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En Busca De La Felicidad
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Libro electrónico62 páginas46 minutos

En Busca De La Felicidad

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Información de este libro electrónico

A veces, la vida nos empuja a soltar el pasado para poder respirar. Un soldador, marcado por las perdidas y las dudas, emprende un viaje que no sale en los mapas. A lo largo de su viaje, descubrirá que la verdadera libertad nace del valor de mirar dentro. En un pequeño pueblo al sur de Cantabria, encontrará: amistad, nuevos comienzos y inesperado vinculo con la comunidad. Pero también enfrentara heridas, miedos y el filo de la soledad. Y será cuando en lo mas hondo, donde florecerá algo que parecía perdido: la esperanza.
IdiomaEspañol
EditorialClube de Autores
Fecha de lanzamiento2 may 2025
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    En Busca De La Felicidad - Victor Perez Velasco

    Índice  

    Prólogo  

    Capítulo1:

    Encuentro con el pasado  

    Capítulo 2:

    Donde renace la calma  

    Capítulo 3:

    El fuego que no quema  

    Capítulo 4:

    La cosecha de lo que hemos sembrado  

    Capítulo 5:

    El cruce de caminos  

    Capítulo 6:

    Semillas en tierra firme  

    Capítulo 7:

    La carta que abrió el silencio  

    Capítulo 8:

    La reconstrucción del nosotros  

    Capitulo 9:

    sendero entre los arboles  

    Capítulo 10:

    Entre la vida y la sombra  

    Capítulo 11:

    El regreso  

    Capítulo 12:

    El cumpleaños de Thor  

    Prólogo  

    No soy escritor. Soy soldador. De esos que  

    conocen el peso del hierro, el calor de la  

    soldadura y el silencio espeso de ciertas  

    madrugadas.  

    Pero un día, la vida me pidió algo más. O quizá  

    fui yo quien empezó a necesitar otra cosa.  

    Entre el ruido de las herramientas y la rutina  

    de siempre, apareció una pregunta: ¿Y si hay  

    algo más allá de todo esto? Así comenzó este  

    viaje.  

    Dejé atrás lo que conocía y empecé a caminar.  

    Sin mapa, sin promesas. Solo con ganas de  

    encontrarme… o perderme un poco más.  

    Esta historia que estás a punto de leer está  

    hecha de verdad y también de sueños. Hay  

    momentos que pasaron exactamente así, y  

    otros que solo ocurrieron en mi cabeza. Pero  

    todos, sin excepción, nacen de un sentimiento  

    real. Porque a veces, lo imaginado también  

    nos salva. Lo que no dijimos en voz alta, lo que  

    no pudimos vivir, encuentra su sitio en estas  

    páginas.  

    Aquí hay nostalgia,esperanza, reencuentros,  

    pérdidas… y un perro lobo negro llamado Thor,  

    que guarda mis palabras como si fueran suyas.  

    No hay héroes. No hay moralejas. Solo una  

    vida vivida con el corazón abierto y la  

    necesidad de escribir para entender, para  

    curar, para compartir.  

    Si llegaste hasta aquí, quizá estés buscando  

    algo. O quizá solo querías leer una historia  

    diferente. Sea como sea, gracias. Estás  

    invitado a este viaje.  

    Porque a veces, lo más valiente que uno puede  

    hacer… es empezar de nuevo.  

    Capítulo1: Encuentro con el pasado  

    El tren se detuvo con un quejido metálico,  

    como si él también sintiera el peso del  

    regreso. Santander me esperaba bajo un  

    cielo gris, cubierto de nubes que parecían  

    arrastrar años de recuerdos enredados. Bajé  

    del vagón con pasos lentos, como quien cruza  

    un umbral invisible. Volver a casa no era solo  

    una decisión: era un ajuste de cuentas con mi  

    propio reflejo.  

    El aire olía a mar, a hierro oxidado y a pan  

    recién hecho. Era curioso cómo un simple  

    aroma podía hacer que el corazón latiera  

    distinto. Cada bocanada de aire era como  

    soldar una costura entre el presente y el  

    pasado, una unión invisible, ardiente, pero  

    necesaria.  

    Caminé sin rumbo, dejando que las calles se  

    decidieron por mí. La ciudad no había  

    cambiado tanto como yo imaginaba. Las  

    fachadas seguían desgastadas, las aceras  

    conservaban las mismas grietas de mi  

    infancia, como arrugas en un rostro familiar.  

    Era como si el tiempo hubiera pasado de  

    largo, dejando todo congelado… menos a mí.  

    Yo era el extraño. El forastero con alma vieja.  

    Pasé frente a la panadería de la esquina. A  

    través del cristal empañado vi las napolitanas  

    de chocolate. Una imagen se coló de golpe en  

    mi mente: mi madre tomándome de la mano,  

    su voz suave prometiéndome una si me  

    portaba bien. El recuerdo fue tan nítido que  

    sentí su calor en la palma. Cerré los ojos un  

    instante. A veces, la memoria no necesita  

    palabras. Basta una migaja para

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