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Prólogo
Había trabajado demasiado para obtener esa beca. Fue durante su período de estudiante de pregrado en la Escuela de Biología de la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas que descubrió su pasión por el análisis de los ácidos nucleicos. Y fue aquella misma pasión lo que poco a poco fue inclinándolo por la rama de la biología molecular y la genética.
Sus notas sobresalientes, así como el hambre de conocimiento y la necesidad de experimentar en otras áreas lo guiaron para comenzar sus estudios de posgrado en Italia, decidiéndose por ingresar en un programa de maestría afín a su carrera, ingeniería genética.
Su personalidad encantadora y servicial, en conjunto con su increíble astucia e innegable inteligencia lograron que sus profesores, además de elogiar sus cualidades, lo postularan como doctorante luego de haber publicado en conjunto un artículo científico en la prestigiosa revista Nature sobre la importancia de la edición genética en microorganismos patógenos.
Empacó su vida, sueños e ilusiones por convertirse en un gran científico y se mudó a cientos de kilómetros de su hogar para iniciar su proyecto de investigación, cuyo desarrollo se basaría en el uso de una técnica conocida como CRISPR-Cas9 con el objetivo de seleccionar, cortar y editar genes bacterianos relacionados con resistencia a los antibióticos.
Y ahí estaba, cumpliendo uno de sus más grandes sueños en el Kings College de Londres, Inglaterra, la cuna que vio nacer tanto a grandes científicos como grandes proyectos relacionados con el estudio del ADN.
-¡No puedo creer que esté aquí Saga! Deberías ver esto, es increíble, las instalaciones son preciosas. En este momento estoy esperando al doctor Brown, me llevará a conocer los laboratorios, incluso me dijo que puede llevarme también a Cambridge, ¿te imaginas? Podré estar en el mismo lugar en donde Watson y Crick...
No pudo terminar la frase porque justo en ese momento notó que era víctima de la mirada fúrica y asesina de alguien más.
-Luego te llamo, saludos a Mu.- Colgó después de eso.- Me parece que es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas, ¿o en Inglaterra eso es común?.- Le dijo en un inglés perfecto, producto de la práctica y lectura por años de textos científicos en aquel idioma.
-Sí, así como es de terrible gusto que elogies el trabajo de Watson y Crick precisamente aquí, en el Kings College, y peor aún, hacerlo frente a esa imagen cuando todos sabemos quién fue realmente la persona que descifró la estructura.- Dijo la presencia intrusa, señalando un enorme e imponente marco de madera que protegía una fotografía impresa en alta calidad y que era perfectamente conocida por el gemelo, la famosísima Imagen 51, obtenida por Rosalind Franklin y Raymond Gosling.
-Escucha, nunca fue mi intención faltarle al respeto a la obra y al trabajo de Franklin, y mucho menos estando aquí, de hecho ella es la razón por la cual decidí desarrollar mi proyecto en este lugar
-¿Eres el nuevo alumno de doctorado del profesor Brown, cierto?
El gemelo asintió, algo en la mirada fiera y apasionada de aquella rubia criatura había capturado su atención.
-Yo soy parte del equipo de alumnos de pregrado que trabajan en su laboratorio, soy yo quien te llevará a conocer los laboratorios.
-Pues… Un gusto.- extendió su brazo para estrechar la mano de su acompañante, y al hacerlo pudo notar que su antebrazo era adornado por un precioso tatuaje que representaba la doble hélice de la estructura del ADN.
-Oye, ¿qué te parece si al terminar te invito un trago?, Como agradecimiento por el tour y como disculpa por el malentendido.
El peliazul había dicho aquello genuinamente y sin ninguna intención, mientras que su acompañante solo rodó los ojos.