De Boreales Y Meridionales: Poemas Sobre La Desilusión

La ira por compañía

Cuantas no hemos deseado poseer por esposo a un hombre bello,

sin pensar en el infierno de los celos.

Vivir a merced de un débil condicionamiento,

cuando el instinto se va imponiendo

y gana todas las batallas cuando de poligamia se trata.

Entonces te resignas a perderlo cada día,

se hace amigo del silencio,

y tú sabes lo que calla, puedes verlo en su mirada,

no quieres cederlo, pero no sabes como retenerlo,

en la angustia y la tristeza te vas sumiendo,

el llanto y los gritos no pueden convencerlo,

mejor fingir ignorarlo, después de todo va a negarlo,

puede que se canse un día y permanezca a tu lado,

por el placer que te causa contemplarlo,

tienes que pagar un precio alto.

No sabes si irte, quedarte o hacer lo mismo,

piensas entonces que dirán mis hijos,

esperas paciente a que cambie la corriente,

hasta que el tiempo marchite su hermosura y entonces te sientas por fin segura.

En tanto tienes que acostumbrarte a la zozobra y la ira por compañía.

Al hombre de largos cabellos

Vi tus cabellos tan libres al viento

mientras tocabas ese instrumento

todo negro con sus reflejos de luz

y en movimiento.

Con tus botas y brazaletes de cuero

con tus brazos fuertes

cuando tocabas ese instrumento.

De pronto, en un momento,

parecías bueno, alevoso y dulce

guerrillero u obsceno,

cautivabas sin saberlo.

Era como si ahogaras algún lamento

transmitías un sentimiento impreciso e intenso,

con esos movimientos enérgicos.

Eras digno de aclamar, por esa personalidad contradictoria

ruda y hermosa.

Amanecer reciente

Si pudiera te convertiría en mi amante,

en mi amigo, en mi joven compañero,

para caminar como cómplices por las calles,

para que fueras develando un mundo

que se me hizo ajeno, en este encierro,

apoyaría las manos en tu pecho

serías mi aprendiz de maravillas.

Yo te daría lo que me lego el tiempo,

pero no puedo

que alevosía para un joven que va surgiendo de un amanecer reciente.

Por fin tengo la ventaja

y no puedo aprovecharla.

No puedo hacerte el corazón añicos,

dejarte un pesado dolor tan grande,

para que crezcas como yo en un año

de madurez muy cara,

que pensándolo bien no me ha servido de nada,

o me pasara lo mismo que a Violeta Parra

y me estrellara muerta contra mi guitarra.

Amor intocable

No sé porque me gusta mirarte

si no podría soportar tu naturaleza salvaje

tus vicios, tu carácter, tus infidelidades,

o compromisos que ya formaste,

tu profesión, tu país frio y distante.

Pero aún así me deleita mirarte,

de lejos como a una obra de arte.

Aquí en éste silencioso anonimato estoy a salvo

de un corazón roto en mil pedazos.

Prefiero solo imaginarme, un amor interminable

Un amor de sueños ideales.

Un amor puro intocable,

en el que solo se descubra tu lado amable,

un sueño de amor imposible

que por instantes puede