es todo.
Entonces, colHrico, lan=a contra la pared el Gra#ento de arcilla, Eue
estalla 5 se "ace pol!o.
Tras un instante de estupor ante su propio #esto, 6abriel se enco#e, se
rodea con su cadena coo un ron=al 5 busca el sue2o coo se entra en
la nada.
Le despierta un li#ero ruido. Es un c"irrido Eue reconoce. Estn
le!antando discretaente el pesado adero Eue cierra la puerta de la
celda.
&or instinto, se incorpora sobre los bra=os. En silencio, reco#e los
eslabones de la cadena 5 los aprieta en el pu2o, coo un a=ote. Su
resi#nacin se "a a"o#ado en el sue2o. El deseo de cobate le caldea los
r72ones. Su or#ullo e@i#e Eue se deDenda con el odio suDciente coo
para acabar con sus a#resores.
Est tan oscuro Eue no puede !er co se abre la puerta, pero percibe
un bre!e o!iiento de aire. Es iposible, tabiHn, saber cuntos son.
Tan discretaente coo puede, se enco#e contra el uro 5 peranece
a#ac"ado. Se obli#a a respirar despacio e intenta no pensar en Eue su
Fltia "ora "a lle#ado.
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De pronto c"irr7a el posti#o de un Ganal. El brillo aarillo de una !ela
recorre los uros antes de posarse en Hl. Cuando lo capta, la lpara
parece a#itada por su sobresalto.
TQ6abrielR
Incluso ba>a 5 !elada, reconoce la !o= uc"o antes de distin#uir el
lar#o sa5al.
T6abriel, no teasK slo so5 5o.
TQBartoloHR QSra5 BartoloHR
TS7, ai#o 7o Tsusurra BartoloH con una sonrisa en la !o=.
Coo si deseara acabar con cualEuier duda, el on>e introduce en la
e=Euina lu= su ano, cu5os dedos edio 5 anular estn e@tra2aente
pe#ados.
TQDiablos Te@claa 6abrielT, eres el Fltio al Eue esperaba !er aEu7
esta noc"eR
T&or eso "e toado la precaucin de iluinare antes de Eue
saltaras sobre 7...
6abriel r7e de>ando caer su cadena.
TQBien "ec"oR
C cuando el on>e se acerca para abra=arlo Graternalente, 6abriel le
rec"a=a con un #esto.
TTe estrec"ar7a con placer contra i pec"o, pero creo Eue e>or ser
abstenerse.
Con un lento o!iiento de la lpara, BartoloH lo e@aina de la
cabe=a a los pies.
TQMi pobre ai#oR QEn EuH estado te "an de>adoR
TLo cierto es Eue debo de apestar a !einte le#uas.
TToa esta lpara e ilu7nae Tsusurra BartoloHT. Ten#o Guera
lo necesario para de!ol!erte el aspecto "uano.
Instantes despuHs, re#resa con un #ran cesto en los bra=os.
TCoida bastante para saciarte Tanuncia de>ando la car#a a los pies
de 6abrielT. A#ua en cantidad, para Eue puedas la!arte 5 beber, 5
al#unos un#Wentos para las lla#as 5 los c"ic"ones.
TLo necesario para a#uantar un sitio...
TQTF lo "as dic"oR &ero 5a "ablareos de eso s tarde. &riero sacia
tu "abre.
6abriel ue!e la cabe=a con eocin.
TA5er por la noc"e, e "ab7a resi#nado a orir solo coo un perro,
sin Eue nadie se preocupara de ipedir Eue los #usanos lipiaran i
cad!er. &ensH Eue la Fltia Ga= "uana Eue !er7a en este ba>o undo
iba a ser la de un carcelero pan=udo, no el peor de los "obres, por otra
parte, pero bastante ale>ado, a Dn de cuentas, de Eraso 5 de Scrates.
&ero ests aEu7 5 e siento capa= de arrancar con is anos esta
cadena del uro.
TDios sabe e@presar a su odo su ansedubre, 6abriel, aunEue
preDeras no ad!ertirlo Tse di!ierte BartoloH ientras le tiende un odre
llenoT. Me parece Eue ser7a bueno para abos Eue coen=aras
arre#lndote un poco. Laentableente, e preocupo tan poco por la
ropa Eue ni siEuiera "e pensado en traerte al#o para Eue te Euites esos
"arapos.
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TDon Iernando !ino a !ere para anunciare tu re#reso 5 tu arresto
Te@plica BartoloH ientras 6abriel arranca a dentelladas la carne
asada de un uslo de llaaT. C con su !o= s sua!e, e di>o?
LIerano, ese "obre slo erece la uerte. No dudo de Eue la tendr.
&ero sabeos Eue la caridad cristiana se oGusca ante las sentencias
apresuradas, de odo Eue !aos a oGrecerle al bastardo un proceso. En
estas condiciones, no !eo aEu7 a nadie s capa= Eue !os de reali=ar esa
tarea de anera irreproc"able...N C as7 e con!irti en tu >ue=.
Ana risita interrupe a BartoloH, lo Eue le da a 6abriel tiepo de
beber un poco antes de Eue el otro prosi#a.TDon Iernando re#res de
Espa2a s artero Eue nunca. Se encontr en u5 ala posicin en
Toledo. Los Htodos de los &i=arro "an escandali=ado a uc"a #ente de
la corte. Iasta en el entorno de la reina el Dn de Ata"uallpa cono!i.
TQMenos alR
TQO", la cosa no lle# u5 le>osR Le concedieron el "bito de Santia#o
cuando podr7a "aberse podrido en la crcel donde tF 5 5o nos
encontraos.
Ana sonrisa les une a ese recuerdo.
T&ed7 interro#arte inediataente Tprosi#ue BartoloHT. Me
disuadieron de ello con el prete@to de Eue era preciso de>ar Eue te
arrepintieras a solas por al#Fn tiepo. Lle#uH a la conclusin de Eue te
"ab7an de>ado "ec"o unos =orros.
TUDe EuH se e acusa e@actaenteV
TDe intento de asesinato en la persona de 6on=alo... &ero, antes, de
traicin por "aber abandonado la isin Eue te "ab7a conDado el
#obernador? se#uir a Ala#ro en su e@pedicin al sur.
TQBuena isinR Consist7a, sobre todo, en presenciar los "orrores Eue
derraaba Ala#ro a lo lar#o de todo el caino. No puedes ni ia#inar
lo Eue !i all7, BartoloH. ULa corte de Espa2a se cono!i ante el Dn de
Ata"uallpaV <oitar7a los "i#adillos si 5o pudiera ostrarle lo Eue is
o>os !ieron durante seanas. La carne de "orca Eue acopa2a a
Ala#ro !iola 5 ata indios coo si se tratara de ratas. Los ni2os, los
!ie>os, las u>eres, los enGeros..., para ellos nadie erece la !ida ni el
respeto. Les !i incluso decapitar a los uertos. En centenares de le#uas,
no "a Euedado una aldea Eue no "a5a sido incendiada, pillada, robada.
TIe o7do "ablar de eso.
TCo estaba all7 5 era ipotente. Cuando Euise protestar, Ala#ro e
apunt, sencillaente, con una ballesta. Ia#7nate lo Eue supone estar
en edio de ese suGriiento, d7a tras d7a, sin ser capa= de cobatirlo ni
siEuiera ali!iarlo. Ia#7nate la !er#Wen=a Eue representa ser un asesino,
coo la "e= de la "uanidad Eue se desenGrena, all7, babeando su Debre
de oro.
TU&or EuH lo dicesV TF no "as "ec"o nada.
TNo derraH suGriiento, pero tapoco lo iped7, 5 eso supone lo
iso. A partir de a"ora, en la irada de la #ente de este pa7s, todos los
espa2oles se parecen...
Con !e"eencia, 6abriel se2ala el !entanuco enro>ecido por las
"o#ueras de los incas.T&ara los iles de #uerreros Eue nos rodean 5
aullan all7, no "a5 buenos o alos e@tran>eros. &ara ellos, todos
ereceos ser e@terinados. )ste es el resultado de la pol7tica de
18
Iernando, de Ala#ro 5 de los secuaces del inDerno, coo 6on=alo, a
Euien se lo periten todo.
TDe>as al #obernador, al enos, al ar#en de esta lista Tad!ierte
BartoloH con un #esto apaci#uador.
OeGunGu2ando con aar#ura, 6abriel se le!anta 5 tira de la cadena
para ir a respirar un poco del aire Gresco Eue entra por el !entanuco.
TDon Srancisco no es un anial TaceptaT, pero sabe cerrar u5
bien los o>os cuando le con!iene, 5 le con!iene u5 a enudo.
En el cielo del este, el alba es apenas perceptible, tan iluinada est
la b!eda celeste por los Gue#os de los incas. Coo cada noc"e, las
colinas se inJaan con iles de "o#ueras, cu5os reJe>os alcan=an los
uros de Cu=co. AEu7 5 all se di!isan siluetas despla=ndose.
TCreo Eue tu proceso !a a ol!idarse Tad!ierte BartoloH, Eue se "a
acercadoT. <o5 a intentar liberarte, 6abriel. EncontrarH una "erraienta
para roper la cadena. Eso pasar Gcilente desapercibido, pues la
ciudad est en plena conGusin.
T6racias, Gra5 BartoloH, pero no te "a#as, sin ebar#o, deasiadas
ilusiones. Dentro o Guera, a"ora soos todos i#uales. La "ora de nuestro
>uicio parece "aber lle#ado.
&or un instante, abos peranecen silenciosos, Gascinados por el r7o
de Gue#o Eue une las colinas.
TTal !e= sean doscientos il Turura, de pronto, BartoloHT. Me
pre#unto EuH esperan para lan=arse sobre nosotros.
TEsperan, slo, Eue no ten#aos 5a nin#una posibilidad de resistir.
TQO Eue re!enteos de "abreR Cada !e= "a5 enos coida. Lo Eue
"e tra7do esta noc"e "e tenido Eue robarlo 5 no !ol!ers a !er pronto un
cesto tan lleno. Io5, un >inete llaado Me>7a "a intentado abrirse, a toda
costa, paso "acia la llanura. Ia sido derribado en un abrir 5 cerrar de
o>os. Lo "an decapitado antes de cortar los >arretes del caballo.
TUPuH ordena Iernando coo deGensaV
T&iensa reunir a los >inetes para lan=arse a la car#a, abrir una brec"a
en ese uro "uano e ir a pedir reGuer=os.
TUCuntos caballos si#niDca esoVTIabr unos sesenta, coo
@io, en la ciudad.
TQPuH estupide=R
BartoloH le lan=a una penetrante irada.
TU&or EuHV Tpre#unta al coprobar Eue 6abriel no dice nada s.
TQO"R, basta con reJe@ionar, pero don Iernando &i=arro est
deasiado con!encido de Eue Grente a Hl slo "a5 sal!a>es. Cono=co un
poco a sus >eGes de #uerra. Saben u5 bien co cobatios 5 dnde
estn nuestras debilidades. Estn esperando eso? una car#a en #rupo.
)sta "a sido nuestra Fnica tctica ilitar "asta "o5.
T&orEue siepre "a salido !ictoriosa.
TEsta !e= no ser as7. Los incas de>arn correr a los >inetes sin
intentar siEuiera retenerlos. O les entretendrn en una especie de Galso
cobate. UPuH ocurrir entretantoV Puedarn doscientos o trescientos
espa2oles en Cu=co Grente a cien il indios, 5 sin s deGensa Eue un par
de piernas 5 una espada. El cobate no durar ni un d7a, BartoloH.
Cuerpo a cuerpo, los soldados de Manco son teibles. Las piedras de las
"ondas atra!iesan las e>ores cora=as 5 Euiebran las "o>as de las
19
espadas. Te lo ase#uro? el ila#ro de Ca>aarca no se repetir por se#un.
da !e=.
TUPuH otra solucin EuedaV
TQLa pa=R De!ol!er a Manco todos sus derec"os reales, el oro
robado... &ero no !an a "acerlo, 5 es deasiado tarde de todos odos?
los incas no aceptarn 5a un trato. U&or EuH Drar la pa= cuando pueden
aplastarnos coo oscasV
BartoloH asiente con un o!iiento de cabe=a, pero su !o= es al#o
distinta cuando decide continuar "ablando.
TDon Iernando Dn#e creer Eue te "as con!ertido, a"ora, en un esp7a
de MancoK Eue participaste en su "uida, en la or#ani=acin de este
asedio...
TC Eue oculto una #ran estatua de oro, as7 coo a una princesa inca
Eue se nos presenta coo la esposa de ese "obre de oro Tconclu5e
6abriel con una risa aar#a.
TCoien=an a correr acerca de ti los s e@tra2os ruores, es cierto
Tsuspira BartoloHT. &ero, a Dn de cuentas, !erte re#resar aEu7
disGra=ado de capesino indio..., sin encionar tus acciones !iolentas.
6on=alo renEuea, pasa un al oento, 5 tF le ropiste el crneo a uno
de sus e>ores ai#os. U&or EuH tanto sal!a>isoV
Ia5 de pronto, en BartoloH, esa distancia, esa Gr7a curiosidad Eue a
6abriel, en el pasado, tan a enudo le pareci Eue ocultaba ne#ros
desi#nios.
TUEpie=a el interro#atorio del >ue=V
TQ6abrielR
TA"ora puedo 5a conGesrtelo sin rodeos, BartoloH? i #ran pesar es
"aber Gallado el #olpe. Mi a=a debi "aberse "undido en el cerebro de
6on=alo 5 no en el de su copa2ero. Acepto, s7, ser casti#ado por ello.
TTeo Eue si#o sin coprender las ra=ones de tanto odio, ai#o 7o.
6abriel !acila unos se#undos. El cielo palidece cada !e= s por
encia de las colinas. &arece Eue los #uerreros incas se a#itan s Eue
de costubre.
TIace s de un a2o, ientras 5o estaba le>os, 6on=alo Euiso !iolar
a Anaa5a Tdice con !o= sordaT. Esta Gec"or7a precipit la "uida de
Manco. Ni Hl ni ella estaban se#uros en Cu=co. 6on=alo no presui de
esta "a=a2a, claro est, 5 tF no pod7as saberlo.
TQDios del cieloR
T&or des#racia, 6on=alo alcan= a Manco 5 lo encarcel. Anaa5a, en
cabio, pudo escapar con aEuel enano ai#o su5o. Se ocult en la
onta2a para or#ani=ar la rebelin. Su ob>eti!o era, priero, liberar a
Manco, Eue suGr7a aEu7 iso las peores "uillaciones. Co no lo sab7a.
Slo supe Eue Manco era prisionero del loco de 6on=alo e ia#inH Eue
tabiHn Anaa5a deb7a de estar en sus #arras. AEuel ero pensaiento
e era insoportable. AbandonH en se#uida la e@pedicin de Ala#ro,
donde, de todos odos, estaba 5a "arto de "orrores...
TLo coprendo, lo coprendo...
BartoloH pone su ano en el "obro de 6abriel. Su !o= es de nue!o
clida 5 aistosa.
6abriel se aparta del !entanuco 5, en unas pocas Grases, cuenta co
Euiso atra!esar el e@tra2o desierto de sal para lle#ar de inediato a
20
Cu=co, conduciendo su caballo a la uerte 5 sal!ndose, Hl iso, slo
#racias a Xatari, el due2o de las piedras.
TEstaba coo uerto 5, literalente, e resucit.
TXatari... Turura con eocin BartoloHT. Siepre "e pensado
Eue ese "obre ser7a, entre nosotros, una especie de santo. Tiene coo
una presciencia de nuestros isterios. )l e ense2 is prieras
palabras en Euec"ua 5 5o sus prieras palabras en espa2ol. &ero supe,
slo irndole, Eue era una ala pura, una ala rara. Si Dios Euiere, e
coplacer !ol!er a !erlo.
TQA"R Te@claa 6abriel con entusiaso, casi sin escuc"ar al on>e
T, QdespertH en el lu#ar s "eroso del undoR Era un la#o inenso,
casi un ar. La #ente del lu#ar lo llaa Titicaca. Las onta2as Eue lo
rodean son las s altas Eue ia#inarse pueda, la nie!e las cubre de
anera peranente, 5 las cubres, al#unos d7as, se reJe>an en la
superDcie del a#ua coo en un espe>o. C sin ebar#o, el clia parece
tan sua!e coo en Cdi=. Los "abitantes son apacibles, aables. So2H
en re#resar all7 para !i!ir con Anaa5a. Iuir con ella all7...
Suspende la Grase. Las locas pesadillas de los d7as anteriores !uel!en
de pronto a su eoria. Puerr7a ser capa= de "ablarle de ellas a
BartoloH, pero al#o lo retiene. Tal !e= la !er#Wen=a de conGesar Eue, en
sue2os, se cree un anial. Se liita, entonces, a e@plicar su lle#ada a
Calca, cuando 5a los #uerreros de Manco aJu7an de todo el Iperio de las
Cuatro Direcciones.
TEntonces e di>o a la !e= Eue e aaba 5 Eue nos era iposible
se#uir >untos, Qpues la #uerra iba a estallarR En !erdad, BartoloH, lo Eue
e conGes as7, con la dul=ura de sus palabras 5 de sus besos, Gue Eue,
para ella, 5a slo era un e@tran>ero coo los des 5 Eue...
TQ6abrielR &or Cristo, 6abriel, ira... QDios onipotenteR
La e@claacin de BartoloH "iela a 6abriel. Iaciendo tintinear su
cadena, salta "acia el !entanuco. An #rito de estupor escapa de su
#ar#anta sin ni siEuiera ad!ertirlo.
En la penubra del d7a Eue nace, las "o#ueras parecen "aber ba>ado
de las colinas, coo si el r7o de Gue#o alientado por los #uerreros indios
se desbordara. El sonido lacerante de las tropas estalla bruscaente,
"aciendo teblar el aire 5, de inediato, alrededor del cielo, lo cubren
espantosas !ociGeraciones.
TAtacan Turura BartoloH con !o= neutra.
TQMiraR Tdice 6abrielT. QMira el cieloR
<uela una nube de Jec"as, tan prietas 5 densas Eue parecen una
cortina le!antndose del suelo. Suben con Guer=a 5 con una e@tra2a
lentitud. Brotan unos #ritos en espa2ol u5 cerca, en las calle>as,
ientras iles de Jec"as caen de pronto, a toda !elocidad, "acia el
suelo. &or instinto, BartoloH retrocede. &ero el tiro no lle#a aFn lo
bastante le>os coo para alcan=ar la cancha donde est la crcel. 6abriel
no o5e 5a los aullidos. Contepla el teln de uerte Eue cae, "aciendo
desaparecer los te>ados. A pesar del estruendo, el ruido de los ipactos
es coo un lar#o des#arrn sordo. Entonces, redoblan los tabores 5 las
tropas toan el rele!o.
TDebo partir 5 reunire con Iernando Tanuncia BartoloH.
6abriel lo su>eta del bra=o.
21
TA#uarda un instante. Es deasiado peli#roso. <a a ocurrir al#o
s...
Apenas "a terinado su Grase cuando un e@tra2o =ubido resuena
contra sus pec"os, coo si se abriera caino a tra!Hs de los #ritos 5 los
#eidos de dolor. &ero nada es !isible aFn.
TLas piedras de las "ondas.
S7, a la llu!ia de Jec"as sucede una torenta de piedras. C Hsta no
procede de las colinas, sino de la #ran Gortale=a de Sacsa5"uaan, Eue
doina Cu=co, u5 cerca de las !i!iendas 5 las calle>as. Las piedras
lle#an uc"o s le>os Eue las Jec"as. 6abriel 5 BartoloH o5en el
c"asEuido ate Eue "acen por todas partes contra los te>ados 5 las
paredes. Cada !e= "a5 s. Silban 5 #ru2en, 5 a !eces c"ocan en los
aires, tan nutrido es el tiro. La cosa dura 5 dura. Las aterradas llaadas
de los espa2oles auentanK las !ociGeraciones de las colinas les
responden. Ana nue!a sal!a de Jec"as se le!anta 5 se tiende sobre la
ciudad, e=clndose con las piedras de las "ondas en un dilu!io ort7.
Gero. &arece, literalente, Eue el cielo cai#a sobre Cu=co para e@terinar
su !ida, para de!orar la ciudad en una !en#an=a Eue slo cesar sobre
ontones de cad!eres.
TQTen#o Eue arc"areR T#rita BartoloH.
TEntonces, ponte esto encia Te@claa 6abriel, !aciando el
contenido del cesto para colocarlo, boca aba>o, en la cabe=a del on>eT.
QTe prote#er un pocoR
&ero, cuando BartoloH abre la puerta, se Eueda in!il.
TQO", Se2orR Turura esbo=ando la se2al de la cru= sobre su
pec"o.
En una decena de puntos, los tec"os de bla#o de Cu=co "uean 5a.
Brotan las llaas, de pronto, aEu7 5 all, coo si al#uien soplara sobre
ellas.
TLas piedras de las "ondas Te@plica 6abrielT. QEra para esoR Son las
piedras de las "ondas las Eue inJaan la pa>a de los te>ados.
T<an a Euear toda la ciudad T#ie BartoloH.
6abriel tira, rabioso, de su cadena.
TSi puedes, encuentra a al#uien Eue sepa librare de esta >odida
cadena de ierda.
TNo de>arH Eue te ases aEu7.
El on>e le abraza rpidaente.
TUMe lo proetesV
&ese a Eue asiente con la cabe=a, cuando BartoloH desaparece en la
atsGera saturada de "uo, 6abriel duda uc"o de Eue !uel!a a !erlo.
El !iento ati=a las llaas "asta entrada la noc"e. La ciudad entera es
slo una pira. Anas pocas casas, en torno a la pla=a a5or, se "an
librado, por estar Guera de alcance o porEue las "a sal!ado el !alor de los
indios aliados, Deles au@iliares de los espa2oles, Eue rie#an los te>ados
arries#ando su !ida.
En el crepFsculo, el "uo se "a "ec"o tan denso Eue, de !e= en
cuando, apenas es posible !er los uros de las calle>as. Acre, penetra en
los pulones coo un !eneno 5 des#arra los pec"os. Al#unos "obres
caen de rodillas 5 no pueden ni siEuiera #eir, pues les Galta el aliento.
22
Los caballos estn aterrori=ados 5 resoplan, con el loo estreecidoK
ue!en unos o>os irritados "asta san#rar, con los "ocicos palpitantes 5
los belGos teblorosos. Al#unos uerden a sus due2os con relinc"os Eue.
>ubrosos.
Slec"as 5 piedras atra!iesan sin cesar, silbando, el "uo. Al a=ar, se
Euiebran contra los uros o se "unden en las carnes de los "eridos
abandonados, pero Hstos no suGren 5a por uc"o tiepo.
Apro!ec"ando la opacidad del "uo, con la boca cubierta por una
scara de al#odn, los #uerreros incas se precipitan por las estrec"as
calle>as del contorno de la ciudad. Le!antan barricadas, derriban troncos,
instalan epali=adas preparadas de anteano. Ana a una, obstru5en las
salidas con altura bastante coo para Eue los caballos no puedan
saltarlas.
Obedeciendo una orden de <illa Oa, unos #rupos Gurti!os entran s
aFn en Cu=co. &ro!istos de lar#as a=as de piedra o bronce, reatan a
los "eridos abandonados 5 saltan, lue#o, sobre los uros de las prieras
canchas calcinadas. A !eces, con el blanco de sus aterrori=ados o>os
perGorando unos rostros enne#recidos, llenos de apollas por las
Eueaduras, u>eres 5ni2os ca2aris suplican. &ero nin#Fn laento
detiene a los #uerreros de Manco.
&or priera !e= cobaten con el sabor de la !ictoria en la boca.
TIace uc"o tiepo Eue esperaba !er esto Tdice con >Fbilo <illa
Oa, diri#iendo a Anaa5a 5 a Manco una u5 rara 5 u5 or#ullosa
sonrisaT. Mnico Se2or, realente es para 7 una #ran ale#r7a oGrecerte,
por Dn, esta batalla. Espero Eue tu &adre el Sol 5 todos tus antepasados
se ale#ren coo nosotros.
Estn en la s alta torre de la Gortale=a del sol, Sacsa5"uaan. En la
lu= creciente del d7a, Cu=co 5a es slo un #i#antesco brasero.
Incansableente, los #uerreros "an "ec"o #irar las "ondas para lan=ar
las piedras antenidas desde la !7spera en las "o#ueras 5 en!ueltas en
al#odn. La duracin del tiro basta para inJaar el al#odn 5, cuando los
pro5ectiles alcan=an los te>ados, el ichu u5 seco Eue los cubre tarda
slo un instante en inJaarse a su !e=.
Io5, los poderosos del Otro Mundo apo5an al Mnico Se2or Manco.
Antes de Eue Dnali=ara la noc"e, el !iento "a !uelto a soplar, ati=ando
u5 pronto las prieras llaas. Ian crecido, se "an alar#ado 5 se "an
retorcido para desli=arse de tec"o en tec"o. Todas las canchas de Cu=co
la Alta se "an incendiado al iso tiepo, coo si el Gue#o se "ubiera
!uelto l7Euido.
Los #uerreros "an lan=ado de nue!o iles de #ui>arros. Las "ondas
"an silbado, 5 a"ora, son los te>ados de Cu=co la Ba>a los Eue se inJaan
coo ai=ales cuando terina el !erano. El Gue#o salta, cru=a las
calle>as 5 brinca en los >ardines 5 los patios.
Con las anos puestas en el uro de piedra, tan anc"o coo un
caino, Manco r7e ale#reente.
TQMira, Anaa5aR QMira co corren nuestros poderosos e@tran>erosR
UNo parecen insectos Eue sienten Eue la uerte les abrasa las patasV
Anaa5a asiente con una inclinacin de cabe=a. La coparacin de
Manco es u5 acertada. Los espa2oles 5 los centenares de indios
23
ca2aris, "uancas 5 de otras naciones Eue se obstinan en peranecerles
Deles corren en todas direcciones, pero sin s deseo Eue escapar de los
tec"os 5 las estructuras en llaas. En cuanto lle#an al descubierto, Guera
del alcance de las llaas, son entonces las piedras de las "ondas 5 las
nubes de Jec"as las Eue caen sobre ellos. Se !en 5a decenas de
cad!eres 5 "eridos Eue nadie se atre!e a socorrer.
Desde "ace un instante, los >inetes espa2oles se "an retirado a la
pla=a a5or, la Fnica Eue est al abri#o de las llaas 5 los pro5ectiles,
pues se encuentra deasiado ale>ada de las torres de Sacsa5"uaan.
Anaa5a intenta descubrir, entre las siluetas ner!iosas 5 !iles, los
cabellos rubios de 6abriel. &ero los e@tran>eros estn deasiado cerca
unos de otros, con el rostro oculto por el orrin. Si#uen lle#ando s a
la pla=a, aullando, prote#iHndose coo pueden con los escudos.
TUPuH te parece, Coya Camaquen? Tpre#unta Manco, Eue la e@aina
con di!ertida irada, adi!inando Gcilente lo Eue siente.
T&ienso Eue es una "erosa batalla 5 Eue es terrible, coo todas las
batallas.
T<aos a !encer Tse indi#na <illa OaT., 5 eso no parece ale#rarte.
TNo "eos !encido aFn Tresponde con dul=ura Anaa5aT. De
oento, lo Fnico Eue "a Euedado destruido es Cu=coK los e@tran>eros,
no.
La obser!acin "iere en lo s !i!o a <illa Oa. Con un #esto brutal,
uestra la enoridad de las tropas Eue rodean la ciudad.
TMira la llanura, Coya Camaquen. Mira nuestros #uerrerosK cubren las
colinas, cubren el llano. Ni una "ori#a se les escapar7a. UIa#inas acaso
Eue pueden ser !encidosV
TDe oento, nuestros #uerreros estn Guera de la ciudad 5 los
e@tran>eros dentro.
TEso no durar. Dentro de un instante, darH la orden. Todas las tropas
se lan=arn a las calles de Cu=co. Obser!a bien a esos e@tran>eros, all7, en
la pla=a. Esta noc"e, ni uno solo se#uir !i!o.
<illa Oa casi "a #ritado. Anaa5a no respondeK sabe en EuH est
pensando el !ie>o sabio, a Euien la #uerra eborrac"a de !iolencia.
Aprieta los labios para no "acer la pre#unta Eue la obsesiona desde Eue
6abriel 5 ella se separaron en Calca. Si 6abriel es el pua, UEuH ocurrir
si uereV
TAnaa5a tiene ra=n Tdeclara secaente Manco, arrancndola de
sus pensaientosT. Me #usta lo Eue ests ense2ndoe, <illa Oa,
pero es deasiado pronto para ale#rarse.TQEspera, pues, a esta noc"eR
T#ru2e <illa Oa con una pi=ca de desprecioT. Mira all7 aba>o...
Con el dedo se2ala a los prieros #uerreros Eue brincan en las calle>as
para le!antar epali=adas Eue ipidan a los e@tran>eros "uir a caballo.
TNo Tordena Dreente MancoT, no entrareos "o5 en la ciudad.
Es deasiado pronto. No tardarn en lle#ar #uerreros de Puito. Entonces,
atacareos 5 les !encereos.
TQMnico Se2orR Soos 5a s de cien il, 5 ellos slo doscientos.
TIe dic"o Eue no, <illa OaK debeos debilitarlos s. Ia5 Eue
roper las canali=aciones Eue lle!an el a#ua "asta la pla=a a5or. Ia5
Eue "abrearlos, "acer Eue cada inuto les resulte insoportable, "asta
Eue deseen reGu#iarse en el llano... Lo "as inundadoK sus caballos no les
24
ser!irn de nada. Caern en nuestras anos 5 sacriDcareos a Inti los
>inetes. QEl iedo, <illa OaR QDeben orir de iedoR
El rostro de <illa Oa est deGorado por el Guror, pero calla. Se liita
a conteplar la ciudad, Eue arde, 5 a los "obres, Eue corren 5 aullan.
Anaa5a !e Eue sus labios tieblan 5 sus pu2os se aprietan
con!ulsi!aente. Debe contenerse para no alar#ar el bra=o 5 #olpear a
Manco.
T<illa Oa... Tdice ella con !o= apaci#uadora.
TQNo deber7as estar aEu7, Coya Camaquen! Tc"irr7a el sabio con
ali#na iron7aTTSi los e@tran>eros son tan peli#rosos coo pretende
Manco, corres un #ran peli#ro e@poniHndote en esta torre. Debes re#resar
a Calca inediataente.
<ol!iHndole la espalda, de>ando Eue sus o>os a=ules se pierdan en el
cielo por el Eue ascienden llaas 5 "uo, Anaa5a puede abandonar,
por Dn, su cora=n a la inEuietud.
QS7, tiebla por 6abrielR
S7, con todas sus Guer=as 5 con toda su ala desea Eue Hl, al enos,
sobre!i!a. C no slo porEue es el pua anunciado por el #ran Iua5na
Capac, sino porEue es el "obre al Eue aa, 5 !i!ir sin Hl no es !i!ir.
8
CABCO, MACO DE ,9$:
Ipotente coo un perro al e@treo de la cadena, 6abriel o5e los
#eidos de los oribundos 5 asiste al incendio de la ciudad. El "uo
lle#a "asta su !entanuco 5 se aparta. Doblndose por los accesos de tos,
des#arra los restos de la tFnica u#rienta para en!ol!erse el rostro.
25
Desde "ace uc"o tiepo, "a de>ado de esperar el re#reso del carcelero
5 el de Gra5 BartoloH.
Desde "ace uc"o tiepo, la esperan=a se "a apartado de Hl 5 slo
piensa 5a en respirar una !e= s, 5 en sobre!i!ir.
La itad de Cu=co est en llaas cuando o5e los tan teidos
c"oEues? las piedras alcan=an a"ora el tec"o de la prisin. Die= !eces, tal
!e=, el sordo ruido se repite. Lue#o, una priera piedra atra!iesa el ichu
de bla#o 5 cae u5 cerca de Hl.
Casi en se#uida, un "uo pardo Gora #iles !olutas alrededor de los
troncos de la estructura. Ana llaita c"isporrotea, saltarina. Tra=a un
serpent7n dorado, lle#a a lo alto del tec"o, =i#=a#uea, !acilante, 5 !uel!e
a ba>ar por la pendiente opuesta para correr a lo lar#o de las paredes.
DespuHs, basta un inuto apenas para Eue otras llaas na=can 5 se
reFnan.
Entonces, de pronto, todo el bla#o se inJaa.
Antes de Eue 6abriel pueda reaccionar, el Gue#o se lan=a a su
alrededor coo si intentara acariciar el suelo 5 le obli#a a arrodillarse. En
pocos se#undos, el calor se "ace intolerable.
6abriel aldice la cadena, 5 aldice a Iernando 5 a todos los &i=arro.
Se tiende boca aba>o para prote#erse el rostro, pero su espalda se abrasa
tanto Eue resulta insoportable.
Con peEue2os ru#idos de Dera, se "unden lien=os enteros deichu,
pul!eri=ando llaitas en todas direcciones. El soplo de las llaas
auenta, pero son aspiradas "acia el e@terior 5 se lle!an con ellas el
"uo. Entonces, 6abriel piensa en los odres Eue le entre# BartoloH.
DesaDando el calor Eue le calcina el !ello de las anos, se arrastra
para alcan=arlos. Des#arra con los dientes la correa de cuero Eue su>eta
el tapn de adera, se roc7a la cara 5 los "obros, 5 !ac7a "asta la
Fltia #ota del odre en el cuerpo inJaado. La ipresin de Grescor es
tan !iolenta, tan bre!e, Eue le de>a tebloroso 5 le casta2etean los
dientes. Apenas tiene conciencia para di!isar el bla#o Eue se derruba
sobre Hl. Atrapado por la cadena Eue liita sus o!iientos, e!ita coo
puede los bultos ardientes, enco#iHndose al pie de un uro.
C lue#o, de pronto, con tanta brutalidad coo epe=, el Gue#o cesa.
Slo Euedan unas len#uas de Gue#o alrededor de las !i#as de la
estructura, a#itadas por un !iento Eue se lle!a el "uo en re!oloteantes
!olutas. An aire Gresco, Gr7o incluso, se desli=a entre los uros ardientes.
Con los bra=os 5 las anos doloridos, 6abriel toa el Fnico odre Eue
Eueda 5 no resiste la tentacin de beber 5 !ol!er a rociarse con Hl. &ronto
no le Euedar a#ua, pero no iporta.
A#otado por el iedo, se tiende en el suelo 5 bendice el escaso Grescor
Eue el !iento le concede.
El "uo se desli=a a"ora por encia de los uros de Cu=co, cubriendo
el cielo coo una torenta crepuscular. &arece Eue ella sea la Eue
contiene todos estos laentos, estos #ritos, este estruendo de uerte 5
destruccin Eue =uba en la ciudad.
6abriel cierra los doloridos prpados 5 pasa una len#ua Eue parece
cuero !ie>o por los re!entados labios.
Se pre#unta cuntos espa2oles si#uen !i!os aFn.
&or su parte, es coo si se enGrentara 5a al reino de los uertos.
26
Esta noc"e, coo las Eue la "an precedido, los laentos de las
tropas 5 los cantos, los #ritos 5 los insultos de cien il #uerreros incas
no cesan. El espantoso ruido !ibra en el cielo incandescente, le!antando
"uaredas tan espesas coo nubes de torenta, coo si el propio
diablo "ubiera tendido el dosel del inDerno sobre Cu=co.
A#otado, dolorido de los pies a los prpados, 6abriel dorita lar#o
rato, buscando el silencio en el atontaiento de la Gati#a.
An #rito distinto a los otros le obli#a a abrir los o>os.
No est se#uro de lo Eue !e. Tres siluetas se antienen r7#idas sobre
el uro, por encia de su cabe=a. Son unas siluetas sin rostroK slo
di!isa cuerpos 5 iebros. Lle!an aras? lan=as 5 a=as.
&riero, nada se ue!e 5 se cree aFn inerso en una pesadilla.
Lue#o, un nue!o #rito brota de las sobras. An bra=o se le!anta 5 tira
al#o. Ana piedra, una #ran piedra atada a una cuerda, rebota en el suelo
a cuatro pul#adas de la pierna de 6abriel, de pie 5a.
TQNo esto5 contra !osotrosR Te@claa sin pensar.
Tras escuc"ar el idioa Eue utili=a, los tres "obres !acilan.
TNo esto5 contra !osotrosK esto5 con la Coya Camaquen T!uel!e a
#ritar 6abriel.
Instantneaente, adi!ina la perple>idad de los #uerreros incas. Ano
de ellos dice al#o incoprensibleK lue#o, ue!e los bra=os en su
direccin.
TNo esto5 contra !osotros Trepite 6abriel.
Tira de la cadena para ostrar lo Eue le ata. Ano de los "obres
#esticula 5 urura unas Grases Eue 6abriel no consi#ue tapoco
coprender. El otro indio sacude ner!iosaente la cuerda, 5 la piedra
atada al e@treo rueda entre los pies del espa2ol, Eue a punto est de
perder el eEuilibrio.
Instinti!aente, 6abriel atrapa la piedra 5 la cuerda, 5 tira "acia s7. En
el iso instante, uno de los asaltantes lan=a un #eido ientras los
otros dos se apartan. La cuerda se aJo>a en anos de 6abriel. En el
uro, uno de los #uerreros cae, 5 sus copa2eros #ritan, "aciendo 5a
#irar las "ondas. El "obre se derruba en el suelo de la crcel 5, al
"acerlo, produce un ruido siilar al Eue "ubiera ocasionado la ca7da de
un saco.
Cuando 6abriel le!anta los o>os, los dos #uerreros "u5en,
des!aneciHndose en la noc"e ocre. El "obre Eue "a ca7do a su lado est
uertoK la saeta de ballesta est tan "undida en el pec"o Eue casi "a
desaparecido.
6abriel no tiene tiepo de e@tra2arse. La puerta de la crcel c"irr7a, 5
una Gora del todo oscura, see>ante a un Gantasa enne#recido,
penetra #ilente en la estancia sin tec"o. De su bra=o cuel#a una
peEue2a ballesta de creallera.
6abriel retrocede, con la cadena tintineando entre las piernas. Brota
una risa burlona.
TQCarabaR, ai#o, Uno e reconocesV Tsusurra una !o= u5
Gailiar.
La sorpresa de 6abriel es tan #rande Eue slo puede responder,
priero, con el silencio. Entonces, la silueta da dos prudentes pasos.
TQIola, 6abrielR &ero Ute "an arrancado la len#uaV
27
TQSebastin...R QSebastinR
T&ara ser!ir a !uestra #racia.
El alto 5 or#ulloso copa2ero ne#ro, el anti#uo escla!o, se acerca,
de>ando prudenteente su ballesta en el suelo, 5 besa, sin !acilar, a
6abriel. A decir !erdad, tapoco Hl, coo 6abriel, puede 5a teer
ensuciarse. Lle!a, por todo !estido, una especie de Galda de cuero Eue
contiene su reser!a de Jec"as 5 un lar#o pu2al. &or lo des, !a
desnudo, con la piel ne#ra anc"ada de "oll7n #ris.
TQSebastin disGra=ado de diabloR Te@claa 6abriel con ali!io.
Ana sonrisa de brillante blancura a#u>erea la oscuridad.
T&ara los tiepos Eue corren, no cono=co e>or ata!7o. &or una !e=
Eue el ne#ro e resulta !enta>oso, no !o5 a pri!are de Hl.
La risa brota de la #ar#anta de 6abriel coo si bebiera a#ua Gresca.
Con la punta del pie, Sebastin toca el cuerpo del #uerrero inca.
TMuerto 5 bien uerto, por lo Eue parece. Dir7ase Eue "e lle#ado
>usto a tiepo, Uno es ciertoV
TUCo "as sabido Eue estaba aEu7V
TSra5 BartoloH, claro. )l e "a dic"o en EuH trapa te encontrabas.
Ie tardado un poco porEue "e tenido Eue buscar esto...
Sebastin saca de su Galda de cuero un pun=n de acero 5 un peEue2o
artillo.
TTu #ordo ai#o, el carcelero, "a sido al#o diG7cil de encontrar.
Siptico el "obre, 5 con teperaento, coo e #ustan a 7? 5a
puesto a la conDdencia, e "a contado Eue "ab7a tenido Eue "acer seis
"i>os a seis indias distintas para estar se#uro de tener un c"ico. En Dn... )l
#uardaba este >odido pun=n Eue perite abrir tus #rilletes. Sin ello,
"abr7aos tenido Eue arrancar la cadena para pasearte lue#o con ella.
Mientras "abla, Sebastin pone anos a la obra. Coloca el pun=n
sobre el !asta#o Eue cierra los #rilletes de la cadena 5 #olpea con
precisos artilla=os.
TQNo te ue!asR TardarH un rato. <i#ila los uros, Eue nuestros
ai#os incas no !uel!an a cosEuillearnos, por sorpresa, las costillas.
&ara 6abriel, el tintineo de los #rilletes al abrirse es s !alioso Eue el
ruido del oro. Tiene de inediato la sensacin de respirar e>or.
TCa ests libre Tdice Sebastin, asiendo aGectuosaente la u2eca
de 6abriel.
TQDios del cieloR Cre7 Eue iba a asare coo un pollo entre estas
paredes T#ru2e 6abriel, Grotndose las pantorrillas, Eue parecen, de
pronto, asaeteadas por il alDleresT. QTe debo una buena, SebastinR
TLo cierto es Eue "ueles uc"o a Eueado Tresponde Sebastin con
una cica uecaT. Teneos Eue lar#arnos a"ora, pero priero...
DesenGunda su pu2al 5 se arrodilla >unto al #uerrero uerto. Sin
!acilar, "unde la "o>a en el pec"o del cad!er.
TTen#o Eue recuperar la saeta Te@plicaT. Es deasiado !aliosa 5 no
teneos uniciones para al#astar.
TUDnde estn Iernando 5 los desV Tpre#unta 6abriel, Eue e!ita
irar las anos de Sebastin.
TEn la cancha de arriba, en la pla=a a5or. No "a ardido? don
Iernando apost al#unos escla!os en el tec"o para Eue apa#aran el
Gue#o Eue prendiese. Ia uerto una docena, pero a"ora, tanto "obres
coo caballos, nos apretu>aos all7, al abri#o... QListosR
28
Sin la enor eocin, Sebastin lipia la corta Jec"a en la tFnica del
uerto.
TTe lle!arH all7 Tprosi#ue con una risitaT. Creo Eue !a a suponerles
una buena sorpresa !erte !i!o.
TUCon esta Gac"aV
La risa Eue brota de Sebastin doina el estruendo Eue si#ue
#ra!itando sobre la ciudad.
TQClaro Eue no, se2orR QTen#o al#o uc"o e>orR
A 6abriel le e@tra2a Eue Sebastin no toe el caino s corto para
diri#irse a la pla=a a5orK u5 al contrario? #il 5 silencioso coo un
#ato, la rodea por le!ante, donde "uean toda!7a al#unos tec"os. De
una o>eada, 6abriel ad!ierte Eue "an lle#ado a la isa calle donde se
encuentra el palacio de Iatun Canc"a. De pronto, Sebastin epu>a una
porte=uela de piel de #uanaco, lo bastante Gresca coo para "aber
resistido el incendio.
TAn oento Tsusurra tras "aberla cerrado de nue!o con
precaucinT. No te ue!as de aEu7K !uel!o en se#uida.
Se aparta unas =ancadas, 5 es tan poco !isible en la oscuridad Eue
6abriel le pierde de !ista. No reconoce la cancha donde se encuentra.
Coo por todas partes en la ciudad, el tec"o "a desaparecidoK sin
ebar#o, los ediDcios parecen en buen estado e, incluso, lu>osaente
decorados a la espa2ola. Nue!as construcciones con un re!oEue claro
unen las lar#as estancias incas, Eue Goran un solo ediDcio alrededor del
patio. <erdaderas puertas 5 !erdaderas !entanas les dan un aspecto
Gailiar.
TQTodo !a bienR Tsusurra Sebastin de re#reso a su ladoT. Puer7a
ase#urare de Eue no tu!iHraos !isitantes indeseables.
TUDnde estaosV Tpre#unta 6abriel.
La risa de Sebastin es tan clara coo la de un ni2o.
TQE"R UDnde crees Eue podeos estarV QEn i casa, pardie=R
TUEn tu casaV
TUIas ol!idado, acaso, Eue so5 ricoV QAn !erdadero cresoR
6abriel ue!e la cabe=a 5 esbo=a una risita burlona. <iHndolo as7, casi
desnudo 5 con la ballesta en la ano, le cuesta uc"o ia#inarlo coo
un propietario.
TQLo cierto es Eue lo "ab7a ol!idadoR Iab7a ol!idado, incluso, Eue lo
Gueras "asta este punto... QPuH casaR
TQ&ues era uc"o s bonita con su tec"o 5 sus ueblesR T#ru2e
Sebastin, epu>ndole "acia adelanteT. <en, no nos Euedeos aEu7.
La estancia donde entran "uele a "uo Gr7o, a "oll7n 5 a ceni=a. De los
uebles de adera slo Eueda 5a el cuero resEuebra>ado de los sillones,
los cantos etlicos de una esa 5 el abollado pie de un candelabro.
TQPuH estropicioR Tsi#ue ascullando Sebastin.
Aparta los restos de una caa 5 tabiHn los de una alGobra "ec"a
con al#unas antas cosidas. Las anc"as losas de piedra, deba>o, nada
tienen de e@cepcional. &ero antes incluso de Eue 6abriel pueda e@presar
su asobro, con la a5uda de una barra de "ierro, Sebastin separa una
de las losas, 5 le!anta lue#o dos s. A la dHbil lu= de las estrellas 5 de
29
un creciente lunar Eue coien=a, por Dn, a atra!esar las !olutas de
"uo, aparece una slida trapilla de adera.
TA5Fdae Tpide SebastinT. &esa coo tres borricos.
La trapilla parece dar, slo, a un po=o de oscuridad. &ero Sebastin
se adelanta. A tientas, encuentra los barrotes de una escalera de ano.
Su bra=o desaparece, palpa 5 encuentra un peda=o de !ela 5 un
c"isEuero.
TMe>or ser ir de prisa. QEs inFtil Eue nos !eanR
Instantes s tarde, 6abriel no cree lo Eue est !iendo, 5 su udo
paso encanta a Sebastin. Estn en un stano Eue es tanto una
"abitacin conGortable coo un alacHn de ropas 5 aras.
TSo5 rico Tse di!ierte SebastinT. C en una ciudad coo Cu=co es
un estado bastante inestable. Tal !e= a2ana sea pobre, por culpa de los
indios o del "uor de los &i=arro o de Ala#ro. Si al#o "e aprendido de la
e@istencia, es Eue so5 ne#ro 5 lo serH siepre. Lo Eue supone decir Eue
serH siepre al#o escla!o. Esta sana prudencia e aconse> no e@poner
a la lu= todos is tesoros. Eres el priero Eue entra aEu7 5 di#aos Eue
tienes ante ti las reser!as de la "ori#a. Este stano 5 su contenido, por
decirlo de al#Fn odo, son slo un espe>iso.
Mientras Hl !uel!e a subir por la escalera para coprobar Eue la
trapilla est cerrada, 6abriel ira detalladaente, atnito, los tesoros
acuulados a su alrededor. <estiduras nue!as llenan al#unos baFles?
caisas Dnas, >ubones, cal=as acuc"illadas e incluso rollos de terciopelo,
de batista o de lino esperando al sastre. De unos e@tra2os prticos
penden cotas de alla Gorradas de cuero 5 al#odn. Ia5 orriones
etidos en cestos. Cuatro sillas de ontar, ricaente real=adas con
plata, descansan en unos caballetes. Ana anc"a ca>a contiene espadas,
da#as 5 dos ballestas de ani!ela. No se !e oro por nin#una parte, pero
6abriel sospec"a Eue, en al#Fn escondri>o s discreto aFn, deben de
aontonarse al#unos lin#otes.
TNo puedo creer lo Eue !eo Treconoce, incrHdulo.
T<en, ten#o Eue ostrarte al#o aFn Treplica Sebastin.
A5udndose con la !ela, se diri#en "acia el Gondo del stano. An
estrec"o pasa>e deseboca en una estancia Gresca. 6abriel o5e el ruido
del a#ua corriente antes de "aberla !isto.
TMira Tuestra Sebastin, le!antando la dHbil lu= 5 des!e.lando una
especie de alberca natural e@ca!ada en la piedraT. Est "elada, pero nos
peritir la!arnos, 5 lue#o podreos descansar "asta el alba. Al enos,
aEu7 no se o5e 5a el >aleo de los incas. Ma2ana ele#irs un "eroso
ata!7o 5 una espada di#na de ti. QPuiero Eue estHs esplHndidoR
TSebastin...
TBla, bla, bla. QNada de protestas, 6abrielR &ara 7 es un placer sin
l7ites tener la posibilidad de oGrecerte esas nader7as, 5 un placer Eue se
!er auentado aFn por la sorpresa de al#unos de nuestros ai#os
cuando te descubran, a2ana, !i!o.
Al alba, !estido de punta en blanco, con botas nue!as en los pies, una
recia tFnica de cuero, allas etlicas cubriendo su caisa 5 una
espada de Toledo adornada con una ca=oleta con incrustaciones de plata
#olpeando sus cal=as de terciopelo pFrpura, 6abriel sale de la casa de
30
Sebastin. La ciudad "uea aFn. Ms de la itad est en anos de los
#uerreros de Manco.
&or dos !eces deben desandar el caino 5 correr ba>o las piedras Eue
lan=an las "ondas antes de conse#uir reunirse con los espa2oles,
atrinc"erados en la Fnica cancha intacta de la pla=a a5or. 6ruesas
sbanas, see>antes a enores !elas, se "an tendido por edio de
cuerdas sobre los patios, para pre!enir los tiros de "onda 5 las Jec"as.
Anos #uardias, prote#idos por puertas o posti#os Guera de los #o=nes,
!i#ilan las salidas, pero les de>an entrar sin !acilar. &ara 6abriel, todos los
rostros son nue!os 5, en el atestado recinto, nadie le presta atencin.
Tras "aber deabulado unos oentos entre soldados de irada
carcoida por la an#ustia, 6abriel percibe de pronto la !o= de Iernando.
Oodeado por 4uan 5 por 6on=alo, de pie ante una decena de >inetes,
#olpea con el 7ndice un plano de la ciudad, apresuradaente dibu>ado 5
e@tendido sobre una #ran esa.
TSe#Fn los ca2aris, todas las calle>as del norte de la ciudad estn
a"ora cerradas por barricadas de raas, de cuatro, cinco o incluso seis
!aras de alto. Deasiado para los caballos, de cualEuier odo. C lo
iso ocurre aEu7, en la parte este, 5 al sur. No "an perdido el tiepo...
TLa trapa se cierra, os lo ase#uro. <an a ca=arnos coo a cone>os T
#ie un "obre cu5o >ubn, con la espalda calcinada, de>a !er su
caisa.
TPue las llaas nos "a5an laido el culo no nos transGora 5a en
cone>os, Die#o Tprotesta Iernando.
TLas barricadas s olestas son las del norte Tinter!iene 4uan
&i=arroT. Ipiden cualEuier car#a contra la Gortale=a de Sacsa5"uaan.
C all7 arriba, por des#racia, los incas nos tienen d7a 5 noc"e al alcance de
sus tiros de "onda 5 de sus Jec"as. QDetesto esta sensacinR &areceos
"ori#as ante la irada de unos #i#antes.
Eno>ado por el tono desen#a2ado de 4uan, Iernando le interrupe con
un #esto.
TIerano 7o, no es "ora de "acer "erosas Grases. A"ora debeos
ostrarnos prudentes en cada uno de nuestros o!iientos? no se trata
5a de salir de esta cancha en peEue2os #rupitos, pues caer7aos ba>o
una #rani=ada de piedras Eue podr7a "erir nuestros caballos. Me>or ser
Eue nos areos de paciencia, a pesar de nuestra rabia, 5 espereos a
estar en condiciones de lan=ar una car#a asi!a "acia el llano, dentro de
dos o tres d7as. Seaos astutos 5 destroceos sus ner!ios. Ia#osles
creer Eue soos dHbiles 5 estaos aterrori=adosK entonces, ropereos
su sitio coo si Guera una anilla de cristal.
TQDHbiles 5 aterrori=adosR O5endo los #ritos 5 #eidos Eue escapan
de la ciudad desde "ace !arios d7as, puedo ase#uraros Eue no
necesitaos "acer Eue crean nada? soos dHbiles 5 lo saben. Ades,
Utan se#uro estis de !uestra tctica, don IernandoV Son doscientos il
5 nosotros slo doscientos, con apenas cincuenta o sesenta caballos en
condiciones aFn.
T&ues 5a soos cincuenta s de los Eue Hraos en Ca>aarca, con
i "erano el #obernador, icer Del Barco. <encios a los cien il
#uerreros de Ata"uallpa en pocas "oras. Dios lo Euer7a 5 nos dio !oluntad
para "acerlo. No ol!idHis nunca Eue !uestro bra=o arado con una buena
espada puede "erir a die= indios de un andoble 5 Eue ellos necesitan
31
cincuenta Jec"as para atra!esar !uestros >ubones de cuero 5 al#odn.
&ese a lo Eue su#er7a "ace un oento i buen "erano 4uan, no soos
"ori#as, se2ores. UTeneos iedoV Mu5 bien? eso nos "inc"ar los
co>ones.
Mientras penetra al#o s en la estancia, Eue "iede a "oll7n, a sudor 5
a iedo, 6abriel encuentra la irada asobrada 5 atenta de BartoloH.
Con una di!ertida sonrisa, poniHndose un dedo en la boca, 6abriel le
recoienda silencio ientras un >o!en, con los o>os "undidos por el
insonio, protesta con !e"eencia.TQDon Iernando, no coprendoR
U&or EuH esperar a a2ana o a pasado a2ana para lle!ar a cabo la
car#a 5 no intentar salir 5a de este a!isperoV
T&orEue tendreos Eue conse#uirlo al prier #olpe, Oo>as. Dado su
nFero, slo "abr una oportunidad. Estas Fltias "oras "an sido duras
para todos nosotros. Mirad a !uestro alrededor? >inetes o inGantes, todos
necesitaos descansar un poco. C !os el priero, i buen Oodri#o?
apenas os a#uantis de pie.
TEncerrarse aEu7, don Iernando, supone entre#arles la ciudad.
Entre#arles la ciudad es orir coo ratas, 5 nos su#er7s Eue perdaos el
tiepo duriendo.
TNo, Oo>as, ese tiepo no ser inFtil. Nuestra ino!ilidad irritar a los
indios. C !an a Gati#arse aullando 5 lan=ando sus piedras.
TUC EuiHn les ipedir !enir a asarnos, aEu7 iso, la pr@ia
noc"eV Son decenas de iles, don Iernando. Les basta con Euererlo 5
saltarn a este recinto coo pul#as en la sotana de un cura.
TQ&ero no lo Euieren, icer Del BarcoR Tc"irr7a Iernando, a Euien el
eno>o "ace palidecerT. UNo !eis acaso Eue se liitan a tirarnos piedras
desde el otro e@treo de la pla=aV Si no nos tu!ieran iedo, 5 no lo
tu!ieran a nuestras espadas 5 a nuestros caballos, estar7aos uertos
5a. QNos tienen iedo, Del BarcoR Tal !e= sean iles, pero son iles Eue
tienen iedo. Os lo ase#uro? una car#a, una sola, uniendo todas nuestras
Guer=as, 5 sebrareos el pnico en sus Dlas.
TNo os "a#is ilusiones, don Iernando Tinter!iene 6abriel con !o=
apacibleT. No estaos en Ca>aarca. <os estabais all7, pero 5o tabiHn.
<en#o de Guera 5 puedo ase#uraros Eue ese iedo Eue, al parecer,
doina a los #uerreros incas les da, no obstante, uc"o ardor. <iendo
!uestros rostros, caballeros, 5 sin Eue Euiera oGenderos, creo por el
contrario Eue el terror est, s bien, en este bando.
6allardo, aGronta las estupeGactas iradas Eue se !uel!en "acia Hl.
TQCa#uen DiosR Tsilba, en prier lu#ar, 6on=aloT. &ero UEuiHn lo "a
liberadoV
Da dos pasos "acia 6abriel. Sin Eue se "a5a recuperado aFn del
enGrentaiento, co>ea. 4uan le a#arra del codo para sostenerlo 5 retenerlo
a la !e=.
TMe liito a se#uir !i!o, puesto Eue !os lo estis tabiHnTse di!ierte
6abriel, irndolo de arriba aba>o antes de "acerle una #ran re!erencia,
tan llena de iron7a coo de cereoniaT. Don Iernando, tras "aber
recuperado i libertad por is propios edios, os perdono el "abere
pri!ado de ella 5 e pon#o a !uestro ser!icio para los "erosos
oentos de batalla Eue nos a#uardan.
6on=alo aparta a 4uan 5 cierra la ano sobre la espada, pero la de
6abriel 5a est desen!ainada.
32
T&uedo despan=urrare con !uestro se2or "erano, don Iernando.
Dudo, sin ebar#o, Eue el oento sea adecuado. Necesitis bra=os
Guertes 5 no !an a Galtarnos, en los pr@ios d7as, ocasiones para orir.
Don 6on=alo podr incluso e>ercerlas a su #uisa.
TQIeranoR Tprotesta 6on=alo con !o= roncaT, no podHis aceptar
entre nosotros a un >odido cabrn, a un esp7a, un entiroso 5 un asesino.
QOs traicionar a2ana isoR
TQCerrad la boca 5 no di#is s burradas, 6on=aloR Treplica 6abriel
T. Nada "a5 Eue traicionar aEu7, sal!o el "onor. UOs Eueda bastante para
daros cuenta de elloV
TQBasta 5aR Tle interrupe Gr7aente IernandoT. Ms tarde
arre#lareos cuentas. No creis Eue !ais a escapar a la >usticia,
MontelFcar.
TNo suelo "uir de la >usticia cuando la encuentro, don Iernando, lo
Eue no sucede a enudo en esta re#in. Creo "abHroslo probado en
ciertas ocasiones.
TQSe2oresR QDon IernandoR QDon 6on=aloR Tinter!iene BartoloH,
le!antando su e@tra2a anoT. No es oento 5a de c"ac"aras. Sean
cuales sean !uestros a#ra!ios contra don 6abriel, se "a enGrentado con
los indios tanto, si no s, coo cualEuiera de los Eue estn aEu7. &uede
dar buenos conse>os. U&or EuH no escuc"arloV
TEs cierto Tasiente 4uan &i=arro diri#iHndose a 6on=aloT. Sra5
BartoloH tiene ra=n. De>eos a un lado nuestros rencores 5 unaos
nuestras Guer=as. Ana !e= #anada la batalla, si lo "aceos al#una !e=, 5a
"abr tiepo para recordar las Galtas de don 6abriel.
Con un #esto 5 un suspiro, Iernando interrupe la respuesta de
6on=alo.
T&uesto Eue tan erudito sois, ilustradnos con !uestra ciencia? Uco
piensan "acerlo !uestros ai#os indios, se#Fn !osV Tpre#unta.TNos
obser!an desde "ace a2os Tdeclara 6abriel sin Eue pare=ca D>arse en la
burla 5 diri#iHndose a todosT. Conocen a"ora nuestros puntos dHbiles 5
saben co detener nuestros caballos. Se acabaron 5a las car#as Eue los
aterrori=aban 5 en las Eue se de>aban cortar en dos coo perc"as. Saben
ane>ar las piedras de sus "ondas para Euebrarnos un bra=o o las patas
de nuestros caballos. C batirse a pie es, desde "ace uc"o tiepo, su
punto Guerte? son s #iles 5 s eDcaces Eue nosotros...
TQPuH noticiaR Tescupe 6on=aloT. No !eo a"7 nada Eue no
supiHraos 5a.
TEsperan precisaente nuestra ipaciencia 5 nuestra arro#ancia T
prosi#ue 6abriel coo si no le "ubiera o7doT. Esperan Eue el "abre 5 la
sed nos arro>en contra sus Guer=as en el llano. Esperan Eue, una !e= s,
coo su#er7s !os, don Iernando, lanceos toda nuestra caballer7a
contra sus Dlas para "acer el intento de abrir la tena=a con la Eue nos
a"o#an 5 "uir. Sal!o Eue, en esta ocasin, estn preparados, se2ores. En
todos los cainos Eue podr7aos toar con cierta Gacilidad, os lo
proeto, se "an ocultado 5a Gosos, estacas, trapas 5 #ran cantidad de
obstculos. Iaced esa car#a, don Iernando, 5 nuestras onturas se
Euebrarn en ella las cor!as antes de Eue podaos ro=ar la nuca de un
enei#o con la punta de nuestras espadas.
33
El discurso de 6abriel "ace u5 pronto eGecto, pues dice en !o= alta lo
Eue al#unos pensaban 5a. El silencio Eue le si#ue pesa coo el
desaliento.
TUPuH proponHis, don 6abrielV Tpre#unta, por Dn, 4uan &i.=arro.
TQToar la Gortale=aR
TQPuH locuraR Te@claa 6on=alo con una risa despecti!aT. QEs lo
Fltio Eue resultar7a posibleR
TEs lo Fnico Ftil 5 necesario. Bien lo sabHis Tdice !ol!iHndose "acia
Iernando, coo si 6on=alo no e@istieraTK sin la Gortale=a, no "a5 5a sitio.
TUA", s7V UC co pensis lo#rarloV Tse burla 6on=aloT. Dando un
saltito, supon#o. La torre 5 los uros slo tienen treinta o cuarenta !aras
de altoK eso sin contar con las epali=adas Eue ipiden lle#ar a ellos.
T&odeos destruirlas esta isa noc"e.
An urullo recorre entre los "obres. 6abriel !e o>os Eue se apartan
5 Grentes Eue se inclinan. Incluso BartoloH esbo=a una ueca Eue
e@presa poco con!enciiento. 6abriel le!anta una ano 5 la pone con
HnGasis sobre su cora=n.
TSe2ores, no "e perdido la ra=n ni Euiero arrastraros a una locura.
Coprendo !uestros teores, pero la !erdad est ante !osotros s
desnuda Eue nunca. O or7s con prudencia, o or7s cobatiendo. C no
es slo Eue la prudencia sea !er#Wen=a 5 el cobate #loria...
TIe aEu7 al#uien Eue "abla coo i "erano Srancisco Tdice con
iron7a 6on=alo, sin Eue nadie le escuc"e.
T...es tabiHn Eue la prudencia Tprosi#ue 6abriel, Eue continFa sin
irar a 6on=aloT supone una uerte se#ura para todos, ientras Eue el
cobate puede darnos la !ictoria. C en ese caso, tal !e= al#unos se
sal!en.
Apro!ec"ando el silencio 5 la atencin Eue "a captado de nue!o,
6abriel ira a 6on=alo de arriba aba>o.
T&ara 7, 5 #racias a don 6on=alo, resulta indiGerente orir "o5. Eso
es, pues, lo Eue su#iero. Esta noc"e irH a incendiar las barricadasK solo, si
es preciso. C 5a !ereos lo Eue sucede.
TQIerano Tru#e 6on=alo en se#uidaT, es una a2a#a=aR Puiere
sipleente "uir 5 unirse a los sal!a>es.
TDon 6on=alo Tresponde BartoloH con al "uorT, dad prueba de
a5or >uicio. Si don 6abriel tu!iera la intencin de "uir, EuH utilidad
tendr7a !enir personalente a a!isaros de ello tras "aberse escapado de
!uestra a=orra.
Antes de Eue BartoloH terine su re#a2ina, una e@tra2a sonrisa
nace en el rostro de Iernando, Eue posa su ano en el bra=o de 6on=alo.
TQEso e parece u5 adecuado, don 6abrielR Si al#uien Euiere aEu7
oGreceros un caballo, siento curiosidad por !er !uestras "a=a2as. C si "a5
entre estos caballeros al#uien Eue desee acopa2aros, liitareos slo
a cinco su nFero, para e!itar un e@cesi!o desastre.
TCelebro, don Iernando, Eue la inteli#encia iluine, por Dn, !uestro
Gero= deseo de Eue abandone esta tierra Tle responde 6abriel con buen
"uor.
TPuerido don 6abriel, si pensis "aceros, despuHs de todo, Ftil a
!uestro re5 5 "onrar la #loria de Nuestro Se2or, UEuiHn so5 5o para
ipedirloV
34
T<o5 conti#o Tase#ura Sebastin instantes s tarde.
TNo Tsonr7e 6abrielT. Me "a coplacido a#u=ar el al "uor de los
&i=arro, pero no esto5 tan se#uro del #olpe coo parece.
TEn cabio, ellos, con el "orrible Iernando a la cabe=a, saborean 5a
la !ictoria. Cuando te ira, es coo si tu!iera 5a en sus anos tus
restos.
TQDH>ale so2arR
T<o5 conti#o Trepite Sebastin con una ueca se!eraT. De lo
contrario, no tendrs caballo. UC EuiHn sino 5o te oGrecer unoV TC
cuando 6abriel Euiere se#uir protestando, Sebastin a2adeT? No slo tF
deseas deostrar a esos caballeros dnde estn el !alor 5 la lealtad.
Abos ai#os se obser!an en silencio unos se#undosK lue#o, 6abriel,
con eocin, toa las anos de Sebastin.
TQ<o5 a deberte uc"oR
TTu deuda est pa#ada de anteano, 5 desde "ace uc"o tiepo,
ai#o 6abriel. Pue 5o sepa, no "e tenido a5or placer, "asta "o5, Eue
cosEuillear en tu copa27a el culo del diablo. <en, te ense2arH is
caballos.
El se#undo patio de la cancha, cuidadosaente prote#ida por toldos
de tela, "a sido transGorado en una especie de establo. El olor a orines 5
estiHrcol se a#arra a la #ar#anta, 5 las oscas =uban en bandadas. En
cuanto Sebastin 5 6abriel entran, unos caballos se apartan
teerosaente 5, de inediato, todos relinc"an, #olpean el suelo con las
pe=u2as, abren unos o>os inEuietos 5 se epu>an con brutalidad.
Aontonados all7, sin espacio, asustados aFn por el incendio de la ciudad
5 los aullidos procedentes de las colinas, parece Eue el iedo acaricia
toda!7a sus loos !ibrantes 5 al cuidados.
Tras el dHbil silbido de Sebastin, una soberbia 5e#ua de pelo tan
blanco coo la nie!e se acerca, !acilando un pocoK lle!a el cuello
inclinado 5 adelanta la Grente, coo si buscara una ano tranEuili=adora.
TTe presento a Itza Tdice Sebastin, acaricindole la cabe=aT. Ca
!es, no so5 coo tFK 5o do5 nobre a is caballos.
TUC EuH si#niDca Itza?
TNi siEuiera lo sH. &ero cuando 5o era slo un escla!o Eue apenas se
atre!7a a le!antar los o>os "acia los blancos, conoc7 en &ana a un !ie>o
conEuistador Eue e "ablaba coo a un "obre 5 no coo a un anial.
Dec7a siepre ese nobre? Itza, Itza, coo una Grula #ica. Creo Eue
se adecFa perGectaente a la daa? !i!a, Granca coo el relpa#o 5,
sin ebar#o, dulce. Mira, Hste se llaa Pongo.
TNo te pre#unto por EuH.
An castrado tordo "a pasado ante las des onturas, pero sin
acercarse s, obser!ando con suspicacia las caricias Eue Sebastin
concede a la 5e#ua.
TEl se2or "a perdido sus co>ones, pero conser!a su al carcterK sin
ebar#o, nos lle!aos bien. TF ontars a Itza esto5 se#uro de Eue !as
a #ustarle.
C parece cierto, pues, sin al"aracas, la 5e#ua abandona la acariciadora
ano de Sebastin para #olpear con sus ollares el pec"o de 6abriel.
TUPuH estaba diciHndoteV Tse di!ierte Sebastin.
35
T Crees Eue !an a !enir s >inetesV Tpre#unta 6abriel con seriedad,
tras "aber respondido a los "ala#os de Itza.
TLo s iportante no es tener otros >inetes, sino a al#unos indios
aliados. Ellos sern de s a5uda.
TNo es eso lo s iportante Tdice 6abriel con una sonrisa.
T&ues e pre#unto EuH es, entonces, se2or...
TEs tener un ne#ro coo tF por ai#o.
&or la noc"e, tras intensas discusiones, unos cincuenta indios ca2aris 5
tres >inetes se "an presentado 5a !oluntarios para acopa2ar a 6abriel 5
Sebastin. Ante la puerta de la cancha, Eue est abriHndose, todos los
espa2oles Goran una silenciosa "ilera. Slo se o5e el #olpeteo de los
cascos 5 el urullo de la ple#aria de BartoloH ientras, Guera, el
estruendo de las colinas si#ue sin cesar.
Don Iernando est u5 cerca de la puerta. Con una edia sonrisa,
inclina la Grente.
TBuenas noc"es, don 6abriel.
TNo teis Treplica 6abriel en el iso tonoT, sern buenas. C si
no tenHis deasiado sue2o, os aconse>o Eue ec"His una o>eada por
encia de los uros. El espectculo podr7a coplaceros.
Apro!ec"ando la oscuridad 5 la sorpresa de su salida, lle#ansin
deasiadas diDcultades a la priera epali=ada. Cierra la calle>a s
anc"a de las Eue lle!an a la Gortale=a de Sacsa5"uaan. Aontonados
sobre una estructura de troncos, ontones de abro>os constitu5en una
barrera en la Eue se des#arrar7an con Gacilidad "obres 5 caballos.
Los claores de los #uerreros en las colinas cubren el tintineo de las
"erraduras 5 los arneses. El cuello 5 la cabe=a de los caballos "an sido
cuidadosaente en!ueltos con tela para prote#erlos de las piedras,
ientras Gran>as de cuero cubren los pec"os 5 rodean cor!as 5 ca2as.
Esos arreos pesan sobre los aniales 5 los "acen s lentos. Cuando
estn 5a u5 cerca, suena de pronto la lF#ubre llaada de un pututu. An
centinela "a sorprendido su a!ance 5 da la alara. En un instante, los
#uerreros incas se asoan por los uros calcinados de las canchas !eci.
nas. 6abriel apenas tiene tiepo para le!antar el escudo 5 prote#erse de
la priera sal!a de piedras. Aullando a su !e=, con la cabe=a entre los
"obros, lan=a la 5e#ua a un trote irre#ular 5, con la espada le!antada,
rasa los uros para se#ar las piernas 5 los pies de los cobatientes
incas.
A su espalda, los ca2aris, con teible a#ilidad, saltan a lo alto de las
tapias con las a=as o las "ac"as de bronce le!antadas. La llu!ia de
piedras cesa en el acto 5 coien=a en los uros un espantoso cobate
cuerpo a cuerpo, lleno de #ritos 5 doloridos laentos.
TQEl aceite, el aceiteR Te@claa 6abriel, diri#iHndose a Sebastin.
Mientras Hl "ace caracolear a Itza >unto a la epali=ada, con la espada
a=otando el aire coo una #uada2a, Sebastin 5 dos de los espa2oles
ropen una #ran >arra de aceite contra las raas de la barricada. Ana
c"ispa de c"isEuero basta entonces para inJaarla. Brota una lu=
aarilla, ce#adora, al iso tiepo Eue se escuc"a un #rito de >Fbilo.
TQSantia#oR QSantia#oR...
36
A la lu= de la pira, el cuerpo a cuerpo sin cuartel Eue se libra en los
uros parece, de pronto, una dan=a inGernal. Con deente ale#r7a, dando
#randes "ac"a=os, los #uerreros ca2aris seccionan los cuerpos de los
soldados incas coo si despeda=aran siples espanta>os. Las piedras
enne#recidas se !uel!en pe#a>osas de san#re 5 entra2asK los uertos
caen unos sobre otros.
Apartando los o>os del "orror, 6abriel da la orden de replie#ue.TQOtra
barricadaR T!ociGeraT. Ia5 Eue Euear de inediato otra barricada
antes de Eue lo esperen.
Con una siple presin de las rodillas, lanza, a la "erosa Itza al
#alope, 5 se lle!a con Hl a >inetes 5 ca2aris.
C as7 toda la noc"e. Las barricadas arden en una calle>a, en otra lue#o.
Cuatro, cinco !eces se repite la isa a#otadora atan=a. De
epali=ada en epali=ada, la tarea se !uel!e s dura. &ero se "an
acercado bastante a la Gortale=a para distin#uir, sobre sus cabe=as, los
altos uros oscuros. &ese a la Gati#a de los espa2oles 5 del e>Hrcito de
ca2aris, Eue se "a reducido a la itad, 6abriel Euiere destruir una Fltia
barricada. AniEuilndola, a la a2ana si#uiente, el sendero Eue lle!a a la
Gortale=a estar libre. &ero entonces nada ocurre coo antes. Los #ue.
rreros incas "an "ec"o correr la consi#na 5 esperan el ataEue. La llu!ia
de piedras 5 Jec"as es s densa, s diG7cil de rec"a=ar. A los ca2aris,
deorados por la Gati#a 5 sin #o=ar 5a del eGecto sorpresa, les cuesta
saltar sobre los uros. Las piedras los alcan=an en el rostro 5 en las
piernas, 5 les Euiebran los "uesos 5 el ipulso.
Lan=ando su #il 5e#ua, 6abriel salta ila#rosaente una trinc"era
e@ca!ada ante la epali=ada 5 oculta por un artiDcio de raas 5 tierra.
&ero los dos >inetes Eue le si#uen no tienen la isa suerte. Sus caballos
se ropen all7 las patas. 6abriel, al o7r los #ritos, "ace #irar a Itza >usto a
tiepo para !er lapidados a sus copa2eros.
TQSebastinR Tru#e.
TQAEu7 esto5R T#rita el #i#ante ne#ro, batallando para rec"a=ar una
>aur7a de #uerreros incasT. Son deasiados, 6abrielK debeos
retirarnos...
&ero es deasiado tarde 5a. Los incas lle#an a decenas, aullando.
Abandonado 5a cualEuier deseo de acercarse a la barricada lo bastante
coo para incendiarla, 6abriel car#a a su !e= para liberar a los >inetes
"eridos, Eue los ca2aris no consi#uen 5a prote#er. Mientras su "o>a
enro>ece de san#re, le sorprende un nue!o #rito de Sebastin.
TQCuidadoR QCuidadoR QCuidado con el Gue#o de arriba, 6abrielR
De lo alto de la Gortale=a, las Jec"as incendiarias caen sobre ellos
coo estrellas Eue se aplastaran en el suelo. Los ca2aris, petriDcados de
pronto, se Euedan in!iles, 5 lue#o, todo son #eidos de dolor. Los
"obres #esticulan con el pec"o o los "obros ardiendo. &or el rabillo
del o>o, 6abriel !e Eue los incas retroceden ientras se prepara, en la
Gortale=a, otra sal!a.
TQ&or los cuernos del diablo, "eos ca7do en la trapaR Tbraa
SebastinT. Estaos atrapados entre la barricada 5...
No conclu5e la Grase, pues una Jec"a incendiaria se cla!a en su
pec"era de al#odn 5 la inJaa en se#uida. Con la pala de la ano,
aunEue trabado por la rodela, Sebastin intenta apa#ar las llaas. Su
caballo, asustado, se lan=a a un #alope caracoleante, ati=ando el Gue#o
37
del peto ientras otras Jec"as rebotan contra los Jancos. 6abriel lle#a,
por Dn, a su lado 5, a pu2aladas, des#arra el peto 5 arro>a las partes
inJaadas.
Entonces ocurre lo e@tra2o. Todos lo !en, espa2oles, ca2aris e incas.
Ana nue!a andanada de Jec"as incendiar7as toca el suelo. Sin
ebar#o, nin#una "iere a 6abriel ni a Sebastin. Ni siEuiera necesitan
le!antar el escudo para prote#erse. Coo si las rec"a=ara una Guer=a
in!isible, las Jec"as caen a pocos pasos de ellosK rebotan en las losas o
se Euiebran contra los uros.
Lan=ando al #alope la 5e#ua blanca, tan inGati#able coo Hl, 6abriel
car#a contra la l7nea de #uerreros enei#os. Muc"os retrocedenK los s
!alerosos "acen c"asEuear las "ondas. &ero, coo las Jec"as, las piedras
se pierden en la noc"e sin alcan=ar a 6abriel ni a It=a. En el centro del
c7rculo en el Eue se "an reple#ado, espa2oles 5 ca2aris !en co 6abriel
#alopa diri#iendo la "o>a "acia las l7neas incas, sin ni siEuiera tocar a los
#uerreros. Coo un n#el sal!ador, epu>ado por la inaculada potencia
de la 5e#ua, se abre esta !e= paso sin Eue corra ni una sola #ota de
san#re. &etriDcados de estupor o teerosos, nadie se le opone, 5 pronto
Eueda libre el paso por la calle>a.
TQSe#uideR T#rita a sus copa2erosT. QSe#uide, no corrHis
ries#o al#unoR
C de "ec"o, cuando saliendo de su asobro corren tras Hl #ritando
LQSantia#oR QSantia#oRN, ni un solo inca intenta contenerlos, ni una Jec"a
o una piedra de "onda los alcan=a.
Entonces, 5 durante toda la noc"e, lo Eue se a#ita en el !ientre de
6abriel no es 5a el iedo, el odio o la !iolenciaK slo un e@tra2o, un
intenso, un irresistible deseo de re7r.
El "ero7so de esa noc"e desesperada Eueda borrado por el d7a
si#uiente.
A ediod7a, cuando, a#otado, se "a dorido pese al claor incesante
de los tabores 5 al "abre Eue lo atena=a, 6abriel es despertado por
al#unos #ritos 5 una #ran a#itacin. Mascullando, se dispone a abandonar
el rincn en sobra, >unto a los caballos, donde "a encontrado reGu#io
cuando Sebastin, con el bra=o 5 el "obro en!ueltos en un aposito,
aparece ante Hl acopa2ado por BartoloH, con aspecto #ra!e.
TUCo te sientesV Tpre#unta en se#uida 6abriel.
TQCoo una >o!en esposa tras su noc"e de bodasR T#ru2e Sebastin.
TUEs #ra!e la EueaduraV Tpre#unta de nue!o 6abriel a BartoloH.
TLo bastante coo para Eue suGra durante uc"o tiepo Tsuspira
BartoloH con resi#nacinT. Teo, sobre todo, Eue las "eridas se
inGecten. Necesitar7a un un#Wento de aceite de oli!a, pero aEu7...
TNo so5 una ni2a 5 i "erida esperar, coo 5o, a Eue lle#uen
tiepos e>ores Tprotesta con al "uor Sebastin, epu>ando a
6abriel "acia el rincn en sobraT. &ero tF, ai#o 7o, es e>or Eue no
te uestres deasiado...
TUC por EuHV UPuH ocurreV
TNo nos Eueda a#ua Tanuncia BartoloHT, slo al#unas barricas de
reser!a. Los incas "an destruido esta a2ana los conductos de piedra
Eue llenaban las albercas de la pla=a a5or.
38
TUC no debo ostrare por esoV Tse e@tra2a 6abriel.
Los o>os de Sebastin buscan los de BartoloH. Sus ras#os estn
tabiHn "undidos por el "abre 5 el iedo. La Debre apa#a la irada de
Sebastin, tan !i!a de costubre. An tic ner!ioso a#ita su bra=o "erido.
&or lo Eue a BartoloH se reDere, la piel de su rostro es tan #ris coo su
deste2ido sa5al. En las sienes, coo en sus anos, est tan tensa Eue
dir7ase Eue se ad!ierten, por deba>o, las irre#ularidades de los "uesos.
Abos parecen u5 turbados.
TBueno, UEuH pasaV Tpre#unta de nue!o 6abriel.
TAl#unos consideran Eue la e@pedicin de esta noc"e contra las
barricadas "a encoleri=ado a los incas Turura SebastinT 5 Eue, sin
ella, no "abr7an pensado en roper las conducciones.
TUPuiHn puede creer una cosa as7V T#ru2e 6abriel.
TTodos los con!encidos por 6on=alo, lo Eue "a sido bastante Gcil
despuHs de Eue los ca2aris "a5an "ec"o, "ace un rato, un
reconociiento? las barricadas estn reconstruidas 5a. Todo el esGuer=o
de la noc"e "a sido inFtil? no es posible "o5 lle#ar a la Gortale=a, coo no
lo era a5er...
TUC EuHV Claro Eue reconstru5en las barricadas Tcorta con brutalidad
6abrielT, pero nosotros las incendiareos una 5 otra !e=. UNo soos
acaso los sitiadosV U&odeos "acer otra cosa sino cobatirV De lo
contrario, "a#aos la pa= con los incas. Eso no !a a entristecere...
TNo se trata slo de las barricadas.
TUA", noV
TEst tabiHn... lo Eue "a ocurrido.
TUC EuH "a ocurridoV
Le responde un bre!e silencio. 6abriel toa, por Dn, conciencia de la
turbacin de sus ai#os.
TQCa#uen DiosR UIablarHis de una !e=V
TBien lo sabes Turura Sebastin, diri#iendo la !ista a los caballos.
TCo no sH nada.
TSe dicen uc"as cosas e@tra2as sobre esta noc"e Tcoenta con
sua!idad BartoloH.
T<i lo Eue !i Ta2ade Sebastin.
TUC EuH Gue lo Eue !isteV
TTe !i a ti, ontando a Itza, sin Eue las Jec"as o las piedras te
alcan=aran, ientras Eue acababan con nosotros.
TQSue una suerteR QEso es todoR
TQNoR, Q"ab7a al#o sR
TSebastin, estabas "erido. Tu!iste iedo 5 de>aste !olar tu
ia#inacin. Es u5 natural.
T&rotesta tanto coo Euieras, ai#o 6abriel. SH lo Eue !i, 5 no ten7a
nada de natural. Era coo si al#o te prote#iera. Itza "a re#resado sin un
ara2a=o, ientras Eue "e pasado s de una "ora curando las "eridas
de Pongo.
TUPuieres saber EuH ruor corre esta a2anaV Tinter!iene
BartoloHT. 6on=alo cuenta Eue el diablo 5 los incas estn conti#o. Los
Eue iban con !osotros por la noc"e >uran Eue !ieron al propio Santia#o
resucitando en ti. Al#unos ase#uran incluso Eue la <ir#en Mar7a te abr7a
caino.
39
TEn cualEuier caso, 5o no !i a nadie Tdice 6abriel con "uorT. C
a"ora oi#o esas "istorias... Cobates 5 deasiados uertos, eso es todo
lo Eue "ubo.
TNo. Incluso los #uerreros incas lo !ieron Tprotesta SebastinT. &or
eso nos de>aron partir. Ades, lo sabes u5 bien? los rec"a=aste con tu
espada sin ni siEuiera tocarlos.
TSebastin no es el Fnico Eue lo !io, 6abriel Tsi#ue insistiendo
BartoloHT. Ie "ablado con los >inetes a los Eue sal!aste 5 con los
ca2aris. Todos lo dicen? las Jec"as incendiarias 5 las piedras te
respetaban, coo si de un ila#ro se tratase. UTe prote#e DiosV UO te
prote#en... tus ai#os entre los incasV
TSra5 BartoloH, con todo el respeto Eue te debo, di!a#as. SH EuH
sensibles son a la a#ia, durante los cobates, los #uerreros incas. QC
utilicH esa debilidadR Eso Gue todo. Sin#7 no teer sus piedras ni su Gue#o,
5 esa actitud les ipresion. Ades...
El tono de 6abriel no resulta natural. En los o>os de sus ai#os lee
duda e incoprensin.
TAdes, tu!e suerte. SuerteK eso es todo...
En !erdad, no est se#uro de con!encerse a s7 iso. Sebastin tiene
ra=n? "a notado Eue al#o e@tra2o le sucede durante los cobates. Coo
si su Guer=a, de pronto, no tu!iera l7ites. &ero Uco reconocer al#o as7
sin estar locoV
TTenHis Eue creere Trepite con !o= sordaT. Cierto es Eue e
iporta u5 poco orir, pero no "a5 a"7 nada ila#roso o #ico.
T&ara ti, tal !e=, pero para Euienes estn aEu7 5 suGren teiendo la
uerte, no es tan sencillo Tresponde BartoloHT. Ellos no tienen el
or#ullo de pensar Eue el encuentro con la uerte sea un oento tan
"eroso, 6abriel MontelFcar.
TUPuH Euieres Eue "a#a para con!encerte, Gra5 BartoloHV UPue
sal#a a las calle>as sin aras para deostrar Eue los incas pueden
acabar coni#o coo con cualEuieraV
Apenas calla cuando BartoloH le!anta "asta su rostro la ano
derec"a de unidos dedos. Con un #esto pro!ocador, tra=a la se2al de la
cru=.
TNo te pido tanto TascullaT. De>a, pues, Eue Dios eli>a el caino
Eue te sabe necesario. Iasta entonces, ten la "uildad de !i!ir coo
cualEuiera de nosotros 5 peranece tranEuilo. Don Iernando "a
pro"ibido cualEuier nue!a salida, 5 eso !ale tabiHn para ti.
Entre#ado a s7 iso, 6abriel peranece postrado. Su irada !uela
por encia de las aci=as piedras de la ine@pu#nable Gortale=a 5 lle#a
"asta las onta2as. Le iporta u5 poco su suerte o la proteccin de los
dioses.TUDnde est ellaV Turura sin Gati#arseT. UDnde estV &ero
los dioses Eue "an respetado su !ida se nie#an a de>ar Eue oi#a la
respuesta Eue le de!ol!er7a la !ida.
Durante los cinco d7as 5 cinco noc"es si#uientes, Cu=co es slo
estruendo, uerte 5 suGriiento.
Instruidos por los ataEues de la priera noc"e, los #uerreros incas no
slo "an reconstruido las epali=adas Eue ipiden las car#as de
caballer7a, sino Eue las "an GortiDcado tabiHn con Gosos ocultos, 5 unos
40
centinelas !i#ilan el acceso durante todas las "oras del d7a 5 de la noc"e,
para aterrori=ar s a los espa2oles e ipedirles cualEuier reposo. No
pasa "ora al#una sin Eue los claores de los #uerreros sucedan a los
redobles de los tabores 5 los siniestros laentos de las tropas. Tanto
de d7a coo de noc"e, arEueros 5 "onderos se rele!an en los altos uros
de la Gortale=a de Sacsa5"uaan, en un peranente bobardeo de la
pla=a a5or 5 de la Fltia cancha donde se acurrucan los sitiados.
El "abre 5 la sed, a2adiHndose al iposible reposo, al sue2o
constanteente roto por la bata"ola, enloEuecen a los "obres. Anos
aullan cerrando los prpados, otros lloran coo ni2os. Al#unos re=an 5a
sin cesar 5 con tanta !iolencia Eue BartoloH no se atre!e a acopa2ar
su piedad. Anos cuantos recuerdan antiEu7sias capa2as con el
#obernador don Srancisco &i=arro 5 asan lobrices o beben sus orines,
cuando no !an a endi#ar los de los des.
Al cuarto d7a, sabiendo Eue no podr contener por s tiepo la
deencia de esos "obres pri!ados de cobate, don Iernando &i=arro
concede a sus "eranos 4uan 5 6on=alo, as7 coo a unos !einte inGantes,
el derec"o de "acer una car#a para recuperar la casa de 6on=alo, situada
en el otro lado de la pla=a a5or, donde esperan encontrar al#unos de
los cerdos lle#ados desde Ca>aarca, "abas e incluso un poco de "arina
de a7=. 6on=alo pro"ibe la presencia de 6abriel a su lado 5, con al#unos
otros, Gora pelotones para !i#ilar la reta#uardia de los cobatientes 5
prote#erles de una aniobra en!ol!ente.
Los cobates duran cuatro "oras antes de Eue los caballos de 4uan 5
6on=alo, pisoteando los cuerpos de los #uerreros incas, penetren por Dn
en el recinto. De los cerdos slo Euedan unos cad!eres pFtridos e
inGestados de #usanos. En los sotanos, los sitiadores "an ol!idado un
Fnico barril de "arina. Sin ebar#o, coo en el de Sebastin, una alberca
de a#ua Gresca, Eue llena un in!isible anantial, le!anta #ritos de ale#r7a.
&or la noc"e, la Jaca !ictoria de!uel!e al#o de esperan=a a los
espa2oles. A"ora, la #ran pla=a Auca5pata 5a no est por copleto
soetida a los bobardeos de piedras de los incas. Se "a dado orden de
toar de la casa de 6on=alo todos los te>idos, pa2os, anteles 5
alGobras. Est atestada de ellos, coo un alacHn de Cdi=.
Durante toda la noc"e, una Gebril acti!idad "ace ol!idar el estruendo
de las colinas, el "abre 5 el iedo. Mientras los >inetes se rele!an para
antener la pla=a a5or Guera del alcance de las tropas de Manco, los
inGantes de #randes dedos, s "abituados a la espada o a la lan=a, unen
esos te>idos "eterclitos, ientras otros tren=an cuerdas, disponen
estacas 5 recuperan !i#as, en buen estado aFn, entre los calcinados
tec"os.
Al alba, una #i#antesca tela ulticolor cubre la pla=a a5or, desde la
casa de Iernando "asta la de 6on=alo, prote#iendo por Dn a los sitiados
de la #rani=ada de piedras lan=adas desde Sac.sa5"uaan.
Enardecido por el H@ito, Iernando intenta abrir el cerco Eue los asD@ia.
Lan=a a sus >inetes a escarau=as cada !e= s ale>adas, alrededor de la
pla=a. &ero u5 pronto los cobates se re!elan s peli#rosos Eue
eDcaces, 5 aena=an incluso con debilitar las pocas Guer=as Eue les
Euedan.
A cada escarau=a, la a!entura es la isa. Los caballos caen 5 se
"ieren en las trinc"eras e@ca!adas "asta en las terra=as Eue rodean por
41
el oeste la pla=a. Los >inetes son lan=ados al suelo 5 asaltados en se#uida
por decenas de #uerreros incas o enterrados literalente ba>o un dilu!io
de piedras.
As7, en la noc"e del Euinto d7a, 4uan &i=arro es depositado en uno de
los >er#ones dispuestos por BartoloH para cuidar, en la edida de lo
posible, a los "eridos. Ana piedra de "onda le "a roto la and7bula 5, a
pesar de toda su !alent7a, #ie de dolor ientras le !endan.
BartoloH "a solicitado la a5uda de 6abriel para antenerlo in!il
cuando tira del entn del "erido para Eue los "uesos rotos no se
cabal#uen. Apresuradaente se conGeccionan tablillas 5 !endas. Cuando
don Iernando 5 6on=alo acuden, 4uan se "a des!anecido. Con asobro,
6abriel !e a 6on=alo arrodillarse >unto al "erido 5 acariciar su Grente
coo lo "ar7a con un ni2o.
Sus o>os brillan de l#rias 5 unas balbuceantes palabras de consuelo
ueren en los labios teblorosos.
TNo os preocupHis deasiado, don 6on=alo Turura BartoloHTK
la "erida es dolorosa, pero no ortal. <uestro "erano es tan robusto
coo !aleroso. Ma2ana tendr un poco de Debre, pero estar de pie.
TQC de pie para EuH, !ientre di!inoR Te@claa Iernando apretando el
pu2o.
Su irada encuentra la de 6abriel 5, por una !e=, parece pedir a5uda.
4untos se !uel!en "acia el intersticio Eue la tela de>a por encia del
uro de la cancha. La Gortale=a de Sacsa5"uaan est 5a lista para la
noc"e e iluinada por centenares de antorc"as. A la incierta lu= del
crepFsculo, las torres dibu>an la cabe=a de un dra#n con piel de Gue#o.
TTeneos Eue ir all arriba Turura 6abriel.
TQArribaR Bien sabHis Eue es iposible.
TIa5 Eue atacar 5 toar la Gortale=a Trepite 6abrielT. Lo des no
sir!e para nada.
TQNo os andis con c"iEuitasR Nada est e>or prote#ido Eue esas
torres. Los cainos son de tan abrupta pendiente Eue los caballos
resbalan o resultan deasiado lentos. No dar7aos cien pasos sin Eue
nos ataran. Los uros de las torres son tan altos Eue no bastar con
una sola escala. Iabr7a Eue toar la Gortale=a por detrs, pero para ello
tendr7aos Eue conse#uir salir enteros de la ciudad.
TDon Iernando, lo sabHis i#ual Eue 5o? no "a5 otra solucin.
Debeos adue2arnos de Sacsa5"uaan a toda costa.
TEs otra de !uestras locuras, coo la de destruir las epali=adas.
TSi lle#aos arriba Tprosi#ue 6abriel sin escuc"arloT, le dareos la
!uelta al #uante con el Eue nos aprietan la #ar#anta. Mirad a !uestro
"erano, don Iernando? Ude EuH nos sir!e su "eridaV Ca slo soos
cincuenta >inetes. Es nuestra Fltia oportunidad.
La irada de Iernando se "a a#u=ado. La duda 5 la desconDan=a
cobaten en ella con la esperan=a.
TCuideos priero a i "erano TascullaT. Lue#o, pensareos
en eso.
TCuidad a !uestro "erano Tdice 6abrielT. Necesitaos a todos los
"obres !alerosos.
&or priera !e=, 6abriel adi!ina en la o>eada Eue le lan=a Iernando
al#o s Eue odio 5 desconDan=a? coo una pi=ca de respeto.
42
DespuHs distin#ue los o>os enro>ecidos 5 llenos de l#rias de
6on=alo, 5 es otra sorpresa.
TQTF deber7as re!entarR QTFR Tle escupe el "erano enor con rostro
de n#el en plena cara.
&ero 6abriel siente de tal odo el suGriiento en el s >o!en de los
&i=arro Eue antiene cerrados sus labios.
9
OLLANTACTAMBO, MACO DE ,9$:
El disco del sol es inenso.
Est puesto en el aire Eue lo separa aFn de las onta2as del oeste
coo una a#n7Dca burbu>a de oro Eue podr7a abrirse para recibir, en s7,
al Mundo de AEu7, coo un padre estrec"a a su "i>o Eue re#resa de un
!ia>e.
De pie en los pendientes pelda2os de la ciudad real de Ollanta5tabo,
Anaa5a le "ace Grente con los o>os abiertos de par en par. Siente el
calor Eue !ibra sobre su rostro, su pec"o 5 su !ientre. Siente el aliento del
sol Eue lle#a a ella.
TQO", IntiR Inti, iluina nuestra noc"e.
Cuanto s se acerca a las onta2as del otro lado del !alle, s
crece el sol. A su espalda, Anaa5a o5e a los sacerdotes, de pie en las
terra=as estrec"as 5 tan escarpadas Eue parecen puestas a pico, unas
sobre otras. Entre los tallos de los #randes a7ces de cereonia, !erdes
aFn 5 sebrados por brotes de a7= de oro, se enGrentan al sol
salodiando?
!"h, Inti!
43
!"h, Poderoso Padre! #$ recorriste el uni%erso abrasando el d&a.
!"h, Inti!
!"h, Padre compasi%o! #e %uel%es ro'o, te %uel%es sangre.
!"h, Inti!
(ue (uilla regenere tu sangre,
te abrace y te ali%ie de tu )atiga
en la oscuridad del "tro Mundo.
* nosotros, que %amos a cerrar nuestros p+rpados,
temblaremos como las estrellas hasta el amanecer.
!"h, Inti!
,n la oscuridad temblaremos y gemiremos
para que concluya tu descanso,
y que el alba regrese en el ardor de tu oro.
!"h, Inti!
Coo ellos, Anaa5a repite la ple#aria ientras el sol, s pesado,
se apo5a en las onta2as 5 se "unde s all de lo !isible, enro>ecido
coo un cora=n cortado por el tumi.
El calor Eue !ibraba sobre el pec"o de Anaa5a se e@tin#ue
brutalente. An !iento dHbil pero Gr7o ba>a de las onta2as. Las piedras
de los ediDcios se enro>ecen a su !e=K por un instante, parecen "acerse
tan Je@ibles 5 le!es coo la piel de un ni2o.
C lue#o, una sobra enore a"onda el Gondo del #ran !alle sa#rado.
El r7o de>a de espe>ear entre las terra=as de un !erde tierno. Se "ace
ne#ro coo el cuerpo de una serpienteK se "ace Gr7o coo el cielo del
este, 5a oscuro entre las cias de las altas onta2as. El !alle Eue de
ellas lle#a, estrec"o 5 recortado, se abre a odo de una boca a la sorda
sobra Eue pro#resa "asta las calles re#ulares de la ciudad, tan
r7#idaente dise2ada coo el dibu>o de una anta.
Ca los te>ados de las canchas son #rises. La "uareda de los patios se
le!anta cada !e= s, #ris tabiHn. El silencio de las calle>as es #risK las
terra=as Eue lle!an a los r7os son #risesK las laderas de las onta2as se
des!anecen en el #ris Slo el precipicio del recinto sa#rado conser!a aFn
un Fltio ra5o de sol, 5 sobre las piedras se pule Dnaente la ro>a lu= de
Inti.
&or unos se#undos, Anaa5a se siente le!antada, coo si unas alas la
sostu!ieran por encia de todos. Sus o>os !en coo los o>os de un p>aro
el !alle oscuro, la ladera de las onta2as plida 5 epeEue2ecida, las
casas de Ollanta5tabo coo >u#uetes de adera tallados para los
ni2os. C de pronto, el sol no es 5a !isible e incluso el cielo se !uel!e #ris 5
plano.
TQO", IntiR TururaT, no nos abandones.
El silencio dura aFn unos instantes, coo si cada una de las cosas del
undo entrara en la triste=a del anoc"ecer. An ruor de !oces, al pie de
la escalera, resuena por Dn 5 llaa su atencin. A la priera o>eada,
reconoce al "obre Eue parlaenta con los #uardias del recinto para Eue
le de>en pasar. Su cora=n coien=a a #alopar.
<acila en ba>ar los abruptos pelda2os para reunirse con ellosK lue#o se
sobrepone. O7#ida para ocultar sus estreeciientos, tirando en e@ceso
de la anta Eue cubre sus "obros, espera a Eue el "obre lle#ue "asta
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ella. Es el >o!en oDcial Eue anta2o la acopa2 5a >unto a Manco a Oiac
Tabo, 5 antes de la batalla de <ilcacon#a, #racias a su a5uda, pudo
sal!ar a 6abriel.
Ia adEuirido se#uridadK tanto sus ras#os coo su cuerpo se "an
"ec"o s pesados con los cobates. &ero antes incluso de Eue estH
cerca, slo !iHndolo trepar los pelda2os tan pendientes coo el sendero
de un acantilado, con la boca entreabierta 5 los "obros ca7dos,
Anaa5a coprende Eue es portador de una ala noticia.
Cuando est aFn a cinco escalones de ella, dobla las rodillas e inclina
la nuca.
TCoya Camaquen, esto5 a tu ser!icio Tsusurra.
TLe!ntate, Titu Cu5uc"i Tresponde ella con cierto ner!iosiso.
Lo Eue lee en su rostro conDra sus teores.
TUBuenoV Tpre#unta.
TPue te sea dado perdonare el Gracaso, Coya Camaquen, pero no
pudios.
Ella se obli#a a respirar para calar los latidos de su cora=n.
TUSabes, por lo enos, si est !i!oV Tpre#unta.
TLo estaba cuando le !ios, pero eso ocurri "ace 5a cinco d7as.
TU&or EuH no lo lo#raste, Titu Cu5uc"iV
El oDcial esbo=a un #esto de abatiiento.
TLle!aba dos "obres coni#o. En cuanto los tec"os de Cu=co
de>aron de arder, esperH a Eue la noc"e Guera u5 oscura 5 corr7 con
ellos "asta la cancha Eue tF e "ab7as indicado. Ten7as ra=nK el
e@tran>ero estaba all7. Lo reconocios por su tFnica de capesino del
Titicaca. Ana cadena lo su>etaba al uro...
TUAna cadenaV
TS7. C eso nos "i=o Gracasar. Nos pre#untaos por unos
instantesYco liberarlo. Ano de los soldados recibi una Jec"a 5 uri.
Slo !ios una sobra ne#ra. El instante estaba lleno de conGusin...
TUC Hl di>o al#oVTDi>o Eue era tu ai#o, Coya Camaquen Eue no
deb7aos atarlo. QNo coprendi Eue 7baos a liberarloR
Anaa5a calla 5 aparta el rostro del "ori=onte, apenas enro>ecido, del
oeste.
TNos !ios obli#ados a "uir Tprosi#ue Titu Cu5uc"iT. Ni siEuiera
discern7aos la presencia de Euienes nos atacaban.
TULo intentaste otra !e=V
TNo, Coya Camaquen...
Ia5 cierta reticencia en la !o= de Titu Cu5uc"i. Anaa5a le obser!a
con atencin.
TIabla, "abla sin teor Tordena con una !o= neutra.
TA la noc"e si#uiente, los e@tran>eros incendiaron nuestras barricadas
con la a5uda de los ca2aris. Mataron a uc"os de los nuestros. Co
cobat7 en la Fltia, donde pudios rec"a=ar el ataEue. Le reconoc7. Iba
a caballo, !estido coo los e@tran>eros, 5...
.UCV
&ero Titu Cu5uc"i !acila antes de responder. Su irada se desli=a por
el "obro de Anaa5a 5 asciende un poco s. Ella se !uel!e al iso
tiepo Eue percibe los le!es pasos del due2o de las piedras, Eue se
reFne con ellos. Casi se siente ali!iada de Eue estH all7.
45
TQIabla, Titu Cu5uc"iR Trepite con dure=a 5 en !o= alta, para Eue
Xatari pueda o7rla.
TCobat7a en una bestia blanca coo un poderoso del Mundo de
Aba>o. Se#aba a nuestros soldados coo si nada s contara 5a para Hl,
ni la uerte de los de su bando ni la su5a propia. C lue#o ocurri una
cosa e@tra2a? rodeaos a los e@tran>eros ante la barricada, ientras los
de la torre #rande de Sacsa5"uaan les disparaban Jec"as inJaadas.
Las Jec"as se apartaban de Hl 5 tabiHn las piedras de los "onderos. QLo
!i con is propios o>os, Coya Camaquenl Eso ipresion tanto a nuestros
soldados Eue de>aron de cobatir 5 le de>aron arc"ar.
Anaa5a se estreece 5 cierra los prpados.
TUEsts se#uro de Eue era HlV
TS7, Coya Camaquen. Le !i coo te !eo a ti e intent cla!ar su "ierro
en i !ientre. Estaba libre 5 !i!o.
El oDcial !acila. Lue#o, en su rostro se!ero nace una sonrisa.
T&ero incendi inFtilente las epali=adas Ta2ade irando de
Grente a Anaa5aT, Coya Camaquen. Las reconstruios. Los e@tran>eros
no se atre!en 5a a salir de su recinto. &ronto sern !encidos, 5 el Mnico
Se2or podr entrar de nue!o en Cu=co.
TTe lo a#rade=co, Titu Cu5uc"i. SH Eue "iciste lo Eue estaba en tu
poder. <e a descansar 5 a alientarte...
Cuando el oDcial ba>a por la escalera, parece Eue la noc"e "a
alcan=ado 5a las calle>as de Ollanta5tabo. Anaa5a est "elada. No se
atre!e a irar a Xatari, pues !er7a l#rias en sus o>os. )l se acerca
"asta tocarla.
TTu pua est libre, Coya Camaquen Tdice dulceente.
TLibre o uerto, UEuiHn sabeV UIe "ec"o al, XatariV Cuando supe
Eue los e@tran>eros le ten7an encerrado, Euise Eue Titu Cu5uc"i lo
liberase.
T&ero el pua se libera solo Treplica Xatari con una sonrisa.
TUCrees, coo 5o, Eue es el pua Eue el Mnico Se2or Iua5na Capac
e anunciV
TCuando le curH a orillas del Titicaca, !i la arca en su "obro. &use
en ella la ano, Coya Camaquen, 5 lo sent7 coo tF.
Anaa5a se estreece de nue!o. La noc"e "a crecido 5a sobre las
onta2as.
TMe "e eEui!ocado, Xatari. Ca no sH toar una buena decisin porEue
i cora=n e turba el esp7ritu. SuGro por estar le>os de Hl 5 teo cuando
esto5 deasiado cerca. AceptH ale>are de 6abriel porEue <illa Oa e
lo pidi? le odia... &ero cuanto s pasan los d7as, s teo perderlo.
QO", XatariR, Uten#o iedo porEue es el pua, o slo porEue ao a un
e@tran>eroV
TNo puedo responderte, Coya Camaquen.
T&iensas coo <illa Oa, Uno es ciertoV
TNo. <illa Oa no es 5a el sabio Eue te Gor. A"ora est loco por la
#uerra. Ca slo !e la !iolencia Eue "a5 ante Hl.
TA5Fdae, Xatari. UCo puedo saber dnde est lo >usto 5 dnde lo
GalsoV
TDebes escuc"ar a los antepasados del Otro Mundo.
TSlo oi#o silencio.
46
La Fltia lu= desaparece del s alto ediDcio del recinto sa#rado 5 de
los espolones rocosos Eue lo doinan. Las prieras estrellas brillan,
ientras las antorc"as iluinan las calle>as de Ollanta5tabo. Anaa5a
siente Eue la clida pala de Xatari se posa en su "obro.
TSi conG7as en 7, tal !e= cono=ca un edio para Eue tu esposo, el
Ierano.Doble, te perita un !ia>e "acia el Mnico Se2or Iua5na Capac
Tsusurra.
Es de noc"e 5 Anaa5a no consi#ue 5a distin#uir lo Eue brilla en el
Gondo de las pupilas del due2o de las piedras, pero el eco de su !o=
resuena lar#o rato en su interior 1incluso s tarde, cuando el sue2o se
"a5a apoderado de ella 5 se suer>a en una noc"e a#itada por las
enso2aciones, se#uir resonando3. C por priera !e= desde "ace lunas
nace en ella una esperan=a Eue no es destruida por la an#ustia.
TTe espero Turura en itad de la noc"e.
C le parece "aber sido escuc"ada.
:
CABCO, MACO DE ,9$:
En un prier oento, 6abriel no reconoce al "obre Eue !e
acercarse al anoc"ecer del dHcio d7a de asedio.
En la penubra, Eue acentFan las telas de proteccin tendidas por
encia del patio, es slo una silueta pro!ista de una cabe=a de taa2o
anoral. A!an=a con precaucin, anteniHndose a distancia de los
escla!os de &ana Eue doritan en el suelo cubierto de detritus. Todo
est aEu7 sucio 5 "ediondo, "asta los alientos de los a5unadores, Eue
e@"alan 5a relentes de uerte. C es Eue, a"ora, el "abre endurece los
!ientres 5 los cora=ones. 6abriel, coo los des, aldice la lacerante
47
Euea=n de sus entra2as, Eue le recuerda, a cada instante, Eue slo "a
coido desde "ace cinco d7as un peda=o de carne obtenido de un caballo
despan=urrado.
Cuando el "obre est 5a bastante cerca, distin#ue el penac"o
escarlata del orrin Eue lle!a ba>o el bra=o 5 tabiHn las #randes
anc"as de san#re Eue ancillan el >ubn. &or lo Eue se reDere al
e@tra2o !oluen de su cabe=a, se debe a las !endas Eue la en!uel!en 5
slo de>an !er, de su rostro, unos o>os Gebriles, una nari= a#uile2a 5 unos
labios Eue se ue!en penosaente.
TQDon 6abrielR
La !o= es tan ba>a 5 las palabras estn tan al pronunciadas Eue
apenas si son coprensibles. Sin ni siEuiera ba>ar de la barrica !ac7a Eue
le sir!e de silln, 6abriel saluda con una inclinacin de la Grente, apenas
cortHs.
TQDon 4uanR Caraba, de nue!o estis en pie. Sra5 BartoloH os "a
acolc"ado u5 bien la cabe=a para soportar otros tiros de "ondero.
La burla pone r7#ido a 4uan &i=arro, 5 el incendio de sus o>os auenta.
&or unos instantes, se e!alFan con la iradaK 6abriel ni siEuiera
parpadea. La ano diestra de 4uan se le!anta en se2al de
apaci#uaiento.
TDon 6abriel, "e !enido a "acer la pa= con !os Turura con su
e@tra2a !o= de #ar#anta.
6abriel le ira sin responder.
TSH las ra=ones Eue os lle!aron a a#redir a 6on=alo... Ta2ade 4uan,
toando aliento entre cada GraseT. No puedo condenaros... El aor de
una u>er no e es a>eno, don 6abriel... Mi esposa e correspondi de
un odo e@tra2o, lo sabHis... C sin ebar#o, la ao coo si el propio
Dios e la "ubiera entre#ado... Mi dulce In#uill e "a "ablado a enudo
de su ai#a..., de !uestra..., de aEuella a Euien i "erano brutali=...
6on=alo, a !eces, actFa sin #ran reJe@in.
6abriel Euiebra la turbacin de 4uan con un peEue2o aden.
TNo os conGundis, se2or Tdice con una suerte de triste=aTK no esto5
curado de !uestro "erano. Muc"o e teo Eue, si se e presenta la
ocasin, i "onor 5 i cora=n e dicten el iso intento...
TEn ese caso, e encontrarHis en !uestro caino 5 por las isas
ra=ones, porEue tabiHn 5o creo tener "onor 5 cora=n. Sean cuales
sean sus Galtas, 6on=alo es i "erano 5 le ao... C aunEue eso pueda
sorprenderos, tabiHn Hl e aa de un odo absoluto 5 de!orador, Eue
a !eces e preocupa, coo si Guera lo Fnico Eue le ipide "undirse entre
sus deonios.
TAGortunadaente, "o5 est #uiado por los n#eles.
4uan se dispone a responder, pero un sFbito suGriiento deGora su
rostro.
T&ues bien, Eue as7 sea, don 6abriel Tarticula con aar#a iron7aT?
!os lo atarHis, 5 5o lo deGenderH. UTeneos al#o e>or Eue "acer
entretantoV
6abriel se liita a responder con un aden desen#a2ado. C esta !e=,
la ueca Eue se esbo=a en la boca copriida de 4uan parece ser una
sonrisa.
T&enseos en el presente Tprosi#ue, acercndose para "acer Eue se
entienda e>or su diG7cil elocucinT. Ie !enido a "acer las paces con !os
48
para Eue "a#aos >untos la #uerra...Don Iernando nos "a reunidoK se "a
toado la decisin de atacar la Gortale=a. Es idea !uestra... AunEue estH
"erido, Iernando e "a nobrado coandante de todos los capitanes...
QCo !o5 a diri#ir esta batallaR
TMu5 bien Taprueba 6abriel con seriedadT. &ero no !a5is a
coeter el iso error Eue nuestro teniente.#obernador? no subestiHis
a los incas. Cono=co a su >eGeK se llaa <illa Oa. Es inteli#ente 5 tena=K
slo sue2a en destruirnos, "asta el Fltio de nosotros, 5 eso le da una
#ran Guer=a. No esperHis de Hl debilidad al#una, don 4uan. Si le cortis los
bra=os, cobatir con los u2ones.
4uan asiente tanto coo se lo periten la and7bula 5 el !enda>e.
&ese a la Grescura de la noc"e, 6abriel ad!ierte el sudor Eue brota de su
Grente.
TNo lo i#noro, don 6abriel... &or eso os Euiero a i lado. <os tendrHis
la ener#7a Eue e Galta... Si JaEueo, !os sabrHis ocupar i lu#ar.
Coo ateriali=ando estas palabras, con un #esto brutal pone su
orrin en anos de 6abriel.
TPuiero Eue estH en !uestra cabe=a... No puedo lle!arlo a causa de
i "erida. Con !os ba>o estas pluas, todos sabrn dnde deben ir.
TMe "acHis un #ran "onor, don 4uan. C no esto5 u5 acostubrado a
ello. USon !uestros "eranos de !uestra isa opininV
4uan le!anta la dolorida cabe=a 5 sostiene la burlona irada de
6abriel. Las Grases Eue salen de su boca apenas son audibles.
TCa os lo "e dic"o? "e !enido a "acer las paces... C e corresponde a
7 desi#nar a is capitanes...
Iace una bre!e pausa.
TNuestros copa2eros Ta2ade lue#oT desean teneros entre
nosotros, don 6abriel. Al#unos aDran Eue el dedo de Dios os se2ala,
Eue la <ir#en Mar7a es !uestra copa2era... Otros Eue Dios no tiene nada
Eue !er, sino una a#ia Eue "abHis recibido de !uestras relaciones con
los indios... <uestra "a=a2a de la otra noc"e "a ipresionado los
nios...
T&or todos los santos, Uco podHis dar Ge a esas supersticionesV
TTabiHn 5o !i al#unas cosas con is o>os... C no slo la otra noc"e,
coo los de aEu7... Todo coen= en la pla5a de Tubes, cuando
lle#aos... AEuel d7a deber7ais "aber uerto.La sarcstica risa de 6abriel
parece un laento.
TSiento deasiada indiGerencia por Dios coo para Eue e se2ale, ni
siEuiera con un parpadeo... &or lo Eue se reDere a aEuella en la Eue
pensis, no e ense2 nada especial, sal!o Eue los incas son "obres,
coo !os 5 5o, #randes 5 peEue2os, Eue por nosotros suGren tanto en su
cuerpo coo en su ala.
TUPuH nos iporta si os prote#e Dios o el diabloV Tse eno>a 4uan,
respirando con Guer=a 5 rapide=T. La !erdad es Eue nuestros copa2eros
os teen 5, a la !e=, os conceden el !alor de un talisn... &iensan a"ora
Eue, sin !os, no tendreos nin#una posibilidad de H@ito.
TQA5er pensaban Eue todo se "ab7a perdido por i culpaR
TUAceptis i proposicin, don 6abrielV
TSi e nie#o, la prisin e a#uarda de nue!o, Uno es ciertoV
TIe !enido a "acer las paces 5 no a aena=aros.
49
6abriel de>a cuidadosaente el orrin en la barrica 5 acaricia con
descuido el pluero escarlata.
TUCo pensis entrar en la Gortale=aV
An e@tra2o #ru2ido sale de la #ar#anta de 4uan 5 sus o>os se entornan.
6abriel coprende con cierto retraso Eue se trata de una risa.
TQDel odo Eue os pare=ca e>orR
6abriel sonr7e, casi cplice, 5 tra=a con la punta de la bota un !a#o
dibu>o en el pol!o.
TA i entender, debeos actuar con astucia. Ieos de conse#uir
Eue <illa Oa 5 sus capitanes crean Eue "uios...
Su bota describe un c7rculo en torno a la asa Eue representa la
Gortale=a.
T)ste es el collado de Caren#a. Apartado de la Gortale=a, nos ale>a
de la ciudad por el noroeste. Ser cosa dura alcan=arlo 5, lue#o, trepar
"asta la cia, pues es un !erdadero barranco. Los incas "arn llo!er la
uerte sobre nosotros. &ero, si lo conse#uios, escapareos a su
!i#ilancia 5 dareos un lar#o rodeo para re#resar a la Gortale=a por
detrs. Ia5 all7 !arias puertas 5 pueden resultar accesibles.
TAs7 lo "areos...
TQNada de ilusiones, don 4uanR Nin#Fn ila#ro brota de is anos.
Nuestras posibilidades de lo#rarlo son tan Jacas coo nuestros !ientres.
TLo cierto es Eue no se "a pre!isto nin#Fn banEuete para esta
noc"e... Esto nos dar tiepo para orar.
Mirando a 4uan &i=arro Eue se ale>a con sus pasos irre#ulares 5
pesados, a 6abriel le doina una proGunda turbacin. Acaba de aceptar
sin una sola palabra de autHntica discusin 1pues, en el Gondo de su
cora=n, est tan asustado coo los des por su in!ulnerabilidad en el
cobate3 ser!ir lealente a sus peores enei#os.
No lo laenta.
C se siente, incluso, bastante ale#re.
En la naciente alborada, ientras Eue, coo cada noc"e, los #uerreros
incas no "an cesado en sus #riter7os de "orror, cincuenta >inetes estn de
rodillas, ante las iradas ipresionadas de un centenar de #uerreros
c"ac"apo5as 5 ca2aris. BartoloH pasa entre sus prietas "ileras 5, con su
ano de dedos pe#ados, bendice cada Grente.
Con la cabe=a en!uelta en lien=os lipios 5 una autHntica cora=a
prote#iHndole el busto 5 los uslos, 4uan recibe con Ger!or la bendicin. A
su lado, con la soberbia cabellera ca5endo sobre las "obreras de acero
real=ado con un Dno cincelado de oro, don 6on=alo uestra un aspecto
"ura2o. Sus labios apenas se ue!en para Eue pasen las palabras de la
oracin.
Al#o s atrs, de pie ante los inGantes Eue pronto a#uantarn solos
el asedio, Iernando si#ue con la irada la cereonia, ururando
aEuinalente. Es el priero en descubrir en la entrada del patio a
6abriel, a Euien la 5e#ua blanca si#ue despacio. Lle!a el bra=o i=Euierdo
etido 5a en un escudo redondo 5, con el otro, aprieta contra la lar#a
cota de alla Gorrada de cuero el casco de penac"o escarlata.
Si el rostro de Iernando no parpadea, el de 6on=alo, Eue interrupe
de inediato la oracin, palidece. Se le dilatan las pupilas 5 la boca se
50
cierra de>ando en suspenso el padrenuestro. 6abriel cree Eue !a a
le!antarse, pero la iperiosa irada de Iernando #ra!ita sobre el
"erano enor. Entonces, cesa la ple#aria 5 se acercan los caballos. Los
>inetes ec"an unas iradas a 6abriel. Al#unas cabe=as se inclinan en un
saludo, 5 otras se persi#nan una !e= sK pero nadie se atre!e a acercar.
se ientras la a5or7a ase 5a las bridas de los aniales para trepar a la
silla. Arrastrado por el o!iiento, 6on=alo parece diGuinarse, 5
Iernando a5uda a 4uan a cabal#ar en su castrado.6abriel se coloca el
orrin 5 se a>usta el barboEue>o ba>o el entn.
TQEstabas en i ple#aria, ai#oR C 5o iso te "e !isto re=ar "ace
un rato, cuando cre7as Eue nadie te obser!aba.
TEspero Eue no !a5as a denunciare. QEso per>udicar7a i
reputacinR En Dn, Gra5 BartoloH, deber7as estar contento de 7. UAcaso
no e "as e@plicado Eue no era necesario creer para arrodillarseV
TCrees s de lo Eue ia#inas.
BartoloH posa el cruciD>o de adera sobre el pec"o de 6abriel. Con
los o>os u5 "undidos en el rostro, el a#otaiento en!e>ece die= a2os su
Jaca cara.
TSH prudente, por delante 5 a tus espaldas Ta2ade en !o= s ba>a
T. 6on=alo se "a !uelto loco de rabia al saber Eue 4uan ipone tu
presencia. E!ita pro!ocarle.
TNo teasK a"ora es oDcial Eue esto5 prote#ido contra todo, 5 por el
propio Dios.
TQNo blasGeesR Es inFtil.
TSra5 BartoloH, si Dios e@iste Tdice 6abriel con #ran seriedad 5
irndole a la caraT, "o5 podr con!encere de su presencia. No
sal!ndoe la !ida, pues no sH EuH "acer con ella, 5 5a sabes por EuH...
T... sino pur#ando la Tierra de todo al, de una sola !e=, 5
preGerenteente coen=ando por la persona de 6on=alo &i=arro, Uno es
ciertoV
TA Ge 7a, "erano, a !eces e pre#unto si no te inspira el propio
Dios.
TMi Dios Tdice seriaente BartoloHT no es el Dios de !en#an=a
Eue casti#a con la espada, sino el Dios de aor 5 caridad. C si tienes a
bien creere, deber7as escuc"arle tabiHn, sin ol!idar ane>ar la espada
cuando sea necesario.
6abriel abre 5a la boca para replicar con un sarcaso, pero 4uan
&i=arro se acerca a ellos. 6abriel lee, s Eue o5e, lo Eue dicen sus labios
secos.
TEs "ora 5a, don 6abriel... Ie di!idido nuestra caballer7a en dos
#rupos. Mi "erano 6on=alo diri#e el se#undo.
Sus o>os buscan una aprobacin, Eue 6abriel le concede con una
inclinacin de cabe=a.
TQEn anos de Dios, entoncesR
En un curioso silencio, coo para e>or percibir el estruendo de las
colinas 5 los aullidos de las tropas de la Gortale=a, seacercan a la puerta
de la cancha, ase#urada con unas !i#as. Incluso los ca2aris, por lo coFn
tan ruidosos, callan.
Entre los "obres Eue se atarean para de>ar libre el paso, 6abriel
sonr7e a Sebastin, con el "obro 5 el bra=o !endados aFn. &or una !e=,
el enore ne#ro no sonr7e coo respuesta. Su #ra!e aspecto tiene la
51
triste=a de un !erdadero adis. A!an=a para acariciar el cuello de la
5e#ua, Eue le responde con un bre!e #olpe de cabe=a.
TCuida de ella coo de ti iso, ai#o.
TTe traerH poada para Eue puedas !enir coni#o la pr@ia !e= T
broea 6abriel.
Ana a#ra sonrisa alar#a los labios de Sebastin.
TBuena idea.
Entonces, 6abriel se le!anta sobre los estribos.
T&or Santia#o, esta noc"e coereos en la Gortale=a T#rita con
todas sus Guer=as.
TQSantia#oR QSantia#oR Tentonan a su !e= cincuenta #ar#antas a su
espalda.
Si#uen #ritando cuando los caballos saltan a la pla=a a5or,
le!antando un pol!o Eue los ca2aris atra!iesan aullando coo una >aur7a
de Deras.
Apenas "an de>ado atrs los Fltios uros de las canchas 5 las
prieras terra=as Eue dibu>an el pie del collado cuando una sal!a de
Jec"as silba sobre sus cabe=as. Disparadas desde deasiado le>os coo
para ser eDcaces, rebotan con seco c"asEuido sobre las rodelas 5 las
cotas Gorradas de los caballos sin ni siEuiera cla!arse.
Ante ellos, sin ebar#o, en el caino Eue atra!iesa las terra=as Eue
rodean el oeste de la ciudad, la triple o cudruple "ilera de #uerreros
incas les cierra 5a el paso. 4uan se !uel!e "acia 6abriel? sus o>os dicen
con claridad lo Eue su boca no puede ordenar.
Con la espada le!antada 5a, 6abriel aulla la orden del #alope. Itza
salta 5 acelera el paso coo si "ubiera estado esperndola. Con las
crines al !iento, parece dan=ar "acia el obstculo sin tocar tierra, 5
arrastra, en el iso ipulso, la asa copacta de carne 5 "ierro de los
>inetes. Ms atrs, con las "ac"as tendidas 5 le!antados los escudos, los
ca2aris ru#en a pleno puln 5 corren con prodi#iosa a#ilidad.&or un
se#undo, dos tal !e=, los #uerreros incas se aprietan unos contra otros,
con la lan=a apuntada 5 la a=a en el pu2o. &ero todo !a u5 de prisa,
s Eue las piedras de las "ondas Eue rebotan en las cotas de alla 5
las cora=as. Con los o>os desorbitados, !en co los caballos se arro>an
sobre ellos. El suelo tiebla, 5 el redoble de los cascos penetra en su
pec"o coo una "uareda de iedo. El sol parece di!idido en duras
astillas por las re!oloteantes "o>as de las espadas. Las bocas se abren de
dolorK el "ierro cae 5 corta las carnesK los cascos ac"acan !ientres,
"unden pec"osK los rostros no tienen 5a ni Gora ni #ritosK las bestias
pisotean una alGobra de carne 5 de "uesos caracoleando sobre s7
isas. C lue#o, los ca2aris se unen a la batalla, lo Eue auenta la
conGusin. La Gerocidad se increenta, 5 los uertos abren el paso
ientras las espadas des#arran aFn.
Las l7neas incas ceden. Al#unos #uerreros lan=an la a=a contra los
caballos antes de "uirK otros se suicidan intentando alcan=ar el !ientre de
los caballos o las piernas de los espa2oles. &ero es inFtil.
Con el pec"o 5 las cor!as anc"ados de san#re, los caballos salen de
ese purH de uerte #alopando "acia la priera cur!a del collado, Guera
del alcance de las piedras de las "ondas.
52
Con el rostro cubierto de sudor 5 de san#re, el cuerpo dolorido de
tanto #olpear 5 el aliento en su pec"o coo un Gue#o Eue ru#e, 6abriel
ordena sin cesar a los cobatientes Eue le si#an. Su e@altacin es u5
proGunda 5, s all de su indiGerencia, de su asco por la !ida, Jota la
sensacin de un poder Eue no tiene l7ites.
TQSantia#oR T#rita una !e= s con la !o= enronEuecida.
C en los #ritos de los espa2oles Eue le responden, en los silbidos 5 los
c"oEues, en los #eidos de a#on7a o de triunGo, en el estruendo 5 los
pateos, le parece Eue todas las laderas de las onta2as, las piedras 5 la
propia tierra aceptan Eue enarbole el "ierro de la !ictoria.
&ero slo se "a lo#rado lo s Gcil. Coo 6abriel te7a, la cuesta de
Caren#a es una prueba Eue a#ota #ran parte de sus Guer=as.
Durante dos "oras trepan de cur!a en cur!a. <einte !eces, el Gr#il
sendero, apenas anc"o para Eue pase un caballo, slo es #rietas o
desprendiientos. Entonces, ientras los ca2aris,acuclillados ba>o sus
peEue2os escudos cuadrados 5 Eue acaban pareciendo un e@tra2o
"ori#uero, colan las #rietas o desbro=an el sendero, "a5 Eue esperar
ba>o el dilu!io de piedras arro>adas desde lo alto de la pendiente.
6abriel siente el "edor del iedo Eue brota de nue!o entre los
espa2oles. La ipaciencia 5 la an#ustia a!i!adas por el "abre corroen
la bra!ura de los s endurecidos. An caballo, "erido por una piedra Eue
le da directaente en los ollares, se encabrita de dolor. Lan=a las patas
anteriores contra el Eue le precede, ientras el >inete cae "acia atrsK
dos #uerreros ca2aris e!itan Eue se despe2e "asta el Gondo del barranco.
El pnico se apodera de los aniales s cercanos. El tuulto est a
punto de arrastrar a edia docena de >inetes 5 onturas "acia el
precipicio.
TQ&ie a tierraR Taulla 6abrielT. &ie a tierra 5 su>etad los aniales por
el bocado. Obli#adles a inclinar el "ocico.
Cuando brotan las protestas, cabia de tono.
TQ&asareosR Q&asareos porEue es precisoR TaDra con se#uridad.
Sin ebar#o, la duda si#ue all7, incluso en la irada de 4uan. En
!erdad los obsesiona el iso pensaiento? Eue el collado de Caren#a
no sea coo el de <ilcacon#a, donde, a2os antes 5 por priera !e=, los
espa2oles se encontraron en tan ala postura Eue 6abriel, a#oni=ante,
slo sal! la !ida #racias a la obstinacin 5 el aor de Anaa5a.
TQEs la isa situacinR Tasculla 4uan, cerrando los prpados coo
en una pesadillaT. Ellos arriba 5 nosotros aba>o..., olestados por
nuestras onturas.
TNo Tdice 6abriel a edia !o= para Eue slo 4uan le oi#aT, arriba no
"a5 nadie. El #rueso de las tropas de <illa Oa est a nuestras espaldas.
TQPue Dios os oi#aR
TOecuerdo un rellano, antes de la cia del collado. &odreos
cabal#ar de nue!o 5 se#uir por las terra=as "acia el noroesteK les
dareos la ipresin de Eue nos ale>aos de la Gortale=a. Creern Eue
slo intentaos "uir.
&or toda respuesta, 4uan tra=a la se2al de la cru= sobre su !endada
Grente.
53
TQCuidado con las piedrasR Tru#e una !o=T. QCuidado con las
piedrasR
Instinti!aente, 6abriel le!anta el escudo por encia de 4uan, Eue no
!a prote#ido por casco al#uno 5 cu5a "erida le ipide su>etar bien el
su5o.
TQ&rotH#eos, don 6abrielR Tordena 4uan en un urullo.
Esta !e=, la #rani=ada de piedras es tan espesa Eue parece Eue toda la
onta2a se con!ierte, por encia de ellos, en a!alanc"a. Los bra=os se
doblan ba>o los escudos, Eue se ropenK los "obres #ritan, 5 los
caballos relinc"an lastieraente. Sin ebar#o, en pleno espanto, unos
5 otros, e incluso 6on=alo, !en la isa cosa? tanto 6abriel coo su
5e#ua blanca son respetados por el dilu!io de #ui>arros, ientras Eue los
des tienen los uslos, los r72ones 5 los "obros a#ullados, a pesar
de la proteccin de las rodelas 5 las cotas Gorradas. C ba>o su escudo,
4uan est tan se#uro coo deba>o de un te>ado.
&ero nadie se atre!e a decirloK slo aprietan los labios 5 oran de todo
cora=n.
Cuando por Dn, coo 6abriel "a proetido, la llu!ia de piedras cesa 5
lle#an al rellano, los #uerreros incas Eue les "an acosado "asta entonces
resultan ser apenas unos cincuenta. No se atre!en a acercarse s Eue a
un tiro de "onda 5 basta un bre!e #alope de las a#otadas bestias para
Eue eprendan la "uida.
6abriel o5e los #ritos Eue acopa2an la Gu#a.
TQCreen Eue re#resaos a CastillaR Tanuncia riHndose.
Tan !iolento coo el terror Eue los ebar#aba un poco antes, el ali!io
"inc"a los pec"os con una #ran carca>ada 5, de oento, la Gati#a
desaparece.
TQSantia#oR QSantia#oR T#ritan los >inetes persi#nndose con los o>os
ba>os, coo si preDrieran no conocer la ra=n del H@ito.
6abriel, entonces, tiene el cora=n Gr7o.
&iensa en lo Eue suceder despuHs, 5 cada ia#en lo ipre#na coo
si la "ubiera !i!ido 5a.
Slo ediada la tarde, tras uc"os rodeos, lle#an por Dn a una
especie de eseta irre#ular, sebrada de enores rocas ne#ras, 5 Eue
ba>a en sua!e pendiente "acia la parte trasera de la Gortale=a de
Sacsa5"uaan. All7 se le!antan urallas de bloEues tan enores 5, sin
ebar#o, tan Dnaente a>ustados Eue es posible dudar de Eue seres
"uanos puedan "aberlos colocado unos sobre otros. &ero,
e@tra2aente, nin#Fn #uerrero parece !i#ilarlos.4uan ordena un descanso
>unto a un anantial. &ara colo de placer, !arios #uerreros ca2aris,
durante el caino, "an tenido tiepo de ca=ar ratas sil!estres e, incluso,
dos llaas e@tra!iadas de un reba2o dispersado por la #uerra. Coo est
pro"ibido encender Gue#o, los aniales son despeda=ados 5 de!orados
crudos.
Durante un buen rato reina un e@tra2o silencio sobre aEuella especie
de capaento, pero los escasos bocados de carne 5 el olor de la san#re
bebida de!uel!en u5 pronto los ner!ios 5 la ener#7a a los s
a#otados. 6on=alo es el priero Eue e@i#e el asalto.
54
TEs 5a "ora, "eranoK no debeos esperar a la noc"e. Los ca2aris
"an "ec"o un reconociiento. Los pasos entre los uros de deGensa de la
Gortale=a tienen barricadas, pero, coo supon7aos, los incas no pre!Hn
nuestro ataEue 5 nadie custodia esta parte de la Gortale=a. Su#iero Eue
nuestro ai#o don 6abriel apro!ec"e sus edios, tan poco counes,
para acopa2ar a los ca2aris 5 abrir caino. Pue nos "a#a una se2al
cuando podaos lle!ar a cabo la car#a. C coo no estis en condiciones
de diri#irla, "erano 7o, su#iero Eue perane=cis aEu7 con una decena
de >inetes para apo5arnos si es necesario.
La iron7a de 6on=alo slo despierta una sonrisa en 6abriel. Su irada
encuentra la de 4uan 5 asiente ientras se coloca de nue!o el orrin de
ro>as pluas.
TNo es tan ala idea.
Lue#o ca=a al !uelo la irada de 6on=alo, 5 lo Eue !e en ella le llena
de una satisGaccin Eue supone un coien=o de !en#an=a? el apuesto, el
cruel 6on=alo le tiene iedo.
A pie 5 entre los soldados ca2aris se acerca a la priera barricada. No
necesitan uc"o tiepo para practicar una brec"a, pues nadie los
espera all7.
Cuando los ca2aris, sin un ruido, sin una palabra, acaban de derribar
los uros de piedra, 6abriel cabal#a de un salto. En silencio aFn, espolea
a Itza por entre el laberinto de rocas naturales 5 poderosos uros Eue
prote#en las #randes urallas 5 las torres de la Gortale=a. Espera, a cada
se#undo, los #ritos de alerta de los incas.
&ero no.
Nadie le !e ni o5e el trote de la 5e#ua. SlanEuea la peEue2a colina,
Eue si#ue ocultndole la Goridable uralla. Adi!ina 5a la e@planada 5, al
paso, lle#a al l7ite del !asto espacio de "ierba rasa Eue lae el pie de la
Gortale=a. All7 estn los ciclpeos bloEues.
El cora=n de 6abriel da un salto. Nin#Fn #uerrero inca le descubre.
Nin#una piedra, nin#Fn dardo le aena=an. Al#o s le>os, a la
i=Euierda, en una especie de =i#=a# de la uralla principal, distin#ue una
#ran puerta trapecial, suariaente ce#ada con piedras 5 troncos.
Alcan=arla es penetrar en pleno cora=n de Sacsa5"uaan.
Sin a#uardar s, 5 se#uro de la cercana !ictoria, tira de la brida de la
5e#ua 5 re#resa a todo #alope para a!isar a sus copa2eros.
TQA caballo todosR Tordena cuando 6on=alo est al alcance de su !o=
T. QEl caino est libreR Don Iernando entretiene a la #ente por el lado
de la ciudad 5 nos i#noran por copleto.
Coo "ab7an acordado, slo don 4uan &i=arro se Eueda a reta#uardia
con un pu2ado de >inetes. Al #alope 5 en el a5or silencio posible,
6on=alo 5 los des si#uen la 5e#ua blanca de 6abriel. Saltan por
encia de la barricada, de>an atrs a los #uerreros ca2aris 5 car#an
contra la #ran puerta trapecial. Entonces todo cabia.
El son de una caracola cae de la alta torre redonda. An Gurioso claor
resuena en lo alto de la uralla. Con estupor, cuando se dispone a
penetrar en las terra=as, !ac7as un instante antes, 6abriel descubre ante
s7 a cien, doscientos, tal !e= un illar de soldados incas.
55
Antes incluso de Eue pueda retener el aHreo #alope de Itza, el
c"asEuido de las "ondas !ibra en el aire con la potencia de una bater7a
de bobardas. Ana llu!ia de piedras des#arra el aire 5 =uba sobre su
cabe=a. A su espalda, al descubierto aFn, los >inetes #ien de dolor ba>o
los ipactos. Los cascos de los caballos c"ocan contra el pedre#al Eue
rebota, 5 los >inetes caen derribados por encia de las cabe=as de los
aniales cuando los #uerreros incas estn 5a all7 para a#arrarlos.
Con un aullido de Guror, "aciendo olinetes con la espada, 6abriel
lan=a la 5e#ua al rescate. Su irrupcin aterrori=a a los deGensores de
Sacsa5"uaan lo bastante coo para Eue se aparten, ientras los
desontados >inetes intentan le!antar a sus caballos o saltan a la #rupa
de los copa2eros Eue 5a dan edia !uelta 5 "u5en.&ero la conGusin
si#ue siendo #rande. Los #uerreros ca2aris, sorprendidos por la sFbita
aparicin de los incas, apenas se deDenden 5 su cuerpo a cuerpo
entorpece el replie#ue de los >inetes. El suelo est tan cubierto de piedras
Eue los caballos slo pueden a!an=ar con precaucin. Mu5 pronto, slo la
5e#ua de 6abriel antiene el #alope en inFtiles car#as.
UCunto tiepo dura aEuella locuraV Nadie lo sabe...
Laentableente, con la Grustracin #ru2endo en su !ac7o !ientre, los
espa2oles se replie#an s all de la priera barricada, donde 6abriel,
cinco, seis !eces, !a a aren#arlos para Eue se lancen de nue!o al ataEue.
&ero la llu!ia de piedras Euiebra siepre su ipulso, uc"o antes de
Eue lle#uen a la onstruosa uralla. Incapaces de se#uir a la 5e#ua
blanca, retienen, una !e= tras otra, sus propios caballos antes de Eue se
ropan las patas.
Ia pasado s de una "ora, su !alor se a#ota 5 el cielo se en.
sobrece 5a, cuando 6abriel !a a alentarlos a un postrer esGuer=o. &ero
apenas se "a detenido cuando un ru#ido estalla en sus o7dos. En un
reJe>o sal!ador, le!anta el escudo ante la espada de 6on=alo, Eue intenta
destro=arle el pec"o.
TQTraidorR QOata "ediondaR Taulla 6on=alo con o>os enloEuecidosT.
Q&or Dn !eos !uestra !erdadera caraR QMaldito seis por "abernos tra7do
a esta trapaR
TQDon 6on=aloR
TQCallad, ca#arruta de c"i!oR Lo "e !isto, lo "eos !isto? los incas os
respetan. IabHis aprendido a e!itar sus piedras 5 EuerHis lle!arnos s
cerca para Eue nos aten coo les con!en#a.
6abriel no tiene tiepo de replicar cuando 6on=alo se pone de pie
sobre los estribos, a#itando la espada.
TQCopa2erosR QCopa2erosR Este "obre no es nuestro Santia#o,
sino un traidor 5 un deonio. QNo lo si#isR QNo lo escuc"His 5aR QOs lle!a
a la uerteR
Derren#ados tras tantos esGuer=os 5 tantas contrariedades, los >inetes
conteplan a abos "obres sin Eue consi#an separar la !erdad de la
locura. Anos se persi#nan, al#unos !endan sus pantorrillas des#arradas
por las piedras 5 otros se libran utuaente de las Jec"as rotas en sus
cotas de alla o en los petos de los caballos. &ero, en aEuel instante, el
redoble de un #alope los sorprende 5 e!ita Eue toen una decisin. 4uan
5 sus >inetes de reser!a lle#an "asta ellos a rienda suelta.TQ4uanR T#rita
6on=alo sin doinar su GurorT, "erano 7o, "as tendido la ano a una
serpiente 5 te uerde. MontelFcar nos asesina. QEs el deonio en
56
personaR Los incas nos esperabanK tal !e= los "a a!isado... Nunca
podreos abrirnos paso "asta el cora=n de la Gortale=a. Es s
prudente Eue re#reseos a Cu=co antes de Eue cai#a la noc"e.
TQDon 4uan T#rita 6abrielT, no creis esas tonter7asR Teneos
toda!7a una oportunidad? los #uerreros incas estn tan cansados de tirar
piedras coo nosotros de recibirlas, 5 pronto se les acabarn. AunEue
deba "acerlo solo, concedede un Fltio asalto.
4uan no uestra ni una !acilacin. Con la punta de la espada se2ala la
Gortale=a antes de #olpear la #rupa de su caballo. Con cierto retraso, toda
la tropa lo si#ue, a pesar de las protestas de 6on=alo.
Esta !e=, cru=ada la priera barricada, 6abriel lan=a a Itza "acia un
lado de la colina, donde "a descubierto unas rocas Eue Goran pelda2os
sobre los Eue la 5e#ua brinca con destre=a.
Toando por detrs la priera l7nea de #uerreros incas, los obli#a a
retroceder antes de Eue puedan disparar las "ondas.
Ms aba>o, esta era !ictoria le!anta los #ritos de entusiaso de los
>inetes, Eue recuperan la esperan=a.
&or un oento aFn, la blanca Itza 5 el penac"o ro>o de 6abriel
parecen estar en todas partes, doinando el enGrentaiento, 5 si#uen
a!an=ando cada !e= s "acia la uralla, coo una ara!illa. Los
espa2oles recuperan los #ritos de !ictoria.
&ero de lo alto de los uros, una espantosa sal!a de piedras 5 Jec"as
cae sobre todos ellos. 6abriel, coo los des, le!anta el escudo para
prote#erse 5 o5e el ort7Gero crepitar Eue abrua las cora=as 5 las
Gorradas cotas.
Si#ue un bre!e 5 curioso silencio. Lue#o, un laento atro= des#arra el
aire.
TQ4uanR QO", 4uanR QO", "erano 7o...R
A cien pasos de 6abriel, 4uan &i=arro "a ca7do de la silla 5 5ace
derrubado sobre el lec"o de piedras Eue cubre la "ierba. Su aplio
!enda>e "a saltado 5 la parte alta del crneo es, slo, una e=cla de
san#re, "uesos 5 cerebro. &resa de la batalla, "a inclinado el escudo,
oGreciendo su cabe=a desnuda 5 "erida a la !iolencia de una piedra.
6on=alo est 5a de rodillas ante Hl, con la boca abierta a un estridente
llanto. Lo atrae "acia su pec"o coo a un ni2o 5 lo acuna inFtilente.
6abriel siente una "o>a #Hlida Eue "ur#a en su pec"o 5 bloEuea su
respiracin. MaEuinalente, incita a Itza a acercarse ientras los >inetes
se apretu>an alrededor de los "eranos &i=arro para prote#erlos. Mientras
se lle!an corriendo el cuerpo de 4uan, 6on=alo se enGrenta a Hl con el
"eroso rostro deGorado por el dolor 5 el odio.
TQ<os lo "abHis atado, 6abriel MontelFcarR Q<os "abHis atado a i
aado "eranoR
6abriel callaK todo el odio 5 el sarcaso lo "an abandonado. C u5
pronto 6on=alo, transido de dolor, se aparta de su enei#o 5 sollo=a
coo un ni2o.
TCo no "e lan=ado la piedra Eue "a destro=ado el crneo de !uestro
"erano, don Iernando, pero "e sido el Eue "a insistido para "acer una
car#a s, tan inFtil coo las precedentes. Don 6on=alo tiene derec"o a
acusare de su uerte.
57
Iernando no responde. Su rostro deacrado 5 duro apenas est
iluinado por un candil. De la estancia conti#ua brotan los llantos 5 los
laentos, en los Eue se reconoce la !o= de 6on=alo 5 el urullo de la
ple#aria de BartoloH.
Ian tardado cuatro "oras para ba>ar de la e@planada de la Gortale=a 5
lle#ar al reGu#io de la pla=a a5or de Auca5pata, lle!ando el cuerpo de
4uan ba>o el acoso de los incas. 6abriel est tan cansado Eue no siente 5a
los bra=os ni las piernas. Ni siEuiera tiene "abre. Sus dedos estn
entuecidos, 5 su ano, "inc"ada a Guer=a de "aber apretado
deasiado tiepo la espada. Sus o>os apenas distin#uen lo Eue le rodea.
T&ero es Galso decir Eue "e deseado 5 "e procurado nuestro Gracaso T
si#ue diciendo.
Iernando no responde de nue!o. &arece escuc"ar los laentos, el
canto GFnebre de las u>eres Eue acopa2a las ple#arias.
T4uan era la Fnica persona del undo Eue 6on=alo "a aado T
obser!a, de pronto, en !o= u5 ba>aT. Desde siepre 5 con pasin. Es
e@tra2o, U!erdadV
A"ora es 6abriel Euien no responde nada. Oecuerda, sin ebar#o, lo
Eue 4uan le "a dic"o esta isa a2ana.
T6on=alo nunca "a aado ni respetado a nadie s Eue a 4uan T
prosi#ue IernandoTK ni "obre ni u>er. Apenas soporta i autoridad. C
a"ora, la uerte de 4uan !a a "acerlo s loco aFn Eue antes.
TLos deonios Euedarn libres Turura 6abriel.
Iernando lo ira unos instantes con sorpresa.
TLos deonios, s7... Turura a su !e=.
A"7 al lado, la oracin ortuoria "a cesado, pero si#uen los cantos.
Iernando "ace un bre!e #esto con la ano, coo si rec"a=ara los
pensaientos Eue Euieren "abitarlo. Ana estrec"a sonrisa ro=a sus
labios.
TIa5 uertos en las batallas, don 6abriel Tprosi#ue en un tono s
irnicoTK para eso son, sobre todo cuando se pierden. So5 un buen
cristiano, 5 la uerte de i "erano e aJi#e, pero s e aJi#e aFn
Eue, a pesar de toda !uestra se#uridad 5 !uestra a#ia, si#aos sin
estar en esa Gortale=a del diablo. Al parecer, las piedras 5 las Jec"as os
"an respetado una !e= s, pero nunca un ila#ro e pareci s
inFtil.
TQ&ronto sabreos si "a5 a#ia o no la "a5R Tasculla 6abriel,
pasndose la ano por el rostro.
TUA", s7V
TNuestro ataEue "abr tenido, al enos, un eGecto positi!o, don
Iernando. Mientras nosotros ocupbaos a las tropas incas en la parte
trasera de la Gortale=a, !os "abHis alcan=ado la uralla por este lado. Ie
!isto "ace un rato Eue nuestros copa2eros acapaban all7...
TMa2ana, los incas procurarn desalo>arnos. C lo conse#uirn, pues
estaos deasiado Gati#ados para resistir uc"o tiepo.
TNo. En cuanto aane=ca subirH solo a lo alto de la torre 5 os abrirH
paso.
TQEs una locura, 6abrielR
Iernando 5 6abriel se !uel!en para !er EuiHn "a "ablado as7.
BartoloH cru=a el ubral de la estancia.
TQNunca lo conse#uirsR T!uel!e a #ritar.
58
TEn la itad de la priera uralla "a5 una !entana. Es accesible con
una buena escala. Lue#o, lo sH, una escalera lle#a "asta el pie de la torre.
Los incas deben de tener un odo de subir all7, Qlo encontrarHR
TQDelirasR &or todos los santos, esta >ornada te "a !uelto loco.
TDon Iernando, "aced Eue constru5an la escala. Necesito dorir un
poco, pero Eue estH lista con las prieras luces del d7a.TDon 6abriel,
orirHis ba>o una a!alanc"a de piedras antes incluso de "aber lle#ado a
la itad de la escala Tobser!a Iernando con Gr7a circunspeccin.
TMi uerte no os supondr un #ran trastorno 5, si lo consi#o, eso no
os eno>ar. Ie conocido tratos enos !enta>osos, don Iernando.
Iernando "ace un aden de sorpresaK lue#o, una e@tra2a risa brota
de sus secos labios.
TSois un e@tra2o persona>e, don 6abriel. QSiepre deseando orir 5
resucitarR Siepre Eueriendo ostraros e>or Eue nosotros. AcabarH
copartiendo la opinin de i "erano el #obernador 5 reconociendo
Eue tenHis ciertas cualidades.
6abriel i#nora la obser!acin 5 la irada burlona. Toa la ano
deGore de BartoloH 5 la estrec"a con Guer=a.
TEs 5a tiepo de saber, ai#o BartoloH. QNecesito saberR
C esta !e= nadie !a a se#uire.
&or la noc"e, 6abriel no pe#a o>o. AunEue duera a ratos, lo "ace a su
pesar 5 en un sue2o despierto.
C siepre, sin descanso, las i#enes Eue se "an apoderado de su
esp7ritu lo persi#uen 5 no le de>an en pa=.
Slotando sua!eente ba>o la brisa, !e una cuerda a#arrada a las
alenadas urallas de la torre redonda, la s iponente.
C cuando sus da2adas anos la a#arran, nada puede ipedirle 5a
lle#ar a lo alto.
El alba es Gr7aK el suelo, casi #HlidoK el cielo, blanco coo un dosel de
lino. Con el torso desnudo, 6abriel se "a en!uelto en una anta
u#rienta.
La le!e caricia de una ano en su Grente 5 su "obro le despierta.
Ana paladita, unos dedos Dnos. Ana ano de u>er, una sua!idad
ol!idada.
Cuando abre los prpados 5 abandona un sue2o sin Gondo, con el
cuerpo dolorido, ira el rostro de la >o!en sin reconocerlo. Ia5 l#rias
brillando en sus o>os 5 sus e>illas estn anc"adas de pol!o.
TNo te acuerdas de 7 Tsusurra ella con la sobra de una sonrisaT.
Me llao In#uill. Nos !ios "ace 5a uc"o tiepo, antes de la uerte
del Mnico Se2or Ata"uallpa. Co era u5 >o!en aFn 5 estaba al ser!icio de
la Coya Camaquen. Me "abl u5 a enudo de ti.
6abriel se incorpora sobre los codos, por copleto despierto.
TUTe en!7a ellaV Tpre#untaT. UTe en!7a Anaa5aV
Ella a#ita la cabe=a, casi sonriente.
TNo. So5 la esposa del se2or don 4uan. TSu !o= se Euiebra 5 corri#e
T? Lo era aFn a5er.
TLo sH. Lo laento. Me "abl de ti...
En la irada de In#uill se e=clan el dolor 5 el or#ullo.
59
TMe "ab7a ele#ido coo a una escla!a 5, sin ebar#o, e a coo
esposo. TabiHn 5o le aH. Era dulce coni#o. Sus antepasados del Otro
Mundo no "an Euerido Eue suGriera deasiado. As7 est bien.
Con un !i!o o!iiento, saca una peEue2a >arra del anaco 5 se la
tiende a 6abriel.
TTeneos al#o de lec"e de !uestras cabras para nuestros "i>os 5 te
"e tra7do un poco. Debes beber7a antes de subir a la torre. Necesitas
Guer=as.
6abriel le a#arra la u2eca.
TU&or EuH lo "acesV
In#uill lo contepla unos instantes. Con la ano libre, esbo=a una
caricia en el "obro de 6abriel. Sus dedos se desli=an por el oplato 5
ro=an la anc"a oscura Eue all7 se dibu>a.
TLa Coya Camaquen te prote#eK los poderosos antepasados, tabiHn
TsusurraT. <as a sal!arnos, todos lo sabeos.
Los dedos de 6abriel aprietan con s Guer=a el bra=o de In#uill.
TUPuH sabes tFV U&or EuH e deDendes contra tu puebloV QEso no
tiene sentido al#unoR
In#uill se suelta 5 se incorpora con brusEuedad.
TBHbete la lec"eK te "ar bien Tdice sencillaente antes de "uir.
Slo entonces descubre a Sebastin, unos pasos s atrs,
conteplndolo con una irada dura.
TQEsta u>er "abla por "ablarR T#ru2eT. Trepar por la >odida escala 5
"asta su >odida torre es la peor idea Eue "as tenido nunca, 6abriel.
6abriel se le!anta con una sonrisa.
TUNo dices Eue e "as !isto 5a "ec"o un Santia#oV
TQCa lo creo Eue s7R QLo bastante coo para saber Eue uno de !osotros
dos es un ipostorR C ira, apostar7a de buena #ana por Santia#o.
TQBlasGeoR
OiHndose con GranEue=a, 6abriel !a a abra=ar a su ai#o.
TCu7dae bien a Itza. Es una "erosa 5e#ua 5 e #ustar7a Eue e la
re#alaras de !erdad, s tarde, cuando la batalla "a5a acabado.
TTe re#alarH la 5e#ua 5 al#o s, pero !uestra #racia debe
proetere al#o, por Santia#o 5 por la <ir#en, por el sol 5 por la luna, 5
por is dientes 5 por i barba 5 por la tu5a...
TUPuHV
T<i!e, cretino.
La escala tiene, por lo enos, oc"o !aras de lar#o, pero apenas lle#a a
ro=ar el estrec"o !entanuco practicado en la uralla. <einte "obres son
necesarios para le!antarla 5 colocarla en el lu#ar adecuado. Est "ec"a
de !i#as de tec"o 5 troncos de barricada, unidos lo e>or posible. Ian
Galtado cuerdas para los barrotes Eue, a !eces, son slo astiles de lan=a
rotos, de odo Eue estn u5 distanciados, 5 6abriel debe Gor=ar uc"o
sus bra=os para superarlos.
En cuanto "a de>ado atrs las prieras !aras, el balanceo coien=a, 5
6abriel procura "acer enos bruscos sus o!iientos. Trepa dos
barrotes s cuando o5e unas llaadas. Al inclinar los o>os, !e a
Sebastin, BartoloH, Iernando 5 los des apartndose
precipitadaente de los lar#ueros Eue su>etaban. Antes incluso de irar,
60
6abriel "a coprendido. Metiendo la cabe=a entre los "obros 5
bloEueando sus pies contra los ontantes, le!anta el escudo sobre la
cabe=a.
O5e, casi con placer, el c"oEue natural de las piedras contra el cuero
de la rodela. Al#unas, bastante pesadas, #olpean tabiHn la escala 5 la
"acen !ibrar ba>o su cuerpo. No debe tardar deasiado.
Con >adeos de le2ador, i#norando los pro5ectiles, se lan=a al asalto de
los tra!esanos superiores. La escala se dobla 5 c"irr7a "orribleente. Se
deGora coo un !ientre Eue respirara con e@cesi!a Guer=a. 6abriel
antiene los o>os cla!ados en la uralla. Ol!ida lo Eue est arriba 5 lo
Eue est aba>o. Las piedras, Eue silban 5 le ro=an, rebotan a !eces >unto a
su cadera, en la adera, u5 cerca de los dedos, Eue podr7an aplastar.
Trepa con los pies 5 las rodillas. Ia5 a su alrededor, por todas partes,
#ritos 5 claores, pero no los o5e.De>a atrs la itad de la escala.
Entonces, el balanceo se "ace tan Guerte Eue siente co se ue!e 5 se
despla=a a pesar de su peso. &iensa en los "obres Eue, arriba, podr7an
a#arrarlo 5 rec"a=arloK lue#o, ol!ida.
Sus copa2eros "an pensado en la Gati#a, pues los Fltios barrotes
estn s cercanos 5 son s Gciles de superar. Le parece Eue podr7a
correr 5, sin ni siEuiera irar al interior, cae en el anc"o dintel del
!entanuco.
La lu= de la a2ana, plida aFn, iluina u5 poco el interior, pero
adi!ina una escalera 5 unos rostros, "abitualente ipasibles,
deGorados por la estupeGaccin.
El ero sonido de su espada saliendo de la !aina "ace retroceder a la
decena de #uerreros Eue le "acen Grente, con las "ondas 5 las a=as en
las anos. Tontaente, tan llenos de estupor coo de curiosidad, se
iran unos a otros sin un solo #esto.
TQOetroceded, retrocededR QNo Euiero "aceros da2oR T#rita 6abriel en
Euec"ua.
A#itando su espada coo si Guera de adera, sube tres pelda2os
ientras los des retroceden otros tantos. C as7 una !e= s.
TQEs el e@tran>ero de la bestia blancaR Tdice lue#o uno de los incas.
Se obser!an de nue!o, incrHdulos, 5 tapoco 6abriel, coo ellos, sabe
EuH debe decidir. DespuHs, sin decir palabra, los soldados dan edia
!uelta 5 trepan con pasosa a#ilidad por la pendiente escalera.
4adeando, 6abriel los si#ue, prudente 5 con la "o>a enarbolada.
Cuando lle#a por Dn a la lu=, descubre Eue la uralla, ba>o la torre, est
!ac7a. Los #uerreros "an "uido 5 corren alertando a los oDciales.
Le !en desde las torres !ecinas. Brotan #ritos, 5 piedras tabiHn. Sin
ebar#o, nin#una se diri#e a Hl, slo a los espa2oles Eue peranecen a
los pies de los uros.
E@altado por tanta Gacilidad, 6abriel rodea la torre.
Al le!antar los o>os, estreeciHndose, sabe Eue In#uill ten7a ra=n, Eue
todos ten7an ra=n.
AunEue no "a5 puerta ni !entana al#una Eue den al interior de la torre
5 Eue peritan lle#ar a lo alto, una cuerda de Dbra de pita 5 de ichu,
see>ante a la utili=ada en los puentes, tan #ruesa coo el bra=o de un
"obre, cuel#a a lo lar#o de la construccin coo la s ara!illosa de
las in!itaciones.<e con e@traordinaria certe=a lo Eue 5a "a !isto en
sue2os.
61
Se acabaron la Gati#a, los endurecidos Fsculos 5 las prudencias. Sin
Eue pueda 5a contenerse, 6abriel se acerca a la uralla 5 a#ita el escudo
5 la espada.
TQSantia#o, Santia#oR Te@claa.
Aba>o, res#uardados po los escudos prietos unos contra otros, sus
copa2eros parecen reducidos al taa2o de anialillos de sucios
capara=ones. 6abriel r7e coo un deente.
TQSantia#oR Tru#e de nue!o.
Lue#o, de un solo ipulso, tira la rodela, de!uel!e la espada al ta"al7 5
se Euita la pesada cota de alla. Sin preocuparse siEuiera de Eue, desde
arriba, puedan cortar esa cuerda tan ila#rosa coo la escala de 4acob,
la a#arra con abas anos 5 coien=a el ascenso. A decir !erdad, le
basta con ele!arse cuatro !aras, con las piernas 5 el busto en escuadra,
con las suelas de las botas resbalando en las piedras 5 los bra=os
sosteniHndolo a duras penas, sobre el !ac7o, para Eue su Grenes7 se
apaci#We.
&or dos !eces, con las piernas entuecidas, el pie resbala tras un al
apo5o. Entonces es lan=ado, con todo el peso, contra la uralla. Se
#olpea con dure=a las rodillas 5 el pec"o, 5 el dolor est a punto de
"acerle Eue suelte la cuerda. 4adeando de nue!o, con los Fsculos
doloridos, asciende. Ana !ara, dos !aras. Puedan doce, tal !e= s.
&iensa en las palabras de Sebastin? LDentro de poco !olars del cielo a
la tierra coo un !erdadero n#el 5 lastrado de #ui>arros.N Ana ali#na
risa lo detiene, pero su cuerpo se "ace tan pesado Eue preDere reanudar
el esGuer=o.
Apenas "a lle#ado a edia altura cuando un #olpe le "ace le!antar la
cabe=a. 4usto por encia de Hl, una piedra del taa2o de un taburete
rebota en el uro con un sordo c"oEue. Ni siEuiera tiene tiepo de
prote#erse, slo de cerrar los o>os.
Nada lle#a, Fnicaente el aire Eue la roca despla=a >unto a su "obro.
<uel!e a abrir los prpados cuando la enore piedra c"oca,
"aciHndose il peda=os, en las losas de las urallas.
TEsto5 prote#ido Turura con el pec"o ardiendoT. QAnaa5a e
prote#eR QMe aa 5 e prote#eR
Entonces se apodera otra !e= de Hl la e@tra2a locura. No !e 5a la
uralla de la torre ante sus o>os, sino la irada a=ul de Anaa5a. No
siente 5a sus abrasados pulones, sus bra=os Eue no pueden s, sus
uslos Eue no Euieren 5a doblarse. Trepa coo si le arrastraran. Trepa
coo un deonio o un ono. C desde aba>o, as7 lo !en todos escalar los
Fltios etros.
TQSantia#oR QLo "a conse#uido, Santia#oR T#ritan cuando se ase a los
bordes del Frete Eue rodea lo alto de la torre.
&eranece unos instantes tendido cuan lar#o es, casi sin respiracin.
No tiene Guer=as para le!antarse. Puiere escuc"ar a los soldados incas
Eue !an a capturarle.
&ero los ruidos estn le>os.
Se incorpora para descubrir Eue est solo. En lo alto, la torre est
!ac7a. En el centro se "a le!antado una especie de torren Eue da a una
escalera de !arios traos, de pelda2os tan estrec"os Eue deben
recorrerse de tra!Hs. Nadie est all7, pero aba>o, 6abriel o5e !oces 5
llaadas.
62
Entonces re#resa "asta el FreteK #rita a su !e=, aulla !ictoria 5 c"illa
Eue la priera torre "a sido toada 5 Eue todos pueden subir 5a.
A ediod7a, los cobates no "an cesado 5 se "a toado 5a una
se#unda torre. 6abriel no "a abandonado la su5a 5 nadie se "a reunido
con Hl. Con "orror, 5 sin cansarse nunca, "a asistido al #ran espectculo
de la #uerra. Los cad!eres cubren a"ora las urallas de la Gortale=a de
Sacsa5"uaanK il, dos il cad!eres tal !e=.
6abriel "a apo5ado sus doloridas anos en el Frete de piedra 5 las
!e teblando. No siente 5a nada. Se pre#unta EuH locura le "abitaK es
coo un "obre ebrio Eue despertara.
No se atre!e 5a a pensar en Anaa5a, ni a creer, sin obsceni dad, Eue
lo pueda "aber prote#ido para lle!ar a cabo tan #ran carnicer7a.
El olor pestilente de la uerte le de!ora las narices.
Las palabras aGectuosas de Sebastin le parecen diri#idas a otro, no a
Hl.
S7, espera de nue!o Eue la uerte pueda lle!rselo 5 Eue no tendr
Eue saltar de la torre para ol!idar el placer Eue "a sentido siendo su
instruento.
LQMe "e sentido due2o Tr7e, sarcstico, para s7T, 5 era slo un
iserable escla!oRN
&ero sus o>os no se separan, ni un solo instante, del incansable
o!iiento de los "obres Eue ueren.
Al anoc"ecer, Iernando &i=arro se lan=a al asalto de la Fltia de las
torres de la Gortale=a, la s anc"a, aunEue construida de anera
apresurada.
Cuando los "obres estn a itad de las escalas, el #eneral inca Eue
"a diri#ido la deGensa de Sacsa5"uaan "asta entonces, se le!anta, solo,
sobre el Frete. 6randes tapones de oro brillan en sus ore>as 5 re!elan
su iportancia.
Con estupor, 6abriel le !e Grotndose las e>illas con tierra "asta Eue
su piel se des#arra. Lue#o, el inca reco#e de nue!o tierra entre las
piedras de la torre 5 se Grota con ella las lla#as "asta Eue 5a no tiene
cara.
Ni un solo espa2ol se ue!eK todos tienen los o>os cla!ados en Hl.
TabiHn los soldados incas #uardan silencio, 5 un !iento #Hlido parece
abra=ar a todo el undo.
Entonces, el #eneral se llena la boca de tierra, se en!uel!e "asta la
cabe=a en su lar#a capa 5 se lan=a al !ac7o.
No se o5e ruido al#uno, "asta Eue su cuerpo se aplasta sobre un
ontn de piedras de "onda.
Slo entonces 6abriel percibe una e@claacin a su espalda. Cuando
se da la !uelta, die= #uerreros incas le "acen Grente. Lee la !acilacin en
sus o>os 5 !e las cuerdas en sus anos. Ano de ellos le!anta una lar#a
a=a de bronce, dispuesto 5a a #olpear.
6abriel ue!e la cabe=a.
TNo Tdice en Euec"uaT, no !ale la pena.
Lentaente, desen!aina la espada 5 la lan=a por encia del Frete.
TNo cobatirH s TdiceT. Basta 5a.
63
C ientras los #uerreros se lo lle!an atado en edio de la oscuridad,
o5e perdiHndose en el !iento los #ritos de ebria#ue= 5 de !ictoria de
sus copa2eros espa2oles.
Ia Euerido orir.
Ia Euerido !i!ir.
Ca no Euiere nada.
Segunda parte
-
OLLANTACTAMBO, 4ANIO DE ,9$:
En las canchas del llano, entre los dos r7os, en las laderas donde se
escalonan las terra=as 5 los teplos, se "an encendido centenares de
"o#ueras, pero no se o5en cantos ni tabores ni tropas, ni #ritos de
ale#r7a 5 de ebria#ue=. Slo se o5e el ru#ido del a#ua. Anaa5a de>a
Eue le llene los o7dos? es un lacerante ruor de luto, car#ado de triste=a.
Los cobatientes pasan el puente con el andar de la derrota. <an uno
a uno, sin una palabra, con el #esto ipasible pero la cabe=a #ac"a. Ba>o
la lu= blanca de la luna llena, sus rostros son de plata epa2ada. Las
arru#as de la Gati#a surcan las Grentes 5 las e>illas coo otras tantas
"eridas. Los unkus estn des#arrados, cubiertos de lodo 5 de san#re. El
cansancio doina los iebros 5 las aras cuel#an de los bra=os coo
inFtiles >u#uetes de ni2o. Incluso los Eue lle!an las espadas toadas a los
64
espa2oles, incluso los Eue conducen unos escasos caballos, estn
corro7dos por la !er#Wen=a. Ian perdido.
Cuando di!isan a Manco 5 <illa Oa al otro lado del puente, los
"obros se "unden un poco s, coo si el peso se "iciera iposible de
lle!ar. &ero cuando pasan ante Hl, Manco los le!anta con un #esto o una
palabra de or#ullo.
Desaparecen en la noc"e? el a#otaiento no les proporcionar reposo.
Anaa5a obser!a a <illa Oa. La irada penetrante del sabio se
pierde a lo le>os, en el !alle sa#rado, "u5e "acia las colinas por encia de
Cu=co 5 recorre el caino de esa batalla Eue deb7a "aberse #anado pero
Eue se "a perdido. Su rostro se crispa de silenciosa rabia.
Ni una sola !e= Manco le "ace Grente. Su or#ulloso perDl es slo
ternura 5 aliento para sus cobatientes. Anaa5a se sorprende 5 se
siente cono!ida ante esa dul=ura Eue se oculta en Hl, en un cora=n
corro7do por la !iolencia Eue alientan las "uillaciones Eue "a suGrido
tal !e= desde siepre.
El d7a en Eue Titu Cu5uc"i lle# con la noticia de la desaparicin de
6abriel, Anaa5a perdi su sue2o. Cuando cree dorir, el pua pasa por
delante de su rostroK a cada instante del d7a le parece !er su sobra. En
apariencia 5 en sus palabras, si#ue desepe2ando el papel de la Coya
Camaquen, "acia Euien todos se !uel!en, a Euien incluso los adi!inos 5
los sacerdotes "an aprendido a respetarK pero en el secreto de su
cora=n, es una u>er torturada de inEuietud por el "obre a Euien aa.
A la "ora de la derrota Tderrota tan cruel porEue la !ictoria pareci
tan cercanaT, ese sentiiento es s Guerte en ella Eue en todos los
des, 5 eso casi la a!er#Wen=a.
T<en.
La !o= de Xatari es coo un susurro, un aleteo de urciHla#o en la
noc"e, 5 ni siEuiera est se#ura de "aberla o7do. Se !uel!e "acia HlK el
>o!en, con un iperceptible o!iiento de cabe=a, "ace !olar los lar#os
cabellos, Eue le lle#an a los "obros.
Sin abrir los labios, le indica Eue le si#a. No se preocupa 5a de Manco
ni de <illa Oa.
Abos >!enes si#uen a lo lar#o del r7o Eue ru#e 5 "ier!e a los pies del
peEue2o Frete, cu5as piedras, cuidadosaente unidas, indican su
carcter sa#rado. La lu= de la luna iluina el caino, Eue asciende a"ora
"acia la ciudad. Las "o#ueras de las casas, las de los teplos, brillan
coo le>anas estrellas procedentes de otro undo.
Los latidos de su cora=n se calan.
A tra!Hs de las laderas de las onta2as, coo si elod7as de notas
s a#udas se posaran en el redoble del tabor del Zilcaa5o, percibe
el correr de las a#uas Eue se !ierten, por los canales, en las dispuestas
Guentes.
De pronto, Xatari se Eueda in!il. Ella peranece unos instantes con
los o>os cla!ados en sus anc"os "obros antes de !ol!er la irada, coo
Hl, "acia las onta2as del oeste, sobre las Eue Puilla "a depositado su
disco, perGectaente redondo.
La sobra ne#ra del cndor se destaca en la noc"e.
Es un p>aro #i#antesco, un p>aro.onta2a Eue obser!a. La roca
recorta, en un e@treo, su pico 5 su cabe=a, con el o>oabierto 5 el collar7n
entre sus dos poderosas alas. In!il, dir7ase Eue se tiende "acia el !alle
65
sa#rado, prote#iHndolo, aena=ando a Euienes se sientan tentados a
!iolarlo.
Xatari se !uel!e, por Dn, "acia Anaa5a.
TIa lle#ado la "ora Tdice sipleente.
Anaa5a ira una !e= s la cala del >o!en 5 la luinosa sabidur7a
Eue eana de Hl, de su cuerpo anc"o 5 usculoso, de sus dos o>os
alar#ados coo interinables #rietas en una huaca.
No lo "a ad!ertido en se#uida, pero la roca est traba>ada por todos
sus lados? unos re#ueros tra=an el caino para el a#ua 5 unas uescas
acopasan su base, lo Eue deuestra Eue, desde "ace un illar de
lunas, los "obres "an reconocido all7 la presencia de los dioses.
&enetran en la sobra del cndor 5 la luna se oculta. A pesar de la
oscuridad, Anaa5a si#ue a Xatari con conDan=a 5 pone los pies en sus
"uellas sin !acilar.
Ian rodeado una enore losa cla!ada en el suelo, cu5a Gora le
parece Gailiar. Ia5 all7 un bre!e espacio, 5 en el centro brillan toda!7a
las brasas de una "o#ueraK a Xatari no le cuesta rea!i!arla. De nue!o,
le!antando los o>os, escrutando las cuatro peEue2as "ornacinas
e@ca!adas en la roca, tiene la ipresin de reconocer otro lu#ar.
Mientras recupera el aliento, a Anaa5a la doina un e@tra2o
sentiiento. Sin "ablar, Xatari le transite lo Eue desea. Ella se siente
casi asustada ante ese abandono Eue la doina instinti!aente.
TNada "a5 Eue teer Tdice Hl sua!eente.
TUMe escuc"abasV
La le!e risa de Xatari resuena en la noc"e.
TDeber7as saber Eue te escuc"o aunEue no estH conti#o...
El recuerdo de 6abriel perdido en el desierto del 6ran Salar la
ebar#a. Su alestar desaparece 5 sonr7e a su !e=.
TIas dic"o Eue pod7as a5udare...
TEs cierto, pero necesito Eue el iedo te abandone por copleto. C
tabiHn...
Xatari "a desple#ado 5a su anta ante Hl.
TUC tabiHnV
TEn el !ia>e Eue !aos a "acer, slo "a5 Eue ser uno...
TC sin ebar#o, te necesito para partir. UPuH si#niDca eso, XatariV No
coprendo.TEst el a#ua 5 est la piedra Tdice XatariT. El Mundo de
AEu7 5 el Mundo de Aba>o, el Zilcaa5o 5 la <7a Lctea, Inti 5 Puilla, el
oro 5 la plata... Todo en nuestro uni!erso es doble... &ero lo uno se oculta
en el cora=n de las cosas si sabeos buscarlo...
El cora=n de Anaa5a da un brinco cuando Hl coien=a a "ablar.
Silenciosaente "a copletado sus palabras? estn los incas 5 los
e@tran>eros. &ero no se atre!e.
TSi#o sin coprender Turura.
Xatari le lan=a una bre!e o>eada.
TCoprendes e>or de lo Eue dices... No puedo e@plicrtelo a"ora,
pero debes saber Eue nada de lo Eue !as a descubrir se e ocultar.
UConG7as en 7 lo bastante coo para esoV
Ella le !e sacar de su anta una raa con "o>as. Es una planta del
bosEue 5 no de las onta2as. Sin !acilar, la arro>a a las llaas. Casi de
inediato, brota un "uo acre 5 oloroso.
66
TConG7as en 7 lo bastante coo para lle!are Tdice Anaa5aT.
De>a Eue te dH lo Eue 5o ten#o...
TTe #uiarH, Anaa5a, 5 sin ebar#o tF !as a lle!are.
Ella ira las cuatro "ornacinas 5 la e@tra2a Gora de la roca Eue las
en#asta. Sonr7e? conoce el !ia>e del Eue Hl "abla.
Xatari no la ira 5a. Balanceando la cabe=a a un lado 5 otro, utili=a su
pesada cabellera coo un abanico para lan=ar el "uo "acia el rostro de
Anaa5a. Al iso tiepo, con los o>os cerrados, canta una elopea
lacerante en una len#ua Eue Anaa5a no reconoce. El olor del "uo
asciende por su nari= 5 le in!ade la cabe=a 5 todo el cuerpoK la Fsica
"ace eGecto. Se siente car#ada de sue2o 5, a la !e=, despiertaK casi
incapa= de o!erse 5, sin ebar#o, de una total li#ere=a. Le !e
le!antarse.
Cuando !uel!e a sentarse a su lado, tiene en las anos un esplHndido
kero, un >arro de adera #rabada con il dibu>os #eoHtricos, cu5a
inaudita precisin descubre ella con sobrenatural claridad. En el Gondo
descansa un l7Euido !erde oscuro.
Lue#o, Xatari "ace aparecer dos keros s peEue2os, sin decoracin
al#una. Es adera en estado bruto, Eue "a conser!ado la Gora de la
raa. Slo la ca!idad re!ela el paso de la ano del "obre.
Llena los dos cubiletes de adera 5 tiende uno a Anaa5a. Beben
lentaente, de>ando Eue el sabor dulce, parecido al del a7= tierno aFn,
les ipre#ne el paladar 5 la #ar#anta.
El canto de Xatari se "a iniciado coo el ruor le>ano de untorrente de
onta2aK crece a"ora 5 cubre casi por copleto el ruido del a#ua de las
Guentes. El =ubido en los o7dos, los sordos latidos de su cora=n... Todo
el cuerpo de Anaa5a acopa2a el rito de ese canto, Eue 5a no le
parece Eue ane del pec"o de Xatari, sino de las piedras, del a#ua, de la
onta2a entera.
Sobre la lacerante elod7a aparece una !o= s a#uda. Ella apenas
ad!ierte Eue es un silbido, un #eido Eue pasa a tra!Hs de sus labios. Su
cabe=a se balancea con el iso o!iiento Eue la de Xatari 5 se
abandona poco a poco a Hl.
Su conciencia del tiepo se esGuaK su percepcin del espacio...
De pronto, un espaso la sacude por copleto. Es una descar#a
!iolenta, coo un relpa#o, Eue parece nacer de la nuca 5 se propa#a,
coo un riac"uelo de estreeciientos, a lo lar#o de la espalda para
irri#ar cada uno de sus iebros. Se !e as7 cono!ida, trastornada
!arias !eces? en cada ocasin se oGrece para recibir aEuella sensacin,
coo un abra=o aoroso. El placer es una deliciosa e@plosin 5 la oleada
de sensaciones corre por ella 5 "ier!e. Su !ientre es clido, arde. Es un
#o=o tan copleto, tan intenso, Eue ni siEuiera tiene tiepo de esurar
su bre!edad.
Ia !uelto el silencio.
Manc"as de colores intensos, luinosos, brillantes, dan=an ante sus
prpados.
El canto "a cesado. Slo Eueda 5a el ruido del a#ua? la de la Guente, la
del canal a lo lar#o de la huaca del cndor, la del r7o Eue corre s aba>o.
&ero en esta Graccin de cala donde se suspende la naturale=a, su
percepcin se a#u=a de pronto 5 con tanta claridad Eue, en la oEuedad
de la noc"e, se !uel!e capa= de !erlo todo, de o7rlo todo, de sentirlo 5
67
de#ustarlo todo... Adi!ina las ondulaciones del !iento, 5 cada una de sus
!ariaciones, de la brisa a la borrasca, lle#a a sus o7dosK siente su caricia
en la piel, 5 abre la nari= 5 la boca para ebria#arse con ella. De pronto,
el #rito de un p>aro al Eue no "a o7do desde "ace a2os, cuando !i!7a,
ni2a aFn, en plena sel!a, llena el "ori=onte. Oespira los olores ocultos de
la tierra, el "uus, las pesadas Grondas car#adas de la "uedad
nocturna...
An roce en la piedra le "ace abrir los o>os 5 di!isa a Xatari. Est
irando con D>e=a las cuatro "ornacinas situadas ante ellos 5 cu5o Gondo
no puede percibir. La toa de la ano, 5 ella se la entre#a sin
iedo.Cuando se acercan a la pared, una de las "ornacinas parece
aniada por un dHbil Gul#or del color de la lec"e, Eue brota de la propia
piedra. Su o!iiento, iniciado de rodillas, se transGora en un
iperceptible reptar con el Eue se adapta al cuerpo de la roca,
conGundiHndose con la piedra. En la entrada de la "ornacina, la lu= blanca
los en!uel!e por copleto 5, en la !ibracin de toda la asa rocosa, ella
es incapa= de saber si la "ornacina se "a dilatado para recibirles, o si su
taa2o se "a reducido de pronto. C eso carece por copleto de
iportancia.
En un oento dado, sin Eue pueda saber cul, el contacto con la
piedra Eue ro=a se "a !uelto dulce caricia, 5 todos los roces de la piel,
todo el teor 5 el peso del cuerpo "an cedido en una especie de
dulc7sia en!oltura, coo si la ateria 5 la carne entraran en contacto e,
inediataente, se Gusionaran. En ella "a resonado una !o=, cu5as
palabras indistintas le dec7an Eue, anta2o, as7 "ab7an nacido los "obres.
&ero no tiene tiepo de escuc"arlas, tan prisionera es? iebro tras
iebro, su cuerpo es aspirado por la onta2a, 5 su Fltia sensacin
"uana es la de la pala de Xatari, en la Eue anida su ano. Mu5 a lo
le>os !e su espanto, una bola de Gue#o en la noc"e, una bola de
suGriiento en su cabe=a, ientras su cuerpo se !uel!e le!e a Guer=a de
e@treada pesade=, coo una asa enore detenida por una asa
a5or aFn Eue la absorbiera, Gra#ento a Gra#ento, Dbra a Dbra.
Ella es la piedra. Ella es la propia onta2a.
Lo s e@tra2o es Eue conser!a una absoluta conciencia de s7 isa.
Es Anaa5a, pero una Anaa5a enriEuecida de pronto con un uni!erso
entero de sensaciones, donde todas las Goras, todas las sustancias,
todos los aspectos de la naturale=a se e=clan. Apenas tiene tiepo de
#o=ar de nue!o cuando todo coien=a a "inc"arse en su ser, a odo de
il tabores, il tropas, il r7os 5 il estrellas, "asta la e@plosin. En
edio de aEuella sensacin "ec"a del e@ceso de toda sensacin, su ser
se contrae en una bola inFscula, cu5o Fnico esGuer=o, intenso, es
e@tirparse de la piedraK coo si, en la ino!ilidad absoluta, Euisiera a
toda costa e!itar su disolucin 5 su pHrdida.
&rocedente de su interior, u5 ba>a 5, sin ebar#o, u5 clara en
edio de aEuel caos, percibe la !o= de Xatari? L<en, Anaa5a, es la
"ora.N
Est del otro lado.El aire.
Ca slo "a5 aEuella !ibracin Eue la recorre 5 la sostiene, aEuel
resbalar, aEuella li#ere=a.
<uela.
68
De oento no "a5 s Eue aEuella delicia Eue e=cla una
ipresin de poder7o con una libertad absoluta, inDnita. Le parece no
tener 5a irada para !er, ni o7dos para o7r, 5 su cuerpo se "a con!ertido
en un Gr#il ensabla>e, coo una balsa Eue deri!ara ba>o el r7o del
!iento.
LTF eres el cndorN.
Durante un bre!e instante, cuando aparece aEuel pensaiento, su
e@tra2e=a la "ace estreecerse. Lue#o coprende Eue Xatari no su>eta
5a su ano, >unto a ella, sino Eue est con ella en este !ueloK Eue con
ella 5 para ella se "a con!ertido en cndor.
Se abandona a su transGoracin, sin teor ni contencin.
Entonces coprende Eue "a atra!esado la noc"e 5 !e co se le!anta
el solK inediataente, las corrientes la lle!an a lo alto del cielo. Ba>o sus
alas se desplie#a el esplendor? la cinta del r7o, en el Gondo del !alle, tiene
las escaas de plata de la serpiente Aaru, el s7bolo de la sabidur7a,
Eue tan a enudo "a estado >unto a ella. Oodea el para>e, se acurruca a
su alrededor 5 le oGrece el estuc"e eseralda de la sel!a.
Su irada barre las le>anas cordilleras, a cu5a altura est situadaK la
cubre ne!ada del Salcanta5, toda la a>estad de los apus de los Andes
se le oGrece ba>o los prieros ra5os del astro solar. En ella, la !o= de
Xatari resuena ientras canta ale#res "ec"i=os? -!.amp/u! !.amp/u!0 C
le parece Eue las onta2as responden, una a una, brillando.
C lue#o, claro est, las reconoce? la cubre >o!en 5 la !ie>a, !elando
por la Ciudad.Eue.no.se.nobra, aEuella donde la ni2a Eue ella era "ab7a
sido aditida uc"os a2os antes. &lanea por encia del escalonaiento
de terra=as, donde el a7= est en GrutoK planea por encia de los
ediDcios, de donde las inFsculas siluetas de sacerdotes 5 astrnoos,
de adi!inos 5 arEuitectos coien=an a salir para saludar la lle#ada de
Inti.
Siente los o>os de los "obres !ueltos "acia el cndor Eue se "alla alto
en el cieloK le #usta el teor 5 el respeto Eue despierta.
LAEu7 Tle dice a XatariT se oculta el s secreto de los secretos del
Iperio. )ste es el lu#ar Eue debe de e@istir s all del tiepo.N
Xatari peranece silencioso, pero ella percibe el #o=o Eue le llena 5 le
arrastra, con #randes aleta=os, cada !e= s arriba, en el cielo.
L<illa Oa e tra>o aEu7 cuando toda!7a le llaaban sabio 5 "ablaba
con los diosesK pero "a perdido el caino 5 nunca !ol!er a encontrarlo.N
LMira el triunGo del solN, dice Xatari.
En plena ciudad secreta, sobre!uelan una piedra a la Eue los ra5os del
sol se unen 5 de la Eue !uel!en a partir para iluinar el undo, trocear
el tiepo. Es una piedra Eue Gue tallada Ten los anti#uos tieposT para
responder al ipulso eterno de la >o!en cubre, el Iua5na &icc"u.
&lanean durante uc"o tiepo sobre ella, presas de la aron7a Eue se
desprende. Estn cono!idos por la unidad Eue reina aEu7 entre la
sabidur7a de los "obres 5 el orden de la naturale=a. La piedra parece
"aber sido recortada para recibir la lu=K la distribucin Eue con la sobra
"ace es una ple#aria Eue resuena, silenciosaente, a tra!Hs de las
onta2as. Su Gra#ilidad es inalcan=able. Su belle=a es la propia eoria.
Anaa5a siente Eue Xatari se llena de todas las sensaciones al iso
tiepo, Eue se epapa de ellas coo de un l7Euido ebria#ador. Cada
69
teplo, cada terra=a, cada piedra, "acen !ibrar en Hl una le5enda Eue
abarca los or7#enes del undo, el a#ua, la piedra 5 los "obres.
El aire epapado de "uedad !a car#ndose, poco a poco, con el
calor del sol? los ruidos perGectos de la !ida, las a>as en el Gondo de los
orteros, el crepitar de las "o#ueras reaniadas por las u>eres, la loca
carrera de las ardillas, las Jores de san#re de las orEu7deas? todo
concurre a aEuella perGeccin.
Anaa5a recorre las terra=as 5 adi!ina la in!isible !eta Eue atra!iesa
la !ie>a cubre? el caino Eue recorri uc"os a2os antes, cuando un
cndor interrupi el #esto de los sacerdotes Eue iban a sacriDcar a una
uc"ac"a. Ana piedad inDnita la estreece de los pies a la cabe=a.
Oecuerda su irada, la anita puesta en la su5a con la conDan=a 5 el
absoluto abandono de la inGancia.
A edida Eue se acerca a la cubre, el !uelo se deora, se "ace s
pesado. Sus alas no la soportan 5a tan Gcilente, coo si una sFbita
Gati#a se apoderara de ella.Se posa >usto encia de la huaca.
Slo o5e los alientos? el su5o, el de Xatari, el del !iento.
LMira Tdice XatariT, ira en lo s "ondo de tu cora=n.N
Sin pensarlo, se diri#e al Iua5na &icc"u, cu5a esbelta silueta se
le!anta >usto ante ella. Su irada se "unde en el !ac7o 5 se encuentra
coo suspendida ante la onta2a, adi!inando cada una de sus
aspere=as, cada aJoraiento. C en la onta2a aparece una D#ura
terrible 5 Gailiar? el pua.
La onta2a se "a "ec"o pua, o el pua, onta2a, al i#ual Eue ella 5
Xatari se "an con!ertido en cndor. El #ico espectculo la llena de
Debre 5 "ace correr, por ella, un r7o de sentiientos 5 de eociones u5
"uanas? LQ6abrielR Tpiensa t7idaente al principio. C lue#o repite con
Guer=a crecienteT? Q6abrielRN
LEs Hl, en eGectoK est ante ti 5 te a#uardaN, dice la apacible !o= de
Xatari.
Sin toarse el tiepo de coprender 5 reJe@ionar, es arrastrada por
el >Fbilo? Qest aEu7, ante ella, 5 todos sus iedos se des!anecen en la
a2anaR
Durante uc"o tiepo peranece ante el pua.onta2a, sintiHndose
prote#ida por su poder. Coprende a"ora el sentido proGundo de la
intuicin de Xatari? nada puede sucederle a 6abrielK est prote#ido por
los apus.
Cuando el sol est en el ediod7a, reanuda el !uelo.
Descienden con un solo aleta=o "acia la e@planada de los tiepos 5
peranecen sobre el !ac7o, e!aluando el !Hrti#o Eue se apodera de los
"obres perdidos entre el lec"o del Zilcaa5o, Eue ru#e s aba>o, 5
las nie!es de la cordillera de <ilcababa, a lo le>os.
Ana peEue2a 5 Fnica roca se le!anta en una esEuina de la e@planada.
Ia sido tallada con precisin e indica las Cuatro Direcciones.
C la roca "abla.
70
La e@planada est del todo !ac7a 5 el Eue se acercara a ella
descubrir7a el e@tra2o espectculo de un cndor posado ante la roca,
calentndose al sol. &ero eso ser7a para Euienes no saben !er.
Slo Xatari sabe Eue Anaa5a "a !uelto a ser la uc"ac"a inocente,
pura 5 "erida Eue estu!o >unto al #ran re5 Iua5na Capac en el anoc"ecer
de su !ida. La !e, !estida con un anaco blanco su>eto por un siple
cinturn ro>o, arrodillada >unto al !ie>o re5.roca, con la piel #ris recorrida
de teblores, su perDl de onta2a !uelto "acia las nie!es, "acia el
Mundo de Aba>o. La !e inclinada "acia Hl, perGectaente silenciosa,
escuc"ando sus palabras.
TabiHn Hl escuc"a.
,st+s conmigo, muchacha de los o'os de lago.
* no te abandonar1 nunca mientras prote'as a mi .ermano23oble.
Luego, todo desaparecer+, y tambi1n 1l desaparecer+.
,l puma es aquel al que %er+s brincar por encima del oc1ano.
Cuando 1l parta %ol%er+ a ti.
4unque separados, estar1is unidos.
* cuando todos hayan partido, t$ permanecer+s y a tu lado per2
manecer+ el puma.
5untos, como %uestros antepasados Manco Capacy Mama "cclo,
engendrar1is la %ida nue%a en esta tierra.
.abr+ guerras como ha habido guerras, separaciones como ha habido
separaciones.
Los e6tran'eros conocer+n la miseria en su triun)o.
* nosotros, los incas, tendremos que ser humillados, escla%os de la
%erg7enza para comprender el largo camino que hemos hecho y que
nuestros panacas, animados s8lo por el esp&ritu de la guerra y no
inspirados por Inti, han ol%idado en su locura de destrucci8n.
Pero no moriremos.
Anaa5a est en el aliento del !ie>o re5. Le escuc"a contar de nue!o
los anti#uos tiepos, la creacin del undo, la conDan=a de los incas
nacida en la cuna de las onta2as de Cu=coK le o5e #loriDcar sus
conEuistas 5 llorar la #uerra entre sus "i>os. Iabla de la bola de Gue#o
Eue desi#na a Ata"uallpa, 5 ella recuerdaK e!oca a Manco, el prier nudo
de los tiepos Guturos, 5 ella recuerda.
.e querido con%ertirme en piedra, como los antiguos de mi raza,
puesta en la hierba 9e6ible y tierna de una monta:a de Cuzco.La guerra
me e6puls8 y encontr1 re)ugio en la ciudad secreta.
Mi piedra se abre a las Cuatro 3irecciones como e6tend& el Imperio de
las Cuatro 3irecciones es, sin embargo, una simple piedra, pues, al ;nal,
s8lo eso permanecer+ del Imperio< una piedra a la que se unir+ el sol.
71
Las Cuatro 3irecciones estar+n en el coraz8n de un hombre puro.
.oy no lo saben, pero hay ya guerra entre los hermanos.
* guerra habr+ de nue%o.
=uerra entre los .i'os del >ol y guerra entre los e6tran'eros< es la
se:al.
La sangre del hermano, la sangre del amigo, se derraman con m+s
generosidad que la del enemigo< es la se:al.
La piedra y el agua se des%anecen en la sel%a< es la se:al.
Matan al e6tran'ero que ruega a una mu'er y no a su poderoso
antepasado< es la se:al.
?ing$n adi%ino lo %e, los sacerdotes est+n trastornados, el sol se
oscurece para los astr8nomos, la traici8n es amiga del pueblo, el oc1ano
%omita e6tran'eros en n$mero cada %ez mayor. Pronto ser+ para ti la
hora de huir para sal%ar lo que siempre )ue y siempre ser+.
Pero esperar+s la se:al y te mantendr+s 'unto a los nuestros hasta
que Inti haya consumido el odio entre nosotros y s8lo queden mu'eres
llorando la sangre derramada.
?o cometer+s error.
,ncontrar+s a aquel cuya piedra detiene el tiempo y estar+ ante m&
como ante ti, pero ir+ hacia el lugar de los or&genes mientras t$ tomes el
camino de la Ciudad2que2no2se2nombra.
>abr1is lo que debe mantenerse en silencio y lo callar1is.
>8lo dir+s lo que debe ser y ser+, y cuando eso haya sido, dos dedos
de una mano os unir+n.
>er+s libre.
Conducir+s a mi .ermano23oble hasta el ;nal de su camino y tambi1n
1l ser+ libre.
@n solo secreto seguir+ oculto para ti y tendr+s que %i%ir con 1l.
* todo ese tiempo, no dudes de m&. Permanece en mi aliento y con)&a
en el puma.
Se "ace de nue!o el silencio, apenas turbado por el eterno dilo#o del
!iento 5 el r7o. El sol se "a !elado, 5 el aire se car#a de nubes ne#ras 5
"Fedas.La silueta de Anaa5a est tan in!il coo la de Iua5na
Capac. Slo su ano se "a posado en el cuerpo del !ie>o soberano Eue
uere. La anti#ua pena es >o!en de nue!o, 5 la soledad abolida !uel!e a
estrec"arle el cora=n. Mantiene los o>os cerrados. Se estreece. Siente
la presencia Eue "u5e sin o!erse, coo "acia otra orilla, 5 suGre por no
tener la posibilidad de reunirse con ella 5 con ella !i!ir.
Xatari le posa una ano en el "obro 5 contiene su suGriiento.
Todo el !alle se "a llenado de brua, 5 las cubres desaparecen ante
ellosK el oro del a7= en las terra=as se e@tin#ue, la Euinua en Jor se
!uel!e #ris, 5 los teplos parecen "ec"os de piedra de a#ua. Silaentos
de nubes los rodean 5 dan=an a su alrededor.
Anaa5a le!anta su ano del cuerpo de Iua5na Capac.
Slo !e la piedra, pero no se e@tra2a.
En su "obro, la anc"a pala de Xatari si#ue pesando. Ella est aFn
triste, pero ad!ierte Eue su ai#o le "a ipedido entre#arse a un !ia>e
peli#roso.
72
Los dos iran "acia el oeste, all7 donde, en el "ori=onte ne#ro aFn, un
"alo de lu= si#ue Dltrndose entre las nubes.
No perciben la llu!ia Eue les atra!iesa los "uesos 5 peranecen
indiGerentes al Gr7o Eue brota de la tierra.
C lue#o, con tanta brutalidad coo se "a cubierto, el cielo se des#arra.
Arriba, en la abertura central del teplo de las tres "ornacinas, un arco
iris "a posado su pilar.
L<enN, dice Xatari.
C abos se lan=an "acia el cielo.
Es de noc"e en Ollanta5tabo.
Anaa5a 5 Xatari se "an tendido en el Frete Eue JanEuea el
Zilcaa5o 5 no se atre!en a "ablar.
El cielo es claro 5 la roca del cndor, ba>o la luna llena, si#ue
recortndose con toda claridad.
TIe tenido un sue2o en el Eue estabas presente Tdice por Dn
Anaa5a, incorporndose.
Xatari no se ue!eK tiene los o>os abiertos de par en par "acia la
inensidad del cielo 5 las estrellas.
TIe tenido el iso sue2o Tdice sin irarla.
TUCo lo sabesV
Xatari no responde, pero Anaa5a o5e en ella el eco de su !o= 5,
coo un relpa#o, siente la realidad de aEuel !ia>e Eue "an reali=ado
>untos. Xatari tiene ra=n. Puisiera pre#untarle si "an re#resado a su
punto de partida o si "an GranEueado una >ornada... Mirando la luna, casi
del todo llena, no encuentra la respuesta.
LSabrHis lo Eue debe antenerse en silencio 5 lo callarHis.N
Anaa5a "a de>ado Eue las palabras estallaran en ella, 5 todo el poder
de las Grases de Iua5na Capac la in!ade de pronto. No, realente no es
5a la uc"ac"a aterrori=ada Eue ol!idaba el pasado, el presente 5 el
por!enirK no es 5a la Coya Camaquen Eue deb7a cobatir sin cesar para
coprender el isterio. El undo est en su lu#ar? lo Eue se "a re!elado
peranece, lo Eue es secreto peranece tabiHn. An sordo #ru2ido se
de>a o7r desde el norte.
Xatari se pone en pie.
&riero se pre#untan si no ser una con!ulsin Eue a#ita la tierra 5 !a
a le!antar el r7o, a "acer Eue sal#a de su lec"o. &ero el ru#ido auenta 5,
al iso tiepo, perciben su procedencia? es la onta2a Eue est ante
ellos, la Eue doina los dos r7os, la Eue custodia el !alle sa#rado.
Ou#e coo un "obre presa de un dolor !iolento. Sienten co
tiebla, co se tensa "asta Eue cru>e a causa del esGuer=oK entonces,
un enore bloEue se desprende con estruendo 5 de>a en el acantilado
una rbita !ac7a.
&oco a poco, una espesa nube de pol!o ne#ro se le!anta e in!ade la
noc"e, ientras la onta2a es recorrida aFn, espordicaente, por los
teblores. Lue#o se o5e otro cru>ido 5 se derruba un lien=o entero, Eue
ellos adi!inan tras la opaca nube. Dos !eces s, la onta2a se Eue>a de
las "eridas Eue se inJi#e a s7 isa.
<i!en el espectculo Gascinados, ol!idando cualEuier espanto. AEuel
le!antaiento de la naturale=a no es una clera diri#ida contra los
73
"obres. Lle#a de uc"o s le>osK conteplarlo Gora parte del
secreto.
El pol!o alcan=a sus o>os 5 los cie#a a edias. Deben ir "asta la Guente
para la!arlos. A#uardan.
Cuando el ruido cesa por copleto, re#resan. La nube se posa
sua!eente 5 distin#uen de nue!o la Gora Gailiar de la onta2a.
Anaa5a lan=a un #rito. <e claraente deliitado por la lu= de la luna
el rostro de Iua5na CapacK !e su perDl tal coo lo tu!o Grente a ella en
las "oras de su uerte, "ace uc"os a2os, 5 en su sue2o tabiHn Ten
su !ia>eT, cuando ella era cndor.
Ia Euedado tra=ado en el propio Janco de la onta2a, coo si un
prodi#ioso escultor lo "ubiera tallado a #randes #olpes de cincel? es
"obre.piedra, de un taa2o cien !eces, il !eces a5or Eue los
"obres de carne 5 "ueso.
Su o>o se "a "undido en la rbita 5 su poderosa nari= prolon#a la
Grente en una l7nea recta Eue indica su !oluntad. Ana Galla abre su boca 5
su entn est cubierto por una lar#a barba de rocas. Est !uelto "acia
el norte, "acia el cora=n del !alle, por encia de la sel!a, "acia la
ciudad secreta.
Entonces, Anaa5a sabe Eue en ella est el conociiento.
0
OLLANTACTAMBO, CIOCO DE CIOPAANA,
,: DE 4ANIO DE ,9$:
74
Con las anos atadas a la espalda, los pies trabados por #ruesas
cuerdas de pita Eue liitan la anc"ura de su paso, rodeado por una
decena de cobatientes Eue se rele!an d7a 5 noc"e para custodiarlo,
6abriel caina desde "ace tres d7as.
DespuHs de su captura Gue lle!ado a una rida onta2a, a una aldea
de pobres casas de adobe, donde "a peranecido detenido durante un
es. Ana anciana lo alientaba, 5 ni ella ni sus #uardias respond7an a
sus pre#untas. Con el paso de los d7as, sus intentos se "icieron s raros,
5 paulatinaente se sui, tras la loca e@altacin de los cobates, en
una especie de apat7a. Su destino no le pertenec7a s Eue antes 5 se
de>aba conducir, sin a5or clera, "acia una suerte Eue, sin duda, slo
pod7a ser la uerte. Se le "ab7a ocurrido 5a la idea de Eue deber7an
"aberlo atado en se#uida, pero la "ab7a rec"a=ado por inoportuna.
Iace tres d7as, al aanecer, Gueron a buscarle 5 le indicaron por
si#nos Eue era tiepo de ponerse en caino. No di>o nada 5 apenas,
desde entonces, "a intercabiado al#unas palabras con sus #uardianes,
Eue le iran con esa aparente indiGerencia, Eue, a"ora lo sabe, oculta la
curiosidad 5 el teor, sin duda.
Durante el crepFsculo escuc"a sus concilibulos, pero su a#otaiento
le ipide "acer el esGuer=o de coprenderlos.
Despierta coo de un sue2o.
Ia !i!ido todas estas seanas al odo de un poseso? sobre!i!ir a la
!en#an=a de 6on=alo, al incendio de la crcel lue#o, escapar de las
Jec"as 5 las piedras lan=adas por las "ondas, toar la torre... Se
recuerda reali=ando esos actos, Eue despertaron la adiracin de sus
copa2eros, pero tiene s bien la ipresin de asistir, con la
ia#inacin, a una representacin teatral, en la Eue un actor, lle!ando
una scara, "a interpretado su papel. )l, 6abriel, parece "aberse
des!anecido durante todo ese tiepo, "aberse eclipsado. <erse atado,
ipotente, cainando por este !alle cerrado por las onta2as, le "ace
!ol!er a la !ida con unas sensaciones desa#radables.
Ante Hl, si no !iera sus piernas desnudas de usculosas pantorrillas,
nudosas coo le2os, ni siEuiera distin#uir7a la silueta de los porteadores,
Eue desaparecen ba>o la asa de los enores "aces de Euinuas. Dir7ase
Eue el anc"o caino inca se "a transGorado en un capo a#itado por
un !iento capric"oso. 6abriel espira el aire de sus pulonesK las #a!illas
suben 5 ba>anK !uel!e a soplarK si#uen ondulando. De odo tan sFbito co.
o absurdo, tiene #anas de re7r. LQSo5 el due2o de la EuinuaR T e@claa
en castellanoT. QEl due2o del a7=RN C sopla ante Hl, sopla coo si sus
pulones contu!ieran el odre de los !ientos. Los soldados indios le iran
su>etando las lan=as, apretando las "ondas? Use "a !uelto loco el
prisioneroV 6abriel r7e "asta la tos, antes de interrupirse con brutalidad.
El !alle abierto por el lec"o del r7o se "a ido contra5endo pro.
#resi!aente. C lo doinan, a derec"a e i=Euierda, unos acantilados a
cu5o pie se "an ediDcado GortiDcaciones. &or un eandro, el r7o se diri#e
de un acantilado a otro, de un Guerte a otro Guerte. Centenares, tal !e=
iles de "obres !estidos slo con su huara estn traba>ando para
reGor=arlosK Gorando "ileras, unos acarrean bloEues ipresionantes,
75
ientras otros eEuipos, perGectaente or#ani=ados, se#Fn puede !erse,
ediDcan los uros 5 las estructuras.
&ero cuando los soldados le epu>an "acia el r7o para !adearlo,
6abriel descubre el a>estuoso desplie#ue de las terra=as 5,
doinndolas con todo su poder, un ediDcio no enos Gascinante por
inconcluso. UTeploV USortale=aV No puede decirlo, 5 ades sabe Eue
entre los incas esta distincin no e@iste.
Pueda sin aliento.
C en el iso instante, brotando de nin#una parte, tiene la certe=a,
e@altante 5 dolorosa, de Eue !ol!er a !erla.
Al caer la noc"e se le!anta un !iento Eue reGresca el aire. Oecorriendo
las calles rectil7neas, perGectaente enlosadas, donde las puertas altas 5
estrec"as de acceso a las canchas se abren ba>o los epinados tec"os de
bla#o, a 6abriel le ipresiona la aniacin Eue reina.
Es una ciudad en construccin, Eue "ori#uea con una aniacin
incesante. Se "abla el Euec"ua, Eue Hl doina 5a, pero tabiHn el >a[i.
aru 5 el pu[ina, len#uas de collasu5u de las Eue apenas conoce lo
bastante coo para reconocerlas al o7rlas. Muc"os "abitantes nunca "an
!isto a un e@tran>ero 5 les cuesta disiular su asobro cuando le
descubren, con los cabellos rubios en desorden 5 la barba, Eue, tras
seanas de detencin 5 cobates, le de!ora el rostro. Desde Eue los
soldados "an entrado en la ciudad, le !i#ilan s estrec"aente Eue
nunca, coo si tu!iera la enor posibilidad de escapar entre la
uc"edubre.
La cancha ante la Eue se detienen est custodiada por dos ore>ones,
Eue es coo suelen denoinar los espa2oles a los nobles incas, cu5as
ore>as estn adornadas con discos Eue, si bien anta2o eran de oro, desde
la conEuista suelen ser de adera.
Le epu>an sin iraientos "acia el interior del ediDcio de Gora
Gailiar. El patio est lleno de soldados, 5 las u>eres se antienen s
atrs, al#unas atareadas preparando la coida, 5 otras a#rupadas
t7idaente >unto al uro del Gondo del patio 5 "asta en la escalera Eue
lle!a al piso del ediDcio edianero de la cancha !ecina. En el centro del
patio reconoce de inediato a Manco sentado en la tiana real 5, a su
lado, en un banco al#o s ba>o, la lar#a silueta descarnada 5 los Dnos
labios de <illa Oa. AunEue el arco sea s odesto, se desprende del
>o!en soberano una a>estad 5 una di#nidad Eue no pueden copararse
con las de su coronacin en la pla=a Auca5pata, en Cu=co. 6abriel se
siente ipresionado por la !oluntad, sobr7a pero inJe@ible, Eue eana
a"ora de Hl. El re5.arioneta instalado por don Srancisco "a uerto.
Tiene ante Hl al cobatiente Eue estu!o a punto de !encerlos en
Sacsa5"uaan 5 cu5as tropas si#uen asediando Cu=co. No !e a
Anaa5a.
Se "ace un pesado silencio.
La irada de 6abriel !a del sabio al inca 5 del inca al sabio. TabiHn Hl
"a aprendido a no "ablar con e@cesi!a precipitacin 5 a leer la escultura
de los rostros antes de "acerlo. <illa Oa es el priero Eue rope el
silencio.
TQEl e@tran>ero debe orirR TproDere le!antndose lentaente de la
tiana.
76
Escupe las palabras con una Guriosa tranEuilidad. La concurrencia est
in!il.
T)l "i=o el asalto a la torre de Sacsa5"uaan 5 por su causa uc"os
de nuestros cobatientes urieron. &or su causa, el noble Cusi Iuallpa
se sacriDc. Los e@tran>eros aDran Eue tiene una a#ia superior a todas
las de nuestros adi!inos 5 Eue est prote#ido por sus dioses... QOidiculas
le5endasR Ia#osle peda=os 5 en!iHosles su crneo 5 su piel
con!ertidos en tabor, para ostrar Eue nuestros cobatientes son s
poderosos Eue aEuellos a Euienes llaan dioses. Deber7aos "aberlo
atado "ace 5a uc"o tiepo, 5 slo nuestra debilidad de entonces nos
lo ipidi...
<illa Oa se !uel!e "acia Manco 5 prosi#ue con una e@asperacin Eue,
!isibleente, "a sido contenida durante deasiado tiepo.
T... la isa debilidad Eue nos "a pri!ado de una !ictoria copleta
sobre los perros e@tran>eros.
Nadie nunca se "a atre!ido as7, en pFblico, a atacar tan directa 5
!iolentaente a Manco. 6abriel es consciente del insulto 5,
curiosaente, cuando el ob>eto de la disputa es su !ida, siente Eue nace
en Hl una especie de distanciaiento Eue le "ace espectador de su
propia suerte.
TMi !ida e es s indiGerente Eue a !osotros Tresponde con !o=
tranEuila 5 los o>os cla!ados en los de Manco, i#norando al sabioT. Los
7os Euisieron arrebatrela 5 Dios o la suerte e la respetaron...
UPuerHis !osotros atare por "aber "ec"o lo Eue "acen los soldadosV
Matade. No e corresponde decir si es una decisin >usta o una
crueldad inFtil Eue oGender a !uestros dioses 5 al de los 7os.
Manco no "a abierto aFn la boca. &arece suido en sus reJe@iones,
casi inerte. <illa Oa se e@aspera.
TQAcabeos con Hl, "erano MancoR Ser el si#no Eue el pueblo 5 los
dioses esperan para darnos una brillante !ictoria.
TEste "obre no orir.
Manco "a soltado sus palabras sin irar a nadie. <illa Oa parece
petriDcado por el Guror. Su bra=o coien=a a le!antarse 5 lo diri#e "acia
Manco. &ero antes de Eue "a5a tenido tiepode apostroGar al inca de
todos los incas, se produce un tuulto a la entrada de la cancha. Dos
chaskis relucientes de sudor atra!iesan el patio 5 se arro>an al suelo ante
Manco.
TIablad Tdice el inca.
Sin le!antar la cabe=a, el de s edad toa la palabra.
TMnico Se2or, !enios a anunciarte una resplandeciente !ictoria.
Nuestras tropas "an destruido un e>Hrcito de e@tran>eros cu5o Aapitu
"ab7a andado para apo5ar a los Eue teneos sitiados en Cu=co. Ieos
atado a uc"os "obres 5 "eos toado aras 5 caballos. AEu7
lle#an, Mnico Se2or, coo oGrenda 5 para tu #loria.
Manco peranece tan ipasible coo desde la entrada de 6abriel en
la cancha.
TEl sabio <illa Oa Tdice, por Dn, lentaenteT debe saber a"ora
Eue no es necesario e>ercer la in>usticia para obtener #randes !ictorias.
El rostro de <illa Oa est tan !erde coo el >u#o de coca Eue corre
por la coisura de sus labios, pero no dice ni una palabra. Sin despedirse,
77
cru=a la ultitud de soldados estupeGactos, epu>a a las u>eres 5 se
introduce en la escalera.
Cuando !a a desaparecer en el piso del ediDcio !ecino, se en!uel!e en
su anta 5 se da la !uelta.
TManco, no ol!ido Eue soos "i>os del iso padre, del #ran Iua5na
Capac. No ol!ido Eue eres el Ii>o del Sol. &ero Inti, por su parte, "ace lo
necesario para brillar cada d7a. UIntentas tF e@tender la noc"e sobre
todos nosotrosV
Ante la !iolencia del insulto, parece Eue unos soldados Euieren
diri#irse a Hl, pero Manco los detiene con un #esto.
TDe>adle TdiceT. El sabio no es 5a el sabio. La clera 5 el odio "an
pre!alecido en Hl, 5 sus palabras son slo ruidos Eue "ace con la boca.
TabiHn a 7 Tdice irando a 6abrielT los e@tran>eros e "icieron suGrir
"uillaciones, Euisieron robare a i u>er, e trataron peor Eue a un
escla!o, peor Eue a un perro... &ero #uardH silencio 5, en el secreto de
nuestras onta2as, con la a5uda de nuestros dioses, preparH esta #uerra
Eue !aos a #anar...
La !o= de Manco "a ido "inc"ndose al "ilo de su discurso 5 un ruor,
un claor, u5 pronto resuena en toda la cancha.
TA"ora Tdice Manco cuando la a#itacin se "a caladoT, !o5 a
Euedare a solas con el e@tran>ero.
Se le!anta sFbitaente, rec"a=ando a las u>eres Eue se precipitan
para barrer ante Hl el suelo. Se acerca a 6abriel 5 le toa del bra=o. La
concurrencia no puede contener un #rito de sorpresa, pero Manco se
uestra indiGerente. Arrastra a 6abriel "acia una estancia, la s !asta 5
s ricaente decorada del lu#ar.
Sal!o por la abertura, nin#una lu= del d7a lle#a "asta all7. Los uros
estn llenos de "ornacinas en las Eue descansan cuencos de oro o plata 5
estatuillas de aniales.
TUConoces, claro est, la ra=n de i cleenciaV Tdice secaente
Manco.
6abriel de>a escapar su sorpresa.
TNo, poderoso se2or Manco.
TC sin ebar#o, lle!a un nobre Eue te es Euerido.
En la penubra, 6abriel !e co se inJaa la irada de Manco...
Iace un oento, el inca parec7a lleno de una serenidad de sabio, 5
a"ora tabiHn Hl es in!adido por un Guror, por una clera Eue
c"isporrotea en sus o>os.
TAnaa5a es tu !ida Tdice MancoT. Si no supiera lo Eue representas
para ella, ni siEuiera "abr7as lle#ado "asta aEu7, 5 el pol!o de tu cuerpo
nutrir7a nuestros GHrtiles capos.
TLo coprendo, noble Manco, pero sH, sin ebar#o, Eue lo Eue le "as
dic"o a <illa Oa sal7a de tu cora=n. &uedes odiare, pero no puedes
ipedire Eue te adire.
TQSo5 el inca de todos los incas, e@tran>eroR Oecuerda Eue posas tus
o>os en 7 porEue 5o lo perito... QNi siEuiera tus sentiientos te
pertenecenR
6abriel doina el teblor Eue se "a apoderado de Hl.
TEntonces, e peritirs Eue #uarde para 7 lo Fnico Eue no puedes
arrebatare? el silencio.
78
Manco no responde. Lue#o da edia !uelta para salir de la estancia.
Cuando !a a cru=ar el cortina>e, contepla a 6abriel por Fltia !e=.
TQEl puaR Tescupe en un tono Eue a 6abriel le parece lleno de
desprecioT. QCa "a lle#ado el puaR
/
OLLANTACTAMBO, NOCIE DEL ,0 DE 4ANIO DE ,9$:
6abriel se suer#e en el Gr7o de la noc"e.
Doritaba en su dura 5aci>a, escuc"aba el ruido del a#ua Eue no cesa
nunca en esta ciudad, cuando el indio se "a introducido en la estancia de
la cancha Eue Manco le "ab7a asi#nado. Nadie "a dic"o Eue estu!iese
prisionero, nadie le "a dic"o Eue Guese libreK sencillaente, sus u2ecas
"an sido liberadas 5 le "an Euitado las ataduras de los tobillos. Dos
u>eres estn a su ser!icio 5 tabiHn dos indios, unos silenciosos [ollas
Eue deben prote#erle, o custodiarlo. Cuando Xatari "a entrado en la
"abitacin, lo "a reconocido de inediato, 5 su cora=n se "a ale#rado?
es el ai#o de BartoloHK es, sobre todo, el Eue lo sal! a orillas del la#o
Titicaca.
TQBien !enido, due2o de las piedrasR UEsts a"7 para ec"are de
nue!o al undoV
Con #ran asobro por su parte, Xatari no dice nada, ni siEuiera esbo=a
una sonrisa de coprensin o de aistad. Su rostro de salientes pulos
si#ue ine@presi!o ientras sus lar#os cabellos Jotan en la penubra.
TSi#Fee Tle dice sipleente a 6abriel.
6abriel "a tenido tiepo de la!arse 5 de cabiar las anc"adas ropas
Eue lle!aba desde el ataEue a la torre. <iste a"ora una aplia tFnica
india de lana de alpaca. Sus Fsculos estn doloridosK siente todo el
cuerpo r7#ido, coo si "ubiera sido apaleado... No "ace pre#unta al#una
a XatariK se le!anta 5 atra!iesa, si#uiendo sus pasos, la pesada col#adura
de lana.
Xatari dice unas palabras en !o= ba>a a los dos #uardias, Eue se
apartan. Oecorren las silenciosas canchas sus sandalias resbalan en las
losas de piedra. Xatari cru=a, sin reducir el paso ni decir una sola palabra,
una #ran pla=a antes de entrar por una puerta onuental. Ana tras otra
trepan sucesi!aente, por al#unos traos de escalera, seis plataGoras.
Lue#o, a pesar de la dHbil lu= de la luna Eue desciende, 6abriel adi!ina
Eue ante ellos se abre una escalera Eue tra=a una l7nea recta, casi
!erti#inosa, a pico en la colina. En esta ladera "a !isto esta tarde, al
79
lle#ar, el escalonaiento de las terra=as 5 las aci=as estructuras del
teplo.
&elda2o tras pelda2o, se ali!ia del peso de sus Gati#as e incluso de la
e@tra2a actitud de Xatari. <e en la oscuridad, tras las terra=as
slidaente epedradas, un ediDcio con !arias "ornacinas, 5 adi!ina Eue
es un teplo, dada la calidad de sus urosK pero el persistente silencio
de Xatari 5 el >adeo Eue !a doinndole le ipiden interro#ar al >o!en. Ni
siEuiera cuando lle#an al pie de los aci=os uros del #ran teplo Eue
se !e desde el !alle, Xatari se detieneK tapoco reduce el paso. Slo la
pendiente de la colina disinu5e un poco, lo Eue le da cierto respiro.
Cuando lle#an, por Dn, a una aci=a pared Eue cierra la colina, Xatari se
detiene.
6abriel pone las anos en sus uslos para respirar pesadaente.
Cuando "a recuperado el aliento, le!anta los o>os "acia el due2o de las
piedras.
TUMe "ablars a"oraV
Xatari si#ue en silencio, pero, al enos, su rostro "a perdido la
e@presin neutra Eue a 6abriel le "ab7a parecido "ostilidad.
TTe "ablar ella.
6abriel Eueda sin aliento de nue!o, pero esta !e= no es a causa del
esGuer=o. LQEllaRN Desde Eue "a descubierto Ollanta5tabo, "a
arrinconado en su esp7ritu el pensaiento Eue le des#arra, coo un
relpa#o, el cora=n? !erla de nue!o, abra=arla... Es tan a#n7Dco 5 tan
doloroso al iso tiepo, Eue debe su>etarse la cabe=a con las anos.
Ms all del uro, Xatari le indica con la ano el caino Eue
serpentea por la sua!e pendiente Eue lle!a a la cubre de la colina.
T<e Tdice sipleente.
Desaparece sin despedirse, sin una e@plicacin s. 6abriel
contepla el caino, a!an=a. Cada uno de sus pasos es torpe 5 tiebla
coo no tebl en el cobate.
Desde el crepFsculo, Anaa5a "a peranecido sola en el peEue2o
teplo de la cia de la colina. No es !isible desde el !alle 5, por esta
ra=n, ella 5 Xatari lo "an ele#ido. Cuando le counicaron su idea a
Manco, el inca los escuc" sin aniGestar nada 5 despuHs acept con un
suspiro? L<osotros sabHis cosas Eue 5o i#noro.N
Xatari diri#i, pues, la construccin, con al#unos de sus "eranos
[ollas, para Eue el secreto Euedara e>or #uardado. Lo terinaron slo
en una >ornada? un siple uro de contencin, un peEue2o ediDcio en el
Eue se abren cuatro "ornacinas del taa2o de un "obre. Iace tres
noc"es lle!aron all7 al Ierano.Doble en!uelto en antas para Eue
nin#uno de los soldados o los sacerdotes Tnadie Eue no Guera Manco, a
decir !erdadT, 5 sobre todo <illa Oa, lo supiera. En la priera
"ornacina, orientada al sur, se "a instalado a"ora el Ierano.Doble.
Desde el #ran !ia>e, Anaa5a 5a no ira al Ierano.Doble del iso
odoK es coo si el conociiento depositado en ella saciara su sed 5 su
inEuietud. No es 5a Hl Euien posee lo Eue ella necesita, sino ella la Eue
debe #uardarlo 5 prote#erlo s all de las circunstancias de la #uerra.
Sin ebar#o, cuando los Fltios ra5os del sol "an desaparecido en las
onta2as, detrs de ella, 5 lue#o, cuando el Grescor 5 los !ientos de la
noc"e "an lle#ado para "acerle copa27a, "a sido incapa= de e!itar Eue
80
la ipaciencia se apoderase de ella... <er de nue!o a 6abriel, !erlo de
nue!o, por Dn... Se le!anta 5 escruta la oscuridadK a#u=a el o7do para
adi!inar su paso... Oecuerda la siple irada Eue diri#i a Xatari cuando
lle# el chaski con la noticia de Eue el prisionero estaba en caino... I.
pide Eue su ia#inacin corra "acia Hl para arro>arse en sus bra=os 5
estrec"arlo, 5 decirle las palabras Eue "a contenido durante todas esas
noc"es. &alabras en Euec"ua 5 en espa2ol acuden en desorden a sus
labios, 5 las l#rias, 5 la risa.
Mira lue#o al Ierano.Doble, in!il, eterno, 5 al#o parecido a la
cala se apodera de ella.
Da unos pasos "acia el e@terior del ediDcio. El ruor de la brisa se "a
"ec"o le>ano, coo el de abos r7os. LCuando Hl parta !ol!er a ti.
AunEue separados, estarHis unidos...N )sas Gueron las palabras del #ran
Iua5na Capac? Udicen lo Eue 5a "a sido, o lo Eue serV La san#re de
Anaa5a "ier!e con uc"as s pre#untas de las Eue responde la
proGec7a. Al otro lado de la puerta del conociiento se encuentra otra
puerta, 5 as7 sucesi!aente, "asta el Dn de la !ida en este Mundo de
AEu7, 5 en las escaleras Eue nos lle!an al Mundo de Aba>o.
Ana nube oculta la luna, 5 la noc"e se "ace casi ne#ra. El !iento se
le!anta de nue!o, 5 entonces o5e los pasos de 6abriel 5, casi al iso
tiepo, !e aparecer su silueta. Corre, pero no "acia Hl, sino "acia el
interior del teplo. C en tierra, con los bra=os rodeando al Ierano.
Doble, la descubre Hl.
Se de>a resbalar a su lado.
Son incapaces de decir una palabra, de "acer un #esto.
No se iran.
Slo la brisa entree=cla los ec"ones rubios de los cabellos de
6abriel con los ne#ros cabellos de Anaa5aK slo se tocan por el "obro
5, conocionados, no podr7an 5a distin#uir el teblor de uno del teblor
del otro.
Anaa5a es la priera Eue se sobrepone.
Adelanta sua!eente su ano color de iel "acia el "obro de
6abriel 5 la desli=a entre el te>ido del unku 5 la piel. Descubre lentaente
el "obro, 5 otro estreeciiento recorre el cuerpo de 6abriel. Adi!ina
ella, con los dedos, la anc"a del pua, 5 la ara2a le!eente,
arrancndole un #eido.
Lue#o se coloca tras Hl 5 posa sus labios, lenta, interinableente, en
el lu#ar de su cuerpo donde se "alla la "uella Eue le estaba destinada.
C as7, durante toda la noc"e, !uel!en a aprenderse.
Muc"o antes de las prieras palabras, nacen los prieros
o!iientos. Ana risa, una l#ria derraada. La ano de 6abriel en su
cabellera, tra=ando un surco delicioso, die= !eces recoen=adoK las u2as
de Anaa5a Eue a#arran su barba antes de Eue la pala en!uel!a sus
e>illas, su entn, su rostro entero. Se respiran, se tocan, se
doestican con los dedos, con la piel, con la len#ua. Se dan bre!es
#olpes Eue no duelen, pero cu5a "uella despierta sensaciones ol!idadas.
Lue#o, la duracin de la Galta 5 de la ausencia, 5 el Guror de la
separacin se apoderan de ellos, 5 se inicia un tiepo de caricias
!iolentas, de brutales dul=uras... Ouedan el uno sobre el otroK coo
81
>!enes Deras, >ue#an a orderse, a sorprenderse. 6abriel tiene la
Guer=a, pero Anaa5a recupera sus reJe>os de anial de la sel!a 5
escapa antes de arro>arse sobre su espalda. )l lo#ra !ol!erse 5 a#arrarlaK
con un solo o!iiento, "ace caer su anaco.
Se Euedan in!iles.
Ella est desnuda ante Hl, 5 su Guror de toarse, de a#arrarse se "a
disuelto en la noc"e. Se conteplan, 5 todo !uel!e a epe=arK ano con
ano, boca con boca, pero esta !e= con lentitud 5 ternura en cada #esto
5 en cada o!iiento.
Cuando la boca de 6abriel se acerca a sus pec"os, Anaa5a contiene
el aliento. Los besa coo si Euisiera recorrer con los labios cada parcela
de su piel. Su deseo es tan proGundo, tan intenso, Eue se !uel!e paciente,
cruelente paciente. Anaa5a se tiende "acia Hl 5, con los labios, lo
alienta, lo llaaK no son toda!7a palabras, s bien resultan #eidos,
peEue2os #ritos inarticulados en los Eue Hl escuc"a la e@i#encia de su
deseo. &ero si#ue besndola tan dulceente coo puede, a pesar del
ardor Eue asciende de sus loos 5 des#asta la lentitud de su descubri.
iento. &osa ella las anos sobre los cabellos de Hl con tal Guer=a Eue lo
obli#a a incorporarse de un brinco 5 a unir la boca a la su5a. La besa sin
DnK la besa coo bebiendo tras un desiertoK la besa coo se aa, coo
se respira, coo se !i!eK la besa coo si no "ubiera besado nunca.
La ropa Gora en el suelo un >er#n donde sus cuerpos se ci2en. Si no
Guera por el color de sus pieles, dir7ase un abra=o Eue se "a "ec"o un solo
cuerpo. S7, el conEuistador 5 la e@tra2a uc"ac"a de la sel!a, el espa2ol
5 la inca desean ser uno. En aEuel oento poseen uc"o s Eue el
cuerpo del otro, 5 Anaa5a siente Eue se desli=a en una Gelicidad Eue,
repentinaente, de !e= en cuando, le recuerda la del !ia>e con Xatari. Ia
#o=ado casi en cuanto Hl "a entrado en ella. &ero a"ora Hl no terina, su
placer se apl7a "asta las diensiones del uni!ersoK ella "ace penetrar
all7 ir7adas de estrellas 5 todos los Grescos anantiales Eue se ocultan
en las rocosas Euebraduras de las onta2as. C Hl, 6abriel, es Geli=K brinca
5 !uel!e a brincar, 5 su poderoso ru#ido llena los !alles. No tiene iedo
de su cuerpo ni de lo Eue all7 se oculta, 5 se siente capa= de rec"a=ar
todos sus l7ites. En su interior se esconde la risa ante todas sus "a=a2as
pasadasK entonces, en su caballo blanco, era un ni2o, 5 slo a"ora es un
"obre.
El incesante o!iiento de su pasin los cubre de un sudor cu5o
salado #usto si#ue despertando la sed. La brisa se le!anta,5 la brisa
pasa. El Gr7o pun=a, pero no les iporta. Alar#an las Gronteras de la noc"e,
c"ocan coo piedras, corren coo r7os, se ara2an coo anialesK se
aan coo un "obre 5 una u>er.
Incluso cuando, a#otados, se =abullen en el sue2o, el aor los
acopa2a.
Estn tendidos a los pies del Ierano.Doble, con la ano en el uslo,
el "obro en el cuello. Ana sonrisa Jota en sus labios entreabiertos.
Son "erosos, Gelices.
Los prieros ra5os del le!ante ro=an la cresta de las onta2as, 5
6abriel despierta en se#uida 5 cierra los bra=os alrededor de ella. Se
incorporan 5 iran >untos co nace el undo para una >ornada s? el
tuulto del Zilcaa5o en el lu#ar donde una #ar#anta se estrec"a en
82
torno a las a#uas 5 las "ace "er!ir Guriosaente, la alta cia de la Za[a5
Zillca.
Lue#o, 6abriel !e aparecer, brotando de las sobras, el perDl
onuental Eue se "a recortado en la pared de la onta2a de enGrente.
Se !uel!e "acia Anaa5a con o>os interro#adores. Ella ira con Hl, sin
responder aFnK pero 6abriel percibe el calor Eue se desprende de
Anaa5a, la lu=, 5 sin coprender co, siente el !7nculo entre ella 5 la
D#ura, potente 5 isteriosa.
La abraza con s Guer=a, 5 ella se abandona, sin apartar los o>os del
rostro de Iua5na Capac, cu5as palabras no de>an de resonar en su
interior coo las Guentes del r7o &atacanc"a.
C entonces, ella dice las prieras palabras.
T6abriel...
Las dos s7labas "an escapado de sus labios con la sua!idad del aliento.
Su esp7ritu es un caldero sobre las brasas? Euisiera decirle tantas cosas 5
no sabe por dnde coen=ar, no sabe lo Eue Hl puede o7r... C lue#o
aEuello nace coo una ur#encia, a"ora Eue la lu= "a lle#ado, Eue inunda
el !alle 5 las onta2as? debe escuc"ar su !o= 5 saciarse de ella coo se
"a saciado de su cuerpo.
TCuHntae, pua...
6abriel le "ace el relato de aEuellos d7as atroces en los Eue cre5 Eue
la #uerra los iba a separar para siepre, cuando, cediendo a la
desesperacin, Euiso orir librando la tierra de la ralea de 6on=alo... Ella
sonr7e cuando Hl le "abla de los tres indios Eue se dispon7an a atarle en
su celda 5 de la ila#rosa inter!encin de Sebastin... Escuc"a, sin
estreecerse, el relato de su batalla, de la uerte de 4uan, de aEuella
e@tra2a sensacin de ser in!encible Eue naci en Hl 5 Eue, con su
an#ustia coo Gondo, le "i=o lle!ar a cabo las "a=a2as s locas, las s
absurdas...
TNo coprend7a Turura 6abrielT 5 si#o sin coprender... Me
parec7a, a la !e=, Eue la lu= brotaba de 7 5 Eue e rodeaba. Ca "ab7a
o7do esas "istorias, UsabesV, 5 e "ab7a burlado de ellas? "istorias de
cobatientes en los Eue las Jec"as rebotan o de los Eue se apartan en el
Fltio oento las piedras lan=adas por las "ondas para caer en los
roEuedales. No cre7a, coo no creo, en la Euerid7sia 5 Santa <ir#en de
don Srancisco... C sin ebar#o, tu!e Eue aceptarlo? aunEue 5o iso no
lo cre5era, los des, is copa2eros, los escasos !alientes 5 la asa
de la c"usa, cre7an s Eue 5o 5 no e iraban coo se ira a un
"Hroe 1eso lo cono=co, si#ue siendo "uano 5, a Dn de cuentas, lleno de
sentiientos ordinarios, donde se e=clan la adiracin 5 los celos3, sino
con una especie de teor di!ino. No pienses Eue e enor#ullec7 de ello.
Ms indiGerente aFn, si Guera posible... Cuando tirH la cota de alla al
subir a la torre, e pareci Eue e liberaba 5, si pudiese "aber tirado i
piel con ella, lo "abr7a "ec"o.
6abriel peranece unos instantes silencioso, 5 ella de>a Eue las
palabras canten en su interior sin buscar aFn su sentido.
TC lue#o tu!e aEuella sensacin e@tra2a en i sue2o, coo si !iera.
Anaa5a da un respin#o.
83
TEra coo si supiera lo Eue iba a "acer, coo si un ensa>ero
brotado de nin#una parte e lo anunciara pintando para 7 i#enes
Eue ten7an la claridad de la !ida. AEuella cuerda Eue se balanceaba en el
uro de la priera torre, 5o la "ab7a !isto uc"o antes de a#arrarla. C
cuando is anos se cerraron sobre ella, estaba s all del iedo 5 del
!alor, s all de la duda 5 del deber? sencillaente "ac7a lo Eue deb7a
"acerse.
TCa lle#as, !ienes, te acercas...
TULle!ando a cabo el asalto Eue rec"a= a los tu5osV
TEsts aEu7 para sal!arnos.
Es 6abriel el Eue se sobresalta a"ora.
TLa !7spera o la isa a2ana del asalto, !i a In#uill 5 di>o esas
isas palabras...
TAcHptalas...
6abriel a#ita su cabe=a.
TTodo es deasiado >o!en aFn en i esp7ritu 5, a !eces, ten#o la
ipresin de estar separado de 7 iso por un uro, un uro s
#rueso Eue los de esas torres Eue toaos.
TAtra!esars ese uro.
6abriel suspira.
T&or "o5, renuncio a coprender nada s.
TUPuH ocurri tras la toa de la torreV
TCuando los tu5os e "icieron prisionero, a#arraron 5 ataron sin el
enor esGuer=o a un "obre ebrutecido. U&or EuH no e ataronV Lo
i#noro aFn, 5 tapoco sH por EuH e antu!ieron un es entero en
aEuella casa perdida en las onta2as, alientndoe con !uestras
alditas papas arru#adas 5 cani>as. Lo llais chu:o, Uno es ciertoV
AEuel sabor a tierra eno"ecida... UC e dirs tabiHn por EuH, una
buena a2ana, "ace de eso cuatro d7as, decidieron Dnalente
arrancare de aEuella delicia para traere aEu7V
6abriel suspira de nue!o.
TBueno, princesa Eue conoce todos los secretos, Uno puedes
dec7reloV Tsuelta riendo.
Ella !acila 5 se le!anta para reco#er su esparcida ropa.
T&asaron dos lunas, U!erdadV Tdice ella por DnT. Durante esas dos
lunas, 5o so2aba a enudo Eue si estu!iera un oento conti#o lo
con!ertir7a en una noc"e entera. C a"ora, cuando "e tenido esta noc"e...
Se interrupe 5 tabiHn Hl de>a la Grase en suspenso. No es 5a tiepo
para sus ipaciencias brutales. LBartoloH, si e !ieras, tal !e= e
llaar7as sabio...N
TPuisiera ense2arte todo lo Eue "e aprendido Tdice ellaT, porEue
Goras parte de lo Eue "e aprendidoK tal !e= seas lo s "eroso de
todo lo Eue "e aprendido. &ero debes, coo 5o, superar las etapas.
TCreo Eue 5a "e superado al#unas etapas Tresponde 6abriel en un
tono de ale#r7a al#o Gor=ada.
TCa lo sH, aor 7oK pero te Eueda tanto por descubrir...
TIace a2os, en una noc"e terrible, estbaos >unto a los despo>os de
Ata"uallpa, tu Mnico Se2or, 5 e entreabriste la puerta de este undo,
Uno es ciertoV
TMe sent7a entonces u5 or#ullosa de Eue e llaaran la Coya
Camaquen, de Eue los poderosos recurrieran a 7 para unos secretos Eue
84
5o ni siEuiera conoc7a. QPuH conGusin "ab7a en 7R S7, tienes ra=nK
entonces Euise decirte Eue "ab7a Otro Mundo detrs de nuestro aor,
Otro Mundo detrs de la #uerra...
TUC crees Eue e "e acercado a HlV
Ia5 al#o suplicante en la !o= de 6abriel, 5 Anaa5a no contiene su
risa.
TMi pua es, a !eces, coo un ni2o Tdice tondole la ano 5
estrec"ndosela entre las su5as, coo para atenuar la burla de sus
palabrasT. Claro Eue s7, naturalenteK te "as acercado a #randes brincos
Guriosos sin saber adonde ibas, pero con tu #eneroso cora=n.
TA"ora esto5 conti#o, Uno es ciertoV
LAunEue separados estarHis unidos...N Ia buscado uc"o tiepo esas
palabras sin encontrarlas. C a"ora, cuando estn en ella, casi las
laentar7a porEue le atan la len#ua. No es 5a la uc"ac"a i#norante,
educada por <illa OaK no es tapoco la or#ullosa Coya Camaquen, la
enaorada... Al e!ocar esta Fltia palabra, su cora=n se rebela? s7, es
esa enaorada 5, sean cuales sean los secretos Eue la proGec7a oculta
aFn, tiene derec"o a !i!ir ese aor 5 a saciarse con Hl.
TS7 TdiceT, ests coni#o.
La a#itacin de 6abriel se cala 5 puede abandonarse de nue!o al
esplendor del paisa>e naciente. Ms Eue nada Ts Eue las nie!es
eternas, el !erde eseralda de las clidas sel!asT, le atrae el rostro en
la onta2a. Apenas destaca a la lu= del le!ante, pero su presencia es tan
Goridable Eue es iposible escapar a Hl. Los o>os de Anaa5a se unen a
los su5os en la conteplacin.
TUPuiHn esV Tsusurra Hl, por Dn, t7idaente.
TEs el Eue nos "a peritido estar >untos.
,+
OLLANTACTAMBO,
COMIENBOS DE 4ALIO DE ,9$:
Desde lo alto de la #ran escalera Eue se le!anta entre las terra=as
sa#radas, el espectculo Eue se oGrece a 6abriel es pasoso. Las
canchas de la parte ba>a del !alle son anti#uas 5 su construccin terin
"ace uc"o tiepo. &ero Manco "a decidido a"ora con!ertir
Ollanta5tabo en su bastin principal? #i#antescas obras ocupan la
estrec"a terra=a Eue doina el para>e. 6abriel aFn no "ab7a asistido
nunca a los traba>os titnicos Eue son necesarios para see>ante obra 5,
d7a tras d7a, apro!ec"ando la libertad !i#ilada Eue Manco le concede,
!uel!e aEu7, Gascinado.
A lo le>os, en la cantera de Cac"icata, centenares de inFsculas
siluetas se atarean en torno a los bloEues de todas diensiones ca7dos
de la onta2a Ne#ra. El !alle resuena con el acopasado #olpear de los
85
artillos 5 los cinceles de piedra 5 de bronce con los Eue,
incansableente, los obreros tallan la roca.
Es una !erdadera uc"edubre Eue se a#ita desde la ladera de la
onta2a "asta las orillas del r7o. Miles de "obres, cada uno de ellos con
una tarea bien deDnida, traba>an desde Eue aanece. Al#unos #olpean
los bloEues a edida Eue son lle!ados a la parte ba>a del !alle. Dndoles
una priera Gora bruta, los liberan as7 de su peso superJuoK lue#o los
transportan en balsa de una ribera del r7o a la otra.
Ia5 Euienes Gabrican las cuerdas 5 cortan los troncos Eue peritirn
arrastrarlos, en la !ertiente opuesta, "asta la cia de Ollanta5tabo.
Otros, !arios cientos, tiran 5 epu>an durante "oras 5 "oras. &ara
ascender cada palo de terreno, centenares de peones accionan
#i#antescos aderos, Eue sir!en de palancas 5 "acen posible Eue la
piedra a!ance iperceptibleente, pero con se#uridad 5 re#ularidad.
La salida de la rapa, Eue desde el r7o perite lle!ar los bloEues "asta
las construcciones, "ori#uea de #ente. &ero all7, el traba>o es s Dno.
Entre el pol!o blanco, slo por edio de esptulas de bronce 5 de piedra,
unos "obres li>an 5 pulen enores bloEues para Eue puedan
ensablarse perGectaente unos con otros. 6abriel obser!a con
Gascinacin una nube de obreros Eue se apretu>an en torno a un onolito
tres !eces s alto Eue un "obre. El bloEue est colocado sobre una
serie de troncos de adera 5 arriado por una red de cuerdas.
Xatari es el >eGe de esa colosal obra. 6abriel lo descubre super!isando,
con su parco estilo, la ediDcacin de un teplo, la de un uro o la Gora
de una roca.
6abriel no duda ni un instante de Eue la epresa de Xatari obedece
re#las precisas, pero no se parece a nin#una de las Eue "a o7do
encionar en relacin con el arte de los arEuitectos, si bien su
conociiento es liitado, ciertaente. Xatari nunca tiene un plano en
sus anos 5 parece ele#ir para los ciientos de los ediDcios los lu#ares
s diG7ciles. &ara ediDcar la ciudad "abr7a espacio entre los dos r7os del
!alle, donde slo "a5 GuentesK pero cierto es Eue LediDcar la ciudadN no
es lo Eue le preocupa. Nada de lo Eue se ediDca est destinado a
!i!ienda.
Nin#una de las nue!as construcciones es, para 6abriel, s isteriosa
Eue los uros del teplo situado a edia ladera, en una !asta e@planada
abierta para dar paso a la ultitud de bloEues 5a preparados.
Mnicaente uno de sus uros est 5a ontadoK lo Goran cuatro
enores bloEues de una sola pie=a. La piedra es rosada. Adopta, a
cualEuier "ora, sorprendentes irisaciones ba>o el sol. Cada bloEue est
separado de su !ecino por lo Eue, para un o>o i#norante, parece una lar#a
ca2a de piedra.
Coo siepre en las s "erosas construcciones incas, nin#Fn
ortero antiene unidas las piedras. Se le!antan, perGectaente
ensabladas, pro!ocadoras e indestructibles. Al acercarse se ad!ierte
Eue la superDcie de tres de ellas est adornada con protuberancias de
estili=ada Gora. 6abriel intenta adi!inar su uso, pero no lo consi#ue.
TUTe parece "erosoV
Xatari suda, pero su rostro de o>os alendrados, de sobresalientes
pulos, "a recuperado la sonrisa. Tiene el torso desnudo, coo los
traba>adores Eue le rodean. 6abriel adira su poderosa usculaturaK sus
86
anc"as anos, cubiertas de un Dno pol!o de roca, parecen capaces de
Euebrar sin esGuer=o a un "obre. Lle!a al cuello una lla!e de piedra
su>eta por una cadenita de oro.
6abriel no intenta ocultar su adiracin.
TEs a#n7Dco, Xatari. Nunca "e !isto nada parecido... Dudo Eue
nuestros e>ores arEuitectos sean capaces de see>antes "a=a2as.
TNo pretendeos reali=ar "a=a2as.
TUC EuH pretendHisV
TLo sabes 5a e>or de lo Eue crees.
6abriel Eueda desconcertado.
TUPuH Euieres decirV
La sonrisa de Xatari se ensanc"a.
TUNo te recuerda nada la Gora de estas piedrasV
Entornando los prpados, 6abriel peranece in!il ante los
onolitos. &oco a poco, una ia#en !a Gorndose en su esp7ritu. Es
des!a7da, anti#ua 5 est asociada a ol!idados suGriientos...
TQTa5pi[alaR Te@claa por DnT. QAll7 "ab7a piedras i#uales a HstasR
Xatari inclina la cabe=a.
TC eso no es todo. AcHrcate.
6abriel entra en la a#ra sobra de ediod7a 5 se acerca uc"o a
las piedras. Son perceptibles e@tra2os relie!es en la superDcie. Cree
reconocer la #eoetr7a de una escalera doble. La parte superior sube al
odo tradicional, ientras Eue la parte inGerior desciende al re!Hs, coo
las onta2as cuando se reJe>an en un la#o. Ms all, en un bloEue
preparado 5 puesto sobre el =calo, las anos de 6abriel encuentran la
"uella de una lla!e en Gora de T.
TQIe !isto 5a al#o as7R Te@claa !ol!iHndose "acia Xatari.
TC en el iso lu#ar Tdice apacibleente el due2o de las piedrasT.
UTe e@tra2aV
TNo sH Tresponde con GranEue=a 6abrielT. No sH lo Eue si#niDca.
T&odr7a contarte Eue esos "uecos Gorados por lla!es de bronce
see>antes a la Eue lle!o al cuello sir!en para encontrar el
epla=aiento de las piedras, 5 Eue esos acuitaientos "an peritido
arriarlas para traerlas "asta aEu7, pero...Se interrupe con los o>os
perdidos en la le>an7a, "acia el norte.
TU&eroV
TSer7a cierto, pero no ser7a suDciente. Ia5 al#o s.
6abriel siente Eue nace en su interior el deseo de saberlo. No es slo
una curiosidad, sino tabiHn la esperan=a de acceder a un undo con el
Eue se "a codeado, desde "ace tanto tiepo, en la i#norancia.
T<es la ciudad, aba>o Tdice XatariT? las canchas, los patios a cu5o
alrededor se distribu5en las !i!iendas, las calle>as Eue dibu>an un plano
en el Eue las l7neas se cru=an. Nunca "e !isto !uestras ciudades,
e@tran>ero, pero las nuestras no debieron de sorprenderte... Mientras Eue
esto...
El bra=o de Xatari describe un arco a su alrededor, 5 su irada se posa
en 6abriel.
TAEu7 Euereos, en cada ediDcio, cada piedra, cada roca, rendir
"oena>e a los dioses Eue nos rodean? a nuestro &adre el Sol, claro est,
pero tabiHn a la Madre Luna, a Illapa el Oa5o 5 a todas esas cubres...
Mira estas terra=as.
87
Alrededor del epla=aiento, el teplo parece en#astado en una
serie de peEue2as terra=as donde "a crecido el a7=.
TNo estn dispuestas al a=ar, 5a lo !es. Oodean el teplo coo un
estuc"e... C para este iso teplo, nuestros astrnoos obser!aron
lar#o tiepo el cielo, el o!iiento de las estrellas 5 los planetas, a Dn
de deterinar su epla=aiento 5 la orientacin de cada uro. Entre
nosotros, la sobra 5 la lu= son un "oena>e a los dioses...
Su#a=ente, 6abriel piensa en las anti#uas abad7as 5 en las i#lesias
de su pa7s. An tenue "ilo se tiende, en su esp7ritu, entre los constructores
cristianos 5 los incas. &ero est deasiado absorto en el relato de Xatari
para detenerse en ello.
TLo Eue te "e dic"o Tdice Xatari con li#ere=aT todos los incas lo
saben... &ero no saben Eue, acercndose a la piedra, irndola,
tocndola, pueden acceder a los s proGundos secretos de nuestra
"istoria, reontarse "asta los tiepos s anti#uos, cuando los incas no
e@ist7an.
TUNo "an sido siepre los incas due2os de estas tierrasV Tse e@tra2a
6abriel.
Xatari r7e.
TLos incas son slo unas #eneraciones de "obres, cobatientes
e@cepcionales pero no in!encibles, coo tF 5 5o sabeos a"ora... TXa
tari lan=a una o>eada a 6abriel antes de prose#uirT? Lle#aron tras unas
ci!ili=aciones cu5a Guer=a espiritual era inensa. Incluso para nosotros
resulta isteriosa, 5 el caino de toda una !ida es coprender aunEue
sea slo una c"ispa de ello.
TLEl Eue est en el Titicaca se "alla 5a en el caino de re#resoN T
urura 6abriel.
TQCa !es Eue sabes s de lo Eue sospec"asR S7, "a5 Eue toar el
caino de Ta5pi[ala 5 el del la#o de los or7#enes. El secreto est en el
a#ua 5 en la piedra, en las cubres Eue se reJe>an eternaente en el
la#o Titicaca. 4unto a ese la#o nac7 5, aunEue i padre abra= la carrera
de las aras, 5o Gui iniciado en el arte de las piedras por i t7o, el apu
&oa C"uca, el "obre Eue con!enci a Tupac Inca CupanEui de Eue
de!ol!iera su esplendor a los santuarios del Sol del la#o Titicaca. &ero
basta 5a, Euiero ense2arte otra cosa. AcHrcate.
Xatari toa de la ano a 6abriel 5 lo coloca >usto ante los dos
onolitos de la derec"a.
TMira bien estas esculturas.
Iace tiepo Eue 6abriel se "a D>ado en ellas. Ia5 tres en cada piedra,
situadas a i#ual distancia unas de otras. A siple !ista parecen
representar Goras alar#adas, s o enos parecidas todas ellas.
TIa5 Eue irarlas realenteK no con los o>os, sino con todo el cuerpo.
Tienes, por as7 decirlo, Eue entrar en ellas...
Al pronunciar estas palabras, la !o= de Xatari se "a "ec"o s ba>a, 5
6abriel capta un le!e teblor. Sin estar se#uro de coprenderlas, intenta
obedecer las palabras del due2o de las piedras. Le parece Eue las Goras
se anian 5 toan !ida.
TAniales Turura !acilando.
TAn anial Eue conoces bien, ai#o 7o.
TQEl puaR
Xatari le ira en silencio, sonriente.
88
TIablas desde "ace un tiepo nuestra len#ua 5 aas a una de
nosotros Tdice con eocinT, pero creo Eue "as toado conciencia por
priera !e= de Eue en estas piedras estaba inscrito tabiHn tu destino.
6abriel parpadea. Ante Hl slo tiene los #randes bloEues de un teplo
en construccin. Sin ebar#o, le parece Eue el undo acaba de cabiar.
Ana nube aislada oculta el sol. El rosado de las piedras se !uel!e casi
#ris.TUPuieres ir s le>osV
6abriel ira a Xatari, estupeGacto. UCo se puede Lir s le>osNV
Xatari obser!a, di!ertido, su turbacin.
TNo te preocupes, "erano 7o. Esta noc"e todo lo Eue "as !isto
!ol!er en sue2os 5 borrar tu iedo de saber. <en, es tiepo 5a de Eue
!a5aos al pueblo.
6abriel le si#ue por las epinadas escaleras Eue se diri#en al caino
tra=ado a lo lar#o del Zilcaa5o. Cuando lle#an a la itad de la
pendiente, un proGundo canto llena todo el !alle. No "a o7do la se2al 5, sin
ebar#o, iles de obreros abandonan su labor. Los de la cantera 5 los de
las GortiDcaciones, los de las Guentes 5 los de los teplos, los canteros, los
carpinteros, los Eue arrastran 5 los Eue cincelan, todos al iso tiepo
se !uel!en "acia el sol 5 entonan un canto de salutacin al astro, Eue, en
el oeste, coien=a a ponerse detrs de las onta2as.
Aun a su pesar, 6abriel le!anta tabiHn las palas "acia el cielo 5, sin
abrir la boca, se une silenciosaente al canto del uni!erso.
,,
OLLANTACTAMBO, A6OSTO DE ,9$:
A !eces Tdice 6abrielT ten#o la ipresin de Eue Xatari "a lan=ado
de nue!o su piedra Eue detiene el tiepo.
TUC EuiHn te dice Eue no lo "a5a "ec"oV
89
Sonr7en abos, 5 la ano de Anaa5a ro=a la de 6abriel. Ante los
des Tes decir, siepre sal!o de noc"eT, procuran no tocarse, pero a
ella le #usta, a !eces, pro!ocarlo con un =arpa=o, una ipre!ista dul=ura,
5 sentir el estreeciiento Eue le recorre. En este uni!erso, !an cada d7a
de piedra en piedra? "acia el Grescor de las Guentes, al teplo del
Ierano.Doble, por el caino donde se alinean los collcas...
4 decir !erdad, !an a donde les #u7an sus pasos, pues su aor
encuentra, en todas partes, donde posarse 5 crecer.
6abriel est deslu"rado.
Ciertas >ornadas son catedrales de silencio, dedicadas a la pura
belle=a, al a=ul del cielo, al paso de los !ientos. Ia5 otras, por el
contrario, en Eue necesitan "ablar interinableente, dec7rselo todo,
contrselo todo... &asan de una len#ua a otra con Gacilidad, sin darse
cuenta, aturdiHndose con las palabras del otro.
&ero tanto callando coo en plena con!ersacin, 6abriel tiene cada
d7a la ipresin de Eue su cora=n se ensanc"a.
Siepre est el isterio de sus o>os a=ules, claro est, por los Eue a
!eces, sin ra=n aparente, pasa la nube de una inEuietud, de un secreto.
No le "ace pre#untas 5 se liita a sondear la proGundidad de sus
respuestasK no es 5a aEuel aante celoso, sobr7o, aEuel soldado
in#enuo. S7, se siente "obreK no realente sabio, pero, en cualEuier
caso, s tranEuilo, 5 para decirlo,busca una palabra Eue le sorprende
cuando la de>a brotar de sus labios? Geli=.
Su !ida pasada re#resa a oleadas? el suGriiento de ni2o rec"a=ado,
los entusiasos de adolescente, do2a Srancisca, la crcel, el sue2o de
libertad 5 de #loria, el deseo de "acerse un nobre... Ad!ierte Eue en
nin#Fn oento "ab7a peritido Eue la idea de Gelicidad le lle#ara al
cora=n. Es tan Gr#il aFn Eue no se abandona por copleto a ellaK pero
cuando cierra los o>os ba>o la caricia del sol, ba2ado por el sentiiento de
la presencia de Anaa5a, le parece Eue la !ida es incre7bleente s
"erosa Eue los pobres sue2os Eue de ella "ab7a tenido.
TUSue2as, puaV
TNo iporta EuiHn de los dos sue2e, siepre Eue el otro estH con Hl
en su sue2o.
Se encuentran a edia ladera, u5 por encia 5a del lar#o trapecio
dibu>ado por las canchas de la ciudad, al#o s aba>o Eue la salida de la
rapa de la cantera 5 las obras del #ran teplo, Eue, a"ora, 6abriel
nunca ira sin pensar en la iniciacin de Xatan. Srente a ellos se dibu>a el
perDl del rostro.onta2a Eue descubri con ella en la priera alborada.
No se cansa de re#resar a Hl 5 conteplar su isterio. &ues aunEue
Anaa5a le re!ele todo el relato de su !ida, aunEue sepa Eue estu!o
>unto al inca en el oento de su uerte, su boca se sella cuando lle#a
la "ora de e!ocar los secretos Eue le conD. Con la bene!olencia T
ilusoria tal !e=T Eue da el aor, 6abriel no la tortura con sus pre#untas.
TCierra los o>os Tdice ella.
)l obedece con una docilidad de ni2o. Acariciando dulceente su
ano, Anaa5a le pide, en silencio, con su esp7ritu, Eue se !ac7e de todo
lo Eue Gue #uerra 5 se abandone, con ella, s all del deseo, s all de
los sentiientos, al a#ua 5 la piedra. Su cuerpo est rela>ado, 5 ella
siente Eue se le "a entre#ado por entero.
90
&uede decirle tan poco... Debe "acer todo el caino soloK no "a5 otro
odo. Cuando "a5a lle#ado al Dnal, las palabras acudirn a su boca. &ero
antes, ella slo puede ostrarle el recorrido del sol 5 el lu#ar de las
estrellas, esperando Eue suba sobre los !ientos, Eue si#a el "ilo del a#ua.
TAbre los o>os a"ora.
6abriel se Grota el rostro coo si lle#ara a la !ida por priera !e=.T
Bueno, UEuH !esV
Los o>os de 6abriel brillan con una risa inGantil.
T<eo Eue te ao, aor 7o, con tanta Guer=a, con tanta !iolencia...
TQNi un o!iiento, puaR SH serio. Die EuH !e7as...
T<e7a lo Eue se !e con los o>os cerrados? anc"as de color Eue bailan
5, cerca de la lu= del sol, una lu= s Guerte, una cali de=... AunEue e
"a5as dic"o Eue no pensara en nada, e recordaba en i caballo blanco
5 sent7a silbar a i alrededor las piedras 5 las Jec"as...
A Anaa5a le palpita el cora=n.
TAl#uien eli#i por 7, Uno es ciertoV UEs lo Eue debo creerV
TNo ten#o respuestas para estas pre#untas, pua. Cuando estHn en
tu interior sabrs lo Eue debas saber.
TMe "ablas con eni#as.
TLo Eue sH, lo sH tabiHn por eni#as. C so5 5o la Eue debo lle!ar i
cuerpo "acia todas las cosas para desciGrarlos...
TLlH!alo, pues Tdice 6abriel, conteniendo de nue!o la risaTK llH!alo
"asta 7 5 descubrirs...
Dulceente, Anaa5a se apo5a en Hl con la li#ere=a de la plua.
Cierra los o>os de nue!o, pero, esta !e=, le es iposible escapar a la pura
5 siple Gelicidad de tenerla >unto a Hl, de sentir su teplan=a 5 su
pasin. C le es iposible pensar en al#o s Eue en el aor. Con sFbito
#esto, tiende "acia ella su bra=oK pero Anaa5a escapa de un brinco 5,
cuando su ano se cierra, slo a#arra sobra 5 !iento.
Ella est de pie, con la irada !uelta "acia los collcas, donde unos
porteadores pesadaente car#ados de>an sus antas llenas de a=orcas
de a7=, !erdes 5 doradas.
T<illa Oa "a !uelto a enGrentarse con Manco esta a2ana...
El rostro de 6abriel se ensobrece. La #uerra... Iablan poco, pero no
pueden i#norar esa #uerra Eue estu!o a punto de separarlosK esa #uerra
de la Eue Hl no se atre!e a pedir noticias, esperando, contra toda l#ica,
Eue cierta a2ana sabrn Eue todo "a terinado con un #ran baile
alrededor del Auca5pata...
TUDesea aFn con!ertire en taborV
TOeproc"a a Manco no "aber atacado Cu=co antes 5 "aber en!iado
e>Hrcitos a cobatir contra los reGuer=os Eue tu &i=arro consi#ui
o!ili=ar, en !e= de concentrar todas nuestras Guer=as contra la ciudad...
Dice Eue, sal!o con un desesperado esGuer=o, la batalla pronto estar
perdida.TUC EuH piensa MancoV
TManco es un #uerrero cu5a deterinacin se "a !uelto in.
Euebrantable por las "uillaciones de 6on=alo...
TEso no si#niDca Eue !a5a a #anar.
TLle#ar "asta el Dn, aunEue esta #uerra no pueda #anarse.
TUC EuH crees tFV
La irada de Anaa5a "u5e de 6abriel "acia la le>an7a.
TCreo Eue al#Fn d7a acabar.
91
6abriel suelta una risita triste.
TIncluso 5o, Eue no poseo secreto al#uno, lo sH tabiHn.
TIncluso 5o, Eue poseo secretos, so5 al iso tiepo la a5or de las
i#norantes. Sin ebar#o, sH Eue el Dn de la #uerra nos "ar libres, pua.
&ero ientras dure...
Anaa5a se "a a#ac"ado a su lado 5 se apo5a en Hl, poniendo la
cabe=a en su "obro.
TNo lo di#as Tsusurra Hl.
Ana "ilera de canteros pasa ante ellos 5, a pesar de su tiide=, 6abriel
siente Eue los obser!an. Iace un o!iiento para le!antarse 5, con una
presin de la ano, Anaa5a se lo ipide.
S7, Xatari lan= la piedra Eue detiene el tiepo, pero la !e 5a ca5endo
5 acercndose al suelo con e@cesi!a rapide=.
El ruor cru=a el !alle a la !elocidad de las "ir!ientes a#uas del
Zilcaa5o. Ia sido lle!ado, de cubre en cubre, antes de Eue los
chaskis lle#uen ante el Mnico Se2or Manco.
Ana parte del e>Hrcito del #eneral Pui=o CupanEui, al ando del alti!o
apu Puispe, re#resa con nuerosas 5 a#n7Dcas presas? aras
espa2olas, !estiduras e, incluso, caballos... Los prisioneros estn a pocos
d7as.
El !alle resuena con los cantos, los tabores 5 las tropas. Los
obreros de>an de traba>ar para adirar la lle#ada de los !encedores.
Nadie "a tocado las aras, Eue se aontonan en unas pari"uelas Eue los
porteadores lle!an con un respeto di#no de la litera del inca.
Ia5 una decena de caballos rodeados, encerrados cada uno por una
!eintena de aterrados cobatientes, cu5os iebros se unen para
Gorar una especie de ron=al "uano destinado a retenerlos.
Cuando la noticia "a lle#ado a Manco, "a Euerido salir al encuentro de
los !encedores con al#unos se2ores de su corteK le "a pedido a 6abriel
Eue tu!iera a bien acopa2arle >unto a su litera, 5 6abriel lo "a se#uido
sin "aber tenido tiepo para pensar en el "onor Eue se le "ac7a.
Al pie de las GortiDcaciones de C"oEuana, a#uardan. Incluso <illa Oa
est a"7, aunEue se antiene s atrs, encerrado en un silencio "ostil 5
despecti!o.
TPuisiera e@ainar conti#o el uso de todas estas cosas Tdice,
sonriendo, Manco a 6abriel, tras "aber ba>ado de la literaT. Puiero
conocer el odo de !i!ir de tu pueblo.
6abriel !e u5 bien Eue est irando las aras. Calla ientras todos
los o>os se !uel!en "acia Hl.
TNo esto5 se#uro de Eue te sean Ftiles, Mnico Se2or Manco Tdice por
Dn.
T&ues e da la ipresin de Eue !an a sere u5 Ftiles. No
coprendo lo Eue Euieres decire. Necesito Eue e lo e@pliEues...
AGortunadaente para 6abriel, cu5a turbacin auenta sin cesar, el
tuulto de la tropa est u5 cerca.
Mientras apu Puispe se prosterna a los pies de Manco, los se2ores se
acercan en silencio a las pari"uelas del bot7n? espadas, escudos, lan=as,
orriones, cotas de alla, petos de cuero e, incluso, pie=as de artiller7a...
Cada una de las pie=as "ace Eue el cora=n de 6abriel dH un salto, pues
92
despiertan en Hl, en desorden, las i#enes de las batallas en las Eue "a
participado. Si le Euedaba al#una duda sobre la duracin de la #uerra, "a
desaparecido 5a.
Tras las aras !ienen unos porteadores a pie Eue desplie#an sus
antas, 5 lue#o dos pari"uelas atestadas de una !ariedad de esas
inFtiles riEue=as Eue, desde "ace dos a2os, "an lle#ado de Espa2a?
brocados 5 sedas, telas de Dno pa2o, pero tabiHn >arras de !ino,
conser!as 5 otros #Hneros. Incluso "a5 cerdos !i!os, cu5os laentables
#ritos 5 cu5o aspecto arrancan uecas asEueadas de los indios, Eue
procuran peranecer ipasibles ante esos tesoros.
Los caballos despiertan la adiracin de todos. No estn tan le>os los
tiepos en los Eue al#unos se pre#untaban si el >inete 5 su ontura
Goraban un solo 5 iso ser de Gabuloso poder. 6abriel recuerda el
iedo de los "obres de Ata"uallpa, en Ca>aarca, 5 el Guror del inca...
AEu7, la a5or7a de los indios nunca "ab7an tenido ocasin de acercarse a
los caballos, Eue les estn estrictaente pro"ibidos por los espa2oles,
coo las aras de acero, so pena de uerte. Tener al#unas en su
posesin es una !ictoria Eue les llena de or#ullo.
TUPuH te pareceV Tpre#unta Manco.
TNo !ale el rescate de tu "erano Ata"uallpa Tdice 6abriel con !o=
neutraT, pero puedes estar contento.
La prudencia del conEuistador "ace sonre7r a Manco, Eue se aparta 5
"ace un si#no al #eneral !encedor para Eue se le!ante.
TCuHntae tu !ictoria, apu Puispe, 5 "abla en !o= alta para Eue
nin#uno de nosotros i#nore las "a=a2as de los cobatientes incas.
TEl e>Hrcito al ando de tu Del #eneral Pui=o CupanEui sorprendi a
un destacaento e@tran>ero de setenta >inetes 5 otros tantos
cobatientes a pie. Iban todos bien arados. Se diri#7an a socorrer a los
de Cu=co. Durante d7as 5 d7as los se#uios sin Eue adi!inasen nuestra
presenciaK les esperaos en el desDladero del r7o &apas, cuando
acababan de atra!esar la puna de Iuaitara. Los recibios a pedradas 5
pudios as7 atar a la a5or parte. Los super!i!ientes estn prisioneros
5 nos si#uen bien escoltados. Ie aEu7 sus caballos.
El soldado no est acostubrado a e@presarse. Sus Grases son bre!es
5 entrecortadas, 5 su !o= ronca no resuena ientras antiene los o>os en
sus sandalias.
TULo o5es, <illa OaV Tpre#unta Manco, !isibleente encantado.
El sabio no responde.
TIa5 s noticias Ta2ade el "obre.
TDilas.
El "obre !acila, intiidado.
TTu #eneral Pui=o CupanEui sabe Eue otra Guer=a espa2ola se acerca 5
se prepara para destruirla tabiHn, con la a5uda de Inti. &ero "eos
recibido, asiiso, ensa>es procedentes del sur...
La irada de Manco se iluina. El sur es la direccin en la Eue se
encuentra su "erano &aullu con su e>Hrcito, prete@tando apo5ar la
conEuista de Die#o de Ala#ro, el #uerto. En cuanto recibiera la noticia
del ataEue a Cu=co, ten7a Eue destruir por sorpresa a su Lnue!o ai#oN
para re#resar a la capital inca 5 unirse al le!antaiento #eneral.
TUSe "a puesto en caino i "eranoV
TS7, Mnico Se2or, pero...
93
TU&eroVTAcopa2a al e>Hrcito de Ala#ro 5 le oGrece a5uda en todo,
coo desde su partida. Ades, "abiendo tenido ocasin, durante !anos
cobates, de inJi#ir da2os a los e@tran>eros, no slo no "a dado la orden
de "acerlo, sino Eue se "a aliado con ellos.
TUAliadoV UMi "eranoV Si no e "ubieras tra7do la noticia de la
!ictoria de Pui=o, te "ar7a cortar los labios 5 la len#ua por "aber dic"o
see>ante ipiedad.
TQ&ues "abr Eue cortar los labios 5 la len#ua de uc"os se2ores,
MancoR
La !o= de <illa Oa sorprende a todo el undo. Es seca 5 sibilante.
TTodos sabeos Eue tu alian=a con &aullu slo e@iste 5a en tu
esp7ritu...
TQMi "erano nunca !a a traicionareR
TTienes ra=n, Manco? no necesitar traicionarte porEue te "a
traicionado 5a, 5 slo tu in#enuidad 5 tu debilidad de>an de !erlo.
La rabia "ace teblar a Manco.
T<as a callar, Galso sabio. En nobre de nuestro padre Iua5na Capac
5 de la a5uda Eue anta2o e proporcionaste, no te des#arro con is
propias anos, coo tus palabras erecen.
<illa Oa calla, pero su irada no se aparta.
El cora=n de 6abriel palpita con #randes latidos. Es la priera !e=
Eue es testi#o de see>ante estallido de tensin entre los incas, 5 nada
bueno !e en ello para el Guturo. La #uerra le "a alcan=ado antes de lo Eue
cre7a, 5 siente Eue no le abandonar 5a.
Manco, espueando, se diri#e "acia las prieras pari"uelas donde se
aontonan las aras. Toa una espada 5 la blande con Gacilidad.
TIe aprendido, <illa OaK "e aprendido del relato de la #ran
atan=a. Ie aprendido Eue Hraos coo ni2os ante ellos cuando nos
de>baos de#ollar, 5 e "e proetido Eue eso no suceder7a nunca s.
Ie aprendido de la terrible #uerra entre nuestros "eranos Ata"uallpa 5
Iuscar, 5 tabiHn "e proetido Eue eso no !ol!er7a a suceder. Antes de
su partida con el "obre del Fnico o>o, i "erano &aullu 5 5o "icios el
>uraento de san#re, el Eue est desde siepre entre nosotros... C
a"ora, por priera !e=, toaos sus aras, los !enceos en batallas,
los asediaos 5 !eos el iedo, el !erdadero iedo brillando en el
Gondo de sus o>os, 5 tF e "ablas de i debilidad 5 cuentas le5endas
sobre i "erano.
Manco "ace #irar la espada 5 oGrece la "o>a al sol.
TLos derrotarH TaullaT con nuestras aras 5 con las su5asK los
derrotarH en las onta2as 5 en los llanos, en las rocas 5 en el ar saladoK
los derrotarH, los destruirH 5 los oGrecerH en sacriDcio a los dioses, para
Eue nuestra tierra recupere la pa= 5 el poder7o pasados.
Manco calla. La ultitud peranece silenciosa, apenas recorrida por
un urullo. Manco de>a caer el ara 5 se diri#e "acia los caballos. Ante
Hl, los "obres se apartan 5 caen boca aba>o.
T<o5 a ontar sus caballos Tdice Manco en un tono s tranEuilo,
de pronto.
TUPuiHn !a a ense2arteV Tpre#unta 6abriel.
TTF.
94
,*
OLLANTACTAMBO, <EOANO DE ,9$:
6abriel "a ensillado los dos caballos "abiHndoles con dul=ura,
acopa2ando sus precisos o!iientos con al#unas paladas
aGectuosas. Todos los o>os estn cla!ados en Hl 5 e!ita cualEuier
brusEuedad. Cuando terina de su>etar la cinc"a del #ran caballo blanco,
lan=a una o>eada a Manco para re#ular la lon#itud de los estribosK se
reser!a un "eroso ala=n, cu5o pela>e leonado e inteli#ente cabe=a lo
"an seducido. LTF sers el terceroN, piensa con una sonrisa. Lue#o les
pone el bocado 5 la brida, 5 se acerca al inca.
TEstaos listos.
Manco est sorprendido. No es adecuado a la di#nidad del inca
e@ponerse a la torpe=a ante los se2ores, 5 a poca distancia de iles de
o>os, pero 6abriel le e!ita el ries#o.
TCainareos lle!ndolos de la brida "asta el puente. De todos
odos, teneos Eue cru=arlo a pie. C ontareos lue#o, al abri#o de las
iradas, en el recodo del caino, antes de entrar en la ciudad. UTe
parece adecuado, Mnico Se2orV
Manco "a toado la brida sin !acilar e inclina la cabe=a.
TQNo le escuc"es, MancoR Te@claa <illa OaT. No ol!ides de dnde
!iene 5 Eue puede tenderte una trapa.
TMe #ustabas s en silencio Treplica Manco, ale>ndoseT. Pue
nin#uno de !osotros se ue!a de aEu7 antes de "abere !isto entrar por
delante del e@tran>ero en la ciudad.
Desde C"oEuana, el caino es recto, JanEueado a cada lado por un
Frete bien dispuesto. 6abriel lo "a recorrido prisionero, atado,
adirando, coo a tra!Hs de una brua, el paisa>e de la ciudad, de las
terra=as 5 del teplo. &iensa en esa iron7a? lle!a a"ora un caballo de la
brida, #uiando solo al inca, pri!ile#io Eue, sin duda, Fnicaente est
reser!ado a Anaa5a 5 a un reducido #rupo.
TQDebo darte las #racias de nue!o, Mnico Se2or MancoR
Manco intenta no !ol!erse u5 a enudo para !i#ilar los ipre!istos
o!iientos del anial, Eue le si#ue con aparente docilidad. 6abriel
ad!ierte Eue lle!a la brida ni deasiado corta ni deasiado lar#a 5 Eue
su cuerpo no aniDesta nin#una crispacin, nin#una aprensin.
TCa te lo "e dic"o? no debes a#radecHrelo a 7, sino a Anaa5a.
Ella e "abl de ti "ace 5a uc"o tiepo 5 sH Eue tu uerte la "abr7a
desesperado...
TTabiHn sabes Eue teneos enei#os counes...
El rostro de Manco se ensobrece.
TEl tal 6on=alo &i=arro es un ser sur#ido del Mundo de Aba>o, un
onstruo al Eue "abr7a Eue destruir.
TTal !e= no i#nores Eue lo intentH 5 puse en peli#ro i !ida. Teo
Eue, tras la uerte de 4uan, adEuiera un poder sin l7ites...
95
TNada coprendo de todo eso Tdice MancoT 5 no Euiero
coprenderlo. &ara 7, todos esos "eranos tienen el rostro de los
e@tran>eros Eue Euieren arrebatrnoslo todo. SH Eue Ata"uallpa conD en
el Aapitu &i=arro 5 sH lo Eue Gue de Hl.
TC sin ebar#o, "as conDado en 7.
Manco no responde al coentario. Los dos "obres cainan en
silencio, 5 6abriel adira las terra=as a pico. An centenar de pasos ante
ellos, !e el puente col#ante 5, en edio del r7o, el inslito pilar de piedra
Eue lo sostiene.
TNo e #ustan esos "obres, Mnico Se2or MancoK no so5 su ai#o.
Cuando "a sido preciso cobatir, "e cobatidoK pero se#uro Eue la
princesa Anaa5a te "a dic"o Eue nunca "e Galtado a i palabra 5 Eue
espero la pa= para !uestro pa7s...
TUEres su re5V UMandas sus e>HrcitosV
TSern necesarios "obres coo 5o, Mnico Se2or Manco, cuando
esta #uerra "a5a terinado...
TSlo "a5 un odo de terinar esta #uerra? Eue nosotros la
#aneos.
Le toca a 6abriel, a"ora, peranecer silencioso.TIe aprendido a
conocer !uestra "istoria Tdice por DnT 5 creo Eue "a5 en !osotros una
sabidur7a Eue !ale tanto coo la nuestra. &ero se necesita tiepoK se
necesitan palabras 5 re#alos...
TIe tenido Eue respetarte por la Guer=a 5 creo Eue eres un "obre
!alerosoK te concedo el apodo de puma Eue te dieron... &ero Uco e
"ablas de tiepo 5 de re#alos, de sabidur7a 5 de buenas palabras cuando
los tu5os slo e "an supuesto rabia 5 destruccin, pilla>e 5 "uillacinV
UDebo escuc"arte slo a ti e i#norar los teplos destruidos, las u>eres
!ioladas, las traiciones, los robos, i pueblo reducido a la escla!itudV
UDebo ol!idar lo Eue 5o "e suGridoV
TUEsts se#uro de Eue Euieres cru=ar este puente solo coni#oV
TNo lo coprendes. Puiero Eue e #u7es por este puente. Puiero Eue
e ense2es a ontar estos aniales. Puiero Eue nos uestres el ane>o
de las aras, su Gabricacin... Puiero Eue nos a5udes.
TCru=arH priero 5o Tdice 6abriel, !endando los o>os a los caballos.
TQCa "e cru=ado antes puentesR
TQEn la litera del incaR
TAntes de conocer las literas, Gui un Gu#iti!o 5 un !a#abundo...
CrHee, "e cru=ado uc"os puentes por los Eue tF no pasar7as.
TA#uarda a Eue lle#ue al pilar central del puente para ponerte en
arc"a. Me detendrH 5 te a5udarH si es preciso.
TNo ser necesario.
Al pasar las dos colunas Eue arcan la entrada del puente, 6abriel
adira la decisin de Manco, pero eso no disinu5e la proGunda an#ustia
Eue le "abita. En pleno aanecer aFn, se sent7a lleno de una tranEuila
certe=a, 5 la lu= de los o>os de Anaa5a daba respuesta a todas las
pre#untas. &ero las palabras de Manco le "an ipresionado 5 le "an
"ec"o !acilar. Le turban s Eue las prieras ondulaciones del puente.
Es iposible i#norarlasK es iposible liitarse a las respuestas torpes,
pretenciosas, Eue "a dado...
El ala=n lo si#ue con notable docilidad.
TTienes Eue a!an=ar con paso re#ular para no asustar al caballo.
96
TSH lo Eue "a5 Eue "acer Tdice Manco.
Su eno>o es tan !isible Eue 6abriel no le olesta con s conse>os.
Siente la tranEuilidad del ala=n Eue le si#ue, 5 la ondulacin del piso del
puente col#ante no le desconcierta 5a coo anta2oK a"ora tabiHn las
a#uas Eue le!antan los "er!ores le son Gailiares.
Sin ebar#o, cuando siente ba>o sus pasos la plataGora slida del
pilar, est a punto de caer 5 debe a#arrarse a la slida cuerda de Dbra de
pita Eue sir!e de barandilla para no perder pie. Al otro e@treo del
puente, sola, los a#uarda Anaa5a.
A !eces, a Guer=a de !erle en su ata!7o indio, Anaa5a ol!ida Eue
6abriel no es de los su5os. AunEue pronuncie al#unas palabras en
Euec"ua con un e@tra2o acento, aunEue al#unos d7as los pelos rubios
in!adan su rostro, nada e@tran>ero siente 5a en Hl.
&ero !iendo a lo le>os su silueta ientras #u7a un caballo, "a recordado
Gulinanteente su prier encuentro, cerca de Ca>aarca, 5 la
ipresin Eue esos aniales "ab7an "ec"o en Ata"uallpa 5 los su5os. An
inesperado estreeciiento de pnico la sacude antes de Eue se
sobrepon#a.
6abriel se acerca 5 ella percibe su asobro. Cincuenta pasos s
atrs !e a Manco lle!ando el #ran caballo blanco.
TU&or EuH "as !enidoV
TTabiHn 5o Euiero Eue e ense2es a ontar a caballo Tdice
Anaa5a.
El caino "ace un recodo Eue los oculta de las indiscretas iradas de
los se2ores Eue "an acopa2ado a Manco. Estn deasiado le>os de la
puerta de la ciudad para Eue desde all7 los !ean.
Manco no "a aniGestado sorpresa al#una !iendo a Anaa5a 5 nada
"a pre#untado cuando 6abriel "a acortado, para ella, los estribos. 6abriel
los e>ercita uno tras otroK les ense2a con !o= sua!e a ontar en la silla
sin asustar al anial, a su>etar la brida, ni u5 corta ni u5 lar#a, a ir al
paso.
An capo cu5a Euinua "a sido 5a cortada le sir!e de picadero 5 los
conduce, uno tras otro, su>etando los caballos con un ron=al.
Dice? LQ<aosRN Dice? LQDespacioRN
A Anaa5a le #usta el sonido de su !o= dando rdenes 5 le #usta la
conDan=a Eue nace en ella, sus piernas desnudas rodeando aEuel cuerpo
!i!o, tan e@tra2o 5 lleno de una potencia Eue sabe teible. Obser!a a
Manco, aluno aplicado, ipaciente, cu5os talones desnudos aprietan
los loos del caballo blanco coo para decirle Eue es 5a su due2o.
Cuando doinan bastante el paso, 6abriel inicia el prier trote.
Anaa5a contepla con sorpresa el porte de Manco, Eue parece "aberse
adaptado con naturalidad al rito del caballo blanco. Cuando le lle#a el
turno, se acostubra tabiHn sin diDcultades a aEuel o!iiento
entrecortado, de>ndose resbalar coo a lo lar#o de un r7o.
6abriel suda.
TPuiero ir s de prisa Tdice MancoTK Euiero ir a la !elocidad Eue
lle!is cuando !ais lan=ados.
97
TUAl #alopeV
TAl #alope.
TTe caer7as Tdice 6abrielT. Necesitas aFn lecciones. Acostubrarte
al caballo 5 Eue el caballo se acostubre a ti...
TQPuiero ir al #alope "o5R
Ia Gruncido el ce2o, Grente de ni2o Eue Anaa5a conoce desde el d7a
del huarachiku, "ace 5a tantos a2os.
6abriel, sin decir una palabra, suelta el ron=al 5 ec"a una o>eada a
Manco. Dando una palada, alentndolo con un #rito, lan=a al caballo,
Eue !acila 5 sacude la cabe=a coo si intentara reconocer al Eue lo
onta. Entonces, 6abriel, apretando los dientes, le a=ota la #rupa con el
e@treo del ron=al. Se lan=a en se#uida a un trote ner!ioso, eno>ado,
atra!esando el capo en l7nea recta. Manco es sacudido coo una
arioneta 5 pierde los estribos. Sus anos, por unos instantes, buscan
"acer presa. Se a#arra a la crin, pero las caderas se le babolean de
derec"a a i=Euierda. El ala=n no da treinta =ancadas antes de Eue Manco
resbale por los loos 5 cai#a pesadaente, soltando un ronco #ru2ido.
TU&or EuH le "as de>ado Eue lo "icieraV Tpre#unta Anaa5a, Eue "a
peranecido >unto a 6abriel.
TUAcaso no e lo "a pedidoV
All7, a lo le>os, Manco se le!anta, esbo=ando un #esto de clera "acia
el caballo, Eue se "a detenido a pocos pasos 5 lo ira con o>os
indiGerentes. El inca !uel!e "acia ellos sin Euerer Grotarse los iebros,
Eue deben de estar doloridos.
TBueno Tdice 6abriel sin conteplacionesT, Ucrees a"ora lo Eue te
"e dic"oVTQPuiero !ol!er a epe=arR
6abriel suspira.
Durante toda la tarde 5 "asta el anoc"ecer, 6abriel e>ercita a Manco,
Eue no se cansa de caer, de le!antarse sin una protesta o un #rito, sin un
#esto de despec"o.
An ser!idor "a ido a buscar el ala=n 5 se antiene apartado,
!ol!iendo la espalda al Mnico Se2or. Anaa5a contepla sipleente a
6abriel, adirando la sobriedad de sus palabras, su paciencia, sintiendo
poco a poco Eue la !iolencia de Manco se doestica, se adapta al anial.
Cuando el sol coien=a a ocultarse detrs de las onta2as, Manco
consiente, por Dn, en ba>ar del caballo.
TNos ense2ars Tle dice a 6abrielTK a 7 5 a los se2ores. Lue#o nos
ostrars el ane>o de la espada, la pl!ora...
TNo "arH eso Tdice 6abriel.
TUNo ests contra 6on=aloV
TDepuse las aras cuando toaos la Fltia torre de
Sacsa5"uaan, Mnico Se2or Manco, 5 >urH Eue nunca s !ol!er7a a
toarlas, ni contra los tu5os ni contra los 7os.
Anaa5a contepla a abos "obres, er#uidos uno Grente a otro.
6abriel se obli#a a la tranEuilidad de los #estos ientras desensilla el
caballo blanco, cu5os Jancos estn epapados de sudor. Manco se
antiene in!il, con los o>os 5 la boca alar#ados coo una rendi>a a
causa del Guror.
TUPuH si#niDca ser el puaV Tpre#unta Manco, !ol!iHndose "acia
Anaa5aT. UCoer nuestro a7= 5 nuestra EuinuaV UApartarte de tus
98
deberes para con el Ierano.DobleV UPuH es esta especie de pua,
desconocida en nuestras onta2as, Eue se nie#a a cobatirV
TEst diciendo la !erdad TaDra tranEuilaente Anaa5a.
TULa !erdadV
Manco los contepla uno tras otro, incitado por la !iolencia 5, lue#o,
por la iron7a. Calla. El canto nocturno resuena en todo el !alle, de terra=a
en terra=a, 5 una lu= dorada desciende sobre las canchas.
TLa #uerra e@iste, lo Euieras o no, e@tran>ero. La #uerra e@iste porEue
slo puede ser as7 desde Eue !iolasteis nuestra tierra...
TNo di#o lo contrario, Mnico Se2or Manco.TUCo puedes, entonces,
no estar ni con un bando ni con el otroV
E@tra2aente, la a#itacin de 6abriel se "a calado, coo si para Hl
se abriera una !erdad Eue, "asta entonces, le "ab7a peranecido oculta.
TTal !e= ser el pua sea precisaente eso Tdice Anaa5a.
Ana !e= s, los labios de Manco peranecen cerrados. Su ano se
le!anta "acia 6abriel, pero sin aena=a, con una intencin Eue no lle#a a
coprender. Si#ue in!il. Manco esbo=a, incluso, una li#era sonrisa.
TEnsilla de nue!o este caballo Tdice MancoT, te lo rue#o, e@tran>ero
Eue no cobate, pua Eue no des#arra, Q5 iraR
6abriel lo "ace 5 a5uda a Manco a subir a la silla.
El inca se ale>a "acia la ciudad, priero al pasoK lue#o, al trote, 5 por
Dn, a un #alope Eue le!anta el pol!o del caino.
Cuando slo !en un punto ne#ro en el "ori=onte de los uros de la
ciudad, o5en el claor Eue se le!anta, s Guerte Eue los cantos, s
proGundo Eue las tropas 5 los tabores.
Con lento paso, 6abriel se diri#e al ser!idor Eue "a peranecido,
durante todo aEuel tiepo, !uelto de espaldas 5 su>etando el caballo por
la brida. L<eN, le dice al "obre cu5os o>os no se separan del suelo, coo
si Hl, 6abriel, Guera el inca. El ser!idor desaparece corriendo.
6abriel onta de un #il brinco, recuperando el cuero Gailiar de la
silla, el aado calor del anial. Se inclina "acia Anaa5a 5 le tiende los
bra=os. Ella se a#arra a Hl, conDada.
<an al paso, lo s lentaente Eue pueden. Mientras la noc"e cae 5 la
oscuridad los suer#e 5 los prote#e, no necesitan palabra al#una para
sentir una poderosa nostal#ia.
Es la del >inete Eue, al iso tiepo Eue cabal#a, lle!a en sus bra=os
a la u>er Eue aa.
Es la del d7a de Ca>aarca, cuando la arranc de los pataleos 5 la
atan=a, 5 su destino se le apareci, por priera !e=, en un torbellino de
pol!o 5 sudor.
,$
OLLANTACTAMBO, OCTABOE DE ,9$:
99
En el patio de la cancha real, las sobras se a#itan en la oscuridad,
Grotando el suelo con sus sandalias de pa>a. Se trate del #ran Iua5na
Capac, de Ata"uallpa o de Manco, los dioses Euieren Eue el ser!icio del
inca Tel Ii>o del SolT se lle!e a cabo de acuerdo con los ritos 5
costubres. Lo Eue "a sido es de nue!o, lo Eue es ser... Los !estidos del
inca, de la s Dna lana de !icu2a, slo se lle!an una !e=K su ano no
toca el alientoK se conser!a de Hl "asta el enor cabello... &ara Eue as7
sea, una incesante dan=a, bien ordenada 5 silenciosa, no de>a de
rodearlo.
En itad del patio "a5 una Guente. Est copuesta por una siple
piedra cuadrada, en cu5o centro brota el a#ua, Eue Ju5e en las Cuatro
Direcciones por cuatro canales de piedra tallados en el bloEue 5 Eue
atra!iesan lue#o el patio. La ener#7a del a#ua !a "acia el centro antes de
diri#irse, de nue!o, a irri#ar el Iperio de las Cuatro Direcciones...
Cada d7a Eue pasa, Anaa5a ad!ierte esos detalles Eue Gueron tan
naturales, coo el aire Eue respiraba, 5 sobre los Eue a"ora se interro#a.
Desde Eue tu!o la !isin, siente la secreta #rieta en el cora=n del
Iperio? lo Eue es eterno debe peranecer, pero no todo est destinado
a ello, 5 tal !e= cierto s7bolo, Eue cre7an Eue iba a durar siepre, slo
sea para los dioses el aleteo de un colibr7.
Al otro lado del cortina>e, Anaa5a o5e las dos !oces? la enternecida 5
#ru2ona de Manco, 5 la del "i>o Eue preDere, el peEue2o Titu Cusi, Eue le
dio una u>er Eue uri en el parto. Su esposa, la dulce 5 "erosa Curi
Ocllo, !ela "o5 por Hl con aor.
Mientras estaba en Calca, Manco no se ocup de su "i>o, pero lle#ado
a Ollanta5tabo lo lla a su lado 5 no pasa noc"e sin >u#ar con Hl.
TQMs GuerteR Q<aos, con los talonesR Tdice la !o= #ra!e de Manco.
TQ<en#a, s de prisa aFnR Tdice la !o= a#uda, sobree@citada, del
uc"ac"ito.
Anaa5a cru=a el cortina>e sin Eue se opon#an los dos #uardias, Eue,
ipasibles, !i#ilan la puerta del Mnico Se2or.
A la lu= de las antorc"as, !e a Titu Cusi cabal#ando sobre su padre 5
#olpeando sus caderas con #randes olinetes.
TQMs de prisa, caballoR QMs de prisaR Tlo incita.
Manco se ue!e a brincos por la alGobra 5 los alo"adones Eue
cubren casi por copleto la estancia, 5 es para Anaa5a una !isin s
inslita aFn la de ese caballo.inca ontado por un o=albete Eue da
saltos entre pluas 5 los s Dnos cumbis.
TQMira, Anaa5aR Tdice Titu CusiT. SH ontar a caballo, coo i
padre.
Con un #il o!iiento, Manco "ace resbalar a su "i>o "asta el suelo 5
lo toa en sus poderosos bra=os para besarlo "asta a"o#arse.
T<ete a"ora Tdice de>ndolo en el suelo.
El ni2o, cu5os cabellos lar#os 5 ne#ros enarcan un rostro iluinado
por dos o>os brillantes de alicia e inteli#encia, corre por la "abitacin.
TQIasta a2ana para la leccin, caballoR QPue estHs listoR T#rita.
Anaa5a sonr7e a Manco.
TDe entre todos los "eranos, Hste es el ele#ido, Uno es ciertoV
El rostro de Manco se "a ensobrecido.
100
TEs el a5or... Es el Eue e aporta su ipulso, su conDan=a... Ia sido
criado por Curi OclloK se alient con la lec"e 5 la Guer=a de la u>er a la
Eue ao. Cuando est en is bra=os, pienso en el aor Eue siento por la
Coya 5 ol!ido por un instante las preocupaciones de la #uerra 5 tu
ausencia.
Las Fltias palabras "an restallado con triste=a.
TUMi ausenciaV
TSH Eue ests aEu7, sH Eue te ocupas del Ierano.Doble, pero...T
U&eroV
TTen#o la ipresin de Eue te "as arc"ado 5a con Hl 5 la suerte de
nuestra #uerra te es indiGerente.
TTe eEui!ocas, Manco. Oi#o "ablar de nuestros H@itos con ale#r7a, 5 el
ruor de nuestras derrotas e entristece el cora=n. &ero las palabras de
tu padre Iua5na Capac no de>an de resonar en 7, 5 !an s all de la
#uerra.
Manco suelta una seca risita.
TUIa5, pues, un s all de la #uerraV Siepre "as estado a i lado,
Anaa5a. Me ipulsaste a diri#ir la re!uelta 5 eres tF, a"ora, la Eue e
"abla del s all de la #uerra. QEn el oento decisi!oR Mi Euerido
"erano Pui=o CupanEui "a Gracasado en su ataEue a Lia. Ia uerto
en el cobate. &or Gortuna, Illac Topa 5 Tisoc, 5 uc"os s, "an toado
el rele!o. &ero U5 tFV Me parece Eue no "ace tanto tiepo Eue tF isa
"abr7as lan=ado piedras con la "onda para "acer esta #uerra. UPuH te "a
sucedido para Eue 5a slo Euieras !er s allV
T<o5 a dec7rtelo, "erano Manco.
Anaa5a le "abla a Manco lar#o rato. E!oca con ternura su "istoria,
iniciada cuando ella era slo una >o!en princesa Eue "ab7a escapado por
los pelos de la uerte. )l le recuerda la serpiente Eue apart de su
cainoK "ablan de 6ua5par, el enei#o >urado, 5 del ruor Eue aDra
Eue "a aparecido de nue!o diri#iendo un e>Hrcito >unto a los espa2oles.
Durante todo aEuel tiepo, Anaa5a !acilaK las palabras de Iua5na
Capac estn en ella? LSabrHis lo Eue debe antenerse en silencio 5 lo
callarHis.N UPuH debe callar 5 EuH debe decir a MancoV
T&roet7 Euedare conti#o 5 e Euedo conti#o. Lo proet7 cuando
e encontraste con los e@tran>eros 5, desde entonces, sabes Eue "e
cuplido i proesa.
TIe "ablado con Xatar7 5 calla. Te "ablo 5 callas tabiHn. SH Eue "as
cuplido tu proesa, 5 nunca "as o7do un reproc"e Eue brotara de i
boca. UIas !isto co te ira el sabio <illa OaV UMe "as o7do decir una
sola palabra Eue aliente sus aena=asV &ero tu silencio, tu silencio pesa
en 7, resuena en 7 durante la noc"e 5 e pre#unto...
Mientras Hl cuenta sus dudas, Anaa5a o5e la terrible !o= de Iua5na
Capac? LC nosotros, los incas, tendreos Eue ser "uillados, escla!os de
la !er#Wen=a... &ero no orireos... La san#re del "erano, la san#re del
ai#o, se derraan con s #enerosidad Eue la del enei#o? es la
se2al.N
T... e pre#unto por EuH cobato si &aullu 5 tF, Eue "abHis estado
coni#o desde el coien=o, os apartis de 7. Incluso <illa Oa piensa
en "acer la #uerra por su lado. Illac Topa est al norte, 5 Tisoc, al sur,
101
pero pocas !eces e rinden cuentas. QCada cual por su ladoR QEs una
locuraR
Anaa5a Euisiera responderle, pero se da cuenta de Eue no "a5
respuesta. No puede decirle Eue, sin duda, las palabras de Iua5na Capac
lo condenanK su silencio lo encierra en una #uerra ine!itable donde est
solo, coo un ni2o Eue cobatiera con las sobras, con los rboles.
TTF e alentabas Tprosi#ue MancoT, tF e llaabas el Lprier
nudo de los tiepos GuturosN... Eso no si#niDcaba nada, era puro ruido,
un soplo de !iento nada s...
TEres !aleroso, MancoK la noble=a arde en ti coo una llaa.
TQ&ero no ser!ir de nadaR Si aprendo a ontar a caballo, el caballo
caerK si ane>o la espada, se roperK si il Jec"as eprenden el
!uelo, !ol!ern a caer...
TLo Eue tu padre e di>o Tarticula a re#a2adientes Anaa5aT
resulta oscuro para 7 isa. Le do5 !ueltas a las palabras 5 se e
aparecen ientras duero, a odo de un sue2o, coo eni#as Eue
nunca consi#o desciGrar. &ero cuanto s estn en 7, s i#norante e
siento. Slo sH Eue esta destruccin tiene un Dn... &ero no sH lo Eue !iene
despuHs.
TUC ese Dn es el nuestroV
TDir7#ete a Xatari? Hl conoce los tiepos.
Manco da !ueltas entre sus dedos a una piedra ne#ra de a#udas
aristas. La de>a caer ante sus pies.
TEl "obre Eue lo puede todo no puede nada TsuspiraT, Uno es
ciertoV
Ana !e= s, Anaa5a debe callar.
TDe todos odos, "a5 al#o Tdice.
TUPuHV
TEl pua.
La respiracin de Anaa5a se acelera 5 la e@pectacin Eue la "ab7a
abandonado asoa de nue!o.
TTen7a Eue a5udarnos 5 sus palabras deuestran Eue no es as7.
T&uede a5udarnos sin lle!ar aras.
Manco barre la ob>ecin con un #esto despecti!o.
TUPuH si#niDca un ai#o Eue no cobate cuando tu enei#o atacaV
QAn cobarde, nada sR
TSabes u5 bien Eue es !aleroso.
TLo sH. &ero sH tabiHn Eue si <illa Oa escuc"a las palabras del loco
de tu pua, ser e>ecutado 5 nada podrH "acer para oponere. No
Euieres o7r el ruor Eue ru#e contra Hl en las terra=as 5 "asta en la
canteraK a todos los Eue estn aEu7 les #ustar7a asistir a su sacriDcio...
TQTF no lo peritirsR
Manco respira despacio.
TEso es lo s e@tra2o. No, no lo peritirH Tresponde tras unos
oentos.
102
,8
OLLANTACTAMBO, OCTABOE DE ,9$:
El rostro Eue est ante Hl "a #eido antes de orir. La boca se !e
deGorada por un rictus Eue se "a detenido en un suGriiento 5 un iedo
atroces. Nunca se sabr lo Eue "a ocurrido en aEuella irada, pues le
"an sacado los o>os? su ca!idad es slo un ontn de carnes pFtridas, de
san#re ne#ra 5 costras edio Goradas.
Con una nusea, 6abriel se !uel!e para no !oitar.
Oeina en la aplia a!enida Eue ba>a desde las canchas "asta el r7o
Zilcaa5o una aniacin Eue podr7a ser la de un ercado de Espa2aK
pero all7 donde se trocar7an telas 5 especias, all7 donde los cabistas
preparar7an sus balan=as, slo se !en cad!eres.
La a!enida est JanEueada por dos uros en los Eue se "an
practicado decenas de "ornacinas del taa2o apro@iado de un "obre.
C son en eGecto "obres los Eue se e@ponen a la adiracin de todos.
Los indios, tan indiGerentes por lo #eneral, se los uestran con risas 5
#ritos.
En las prieras "ornacinas Tlas s cercanas a las canchasT se "an
e@puesto los troGeos s selectos. Los cuerpos de una decena de
espa2oles. Ian sido des"uesados 5 transGorados, no en tabores, sino
en #lobos. La piel, !aciada por copleto, "a sido de nue!o cosida e
"inc"ada, reconstitu5endo as7 una Gora "uana Eue tiene slo una
#rotesca relacin con el ori#inal.
&ese a su asco, 6abriel es incapa= de no pensar en una especie de
cruel iron7a? a aEuellos "obres, creados por Dios, unos dioses
e@tran>eros los "an "ec"o de nue!o a ia#en de sus cr7enes? deGores,
inundos, desnaturali=ados... C sin ebar#o, es el "obre, siepre,
incluso en esos desarticulados u2ecos, el Eue est presente, coo si en
su crueldad los cobatientes indios "ubieran puesto de relie!e la
naturale=a del onstruo Eue en Hl se oculta.
Cada uno de los cuerpos est su>eto a una estaca 5 ocupa una
"ornacina.
&ese a su indi#nacin interior 5 a su espanto, 6abriel se !e obli#ado a
irar uno a uno aEuellos rostros, para !er si reconoce a un caarada. Los
detest, en su a5or7a, 5 se aisl de ellos por su oposicin a los &i=arro,
por su relacin, Eue les era incoprensible, con Anaa5aK pero, para su
sorpresa, se siente de pronto u5 cercano a ellos, coo si Guera Hl Euien
"ubiera sido torturado 5 e>ecutado, entre los aullidos de >Fbilo de los
soldados incas, ebrios de sus prieras !ictorias, tan insaciables en el
triunGo coo "ab7an sido "uillados en la derrota.
&or Gortuna, slo descubre rostros desconocidos? probableente eran
reGuer=os reciHn lle#ados de &ana. Tienen la >u!entud enloEuecida,
asobrada, de Euienes !inieron a buscar oro 5 encontraron la uerte en
su lu#ar.
103
DespuHs de los espa2oles !ienen los escla!os ne#ros, los del isto, los
aliados indios... &ero Hstos no "an sido soetidos al iso trataiento.
Ian sido sencillaente decapitados, 5 sus cabe=as estn cla!adas en
picas en!ueltas en pieles de caballo, donde se distin#uen aFn, aEu7 5 all,
las crines, los cascos o la cola. 6abriel piensa en 7dolos pa#anos? Hstos
son las #rotescas copias de los seidioses Eue al#unos indios !e7an en
ellos durante los prieros tiepos de la conEuista.
&obres dioses... Los blancos dientes de los escla!os "an sido
arrancados, las pluas ulticolores del Eue Gue su >eGe estn en.
ne#recidas por el pol!o 5 el barro, 5 cuel#an, laentableente rotas,
sobre su Grente, Eue 5a nunca se Gruncir. Al#unos caciEues ca2aris "an
conser!ado su diadea de color, Eue se "a desli=ado "asta el !ac7o
espacio de los o>os, "asta la piel de #allina del cuello por donde "a
corrido la san#re.
En edio de la uc"edubre Eue #esticula 5 coenta ruidosaente,
6abriel se siente brutal, irreediableente solo.
De pronto, una ano se posa en su "obro 5 da un respin#o.
TQXatariR
El due2o de las piedras tiene un aspecto #ra!e.
TNo nos Euedeos aEu7.
6abriel lo si#ue. Los dos "obres se ale>an por las calle>as estrec"as
de las canchas "acia la epinada escalera Eue asciende en direccin al
#ran teplo. En cuanto se "a apartado un poco del acabro espectculo,
6abriel puede respirar con a5or libertad.
Cuando "an lle#ado a la e@planada del teplo, Xatari 5 Hl se sientan
en una de las piedras Eue estn en el suelo aFn, a la espera de ser
talladas 5 ontadas. Desde Eue descubri el lu#ar, se "an le!antado dos
nue!os onolitos #i#antes, separados coo siepre de sus see>antes
por la Dna l7nea de la piedra en Gora de ca2a.
TCorres peli#ro Tdice Xatari.
TCorro peli#ro desde Eue lle#uH aEu7 Tdeclara apacibleente 6abriel
T. C no corro s peli#ro Eue los des#raciados a los Eue acabo de !er.
PuH barbarie...
Xatari calla en un principio.
TAn "obre uerto es un "obre uerto Tdice lue#o sencillaente.
TTienes ra=n. No est s o enos uerto porEue sea "ec"o
peda=os, porEue le cosan los test7culos en la boca o le transGoren en
bandera o en #lobo...
6abriel ad!ierte, al "ablar, Eue una aar#a iron7a epapa sus
palabras. )l se cre7a a>eno 5a a sus copa2eros 5 !e Eue, en su interior,
es aFn su "erano.
TLos Eue "an "ec"o eso Euisieran pedire Eue les a5udara a ane>ar
las aras para atar s aFn 5 con!ertirlos en Dios sabe EuH nue!os
troGeos. No e coprenden Eue sea as7? no !ol!erH a toar las aras.
TUA costa de tu !idaV
Ia5 un inesperado teblor en la !o= de Xatari.
TMi !ida, i !ida... Turura 6abrielT. USH, acaso, lo Eue es i
!idaV Me la arrebataron 5 de!ol!ieron sin Eue 5o tu!iera nada Eue !er.
TEres el pua Tdice con seriedad XatariT. Debes sobre!i!ir a todo
esto.
104
Cuando est ante Anaa5a, 6abriel se siente tan asD@iado de aor
Eue su esp7ritu parece epa2ado, pero Grente a Xatari adEuiere, por el
contrario, una a5or lucide=.
TNo si debo toar las aras para...
TLo sH Tse ipacienta XatariT 5 no te di#o Eue debas "acerlo. &ero
Anaa5a 5 5o no podreos prote#erte por uc"o tiepo, 5 Manco no
estar en condiciones de resistir a <illa Oa, para Euien el espectculo
de esta san#rienta !ictoria es una inesperada ocasin.
TUC entoncesV
TEntonces, tendrs Eue arc"arte.
TUCundoV
Oesuena una e@plosin sin Eue Xatari "a5a tenido tiepo de
responder.
Mientras ba>an por la escalera "acia las canchas, el cora=n de 6abriel
palpita enloEuecido. &ero i#nora si es la aprensin de un nue!o "orror o la
certidubre, Eue dor7a en Hl, de Eue tendr Eue separarse, una !e=
s, de Anaa5a.
<illa Oa se "a puesto un unku de color ro>o san#re, del Eue eer#en
sus lar#os bra=os de cada!Hrica del#ade=.
TUPuerHis acabar coo ellosV Taulla se2alando a los cuerpos
e@"ibidos en las "ornacinas.
Los dos espa2oles intentan antener cierta di#nidad, pero tieblan
de los pies a la cabe=a. 6abriel est bien situado para saber lo e!ocador
Eue puede resultar el espectculo de sus caaradas.
TUPuH ocurreV Tpre#unta con !o= Dre.
TQIe aEu7 el pua Eue brota de las proGundidadesR Tladra <illa Oa.
6abriel se Eueda in!il ante el sabio. Ana uc"edubre los rodea,
pero no !e a Anaa5a ni a Manco. Xatari "a peranecido a su ladoK es el
Fnico Eue le apo5a entre una sorda "ostilidad, ati=ada por el sabor de la
san#re 5 el iedo Eue parali=a a los dos prisioneros !i!os, cu5os tobillos
5 anos estn atados.
TNuestros cobatientes "an probado !uestras aras Eue escupen
Gue#o Tdice <illa OaT, pero slo "an conse#uido aterrori=arse sin
alcan=ar su ob>eti!o.
Se2ala las "ornacinas de siniestro contenido. No contentos con "aber
uerto en el terror, los inGelices sir!en a"ora de blanco.
TC Hstos Tprosi#ue <illa Oa, barriendo a los prisioneros con un
aden despecti!oT "an Euerido a5udarlos, pero el Gue#o "a estallado
en el rostro de uno de nuestros #uerreros.TUPuH "a ocurridoV Tpre#unta
6abriel, !ol!iHndose "acia los espa2oles.
TIan Euerido poner s pl!ora, 5 el ca2n del arcabu= "a estallado
Tresponde el s >o!en con una !o= neutra.
TEs un accidente Tle dice 6abriel a <illa Oa.
TUAn accidenteV QSon perros e@tran>eros 5 !an a orir a"oraR
An #rupo de indios se apodera de los dos prisioneros, Eue apenas
resisten, 5 los arrastran "acia dos "ornacinas pr@ias. Desnudan las dos
estacas sobre las Eue se "ab7an cla!ado unas cabe=as, Eue caen 5
ruedan por el suelo, entre el pol!o, acopa2adas por las risas.
6abriel se precipita ante los dos "obres.
105
TPuiero Eue los "obres Eue te rodean sepan EuiHn eres realente,
<illa Oa.
La concurrencia se detiene, 5 el sabio parece udo de sorpresa.
TCuando 5o estaba en el sur 5 presenciaba los suGriientos Eue los
s indi#nos de los 7os "ac7an padecer a los de !uestro pueblo, Euise
a!isar a este "obre Tdice se2alndoleT. Ten7a poder para "acer Eue
cesaran, pues su !o= 5 la de &aullu eran u5 !aliosas para los espa2oles.
&ero no "i=o nada...
TQNo le escuc"HisR Te@claa <illa OaT. QOs ienteR
&ese a sus palabras, la uc"edubre peranece silenciosa, 5 escuc"a
al e@tran>ero.
TOs dir Eue estaba preparando la #uerra para Eue !uestro pueblo se
!en#ara, por Dn, de los e@tran>eros. &ero 5o os di#o Eue en este "obre
al Eue llais sabio se oculta una crueldad sin l7ites, Eue le lle!ar a la
uerte, a Hl 5 a todos los Eue lo si#an. Los suGriientos de la #uerra son
lo Eue son, pero si atis a estos dos "obres, Inti caer sobre !osotros.
Es deasiado para <illa Oa, Eue estalla.
TQEscuc"ad co in!oca a nuestros diosesR T!ociGeraT. Atadle coo
a los des 5 Eue cono=ca su suerte.
Anos soldados se acercan 5 le a#arran 5a. Los #uerreros se adelantan
con un barrilete de pl!ora 5 llenan con ella la boca de los dos
prisionerosK otros se acercan con antorc"as para prenderles Gue#o 5
Euearlos !i!os.
6abriel se debate con Guria, pero es inFtil. Busca en !ano la irada de
Xatari.
TQBastaR Tatrona la !o= de Manco.
El inca "a aparecido en edio de la uc"edubre sin Eue 6abriel lo
!iera. Soldados 5 se2ores se apartan, 5 slo <illa Oa peranece Grente
a Hl, ientras el >u#o !erde de la coca corre por sus labios 5 su entn.
TQIncl7nate ante tu Mnico Se2orR Tordena a <illa Oa.
El sabio es el Fnico Eue, desde siepre, prescinde de los necesarios
si#nos de respeto debidos al inca. Sus o>os in5ectados en san#re se
cla!an unos instantes en los de Manco, antes de inclinar el busto en un
iperceptible o!iiento.
Medio oculta detrs de Manco, 6abriel acaba de descubrir a Anaa5a.
TQMira a tu alrededor, MancoR Tprosi#ue <illa OaT. Mira al
pachacuti Eue "a coen=ado 5a 5 soHtete a la a5or Guer=a...
Llabaos dioses a los e@tran>eros, 5 ira lo Eue "eos "ec"o con
ellos.
<illa Oa indica las "ornacinas en las Eue 5acen los Eue Gueron
"obres, antenidos er#uidos por un !enablo de punta de bronce.
TEs el coien=o del cabioK es la pa= Eue !uel!e para nosotros 5 los
nuestros...
TEl pachacuti coen= "ace uc"o tiepo, <illa Oa. Mi padre
Iua5na Capac Gue su priera !7ctia, pero nos #u7a desde el s all.
<illa Oa no escuc"a. Ia5 Eue a#u=ar el o7do para o7rle.
TIa5 al#o anti#uo e ipuro en ti... Turura con la irada perdida.
106
Cuando "a !isto a 6abriel en peli#ro, Anaa5a se "a Euedado "elada.
Estaba le>os de las inciertas palabras de Iua5na Capac 5 ten7a iedo de
las !isiones Eue no !en nada, de las proGec7as Eue no anuncian nada.
Las calle>as estrec"as 5 rectil7neas de las canchas estn atestadas de
todos los indios del !alle. Ian de>ado sus "erraientas 5 "an
abandonado los capos, 5 su asa llena la ciudad de cabo a rabo. Slo
Anaa5a resiste, en esp7ritu, al placer de uerte 5 san#re Eue "ier!e en
ellos, Guerte coo las a#uas del Zilcaa5o. &or encia de la
uc"edubre se !uel!e "acia el rostro del antepasado 5 lo llaa para
Eue la socorra.
TCa no !es claro, <illa Oa. Tus o>os se enro>ecen coo los de
Ata"uallpa 5 en tu cora=n "a5 un la#o de san#re. Iaces iprecaciones 5
"aces sacriDcios en secreto, no de>as de atar, pero "as ol!idado Eue
nada eres sin el poder de los antepasados, nada sin los dioses Eue nos
rodean...
TQAl#o ipuroR Trepite <illa Oa coo si no "ubiera o7do nadaT.
Oecuerdo el aldito d7a en Eue, a pesar de is conse>os, con el esp7ritu
oscurecido por la sobra de la enGeredad, el #ran Iua5na Capac se
ne# a entre#ar al pua el cuerpo de una uc"ac"a ipura 5, por el
contrario, la to a su lado para decirle secretos Eue nadie "a sabido
nunca... Deber7a "abHrsela arrebatado para acabar de una !e=, pues "e
aEu7 Eue, en !e= de ser de!orada por el pua, lo "a "ec"o brotar de las
entra2as de la tierra para Eue nosotros isos seaos de!orados...
TQ&or Fltia !e=, <illa Oa, cllateR Anaa5a nunca "a traicionado a
los incas 5 ol!idas Eue nunca "a de>ado de ser la Coya Camaquen ele#ida
por Iua5na Capac, 5 Eue tF iso la #uiaste por el caino... Anaa5a
es la tradicinK es lo Eue era antes 5 lo Eue ser s tarde...
<illa Oa calla. Su cuerpo entero se !e a#itado por un o!iiento
interior 5 el unku parece ondular coo un arro5o de san#re. No brotan 5a
palabras de sus labios, sino una baba Eue se transGora en burbu>as de
espua 5 se e=cla con el !erde >u#o de la coca Eue nunca de>a de
ascar. Su te= cobri=a se "a !uelto #ris.
Lue#o, tras un !iolento esGuer=o, cada uno de sus iebros se
endurece de Guror.
TDebo retirare. Adis, i Mnico Se2or Tarticula a re#a2adientes.
C con paso entrecortado, se diri#e solo "acia el r7o.
A pesar de su rabia 5 su odio, a pesar de lo Eue parece separarlos 5a,
Anaa5a o5e resonar en sus Fltias palabras el eco del respeto Eue
nie#a a Manco 5 le concede, al ale>arse, el recuerdo de la anti#ua alian=a
de los "eranos Eue se "an !uelto enei#os.
107
,9
OLLANTACTAMBO, NO<IEMBOE DE ,9$:
En cuanto <illa Oa "a desaparecido, los soldados "an rodeado a
6abriel 5 se lo "an lle!ado entre el ru#ido de la uc"edubre "acia la
cancha de Manco. El rostro de Anaa5a, el de Xatari, el del propio Manco
"an desaparecido, 5 6abriel se siente coo un Gr#il cesto arrastrado por
el rpido curso de un torrente.
Cuando entra en el patio de la cancha, las u>eres se apartan 5 se
encuentra solo >unto a la Guente de las Cuatro Direcciones, con el cora=n
palpitante por "aber escapado a la uerte, recordando las !iolentas
palabras Eue se "an dic"o Manco 5 el sabio, pre#untndose por el poder
de la isteriosa proteccin de la Eue, al parecer, "a #o=ado una !e= s.
TUTodos los e@tran>eros son coo tFV
An uc"ac"ito de o>os ne#ros 5 brillantes de curiosidad lo contepla
sin teor al#uno desde la altura Eue le dan sus cuatro o cinco a2os.
TQMuc"os son s al!ados Eue 5oR Tresponde con una sonrisa.
TUCo te llaasV
T6abriel.
El uc"ac"ito adopta un aire serio 5 reJe@i!o.
TEs un e@tra2o nobre. No Euiere decir nada.
TAl#unos, entre los tu5os, e di>eron Eue si#niDca Lel puaN. UC cul
es tu nobreV
TMe llao Titu CusiK so5 el "i>o de Manco 5, al#Fn d7a, 5o serH el inca.
TEsto5 se#uro de Eue !as a ser un poderoso se2or 5 Eue e>ercers la
#enerosidad...&ero el ni2o no le escuc"a 5a 5 corre "acia su padre, Eue
"a entrado en el patio entre una escolta de se2ores 5 soldados. Manco se
inclina sonriendo "acia su "i>o, 5 6abriel !e el #esto lleno de ternura con
el Eue le en!uel!e. Lue#o se incorpora, 5 6abriel encuentra de nue!o la
dure=a de su ne#ra irada, "ostil, ipenetrable.
T<en Tdice MancoT, si#Fee.
108
4usto detrs de Manco estn Anaa5a 5 Xatari, Eue pasan tras ellos
por el cortina>e de la cara real.
TMnico Se2or Manco Tcoien=a 6abrielT, sH Eue i a#radeciiento
no tiene sentido al#uno para ti, pero el Eue te diri>o procede del Gondo de
i cora=n.
Manco lo ira sin responder. 6abriel no se atre!e a buscar los o>os de
Xatari ni los de Anaa5a.
TSi <illa Oa "ubiera sabido lo Eue 5o sH a"ora, estar7as 5a uerto T
dice, por Dn, Manco.
TUPuH sabesV
TLos tu5os se acercan. Es un poderoso e>Hrcito, Gorado por
nuerosos >inetes al ando de uno de los "eranos del Aapitu &i=arro, 5
a5udado por iles de traidores.
TU6on=aloV
A su pesar, el cora=n de 6abriel #alopa al pronunciar el nobre
aldito.
TIernando.
Se enco#e de "obros.
TCa sabes Eue no so5 de los su5os.
TNo sH lo Eue sH de ti, pero ten#o ante 7 las dos Fnicas personas
para las Eue tu !ida es !aliosa. Tienes suerte de Eue sean tabiHn
aEuellas a las Eue s necesito.
TUPuH !as a "acerV
TSentHonos.
Manco se instala en su tiana ientras 6abriel, Anaa5a 5 Xatari se
ponen a sus pies, en los sua!es >er#ones de #uanaco Eue se "an
e@tendido sobre las antas de lana de !icu2a. Los reJe>os de las
antorc"as >ue#an en sus rostros 5 pasan, coo un pol!o de oro, por los
ras#os de Anaa5a.
TNuestros esp7as saben desde "ace d7as Eue se preparan a atacarnos,
5 !aos a derrotarlos, a aplastarlos tan por copleto Eue los
super!i!ientes se reunirn con el #obernador 5 le con!encern de Eue
nos de>e en pa=...
TQTe eEui!ocas, noble MancoRAn relpa#o de clera pasa por el
rostro del Mnico Se2or.
TUDudas de nuestra !ictoriaV
TLa !ictoria es siepre incierta, s de lo Eue dices... &ero no es eso
lo Eue Euiero decir? no partirn. Si !ences a Hstos, tras ellos !endrn
otros, 5 si los !ences a su !e=, !endrn s 5 s... CrHee, cono=co a
&i=arro e>or Eue nadie? es un "obre Eue no renunciaK nunca.
TQ)l es Euien no e conoceR
TTe lo rue#o, Mnico Se2or Manco. Nadie duda aEu7 de tu !alor, pero
debes pensar en eso si no Euieres con!ertirte en otro <illa Oa... Debes
apreciar realente a los espa2oles, la naturale=a de su Guer=a...
TQCllateR
TAcabarH, de todos odos, dndote un conse>o Eue no !as a se#uir?
encuentra una pa= "onrosa, suGre en silencio las "uillaciones, sal!a lo
Eue pueda sal!arse 5 ense2a en secreto, a un #rupo de >!enes, a
instruirse con ellos para doinar sus aras... No te "ablo del "ierro, de la
pl!ora, de los caballos... Te "ablo de la len#ua, de su Dios, de sus
costubres.
109
TNo puedo "acer eso.
TCreo "aberlo coprendido, Manco. Acepto Eue debes "acer lo Eue te
parece necesario.
TNo puedo "acer eso...
Manco "a repetido la Grase coo si estu!iera 5a solo en un sue2o.
6abriel "a "ablado apasionada 5 sinceraente. Se "ace el silencio en la
estancia, donde !acilan los brillos de las antorc"as.
Lue#o, Manco se !uel!e "acia Anaa5a.
TUPuH te parece, Coya Camaquen?
T6ana esta batalla, MancoK no "a5 otra opcin para ti 5 para nosotros.
&ero lue#o escuc"a las palabras de sabidur7a.
Manco la ira en silencio. DespuHs, su irada se posa en Xatari.
TUC a ti, ai#o 7o, el due2o de las piedrasV
Xatari no responde. Se le!anta, se acerca a Manco 5 lo toa de los
"obros. Abos "obres se abra=an le!eente. Manco !uel!e lue#o a
su lu#ar en la tiana.
TDe>ade a"ora TdiceT.
Necesito estar solo.
,:
OLLANTACTAMBO, NO<IEMBOE DE ,9$:
Al aanecer, Xatari "a en!uelto a Anaa5a 5 6abriel en unas antas,
con las Eue se ocultan "asta el cuello. Con rpidos pasos, sin una palabra
inFtil, "an subido por las escaleras "acia el #ran teplo, intentando
escapar de los ruores, de las iradas. Al GranEuear el uro del recinto,
Anaa5a "a lan=ado un suspiro de ali!io.
La colina los prote#e a"ora, 5 nadie se atre!er a subir "asta el
peEue2o teplo de las cuatro "ornacinas donde los a#uarda el Ierano.
Doble.
6abriel 5 Anaa5a se besan lar#a, interinableente, con las anos
posadas en el rostro del otro, con la pasin de la priera !e=, 5 la triste=a
de la !e= postrera. Oecorrer la piel del otro es un !ia>e tan turbador coo
atra!esar los ares, e@plorar las onta2as. No se Gati#an de ello. Cuando
sus dedos se encuentran, se unen coo dos "ilos para Gorar una cuerda
slida, indestructible.
Cuando sus o>os se separan, estn llenos de l#rias.
T<o5 a partir Tanuncia 6abriel.
TNo "a5 s reedio Treplica Anaa5a.
Los prieros ra5os de sol se reJe>an en el oro del Ierano.Doble al
iso tiepo Eue iluinan las crestas de las onta2as.
TNo Euiero estar triste Tdice 6abriel.
TTapoco 5oK todo ocurre coo Iua5na Capac e re!el. Los
isterios se des"acen, 5 tF si#ues aEu7. Estars aEu7 al Dnal...
TSH Eue e dices todo lo Eue puedes 5 no es uc"o... SH Eue debo
recorrer i caino, aprender por 7 iso. )sa es la #ran leccin? a
!eces, la pierdoK otras, la cono=co. Al "ablar con Manco, no ten7a 5a
110
iedoK todas las cosas ocupaban en 7 su lu#ar. UCrees Eue esto5
"aciHndoe un buen puaV
Ana pi=ca de tierna iron7a se "a desli=ado en sus Fltias palabras, 5
Anaa5a se apo5a en Hl.
TTu aor e lo des!el todo Tprosi#ueT. Tu aor "ace todo eso
posible, incluso lo absurdo de estar separado otra !e= de ti 5 no saber
cundo !ol!erH a !erte.
TMe di>o? LCuando Hl parta !ol!er a ti. AunEue separados, estarHis
unidos...N
TQPuH cruel era tu !ie>o incaR
Se ec"an a re7r a edia !o=, coo ni2os. Miran al antepasado del
odo coo debe de !erlo el Ierano.Doble? por la !erti#inosa
perspecti!a de la "ornacina del sur.
An roce los sobresalta? la sobra de Xatari se 5er#ue ante ellos.
TCa es tiepo Tdice.
Ascienden por la onta2a del antepasado utili=ando un estrec"o
caino, al epedrado. Xatari 5 6abriel lle!an a la espalda, cada cual,
una pesada piedra en!uelta en una anta.
Ian cru=ado la a#itacin de las canchas, donde todos se preparan
para la batalla, sin di!isar "uella al#una de <illa Oa. Lue#o se "an
ale>ado, pasando por los bien pro!istos collcas. Al pie de la pendiente,
Xatari "a ele#ido una piedra para 6abriel, la piedra Eue, a"ora, le
despelle>a los "obros 5 la espalda, con!irtiendo cada paso en una
a#on7a.
Sin ebar#o, ni un solo sonido escapa de su #ar#anta 5 no siente la
necesidad de pre#untar por EuH se !e transGorado, as7, en porteador.
Xatari, ante Hl, a!an=a con li#ere=a de alpacaK la car#a no pesa en sus
"obros s Eue sus lar#os cabellos, Eue re!olotean libreente al
!iento.
De !e= en cuando se !uel!e para !er el desplie#ue de los incas a los
Eue se "an unido, saliendo de la sel!a, centenares de teibles arEueros
del Antisu5u. A#uas aba>o del Zilcaa5o se "a construido una presa, 5 el
ni!el del a#ua se "a ele!ado, lo Eue "ace diG7cil !adearlo. )l, Eue no
Euiere 5a lle!ar aras, siente un doloroso latido en el Gondo de sus
entra2asK es coo si copartiera G7sicaente la cercan7a de los
espa2oles 5 se le apareciera, de lleno, la e@tra2e=a de no estar entre
ellos, ontado en su caballo blanco, con la espada en la ano,
transpirando ba>o el orrin 5 la cota de alla. Le des#arra un
inesperado dolor? Sebastin est con ellos, 5 Hl no se "allar all7 para
deGenderlo, para sal!arlo tal !e=.
Aprieta los dientes para no #ritar de rabia 5 de ipotenciaK en#arDa
sus anos a los plie#ues de la antaK se de>a Euebrar la espalda por la
piedra, cu5o peso le labra los loos.
&oco a poco, el dolor 5 la Gati#a "acen su eGecto, 5 entra en un
entueciiento de los sentidos Eue lo ali!ia.
Ian alcan=ado una especie de rellano rocoso de las diensiones de
una e@planada natural. 6abriel de>a la piedra 5 est a punto de caer a
causa del dolor Gul#urante. Anaa5a le sostiene con la irada, 5 Hl se
111
5er#ue, despacio, con el cuerpo Euebrado por el esGuer=o 5 la sFbita duda
Eue le "a in!adido.
TCa estaos Tdice Xatari.
6abriel se siente por copleto perdido 5 obser!a a Anaa5a a Dn de
coprender.
TEstaos sobre el rostro del antepasado Tdice ella.
Xatari se "a a#ac"ado 5 "a sacado de su chuspa un cincel de bronce,
con el Eue, a peEue2os 5 precisos #olpes, traba>a la piedra Eue
transporta. Lue#o "ace lo iso con la de 6abriel.
TMira Tdice.
En una piedra, el [olla "a dibu>ado la Gora de un puaK en la otra, la
de una serpiente.
TLa Guer=a Tdice 6abrielT, 5 la sabidur7a de Aaru.
TEso est bien Tsonr7e XatariTK conoces 5a a nuestros dioses... AEu7,
u5 pronto, para coronar el rostro de Iua5na Capac se le!antar un
teplo al Eue !endrn a ro#ar 5 a "acer oGrendas Euienes busEuen el
poder del inca.
El cielo se desprende de al#unos Dlaentos de brua 5 la clara lu= de
la a2ana corre por las laderas de las onta2as. An sol >o!en Ju5e por
las terra=as 5 "ace brillar las a#uas.
Es un "eroso d7a para orir.
Cuando, aba>o, un aplio o!iiento de la uc"edubre le ad!ierte
de la ininencia del peli#ro, su cuerpo cobra una dolorosa ri#ide=.
Anaa5a se !uel!e "acia Hl con ternura.
TEsts plido Tdice.
La san#re se "a retirado de su rostro 5 su cora=n palpita con Guer=a.T
No puedo Tdice. Anaa5a posa una ano en la su5a. TNo puedo de>ar
Eue ueran sin estar con ellos... TUPuieres cobatirV TQNoR
El #rito brota sin control. TUMorir con ellosV TCre7a Eue estaba...
prote#ido... TDe todo, sal!o de ti iso.
Anaa5a contepla las laderas, las terra=as cubiertas de #uerreros.
TDH>ale ir Tdice tranEuilaente Xatari. Entonces, resuena el prier
claor.
Es coo si un a#ua "elada se "ubiera !ertido en ella e, iper.
ceptibleente, parali=ara su cuerpo 5 cada uno de sus iebros. Es
incapa= de o!erse.
Los prieros pasos de 6abriel "an sido lentos, interinables... 4usto
antes del recodo del caino, se "a detenido coo si Guera a !ol!erse. No
lo "a "ec"o? u5 al contrario, lo "a !isto ba>ar por la ladera casi
corriendo, coo un "obre con!ertido en una piedra de "onda.
En las terra=as, por encia de ella, !e la asa de los arEueros antis 5,
en la orilla i=Euierda del Zilcaa5o, coo en las !ertientes de la
onta2a, los innuerables "onderos...
Se diri#e con el pensaiento "acia la piedra donde Iua5na Capac le
"abl. &ero no "a5 ni una sola palabra s. Nada dice acerca de Eue el
pua brinEue "acia su uerte coo un anial sal!a>eK nada dice acerca
de Eue atra!iese el ocHano en direccin contraria para reunirse con los
su5os.
112
Xatari "a peranecido in!il a su lado. Con un cincel terina de
tallar las dos piedras, Eue sern las prieras del teplo.
TIab7as ol!idado Eue el pua es un "obre Tdice tan slo.
Ella inclina la cabe=a sin creerlo.
6abriel "a ba>ado por la ladera con la san#re palpitando en sus sienes.
Su decisin se "a toado, por as7 decirlo, sin Hl, 5 casi sin respiracinK
>irones de duda pasan por su esp7ritu. A edida Eue se acerca, le parece
Eue la onta2a 5 el llano entero son recorridos por los ru#idos, coo si
iles de tabores redoblaran en lo s proGundo de la tierra 5 la
le!antaran.
Son las !oces de los "obres Eue tienen iedo, o Eue #ritan para
darse !alorK es el pisotear de iles de =apatos, el tintineo de las aras.
A edia ladera se "a encontrado, de pronto, por encia de las
terra=as, donde se "a instalado el #rueso de los arEueros lle#ados de la
sel!a.
Iace una pausa, ipresionado por la asa de los cobatientesK tras
seanas de presencia en Ollanta5tabo, no sospec"aba Eue las
onta2as ocultaran tantos #uerreros, pues detrs de los arEueros se
"alla tabiHn la asa de los soldados, arados con lan=as, a=as, picas.
Ad!ierte con una o>eada Eue al#unos se "an puesto di!ersos eleentos
de ata!7os espa2oles? un orrin abandonado Hste, una cota de alla o
un peto de cuero aEuHl. Al#unos oDciales ane>an, incluso, espadas.
Ms aba>o, al otro lado del r7o, !e acercarse el e>Hrcito espa2ol. Est
deasiado le>os para distin#uir los rostros, pero reconoce por su penac"o
a Iernando &i=arro, Eue a!an=a en cabe=a. Son un centenar de >inetes,
se#uidos por treinta il #uerreros indios, por lo enos? los aliados
"abituales, ca2aris 5 "uancas, pero tabiHn incas "ostiles a Manco.
Al !erlos, 6abriel siente un ipulso e intenta introducirse entre la
asa de #uerreros, prietos unos contra otros. A coda=os, acopa2ados
por aldiciones, consi#ue atra!esar al#unas "ileras.
&ero cuando lle#a a la espalda de los arEueros, ante Hl se le!anta una
barrera inGranEueable.
Con desesperacin, coprende Eue no lo#rar pasar.
Entonces di!isa, en el e@treo de las terra=as, la or#ullosa silueta de
Manco. <a en su caballo blanco, Eue ane>a con Gacilidad, 5 su>eta una
lan=a, cu5a punta brilla al sol.
Su irada no alcan=a la llanura por donde a!an=an los espa2oles, pero
Anaa5a ad!ierte su cercan7a por las ondulaciones Eue recorren las
"ileras incas. Desde las laderas de la onta2a donde est situado el
teplo, cu5a entrada "a sido ce#ada, o5epas, coo si, en !e= de la
sorpresa Eue anta2o les beneDci, Manco 5 los su5os Euisieran ostrar a
sus enei#os Eue los esperan 5 "acer Eue el iedo descienda "asta sus
botas.
Al cerrar los o>os, "ace brotar la ia#en de 6abriel. UDnde estV UIa
conse#uido cru=ar las l7neasV Contra toda l#ica, lo ia#ina desli=ndose
entre las "ileras de #uerreros 5 =abullHndose en el r7o para reunirse con
los su5os, saltando sobre un caballo 5 blandiendo una espada... Le "a
contado a enudo sus "a=a2as para toar Sacsa5"uaan 5 no le cuesta
en absoluto representrselo a la cabe=a del asalto espa2ol...
113
La lu= del sol la deslu"ra cuando abre los o>os. LNo es posible T
urura entre labiosT? >ur Eue nunca s toar7a las aras. Ia "ec"o
tanto caino...N
&ero aEuello no la tranEuili=a? estH donde estH, sea cual sea su
!oluntad, se "alla en plena batalla 5 al#unos pensaientos de uerte la
asaltan sin Eue ella pueda rec"a=arlos.
TQSantia#oR
El #rito espa2ol, tan conocido 5a, resuena por el !alle, 5 el eco lle#a
"asta su pec"o.
TQSantia#oR
Iace un o!iiento de espanto, 5 Xatari se acerca a ella.
TPuHdate TdiceT. Espera. <ence tu iedo.
&ero cuando ira a Xatari, percibe la inEuietud en sus o>os. Tiene el
cora=n en un pu2o.
En cuanto Manco "a di!isado a 6abriel, se diri#e "acia Hl ientras las
"ileras de soldados se abren para peritirle el paso.
TU&or EuH ests aEu7V Tpre#unta con rude=aT. UIas !enido a
cobatir con nosotrosV
6abriel no responde. Se liita a irar al inca con intensidad.
TUO Euieres reunirte con ellosV UMorir con ellosV
Manco lo dice con tranEuilidad, 5 6abriel coprende su conDan=a.
TSi Euieres cru=ar 5 "acerlo, no te lo ipedirH Tprosi#ue Manco,
se2alndole la llanura.
6abriel peranece in!il.
TUEsts se#uroV UNo EuieresV <en, entonces, con is se2ores Tdice
MancoT. Nada tienes Eue teer. <en a !er lo Eue les espera a los
tu5os...El #rito de LQSantia#oRN "ace "er!ir al#o anti#uo en sus !enas,
una llaada Eue le dar7a Guer=as para le!antarse, para !encer la
pro!ocadora su#erencia de Manco, para arrancarse de la asa 5 saltar
entre los su5os. &ero aprieta los dientes 5 calla.
En un o!iiento perGectaente ordenado, los incas andan "acia
los espa2oles una llu!ia de Jec"as 5 piedras Eue "ace !acilar 5 lue#o
retroceder la priera oleada. Entonces, dos >inetes se destacan 5 se
lan=an al asalto de las prieras GortiDcaciones. &or sus altas siluetas, sin
!er sus rostros, 6abriel reconoce a los dos #i#antes, Candia 5 Sebastin.
El ne#ro onta en un caballo blancoK Candia, en uno ne#ro... An =ubido
pasa por sus o7dos cuando reconoce a Itza claro, la 5e#ua Eue Sebastin
le prest.
Es coo si su pasado acudiera, al #alope, a su encuentro.
Xatari se Euita la lla!e de piedra Eue lle!a al cuello 5 se la entre#a a
Anaa5a. Sus o>os a=ules estn plidos 5 le>anos.
El estruendo Eue sube de las terra=as es ensordecedor, 5 el aire est
lleno de silbidos. A cada andanada de Jec"as, es coo si una nube de
insectos in!adiera el cielo para asolar la tierra, 5 las piedras caen coo
p>aros.
Anaa5a se !uel!e "acia el norte, "acia la ciudad secreta donde
encontr de nue!o a Iua5na Capac, 5 Xatari se #ira al iso tiepo Eue
ella.
114
TLIasta Eue Inti "a5a consuido el odio entre nosotros...N T
urura.
TL... 5 slo Eueden u>eres llorando la san#re derraadaN Tdice
Xatari.
TUCrees Eue ser a"oraV
Xatari abre sus poderosas anos, cu5as l7neas estn atra!esadas por
una ultitud de cicatrices.
TNo, no todos los si#nos estn aEu7.
TC Hl, Upuede orirV
TCa te "e dic"o Eue el pua es un "obre, 5 un "obre debe orir...
&ero este "obre es el pua.
Anaa5a sonr7e.
Entonces, suena una e@plosin.
6abriel "a !isto con Gascinacin co el bobardeo indio rec"a=a a
Candia 5 Sebastin, a pesar de su bra!uraK "an dado edia !uelta antes
de Eue un #rupo de >inetes se lance al asalto del teplo, Eue !isto desde
aba>o, con sus Goridables urallas, a los espa2oles les debe de parecer
una Gortale=a. Los deGensores "an Dn#ido reple#arse antes de Eue dos
indios c"ac"apo5as Euebraran, con sus pro5ectiles, las patas del prier
caballo, pro!ocando el pnico entre los des >inetes, Eue se "an reple.
#ado con precipitacin. Desde entonces, nin#Fn >inete se "a atre!ido a
lan=ar la oGensi!a.
6abriel percibe una !acilacin entre los espa2oles. &or priera !e=, en
una batalla capal, no pre!alecen. El eGecto de sorpresa de sus caballos
"a pasado 5a, sus pie=as de artiller7a son ineDcaces 5 la deGensa
or#ani=ada por Manco parece "aber pre!isto el con>unto de sus
o!iientos.
Incluso el #rupo de inGantes Eue Iernando en!7a a rodear la onta2a
para un nue!o ataEue a las urallas del teplo es rec"a=ado por la
nutrida #rani=ada de piedras.
Entonces se dispara la culebrina? pero est situada en las terra=as, del
lado inca, 5 la e@plosin, probableente ineDca= 1Lel Fnico ila#ro T
piensa Gu#a=ente 6abrielT es Eue no "a5a estallado en la cara de esos
artiDcieros aDcionados Eue son los incasN3, pro!oca un ruor de or#ullo
en los pec"os de todos los cobatientes.
El ru#ido recorre las terra=as 5 todas las laderas donde a#uardan los
#uerreros, 5 coincide con el aullido lan=ado por Manco.
&areciendo Eue brotan de todas partes a la !e=, los incas se lan=an al
asalto contra los espa2oles. 6abriel, ipotente 5 edio ce#ado, 5a slo
siente, durante unos oentos, la copleta conocin de la tierra. Se
concentra en la siple tarea de no ser aplastado por aEuella oleada de
"obres Eue, aullando, se lan=an dispuestos a arrasarlo todo 5 car#ados
con la clera de eses de "uillaciones 5 iedo.
Cuando "ace pie de nue!o, en el tuulto Eue asciende de la llanura
slo !e le!antarse una brua? es el pol!o, es el sudor, es la tierra Eue
salta, son las espadas Eue !uelan 5, en edio de aEuella e=colan=a, es
el e@tra2o espectculo de Manco en su caballo blanco, con una lan=a en
la ano 5 la mascapaicha en la Grente, cu5as Guriosas car#as son las de
un deonio Eue no tee nada.
115
Su#a=ente, 6abriel recuerda la ia#en de su priera leccin de
eEuitacin.TNo Euer7a "acer la #uerra TururaT, pero esto5 "a.
ciHndola de todos odos...
&aso a paso, a pesar de su Guriosa resistencia 5 las ba>as Eue inJi#en a
los incas, los espa2oles 5 sus aliados retroceden. Las car#as de caballer7a
se "acen enos cortantes, enos proGundas, enos de!astadoras. El
penac"o ro>o del casco de Iernando aparece cada !e= s le>os, en la
llanura, coo una balsa Eue deri!a 5 se ale>a.
El crepFsculo cae 5a, 5 6abriel se asobraK le parece Eue el sol acaba
de le!antarse.
Su irada se aparta del cobate 5 !a "acia las cubres, los apus Eue
Xatari 5 Anaa5a le "an ense2ado, a"ora, a conocer. Encuentra lue#o los
dos r7os, antes de petriDcarse de estupeGaccin.
Lo Eue un #rupo de un centenar de indios est terinando es, pura 5
sipleente, la des!iacin del curso del r7o &atacanc"a "acia unas
canali=aciones dispuestas desde uc"o tiepo atrs.
6abriel coprende en un abrir 5 cerrar de o>os.
La llanura Euedar inundada.
C los espa2oles perecern a"o#ados.
,-
OLLANTACTAMBO, NO<IEMBOE DE ,9$:
En la cia de la onta2a, la oscuridad cae coo el ala de un cndor
con las diensiones del cielo. Aba>o, el estruendo parece apa#arse,
ale>arse. Ia5 enos #ritos 5 s #eidos, 5 las e@plosiones "an cesado
por copleto. Anaa5a se siente pose7da por un Gr7o sFbito. Tira "acia su
"elado cuerpo los bordes de la anta.
TMe pre#unto dnde est <illa Oa Tdice.
Xatari reJe@iona.
T&robableente, reGu#iado en una huaca subterrnea, preparando
nue!as iprecaciones, esperando una derrota Eue conDrar7a sus
ali#nas proGec7as...
T&ensH Eue se reunir7a con Manco en esta batalla.
TLa clera le "a encerrado solo en una isla perdida entre las tierras.
T&ara 7, era el sabio...
116
TTabiHn Hl es un "obre. En el Gondo, nunca coprendi Eue el
poderoso Iua5na Capac no le conDase los secretos del Ta"uantinsu5u 5
eli#iera, en cabio, a una e@tra2a uc"ac"a de o>os a=ules...
Anaa5a peranece pensati!a.
T&ara 7, se#uir siendo el sabio.
La risa de Xatari resuena sua!eente en la noc"e.
TUPuH te "ace re7rV
TDurante uc"o tiepo intentH !er detrs de la Coya Camaquen a la
ni2a Eue eras cuando lle#aste ante el Mnico Se2or Iua5na Capac. Acabo
de o7rlo por priera !e=.
Anaa5a sonr7e a su !e=.TU&or EuH e "as dado esta lla!e de piedraV
TAl#Fn d7a, cuando todos los si#nos se "a5an cuplido, sereos
separados tabiHn. Co irH "acia el lado de los or7#enes ientras tF
re#resars "acia...
Ella le interrupe posando un dedo en sus labios.
TNo di#as el nobre, te lo rue#o.
TNecesitars esta lla!eK ella te abrir la piedra.
TUCo lo sabrHV
TLo sabrs.
La brisa de la noc"e se le!anta, lle!ndose los ruidos de los "obres.
Curiosaente, Anaa5a no tiene Gr7o 5a.
TUC HlV Tpre#unta ella.
6abriel "a !isto co el a#ua sub7a a prodi#iosa !elocidad, inundando
la llanura, ele!ndose "asta la cinc"a de los caballos detenidos, coo
epantanados en un la#o brotado de deba>o de la tierra 5 Eue los
suer#e. <e co un >inete cae en el a#ua 5, con los bra=os, "ace
olinetes para antenerse a Jote, intentando librarse de su pesado
eEuipo.
&oco a poco, ientras la noc"e cae por copleto, la retirada espa2ola
5a slo es, para Hl, un ruido Eue se ale>a, una llaada Eue resuena, el
sonido de una tropeta, un sFbito claor cuando los incas atrapan a un
re=a#ado o derriban un caballo.
Ana Gati#a inDnita le llena de ploo el cuerpo 5 todos los iebros.
No "a cobatido, pero se siente brutalente !ie>o, dolorido por #olpes 5
"eridas. Cerrando los o>os, se !e a la !e= inca 5 espa2ol, a caballo 5 a pie,
ane>ando la espada 5 la "onda... Es una !isin de la Eue cuesta
arrancarseK una !isin en la Eue desea =abullirse, sin ebar#o, coo
un cobatiente Eue no "a uerto en la batalla, pero Eue se derruba, al
Dnal, cuando todo "a terinado 5 5a slo puede ser !encido por el s
proGundo a#otaiento.
Manco se acerca a pie, lle!ando de la brida el caballo cubierto de
barro. Mira a 6abriel de arriba aba>o, sin "ablarle, con los o>os brillantes
de or#ullo, pre2ados aFn por la ebria#ue= de la batalla. La !ictoria es
una dro#a s Guerte Eue >arras 5 >arras de chicha, Eue iles de "o>as de
coca. Lue#o, Manco tiende las riendas a 6abriel 5 toa el caino de las
canchas sin diri#irle una irada, coo un !encedor derren#ado.
6abriel lo si#ue.
El caino es tan inclinado 5, de !e= en cuando, est epedrado de
odo tan irre#ular Eue ba>arlo por la noc"e es peli#roso.
117
Anaa5a 5 Xatari a!an=an, sin ebar#o, con pie se#uro 5 re#ular,
#uiados por brillos de luna 5 por el instinto de Euienes "an cainado ba>o
todos los cielos.
En cuanto se acercan al Zilcaa5o 5 a las Guentes o5en el claor de
los atiy'ailli, esos cantos de !ictoria Eue narran 5a las proe=as de los
"Hroes. La tierra bebe aFn san#re, el r7o arrastra los cad!eres de los
a"o#ados 5 los uertos... En la orilla, Anaa5a !e el rostro !uelto "acia
ella de una u>er Eue lle!a toda!7a apretada contra su !ientre la anta
donde #uardaba la ropa de su esposo, a Euien "a se#uido en una #uerra
incoprensible. Sus o>os estn en blanco, perdidos s all de las Cuatro
Direcciones.
En la entrada de la cancha dan con unos "obres Eue titubean.
Al#unos estn tendidos en el suelo, con el lodo e=clndose con sus
!itos, cantando aFn, con indistinto #eido, la le5enda de su !ictoria
sobre los dioses lle#ados del otro lado del ocHano. En aEuel oento, los
e@tran>eros !uel!en a ser los "Hroes Gabulosos Eue se cre7a "ace 5a lunasK
esos "obres.caballo in!encibles, cu5as anos cortan 5 Eue lle!an palos
de plata escupidores de Gue#o. &ero Grente a ellos, en las palabras de los
#uerreros !encedores 5 ebrios, se le!antan los incas Eue el propio
<iracoc"a "a arrancado de la piedra para con!ertirlos en cobatientes,
cu5os bra=os cortados !uel!en a crecer, Eue son due2os del a#ua 5 del
#rani=o...
A edida Eue a!an=an por las estrec"as calle>as de las canchas,
Anaa5a 5 Xatari o5en ese ruor, Eue pasa por las !oces de los
"obres, brota del s proGundo de los patios 5 ni siEuiera las u>eres
Eue se atarean en torno al Gue#o para asar cone>illos de Indias escapan a
Hl. Todo el undo "abla del Eue "a tirado la piedra 5 "a roto las patas del
prier caballoK todo el undo "abla del des!7o del &atacanc"aK todo el
undo silba coo las Jec"as o las piedrasK todo el undo se a#arra a un
caballo 5 lo "ace caer antes de Eue su cad!er deri!e en el r7o. Todo el
undo "abla 5 nunca "abr palabras bastantes para saciarse de la
Gelicidad de esa !ictoria.
Anaa5a tiene iedo.
6abriel no est a"7 e, ine!itableente, e@aina cada rostro en la
oscuridad. &ero su len#ua est atada 5 no se atre!e a pre#untar nada. UEl
e@tran>eroV Pue desapare=ca en el Mundo de Aba>o, eso es lo Eue desean
todos.
Su pec"o arde cuando, por Dn, los #uardias se apartan ante la alta
puerta trapecial Eue se abre en el uro de la cancha de Manco.
El inca est rodeado por los se2ores. Lle!a una cota de alla sobre el
unku 5 "a5 una lan=a a sus pies. Tiende las anos para describir un
o!iiento, 5 Anaa5a !e Eue estn toda!7a llenas de tierra 5 de
san#reK l#rias de barro "an corrido por sus e>illas 5 su irada brilla
de alti!e= 5 de odio. Los rostros, a su alrededor, estn llenos de arru#as 5,
en el respeto debido al inca, "a5 una pi=ca de la caarader7a de los
cobatientes Eue "an !encido >untos.
Cuando Anaa5a 5 Xatari entran, se "ace el silencio.
TBueno, Coya Camaquen, sin duda i padre te "ab7a ad!ertido de
esta !ictoria para Eue te anten#as tanto tiepo separada de nosotros...
118
Tras una se2al, dos u>eres le acercan una >arra de chicha 5 !ierten
al#o de su contenido en un cubilete de oro Dnaente cincelado. Manco
bebe un buen tra#o.
TC tF, Xatari, Ulan=abas piedras con nosotros desde lo alto de la
onta2a de &in[5llunaV
Los dos >!enes callan. La ebria#ue= abrasa las e>illas del inca 5
sus o>os lan=an llaas.
TNo e responden Tdeclara !ol!iHndose "acia los se2oresT. Es
desprecio o, tal !e=, sienten !er#Wen=a...
TIeos colocado unas piedras para un nue!o teplo Tdice XatariT
Eue al#Fn d7a coronar la Grente del antepasado Iua5na Capac, tu padre.
La !o= suena tranEuila, sin iedo. El brillo asesino se apa#a en la
irada de Manco. Diri#e su dedo a Anaa5a.
TIe encontrado un anial en la batalla Tanuncia con un Gondo de
rabia Eue se apaci#uaT. C Euiero drtelo.
TUPuH anial es HseV Tpre#unta ella con dul=ura.
TAn pua. Se dice Eue ests unida a Hl.
La ano de Manco describe un arco 5 se2ala un punto en la sobra.
Enarcado por dos soldados, sale 6abriel con el rostro ipasible.
TTe lo de!uel!o, Anaa5aK es tu5o.
Anaa5a se obli#a a peranecer in!il, aunEue con todo su cuerpo,
con todo su cora=n, Euisiera correr "acia Hl 5 toarlo en sus bra=os.
T&ero tu pua slo conser!ar la !ida con una condicin.
La irada a=ul de Anaa5a se cla!a en la de Manco, Eue no parpadea.
TAntes de Eue Inti "a5a lan=ado sus prieros ra5os al alba del d7a
Eue se#uir a nuestra !ictoria, tiene Eue "aber desaparecido. UMe "as
coprendidoV
Anaa5a peranece silenciosa. De>a Eue 6abriel se acerEue a ella,
!acilando sobre sus piernas, a#otado. Sin tocarse, peranecen uno >unto
a otro, Grente a Manco, antes de atra!esar la uc"edubre del patio.
Todos se apartan ante ellos, pero ella percibe la car#a de "ostilidad, el
deseo de !en#an=a. Si pudieran des#arrarlo...
Cuando pasan ba>o el dintel de piedra donde "a5 esculpido un cndor,
o5en por Fltia !e= a Manco.
TAntes del alba Tartillea.
C no Eueda 5a rastro al#uno de ebria#ue= en su !o=.
La noc"e se cierra a su alrededor ientras se ale>an de las canchas.
Ella lo lle!a a tra!Hs de las Guentes 5 lue#o a lo lar#o del Zilcaa5o
"acia la huaca del cndor.
Callan durante lar#o tiepo 5 no se atre!en a tocarse. Slo "an estado
separados unas "oras, pero deben encontrarse priero con el aliento 5
calar los latidos de sus cora=ones antes de pronunciar las prieras
palabras.
La noc"e es Gresca 5 sua!e, 5 por el caino todos los ruidos, los
iedos 5 los "orrores de la batalla se esGuan. No "a5 5a !ictoria ni
derrota, no "a5 5a a#itacin, no "a5 #ritos de odio 5 !7tores.
119
Cuando se acercan a la roca, Anaa5a se detiene, 5 6abriel con ella.
Le toa de la ano 5 "ace Eue se tienda en el Frete Eue JanEuea el
r7o. Abos cierran los o>os 5 se !ac7an de la !iolencia, de>ando Eue su
esp7ritu 5 todo su cuerpo corran por el eterno ruido del a#ua.
Lue#o, ella se le!anta. Ba>an "asta la orilla del a#ua 5, con tiernos
#estos, ella le desnuda. El unku, "Fedo aFn de sudor, cae al suelo. El
a#ua Gr7a est a punto de arrancarle un #rito desorpresa 5 dolor, pero
Anaa5a le #u7a sin teor "acia una roca ne#ra 5 plana Eue aJora en la
corriente de a#ua. Se tiende all7, edio cubierto por el a#ua Gr7a 5,
lentaente, las anos de Anaa5a le lipian toda la Gati#a. El a#ua, las
anos... No "ace distincin al#una 5 se abandona ientras anda al
Gondo su cansancio. &oco a poco, las i#enes Eue le obsesionaban lo
abandonanK poco a poco sale de ese cuerpo a cuerpo en el Eue "a !i!ido
sin "aber cobatido. Lo in!ade un bienestar delicioso Te incluso el inicio
del deseoT cuando Anaa5a lo le!anta 5 lo de!uel!e a la orilla.
Ia #uardado para Hl, en su anta, un unku cu5a Dna lana es coo
otra caricia en su piel.
Abos !uel!en a pasar el Frete 5 lle#an al caino. &or encia de
sus cabe=as se dibu>a la silueta de la huaca del cndor.
TNo Euer7a arc"are Tdice 6abriel.
TLo sH.
Iablan en !o= ba>a, en plena noc"e, no por teor a ser o7dos sino para
crear, en la oscuridad, una especie de #ruta donde abos se "ubieran
reGu#iado. Iablan de todo sal!o de la separacin Eue se acerca, Eue lle#a
tan de prisa a tra!Hs de una noc"e aparenteente in!il.
TIe cre7do Eue deb7a estar cerca de ellos. No Euer7a cobatir contra
los tu5osK Euer7a estar a la altura de la "ierba "ollada por los caballos, al
alcance de los "eridos, a distancia de sus iradas... Ten7a, incluso, la
e@tra2a sensacin de Eue deb7a !er, absolutaente, el penac"o ro>o del
casco de ese #ran cabrn de Iernando. S7, sent7a por Hl una especie de
ternura Eue e daba !er#Wen=a, pero era incapa= de no sentirla. Sab7a
Eue iban a perder esta batalla, pero en lo alto de la onta2a e "abr7a
parecido Eue era un traidor.
TAna !o= dec7a Eue no deb7as orir, pero otra te !e7a pisoteado,
des#arrado, destro=ado. Ana !o= dec7a Eue 7baos a encontrarnos, 5
otra, Eue te perd7a.
TTF estabas all7, coni#o. Cuando "e !isto acercarse, al #alope, a
Sebastin 5 Candia, "e Euerido !ol!ere "acia ti para dec7rtelo...
Ella r7e.
TUSi#uen !i!osV Tpre#unta, lue#o, con !o= s seria.
TNo lo sH. Eso espero... Oecuerdo Eue cuando "e !isto la #rani=ada de
piedras 5 Jec"as Eue ca7a sobre ellos, "e sentido el ipulso de lan=are,
en esp7ritu, "acia ellos 5 "e tenido la ipresin de pedir, con toda la
Guer=a de i cuerpo, esa proteccin de la Eue #ocH durante la batalla de
Sacsa5"uaan. Oraba a toda clase de dioses, el 7o, los tu5os, 5 les
dec7a? LSeis Euienes seis, sea cual sea i incredulidad, sal!ad a is
dos ai#osK "aced Eue no ueran a"ora.N
TEntonces, si#uen !i!os.
TUTen#o ese poderV
TEse poder e@iste. <en.
120
A tra!Hs de las rocas, suben "asta la huaca. Con su nue!a sensibilidad
a las creencias de los incas, 6abriel percibe lo Eue !ibra en ese lu#ar.
Calla, de>ndose #uiar de nue!o por Anaa5a, de piedra en piedra.
Se Eueda in!il ante una roca de unos pocos pies de altura, cu5a
Gora alar#ada, sin Eue sea !isible una sola "uella de cincel, arca el
paso del "obre. A lo le>os, oculta en la noc"e, debe le!antarse una
onta2a del iso dibu>o.
TEs el lu#ar Tdice Anaa5a.
El cora=n de 6abriel se detiene.
Anaa5a se interrupe, sorprendida por sus propias palabras. Ia
"ablado sin pensar, 5 las palabras "an brotado. An resto de iedo se
des!anece en ella? esos secretos Eue deb7a prote#er de Hl le estn,
a"ora, u5 cerca. Debe saber.
TIa5 un lu#ar Tdice ellaT, le>os 5 cerca de aEu7 a la !e=, cu5o
nobre debe peranecer oculto. De entre todos los de Ollanta5tabo,
slo Xatari 5 5o "eos !ia>ado a Hl... Esculpi esta piedra en Gora de
una onta2a Eue nadie de aEu7 "a !isto 5 Eue se 5er#ue all7, por encia
de nuestro santuario secreto. En la ladera de esta onta2a...
6abriel de>a Juir las palabras de Anaa5a sin "acer el esGuer=o de
coprenderlas. &enetran en Hl por todos los poros de su cuerpo 5 lle!an
"asta all7 su "uella.
T... se dibu>a un rostro. Es el rostro del pua.
Anaa5a calla, 5 6abriel necesita cierto tiepo para coprender Eue
est "ablando de Hl. Inse#uro, intenta buscar, en la oscuridad, en la roca
tallada, una Gora cualEuiera. No distin#ue nada.
TNo lo !es Tdice ellaT 5, sin ebar#o, est a"7. Xatari te di>o Eue tu
destino estaba escrito en la piedra, 5 "ete aEu7, ante Hl, e@actaente.
Ana intensa calide= in!ade el cuerpo de 6abriel, una eocin Fnica
Eue no se parece a la de los Guriosos cobates Tsabor de ceni=as 5
san#reT, ni siEuiera a la del aor Tsabor de ielTK un estreeciiento
le recorre por copleto 5 se siente uno con el undo, lleno de un
inaudito reconociiento.
TQLo sHR TururaT. QLo !eoR
El rostro del pua tiene unos colillos Eue brotan de la piedra,
dispuestos a order 5 a des#arrar. &ero 6abriel no tiene iedo. Est
ebrio de una Gelicidad ine@plicable 5 a#n7Dca, s all de las risas 5 las
l#rias. L&or Dn TpiensaT, por Dn "e lle#ado.N
,0
OLLANTACTAMBO, NO<IEMBOE DE ,9$:
Estn desnudos uno >unto al otro, abra=ados, unidos coo si
pertenecieran al iso bloEue de piedra 5 un escultor los "ubiera
dise2ado en la propia roca. Estn "undidos el uno con el otro,
proGundaente 5 casi sin o!iiento al#uno. De>an Eue el iperceptible
121
despla=aiento de un dedo en la piel les procure sensaciones deliciosasK
coparten el soplo de la brisa.
Son Gelices, 5 la Gelicidad es tan copleta Eue "ace necesarias 5
e!identes todas las !ueltas 5 re!ueltas de sus e@tra2os destinos. En ese
instante, sin e@plicacin al#una, estn unidos en la certe=a de Eue todo
est bien. Sus eociones ondulan ba>o la lu= de la edia luna.
En al#unos oentos se petriDcan en una ino!ilidad tan perGecta
Eue su respiracin casi se detiene 5 podr7an creer Eue se "an con!ertido
en piedraK en otros estn tan Gundidos el uno en el otro Eue Jotan coo a
lo lar#o del r7o, cu5o ruido les acopa2a, cu5o ruido est en ellos.
Iablan sin o!er los labios? las palabras son coo las anos, coo
los latidos del cora=n, coo la lu= 5 las sobras, eleentos, entre otros,
de una dan=a de sus dos cuerpos en edio del uni!erso.
Anaa5a es la priera Eue se separa.
6abriel no siente suGriiento al#uno.
La !e ponerse con #racia su anaco 5 tenderle el unku.
Se sienta a su lado. Su irada se pierde en la sobra de la onta2a,
all7 donde "a cre7do adi!inar al#unas "ornacinas e@ca!adas en la roca.
T<o5 a contarte un !ia>e Tcoien=a ella, ururando.
6abriel escuc"a a Anaa5a, Eue le cuenta la tra!es7a de la piedra, su
!uelo de cndor por encia de la ciudad secreta.
La escuc"a ientras le cuenta la "istoria de la roca Eue "abla, el
rostro del !ie>o Iua5na Capac. Oecuerda Eue, "ace uc"o tiepo, ella
estaba a su lado.
Anaa5a repite a 6abriel las palabras del inca, 5 aunEue no todas
"acen la lu= en Hl, todas le lle#anK por una ra=n? no todas disipan los
eni#as Eue le rodean, pero con el urullo de su !o= siente una pa=,
un abandono Eue nunca antes "a sentido. Ia5 un #o=o incluso?
coprende Eue no slo "a depuesto las aras, sino Eue el esp7ritu de
#uerra lo "a abandonado tabiHn.
Coprende Eue la #uerra le "a "ec"o o!erse, o!erse sin cesar
desde aEuel triste d7a en Eue aEuel a Euien llaaba su padre, en secreto,
lo sac con desprecio de una a=orra.
Tiene la ipresin de !olar con ella por encia de su !ida, del iso
odo Eue ella !ol, con Xatari, por encia de este !alle isterioso. Mira
sus batallas, sus !iolencias, sus ipulsos, sus clerasK los !isita, no coo
un e@tran>ero, sino con una especie de nue!a indul#encia, un
apaci#uaiento de todo su ser Eue le da deseos de susurrar? LQA"R,
bueno, slo era eso...N, lo Eue nada Euita a la ternura Eue siente por sus
escasos ai#os ni, claro est, a la bola de Gue#o de aor Eue arde en su
!ientre.
Sondea ese aor 5 ide deslu"rado su potencia, sus poderes casi
inDnitos. Da la !uelta a su iedo.
Lue#o, todo el paisa>e desaparece, 5 o5e resonar, coo una capana,
la !o= inJe@ible de Manco? LAntes del alba Trepite el >o!en inca rebelde
T, antes del alba.N
Le parece !er co la cresta de la onta2a del antepasado se iluina
le!eente.
Anaa5a se estrec"a contra Hl.
122
TCa sabes lo Eue sH TdiceT. Nada se te "a ocultado. Te Eueda
toda!7a por !i!ir lo Eue debes !i!ir para reunirte coni#o. Nos Eueda
a#uardar a Eue los si#nos se cuplan.
TUCo lo sabreosV
Anaa5a recuerda Eue ella "i=o la isa pre#unta cuando Xatari le
dio su lla!e de piedra.
TLo sabreos. Lo sabrs al i#ual Eue 5o.
TUEsperareos uc"oV
Ia5 en su odo de decir Luc"oN una sFbita e ipre!ista inEuietud,
coo si el ni2o brotara en Hl 5 reclaase su Gelicidad en se#uida,
dispuesto a patalear de no obtenerla.
El alba est a"7.
La lu= de un aarillo plido se ri=a en las crestas, 5 la noc"e "u5e.
Cada instante es un #rano de arena Eue cru>e en su cora=n ientras
Anaa5a, a #uisa de respuesta, posa un lar#o beso en sus labios.
Se le!antan al iso tiepo 5 !uel!en a abra=arse, alternando unos
ipulsos de !iolencia capaces de Euebrarse 5 #estos pre2ados de dul=ura
5 delicade=a. En un esGuer=o Eue casi le corta la respiracin, 6abriel
consi#ue desprenderse de ella.
TTe ao Tdice Anaa5a.
La ira, 5 las i#enes de todos los rostros Eue de ella "a tenido, de
todas sus sonrisas 5 de todas sus l#rias, se Gunden en una sola, donde
se pierde en el la#o de a#ua tranEuila de sus o>os. Cree !er all7 el reJe>o
de la cubre de una onta2a.
TUEsperareos uc"oV Trepite, aunEue s dulceente.
Ella posa un dedo en sus labios.
TTe ao Tdice de nue!o con !o= s Guerte aFn.
Su Fltia irada es para el antepasado.onta2a. L&eranece en i
aliento 5 conG7a en el pua...N Las palabras lle#an a su cora=n 5 le dan
el Fltio !alor Eue le Galta.
La siente in!il a su espalda ientras coien=a a ba>ar "acia el
caino Eue JanEuea el r7o.
No se !uel!e por iedo a detenerse 5 ser incapa= de "acer lo Eue
debe "acer. A"ora lo sabe, lo coprende 5 lo acepta "asta lo s "ondo
de su cora=n.
Lue#o, su paso se acelera ientras se apresura "acia las canchas.
Cuando cru=a el puente, la priera lu= del sol se posa en su Grente, 5
Hl parpadea.
Tercera parte
,/
123
LA6O TITICACA, MAOBO DE ,9$/
Apenas es de d7a. Ana brua transparente se desli=a con lentitud por
la isla de la Luna. El la#o peranece in!isible aFn.
Todo est silencioso. Casi no se percibe la resaca de las olas en la
pla5a de #ui>arros.
Dando la espalda al teplo de Puilla, 6abriel est sentado en el
Frete de la s alta terra=a. &ese al #ran anto de lana a=ul Eue lo
en!uel!e, el Grescor del alba le pone la carne de #allina. Coo cada !e=
Eue acude aEu7, es presa de la poderosa serenidad de ese lu#ar sa#rado
Eue tan bien conoce a"ora.
Le #usta ese instante en el Eue el cielo 5 el la#o parecen estar "ec"os
slo de la isa ateria lec"osa 5 !il, en cu5o cora=n la lu= no de>a
de crecer. Su sentiiento de soledad es intenso 5, sin ebar#o, podr7a
creerse arrastrado por la onipotencia de la !ida 5 del d7a naciente.
C lue#o, la brisa de la a2ana se "ace s Guerte. Le!anta sus
cabellos rubios 5 a#ita su barba, Eue se "a "ec"o lar#a. &rocedente del
sur, des#arra la brua en !olutas 5 >irones, Eue epu>a "acia el norte,
a#rupados coo una >aur7a al #alope. Las laderas de rasa "ierba 5 de
arbustos de la peEue2a isla aparecen. Cuidadosaente subra5ado por los
uros de piedras ocres 5 pardas, el preciso dibu>o de las terra=as
cereoniales se des!ela "asta las orillas del la#o de a#uas sobr7as,
estriadas por la espua de las cortas olas.
Mu5 pronto se !islubra toda la inensidad del Titicaca. Le>os, "acia
el este 5 el norte, 6abriel distin#ue poco a poco las !erti#inosas laderas
de los apus, antepasados.onta2a 5 puntillosos #uardianes del #ran la#o
del ori#en del undo. Oeple#ndose "acia el barranco, las Fltias
sobras de la noc"e se =abullen all7, una a una, ientras la brua se
disuel!e en lo alto del cielo, 5a a=ul. Los prieros ra5os de sol encienden
de oro las nubes al#odonosas a#arradas a las cubres del Anco"ua 5 el
Illapu. Brillan en sus laderas eternaente "eladas, ro=an los canc"ales,
los acantilados 5 las asas de "ielo.
Lue#o, u5 pronto, las cubres de las des onta2as estn, a su
!e=, cubiertas de oro. El la#o se !uel!e de un a=ul sobr7o 5 espeso. Las
riberas parecen le!antarse. Coo un pa!o real Eue oGreciera su
adirable ata!7o, las iles de terra=as Eue se ci2en a las riberas del
oeste desplie#an una ir7ada de !erdes 5 Goras #eoHtricas de sua!es
cur!as, sutilente en#astadas. &or un instante, 6abriel tiene la
e@traordinaria sensacin de asistir al naciiento del undo. &ero de
pronto, ante Hl, u5 al norte, des!elada por los Fltios bancos de
bruas, aparece la Madre Luna. &erGectaente redonda, enore, se
antiene >usto por encia del la#o con los reJe>os de las onta2as.
&eranece lar#o rato as7, lo bastante coo para Eue 6abriel pueda
se#uir el so2ador odelado de sus sobras, la transparencia de su Gul#or
diGuinado, poco a poco, por la claridad del d7a.
124
C lue#o, de pronto, el sol GranEuea los #randes apus. Ce#ador, arro>a
su Gue#o por todas partes. La superDcie del la#o, tan oscura oentos
antes, se transGora en un insostenible espe>o.
Entonces, la luna se esGua. Con un respin#o, 6abriel escuc"a tras Hl
el canto?
!"h, (uilla, Madre nuestra, qu1 )r&a ha sido la noche!
!"h, (uilla, Madre nuestra, estr1chanos en tus brazos!
!"h, Madre Luna, abr+zanos!
,l >ol bebi8 de tus pechos la leche del d&a.
,l >ol lanz8 la leche de la %ida en tu %ientre.
!"h, Mama (uilla! 3escansa en el )ondo del #iticaca.
Cruza la sombra de la noche.
Buel%e con nosotros al ma:ana que no ha nacido.
.incha nuestros %ientres y nuestros pechos.
!"h, Madre Luna!
,n el Mundo de 4rriba,
en el Mundo de 4ba'o,
abr+zanos,
pues somos tus hi'as.
!"h, Mama (uilla!
Son unas die= ancianas salodiando la ple#aria.
Con los bra=os le!antados "acia lo alto, cla!an sus plidos o>os en el
disco, cada !e= s diGano, de la luna. Ana !e= s, el canto de adis
sale de sus labios arru#ados e "inc"a sus desdentadas bocas. &untFan
cada una de las llaadas con un bre!e o!iiento de caderas Eue "ace
ondular sus capas, en las Eue se "an cosido placas de plata.
E@tra2aente, ientras Eue sus rostros parecen no tener 5a edad,
dir7ase Eue, ba>o los esplHndidos te>idos, sus !ie>os cuerpos "an
conser!ado una #racia >u!enil.
Tras ellas, los ediDcios del teplo de la Luna deliitan, en tres
costados, un patio de contornos perGectos. Trece puertas de arcos 5
dinteles de piedra ocre, tan traba>adas coo antas, dan a las celdas
conti#uas a las terra=as superiores. Ante cada puerta se "alla una
uc"ac"a Eue !iste una tFnica blanca, con el pec"o cubierto por una
placa de plata.
6abriel no puede e!itar un estreeciiento. Se le!anta 5 a#uarda el
Dnal de la ple#aria con los Fsculos entuecidos.
Cuando las sacerdotisas callan, tres adolescentes sur#en de una de las
estancias del teplo. Dos de ellas lle!an en sus bra=os unos cumbis de
lana de !icu2a tan Dnaente tren=ados Eue parecen no tener peso
al#uno. La tercera se diri#e "acia 6abriel 5 le tiende una lar#a tFnica con
sencillos oti!os dorados 5 ro>os.
Sin decir palabra, se Euita el anto 5 aparece slo en caisa 5 cal=n
de terciopelo. La uc"ac"a le a5uda a pasar la cabe=a por el estrec"o
oriDcio de la tFnica, Eue lo cubre por copleto 5 de>a !er tan slo la
punta de sus botas.
125
El olor anial de la lana 5 los tintes llenan su nari=. Lan=a una Fltia
irada "acia las onta2as, enteraente irisadas a"ora por el sol del
alba, 5 se inclina ante la s anciana de las sacerdotisas.
TEsto5 listo, "i>a de Puilla Turura con respeto.
Las ancianas lo rodean 5 le preceden "asta una sala cie#a, iluinada
slo por al#unos candiles. All7, cada una de ellas deposita unas "o>as de
coca en un brasero.
Con ruidosa precipitacin, epu>an a 6abriel "acia un lar#o cortina>e
de sordos colores. Ana de las sacerdotisas lo le!anta 5 entra en un
pasadi=o oscuro, estrec"o 5 de e@tra2os recodos Eue se "unden, al bies,
en el uro. Cinco ancianas desaparecen entonces. Sinalente, 6abriel
siente las anos Eue le epu>an a la absoluta oscuridad del pasadi=o.
Apenas "a cru=ado el cortina>e 5 no !e 5a nada. Cie#o, tiende sus
anos "acia adelante 5 palpa el Gresco uro. La superDcie del re!oEue es
sorprendenteente sua!e, tan pulida coo el cuero por los iles de
dedos Eue la "an ro=ado 5a.
El pasadi=o #ira en n#ulo recto, "acia la i=Euierda, 5 se reduce
repentinaente. 6abriel se detiene, pero, a su espalda, una anciana, tan
cercana Eue siente en la nuca su re#ular aliento, urura una protesta 5
le ordena Eue si#a. 6abriel se coloca de perDl. Oo=ando el uro con el
pec"o, a!an=a con prudencia al#unas !aras antes de descubrir, por una
especie de rendi>a apenas lo bastante anc"a para Hl, una nue!a estancia,
s !asta Eue la precedente 5 terribleente "uosa.
All7, en una de las paredes, cuatro "ornacinas o>i!ales estn
acribilladas de peEue2os oriDcios cuadrados 5 de>an pasar al#o de lu=. En
el e@treo opuesto, a dos !eces la altura de un "obre, brilla un disco de
plata sua!eente abobado. En una ia#en dilatada, redondeada 5
distorsionada, coo en un espe>o deGore, se reJe>an los uros de la
estancia 5 las !iles sobras de las u>eres. Deba>o, dos #randes
braseros de terracota, ricaente pintados, "uean abundanteente 5
apestan el espeso aire. Al olor cido del estiHrcol de llaa seco, Eue sir!e
de cobustible, se e=clan relentes de #rasa 5 de entra2as calcinadas,
el sabor areante de las "o>as de coca Eueadas 5 el a#rio relente de la
cer!e=a sa#rada. El "uo es tan denso 5 tan anti#ua 5 tan bien
antenida la "edionde= Eue parece Eue los propios uros estHn
ipre#nados de ellos.
6abriel, a su pesar, se cubre la boca 5 la nari=, e inicia un retroceso.
&ero las ancianas se apretu>an 5a a su alrededor. Al#unas a#arran sus
anos, sus bra=os e incluso su cuelloK otras asen los plie#ues de su lar#a
tFnica. As7, coo un Fnico 5 e@tra2o cuerpo soldado, lle#an al centro de
la estancia, produciendo torbellinos de "uo acre. 6abriel, con los o>os
irritados, !e la sorprendente asa retorciHndose, coo un reJe>o l7Euido,
en el disco de plata ientras las ancianas salodian sordaente?
!"h, (uilla, Madre nuestra!, estr1chanos en tus brazos.
!"h, Madre Luna, abr+zanos!
126
La s anciana de las sacerdotisas a#ita !iolentaente las brasas en
los braseros. Slo entonces ad!ierte 6abriel Eue el cuello de los braseros
est decorado con una cabe=a de pua ru#iente. La sacerdotisa arro>a
una llu!ia de "o>as de cocaK lue#o, unas peEue2as ra7ces, cu5o perGue,
pr@io al del incienso, cubre por un instante todos los des olores.
&ero, casi en se#uida, 6abriel siente Eue la irritacin de sus o>os se "ace
tan insoportable Eue las l#rias brotan ba>o los prpados. Su>etndolo
Dreente, las u>eres Eue le rodean epie=an a balancearse a
derec"a e i=Euierda. Le arrastran en su pataleante dan=a con tanta Guer=a
Eue siente Eue su cuerpo pierde el peso, coo si Guera slo una u2eca
Eue ellas a#itaran #iiendo?
!"h, Madre Luna!
en el Mundo de 4rriba,
en el Mundo de 4ba'o,
abr+zanos...
A"ora, la s anciana de las sacerdotisas est Grente a Hl. Le!anta su
ano derec"a 5 acaricia el disco de plata, donde se ue!e una ia#en
cada !e= s enloEuecidaK lue#o toa una >arra de chicha. &rosi#uiendo
su enHr#ico balanceo, inclina la !asi>a 5 !ierte a su alrededor, e incluso
en las brasas, el a#rio l7Euido #ritando?
!"h, (uilla, bebe por nosotros!
!"h, Madrecita, bebe por 1l!
El aire de la estancia es del todo irrespirable. Con la boca abierta de
par en par, 6abriel busca su aliento. Las l#rias corren por unos o>os
tan doloridos Eue le parece Eue "a5 arena corriendo sin cesar ba>o los
prpados. Puisiera Grotrselos, apaci#uar la Euea=n, pero las ancianas
col#adas de Hl no liberan ni por un se#undo sus bra=os 5 sus anos.
Apenas si percibe Eue la sacerdotisa de>a en los braseros los adirables
te>idos de las !7r#enes, cu5os tornasolados colores resplandecen por un
bre!e instante en el disco de plata.Mientras el "uo se disuel!e un
bre!7sio instante, antes de auentar en !olutas ne#ras 5 pesadas, el
balanceo de las ancianas se "ace s ner!ioso 5 desordenado.
En los braseros, los cumbis se retuercenK las delicadas bri=nas de lana
se con!ierten en cortas llaas !erdes 5 a=ules Eue de!oran los
adirables dibu>os. Los colores sin par crepitan. Ano a uno, los plie#ues
de te>ido caen en las brasas. 6abriel siente Eue el "uo, Eue penetra en
su boca coo una pasta abrasi!a, inJaa su #ar#anta 5 sus pulones.
Cada bocanada es una uerte. Sus dedos se cierran con !iolencia sobre
los "obros de las u>eres, pero, con pasosa Guer=a para sus !ie>os
cuerpos, ellas lo soportan Gcilente 5 no de>an de salodiar.
Le!antando con diDcultad sus prpados, 6abriel apenas !e el disco de
plata 5 la sobra de la sacerdotisa. La nusea pre!alece 5 terina
asD@indolo, pero las !ie>as le estrec"an s aFn.
127
De pronto se "ace el silencio 5 los o!iientos cesan.
&uede entonces entre!er la e@tra2a dan=a del "uo ante el disco de
plata de Puilla. Es un "uo de colores !ariados? de un blanco puro aEu7,
un !apor aarillento all, pardo, casi ne#ro, o tabiHn los torbellinos de
un #ris Eue se !uel!e !erde 5, lue#o, ro>o. Los o!iientos son
contradictorios 5 aberrantes. &esadas tren=as de "uo caen "acia una
poderosa capa lisa 5 ascendente antes de disiparse en !olutas
transparentes, entree=clando sus ati=ados tintes antes de
desaparecer en un !apor conGuso 5 brutal, ientras opacas Guarolas se
atorbellinan en espiral >unto al disco de plata, coo si e@ca!aran en Hl un
po=o.
Mientras, la oscuridad de la estancia se "ace aena=adora. Los uros
5 la estrec"e= del paso parecen cerrarse coo un pu2o Eue se apretara.
6abriel siente un nudo en la #ar#anta, coo si le dieran #arrote. Sus
piernas, sus r72ones, sus "obros, todos sus Fsculos parecen de un
peso tan e@traordinario Eue no podr7a ni le!antar un pie. Su cora=n
#olpea las costillas coo si Euisiera roperlas. Con los o>os desorbitados
a pesar del dolor, distin#ue el esbo=o de un rostro en el disco de plata.
&ero un se#undo despuHs, 5a no "a5 nada, sal!o oscuridad, 5 sabe Eue
est uriendo. <e la san#re brotando de sus o>os 5 su boca. Se !e
suiHndose en la nada.
Sin ni siEuiera lan=ar un #rito, se arranca de las anos Eue le retienen.
Epu>a a las ancianas, las arro>a al suelo 5 se lan=a "acia la #rieta del
uro Eue sir!e de salida. IiriHndose las palas 5 la Grente con las
paredes deasiado estrec"as del pasadi=o, "u5e por Dn de aEuella
estancia inGernal 5 con la boca abierta de par en par se precipita Guera del
teplo al !i!o aire de la a2ana.
&eranece lar#o rato estirado en la "erbosa e@planada del teplo,
con los o>os cerrados para recuperar el aliento.
Cuando le!anta por Dn la cabe=a descubre a la s anciana de las
sacerdotisas, de pie, a pocos pasos de Hl. Ms atrs, ante una de las
puertas del teplo, "a5 un #rupo de uc"ac"as. Curiosaente, todas
tienen el rostro sonriente 5 ale#re, 5 una a#uda risa transGora el rostro
de la sacerdotisa en una scara desdentada.
TQTe "ab7a a!isado, e@tran>ero del pelo de oroR Te@claaT. Te "ab7a
dic"o Eue no soportar7as el "uo del encuentro. Slo las u>eres 5 los
"obres u5 !ie>os soportan la prueba 5 son capaces de desli=arse en el
disco de plata.
&asando las anos por la cabe=a, Eue aFn le =uba, 6abriel se
incorpora 5 ec"a a la !ie>a una irada sin sipat7a.
TTal !e= no sea capa= de suGrir la prueba T#ru2eT, o tal !e=, tF no
seas capa= de producir el "uo del encuentro.
Ana !e= s, la anciana se r7e, pero su risa es tan !iolenta coo
bre!e.
TQTus palabras no son sino una arru#a en el la#oR Tasesta con
seriedadT. Me pediste Eue te condu>era >unto a la Coya Ca2maquen a
tra!Hs del "uo 5 te di>e Eue no lo lo#rar7as. Son 5a tres !eces Eue lo
intentas 5 tres !eces Eue Gracasas.
128
TUTal !e= la Coya Camaquen no puede 5a o7reV UTal !e= "a5a
pasado al Otro MundoV
La anciana sacerdotisa recibe sus pre#untas con una ueca de
desprecio.
TEres u5 pretencioso, e@tran>ero de cabellos de oro. &uesto Eue no
toleras el "uo, crees saber e>or Eue 5o lo Eue si#niDca el silencio de
Puilla. No dudes Eue, de "aberlo Euerido, "ace un rato podr7a "aberte
de>ado sin aliento por las buenas. El doinio de Puilla les est pro"ibido,
desde siepre, a los "obres aFn !i#orosos. Sin ebar#o, el #ran
pachacuti se "a iniciado 5 la Madre Luna necesita de ti.
Enco#iHndose de "obros, 6abriel se aparta de la !ie>a 5 de sus
reproc"es. Lue#o se ale>a 5 coien=a a Euitarse la lar#a tFnica con
pasosa a#ilidad. &ero la sacerdotisa se reFne con Hl 5 le a#arra la ano.
TQNoR TordenaT. No puedes partir as7. Debes ser!ir a Puilla para Eue
perdone tu #roser7a.
TUPuH Euieres decirV
Sin responderle, la sacerdotisa "ace una se2al en direccin a las
uc"ac"as.
TSi#ue a las Ii>as de la Luna 5 "a= lo Eue te pidan.
TNo Tprotesta 6abrielT. Se "a terinadoK basta 5a por "o5 de estas
tonter7as.
TSi#Felas Trepite la sacerdotisa sin soltar la ano de 6abrielT.
Puilla lo Euiere 5 sabr responder a tus pre#untas.
TQApin#uelaR QApin#uelaR
El #rito de la uc"ac"a resuena a proa.
TQApin#uelaR QApin#uelaR
La !eintena de u>eres Eue ocupan la ebarcacin repiten a coro el
iso #rito, se2alando con el dedo un islote de sua!es laderas, Eue
apenas eer#en de las a#uas del la#o.
6abriel se le!anta penosaente para !er e>or 5 se a#arra al stil
de la lar#a ebarcacin de ca2as. &ero la oscilacin de la barca en las
cortas 5 brutales olas lo obli#a a sentarse en se#uida. Ana risa burlona
saluda su inFtil esGuer=o, ientras las u>eres !uel!en a cantar con
Ger!or?
,l >ol, la Luna,
el d&a y la noche,
la prima%era y el in%ierno,
la piedra y las monta:as,
el ma&z y la cantuta.
!"h, (uilla!,
t$ eres la leche y la simiente,
t$ abres los muslos,
para el calor de la noche.
!"h, (uilla!, es tu %oluntad,
el que se ale'a del #iticaca
est+ ya en el camino de regreso.
129
El !iento del sur "inc"a la e@tra2a !ela de totora, una ca2a Dna 5
Je@ible, tren=ada u5 prieta, 5 Eue no est le>os de tener la eDcacia de
una tela ordinaria. El casco de la barca est "ec"o de un iso
ensabla>e !e#etal, reunido en #randes 5 conGortables ec"as, donde
las uc"ac"as estn tendidas. Sin ebar#o, despro!isto de Euilla, de
reos 5 de #obernalle, el barco a!an=a entrecortadaente, diri#ido slo
por la !ela o con la a5uda de lar#as pHrti#as cuando el Gondo del la#o lo
perite. As7, "an necesitado casi un d7a de na!e#acin para acercarse al
islote Eue las Ii>as de la Luna llaan Apin#uela. C durante toda esa
>ornada, sus copa2eras no "an de>ado de re7r 5 cantar.
6abriel es el Fnico "obre a bordo 5, desde "ace "oras, el centro de
atencin 5 de las broas. Ni una sola de sus copa2eras "a Euerido
responder a sus pre#untas? Uadonde le lle!an 5 para EuHV UPuH Euiere
Puilla de HlV
TCa !ers, 5a !ers Tresponden ellas con di!ertida risitaT. Maa
Puilla slo piensa en tu Gelicidad.
Tapoco "an aceptado Eue colabore en la na!e#acin. A"ito de chicha
5 Grutas de la sel!a, atontado por el duro sol Eue #olpea el la#o coo una
llaa blanca, se "a dorido buena parte del d7a para despertar con la
nusea en los labios.
A"ora, el !iento contiene 5a la Grescura del anoc"ecer, 5 la inclinacin
del sol alar#a las sobras de las riberas rocosas del islote Eue se
apro@ia. De pronto, las uc"ac"as callan. Ca slo se o5e el c"irriar de
los cabos en el stil 5 en la bala, 5 el c"apoteo de las olas "endidas
por el casco de ca2a. Los rostros se tensan, serios 5 atentos.
Sorprendido, 6abriel se incorpora de nue!o. Sus o>os re#istran la costa
del islote buscando un si#no de !ida, una ebarcacin Eue sal#a a su
encuentro. &ero las laderas de la isla slo estn cubiertas de caticas
placas de rocas, see>antes a ti=ones cristali=ados, sebrados aEu7 5 all
de atas de ichu o de arbustos retorcidos por las !entoleras.
TQApin#uelaR Turura de nue!o la uc"ac"a de la proa.
C la Eue est u5 cerca de 6abriel tiende el bra=o "acia la punta este
de la isla.
TAll7 Tdice dulceente se2alando una sobra s anc"a Eue las
des, entre las rocas Eue se "unden en el la#oT. QApin#uelaR El !ientre
de la Madre Luna est abierto.
6abriel distin#ue a ras de a#ua la boca de una #ruta see>ante a una
ra>a, cu5a alta punta perite acceder al cora=n de la isla.
Antes incluso de entrar en la #ruta, las Ii>as de la Luna se atarean.
Anas arr7an la !ela, ientras otras toan unas lar#as pHrti#as para diri#ir
la barca. Al#unas sacan las brasas antenidas en una bolsa de cuero 5
encienden, con uc"o cuidado, una decena de antorc"as. Cuatro
u>eres, en el centro del barco, apartan los cumbis Eue en!uel!en una
urna de piedra 5 una Euincena de D#uritas de oro Eue representan llaas
5 u>eres de enudos pec"os, prote#idos por sus bra=os.
Mientras la ebarcacin se desli=a por la abertura de la roca, 6abriel
percibe el e@tra2o soplo caliente Eue brota de ella. Las llaas de las
antorc"as !acilan. Lue#o, todo se !uel!e de una tibia cala. Las paredes
interiores son lisas 5 estn recubiertas "asta lo alto de la b!eda natural
por un us#o poco #rueso. La superDcie del a#ua es perGectaente lisa,
130
sin onda al#una 5 de una transparencia tal Eue la lu= de las antorc"as
basta para !er el cercano Gondo.
Todas las u>eres estn de pie, silenciosas, !ueltas "acia adelante.
TabiHn 6abriel Euiere le!antarse, pero dos anos lo obli#an con Dre=a
a peranecer sentado.
Epu>ada por las pHrti#as, la #ran barca a!an=a en la oscuridad de la
#ruta, Eue se separa de pronto en dos tenebrosos raales. Sin !acilar, las
Ii>as de la Luna toan la #aler7a de la i=Euierda, s anc"a 5 cu5o Gondo
parece "undirse brutalente, desapareciendo ba>o un a#ua eseralda
Guera del alcance de la lu= de las antorc"as.
AEu7, el e@tra2o calor es cada !e= s Guerte. Anas #otas de sudor
brotan 5a de la Grente de 6abriel 5 le resbalan por la espalda. Las paredes
de la #ruta se estrec"an 5 los bordes redondeados de la barca de totora
se Grotan sua!eente con el us#o.
La ebarcacin a!an=a unas !einte !aras sK lue#o se detiene.
EstupeGacto, 6abriel descubre Eue un disco de plata, tan anc"o coo el
de la estancia de los sacriDcios del teplo de la Luna, obtura el paso.
Sin decir palabra, las u>eres "unden las antorc"as en las anillas
esculpidas en las o"osas paredes. 4untas, en un urullo, repiten su
estribillo. Lue#o, todo !a tan de prisa Eue 6abriel no tiene tiepo para
protestar, ni siEuiera para coprender.
En un abrir 5 cerrar de o>os, las s >!enes Ii>as de la Lunase
des!isten 5 se =abullen en el a#ua. Las des, a su !e=, se desnudan.
Molesto, 6abriel se le!anta, apo5ndose en la pared de la #ruta. Puiere
apartar el rostro, pero las u>eres le!antan 5a su tFnica 5 se la Euitan,
sin !acilar en arrancar su caisa 5 tirar de sus cal=as.
TQE"R T#ru2e rec"a=ando las anosT. &ero UEuH estis "aciendoV
Su !o= estalla en la #ruta con la !iolencia de un ru#ido. &arece Eue
incluso el disco de plata !ibre. Slo le responden las risas. Sus
copa2eras "acen s Guer=a 5 des#arran lo Eue le Eueda de ropa. C
ientras Hl si#ue luc"ando, le atan en las u2ecas un Dno cordn.
TQCara>o, estis locasR T#rita 6abriel, "aciendo estreecer de nue!o
el aire de la #ruta.
&ero la !er#Wen=a de su desnude=, la ebria#ue= Eue palpita aFn en
sus sienes 5 tabiHn la estupeGaccin ante lo Eue le sucede, lo de>an tan
dHbil coo un reciHn nacido.
Mientras intenta torpeente desatar el cordn de sus u2ecas, con
destre=a las u>eres enrollan el otro e@treo en la proGunda uesca
practicada alrededor de la urna de piedra.
Lue#o, dos Ii>as de la Luna la le!antan 5, tirando de 6abriel, tras ellas,
la arro>an sin !acilar por la borda.
Con un #rito de Guror, 6abriel se siente arrastrado por el peso de la
urna. En un Fltio esGuer=o, intenta su>etar la pesada asa de piedra,
pero el cordn le sie#a las u2ecas. Abandonndose con un #eido
!encido, slo tiene tiepo de respirar por Fltia !e= antes de Eue su
rostro #olpee la superDcie del a#ua 5 desapare=ca por entero en ella.
&ara su sorpresa, el a#ua est tan tibia coo el aire de la #ruta.
Cuanto s se acerca al Gondo, s caliente est. El descenso dura poco.
Dos !aras, tal !e= tres coo @io. Lue#o, la urna se posa 5 un sordo
131
c"oEue se e@tiende en el a#ua. Con los dedos, Hl iso toca el Gondo
rocoso. &or encia, a tra!Hs del a#ua u5 poco turbia, adi!ina la lu= de
las antorc"as. &ero parece u5 le>ana, inalcan=able.
Intenta de nue!o desatarse las anos. &ero entonces las siente a su
alrededor? todas las Ii>as de la Luna le rodean a"ora, nadando
"bilente. Al#unas tienen delante las D#uritas de oro, cu5os reJe>os
estr7an el a#ua coo peces.
Coien=a a Galtarle la respiracin. El pnico lo doina al iso
tiepo Eue el dolor en el pec"o.
Las u>eres no de>an de nadar a su alrededor, ro=ndole cada !e=
s, acaricindolo, palpndolo. Puisiera #ritar para Eue le liberaran 5
apaci#uar sus ardientes pulones. Sin ebar#o, la dan=a de las u>eres
parece "acerse s lenta 5 dulce. Apenas si adi!ina Eue le!antan la tapa
de la urna para depositar all7 las estatuillas de oro.
Sus sienes laten con inaudita !iolencia. El Gue#o de su pec"o se
e@tiende por todo su cuerpo 5 des#arra sus Fsculos coo si la san#re,
de pronto, coen=ara a "er!ir. La asD@ia enara2a sus sentidos. Le
parece Eue !uel!en a acariciarle el rostro, las nal#as, el !ientre. Se a#ita,
da pu2eta=os, #olpea cuerpos. &ero si#uen abra=ndole, cada !e= s
cerca. Muslos 5 bra=os lo en!uel!en.
Entonces, al#o cede.
De>a de pensar en !i!ir o en orir. Siente un cuerpo de u>er >unto al
su5o 5 reconoce el calor de Anaa5a. Se apaci#ua de pronto.
Se siente le!antado, arrastrado, prote#ido.
Slo busca el rostro de la aada, le>ana 5 nunca ol!idada.
Laentableente, antes de lo#rarlo, la len#ua de Gue#o reaparece en
sus pulones. An aullido ronco le des#arra la #ar#anta.
Sin abrir los o>os, coprende Eue respira de nue!o.
De carne a carne, de bra=o a bra=o, sus e>illas desli=ndose de un
pec"o a otro, le lle!an "asta la barca.
El dolor de su respiracin es tan terrible coo el de la asD@ia.
LNo "e !isto su rostroN, piensa con an#ustia.
Se estreece, a#itado por teblores ner!iososK sus dientes
casta2etean. Le secan. Anas anos lo acarician 5 reanian la san#re de
sus !enas. Cuando abre los prpados, con la !ista enturbiada por la
cabal#ada de su cora=n, adi!ina sobre Hl unos rostros sonrientes.
TNo "e !isto su rostro Turura aFn.
TMaa Puilla slo se uestra cuando lo desea Tresponde una u>er
con dul=ura.
TEl rostro de Puilla, no Tprotesta 6abrielT. QEl de Anaa5aR
TPuilla tiene todos los rostros Tresponde otra u>er.
<uel!e el calor 5 la dul=ura de las caricias le alcan=a por Dn.En un
Fltio esGuer=o, intenta reunir toda su conciencia para ensablar los
ras#os de Anaa5a 5 "acerlos tan perceptibles coo si pudiera ro=arlos
con los dedos.
En !ano.
Slo siente en Hl las insistentes caricias de las Ii>as de la Luna, los
labios Eue buscan su carne 5 su placer. Anos dedos toan su se@o,
"inc"ado 5a. Sin le!antar los prpados, adi!ina los uslos Eue se abren 5
las caderas Eue salen a su encuentro.
Se abandona, "u5endo del ol!ido de Anaa5a.
132
*+
<ILCABAMBA, MAOBO DE ,9$/
TQEscuc"aR QEscuc"aR
Anaa5a se le!anta 5 el a#ua del r7o Gora torbellinos en torno a su
cintura.
El instante es slo esplendor. Le>os, en el e>e del ca2n, el cielo se "a
inJaado, resbalando del oro al ro>o coo el perGecto te>ido de un cumbi,
ientras si#ue siendo de un a=ul u5 plido, casi !erde, en el cHnit.
&or priera !e= desde "ace d7as no "a llo!ido, 5 la "uedad de la
>un#la es enos asD@iante. A estas "oras del atardecer, las riberas del r7o
encerrado entre acantilados de !erdor, tan densos Eue parecen
inGranEueables, !uel!en a !i!ir.
TEscuc"a Tsusurra de nue!o Anaa5a, con el rostro diri#ido a#uas
arriba.
A pocos pasos de ella, suer#iHndose #olosa en la !il a#ua, Curi
Ocllo, la bell7sia 5 >o!en esposa de Manco, se Eueda in!il, se pone de
pie en los #ui>arros del r7o e incorpora el cuerpo s entrado en carnes
Eue el de Anaa5a, pero de proporciones perGectas. Srunciendo el ce2o,
se cubre con las anos los pec"os de pardas aureolas, se !uel!e "acia el
!alle 5, lue#o, sacude con incoprensin la cabe=a.
TUPuH Euieres Eue escuc"eV
Con la ano, Anaa5a le ipone silencio. Su irada asciende "acia
las s altas Grondas Eue doinan la peEue2a cala donde se ba2an.
Anas raas se doblan, 5 lar#as e@tensiones de Golla>e se estreecen
coo por eGecto del !iento. &ero slo son las carreras de >!enes onos
de!ueltos a los placeres del >ue#o por la Grescura del crepFsculo.
En !erdad, slo los ruidos counes 5 tranEuili=adores resuenan en la
>un#la, Eue se ania por la noc"e. El #lu#lF de las oropHndolas te>edoras
cubre, de !e= en cuando, el ruor re#ular de la cascada Eue a#u>erea la
!e#etacin con un c"orro de espua. Ana bandada de cotorras !erdes
atra!iesa el r7o con eno>ados #ritos, 5 su paso enciende la clera de una
decena de aras ro>os 5 a=ules. &or un instante, con Guriosos #ra=nidos, se
entre#an a una =arabanda ante los nidos ocultos en una #rieta del
acantilado. Lue#o se "ace de nue!o el silencioK 5a slo Eueda el urullo
del a#ua.
TEscuc"o, pero no oi#o nada Tdice Curi Ocllo.
133
Se =abulle "asta el cuello en el a#ua Gresca, ientras Anaa5a, con
la irada siepre al acec"o, !i#ila las riberas donde >!enes tortu#as
descansan en los troncos ca7dos.
TLorosK eso es lo Eue "as o7do Tse burla Curi Ocllo, alisando su
pesada cabellera.
TNo TaDra Anaa5aT. Esto5 se#ura de "aber o7do al#o.
Sin ebar#o, Anaa5a se =abulle a su !e= en el a#ua. El redondo
rostro de Curi Ocllo, de ras#os Dnaente dibu>ados, se acerca. Anaa5a
siente las anos de la >o!en posarse con dul=ura en sus "obros.
TEntonces, es Eue "as escuc"ado lo Eue debe escuc"ar una Coya
Camaquen, cosas Eue no lle#an a los o7dos de una u>er coo 5o.
TTal !e=.
TSin duda Tdeclara Curi Ocllo con una ueca de despec"oT. TF 5 el
due2o de las piedras podHis "acer cosas e@tra2as 5 poderosas.
Con un bre!e #esto de la ano, rec"a=a un torbellino de inFsculas
ariposas blancas. Lue#o, #raciosa, se desli=a de espaldas "asta la
ribera, lodosa 5 poco proGunda. Con los prpados cerrados, oGrece toda la
desnude= de su esplHndido cuerpo a las caricias de la corriente.
Con la sonrisa en los labios, Anaa5a est a punto de responderle
cuando, de nue!o, le!anta el rostro, con el o7do al acec"o 5 la irada
escrutadora.
S7, adi!ina un soplo Eue !iene de lo alto del r7o 5 la en!uel!e en un
susurro acariciador. No es nadaK Fnicaente, una sensacin. &odr7a ser
slo una brisa al#o GrescaK el ulular apenas audible de un li#ero !iento
entre las raas de los rboles 5 el espeso Golla>e de la >un#la. &ero de
anera ine!itable adi!ina otra cosa. Siente otra presencia. QEl aliento del
puaR
Q6abrielR
Durante unos se#undos, su presencia la llena por copleto. En un
estreeciiento Eue le estrec"a el !ientre, con los bra=os apretados
contra los pec"os de endurecidos pe=ones, se tensa para o7r e>or, para
percibir aFn e>or. La in!isible caricia la en!uel!e coo un susurro. Cree
sentir las palas 5 el aliento de 6abriel en su piel estreecida. La
eocin es tan !iolenta Eue cierra los prpados en un in!oluntario
abandono. Sin ni siEuiera darse cuenta, susurra su nobre. C lue#o, el
sortile#io cesa tan repentinaente coo "a epe=ado. De pronto se
esGua en el aire clido 5 "Fedo de la >un#la coo una alucinacin.
Anaa5a se rela>a 5 !uel!e a abrir los o>os. Todo es coo antes. El
crepFsculo enro>ece s aFn el cielo 5 la oscuridad crece entre los !erdes
acantilados. Los onos, e@citados por la pro@iidad de la noc"e,
parlotean en las altas GrondasK los loros c"illan para ale>ar a las cotorras,
ientras unas peEue2as nubes de ariposas re!olotean con #racia sobre
la ardiente espua de la cascada.
TUPuH "as sentidoV Tpre#unta con !o= teblorosa Curi Ocllo, Eue se
"a enco#ido en el a#ua.
Anaa5a se sacude con una risita. Los o>os clidos 5 sobr7os de la
>o!en esposa de Manco la e@ainan con una curiosidad en la Eue se
e=cla el espanto.
TQIas !isto al#oR TaDra de nue!oT. Me "as parecido tan e@tra2a
durante unos instantes, coo si no estu!ieras aEu7...
134
Con una sonrisa turbada, Anaa5a se =abulle en el a#ua. Oculta su
desnude= coo si Curi Ocllo pudiera percibir en su piel los rastros de la
e@tra2a caricia de 6abriel Eue los poderosos del Otro Mundo acaban de
transitirle.
Con la pala de la ano retiene los torbellinos de a#ua del r7oK se
roc7a lue#o los "obros 5 la nuca.
TMe ser7a diG7cil de e@plicar.
TPuieres decir Eue est pro"ibido.
TNo, no est pro"ibido. Slo es diG7cil de e@plicar 5 diG7cil de
coprender.
Ana ueca al"uorada abre los "erosos labios, inGantiles aFn, de
Curi Ocllo. Ec"a la cabe=a "acia atrs, con la pesada cabellera a#itada
unos instantes, coo una al#a ne#ra, por la corriente, ientras sus
pec"os redondos eer#en del a#ua, see>antes a dos #ui>arros de
reJe>os dorados.TTeneos Eue re#resar a"ora Tdice Anaa5a.
Ana risita, burlona 5 celosa a la !e=, sacude el !ientre de Curi Ocllo.
TSH lo Eue no Euieres decire, Coya Camaquen. Ias pensado en el
e@tran>ero al Eue aas, en aEuel a Euien todos llais el pua.
Anaa5a !acila antes de sonre7r.
TNo "e pensado en Hl. Lo "e sentido TconDesa.
TUSentidoV USentido coo si te toara en sus bra=osV Te@claa Curi
Ocllo, de pie a"ora, con los o>os u5 abiertos.
Anaa5a se liita a re7r 5 a aprobar con un o!iiento de cabe=a,
antes de alar#ar la ano para toar la de la >o!en 5 arrastrarla "acia la
orilla, donde sus !estidos cuel#an de las raas ba>as de un Dcus.
TUOcurre a enudo Tsi#ue pre#untando Curi OclloT Eue pueda
reunirse conti#o as7V
Anaa5a espera a salir del a#ua para contestar. Con la !o= al#o
apa#ada, la conDdencia suena a conGesin.
TNo se reFne coni#o realente, pero su presencia est a i
alrededor. Me busca. &iensa en 7.
TNo esto5 se#ura de coprender.
TCa te lo "e dic"oK es diG7cil de e@plicar. EstH donde estH, e recuerdaK
Euiere tabiHn estar >unto a 7. Entonces intenta desli=arse en el Otro
Mundo para reunirse coni#o.
TUCo es posibleV
TEs posible porEue es el pua..., 5 unos sacerdotes o unas
sacerdotisas deben de a5udarlo.
Anaa5a conclu5e su Grase con una risita di!ertida. Curi Ocllo,
acabando de !estirse, le lan=a una irada tan desorientada coo
suspica=.
TNo e burlo de ti, Curi Ocllo Tprosi#ue dulceente Anaa5aT. El
undo no es slo lo Eue se !e, 5 los poderosos antepasados !elan por
nosotros. Ia5 Eue conDar en ellos.
TS7, s7, lo sH. Todos dec7s eso? tF, los sacerdotes, el due2o de las
piedras. &ero parece Eue los poderosos antepasados no Euieran !elar por
todo el undo con la isa Guer=aK tal !e=, incluso, se apartan de Manco
5 de 7..., Qcoo de todos los incas, casiR
La !o= de la uc"ac"a se nubla de clera 5 l#rias. Con paso brutal,
toa el caino abierto a tra!Hs de la >un#la, coo si Euisiera "uir por Hl.
TQCuri OclloR
135
TUCunto tiepo "ace Eue el e@tran>ero est le>os de ti, Anaa5aV T
pre#unta con dure=a Curi Ocllo, sin !ol!erse.
T<eintioc"o lunas.
TUC desde "ace !eintioc"o lunas i#noras dnde est aEuel al Eue
llaas el puaV
TS7.
TSin ebar#o, a pesar de todo ese tiepo, no te ol!ida 5 no lo
ol!idas. A pesar de todo ese tiepo, lo sientes >unto a ti 5 tabiHn Hl
debe de sentirte a su lado.
TTal !e=.
TQSin dudaR Esto5 se#ura de Eue lo !es en sue2os, de Eue, a !eces,
incluso te acoplas con Hl ientras dueres. Q<eintioc"o lunasR Tienes
ra=n? los poderosos antepasados os prote#en 5 no Euieren separaros.
QTF 5 un e@tran>eroR
Curi Ocllo da edia !uelta, cerrando el caino a Anaa5a.
TU&or EuHV U&uedes decire por EuH, Coya Camaquen?
Ia #ritado 5, por unos se#undos, el incesante ruor de la >un#la se
suspende.
TNo coprendo tu pre#unta, Curi Ocllo Tresponde Anaa5a con
dul=ura.
La an#ustia 5 el dolor deGoran el "eroso rostro de la >o!en reina.
TIace slo cuatro lunas TbalbuceaT Eue esto5 separada de MancoK
is noc"es estn !ac7as de sue2os, is ba2os son solitarios. <a5a
adonde !a5a, no "a5 a i alrededor presencia al#una de i aado. Los
poderosos antepasados e en!uel!en con Gr7o. Me i#noran, Coya
Camaquen 5a no e apo5an. C creo Eue ni siEuiera apo5an 5a a Manco.
TManco "ace lo Eue debe "acer Tdice en !o= ba>a Anaa5a, con el
cora=n en un pu2o porEue coprende u5 bien las !erdades Eue
conue!en a Curi OclloT. Te aa. Te aa coo a nin#una de sus
u>eres.
TMe aa 5 no puedo reunire con Hl. De>a Gr7o i lec"o. Me aa 5 no
siento sus anos ni su boca en 7. Me aa, pero el a2ana e parece
tan #Hlido coo un d7a de in!ierno en las s altas onta2as.
TEst "aciendo la #uerra, Curi Ocllo. Manco cobate contra los
e@tran>eros, 5 esta #uerra es terrible.
Con el rostro cubierto a"ora de l#rias, Curi Ocllo sacude la cabe=a.
TNo, Anaa5aK lo sabes e>or Eue 5o. Manco no "ace la #uerra? la
pierde.
TQCuri OclloR
TUPuiHn no !e esta !erdadV El Mnico Se2or Manco, i esposo, est
solo, 5 sus Guer=as se debilitan. Su "erano &aullu "a toado partido por
los e@tran>eros. El sabio <illa Oa "ace la #uerra por su lado. TF 5 el
due2o de las piedras estis aEu7, ocultos en la nue!a ciudad de la >un#la,
<ilcababa, ocupados siepre con los poderosos antepasados, pero le>os
de Manco, i aado. QE incluso 5o esto5 aEu7R
TCuri Ocllo Turura Anaa5a, tondola en sus bra=os e incapa=
de contradecirla.
TQEst tan soloR Los e@tran>eros "an capturado a su "i>o, Titu Cusi, al
Eue tanto aa. QPuH traicinR Incluso se "an lle!ado los cuerpos secos de
los poderosos antepasados a Cu=co...
136
Anaa5a, con triste=a, no encuentra nada Eue decir Eue pueda
apaci#uar ese terrible cuadro. Se liita a acariciar la e>illa "Feda de
la uc"ac"a.
TNo creo TsusurraT Eue abandone al Mnico Se2or Manco, Curi Ocllo.
Siepre "e estado a su lado 5 siepre "a sido para 7 coo un
"erano. Nada de lo Eue "aceos aEu7, en <ilcababa, !a contra Hl,
u5 al contrario. El due2o de las piedras "a construido la ciudad para
Eue al#Fn d7a tu aado Manco pueda !i!ir aEu7 coo debe !i!ir un Ii>o
del Sol.
Curi Ocllo se estreece desprendiHndose de los bra=os de Anaa5a.
Con alti!e=, se seca las l#rias. &ero el suGriiento le ipone de nue!o
una ueca.
TQO", Anaa5a, ten#o tanto iedo al a2anaR Te@claa con el tono
de una ni2a perdida.
El sol lan=a sus Fltios Gul#ores cuando lle#an a los prieros uros de
<ilcababa, la reciente ciudad inca. Construida se#Fn los planos precisos
de Xatari, el due2o de las piedras, resplandece con e@tra2a serenidad.
Sus terra=as 5 las canchas estn perGectaente dispuestas alrededor
de la #ran pla=a de las cereonias 5 ante el teplo del Sol, un lar#o
ediDcio en el Eue se abren die= puertas. Los uros, tanto de las estancias
coo de los recintos de las canchas, estn re!ocados en un ocre Eue se
inJaa coo el oro en la noc"e Eue se acerca. Coo un >o5el, capta el
adis del sol ientras el cercano r7o 5 las terra=as de ricos culti!os
desaparecen en las sobras.
El cielo nocturno #ra!ita 5a sobre las onta2as, al norte, 5 los
sinuosos !alles de &apa[ona, al este, cubiertos de cedros 5 de caboas
#i#antescas, donde se des#arran >irones de brua.
An silencio apenas turbado por los #ritos de los p>aros ipresiona a
las dos uc"ac"as 5 deora su paso en la "ierba "Feda. Mantienen los
o>os cla!ados en las cias brillantes aFn, al sur, de la cordillera. Lue#o,
tan bruscaente coo si se en!ol!ieran los #laciares 5 los ne!eros, la
oscuridad las oculta.
Anas ranas, u5 cerca, croan con !iolencia 5 callan en se#uida.
Entonces, Curi Ocllo da un respin#o 5 toa, deteniHndose, el bra=o de
Anaa5a. Sin una palabra, se2ala con su dedo un lar#o aci=o Eue
JanEuea un uro. Las anc"as "o>as se ue!en, se doblan 5 aparece un
>o!en pua de irada asobrada. Su pela>e, u5 claro aFn, brilla en la
penubra del anoc"ecer. A!an=a #ilente en su direccin, brincando
sobre sus patas de poderosas "uellas.
Anaa5a no consi#ue 5a respirar. Capta el peEue2o #eido de iedo
de Curi Ocllo.
El pua est tan cerca Eue pueden !er con precisin las peEue2as
sobras blancas alrededor de sus o>os, el "alo plido Eue bordea sus
Dnas ore>as.
Se detiene a dos pasos de Anaa5a 5 busca su irada. Sus Gauces se
entreabren en un lar#o 5 dulce ru#ido.
C dando un salto, desaparece en la ale=a.
Anaa5a 5 Curi Ocllo peranecen un instante petriDcadas, si#uiendo
el le!e ruido de la carrera del Gelino, Eue se ale>a "acia la >un#la.
137
Cuando Curi Ocllo, con el pec"o a#itado aFn por el >adeo del iedo, se
!uel!e "acia Anaa5a, descubre la sonrisa de Gelicidad Eue transD#ura a
su ai#a.
TQO", ten7as ra=nR Tsusurra, e@altadaT. Ten7as ra=n? estaba all7,
u5 cerca de ti.
*,
LA6O TITICACA, CO&ACABANA, ABOIL DE ,9$/
TQSe2or 6abrielR
El ni2o, er#uido en el ubral de la estancia, tiene slo unos die= a2os.
Sin ebar#o, su rostro es tan se!ero Eue aparenta, sin duda, al#unos
s.
TQDH>ae en pa=, c"iEuilloR T#ru2e 6abrielT. QDH>ae dorir, o te
corto en roda>asR
TQSe2or 6abriel, no debes se#uir duriendoR Trepite el ni2o sin
de>arse ipresionar.
6abriel suspira abriendo apenas los prpados.
TQ&or todos los santosR Dir7ase, eGecti!aente, Eue eso te olesta,
C"illioc. UC por EuH Euieres Eue no duera cuando apenas es de d7aV
TAl#uien lle#a, se2or 6abriel. Al#uien Eue !iene a !erte.
TQA", carabaR
Esta !e=, 6abriel concede al#o s de atencin al ni2o, Eue si#ue sin
cru=ar el ubral. En el patio resuenan unos ruidos atinales anunciando
Eue las u>eres preparan 5a la coida de la a2ana.
6abriel se incorpora con prudencia para Eue su "aaca no se
babolee.
TUPuiHn es ese al#uien 5 co sabes Eue !iene a !ereV Tpre#unta.
TEl chaski "a dic"o? LAn e@tran>ero lle#a a caballo. Es !ie>o 5 est
cansado. Ia de>ado 5a atrs Copacabana 5 !a en direccin a Cusi>ata.N
El ni2o se interrupe, enco#iHndose de "obros.TSi un e@tran>ero
!iene "asta aEu7, Gor=osaente ser para !erte Ta2ade.
138
6abriel no puede e!itar una sonrisa. Se le!anta ientras la "aaca se
balancea sua!eente.
TTree la tFnica, C"illioc TordenaT. UAn e@tran>ero !ie>o 5 Gati#ado
"as dic"oV UTiene pelo blanco en el rostroV
TNo lo creo. El chaski slo "a dic"o Eue no se !e7a su rostro porEue
estaba del todo en!uelto en te>ido. C Eue no se encuentra le>os 5 Eue
estar ante tu cancha antes de Eue su sobra "a5a disinuido de una
ano.
Acabando de !estirse, 6abriel lan=a una intri#ada irada al ni2o.
Cuando sale de la estancia 5 aparece en el lar#o patio, las sier!as Eue se
atarean en torno al "o#ar, ba>o el peEue2o saledi=o Eue sir!e de cocina,
le saludan con una sonrisa 5 le in!itan a reunirse con ellas. 6abriel nie#a
con un o!iiento de cabe=a 5 pone su ano en el cuello del ni2o para
lle!rselo con Hl.
TMu5 bien, C"illioc, creo Eue tendrH Eue a#radecerte Eue e "a5as
despertado. <en, pues, coni#o a recibir al e@tran>ero.
Lo Eue di!isan priero es tan e@tra2o Eue el propio 6abriel tarda
cierto tiepo antes de ser capa= de distin#uir la silueta de un "obre a
caballo. &arece un e@tra2o ont7culo de antas, espa2olas unas e indias
las otras, Eue se ue!e entre las terra=as Eue doinan la orilla del la#o.
TEse e@tran>ero, sea Euien sea, no parece encontrarse u5 bien T
dice 6abriel, arrastrando al ni2o.
Cuando estn aFn a unas cuarenta !aras del e@tra2o ontn, el
caballo se detiene, 5 el "obre oculto ba>o los plie#ues de las antas
parece a punto de abandonar los estribos.
TQIolaR T#rita 6abriel, apretando el pasoT. QIola, copa2eroR
UPuiHn eresV
Nin#una respuesta brota de los te>idos. De pronto, desaDante, 6abriel
reduce el paso 5 antiene atrs, prudenteente, a C"illioc.
TPuHdate aEu7, peEue2o. No si#as a!an=ando. Ese tipo podr7a
"acernos una >u#arreta ocultando una ballesta ba>o sus trapos.
El uc"ac"o obedece a re#a2adientes, diri#iHndole una irada de
reproc"e. 6abriel obser!a durante unos instantes al "obre 5 el caballo,
tan in!iles coo si no estu!ieran 5a !i!os, pero no consi#ue adi!inar
la Gora de un ara. En !erdad nada es !isible del >inete, ni una pul#ada
de piel o de pelo. Ni una irada. Con un estreeciiento, 6abriel,
inEuieto, se pre#unta si no tiene delante un cad!er to=udaente
car#ado por un caballo olido.
TQIolaR QIola, copa2eroR T#rita de nue!o, pero con s Guer=a.
El Fnico eGecto de su #rito es un estreeciiento de teor del caballo,
Eue retrocede unas !aras, #irando "acia un lado. Slo entonces descubre
6abriel el #rueso pa2o del "bito Eue se arru#a sobre las #astadas botas
del >inete. C al iso tiepo, una ano Eue se crispa en las riendas del
caballo. Es una ano reconocible entre todas las des, con el anular 5
el edio pe#ados Gorando un solo dedo.
139
TQCa#uen DiosR QSra5 BartoloHR QC"illiocR QC"illioc, !en a a5udareR
Con al#unas palabras dulces, 6abriel se acerca al caballo. Mientras
con una ano le acaricia el "ocico, con la otra su>eta con Guer=a una de
las anillas del bocado.
TC"illioc, acHrcate. No teas nada...
TQNo ten#o iedo, se2or 6abrielR
TQ&erGectoR Entonces, toa esa correa 5 antente delante del
caballo, sin tirar...
Mientras el ni2o ino!ili=a al anial, 6abriel aparta los plie#ues de los
cobertores. Lo Eue descubre le arranca una ueca. Dorido o
des!anecido, BartoloH est enco#ido en su silla. Su "bito est
des#arrado de arriba aba>o. &ero, sobre todo, su rostro es apenas !isible,
en!uelto en !ie>os trapos oscurecidos por la san#re coa#ulada.
TQDios del cieloR Tasculla 6abriel, toando la ano de BartoloH
T. QSra5 BartoloHR QSra5 BartoloH, despiertaR
El o>o !isible no parpadea. La ano Eue 6abriel sostiene en la su5a
est tan Jaca Eue parece no tener 5a carne. EstupeGacto por unos
instantes, 6abriel !acila sobre lo Eue debe "acer. Lue#o, soltando a
BartoloH, se !uel!e "acia el ni2o.
T<en aEu7, C"illioc.
Lo a#arra de la cintura 5 lo le!anta bastante para Eue el uc"ac"o
pueda instalarse en la #rupa del caballo, >usto detrs de la silla.
TColoca tus bra=os alrededor de i ai#o para Eue no se cai#a T
e@plica poniendo las anos de C"illioc en el poo de la sillaT. Eso es,
as7. C a#rrate Guerte ientras 5o os lle!o "asta la cancha.
C cuando el ni2o, con la e>illa aplastada contra las "ediondas
antas, "ace una ueca de asco, 6abriel esbo=a una sonrisa.
TIuele al, pero es slo el olor de los e@tran>eros cuando lle#an al
Titicaca.
Muc"o despuHs de Eue las u>eres, con #ran cuidado, "a5an la!ado su
"erida, BartoloH entreabre los prpados. Sus o>os, proGundaente
"undidos en las rbitas, buscan al#o a su alrededor. An ronco sonido
acaba por salir de sus labios cubiertos de costras.
TU6abrielV
TAEu7 esto5, ai#o BartoloH.
Deteniendo los cuidados de las u>eres, 6abriel toa la descarnada
ano de BartoloH. Sus iradas se sonr7en, 5 6abriel adi!ina el ali!io
Eue apaci#ua el aliento de su ai#o.
Nunca "ab7a !isto a BartoloH desnudo, pero lo Eue "a descubierto
ientras a5udaba a las u>eres a librarlo de sus oropeles es
sencillaente espantoso. La del#ade= del sacerdote es tal Eue la piel de
sus costillas 5 de sus caderas brilla coo una pel7cula a punto de ra>arse.
Cardenales 5 "eridas al cicatri=adas cubren los bra=os 5 las piernas.
Al Euitar de su rostro los trapos Eue ser!7an de aposito, "an
descubierto, des#arrando las carnes 5 la rala barba, una lar#a brec"a Eue
abr7a al bies su sien 5 su e>illa i=Euierda. La lla#a, "edionda 5
supurando, a#rietada por las inGecciones donde se retorc7an al#unos
l7!idos #usanos, "a arrancado "orrori=adas e@claaciones a las
sir!ientas.
140
La!ada 5a, curada 5 puriDcada por las ceni=as 5 un >u#o de ra7= acida,
est cubierta por un eplasto !erde Eue da al on>e la apariencia de un
"obre con dos rostros.
TNo sH co te las "as arre#lado, i buen ai#o Turura 6abriel
con aGectoT, pero te "an de>ado "ec"o unos =orros.
TQEsto5 aEu7R QA Dios #racias esto5 aEu7, conti#o, 5 eso es lo Eue
cuentaR
Ana Gu#a= sonrisa arru#a los a#otados prpados.
TCre7 Eue no lle#ar7a nunca Ta2adeT. &ero 5a !es, Dios sabe
iponer su !oluntad cuando Euiere...T&odr7a iponerla, a !eces, con
a5or sua!idad Tironi=a 6abriel, toando un bolT. Es un poco de purH
de Euinua. Tienes Eue coer. Tu !ientre parece tan li#ero coo una
plua al !iento.
Tras "aber tra#ado cuatro cuc"aradas, BartoloH aparta la ano de
6abriel.
TIace once d7as Eue esto5 en caino para reunire conti#o. <en#o
del sur, donde los &i=arro "an doinado la insurreccin de Tisoc, el
#eneral de Manco. Ia sido "ec"o prisionero 5... QO", es indecibleR QEl
"orror, ai#o 7o, el "orror todos los d7asR
La !o= es secaK las Grases, entrecortadas. 6abriel sabe Eue BartoloH
necesita "ablar. C conoce u5 bien las i#enes Eue obsesionan al
on>e. UAcaso no Gueron las su5as durante eses 5 esesV
TQNi2os, u>eres, ancianosR Tsusurra BartoloHT. Todos los d7as,
todos los d7as atan=as 5 "uillaciones. C cuando Tisoc Gue capturado,
!encidas sus tropas, 6on=alo orden una represin s Gero= aFn? Gosas
con estacas para arro>ar a los "obres 5 a las uc"ac"as !ioladas, casas
llenas de pobre #ente a la Eue se Eueaba !i!a, coo "o>as de oto2o.
QO", 6abriel...R
TLo sH, ai#o BartoloH. Lo sH. Oecorr7 5a ese caino en copa27a
de Ala#ro "ace al#unos a2os. Nada "e ol!idado, pues eso no se ol!ida.
A#arrando la tFnica de 6abriel con sus dedos, Eue son slo "uesos,
BartoloH se arEuea coo si Euisiera e@pur#ar su eoria ancillada
por el e@ceso de "orror.
TOecordH tus palabras, 6abriel? LNo "e producido suGriiento, pero
tapoco lo "e ipedido, 5 eso es casi lo iso.N Lo coprend7 5, coo
a ti, i ipotencia e a!er#Wen=a. QO", Se2orR, creo "aberos insultado
incluso por obli#are a antener los o>os abiertos ante tantos
suGriientos...
TQBartoloHR
TQNo, dH>ae "ablarR QDe>aR Mi #ar#anta "iede por el aire Eue respirH
all7K is narices estn llenas aFn del "edor de los ni2os abrasados,
6abriel. C si duero, los !eo... QCristoR QCristoR, sus llaas arden en 7,
e calcinan...
Con #estos dulces, 6abriel 5 las sier!as ponen unos lien=os "Fedos 5
Grescos en la Grente 5 el torso de BartoloH, pero nada puede
interrupirle.
TMu>eres a las Eue "ab7an encadenado, Qni una ten7a s de !einte
a2osR Laentableente e sorprendieron. QAEuellos onstruosR
QAEuellos onstruosR Ser un ser!idor de Dios en nada e prote#i. Sin
duda, el Se2or Euiere inscribir en i carne el suGriiento de todos sus
141
"i>os... Q4esFs lo "i=oR QS7, Euiso arcare, 6abrielR &ues son tabiHn sus
"i>os. Todos deben saberlo? los indios son tabiHn "i>os de Dios...
TQDespacio, BartoloH, despacioR
T&ero ellas pudieron "uir antes de Eue los soldados e derribaran e
intentaran cortare la cabe=a. QLo conse#u7, 6abrielR Ellas, al enos,
pudieron "uir... &ero UEuH es esoV <einte pobres ni2as. C "a5 tantos por
todos lados. Q&or todos ladosR
La !o= de BartoloH, al borde del delirio, se "a !uelto de pronto a#uda
5 c"irriante. 6abriel posa una ano en su Grente para apaci#uarlo.
TClate, ai#o. Esto5 aEu7 5 !o5 a cuidarte...
TIu7 !ia>ando slo de noc"e, para Eue no e si#uieran. Son coo las
Deras, coo Deras con los colillos en el inDerno...
TBartoloH, "areos Eue bebas una pocin 5 dorirs.
TQNo, noK ten#o Eue contarteR
TMa2ana tendreos tiepo. A"ora descansa...
TIe !enido a pedirte al#o, 6abriel. QAl#o iportanteR Slo tF...
&ero 6abriel "a diri#ido una se2al a las u>eres, Eue, por la Debre 5 la
!o= de BartoloH, "an coprendido 5a lo Eue deben "acer. Mientras Hl
toa al sacerdote de los "obros 5 lo le!anta sua!eente, ellas pasan
un peEue2o brasero de "ueante "ierba ba>o la nari= del on>e. Casi en
se#uida se rela>a, s dcil, 5 bebe un l7Euido Eue le duere en pocos
instantes.
Slo dos d7as s tarde, al atardecer, BartoloH, con el esp7ritu s
calado 5a, est en condiciones de "acer su priera coida de !erdad.
6abriel "a "ec"o instalar una 5aci>a en una de las estancias Eue dan a
las orillas del la#o. Al#unas u>eres lo "an !elado, tanto de d7a coo de
noc"e, acopa2ando su coa Eue anten7an con pociones "asta Eue
cesara la Debre. En cuanto los o>os de su ai#o se "an abierto, 6abriel "a
"ec"o Eue le lle!en Gruta 5 una inGusin de "o>as de coca para Eue pueda
coen=ar a restaurarse con alientos sua!es. C esta !e=, con un apetito
Eue "ace teblar sus dedos, BartoloH de!ora lo Eue le oGrecen.TAi#o
6abriel, te debo la !ida Tad!ierte con !o= enronEuecida.
Se lipia la boca tras un lar#o silencio, en el Eue se ad!ierte cierto
alestar.
TEn este caso, estaos en pa=. Sin tu inter!encin, "ar7a uc"o
tiepo Eue e "abr7a asado en aEuella prisin de Cu=co.
TIe delirado 5 dic"o uc"as tonter7as, supon#o.
TLaentableente, noK slo "as dic"o !erdades. QOl!7daloR Esto5
contento de !erte >unto a 7 5 con cierto apetito, por Dn.
TEstos Grutos son una delicia Turura BartoloH, o!iendo la
cabe=aT. Dir7anse creados para el para7so.
Con la cabe=a en!uelta en un cuidadoso !enda>e, Eue "a ec"ado a un
lado para e>or disGrutar el =uo de los an#os 5 las #ua5abas, de>a Eue
su irada !a#ue por el espe>eante a=ul del la#o. La Gruta parece
de!ol!erle cierta !ida a su deacrado rostro.
A esta "ora del d7a, las onta2as estn cubiertas de densas nubes,
Eue unen sus cias unas a otras. El reJe>o de las !erti#inosas laderas se
"a diGuinado en la superDcie del Titicaca, ti2Hndolo de un color s
oscuro, s opaco.
142
TCoien=o a entender por EuH "as !enido a reGu#iarte aEu7 Taprueba
BartoloH con una del#ada sonrisaT. Ten7as ra=n? es diG7cil ia#inar un
paisa>e s bello 5 apacible.
Calla bruscaente, con los labios apretados por una dolorosa
#ra!edad.
TDespuHs de lo Eue "e !isto en estos Fltios eses Tprosi#ueT, es
coo si Dios e concediera, por Dn, al#Fn reposo 5 Euisiera ostrare
Eue la aron7a e@iste aFn en este undo.
6abriel le diri#e una asobrada irada. El #ran !enda>e Eue deGora
la e>illa i=Euierda del on>e 5 ci2e su crneo subra5a s aFn la Gati#a
5 el cansancio. Lue#o, esbo=ando una aar#a sonrisa, aprueba con un
bre!e o!iiento de cabe=a.
TCuando descubr7 este para7so, no e "allaba en e>or estado Eue
tF, BartoloH. C de>ando aparte a Dios, e "ice la isa reJe@in. S7,
parece en eGecto Eue el Titicaca debe de ser nuestro reGu#io cuando el
undo de los "obres se !uel!e en e@ceso in"uano...
TQIn"uanoR
Es casi una risa lo Eue brota de la #ar#anta de BartoloHK es una burla
llena de acritud.TQIn"uanoR Q)sta es la palabraR Laentableente, 6a.
briel, debo reconocer Eue Guiste s prudente Eue 5o. PuH ra=n tu!iste
al "uir de nosotros 5 antenerte apartado de los &i=arro, tras la terrible
batalla Eue arruin Cu=co. Pue el Se2or e lo perdone? e pusiste en
#uardia, pero no Euise escuc"ar tus palabras. Slo "o5 coprendo lo Eue
entonces e di>iste, cuando estbaos en tu prisin 5 los incas se
dispon7an a e@terinarnos? LA"ora, en la irada de la #ente de este pa7s,
todos los espa2oles son i#uales... &ara ellos, todos ereceos ser e@.
terinados. )ste es el resultado de la pol7tica de Iernando, de Ala#ro 5
de los secuaces del inDerno, coo 6on=alo, al Eue se lo consienten
todo.N Ten7as ra=n de punta a cabo. Ian pasado tres a2os, 5 todo "a
epeorado.
Con el pec"o a#itado por la eocin, BartoloH calla unos instantes 5
cierra los prpados.
T6abriel Tpre#unta en un urullo apenas audibleT, Uco puede
Dios desear al#o see>anteV UDnde 5 cundo ordenar, por Dn, su
casti#oV QA", ai#o 7o, ai#o 7oR A !eces e doina el deseo de ser
aEuel por edio del cual Euerr casti#ar a esos deonios en Eue nos
"eos con!ertido todos.
6abriel adi!ina unas l#rias en los o>os de su ai#o 5 aparta con
pudor la irada. An bre!e instante los une en la conteplacin del la#o,
ientras unos #ritos de ni2os 5 unas llaadas resuenan en la ribera, 5
una barca se aparta de la aldea diri#iHndose a las islas.
6abriel toa un an#o abierto 5 ira, sobr7o, la carne perGuada,
coo si contu!iera un eni#tico !eneno.
TEste pa7s es coo esta Gruta. Slo aspira a derraar sus riEue=as 5
sus s dulces perGues. AEu7, a orillas del Titicaca, e parece estar a
!eces en el ubral de un undo abierto de par en par 5 Eue nos espera,
se nos oGrece, 5 al Eue nosotros anteneos obstinadaente in!isible.
Se necesitar7a u5 poco para Eue la pa= enriEueciera a cada espa2ol
uc"o s Eue todas las carretadas de oro.
TQO", la pa=R Te@claa BartoloH con sarcasoT. &or i parte, no
pido tanto. Me considerar7a satisGec"o si don Srancisco 5 sus "eranos se
143
coportaran con a5or esura en !e= de alientar el suGriiento 5 las
l#rias. Coo si la "erida de la #uerra con los incas no bastara, a"ora la
#uerra ci!il ru#e entre los espa2oles.
TSupe Eue el Tuerto Gue condenado por Iernando.
TLa !erdad es Eue don Die#o de Ala#ro Gue asesinado. Coeti un
error Gatal. Al Dnali=ar el sitio, cuando los "eranos del #obernador
estaban debilitados, to en su poder la ciudad 5 encarcel a Iernando
5 6on=alo. &uedo ase#urarte Eue intentH disuadirlo de elloK no para
apo5ar a Iernando, sino porEue el eGecto de aEuella accin era e!idente.
UPuH !al7a, a5, la palabra de un "obre de la I#lesia ante la obstinacin
de un anciano con!encido de "aber sido en#a2ado durante a2os por los
&i=arroV No pasaba noc"e sin Eue Ala#ro so2ara aFn en el oro del
rescate de Ata"uallpa 5 en el reparto de Ca>aarca, del Eue el
#obernador le "ab7a apartado. Su odio 5 su deseo de !en#an=a eran tan
rancios Eue perd7a cualEuier ra=n. &od7a pasar, aFn, Eue se ad>udicara
Cu=co, pero encerrar a los "eranos &i=arro era tender la ano al dardo
del escorpin... En cuanto pudieron, se libraron de Hl con tanta eocin
coo si retorcieran el #a=nate de un pollo.
6abriel sacude la cabe=a.
TTen#o u5 alos recuerdos de Ala#ro coo para copadecer a
ese tipo. Sin ebar#o, recono=co u5 bien aEu7 el estilo de Iernando 5
de 6on=alo.
TQEstn locosR QTodos locosR A"ora, la !en#an=a cabia de capo
coo una pelota en el Grontn. Anos apo5an a los &i=arro, 5 los otros slo
piensan en apoderarse de su poder 5 sus riEue=as. Todos sue2an,
Fnicaente, en despan=urrar al clan opuesto.
6abriel no puede contener una risita burlona. BartoloH le lan=a una
irada de reproc"e 5 palpa su !enda>e coo si pudiera estiar todos los
dolores del &erF.
TLa !erdad, 6abriel TsuspiraT, es Eue u5 pronto nosotros, los
espa2oles, nos destruireos unos a otros 5 con a5or eDcacia Eue la Eue
nunca pudieron conse#uir los incas. QPue Dios onipotente nos perdoneR,
sal!o si considera Eue es 5a "ora de casti#ar a cada uno de esos
"obres por el inDnito "orror Eue en#endran en este Nue!o Mundo.
Estas Fltias palabras de BartoloH "an sonado con !e"eencia.
6abriel calla por un instante, con la irada cla!ada a lo le>os, en los
reJe>os del la#o.
TEs decir, UEue la #uerra contra Manco se apaci#uaV Tpre#unta.
TManco est perdiendo su #uerra. Durante su bre!e supreac7a,
Ala#ro sebr uc"a conGusin entre los incas 5 nobr re5 al propio
"erano de Manco? &aullu. Muc"os indios se unieron a Hl. Io5 Manco
est aislado 5 debilitado. Ia perdido uc"as batallas 5 se "unde cada
!e= s en la sel!a coo Fnica deGensa. C ades, "a suGrido dos #olpes
u5 duros...
BartoloH parece !acilar ientras 6abriel si#ue sus palabras con la
a5or atencin.
TSu "i>o "a sido capturado, un uc"ac"o u5 >o!en llaado Titu
Cusi...
TQTitu CusiR Turura 6abriel, recordando el rostro del ni2o Eue
>u#aba en Ollanta5tabo 5 le "ab7a pre#untado? LUTodos los e@tran>eros
son coo tFVN
144
TC &aullu, en Cu=co, se "a lle!ado consi#o las oias de su clan... Ca
sabes, sin duda e>or Eue 5o, lo Eue eso si#niDca en el nio de Manco.
T&ara los incas, tanto para los se2ores coo para la #ente del pueblo,
si las oias estn con un poderoso se2or, es Eue los antepasados le
apo5an 5 aprueban sus decisiones Tasculla 6abriel, Grunciendo el ce2o
T. Es u5 iportante.
BartoloH, con los o>os cerrados, escurre el =uo de una parda ciruela
entre sus labios aper#ainados. Ana sonrisa de bienestar, apenas
perceptible, distiende Gu#a=ente sus ras#os.
T&aullu es un persona>e e@tra2o. No sH si "a5 Eue adirar la
prudencia de su realiso o sentir nuseas por su cobard7a, pero, de
"ec"o, se pone siepre al lado del s Guerte. A5er, Ala#roK "o5, los
&i=arro. C tanto en un caso coo en el otro, nunca !acila en cobatir a su
"erano Manco. Nunca de>a adi!inar lo Eue piensa. Nos acopa2aba
durante aEuella e@pedicin al sur 5 ni un solo instante se opuso a la
atan=a de su propio pueblo ni a la captura de Tisoc, el #eneral de
Manco Eue alentaba la rebelin.
TDe odo Turura 6abrielT Eue Manco est a"ora solo.
BartoloH le obser!a con intensidad, con la boca entreabierta a una
pre#unta. Lue#o cabia de opinin.
TIe o7do decir TdeclaraT Eue "ab7a ediDcado una nue!a ciudad inca,
u5 le>os, al norte de Cu=co, en la >un#la s Eue en la onta2a, para
Eue nos resultara del todo inaccesible. &ero para no ocultarte la !erdad,
tras todo lo Eue "e !isto en estos Fltios eses, pienso Eue su reinado 5
su rebelin u5 pronto sern slo un recuerdo.
An pesado silencio se instala de pronto entre abos. Sinalente, lo
Euiebra BartoloH.TUDebo entender Eue si#ues sin noticias de
Anaa5aV Tpre#unta con !o= !acilante.
6abriel ue!e la cabe=a con una edia sonrisa.
T&ronto "ar treinta eses Eue no la "e !isto. Io5 i#noro incluso si
si#ue bebiendo en la superDcie de este undo.
El silencio los turba de nue!o.
TNo es sorprendente Tprosi#ue 6abriel con Dn#ida li#ere=aT. &or
decirlo de al#Fn odo, lo "ab7aos decidido as7. Durante uc"o tiepo,
lo "e aceptado con resi#nacin. Sin duda, e dec7a Eue nuestra
separacin no iba a durar..., Eue la #uerra concluir7a, o Eue la propia
Anaa5a desear7a reunirse coni#o... C lue#o conoc7 la !erdad. El tiepo
pasa 5 coien=o a ol!idar incluso el recuerdo de su rostro. Es
insoportable 5, sin ebar#o, debo aceptarlo, Qo la pondr7a en peli#roR
Al#unas cosas le ipiden ale>arse de los su5os 5 s aFn reunirse
coni#o.
TUAl#unas cosasV Tpre#unta BartoloH en !o= u5 ba>aT. UEsa
estatua de oro a la Eue llaa su esposoV
TS7, el Ierano.Doble Tdice 6abriel, sonriendoT. &ese a todo tu
deseo de respetar a los incas, dudo Eue puedas coprender lo Eue eso
si#niDca para ella, 5 para ellos.
TUPuH iporta Eue 5o lo coprendaV Tprotesta BartoloH con cierto
al"uorT. Lo Eue cuenta es Eue 6on=alo 5 Iernando si#uen deseando
apropiarse de ese... ob>eto. Tantas on=as de oro los enloEuecen.
TQAl diablo su locuraR Nunca lo tendrn.
145
El tono de 6abriel es tan sereno, tan se#uro, Eue BartoloH lo obser!a
con atencin, coo si descubriera a un desconocido ba>o la Gailiar
apariencia del rostro de su ai#o.
TQ&areces u5 se#uroR Son capaces de re#istrar el &erF, piedra a
piedra, para encontrarlo.
TDarn !uelta a las piedras 5 slo "allarn !ac7o Tdice 6abriel,
sonriendo otra !e=T. Nosotros, los espa2oles, podeos "acer Eue la
#ente Eue !i!e en este pa7s suGraK podeos asesinarlos, robarles. &ero
ira ese la#o, Gra5 BartoloHK ira esas onta2as...
Con aplio #esto, 6abriel se2ala las laderas, Eue por el >ue#o de los
reJe>os parecen a"ora perderse tanto en el a=ul del cielo coo en el del
Titicaca, tan intenso.
TS7, es u5 "eroso Tadite BartoloHT, pero...
TNo Tinterrupe 6abrielT, no se trata de belle=a. Todo eso est
!i!o? onta2as, piedras 5 a#ua... Todo est aEu7 !i!o, con una !ida
see>ante a la nuestra 5 Eue, sin ebar#o, ni tF ni 5o sabeos !er.
TUPuH Euieres decirV
TPue los incas, en cabio, saben !er lo in!isible. Ms aFn? saben
percibir su aliento 5 recibir su apo5o. Saben percibir la !ida estH donde
estH 5 de cualEuier odo Eue se e@prese. Ba>o el Dlo de una espada, no
tienen s Guer=a Eue un pollo, 5 tal !e=, al#Fn d7a sean e@terinados
todos coo pollos. Sin ebar#o, lo esencial se "abr preser!ado. Nada
ipedir Eue se lle!en su saber del undo en las onta2as, las piedras 5
este la#o Eue no sabeos !er ni escuc"ar. AEu7 "a5 Guer=as Eue !an s
all de lo Eue puede cobatir un &i=arro.
6abriel, esta !e=, "a "ablado con ardor. La irada de BartoloH se "a
"ec"o sobr7a 5 triste.
TQ)se es un odo u5 poco cristiano de concebir las cosasR Se dice
Eue, a !eces, aEu7 te entre#as a cereonias pa#anas con los sacerdotes
indios.
&or un se#undo parece Eue 6abriel !a a perder la cala, pero una risa
irnica brota de sus labios 5 ue!e la cabe=a.
TQPuH iporta lo Eue puedan decir de i !ida aEu7R Me con!iene por
copleto.
TUEsts se#uroV
TUEsts acaso "aciendo una in!esti#acinV
TSo5 un "obre de Dios, 6abriel, 5 so5 tu ai#o. No ia#ines Eue
pueda ale#rare !iendo co abandonas 5, tal !e=, oGendes incluso la
obra de Cristo en este undo 5 la esperan=a Eue representa para todos
nosotros.
TNo abandono el respeto por los "obres ni por la !ida. Eso deber7a
bastar para consolarte.
&or un instante, BartoloH e@aina a 6abriel. La tensin a#u=a s
aFn su rostro descarnado. Lue#o, de pronto, coo si el a#otaiento lo
!enciera, inclina la cabe=a.
TSin duda, tienes ra=n, pero resulta u5 e@tra2o aditirlo.
La ano de 6abriel busca el bra=o de su ai#o.
TEsto5 en pa= con i ala, Gra5 BartoloH. No teas.
An estreeciiento de Debre recorre al on>e. Sus labios tieblan
con !iolencia ientras cierra los prpados 5 urura en un tono tan ba>o
Eue apenas es audible.
146
TNo dudo de Eue tu ala estH en pa=, Euerid7sio 6abriel. La 7a, a5,
no lo est en absoluto... Esto5 a#otado 5 Euiero dorir un poco. Ia=e
un Ga!or. Durante i sue2o, Euisiera Eue abrieses las bolsas de cuero Eue
cuel#an de i silla. Encontrars unas "o>as escritas por 7. &or aor de
Dios, lHelas.
TEl aor de Dios nada tendr Eue !er en ello, Gra5 BartoloH, pero s7,
sin duda, i aistad por ti.
Slo al caer la noc"e sale BartoloH de un sue2o de ploo. A pocos
pasos de su 5aci>a, >unto a un brasero encendido 5a, descubre a 6abriel,
sentado, in!il en la conteplacin del la#o 5 las onta2as Eue se
=abullen 5a en la oscuridad del anoc"ecer. En sus rodillas tiene un
anc"o estuc"e de cuero, Eue contiene un ontn de "o>as cubiertas de
prieta cali#raG7a.
T6abriel...
Cuando se da la !uelta, 6abriel sonr7e aistosaente, pero parece
Eue toda la oscuridad Eue acaba de conteplar perane=ca en su
irada. BartoloH se2ala el estuc"e.
TULo "as le7doV
TLo "e le7do. Ia5 en estas p#inas tantos "orrores e in>usticias Eue
parecen el catlo#o de los torentos del inDerno.
TC sin ebar#o, puedo >urar ante Dios Eue slo son "ec"os a los Eue
"e asistido personalente desde el d7a en Eue puse los pies en esta
tierra del &erF. Lo "e anotado todo, cada d7a, todos los dolores 5 las
"uillaciones inJi#idos a los indios, cada Euebrantaiento de las re#las
de Dios 5 de Ooa, el ol!ido de las le5es del reino... QTodo est aEu7R
6abriel contepla el estuc"e de cuero coo si se tratara de un
e@tra2o anialK lue#o lo de>a a los pies de BartoloH.
TS7, todo est aEu7. Sin ebar#o, eres un inconsciente, ai#o
BartoloH. Si los &i=arro o al#uno de esos se2ores encontraran estos
papeles, Qser7as "obre uertoR
T&or eso, slo "e !ia>ado de noc"e "asta reunire conti#o Tsusurra
BartoloH.
6abriel le responde con una sonrisa #ra!e.
TTeo Eue no sea suDciente. Puea estas "o>as en el brasero,
BartoloH, u ocFltalas en al#Fn lu#ar secreto 5 dH>alas para s tarde.
Io5 son inFtiles. UPuiHn Euerr7a leer tan triste prosaV
Con una especie de ladrido de Guror, BartoloH se incorpora. A cuatro
patas, toa el estuc"e de cuero para blandido sobre su cabe=a.
TUPuearlasV UDisiular estas !erdades cuando el re5 Carlos debe
conocerlasV Espa2a debe saber lo Eue ocurre aEu7. QOoa 5 el papa
deben "orrori=arse ante estas p#inasR
6abriel sacude la cabe=a, irnico.
TLa Debre te e@alta, ai#o 7o. UOl!idas el oroV UPuiHn !a a
preocuparse, al otro lado del ocHano, del odo coo se adEuiereV
UIa#inas Eue el re5 o el papa se ne#arn a cubrir de oro sus palacios e
i#lesias con el prete@to de Eue aEu7 se trata a los sal!a>es coo escoriaV
Q<aosR Don Srancisco 5 sus "eranos pueden se#uir siendo tiranos
ientras "a#an la Gortuna de Europa.
TQTe eEui!ocasR QTe eEui!ocas, 6abrielR
147
BartoloH terina de le!antarse, tabaleante. Sus #ritos de
indi#nacin son tan !iolentos Eue dos sier!as 5 C"illioc acuden con una
antorc"a en la ano. 6abriel los apaci#ua con un o!iiento de cabe=a
ientras BartoloH, Guera de s7, se a#arra a sus anos.
TQNo, noR Tprotesta con !e"eenciaT. No Euiero Eue di#as eso. QTF
no, 6abrielR Ia5 "obres de buena !oluntad en Espa2a 5 en Ooa. Tanto
en la I#lesia coo en la corte, "obres Eue creen Eue los indios son "i>os
de Dios coo nosotros.
TLaentableente, estn all7 5 no aEu7.
T&or eso deben saber.
TC aunEue lo supieran...
El rostro !endado de BartoloH parece deente. Sus prpados no
de>an de a#itarse, al i#ual Eue una #ruesa !ena en el cuello. 6abriel
tee, a cada se#undo, Eue !a a des!anecerse, pero, tenso coo un arco,
se a#arra a sus "obros.
T6abriel, escFc"ae? "a5 en Espa2a al#uien, un reli#ioso, Eue actFa
para Eue todo "obre !i!o, aEu7, en estas onta2as, sea tratado con
respeto 5 di#nidad. Es un doinico 5 se llaa Las Casas, un sabio coo
los Eue tF 5 5o aaos 5 adiraos. Es un "obre Eue "a le7do a
Eraso...
TQ&ero un "obre solo, Gra5 BartoloHR Coo tF, coo 5o, 5 tan le>os
de estas onta2as...
TQNo tan soloR Es inJu5ente 5 le escuc"an. Ia lo#rado 5a Eue el papa
&ablo III proul#ue una bula ordenando Eue los indios de toda la tierra
sean tratados coo "obres...
Ante la sonrisa irnica de 6abriel, BartoloH se arEuea 5 se aparta con
clera. Con su ano esEuelHtica, desi#na a los ser!idores de 6abriel, Eue
peranecen petriDcados al Gondo de la estancia, con los o>os
desorbitados de incoprensin.TLConsiderando Eue los indios, siendo
!erdaderos "obres, no slo son aptos para recibir la Ge, sino Eue
tabiHn declaraos, sin Eue obste cualEuier opinin contraria, Eue los
dic"os indios no podrn en odo al#uno ser pri!ados de su libertad ni de
la posesin de sus bienes 5 Eue tendrn Eue ser llaados a la Ge de
4esucristo por la predicacin de la palabra di!ina 5 por el e>eplo de una
!irtuosa 5 santa !ida.N
4adeando, baboleando su !endada cabe=a, BartoloH conclu5e su
declaacin 5 se apodera del >o!en C"illioc para epu>arlo ante Hl.
T)sas son las palabras 5 la !oluntad del Santo &adreK por la cabe=a de
este ni2o, lo >uro ante Dios onipotente. Desea lo Eue nosotros
deseaos.
&or toda respuesta, 6abriel alar#a la ano "acia C"illioc 5 acaricia su
rostro asustado.
TNo ten#as iedo, C"illioc Turura en Euec"uaT. Mi ai#o tiene
al#o de Debre. A5Fdae a acostarlo.
BartoloH protesta, pero el a#otaiento !ence su e@altacin, 5 las
piernas apenas le sostienen 5a. El ni2o 5 6abriel le obli#an a tenderse 5
le cubren con una anta.
TUMe crees, 6abrielV Tpre#unta con !o= rota.
TTe creo.
TLle!a, entonces, estas p#inas a Espa2a. Ia=las lle#ar a Las Casas.
Las necesita.
148
6abriel se Eueda in!il, estupeGacto. La lu= de las antorc"as se a#ita
en las sobras 5 deGora los rostros. A causa de las !endas, el de
BartoloH parece una scara.
TUCoV Tsusurra.
TUPuiHn, si no, tendr7a esa !oluntad 5 ese !alorV Mira co te
obser!a ese ni2o, 6abriel Tinsiste BartoloH, toando las anos de
C"illiocT. Si lle!as estas "o>as a Espa2a, tendr una !ida de "obre.
6abriel se aparta, Grunciendo el ce2o, distante.
TUPuH esperas aEu7V Ta2adeT, UEue Anaa5a !uel!a a tu ladoV
Sabes Eue no ser as7. A"ora ests solo. &ierdes aEu7 el tiepo
conteplando la belle=a del Titicaca ientras aEuellos a Euienes crees
deGender !an a desaparecer. Lle!a estos papeles a Toledo 5 da a conocer
la !erdad donde debe brillar. UPuiHn e>or Eue tF podr "ablar al re5 de
este pa7sV A5Fdae, 6abrielK no por la causa de Dios, puesto Eue lo "as
abandonado, sino por aEuella a la Eue no Euieres ol!idar 5 Eue pre2a tu
cora=n de triste=a.
6abriel contepla lar#o rato al on>e, sin parpadear, sin responder.
&ero por el estreeciiento Eue le a#ita de los pies a la cabe=a, sabe
Eue sus palabras "an recorrido su caino.
Ana alba lec"osa se e@tiende sobre el Titicaca. Las bruas se
des"ilac"an. De>an !er la superDcie #ris del a#ua 5 los uros i#ualente
#rises de las terra=as. En la oEuedad de la #ran ba"7a, Grente a las islas
sa#radas del Sol 5 de la Luna, al#unas "uaredas brotan aFn de las
casas de Cusi>ata.
A edia ladera, en una especie de espoln rocoso Eue a!an=a "acia el
la#o, 6abriel adira por Fltia !e= este lu#ar encantador, el Fnico donde
"a !i!ido en pa= desde aEuel d7a de ar=o de ,9$*, cuando, con
Sebastin 5 tras "aber estado a punto de perecer en el ar del Sur, "oll
la pla5a de Tubes, uno de los prieros conEuistadores Eue pis suelo
inca.
Siete a2os, casi d7a tras d7a. Siete a2os de esperan=a, de cobates, de
#loria a !eces. C casi siete a2os de aor. Q&ero tan poca GelicidadR
Su#aces instantes robados a la #uerra 5 a los draas...
QAnaa5aR
Slo con susurrar su nobre en la blanda brisa de la a2ana siente
Eue su cuerpo se estreece, coo si cada parcela de su carne estu!iera
tatuada con las #icas s7labas de la aada? QAnaa5aR
C "e aEu7 Eue "o5, cuando se "a con!ertido en un "obre u5
distinto al de "ace siete a2os, !a a re#resar a Espa2a. Debe partir sin
!ol!erse, sin ni siEuiera besar por Fltia !e= los labios de Anaa5aK debe
partir 5 ol!idar lentaente el sabor de su piel, la calide= de sus uslosK
ol!idar esos !ia>es por la e@tra2e=a del undo al Eue tan bien supo ella
arrastrarlo.
En !erdad, ni siEuiera lo cree posible.
&ero durante toda la noc"e, las palabras del on>e "an dado !ueltas
en su cabe=a, palabras llenas de ra=n 5 de Guer=a, a pesar de la
e@altacin de BartoloH. Las "a rec"a=ado tanto coo "a sido capa=. C
lue#o, de pronto, otras palabras "an acudido a su eoria, palabras
pronunciadas por Anaa5a 5 Eue ella diri#7a al pua para repetir el
149
e@tra2o e incre7ble ensa>e de un eperador inca uerto uc"o tiepo
atrs.
Cuando 1l parta %ol%er+ a ti.
4unque separados, estar1is unidos.
* cuando todos hayan partido, t$ permanecer+s y a tu lado per2
manecer+ el puma.
5untos, como %uestros antepasados Manco Capacy Mama "celo,
engendrar1is la %ida nue%a en esta tierra.
&alabras o7das sin coprenderlas 5 recordadas coo un coGre Eue
contiene un eni#a. &ero palabras, Grases Eue de pronto se "acen
l7pidas? s7, debe partir. &or Dn coprende co reunirse con Anaa5a?
no =abullHndose en el Titicaca, sino partiendo al otro lado del ocHano,
re#resando a Espa2a, soetiHndose al aparente a=ar 5 al poder de su
destino para con!ertir a BartoloH, sin saberlo, en el ensa>ero de los
poderosos antepasados incas tanto coo en el de Cristo.
An ruido de raas sobresalta a 6abriel e interrupe su enso2acin.
Cuando se da la !uelta, priero no !e nada. Lue#o, el Golla>e de un
arbusto se aparta 5 aparece C"illioc, !acilante, Eue apenas se atre!e a
le!antar "acia Hl los o>os.
Con una dulce sonrisa, 6abriel tiende la ano.
T<en, C"illiocK acHrcate.
Cuando el ni2o "a posado en la su5a su peEue2a ano, "ace Eue se
siente a su lado.
TDeber7as estar duriendo Tlo re#a2a aGectuosaente.
TNo pod7a. Ie !isto Eue no dor7as 5 te "e se#uido.
6abriel asiente 5 estrec"a un poco s la ano del ni2o, Eue se
reGu#ia en la su5a. 4untos 5 sin decir palabra, obser!an la dan=a de la
brua en el la#o.
TU<as a partir, se2or 6abrielV
TU&or EuH piensas esoV Tse e@tra2a 6abriel.
TLo !i en tu rostro cuando "ablabas con el e@tran>ero enGero.
TS7, !o5 a partir, C"illioc. Tienes ra=n, 5 !o5 a a2orarte.
T&ero Upor EuH Euieres partirV UNo ests bien con nosotrosV
TS7 Tsonr7e 6abrielT, esto5 u5 bien.
TUC entoncesV
TEs 5a "ora de Eue e arc"e para reunire con al#uien... 5
tabiHn para "acer al#o.
La irada del ni2o se posa en Hl, llena de incoprensin 5 de triste=a.
TSi partes Tsusurra C"illiocT,los e@tran>eros Eue no nos Euieren
!endrn aEu7. Todo el undo tendr iedo.
T&or eso e !o5 tabiHn T#ru2e 6abriel con un nudo en la #ar#anta
T, para Eue nunca s ten#is iedo de los e@tran>eros.
TUCrees Eue eso es posibleV Tpre#unta el ni2o, abriendo unos o>os
coo platos.
TTal !e=. Lo i#noro, pero sH Eue es iposible Eue !i!a sin intentarlo.
150
**
<ILCABAMBA, 4ANIO DE ,9$/
TMe #usta tu presencia, Ierano.Doble Tsusurra Anaa5aT. Iace
a"ora die= a2os Eue so5 tu esposa, die= !eces Eue las cuatro estaciones
"an alternado el Gr7o 5 el calor en nuestro undoK die= !eces Eue el d7a
de i naciiento se "a ale>ado en el pasado. Co era una ni2a cuando el
Mnico Se2or Ata"uallpa orden Eue te acopa2ara para siepre 5 e
con!irtiera en la Coya Camaquen. Io5 so5 una u>er a5or Eue las
princesas 5 las concubinas del Mnico Se2or Manco. Sin ebar#o, >unto a
ti, e parece Eue el tiepo pasa sin ro=arnos a ti 5 a 7.
Anaa5a sonr7e con ternura. Est sentada sobre sus talones >unto a la
estatua de oro del Ierano.Doble colocada ante el #ran teplo del Sol
de <ilcababa, sobre la estela ediDcada por Xatari. En unos pocos
#estos, il !eces reali=ados 5a, distribu5e las oGrendas ante el Ierano.
Doble, iel 5 Gruta, pescados del r7o 5 a7= >o!en. Lue#o deposita, de
acuerdo con un orden ri#uroso, "o>as de coca sobre las ro>i=as brasas
reunidas en una escudilla pintada con la eD#ie de la serpiente Aaru.
LQO", esposo 7o Tpiensa inclinando silenciosaente el bustoT,
acepta lo Eue te oGrece de todo cora=n la Coya CamaquenRN
El "uo acre 5 seco de las "o>as de coca !acila. Se enrolla en una
lenta caricia en torno a la estatua de oro antes de ele!arse en la naciente
tibie=a del d7a.
Coo cada a2ana desde Eue terin la estacin de las llu!ias, la
peEue2a ciudad en plena >un#la resplandece con los prieros ra5os
dorados de la aurora. Desde la punta de la roca sa#rada donde prende el
sol en cada alborada, la #ran pla=a de la cereonia 5, lue#o, los uros
Eue rodean las terra=as de las canchas reales brotan de la opulenta
>un#la. Mu5 pronto, el laberinto de calle>as, de escaleras 5 puentes sale a
su !e= de las sobras. D7a tras d7a, Anaa5a adira la perGecta aron7a
de esta ciudad Eue Xatari parece "aber e@tra7do de la tierra con una de
sus a#ias. &or su taa2o 5 su disposicin, los teplos, las !i!iendas
nobles 5 ordinarias e, incluso, los alacenes se Gunden tan bien en la
>un#la Eue basta con ale>arse de <ilcababa un cuarto de "ora de
caino para Eue desapare=ca coo un espe>iso.
TMe #usta tu presencia, Ierano.Doble TcontinFa Anaa5a con
dul=uraT. Me apaci#ua 5 e llena de esperan=a, pues siento, a tra!Hs de
ti, Eue el Mnico Se2or Iua5na Capac nos prote#e ientras Eue la #uerra
ata 5 destru5e a nuestro alrededor. Durante uc"o tiepo, Ierano.
Doble, no supe aarte ni escuc"arte. Era una uc"ac"a deasiado
>o!en. Te te7a. Me asustaba tu silencio 5 tu cuerpo de oro. Me asustaba
i deber de esposa a tu lado. Me asustaba el saber Eue tu presencia e
ense2aba 5 Eue atra7a sobre 7 la en!idia, los celos 5 la clera de los
poderosos se2ores.
Anaa5a abandona su urullo, pensati!a. An #rupo de >!enes
!7r#enes esco#idas, lle!ando los cumbis de las oGrendas al &adre Sol,
151
atra!iesa la alta puerta trapecial del recinto del teplo. Descubriendo a
la Coya Camaquen en oracin, las >!enes se inclinan. Con respeto,
antienen sus o>os cla!ados en las losas del suelo.
T&ues tu presencia, Qo", esposo 7oR Tprosi#ue Anaa5a con una
sonrisa tierna e irnica diri#ida a las >!enes acllasT, "a "ec"o de 7, tan
sencilla 5 t7ida uc"ac"a de san#re e=clada, una u>er a la Eue se
tee.
Con el rostro de nue!o #ra!e, tiende la ano, 5 acaricia con la pala
el "obro de la estatua.
TLa !erdad, Ierano.Doble, es Eue teo por encia de todo Eue e
ipidas aar a aEuel Eue el Mnico Se2or Iua5na Capac e desi#n.
Teo tus celos. Teo Eue intentes ale>are sin cesar de aEuel por Euien,
a pesar de la lar#a ausencia, i cora=n 5 i cuerpo se des"acen coo
nie!e ba>o la caricia de Inti. QS7, o", Ierano.Doble, teo tus celosR
Con inEuieta atencin, Anaa5a escruta el rostro de oro. En la
creciente lu= de la a2ana, la oscuridad de la irada se ali#era. Ba>o el
potente arco de la nari= se alar#a el Dno odelado delos labios, Eue, de
pronto, parecen sonre7r. Entonces, Anaa5a cierra los prpados 5, en un
soplo, de>a Eue sal#an las palabras de una conGesin.
TQO", Ierano.DobleR, cuntas !eces, cuando i boca 5 7 esp7ritu
pronunciaban su nobre, 6abriel, cuando sus anos o sus labios se
posaban en i piel, "e teido tu clera. &erdona i tonter7a, aado
esposo. A"ora sH Eue este iedo era !ano. Iace tres lunas Eue el aliento
del pua se pos en 7, un anoc"ecer, en el r7o. Desde entonces, 5 en tu
presencia, no "a5 noc"e, no "a5 sue2o sin Eue el pua !en#a a i
encuentro. De sue2o en sue2o, Qo", Ierano.DobleR, estaos >untos.
Nos tocaos 5 nos aaos coo un "obre 5 una u>er se aan ba>o
la lu= de Inti. &aso is dedos por el pelo Eue, a"ora, cubre sus e>illas.
Siento su rostro teblando ba>o i pala. <eo el Gul#or de su irada
cuando desea toare 5 !iene a 7 con tanta Guer=a coo en nuestras
noc"es de Ca>aarca, Cu=co u Ollanta5tabo. Noc"e tras noc"e, Qo",
aado Ierano.DobleR, i cora=n es acariciado por su cora=n. Sue2o
tras sue2o, le !eo con!ertirse en el pua 5 sH Eue tapoco Hl e "a
ol!idado. A cada despertar e siento apaci#uada 5 conDada. Io5
coprendo las palabras del Mnico Se2or Iua5na Capac. QS7R As7 se
cuplen las palabras 5 la !oluntad de los poderosos antepasados. C 5o,
la Coya Camaquen, pronto te acopa2arH all7 donde estHs en pa= con
ellos.
&roGundaente suida en su de!ocin, Anaa5a peranece in!il
un instante. Con los o>os cerrados aFn, se "a reple#ado sobre s7 isa
coo para e>or recibir la silenciosa respuesta de la estatua de oro.
Slo tras un lar#o instante percibe una rpida respiracin. El contenido
laento de un sollo=o. Incorporndose sobresaltada, descubre a la >o!en
esposa de Manco prosternada a pocos pasos, con el rostro lleno de
l#rias.
TQCuri OclloR
TQA5Fdae, Coya Camaquenl A5Fdae, te lo suplico...
TQCuri OclloR T!uel!e a e@claar Anaa5a poniHndose de pie 5
tendiHndole las anosT. UPuH ocurreV
152
TAn chaski "a lle#ado esta noc"e para anunciar Eue unos soldados
e@tran>eros abandonaban Cu=co. A!an=an por el !alle sa#rado 5 se
diri#en "acia nosotros...
Los #randes o>os oscuros de Curi Ocllo intentan Gundirse en los de
Anaa5a, coo si pudieran transitirle toda su an#ustia.
Anaa5a, sin ebar#o, se liita a Gruncir el ce2o. Curi Ocllo !uel!e a
sollo=ar.
TQSucede lo Eue siepre "e teido, Anaa5aR Te@claaT. QO", es
terribleR QPue Inti nos prote>aR
Anaa5a la obli#a a le!antarse 5 pasa sus dedos por las e>illas
c"orreantes de la uc"ac"a.
TNo coprendo tu terror, Curi Ocllo. Manco est en <itcos con tres il
#uerreros. Oec"a=ar a los e@tran>eros, 5 no ser la priera !e=. Son
alos cobatientes en la >un#la.
An nue!o sollo=o a"o#a la protesta de Curi Ocllo. Tras ellas, Anaa5a
adi!ina las iradas de sosla5o de las >!enes acllas. Oodea con su bra=o
los "obros teblorosos de la peEue2a reina 5 la arrastra Guera del
teplo.
TClate, Curi Ocllo Tsusurra con ternuraT. No es bueno Eue las
Ii>as del Sol te !ean en ese estado.
Mientras Curi Ocllo balbucea una e@cusa, lle#an a la #ran pla=a de las
cereonias. Anaa5a se diri#e "acia la escalinata Eue conduce, por
aplios pelda2os, "acia el e@terior de <ilcababa 5 a los capos
culti!ados a orillas del r7o.
TE@pl7cae lo Eue tanto te turba Tdice "aciendo Eue Curi Ocllo se
siente en un peEue2o uro.
Curi Ocllo apenas se toa el tiepo de recuperar la cala.
TIace cinco lunas, Manco Euiso de nue!o arrebatar Cu=co a los
e@tran>eros, pero ni siEuiera lle# "asta la ciudad del pua, pues su
"erano &aullu re#resaba 5a con iles de soldados desde el sur tras
"aber !encido al !ie>o 5 Del Tisoc...
TQCa lo sHR Tinterrupe Anaa5a con ipacienciaT. Co isa a!isH
a Manco de Eue su e@pedicin era inFtil. QNo deb7a enGrentarse a &aulluR
TNo es &aullu el Eue s desea per>udicar a Manco Turura Curi
Ocllo, apartando los o>osT. Es i "erano 6ua5par.
Anaa5a se pone r7#ida ientras Curi Ocllo, con !o= sorda, prosi#ue.
T6ua5par "a reunido, desde "ace uc"o tiepo, un #ran nFero de
#uerreros del norte 5 los "a puesto a"ora al ser!icio de &aullu. No le
iporta Eue &aullu se soeta a los e@tran>eros, coo una u>er padece
sin aor a un "obre. Desde "ace uc"os a2os odia a Manco tanto
coo 5o le ao. Slo piensa en eso? destruir a Manco. C ni siEuiera sH por
EuH.
Anaa5a se estreece 5 cierra los o>os. Su ano busca el "obro de
Curi Ocllo 5 sus dedos se cierran con aGecto.TCo lo sH Tsusurra.
Coo si las palabras de Curi Ocllo la "ubieran lle!ado por copleto al
pasado, recuerda las Gr7as 5 luinosas >ornadas del huarachiku de
Tuebaba. Eran unos ni2os. Todos? Manco, &aullu, 6ua5par. C tabiHn
ella, apenas educada por el sabio <illa Oa, pero prote#ida 5a por
Ata"uallpa. Oecuerda aEuella terrible carrera. El iedo de Manco ante la
serpiente, la #ran aistad de &aullu por su "erano 5, 5a entonces, la
!iolencia 5 el odio de 6ua5par. Oecuerda el cobate entre Manco 5
153
6ua5par alrededor del Gue#o, dos uc"ac"os de!orados por la rabia 5 el
sabor de la san#re, ebrios de chicha 5 des#arrando la noc"e con la
!oluntad de atar, "asta Eue un t7o de Manco interrupe el cobate.
LLa leccin se "a dado 5 nadie !a a ol!idarloN, "ab7a dic"o. A lo Eue
6ua5par, loco de !er#Wen=a 5 de odio, "ab7a respondido? LQEsts aldito,
MancoR Arders antes de alcan=ar el Otro Mundo. QTu ala nunca ser
libreRN
Anaa5a siente, a su !e=, Eue brotan las l#rias 5 su respiracin se
oprie. Conoce, s7, la !erdadera ra=n de todo aEuel odio. QEs ellaR
TabiHn recuerda eso? 6ua5par en Iuaac"uco pidiHndole Eue Guera
su esposa, ientras los e@tran>eros se acercaban a Ca>aarca. 6ua5par
diciHndole? LMi ala de aEu7 slo respira por ti, Anaa5a. Mis entra2as
arden slo con pensar en ti.N
TS7 TrepiteT, 5o sH lo Eue les separa.
TC 5o Euiero ipedir Eue se aten, Anaa5a. QManco es i aado
esposoR Nunca "e deseado a otro "obre en i cora=n. &ero 6ua5par es
i "eranoK tabiHn a Hl le ao.
Anaa5a calla, sin atre!erse a sostener la "orrori=ada irada de Curi
Ocllo.
TCoya Camaquen, a5Fdae Tsuplica la >o!en.
TUCo puedo a5udarteV UCo puedo oponere a lo Eue se
a!ecinaV
TDe>a Eue e reFna con Manco. Me necesita 5 Euiero estar a su lado
cuando 6ua5par Euiera enGrentarse con Hl. Me colocarH entre abos si es
necesario.
TNo, Curi Ocllo Tdice dulceente Anaa5aTK no de>arH Eue "a#as
see>ante tonter7a. Lo Eue opone a Manco 5 a tu "erano es deasiado
anti#uo, deasiado Guerte para Eue puedas ipedir Eue se enGrenten, si
debe ser as7.
TQNo, nuncaR QNunca podrH abandonarlesR Tprotesta Curi Ocllo,
#iiendoT. IrH sin escolta "asta <itcos si es necesario.QA!er#WHn=ate,
Coya Camaquen!A!er#WHn=ate, puesto Eue abandonas a tu Mnico Se2or...
TQCuri OclloR
&ero Anaa5a no es lo bastante rpida coo para retener a la
uc"ac"a, Eue corre #ritando de dolor "acia el centro de <ilcababa.
Apenas si da unos pasos para se#uirla.
LQO", IntiR Tpiensa, !encida a su !e= por las l#riasT, este d7a "a
coen=ado en la esperan=a 5 la Gelicidad, 5 lo Eue se acerca 5a ser s
pesado de soportar Eue las nubes Eue "acen teblar las onta2as.N
154
*$
CABCO, 4ANIO DE ,9$/
Al acercarse a Sacsa5"uaan, 6abriel se Eueda ipresionado. Los
Guriosos cobates 5 los incendios "an arruinado en parte los uros de la
Gortale=a por la Eue tantos "obres urieron 5 en la Eue conEuist su
le5enda. Las torres "an ca7do 5 los e>Hrcitos de #uerreros Eue lan=aban
Jec"as 5 piedras "an desaparecido. &ero los bloEues ciclpeos se
5er#uen con i#ual or#ullo, no prote#iendo 5a s Eue un isterio 5 el
!iento. BartoloH detiene su caballo 5 tiende la ano.
TUIas !istoV
En la cantera Eue doina la Gortale=a se di!isan las siluetas de unos
ni2os Eue >ue#an 5 se persi#uen intentando alcan=arse para rodar por el
suelo 5 pelearse. Sus estridentes #ritos resuenan en las colinas.
6abriel sonr7e.
TLa #uerra "ec"a por ni2os es una #uerra sin !7ctias.
TCrecen de prisa. Laentableente, no "a5 nada s sencillo Eue
ense2arles a atar.
6abriel asiente en silencio.
&asan a tra!Hs de los capos donde se culti!a a"ora, ades de la
Euinua 5 del a7=, tri#o, cebada 5 a!ena. Al acercarse a la ciudad,
descubre, con sorpresa, unos peEue2os "uertos cercados en los Eue
crecen coles.
Al pie de las urallas en las Eue crece la "ierba se e@tiende la ciudad
del pua. 6abriel recuerda co le deslubr descubrirla por priera
!e=. <e de nue!o el rostro, sFbitaente tan le>ano, de Anaa5a >unto a
Manco, el triunGo de &i=arro.De una bolsa, BartoloH "a sacado unas
ropas 5 se las tiende.
TSoos apro@iadaente de la isa estatura Tdice con tiide=T
5 creo Eue...
TNo las necesito.
6abriel "a "ablado con dul=ura, pero con Dre=a. Siente, cla!ada en
Hl, la irada de BartoloH? no !a disGra=ado de indio, coo cuando
re#res a Cu=co con la intencin de atar a 6on=alo. Ia adoptado ese
sencillo ata!7o Eue indica su alian=a con esta nue!a tierra? un unku de
color crea, en el Eue las u>eres del Titicaca, cuando se lo pidi,
te>ieron un pua ne#ro.
155
TIe tardado tiepo en ser lo Eue so5, Gra5 BartoloH. No !o5 5a a
disGra=are de lo Eue no so5.
BartoloH calla, respetuoso e intri#ado. Lue#o "ace un Fltio intento.
TSabes lo Eue !an a decirte, Uno es ciertoV
6abriel no se toa el traba>o de responder.
T<aos Tdice a=u=ando a su caballo con una le!e presin de los
talones.
Est ale#re coo un "obre Eue !a a "acer lo Eue debe.
Al entrar en la ciudad, 6abriel ad!ierte en se#uida los cabios Eue se
"an producido desde la Fltia !e=. El s espectacular es la suciedad.
Las canali=aciones centrales de las calles, por donde corr7a un a#ua clara,
estn obstruidas por detritus de toda clase, en los Eue se reconoce
ondaduras de patatas, espi#as de a7= edio coidas. El olor Eue
desprende el a#ua estancada es nauseabundo, 5 nauseabundo el
perGue del estiHrcol de caballo e=clado con las de5ecciones porcinas...
T<enta>as de la ci!ili=acin Tironi=a BartoloH ante el aspecto de
6abriel.
Le!anta los o>os.
Tras el incendio de Cu=co, los te>ados de bla#o ardieron 5 Gueron, a
enudo, re"ec"os con te>asK producen una curiosa ipresin esos nobles
palacios incas cubiertos por tec"os espa2oles. Asiiso, 6abriel !e Eue
al#unas aberturas trapeciales "an sido rellenadas en la base para
peritir el acoplaiento de puertas de adera, pro!istas de un #ran
cerro>o.
TEllos no conoc7an el robo Tdice BartoloHT 5 colocaban en la
entrada un siple bastn para indicar su ausencia. )ste es otro de
nuestros re#alos...An cone>o perse#uido por dos cerdos corre entre las
patas del caballo de 6abriel, Eue "ace una espantada. Ad!ierte las ira.
das Eue se posan en Hl? este e@tran>ero de aspecto indio "ace ururar
s Eue los nuerosos indios Eue "an adoptado, sobre su tra>e
tradicional, atributos espa2oles? uno lle!a #uantes, otro un cinturn de
cuero, el tercero cal=as... Slo los incas conser!an or#ullosaente su
ata!7o de siepre.
Cuando entran en la pla=a de Auca5pata, las i#enes coien=an a
desDlar ante los o>os de 6abriel? la entrada de las oias, la coronacin
de Manco... &ero su !ia>e al pasado se !e interrupido por el doblar de
una capana. El sonido Gailiar 5 tan anti#uo lo de>a petriDcado. Mira a
BartoloH con estupeGaccin. El sacerdote le indica el epla=aiento del
Suntur"uasi, el isterioso ediDcio Eue doinaba la pla=a.
Donde se le!antaba la torre coronada por un tec"o cnico, slo "a5
a"ora unas obras. Nin#una de las piedras est colocada, pero la
estructura se le!anta 5a. En una !i#a, los obreros "an col#ado una Fnica
capana, cu5o repiEue llena la pla=a, "aciendo Eue todos los indios se
!uel!an.
TQEl TriunGoR Tdice BartoloHT. La constru5en en recuerdo de la
!ictoria 5 del asedio. Dicen Eue !endr un pintor de Espa2a para pintar
un cuadro de los ila#ros Eue se produ>eron aEu7...
TUPuH ila#rosV
156
TEl de la <ir#en Mar7a apa#ando el incendio, acopa2ada por un
>inete ontado en un caballo blanco 5 Eue parece in!ulnerable a todos
los #olpes.
TTen#o un !a#o recuerdo de ese ila#ro Tdice 6abriel.
TIa5 pocos "obres Eue no necesiten creer en los ila#ros para
tener la Guer=a de !i!ir.
TCoien=o a ad!ertirlo.
En la prolon#acin de la pla=a, 6abriel arrastra a BartoloH "asta la
calle del Iatun Canc"a. Se detienen ante un palacio de enores
diensiones, cu5a puerta est cubierta por una piel de #uanaco. 6abriel
ba>a del caballo, cu5as riendas conG7a a un anciano Eue "a con!ertido
este oDcio en una especialidad.
TUPuH ests "aciendoV Tpre#unta BartoloH.
TAl#uien e a#uarda Tdice 6abriel tranEuilaente.
TUCundo D>aste la citaV
TEn otra !ida. A Dn de cuentas, tF eres Euien e incita a creer en los
ila#ros... UPuieres !enir coni#oV
Con un eni#tico o!iiento de la ano de los dos dedos pe#ados,
BartoloH se nie#a 5 se ale>a tras una Fltia sonrisa.
Atra!esar este palacio es toda una puesta en escena? antecara,
corredores, criados indios con librea, >!enes sir!ientas. 6abriel tiene la
cica ipresin de !erse transportado de pronto a una obra de teatro
donde representa un papel cu5o te@to "an ol!idado darle.
Ipacientndose en un saln car#ado de tapices, se !uel!e 5 o5e una
enore carca>ada.
TQSebastinR
TUNo reconoces el lu#arV Cierto es Eue estaba en un estado uc"o
peor...
Tras un esGuer=o, 6abriel e!oca el recuerdo de unos uros
enne#recidos por el Gue#o, de los tec"os Eueados, de aEuel palacio
donde, al salir de su prisin, Sebastin le lle! para eEuiparlo de nue!o.
TCo s7 Eue estaba en un laentable estado Tsuspira.
Los dos ai#os se abra=an sin contenerse. Sea cual sea su
coprensin con Gra5 BartoloH, 6abriel nunca tendr con Hl esta
intiidad de las a!enturas copartidas. Cuando se separan tras nue!as
carca>adas 5 paladas, 6abriel puede, por Dn, irar a su ai#o.
Su ata!7o es del todo e@traordinario, de las cal=as ulticolores "asta la
#or#uera de Dno enca>e, iitando la de &i=arro. Sin#e no ad!ertir Eue
Sebastin le ira con un asobro see>ante.
TQE@tra2o aspecto el tu5oR Tdicen casi al iso tiepo, antes de
abandonarse a una nue!a carca>ada.
TTen#o Eue "acer un #ran esGuer=o para distin#uire de los escla!os
ne#ros Eue lle#an de &ana Tdice SebastinT. C tF, Ute "as con!ertido
en incaV
TSerH inca el d7a Eue tF seas #obernador.
TU&or EuH noV Iar7aos una "erosa alian=a 5, tras "aber Geste>ado
nuestra !ictoria con un asado de 6on=alo, preparar7aos una "erosa
pa=..., no sin "abernos llenado pre!iaente la bolsa, en pre!isin de d7as
s duros.
TTienes aspecto de estar bien preparado por ese lado.
Sebastin "ace una ueca.
157
TNo ia#inas lo Eue si#niDca TdiceT? una luc"a diaria a#otadora.
C"asEuea los dedos 5, en se#uida, dos >!enes sir!ientas se atarean.
Sin Eue ten#a Eue decir una palabra, apro@ian en una bande>a de plata
un Grasco cu5o l7Euido brilla con un ro>o proGundo a la lu= de las antorc"as
5 dos cubiletes de plata.
El paladar de 6abriel "a perdido el sabor del !ino, 5 su rostro se
epurpura al prier tra#o.
TNo est al Tdice c"asEueando la len#uaT, pero no !ale el del...
UCo se llaaba el alber#ueV
TQLa 4arra LibreR Tru#e SebastinT. QA"R, aEuel estaGador 5 su
inol!idable tintorro... Tienes ra=n, nada nos de!ol!er su sabor.
Ia5 una sFbita nostal#ia en la !o= de Sebastin, 5 6abriel de>a Eue se
"a#a entre ellos el silencio.
TIab7ae de tu !ida Tdice, Dnalente SebastinT. Corre el ruor
de Eue eres un #rand7sio se2or, all7, a orillas del Titicaca...
TMs tarde te "ablarH de ello, Sebastin. Necesito Eue copletes las
Fltias noticias Eue e "a dado BartoloH... 5 Eue coiences
diciHndoe EuH pasa con tu Gortuna.
TSo5 rico, 5a lo !es, pero e siento casi tan aena=ado coo si Guera
el inGeli= escla!o Eue conociste, prote#ido slo por la aistad del buen
Cand7a...
TUC por EuHV
TDesde la uerte de Ala#ro, Eue era i protector u5 a i pesar
1ten7a deGectos el "obre, pero no conse#u7a ol!idar Eue 5o le "ab7a
sal!ado3, siento Eue el c7rculo del desprecio 5 los celos se cierra a i
alrededor... Ades, 5a te lo "e dic"o, cada d7a lle#an al#unos orenos
Eue nada lle!an encia, 5 un buen espa2ol, al !ere con is
esplHndidas ropas, i buen !ino de Espa2a, is tres concubinas 5 todo lo
des, se dice Eue so5 un insulto a la naturale=a de las cosas 5 al orden
di!ino. &ronto "abr al#uno Eue acabar coni#o en el Gondo de una
calle>a 5 e con!ertir en pasto de sus innuerables cerdos, siepre
"abrientos...
TUNo puedes ser s... discretoV U6uardarlo todo ba>o aEuella losa,
en el Gondo de la ca!erna donde anta2o se aontonaban tus tesorosV
Sebastin suelta una carca>ada.
TQC tF e lo dicesR
TNo es lo iso.
El ne#ro se interrupe 5 sonr7e.
TTienes ra=n. No es lo iso. No cono=co tus ra=ones,pero no ol!ido
lo Eue te di>e una !e=? "a5 un ar entre abos, 5 nin#Fn piloto, ni
siEuiera el s "bil, podr7a atra!esarlo. As7 es.
Bebe con placer un lar#o tra#o. Tiende el cubilete a una de las
uc"ac"as ientras le sonr7e con aabilidad. Ella !uel!e a ser!irle.
TNo Euiero cabiar, ni siEuiera si debo orir. Ie necesitado
deasiados esGuer=os, deasiada astucia, deasiadas "uillaciones
para tener lo Eue ten#o. No lo cabiarH por una super!i!encia incierta 5
iserable. Si debo orir a2ana, Eue sea con i espada de acero
toledano en la ano, 5 Eue corra la san#re por i #or#uera.
TTe coprendo.
Sebastin barre con un aden lo Eue las palabras pueden tener de
e@cesi!o pesiiso.
158
TNo "as !enido para escuc"ar las incertidubres de i destino. Ias
!enido por ella, Uno es ciertoV
6abriel se alara en se#uida.
TElla, la princesa de o>os a=ules Tprecisa Sebastin coo si Guera
necesarioT. Ests al corriente, claro...
El cora=n de 6abriel suena coo la capana del TriunGo.
TNo sH nada, noK Gra5 BartoloH no e "a dic"o nada. UPuH ocurreV
TQLa e@pedicin, por la san#re de CristoR UNo "as o7do "ablar de la
e@pedicinV
6abriel se incorpora en su asiento 5 !uelca el cubilete, cu5o l7Euido se
!ierte sobre una #ruesa alGobra de lana.
TQ&ero "ablaR T#rita casiT. QDie lo Eue ocurreR
TIace 5a s de dos eses Eue partieron, por orden del #obernador
Tdice sobr7aente SebastinT, trescientos "obres al ando de
6on=alo, s un buen nFero de indios andados por &aullu 5 des
capitanes incas "ostiles a Manco. Se "undieron en la >un#la,
persi#uiHndole con un ob>eti!o preciso? capturar a Anaa5a 5 la #ran
estatua de oro, Eue, se#Fn saben, la si#ue por todas partes, pues, en
cierto odo, est casada con ella.
Se "ace de nue!o el silencio.
TU&or EuH ellaV
T&iensan Eue Manco est debilitado, separado de sus principales
#enerales, 5 Eue capturarla ser para Hl un #olpe Gatal. Lue#o, 5a slo
Euedar lan=arse al acoso Dnal. Ades, estn Gurisaente
obsesionados por esa estatua de oro. Ias o7do "ablar de la des!entura de
Cand7a...
6abriel se ipacienta.
TMe lo contars en otra ocasinK esto5 se#uro Eue es di!ertido. USe
sabe si "an conse#uido sus DnesV
TSin duda no, de lo contrario nos "ubieran lle#ado las noticias del
triunGo. C &aullu no "abr7a re#resado, en estos isos oentos, para
pedirle reGuer=os a don Srancisco.
6abriel abra=a bre!eente a Sebastin.
TDebo !erlos. UDnde estnV
TSin duda, en casa del #obernador, en la Cassana, a enos Eue estHn
en casa de &aullu, en el palacio de Colcapata, Eue ocupa desde su
coronacin.
6abriel se diri#e a la salida, precedido por las >!enes sier!as, a las
Eue aparta sin brutalidad.
TSebastin, tal !e= te pida al#o...
.UPuHV
TNo Euiero "ablar de ello a"ora. &ero si te pido un Ga!or, Ue lo
"arsV
Slo escuc"a el suspiro de su ai#o.
TNo "e dic"o nada, perdnae.
TNo puedo Dn#ir Eue no te "e o7do. I#noro EuH locura se te "a etido
en la cabe=a, pero, laentableente para 7, s7, te a5udarH.
6abriel se arc"a tras un bre!e abra=o, escapando de los ser!idores
con librea 5 de las sir!ientas Eue parecen concubinas.
BartoloH le espera a la salida del palacio. Sin decir palabra, 6abriel
salta sobre el caballo.
159
TUAdonde !aos tan deprisaV Tpre#unta BartoloH.
TA Colcapata. U&or EuH no e di>iste nadaV
TCo no...
TQA 7 no, Gra5 BartoloH, 5 no tFR QNo e di#as Eue no estabas al
corriente de la e@pedicin de 6on=aloR
TNada puedes "acer tF solo, 6abrielK bien lo sabes.
TDH>ae >u=#ar a 7 lo Eue puedo 5 lo Eue no puedo "acer.
Mientras los cascos resuenan en el enlosado, 6abriel acalla su clera e
intenta doinar la terrible 5 proGunda an#ustia Eue se "a apoderado de
Hl.
*8
CABCO, COLCAM&ATA, 4ANIO DE ,9$/
Ia5 una ultitud en la e@planada de Colcapata.
Al lle#ar, aunEue su atencin estH D>a en la silueta de Srancisco
&i=arro, Eue descubre de inediato, 6abriel lan=a una o>eada al estuc"e
en el Eue descansa la ciudad del pua, en el cora=n de las onta2as.
Coprende e>or Eue nunca su Guer=a eterna, le>os de los "edores de los
cerdos 5 la podredubre aportada por los conEuistadores. &ercibe su
poderoso aliento, doritando pero dispuesto a saltar 5 a ru#ir de nue!o.
En las "ornacinas abiertas en la perGecta alba2iler7a de los uros del
palacio estn instaladas las oias. 6abriel reconoce la del Mnico Se2or
Iua5na Capac no sin cierta eocin.
T&aullu lo pidi Tsusurra BartoloH en su o7doT. No es con!eniente
Eue el Mnico Se2or le#7tio, se#Fn Hl, estH separado de sus antepasados.
6abriel inclina iperceptibleente la cabe=a ientras diri#e la irada
"acia su !ie>o protector, don Srancisco &i=arro.
El #obernador est s Jaco 5 "uesudo Eue nuncaK con el tiepo,
parece ir enco#iHndose sin perder una pi=ca de la Guer=a Eue se
desprende de Hl. Todo es ne#ro en su ata!7o, sal!o el sobrero 5 las
edias blancas. El Fnico si#no de su inensa riEue=a es la Dnura del
enca>e de la #or#uera donde se "unde su cuello. Sus ne#ros o>os se
cla!an con intensidad 5 atencin en el persona>e Eue le "ace Grente,
160
sentado en su tiana coo corresponde al inca de todos los incas, 5 en
Euien 6abriel reconoce a &aullu.
El nue!o Mnico Se2or de Cu=co tiene la isa edad 5 la isa
estatura Eue su "eranastro Manco. &ero donde el rebelde tiene los
ras#os coo tallados por el cincel de un escultor de piedra, &aullu es todo
redondeces. Sin ser #ordo, su rostro e!oca una especie de blandura, un
abandono al placer de !i!irK slo los o>os aniDestan una !oluntad Dre,
sin #rietas, 5 una inteli#encia despierta.
Los dos "obres "ablan sin necesidad de intHrpretes, pues &aullu se
e@presa perGectaente en espa2ol.
Cuando 6abriel 5 BartoloH se unen al c7rculo de los se2ores indios 5
los "idal#os reunidos, el rostro de &i=arro se !uel!e "acia ellos.
Al encontrar los o>os ne#ros, proGundaente "undidos en sus rbitas,
del !ie>o capitn, 6abriel se siente pose7do por una oleada de anti#uas
eociones. Se pone r7#ido 5 se obli#a a una sonrisa acopa2ada por una
le!e inclinacin de cabe=a.
TLo Eue necesito coprender antes de a5udaros, Mnico Se2or &aullu
Tprosi#ue &i=arroT, son las posibilidades de H@ito de la e@pedicin.
TMu5 #randes, #obernador, est casi ase#urado...
La !o= de &aullu est recorrida por las entonaciones roncas t7picas del
Euec"ua. A su espalda, 6abriel o5e a un "idal#o Eue escupe 5 urura?
LEse perro nos "ar re!entar a todos en esa aldita >un#la...N
TIe !uelto a toda prisa, por insistencia de !uestro "erano 6on=alo,
para reunir reGuer=os, pues las tropas de Manco son poderosas 5 estn
or#ani=adas.
Al o7r el nobre de Manco, los o>os de &i=arro Gul#uran.
TUEstis se#uro de Eue podreos destruir a ese perroV
TNo puedo llaar Lese perroN a i propio "erano Tdice
cortHsente &aulluT, aunEue estio Eue "a coetido un error
laentable prosi#uiendo su rebelin s all de los l7ites de lo
ra=onable. Oespondiendo a !uestra pre#unta? s7, podeos !encer a su
e>Hrcito. &ero con una condicin...
&aullu, se#uro de su eGecto, calla un instante.
TUCulV Tse ipacienta don Srancisco.
TEl #obernador sabe "asta EuH punto los su5os necesitan a is
"obres para #uiarlos por la sel!a. Sabe T5 la irada de &aullu barre en
un desaG7o toda la concurrencia de los espa2olesT Eue en nuerosas
ocasiones, de las Eue !uestros "eranos Iernando 5 6on=alo podr7an dar
testionio si estu!ieran presentes, i lealtad para con !os "a sido
decisi!a en los cobates...TNo dudo de eso, Mnico Se2or &aullu.
Sabeos lo Eue os debeos. C !os sabHis lo Eue nos debHis...
Los o>os de &i=arro se "an posado en la diadea real Eue adorna la
Grente de &aullu.
TAna "erosa aistad est "ec"a de un "eroso eEuilibrio T
coenta, coo enternecido, el teible &aulluT. Lo Eue Euer7a deciros,
#obernador, es Eue es indispensable Eue !uel!a a recorrer, con is
tropas 5 los reGuer=os, el caino de la >un#la, para reunire con !uestro
"erano 6on=alo 5 ase#urar la obtencin de todos los ob>eti!os de la
e@pedicin.
TUCundo EuerHis partirV
161
TMa2ana o la noc"e si#uiente... QEl tiepo acuciaR &ero pensad,
#obernador, Eue en cuanto se obten#a la !ictoria podrHis re#resar al
cuidado de ediDcar Lia, !uestra "erosa Ciudad de los Oe5es...
TC !os reinar sobre !uestra Euerid7sia ciudad de Cu=co.
TNo puedo peranecer indiGerente a la ciudad de is antepasados T
responde &aullu, desi#nando con discreto #esto la "ilera de oias Eue
les obser!an desde las "ornacinas.
T<aos, Mnico Se2or &aullu. &odHis anunciar Eue, por orden del
#obernador, tenHis el encar#o de reclutar las tropas Eue considerHis
necesarias.
TNecesito 5un#as, #obernador, s Eue onta2eses. )stos proceden
de la costa 5 el clia "Fedo...
&i=arro "ace un nue!o #esto de ipaciencia.
TIaced lo Eue os pare=ca, Euerido Mnico Se2orK !os conocHis a los
indios. Iacedlo 5 #anad.
&i=arro es el priero Eue se le!anta de su asiento 5 esbo=a la sobra
de una re!erencia ante un ip!ido &aullu.
6abriel piensa Eue en ese o!iiento "a5 toda la abi#Wedad Eue
ri#e la relacin entre abos "obres.
Lue#o, los di#natarios incas se ale>an.
Los ruores brotan, de inediato, en las "ileras de los espa2oles.
LConDar en ese traidor..., el ai#o de Ala#ro...N &i=arro les ipone
silencio con un aden. Su autoridad es enos discutida Eue nunca,
sobre todo de Grente.
T&a= TdiceT. Le necesitaos, pero Hl nos necesita. Ia5 deasiada
doble= inteli#ente en Hl para Eue a"ora nos traicione. Desea tanto coo
nosotros librarse de su Euerido "erano...
Tras las Fltias palabras se "a posado una di!ertida iron7a.
TA"ora, arc"aos todos. Puiero Euedare solo con...
Se "a !uelto "acia 6abriel. Nue!os urullos brotan de la
concurrencia. No todos conocen al espa2ol Eue lle!a la tFnica de un indio,
pero todos "an o7do la le5enda del or#ulloso cobatiente prote#ido por
Santia#o 5 Eue, por s7 solo, to la Gortale=a.
El !ie>o conEuistador 5 aEuel Eue Gue su "i>o estn por Dn solos en la
e@planada.
TBueno Tcoien=a &i=arroT, UEuH si#niDca ese e@tra2o ata!7oV
6abriel no podr7a decir cuntas "oras pasan >untos.
Lle#a el ediod7a 5 pasa en el clido a=ul del cielo, el oro se desli=a
por las onta2as, se e@tienden las sobras del anoc"ecer, 5 si#uen
"ablando.
Al #obernador le coplace !isibleente encontrarse de nue!o con su
copa2ero. Le pre#unta por la !ida a orillas del la#o Titicaca 5 broea,
pun=ante, con las u>eres ind7#enas. 6abriel le "ace "ablar de su Euerida
ciudad de Lia, cu5a Gundacin tanto le "a ocupado. Sobre todo, por la
insistencia de &i=arro, "ablan del pasado, Se!illa, Toledo, la audiencia real
5 los suGriientos del !ia>e. En la intiidad Eue as7 se establece, el #ober.
nador se rela>a 5 a#ita su sobrero blanco, de acuerdo con las "istorias
Eue cuenta, a odo de un trapo, de una bandera o de una !ela.
TA enudo e "e "ec"o una pre#unta, don Srancisco.
162
TIacedla, don 6abriel.
TSe dice Eue, durante una de !uestras prieras e@pediciones,
!uestros copa2eros estaban a punto de abandonaros cuando tra=asteis
una l7nea en la arena para ostrarles a todos dnde estaba el l7ite
entre la iseria 5 la Gortuna, el pasado 5 la #loria...
TLa isla del 6allo Turura &i=arro, so2ador.
TTabiHn se dice Eue Gueron doce los Eue cru=aron aEuella l7nea para
ponerse a !uestro lado.
TBueno, UEuH EuerHis saberV
TPuisiera saber si es cierto, si las cosas ocurrieron as7.
&i=arro peranece un instante silencioso. En su rostro se!ero se "a
abierto una sonrisa.
TUNo sois ai#o de al#unos de ellosV Tpre#untaT. ULe "abHis "ec"o
la pre#unta a CandiaVTQ)l slo se r7eR C Euisiera o7rlo de !uestra boca.
&ero &i=arro no se de>a con!encer, o la con!ersacin le di!ierte
deasiado para ceder a"ora.
TA 7 e "an dic"o TrespondeT Eue un >inete Eue ten7a !uestros
ras#os, pero no !uestro e@tra2o ata!7o, ontado en un caballo blanco,
#alopaba entre las Jec"as indias, cru=aba los incendios 5, prote#ido por
la <ir#en Mar7a Eue "ab7a aparecido a su lado, se lan= solo a toar las
tres torres de la Gortale=a. UEs ciertoV
6abriel sonr7e a su !e=.
TTenHis uc"os ai#os tabiHn, don Srancisco. UNo se lo "abHis
pre#untadoV
T&or Cristo, todos >uran Eue ocurri as7, con la notable e@cepcin de
i "erano 6on=alo, es cierto.
6abriel suelta una carca>ada, ! el !ie>o conEuistador se une a ella.
TUPuiHn de nosotros conoce la !erdad de estas le5endasV Turura
&i=arroT. Oecuerdo tantos episodios de i !ida coo a tra!Hs de una
brua. A !eces despierto por la a2ana 5 e parece "aber pasado la
noc"e en una aldea de i buena E@treadura, constru5endo una
capana, 5 Eue as7 se "a desarrollado toda i !ida. Oecuerdo lue#o
donde esto5 5 lo Eue "e pasado, 5 e "a#o !ie>o.
TSin ebar#o, estis aEu7.
Con un #esto, 6abriel abarca todo el paisa>e a sus pies, con la lu= de
las antorc"as Eue coien=an a encenderse en el anoc"ecer. Durante
unos instantes, abos "obres antienen el silencio, perdido cada cual
en sus reJe@iones, prolon#ando cada cual la e!ocacin del pasado Eue
los "a apro@iado.
Lue#o, 6abriel o5e la !o= del #obernador.
TOs necesito, "i>o Tsusurra casi.
Su cuerpo se crispa coo si acabara de recibir un boGetn. &ese al
aGecto Eue le une a don Srancisco, pese al respeto Eue siente aFn por Hl,
percibe una aena=a terrible, insoportable, en estas palabras.
TEsto5 solo una !e= s, bien lo sabHis. Iernando "a asesinado al
Tuerto 5 a"ora se "a arc"ado a Espa2a para >ustiDcarse ante el re5...
Dios sabe EuH suceder con Hl. No i#noro Eue lo detestis, pero es el
Fnico Eue tiene un poco de cabe=a sobre sus co>onesK perdonade la
e@presin... Ca sabHis lo Eue pienso de los des.TC entonces, Upor EuH
conDar Cu=co a 6on=aloV
163
La !o= de 6abriel es tranEuila, pero resulta iposible no sentir la
condena Eue la pre#unta contiene.
T&ese a todos sus deGectos, es uno de los 7os, el Fnico en Euien
puedo conDar... C todos esos capitanes Eue nos lle#an de Espa2a, con
die= caballos 5 cincuenta inGantes eEuipados, creen Eue todo les est
peritido 5 esperan Eue se les oGre=can todos los tesoros del &erF...
TIa5 Eue construir un pa7s 5 slo pensis en "acer la #uerra, la
#uerra aFn...
TUCo actuar de otro odoV Creede, 6abriel, aspiro a la pa= tanto
coo !os. De>ade deciros...
&i=arro coloca su sobrero sobre el Frete Eue doina la ciudad 5
toa a 6abriel del bra=o, inclinndose "asta su o7do en una actitud de
conDdencia.
TSabHis Eue !i!o en concubinato con esa princesa ind7#ena a la Eue
"eos bauti=ado coo do2a An#elina... &ues bien, e cuesta uc"o
traba>o disiular co la ao. C la ni2a Eue tu!e con do2a InHs Puispe
Sisa, la ara!illosa 5 peEue2a Srancisca, no ia#ina EuH #anas ten#o de
correr, a cada instante del d7a, para toarla en is bra=os. Iace
seanas Eue no la "e !isto 5 la ec"o en GaltaK si supierais co la ec"o
en Galta...
Los o>os de don Srancisco estn brillantes de l#rias.
TSlo Euiero una cosa? !i!ir con ellas, toar i sencilla coida
acopa2ada por un cubilete de !ino cortado con a#ua, antener i !ie>o
cuerpo en buen estado por edio de siples >ue#os de capo, coo
aEuellos a los Eue >u#aba cuando era ni2o, los bolos, el Grontn... UCreHis
Eue e coplace cabal#ar desde el alba por esos cainos iposibles,
diri#ir esos e>Hrcitos, seducir a esos caciEues, de!anare los sesos para
saber si debo o no creer al tal &aullu...V
TQIaced la pa=, entoncesR
La palabra restalla en el silencio. &i=arro toa su sobrero blanco 5 lo
anosea coo una pella de barro.
TQLa pa=R Atili=is a"ora #randes palabras, "i>o 7o.
T&ero Uno lo !eis, don SranciscoV
T<eo una especie de diablo, "i>o 7oK un espa2ol disGra=ado de indio
Eue e suelta Grases por encia de su condicin...
Ana Gr7a clera "ace !ibrar, a"ora, los ras#os del anciano, Eue,
se#undos antes, representaba con sinceridad el papel de un padre
deslubrado. &ero 6abriel se siente doinado por una Guer=a coo
nunca "a tenido ante Hl, 5 una dulce euGoria in!ade todos sus iebros.
Su !o= es Dre cuando responde.
TUIabHis escuc"ado las palabras de los Eue no tieblan ante !osV
USabHis Eue !uestros soldados no respetan nin#una de las le5es 5 se
epe2an en !i!ir des!ali>ando, asesinando, soetiendo a la escla!itudV
UCreHis Eue !ais a obtener as7 la pa= con los indiosV
TTen#o Eue #anar priero la #uerra contra ese aldito Manco. Ca
restablecereos la pa= 5 la concordia lue#o...
TQNo, don Srancisco, no lo !eisR El esp7ritu de #uerra se "a instalado
en todas partes, incluso en nuestras Dlas. De>asteis Eue ataran a
Ala#ro...
TNo lo sab7a...
164
T<aos, no lo sab7ais..., al i#ual Eue no sab7ais Eue Ata"uallpa ser7a
e>ecutado. Lo sab7ais, 5 apartasteis la cabe=a 5 cerrasteis los o>os
ientras la Gec"or7a se reali=aba. C a"ora la !en#an=a Jota en el aire por
todas partes? cada cual odia a su "erano 5 slo sue2a en arrebatarle lo
Eue tieneK cada cual !e la in>usticia 5 cree Eue su Guer=a, si est bien
apo5ada, es su derec"o, Qtodo el derec"oR C aunEue seis distinto a ellos,
Qactuis coo ellosR C a"ora no !eis, entre las dciles iradas de
!uestros copa2eros, a Euienes !an a traicionaros 5 conspiran, tal !e=
5a, para arrebataros la !ida...
&i=arro se "a a#itado !arias !eces para responder, pero la apasionada
elocuencia de 6abriel le "a obli#ado a callar.
T<aos, "i>o. QNo !an a atre!erseR TaDra.
6abriel no se detiene ante esa e@claacin.
TTen7ais, tenHis aFn, la posibilidad de entrar en la "istoria coo el
"obre Eue conEuist una tierra 5 la con!irti en un pa7s. Estis
ec"ndola a perder.
TQ6abriel, no puedoR TLa Grase suena coo un #rito de desesperacin
T. Cono=co !uestra #enerosidad 5 !uestro !alor, 5 esto5 dispuesto a
escuc"ar cualEuier cosa de !os. No nie#o la !erdad de uc"o de lo Eue
dec7s 5, a !eces, por la noc"e, cuando rue#o a la <ir#en Sant7sia 5 al
Ni2o, derrao l#rias por los cr7enes Eue se coeten. No creis Eue
e >u=#o con enos se!eridad Eue !os. Nadie, sal!o i 4ue= Supreo,
sabe lo Eue 5o sH. &ero lo Eue dec7s es iposibleK coprendedlo, ipo.
sible...
TUEs cierto Eue la e@pedicin de 6on=alo 5 de &aullu tiene coo
priera isin capturar a Anaa5a 5 la estatua de oroV
TS7, 5 tabiHn a Manco. &ero 6on=alo e "a con!encido de Eue ser7a
s Gcil capturarle si su sacerdotisa estaba en nuestras anos 5
tabiHn la estatua Eue posee no sH EuH poderes #icos...
TC dec7s Eue, tras ello, lle#ar la pa=.
La iron7a 5 el dolor silban entre los dientes de 6abriel.
TU&ensis Eue destru5endo, pura 5 sipleente, lo Eue ellos tienen
de !alioso, os acercis a la pa=V Al contrario, don Srancisco? Qa2ad7s
#uerra a la #uerraR Cuando "a5is terinado con Manco, si lo lo#ris,
tendrHis Eue !Hroslas con <illa Oa, el sabio con!ertido en #uerrero, 5
lue#o con Illa Topa. C cuando Hstos "a5an uerto, otros se le!antarn
tabiHn... C cuando "a5is terinado con ellos, tendrHis Eue enGrentaros
con !uestras propias Dlas, prote#eros por todos lados sin Eue podis
conDar en nadie. QNo ad!ert7s Eue, actuando de este odo, les dais a to.
dos, espa2oles e indios, el esp7ritu de #uerra coo una "erencia de la
Eue nunca se librarnR
TNo lo coprendHis, 6abrielK sois deasiado >o!en aFn. SH todo eso,
pero sH tabiHn cosas Eue !os no sabHis. All7 Tdice se2alando "acia el
oesteT se a#itan 5 e lle#an noticias de Eue pretenden andar a un
!irre5. Si no capturo antes a Manco 5 paciDco la rebelin, todo "abr
terinado.
TUPuH "abr terinadoV, U!uestro poder, las Gec"or7as 5 los
cr7enesV
TIabr terinado i sue2o...
Las Fltias palabras salen coo un soplo de los labios plidos 5 Dnos
de don Srancisco, 5 6abriel interrupe su ipulso. Nada puede decir
165
sobre la consistencia del sue2o de ese anciano lle#ado de tan le>os? es el
secreto de cada ser, laentable 5 a#n7Dco.
Los dos "obres respiran poco a poco. La clera Eue pueda "aberse
!ertido en sus palabras se retira, eprende el !uelo en la noc"e, se
"unde en las piedras, absorbida tal !e= por la sabidur7a de las oias
Eue no "an de>ado de obser!arlos.
T&eritide Eue e reFna con ellos Tdice 6abrielT, con la orden de
ne#ociar una pa= inediata con Manco. Le cono=co bien, lo sabHisK so5 el
Fnico espa2ol con el Eue tal !e= aceptar "ablar.
TNo.
6abriel se incorpora 5 da unos pasos por la e@planada. Todas sus
eociones se "an con!ertido en una enore Gati#a? el cansancio de
todos esos a2osK la triste=a de no ser capa= de con!encer al "obre al
Eue tanto "a adirado 5 tanto "a detestado.
Su irada se =abulle en las sobras, "acia la oia de la nari= rota,
la de Iua5na Capac. Ana oleada de anti#uas sensaciones le atra!iesa 5
se estreece coo si, en la noc"e estrellada, se !iera transportado de
pronto a las poderosas terra=as de Ollanta5tabo.
Se !uel!e.
Srancisco &i=arro no se "a o!ido.
TAdis, don Srancisco.
El #obernador si#ue sin "acer ni un o!iiento, 5 6abriel se dispone a
ba>ar "acia la ciudad.
De pronto, la !ie>a !o= resuena a sus espaldas.
TUPuH !ais a "acerV
6abriel da edia !uelta para "acerle Grente, pero en la oscuridad slo
adi!ina 5a una silueta Eue se ale>a 5 se esGua.
TDon Srancisco, "e pensado en la "istoria de la isla del 6allo 5 !o5 a
deciros lo Eue pienso? realente tra=asteis la l7nea en la arena con la
punta de !uestra espada. C todos tu!ieron Eue decidirse? Ude EuH lado
Euer7an encontrarseV
Iace una pausa 5 aspira a #randes bocanadas el aire Gresco de la
noc"e.
TCreo Eue en la !ida de cada "obre lle#a un oento en el Eue,
coo !os, puede desen!ainar su espada 5 tra=ar una l7nea en la arena.
Creo Eue todo "obre eli#e.
TUPuH !ais a "acerV
TLo Eue debo.
6abriel desaparece en la noc"e.
*9
CABCO, 4ANIO DE ,9$/
TQEsts locoR Te@claa Sebastin.
6abriel se detiene 5 le!anta las anos para apaci#uar a su caarada.
Nunca le "a !isto tan rabioso.
TTranEuil7=ate.
166
TUC e dices a 7 Eue e tranEuiliceV
TDe>a Eue si#a e@plicndote...
TUMe toas acaso por un ne#ro de ierdaV
6abriel ba>a los bra=os en se2al de ipotencia.
TTe too por i ai#o.
Los o>os de Sebastin si#uen lan=ando Gul#ores. En edio de la
oscuridad Eue ba2a todas las estancias de su palacio, slo Eueda una
antorc"a encendida 5 al#unas !elas en la esilla de Dna arEueter7a
ante la Eue abos "obres estn sentados. Los ser!idores 5 las u>eres
se "an acostado, pero ellos "ablan casi en !o= ba>a.
TUAcaso un ai#o Tprosi#ue Sebastin 5a s tranEuiloT puede
desear la uerte de su ai#oV UC suicidarse con HlV
TTe pido sencillaente...
TSencillaente Eue e arruine para a5udarte a Dnanciar una
e@pedicin a la sel!a e ir a sal!ar a una india, cuando encuentro
cincuenta, s "erosas aFn, slo c"asEueando los dedos, 5 sal!ar una
pa= Eue, de todos odos, nadie Euiere. QA"R, lo ol!idaba? 5 prote#er la
"uida de un 7dolo de oro Eue, antes o despuHs, terinar Gundido en la
Cassana o en el palacio de uno de esos nobles "idal#os. Te lo repito,
ai#o 7o? ests loco. C tabiHn 5o esto5 loco porEue si#o
escuc"ndote.TC 5o tabiHn Tdice una tercera !o= en la oscuridadT,
loco de la isa locura o de una u5 parecida, pero e apetece creerlo.
TU<os, Gra5 BartoloHV
El on>e "a salido de la oscuridad donde estaba, con los o>os
aparenteente cla!ados en un cuadro de suaria Gactura Eue representa
la Gortale=a de Sacsa5"uaan.
TUAcaso Tpre#unta SebastinT, desde el re#reso del obispo
<al!erde, no Goris 5a parte de las s altas autoridades reli#iosas de
esta buena ciudad de Cu=coV
TUPuH Euieres decirV
TUNo os con!ierte !uestro car#o en... su aliadoV
TAi#o 7o, este car#o, 5 su peso, e "a con!ertido en testi#o 5,
desde "ace uc"o tiepo, en cplice de al#o Eue "a durado 5a
deasiado. No !ine aEu7 para de>ar Eue se "icieran atan=as en nobre
de Dios. C este "obre, tu ai#o, es i oportunidad de Eue esto cese.
Iace dos a2os, cuando su santidad &ablo III public su bula pontiDcia, cre7
Eue "ab7aos obtenido una !ictoria decisi!a. &ero no "a sido as7. Puer7a
Eue 6abriel Guera a Espa2a para dar testionio 5 e@i#ir la a5uda del re5
al ser!icio de la le5 de Dios. &ero coprendo lo Eue tF llaas su locura 5,
si pudiera, le acopa2ar7a...
Sebastin ira, alternati!aente, a los dos "obres.
TUC puede saberse, por siple curiosidad, co !ais a "acerlo para
encontrar "obresV
TTen#o al#unos ai#os Tdice 6abriel, sonriendo.
TUCulesV Nuestro !ie>o copadre Cand7a se "a edio arruinado 5a
intentando penetrar en la aldita sel!a. Si Euieres o7r "ablar de i oro,
Upuedo al enos saber el nobre de esos ai#osV
TUNo ser7a e>or, para de>arte Eue #o=aras del resto de tu
prosperidad, Eue los i#norasesV
T<uesa erced es deasiado bueno. Me autori=a a #o=ar del resto de
i prosperidad. Es una #enerosidad Eue e conue!e...
167
TSebastin...
TNo "a5 Sebastin Eue !al#a. Me despo>as, e atas 5 Euieres Eue
te di#a #racias.
6abriel 5 BartoloH callan. En la noc"e, no es 5a "ora de con!encer,
de "ala#ar, de protestar, de broear. Ca slo pueden e@ainar el rostro
del anti#uo escla!o 5 !er co pasan por Hl la clera 5 la duda, la
tentacin 5 el rec"a=o... TUC si di#o Eue noV
6abriel 5 BartoloH se apresuran a tra!Hs de la oscuridad Eue, en la
noc"e sin luna, se "a apoderado de las calle>as de Cu=co. Atra!iesan
Auca5pata 5 ba>an "acia el teplo del Sol. SlanEuendolo, 6abriel se
Eueda sin respiracin. Las paredes "an ca7doK los uros estn edio en
ruinas. Slo restan las piedras de los poderosos ciientos Eue los
conEuistadores no "an tenido el !alor de atacar, a enos Eue ten#an la
intencin de utili=arlas para construir encia.
LUC el >ard7n de oroV Tsilba 6abriel entre sus labiosT. UPuH "an "ec"o
con HlV UAna pocil#a para sus cerdosVN
En!uelto en la noc"e, de>a Eue broten en Hl las palabras de la proGec7a
del inca, aEuellas Eue le re!el Anaa5a durante su Fltia noc"e 5 cu5o
sentido si#ue siHndole isterioso.
A causa de su Ge en estas palabras, tanto coo por el aor Eue palpita
en su cora=n, est dispuesto a desaDarlo todo.
Cuando lle#an a las canchas de &uac"upan, pone una ano en el
"obro del silencioso BartoloH. El on>e se !uel!e "acia Hl 5 sonr7eK la
cicatri= ba2a de sobras su rostro. Se diri#e sin !acilar "acia una
abertura practicada en un uro de odesta construccin.
TAEu7 es Tdice el on>e.
El patio est desierto 5 suido en la oscuridad. Al lle#ar, al#unos
cone>illos de Indias despiertan 5 "u5en entre sus piernas, lan=ando #ritos.
Lue#o, una antorc"a a!an=a "acia ellos a la altura de un pec"o.
Deslubrado por la lu=, 6abriel pone su ano ante los o>os. Ana !o=
ronca 5 Gailiar se diri#e a Hl en buen castellano.
TBien !enido, se2or.
6abriel adi!ina por Dn, en el "alo, la silueta caracter7stica del enano.
Lo si#ue sin teor, con la sensacin de recuperar a un !ie>o ai#o.
Siepre se "an !isto de noc"e 5 nunca "an intercabiado s Eue unas
pocas palabras, pero el enano "a estado en todo oento a"7 para
acercarle a Anaa5a. Ana !e= s, !a a a5udarlo.
Tras la odesta cortina de la estancia adonde el enano los conduce, se
abre un peEue2o palacio, cu5o lu>o sorprende 5 encanta a 6abriel. Es
coo si el enano se "ubiera con!ertido en el inca de un inFsculo reino
creado por Hl para ser diri#ido por Hl, 5 destinado a ser slo conocido por
Hl iso. Todo en la estancia es de #ran !alor? oro, plata 5 >o5as adornan
los cubiletes, las >arras, las bande>as. Los cobertores, en el suelo, son de
lana de !icu2a, 5 la esa rodeada por un banco 5 dos sillas es de adera
preciosa, incrustada de eseraldas. En las "ornacinas se !en las
Gailiares D#uras de las llaas 5 los cndores, pero tabiHn estatuillas
s terror7Dcas, Eue 6abriel nunca "a !isto entre los incas. Ms
sorprendente aFn? "a5 una especie de icono de la <ir#en. C todo es
168
peEue2o, coo si "ubiera sido "ec"o del taa2o del enano 5 para su
solo placer por al#unos artistas Eue traba>aran en su corte.
Se acoodan coo pueden tras la in!itacin del "obrecillo. Est
le>os el tiepo en Eue su Fnico !estido ro>o reco#7a el pol!o con sus
Jecos. Lle!a cal=as de lino aarillo 5 un >ubn del iso colorK en la
cabe=a, un #orro con los cuatro e@treos le!antados, Eue e!oca, para
6abriel, los de los [ollas Eue "a conocido a orillas del la#o Titicaca.
TEsta orada es s odesta Eue i ansin de Cuca5 Tdice el
enanoT, pero e satisGace recibiros en ella.
TTu destino te "a dado la Gortuna, al parecer Tdice 6abriel, sonriendo.
TEscla!o Gui "allado, escla!o se#uirH. &ero, entretanto, #o=o
discretaente de lo Eue el destino e "a dado 5 !eo crecer a is "i>os,
Eue, a sus cinco 5 siete a2os, son 5a s altos Eue 5o. Eso prueba Eue el
destino sabe de>arse acariciar. &ero no "abHis !enido para escuc"ar el
relato de i !ida.
TIeos !enido a pedirte a5uda.
El enano se ec"a a re7r, 5 sus anc"as anos palean sus uslos.
TUPuiHn lo "ubiera dic"oV UPuiHn lo "ubiera dic"oV Trepite.
Cuando se "a re7do a #usto, cuando su Fltio LUPuiHn lo "ubiera
dic"oVN se "a a"o#ado en un "ipo, 6abriel se e@plica? necesita un #u7a 5
una decena de "obres para diri#irse a Ollanta5tabo 5, de all7, a las
ipenetrables sel!as donde 6on=alo persi#ue a Anaa5a 5 Manco.
El enano no "ace pre#unta al#una. Mira lar#a 5 seriaente a 6abriel.
TTe "e lle!ado desde siepre a ella Tdice.
6abriel inclina la cabe=a.
TUCundo Euieres partirV
TEsta isa noc"e si es posible.
El enano silba entre dientes.
TIreos a i casa, a Cuca5, 5 reunirH los "obres Eue deseas. &ero
Utienes tF el oro necesarioV
TLo tiene.
La cortina se "a le!antado para de>ar pasar la silueta del #i#ante
ne#ro.
TLo tiene Tprosi#ue Sebastin, ba>ando la cabe=a, coo si la
peEue2e= de todo lo Eue le rodea le obli#ara a enco#erseT. No Euiere
perder tiepo, U!erdadV
El asobro "a petriDcado la e@presin de 6abriel en una ueca Eue
"ace re7r a Sebastin.
TSlo por !er esa cara, !uesa erced, !ale la pena de>arse torturar.
<aos, apresurHonos, e duele el cuello peraneciendo aEu7.
Los cuatro "obres salen. 6abriel "a toado el bra=o de BartoloH 5
lo estru>a con cono!ida presin. Ante ellos, los dos anti#uos escla!os
cainan sin decir palabra, uno >unto a otro? el enano corre ientras el
#i#ante contiene su =ancada. &asan a tra!Hs de las silenciosas canchas
antes de lle#ar a la enlosada ruta del Collasu5u.
Cuando estn al l7ite de las Fltias casas 5 ante ellos slo se dibu>an
los capos de cereales 5 la oscura l7nea del collado tras el Eue se oculta
Cuca5, BartoloH 5 Sebastin se Euedan in!iles. Sebastin suelta un
le!e silbido entre dientes.
Aparecen dos indios 5 una blanca sobra en la noc"e.
T!Itza! T#rita 6abriel.
169
TQTe di>e Eue te la #uardar7aR
C!Itza!
TLa !ariedad de tus e@claaciones e conGunde. U<as a nobrarla
por tercera !e=V
Sin atender a los sarcasos, 6abriel da unas aGectuosas paladas en
el "ocico de la 5e#ua. Lue#o, con los o>os brillantes, "ace Grente a sus
ai#os.
El on>e le!anta su ano de unidos dedos "acia 6abriel.
T&er7tee Eue te bendi#a Tdice con una sonrisaT. QPue el
!erdadero Dios estH conti#oR
TC no ol!ides tus #randes co>ones Tdice Sebastin, sobr7oT. Pue
si#an entre tus piernas.
6abriel ira a sus dos ai#os 5 les da un bre!e abra=o. Abre la boca
para a#radecHrselo.
TCalla T#ru2e SebastinT, 5a e ests aburriendo. <as a llorar coo
una u>er, !as a #eir -! ltza! ! ltza! 0, 5 detesto esas cosas. ApresFrate.
Tras una Fltia !acilacin, 6abriel les da por Dn la espalda 5 onta en
la silla con #il o!iiento. Se =abulle en la noc"e.
*:
<ILCABAMBA, <ITCOS, 4ALIO DE ,9$/
Antes de acercarse, Anaa5a obser!a por un instante la ruidosa
laboriosidad de "obres 5 u>eres en las despe>adas terra=as al pie de
<ilcababa, a orillas del r7o. Ante la irada atenta de Xatari, unas
u>eres aasan arcilla para e@tenderla cuidadosaente en el interior de
170
arcos de adera. Anos "obres toan lue#o las #ruesas placas de
tierra reluciente as7 obtenidas. Sentados, las cur!an sobre sus uslos
antes de colocarlas con cuidado al sol, en una alGobra de "o>arasca,
para secarlas. Al#o s le>os, otros "obres transportan placas secas, 5a
de un #ris s claro, "asta un "orno redondo donde se prepara el
brasero.
Mientras se reFne con Xatari, Anaa5a le !e diri#irse a uno de los
obreros 5 pedirle Eue le lle!e la placa de arcilla Eue acaba de cur!ar. Con
la a5uda de un estilete de ca2a, en unos pocos #estos rpidos, el due2o
de las piedras dibu>a en la ateria Je@ible aFn una peEue2a serpiente.
TUPuH ests "aciendoV Tse sorprende Anaa5aT. U&ara EuH !an a
ser!ir estas placas de tierraV
T&ara cubrir tu tec"o, Coya Camaquen, 5 antenerte seca durante las
pr@ias llu!ias.
Anaa5a Grunce el ce2o 5 le ira sin coprender. Xatari dibu>a de
nue!o una serpiente en otra placa. Su #esto es tan sencillo 5 Gcil Eue la
ia#en de la serpiente parece sur#ir con la rapide= de un !erdadero
reptil.
TSon lo Eue los e@tran>eros llaan te>as Te@plica Xatari con los o>os
brillantes de e@citacinT. Ana !e= cocidas estas placas de arcilla, bastar
con cubrir el ara=n de nuestros tec"os para Eue se !uel!an del todo
ipereables. Ie decidido cubrir tu casa priero, Coya Camaquen, para
"onrarte. Lue#o las pondreos en todas las canchas de <ilcababaK eso
acabar de ebellecer la nue!a ciudad real de nuestro Mnico Se2or.
Medio preocupado, edio di!ertido, Xatari uestra la te>a Eue acaba
de dibu>ar.
TMi Fnica preocupacin Ta2adeT es Eue los uslos de nuestros
"obres son s peEue2os Eue los de los e@tran>eros, de odo Eue las
te>as Eue oldeaos son s peEue2as Eue las Eue !i "acer en Cu=co.
Tendreos Eue traba>ar el ara=n de nuestros te>ados para resol!er el
problea.
TMe sorprendes, due2o de las piedras Tsonr7e Anaa5aT. TF, el
custodio del saber de nuestros antepasados, el depositario de nuestras
tradiciones, UEuieres supriir los tec"os incas para sustituirlos por un
in!ento de los e@tran>erosV
TUC por EuH noV UAcaso no debeos aprender de los des pueblos
lo Eue la !ida les "a ense2adoV UNo aprendios la orGebrer7a #racias a las
lecciones de artesanos c"ius, la alGarer7a de sus antepasados oc"icas
5 el te>ido de los anti#uos "abitantes de &aracasV Estas te>as son un
in!ento soberbio. Con ellas se acabaron las Gastidiosas sie#as del ichu 5
esos tec"os podridos Eue deb7aos cabiar cada cuatro estaciones.
UDeber7aos i#norar ese saber slo porEue los dioses no "an tenido
tiepo de ense2rnosloV Eso en nada per>udicar la belle=a de los ediD.
cios 5 de los uros Eue nosotros, los incas, sabeos construir e>or Eue
nin#Fn otro pueblo creado por <iracoc"a.
El rostro 5 la !o= de Xatari e@presan un raro entusiaso. Anaa5a,
cono!ida, obser!a el intenso baile de los obreros 5 las obreras.
TLo Eue ests diciendo e "ace Geli=, Xatari. Si#niDca Eue, para ti,
nuestro pueblo debe desarrollarse aFn 5 tener esperan=a en el Guturo, a
pesar de la #uerra, de la debilidad de Manco 5 de las sobr7as
predicciones del Mnico Se2or Iua5na Capac.
171
TMe planteas dos cuestiones en una sola, Coya Camaquen Treplica el
due2o de las piedras, poniHndose s #ra!eT. Ten#o Eue responder dos
!eces. &riero, para decirte Eue e parece pernicioso disponer
inFtilente de poderes 5 saberes. Eso slo puede dis#ustar a los
poderosos antepasados, Eue Euisieron Eue cada cosa e@istiese en el
Mundo de AEu7 para se2alar su presencia.
Xatari le!anta el bra=o 5 uestra, s all de la lodosa terra=a donde
se encuentran, un capo donde pastan tranEuilaente una decena de
caballos adirados por unos ni2os en cuclillas.
TManco captur esos aniales durante la batalla de Ollanta5tabo.
Con or#ullo, los tra>o aEu7. &ero Upara EuHV Slo Hl sabe cabal#ar en sus
loos. &or des#racia, en la >un#la Eue se "a con!ertido en nuestro Fnico
territorio, esos aniales son incapaces de despla=arse. Ades,
necesitan una especie de suelas de etal en las patas, Eue nosotros no
estaos aFn en condiciones de Gabricar. UDe EuH sir!en, pues, esos
caballos, sal!o para a#randar los o>os de los ni2osV
TSir!en para el or#ullo de Manco Tdice Anaa5a con ternuraT. Esos
caballos uestran a todos Eue el Mnico Se2or no padece siepre el
poder de los e@tran>eros.
No le>os de ellos, una "uareda espesa 5 olorosa escapa a"ora de los
"ornos redondos. Con el rostro #ra!e, Anaa5a contepla a los "obres
5 u>eres Eue les rodean 5 Eue nada parecen "aber !isto del e@tra2o
>ue#o de Xatari con las te>as.
TMe siento u5 "ala#ada de Eue Euieras decorar i tec"o en prier
lu#ar TdiceT, pero no !erH tu traba>o antes de al#Fn tiepo. Ie
aceptado Eue Curi Ocllo se reFna con Manco 5 "e decidido acopa2arla.
Cuando Xatari la obser!a con sorpresa 5 preocupacin, Ana.a5a
responde a la pre#unta antes incluso de Eue se la "a#a.
TIace casi una luna Eue e nie#o a Eue sal#a de <ilcababa, pero
dese>ora 5 llora s a enudo Eue coe. C tal !e= ten#a ra=n? su
presencia podr7a.reconGortar a Manco.
T&ero Upor EuH la acopa2as tF tabiHnV
Anaa5a !acila unos se#undos. All7, a lo le>os, unos "obres #ritan
ientras cubren precipitadaente el "orno con #ran cantidad de raas
Grescas para antener sobre las te>as una teperatura constante.
TLe proet7 a Manco estar a su lado 5 "ace 5a uc"o tiepo Eue
tabiHn 5o le de>H solo. Ades, Curi Ocllo tee Eue sea su "erano
6ua5par Euien se enGrente, a"ora, a Manco. Ia5 entre ellos un !ie>o odio
del Eue e siento un poco responsable. Tal !e= pueda serle Ftil al Mnico
Se2or.
Xatari ue!e la cabe=a, dubitati!o.
TNo es tu lu#ar, Coya Camaquen. Los odios de Manco son coo los
tec"os de ichu de esta ciudad? son !ie>as prcticas Eue no ipiden Eue la
llu!ia "uede=ca los lec"os ni Eue los e@tran>eros #anen batallas.
Ades, atra!esar la >un#la cuando los e@tran>eros se acercan es
peli#roso para ti.
TLle!areos una buena escolta Tle interrupe Anaa5a, posando
aGectuosaente la ano en la u2eca del due2o de las piedrasT. Xatari,
te conG7o al Ierano.Doble. Cu7dalo bien. EstarH de re#reso tan pronto
coo pueda. Siento Eue se acerca el oento en Eue tendreos Eue
lle!arlo donde tF sabes.
172
Al tercer d7a de prudente arc"a, el peEue2o #rupo, Eue si#ue a lo
lar#o del r7o, lle#a a la !ista del espoln rocoso Eue soporta el palacio
GortiDcado de <itcos. &ese a las inEuietudes de Xatari, el a!ance por la
>un#la se "a "ec"o sin s diDcultad Eue conse#uir penetrar la ara2a
!e#etal, tan !i#orosa Eue no de>a de de!orar 5 "acer Eue desapare=ca el
sendero tra=ado a cada paso.
TabiHn Curi Ocllo se "a ostrado !alerosa, sin !acilar nunca en
abandonar la litera cuando la estrec"e= de los senderos lo e@i#7a. A"ora,
cuando los uros de <itcos aparecen doinando el !alle, su ipaciencia
es tan #rande Eue sus anos tieblan. A lo lar#o de todo el d7a, su rostro
"a perdido las sobras Eue lo aGeaban para recuperar aEuella "erosa
cara Eue Manco aa 5 desea. Sul#urantes 5 abiertos de e@altacin, sus
o>os 5 su boca son, a la !e=, los de una uc"ac"a u5 >o!en, a Euien
nin#una de las pruebas del undo podr7a turbar, 5, !ibrantes de proe.
sas, los de una u>er Eue sabe Eue u5 pronto el aado posar en ella
su irada 5 la 5ea de sus dedos.
Sin ebar#o, cuando lle#an a los prieros pelda2os de una pendiente
bastante epinada Eue alcan=a la Gortale=a por el Janco norte, la
coluna se detiene de pronto. Antes de Eue el oDcial Eue anda la
Euincena de #uerreros de la escolta se acerEue a su litera, Curi Ocllo
protesta 5a.
TODcial, Upor EuH "as ordenado este altoV Casi "eos lle#ado...
Con respeto, el oDcial se inclina ante ella 5, con la "abilidad de un
"obre acostubrado a ese tipo de cereonial, con una li#era torsin
del busto, lo#ra Eue su saludo estH tabiHn diri#ido a Anaa5a.
TCierto es, Coya, Eue estaos u5 cerca de <itcos. &ero Euiero pedir
precisaente a la Coya Camaquen el periso para andar dos soldados
a la Gortale=a 5 a!isar al Mnico Se2or de !uestra lle#ada.TQEs inFtilR T
e@claa Curi OclloT. Sus centinelas le a!isarn. C ades, si pudiera
darle la sorpresa de i lle#ada, Qser7a ara!illosoR
Con li#era risa, se !uel!e "acia Anaa5a.
TEs inFtil perder tiepo, Uno es ciertoV Tsuplica.
TODcial Tpre#unta Anaa5aT, Ucrees del todo necesario andar
e@ploradoresV La Coya tiene ra=n? sus centinelas a!isarn al Mnico Se2or
de nuestra lle#ada.
La turbacin retiene un bre!e instante la respuesta del coandante de
la escolta. &or Dn, se inclina s aFn.
TEn !erdad, Coya Camaquen TdeclaraT, Euerr7a ase#urare de Eue
el Mnico Se2or Manco estH, eGecti!aente, en la Gortale=a.
TU&or EuH no !a a estarV Te@claa Curi OclloT. Si se "ubiera
arc"ado, lo sabr7aos 5a. Nos "abr7a andado un ensa>ero. QO",
Anaa5aR, por Ga!or? Qestaos tan cercaR
TSer7a estFpido ostrarse iprudentes Tle responde con dul=ura
Anaa5a.
Anas l#rias brotan, en se#uida, de los ne#ros o>os de Curi Ocllo.
Anaa5a no puede contener una sonrisa ante ese capric"o.
TODcial TsuspiraT, anda un e@plorador para anunciar nuestra
lle#ada, pero reanudeos la arc"a sin a#uardar su re#reso.
173
Sin contenerse en absoluto, con una espontaneidad de ni2a iada,
Curi Ocllo ec"a los bra=os al cuello de Anaa5a 5 se aprieta contra ella.
TQ6racias, Anaa5aK #raciasR... QNo puedes saber EuH Geli= e siento
de encontrare por Dn con MancoR
Su coluna slo est 5a a dos tiros de "onda de la Gortale=a cuando el
e@plorador se reFne corriendo con ellos. El coandante de la escolta
interrupe de nue!o la arc"a.
TCoya Camaquen TanunciaT, no "a5 nadie. <7teos est !ac7o...
TU<ac7oV
El #rito de asobro de Curi Ocllo es un #rito de dolor.
TEl Mnico Se2or 5 sus soldados parecen "aber abandonado el palacio
desde "ace !arios d7as...
T&ero Upor EuHV
TTal !e= "a5a e@tran>eros en los para>es, Coya.TEn ese caso, oDcial T
ordena rpidaente Anaa5aT, es inFtil Eue nos Euedeos en el
caino. ApresurHonos a lle#ar a la Gortale=a. &uesto Eue est !ac7a,
podreos alo>arnos 5 prote#ernos si es necesario.
De "ec"o, en cuanto cru=an el uro del recinto, descubren los
ediDcios 5 los patios abandonados.
InEuietas, Anaa5a 5 Curi Ocllo ec"an pie a tierra, atra!iesan el
priero de los patios, rodeado de estancias ba>as dispuestas en un
aplio 5 perGecto cuadrado. Acopa2adas por los soldados, se diri#en
"acia los ediDcios opuestos a la entrada del palacio. Sorando una
abertura estrec"a 5 deGensi!a, una especie de calle>a en n#ulo recto
perite lle#ar "asta la parte s a!an=ada de la Gortale=a.
All7 slo "a5 la esplHndida !ista Eue se oGrece a ellas. Construido en la
isa punta de un saliente rocoso, a pico sobre un !erti#inoso precipicio
Eue terina en el r7o, un lar#o 5 poderoso ediDcio, con Euince a#n7Dcas
puertas con los dinteles de #ranito blanco, cierra un patio ele!ado. A su
alrededor se le!antan las laderas 5 las cubres ne!adas de los s altos
apus todo parece indestructible 5 e@tra2aente apacible.
TQNo coprendoR Trepite Curi Ocllo con !o= EuebradaT. U&or EuH se
"a arc"ado Manco sin ni siEuiera en!iar un chaski a nuestro encuentroV
TEs slo un contratiepo Tla apaci#ua Anaa5a, escrutando la sel!a
en las laderas circundantesT. Ia debido de retirarse al peEue2o Guerte
de Mac"u &ucar.
TU&or EuHV Sin a!isarnos...
TTal !e= el oDcial ten#a ra=nK tal !e= los e@tran>eros estHn s cerca
de lo Eue creeos. Debeos ser prudentes. En!iarH un ensa>ero a
Mac"u &ucar para Eue Manco pueda...
No tiene tiepo de concluir la Grase. Anos aullidos de espanto surcan
los aires 5 les "ielan la san#re.
&riero, no !en nada. &arece Eue los #ritos broten de nin#una parte.
C lue#o aparecen.
Cien o doscientos #uerreros indios del norte, con las tFnicas con los
colores de Puito, cascos de cuero 5 adelantando los escudos, saltan del
!ac7o, brotan coo una continua oleada por detrs del lar#o ediDcio
donde se "an ocultado.
174
Las a=as de bronce 5 las "ondas #iran. QLas lan=as les apuntan 5
blanden las "ac"asR
El oDcial de la escolta aulla 5a unas rdenes. Irrisoria barrera, el
pu2ado de soldados rodean a Anaa5a 5 a Curi Ocllo, con la lan=a en
ristre. &ero apenas se "an situado cuando silban las piedras de "onda,
Eue atan a dos de ellos. El #rito de Curi Ocllo llena el aire por encia de
todos los des 5 parece producir el ataEue.
Es un ataEue tan bre!e 5 !iolento Eue Anaa5a no tiene tiepo de
coprender ni de "uir. Ia uerto el Fltio, con la cabe=a abierta por una
a=a estrelladaK es el oDcial.
De pronto se "ace el silencio.
Los soldados del norte Goran un copacto c7rculo a su alrededor. Curi
Ocllo cae de rodillas. Ante las iradas ine@presi!as de los #uerreros, se
abra=a a Anaa5a. Con un ruido de escudos Eue c"ocan, se abre un
caino en la asa de "obres. An oDcial inca de alto ran#o, luciendo
unos a#n7Dcos tapones de ore>a 5 una capa con "ilos de plata, con el
casco coronado por un corto abanico de pluas a=ules 5 doradas,
a!an=a. Su rostro es duro 5 an#uloso, sus o>os parecen e@tra2aente
peEue2os en sus rbitas. Anaa5a le reconoce cuando Curi Ocllo da un
brinco 5 corre "acia Hl.
TQ6ua5parR QO", 6ua5par, "erano 7oR
Con eocin, ella se de>a caer al suelo. 6ua5par la e!ita, sin ni
siEuiera diri#ir una irada a sus teblorosos "obros. Ana sonrisa
alar#a sus bien dibu>ados labios. Se acerca uc"o a Anaa5a, Eue
uestra una scara de absoluto desprecio.
TTe a#uardbaos, Coya Camaquen. A decir !erdad, slo por ti
"eos !enido "asta aEu7.
TEn ese caso, Hste es un curioso odo de recibirnos, 6ua5par.
La sonrisa de 6ua5par se apl7a ientras, a su espalda, unos "obres
su>etan a Curi Ocllo, destro=ada por los sollo=os, 5 Eue tiene 5a las anos
atadas.
TNo e preocupan los la=os de san#re, Anaa5a. Mi "erana rene#
"ace 5a uc"o tiepo de 7 al desposarse con Manco, el traidor, el
usurpador...
TSabe Eue su suerte 5 la 7a estn unidas, 6ua5par.
TSo5 5o el Eue tendrH Eue decidirlo, Coya Camaquen. &ero "a5 Eue
coprender i ipaciencia. QIace tanto tiepo Eue sue2o con este
instanteR
Su irada es tan !ibrante de conDan=a 5 odio Eue, por priera !e=
desde "ace uc"o tiepo, el !eneno de la duda 5 del iedo se inDltra en
las !enas de Anaa5a.
TUOecuerdas aEuella noc"e en Iuaac"ucoV Sue antes de la lle#ada
de los e@tran>eros. El Mnico Se2or Ata"uallpa diri#7a la #uerra contra
Iuscar el Loco...
6ua5par "a sonre7do al "acer la pre#unta. &ero su sonrisa es de "ielo,
al i#ual Eue su !o=. Anaa5a sonr7e a su !e=.
TS7, lo recuerdo Tresponde.
Est sentada, acuclillada casi, en el suelo de una de las peEue2as
estancias de la Gortale=a adonde la "an lle!ado los #uerreros de 6ua5par.
175
Sin brutalidades inFtiles, pero sin nin#una consideracin tapoco por su
ran#o, "an atado sus bra=os 5 sus pantorrillas a un #ran tronco puesto a
su espalda, obli#ndola a antenerse en una postura retorcida, Eue le
destro=a los r72ones. An dolor lacerante coien=a a correr 5a por su
coluna !ertebral 5 se e@tiende "asta sus "obros. Sin ebar#o, !uel!e
a sonre7r.
TLo recuerdo TrepiteT. Acababas de ser nobrado capitn por "aber
capturado unos #enerales de Iuscar en la batalla de An#o5acu.
Los o>os oscuros de 6ua5par indican su asobro. Anaa5a !e co el
aliento se "inc"a en su pec"o. Lue#o !uel!e el rostro "acia el patio donde
se instalan ruidosaente sus tropas. Mil pre#untas se acuulan en la
cabe=a de Anaa5a, pero las contiene, obli#ndose a peritir Eue
6ua5par escupa sus tan anti#uos rencores.
TAEuella noc"e te "ab7a dic"o Eue eras la s "erosa de las
u>eres de Ta"uantinsu5u, Eue no "ab7a nin#una Eue pose5era la itad
de tu belle=a, Eue nin#una irada ni nin#una boca pod7an copararse
con las tu5as...
AunEue est plantado sobre sus piernas 5 doina, desde su altura, a
Anaa5a, torturada por sus ataduras, 6ua5par parece ostrarse o>o
a!i=or s Eue doinante. Su "ac"a de #ala, de plata 5 oro, tiebla un
poco en su ano. Coo si el !eneno de los recuerdos Eue le asaltan
containase su carne, la piel de su rostro se "ace #ris.
TIice s Ta2adeT? aEuella noc"e te ped7 Eue Gueras i esposa 5 te
ne#aste.
TEn ese caso, tabiHn recordars por EuH Treplica con dul=ura
Anaa5a.
Ana risita de Guror brota de los labios de 6ua5par.
TQEl Ierano.DobleR Di>iste? LQNo puedo a causa del Ierano.
DobleRN Desde entonces no "a5 un solo poderoso se2or en este pa7s Eue
i#nore co la Coya Camaquen "a e>ercido su Ddelidad al Ierano.
Doble del Mnico Se2or Iua5na Capac abriHndose bien de uslos ante un
e@tran>ero, un e@tran>ero Eue se disGra=a de indio 5 Eue es despreciado
por los su5os tanto coo debe ser detestado por los nuestros. Si no
"ubiera tenido tu proteccin...
6ua5par no terina la Grase, pero el o!iiento cortante de su ano
uestra u5 a las claras la suerte Eue reser!a a 6abriel.
El dolor de sus ri2ones anuda el !ientre de Anaa5a 5 le obli#a, por
unos instantes, a cerrar los o>os para respirar e>or. Suera, unos ruidos 5
unos #ritos anuncian la lle#ada de nue!as tropas. Cuando !uel!e a abrir
sus prpados, Anaa5a distin#ue en el ubral de la estancia a unos
oDciales Eue esperan las rdenes de 6ua5par, sin Eue nin#uno se atre!a
a olestarle.
TUPuH Euieres de 7V Tpre#unta intentando ocultar su suGriiento.
Coo si no "ubiera o7do su pre#unta, 6ua5par atra!iesa dos !eces la
estancia ante ella. De pronto se detiene, 5 obser!a la a#itacin e@terior
sin !erla.
TTe di>e al#o s en aEuella Hpoca le>ana Tdeclara con !o= sordaT.
UNo lo recuerdasV
TSiepre "ablas uc"o, 6ua5par. Si e ests pre#untando cules
son is recuerdos de ti, podr7a resuirlos Gcilente? Qpalabras de odio 5
de !iolenciaR, 5 desde la priera !e=.
176
TQNoR
La rabia deGora su rostro, 5 su #rito "ace Eue los oDciales Eue "a5
aGuera den un respin#o.
TQNoR T#ru2e, a#ac"ndose para estar a la altura de Anaa5aT.
Desde el prier d7a, slo "ubo en 7 aor "acia ti. &ero tF, Anaa5a, tF
Eue no eras nada, ni siEuiera una princesa de san#re inca, tF, la "i>a del
bosEue, no de>aste de rec"a=are para e>or seducir a Ata"uallpa
priero, 5 lue#o a Manco.
TQTantos a2os de celoR Tsusurra Anaa5a, o!iendo la cabe=aT.
Q&obre 6ua5parR UCo es posible !i!ir tanto tiepo estando tan
corro7doV
TQTe lo di>e "ace uc"o, Anaa5aR AunEue "ubiera Euerido ol!idarte,
e "abr7a resultado iposible. No "a pasado una estacin, no "e librado
un cobate sin pensar en ti. No "e toado a una u>er en i lec"o sin
pensar en ti. No "e luc"ado contra los e@tran>eros sin pensar en ti, 5
siepre, siepre "e sabido Eue lle#ar7a un d7a coo Hste en el Eue, por
Dn, podr7a "acer Eue padecieras los suGriientos Eue tu desprecio e "a
"ec"o soportar.
Cada parcela del rostro de 6ua5par est endurecida por su !iolencia,
Eue epapa sus palabras coo si Gueran piedras. Con una lentitud
cercana a la locura, la irada D>a 5 los labios teblorosos, le!anta la
ano para tocar la e>illa de Anaa5a, pero no la toca. Sascinado,
retiene la punta de sus dedos antes del contacto 5 se liita a esbo=ar
una caricia desde sus cabellos "asta la cur!a de su pec"o.
TUPuH Euieres de 7V Tsusurra Anaa5a con esGuer=o.
T&riero, !o5 a ser!ire de ti para destruir a Manco. C lue#o te
tocar a ti. C al#Fn d7a ocuparH el lu#ar de &aullu 5 e con!ertirH, a i
!e=, en el Mnico Se2or.
TEsts loco 5 eres estFpido Turura Anaa5a, cerrando sus
prpadosT. Lo i#noras todo del a2ana. Tu odio te lle!a al Mundo de
Aba>o. QNunca te encontrars con tus poderosos antepasadosR
TQ&alabrer7a de Coya Camaquenl Nunca "e sido de aEuellos a Euienes
tus palabras ipresionan, Anaa5a. No creo en tu a#ia. Iua5na Capac
estaba deasiado enGero 5 era deasiado !ie>o para transitirte el
enor poder. Todo eso slo Gue, siepre, una aniobra de Ata"uallpa
para iponerse a los clanes de Cu=co. C tF te apro!ec"aste de ello.
TQPuH iporta lo Eue pienses de 7, 6ua5parR &uedes atare.
&uedes debilitar a Manco, e incluso !encerle. &ero no creas Eue
cabiars tu de!enir 5 enos aFn el del Iperio. Nunca sers un Mnico
Se2or. Inti "a decidido 5a la andadura de sus "i>os.
Coo si no sintiera 5a sus bra=os, su espalda, sus "obros
artiri=ados, Anaa5a "unde su irada a=ul en la de 6ua5par.
Desconcertado por su cala, Hl se incorpora 5 se aparta, con el rostro
s #ris aFn 5 los o>os s "undidos en las rbitas.
TUPuH "as "ec"o con tu "erana Curi OclloV UTabiHn a ella Euieres
atarlaV Ella te aa casi tanto coo aa a Manco, 5 tF la i#noras con
desprecio.
Con un aden, 6ua5par barre el reproc"e de Anaa5a, pero no tiene
tiepo de contestar. 6randes carca>adas resuenan Guera, acopa2adas
por un tintineo etlico 5 el c"asEuido de unas botas.
TBueno, 5a "abHis puesto anos a la obra, se2or 6ua5par.
177
Anaa5a reconoce, al iso tiepo, la !o=, la lar#a cabellera rubia 5
los ras#os Dnos. Coo @io, con el tiepo, unas arru#as subra5an los
o>os 5 un plie#ue aar#o dobla "acia aba>o su boca. TabiHn le Galta una
uela, a un lado, cuando 6on=alo &i=arro r7e irndola con la sorna de
un ca=ador ante una presa por Dn !encida.
A su espalda "a5 una decena de espa2oles, con cascos de etal 5
altas botas, con las cal=as ensuciadas por la tra!es7a de la >un#la 5 el
pu2o en el poo de las espadas.
En un instante, la peEue2a estancia se llena. Mientras las iradas se
cla!an en ella, Anaa5a se obli#a a antener el rostro er#uido, con los
o>os a la altura de las botas Eue la rodean de cerca.
TDebo Gelicitaros, se2or 6ua5par Tprosi#ue la !o= de 6on=alo en el
iso tono ale#reT. QIabHis diri#ido u5 bien el asuntoR Ia#inaba Eue
tendr7aos s diDcultades en encontrar a esta preciosa princesa en su
>odida >un#la.
El rostro de 6ua5par se "a ensobrecido, insensible a los cuplidos
del espa2ol, Eue se inclina de pronto. Con los dedos en#uantados, toa
el entn de Anaa5a 5 lo le!anta brutalente.
TCa !eo Eue no consi#ues ocultar tu ale#r7a al !ol!er a !ere,
"erosa princesa.
Anaa5a no responde, pero sus o>os a=ules se cla!an sin una pi=ca de
teor en los del "erano del #obernador con tal intensidad, Eue 6on=alo
debe, por Dn, apartar la irada con una risita olesta.
TEsta u>er "a sido siepre as7 Te@plica a sus copa2eros,
incorporndose con or#ulloT? pro!ocadora, se#ura de s7 isa. Q<a a
resultar un !erdadero placer interro#arlaR Se2or 6ua5par, Ule "abHis
pre#untado 5a dnde "a ocultado la estatua de oroV
Los doloridos r72ones de Anaa5a se "ielan. De pronto, coprende.
As7 pues, los e@tran>eros 5 6ua5par buscan al Ierano.Doble. QSu
captura nada debe al a=arR La irada colHrica de 6ua5par se cla!a en
ella 5 lo Eue puede leer en sus o>os conDra ese teor.
TCuando Manco no ten#a 5a el Ierano.Doble de su padre ni te
ten#a a ti Tasculla en Euec"uaT, ser tan dHbil coo un ni2o.
TCre7a Eue despreciabas i inJuencia sobre Manco Tse burla
Anaa5a.
TQPuH iporta lo Eue 5o pienseR Manco cree en tus poderes, aunEue,
"asta "o5, no le "a5an sido u5 Ftiles. Tu captura le aterrori=ar. Se dir
Eue es la se2al de Eue sus poderosos antepasados le abandonan.
Entonces podrH terinar el cobate Eue coen=aos la noc"e del
huarachiku.
TQ6ua5parR Te@claa Anaa5aT. Q6ua5par, no puedes "acer esoR
Ata"uallpa te llaaba L"erano 7oNK la san#re Eue corre por tu cora=n
es la de Inti. Eres un inca? Qno peritas Eue los e@tran>eros se apoderen
del Ierano.DobleR Sabes lo Eue "arn con Hl? placas de oro Eue se
lle!arn al otro lado del ocHano. Entonces, nuestro pueblo "abr
terinado, 6ua5par. Nin#Fn Ii>o del Sol podr 5a antenerse de pie
durante el d7a. Ni tF ni nin#Fn otro. Mtae, derriba a Manco si es tu
ob>eti!o, pero no lle!es a los e@tran>eros "asta el Ierano.Doble o
destruirs lo Eue te "i=o nacer. QTe lo suplico, 6ua5parR No so5 5o la Eue
te lo pide, sino Eue por i boca te lo suplican todos los poderosos
antepasados...
178
TQIola, "olaR T#ru2e 6on=alo, le!antando la ano coo si Euisiera
capturar en el espacio las palabras de Anaa5aT. )sos son uc"os
#ritos 5 uc"os discursos, se2or 6ua5par. Q&ero los preGerir7a en espa2olR
UPuH os est diciendoV
TLe di#o Eue orir e resultar a#radable Tresponde Anaa5a
antes de Eue 6ua5par pueda abrir la bocaT, antes Eue peritiros
descubrir lo Eue estis buscando.
TQO", "erosa ai#aR Tresponde 6on=alo, diri#iendo un #ui2o a sus
copa2erosT, Hsas son cosas Eue se aDran en la i#norancia. QNo
podHis ia#inar EuH placer ser para 7 "aceros cabiar de opininR
TSe2or 6on=alo Tinter!iene 6ua5par en un espa2ol bastante lentoT,
de>ad Eue e encar#ue de la Coya Camaquen. Creo saber dnde est la
estatua de oro. &ronto os lle!arH all7 coo os "e tra7do "asta aEu7...
TUA", s7V
La ce>a de 6on=alo se "a le!antado, suspica=. Ana crispacin se
apodera de todo su rostro Eue, de pronto, 5a slo e@presa desconDan=a.
TCo no !eo as7 las cosas, i buen ai#o Tdice en un tono cortanteT.
Ie sabido Eue "abHis encontrado aEu7 a !uestra "erana, la "erosa
esposa de Manco. Iaced, pues, Eue ella os acopa2e "asta Hl. Esto5
se#uro de Eue lo#rarHis con!encerla de Eue "a#a ese peEue2o esGuer=o.
C una !e= estHis ante Manco, podrHis anunciarle Eue Hsta est con
nosotros 5 Eue esto5 dndole con!ersacin. Esto5 se#uro de Eue os
escuc"ar con atencin...
El dedo de 6on=alo se2ala a Anaa5a ientras 6ua5par sacude la
cabe=a.
TU&ara EuH ir a !er a Manco si no para "acerle la #uerraV
TNada os ipide atarle si podHis, se2or 6ua5par Tironi=a 6on=alo
T. &ero Uno Guisteis !os Euien e e@plic Eue, sin esta o=a, Manco era
coo una lobri= en una piedra calentada por el solV
La irada de 6ua5par se cla!a en Anaa5a, ientras los e@tran>eros
le arro>an 5a Guera de la estancia, Eue esta !e= est enos pre2ada de
odio Eue de cansancio.
179
*-
<ITCOS, MACIA &ACAO\, 4ALIO DE ,9$/
Iace uc"o tiepo Eue "a anoc"ecido.
Ian depositado un candil u5 cerca de Anaa5a, Eue no "a bebido ni
coido desde su captura. Sin un oento de reposo, el dolor le tortura
el cuerpo e interrupe tan a enudo su respiracin Eue slo debe 5a
pensar en "acerlo. Ia ol!idado la sed 5 el "abre.
A pesar de todo, se esGuer=a por antener los o>os abiertos. Puiere
Eue 6on=alo lea en ellos toda su indiGerencia.
)l "a re#resado, solo, a la estancia donde ella est prisionera. Lle!a
una caisa 5 una da#a en la ano, 5 a la escasa lu= del candil, apenas
de>a adi!inar sus ras#os.
TMe #usta Eue estHs en silencio Turura "aciendo bailar la "o>a
con la punta de sus dedosT. Mi placer ser a5or 5 s lar#o.
Se le!anta con una risa sardnica, se ale>a en la oscuridad 5 se desli=a
a su espalda.
TUSabes Eue tu 6abriel "a desaparecidoV Se "a lar#ado, esGuado...
Al#unos dicen Eue "a re#resado 5a a Espa2aK otros aDran Eue se "a
a"o#ado en un la#o.
Anaa5a ni siEuiera parpadea. Toda su !oluntad se centra en un Fnico
esGuer=o? no oGrecerle a 6on=alo el placer Eue a#uardaK ni un urullo,
ni una Eue>a, ni el enor si#no de eocin.
TIace a2os podr7a "aberte con!ertido en i u>er. Me #ustabas
bastante. Iab7a "ablado de ello con i "erano 4uan... USab7as Eue i
aado 4uan uri por culpa de tu 6abrielV
La "o>a de la da#a se desli=a entre la piel 5 la tFnica.
TCo aaba a 4uan. EstH donde estH "o5, en el para7so o en el inDerno,
Euiero Eue oi#a tus #ritos cuando i da#a te bese.
Con un seco o!iiento de la "o>a, 6on=alo des#arra la tFnica,
desnudando el "obro 5 un pec"o. Ella no se ue!e, coo si slo una
osca se "ubiera posado a su lado.
TEres Guerte Tsusurra 6on=alo >unto a su cuelloT, pero 5a !ers Eue
so5 s Guerte Eue tF.
Aparece de nue!o ante ella 5 busca su irada.
.T<o5 a "acerte lo Eue tus #uerreros "acen a is copa2eros, pero a
i odo...
&one la punta de acero sobre el "obro de Anaa5a 5 la "ace ba>ar
por su pec"o.
TCoen=arH Euitndote un poco de piel aEu7 Tdice con !o= neutraT.
An pe=n despuHs de otro... Ana u>er no uere de see>ante "erida,
pero al parecer suGre uc"o, sobre todo si se espol!orea de sal la "erida.
Sonr7e. Espera una reaccin, pero no se produce.
180
TIa5 otra tHcnica tabiHn, coo "e podido !er? se coloca un poco de
pl!ora en las "eridasK lue#o se inJaa. Tiene la !enta>a de Eue ipide
Eue brote la san#re...
Anaa5a no escuc"a 5a las palabrasK las de>a =ubar a su alrededor
coo un ruido inFtil 5 !ano.
Mientras 6on=alo a2ade Grases a las Grases, e@citndose a s7 iso
con los "orrores Eue proDere, ella siente Eue una e@tra2a pa= se apodera
de su cora=n 5 su esp7ritu. El iedo la abandona, e incluso el dolor de su
espalda parece en#uar. 6on=alo puede "ablar 5 "ablar, arro>ar el
!ito de sus pensaientos 5 sus deseos. Si#ue siendo tan ipotente
coo un ni2o Eue Euisiera ca=ar 5 derribar los aniales Eue pueblan su
ia#inacin.
T&ero antes de todos estos placeres Tc"irr7a 6on=alo, toando el
candil e incorporndoseT, is Eueridos copa2eros se di!ertirn
conti#o. Les oGrecers tu "eroso cuerpo antes de Eue 5o lo sa>e? "abr
al enos unos !einte Eue te encontrarn de su #usto antes Eue tu
entrepierna se !uel!a ipracticable.
Con una risa satisGec"a, le!anta la col#adura de la puerta.
TNaturalente, princesa, te es posible e!itar esos sinsabores Ta2ade
T? basta con Eue nos lle!es a la estatua de oro. Tienes i palabra de
Eue, lue#o, 5a e interesars enos Eue el estiHrcol de i caballo. UPuH
e dicesV
Ella no "a abierto la boca desde Eue est pro!ocndola 5
aena=ndola. Con una delicade=a de cortesana 5 una #ota de sudor
resbalando por encia de su labio, de>a escapar la priera palabra.
TNo.
Tal !e= se "a adorecido.
En la proGunda oscuridad de su crcel, percibe un e@tra2o ruor de
Golla>e.
Sus bra=os 5 sus piernas estn tan entuecidos Eue 5a ni los siente.
Slo en su espalda 5 sus "obros peranece el a#ui>n del dolor. El
c"irrido se "ace s insistente. Se interrupe de prontoK !uel!e a
epe=ar lue#o, lento 5 edido.
Anas bri=nas de ichu caen sobre ella 5, entonces, coprende.
AGortunadaente, el tec"o de la estancia es aFn de ichu 5 no de esas
te>as tan or#ullosaente Gabricadas por Xatari.
TQEsto5 aEu7R TsusurraT. So5 la Coya Camaquen...
&or toda respuesta, unos #randes bloEues de pa>a se derruban en la
oscuridad. Ana bocanada de Grescor nocturno ro=a su "obro desnudo.
Sus ataduras le ipiden !er con claridad, pero adi!ina una silueta en la
abertura del tec"o.
Siente un teor. UNo ser uno de los "obres de 6ua5parV
Calla 5 contiene su aliento ientras el "obre salta #ilente al
suelo.
Lue#o no ocurre nada 5a. El silencio es absoluto.
U&or EuH el "obre peranece tan obstinadaente en silencioV C
lue#o, todo al iso tiepo, adi!ina unos dedos, una ano Eue
encuentra su carne desnuda, resbala 5 palpa sus ataduras, acariciando su
181
nuca 5 su sien. Se estreece de terror 5 contiene un #rito al borde de los
labios.
TQAnaa5aR Turura en su o7do una !o= reconocible entre todas.
Cree Eue !a a des!anecerse. Su cora=n 5a es slo un r7o de la!a en
su pec"o.
LQO", poderosos se2ores, as7 lo "abHis EueridoRN
La !o= !uel!e a susurrar? LQAnaa5aRN Las anos 5 los Guertes bra=os
ci2en 5 acarician. Ana enloEuecida Gelicidad brota en ella 5 estalla en su
pec"o.
TU6abrielV Q6abrielR
TS7, so5 5o. QC"sssR No #rites, "a5 un #uardia Guera.
TQO", pua, i puaR QSab7a Eue deb7a conDar en tiR
TEspera, !o5 a cortar tus ataduras... Despacio... Esos cabrones no "an
a"orrado cuerda.
TUCo lo "as sabidoV
T&oco a pocoK nada de ipaciencia.
En cuanto desaparece la presin de las cuerdas, Anaa5a Euiere
arrodillarse 5 toar el rostro de 6abriel, pero sus iebros ceden.
Mientras la san#re circula de nue!o por sus !enas coo si acarreara il
espinas de pita, se derruba en sus bra=os.
TDespacio Trepite Hl con una sonrisa en la !o=, besando sus sienes,
sus prpados, buscando 5a sus labios.
&ero la ano palpa el des#arrn de la tFnica 5 Hl se pone r7#ido.
TUEsts "eridaV UPuH te "an "ec"oV
TNada Tsonr7e ella a su !e=T. Slo palabras... Puieren al Ierano.
Doble 5 esperaban asustare.
TLo sH. &art7 tras 6on=alo en cuanto supe por EuH iniciaba esta
e@pedicin Te@plica 6abriel, Grotando sua!eente los doloridos Fsculos
de Anaa5aT. AlcancH su #rupo "ace cuatro d7as. Al no saber dnde
estabas, considerH s prudente esperar a Eue e lle!aran "asta ti...
TIace 5a tanto tiepo Tsusurra Anaa5a, toando su rostro para
se#uir besndoloT. QTanto tiepoR C ni una sola noc"e, ni un d7a, "e
cre7do Eue estbaos separados para siepre. Desde "ace unas
>ornadas, te sent7a u5 cerca de 7...
6abriel posa un dedo en sus labios. An ruido de pasos, Guera, recuerda
la presencia del centinela. 6abriel !uel!e a estrec"ar a Anaa5a en sus
bra=os.
TNunca s aceptarH separare de ti Turura a su o7doTK nunca
s. No !uel!as a ped7relo porEue e ne#arH.
Ana risita rueda por el pec"o de Anaa5a, acurrucada contra Hl.
TNo !ol!erH a ped7rtelo Tresponde en el iso tonoT. A partir de
a"ora, estareos >untos.
En silencio, peranecen as7 abra=ados, coo si, por Dn, la eternidad
reali=ara su deseo.
Lue#o, sin le!antar la !o=, 6abriel se2ala el a#u>ero Eue "a abierto en
el tec"o de pa>a.
T6on=alo est tan se#uro de s7 iso Eue no "a ele#ido tu crcel con
uc"o cuidado. Ana #ruesa raa de rbol lle#a "asta el tec"o 5, desde
all7, estareos en se#uida Guera del recinto de la Gortale=a. El enano nos
espera 5 nos conducir? Manco est en el peEue2o Guerte de Mac"u
&ucar.
182
TLo sospec"H.
TCainando toda la noc"e, lle#areos al capaento de Manco
antes de Eue 6on=alo 5 sus esbirros descubran tu Gu#a.
TS7 Tasiente Anaa5a, Eue se pone lentaente en pieT. Teneos
Eue apresurarnos. Curi Ocllo estaba coni#o? 6ua5par la "a "ec"o
prisionera 5 Euiere obli#arla a Eue le lle!e "asta Manco. Debeos lle#ar
antes Eue ellos.
TTienes ra=n Tdice 6abrielT, no teneos ni un inuto Eue perder.
&ero la abra=a lar#o rato antes de lle!rsela.
El Mnico Se2or Manco se "a puesto un unku a cuadros ne#ros 5
blancos Eue cubre a edias un pectoral de oro. Anos tapones de ore>a de
oro se balancean sobre los plie#ues del "obro de su lar#a capa de
!icu2a. Se "a puesto en la Grente el llautu, la diadea real, 5 sobre su
casco de ca2as tren=adas, c"apado de oro, la brisa a#ita las tres pluas
de curiginga Eue le se2alan coo el Ii>o de Inti.
Est de pie en su litera de cobate, sostenida por die= "obres. Su
ano i=Euierda su>eta la lan=a de #ala ientras su ano derec"a se
apo5a en la epu2adura de una espada Eue lle!a a la cintura, la s
traba>ada de entre los troGeos Eue sus #uerreros le "an tra7do. Su irada
es dura coo las piedras de las altas onta2as. Sus labios 5 sus
prpados estn tan in!iles Eue nadie sabe si respira.
Iace lunas 5 lunas Eue los oDciales 5 los #uerreros Eue le rodean no
"an !isto a su Mnico Se2or con tan "erosa apariencia, 5 cada cual
siente Eue !a a ocurrir "o5 al#o esencial.
Al alba, ientras las bruas de la noc"e se estancan aFn sobre el r7o
de "eladas a#uas, Manco "a dado de pronto a sus capitanes la orden de
Gorar las Dlas 5 situarse ante los uros del !ie>o Gort7n, coo si
estu!ieran en la #ran pla=a de las cereonias de Auca5pata, en Cu=co.
TIe sabido esta noc"e Eue los e@tran>eros nos en!7an un ensa>ero
iportante. Puiero "onrarle T"a dic"o, sonriendo, coo respuesta a las
iradas intri#adas 5 a las silenciosas pre#untas.
De "ec"o, cuando los prieros ra5os de Inti atra!iesan el Golla>e,
suena la tropa 5 anuncia a los !isitantes.
Coo en la #ran pla=a de Auca5pata, iles de #uerreros estn
alineados en cinco "ileras 5 Goran, "asta la sel!a, un uro de lan=as, de
picas, de oriJaas 5 de lar#as a=as. Detrs de Manco, una docena de
oDciales rodean los arcabuces toados a los espa2oles.
Nadie se ue!e cuando 6ua5par se acerca precediendo a Curi Ocllo.
A cien pasos de Manco, con el rostro lleno de l#rias, la Coya se
prosterna.
TQ&erdnae, i Mnico Se2orR T#ritaT. Slo a ti te ao 5 obede=co,
esposo bien aado. Te lo suplico, perdona a i "erano 6ua5par? no te
Euiere "acer da2o.
Al#unos soldados adi!inan una bre!e sonrisa en la dura boca de
6ua5par. &ero los oDciales estn 5a a su alrededor. Le a#arran por los
bra=os 5, aunEue 6ua5par se deDende con Guer=a, le obli#an a
arrodillarse ante Manco.
183
An !ie>o capitn apro@ia una pesada piedra 5 la de>a caer en sus
"obros.
TSaluda a tu Mnico Se2or o uere, traidor "ediondo Tru#e.
TQEres slo un cobarde, MancoR T#rita 6ua5par coo respuestaT.
Necesitas iles de "obres para enGrentarte coni#o, ientras Eue 5o
!en#o solo.
Manco le obser!a sin responder, con la boca arru#ada de desprecio.
Dos oDciales antienen el astil de su lan=a apo5ado en la nuca de
6ua5par 5 le obli#an a irar "acia el suelo.
TQNo eres el "i>o de tu padre, MancoR Tsi#ue #ritandoT. Sin las
intri#as de la Coya Camaquen 5 la locura de <illa Oa, nunca te "ubieras
puesto el llautu en tu Grente. Nunca i "erano Ata"uallpa te "abr7a
ele#ido para sucederle...
Mientras aulla de ese odo, Curi Ocllo corre "acia Hl. Todo su cuerpo
tiebla 5 sus anos aprietan su tupu de plata con tanta Guer=a Eue se
ti2en de san#re.
TQCalla, 6ua5parR QCallaR No puedes "ablar as7 a i esposo, el Mnico
Se2or T#ie con la irada enloEuecida.
TTu esposo 5a no es nada Te@claa 6ua5par.
Curi Ocllo intenta aorda=ar la boca de 6ua5par con sus anos
ensan#rentadas. &ero tras una irada de Manco, un soldado toa sus
bra=os 5 la arrastra "acia atrs.
TAnaa5a es i prisionera T#ru2e 6ua5par, cu5a nuca si#ue
dobladaT. Ella e conducir al Ierano.Doble... QTodo "a terinado,
MancoR Los poderosos antepasados estn a"ora coni#o.
Mientras los #ritos 5 las l#rias de Curi Ocllo auentan, Manco se
acerca 5, de un solo #esto, saca la espada de la !aina, Eue #olpea sus
piernas.
TAnaa5a no tiene 5a el apo5o de tu padre Iua5na Capac Tsi#ue
c"irriando 6ua5parT, pero los e@tran>eros e "an proetido Eue si
!uel!es a <ilcababa 5 abandonas la #uerra, no te atarn.
Con un #esto de la espada, Manco aparta a los #uerreros.
TQLe!ntateR Tordena con una sonrisa.
Cuando 6ua5par de>a caer la piedra de sus "obros 5 se pone en pie,
la sonrisa de Manco se "ace s terrible aFn.
T&obre 6ua5par, si#ues sin coprender la leccin Eue te di "ace
uc"os a2os, el d7a del huarachiku. QMira ante tiR
Entonces, Manco se aparta. La "ilera de #uerreros se abre ante
Anaa5a 5 6abriel, Eue se adelantan.
T&obre 6ua5par Tsi#ue burlndose Manco con c"irriante risaT. Tus
palabras resuenan en la sel!a, tan sonoras 5 tan terribles coo las de un
loro.
&ero, en el iso instante, se o5e el lar#o sonido de la tropa.
TQLos e@tran>eros se acercan, Mnico Se2orR QEstn a cien tiros de
"ondaR T#rita un oDcial.
Curi Ocllo salta a los pies de Manco, Eue le!anta 5a su espada.
TQNo ates a i "eranoR Q&erdnale por i aor, o", MancoR
TNo deb7as "aberlo tra7do "asta aEu7, Coya T#ru2e MancoT. Me>or es
Eue le corte 5o iso la cabe=a antes de Eue Hl consi#a la 7a. A tu
"erano le #usta el "ierro de los e@tran>eros. QPue lo tra#ueR
184
Con un silbido, la "o>a describe un #ran arco. La cabe=a de 6ua5par da
una e@tra2a sacudida. Sus o>os, abiertos de sorpresa, no se cierran
ientras cae 5 un c"orro de san#re brota, entrecortadaente, de sus
"obros.
Con un terrible laento anial, Curi Ocllo intenta su>etar el cuerpo
sacudido por los espasos de su "erano, cu5a san#re le inunda el
rostro 5 el pec"o.
Anaa5a 5 6abriel corren "acia ella, pero Manco ordena 5a a los
capitanes Eue se distribu5an por la sel!a. Durante unos inutos, la
a5or conGusin reina ientras centenares de #uerreros ropen en
silencio su perGecta Goracin 5 corren "acia el norte.
TNo te Euedes aEu7 Tsuplica Anaa5a, toando de los "obros a
Curi Ocllo, postrada sobre el epapado cad!er de 6ua5parT. No te
Euedes aEu7. Los e@tran>eros !an a capturarte. Si#Fenos...
&ero Curi Ocllo "a "undido su rostro en el pec"o de su "erano 5
ue!e la cabe=a, lan=ando #rititos lastieros, coo un anial en
a#on7a.
TNo te o5e Te@plica 6abriel, Eue no consi#ue aJo>ar los dedos de
Curi Ocllo, a#arrados a las anos de 6ua5par.
Las e@plosiones de los arcabuces suenan 5a en la sel!a.
TQ<en, Anaa5aR Tdice 6abriel, apartndola de Curi Ocllo 5
tondola de la cinturaT, o nos a#arrarn a nosotros.
C ientras corren a su !e= tras los Fltios soldados, 6abriel,
!ol!iHndose, !e a Curi Ocllo con el pelo epapado en san#re 5 abra=ada
al cuerpo decapitado de 6ua5par, coo si Euisiera =abullirse con Hl en
la nada.
185
Cuarta parte
*0
CIAPAICIACA, MAOBO DE ,98+
La lu= de la tarde cae en cascada a tra!Hs de los rboles. El espeso
Golla>e oculta el cielo a=ul, Eue se oscurece lentaente. En la inensidad
de la sel!a resuenan los #ritos de los aniales, las llaadas de los
p>aros, toda esa preparacin para el crepFsculo Eue sue de inediato
a Anaa5a en el territorio de su inGancia.
Sentada en la pla5a, >unto a una corriente de a#ua, piensa en su
adre.
El estruendo de los rpidos, a#uas arriba, la lle!a a su enso2acin 5,
aunEue anten#a los o>os abiertos, casi no es consciente de la presencia
de 6abriel, a su derec"a. Estn sentados en la estrec"a Gran>a de arena,
en edio de una ara2a de raas uertas, pulidas por las a#uas. Se !e
corriendo descal=a "acia su adre, Eue abre de par en par los bra=os
para recibirla. Durante uc"o tiepo, el sue2o terin en pesadilla? el
recuerdo de la piedra de "onda Eue #olpea a su adre en plena Grente, el
sFbito peso de la uerte en sus bra=os la despertaban con un sudor
"elado, 5 su soledad la abruaba.
TUDnde estsV
La !o= de 6abriel lle#a coo un soplo entre las a#uas 5 su dul=ura le
perite salir sin brutalidad de su sue2o de inGancia. Desde Eue de>aron a
Curi Ocllo desesperada a los pies del cad!er de su "erano, "ace 5a
186
seis lunas Eue estn >untos en la sel!a, le>os de Manco, le>os del
pensaiento de la #uerra, 5 es coo si su entendiiento se "iciera s
proGundo con cada alba 5 cada crepFsculo. A enudo, ni siEuiera
necesitan palabras, 5 alcan=an la plenitud peraneciendo, sencillaente,
uno con otro. Ana irada, un aden, bastan para llenarles de Gelicidad.
TEstaba "aciendo un lar#o !ia>e...
TUIba 5o conti#oV
Anaa5a sonr7e.
TNo, estaba con i adre.
Ana nube "ace desaparecer el sol 5 lan=a una sobra sobre sus
rostros.
TMe "as "ablado a enudo de tu adre Tdice 6abrielT 5 sH Eue la
encuentras en el Otro Mundo. &ero Ununca !es a tu padreV
6abriel no "a "ec"o nunca la pre#unta de un odo tan directo, 5
Anaa5a siente Eue su #ar#anta se seca.
TNo lo sH. Su rostro se pierde en la noc"e...
TAnaa5a...
6abriel toa su ano 5 ella se la entre#a antes de prose#uir.
TEs coo si la uerte de i adre "ubiera borrado todo lo Eue 5o
"ab7a !i!ido antes, 5 slo e Euedan sensaciones iprecisas.
TLAn solo secreto se#uir oculto para ti 5 tendrs Eue !i!ir con Hl.N
UNo te di>o eso el re5 Iua5na CapacV
TConoces bien sus palabras.
T&ara 7, son las tu5as, 5 tal !e= sea Hste el secreto. O cualEuier otra
cosa? cuando te esperaba en el Titicaca e intentaba reunire conti#o en
esp7ritu, a5udado por las sier!as de Puilla, una de ellas e "abl de ti, de
la Lla uc"ac"a con los o>os color del la#oN. A2adi? LNo "a5 prodi#io.
Madre Luna deposit el a#ua del la#o en sus o>os, pues la Eue tF buscas
reFne el inicio 5 el Dnal de los tiepos. Es la Fnica Eue lle!a el ori#en en
su irada. C tF, si Euieres reunirte con ella, tendrs Eue aprender a !er.N
6abriel r7e sua!eente ante el recuerdo de la clera de la sacerdotisa.
Ana Gr#il sonrisa iluina el rostro de Anaa5a ientras el #rito de una
perdi= resuena en el cielo.
Se "an Euitado el unku 5 el anaco, 5 se ba2an lar#o rato. El a#ua
lodosa les reGresca deliciosaente ba>o el sol, Eue "a reaparecido. En una
raa Eue eer#e del a#ua, dos tortu#as "an sacado el cuello 5 se de>an
caldear le!antando uc"o la cabe=a "acia el sol. A su lado, seis tortu#as
s peEue2as peranecen perGectaente in!iles.
En la superDcie del a#ua brilla, a !eces, el relpa#o a=ul de un
art7n pescador, ientras Eue el coleta=o de un pe=.#ato c"asEuea.
Anas ariposas re!olotean por encia de un c"arco, en la orilla,
atra!esando el aire coo una correa de colores.
Anaa5a 5 6abriel se suer#en 5 eer#en, alternati!aente, 5 sus
risas brotan con las salpicaduras. Sus cuerpos se abra=an 5 se enrollan
coo dos serpientes de a#ua, dibu>ando surcos de espua Eue la
corriente se lle!a en reolinos.
A#uas aba>o, !en lle#ar una pira#ua de adera e@ca!ada en un tronco
de rbol, Eue reonta el r7o apro!ec"ando una contracorriente de la
ribera. Los dos "obres Eue la conducen, de pie uno en cada e@treo,
187
con lar#as pHrti#as, se inclinan a enudo para e!itar las raas Eue
ponen trabas a su a!ance. Cuando lle#an a su altura, sus rostros se
!uel!en con un bre!e saludo antes de de>arlos atrs 5 diri#irse a la ribera
por la Eue se "unden en la sel!a para escapar de los rpidos.
Cuando se de>an caer en la arena 5 se tienden, Anaa5a se inclina
"acia 6abriel. Le Grota lar#o rato la espalda 5 los "obros con "o>as, cu5o
olor, picante 5 dul=n al iso tiepo, pro!oca una le!e ebria#ue=.
6abriel se abandona al asa>e coo a una caricia. Anaa5a le "a
ense2ado, noc"e tras noc"e, Eue su cuerpo no es slo ese bloEue de
"uesos 5 ner!ios, lleno de potencia, !ido de conEuistas, sino tabiHn un
r7o de dul=ura dispuesto a despertar con la ternura antes de !ibrar con el
deseo.
El !iento nocturno Eue se acerca los "ace teblar, 5 Anaa5a cubre
sus cuerpos con su anta. Le!anta las rodillas "acia su pec"o,
acurrucndose contra Hl, Eue la rodea con su del#ado bra=o, donde los
Fsculos se aDlan coo espadas.
TSiento lle#ar el tiepo Tsusurra.
TUCo lo sabesV
TTodo parte, todo se !a. Es un tiepo de si#nos. Ten#o iedo 5 so5
Geli=. Esto5 tan ipaciente por lle!arte.
TUAdondeV
TAll7, le>os...
TNo puedes aFn abandonar a Manco. Debes Euedarte con Hl.
T)l es Euien nos abandona, 6abriel. )l es Euien se !a 5 se "unde en la
sel!a de su clera. 6ua5par "a uerto, claro, 5 6on=alo se "a arc"ado
"acia Cu=co. &ero lle#arn otros 5 otros s. I#noraos lo Eue sucede
con <illa Oa, pero su #uerra no le arrastra a parte al#una. Illa Topa
si#ue resistiendo, pero solo, coo un Gu#iti!o. Desde "ace lunas, Manco
reina sobre las sobras. El Iperio de las Cuatro Direcciones 5a no
e@iste. <ilcababa es una capital sin tierraK los incas no tienen 5a
pueblos a Euienes soeter, no tienen 5a espacios para conEuistar. Estn
le>os de las onta2as, de la tierra arada por la "o= de Manco Capac 5
Maa Occlo.
TC sin ebar#o Tprotesta 6abrielT, eso no puede desaparecer sin
de>ar "uella.
Anaa5a inclina la cabe=a.
TPuedar una "uella. Teneos Eue a#uardar a Xatari TdiceT. )l nos
aconse> Eue nos ale>raos un tiepo de <itcos. )l nos llaar cuando
el tiepo lle#ue. ConDeos en Hl.
De pronto, o5en unos r7os Eue caen coo una cascada a lo lar#o de la
orilla. Se incorporan para !er, cien pies a#uas arriba, unos ni2os Eue
corren con una pelota en la ano. &arecen se#uir un peda=o de adera
Eue Jota sua!eente 5 si#ue los capric"os del r7o. De !e= en cuando,
uno de los ni2os salta al a#ua 5 lle!a la adera "acia la orilla ientras
otro la #olpea con un bastona=o Eue la ale>a de nue!oK a !eces
desaparece casi en un reolino antes de reaparecer tras el torbellino 5
se#uir su lento descenso.
TQEs un cestoR Te@claa Anaa5a.
TDe>eos Eue >ue#uen...
&arece contener al#o.
188
Cuando el cesto lle#a a su altura, unos ni2os se suer#en. Apo5ados
por las risas 5 los #ritos de los Eue se "an Euedado en la orilla, se a#arran
al borde de la e@tra2a ebarcacin 5 la epu>an "acia la ribera,
ebarrancndola en una Gran>a de arena. Con una sonrisa de curiosidad
en los labios, Anaa5a se acerca.
El cesto tiene unas diensiones inslitaente #randes. Est cerrado
por una slida tapa, atada con una cuerda de pita. Mientras 6abriel se
acerca a su !e=, los ni2os, e@citados, tiran con todas sus Guer=as de la
tapa para abrirla.
Con un cru>ido, la tapa se abre brutalente. El #rito de "orror de
Anaa5a brota antes de Eue los ni2os coprendan lo Eue estn !iendo.
*/
<ITCOS, MAOBO DE ,98+
Al distin#uir la ele#ante asa del palacio de <itcos colocado sobre un
saliente rocoso, Anaa5a siente un estreeciiento. Oecuerda u5 bien
la Gortale=a !ac7a 5 la terrible sorpresa del ataEue de 6ua5par, su captura
5 las aena=as de 6on=alo, el Gr7o acero de su da#a en la piel. Coo si
"ubiera adi!inado su teor, el bra=o de 6abriel se cierra sobre su
"obro 5 le transite su calor, su Guer=a.
LNunca s aceptarH separare de tiN, "ab7a ururado al liberarla.
Desde "ace lunas, la potencia de estas palabras no acaba de resonar en
ella, al iso tiepo Eue tapoco una terrible ia#en de>a de
obsesionarla. Entre las paredes del cesto, el cad!er ao!illado, en
posicin Getal, de Curi Ocllo, coo pisoteado 5 arru#ado, anten7a un
rostro intacto a pesar de su acabra na!e#acin. C el eco de aEuella
belle=a e@puesta en los proGanados despo>os era peor Eue cualEuier otra
cosa.
Tras "aber depositado el terrible Gardo en una litera de raas 5 ca2as,
eprendieron el caino "acia <itcos, acopa2ados por al#unos
#uerreros.
UPuH "ab7a ocurrido para Eue la u>er adorada por Manco Guera
torturada as7V UPuiHn "ab7a tenido la siniestra idea de en!iarla por el r7o,
con la absurda esperan=a, Dnalente recopensada, de Eue Guera
189
descubierta para ser lle!ada a MancoV QMancoR Al pensar en su dolor, a
Anaa5a la pena le des#arra de anteano el !ientre. &ese a sus
esGuer=os, le es iposible prote#er al >o!en inca contra eso, 5 le es
iposible tabiHn pre!er las consecuencias.A pesar de las diDcultades
del a!ance por la sel!a, "an procurado "acer cada noc"e oGrendas al
ala doble de Curi Ocllo, Eue !a#a por el Otro Mundo. Ian Eueado
"o>as de coca 5 "an suplicado a Maa Puilla Eue la a5ude en su diG7cil
recorrido "acia el Mundo de Aba>o. Ana !e=, Anaa5a sorprendi a
6abriel con las anos unidas, los o>os cerrados 5 la cabe=a !uelta "acia
el ipenetrable tec"o de los rboles Eue les cubr7a.
TUPuH ests "aciendoV
TOe=o a este Dios en el Eue no creo.
TSi le re=as, Uno ser Eue crees en HlV
TOe=o por ella, para Eue su ala encuentre la pa=.
Anaa5a no pre#unt s, pero una lu= atra!es su pena? el pua 5
ella estn unidos s Eue nunca. Ni los dioses ni las #uerras los
separarn.
A"ora, cuando se recortan en los uros del palacio las Euince puertas
coronadas por sus dinteles de #ranito blanco, ad!ierte las siluetas de los
prieros soldados, Eue, con la lan=a en la ano, se acercan con respeto
al peEue2o #rupo, pues "an reconocido a la Coya Camaquen.
Cru=an la estrec"a puerta Eue da acceso a lo alto de la colina donde
estn instalados, en una Fnica cancha, el palacio 5 los catorce ediDcios
Eue lo rodean. Los soldados los conducen en silencio, con el rostro
"ura2o, "asta el !asto patio donde est Manco.
Al entrar en el palacio, Anaa5a aprieta instinti!aente la ano de
6abriel.
TUDnde estabaisV
La !o= de Manco resuena a tra!Hs del patio cubierto de orEu7deas de
ebria#ador perGue. En una !asta "ornacina, un pua u5 >o!en,
capturado en la sel!a, se a#ita con Guror en su >aula de babF.
Manco i#nora a los porteadores Eue depositan el cesto a sus pies. Sus
o>os, "undidos en las rbitas, peranecen D>os en Anaa5a 5 6abriel.
Ser!idor 5 soldados, se2ores 5 concubinas, todos inclinan la cabe=a 5
callan. El iedo pasa por entre las piedras.
TEstbaos en la conJuencia del Zilcaa5o 5 del <ilcababa T
responde Anaa5a.
Ia5 al#o inDnitaente tranEuilo en su !o=, 5 eso turba a Manco. Su
irada se aparta 5 se posa en el cesto a sus pies.
TUPuH e traHisV Tpre#unta.
Inclinada en se2al de la suisin Eue todos deben al Mnico Se2or,
Anaa5a se acerca. Ni una palabra brota de sus labios cuando le!anta la
tapa de ibre.
La irada de Manco se Eueda in!il. Su boca se entreabre coo si
todo el aire de sus pulones "u5era. Cae al suelo 5, de rodillas, se a#arra
al borde del cesto.
El aullido des#arra el aire.
No es el #rito de un "obre. No "a5 palabra al#una en Hl.
Es un anial "erido Eue escupe el dolor Eue uerde sus entra2as. En
el patio, todos se enco#en intentando desaparecer en s7 isos. Mu5 a
enudo, en esas >ornadas errantes, "an teido las cleras 5 las
190
an#ustias del Mnico Se2or, pero lo Eue a"ora o5en supera todo aEuello de
lo Eue "an sido testi#os "asta "o5.
Cuando Manco recupera el aliento, una especie de "ipo sacude todo su
cuerpo. Toa el rostro de Curi Ocllo, lo le!anta 5, al iso tiepo,
arrastra los blancos despo>os Eue Gueron el esplHndido cuerpo de su
esposa 5 la Gelicidad de sus noc"es. Entonces !uel!e a aullar.
Anaa5a tiende "acia Hl la ano. Oo=a su nuca retorcida por la
!iolencia del #rito. &ero cuando sus dedos se ponen en su piel, Hl se
aparta con un sobresalto, coo si le abrasara.
TManco... Tsusurra para s7 isa, sin esperan=as 5a de ser o7da.
)l no llora. Es coo una tepestad Eue ru#e 5 labra la noc"e con sus
relpa#os, "aciendo teblar el undo "asta las proGundidades.
TQNoR QNoR
Son las prieras palabras "uanas Eue brotan de su boca 5 no ali!ian
nada, no apaci#uan nadaK son tan aniales coo los aullidos Eue
brotaban de su #ar#anta.
TQNoR QNoR
Toda su ne#ati!a se e@presa a"ora? su ne#ati!a a soeterse, su
ne#ati!a a perder, su ne#ati!a a ser capturado, su ne#ati!a a ceder, su
ne#ati!a a Eue el tiepo "a5a pasado tan cruelenteK pero, de ne#ati!a
en ne#ati!a, 5a es slo una bestia acosada, rodeada por una "orda
GaHlica. Es slo una asa unida a la !ida por una rabia Fnica 5 atro=.
Ano a uno, los su5os abandonan el patio, se retiran con la cobarde
esperan=a de Eue Hl no los !ea, arrastrndose por las paredes 5 transidos
de iedo 5 de sudor ba>o los rostros ipasibles.
Slo Anaa5a peranece in!il, acuclillada Grente a Hl, Eue 5ace 5
si#ue >adeando, s sua!eente a"ora.
6abriel se retira tabiHn tras "aber ro=ado a Anaa5a, cu5a irada
tierna le acaricia antes de posarse de nue!o en Manco.
TManco Turura una !e= s.
Le ira. El >o!en inca parece un anciano. Su cuerpo 5 su rostro son
s !ie>os 5 estn s a#otados Eue los de Iua5na Capac cuando ella
estaba a su lado 5, ientras Eue Iua5na Capac conoc7a secretos, Manco
5a no sabe nada, 5a no Euiere nada. Los o>os "an sido "undidos a
pu2eta=os en su rostro 5 se "an abierto arru#as 5 surcos Eue se a#itan 5
tieblan. Su piel ate tiene reJe>os #risceos.
TManco...
)l se incorpora un poco, a5udndose con el codo. La ira.
TNo... No puedo...
C solo ante Anaa5a, se abandona a las aar#as e inFtiles l#rias
de la desesperacin 5 el Gracaso.
&or la noc"e, el patio se "a llenado de nue!o. A pesar de la llu!ia Eue
coien=a a caer, Manco no se ue!e. Ia de>ado Eue Anaa5a le !ista
con sus s "erosos ata!7os, 5 las pluas del curiginga se a#itan
dHbilente ba>o la llo!i=na. Ana bande>a de plata si#ue llena ante Hl. Ana
"erosa concubina se "alla dispuesta a obedecer una orden Eue no
lle#a.
TIabla Tdice.
191
El enano se sobrepone al iedo Eue le recorre el !ientre, recordando
Eue no puede 5a orir desde Eue el #ran Iua5na Capac le descubri ba>o
un ontn de antas.
TDos u>eres !inieron a i casa, en Cuca5, 5 e contaron al#o Eue
debes o7r, Mnico Se2or.
TU&or EuH "as esperadoV
TTen7a iedo, Mnico Se2or, de ese secreto en e@ceso pesado para 7.
La !o= #ra!e del enano dice la !erdad por ipotencia 5 debilidad.
Cuando todos esperan una e@plosin de clera, slo un suspiro escapa de
los del#ados labios de Manco.
TIabla a"ora Tdice se2alando el cestoT. Tu secreto no te pertenece
5a.
TEl #obernador &i=arro "ab7a recibido tus ensa>es de pa= 5 te "ab7a
en!iado, coo respuesta, una 5e#ua, un escla!o ne#ro 5 des !aliosos
presentes. El a=ar Euiso Eue uno de tus capitanes interceptara el en!7o 5,
cre5endo serte a#radable, sacriDc la 5e#ua, al escla!o 5 a al#unos
ser!idores s. Puienes escaparon !ol!ieron a Eue>arse al Aapitu, Eue
ont en !iolenta clera.
Anaa5a siente las #otas de llu!ia Eue corren por su cuello 5 ba>o su
anaco. &ero, coo los des, no puede o!erse.
TEntre# a Curi Ocllo para Eue Guese !iolada a su "erano 6on=alo,
lue#o a su secretario 5, despuHs, a otros soldados espa2oles, tal !e=
tabiHn a indios aliados. Cuando sus uslos estu!ieron cubiertos de
san#re 5 siiente, Euedaron satisGec"os. Dio entonces la orden de Eue
Guera e>ecutada.
Al o7r las palabras del enano, 6abriel se "iela de "orror. El eco en su
eoria de la !o= del #obernador, el recuerdo de su ano posndose en
su "obro con aGectuosa presin, todo lo Eue le acerca a su anti#uo
se2or le asEuea.
Manco no ira al enano ni a nadie. Tiene los o>os perdidos en la noc"e
Eue cae, donde estn las cubres ne!adas, los apus Eue no le prote#en
5a.
TCuri Ocllo distribu5 sus >o5as 5 todos sus bienes a las u>eres incas
Eue le rodeaban. No di>o ni una palabra de clera o de resentiiento.
&idi sipleente Eue, despuHs de su uerte, su cuerpo Guera reco#ido
5 colocado en un cesto Eue se#uir7a el curso del r7o para encontrar el
caino "asta ti.
Oeina en el patio un silencio absoluto, en el Eue resuena slo la
ca!ernosa !o= del enano.
TElla isa puso en sus o>os una !enda de tela Eue una de is
u>eres le "ab7a dado, tras "abHrselo a#radecido 5 "aberla abra=ado.
Mientras la ataban a un poste, dec7a estas palabras 1QEue i cora=n se
sir!a !i!o al pua si una sola de is palabras es GalsaR3? LSaciis !uestra
clera en una u>er. UPuH podr7a "aceros una u>er coo 5oV
QApresuraos para Eue Eueden saciados !uestros deseosRN Dicen Eue,
incluso entre los espa2oles, al#unos lloraban. Lue#o, los indios ca2aris la
atra!esaron con sus lan=as 5 sus Jec"as, sin Eue ella de>ara escapar un
#rito ni un #eido durante su a#on7a. Ms tarde encendieron una #ran
"o#uera para Euearla, pero Inti no lo Euiso 5 su cuerpo peranec7a
intacto a pesar de las llaas. &or la noc"e, is u>eres lo reco#ieron 5 lo
colocaron en un cesto, para Eue lle#ara "asta ti coo ella "ab7a dic"o.
192
Xatari se desli=a entre la uc"edubre 5 lle#a "asta 6abriel, cu5o
bra=o aprieta discretaente. Le dice en !o= ba>a? LQTeneos Eue
arc"arnosRN Anaa5a se !uel!e 5 los interro#a con la irada.
TUC lue#oV Tpre#unta Manco.
TEl sabio <illa Oa estaba all7, desde su captura en el Condesu5u, 5
tabiHn lo lle!aron a Cuca5. AunEue estu!iera encadenado 5 Guera
ipotente, los aldec7a, les llaaba perros por lo Eue le "ab7an "ec"o a
tu u>er. Entonces, lo Euearon !i!o...
Al re!Hs del silencio Eue "a rodeado el relato de la uerte de Curi
Ocllo, el del suplicio del sabio libera los #eidos 5 las in>urias. Manco, con
una ano, ipone silencio.
TCuando las llaas le la7an 5a los pies, el sabio ped7a la a5uda de
Iua5na Capac 5 de todos los Mnicos Se2ores, C"alcuc"iac 5
Ata"uallpa...
TUDi>o i nobreV
&or priera !e=, el enano !acila, 5 su !o= desciende un poco.
TNadie o5 tu nobre, Mnico Se2or, pero sin duda uri deasiado
pronto para llaar a todos aEuellos a Euienes necesitaba. Tras Hl,
Euearon a tu #eneral Tisoc...
Xatari arrastra a 6abriel, 5 Anaa5a los !e desaparecer por entre la
ultitud del patio. En el desconcierto de los nobres de los coandantes
Eue el enano des#rana lentaente, pasan desapercibidos.
TPuearon a Taipi 5 TanEui Iuallpa, a Orco Iuaranca 5 Atoc SuEui...
El rostro de Manco no se ue!e, no abandona el cielo "asta Eue lo
in!ade la noc"e. Mientras todos reciben la encin de esos #randes
#uerreros coo un pu2eta=o en el !ientre, Manco parece suirse en s7
iso 5 desaparecer. &ero Anaa5a !e sus anos Eue se retuercen 5
aprietan el !ac7o. Sin saber adonde lo "a lle!ado Xatari, se ale#ra de Eue
6abriel "a5a desaparecido.
T... C a O=coc 5 a Curi Atao Tprosi#ue el enano, produciendo s
an#ustia aFn, coo si las estrellas se apa#aran en la noc"e clara, una a
una, de>ando al undo entero en una oscuridad proGunda 5 deDniti!a.
T<illa Oa ten7a ra=n Tdice por Dn MancoT. Iab7a Eue destruir a
esa ralea antes de Eue nos destru5era. TabiHn C"alcuc"iac ten7a
ra=n. A enudo "eos sido dHbiles 5 no "eos apro!ec"ado las
ocasiones... Cre7os en ilusiones, en Galsas se2alesK cre7os en coetas
5 en puas...
Manco no ira a Anaa5a, pero en sus palabras son palpables el odio
5 la decepcin.TDe>ade Tdice Manco, diri#iendo a ellos los o>osT. A"o.
ra esto5 solo.
Todos salen en el caos de las picas 5 las lan=as, el c"oEue de los
escudos, el c"irrido de las sandalias 5 las !oces Eue se le!antan 5 caen
de inediato.
Slo Anaa5a se Eueda.
TTabiHn tF Tdice Manco.
TNunca te "e abandonado, bien lo sabes.
TIubo un tiepo en el Eue cre7 Eue estabas coni#o para a5udare
a construir el Iperio de las Cuatro Direcciones 5 e@tenderlo s de lo
Eue nin#Fn inca "ab7a "ec"o. Cre7a, coo i padre "ab7a dic"o, coo el
sabio se "ab7a con!encido, Eue eras un si#no procedente del la#o de los
Or7#enes para "acernos esperar la #rande=a. No eras nada de todo eso, 5
193
las proGec7as Eue lle!as en silencio slo e aportan "uillacin 5
destruccin. Q<eteR
TNo Euisiste escuc"ar la sabidur7a 5 se#uir el caino, MancoK "as
escuc"ado tu clera, al i#ual Eue el prier d7a, cuando tu !iolencia se
desencadenaba inFtilente contra 6ua5par...
TC a"ora 6ua5par "a uerto, <illa Oa "a uerto, Tisoc "a uerto,
i Euerida Curi Ocllo "a uerto, todos "an uerto, 5 tabiHn 5o !o5 a
orir. UEs Hsta tu proGec7a, u>er lle#ada del Mundo de Aba>o, para
"acere suGrirV
TTu "i>o Titu Cusi est !i!o 5 uc"os s Eue esperan en ti...
TUMuc"os sV
El bra=o de Manco describe un c7rculo en la noc"e 5 se posa en su
Grente. Arranca con #esto seco la diadea Eue lo ci2e.
TMi poder es el de esta plua Tdice a#itndola con desprecioT. Ana
rGa#a de !iento la trae, una rGa#a de !iento la ale>a.
C suelta una risa seca de desprecio.
TMira lo Eue Eueda de i poder...
Manco se le!anta de un salto 5 se acerca a la >aula donde duere el
>o!en pua. Lo ira en silencio.
TDebes crecer para a5udarnos, Uno es ciertoV TururaT. No Guiste
"allado por casualidad 5, UEuiHn sabeV, eres un si#no...
Saca la barra de adera Eue cierra la >aula 5 toa al anial dorido.
De un seco #olpe, le "unde su tumi en el cora=n antes de roperle
las !Hrtebras 5 retorcerle el cuello con una rabia Eue brota de sus
entra2as. Oope cada una de las patas, le arranca los o>os, des#arra las
Gauces inertes 5 saca las anos llenas de carne 5 san#re.
TUSi#ues Eueriendo peranecer coni#o, ai#a de los puasV
Anaa5a est uda de "orror, pero se antiene, sin ebar#o, Del a s7
isa.
TNo debo abandonarte. S7, Euiero Euedare conti#o.
TQNoR
Manco le!anta en su direccin una ano ensan#rentada. No "a5
aena=a en su #esto, pero indica su separacin deDniti!a. Sin ebar#o,
superando su asco, Anaa5a se acerca 5 toa esa ano entre las su5as.
TMe !o5, puesto Eue lo deseas, pero recordars Eue nunca te "e
abandonado. Oecordars Eue, desde el prier d7a, aEuel en el Eue tu
padre Iua5na Capac se conD a 7, slo "e obedecido...
Manco calla 5 retira su ano de entre las de Anaa5a. Ella no sabe ni
siEuiera si "a o7do sus palabras, pues est perdido en un trance de
soledad 5 !iolencia. Su !o= parece proceder del Mundo de Aba>o.
TQNoR Trepite.
C ientras Anaa5a, epapada por la llu!ia, sale por Dn del patio
donde corre la san#re del pua e=clada con el pol!o en un barro ro>i=o,
ella piensa Eue toda la !ida de Manco el rebelde slo se "a desarrollado
para desebocar en esa palabra Fnica, pronunciada con cala 5 Eue
brota del Gondo de su ala? no.
Xatari 5 6abriel "an atra!esado rpidaente la cancha !ac7a, "an
e!itado los #rupos de soldados Eue patrullan alrededor de la Gortale=a 5
194
"an lle#ado al caino de la sel!a sin decir una palabra. Cuando estn,
por Dn, al abri#o de los rboles 5 la noc"e, 6abriel se diri#e a Xatari.
TUPuH debes decireV
El due2o de las piedras a#ita su ne#ra cabellera.
TTu ai#o BartoloH lle# "ace tres d7as. Tu!o la prudencia de no
"acer el intento de apro@iarse a la Gortale=a 5 e en!i dos ensa>eros
para a!isare. Le "eos ocultado en una huaca a una "ora de caino
de aEu7.
TBartoloH...
TEs un "obre de prudencia 5 de saber Tprosi#ue XatariT,5 "eos
"ablado de los or7#enes del undo, de su creacin, 5 tabiHn de sus
e@tra2as criaturas, los "obres...
TQNo e di#as Eue atra!es la sel!a para antener esa con!ersacin
conti#oR
TIeos "ablado de lo Eue era antes, de lo Eue ser despuHs.
La iron7a abandona la !o= de 6abriel.
TCono=co al on>e. Sea cual sea su aistad por ti, no "a lle#ado
"asta aEu7 sin una buena ra=n...
T)l te la dar.
La llu!ia a"o#a a"ora los ruidos del crepFsculo.
TUC Anaa5aV
TEra necesario ale>arte antes de Eue la clera de Manco se !ol!iese
contra ti. &ronto se nos reunir con el enano.
Los dos "obres a!an=an lentaenteK aunEue la llu!ia "a5a cesado, el
a#ua ipre#na toda la sel!a 5 #otea por su cuello coo un sudor del
cielo 5 de los rboles.
Se abre ante ellos un cal!ero, en cu5o centro al#unos bloEues de
piedra, apresuradaente desbastados, Goran un uro alrededor de una
siple caba2a de >uncos.
Cuando se acercan, la reconocible silueta de BartoloH se enarca en
la abertura. El on>e de o>os #rises abra=a lar#o rato a 6abriel. &arece
teblar de Debre.
TNo ests bien, Gra5 BartoloH...
TNo te preocupes por 7. A"ora te "e !isto 5 e encuentro uc"o
e>or. UDnde est ellaV
Se "a !uelto "acia Xatari, Eue indica la direccin de la Gortale=a
in!isible.
TLle#ar con el enano en cuanto pueda...
TEst bien Tdice BartoloHTK la necesito.
Los tres "obres iran unos instantes el cielo por encia del cal!ero,
Eue se llena de ariposas coloreadas al re#resar la calaK entre las
Grondas resuena el >aleo de los onos 5 el #rito de los p>aros, el de dos
aras cu5as brillantes pluas relucen en el Golla>e.
El on>e contepla a 6abriel con aistad.
TIas recorrido un lar#o caino desde Eue no te !eo... La clera "a
abandonado por copleto tu rostro 5 no tienes 5a aspecto de un "obre
"abitado por el diablo...
TUTan #ra!e era, puesV
Con su ano derec"a de dedos unidos, BartoloH toca la Grente de
6abriel.TEl aor se "a apoderado de ti, "eranoK "ablo del aor Eue
nutre 5 Eue inJaa, del aor Eue da 5 Eue coparte...
195
TIablas del aor Eue 5o cono=co...
Sentados en siples troncos de rbol dispuestos ante la c"o=a, los tres
"obres c"arlan dulceente en el esplendor de la noc"e Eue cae.
6abriel no se ipacienta. De !e= en cuando, lan=a una irada "acia el
lindero para !er si un o!iiento en las "o>as oculta la lle#ada de
Anaa5a.
Oeina entre ellos la pa=, la pa= entre tres "obres lle#ados de tan le>os
5 Eue "an escapado a la #uerra Eue asla los cora=ones de los des.
Anaa5a 5 el enano aparecen, por Dn, con los Fltios Gul#ores del
ocaso, ientras Xatari enciende una "o#uera.
BartoloH la contepla con adiracin 5 respeto.
TCa estis >untos Tdice con los o>os brillantes de DebreT, 5 al !eros
coprendo lo Eue !uestros dos pueblos tienen de #rande 5 por EuH
!uestra unin, por una isteriosa !7a, se "a "ec"o "o5 s iportante
Eue las destrucciones Eue "a suGrido...
Anaa5a se "a acercado a 6abriel 5 se "a sentado a su lado. Los dos
>!enes se dan la ano, silenciosos, sintiendo la solenidad de las
palabras de BartoloH, pre#untndose adonde Euiere lle#ar.
TOecordars, 6abriel, Eue Euer7a andarte a Espa2a para lle!ar unos
despac"os Eue di>eran la !erdad sobre esta conEuista... Iace poco
tiepo "e sabido una noticia Eue slo es posible interpretarla coo una
se2al di!ina...
Ana sonrisa cru=a por el rostro Gati#ado del on>e, coo si la
proGundidad de su propia Ge Guera, tabiHn para Hl, una se2al de burla.
TEl eperador Carlos < en!7a a este pa7s un >ue= de residencia. Se
llaa <aca de Castro 5, por lo Eue "e o7do, es un "obre de bien 5 de
>usticia. Tal !e= na!e#ue en estos oentos para lle#ar a Lia. Es para
nosotros una ocasin Eue Eui= no !uel!a a presentarse nunca...
QPuer7aos ir a Espa2a, 5 es Espa2a la Eue !iene a nosotrosR
TUCo ests tan se#uroV
TLo sH, 6abriel. QO"R, percibo en tu !o= las dudas 5 la desconDan=a 5,
crHee, las coparto conti#o. &ero "a5 si#nos Eue no en#a2an? en
Espa2a, el inGae Iernando "a sido encarcelado por sus cr7enes...T
QSin duda, no por los coetidos contra los indios, sino por "aber
asesinado a Ala#roR
TNo iporta. El tiepo de la ipunidad "a pasado. &or todas partes,
en la I#lesia pero tabiHn en la corte, se le!antan !oces denunciando los
e@cesos de la conEuista 5 e@i#iendo >usticia para estos pueblos.
6abriel suspira.
TEs preciso tener tu Ge para creer en ello, Gra5 BartoloH. &ara 7...
TOl!ida i Ge en Dios 5 ol!ida incluso i Ge en la #rande=a del ala
de Espa2a. UNo copartes tF i Ge en el "obreV UNo crees Eue este
"obre debe escuc"ar, cuando lle#ue, al#o distinto a las di!a#aciones de
dos partidos epe2ados en destruirse 5 en des!ali>ar lo s posible
ientras Euede una on=a de oro o de plata en esta tierraV
6abriel le!anta los bra=os al cielo.
TNo lo sH...
TQEscFc"aleR
La !o= de Xatari "a resonado 5 lo sobresalta.
TUPuH Euieres decir, due2o de las piedrasV
196
TPuiero decir Eue su !o= es >usta. Puiero decir Eue no podeos !i!ir
una !ida entera en la sel!a, acosados coo bestias, inEuietos ante el
enor ruido de las "o>as, aena=ados por la "uedad 5 la enGeredad,
a erced de una tropa "ostil. Es la !ida Eue "a ele#ido Manco, pero no
puede ser la nuestra.
TUC Anaa5aV Tpre#unta 6abriel, !ol!iHndose "acia la princesa
TDebe ir conti#o TaDra BartoloH, buscando la aprobacin de
XatariT. Debe dar testionio conti#o de Eue los indios no son aniales
incultos, sino seres "uanos cu5a "istoria, reli#in, tradiciones 5 odos
de !i!ir erecen nuestro respeto 5 nuestra proteccin.
TUC si cae en sus anosV Ta2ade 6abriel con !o= teblorosaT. UC si
el >ue= de residencia no es un sabio 5 un santo, sino un nue!o 6on=aloV
UC si se les ocurre "acerle lo Eue le "icieron a Curi OclloV
TE@iste ese peli#ro Tdice Anaa5a tranEuilaenteT, coo e@iste,
tabiHn, el de Eue seas detenido, encarcelado... C sin ebar#o,
BartoloH 5 Xatari tienen ra=n? debeos intentarlo.
TUC el Ierano.DobleV
TSi la Coya Camaquen lo desea Tdice XatariT, 5o e ocuparH del
Ierano.Doble 5 lo prepararH para su !ia>e...
6abriel los ira, uno tras otro.
TAl ar#en de Sebastin, sois las tres personas de esta tierra en las
Eue conG7o s Eue en 7 iso. U&or EuH dudo, puesV
TTabiHn nosotros dudaos Tdice BartoloHT. No "ablo de la
se#uridad de conse#uirlo, sino de la oportunidad, tal !e= inFscula, de
Gundar un pa7s.
TMs de cien lunas "an pasado desde !uestra lle#ada Trecuerda
apacibleente XatariT 5 "a5 Eue estar cie#o para no !er Eue los
e@tran>eros !an a Euedarse. &uedes apro!ec"ar esta oportunidad para
Eue las #eneraciones Guturas ten#an !uestro rostro 5 no el colHrico rostro
de los "i>os de la destruccin 5 el pilla>e...
TUC si GracasaosV
Nadie responde, pero escuc"an por Dn el asentiiento en la dul=ura
del tono de 6abriel.
T&artirH Tdice en un soplo.
Toa la ano de Anaa5a 5 la aprisiona entre las su5as.
T&artireos, puesto Eue consideris Eue es el caino Eue debeos
recorrer. No escuc"arH la sensacin de peli#ro Eue "a5 en 7. Tendrs
Eue orar por nosotros, "erano...
BartoloH sonr7e.
TLo Euieras o no, ests siepre presente en is oraciones.
6abriel se !uel!e "acia Xatari.
TC tF, due2o de las piedras, no nos abandones.
T&ronto !ol!ereos a encontrarnos.
TUCo lo sabreosV Tpre#unta Anaa5a.
Xatari saca de su chuspa un Dno cordn, cu5os nudos "ace rodar entre
sus poderosos dedos. Lue#o lo tiende a Anaa5a.
TToa este quipu Tdice en tono DreT. Lle#ado el oento, te
indicar dnde esto5. C la lla!e de piedra te abrir el espacio 5 el tiepo.
TabiHn 5o estarH unido a !osotros, aun estando separado de !osotrosK
e "undirH ientras !osotros os ele!is, ba>arH ientras !osotros sub7s.
&ero >untos estareos en la eternidad del caino de <iracoc"a. Id, a"ora.
197
Mientras Xatari !uel!e a toar, solo, sin ni siEuiera la a5uda de una
antorc"a, el caino de <itcos, BartoloH, el enano, Anaa5a 5 6abriel se
=abullen en la sel!a para el !ia>e de la esperan=a 5 la duda.
$+
LIMA, *8 DE 4ANIO DE ,98,
Lle#adas del bruoso ocHano, unas a!es arinas de lar#as alas
blancas se desli=an por encia de la naciente ciudad. Tras "aber
re!oloteado sobre la pla=a a5or 5 la catedral inconclusa, se ale>an "acia
las !erdeantes ondulaciones de la costa, lan=ando roncos #ritos.
Anaa5a tiende el rostro para obser!arlas. La dul=ura del sol atinal
acaricia su Grente. Le!antado por la brisa, el e@tra2o !elo Eue cubre sus
198
cabellos se plie#a delicadaente en sus e>illas 5 sus labios, antes de
Eue lo rec"ace con un #esto sorprendido.
De los p>aros a las casas de Lia 5 "asta el inenso ocHano Eue
descubre por priera !e=, lo Eue !e desde Eue lle# a Lia no de>a de
asobrarla.
Desde lo alto del andaio de la catedral, "asta donde 6abriel la "a
lle!ado, el dise2o de la ciudad aparece por copleto. Las casas
construidas por los e@tran>eros estn dispuestas tan re#ularente coo
las canchas incas. Oi#urosaente del iso taa2o, Goran cuadrados
perGectos. Sus tec"os carecen aEu7 de te>a. &lanos, cubiertos por una
#ruesa capa de tierra, rodean unos patios idHnticos 5 JanEuean las calles
rectil7neas, por donde, durante todo el d7a, los e@tran>eros !an 5 !ienen
coo si Hsa Guera su Fnica acti!idad.
Al i#ual Eue la catedral si#ue aFn sin capanario, con la na!e
apresuradaente cubierta de tablas 5 pa>a, a #uisa de b!eda, la
a5or7a de las casas apenas estn terinadas. Al#unas son slo siples
esbo=os de !i#as 5 tablillas. AEu7 5 all, al#unos solares sir!en de cercado
para los cerdos o las a!es de corral e, incluso, para esas e@tra2as cosas a
las Eue los e@tran>eros llaan LcarrosN, una especie de coGres puestos
sobre cuatro c7rculos de adera donde se sientan para Eue sus caballos
tiren de ellos.
An solo ediDcio, separado de la catedral por la pla=a a5or, es s
#rande Eue los des. Sus uros, perGectaente re!ocados de blanco,
llenos de balcones de adera 5 persianas pintadas de a=ul, encierran dos
patios 5 un tupido >ard7n del taa2o de toda una casa. Es la casa del
#obernador don Srancisco &i=arro.
TUOecuerdas la carta Eue en!iH a BartoloH para Eue te la le5era
cuando 5o ten7a Eue reunire con Ala#ro, Eue se diri#7a "acia el surV T
pre#unta en !o= ba>a 6abriel a Anaa5a, estrec"ando las anos entre
las su5asT. QIace de eso... siete u oc"o a2osR QCreo, incluso, Eue
estbaos tabiHn en >unioR La escrib7 aEu7 iso, >usto antes del
anoc"ecer. El sol se ale>aba sobre el ocHano. No "ab7a casas, slo rboles
llenos de Gruta, al#unas c"o=as 5 un cal!ero desde donde los ni2os nos
obser!aban con #randes o>os asobrados. Se parec7a a todas las
i#enes del para7so Eue pod7aos tener en la cabe=a.
Alar#ando la ano, se2ala el r7o de a#uas aarillentas Eue
deseboca en el ar 5, s le>os 5a, los opulentos "uertosK se2ala lue#o
la pla=a, por deba>o de ellos, !ac7a aFn.
TDon Srancisco declar soleneente? LQSer aEu7RN Al d7a si#uiente,
bast con plantar unas estacas en la tierra 5 decidir Eue aEu7 estar7a la
pla=a, a"7 la i#lesia, all7 las casas 5 las calles. QNada es s sencilloR
Cuatrocientos cincuenta pies de lar#o para cada an=ana, Eue tiene a su
!e= cuatro casas 5 cuarenta pies de anc"o para cada calle. C 5a est?
Q"ab7a nacido la capital del &erFR
Ia5 en la !o= de 6abriel una e=cla de or#ullo 5 aar#ura. Anaa5a
obser!a con dul=ura.
TAs7 se deuestra el poder de Euien "a conEuistado un pa7s. El Mnico
Se2or Iua5na Capac "i=o lo iso en Puito, tras "aber !encido a los
pueblos del norte. Sus poderosos antepasados lo "icieron antes Eue Hl en
todo el Iperio de las Cuatro Direcciones. Io5 se "a acabado. No soos
5a nosotros los Eue construios ciudades.
199
Lo dice sin aparente triste=a e, incluso, con una cala Eue incooda a
6abriel. Siente Eue ella se estreece de pronto, aunEue la brisa lle#ada
del ar sea tibia.TUTienes Gr7oV Tpre#unta.
TQNoR Tsonr7e ellaT. No, no es nada...
En !erdad, no la "ace teblar el Gr7o, sino el e@tra2o silencio Eue reina
esta a2ana en la ciudad. Sal!o los #ritos de los p>aros, no "a5 un solo
ruido, coo si el d7a contu!iera su aliento antes de aullar. Apenas si
al#unas siluetas se apresuran por las calles. AEu7 5 all, el !iento produce
peEue2os torbellinos de pol!o en la pla=a !ac7a.
Ia escuc"ado 5a silencios coo Hste. Anunciaban, cada !e=, la
Eueadura de los tiepos por !enir.
A su pesar, Anaa5a piensa en las palabras del Mnico Se2or Iua5na
Capac? LLos e@tran>eros conocern la iseria en su triunGo...N 6abriel la
obser!a con aire preocupado.
TSencillaente, no esto5 acostubrada a estos !estidos Tdice con
una sonrisa di!ertida.
Iace enos de una seana, antes incluso de Eue entraran en Lia 5
a pesar de las protestas de 6abriel, BartoloH les "a obli#ado a ponerse
ropa espa2ola. LUIa#inas lo Eue ocurrir si Anaa5a entra en la ciudad
!estida coo una princesa incaV En enos de una "ora, todos los
se2ores estarn ante !uestras narices pre#untndole EuH !iene a "acer
aEu7. C los esbirros de don Srancisco no necesitarn s tiepo para
pre#untarle dnde est la estatua de oro... <estida a la espa2ola, con sus
cabellos ri=ados 5 sus o>os a=ules, nadie sospec"ar Eue es india. Ia5 5a
uc"as >!enes esti=as en Lia 5 tienen un "eroso aspecto. Ades,
lo iso ocurre conti#o. Te "an ol!idado. &rocura Eue eso dure...N
TEstas >odidas ropas T#ru2e 6abriel, desabroc"ndose el cuello de la
caisa a la Eue no est 5a acostubradoT. C al parecer tendreos Eue
lle!ar aFn por al#Fn tiepo este disGra=. A5er, las noticias no eran
buenas. BartoloH "a o7do decir Eue el barco del >ue= <aca de Castro "a
nauGra#ado antes incluso de lle#ar a Tubes.
TUPuiere eso decir Eue no !a a !enirV
TDe oento, eso no Euiere decir nada. Sal!o Eue esta ciudad e
parece s enGera aFn Eue BartoloH 5 Eue coien=o a laentar
uc"o "aber cedido a su peticin.
&or un instante, 6abriel escudri2a las casas alrededor de la pla=a.
TNo, e en#a2o Ta2ade lue#o, sacudiendo la cabe=aT? Qla ciudad no
est enGeraR Est petriDcada por el odio Eue ue!e a los partidarios de
&i=arro 5 a los del diGunto Ala#ro. No e #usta este silencioK no e
#usta esta pla=a !ac7a. No e #usta estar aEu7, 5 enos e #usta aFn
"aberte tra7do. C tapoco e #usta esa enGeredad Eue corroe a
BartoloH. &odr7a resultar conta#iosa para ti. Se dice Eue uc"os indios
ueren a causa de las Debres Eue nosotros traeos.
TNo corro nin#Fn peli#ro Tase#ura Anaa5aT. C si aceptara i
a5uda, sabr7a curar a tu ai#o.
TQBa"R BartoloH tiene la cabe=a s dura Eue unos bolos. Cada d7a
Eue pasa parece encontrarse peor, pero nunca aceptar para curarse
al#o distinto a sus oraciones. En !erdad, nunca le "ab7a !isto al iso
tiepo tan dHbil 5 tan apasionado por su Dios, ni siEuiera cuando lle#
"asta 7, "arapiento, al Titicaca. Si no tu!iera tanta Debre, 5o no e
Euedar7a aEu7.
200
TIa5 Eue "acer lo Eue "a5 Eue "acer Treplica tranEuilaente
Anaa5a.
TQSiepre "e dudado de Eue podaos "acer nada en absolutoR
&ero antes de Eue Anaa5a pueda responderle, una brusca rGa#a de
!iento le!anta su anc"o !estido espa2ol. Con un #rito de sorpresa, ella
!uel!e a ba>arlo. En la torpe=a de su #esto, su c"al resbala 5 arrastra la
toca.
Ana tierna 5 burlona risa brota de los labios de 6abriel. Deli.
cadaente, la a5uda a poner en orden su ata!7o. Lo cierto es Eue cada
una de las iradas Eue le diri#e "ace Eue se sienta turbado por su
belle=a. Su innata distincin se !e a#u=ada por el !estido de seda, de
anc"os plie#ues, Eue subra5a la Dnura de su talle, al i#ual Eue la caisa
de batista, Eue por deba>o de la c"abra de terciopelo re!ela la redonde=
de su pec"o.
TQPuH "erosa eresR Tsusurra cono!idoT. A !eces ten#o la
ipresin de Eue nada podr alcan=arte, de Eue tu belle=a te prote#e 5
tabiHn e prote#e a 7.
&ero cuando Euiere atraer a Anaa5a contra su pec"o, 6abriel
contiene el #esto. An "obre cru=a la pla=a con paso rpido. Es un
"obre alto, de reconocibles andares. Antes de entrar en la sobra de la
catedral, se !uel!e coo si teiera las iradas indiscretas. AunEue su
sobrero le oculte el rostro 5 una !ie>a capa descolorida cubra sus
"obros 5 disiule sus anos, 6abriel no duda de su identidad.
Toa de la ano a Anaa5a 5 la arrastra 5a "acia la escala de
adera.TQ<enR Te@claaT. &arece Eue teneos una !isita inesperada.
TQSebastin de la Cru=R
El anc"o sobrero se le!anta. Ba>o los o>os de Sebastin, las bolsas
son a5ores 5 las arru#as s nuerosas Eue en su Fltio encuentro.
Sin ebar#o, los o>os si#uen brillando en el lar#o rostro ne#ro. Con
calide=, las poderosas anos del anti#uo escla!o abren la capa 5 se
tienden "acia 6abriel.
TQCara>oR, de odo Eue es cierto. QEsts aEu7...R
Sin ebar#o, el abra=o es tan Guerte coo bre!e. La sonrisa de
bien!enida da paso en se#uida a un aspecto Guribundo.
TQ&or el culo del diabloR TGulina SebastinT. U&uedes decire EuH
!ienes a "acer en la boca del lobo, 5 acopa2ado, ades, por una...V
Se interrupe, con la irada atnita, reconociendo a Anaa5a.
TQCa#uen Dios, sois !osR Q&erdonade, princesaR QSo5 un idiotaR Tr7e
inclinndose con un #alante saludoT. QEste disGra= os "ace de !eras
irreconocibleR Os "ab7a toado por una de esas ca=adoras de oro Eue
llenan a"ora barcos enteros. QMe pre#untaba lo Eue nuestro 6abriel pod7a
estar "aciendo con una u>er as7R
TBartoloH desea Eue Anaa5a se entre!iste con el >ue= <aca de
Castro cuando estH aEu7... Te@plica 6abriel con una sonrisa.
T&ues bueno, QtendrHis Eue esperar uc"o tiepoR
TUPuH Euieres decirV
TPue el >ue= lle#ar cuando "iele en el inDerno...
T)stas son unas palabras u5 poco apropiadas en este recinto, don
Sebastin.
201
La !o= les "ace !ol!erse al iso tiepo Eue el LdonN arranca una
risita a Sebastin. Con la ano apo5ada en el arco de la peEue2a
puerta de la sacrist7a, BartoloH est plido, con la Grente brillante 5 los
o>os curiosaente dilatados. La cicatri= Eue le atra!iesa la e>illa
i=Euierda parece "ec"a con un "ierro al ro>o !i!o 5 e@tra2aente
"inc"ada. Sin ebar#o, cuando Anaa5a se acerca a Hl, le!anta la ano
para detenerla.
TEsto5 bien, "i>a 7a TprotestaT. Mi apariencia es en#a2osa. Todas
las a2anas es as7, pero despuHs de unas "oras, la Debre desciende. Slo
ten#o Eue ser paciente? lle#ar el d7a en Eue Dios Euiera Eue se ale>e por
las buenas.
TEstis diciHndolo desde Eue abandonaos las onta2as Tinsiste
Anaa5a con dul=uraT. Sin ebar#o, parece Eue !uestro Dios no os
escuc"a. Ten#o aEu7 unas "ierbas Eue podr7an curaros en pocos d7as 5...
TQC"sssR Tla interrupe BartoloH, toando delicadaente la ano
de Anaa5a para lle!rsela a los labios ante la sorpresa de 6abriel 5 de
SebastinT. QC"sssR, no si#as "ablando, Coya Camaquen... SH de lo Eue
eres capa=K te "e !isto actuar. &ero ests aEu7, en una casa donde e>or
es ol!idar estas cosas.
Se persi#na con una risita Eue arranca un acceso de tos. Cuando
recupera el aliento, a#ita su ano "acia Sebastin.
TQOl!idHosloR Don Sebastin parece tener al#o s ur#ente Eue
counicarnos... UPuH sabes de la lle#ada del >ue= <aca de CastroV
TQPue no !iene porEue "a uerto a"o#adoR
TQ&or la san#re de CristoR UEs eso ciertoV
T<erdad o entira, UEuiHn sabeV Durante tres "oras, la noc"e pasada,
don 4uan Ierrada nos ase#ur Eue el nauGra#io del >ue= <aca de Castro no
"ab7a sido un a=ar arino. A su entender, ni las olas ni las corrientes
tu!ieron nada Eue !er. Se#Fn Hl, lo "undi un barco del #obernador.
TUTiene pruebasV Tpre#unta 6abriel.
La pre#unta "ace sonre7r a Sebastin al iso tiepo Eue se enco#e
de "obros.
TNo estaos en condiciones de necesitar pruebas, 6abriel. Ades,
otro ruor circula por la ciudad? Eue el barco del >ue= Gue a!eriado en
&ana para Eue nunca lle#ue al &erF. Esta a2ana, todos estn
con!encidos de Eue el >ue= "a uerto 5 Eue, por consi#uiente, la tiran7a
de los &i=arro no terinar ientras el #obernador si#a !i!o.
TDe este odo Taprueba BartoloH, "aciendo resbalar por su
cicatri= un descarnado dedoT, don 4uan ati=a las brasas ba>o la ceni=a,
sabiendo u5 bien adonde !an a lle!ar las llaas de su Gue#o.
TUPuieres decir Eue Ierrada 5 su pandilla piensan asesinar a don
SranciscoV Tpre#unta, e@altado, 6abriel.
TA estas "oras, no es 5a Eue piense, es Eue lo "an decidido.
TSH prudente, Sebastin Turura BartoloH, abriendo la puerta a
sus espaldasT. Tu !o= se escuc"a u5 le>os 5, en esta i#lesia inconclusa,
los uros no detienen las palabras. <a5aos a i celda.
TU&uedes decire EuH ests "aciendo aEu7V Tpre#unta 6abriel
ientras atra!iesan la sacrist7a 5 se diri#en "acia el peEue2o
apartaento de BartoloH.
202
TQO"R Tc"irr7a SebastinT, "a#o el ibHcil, al i#ual Eue tF. Iace tres
eses pensH Eue estaba "arto de este pa7s 5, sobre todo, de sus
"abitantes...
Sebastin ro=a el "obro de Anaa5a, Eue caina entre abos.
TMe reDero a los "abitantes espa2oles Tprecisa con una sonrisa
irnicaT, a aEuellos cu5a piel es u5 blanca a pesar del sol de las
onta2as. Sean del clan del #obernador o estHn con el "i>o de Ala#ro,
no e #usta lo Eue estn "aciendo con este &erF. &or uc"o Eue sea
a"ora un ne#ro libre 5 rico, is o>os si#uen !iendo. C lo Eue e uestran
son na!ios enteros de escla!os desebarcados aEu7 para !enderlos s
baratos Eue un cerdo o una ula. Con la idea de !ol!er a instalare en
&ana, !end7, pues, i casa en Cu=co. A buen precio, debo decirlo? u.
c"o 5 brillante oro. C eso e "a ser!ido para coprar un "eroso barco 5
aontonar is tesoros...
TU&anaV Tse sorprende Anaa5aT. UDnde estV
TIacia el norte, princesa. Es el pa7s Eue e !io nacer 5 donde
supios Eue el !uestro e@ist7a. &ero eso depender del !iento 5 del
"uor. UPuiHn sabeV Tal !e= &ana resulte tan in!i!ible coo Lia, 5
ten#a Eue descubrir, 5o tabiHn, al#Fn pa7s.
La risa de Sebastin rec"ina un poco, 5 la eocin "ace brillar su
irada s de lo Eue Euisiera.
TU&or EuH no te "as arc"ado aFnV Tpre#unta 6abriel.
TQA", Hsa es otra "istoriaR Mi carabela est anclada a tres cables del
puerto. Slo Eue, desde "ace oc"o seanas, don Srancisco se nie#a a
Eue los barcos de la #ente de Ala#ro se "a#an a la ar. Tee Eue
na!e#uen al encuentro del >ue= <aca de Castro. C 5o, por uc"o Eue e
"a5a distanciado de don 4uan Ierrada 5 del "i>o de Ala#ro, serH
siepre, para los &i=arro, Lel ne#ro del TuertoN... &or lo Eue a los
ala#ristas se reDere, no pierden la ocasin de deostrare Eue les
pertene=co.
TUPuH Euieres decirV
La Fnica respuesta de Sebastin es un suspiro Eue parte el ala. Si#ue
con los o>os a Anaa5a, Eue desaparece por una porte=uela lateral entre
siseos de tela.TCasi podr7a laentarse Eue no !ista siepre as7 T
urura con una sonrisa diri#ida a 6abrielT. La oda de Espa2a le
sienta coo un #uante.
TSebastin Tinter!iene con rude=a BartoloH, epu>ndolo "acia su
peEue2a "abitacin de estudioT, "enos aEu7 al abri#o de o7dos
indiscretos. QCa "ablareos de oda s tardeR UEsts se#uro de Eue
Euieren atar a don SranciscoV
TDon 4uan Ierrada no es el Fnico Eue caldea los nios. Las aras
estn listas desde "ace dos d7asK incluso "an ele#ido el instante.
TUCundo 5 dnde serV
TDentro de un rato, cuando el #obernador cruce la pla=a para !enir
"asta aEu7.
TUAntes de la isaV
TIerrada desea Eue el #obernador, a pesar de sus de!ociones, ocupe
lo antes posible su lu#ar en el inDerno. Opina Eue no debe drsele la
oportunidad de arrepentirse durante la isa.
BartoloH sacude la cabe=a en un suspiro Eue parece !aciarlo de sus
Fltias Guer=as. Con un sordo laento, se de>a caer en una alta silla.
203
TUPuH puedo "acer 5oV Turura cerrando los prpadosT. Don
Srancisco sabe Eue al#o ten#o Eue !er con la lle#ada del >ue=. QMe
reproc"a incluso Eue "a5an encarcelado a su "erano IernandoR &or
uc"o Eue le a!isara de la conspiracin, nunca e escuc"ar7a. Mu5 al
contrario, sospec"ar7a al#una trapa.
T&erdonade, Gra5 BartoloH. Ia5 al#uien Eue puede a!isar al
#obernador 5 Eue estar7a, incluso, u5 interesado en "acerlo.
Casi al iso tiepo, los o>os de Sebastin 5 de BartoloH se !uel!en
"acia 6abriel.
TNo Tprotesta con Guror 6abriel, poniendo las anos en su pec"o.
T6abriel...
TQNo, BartoloHR Esas Euerellas entre asesinos no e conciernen 5a.
Est 5a u5 le>os el tiepo en Eue le encontraba e@cusas a don
Srancisco. Lo Eue "a ocurrido en estos Fltios eses 5 la "orrible uerte
de Curi Ocllo no pueden "acer Eue cabie i decisin.
Con su ano derec"a, Sebastin a#arra la abierta caisa de 6abriel.T
U&or EuH crees Eue esto5 aEu7, 6abrielV Tu nobre Gue pronunciado
anoc"e en la casa de Ala#ro. Ierrada 5 los des "an sabido Eue ests
aEu7, en esta i#lesia. Al#uien "a debido de reconocerte. UC sabes a EuH
conclusin "an lle#adoV
6abriel, con el rostro sobr7o, no responde, 5 Sebastin le suelta 5
artillea sus Grases #olpeando con el 7ndice el pec"o de su ai#o.
TPue don Srancisco, sintiHndose en peli#ro, te "a llaado en su
a5uda. A ti, al Del ai#o de los prieros tiepos de la conEuista. QAEuel
a Euien por tanto tiepo lla su L"i>oNR 6abriel de MontelFcar 5 Slores,
el Santia#o del sitio de Cu=co. UI#noras "asta EuH punto les das
can#ueloV
TQEstn todos locosR
TNo. Estn colHricos 5 tienen iedo. <en aena=as 5 asec"an=as
"asta en el !uelo de una osca. C no siepre sin ra=n.
TSabe lo Eue dice, 6abriel...
TClaro Eue sH lo Eue di#o, Gra5 BartoloH. C lo Eue !a a ocurrir, ai#o
6abriel, si no ue!es el culo para poner en #uardia al #obernador, es Eue
te atarn con HlK sal!o si coien=an conti#o, para a5or se#uridad.
El c"irrido de un #o=ne 5 un ruor de tela los sobresaltan. Lle!ando un
bol de l7Euido caliente 5 de un e@tra2o color pardo, Anaa5a !uel!e a la
estancia 5 se diri#e "acia el on>e.
TTenHis Eue beber esto Tdice tendiHndole el breba>e con una #ran
sonrisaT. <uestro Dios no podr reproc"roslo. Nada "a5 aEu7 dentro Eue
Hl no crea "aberlo creado personalente...
T<eo coplacido Eue las prieras lecciones cristianas no te son
a>enas...
An alicioso rictus tira de los secos labios de BartoloH. Su ano se
dispone a rec"a=ar el bol de adera, pero, enco#iHndose de "obros, lo
toa.
T&uesto Eue te iporta tanto Turura.
Mientras coien=a a beber, Anaa5a se !uel!e "acia 6abriel.
TSebastin tiene ra=n. Debes ir a a!isar al #obernador.
TAnaa5a Tprotesta 6abrielT, te lo "e dic"o "ace un rato? lo Fnico
inteli#ente Eue podeos "acer es salir de Lia inediataente.
204
TNo. Todo lo epe=ado debe concluirse priero. Lue#o podreos
re#resar a las onta2as.
6abriel tiene aFn el rostro eno>ado, 5 Sebastin se inclina "acia Hl.TTe
suplico Eue lo "a#as, ai#o 7o Tle dice con !o= #ra!e 5 ba>a.
6abriel da un respin#o ante la solenidad del tono.
TTe "e dic"o Eue e presionaban, Eue e acosaban Tprosi#ue
SebastinT. Ierrada e "a "ec"o coprender Eue pod7a despedire de
i barco si, dentro de un rato, no estaba a su lado epu2ando la
espada...
TDe acuerdo Tdice solaente 6abrielT, irH.
Se reEuiere uc"a insistencia para Eue la puerta del palacio del
#obernador se abra ante 6abriel. Slo tras "aber pronunciado su nobre
copleto TLSo5 6abriel MontelFcar 5 SloresNT, se#uido de una nue!a
espera, el pesado batiente cla!eteado #ira. Sobre unas libreas de un ro>o
san#re, dos rostros de peEue2os capesinos le e@ainan circunspectos,
antes de cederle el paso.
TSe2or, el arEuHs os a#uarda en el >ard7n Tanuncia el pa>e s
>o!en.
Cuando penetra en el patio, 6abriel descubre en la #aler7a una docena
de rostros Eue le e@ainan. Oeconoce a al#unos, !ie>os copa2eros de
Ca>aarca o cortesanos, s recientes, entre!istos en Cu=co. Coo
ellos, tapoco se lle!a la ano al sobrero para saludar. Los tacones de
sus botas c"asEuean sobre los #ui>arros redondos Eue enlosan el patio.
Entra en un corredor si#uiendo al pa>e. En cuanto se abre la puerta ba>a
del >ard7n, le !e.
Tal !e= sus "obros se "a5an encor!ado al#o s, pero la alta silueta
si#ue er#uida ba>o el lar#o !estido de pa2o ne#ro Eue cae "asta los
tobillos. An cinto con cla!os de oro, del Eue cuel#a la Gunda de plata de
un pu2al, le ci2e el talle. Su sobrero de Deltro es de un blanco tan
inaculado coo el de los botines de cuero de #au=a. <ol!iendo la
espalda a 6abriel, tiene en la ano una re#adera de cobre 5, con
delicade=a, "ace caer un "ilillo de a#ua al pie de una >o!en "i#uera. La
edad "a dibu>ado #randes anc"as pardas en sus anos, apenas
deGoradas por el reuatiso. La !o=, en cabio, si#ue idHntica, al#o
ronca pero con una pi=ca de ternura.
TIe aEu7 la priera "i#uera plantada en este pa7s Tdeclara, sin
!ol!erse, ni saludar siEuieraT. Cada d7a !en#o a darle de beber 5 le di#o
unas palabras... USabHis Eue a las plantas les #usta Eue "ablen con ellas
ientras crecenV
TDon Srancisco Tresponde con seEuedadT, la #ente de Ala#ro "an
decidido ataros dentro de un rato, cuando entrHis en la catedral.
Srancisco &i=arro ni siEuiera se estreeceK ni siEuiera sus "obros ni
sus anos indican Eue "a o7do las palabras de 6abriel. El iso "ilillo de
a#ua clara cae, re#ular, al pie de la "i#uera, Gorando un surco en la
blanda tierra.
T6obernador, U"abHis escuc"ado lo Eue acabo de decirV Tpre#unta
6abriel con !o= endurecidaT. Durante toda la noc"e, don 4uan Ierrada
"a caldeado a sus tropas. Tienen la espada en la ano.
205
El "ilillo de a#ua de>a de anar. Se o5e un ruido de persiana a un lado
del >ard7n. 6abriel adi!ina los rostros Eue se apretu>an 5 estudian cada
uno de sus o!iientos.
&ero don Srancisco se !uel!e por Dn 5 cla!a en Hl unos o>os deste2idos,
de pupilas tan Dnas coo la punta de un estilete 5 en las Eue tantas
!eces 6abriel busc, en !ano, el Gul#or de la !erdad. AunEue
cuidadosaente recortada, la barba blanca 5a no oculta las arru#as.
Cuando la boca se abre en una sonrisa, uestra slo tres uelas
cariadas en unas enc7as tan rosadas coo las de un bebH.
TA"ora Tdice con sua!idadT, 5a no e llaan #obernador, sino s
bien arEuHs.
TQDios 7o, don SranciscoR, de>ad 5a esos arruacos. QDoscientos
"obres "an decidido atarosR
TQTonter7asR
TQSabHis u5 bien Eue noR La itad de los espa2oles de este pa7s os
odia 5 ru#e de clera contra !os.
TQNo tienen ra=n al#una para encoleri=arseR Slo es aldad 5
traicin.
TQTienen u5 buenas ra=ones, don SranciscoR Tse eno>a 6abriel,
le!antando el tonoT. QC no lo i#norisR
TU&or EuHV UAcaso no so5 bueno coo un padre con todo el undoV
USabes lo Eue "a#o cuando !eo a al#uien en la indi#enciaV QLe in!ito a
>u#ar a los bolosR
TDon Srancisco...
TQEscuc"ade, don 6abrielR Le in!ito a >u#ar a los bolos. Ana partida
a die= pesos. Ms a !eces. El doble si es posible. De !e= en cuando, si el
"obre tiene nobre, una oneda de oro. C pierdo... Tardo al#Fn tiepo,
porEue e #usta >u#ar, pero pierdo. Ca !es? as7 el pobre no es 5a pobre, 5
5o "e respetado su "onor no dndole una liosna. Iablan al de 7 5
nunca Euieren de>are en pa=. Nada e preocupa, sal!o el bien de
todos, 5 sin ebar#o, "acen correr entiras, deGoran is palabras, Qe
traicionanR
TAceptad Eue los barcos de la #ente de Ala#ro =arpen 5 os de>arn
en pa=.
TU&or EuH ra=n "abHis !enido a decire esas cosas, "i>oV C !estido
coo el buen espa2ol Eue sois...
TNo esto5 en Lia por !os, #obernador. Ie !enido a encontrare con
el >ue= de la corona.
TUA"V
T&ero, al parecer, !os lo "abHis a"o#ado.
TQEs GalsoR Salso de nue!o... Le oGrec7 lle#ar "asta aEu7 en uno de is
#aleones 5 preDri un al barco. &ero !endr. No se "a a"o#ado en
absoluto. UPuH EuerHis decirleV
TPue es 5a "ora de oGrecer a los indios de este pa7s el respeto Eue se
debe a los seres "uanos. Le dirH Eue son "obres coo nosotros 5 Eue
el papa coparte esta opinin.
TUConocHis la opinin del papaV
TUC la !uestraV Le dirH co !os 5 !uestros "eranos "abHis "ec"o
suGrir a centenares, iles de inocentes.
TUC !os, noV
206
TS7, 5o tabiHn, si#uiendo estFpidaente !uestra !oluntad,
ce#ndoe "asta Eue los #ritos 5 los "orrores Eue produc7aos en todas
partes e abrieron de una !e= los o>os.
TEn ese caso, ai#o 7o, tendrHis Eue decirle co tu!ios, !os 5
5o, Eue cobatir contra esos sal!a>es para "acer de este pa7s una tierra
cristiana. Le dirHis co la Sant7sia <ir#en del Ni2o 5 la Oosa apart il
!eces de nosotros los peli#ros, 5 Eue sin su !oluntad, nada podr7a
"aberse reali=ado. Le dirHis co Guios, en Ca>aarca, el instruento
del Dios onipotente.
TNo, don Srancisco.
TQEntonces, entirHis coo los desR <os, a Euien Dios distin#ui
s Eue a cualEuier otro? Uol!idis co os prote#i durante el sitio de
Cu=coV
TI#noro EuiHn e prote#i.
TQOene#is de nosotrosR T!ociGera de pronto &i=arro, a#itando la
re#aderaT. QOs atre!His a rene#ar de Dios 5 de 7R De 7, Eue os tra>e
"asta aEu7K de 7, Eue os di un nobre cuando slo erais un pio>o en la
superDcie del undo.
TEstis "ablando de una "istoria Eue no e corresponde contar, don
Srancisco? estos se2ores Eue nos escuc"an, asondose all7, a !uestras
!entanas, 5 Eue os abre!an de cuplidos d7a tras d7a, se encar#arn u5
bien de "acerlo. Co ser7a incapa= de escribir esta cancin? e Euedan en
los o>os 5 el cora=n deasiados alos recuerdos Eue !os nunca "abHis
Euerido borrar, deasiados dolores Eue nunca "abHis apaci#uado,
Qcuando no los "abHis causado !os isoR
TUTabiHn !os estis encoleri=ado contra 7, "i>oV
TEsta palabra no si#niDca 5a nada entre nosotros, se2or arEuHs. &or
a2adidura, es 5a inFtil. Iace 5a uc"o tiepo Eue e acostubrH a no
tener padre.
TC sin ebar#o, os preocupis por 7. No EuerHis Eue ueraK estis
dispuesto a desen!ainar la espada para deGendere.
TCo no "e dic"o eso. No e batirH por !os. Slo "e !enido a a!isaros
porEue !uestra uerte producir7a, sin duda, la 7a, 5 ten#o deasiadas
cosas Eue "acer antes de abandonar este undo.
TQCarabaR UPuH es eso tan iportante Eue debHis "acerV
El acerbo tono, la iron7a de don Srancisco, sorprende a 6abriel 5, de
pronto, le de!uel!e la cala. Sonr7e 5 se aparta un paso.
TEn !erdad, se2or arEuHs, teo Eue e sea iposible e@plicroslo.
Eso nos toar7a, a !os 5 a 7, tanto tiepo coo !i!ir una nue!a !ida.
El rostro de don Srancisco se cierra coo la puerta de una antiEu7sia
5 solitaria ansin. Sus arru#as se "acen s proGundas, 5 sus o>os 5a
slo e@presan un le>ano desdHn.
TIarH Eue di#an la isa aEu7, en i alcoba Tanuncia con !o= neutra
T. <ereos si Ierrada 5 sus pordioseros se atre!en a !enir a buscare.
C !os, ientras 5o re=o, podHis beber un poco del =uo de is naran>as.
Son las prieras Eue "e cosec"ado en este pa7s.
TNo ten#o sed, don Srancisco.
El arEuHs acerca su ano al "obro de 6abriel, en un #esto Eue tan
a enudo repiti 5 con el Eue le e@presaba una Gora de aistad
acopa2ada por una e@i#encia de suisin. &ero al#o nue!o, tranEuilo 5
decidido en los o>os de 6abriel interrupe el o!iiento.
207
&eranece as7, con la ano suspendida 5 la ne#ra irada escrutando,
desesperadaente, la de su Euerido "i>o. Ano a uno, los dedos se cierran.
TSea coo Eueris Tasculla, por Dn, con !o= sorda.Su ipotencia
conue!e a 6abriel s Eue todas las palabras Eue la "an precedido.
TTened cuidado 5 no uris...
El rastro de la debilidad 5 la duda Eue parecen abruar al arEuHs se
des!anecen.
TQAn "obre coo 5o no uereR Te@claa, soberbio, con el cuerpo
er#uido 5 la !o= Dre.
LQ<i!a el re5R Q<i!a el re5R QMuera el tiranoRN &riero, son slo unos
treinta los Eue salen de una calle>a 5 a!an=an por la pla=a ante la
catedral. Desde lo alto del andaio adonde "a lle!ado a BartoloH, a
Anaa5a le cuesta distin#uir los ras#os, pero su e@citacin, en cabio,
"ace !ibrar el aire cada !e= s "Fedo de Lia.
Ana !e= s aullan? LQ<i!a el re5R Q<i!a el re5R QMuera el tiranoRN Con
Grenes7, a#itan toda suerte de aras, ballestas 5 partesanas, espadas 5
>abalinas e, incluso, dos arcabuces.
TEstn locos Turura BartoloH, apretando, casi in!o.
luntariaente, el bra=o de Anaa5aT. UPuieren librar una batalla
capalV
Intentando descubrir la silueta #i#antesca de Sebastin, Anaa5a no
responde en se#uida. &ero antes de Eue lo consi#a, un inenso claor
"ace !ibrar incluso las tablas del andaio. De las calle>as, !ac7as
oentos antes, de las casas sin !ida Eue rodean la pla=a, sur#en dos o
tres centenares de "obres, la a5or7a a caballo, con cora=a 5 cota de
alla en el pec"o, con la boca llena de aullidos.
TQ4esFs 7oR Te@claa BartoloH, l7!ido 5 con la Grente llena de
sudor.
TUTanto iedo tienen del #obernador Tpre#unta Anaa5aT Eue
deben ser tan nuerosos para atarloV
TSin duda, tienen iedo de don Srancisco, pero s teen aFn a
6abriel 5 sus sortile#ios de Santia#o de Cu=co.
Anaa5a no puede contener un #esto de burla, Eue sorprende a
BartoloH.
TUTe "ace sonre7r esto, Coya Camaquen? Turura con al "uor
T. QMu5 tranEuila e parecesR
An nue!o claor si#ue al disparo de un arcabu= 5 le corta la palabra.
BartoloH casi debe #ritar para "acerse o7r.
TQM7ralosR Dentro de una "ora, tal coo !an las cosas, &i=arro "abr
uerto, 5 tal !e= tabiHn 6abriel. U)sa es toda la inEuietud Eue sientesV
TTranEuili=aos, ai#o BartoloH. 6abriel no !a a orir.
TUCo puedes estar tan se#uraV
La clera "a !i#ori=ado el rostro de BartoloH. &ero cuando su irada
encuentra los o>os de Anaa5a, sabe, a la !e=, Eue tiene ra=n 5 Eue Hl
nunca podr coprender de dnde procede ese saber 5 esa certe=a.
Coo si Guera un #esto de desesperacin, cierra los prpados 5 se
persi#na con Ger!or ientras, en la pla=a, la oleada de la rebelin se
arro>a, de pronto, contra la casa de don Srancisco &i=arro.
208
TQA las arasR QA las arasR Q<an a Gor=ar la puerta para atar al
se2or arEuHsR
El #rito del pa>e resuena en el enore ediDcio 5 siebra el pnico en
el patio. Desde lo alto de la #aler7a, 6abriel !e co los cortesanos se
epu>an unos a otros, s intentando "uir Eue desen!ainando la espada.
En el iso instante, un GHrreo pu2o le a#arra del bra=o 5 tira de Hl "acia
atrs. Cuando se !uel!e, el rostro de don Srancisco est tan cerca del
su5o Eue podr7a contar las Dnas arru#as Eue nacen de sus o>os 5 se
"unden en su barba.
TSe#uide a i "abitacin. Q&odHis, al enos, a5udare a ponere
la cora=aR Q<erHis co, dentro de poco, no sereos una ultitudR
De "ec"o, son tres o cuatro los Eue se encuentran con don Srancisco
en la recara Eue Gora la esEuina del ediDcio 5 tiene la !enta>a de
tener slo una salida.
TManteneos ante la puerta Tordena &i=arro a dos se2ores Eue tienen
5a la da#a en una ano 5 la espada en la otra.
Puitndose el lar#o anto de pa2o, se diri#e al pa>e, Eue no se "a
separado de Hl.
TTF, i buen Die#o, ira bien lo Eue ocurre 5 cuHntaelo.
Cuando abre el coGre Eue contiene la !ie>a cora=a en!uelta en una tela
de al#odn, su irada se cla!a en la de 6abriel 5, Gu#a=ente, parece
Eue sonr7e.
TSe2or, se2or T#rita el pa>eT. QCa estR QIan roto la puerta 5 a"ora
estn en el prier patioR
TUCuntosVTDie=... No, catorce. Puince tal !e=. Se a#itan 5 no puedo
contarlos.
TQCobardesR UO7s, 6abrielV Son doscientos Guera, en la pla=a, pero slo
Euince se atre!en a entrar. QLos co>ones no les lle#an a los tobillosR
TQSe2orR El teniente <el=Eue= 5 el secretario Salcedo "an tenido
iedo 5 "an saltado al >ard7n por la !entana...
TQA"R QDos s Eue tienen alas en la entrepiernaR
El ru#ido de don Srancisco es casi una risa.
TEn nobre del cielo, 6abriel, soltad esas correas ientras e pon#o
la cota. Q<ern lo Eue cuesta asesinareR
TSe2or, don 4uan Ierrada 5 los su5os estn en la escalera del
se#undo patio. Cobaten 5... QO", se2or, Iurtado 5 Lo=ano estn "eridosR
TTodo !a u5 de prisa. QCerrad las puertas de la #aler7a 5 poned tres
"obres ante cada una de ellasR
TSe2or, no es posible. Muc"os de los nuestros se "an ocultado ba>o
las caas 5 los aparadores.
TQEsos cal=as ca#adasR Pue de!oren el pol!o 5 su bilis... Q6abriel,
peEue2o, apretadR QApretad bienR
6abriel tira de las correas de cuero Eue unen el peto 5 el espaldar de
la cora=a. Con un creciente asco 5, al iso tiepo, una cala Eue le
sorprende a s7 iso, le parece encerrar al !ociGerante anciano en su
propia tuba de acero ientras los claores de los cobates resuenan
cada !e= s cerca.
TQO", se2or, "an atado al se2or de C"!e=R QLe cla!an cuc"illos en
la #ar#antaR QSe2orR QMatan, atanR
TQ&errosR QEn la #ar#anta 5 die= contra unoR QLos u5 !illanosR QPuH
!er#Wen=aR
209
Los #ritos 5 los insultos crecen 5, de pronto, el batiente de la puerta se
abre rebotando contra la pared. Sin una palabra, con la #ar#anta abierta,
el Del pa>e cae "acia atrs para no le!antarse s. &or unos se#undos,
todos se Euedan in!iles, >adeando 5 con los o>os desorbitados.
Entonces, el #rito de LQMuerte al tiranoRN #olpea el pec"o de acero del
#obernador.
&or reJe>o, 6abriel "a saltado "acia un lado, con la espada desnuda,
aunEue se "a5a proetido no desen!ainarla. &ero la "abitacin es presa
del torbellino del caos. El tintinear de las aras, los #ritos, el rec"inar de
dientes 5 la "edionde= de los alientos Guriosos se !uel!en locura. Apenas
si se D>an en Hl ientras don Srancisco se deDende coo un deonio
"ec"o "obre. Balanceando una partesana con la ano i=Euierda
ientras en la diestra su espada !uela, para 5 corta, no tiene 5a edad ni
debilidad al#una. Su propia barba parece "ec"a de etal cortante. Sus
#ru2idos 5 su Guror rec"a=an a los con>urados, cu5os cuerpos se debilitan.
TQPue uera el tiranoR T#rita, entonces, don 4uan Ierrada, u5
plido, lan=ando a sus "obres "acia adelante.
TQTraidoresR QBuGonesR QMierda del diabloR Treplica don Srancisco.
C lue#o, de pronto, otros con>urados entran en la "abitacin, 5 6abriel
descubre la alta silueta de Sebastin, torpe 5 r7#ida en la conGusin de la
batalla.
TQSebastinR No te Euedes aEu7 T#ritaT. QDe>a Eue cobataR
Con un pesado olinete, Sebastin rec"a=a la partesana de &i=arro,
pero su bra=o recibe el #olpe propinado por uno de los Fltios deGensores
del #obernador. Con una ueca de dolor 5 la san#re brotando 5a de su
an#a, se !uel!e "acia 6abriel, Eue se acerca. Sin ebar#o, antes de
Eue pueda reunirse con Hl, coo si "ubiera adi!inado su intencin, las
dos anos de don 4uan Ierrada epu>an la espalda de Sebastin 5 lo
arro>an sobre la ort7Gera espada de don Srancisco.
TQSebastinR
La "o>a de 6abriel silba para apartar la de don Srancisco. &ero la
u2eca del #obernador se "a lan=ado con todas sus Guer=as. El acero Eue
tantas !eces "a cortado 5 cobatido encuentra su caino ba>o la cota de
alla de Sebastin. &enetra con tanta Gacilidad Eue don Srancisco est a
punto de caer sobre su pec"o cuando el #i#ante ne#ro #ie sordaente.
C todo sucede al iso tiepo. Mientras Sebastin se derruba
arrastrando la espada de don Srancisco, la sorpresa ino!ili=a, por unos
se#undos, al #obernador. En un coFn aullido, die= pu2os arados con
da#as caen sobre Hl.
TQMataR QMataR QMataR QMuerte al tiranoR
A#arrndolo de los "obros, 6abriel consi#ue, a duras penas, tirar de
Sebastin "acia atrs. Mientras arranca la "o>a de sus entra2as, slo a
dos pasos, don Srancisco &i=arro cae al suelo, con la desdentada boca
abierta en un lar#o #rito silencioso. C slo un soplo, e=clado con san#re,
brota de sus labios.
TQConGesinR Q&or piedad, conGesinR Q&or piedad, Eue pueda besar
una !e= s la ia#en de la Sant7sia <ir#en de la OosaR
6abriel percibe ba>o sus anos los estertores de a#on7a de Sebastin.
TQA#uantaR Tsuplica copriiendo con la ano la abierta "erida 5
ad!irtiendo, con indiGerencia, Eue la "o>a de la espada "a resbalado por
210
su pala produciendo un anc"o corteT. No te de>es orir, Sebastin.
Anaa5a te curar.
TDH>alo, 6abriel. As7 est bien.
Las anos de Sebastin se posan en las de su ai#o. Sonr7e cuando
su irada !acila "asta el Euebrado rostro del #obernador. Con una Fltia
Gerocidad, respondiendo a la sFplica de don Srancisco, uno de los
asesinos aplasta en Hl un >arrn, des#arrando a la !e= la boca 5 sus
ple#arias.
TEst 5a uerto Tsusurra SebastinT. C 5o u5 pronto de>arH de ser
un escla!o.
TA#uarda, a#uarda...
Las palabras se precipitan en la boca de 6abriel al iso tiepo Eue
siente una e=cla de sudor 5 l#rias corriendo por su rostro.
TPuiero pedirte aFn al#o, Sebastin.
TCono=co a !uesa erced... Puieres #anar tiepo...
TQTe proeto Eue te necesitoR
TSiepre "as tendido a lloriEuear en el oento de la despedida,
6abriel. Calla 5 apriHtae la ano.
C ientras los o>os de su ai#o se cierran, ientras el na!io se lo lle!a
"acia su libertad postrera, 6abriel no suelta su ano.
La brua tena= 5 "Feda Eue lle#a del ocHano cubre la costa 5 las
rocas ocres Eue dibu>an sus eandros. Luc"a tabiHn contra el duro sol
Eue calcina la inensidad del desierto, al norte de Lia.
Ian bastado tres "oras, a loos de ula 5 de caballo, para !er
desaparecer la opulencia !erde de la ciudad 5 la locura Eue se "a
apoderado de ella tras la uerte de don Srancisco &i=arro. Los aullidos de
odio se "an con!ertido en una deente =arabanda de !en#an=as Eue
Euieren saciarse. El cuerpo destro=ado del !ie>o #obernador "a sido
paseado por la pla=a a5or coo un trapo en el Eue secar los !ie>os
rencores 5 los iedos de unos e@cesi!os a2os sal!a>es.
Mientras el pilla>e de las casas de los &i=arro desencadenaba las risas,
BartoloH "a acuciado a 6abriel para Eue "u5era de la ciudad antes de
Eue don 4uan Ierrada pensara en Hl.TQPuiero enterrar priero a
SebastinR T"a protestado 6abriel, con los o>os enro>ecidos.
TIposible, no te darn tiepo. Eres el Fnico Eue les da iedo aFn.
No creas Eue !an a ol!idarte as7 coo as7.
Anaa5a "a propuesto abandonar la ciudad lle!ndose el cad!er del
anti#uo escla!o ne#ro.
TUC por EuH noV T"a ururado BartoloH, enco#iHndose de
"obrosT. Consa#rarH un peda=o de tierra 5 no estar all7 enos en pa=
Eue aEu7.
C a"ora estn a"7, ante una tuba e@ca!ada entre dos roEuedales,
see>antes a los aco#edores bra=os de un #i#ante. Ana cru= "ec"a con
dos Gra#entos de adera arrastrados por el ar, tan alta coo un
"obre, alar#a su sobra sobre el sudario de tierra pol!orienta.
Arrodillado, BartoloH urura una ple#aria Eue no sale de los labios de
6abriel.
Con la ano !lida estrec"ando Guerteente la de Anaa5a, Eue se
aprieta contra Hl, de>a Eue los recuerdos le in!adan coo una bandada
de p>aros oscuros. Est la priera sonrisa, en Se!illa, en la posada La
4arra Libre, 5 las prieras palabras de aistad? LIeos descubierto un
211
nue!o pa7s.N C est Sebastin repitiendo? LNo ol!ides nunca, ai#o, Eue
so5 ne#ro 5 escla!o. AunEue Dn>an lo contrario, nunca serH nada s.N C
est Sebastin apretando el #arrote Eue ata a Ata"uallpa. Sebastin
Eue sal!a, prote#e, se burla, Eue nunca de>a de ser Del. QIasta el Flti o
oentoR
TAEu7 estar bien Tdice en !o= ba>a BartoloH, le!antndose 5
irando a Anaa5a coo si no se atre!iera a encontrar la irada de
6abrielT. Es otra de tus buenas ideas, princesa.
TEs cierto Taprueba 6abriel con un rictus de aar#uraT. An "obre
Eue !i!i siepre coo la sobra de los des, a"ora est
deDniti!aente aparte. A estas "oras, Ierrada 5 los su5os deben de
"aberse apoderado 5a de su barco. Dentro de unos d7as se "abr borrado
tanto de su eoria Eue, para ellos, ser coo si nunca "ubiera !i!ido...
La clera "ace teblar sus labios. BartoloH cla!a en Hl sus o>os
#rises.
TNunca ol!idarH Eue 5o lo bauticH Turura.
TUBauti=adoV Tse sorprende 6abrielT. USebastinV
TEso es. &oco antes de Eue 5o abandonara Cu=co, Hl e lo pidi...
TranEuil7=ate, no "ur#uH deasiado en su Ge. Di#aos Eue Euer7a estar...
tranEuilo.
BartoloH cierra su ano de pe#ados dedos en torno a las de 6abriel
5 Anaa5a, unidas.
T&ero no le bauticH con s aor Eue aEuel con el Eue os casH.
6abriel da un respin#o.
TNo recuerdo esa cereonia, Gra5 BartoloH.
TNo te preocupes, ai#o 7o. UAcaso no Gui 5o el priero Eue te
alentH a ir "acia ellaV UC no Gui 5o Euien Gue a buscaros, en plena sel!a, a
Anaa5a 5 a ti...V AEuel d7a os casH en i cora=n 5 creo "aber
copartido los ritos con i ai#o Xatari. Las palabras, a !eces, nos "an
separado, 6abriel, pero no Euiero separare de !osotros sin "aberos
dado i aistad 5 un aor di!ino tanto coo "uano, coo tF Euieras.
ULo aceptasV ULo aceptisV
T6racias Tdice sipleente Anaa5a ientras 6abriel inclina con
#ra!edad la cabe=a.
TNo, Coya Camaquen. Co os do5 #racias a !osotros. QMuc"o s de lo
Eue ia#inisR Sin !osotros, sH Eue la !er#Wen=a 5 el dolor de todos
ser7an "o5 s #randes aFn. Nunca os ol!idarH. C cuando "able con el
>ue= <aca de Castro, cuando !a5a a Toledo para deGender !uestra causa 5
la del &erF, tendrH constanteente tu rostro ante is o>os.
Durante unos instantes, unidos por la isa eocin tanto coo por
sus dedos apretados, callan. El calor del desierto 5 la pr@ia resaca del
ar les en!uel!en en una inensa soledad 5 tabiHn en la pa=.
E@tra2aente, 6abriel siente Eue su triste=a se des"ace, coo si la
inensidad Eue lo rodea le absorbiera 5 le des!elara, de pronto, el
!erdadero coien=o de su !ida.
BartoloH es el priero Eue des"ace su abra=o. Con un #esto Eue se
"a "ec"o aEuinal cuando la eocin le ebar#a, acaricia su cicatri=
con los dedos unidos.
TC coo puedes !er Tr7eT, la Debre e "a abandonado. Nunca
sabreos si Dios "a acabado o5endo is sFplicas, o si "a sido por eGecto
212
de tu breba>e, princesa. Q&ero no iportaR QEstte se#ura de Eue !o5 a
!i!ir uc"o tiepoR
Instantes s tarde, cuando 5a su silueta, inclinada sobre la ula, se
ale>a "acia el norte, Anaa5a si#ue u5 abra=ada a 6abriel.
TUNo es e@tra2o Eue tabiHn Hl "a5a "ablado de un si#no de su
poderoso se2orV
6abriel sabe en EuH est pensando. TabiHn Hl piensa en las Grases
del Mnico Se2or Iua5na Capac? L6uerra entre los Ii>os del Sol 5 #uerra
entre los e@tran>eros? es la se2al. La san#re del "erano, la san#re del
ai#o, se derraan con s #enerosidad Eue la del enei#o? es la
se2al. Matan al e@tran>ero Eue rue#a a una u>er 5 no a su poderoso
antepasado? es la se2al.N
S7, cada cosa se "a cuplido 5a.
T<aos Turura Anaa5aT. A"ora es el oento de ir a las
onta2as 5 liberar al Ierano.Doble de nuestra presencia.
TLC todo ese tiepo, no dudes de 7. &eranece en i aliento 5
conG7a en el puaN Tresponde 6abriel, diri#iendo una Fltia irada a la
tuba de Sebastin.
$,
MACIA &ICCIA . CAOAL, ,98*
Desde Eue "an salido de Lia, "an peranecido en silencio.
Cada uno de ellos est suido en s7 isoK cada uno recuerda el
desorden, los Gurores 5 los asobros de su !ida. A !eces, 6abriel
contepla la !il cinta de piedra de la ruta real inca 5 se ia#ina
Jotando sobre un ar Eue le lle!a cada !e= s arriba. Anaa5a
e@tra!7a sus o>os en la cia de las onta2as 5 debe, a !eces, e@tender
los bra=os para recordar Eue es "uana, slo "uana. Todo el or#ullo
Eue pudieron sentir los "a abandonado? la Coya Camaquen 5 el >inete
blanco de Santia#o 5a slo son un "obre 5 una u>er Eue cainan con
al#unos porteadores. El aor no les inspira palabra al#una? slo unos
#estos esbo=ados, unas diGusas iradas.
Ian conser!ado sus ropas espa2olas. A la lu= de la a2ana, 6abriel
!i#ila su ano "erida, Eue cicatri=a lentaente, esa piel de ni2o Eue
!uel!e a Gorarse alrededor de la del adulto. &iensa en Sebastin. Al#o se
"a des#arrado en Hl Eue no podr curar coo esta anoK 5 sin ebar#o,
es e@tra2o se#uir !i!o cuando Hl "a uerto. Tantas uertes para
coprender al#o tan sencillo...
A"ora Eue "an lle#ado al !alle del Apur7ac, 6abriel se !uel!e, de !e=
en cuando, para di!isar el perGecto trin#ulo de una onta2a Eue se
"unde en el !alle enca>onado, en cu5o centro se ele!an.
Ma2ana estarn en Oiac Tabo.
213
En el caino, por todas partes, le obsesionan los recuerdos de batalla,
del paso de un torrente, de un desprendiiento de piedras. DespuHs, lo
desconocido.Sin ebar#o, no necesita pre#untarle adonde !an.
Lo sabe.
Sabe Eue en el tabo los porteadores les abandonarn 5 se Euedarn
solos.
Sabe Eue se des"arn de sus !estidos espa2oles para no ponHrselos
nunca s 5 Eue se pondrn un unku 5 un anaco de Dna lana blanca.
Sabe Eue ella irar "acia el norte 5 le ostrar el lu#ar donde se le
apareci el coetaK lue#o toarn el caino por la espesa sel!a a la Eue
el sabio <illa Oa la lle!.
Ella dir sus prieras palabras? LEs all7.N
Cuando la noc"e se acerca, una espesa brua asciende 5 los
en!uel!e, "aciHndolos casi in!isibles. 6abriel no puede e!itar Eue sus
dedos se crispen en la "uedad al ia#inarla desapareciendo, de pronto,
a tra!Hs de ese !elo. Coo un "obre ebrio, #ira 5 no se detiene "asta
Eue ella le toa del bra=o. Se Eueda in!il, con el cora=n palpitante.
Ella toa su ano 5 lle!a a sus dulces labios los labios de la "erida.
Xatari siente su Grente cubierta por iles de #otas arrastradas por el
!iento del ar.
Todo se des!anece.
El cielo, el ar 5 la tierra son de un blanco lec"oso, en el Eue todo se
Gunde, todo se des!anece. Debe tocar su piel para ase#urarse de su
te@tura, de su propio #rosor. Todos sus des sentidos estn casi
aniEuilados, coo si los tres Mundos se "ubieran reunido, 5 todos los
eleentos.
Sin ebar#o, si#ue a!an=ando "acia el norte, #uiado por la lu= Eue
"a5 en Hl.
No "a de>ado de andar ni un solo d7a desde Eue sali de <ilcababa 5
abandon los o>os perdidos en el inDnito de Manco. El inca ni siEuiera le
!io ale>arse, ni siEuiera prest atencin a los preparati!os de !ia>e del
Ierano.Doble. Su soledad 5a slo era interrupida por unas rdenes
bre!es, 5 slo recuperaba cierta !ida, en plena noc"e, entre las piernas
de sus concubinas. Los si#nos de respeto 5a eran Fnicaente si#nos de
iedo. Despertaba por la a2ana aullando 5 "ac7a llaar a los adi!inos
para interpretar sue2os Eue le aterrori=aban 5 deGoraban su rostro.
Cuando Xatari se arc", lo de> con los labios teblorosos? el inca
Euer7a decirle al#una cosa aFn, pero el esGuer=o era deasiado #rande,
iposible. Ca el ol!ido le de!oraba desde el interior.
AEuellos a Euienes Xatari "a conDado al Ierano.Doble son [ollas
coo Hl, le obedecen sin pedir e@plicaciones 5 estn, desde la inGancia,
proGundaente acostubrados al silencio. Escoltarn la litera de la
estatua a tra!Hs de la sel!a, "aciendo enos ruido Eue una anaconda. La
lle!arn a donde debe estar, se#Fn las palabras de Iua5na Capac, para
encontrarse con Anaa5a 5 el pua, 5 lle#ar a su orada de eternidad.
Xatari "a preGerido partir solo.
214
La era presencia de un ser "uano "abr7a turbado sus pen.
saientosK tal !e= le "abr7a apartado de su caino. Desde "ace casi un
es, slo "a !i!ido con los ruidos de la naturale=a 5 los de los aniales,
epapndose con el perGue de las orEu7deas de "Fedos pHtalos, sin
tener Eue responder s Eue a los p>aros.
Duriendo apenas, se abandona siepre a la isa enso2acin? sabe
donde est, aunEue el lu#ar no "a5a sido nunca !isitado. Despierta Geli=,
con la certe=a Eue le "ace brincar 5 a!an=ar cada !e= s de prisa. Sus
usculosas piernas le "an lle!ado a tra!Hs de los paisa>es, del calor al
Gr7o 5, de nue!o, al calor.
DespuHs de la sel!a, "a lle#ado a las onduladas llanuras de la puna,
donde unas colinas se redondean "asta perderse de !ista. Su irada
descansaba en las aarillas atas de ichu ba>o el cielo de un puro a=ul.
Cuando una nube de pol!o se le!antaba, no eran pasos de "obres, sino
un reba2o de !icu2as cu5os brincos "ac7an teblar la tierra.
Al ba>ar "acia la costa, "a atra!esado desiertos de #ui>arros, cortados
a !eces por riac"uelos, en cu5as orillas se apretu>aban, entre una
!e#etacin lu>uriante, indios in!iles, casi desnudos, Eue le !e7an pasar
sin D>arse en Hl.
A edida Eue se apro@iaba al ar, >irones de brua des#arraban el
cielo 5 car#aban el aire de una "uedad Eue penetraba su piel "asta lo
s proGundo. A"ora est a"7, a su alrededor. Le cie#aK pero Hl lo !e todo.
TransGora la atsGera en una especie de #uata donde los sonidos se
apa#anK pero Hl lo o5e todo. Acarrea Guertes olores a arK pero Hl "uele
perGues Eue proceden de uc"o s le>os.
LEstis a"7 Tle susurra a 6abriel 5 a Anaa5aT. Estis le>os, pero
estis u5 cerca de 7. Estaos >untos.NA edida Eue se "und7an en las
onta2as 5 se ale>aban del Apur7ac, la brua se le!ant. Cainaron
por la noc"e 5, en el Grescor del alba, ella se abra= a Hl. )l se sui con
abandono en el a=ul de sus o>os? a=ul de cielo, a=ul de noc"e, a=ul de
ar, a=ul de la#o en el Eue "ab7a braceado para encontrarla de nue!o.
Cuando "an GranEueado las colunas de piedra Eue se le!antan "acia
el cielo, Anaa5a "a puesto las anos en los o>os de 6abriel para Eue los
cierre. Mientras se#u7an subiendo los pelda2os, col#ados entre cielo 5
tierra, Hl "a sido presa de una proGunda inEuietud. Lue#o, con una presin
de la ano, Anaa5a le "a indicado Eue pod7a abrir de nue!o los o>os.
El espectculo Eue descubre supera en belle=a 5 Guer=a todo lo Eue
pueda "aber ia#inado. Es coo si, en este lu#ar secreto, se "ubiera
establecido una alian=a entre los "obres, el cielo, las onta2as 5 el r7o
para crear un teplo de las diensiones de la naturale=a entera, con el
Dn de e@altar la presencia de los dioses.
T&icc"u Turura Anaa5a una sola !e=.
Tiene Hl los o>os brillantes 5 el pec"o lleno de un aliento !iolento 5
apacible. Est donde debe estar, donde le "a lle!ado su caino. Se
desli=a por el escalonaiento de las terra=as, por las casas 5 los teplos,
si#ue el ruor del !iento 5 del a#ua, del "uo Eue brota en #rises
!olutas desde los tec"os de ichu, adi!ina a lo le>os una !asta e@planada...
Sin cesar, su irada se !e atra7da "acia la onta2a Eue doina el
para>e, li#era 5 esbelta. Con el cora=n palpitante, reconoce la isa
215
Gora de la roca de las cuatro "ornacinas de Ollanta5tabo, al iso
tiepo Eue el reconocible dibu>o del pua a#a=apado por encia de la
ciudad, coo adorecido 5, a la !e=, terrible en su !i#ilancia.
Ia5 tanto Eue pre#untar 5 nada Eue coprender? todo est a"7.
Anaa5a, a su lado, !ibra 5 brilla.
T&roet7 Tdice en !o= ba>aT Eue >as re!elar7a el secreto 5 Eue
nunca pasar7a esta puerta con un e@tran>ero...
TUC no es lo Eue "as "ec"oV
TTF no eres un e@tran>ero. Eres el pua. El secreto te pertenece.
Ests en tu casa.
6abriel se siente Geli= 5 libre, 5 el ni2o peEue2o Eue duere en Hl se
lan=ar7a a ba>ar por las terra=as, a brincar por las estrec"as calle>as, a
resbalar por las !erti#inosas laderas ba>o las cuales espe>ea la cinta
plateada del r7o... &ero eana de ese lu#ar tanta noble=a Eue contiene su
a#itacin 5 se siente doinado por la pa=.
Anaa5a ba>a la escalera Eue lle!a a la onuental puerta por la
Eue, uc"os a2os antes, !io desaparecer a <illa Oa. La pesada
epali=ada de adera si#ue all7, cerrando "erHticaente el acceso al
centro de &icc"u. &osa en ella las anos 5 la puerta se ue!e en
se#uida, re!elando la calle 5 sus casas ba>as. Tres #uardias ipasibles, de
rostro sobr7o 5 lan=a en la ano, les aco#en 5 les #u7an sin decir una
palabra "asta una !asta casa de uros cuidadosaente re!ocados, de
tec"o de ichu a dos a#uas de pronunciada pendiente. En la pared se "an
abierto dos !entanas trapeciales por las Eue se oGrece toda la proGundi.
dad del !alle.
An anciano les aco#e, sentado en una tiana. Su lar#a cabellera tiene la
blancura del Salcanta5.
TLos a2os "an pasado, Iuilloc Topac Tdice lentaente Anaa5aT,
pero si#ues siendo el #uardin de este lu#ar.
El indio de ni!eos cabellos tiene los o>os casi blancos de un cie#o. Sin
ebar#o, cuando los !uel!e "acia ellos, se sienten e@ainados "asta lo
s proGundo del ala.
TOs a#uardaba Tdice sipleente.
En edio de la inensa cuna de las colinas ba2adas por una lu= #ris,
los seis ont7culos dibu>an un c7rculo casi perGecto. El ar est le>os 5a, a
!arios d7as de caino, 5 sin ebar#o, sus discretos aroas lo "acen
presente aFn. Ms aba>o serpentea un arro5o, cu5as orillas estn
in!adidas por dos Gran>as de !e#etacin sil!estre. El cora=n de Xatari
palpita.
&ara un o>o no entrenado, son slo ontones de piedra 5 tierra cu5o
color s oscuro destaca contra el Gondo de #ui>arros 5 rocas. &ara el
due2o de las piedras, Eue "a !ia>ado desde "ace uc"o s Eue su
edad, aEu7 terina el caino.
AEu7 coien=an 5 terinan los tiepos.
Sus pasos se "acen de pronto s lentos 5 de>a Eue el !iento resuene
en sus o7dos con!ertidos en conc"asK suena una tropa a tra!Hs de su
cuerpo, procedente de antes de los tiepos, 5 le urura la le5enda de
lo Eue Gue 5 lo Eue ser.
216
AEu7 coen= todo, uc"o antes de Eue el propio <iracoc"a saliera
del la#o Titicaca, uc"o antes de Eue eprendiera el caino del norte 5
se "undiera en el 6ran Mar por la puerta de Tubes, ancillada "o5,
para siepre, por la lle#ada de los e@tran>eros.
AEu7 5ace, proGundaente plantado en tierra, el onolito huanca, el
Mo>n de los Or7#enes, Eue arca el arrai#o de los "obres en esta tierra
de los Andes.
Las piedras se lo "an dic"oK los anti#uos quipus sal!ados del saEueo
de Cu=co se lo "an conDrado.
Saca los quipus de su "atillo, 5 sus dedos recorren los nudos de los
cordones ientras canta, con los o>os cerrados, una in!ocacin sin
palabras. An !ie>7sio amauta le dio la cla!e. Son la eoria de los
Andes, 5 a"ora sabe despertarla. A sus narices lle#a el olor arino con el
Eue se e=cla el del r7o. Sus lar#os cabellos ne#ros barren su rostro. Se
diri#e, sin !acilar 5a, "acia el s alto de los ont7culos. A edida Eue
se acerca, su Gora se "ace s cierta e ia#ina ba>o el aparente
abandono el re#ular escalonaiento de las terra=as? est ante una
piride.
Con los dedos apretando sus quipus, Xatari no se entretiene en buscar
el acceso ba>o el ontn de piedras. Da lentaente la !uelta a la
piride, de>ndose penetrar por su presencia 5 la de las #eneraciones
Eue practicaron aEu7 sus cultos.
Cuando se encuentra al pie de la rapa, cu5a salida adi!ina ba>o los
desprendiientos, el terreno se enca>ona bruscaente 5 Gora un !asto
c7rculo.
Su rostro se iluina. L @rku Pacha TsusurraT, el paso "acia el Mundo
de Aba>o. Es aEu7. <enid.N
Se sienta en el centro del c7rculo 5 coloca sus quipus ante Hl. Lue#o se
tiende, con los bra=os 5 las piernas abiertos, 5 el ruor de la tierra
asciende en Hl.
Todo el d7a 5 toda la noc"e "an peranecido con Iuilloc Topac. El
anciano nada Euiere saber de las #uerras 5 de lo Eue ocurre en el Mundo
de AEu7K nada le Eueda de la despecti!a "ostilidad Eue Anaa5a
recordaba. Se "a despo>ado coo una piedra por la Eue "a c"orreado
uc"o tiepo el a#ua.
Al aanecer los lle!a en silencio por las escarpadas calle>as, ientras
la lu= apunta por encia de las terra=as, "asta una plataGora de piedraK
en el Gondo se abre una #ruta. Doinndola, se recorta la sobra de
piedra de un cndor cu5o pico se "unde en la tierra.
Iuilloc Topac dispone las "o>as de coca, 5 6abriel se siente
e@tra2aente en aron7a con Hl ientras le a5uda a encender el Gue#o
5, lue#o, a derraar la chicha.
LMu5 prontoN, dice Iuilloc Topac con los o>os en blanco, con la cabe=a
#irando coo una estrella perdida.
Le abandonan 5 se !an a erodear libreente. Encuentran a las
uc"ac"as 5 los sacerdotes, a los orGebres 5 a los te>edoresK a lo le>os 5a,
217
los capesinos se atarean en las terra=as de a7=. Oeina una cala
ne#ra 5 pesada, una cala de antes de la tepestad.
Entre ellos 5a slo "a5 palabras aisladas, #estos sueltos.
Al crepFsculo, "an lle#ado a la casa Eue doina el para>e 5
conteplan la noc"e Eue cae.
De pronto, el eco de una !o= lle#a "asta ella 5 brota por todo el !alle
un canto, un canto de una belle=a tr#ica 5 isteriosa, antenido en una
sola notaK un canto penetrante, en el Eue las !oces "uanas, las tropas
5 los tabores se unen.
Anaa5a se le!anta, 5 6abriel la si#ue.
En la !asta e@planada ba>o el teplo de las cinco "ornacinas, toda la
ultitud de &icc"u est reunida. Los unkus 5 los anacos son blancos, 5 un
caino de antorc"as se "a encendido en el centro de la e@planada,
ientras el canto Eue "inc"a todos los pec"os si#ue resonando sin Dn.
6abriel 5 Anaa5a se acercan 5 !en.
Ia lle#ado.
En el ocaso, el Ierano.Doble los a#uarda.
Los de &icc"u tienen todos la cabe=a #ac"a, la espalda inclinadaK
al#unos estn incluso en el suelo, en se2al de la s proGunda
re!erencia.
Anaa5a se acerca sola al Ierano.Doble. Cuando toca su cabe=a, el
canto se interrupe 5 5a slo Eueda, en todo el !alle, el eco del !iento 5
el ru#ido del Zilcaa5o.
!?ada e6iste en %ano, oh, Biracocha!
Cada cual %a desde las orillas del #iticaca.
Cada cual %a hasta las pir+mides hundidas.
Cada cual ocupa el lugar que t$ le asignaste.
Durante uc"o tiepo, las palabras de la oracin Ju5en. Cuando "a
cesado, Anaa5a e@tiende los quipus ante ella 5 de>a Eue sus dedos
descubran los nudos, con el esp7ritu de Xatari pa.sando por ella. 6abriel
la !e s "erosa 5 s luinosa Eue nunca cuando se incorpora 5
"abla.
TIace uc"o tiepo TdiceT, el Mnico Se2or Iua5na Capac conD
secretos a una uc"ac"a i#norante 5 reciHn salida de la >un#la. &ara
poseerlos, uc"os cobatieron, uc"os cre5eron descubrirlos en la
#uerra 5 la destruccin sin Dn. Ese tiepo "a terinado. Slo "a5 un
secreto? Eue el Ierano.Doble debe a"ora encontrar su orada, para
Eue se conser!en, por todo el tiepo, el ala de nuestro pueblo, el ala
eterna de nuestras onta2as, la unidad de todos los undos, el de AEu7,
el de All7, el de Aba>o...
El canto se reanuda cuando Anaa5a calla, a"ora coo una dan=a
Eue "ace ondular los cuerpos de la #ente de &icc"u, lenta 5 solene,
conDada. Los porteadores i=an al Ierano.Doble en la litera, 5 Anaa5a
los #u7a a tra!Hs de los tres ni!eles de las terra=as, por deba>o de la
e@planada, Eue la ultitud no abandona. En una pla=a enca>onada, cu5os
bordes dan al barranco del Zilcaa5o, tres rocas "an sido perGoradas por
una #aler7a Eue parece "undirse en lo s proGundo de la tierra.
218
T@rku Pacha Tdice Anaa5a, toando la lla!e de piedra Eue Xatari
le dioT. AEu7 es.
Los Fltios ra5os del sol se a#arran al Intihuatana 5 se D>an all7 unos
instantes, ientras el Ierano.Doble desaparece por la #aler7a central.
El canto cesa de nue!o 5 toda la tierra se !e a#itada por un teblor,
un uni!ersal pataleo, coo si iles de tabores resonaran ba>o sus pies.
Cuando el sol iba a =abullirse detrs de las onta2as, Xatari se "a
sentado para lan=ar por Fltia !e= la piedra Eue detiene el tiepo.
An ra5o se "a D>ado en la cubre de la piride 5 se "a desli=ado por
su Janco coo el relpa#o, ino!ili=ndose a sus pies, en el lu#ar
donde se abre el c7rculo del teplo subterrneo.
LAEu7N, repite toando en sus anos la lla!e de bronce.
Con un sordo ruido, un apa#ado artilleo, el suelo tiebla de pronto.
Es una !ibracin Eue penetra en sus pies 5 sus piernas, coo si un
e>Hrcito se acercara a Hl por todas partes. En lo alto de la piride, la
#an#a secular del Mo>n de los Or7#enes se resEuebra>a antes de
desenu=arse, dispersando su pol!o al !iento procedente del ocHano.
Mientras su punta eer#e del suelo, desnuda, las prieras #otas de
llu!ia estallan sobre su piel de #ranito.
Xatari, con los o>os le!antados, oGrece su rostro a la llu!ia.
El sol "a desaparecido detrs de las onta2as, 5 6abriel se "a reunido
con Anaa5a en la terra=a, >unto al barranco.
Lentaente, tra#ados por la noc"e, los de &icc"u se ale>an. En lar#as
Dlas silenciosas, abandonan la ciudad para siepre. Dibu>ando en la
oscuridad de la onta2a unas serpientes de Gue#o precisaente cuando
las estrellas aparecen en el cielo, se ale>an "acia las Cuatro Direcciones,
con sus antorc"as en la ano.
Durante a2os "an construido la ciudad secreta de &icc"u para
con!ertirla en una orada di#na del Ierano.Doble. Sus entra2as de oro
contienen toda la "istoria 5 el poder7o de los incas, el tiepo pasado 5
Guturo de los Andes, la eoria de la #loria 5 de la prueba. ULo saben
Euienes "o5 se arc"anV LSin duda, no Tpiensa Anaa5aT, pero estn
or#ullosos de la obra reali=ada.N &arten sin una palabra, sin una irada?
lo Eue deb7a decirse se "a dic"o, se "a "ec"o lo Eue deb7a "acerse.
En edio de todos ellos, Anaa5a 5 6abriel !en a#itarse, lar#o rato, la
cabellera de nie!e de Iuilloc Topac, antes de desaparecer a su !e=.
A"ora, slo "a5 silencio.
En el aire pesado, una sFbita "uedad se pe#a a sus rostros al iso
tiepo Eue unas nubes, s ne#ras Eue el anoc"ecer, cubren el cielo.
Caen las prieras #otas de llu!ia. Anos silenciosos relpa#os surcan la
sobra de las onta2as 5 arro>an una lu= acilenta. Mu5 pronto rodean
Mac"u &icc"u coo una >aur7a de Deras de brillantes colillos. AEu7 5
all, el ra5o planta sus arcos de lu= con roncos ladridos. Instinti!aente,
Anaa5a se aprieta contra 6abriel, cu5a respiracin se acelera. Busca su
ano 5 la aGerra contra su !ientre. Coo si aEuel siple #esto lo "ubiera
atra7do, el ra5o cae u5 cerca, en la s alta terra=a. Tieblan abos,
apretando los prpados a la espera del estruendo del trueno. &ero el
Gue#o del cielo, apenas con el cru>ido de una raa uerta, se con!ierte
en una bola deslubradora. Lan=ando c"ispas de oro Gundido, ba>a por la
219
pendiente 5 estalla en una ultitud de arro5os de Gue#o Eue se ci2en a la
enorGalla de la roca. El acre olor del a=uGre se "inc"a en el aire epa.
pado de a#ua. Slo entonces, "aciendo !ibrar su pec"o, el trueno redobla
de ladera en ladera, "asta lo s proGundo de los barrancos. El Guror
procede del cielo 5 brota de la tierra, sacude todo el undo a la !e=.
No tienen iedo.
Cuando la tepestad se cala, un !iento Gresco barre las nubes 5
despe>a el cielo.
El !iento "ace de nue!o ruorear las "o>as en el silencio.
La noc"e es tan absoluta Eue parece Eue el undo estH slo "ec"o de
cielo.
Cuando la llu!ia cesa, Xatari !ia>a con las estrellas. Desde el "ori=onte,
si#ue el recorrido del Ma5o del cielo, el r7o sa#rado celestial, 5 sonr7e
cuando se detiene en la oscura nube del Laa. Los poderosos del Otro
Mundo le a#radecen el traba>o reali=ado. La brua se "a des#arrado 5
distin#ue claraente los llamac:aDin, los o>os del Laa. Las dos estrellas
brillan sua!eente. Su titileo se "a "ec"o re#ular, lento 5 aronioso,
eterna pare>a al cops de un iso cora=n.
LEstis a"7 Turura para s7 isoTK esto5 con !osotros. El tiepo
es uno. <enios de antes 5 !endreos despuHs. Todo est bien.N
Durante toda la noc"e, 6abriel 5 Anaa5a pasean entre las
constelaciones.
Anaa5a llaa a las plH5ades collca 5 dice Eue son la adre de todas
las des estrellas. Se2ala con el dedo las tres estrellas del cinto de
Orion.
TEl cndor, el buitre 5 el "alcn Tsusurra al o7do de 6abriel.
<uela con ella 5 descubre, rodeadas por las estrellas, las siluetas del
p>aro, del oso, de la serpiente 5, por Dn, del pua.
En la penubra del alba, Anaa5a le desi#na <enus con el nobre de
Chasca Cuyllor.
El undo se "a =abullidoK el undo renace.
El tiepo se "a enrollado coo una serpienteK el tiepo se "a
desple#ado.
Se besan lar#o rato.Lue#o, subiendo por las terra=as, si#uen las
calle>as de la ciudad desierta "asta las escaleras Eue salen de ella.
Anaa5a le arrastra por el caino epinado 5 resbaladi=o Eue atra!iesa
la >un#la para lle#ar a la cia de Mac"u &icc"u, all7 donde, a2os antes,
to la ano de una ni2ita Eue deb7a ser sacriDcada 5 no lo Gue.
Ascienden a tra!Hs de la !e#etacin lu>uriante, con los o>os
deslubrados por el sol del nue!o d7a. Atra!iesan las puertas de piedra 5,
coo si lo s alto del cielo estu!iera al alcance de sus dedos, le!antan
el rostro.
El !iento >ue#a con las nubes 5 la brua, 5 !an sin iedo al#uno "asta
el e@treo de la roca. Abren sus bra=os 5 es coo si desple#aran sus alas
para lan=arse al !ac7o.
220
El !iento se "ace s Guerte aFn, 5 el a=ul s proGundo en el
"ori=onte. A#uantan aFn, "obres.p>aro epapados de aor ante el sol
naciente.
Aba>o, u5 aba>o, 5a slo "a5 piedras 5 Gantasas.
TQEstaos solosR T#rita 6abriel por encia del !iento.
TEstaos >untos Tresponde ella en !o= u5 ba>a.
Iacia ,9*+, una dHcada antes del descubriiento del &erF por
Srancisco &i=arro, las Gronteras orientales del Iperio inca tu!ieron Eue
enGrentarse a la in!asin de las "ordas de tupinabas. A la cabe=a de
esos indios procedentes del Brasil iba un europeo, llaado Ale>o 6arc7a.
Los Ii>os del Sol consi#uieron contener la oleada de in!asores, Eue sin
ebar#o se establecieron al pie de la cordillera, con el nobre de
c"iri#uanos.
Cuenta una le5enda Eue Ale>o 6arc7a, aEuel portu#uHs con as.
cendencia Jaenca, "abr7a capturado a una princesa inca, con!irtiHndola
221
en su copa2era antes de desaparecer "acia el este. C el "obre ten7a
los o>os de un a=ul de porcelana...
Tras "aber conse#uido recuperar a su "i>o Titu Cusi, capturado por los
espa2oles, Manco consi#ui sobre!i!ir al#unos a2os en su reGu#io de
<ilcababa. En <7teos, en ,988, Gue asesinado por siete ala#ristas, a
los Eue, sin ebar#o, "ab7a aco#ido. AEuellos "obres esperaban
obtener el perdn de 6on=alo &i=arro #racias al cobarde crien.
Con el nobre de Cristbal 5 en copa27a de los s iportantes
iebros de su Gailia, &aullu Gue bauti=ado en ,98$. En ,989 Gue
ennoblecido 5 se con!irti en un "idal#o. En esta oscura epope5a, Gue
uno de los escasos prota#onistas Eue uri de uerte natural en ,98/.
El enano, C"ibo Sancto, !i!i, sin duda, su ancianidad en sus tierras
del !alle de Cuca5. Entre sus nuerosos "i>os, dos ni2as "eredaron su
peEue2a estatura. &ero su rastro se pierde en las =onas de sobra del
pasado.
Iernando &i=arro peraneci !einte a2os encarcelado en Espa2a.
Desde su prisin del castillo de la Mota, en Medina del Capo, adinistr
con atencin 5 tenacidad la inensa e inFtil Gortuna del clan &i=arro,
#racias a su boda con la "i>a de su "erano Srancisco. Liberado en ,9:,,
constru5 un palacio en su Tru>illo natal, donde se e@tin#ui, casi cie#o,
en ,9-0, a la edad, u5 respetable para su Hpoca, de setenta 5 un a2os.
Siel a su estilo, 6on=alo &i=arro nunca retrocedi ante sus abiciones,
5 la !ida pareci Euerer recopensarlo. En ,988 se "i=o proclaar
#obernador del &erF, en abierta rebeld7a contra la corona de Espa2a.
Durante cuatro a2os sebr el terror entre sus oponentes, especialente
#racias al bra=o arado de su lu#arteniente Srancisco de Car!a>al,
llaado el Deonio de los Andes. En ,980 Gue Dnalente !encido por las
tropas reales 5 decapitado en el capo de batalla.
Los sucesores de Manco resistieron aFn, en <ilcababa, "asta ,9-*,
tras !arios episodios de #uerrillas 5 tratados de pa=. AEuel a2o, el >o!en
Tupac Aaru, Fltio Mnico Se2or le#7tio, Gue capturado en su reGu#io de
la sel!a, lle!ado a Cu=co 5 decapitado en la pla=a de Aras de la anti#ua
capital del Iperio inca por orden del !irre5 Srancisco de Toledo.
Su cabe=a, cla!ada en la picota, en !e= de pudrirse se ebelleci cada
d7a s 5 se con!irti en ob>eto de creciente !eneracin. Io5 aFn el ito
predice el re#reso del inca el d7a en Eue la cabe=a recupere su utilado
cuerpo.
6LOSAOIO
ACLLAIAASI].. Oesidencia de las daas ele#idas EaellasF.
222
AMAATA ]] Sabio, depositario del conociiento.
ANACO ]]. TFnica recta 5 lar#a "asta los tobillos Eue lle!an
las u>eres.
A&A ]]] &alabra Euec"ua Eue si#niDca Lse2orN. Se antepone
en #eneral, al nobre de las cubres onta2osas Eue son otras tantas
di!inidades protectoras.
BALSA ]]] Ebarcacin de adera del iso nobre.
BOLEADOOAS]]] Ara arro>adi=a. Consta de tres cuerdas de cuero con
una piedra atada al cabo de cada una, 5 una !e= lan=ada se enrolla
alrededor de las patas de los aniales.
CANCIA ]]] &atio. &or e@tensin, el con>unto de tres o cuatro
ediDcaciones Eue lo encuadran 5 Goran la unidad "abitable.
CIAPAIOAS ]]]] &eEue2as cuentas de conc"a rosa EmullasF reunidas
en un collar o te>idas en las !estiduras cereoniales.
CIASXI ]]]] Corredores encar#ados de transitir los ensa>es
ediante un sistea de rele!os.
CIICIA ]]]] Bebida cereonialK cer!e=a Gerentada elaborada
casi siepre a base de a7=.
CIA^O ]]]].. &atatas Eue "an sido soetidas a un proceso
natural de des"idratacin para Eue puedan conser!arse durante !arios
eses.
CIAS&A ]]]]. &eEue2a bolsa, te>ida con oti!os siblicos
reli#iosos, Eue contiene las "o>as de coca.
COLLCAS ]]]]].EdiDcio de una sola estancia, de Gora circular o
rectan#ular, destinado a la conser!acin de alientos, te>idos, aras o
des ob>etos !aliosos.
COCA ]]]].. T7tulo de la esposa le#7tia del inca de todos los
incas.
CAMBI ]]]]] Te>ido de u5 alta calidad, la a5or7a de !eces
conGeccionado en lana de !icu2a.
CAOACA ]]]]].. Soberano local o >eGe de counidad.
CAOI6IN6A ]]]..]]]&eEue2o Galcnido, cu5as pluas blancas 5
ne#ras adornaban el tocado del Mnico Se2or.
223
6AANACO ]]]]]]Del Euec"ua "uanaco. CaHlido andino no
doesticado, prio de la llaa.
IATANOANA ]]]]]]Si#niDca LcapesinoN en Euec"ua.
IAACA ]]]].Si#niDca literalente Lsa#radoN. &or
e@tensin, cualEuier santuario o residencia de una di!inidad.
IAAOA ]]]]]].. Cal=n. Los uc"ac"os >!enes
lo recib7an du
rante el rito de iniciacin, llaado huarachiku.
ICIA ]]]]]]]..Iierba sil!estre Eue crece en las
onta2as, cu5a pa>a se utili=a #eneralente para cubrir los te>ados.
INTI OACMI ]]]]]]]]. Ana de las principales
cereonias del calendario ritual inca, en ocasin del solsticio de in!ierno.
XALLANXA ]]]]]]]]. EdiDcio alar#ado, pro!isto de
aberturas Eue suelen dar a la pla=a de un centro adinistrati!o.
LLACOLLA ]]]]]]]]. Capa Eue lle!an los "obres.
LLAATA ]]]]]] Lar#a tren=a de lana de
colores Eue se enrolla en la cabe=a para Gorar un tocado.
LLICLLA ]]]]]]]]]. Capa Eue lle!an las u>eres.
MASCA&AICIA ]]]]]]]]] 4unto al llautu 5 las pluas de
curiginga, esta especie de Gran>a de lana Eue cae sobre la Grente Gora el
tocado ebletico del Mnico Se2or.
MALLAS ]]]]]]]]]]]. Conc"as de la costa del
&ac7Dco, de color ro>o o rosado. Tanto en estado natural coo
traba>ado,su uso est 7ntiaente li#ado a los rituales reli#iosos.
&ACIACATI ]]]]]]]]]]] 6ran conocin Eue anuncia la
lle#ada de una nue!a era.
&ANACA ]]]]]] Lina>e. Descendencia de un
soberano inca.
&A&AS ]]]]]]]. &atatas.
&ATATA ]]]]]]].. 6ran conc"a arina Eue sir!e
de tropa.
224
PAINAA ]]]]]] Cereal andino u5 rico en
prote7nas.
PAI&A ]]]]]]]. Con>unto de cordeles con
nudos de colores Eue ser!7a de soporte neotHcnico pera los in!en.
tarios.
TAMBO ]]]]]]].. Especie de posta colocada a
inter!alos re#ulares en las rutas del Iperio, donde el !ia>ero pod7a
obtener lec"o, cubierto e, incluso, ropas a car#o del Estado.
TIANA ]]]]]]].. Banco peEue2o, s7bolo del
poder, cu5o uso est e@clusi!aente reser!ado al Mnico Se2or.
TOCA&A ]]]]]]]]Moti!o #eoHtrico, de
si#niDcado siblico, Eue adorna las !estientas de los incas.
TAMI ]]]]]]]].. Cuc"illo cereonial, cu5o
Dlo de bronce es perpendicular al an#o.
TA&A ]]]]]]]].Lar#a a#u>a de oro,
plata, bronce o cobre, cu5a cabe=a est traba>ada 5 perite cerrar la
llacolla o lliclla.
MNICO SE^OO ]]]]]]]].. T7tulo del soberano inca.
ANXA ]]]]]]]]]TFnica sin an#as 5
lar#a "asta las rodillas Eue lle!an los "obres.
ASINA ]]]]]]]]].&eEue2a piride
situada sobre la pla=a de una poblacin inca, reser!ada a los
representantes del poder.
<ISCACIA ]]]]]]]]]Ooedor de la Gailia
de las arotas, pro!isto de una cola parecida a la de la ardilla, Eue !i!e
en los pe2ascos.
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