se puso a trazar algunos signos misteriosos en una tablilla de arcilla, usando para ello un punzón afilado.Paolo Lanzotti. Kengi y la magia de las palabras. Página 31. Editorial: Ediciones SM. 1999.
Instrumento de acero algo romo, que en la boca tiene grabada una figura que, aplicándola y dando golpe sobre cualquier materia, deja estampado en ella profundamente lo que en él está de realce.[1].